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arte ideas ansia vida posibilidad / año 2 núm. 3 issn en trámite enero-abril 2012


Si los muertos vivientes nos invaden‌


Los nuevos héroes L

a condición heróica se ha democratizado en nuestro país, todos vivimos en alerta permanente intentando sobrevivir a una balacera, un secuestro exprés o la primera plana de los diarios. La inseguridadvulnerabilidad nos lanza al vacío cuando ponemos los pies fuera de casa o al dar vuelta en la esquina sin saber qué nos espera. Todos somos héroes sin capa ni máscara, dispuestos a surcar el día a día. Más que un aviso al estilo de lo transmitido por Orson Welles respecto a la invasión marciana, o el epígrafe para una película apocalíptica, lo anterior ocurre en el presente. Sabemos qué pasa: la avaricia, la impunidad y la falta de futuro son las verdaderas causas tanto de la violencia como del delito. A ello habrá que oponer cultura, imaginación y protesta. En el centro está la impunidad, pues con mucha facilidad nos atrevemos a delinquir de múltiples maneras, con lo casi inocuo o con lo terrible, a sabiendas de que no habrá castigo. Nuestro sistema de justicia está roto, corrompido, y en muchísimos casos el abuso está en relación proporcional con el poder.

En esta ocasión presentamos ciertas muestras de esta catástrofe nacional como denuncia o reflexión, y a veces como señal de la asimilación colectiva o traducción a los lenguajes del arte. Así como las películas de la época de oro de nuestro cine mostraban las costumbres, la cotidianidad y la moral de esos años, estas colaboraciones exponen rasgos de la crisis social que padecemos. Las renuncias colectivas de policías que huyen con sus familias, las miles de casas abandonadas en el norte del país, los muertos, desaparecidos y desplazados de estos cinco años, los subejercicios y tranzas presupuestales, los acomodos y patadas al interior de la clase política, el desastre ecológico y un lugar vergonzoso en la distribución del ingreso, desempeño escolar, sobrepeso, etc., son la medida de nuestra realidad. Como nuevos héroes, igualmente estamos expuestos a la superestructura —las ideas y lo inmaterial de la conformación social—, y por eso también se habla aquí de los discursos políticos, la barbarie y el acomodo a la violencia como temas de canciones, las ondas de radio y los mitos que hacen que la existencia sea a la vez retadora, compleja e incierta. ¡Qué difícil es ser mexicano en estos tiempos globalizados! Pero también hay creatividad y vida, verde en medio de nuestros desiertos.

Héctor Zavala

editorial


directorio

c  o  n  t e nido

Universidad Autónoma Metropolitana Rector General | Dr. Enrique Fernández Fassnacht

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Secretaria General | Mtra. Iris Santacruz Fabila

Los ninis: una nueva aportación del discurso político Luis Porter

Unidad Xochimilco Rector de Unidad | Dr. Salvador Vega y León Secretaria de Unidad | Dra. Beatriz Araceli García Fernández

Radio por satélite en México Gabriel Sosa Plata

ranAzul

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Director | Héctor Zavala Sánchez Editor | David Gutiérrez Fuentes Consejo asesor | René Avilés Fabila, Raúl Hernández Valdés, Andrés de Luna Olivo y Cynthia Martínez Benavides Trabajo tipográfico | Ana Bertha Galván Mata

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Historia universal de la infamia Andrés de Luna

La música en la literatura: El animal moribundo de Philip Roth René Avilés Fabila

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Cuidado de la edición | Virginia Martínez Salazar Diseño gráfico | Hugo Adrián Ábrego García

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Relaciones públicas | Alicia Ortiz Serna

Zombies patrios Juan Villoro

Las 7 cabronas e invisibles de Tepito

Un proyecto de Mireia Sallarès

Créditos de imágenes Portada: El diente de oro, de la serie La raza del Cartel Huerco, de Ricardo Delgado Herbert. Óleo sobre tela, 50 x 50 cm, 2003. Contraportada: Martha, de la serie Las quinceañeras del Far Far West, de Ricardo Delgado Herbert. Acrílico, laca y diamantina sobre masonite, 60 x 50 cm, 2010. 2ª, 3ª de forros y página 64: Si los muertos vivientes nos invaden…zombienvenidos… “Marcha zombie 2011”. Fotografías de Hugo Ábrego.

Interiores: Página 4: 2011, de David Cruz López. Técnica mixta, 29.7 x 21 cm, 2011. Páginas 10-13: Mural de Diego A. de Anda González, Diego Germán Calva Corona, Fernando Aarón Cabrera Galicia, Carlos Alberto López Beltrán, y la colaboración de Alejandro Sánchez Luna, Jorge Ibarra Bouchain, Allan “Calavera”. Vinílica sobre tela, 214 x 688 cm, 2011. Páginas 15-17: Philip Roth, ilustración de Héctor Leonides.

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Páginas 18-19: Fotografías de Hugo Ábrego. Páginas 20, 22-24: Fotografías proporcionadas por la artista tomadas durante la presentación del proyecto Las 7 cabronas e invisibles de Tepito, de Mireia Sallarès, 2009. Página 26: Miss Bala, ilustración de Héctor Leonides. Página 31: Buchona, ilustración de Héctor Leonides.


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Miss Bala, las imágenes de la tragedia Héctor Zavala

Las canciones, otro espectro

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Política D.T. (Después de Twitter) Zyanya P. Ruiz Chapoy

Huellas sonoras

Tania Barberán, Maru de la Garza y Juan Carlos R. Ogarrio

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Avándaro, 40 años después. Algunos mitos Rodolfo Bucio

La monstruoteca de Ricardo Delgado David Gutiérrez Fuentes

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ranAzul, Año 2, No. 3, enero-abril del 2012, es una publicación cuatrimestral editada por la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco, a través de la Coordinación de Extensión Universitaria. Edificio A, tercer piso, Calzada del Hueso No. 1100, Col. Villa Quietud, Del. Coyoacán, C.P. 04960, México, D.F. Tel. 54837333, 7320, Editor responsable: David Gutiérrez Fuentes. Reserva de derechos al uso exclusivo No. 04-2011062209001100-102, ISSN en trámite. Certificado de Licitud de Título y de Contenido otorgado por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación No. 15294. Impresa por Impresos Record (Miguel Leopoldo Vázquez Alcántar) Samahil 347, Col. Jardines del Ajusco, Del. Tlalpan C.P. 14200. Este número se terminó de imprimir en enero del 2012 con un tiraje de 2000 ejemplares. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de la Universidad Autónoma Metropolitana Las opiniones expresadas por los autores no reflejan la postura del editor ni de los responsables de la publicación. Distribución gratuita Tiraje digital:

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Contacto: ranazul.uam@gmail.com

Arte Huerco

Página 32: Ilustración tomada de Internet http://nfgraphics.com/fritz-torres/ Páginas 34-36: Comunidad de pájaros 1, de Mercedes Lozano. Collage y retoque digital, 2011. Página 37: Las manzanas, de Arturo Rivera. Óleo sobre tela, 120 x 162 cm, 2006.

Páginas 38-43: Imágenes del proyecto fotográfico Huellas sonoras realizado por estudiantes y profesores de Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. Páginas 44-47: Chica de Avándaro, ilustración de Héctor Leonides. Páginas 48 y 54: Ricardo Delgado Herbert. Fotografías de Héctor Zavala.



Los ninis: una nueva aportación del discurso político Luis Porter

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l proceso de pauperización de México es histórico y actualmente alcanza índices que nos sitúan mal en el concierto de países de América Latina, donde el promedio de pobreza es de 30% mientras que en México es de 50%, uno de los mayores en el mundo. La composición de los jóvenes que hoy ingresan a las universidades públicas refleja esta situación, aunque con más claridad lo hacen los miles de jóvenes excluidos que no tienen acceso ni a la educación ni al trabajo. Esto nutre trimestre a trimestre la base social de apoyo al narcotráfico, convirtiéndolos en carne de cañón de esta guerra cruenta que crece día a día sin que nada parezca detenerla. Nos avalan en estas declaraciones las palabras del múltiple Doctor Bernardo Kliksberg, un prestigioso y notable experto asesor de la Dirección de Políticas de Desarrollo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud). En un país como el nuestro, en donde uno de cada cinco jóvenes termina la secundaria, uno se pregunta cómo los políticos siguen dando discursos en lugar de caer avergonzados de rodillas. Todos sabemos que en lugar de mandar al ejército a las calles hay que mandar a los niños y jóvenes a la escuela, lo que implica abrir lugares para todos mientras el resto del país se prepara para ofrecer trabajo a estos egresados. Esta tarea que implica la existencia de políticos estadistas, representativos de una democracia, ha sido sustituida cada vez con mayor ahínco en la escritura de discursos, en cuyo arte de no decir nada, la clase política mexicana ni falla ni se gasta. Los verdaderos ninis del discurso, siempre llegan con nuevos vocablos útiles para insistir en su capacidad de hablar sin decir algo significativo. Para lograrlo constantemente roban o inventan términos (como el de “competencias”) que los académicos intentamos combatir, en contra de un estudiantado ávido por aprenderse las reglas del juego y ser buenos subordinados. Hoy lidiamos con el nini.

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co de fonemas tan sin sentido Kliksberg, sin duda uno de los latinoamericanos mejor instruicomo confusos (pensemos en do en el tema de la pobreza, criticó que se utilice el término nini, el concepto de “competencias”, aclarando que “se trata de un mote útil para ocultar que no se por ejemplo). Hoy, el creativo en ha brindado a ese sector social la oportunidad de acceder a la comunicación de la sep contribuye posibilidad de vivir dignamente”. ¿Cómo ocurre en el escucha este desvío mental? Simplemente al existir un casillero llacon el nini, y el nini abre una nueva mado nini queda la impresión de que se nace con dichas etiqueta, un nuevo dedo indicador de condiciones, como si se tratara del destino obligado, algo anómalo, que por fin logra ese nivel y no el resultado de vivir en un país donde una de abstracción políticamente correcta, esta casta de empresarios operando con políticos especie de ingenioso mote, de dato más que han impedido a multitud de generaciones el duro, astuto; contribuyendo a la pléyade termiderecho a la esperanza. Entonces, entendanológica que el sistema ha creado no por medio mos a los ninis como los excluidos del sisde la imaginativa acción poética de un ingenioso tema. Expulsados y excluidos por alguien, bardo, que blandiendo la lira de su imaginación no por ellos mismos. “Nosotros decimos: ha creado el nuevo nombre para el desolado perfil ni trabaja ni estudia, pero no, no es que del rechazado; sino del siniestro subordinado hacedor de discursos, capataz de entuertos y galimatías. ni trabaje ni estudie, es que no lo dejaEntonces, ese joven, rechazado una y otra vez por la ron hacer ni una cosa ni la otra”, agrega universidad, y en la puerta siguiente, por la empresa, Kliksberg. Nosotros decimos, “prefieren guarda su solicitud, que llenó y firmó con angustia, que quedarse a vivir con sus padres” y no que no les queda otra. escribió con ansiedad, junto a las tres fotos de frente en Para el político que todo lo conviertamaño infantil, para ser parte de la larga fila de desempleados, de excluidos, que hoy la astuta acción del inte en número, en pirámide, en dato ventor de muecas, bautizó con el ingenioso mote de nini, duro, en pastel o croqueta, es decir antesala de la delincuencia. en abstracción que como cortina de humo lo exime de su real dimenNo culpen al gobierno por no abrir nuevas plazas y desión y significado, y también para jar que las instituciones universitarias vayan envejeciendo, el achichincle del político, este sí, hasta que se mueran solas. Entusiásmense mejor por la apaentrenado en la universidad, que rición, aquí y allá, de orgullosas opciones “tecnologicarias”, trasmuta obesidad por desviación dejando a la Universidad Pública en estado de paulatina inestándar, pobreza por distribuaninición. Si trazamos el mapa de trayectorias de vida, vereción asimétrica, violencia por mos a una gran cantidad de jóvenes ubicados en la categoría sesgo negativo, el concepto nini, nini, confundiendo la palabra “plaza” que alguna vez consticon esa virtud infinitesimal que tuyó un lugar o puesto fijo y seguro, con la de feria o mercado de él se filtra, ha embonado en ralo; un jardín de bancas ocupadas, por lánguidos poseedores la ideología de la evasión como de un ocio obligado, expertos en matar el tiempo. O tomando otro disfraz llegado como anisol en esas azoteas con castillos cuyas varillas oxidadas, promeni al dedo. Porque resulta que ten un segundo piso para el hijo o hija que no puede rentar nada. existe ahora una categoría Aquí estoy, dicen, sentado en mi calidad de nimio nini, con mi que sin explicar nada, ayuautoestima ninimizada, con mi refrigerador ninimalista, vegetariano da a que no entendamos del a fuerzas que vegeta sin ir ni para un lado ni pal otro, pues nini al todo, sabia pedagogía de los fin, nací de una probeta. ¡Que dichoso es usted, señor nini, tomanfilósofos de la sep, aparato do sol en lunes! –Virtudes de la pobreza, amigo mío, soy un eterno adolescente, un simple nini, y como tal existo. experto en sembrar duPero… ¿es que existe un legítimo nini? ¿alguien que por naturadas en forma categórica, leza ni estudie ni trabaje? Claro que los hay, observemos a los preescontribuyendo día a día colares, los que situados entre los cero y seis añitos, no tienen que al enriquecimiento de llenar ninguna solicitud de estudio ni de empleo. Son verdaderos ninis un vocabulario pletóri-

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naturales, y sin embargo, aprenden y producen. ¿Qué prodigio es este? Justificados en su dependencia pertenecen a una categoría de la que el gobierno parece no avergonzarse. ¿Qué puede ser más políticamente correcto que prometer a los ninios naturales un futuro promisorio siempre y cuando acepten ser admitidos en la escuela de los desempleados, cuya oferta es amplia, y abarca una enorme gama de posibilidades? Por fin, que no es otra que la escuela de la vida. ¿Y qué se imparte en ella? Sobresale la materia Organización, necesaria para lograr un buen acceso a la delincuencia organizada; también Comercio, si se pretende mercar en las esquinas y otros circuitos más complejos; Circulación y Tráfico, si se aspira a transitar por las supercarreteras de la droga. Para no hablar de las carreras técnicas más cortas, diplomados en robo de automóviles, cavado de fosas, cerrajería, manejo de camionetas van, chófer de buses, motos, y hasta bicis. Y luego, los posgrados: maestría en secuestro, en robo de casa habitación, en identificación de fenotipos, aplicado a migrantes y otros transeúntes, cuyas características hay que conocer para actuar. ¿Y por qué no uno o más doctorados en lavado de dinero, en comercio internacional, lo que requiere idiomas y un manejo sofisticado de la computación, de las finanzas, de la contaduría? Como puede verse, los ninis sí estudian y producen, sólo que al no tener acceso a la escuela formal, se quedan en la informal, esa que muchos desprecian, y qué es desde siempre, la más efectiva de nuestro sistema educativo. Entonces no podemos decir que haya un ser humano que no estudie ni trabaje. Todos lo hacen, todos lo hacemos, el asunto es, en todo caso, estar dentro del sistema legal, ético, aceptado... aunque, ¿no es en nuestro país donde el estudio de las leyes ha sido una manera de saber actuar correctamente fuera de la ley? No hay duda de que los ninis son el producto de algun niniestro experto en oratoria, de algún nínico, algún Hounini, experto en disfraces y en cerrojos, dispuesto a sorprender y a distraer al público con actos malabares de los que emerge tan ileso como impertérrito, orgulloso de sus labiales nini-manejos del idioma, que tanto oficio tienen y buen tino con el tomador de decisiones en turno. Mientras los académicos, tomando apuntes, aprendiendo, actualizando sus conocimientos, sin nini pena ni nini gracia, porque saben muy bien que los verdaderos ninis, son nuestros políticos, que ni estudian ni trabajan, ni la amuelan, ni han percibido que como nini-natos es muy posible que nini a su madre la hayan conocido.

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Una década de “invasión” estadounidense

Radio por satélite en México

Gabriel Sosa Plata

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n el año 2001 nació en Estados Unidos un nuevo medio de comunicación: la radio digital por satélite con cinco potentes satélites que cubren, desde entonces, todo el territorio estadounidense, pero también Canadá, Puerto Rico, Cuba, Centroamérica y, por supuesto, México, donde cualquier persona con tarjeta de crédito puede contratar este servicio, no supervisado por el gobierno pero tampoco prohibido.

xm Satellite Radio (xm) nació el 25 de septiembre de 2001 y Sirius Satellite Radio (Sirius) el 14 de febrero de 2002. Al inicio de sus operaciones ambas empresas fueron acérrimas competidoras, pero ante las cuantiosas pérdidas, en febrero de 2007 decidieron fusionarse y el gobierno estadounidense terminó aprobando la concentración –con algunas condiciones–, pese a la oposición de los empresarios de la radio abierta de am y fm. La radio satelital es un servicio de canales digitales de audio, así como de datos asociados (identificación del canal, título de la canción, intérprete, hora, entre otros) que son recibidos a través de equipos de recepción satelital de diferentes modalidades: portátiles, de mesa o instalados de fábrica en vehículos, barcos y aviones. Hasta ahora se han fabricado más de 800 modelos de receptores. De igual manera es posible captar las transmisiones en internet y mediante decodificadores de recepción satelital para ser conectados a aparatos de sonido analógicos destinados al hogar, la oficina o instalados en automóviles desde su fabricación. Los smartphones de Apple, Blackberry y Android también pueden ofrecer el servicio a través de las frecuencias de telefonía e internet. Actualmente la empresa ahora llamada Sirius xm Radio ofrece más de 135 canales de radio por satélite de música sin comerciales, así como dece-

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nas de canales de deportes, noticias, entretenimiento, tráfico y tiempo. Aunque el servicio no se ha caracterizado por ofrecer contenidos (música o programas hablados) fuera de los convencionales, sí se distinguen por incluir canales que la radio abierta de am y fm no puede transmitir por las prohibiciones establecidas en la legislación. Por ejemplo, en su oferta se encuentran los canales para adultos Play Boy Radio y uno dirigido a homosexuales y lesbianas, Out Q. También es posible oir a uno de los locutores más escuchados de la radio en Estados Unidos, pero también de los más sancionados por la Comisión Federal de Comunicaciones (fcc) de ese país: Howard Stern, quien en 2005 firmó un contrato millonario de exclusividad. Fiel a su estilo, en sus diversos canales de programas regulares, especiales y repeticiones de sus “shows”, el afamado locutor hace gala de su lenguaje irreverente, de alto contenido sexual y de una fuerte carga ideológica en contra de minorías como los latinos.

Radio sin fronteras Desde que nació este servicio, se sabía que las transmisiones llegarían a México (los satélites no tienen fronteras), pero la empresa no tiene autorización para prestar servicios en el país. Sin embargo, se pueden adquirir equipos en establecimientos


en diversas ciudades o bien en internet. La suscripción a Sirius xm Radio también es on line en la página de la empresa y aunque se solicita una dirección en Estados Unidos la empresa no la confirma; lo que importa es, en todo caso, que la tarjeta de crédito esté vigente y la operación sea autorizada por el banco correspondiente. ¿Por qué legalmente no se ofrece el servicio en México? Fundamentalmente por la oposición de los empresarios de la radio mexicana y porque el gobierno, en diferentes momentos, consideró falta de mercado para esta tecnología y para nuevos competidores. Los canadienses pensaron distinto y ante lo mismo que sucede en México –la venta de equipos de recepción y suscripciones a distancia– decidieron regularizar el servicio en su país, se aliaron con xm Sirius y colocaron en los satélites programación en francés y contenidos acordes con su cultura y necesidades de información. En México, desde el nacimiento de la radio satelital, hubo empresas nacionales interesadas en aliarse con xm Sirius y ofrecer el servicio en nuestro país. Fue el caso de mvs Comunicaciones, de Joaquín Vargas, pero fue tal la oposición en la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (cirt) que canceló su proyecto. Años después, en marzo de 2010, Sirius xm informó su posible ingreso al mercado mexicano, luego de que firmara una carta de intención con Grupo acir, de la familia Ibarra, y con ella la creación de una filial llamada acir dars México, s. de r.l. de c.v., con la cual se asociaría la empresa estadunidense. Según la carta de intención, acir dars pagaría derechos a Sirius xm para poder prestar el servicio en México y tendría la opción para comprar en el futuro acciones de la compañía mexicana. Sin embargo, meses después, xm Sirius notificó que se había cancelado la operación, sin conocerse oficialmente las causas. Hace cinco años escribí un artículo sobre el impacto de la radio por satélite en México, que fue publicado en Revista Iberoamericana de Comunicación núm. 12, de la Universidad Iberoamericana (Primavera-verano 2007, pp. 121-138). Entre otras cosas dije: “Es evidente que los creadores de la radio por satélite en Estados Unidos tienen centrados sus objetivos sólo en esa nación. Es el mercado que les importa, pero ni siquiera en su totalidad. Muchas de las minorías que viven en ese país no se ven reflejadas en la programación de la radio por satélite. Por ejemplo, la más numerosa de ellas, la hispana, ha merecido, como se describió atrás, un porcentaje mínimo del total de la programación y se limita

a pocos formatos musicales. Los operadores de la tecnología, pues, no tienen la intención, como sí otras industrias culturales de Estados Unidos, de acaparar mercados distintos a los estadounidenses, pero la tecnología les ha permitido expandirse hacia otros países con propósitos hasta ahora no específicos, ni siquiera comerciales, aunque con efectos culturales y económicos transregionales”. Lo anterior viene a colación porque entre las novedades que divulgó xm Sirius a mediados de octubre de 2011 se encuentra la incorporación del canal de Radio Fórmula, de Rogerio Azcárraga. Sería deseable que otras emisoras mexicanas, entre éstas las públicas, puedan sumarse a la oferta de la empresa estadounidense. Otros cambios recientes de Sirius xm son los siguientes: “una significativa mejora y evolución del servicio satelital y por Internet… que en última instancia abarcará hardware, software, audio, y servicios de datos. Mediante el empleo de técnicas de modulación y compresión altamente eficientes, presentadas como parte de la tecnología 2.0 que efectivamente ofrece 25% más capacidad de ancho de banda, Sirius xm expandirá sus servicios de audio y datos sin afectar la calidad de emisión de los canales existentes”. En 2007 se preveía que entre el 2010 y el 2012 habría entre 30 y 45 millones de suscriptores de radio satelital. Las previsiones fallaron. Según sus propios reportes, al segundo trimestre de 2011, la empresa apenas superó los 21 millones de suscriptores. Nada mal, pero muy lejos del boom que se alcanzó en los inicios y de sus posibles tendencias. Yo tengo mi radio satelital y no dejo de sorprenderme de la magia de la radio, la de ayer, la de ahora y la que vendrá. En el caso de la radio satelital, me parece clarificadora una interpretación que sobre el globalismo y el desdibujamiento de fronteras hace Octavio Ianni en su libro La era del globalismo (México, Siglo xxi, 2004, p. 161) y que retomo en el artículo que escribí para Revista Iberoamericana de Comunicación: “[Con la globalización] se debilitan las fronteras reales e imaginarias que se habían dibujado en las épocas del colonialismo y del imperialismo, como el liberalismo, el evolucionismo y el darwinismo social. En pocos decenios, se intensifica y generaliza la adopción de las tecnologías electrónicas en la producción material y espiritual, en los medios de comunicación e información, lo que influye en la forma en que las cosas, las personas y las ideas se desterritorializan, como errantes del nuevo siglo”. Nota: En la versión digital, el resaltado en naranja vincula las referencias a páginas de internet.

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Historia universal

de la infamia

AndrĂŠs de Luna

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. La estupidez es una de las tragedias de la humanidad. A veces está enclaustrada en países cargados por el peso de la civilización, como es el caso de Canadá y su exacerbada matanza de focas en aras de una economía idiota. En ocasiones la riqueza parece oponerse al sentido común o a la simple inteligencia, las autoridades de la nación de la bandera con la hoja de maple se obstinan en defender un acto criminal. Las imágenes de los cazadores de estos mamíferos acuáticos son dolorosas por su brutalidad. Focas recién nacidas e inofensivas son torturadas con palos y tubos para después desollarlas cuando aún están vivas. Sólo en un cerebro vacío o pleno de imbecilidad es posible un acto así. Canadá se denigra con semejante voluntad estúpida. Una de las activistas que mejor han entendido el problema es Brigitte Bardot, quien ha mantenido una lucha sin tregua contra esos personajes dominados por la imbecilidad que actúan contra las focas. En tanto que China hace forros para zapatos con pieles de gato y de perro a los que sacrifica de forma ruin, las legislaciones internacionales son incapaces de frenar algo que roza en el frenesí, pues se trata de abatir costos en aras de la crueldad extrema. Pareciera que los animales son enemigos acérrimos Sería absurdo criticar a Canadá y a China sin del hombre, cuando, en un principio, las culturas devolver esa mirada a México. Aquí un agremiado primitivas hicieron de de esa estolidez es Pemex, que con sus derrames ellos figuras totémicas, de combustible mata especies marinas y deja en un deidades y toda clase de estado lamentable distintas regiones de la nación. interpretaciones en las El estado de Veracruz ha sabido de estos incidentes cuales estaba la sabidu- de lamentables consecuencias. Pemex mantiene una ría del comportamiento actitud irresponsable que va contra la ecología y que de multitud de repre- habla de un desinterés total en el mantenimiento sentantes de ese reino de sus ductos, y de todo lo que previniera futuras fugas de hidrocarburos en mares, lagunas y selvas. maravilloso. Fotografías de los lugares afectados por Pemex eran evidencia de devastación. Patos, peces y toda una fauna asesinados por la incuria de un organismo poblado de corruptelas.

La relación moderna de los hombres con los animales es, para tomar el título de Borges, “la historia universal de la infamia”. Marguerite Yourcenar quedó conmovida al ver la rudeza de trato de un cochero a un caballo. El tipo se ganaba la vida gracias a los esfuerzos del animal y el personaje le daba un maltrato constante. La escritora al pasar por los rumbos del hotel Plaza, de Manhattan, vio la escena y la guardó como un estigma de ese vínculo entre la nobleza de las bestias y la irracionalidad de los seres humanos. Ahora se ha revivido la anécdota de Friedrich Nietszche, quien en Turín se vio asaltado por una imagen aterradora: un cochero lastimaba a su equino con un látigo. El animal estaba en los huesos y desfallecía ante el esfuerzo, su fatiga era notable y era obvio que cualquier esfuerzo lo mataría. El tipejo que lo agredía tuvo que detener su carromato por un instante. Un hombre de mostacho poblado se acercó al caballo y lo abrazo, le pidió perdón en nombre de la humanidad. Era, como ya se dijo, el autor de Así hablaba Zaratustra, que se encontraba en una hipersensibilidad psicológica. Días después se sumergía en la locura de la que sólo la muerte lo iba a librar. Otro referente por el estilo ocurre en Acapulco, en donde unos personajes lamentables usan a los caballos sin alimentarlos de manera correcta, los tienen con un aspecto famélico y los maltratan sin consideración alguna. El planeta será mejor en la medida en que los gobiernos estúpidos dejen de serlo al masacrar a su fauna y la integren a un habitat que pueden compartir hombres y animales en beneficio común.

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. Con la elección de Joseph Ratzinger, Benedicto xvi, en 2005, los inquisidores siguen en el escenario público. Ellos, a lo largo de la historia de Occidente, han sabido ser jueces autoritarios que se amparan bajo el nombre de Dios para lanzar castigos brutales a los hombres. Habría que recordar el cuadro primero del acto cuarto de Don Carlo de Giuseppe Verdi, la escena tomada de Schiller por los libretistas Joseph Mery y Camille du Locle tiene una fuerza inusitada. Los hechos ocurren en el estudio del rey Felipe ii, quien dialoga con el Inquisidor, un hombre ciego de noventa años:

Felipe: ¿Puedo inmolar a mi hijo ante el mundo, yo, un cristiano? Inquisidor: Para salvarnos Dios sacrificó al suyo. Felipe: Pero ¿podrías dar vigor a una ley tan severa? Inquisidor: En todas partes tendrá vigor si lo tuvo en el Calvario. Felipe: Y la naturaleza y el amor ¿podrán callar en mí? Inquisidor: Todo deberá callar para exaltar la fe. Ratzinger antes del cónclave que lo llevó al trono de San Pedro era el encargado de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el equivalente al antiguo Santo Oficio. De la dureza del cardenal muniqués dan cuenta testimonios fehacientes como el del cura y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, quien en una entrevista reciente sobre Benedicto xvi afirmó sin más: “Es un inquisidor”. En tanto que Leonardo Boff, uno de los sacerdotes que pugnaban por una Teología de la Liberación, fue castigado de manera vil y severa por Ratzinger. Otros que conocieron al cardenal germano lo ubican en su condición de “hombre cruel, frío y silencioso”. Un religioso que deberá aprender a sonreír para estar a la altura de los juegos mediáticos, luego de la herencia difícil de Juan Pablo ii. En ocasiones las actitudes férreas y dogmáticas del ahora papa se acercan al texto de “El gran inquisidor”, reflexión magnífica que aparece en Los hermanos Karamazov de Dostoievski: “El anciano se jacta de haber conseguido, en unión de los suyos, suprimir la libertad para hacer a los hombres felices. ‘Pues hasta ahora no se ha podido pensar en la libertad de los hombres’, dice el cardenal, pensando evidentemente en la Inquisición. Y añade: ‘Los hombres, como es natural, se han rebelado. ¿Y acaso los rebeldes pueden ser felices? Se te advirtió, los consejos no te faltaron; pero Tú no hiciste caso: rechazaste el único medio de hacer felices a los hombres. Afortunadamente al marcharte dejaste en nuestra mano tu obra.’”

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En tanto el estudioso Marcel Bataillon en su prólogo al libro Tiempos recios: Inquisición y heterodoxias, comenta que: “toda la doctrina del Concilio Vaticano ii sobre la libertad religiosa está basada en el respeto a la conciencia, un respeto ajeno a la Inquisición”. Dentro de la biografía de Ratzinger se encuentra un hecho extraño, pues durante el Concilio Vaticano ii, el teólogo alemán era consejero del cardenal Frings y se ubicaban del lado progresista. Postura que rechazaría al entrar al grupo selecto de Juan Pablo ii y sus actitudes ultraconservadoras. Ahora Ratzinger amenaza con venir a México: otra vuelta de tuerca en esa historia de abusos de todo tipo, mientras que hubo tolerancia con los pederastas.


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. La cacería pierde sentido en los tiempos modernos. Si antes fue sinónimo del espíritu aristocrático, de la elegancia de las monturas, de las armas relucientes y de los perros entrenados, ahora estos elementos forman parte de la obsolescencia. Ya deben ser menos los individuos que hagan largos periplos con tal de llegar a una reserva en África, en Asia o donde sea con tal de asesinar a la fauna salvaje. En los primeros tiempos el acto era ritual y de ello queda evidencia por las pinturas rupestres. El hombre enfrentaba a su presa con lanzas y flechas, arriesgaba su vida en aras de conseguir el alimento para poder sobrevivir. En cambio, cuando un cazador emplea armas de grueso calibre, con miras telescópicas y todo un arsenal de balas, además de los guías indispensables, vehículos preparados para disparar sin riesgos, entonces el acto de cazar se convierte en algo vergonzoso; sobre todo porque matar “las fieras”, con el objeto de llevar esos ‘trofeos’ al taxidermista y colocarlos en la sala ridícula de una mansión es un hecho desquiciado. Repelen este tipo de acciones que en nada contribuyen en el apuntalamiento de una razón herida de muerte. El mismísimo Rey de España, Juan Carlos i, ha asistido a cacerías en Rusia. Los encargados de la misma le ‘prepararon’ un oso, al que previamente le habían dado vodka, con la idea de que el monarca hispano tuviera todas las facilidades para consumar su acto sangriento. La Casa Española desmintió esa versión, pero sea cual sea la realidad, el resultado es el mismo: un animal masacrado por un instante cargado de adrenalina. El cineasta Carlos Saura, todavía en pleno franEn la cacería el depredador humano ataca sin quismo, se atrevió a dar su punto de vista acerca de el propósito de la obtención de alimento; aunque estas prácticas absurdas en La caza (1965), que era en algunas regiones del orbe quedan rezagos de la un crítica y una metáfora de lo que acontecía en Es- caza tribal, en realidad esto es un número apenas paña. De otra manera, Michel Cimino en El francoti- significativo ante los ejercicios sanguinarios de los rador (1978) desataba el nudo de la violencia. Unos cazadores profesionales. Un libro que toca el tema hombres, varios de los cuales debían partir rumbo a del cazador, pese a que lo hace de forma lateral, es Vietnam, aún bajo los efectos de la intoxicación etí- Los fantasmas de Tsavo (2003) de Philip Caputo, en lica, luego de una boda, trataban de matar ciervos. el cual se analiza la ferocidad de los leones calvos o Uno de ellos, el personaje de Robert de Niro, dejaba desmelenados del sureste de Kenya. Esos mamíferos escapar un ejemplar hermoso, debido a que el ani- catalogados como asesinos, llevaron los hechos al mal lo veía de frente. Cimino llevaba a sus persona- extremo porque en la sabana, de vegetación baja y jes de la “frivolidad” de la caza al enfrentamiento sin resguardos, les era muy difícil emprender su pabélico en el sudeste asiático. El callejón sin salida pel depredador. Fue hasta principios del siglo xxi que estaba planteado. Las agresiones formaban un his- se confirmó la hipótesis y se les descargó de culpas torial biográfico que llevaba al descentramiento y a a los animales. La cacería es hecho inútil, bárbaro y la locura. Algo semejante ocurría en la cinta argen- esquizofrénico, que otorga un poder supremo al detina El aura. predador humano en sus conquistas insustanciales frente a una naturaleza que desaparece. Los abusos permanecen.

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La música en la literatura: El animal moribundo de Philip Roth René Avilés Fabila A Betty Luisa Zanolli Fabila

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ás complejo que crear las artes ha sido fusionarlas. Se necesitó la llegada del siglo xx para consolidar un medio que pudiera hacerlo: el cinematógrafo. Antes que discutir si se trata de arte o industria, hay que advertir que tiene posibilidades magníficas para mezclar las artes: la actuación, desde luego, la música, la literatura, la danza, la pintura. Tenemos ejemplos memorables. Cito uno al azar: Luchino Visconti reúne la literatura de Thomas Mann con la música de Mahler. El resultado es Muerte en Venecia. O cuando Stanley Kubrick cita en un filme intenso, Barry Lindon, a la literatura de Thackeray con la música, la actuación y la plasticidad de obras clásicas de la pintura. Pero el cinematógrafo es un ejemplo reciente. Ya antes la ópera decidió unir la actuación y la música con la literatura. Otros fueron más lejos y le sumaron la danza, el ballet. ¿Y la literatura? ¿Qué ha hecho en tal sentido la escritura, una novela, un poema, un cuento? El poeta Rubén Bonifaz Nuño ha dicho que si se sabe bailar y se sabe escuchar música, la posibilidad de hacer un gran poema está a punto de arrancar. El poema tiene musicalidad. ¿Y la

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prosa narrativa? También, sólo que el ritmo, las cadencias y el tiempo, son distintos. El poema tiene, entre otras, la posibilidad del ritmo consonante o asonante. En la prosa ello resulta cacofónico. Hay que evitar toda clase de rimas, de tal suerte que la musicalidad de la palabra escrita tiene que ser buscada en la puntuación y en los sonidos que produce una esdrújula o una aguda, en la hábil utilización de los gerundios o en adjetivos que le den fuerza al sustantivo.



Sólo que no se trata de hacer un análisis interno de la novela, que con frecuencia está construida como sinfonía, tiene momentos de mucha intensidad (allegros) o de suave delicadeza (adagios). Se escribe buscando subir y descender. El final es por regla general maestoso. No, la idea es ver cómo los escritores han usado la música dentro de sus novelas y cuentos. En México lo hizo Agustín Yánez con su obra La creación. Allí está un compositor que trabaja con sonidos invisibles, que ninguno de nosotros podrá escuchar, sólo imaginarlos. A su vez, el cubano Alejo Carpentier escribió novelas donde, como en La consagración de la primavera y Concierto barroco, hay que tener conocimientos de música culta y de música popular como el jazz para entender las citas de Louis Armstrong, Vivaldi o Stravinski. Más aún, Carpentier bromeó con la música al pedir a sus lectores que leyeran tal o cual obra suya mientras escuchan una pieza musical. Pero no sólo la literatura ha enriquecido a la música. También la historia para que Jhachaturian escribiera el notable ballet Espartaco o, antes, la Biblia que le permitió a Saint-Saëns crear la bella ópera Sansón y Dalila. Lo que nos queda muy claro es que de pronto el músico halla inspiración en el texto literario o histórico. Shakespeare le dio su Romeo y Julieta a Tchaikosvski, Berlioz y a Prokofiev. Pero al contrario, ¿cómo enriquece la música a la obra literaria? D. H. Lawrence escribió un ensayo llamado “Haciendo el amor con música”. En dicho trabajo afirma lo siguiente: “El hombre debe hacer el amor con música y a la mujer debe hacérsele el amor así, con acompañamiento de cuerdas y saxófono”. En algún libro mío, tal vez en Recordanzas, desconfío de la aseveración no sin antes recordar que una vez en París, en la Maison des étudiants portugais de la Cité Université, un tipo salió a medianoche, casi desnudo, solicitando un tocadiscos pues necesitaba hacer el amor y para ello requería de la música. A mí me pareció una aberración, una ofensa para la música. Hacer el amor es un arte, la música lo es en mayor medida. Entonces dos artes no pueden ser conjuntadas fácilmente.

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Por regla general, requieren ser ejecutadas diferenciadamente. Nadie haría el amor en una sala de conciertos o metería a un hotel de paso a un conjunto de cámara, salvo que le guste el voyerismo, del mismo modo que ningún solista interpretaría un concierto de Rachmaninof mientras hace el amor. En consecuencia, me permito disentir de la aseveración del célebre novelista inglés, que contiene, como mi respuesta, un tono de broma. No sé si reunir en un libro a la música y a las palabras tendrá sentido para un crítico literario de corte académico; para mí lo tiene. Yo he pasado tanto tiempo leyendo como escuchando música. Mi padre escribió una novela, Leonora (sobre su hija muerta prematura e injustamente), pensando en una sinfonía: cada capítulo es un movimiento musical y en lugar de prólogo, le puso una obertura. Imagino que pensaba en Beethoven, pues su hija llevaba nombre de obra beethoveniana. Pero por ahora vayamos al campo internacional, a la literatura norteamericana, tan exitosa en los siglos xix, xx y principios del xxi. Veamos una novela reciente: El animal moribundo de Philip Roth. Este escritor nació en New Jersey en 1933. Fue por años profesor de literatura inglesa. Pero la fama le ha llegado no como académico sino como novelista. Quizá El lamento de Portnoy sea su obra más famosa, pero ninguna de las escritas por él ha pasado ignorada por la crítica y el éxito. Ha conquistado grandes premios norteamericanos, entre ellos el Pulitzer, un galardón de hecho consagratorio que en su momento obtuvieron Hemingway, Faulkner y Truman Capote. La fascinante novela, El animal moribundo, cuenta la vida amorosa de un viejo profesor. La historia puntual de sus amores, en particular de uno, el que ha sacudido sus sentimientos y pasiones más que otros. Cualquiera que haya dado clases en una universidad sabe las posibilidades de que una joven se enamore de sus conocimientos o de su obra o de su personalidad o de todo ello junto. Además, el profesor de literatura de Roth tiene una cualidad más: es un apasionado de la música y un aceptable pia-


nista, cuya pasión es interpretar las sonatas de Beethoven. El maestro de literatura es soltero, divorciado, y tiene tácticas de combate amoroso que resultan, para la mentalidad norteamericana, avanzadas. Por ejemplo, no se vincula con las mujeres sino hasta el final de sus estudios para evitar la acusación de acoso sexual. Como amante es insuperable, su experiencia y su capacidad de aceptar lo novedoso, lo diferente, lo hacen un hombre sumamente atractivo a los ojos de las jóvenes estudiantes. El centro de acción, entonces, no es la universidad, sino su propia casa a donde suele llevar a las jóvenes para hacer el amor. Allí despliega su cultura y sus conocimientos musicales. “Fuimos a mi piso y ella me pidió que pusiera música. En general, le ponía música fácil. Tríos de Haydn, la Ofrenda musical, movimientos dinámicos de las sinfonías de Beethoven, adagios de Brahms. Le gustaba en especial la Séptima de Beethoven, y en veladas sucesivas cedía en ocasiones al impulso irresistible de levantarse y mover los brazos juguetonamente, como si ella y no Berstein estuviera al frente de los músicos.” En otro momento, Roth cuenta: “En ocasiones, como lo hice aquella noche, le ponía un quinteto de Dvorák, una música electrizante, bastante fácil de reconocer y comprender. A ella le gustaba que tocara el piano, eso creaba una atmósfera romántica y seductora que le agradaba, así que satisfacía su deseo. Los preludios de Chopin más sencillos, algunos de los Moments musicaux. Ciertos movimientos de sonatas.” En realidad, los conocimientos musicales en la obra, tienen un sentido literario: conducen al amor. Se trata, en principio, de una obra erótica, totalmente salpicada y enriquecida por la música. Y si uno es capaz de imaginar el departamento en penumbra del profesor David Kepesh, lleno de libros y obras de arte y allí la pareja escuchando a Mozart, la obra podrá ser disfrutada con más intensidad. Dentro de todo este contexto, Roth insiste en los aspectos musicales, va más allá y dice, cuando está ante una obra más compleja: “Toco algunas piezas muy difíciles. Intermezzi de Brahms.

Schumann. Un arduo preludio de Chopin. Practico un fragmento muy complicado y sigo sin tocarlo bien, pero trabajo en ella. Cuando le digo a mi profesora, exasperado: ‘No puedo hacerlo bien. ¿Cómo resuelve usted este problema?’, ella me responde: ‘Tóquelo mil veces’.” Como es posible ver a simple vista, la música en este libro no está como adorno, tiene un sitio profundo, le da un sentido a la vida del profesor de literatura. Ama a la música y aunque sabe que no tocará profesionalmente, comparte sus conocimientos con sus amantes. Uno supone que así fue siempre y no sólo con la hermosa Consuelo Castillo, una joven de origen cubano. La obra está concebida como novela de amor, pero las historias que allí son contadas están rodeadas de elementos musicales, lo que significa que son importantes en el libro, que el autor lo concibió de esa forma, para leerlo imaginando también las notas de Chopin o de Schumann dentro de las páginas. He podido ver que la crítica hace énfasis en la parte erótica; que sus momentos, por cierto más logrados, capturan la atención de los lectores críticos, pero si uno hace el esfuerzo por escuchar la música citada, la novela adquiere una mayor profundidad y crece, se hace más rica la lectura. No sólo se trata de un viejo recordando sus pasiones, sino que ese hombre y las mujeres jóvenes que lo amaron aumentan en dimensión y estatura. El animal moribundo tiene una peculiar concepción, la audacia de vincular el amor y el sexo con la literatura y la música y es un logro y una aportación de Roth. No es lo esencial, quizá no era una meta que se había propuesto el autor, que quería contar una historia de amor pasión con Consuelo, pero las exigencias de la escritura llevaron la historia a un punto donde era necesaria la intervención de la música, sin ella no hay amor posible. La novela hubiera perdido fuerza por más que las partes eróticas lograran conmover al lector.

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Zombies patrios Juan Villoro*

*Agradecemos a Juan Villoro su autorización para la publicación de este artículo.

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o llamaré Rodrigo Woods. Nos hicimos amigos en la prepa porque él acababa de llegar a la Capital, no conocía a nadie y quedé junto a su pupitre. Descendía de los legendarios ingleses que trajeron el futbol y el whisky a Pachuca. Su rostro con pecas y quijada rectangular así lo acreditaba.

Yo le intrigaba porque quería estudiar medicina pero no me decidía. “Eres un vacilante”, dictaminaba. Para él, la vida valía la pena por las enfermedades. Cada semana escogía un padecimiento e imaginaba la conducta que tendría en caso de sufrirlo. “Un hipertenso no puede correr más”, dijo cuando lo critiqué en una cancha. Con idéntica convicción me pidió que le hiciera un trabajo de historia porque estaba concentrado en posibles cálculos en la vejiga. No era hipocondriaco; se escogía como modelo de la enfermedad para estudiarla intensamente. Cuando entró a medicina quedamos de vernos en un auditorio. La clase no había terminado y entré a escuchar la última parte. Rodrigo estaba tendido en una plancha, con el torso desnudo. El profesor lo usaba para explicar una extracción de costilla. Uno de sus condiscípulos me explicó que cada vez que se necesitaba un voluntario, mi amigo alzaba la mano.

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Su capacidad para introyectar padecimientos lo llevó a la psiquiatría, donde se desempeña con éxito y otro nombre. Poco importa que aquí lo llame Rodrigo Woods. Hace unos meses me dijo: “La persona de yo mismo no tiene nombre”. Se había especializado en el Síndrome de Cotard. Yo conocía el tema por el Breve diccionario clínico del alma, de Jesús RamírezBermúdez. En vez de celebrar nuestro interés común, Rodrigo me vio con tristeza. Para él, siempre seré alguien que no fue médico. Aun así, logré que me hablara de su pasión. A fines del siglo xix, el psiquiatra francés Jules Cotard diagnosticó el “delirio de negaciones”, variante especial de la melancolía, en la que el enfermo asume una negatividad absoluta y defensiva. Ajeno a toda responsabilidad y toda percepción, se blinda ante el exterior. No es nada; en consecuencia, no puede ser afectado: carece de carencia. El apocalipsis ya sucedió y él sobre-


vive sin esperanza. Una paciente le dijo a Rodrigo: “Cuando el mundo se desplomó yo pensaba que tenía cincuenta años. Ya no hay tiempo. No más años”. Curiosamente, la negación total lleva a un delirio de grandeza. Rodeado del vacío en el que no puede intervenir, el paciente se juzga inmune. Carece de destino y nada lo toca. Así alcanza una inmortalidad hueca. “¡Es el ideal mexicano!”, exclamó Rodrigo. Otra paciente le había dicho al ver un aguacate: “No es un fruto, la cosa no tiene planta, cayó desde más allá; si no tiene tiempo, no se pudre”. Esta resignación cósmica —la tranquilizadora melancolía de no poder intervenir— representa para mi amigo la definición del alma nacional. Lo dejé de ver unos meses, salí a dar clases al extranjero y hace poco regresé, aprovechando que en mi universidad se celebraba el puente de Acción de Gracias. El sábado 26 de noviembre, fecha que no olvidaré, un hombre me atajó en la calle. La mejilla derecha le escurría en forma sanguinolenta. Esa devastada fisonomía no fue lo peor: el monstruo me conocía: “¡Quihubo, Juanito!”. Luego la voz de ultratumba me tranquilizó: “La persona de yo mismo no tiene nombre”. Rodrigo Woods participaba en un desfile de zombies dispuesto a romper el récord de Australia (me pareció curioso que un país que ya tiene el koala, el canguro y el ornitorrinco quisiera estar además lleno de zombies). “Les vamos a ganar”, dijo el Dr. Woods. En la noche, los noticieros mostraron a una multitud disfrazada con aterradora perfección. México había roto el récord Guiness de almas en pena.

Mientras los curiosos lo fotografiaban, Rodrigo me comentó que la inmortalidad melancólica, típica del síndrome de Cotard y tan apropiada para tipificar al mexicano, encarnaba de maravilla en la figura del zombie: “Ya que no podemos curarnos de nuestra capacidad de negación, al menos la podemos volver activa”. Como me conoce desde hace mucho, no trató de reclutarme para su causa: “El que duda no puede ser zombie”, dijo al despedirse, aludiendo a mis limitaciones de vacilante en la tierra. El domingo leí en Reforma significativas opiniones de los zombies peregrinos. Antonio Marín, quien llevaba reproducciones de los pies de un recién nacido y un sangrante cordón umbilical, explicó que en su vida sin maquillaje trabaja como médico general en el issste. Por su parte, Pablo Guisa, organizador de la exitosa marcha, hizo esta declaración identitaria: “Los zombies son demócratas porque muerden parejo. No distinguen entre izquierda o derecha: van por todos”. El día en que la unesco reconoció con rutinario aprecio que el mariachi es de interés para la humanidad, los zombies demostraron que son específicamente mexicanos. Tenemos la mayor reserva de muertos vivientes. Además, nuestros espectros son altruistas: el desfile se organizó con fines filantrópicos y reunió dos toneladas de comida rigurosamente zombie, es decir, imperecedera.

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Las 7 cabronas e invisibles de Tepito Un proyecto de Mireia Sallarès

A propósito de las cabronas

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urante tres martes de julio del 2009 y alrededor de una base de concreto a manera de monumento con una placa que dice: A las 7 cabronas e invisibles de Tepito, las de antes y todas las que vendrán. Tepito, julio 2009, se presentó en la unidad habitacional La Fortaleza el audio que reúne una serie de conversaciones que la artista Mireia Sallarès entabló con siete mujeres, de diferentes edades, del barrio de Tepito. Los numerosos vecinos y otras personas interesadas que acudieron a cada presentación, el día en el que el barrio descansa y no hay tianguis en sus calles, se sentaron a escuchar las historias de estas mujeres y sus ejemplos de vida. Un cartel con algunas frases de las cabronas, a modo de manifiesto, fue colocado en los muros del barrio y otros espacios para convocar a la audiencia, y en La Fortaleza quedó un monumento alternativo a la idea de la colectividad como lo monumental. Las 7 cabronas e invisibles de Tepito es el título de la pieza que Mireia propuso para el proyecto Obstinado Tepito,* curaduría de Yutsil Cruz, y está integrada, además de las entrevistas y presentaciones públicas, por una edición que contiene un disco, un ejemplar del cartel, una fotografía del monumento y siete cuadernillos, uno por cada mujer entrevistada. Un proyecto artístico que cuestiona las diferentes formas y estrategias de subversión que las mujeres han desarrollado ante los mecanismos de control y poder sobre ellas. La mujer “cabrona” irrumpe el tejido de las significaciones estables, ante la referencia hegemónica de la masculinidad, provocando en algunos hombres del barrio un intento por su domesticación; el cura de la iglesia de San Francisco de Asís aseguraba en misa pública que las 7 cabronas no existían, otros solicitaban la versión en masculino... por su parte las cabronas asistieron al evento como cualquier otra mujer del público.

Yutsil Cruz

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Obstinado Tepito www.obstinadotepito.com propone vincular propuestas artísticas diversificadas con los comerciantes y vecinos de Tepito. Lo tepiteño se configura como lugar pero sobre todo como un cúmulo de experiencias sensibles, personales y colectivas que variablemente participan en un juego simbólico. Los proyectos que se han llevado a cabo son los siguientes: Como un cerillo de Carla Herrera–Prats, 2007; Monumento a Tenochtitlán 40 del colectivo Bulbo de Tijuana, 2008; Dos caras del silencio de Iván Edeza, 2009; Define tú, Tepito de Héctor Zamora, 2009; Campechana & bastarda de Ilián González, 2009; Guía de cine y música de Tepito de Rubén Morales, 2010; Testimonios de Tepito de Carlos Aguirre y Lorena Wolffer, 2011. Los artistas pendientes de realizar su proyecto son: Enrique Jezik, Hersua y Jerónimo Hagerman.

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A propósito de Obstinado Tepito

n esta ciudad caótica, Tepito es uno de sus epicentros, pues desde siempre, el barrio ha sido padre de muchas expresiones y madre de muchas actitudes culturales en la ciudad. Acá, si los hombres presumen de bravos; las mujeres, de cabronas. A cada mujer de barrio, la señora pobreza le va enseñando lo propio de su género y lo heredado del patriarcado, para que si decide ser cabrona, realice el prodigio de salvar a su prole de la brutalidad y de la violencia intrafamiliar.

En cada madresposa, jefa de familia o matriarca, lo cabrón se le manifiesta en su capacidad de enfrentar responsablemente las adversidades, sin amilanarse ante nada ni ante nadie. Por eso, las cabronas dicen que acá, los hombres llevan los pantalones, pero nada más a la tintorería. En esta matria barrial, se aprende a ser cabrona, cuando se ejerce el linaje de cada nopal genealógico, con tantas espinas como defensas se necesitan. Desde el momento en que una cabrona tiene sus primeras peleas en la coliseo, aprende a traer siempre en chinga a su ángel de la guarda. Y es que la matriz cultural que heredan, es lo que define su modo de ser, su estado de ánimo, su forma de vida y su estado mental. Sin doble moral, una cabrona comprende lo que es cada cosa y la significación de lo bueno y malo que se dice del barrio. Si bravura es poder, ser cabrona es poder decir lo que se quiere y poder hacer lo que se necesita por el bien de la familia. A pesar de tener que reverenciar cada mes a San Gregorio, ser cabrona es adquirir una responsabilidad con la sociedad, reproduciendo los valores culturales del estatuto barrial, el pensamiento simbólico, la concepción del mundo, el imaginario colectivo, los afectos y el poder ser lo que se quiere ser. Nacidas enojadas, sin pronósticos astrales, sin tiempo de quejarse de los dramas de la existencia, las cabronas de Tepito revelan contra qué se rebelan para demostrar que, al igual que las vecindades, ellas también son la otra columna vertebral del barrio. Por eso, les hizo eco el proyecto curatorial Obstinado Tepito, para que las cabronas intervengan y den a conocer su lucha contra el estigma delincuencial del gobierno, al que le siguen mojando la pólvora con el carisma barrial del vecindario.

Alfonso Hernández Hernández Cronista y hojalatero social en Tepito

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La séptima de las 7 cabronas e invisibles de Tepito

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e la realidad y de la muerte no tenemos escapatoria. Ellas nos acompañan a todas partes y en cada huida. Y esto se complica cuando entran en juego los cuatro planos energéticos: físico, emocional, mental, espiritual. Además, toda mujer recibe la influencia de las cuatro fases de la luna. Y de la constante alternancia de su flujo energético: cuarto creciente, luna llena, cuarto menguante, luna nueva, lo cual denota que las mujeres están más en contacto con el orden y la fuerza cósmica. Es por eso que la tepimatrix programa el disco duro del sistema operativo barrial, para que la globalización y la crisis no devalúen el capital social del tianguis, de tal modo que la matriz cultural vaya adaptándose a los tipos de cambio que rifen en la economía de mercado. Si todo esto no lo entiende una mujer normal, es porque es una pésima lectora de sus emociones. A las estrellas que conforman el cinturón de la constelación de Orión, los hombres las conocen como los 3 Reyes Magos, a las Pléyades las identifican como las 7 cabritas. Y a las cabronas

de Tepito les dicen: ya cálmate y perdóname, mi amor, te prometo que no lo vuelvo hacer… En 1961 nos tuvimos que venir a vivir a Tepito. Aquí he vivido y hoy tengo 63 años. 7 hijos, 57 nietos y 20 bisnietos. Aquí aprendí que, si no traes fuerza, el barrio te la da para que salgas adelante y te conviertas en una mujer o en una madre luchona. Al principio resentí llegar a un barrio pesado, donde no a todos les puedes caer bien, y donde el ambiente va jalando a los hijos a lo malo y no sabes qué hacer para salvarlos. Por eso, ser cabrona puede ser una cosa muy bonita, si tratas de hacer todo bien. Simplemente con ser una buena madre, aunque no llegues a ser ejemplar, ¡ya chingaste! Para ser una buena cabrona y en serio, se tiene una que querer y valorar a sí misma. Primero yo, luego yo, y después yo, porque si yo estoy bien toda mi familia estará bien. Por eso yo siempre he procurado estar bien, porque la misma vida me ha ido enseñando a saber estar bien conmigo misma y

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con los demás. Es así como una cabrona se entiende a sí misma, aprendiendo a trabajar y luchar por una misma. Aunque trabajé desde los ocho años, nunca sentí quedarme sin niñez, pues trabajaba junto con mi madre y mi abuelita, a quién del diario le iba a traer su pulque. Caminaba bonito y con mi propio modo de vida, lo hacía sin saber lo que iba a suceder y no sabía si era por coraje o alegría, pero caminando es como fui aprendiendo, porque lo que vas sintiendo, es porque lo querías sentir. Aunque con mucha pobreza, los juegos de mis hijos me hacían ver todo bonito. Con el sismo de 1985 quedé viuda, con siete hijos, con la vivienda y los muebles sepultados, creyendo que mi mundo se había acabado. La reconstrucción trajo lo que Dios quería y nuevas habitaciones en propiedad. Y aunque cambiaron los muros de adobe por ladrillos, la gente sigue siendo la misma, pues el modelo de vivienda fue diseñado para ir jodiendo la calidad de vida del vecindario. En Tepito aprendemos a vivir y luchar para salir adelante, y cuando ya no puedes, te das una friega del bálsamo: ¡Voy para arriba! Pero del de marca propia, pues los otros no sirven. En sentido positivo, una cabrona es una mujer que lucha, que sale adelante, que se la rifa, que no se aferra a un amor que no es de ella, que se valora todo lo que tiene que valorarse… aunque el mundo esté al revés y de la chingada. Quererse siem-

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pre desde lo emocional, lo personal y lo existencial… siendo así, nunca las van a encontrar en un antro ni haciendo desmadre contra sí mismas. Las mujeres que aman demasiado son aferradas o pendejas, porque si no te valora, ni te ama, ni te cumple, ni se educan juntos… ¿Para qué lo quieres? ¡Suéltalo! A los hombres, cuando te fallan, hay que saber mandarlos a Chiconcuac. En Tepito ocurren cosas que nada tienen que ver con las teorías feministas. Hay mujeres que son felices trabajando, aunque mantengan al marido con tal de que sea fiel y buen padre. Las telenovelas contienen mensajes para mujeres pendejas, que ansían tener silueta, vestimenta y verija de prostituta televisionuda. En esta vida estamos por algo. No importa donde esté un hijo, lo que importa es que tenga madre, aunque a veces hay madres culpables de que se hayan convertido en monstruos. Criar una hija o un hijo es igual de difícil porque ya no le tienen temor ni respeto a nada. Nos estamos dejando pisotear por los hijos, porque ora hasta nos mandan a la chingada. Las cosas llegan como tienen que llegar y con el tiempo vas aprendiendo… a fuerzas, por obligación, por gusto, porque quieres, pero aprendes. Y a veces lo que tenemos que hacer lo hacemos al chingadazo y porque nuestra mente está en otra parte. Aunque el futuro de Tepito está en juego, si las cosas siguen así, nos va a cargar la chingada, porque nunca queremos o no po-


demos hacer nada. Ojalá y que algún día hagamos algo chingón por el barrio pero hay que pensar bien lo que vamos a hacer o nos quedaremos como estamos. Algunos dicen que no se puede hacer nada porque la gente no está haciendo nada, y es que sola puedes hacer poco, por muy cabrona que seas. Sola no puedes cambiar el mundo. Una cabrona no puede hacerla de líder cuando la sigue pura gente guaguarona. Yo admiro a la gente trabajadora que vende para ganarse unos centavitos. En otros tiempos me pasaba la noche trabajando para tener que comer al otro día, por eso me encabronan los méndigos que roban aquí y en todas partes. Los responsables de la mala fama de Tepito son los vagos y los güevones. Duele que atraquen y hasta lastimen a la gente trabajadora a punta de pistola, para comprar lo suyo y atascarse de chocolates, y luego estar de chillones en el reclusorio, diciendo que son unas inocentes palomitas. Nosotras mantenemos muchas de las ilusiones de nuestros hijos, incluyendo la de los regalos del día de Reyes, y no dejándoles ropa, pues vestirlos es nuestra obligación de todo el año, sino juguetes, tantos juguetes como se pueda. Los hijos podrán olvidar que sólo comíamos una vez al día, pero siempre recordarán sus regalos de Reyes. La inmadurez de los hombres los hace desgraciados y pegalones y cuando están frustrados se desquitan con su mujer. Son dos caras: chingadores en su casa y agachones en la calle. Ni a mi abuelita, ni a mi madre las golpearon, todo era amor y eso me gustó. En nuestra vivienda no había chapas ni candados, sólo un palito para atorar la puerta porque este barrio es bien socorrido por la Divina Providencia. Y cuando no alcanzaba el dinero que me daba mi marido, los hijos me levantaban y yo también me ponía a trabajar, no como esas bartolas encerradas en su casa y con diez pesos de gasto, toda la vida enojadas, golpeadas, emperifolladas y sin reaccionar nunca. Está comprobado que las más fodongas son las que lucen rayos y las uñas de manos y pies pintadas. Los hombres son seres hermosos pero muy defectuosos. Y si no nos educamos mutuamente todos seremos pendejos. Las hay que lo traen siempre ahorcado, y las que por darse el gusto de tener un machín, lo saben tratar. Yo todo lo que sé, lo he aprendido de la vida trabajando, siempre trabajando. El comercio es otra escuela, porque por medio de él, conoces y te conoce mucha gente. Yo casi me moría cuando un hijo se fue a la cárcel y luché para que saliera de esa escuela. Aprendí que tenía que bajarle de güevos con los celadores, entrar sin los ovarios, dejados afuera colgando de un clavito. Salía con el corazón hasta el suelo y afuera es cuando lloraba. Ora me gusta ir a visitar amistades a las que nadie va a ver. Lo más importante para mí son mis hijos, mi madre, mis hermanos, y una pareja solidaria que me acompaña y me apoya en todo. Aquí rolan muchos chismes, mi reina, y hay que entenderlos pero no meterse en ellos. Hay que hacerse a un lado sin alborotarlos y si tienes chance de calmarlo, lo haces, pero, si no son tuyos, no los hagas tuyos.

La mujer de Tepito necesita estar más segura de ella misma y quererse mucho. Queriéndonos nosotras queremos todo lo demás. Esto nos hace vernos y sentirnos bonitas y querer a los que nos rodean. Si la gente se ha hecho prepotente y trata mal a los otros, es porque ya no hay convivencia y cuando estamos caídas pasan encima de nosotras y hasta nos pisotean. Mi mayor placer es ser feliz. Haciendo todo lo que me gusta, conviviendo con mi gente. Le tengo miedo a que un hijo se envicie o que una hija se prostituya, pero si así sucediera y a pesar de eso, no dejaría de ayudarlos. No le tengo miedo a luchar, con tal de salir adelante. Tampoco le tengo miedo a la muerte porque es un ser de luz. Si yo no sabía la hora en la que iba a nacer tampoco sé la hora en la que me voy a morir. La mala conciencia de algunas personas es la que les hace tenerle pánico a la imagen de la muerte… y eso que ella está muerta y ellos están vivos. Por eso, muchas cosas se van dando con el tiempo, sin que se planeen y solitas van llegando. Una hoja no se mueve sin la voluntad de Dios. Entre las cosas que más me gustan, es que aquí vivo, donde he aprendido a salir adelante. Lo que más me disgusta son los operativos, que son puro robadero. Roban a la gente que tiene su taller y se van muy orondos en sus camionzotes cargados de todo lo que se llevan, para dejarlo quién sabe dónde y cada vez arruinan a más gente que no sabe qué hacer. Por eso en esta vida hay que luchar sin renunciar a nada, aunque nada es fácil en esta vida. Todo cuesta trabajo y sólo hay tiempo de pensar en cómo salir adelante. La pobreza es una forma de violencia que no tiene nada bueno. Lo bueno es tratar de luchar sin querer echarle la culpa a la vida ni al destino. Lo más bonito es saber que somos capaces de descubrir lo que necesitamos hacer. Cada cabeza es un mundo y no podemos pensar por otros, ni en cabeza ajena. Antes, los hombres nos veían para abajo pero hoy estamos parejos. Antes estábamos atenidas a lo que nos daban y hoy no. Ahora es más importante apapachar a los hijos que al marido. Lo mejor y lo más bueno de una mujer es que sea luchadora por la vida, con toda su inteligencia para salir adelante. No toda la vida se fracasa, los fracasos hay que tirarlos a la basura y no hay que andarlos cargando toda la vida. Andamos muy mal en esto de la sexualidad juvenil. Las nuevas enfermedades no se previenen y todos quieren resolverlo controlándolo. Ya se vende todo para controlar la sexualidad. Hoy el sexo es un negocio y el contagio y el embarazo son otro negocio. Si lo van a hacer… que lo hagan por amor y con amor, pero con tanto control de los padres y de las parejas, están dejando de lado el amor… por eso hay chamaquitas que hasta compiten por querer comer más carne que un león. Por eso es tan importante la presencia de una madre que ama, para ser el ejemplo y la parte emotiva del amor. A las instituciones educativas y de salud les interesa que las cosas sigan mal, dejando que las nuevas generaciones se jodan solas y haciéndole un favor al gobierno para que Tepito no tenga futuro y chinguen al barrio.

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Miss Bala, las imágenes de la tragedia Héctor Zavala

M

iss Bala es una explosión de sucesos complejos y sentimientos entretejidos: como los existentes en casi cualquier situación humana; por eso esta película es tan efectiva para comunicar. Su anécdota nos presenta de manera creíble el tramado de contubernios del narcotráfico en el que participan traficantes, policías, militares y políticos, que convierten en víctimas a ciudadanos comunes atrapados por situaciones límite. La película hace eco de dos acontecimientos verdaderos aunque distantes del narcotráfico en México: la vinculación de Miss Sinaloa 2008 con el crimen organizado y el asesinato del agente de la dea Enrique Camarena en 1985.

La historia que se relata no sólo expone sucesos, también nos deja conocer a seres humanos que trascienden a los actores que los encarnan. Expone la vida en Tijuana desde los puntos de vista de sus personajes de manera emocional y propia, de forma muy distinta a un ensayo o a un texto literario, pues la imagen en movimiento nos hace testigos de los acontecimientos sin vivirlos, así que podemos presenciarlos desde la butaca varias veces para sentir nuevamente su presente. La forma cinematográfica le otorga numerosas líneas paralelas tanto visuales como simbólicas que la convierten en una radiografía de la crisis social y emocional de una buena parte de nuestras ciudades llenas de violencia, corrupción e impunidad. Las imágenes de Miss Bala crean el ambiente de miedo, violencia y complicidades que padece Laura Guerrero, “Canelita” para el jefe de la banda “La estrella”. El diseño visual de los personajes y espacios, las paletas de color, la iluminación y el estilo de la fotografía, crean las imágenes capaces de establecer con el espectador un efecto de realidad tal que el filme es percibido como un continuo de situaciones vivas. Laura es una chava sexi y pobre que quiere ser Miss Baja California; al inicio la vemos con una playera gris y pantalón de mezclilla pesquero, uñas “como de sirvienta” —según le

dice la organizadora del concurso—, con cabello largo, libre, una muchacha morena y entusiasta que no se apega del todo al estereotipo para ganar el concurso estatal de belleza. Laura llega a la entrevista de registro con zapatos bajos, casi chanclas, y con una bolsa de plástico en la que trae el vestido azul corto y entallado que debería llevar puesto. Su casa es pequeña, kitsch pero realista. Laura vive al día en compañía de su hermano adolescente y su padre, venden ropa y está muy entusiasmada por entrar al concurso. También está Lino, el jefe de “La estrella”, con gorra de beisbolista, mezclilla, zapatos rudos y chamarra gris, chaparro y bigotón, con un colguije y calzones rojos de nylon. Más que un narco parece ser un trabajador que pasa inadvertido en la ciudad. Es parco, tosco, habla poco. Lino aparece por vez primera en un antro improvisado, una especie de bodega en la que hay música norteña, policías, vatos y mujeres bailando —una construcción que nos recuerda la subrogada Guardería abc—, con paredes blancas y un grafiti por fuera debajo de la ventana por la que escapa Laura. Vemos la ciudad de día con colores claros, seca, con mucha luz: los acontecimientos suceden a la vista de todos, como algo normal y cotidiano. En una toma lejana se aprecian co-

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lumnas de humo como en las ciudades en guerra. El blanco con detalles azul oscuro, así como los negros, grises y varios azules más, pueden observarse en lo relacionado con los delincuentes (los policías, la avioneta, “trocas” y autos, el vestido de Laura para la entrevista del concurso, etcétera). Durante un tiroteo callejero se ve sangre y anticongelante verde en el pavimento (tal vez una evocación de nuestra bandera). En cuanto a la parafernalia del narco de esta ciudad sumida en la violencia, observamos celulares y radios de intercomunicación, “trocaspatrulla”, policías con los rostros cubiertos, armas cortas y largas, “trocas” caras, vatos con ropa gacha para no levantar sospechas, algunos jóvenes narcos con cortes “punketos” o paliacates en la cabeza; todo esto nos informa de la organización y recursos de la banda, así como de que se trata de gente común de la ciudad. En otra situación Lino y quienes lo acompañan aparecen con chalecos antibalas, casi como policías o militares, y varios de ellos con anillos de casado indicando que tienen familias con las que llevan una vida normal después de ir a “trabajar”. Enrique Camarena, el policía de la dea, anda con playera blanca tipo polo y su placa colgando del cuello: él sabe “qué hacer” y parece no tener tratos con los narcotraficantes. El diseño de estos personajes se aleja del cliché cinematográfico del maloso con cadenas de oro y botas de piel de víbora, plantea casi un falso documental. En otro momento importante de la película vemos a Lino enrollando con cinta canela a Laura, “Canelita”, para sujetarle varios fajos de billetes en la cintura. El vestuario de chica guapa que va a San Diego pareciera un disfraz de sí misma en virtud de su nueva condición de “burrera” del narco, completado con el colguije de cuero que Lino se quita en una especie de

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bendición para el trabajo que ella tiene que realizar. Toda esta preparación sucede en un espacio con paredes verdes y beige como los dólares y la cinta que lleva puestos. Laura pasa de la alegría y entusiasmo por ser una reina de belleza a la sumisión total por miedo a que su amiga, familia y ella misma sean asesinadas. Como presa silvestre permanece indefensa e inmóvil ante la presencia de su captor, y aunque intenta alejarse inocentemente cuando cree que Lino tiene algunos descuidos, jamás está cerca de lograrlo. Aunque vemos poco a su hermano pequeño y a su padre, sentimos la preocupación y sorpresa de ellos por verse de repente inmersos en situaciones de peligro impensables dada la vida que llevan. Laura, como protagonista, condensa en su imagen y acciones la carga tanto emocional como narrativa de las diferentes secuencias. Durante la realización del concurso de belleza se quita el colguije de cuero intentando liberarse de Lino aunque sea momentáneamente y presenciamos un escenario blanco, con tonos rojizos y azul pálido, muy luminoso, que al igual que las calles y La carta robada de Poe esconden algo colocándolo a la vista de todos. En Miss Bala la luz excesiva es empleada para esconder el contubernio y la corrupción. Trajes de baño plateados y “Canelita” con un pareo translucido naranja. La protagonista se transforma visualmente para adecuarse a las situaciones aunque su semblante permanece en el miedo. Su vestido de noche es largo, sin espalda, de un amarillo pálido, aretes, pulsera y zapatos altos plateados, su corona es de plata. Las otras concursantes aparecen en azules y detalles rojos mientras que el conductor está vestido de azul metálico. Con esta paleta de color Laura se diferencia del resto de concursantes.


Una camioneta avanza en la oscuridad, en descampado; sus grandes faros sobre el toldo iluminan la arena. Laura sale de la “troca” y regresa con los zapatos en la mano; después la vemos de nuevo dentro con Lino en una penumbra verdosa, encuerada y con los aretes del concurso. Amanece con el mar azul y los faros encendidos, el cielo es naranja y el ambiente ajeno. El equipo de filmación escogió un pequeño y rápido coche deportivo negro para acercar a Laura a la fiesta elegante —quien va sentada sobre las piernas de Lino con la cabeza agachada y presionada por el toldo. Esta elección muestra de nuevo la sumisión y anticipa el ambiente “distinguido” de la fiesta. En las siguientes secuencias, con elementos visuales con cargas narrativas e incluso simbólicas, vemos a Laura llegar en una camioneta azul nueva, lleva un vestido corto blanco, de raso, como camisón —va bien arreglada con la corona, pulsera y aretes del concurso—, es un obsequio sexual para el general de charreteras doradas, saco negro y quepí. En la fiesta se pueden ver policías tirados en los sillones de la casa en una situación similar a la de las tropas de Zapata cuando se apoderaron de la Casa de los Azulejos (hoy Sanborns en la calle de Madero). La omnipresencia de Lino nos permite sentir cierto apego por Laura, una especie de benevolencia emanada de un asesino que usa a todos para el negocio sin importar nada más que él mismo y el dinero. Su prepotencia y frialdad se sienten con el trato a Camarena y ante la muerte de sus subordinados y adversarios, sólo a “Canelita” le ofrece salidas momentáneas como el cazador que juega con su presa: la bondad del mal.

La luz de la corrupción también la observamos en la conferencia de prensa de la pgr con escenografía muy luminosa, de nuevo en blancos y detalles azules; Laura aparece aquí con pants y sudadera gris, chanclas de baño y calcetines, aretes pequeños, esposada, despeinada y golpeada: vuelve a ser la Laura pobre, ahora sola, con las huellas emocionales y físicas de su acercamiento forzoso al narco. Algunas veces los elementos visuales de las películas tienen cargas narrativas, ayudan a contar la historia, en otras están pensados sólo para crear las atmósferas e informar la manera, el dónde y el cuándo de una acción. Así como los blancos y azules pertenecen al narco, los verdes y amarillos son de Laura, una diferenciación cromática sólo empleada para separarla en algunos momentos y para implicarla con los narcos en otras. El cine nos gusta no sólo por sus historias, también por los elementos visuales y atmósferas, que son una especie de chismes acerca de los personajes y sus lugares. Recomiendo ver esta película para conocer su anécdota y los demás elementos de su discurso, o a verla de nuevo para hacer una lectura diferente. La película Miss Bala, escrita por Mauricio Katz y Gerardo Naranjo, y dirigida por este último, se estrenó en México en septiembre de 2011. Fue fotografiada por el húngaro Mátyás Erdély con el deseo de Naranjo de no caer en imágenes típicas y ya construidas en nuestra idea colectiva mexicana del narcotráfico; el diseño de arte lo realizó Ivonne Fuentes; el vestuario fue responsabilidad de Anna Terrazas. Miss Bala es protagonizada por Stephanie Sigman como Laura y Noé Hernández como Lino.

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Las canciones, otro espectro C

ada vez en más regiones de nuestro país está apareciendo una cultura especial, distinguible, en la que por desgracia el narcotráfico, el dinero, la violencia y el poder tienen una relación individual pero infranqueable con cada quién. Desde el niño que asiste a la escuela con riesgo de ser sorprendido por una balacera callejera hasta quienes la ordenan o participan en ella.

Las aventuras y costumbres de los narcos, la vida cotidiana en las ciudades peligrosas, las “trocas” lujosas, son temas de canciones que vagan por todo el país como un fantasma a la manera de aquel que alguna vez recorrió Europa. La adrenalina, el morbo y el miedo están presentes al leer o escuchar estas letras imborrables de nuestra vida presente. Las canciones de la vida y la muerte, la crónica de nuestro tiempo.

Reynosa la maldosa (Cano y Blunt) Somos puro Reynosa un chingo de malandros pura gente mafiosa lo sufres o lo gozas. Reynosa la maldosa la calle es peligrosa, póngaseme trucha pura gente maldosa. Reynosa Tamaulipas frontera norte del país, vironga a la mano pase por la naríz. Tierra de vatos decididos y si no me crees pues escucha los corridos. Pura gente pesada los fines de semana, la carne a la parrilla se hace asada. Muchos con mucha feria y otros en la miseria, seria a la orilla del canal en casas de cartón. Tumbando con blanquillos tomando caguamón, los vatos que se mueven ésos sí todo pueden pero no digas marca.

Reynosa como me encantas cuando salgo a la calle los comboy de soldados. Reynosa peligrosa te tienen vigilando de aquí pa’ lla’ pa’ todos lados. Aquí se ve de todo Reynosa Tamaulipas, no abras la mamadora porque aquí tú si pifias si eres loco la rifas, somos puros dementes tumbándonos la grifa. Bienvenidos a mi reino, Reynosa querida donde a diario la gente se rifa la vida. Gente que pesa, gente que te vuela la cabeza, ándate con cuidadito o de balas te atraviesan. Cuerpos mutilados y tirados al canal, demasiada maldad pa’ caber en un penal.

http://www.youtube.com/watch?v=uHEsZ5QiWyM&feature=related

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En los barrios están las clickas peleando su terreno y se arman los putazos pa’ saber quien es el bueno. Pleitos, robos, vatos bien drogos, con nada que perder y pa’ ganarlo todo. Y la maldad ya está y siempre estará, lo deben aceptar es la cruda realidad, no lo pueden parar ni federal ni militar, Que viva Reynosa y toda su gente. pa’ la raza un saludo de parte del demente, otra vez pa’ todos los barrios presentes. Los cuerpos en la orilla de la villa, súbele al estéreo puro Beto Quintanilla. Mucha gente que viene de afuera hay un chingo de chamba y un chingo de loquera.

Mi gente pandillera mi nena talonera, Reynosa de “a de veras” que chingados esperas. La peda en la loquera está brava la frontera, no cuento una novela esto es chile de “a de veras”. Chécalo en las noticias pura gente con malicia, por las drogas se desquician por la feria se avarician. Lo que nadie había hecho este par se lo aventó, donde calló el avión y el gallo ya no cantó. Lo sufren pero lo gozan nuestra rola pa’ Reynosa, ah lo sufren o lo gozan, otra rola para Reynosa.


En noche de party (Las mil amores) Esta noche es de parties y nos vamos al rodeo, para andar entre el desmadre y pa’ andar de cotorreo. Llegando en “trocas” del año las uñas bien arregladas la ropa sin duda fina bolsas cos* traemos colgadas. Una mesa para veinte exclusiva pa’ mujeres sirva cerveza el patrón que aquí cargamos billetes. Todas juntas en la mesa disfrutando de la vida se olvidan todas las penas juntas con toda la tica. Sigan jalando la banda, también el grupo norteño ligues, pegues, ni un suspiro pa’ que no se arrime el sueño. Que canten a las mujeres y que se avienten corridos pa´ bailar toda la noche con todos mis chiquititos. Son las dos de la mañana el antro ya va a cerrar pero antes de despedirnos aviso voy a mandar. Nos vemos la otra semana para seguir con la fiesta y arriba las mujeres que siempre estamos bien puestas.

* Posiblemente se hace alusión a la marca Lacoste o al nombre que se le da a las bolsas para cosméticos.

http://www.youtube.com/watch?v=EdxDi-VKyhk


Mis tres animales (Los tucanes de Tijuana)

Tijuana Makes Me Happy (Colectivo Nortec)

Vivo de tres animales que quiero como a mi vida con ellos gano dinero y ni les compro comida, son animales muy finos mi perico, mi gallo y mi chiva.

Some people call it the happiest place on earth others say it’s a dangerous place it has been the city of sin but you know I don’t ... care.

En California y Nevada en Texas y en Arizona y también allá en Chicago tengo unas cuantas personas, que venden mis animales más que hamburguesas en el McDonald. Aprendí a vivir la vida hasta que tuve dinero y no niego que fui pobre tampoco que fui burrero, ahora soy un gran señor mis mascotas codician los güeros. Traigo cerquita la muerte pero no me sé rajar sé que me busca el gobierno hasta debajo del mar, pero para todo hay maña mi escondite no han podido hallar. El dinero en abundancia también es muy peligroso por eso yo me lo gasto con mis amigos gustoso, y las mujeres la neta ven dinero y se les van los ojos. Dicen que mis animales van acabar con la gente pero no es obligación que se les pongan enfrente, mis animales son bravos si no saben torear pues no le entren. http://www.youtube.com/watch?v=_M_vhPLAkoA

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What I care about is to see you again and to dance that song from the record that we love so much. Tijuana makes me happy Bang, bang. [Algunos la llaman el lugar más feliz de la tierra / otros dicen que es un lugar peligroso / ha sido la ciudad del pecado / pero sabes… no me importa. / Lo que me importa es volverte a ver / y bailar esa canción del disco que tanto amamos. / Tijuana me hace feliz / Bang, bang.] http://www.youtube.com/watch?v=6pfwT2E6XJ4&feature=related


R

ecientemente, en la ciudad de México se abrieron las puertas de un nuevo espacio cultural, El Museo del Escritor, que cuenta con primeras ediciones de libros de escritores como Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Juan José Arreola, Rodolfo Usigli, Jorge Luis Borges, Carlos Montemayor, Salvador Novo, Rosario Castellanos, José Emilio Pacheco, Eugenie Evtushenko, Julio Cortázar, Sor Juana Inés de la Cruz, Alfonso Reyes, Mario Vargas Llosa, María Luisa “La China” Mendoza, José Revueltas y Vicente Leñero, entre otros. También se exhiben dibujos, fotografías, caricaturas, escritos inéditos, máquinas de escribir antiguas y recuerdos de algunos escritores.

Además se están programando importantes y muy variadas actividades, como talleres, seminarios, concursos, mesas redondas, homenajes, presentaciones de libros y ciclos de cine basados en obras literarias. Consulta la programación en: www.museodelescritor.org.mx Ubicación: Faro del Saber Bicentenario, Parque Lira núm. 94. Colonia Observatorio, en el interior del propio Parque Lira. Delegación Miguel Hidalgo. La estación de Metrobús más cercana es la estación Parque Lira, y si llega en metro hágalo por las estaciones Tacubaya o Constituyentes. Horario: todos los días de 10 a 18 horas. La entrada es gratuita.


Política D.T. (Después de Twitter) Zyanya P. Ruiz Chapoy* Formar parte de la sociedad es un fastidio, pero estar excluido de ella es una tragedia Oscar Wilde

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Comunicóloga de profesión, editora de libros universitarios por vocación...


H

oy en día podríamos adaptar la frase de Wilde a las redes sociales. Estar en ellas (llámese Facebook, Twitter, Google+ y demás) es un verdadero fastidio, pero no estarlo es peor. Más allá de las nuevas formas de convivencia con nuestros conocidos, amigos, familiares y hasta pareja, estar fuera de las redes sociales implica quedar excluido de una parte del acontecer nacional. Y es que las redes sociales han tomado tal fuerza que ya se generan noticias de lo que se dice (o no) en ellas. Apenas conscientes de ello, los actores de la política mexicana han hecho su incursión en estas nuevas formas de comunicación y no siempre de manera afortunada. ¿Por qué? De entrada no podemos olvidar que gran parte de la población no es “nativo digital”, sino “migrante”1. Por esta razón, en el terreno político, el asunto de las redes sociales es algo poco natural y, por ende, los discursos, el mensaje y su decodificación son completamente diferentes a como solían ser. En suma, en estos nuevos entornos, la política se debe hacer de otra forma. 1. No negarás

Imposible negar. En Twitter todo queda registrado y es imposible desdecirse . Nada de “aventar la piedra y esconder la mano”, pues siempre habrá alguien que “capture” y guarde lo publicado, así que más vale pensar dos veces lo que se tuiteará.

1

Nativos o migrantes digitales: Estos términos son más amplios de lo que parecen, pero a grandes rasgos un nativo digital es quien ya nació en la época de las computadoras, los cd’s y demás, es decir, los también llamados “niños chip”. En cambio los migrantes somos todos aquellos que funcionamos todavía con bulbos...

2. No emplearás a Twitter como tribuna No es un medio de comunicación unidireccional ni es una tribuna; conviene tener interacción con los seguidores. La política siempre se ha visto como algo de “arriba”, donde el político, el alto funcionario, tiene poco o nulo contacto con el populli… En las redes sociales se genera una especie de mesa redonda digital, donde el diálogo se da al tú por tú. De esa forma, cualquier persona puede cuestionar incluso al propio presidente.

Una de las plataformas con más usuarios a nivel mundial es Twitter (poco más de 300 millones a finales de 2011). Esta red social, que a modo de microblogging permite a sus usuarios la publicación de mensajes cortos (140 caracteres), ha fomentado el desarrollo del digiactivismo: la organización social a través de medios electrónicos. En 2007 se registra el primer uso de Twitter para cubrir un acontecimiento de corte político-social: el asesinato de Benazir Bhutto, líder del partido de oposición de Pakistán. Otros ejemplos posteriores del uso de esta red fueron los ataques en Mumbai, India, a finales de 2008, y el conflicto ocurrido recientemente en Egipto. Actualmente México ocupa el segundo lugar de países latinoamericanos con más usuarios de Twitter (más de dos millones). Por ello, y como su uso y abuso están a la orden del día, he aquí unos cuántos consejos, a modo de decálogo, para los políticos mexicanos sobre esta popular plataforma:

3. No insultarás

Twitter no es un chat, sin embargo conviene hacer diálogo y debate siempre y cuando no quede lugar para la descalificación, en especial viniendo de una figura política. Se debe argumentar, no ofender. Y esto aplica para el cónyuge, hijos, parientes, amigos.

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4. Entenderás el idioma Twitter

5. Honrarás la buena

Si bien es una plataforma más, tiene sus particularidades. Es importante conocer el lenguaje de la red para sacarle su máximo provecho. ¿Eres político y te interesa hacer uso de esta plataforma para promocionarte? Vale la pena entonces conocer lo que es un hashtag, retweet, followers, following y #FF 2, entre otros.

La regla de oro, y no sólo para Twitter, sino para todas las redes sociales y para la vida cotidiana (especialmente si piensas gobernar): cuidado con la ortografía. A todos se nos “van” signos de puntuación de vez en cuando, pero hay que hacer un buen uso del español y emplear los signos de puntuación correctamente, porque incluso pueden causar un mal entendido si se ponen de más o se omiten.

Explicar cada uno de los conceptos del “lenguaje Twitter” nos daría material suficiente para otro artículo... Mientras tanto pueden sumergirse en la red y leer algunos artículos de tuiteros de hueso colorado (por ejemplo: http://www.protuiter. com/2009/07/el-idioma-twitter/). O bien podemos hacerlo más personal, si me preguntan directamente a mi cuenta: @ zyanrc... Y lo que no lo sepamos... ¡lo inventamos!

ortografía

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6. No tomarás tu

7. No trollearás

fotografía de perfil en vano

En especial si se trata de funcionarios públicos y candidatos. Sucede que a veces por exceso de Photoshop casi les borran las facciones, los lentes o cosas por el estilo. Se debe cuidar que sea una fotografía formal pero no de “despacho”; algo no tan duro, más cercano a la gente, sin caer en la bufonería.

Si bien es cierto que se trata de un medio de comunicación de dos vías, hay que evitar enfrascarse en pseudodebates que más bien son descalificaciones. En Twitter existen los llamados trolls, cuentas de personas (pagadas o no) cuyo objetivo fundamental es molestar y sacar de sus casillas a más de uno, especialmente a figuras públicas. No olvidemos que siempre habrá oposición a nuestra ideología, y más aún en el ríspido terreno de la política, así que es mejor tener paciencia…

8. Verificarás tu

9. No harás

fuente por sobre

proselitismo barato

todas las cosas

Es de suma importancia verificar la información antes de tuitear algo, y más cuando se trata de avisos luctuosos y condolencias. Si no se verifica la información, nos veremos en la penosa necesidad de “resucitar” a alguien al tercer tuit…

Aunque siempre es necesario establecer límites y dejar claro que se trata de una cuenta de uso político, empleada por una figura pública, se debe evitar mezclar aspectos de la vida personal con publicaciones compartidas en dicha cuenta. Ahora bien, tampoco se debe perder la imagen “humana” del político. Esto es, Twitter no es una agenda exclusiva para publicar en dónde y a qué hora se estará haciendo tal o cual cosa.

10. No consentirás cuentas “impuras”… (o mejor dicho, cuidado con los follows)

Hay que tener precaución sobre a quién se le da follow, pues eso habla mucho de ti. Si te vinculas, por ejemplo, con alguien discriminante, se te relacionará inmediatamente con ese factor negativo. Y sobre todo evita parientes incómodos… o hijos que escriban de más. En suma: sería interesante saber qué diría @OscarWilde de Twitter… Si viviera, claro.


Fascinación y vértigo. La pintura de Arturo Rivera, de Andrés de Luna Olivo, el libro más vendido de la uam en la fil Guadalajara* En Las manzanas (2006) una mujer de perfil, adornada con aretes y peinada con el cabello recogido, chorrea sangre. Algo ha comido o mordido que le ha dado la coloración escarlata a la parte baja de la nariz, a los labios y hasta el cuello. Presencia femenina que contrasta con un trío de manzanas verdes. Dice el poeta Julio Hubard: “La sangre parece comprensible cuando se le interroga con los recursos adecuados” [Julio Hubard, Sangre: Notas para la historia de una idea, Quirón, México, 2006]. Algo hay del “deseo representativo”, proceso tan afín a algunos artistas, que imaginan y encuentran la sustancia pictórica en algo que rompe la apariencia, que entra en el terreno de una carnalidad violenta, un súbito estremecimiento que traduce emociones y las saca a flote sin más. Octavio Paz alguna vez escribió que: “El horror es un vértigo, un vahído: sentimos un mareo y nos desplomamos. El horror es la caída, en el sentido teológico de la palabra. Nace con la sorpresa, es un asombro ante algo –ser u objeto– que nos espanta. Así, uno de los ingredientes del horror es lo insólito, lo nunca visto. El horror nos inmoviliza porque está hecho de un sentimiento contradictorio: espanto y seducción, repulsión y atracción. El horror es una fascinación. El objeto que nos produce horror no es necesariamente amenazante ni peligroso” [Octavio Paz, Xavier Villaurrutia en persona y en obra, fce, México, 1985]. Las manzanas es una elipsis visual, una historia que se cuenta en su transcurso sin remitirse al inicio. Frutos de la discordia y del pecado, las manzanas tienen una historia que las redime por su capacidad de suscitar horrores y exaltar la debilidad humana.

Andrés de Luna *

En este libro, publicado por la Coordinación de Extensión Universitaria de la uamXochimilco, Andrés de Luna nos revela, a partir de una visión muy particular, qué pensamientos y sensaciones pueden sugerirnos los cuadros de Rivera. La conclusión es que generan una amplia gama de registros acotada entre dos marcadores extremos: el vértigo y la fascinación. El libro cuenta con una espléndida traducción al inglés realizada por Lorena Saucedo. Si te interesa comprar un ejemplar, puedes adquirirlo en la librería Luis Felipe Bojalil: Calzada del Hueso núm. 1100, Edificio Central, planta baja. Distribuidores, favor de contactar a la librería a los teléfonos 54 83 73 28 y 29.

Fascinación y vértigo. La pintura de Arturo Rivera, Andrés de Luna Olivo, uam-x, México, D. F. 2011, 152 pp.


Huellas

Tania Barberán, Maru de la Garza y Juan Carlos R. Ogarrio* * Todos profesores de fotografía en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México:

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Tania Barberán Soler. Le interesan los usos del lenguaje, los alcances de la narración como herramienta, las relaciones entre imagen y texto, las posibilidades narrativas de la imagen fotográfica, la construcción colectiva del saber.

Maru de la Garza. Es artista visual que ha desarrollado la autorreferencialidad, la memoria, la relación entre lo público y lo privado. Le interesa investigar y experimentar con distintos medios y soportes: fotografía, video e instalación. Ha

sido comisionada e invitada al Encuentro de Arte Público peatonal (2008), a la Feria de Libro de Artista del Centro de la Imagen (2009) y al Festival foto30 de Guatemala (2010).


El verdadero contenido de una fotografía es invisible, porque no se deriva de una relación con la forma, sino con el tiempo. Podría decirse que la fotografía está tan cerca de la música como de la pintura. John Berger

Juan Carlos R. Ogarrio. Es fotógrafo e historiador. Ha sido coordinador en la Universidad Intercultural de los Pueblos de Sur de la carrera de Historia, Lengua y Cultura. Se interesa en temas de semiótica y estudios visuales, trabaja sobre fotografía latinoamericana (Brasil y México).

sonoras

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¿E

s posible capturar la música mediante imágenes? Fue la pregunta generadora del proyecto fotográfico Huellas sonoras realizado por estudiantes y profesores de Comunicación y Cultura de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm). Fotografiar la música tuvo entre otros propósitos reflexionar sobre el concepto de tiempo, el cual juega un papel importante tanto en la música como en la fotografía. Para profundizar en la construcción del trabajo abordamos el concepto de índice o huella luminosa. Como sus profesores de fotografía, les hablamos de la música desde el punto de vista de la abstracción, de la representación. Leyeron y discutimos sobre la huella, vieron ejemplos de imágenes abstractas como las pinturas de Kandinsky, quien buscó en sus representaciones de la música “liberar el mensaje llevándolo de lo evidente hacia imágenes abstractas para desconectar en la mente de su espectador las asociaciones de conocimiento y permitir que entrara en funcionamiento la percepción”. Se fomentaron las habilidades visuales de los estudiantes con ejercicios de observación; por ejemplo trabajamos la transparencia. Los chicos debían fotografiar un vaso con agua y anotar en su diario durante una semana lo que habían observado, otros deberían anotar las características que tuvieran relación con las cualidades del vidrio para observarlas en su vida cotidiana. Una de sus conclusiones fue reconocer la importancia de observar: descubrieron cosas nuevas, las formas, las estructuras, los detalles, lo cual les sirvió para anclar mejor su forma de abstraer. Huellas sonoras sirvió para encontrar lazos entre la fotografía y la música: el ritmo, la forma, la armonía, la textura, el volumen, son algunos de los elementos presentes en ambas prácticas. Así como se plantearon analogías, se identificaron diferencias en el manejo del tiempo. Mientras que la fotografía captura sólo un instante de tiempo en una superficie bidimensional, la música transcurre en el mismo y viaja en el espacio como ondas sonoras. Para tomar las fotografías indagaron en lo más abstracto de la relación entre lo visual y lo sonoro. Hay quienes profundizaron más, hay quienes se quedaron en un nivel más directo. La manera de resolver las fotografías fue diversa, no es objetiva, pues mientras algunos vinculaban una fotografía con el tango, otros no. Hubo quien dijo ¡eso no “suena” a hip-hop!.

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Antes de fotografiar realizaron una investigación teórica, histórica y visual del género musical asignado previamente, además de reflexionar sobre sus sensaciones al escuchar la música, e hicieron una lista de autores y canciones. Delimitar sensaciones a partir del sonido es algo totalmente emocional; hubo quienes se fueron por ese lado, otros por la estructura, por lo histórico, lo visual o lo conceptual, dependiendo de su personalidad. La investigación fue un insumo para crear sus imágenes, el resultado fue totalmente subjetivo. Cada estudiante trabajó e investigó acerca de algún género musical (desde la música de cámara hasta la contemporánea pasando por músicas regionales y diversos estilos, rock, blues, jazz, electrónica, reggae, etcétera), hizo una propuesta para su representación visual y realizó las tomas. En cierto momento el rol de fotógrafo terminó y ejercieron el de editores del trabajo. Participaron alrededor de 200 estudiantes con cerca de 10 mil fotografías iniciales. La exposición se integró con alrededor de 300. Fue un acto colectivo, de intercambio, de producción. Esa magnitud fue muy atractiva; cada participante fue fotógrafo y también editor de imágenes ajenas. En la maquetación se hicieron equipos y cada uno revisó un archivo de imágenes, que no eran propias; establecieron relaciones y asociaciones visuales, temáticas, conceptuales, para hacer un discurso. Ver los logros de sus compañeros produjo una sensación de trabajo muy interesante, fue como verse en el espejo de los otros porque eran fotos abstractas: la idea era no ser explícitos. Varios dijeron ¡no es fácil seleccionar, varias fotos son muy buenas! Para el montaje fuimos a ver el lugar, se tomaron fotografías; para saber cómo organizar el material, existía una limitante, que no se podía colgar nada en las paredes, puesto que Casa Talavera es un edificio protegido por el inah en el centro de la ciudad cerca del barrio de la Merced. Entonces se diseñaron las piezas pensando en dicho obstáculo, se hicieron polípticos verticales y horizontales con varias fotografías impresas por ambos lados para colgar del techo, y además un mosaico. El espacio formaba parte de la propuesta. En la curaduría de la exposición las fotografías pasaron por la subjetividad de varias personas, hubo fotografías interesantes fuera de la selección. En la fotografía hay juicios que no son lógicos o de justicia, sino valoraciones estéticas, las cuales implican un sentido del gusto. A partir de esta experiencia de trabajar con la huella y el índice, creemos que el acercamiento de los participantes a otras exposiciones de tipo abstracto va a ser distinto, y esperamos que este proyecto incida en su manera de percibir el mundo visual. Pensamos que fue afortunado trabajar un tema común con nueve grupos de estudiantes de la uacm y con las diferentes habilidades e inquietudes del equipo docente que también le dio mucha fuerza. El lenguaje, el diseño, el arte y la historia se sumaron a este trabajo fotográfico colectivo.

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La intención fue construir un puente entre lo visual y lo sonoro, que la reacción provocada en los espectadores no fuera sólo visual. Queremos remover la sensibilidad, romper fronteras entre lo táctil y lo sonoro, entre lo visual y lo táctil. El reto para el espectador es que intente escuchar no sólo observar, mirar o tocar con los ojos, que la realidad y sus eventos suenen, nos hablen, nos toquen. Huellas sonoras fue un proyecto desarrollado a lo largo de dos semestres. Nos interesa que nuestros trabajos mantengan en común la intención colectiva y una apuesta cuya salida pueda ser un producto concreto: un libro, una exposición, un soporte que permita que las fotografías sean vistas.

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Avándaro, 40 años después. Algunos mitos Rodolfo Bucio

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fines de los sesenta y principios de los setenta del siglo xx en México los intelectuales de izquierda, progres o cualquier mamila parecida abominaban el rock porque lo consideraban música infernal, la punta de lanza del imperio (gringo) para colonizarnos, basura desechable. Lo que los izquierdosos querían era darle la mano al indio, con quena, charango y bombo. Sólo que muchos de ellos a los únicos indios que conocían eran a sus choferes, jardineros y mucamas. Y qué horror darles la mano a esos desarrapados. La derecha, en especial la panista, opinaban casi lo mismo, salvo que añadían un toque religioso. No olvidemos, para dar un ejemplo, la larga lista de mensajes satánicos que han sido buscados en las letras rockeras. Izquierda y derecha unidas por la misma paranoia.

Pero cuando ambas han sido gobierno (federal, estatal, municipal, delegacional) las ha unido la corrupción, la pésima administración, la fábrica de pobres. años después han mostrado el verdadero rostro: son la misma basura.

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Aceptar o no aceptar Ahora resulta que cualquier hijo de vecino se precia de haber ido a Avándaro. Y los que fueron lo niegan. Por ejemplo: el actual presidente de la Federación Mexicana de Futbol, Justino Compeán, formaba parte del Comité Organizador. Hoy ni siquiera se atreve a tocar el tema. Otro: Jacobo Zabludovsky era una especie de jefe de una pléyade de jóvenes que trabajaron en la organización: La Familia Telerín, como la llama Ella Laboriel, quien formaba parte de aquélla. Él autorizaba cuántos boletos se imprimían y luego vendían. Primero 25,000; luego otros 25,000, hasta llegar a un total de 75,000. Si alguien le pregunta a Zabludovsky por la fiesta de Valle de Bravo, se sale por la tangente. Otra cabeza visible, Luis de Llano, ha sido un soldado mal portado de Televisa. Por lo visto la mota de Avándaro sigue rondando su cabeza. No de otra manera se puede llamar inducir a una muchacha de 15 años a la cocaína y luego hacerla su amante. Y esa es su hazaña más conocida. Si alguien le pregunta acerca de su papel en el Festival de Rock y Ruedas, dirá generalidades. Pero los lentes oscuros lo delatan: el guarumo lo sigue. Ambos personajes, sin embargo, nunca han querido aclarar uno de los puntos importantes de esta historia: dónde están los rollos de película del festival. Los pocos minutos que conocemos no han sido suficientes. Existe grabación de casi cuarenta horas (las casi 13 del festival oficial, más muchas de los previos –por ejemplo la ópera rock Tommy, de Pete Townshend, a cargo de Eduardo Ruiz Saviñón– y largos etcéteras), pues Telesistema Mexicano –nombre oficial entonces de la hoy Televisa– filmó todo.

Los que ahora dicen que sí Casi 40 años exactos después, el 8 de septiembre de 2011, José Woldenberg publicó en Reforma “La encuerada de Avándaro”, que dice en su primer párrafo: “El 11 de septiembre de 1971 decenas de miles de jóvenes nos reuni-

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mos para oír rock y sentirnos contemporáneos del mundo”. Así que ahora nos enteramos que ese mártir de la democracia, comunista entonces, estuvo en Valle de Bravo. Desoyó las prédicas de sus jefes y fue a la perdición. Pero se guardó bien de decirlo. Nada más 40 años. Claro: un comunista no podía hacer el caldo gordo a los proimperialistas, así fuera en terrenos nacos.

Arnulfo Martínez y Torres (q.e.p.d.) sostiene la foto que tomó en la mañana del 11 de septiembre de 1971. Fotografía de Arturo Lara Lozano. © Enciclopedia del Rock Mexicano.

¿Qué hizo Woldenberg en esos 40 años? Casi nada: escribió un gordo libro defendiendo el sindicalismo de la unam, ese pésimo Frankenstein que después tomaría por asalto el gobierno del df (publicado el libro por una editorial del entonces psum, coordinada por otro mártirvividor de la democracia: Jorge Alcocer); tras el escándalo del 88, dirigió el ife ciudadano que convalidó la transa de Fernández de Cevallos y reconoció el “triunfo” de Zedillo, mientras los sueldos de los “representantes ciudadanos” se iban a las nubes. A él ir a Avándaro no le sirvió de nada. Ni la mota lo pudo salvar.

Los que se equivocaron No podía faltar el nombre del ajonjolí de todos los moles: Carlos Monsiváis. Este otro izquierdoso que siempre caía bien (en los presupuestos estatales) envió una carta desde Inglaterra a Piedra Rodante, la que dirigía Manuel Aceves. En su tono de siempre –decir y decir sin comprometerse– intentó demostrar que los miles de jóvenes que fueron a Avándaro estaban del lado equivocado de la historia. Los llamó “la primera generación de gringos nacidos en México” (frase que ni siquiera era suya). Sólo porque a él le molestaba el rock. A ese mártir de la cultura popular el reloj biológico se le paró (Dios sea servido) en Agustín Lara y en El Guasón del Piano (léase Francisco Gabilondo Soler). Para él sólo hubo música hasta que apareció Juan Gabriel. En pocas palabras: para él la música popular era la de los antros, la de los prostíbulos, donde trabajaron los tres aludidos. Nunca se enteró que el mundo es ancho y ajeno. Que la moda, el pensamiento, la política cambió más en

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el mundo gracias al rock y sus secuelas que gracias a Lara, Soler y Juanga. Parece que en Portales nunca hubo parabólicas, salvo en los muchos hoteles de paso, ni revistas, salvo en las peluquerías.

Aquí se demuestra que el numerito de La Encuerada fue montado. Los organizadores les entregaron camisetas blancas (como la que se quitó la famosa Encuerada de Avándaro) y dinero a varias muchachas. Foto de Arnulfo Martínez y Torres, entonces fotorreportero de la revista Pop. © Enciclopedia del Rock Mexicano.

La encuerada Los que fueron y los que no fueron al festival vieron las fotos de La Encuerada de Avándaro por doquier. Subida en aquel camión de mudanzas la chica se quitó lo que quiso, supuestamente bajo los influjos del alcohol y la mota. Sólo que durante la mañana del 11 de septiembre algunos de los organizadores entregaron a varias muchachas camisetas blancas con el logo del festival y 20 pesos para que se encueraran durante el reve, como lo muestra una de las fotos adjuntas. Es decir: no fue un acto espontáneo sino planeado. El gobierno apostó a que Avándaro iba a ser un aquelarre de sangre, donde los jóvenes se iban a matar por miles bajo el influjo del alcohol y las drogas, para demostrar que éstos eran apolíticos, degenerados y –sobre todo– conservadores. Que la represión de 68 –en Tlatelolco– y 71 –en San Cosme– se la merecían los pequeños grupos subversivos; la verdadera juventud era la de Avándaro, que iba a mostrar su rostro de desmadre y falta de conciencia. Para darle sabor al caldo se mandó o se permitió que cientos de soldados regalaran o vendieran (según el sapo o la rana) cientos de kilos de mariguana. No pasó nada. Fuera de varios pachecos, muchos encuerados y encueradas, lodo, falta de alimentos, orina y mierda por doquier, falta de transporte, nada. No hubo muertos. Nadie acuchilló a otro. Nadie murió por sobredosis. La juventud de México fue, pese a los puros –desde Echeverría hasta Monsiváis y Woldenberg–, tanto la de Tlatelolco y San Cosme como la de Avándaro. Es una idiotez pensar que sólo un grupo representa al país. Y más idiotas los que ahora se niegan a aceptan haber estado en Avándaro, a toro pasado, para darse caché. Que con su pan se lo coman los ojetes.

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La monstruoteca de Ricardo Delgado Herbert en el país de la censura y la contradicción David Gutiérrez Fuentes*

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icardo Delgado vino por primera vez a la uam-Xochimilco gracias a una invitación de Andrés de Luna Olivo. Su exposición venía precedida por cierto revuelo pues había sido censurada en el interior del país. Sobre ese lamentable episodio El Universal publicó una nota que detalla los sucesos y las palabras textuales del entonces director del Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas, Emiliano de Pau, inmortalizadas en la red: “Mira, lo que te dije que expongas es para que la gente lo vea, necesitamos cosas positivas, pero esos monos feos con cara de mojones con armas, que tienes, nada más incitan al narcotráfico. ¡Imagínate cabrón!, ¡ya ni la chingas!, no sabes pintar, no tienes idea, eso es darle promoción a la violencia que perturba a los niños y ofende a la sociedad”. Lo que le pasó a Ricardo no es nuevo. Por el contrario, es muy propio de un país que en plena era digital, revive al Santo Oficio que se vuelve obsoleto gracias al contrapeso de las redes sociales. Frente a un país que censura sus corridos, que crea comisiones de la neta light para censurar a sus medios y no duda en censurar sus manifestaciones artísticas cuando lo reflejan en toda su triste y lamentable crudeza, hay otro país que busca abrirse paso detallando la crónica de la barbarie. Para este número de ranAzul nos armamos de una grabadora y una cámara digital y fuimos a platicar con Ricardo Delgado a su estudio en la Miguel Hidalgo. Ricardo es un artista plástico que en medio de la desolación puede encontrar espacios para el humor: diamantina, bisutería de plástico y colores estridentes le sirven como válvulas de escape, como elementos humorísticos para quitarle la tensión a una obra de alto impacto social y, por supuesto, visual. En seguida, un resumen de esa prolongada charla en la que, como buen norteño y mejor pintor, Ricardo se despachó con la cuchara grande. He aquí algunas de sus palabras.

* Me pareció inoportuna la técnica de pregunta-respuesta para la publicación de esta entrevista, por eso la dividí en pequeños apartados. Por último, cabe hacer hincapié en que la charla se desarrolló entre Ricardo Delgado, Héctor Zavala y yo.

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Corridos, pintura y ¿apología de la violencia? La polémica que se sigue dando en torno a los narcocorridos no es una cuestión en la que se pueda decir: “aquí le están tirando al gobierno y poniendo a los narcos como héroes.” Existe una lucha que desde el pasado se mantuvo oculta y de alguna forma “resuelta” hasta que se desparramó y se perdió el control, pero se asentaron advertencias en el cine, la literatura y por supuesto en la música. Los narcocorridos son la palabra viva de los que no fueron escuchados y a final de cuentas se convirtieron en una referencia de lo que nos está golpeando y que el Estado permitió, sin solucionarlo en su momento. Mi pintura ha intentado mostrar esa parte: el trasfondo de una sociedad que decae en sus discursos e instituciones. Lo he narrado y evidenciado para que dentro de mis crónicas plásticas nos miremos así; para reflexionar y compartir con la gente mi sentir. Las imágenes en mi obra nos dan referencias de la realidad. Eso claro que incomoda al gobierno y a los oficiales puristas, pero yo no hago apología de la violencia. En mi pintura entablo un diálogo desde los dos frentes para que los ciudadanos saquen su propia conclusión dentro de esta historia que vivimos. Sería tan absurdo como preguntarnos si las películas de los hermanos Almada eran apología de la violencia. Guadalupe Posada vio el sentido de la muerte cuando creó sus catrinas, éstas representan una manera de observar su realidad con sentido del humor, dentro de una época en la que el país padecía una crisis revolucionaria y el grabador se burló de esa etapa que en su momento golpeaba. Jardines de Humaya y el Arte Huerco Jardines de Humaya es un panteón donde está una parte considerable de los narcos mexicanos, en el meritito Sinaloa. Ahí descansan los restos de los capos pesados. Al igual que su poder, sus tumbas no se quedan atrás. Sus mausoleos están concebidos de manera muy llamativa,

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pa´que no se olviden y perduren en la memoria de los demás, cual faraones de esta dinastía al puro estilo mexicano, donde la columna dórica se mezcla con vinílica rosa mexicano, peluches y otros elementos folklóricos, muy a la altura de nuestra idiosincracia popular. A veces vas a una casa y ves una foto de tres por cuatro metros y resulta que es la hija del Señor, una linda quinceañera. Ese peculiar sentido de grandeza, vinculado a lo grandote y lo brilloso, es lo que se piensa que va a perdurar y yo lo retomo a manera de burla, exagerando a mis personajes, con la reutilización de elementos kitsch. Desbordo el mal gusto con barroquismo posmoderno, que, curiosamente, se nos da muy bien. Otro ejemplo son las cachas de pistola como fenómeno de la narcocultura, las hebillas, son aspectos demasiado ostentosos. A veces me pregunto: ¿qué pasaría sí esto lo involucramos en un cuadro y le otorgamos cierto sentido intelectual, pero sin que pierda su toque humorístico? Eso es parte de lo que hago en mi obra. El kitsch, la cábula y el Arte Huerco Cuando están cantando en Sinaloa, hay quienes sostienen que entre más feo canten es mil veces mejor. Ese conjunto de elementos excéntricos y mi curiosidad por entender el gusto de la gente, fue lo que detonó que me metiera a tratar algunos temas con “monstruosidad”, incorporando entre mis formas aspectos “narquistas” que me brindaran una manera de expresar mi realidad. Quizá no pueda meter oro en un cuadro, ya que todavía no logro financiar un trabajo así, pero si meto brillantina combinada con figuras amorfas me remitiré hacia ese lamento, incorporándolo a mi entorno y el resultado puede resultar interesante. El relumbrón me permite dar una apariencia de lo que puede ser la realidad de esa subcultura, aunque no sea más que un acercamiento desde mi interpretación. El México moderno es producto de una cultura parchada, reflejo de tantas cosas que tene-


mos y tantas de las que carecemos, de lo que queremos y no queremos ser, somos machos y sin embargo somos lo contrario. En medio de este montón de contradicciones, existen muchas posibilidades que encuentran un cauce y un fin en mi pintura. Mis personajes son el deseo o las proyecciones de mi visualización del país, de mi mundo. Cuando esto madura, también se convierte en mi reflexión expresada en la obra artística. La suma de nuestros excesos y contradicciones es lo que trato de evidenciar y acentuar para restregársela al público que me observa, muchas veces con una sonrisa de felicitación, otras con una mentada de madre de por medio. La foto de la quinceañera de tres por cuatro metros me motivó para realizar una serie llamada Las quinceañeras del Far Far West. Los quince años son un fenómeno que se adaptó a nuestras costumbres, obsequiándonos a la niña convertida en mujer para que la libido masculina pudiera saciar sus instintos disfrazados en una fiesta de color de rosa. Estos cuadros nos revelan el trance de cursilería que forma parte de nuestra tradición (ya casi en extinción). Quienes componen la serie son amigas mías que rebasan dicha edad y evoco en ellas una costumbre de antaño en la que hay sensualidad y sentido del humor cursi. En Las quinceañeras... mi propuesta podría parecer grandilocuente, quizá porque no me mido, soy directo y no cubro protocolos formales en mis temas, no tengo que quedar bien con alguien en particular, digo y pinto lo que pienso, esa libertad me la da el arte para expresarme plenamente en esta comedia de la vida que me toca narrar con los pinceles. Desde niño siempre me moví en un ambiente de burla. Yo provengo de esa cultura. Nos gustaba. Le poníamos muchos apodos a los compañeros, era algo tan normal. Así diferenciábamos a los demás y así nos identificábamos. Ponías un apodo y después otro más. Jugabas con un montón de seudónimos, de alias. A veces la actitud anorteñada, dicharachera, rebasaba nuestros límites juguetones. Esos personajes que permearon tu vida, quedaron en el recuer-

do y, con el paso de los años, comenzaron a producir reflejos de tu pensamiento dentro de una historia, en este caso, la recopilada por mis pinturas. Por ejemplo, hacer un dinosaurio burlón con sombrero tejano, mi famoso “Dinorteño”, implicaba una crítica. Todos me decían al verlo “mira, esto me recuerda al pri” (aunque no eran tan frontales para no comprometerse con el que estaba en turno). Sin embargo la burla resulta inevitable cuando estás frente a ese tipo de imágenes. Cada quien las comenta de manera diferente, aplicando el chistorete o la cábula. Uno de los inicios del nombre Arte Huerco provino de una comida en casa del pintor Jazzamoart. Entre el jolgorio del comelitón, me dijo: “me gusta la idea de pintar a los huercosjaibos”. Yo le contesté: “sí, es puro Arte Huerco” y nos reímos, pero la broma se convirtió en una realidad que, aunada al contexto social, marcó el inicio evolutivo del Arte Huerco y el surgimiento del apodo que me puso mi amigo: “La Brocha Jaiba”. Los Burrón, las quinceañeras y Maximiliano La familia Burrón es buenísima porque retrata a la sociedad mexicana, me encanta. Igual que otra revista de monitos, Simón Simonazo, de allá por los ochenta. Era maravillosa porque retrataba a unos chavos de barrio, unos güevones que esperaban durante todo el día a la vecina “toda buenota” para estarla observando y darse un taco de ojo. Ese era el objetivo de su vida. La caricatura empataba con la realidad de los adolescentes de las calles chilangas. Existía otra llamada Videorisa, de la misma editorial que publicaba Simón Simonazo. En Videorisa se parodiaban las películas nacionales o gringas pero en versión mexicana, eran muy buenas, porque descontextualizaban a los personajes originales de la cinta añadiéndole al guión mucho sentido del humor, eran totalmente divertidas. Toda esa ironía la buscaba cada semana. Es bueno mantener vivo el sentido del humor porque te puede cambiar la realidad o te la puede suavizar, te permite hacer de lado la solemnidad, sin

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tanta mamonería; te permite no tomarte las cosas tan a pecho, el sentido del humor te vuelve creativo. La realidad mexicana, como te decía, está construida con parches culturales ajenos, con prejuicios e “identidades” que la historia y la política nos han ido metiendo para aparentar la “mexicanidad”. En la serie Las quinceañeras... esos parches de influencia europeizante siguen vigentes. Jamás seremos austriacos, ni bailaremos valses con porte de Strauss. Tanto por cuestiones físicas, como históricas. Sin embargo, queremos imaginarnos dentro de una sociedad con “princesas y príncipes de blonda cabellera”, que nos gobiernen monárquicamente; como los amores románticos y cursis, estilo telenovela barata de Televisa. Es la misma parodia que se confronta con aquella que llevó al paredón a Maximiliano de Habsburgo. El racismo o la diferencia de clases sociales parece seguir vigente e influyendo en nuestras cabecitas, preferimos un vestido o corte europeo para vernos más fashion, queremos parecernos a los modelos de la revista Hola, aunque tengamos rasgos más autóctonos, más mexicanos. Mis cuadros resultan difíciles de digerir porque muestran el opuesto a lo que quizás se cuelgue en la sala de una casa, esa es la cuestión. La catrina, la santa muerte y la historia de Malverde Se ha estudiado mucho la manera en la que Posada veía a la muerte. Desde el punto de vista social, es un hecho que en otras partes del mundo no la ven como nosotros. El día de muertos contiene toda una tradición histórica, una memoria que opaca al “famoso” Halloween. Aquí existe respeto hacia la muerte. Es una pena que la globalización no le dé el valor que se merece, a pesar de que nuestra Catrina no pierde jamás el sentido del humor, que tanta falta nos hace. Hay que sostener nuestra sonrisa de calaverita de azúcar porque todavía nos endulza el 2 de noviembre.

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Tenemos otros símbolos religiosos, antagónicos a la iglesia, que se han ido incrustando en nuestra cultura, los llamados santos apócrifos como Malverde o la santa muerte. El primero, es un Pedro Infante y la otra una imagen que se diferencia de las catrinas de Posada porque está mucho más occidentalizada. Estas figuras se acoplan a un submundo de imaginarios que representan el bien y el mal. Yo por supuesto me quedó con las calaveras de Posada. Volviendo a Malverde, ¿saben la historia? Resulta que se necesitaba un escultor que hiciera a Jesús Malverde, aquel bandido de principio del siglo xx que robaba a los ricos para darle a los pobres. Una de las especificaciones era que la imagen tenía que tener cara de sinaloense: bien parecido y con bigote, para que se viera con apariencia de macho. Este movimiento se generó durante la época en la que estaba en cartelera la película Los gavilanes, con Pedro Infante, al que se tomó como referencia por su origen sinaloense. Pero el escultor, no crean que venía de Europa, era un personaje que se dedicaba a hacer vasijas de barro en un pueblito. Y pos se lo encargaron pensando que es lo mismo hacer un busto que una olla, el resultado fue un monote que a falta de proporción quedó con un toque simpático. La espontaneidad y la inocencia se reflejaron en la pieza, quizá por eso fue adquiriendo aceptación social. En nuestros días, Malverde recauda muchos fondos para obras de caridad. Quienes no lo conocen podrían imaginar que dicha escultura tiene un porte griego, pero no, es un monito que parece alcancía de feria. Sin embargo la gente lo venera tanto que hasta ya hace milagros. La credibilidad popular ha convertido la imagen en una aportación a la cultura sinaloense y la ha incrustado en las leyendas de la región. Además, para que se vea más real, lo pintan de color carne o rosa mexicano, con pintura de aceite, todo brilloso, como si estuviera emanando luz. En fin, esos detallitos nos ayudan a entender nuestro entorno subcultural y a muchos artistas (yo entre ellos) nos provocan e inspiran.


Huercos con ojos locos Orco (Orcus) significa demonio. Fue en el norte del país donde la palabra se degeneró. Para decirle a un chamaco “eres un demonio” se le decía eres un “horco” hasta que el término, con el paso del tiempo, derivó en “huerco”, es decir, un diablillo. Se trata de una palabra despectiva pero en el buen sentido. En el contexto de mi pintura, los ojos locos (Ricardo se refiere a la sobreposición en algunos de sus lienzos de ojos de plástico, los que se usan como bisutería en la confección de engendros de peluche) son añadidos para causar hilaridad, es el mismo caso de la diamantina o las calcomanías, le dan un toque inocente a la obra. Los ojos locos son más vivarachos y puedan expresar dolor, esperanza y humor. Cuando miras a mis personajes, te generan una repulsión por lo grotesco, pero a la vez te confrontan. El cuadro se vuelve un espejo de la realidad: no sabes si tú te estás burlando de ellos o ellos de ti. Mi trabajo plástico es un reflejo de la bestialidad, de la decadencia en la que nos encontramos inmersos, pero destella una leve esperanza para estos tiempos críticos. Censura Recuerdo que durante 2005, en Matamoros, echaron para atrás mi exposición. Primeramente porque les parecían monos feos, ese fue el primer motivo que me dieron para botarla, el segundo fue porque ofendía a los ciudadanos matamorenses y el tercero porque le estaba faltando al respeto a la alteza serenísima de mi señor gobernador. Ahora bien, después de 2004 se empezaba a desatar en los medios de comunicación regionales la situación de los famosos Zetas. Ya se escuchaban por allá, pero quién iba a pensar que la serie se convertiría en una predicción gráfica de lo que vendría. En aquel momento era como evidenciarlos por adelantado y por eso no quisieron colgar mi obra en el museo. Decían que era apología. Al contrario, yo digo que si no

estamos abiertos al reflejo visual de lo que nos sucede como mexicanos ¿de qué manera vamos a reflexionar? También hay una falsa idea de que la obra sirve para “decorar espacios”, pienso que los artistas somos cronistas de nuestro tiempo y nuestra obligación es decir en la pintura lo que pensamos. Me he topado con expresiones como: “esa no es la temática que manejamos aquí” o “está muy feo y no va a combinar con la sala del señor de la casa”. Mis cuadros no son complacientes y por lo tanto no es una obra fácil de vender Lo cierto es que la Galería R-Arte, a cargo de Raúl Rosado, tuvo confianza en mí y me invitó a exponer en la feria de Arte Latinoamericano, que tuvo como sede la ciudad de Miami. Raúl me dijo: “si tú puedes retratar la realidad de México con ese sentido del humor, crítica y con un tema intocable, quiero que expongas dentro de mi galería”. Claro, allá sí causa un shock. Posteriormente un coleccionista de arte latinoamericano en Miam, Steve P., obtuvo unas de mis últimas series de 2011, La Pasión según Arte Huerco, serie en la que confronto la pasión de Jesucristo dentro de las calles del México violento en el que se confrontan militares, narcos, políticos, religiosos y ciudadanos que buscan cómo escapar de este apocalipsis social. Es curioso, porque cuando tú pintas esos monstruos que bajan de la conciencia y los materializas en obra, no te imaginas lo que puedes tocar. *** Al término de la entrevista, y en clara referencia al impacto que causa su obra, Ricardo recuperó la multicitada frase de Goya, estampada en uno de los aguafuertes de su serie Los caprichos: “el sueño de la razón produce monstruos”. Sin duda, los de Ricardo son monstruos policromáticos y multifacéticos.

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Dossier gráfico

Arte Huerco

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icardo Delgado Herbert, al reflejar su tiempo como la mayoría de los artistas, conforma lo que él mismo denomina Arte Huerco. Nos dice: “La palabra ‘huerco’ proviene de Orcus, Dios de los infiernos entre los sefarditas, y que en el español medieval vino a significar el diablo o el infierno. Por lo tanto [ya de manera coloquial en el norte de nuestro país] estaríamos hablando de una palabra despectiva que señala a un muchacho mal portado…” Así que Delgado Herbert es uno de estos huercos entre los artistas mexicanos contemporáneos.

Se porta mal porque pinta “monos feos con armas”, como le dijeran en el Museo de Arte Contemporáneo de Tamaulipas. Su pintura muestra lo grotesco, burlón y crudo que caracteriza a gran parte de la convulsionada realidad nacional con un estilo directo, “a la cabeza”, que no intenta plasmar su yo interno sino el mundo externo a través de sus personajes. El naturalismo de Émile Zola mostraba al ser humano sin posibilidad de elección, hecho por las circunstancias: víctimas y abusadores. Delgado Herbert hace lo mismo en estos cuadros entresa-

Érika. De la serie Las quinceañeras del Far Far West. Acrílico, laca y diamantina sobre masonite, 60x50 cm, 2010.

La marcianita. De la serie Las quinceañeras del Far Far West. Acrílico, laca y diamantina sobre masonite, 56x46 cm, 2010.

La Pasión I. Óleo, carbón y diamantina sobre tela, 160x90 cm, 2011.

La Pasión II. Óleo, carbón y diamantina sobre tela, 160x90 cm, 2011.

cando de México lo duro y terrible, así como la cultura considerada por algunos como cursi o de mal gusto, aunque con un estilo que nos recuerda al expresionismo y al Pop Art. Hay en esta selección risotadas de desesperación junto con cariñitos a las quinceañeras. La serie La Pasión, de la cual se presentan tres cuadros, muestra el viacrucis del país generado por criminales y políticos en un “todos contra todos” trasplantado a imágenes muy familiares en la tradición católica.

La Pasión VIII. Óleo, carbón y diamantina sobre tela, 160x90 cm, 2011.

El hombre del roadwiller. De la serie Arte Huerco. Óleo sobre tela, 160x90 cm, 2001.

Sicario pardo de ala ancha. De la serie Arte Huerco. Óleo sobre tela, 160x90 cm, 2000.

Dinastía de la muerte. De la serie Espectros Porteños Oda a los Hermanos Almada. Acrílico sobre tela, 160x90 cm, 2004.

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Nuevos periplos de la ranAzul

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Monero Hernández.

fes

Acatlán.

Gonzalo Martré.

n su corta existencia, ranAzul tiene algunas historias que contar. El número 2 fue presentado en la uam-Xochimilco y estuvo, entre varios invitados, el guionista más dedicado de Fantomas: el escritor Gonzalo Martré. Por otra parte, queremos agradecerle a la fes Acatlán su invitación para presentarla en el Foro de Diseño Gráfico 2011. La revista también fue presentada en la fil de Guadalajara y sus presentadores salieron airosos de todas las preguntas incómodas mientras un candidato presidencial se ponía en aprietos en otro espacio del recinto. En las páginas de la revista Zócalo, ranAzul 2 fue objeto de una amplia reseña que ha contribuido a que nuestro trabajo se difunda más.

Queremos retomar una propuesta del primer número mediante el lanzamiento de algunos cuestionamientos con la intención de recabar las ideas de nuestros lectores y colaboradores. Consideramos que el ambiente político del país es propicio para invitarlos a elegir una respuesta a cualquiera de las dos preguntas formuladas a continuación:

¿Por qué voy a votar? o ¿Por qué no voy a votar?

Mándanos en un máximo de cinco líneas tu respuesta para integrar un sumario que ayude a afianzar decisiones. ranAzul seleccionará respuestas concisas y claras que contribuyan a la reflexión. La selección será publicada en el siguiente número de la revista (mayo-agosto). Envíanos tu colaboración y tu nombre a: ranazul.uam@gmail.com La fecha límite es el 30 de marzo. (No publicamos anónimos ni respuestas con seudónimo)


…zombienvenidos…


“Marcha Zombie 2011”



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