A
VISO: OPERACIÓN
KILO
¡VIVE SENCILLAMENTE PARA QUE OTROS, SENCILLAMENTE, PUEDAN VIVIR!
Si el Adviento es tiempo de espera y esperanza, de iluminar tristezas y curar desencantos. La crisis profunda de nuestro tiempo ha tocado los puntos más sustanciales del hombre, como son la fe ilusionada y la solidaridad esperanzada. Mucho desencanto, sin duda; pero con un problema añadido, el de acostumbrarse. ¿Esperanza? La de sobrevivir. Como cristianos no debemos conformarnos con esperar un mundo mejor, sino que debemos comprometernos para conseguir que sea mejor. El que reza: venga a nosotros tu Reino se dedica a sembrar semillas del Reino. Cuanto esperamos, lo debemos esperar para todos. La esperanza es solidaria; crece y se desarrolla uniendo las manos, las mentes y los corazones. Así la esperanza se contagia. “Nunca os dejéis vencer por el desánimo... Por favor, ¡no os dejéis robar la esperanza!, la que nos da Jesús”, dice el papa Francisco. El próximo sábado día 14, un grupo de voluntarios pasarán por todas las casas del barrio anunciando la operación kilo. El sábado día 21 volverán a pasar a recoger los alimentos que toda la comunidad queramos aportar para hacer una auténtica comunicación de bienes con nuestros vecinos más necesitados.
PARROQUIA CORAZÓN DE MARÍA GIJÓN www.pacomargijon.org
Avda. Pablo Iglesias, 82
985 37 09 44
FIESTA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
2º DOMINGO Adviento 08-12-2013
Yo te saludo, María, porque el Señor está contigo, en tu casa, en tu calle, en tu pueblo, en tu abrazo, en tu seno. Yo te saludo, María, porque preguntaste lo que no entendías -aunque fuera un mensajero divino- y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego, sino que tuviste diálogo y palabra propia.
A todos, por vuestra generosa colaboración ¡muchas gracias!
2ª EXHORTACIÓN DEL PAPA FRANCISCO “El gozo del evangelio” “El gran riesgo del mundo actual, con su múltiple y abrumadora oferta de consumo, es una tristeza individualista que brota del corazón cómodo y avaro, de la búsqueda enfermiza de placeres superficiales, de la conciencia aislada. Cuando la vida interior se clausura en los propios intereses, ya no hay espacio para los demás, ya no entran los pobres, ya no se escucha la voz de Dios, ya no se goza la dulce alegría de su amor, ya no palpita el entusiasmo por hacer el bien. Los creyentes también corren ese riesgo, cierto y permanente. Muchos caen en él y se convierten en seres resentidos, quejosos, sin vida. Ésa no es la opción de una vida digna y plena, ése no es el deseo de Dios para nosotros, ésa no es la vida en el Espíritu que brota del corazón de Cristo resucitado” (nº 2 de la exhortación).
Yo te saludo, María, porque concebiste y diste a luz un hijo, Jesús, la vida; y nos enseñaste cuánta vida hay que gestar y cuidar si queremos hacer a Dios presente. Yo te saludo, María, porque te dejaste guiar por el Espíritu y permaneciste a su sombra, tanto en la tormenta como en la bonanza, dejando a Dios ser Dios y no renunciando a ser tú misma. Yo te saludo, María, hermana peregrina. Camina con nosotros, llévanos junto a los otros y mantén nuestra fe. (Florentino Ulibarri)