*El próximo lunes, día 29, tendremos el funeral comunitario a las 19,30 h. *el rosario de los miércoles del Adviento será suplido por el rezo de Vísperas a las 19,00 h. *La colecta de Cáritas del domingo 1º de diciembre queda aplazada hasta el día 19. Ésta será fecha de la colecta extraordinaria de Navidad..
¡Qué pena! ¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas y siempre se repitieran los mismos pueblos, las mismas ventas, los mismos rebaños, las mismas recuas! ¡Qué pena si esta vida tuviera -esta vida nuestramil años de existencia! ¿Quién la haría hasta el fin llevadera? ¿Quién la soportaría toda sin protesta? ¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha? Los mismos hombres, las mismas guerras, los mismos tiranos, las mismas cadenas, los mismos farsantes, las mismas sectas ¡y los mismos poetas! ¡Qué pena, que sea así todo siempre, siempre de la misma manera!
¡Ven, Señor, Jesús, y renueva nuestra vida!
V
isión de Isaías, hijo de Amós, acerca de Judá y de Jerusalén: Al final de los días estará firme el monte de la casa del Señor en la cima de los montes, encumbrado sobre las montañas. Hacia él confluirán los gentiles, caminarán pueblos numerosos. Dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob: él nos instruirá en sus caminos y marcharemos por sus sendas; porque de Sión saldrá la ley, de Jerusalén la palabra del Señor.» Será el árbitro de las naciones, el juez de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, ven, caminemos a la luz del Señor.
Lectura del libro de Isaías: Is 2,1-5
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos: Rm 13,11-14
H
ermanos: Daos cuenta del momento en que vivís; ya es hora de despertaros del sueño, porque ahora nuestra salvación está más cerca que cuando empezamos a creer. La noche está avanzada, el día se echa encima: dejemos las actividades de las tinieblas y pertrechémonos con las armas de la luz, Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas ni borracheras nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestíos del Señor Jesucristo.
Lectura del santo evangelio según San Mateo: Mt 24,37-44
E
n aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Cuando venga el Hijo del hombre pasará como en tiempo de Noé. Antes del diluvio, la gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: Dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán. Por lo tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor. Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón estaría en vela y no dejaría abrir un boquete en su casa. Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
¿Ceguera social o alarmismo sin fundamento? Con tanta “telebasura” y tanta conversación frívola nos vamos habituando a una vida superficial, a perdernos en las apariencias... Pero el Señor nos invita a vivir y a mirar con lucidez lo que está pasando a nuestro alrededor y a dejarnos interpelar por esa realidad entre cuyos pliegues se va gestando la promesa de la venida del Señor y con ella la esperanza de un mundo nuevo.. Jesús ya vino. Hoy viene de otra forma. Se hace urgente aprender a descubrirle en nuestra vida personal y en nuestro entorno social. Y se hace urgente que sus seguidores le hagamos presente con nuestro testimonio de vida reproduciendo sus signos. Estamos emplazados a dar fe de que nuestra fe nos va salvando de tanta dictadura publicitaria y de tanto dominio de nuestras pasiones. El Adviento nos convoca a hacer visible la fuerza transformadora de una vida montada sobre la confianza total en Dios y sobre el amor que hace hermano a cada prójimo. Estamos emplazados a ser personas “de ojos abiertos” que hace de su fe una lente adecuada para ver el mundo con todas sus maravillas y miserias. Estamos emplazados a colaborar en la gestación de este mundo nuevo basado en el amor, un mundo que gime por salir a la luz de nuestra calles y casas, de nuestra vida política y social proclamando que el Reino de Dios va ganando terreno al mal y al desamor. El adviento nos emplaza a mirar al presente y al futuro, no a nuestro pasado repleto de heridas. Escuchamos a Pablo: “daos cuenta del momento en que vivís”... el día está próximo... hay una promesa y un Dios fiel... hay que estar atentos, prestos... El evangelio no quiere asustarnos sino animarnos a recibir la Buena Noticia... el proceder amoroso de Dios que acoge a justos y pecadores. Pero no podemos estar inactivos y retardar el proyecto de Dios. La grandeza y la gravedad de nuestra vida será colaborar responsablemente con este proyecto. Ayúdanos, Señor a vivir así, a “ver bien”, a caminar en tu luz, a escuchar el grito del sufrimiento ajeno. Que nuestro corazón esté presto para acogerte orando, trabajando y sirviendo con alegría.