GOTAS DE SABIDURÍA
PARROQUIA CORAZÓN DE MARÍA GIJÓN www.pacomargijon.org
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UN AÑO DE GRACIA
Domingo 3º
Tiempo Ordinario
Ciclo C
24-01-2016
Cada cincuenta años, la trompeta convocaba al pueblo de Israel para el jubileo, el año de gracia. Con él se promovía una nueva relación con Dios –reconciliación- y una nueva relación con los demás. Entre otras cosas, se concedía la condonación de las deudas, la recuperación de las tierras que habían perdido o habían tenido que vender, y la liberación de los esclavos. Sobre este telón de fondo, Jesús se presenta con un programa jubilar, de gracia. Busca una relación con Dios que ofrece su perdón a los pecados de infidelidad a la Alianza que habían pactado con Dios en el Sinaí, especialmente el pecado de politeísmo tan frecuente entonces y también hoy. Y busca un cambio total en las relaciones entre el pueblo que deben pasar de dominadores y dominados, a tratarse y considerarse como hermanos. El Jubileo de la misericordia que comenzamos hace poco más de un mes busca un sentido parecido. Mediante él, la Iglesia nos convoca a vivir un extraordinario tiempo de gracia, es decir, a reconciliarnos con Dios por nuestras infidelidades a las promesas del Bautismo, y a ofrecer abundantes muestras de la generosa misericordia de Dios y de su cercanía a través de nuestras acciones. El jubileo nos llama a fijarse en lo esencial que no son las relaciones de poder y de clases, sino las relaciones tejidas a base de un amor que regenera a todos: al que vive explotado, devolviéndole su dignidad; al que vive corrupto, devolviéndole la ética y la honradez; y al que vive como esclavo –y son tantos y de tantas cosas-, devolviéndoles la libertad como principal patrimonio de su dignidad perdida. Este Año de la Misericordia es una gracia para nosotros beneficiados con la que Dios nos muestra, y una responsabilidad a la hora de ser imágenes y espejo del Dios misericordioso.
H
abla, Señor, te escucho
Nehemías 8,2-4. 5-10 ”Esdras abrió el libro a la vista de todo
el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: «Amén, amén.» Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra. Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: «Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis.» Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: «Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza.» 1Corintios 12, 12-14. 27 “Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu. El cuerpo tiene muchos miembros, no uno solo. Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro. Lucas 1, 1-4; 4, 4-21 “En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan. Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungidoMe ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
VAYA LÍO, SEÑOR… Más de dos mil años…, tiempo suficientepara darse una vuelta por la Tierra y ver cómo funcionaba su proyecto de Nueva Humanidad. Así que Jesús, acompañado de sus apóstoles, no tardó ni 2 minutos en hacerse presente en una ciudad (desconocemos el nombre) de su querido mundo… “Esto del progreso es una maravilla”, debió pensar el Señor, cuando, desde un aeropuerto mandó, a cada apóstol (esta vez no de dos en dos), con su smarphone en mano (qué lejos quedaba eso de la alforja y de las sandalias), a un lugar concreto de la Tierra… El objetivo era recabar información sobre las costumbres, tradiciones y demás aspectos en torno al cristianismo… Pues bien, no había pasado ni una semana cuando los apóstoles ya habían vuelto de su aventura misionera (se acabaron los largos y pesados viajes misionales de Pablo y compañía). Eso sí, lo que no había cambiado era el ímpetu de contar al Maestro, todos a la vez, lo que habían visto… Así que, después de poner un poco de orden, empezaron a explicarle cómo se habían encontrado con diferentes ramas del cristianismo… Y aunque el rostro de Jesús empezó a poner esa expresión de “no entiendo nada”, sus discípulos, inmediatamente, “le pusieron al día.” Que si católicos, que si ortodoxos, que si protestantes… que si luteranos,calvinistas, evangélicos… Que si la iglesia romana, la rusa, la griega… En fin, que menos mal que uno de los apóstoles cortó en seco y, tomando lapalabra, recomendó a Jesús traerse a los especialistas en situaciones críticas de la corte celestial, si quería hacer un estudio a fondo para poder abarcar y entender tanto grupo, tanta división… El Maestro, sin perder la sonrisa (aunque en esta ocasión denotaba cierta preocupación y pena) estuvo a punto de decirles, parafraseando al bueno de Tomás, eso de “si no lo veo, no lo creo.” Pero prefirió tomarse su tiempo para “digerirlo” y, como tantas otras veces, se retiró a orar… Y aunque esto no viene recogido en ningún escrito, seguramente que de sus labios y de su corazón volverían a surgir esas palabras con las que tanto le gustaba dirigirse a Dios:“Te pido que todos sean uno, Padre. Lo mismo que tú estás en mí y yo en ti, que también ellos estén unidos a nosotros; de este modo, el mundo podrá creer que tú me has enviado”.
VIDA PARROQUIAL 1. El próximo domingo comienza la SEMANA DE LA FAMILIA. El programa lo tenéis en carteles y hojas aparte. 2. El lunes, 25, FUNERAL COMUNITARIO (difuntos del mes)