DIOS TE DICE… Cuando dices: “No soy capaz de resolver mis problemas” Dios te dice: “Te basta mi gracia, mi mayor fuerza se manifiesta en la debilidad”. Con mucho gusto, pues, me preciaré de mis debilidades, para que me cubra la fuerza de Cristo” (2Cor 12,9) Cuando dices: “Es imposible” Dios te dice: “Lo que es imposible a los hombres, es posible para Dios” (Lc.18,27) Cuando dices: “Me siento muy solo/a” Dios te dice: “Puede una madre olvidar al niño que amamanta? Pues aunque ella se olvidara, yo no te olvidaré” (Is 49,15) Cuando dices: “¿cómo podré hacer esto que me pides? ¿Quién me ayudará?” Dios te dice: “Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas encontrarás refugio” (Sal 90.4) Cuando dices: “No tengo perdón de Dios” Dios te dice: “Yo te perdono» 1 Jn1,9 Rom.8,1. «Aunque vuestros pecados fuesen como escarlata, se volverán blancos como la nieve» (Is.1,18) Cuando dices: “Tengo miedo” Dios te dice: “No temas, porque yo estoy contigo; no te angusties, porque yo soy tu Dios” (Is.41,10) Cuando dices: “Estoy muy cansado/a” Dios te dice: “Venid a mí los que andáis cansados y agobiados y yo os aliviaré” (Mt 11,28) Cuando dices: “No soy capaz de seguir adelante, no sé el camino” Dios te dice: “Yo te indicaré el camino” (Sal.32,8) “Yo soy el camino”(Jn 14,6) Cuando piensas: “Este mundo es un asco. Todo es corrupción y mentira”. Dios te responde: “Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús” (Flp 2,5), “Vosotros sois la luz del mundo y la sal de la tierra” (Mt 5,13-14)
PARROQUIA CORAZÓN DE MARÍA GIJÓN www.pacomargijon.org
Avda. Pablo Iglesias, 82
985 37 09 44
PARA ENTENDER EL ENCUENTRO DE JESÚS CON LA SAMARITANA
Domingo 3º Cuaresma Ciclo C
28-02-2016
El pozo de Jacob en el que se produce la escena del evangelio de hoy tiene connotaciones nupciales. Un poco de historia. En ese mismo pozo de Jacob encontró Isaac a su esposa Rebeca que venía a dar de beber a su rebaño. Moisés también conoce a Sipora, su esposa, junto a un pozo, cuando huía de los egipcios. Moisés defendió a las hijas de Reuel cuando un grupo de pastores llegó al pozo y las echaron.Como gratitud, Reuel concedió a una de sus hijas, Sipora, como esposa. Con estos antecedentes que todo el mundo conocía, nada tiene de extraño que el encuentro de Jesús con la samaritana tuviera un sabor nupcial. San Juan nos presenta a Jesús como el esposo de su Iglesia a quien le pide un poco de agua a cambio de la vida eterna. Los samaritanos eran una raza híbrida entre israelitas y paganos. Eran tan repugnantes para los judíos ortodoxos que ninguno atravesaba Samaría para subir a Jerusalén. Daban un rodeo. Jesús, sin embargo, ha superado los prejuicios. Las costumbres judías eran estrictas. Ninguna mujer decente iba sola a sacar el agua del pozo. Lo hacían de mañana o cuando había refrescado la tarde, y lo hacían siempre en grupo. Triple sorpresa por contravenir las costumbres de la época según las cuales ningún judío ortodoxo atravesaba Samaría al subir a Jerusalén; ninguna mujer podía hablar con un desconocido sino en presencia de su marido; ninguna mujer iba sola a sacar el agua del pozo, y ningún judío se rebajaba a pedir agua a una mujer y, menos aún, si era samaritana -sugiere que no tenía buena fama-, y que siendo judío le pida a ella de beber. Inconcebible.