SALMO PASCUAL Este es el día en que actuó el Señor, que sea un día de gozo y de alegría. Este es el día en que, vencida la muerte, Cristo sale vivo y victorioso del sepulcro. Este es el día que lava las culpas y devuelve la inocencia, el día que destierra los temores y hace renacer la esperanza, el día que pone fin al odio y fomenta la concordia, el día en que actuó el Señor, que sea un día de gozo y de alegría. Hoy, Señor, cantamos tu victoria, celebramos tu misericordia y tu ternura, admiramos tu poder y tu grandeza, proclamamos tu bondad y tu providencia. Que sea para nosotros el gran día, que saltemos de gozo y de alegría, que no se aparte nunca de nuestra memoria y que sea el comienzo de una vida de esperanza, de amor y de justicia.
VIDA PARROQUIAL La colecta del domingo 24, tal como nos ha pedido el papa Francisco, irá destinada a Ucrania. A continuación tienes más información sobre los motivos de la misma.
UNA PETICIÓN Y UNA CELEBRACIÓN
Al final de la misa jubilar, el papa Francisco recordó un drama europeo, la guerra en Ucrania, «que ha causado miles de muertos y ha obligado a marcharse a más de un millón de personas a causa de la grave situación, que todavía continua». Ante el sufrimiento de los refugiados y los damnificados por esa guerra, el Papa anunció que «el próximo 24 de abril tendrá lugar una colecta especial en todas las iglesias de Europa, como gesto de solidaridad del Papa y de toda la Iglesia. Invito a los fieles a sumarse con un donativo generoso». El Santo Padre manifestó su deseo de que ese gesto de ayuda económica por parte de los católicos europeos «ayude a promover sin nuevos retrasos la paz y el respeto del derecho en esa tierra tan atribulada». Al despedirse de los peregrinos, Francisco recordó que este lunes se celebra el Día Internacional para la Sensibilización contra las Minas Antipersonal, que continúan sembradas a millones en muchos territorios de guerra, causando víctimas muchos años después de que hayan terminado los conflictos. El papa hizo notar que «demasiadas personas continúan siendo muertas o mutiladas por esas armas terribles, mientras que hombres y mujeres valerosos arriesgan su vida para limpiar terrenos minados. Por favor, ¡renovemos nuestro empeño por un mundo sin minas!».
PARROQUIA CORAZÓN DE MARÍA GIJÓN www.pacomargijon.org Avda. Pablo Iglesias, 82 985 37 09 44
4º Domingo de PASCUA Ciclo C
17-4-2016
PASCUA: SIGUE EL RETO “Vivir como resucitados” Éste es el gran desafío que nos sigue presentando este tiempo de Pascua. En él continuamos. Entendemos que una pascua sin transformación es como una medicina sin efecto alguno. “Vivir como resucitados” alude a una forma de vida que se sale de la vida que se estila, de las motivaciones que se llevan, de los caminos que la gente elige, de las coordenadas por las que se mueven nuestros contemporáneos. “Vivir como resucitados” apunta a una experiencia de transformación plena, al paso de un estado de muerte a un estado de vida en plenitud. Sólo viviremos como resucitados si somos capaces de mostrar nuestra identidad de creyentes en Jesús con actitudes y acciones orientadas por su Espíritu. El desafío de vivir como resucitados es un reto a personas y comunidades para que caminen conforme al Espíritu y vivan una espiritualidad liberadora. Se trata de una llamada urgente a una sociedad asfixiante, con la gente y las comunidades cansadas y con poca esperanza, y en una iglesia excesivamente institucionalizada que presta poca atención al Espíritu. Necesitamos una renovación en el Mesías Jesús, y el gestor de ese renacimiento es el Espíritu de Dios.
A LA LUZ DE TU PALABRA
“YO Y EL PADRE SOMOS UNO”
Hechos de los Apóstoles 13, 14. 43-52
El evangelista Juan subraya intencionadamente la presencia de Jesús resucitado en medio de su comunidad. Cuando Jesús hablaba, ponía toda su pasión, en hacer ver a la gente que Dios y su amor tenían que reinar en este mundo. Pero cuando no estaba predicando o hablando, Jesús ponía todo su ardor en forjar una comunidad de discípulas y discípulos. En eso invirtió Jesús su tiempo: en reunir, en ponerse al frente de su comunidad de seguidores y darle ejemplo. ¿Por qué quemó Jesús tantas energías en reunir y dejar asentada una Comunidad? ¿Para qué es la Comunidad que reúne Jesús? Jesús quería que su comunidad transformara este mundo, como la levadura transforma la masa, como la sal da sabor y conserva la comida, como la luz transforma la oscuridad. Jesús sabía que este mundo sólo tiene arreglo desde el cambio de mentalidad; nuestro mundo sólo va a cambiar cuando nosotros mismos cambiemos, y por eso quiere dejar una Comunidad de discípulos que aprendan de Él, que vivan como Él, asuman sus mismas actitudes y opciones, su misma entrega, y su mismo afán de compartir vida. Jesús quiere que los que formamos su Comunidad seamos una alternativa al modelo de sociedad en que vivimos y no una pobre copia de ésta.
“La palabra del Señor se iba difundiendo por toda la región. Pero los judíos incitaron a las señoras distinguidas y devotas y a los principales de la ciudad, provocaron una persecución contra Pablo y Bernabé y los expulsaron del territorio. Ellos sacudieron el polvo de los pies, como protesta contra la ciudad, y se fueron a Iconio. Los discípulos quedaron llenos de alegría y de Espíritu Santo”. Apocalipsis 7, 9. 14b-17 Yo, Juan, vi una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y uno de los ancianos me dijo: - «Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero. Por eso están ante el trono de Dios, dándole culto día y noche en su templo». Juan 10, 27-30 “En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno».
AÑO DE LA MISERICORDIA “Tal vez durante tanto tiempo nos olvidamos de afirmar y vivir el camino de la misericordia”, dijo el papa Francisco recientemente. Su reproche benevolente es un reto, no sólo para la Iglesia, a tomar en serio durante este Jubileo. Olvidar la misericordia no es un asunto trivial. Para la Iglesia es equivalente a alejarse inexplicablemente de la esencia misma del Evangelio y su misión especial en el mundo. La misericordia no es un concepto ni una palabra abstracta. Es la vida concreta sobre la cual hay que medir la credibilidad de los cristianos. Vivir la misericordia significa tener ante nuestros ojos la acción de Dios. No es fácil para las lenguas modernas traducir la complejidad del concepto bíblico de misericordia. La derivación latina, especialmente en la explicación de san Agustín, impide ver la riqueza que surge de la revelación. Como sabemos, la palabra latina, misericordia, se compone de los términos “miseria” y “corazón”. El primero se refiere a la indigencia y la pobreza de quienes se ven obligados a vivir en los márgenes de la sociedad. Cuando el corazón se acerca a la miseria la destruye.