06 08

Page 1

ESPÍRITU DIVINO Luz de Dios, disipa la tiniebla de mis dudas y guíame.

PARROQUIA CORAZÓN DE MARÍA GIJÓN www.pacomargijon.org

Fuego de Dios, derrite el hielo de mi indiferencia y abrásame.

Avda. Pablo Iglesias, 82

985 37 09 44

Pentecostés CICLO A

08-06-2014

Torrente de Dios, fecunda los desiertos de mi vida y renuévame. Fuerza de Dios, rompe las cadenas de mis esclavitudes y libérame. Alegría de Dios, aleja los fantasmas de mis miedos y confórtame. Aliento de Dios, despliega las alas de mi espíritu y lánzame. Vida de Dios, destruye las sombras de mi muerte y resucítame. Ven, Espíritu Paráclito, Espíritu creador y santificador, Espíritu renovador y consolador, Espíritu sanador y pacificador. Ven y concede hoy a tu Iglesia, reunida en el Cenáculo con María, la experiencia de Pentecostés. (Ángel Sanz Arribas cmf)

“La novedad nos da siempre un poco de miedo, porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida, según nuestros esquemas, seguridades y gustos… Tenemos miedo a que Dios nos lleve por caminos nuevos, nos saque de nuestros horizontes, con frecuencia limitados, cerrados, egoístas, para abrirnos a los suyos”. Los teólogos antiguos decían: el alma es una especie de barca de vela; el Espíritu Santo es el viento que sopla la vela para hacerla avanzar; la fuerza y el ímpetu del viento son los dones del Espíritu. Sin su fuerza, sin su gracia, no iríamos adelante. El Espíritu Santo nos introduce en el misterio del Dios vivo, y nos salvaguarda del peligro de una Iglesia gnóstica y de una Iglesia autorreferencial, cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las puertas para salir, para anunciar y dar testimonio de la bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la fe, del encuentro con Cristo. El Espíritu Santo es el alma de la misión. (Papa Francisco, homilía Pentecostés)


P

Tus

alabras son Espíritu y Vida

Hechos 2, 1-11. Lucas describe el envío del Espíritu Santo como un hecho solemne, acontecido en JERUSALÉN, 50 días después de la Pascua. El Espíritu presente en el inicio de la vida pública de Jesús, está presente también en el inicio de la actividad misionera de la Iglesia. El Espíritu Santo transforma profundamente a los apóstoles y une en una misma comunidad de amor pueblos de todas las razas y culturas. 1Cor 12, 3b-7.12-13. “Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, he-

mos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu”.

Jn 20,19-23. Juan sitúa la recepción del Espíritu Santo en GALILEA, al anoche-

cer del día de Pascua. Jesús resucitado va al encuentro de los apóstoles, ofrece la paz y los plenifica con los dones del Espíritu Santo. - El “anochecer”, las “puertas cerradas”, el “miedo” revelan la situación de una comunidad desorientada e insegura. - Sin embargo, Jesús aparece “en medio de ellos”. - Los discípulos redescubren su punto de referencia que es Jesús, y recuperan su identidad. - Jesús les desea “la paz” (‘Shalon’). Esta paz significa serenidad, tranquilidad, confianza, para que los discípulos superen el miedo y la inseguridad. - Enseguida, Jesús “les muestra las manos y el costado”. Son las “señales” de la entrega total y amorosa de Jesús en la cruz. - Después, comunica su Espíritu, con el gesto de soplar sobre los discípulos. Con el “soplo” de Dios en la creación, el hombre de barro adquirió vida. Con este “soplo” de Jesús, nace el Hombre Nuevo.

Pentecostés continúa:

- En NUESTRA VIDA hubo un Pentecostés. Animados por el don de Cristo Resucitado en el BAUTISMO y fortalecidos por el Espíritu Santo recibido en la CONFIRMACIÓN, somos enviados al mundo como mensajeros de la paz y constructores de la UNIDAD. - En la IGLESIA: El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia. Él la enriquece y la renueva con sus dones y carismas. - En la MISIÓN: “Como el Padre me envió, también os envío yo...”. El cristiano es un enviado: Para vivir y contagiar la Paz, tantas veces ausente en el mundo. Para experimentar el perdón y la misericordia: es el don gratuito del Padre a quien se abre a la acción de su amor (Espíritu). Para ser constructor de la Comunidad viviendo en fraternidad.

Invocación al Espíritu Ven Espíritu Santo. Despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante. Enséñanos a vivir confiando en el amor insondable de Dios nuestro Padre a todos sus hijos e hijas, estén dentro o fuera de tu Iglesia. Si se apaga esta fe en nuestros corazones, pronto morirá también en nuestras comunidades e iglesias. Ven Espíritu Santo. Haz que Jesús ocupe el centro de tu Iglesia. Que nada ni nadie lo suplante ni oscurezca. No vivas entre nosotros sin atraernos hacia su Evangelio y sin convertirnos a su seguimiento. Que no huyamos de su Palabra, ni nos desviemos de su mandato del amor. Que no se pierda en el mundo su memoria. Ven Espíritu Santo. Abre nuestros oídos para escuchar tus llamadas, las que nos llegan hoy, desde los interrogantes, sufrimientos, conflictos y contradicciones de los hombres y mujeres de nuestros días. Haznos vivir abiertos a tu poder para engendrar la fe nueva que necesita esta sociedad nueva. Que, en tu Iglesia, vivamos más atentos a lo que nace que a lo que muere, con el corazón sostenido por la esperanza y no minado por la nostalgia. Ven Espíritu Santo. Purifica el corazón de tu Iglesia. Pon verdad entre nosotros. Enséñanos a reconocer nuestros pecados y limitaciones. Recuérdanos que somos como todos: frágiles, mediocres y pecadores. Libéranos de nuestra arrogancia y falsa seguridad. Haz que aprendamos a caminar entre los hombres con más verdad y humildad. Ven Espíritu Santo. Enséñanos a mirar de manera nueva la vida, el mundo y, sobre todo, a las personas. Que aprendamos a mirar como Jesús miraba a los que sufren, los que lloran, los que caen, los que viven solos y olvidados. Si cambia nuestra mirada, cambiará también el corazón y el rostro de tu Iglesia. Los discípulos de Jesús irradiaremos mejor su cercanía, su comprensión y solidaridad hacia los más necesitados. Nos pareceremos más a nuestro Maestro y Señor. Ven Espíritu Santo. Haz de nosotros una Iglesia de puertas abiertas, corazón compasivo y esperanza contagiosa. Que nada ni nadie nos distraiga o desvíe del proyecto de Jesús: hacer un mundo más justo y digno, más amable y dichoso, abriendo caminos al reino de Dios. (José Antonio Pagola)


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.