Retorno y porvenir de la rebelión

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Retorno y porvenir de la rebeliĂłn RaĂşl Prada Alcoreza

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Dedicado a Felipe Quispe Huanca, Marcial Fabricano Noe, Fabiรกn Gil Rocha, Marqueza Teco Moyoviri, Elsne Larrazabal, Adelaida Rocha Noza, Pedro Villca, Javier Quito Quispe y Tomรกs Candia; quienes firmaron la trascendental DECLARACION CONJUNTA DE LOS INDIGENAS DEL TIPNIS Y LOS HERMANOS DE ACHACACHI POR LA VIDA Y CONTRA EL TOTALITARISMO TIERRAS BAJAS Y ALTAS UNIDAS EN UNA SOLA VOZ.

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Índice: Prólogo

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La ley de la burguesía rentista

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Geografía libertaria versus geopolítica

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El mundo del poder

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Los nuevos patrones los nuevos conquistadores

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Vuelve la movilización social anti-sistémica

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Triángulo perverso del poder Dominación, corrupción y clientelismo

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No puedes ser indiferente Como si estuvieras en universo paralelo Y no en el nuestro Compartiendo sus vibraciones Y composiciones ondulantes Como si no estuvieras involucrado Raíz en roca incrustada En lo que ineludiblemente pasa No puedes ser cómplice pasivo Como Pilatos lavándose las manos En el ocaso del imperio romano Cuando reprimen a poblaciones Constelaciones de luces creadoras Y pueblos desvelados Cuando avanzan sembrando hogueras Lúgubres jinetes del apocalipsis Cuando inescrupulosamente talan bosques Y destruyen sin clemencia territorios Cuencas de nichos ecológicos Y tejidos invisibles de ciclos vitales

No eres ajena al acaecimiento Cuando una población legendaria se rebela Contra los portadores de la decadencia Frutas podridas caídas de ramas copiosas De proliferantes árboles fecundos Convertidos por ellos en troncos muertos Madera de mercados insatisfechos Ostentando prepotentes insignias de hojalata

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Provisoria jerarquía de autoridad frívola Como si fuese permiso para enriquecerse A nombre de confianzas otorgadas Desconocer derechos conquistados Como si fueran hojarasca de otoño Y formar comparsas de clientelas Marasmos de desperdicios abandonados Después del estruendoso jolgorio

No estas al margen del conflicto Colocándonos en ojo de tormenta Pues formas parte del torbellino Aunque creas estés en un costado Mirando asombrado desde balcón Olvidado de la casa esperada Con fachadas de cal Seduciendo a la luna llena

Tu responsabilidad ante la vida Cuencas de corrientes sanguíneas Y texturas armoniosas corporales Te convoca como potencia de vida Reclama tu participación insoslayable Defender a los seres del planeta Entrelazados con tus recorridos Diarios y nocturnos Defender a tus paisanos añorados Y entrañables conterráneos Defender a los que están

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y los que vienen Sin dejar solos a combatientes Por ti, por tus hijos y tus nietos

Mujer del pueblo Inspirada tejedora de sueños Y hábil artesana de esperanzas Hombre del pueblo Rudo trabajador incansable Afable amiguero del barrio Y sonriente como travesura luminosa Cuando hay que estarlo A veces triste por el mundo O porvenir indescifrable del hogar Y reflexivo como cóndor Visionario de las cumbres Y la concavidad del cielo iluminado Cuando hay que estarlo Te convocan los rebeldes insomnes Del memorable Altiplano insurgente Te convocan las guerreras amazónicas De los frondosos montes verdes Y melodiosos vaivenes de ríos Interminablemente plateados Y sublimemente sinfónicos

No los abandones a la suerte Ni los dejes solos peleando Contra ataques de conquista interminable

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Contra los nuevos conquistadores Antes vestidos de armaduras Ahora disfrazados de revolucionarios Bufones en el crepúsculo de los circos Oxidados conquistadores empedernidos De la Amazonia cultivada por sociedades De la ancestralidad olvidada Y de espesores territoriales indígenas Demoledores implacables del Ayllu Y de las comunidades complementarias Aunque se vistan de amigos del pueblo Y se crean portadores del fuego encendido Por nuestros héroes, heroínas y mártires

Míralos como se levantan Con sus cuerpos vigorosos Y órganos compulsivos Míralas como combaten aguerridas Con sus pasiones ondeantes Encantando a atmósferas Entusiastas encendiendo el fuego Que prendera en praderas Y ciudades atormentadas Haciendo danzar el mar enramado De frondosos árboles pintores Mírate en ellos En sus rostros encomiables Y en ellas En sus cadencias embriagantes

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Son como tú ¿Acaso formas parte del Leviatán? Monstruo inventado por patrones Que dominan el mundo ¿Acaso se acuerdan de ti? Solo eres un número electoral O figura evocada en su retórica ¿Acaso te consulta cuando promulgan Como emperadores que no consultan Leyes y deciden políticas Que te afectan?

Encuentra respuestas a preguntas insondables En sus pututus convocantes En conciertos de pájaros migrantes Emulados en danzas tropicales Tú eres como estas guerreras valientes Y estos combatientes inquebrantables

¿Acaso no te gustaría estar en la fiesta De los que dicen basta Al patriarcal despotismo desbordado De las que marchan Como agua de lluvias Y resisten como plantas A la tormenta burocrática Del Estado colonial? Fiesta de encuentro con ciclos vitales Fiesta de comunidades indomables

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Y pueblos habitados por corajes Titis cruzando puentes de universos EnlazĂĄndose con seres de la Madre tierra Y la Loma Santa

Sebastiano Monada: Convocatoria de la vida Dedicado a los y las que todavĂ­a no luchan

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Prólogo Retorno y porvenir de la rebelión se deja llevar la convocatoria de los pututus y el llamado de las guerreras amazónicas. Escrito seducido por la resistencia y lucha poblada de corajes del pueblo legendario de Achacachi; textura gramática encantada por la resistencia y defensa de la vida de los pueblos indígenas del TIPNIS. También entusiasmado por la valentía del pueblo venezolano, que se levanta contra la impostura, buscando hacerse cargo de la revolución truncada por la burocracia y los “revolucionarios de pacotilla”, quienes se apropiaron de las victorias políticas del pueblo levantado desde el caracazo. Es también una crítica a la intelectualidad apologista, en la más evidente decadencia ética, moral e intelectual; intelectualidad infértil, repetitiva, que rumia en sus cuatro estómagos, los paradigmas obsoletos, aprendidos formalmente en la academia. Lejos de las luchas vitales de los pueblos. Acurrucados en la mistificación de fantasmas inventados, los héroes revolucionarios convertidos en momias, por lo tanto, inutilizados para la lucha; reducidos a serviles enunciaciones, donde los nombran para justificar sus actos recalcitrantemente conservadores, su ceremonias auto-contemplativas, que solo se irradian en los medios académicos, medios de comunicación y cuando se acogen a la sombra de algún caudillo patriarcal, que se les antoja “líder revolucionario”. Reflexiona desde la perspectiva de la simultaneidad dinámica, es decir, en los espesores del presente, sobre la conquista interminable y los nuevos conquistadores y patrones, conquistadores de la Amazonia y de los territorios indígenas. Retomando el análisis, desde los espesores de la coyuntura y sus singularidades manifiestas, sobre las genealogías del poder, incorporando nuevos enfoques, desde la perspectiva de la complejidad. Por último, se analiza el triángulo perverso del poder, triangulo que articula dominación, corrupción y clientelismo. Encuentra que lejos de corroborar algo parecido a gobierno o forma de gubernamentalidad, incluso si se la denominamos forma de gubernamentalidad clientelar, corresponde, mas bien, a la ausencia de gobierno, a la ausencia de conducción, por lo tanto, ausencia de estrategia y de diagrama de poder. Lo que hay es el uso gozoso y agotamiento del poder, en plena decadencia.

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En lo que respecta al porvenir, se lo vislumbra en cierta combinaciĂłn convulsiva de los espesores del presente, en las resistencias de los pueblos, que se levantan con el coraje de la verdad, contra las formas recurrentes y cambiantes del cĂ­rculo vicioso del poder.

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La ley de la burguesĂ­a rentista

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Con gran algarabía de las burguesías1 comprometidas en la destrucción del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS), se promulga la ley que se nombra como de Protección, de Desarrollo Integral y sustentable del TIPNIS, Ley 969. El presidente Evo Morales promulgó la Ley 969, que levanta la intangibilidad sobre el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure en un coliseo colmado de dirigentes de diferentes organizaciones de Beni2. Con esta promulgación el gobierno extractivista, del modelo colonial del capitalismo dependiente, cree resolver el conflicto del TIPNIS, con un golpe jurídico-político, que vulnera la Constitución y viola los derechos de las naciones y pueblos indígenas, consagrados en la Constitución. Cuando lo único que ha hecho es abrir una nueva fase del conflicto3.

El gobernador del departamento del Beni ha dicho que los que se oponen a la construcción de la carretera se oponen al “desarrollo” del Beni; el presidente declara enemigos del Beni a los que se oponen a la carretera. Ambas declaraciones corresponden a desgastados discursos del chantaje chauvinista. Ambos hablan de “desarrollo”, que conciben como buenos comerciantes, como expansión del mercado y del consumo; la apertura de carreteras para el transporte de mercancías; además de considerar que las carreteras “integran” al país, especialmente ésta, la que atraviesa el bosque del TIPNIS. Esta concepción del “desarrollo”, mas bien, reducida al antiguo mercantilismo, escuela rebasada por la economía política, es la que prepondera en los discursos, en el escenario montado para la promulgación de la ley, que levanta la intangibilidad del TIPNIS; la que prepondera en los “argumentos” – si podemos hablar de argumentos cuando se trata de consignas mal aprendidas – de la masa elocuente de llkunk’us.

Lo que se oculta, fuera de que si hacemos caso a esta antigua concepción mercantilista del “desarrollo”, que ya es una consecución lamentable, es que se entregan concesiones a empresas trasnacionales extractivistas de la energía fósil; que se abren las compuertas a las empresas madereras, contribuyendo a la ley que sacó el “gobierno 1

Ver Gobierno de las trasnacionales extractivistas y de la burguesía de la coca excedentaria http://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/gobierno-de-las-trasnacionales-extractivistas-y-de-laburguesia-de-la-coca-excedentaria/. 2 Leer Evo declara enemigos de Beni a los que se oponen a la carretera. El Deber. Santa Cruz. http://www.eldeber.com.bo/bolivia/Evo-declara-enemigos-de-Beni-a-los-que-se-oponen-a-la-carretera20170813-0009.html. 3 Ver La guerra de la madre tierra I. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_guerra_de_la_madre_tierra_i.

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progresista” favoreciendo a las empresas madereras; aunque lo hacía a nombre de la defensa de los bosques. Contradicciones ya acostumbradas en los discursos del presidente y en las acciones del “gobierno progresista”. Se abre el TIPNIS a la vorágine de la ampliación de la frontera agrícola, principalmente de la coca excedentaria. Lo que se oculta es que este gobierno es un instrumento de la dominancia mundial de la burguesía de la energía fósil4; en consecuencia, cumple con las tareas de mantener, preservar, la explotación de la energía fósil, acompañada de la explotación minera y otras prácticas depredadoras, aunque sean agrícolas.

El discurso del “desarrollo” ya es harto conocido en Bolivia, en América Latina y en el mundo. Es el discurso impuesto por la hiper-potencia emergente de la segunda guerra mundial, como estilo de hegemonía. Este mismo discurso que se usa para, disque, interpelar al “imperialismo”; usando un estilo discursivo y de proyecto hegemónico elaborado por este imperialismo. Las incongruencias saltan a la vista y al oído. Empero, esto es lo que menos les sobresalta a los voceros del “desarrollismo” en la etapa tardía del capitalismo y la modernidad, la etapa de la decadencia, de la que forman parte. Lo que menos les interesa es la coherencia lógica, la consecuencia política, menos la lucha efectiva contra el imperialismo real. Lo que les interesa es el teatro político, la simulación y la proliferación de las apariencias. Disfrazados de “revolucionarios” han destruido la reciente revolución que hizo el pueblo boliviano. Son el mejor instrumento de la dominación mundial del sistema-mundo capitalista, pues destruyen más eficazmente que los neoliberales, liberales y conservadores, las capacidades de lucha del pueblo; debido a que se presentan como “revolucionarios”, y accionan como demoledores y sepultureros de la revolución. Despiertan todos los prejuicios ateridos en las subjetividades populares, el mito patriarcal, el mito del mesías, el mito de la obediencia sin crítica, la fe; desatan los machismos ateridos, los conservadurismo recalcitrantes; además de servir de instrumento eficaz a la continuidad de la dependencia, por la vía del modelo colonial extractivista.

Lo que llama la atención es que haya gente que crea que éstos sean revolucionarios, sobre todo, los intelectuales apologistas5. Se entiende 4

Ver La hiper-burguesía de la energía fósil. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/19/lahiper-burguesia-de-la-energia-fosil/. 5 Ver La intelectualidad apologista. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/06/02/laintelectualidad-apologista/.

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que la masa elocuente de llunk’us lo crea; no tienen otra idea y otra imagen de lo que es ser “revolucionario”. Consideran, por analogías, pues antes siguieron a otros caudillos, no necesariamente populistas, que se trata del líder, nada más. Se entiende que la otra masa, menor, de oportunistas, siga el juego, pues de lo que se trata es de la oportunidad para situarse en el poder y preservarlo; aunque no entiendan ni la Constitución, ni el mismo discurso de su jefe. Se entiende que los dirigentes cooptados, que ya no representan a su base, ni responden a la democracia sindical, prefieran resumir la figura de “revolucionario” a lo que son; dirigentes campesinos, obreros, gremiales o barriales; por lo menos, en los rasgos populares se parecen al jefe. Eso sería lo “revolucionario”.

Lo que no se entiende que aliados y parte del gobierno, militantes de los partidos comunistas, consideren a esta gente como “revolucionarios”. Se puede hasta entender que se diga que se trata de alianzas transitorias con parte de la “burguesía nacional”, la más nativa, o con sectores populares; empero, confundir estas figuraciones barrocas como revolucionarios, habla también del oportunismo descarnado de estos militantes comunistas.

No se entiende todo esto, estos comportamientos enrevesados, desde la perspectiva de la consecuencia política, que sería una buena perspectiva, empero, limitada. Sin embargo, se entienden estos comportamientos políticos e ideológicos si los vemos desde la perspectiva mundial del fenómeno de la simulación del sistema-mundo cultural6.

Desde la perspectiva de la simulación, como lo hemos dichos varias veces, no interesa lo que ocurre sino que se crea que ocurre lo que dice el discurso de la dominación. En la era de la simulación no interesa la revolución en tanto revolución, es decir, como transformación estructural e institucional; lo que interesa es el mito de la revolución, la simbología revolucionaria, las imágenes en juego; pues de lo que se trata es del gran espectáculo “revolucionario”. Asistir y desplegar el gran teatro político. Las “revoluciones”, en la era de la simulación, ya

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Ver El mundo como espectáculo. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/el_mundo_como_espect__culo.

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no se dan, primero como tragedia y después como comedia, como decía Karl Marx, sino se dan como espectáculo.

Estos “revolucionarios” de pacotilla7, son “revolucionarios” en la narrativa oficial; son “revolucionarios” porque están ungidos por ese símbolo estatalmente. Son “revolucionarios” porque así aparecen en la narrativa estatal difundida en la propaganda y publicidad; que por cierto, no tiene calidad literaria. Lo que importa es esto; no si son o no son realmente. Este no es el dilema, en la era de la simulación; en esta era el dilema es aparecer o no aparecer en los medios de comunicación.

Ciertamente, no todo puede ser teatro político; el teatro político tiene que sostenerse en alguna materialidad no teatral, en una arquitectura e infraestructura. Esta es la malla institucional del Estado-nación ocupado por los gobernantes, la forma de gubernamentalidad clientelar. Aunque le den otros nombres, como el de “Estadoplurinacional”, sigue siendo el mismo Estado y la misma estructura liberal, colonial, republicana. Otra realidad no teatral es lo que hace el “gobierno progresista”, lo que hace efectivamente; desnacionaliza lo nacionalizado, opta por compra de acciones que llama “nacionalizaciones”; no hace la reforma agraria, mantiene los latifundios; favorece a los grandes monopolios y a la explotación depredadora de los transgénicos, entre ellos la soya; garantiza el control sobre nuestros recursos naturales por parte las grandes empresas trasnacionales extractivistas; ataca a las naciones y pueblos indígenas y territorios. Esto, efectivamente, es no solo continuar con el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente, sino llevarlo más lejos, más rápido y de manera más eficaz que los anteriores gobiernos. Con lo que resulta que el “gobierno progresista” es el mejor dispositivo al servicio de la dominación mundial, al servicio del imperio.

El conflicto del TIPNIS resume o condensa los conflictos con el “gobierno progresista”; hablamos de los conflictos sociales, también los conflictos políticos, sobre todo, en lo que respecta a la proyección de la Constitución. Desde un principio, el conflicto del TIPNIS delata los compromisos del gobierno con ni siquiera una geopolítica del Estado Brasilero, que sería mucho decir, sino con la geopolítica de la economía política del chantaje de empresarios que optaron por la ganancia 7

Ver “Revolucionarios” de pacotilla. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/05/08/revolucionarios-de-pacotilla/.

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especulativa, descartando la ganancia lograda por la competencia. Los gobiernos de Evo Morales Ayma y de Luiz Inácio "Lula" da Silva se encontraban, desde un principio, enredados en la maraña de la economía política del chantaje de estas empresas. En otras palabras, en el logro de super-ganancias por medios especulativos y tramposos. Formaron parte, desde un principio, de un proyecto de burbujas especulativas. Que les dieron su parte, que en lenguaje comunicacional y jurídico llaman coima, es indudable; empero, este no es el asunto primordial. Siendo presidentes, no solo forman parte de redes de corrosión institucional y de corrupción, sino de este capitalismo especulativo y extractivista.

Lo que hay que destacar es esto; la transformación de las estructuras y formas de relación preponderantes en el sistema-mundo capitalista. En el ciclo de clausura de la estructura de larga duración del capitalismo vigente, cuando domina el capitalismo financiero y especulativo, la estructura del sistema-mundo predominante es precisamente la de la realización especulativa de la ganancia. Es decir, la que corresponde a las dinámicas financieras. Entonces, partiendo de esta perspectiva, el tema no es el que ambos presidentes reciban coima de empresas trasnacionales o, en el caso de Lula, nacionales, sino que al formar parte de esta red del capitalismo especulativo, ya forman parte de la burguesía rentista, la que se conforma, en los diagramas de poder de la economía política del chantaje.

El “gobierno progresista” boliviano no podía eludir su compromiso con el bloque mundial burgués; lo que pudo hacer, es diferir su decisión y medida por construir la carretera. Esta es la tarea de la burguesía rentista y del Estado-nación subalterno, que tiene que garantizar la transferencia de recursos naturales de la periferia al centro del sistema-mundo capitalista. Desde esta perspectiva, el interpelarlo, al “gobierno progresista”, por incoherente o incongruente, ya no resulta adecuado, pues ¿inconsecuente con qué?, ¿incongruente con qué?

El problema de la crítica – no hablemos del “análisis político”, pues éste cree en los discursos – es que todavía se apega a las representaciones y auto-representaciones, atiende todavía a la ideología autocomplaciente. La crítica para ser deconstructiva tiene que abandonar no solo parcialmente sino plenamente el mundo de las representaciones; concentrarse más en el mundo efectivo, en sus acontecimientos. Sobre todo, en las transformaciones estructurales del 18


mundo efectivo. Entonces, se podrá ver el mapa actualizado de los juegos de poder, la configuración concreta, en la coyuntura, de los diagramas de fuerza y las cartografías políticas, los entramados de la burguesía mundial, de la que forman parte los gobernantes enriquecidos.

Ante semejante decadencia, la responsabilidad de los pueblos es ciertamente defender la vida; de manera concreta, defender los territorios, los pueblos, los ecosistemas atacados, por la civilización moderna, en su etapa decadente, por el sistema-mundo capitalista, en su etapa especulativa, defender los derechos de los pueblos, los derechos sociales, los derechos de la naturaleza, conquistados.

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GeografĂ­a libertaria versus geopolĂ­tica

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Geografía libertaria versus geopolítica, emancipación versus dominación. Este es el desplazamiento y la ruptura epistemológica definida en geografía, la ciencia descriptiva del espacio, por parte de Milton Santos. Después de él la geografía brasilera ahonda en los tópicos territoriales, estudiando y analizando los movimientos socialterritoriales, por Bernardo Manzano; después, por Carlos Walter, discípulo de Milton Santos, deslizándose más lejos, con una geografía que interpreta y participa en las huellas territoriales y en los espesores de la movilización social. Es esta geografía activa y comprometida la que ha convertido a la disciplina del espacio en una heurística y hermenéutica de los espesores territoriales y de los tejidos espaciotemporales-sociales.

En América Latina la academia no ha seguido estos pasos; más bien, se ha encasillado en el enfoque de una geografía inmovilizada en los mapas y en teorías obsoletas; esto es muestra de un desolado anacronismo a estas las alturas de la experiencia social y de la memoria social, que sedimentan espacios-tiempos, en los saberes corporales y populares. Peor aún, la institución que dice representar a las ciencias sociales latinoamericanas, se ha enquistado en el conservadurismo más recalcitrante de un saber estatal que se presume de “ciencia”, por el solo hecho de usar la geografía, las partes más elementales y esquemáticas, para avalar sus estrategias de dominación; hablamos de la geopolítica. Esto habla de a dónde ha llegado la crisis de las ciencias sociales.

La geografía libertaria, que viene de las caras tradiciones de la geografía, asume la descripción del espacio a partir de las composiciones de relaciones desplegadas. Los mapas de estas composiciones, la descripción espacial de estas composiciones y el conocimiento de las composiciones forman parte de la actitud y actividad emancipatoria. La geografía libertaria devuelve la descripción espacial a la fenomenología de la percepción y a la fenomenología corporal; la geografía vuelve a formar parte de la praxis creadora social. Haciendo del conocimiento geográfico un conocimiento vital, incidiendo en las interacciones entre sociedades humanas y territorialidades, Oikos y ciclos vitales.

La geopolítica, en cambio, es una “ciencia” – si se puede darle ese nombre, que le queda muy grande – de la dominación, la dominación sobre el espacio y que utiliza el espacio para la dominación. Insistir, en 21


el siglo XXI, en hacer geopolítica, enseñar geopolítica, excusarse en la geopolítica, para justificar el modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente de un “gobierno progresista”, es, nada más ni nada menos, que evidenciar el recalcitrante conservadurismo intelectual, que retoma el paradigma imperialista del siglo XIX, para hablar de lo que no entiende, del espacio-tiempo del planeta. La crisis de las ciencias sociales devela la profundidad de su crisis cuando acude a refugiarse en estos paradigmas obsoletos, tanto para comprender, entender, conocer e interpretar los fenómenos territoriales y planetarios, que ahora se leen desde la perspectiva ecológica; incluso son obsoletos para usarlos en las estrategias de poder y de guerra de la actualidad. Con lo que estas ciencias sociales no solo que han llegado al límite de su horizonte epistemológico, que ya sería mucho decir, pues no alcanzan tal cosa, sino que han retrocedido al umbral, al límite del anterior horizonte epistemológico.

Por otra parte, la crisis de las ciencias sociales también devela la crisis ética, moral e intelectual. Como ya no se tiene nada que decir, cuando lo único que se hace es repetir lo mismo, cuando las investigaciones sociales resultan intrascendentes, más cerca de tesis universitarias, para cumplir formalidades, y muy lejos de aportes al conocimiento y a las sociedades, se recurre a la sombra de caudillos, cuya apariencia primera fue de gesto populista y hasta contestatario, cuya realidad constatada es que son una comedia grotesca de lo que fueron los caudillos nacional-populares de mediados del siglo XX. Es más, cuando estos caudillos muestran patentemente no solo su apego al modelo colonial extractivista del capitalismo dependiente sino, siendo ya burguesía rentista, su vinculación con la hiper-burguesía de la energía fósil, con la burguesía mundial del capitalismo financiero y especulativo, el hacer de maestros de ceremonia en plena decadencia de un gobierno anti-indígena, inconstitucional – pues no ha cumplido con la Constitución, mas bien, la ha vulnerado sistemáticamente - y extractivista, manifiesta claramente los extremos de la decadencia intelectual.

La gravedad de esta crisis de las ciencias sociales y de la decadencia ética, moral e intelectual, es que se lo hace justo en el momento que se promulga la ley que levanta la intangibilidad del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécura (TIPNIS), contraviniendo la Constitución, violando y aplastando los derechos de las naciones y pueblos indígenas, además de los derechos de los seres de la Madre Tierra, consagrados en la Constitución; apoyándose en una consulta 22


espuria, que no fue ni libre, ni con consentimiento, ni consensuada, ni informada, ni respetando las normas y procedimientos propios, establecidos por la Constitución. Sino una consulta chuta impuesta, hecha dolosamente y parcialmente, incluso con rapto de familias a cuarteles para que llenen el formulario de la encuesta.

Una rápida ponderación de la situación nos muestra que estas instituciones, que se hacen llamar y dicen representar las ciencias sociales en América Latina, no son más que agenciamientos concretos de poder, son dispositivos en los juegos de poder, tanto relativos al Estado, así como los juegos de poder relativos a la búsqueda de prestigio y al espectáculo de las ceremonias académicas.

Las sociedades alterativas, que son desenvolvimientos de la potencia social, aprenden de las experiencias de las luchas sociales, ahora, más que nunca, de la defensa de la vida. La intelectualidad comprometida con estas luchas, incansable crítica, es también la que aprende con los movimientos sociales anti-sistémicos, destruye paradigmas obsoletos y propone nuevas interpretaciones liberadoras para compartirlas colectivamente.

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El mundo del poder

Dedicado a Nicmer Evans y Luisa Ortega; por el coraje de la verdad que contienen y expresan.

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El mundo del poder no solamente corresponde al mundo de las representaciones o, por lo menos, parte de este mundo imaginario y de la ideología, sino que corresponde al mundo de las dominaciones; es decir, mundo conformado, por cierto, no solo por representaciones, exactamente, aunque estén, sino por tecnologías de poder; aunque también por coerciones, chantajes, forcejeos. Mundo material, si se quiere, no virtual, como parece ser el de las representaciones. Sin embargo, es un mundo que funciona de acuerdo a una estructura diferente al mundo efectivo; su eje aparente o, si se quiere, eje material e institucional de esta estructura, restringida a los campos y ámbitos del dominio del poder, es la “lógica” – si se puede hablar de lógica en este caso – de la dominación. Lo que rige el funcionamiento de las máquinas de poder es el cumplir con el ejercicio de la dominación; lograr efectuarla, realizarla como tal.

En relación a este eje de la estructura de poder, los demás ejes de la arquitectura de la dominación funcionan a su servicio; subsumidas a la “lógica” de la dominación. Por ejemplo, el lenguaje, la emisión y enunciación de los discursos funcionan no para decir algo que tenga sentido o responda a la lógica del lenguaje, si se quiere, a la lógica de la expresión, así como a la lógica de la razón, sino para hacer ruido y acompañar al ejercicio del poder; se diga lo que se diga. Este comportamiento discursivo se da por inercia.

Por otra parte, quienes ejercen el poder son subjetividades adecuadas a este ejercicio; cuyo deseo se reduce a “tener poder”, estar en este objeto oscuro del deseo. Se trata de sujetos nada creativos, sino, mas bien, en este sentido, castrados; eunucos al servicio del objeto oscuro del deseo. Recurriendo al lenguaje hegeliano, diríamos que se trata de consciencias desdichas, es decir, de sujetos desgarrados; en lenguaje nietzscheano, consciencias del resentimiento y consciencias culpables; la frustración convertida en deseo de venganza. Se trata de subjetividades revanchistas.

Pueden investirse de lo que sea; no se trata de atender a sus investiduras, a sus auto-representaciones, a los papeles del teatro político; sino de atender a lo que hacen, a la función que cumplen en el mundo del poder. Por ejemplo, pueden disfrazarse de “revolucionarios”, hacer escandalo para aparecer como tales, desgarrarse las vestiduras; pero, lo que importa, es lo que

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efectivamente hacen y la función que cumplen en las máquinas de poder y en los diagramas y cartografías de las dominaciones.

En lo que respecta a este hacer y a su función, el disfraz de “revolucionarios” es adecuado para poner en escena el espectáculo y lograr los efectos atrayentes de la dominación. Sobre todo, cuando se trata de la convocatoria al pueblo, a los desposeídos, a lo que denominaba Franz Fanon los condenados de la tierra. Este mensaje al pueblo recurre a recónditos mitos, mitos mesiánicos, mitos de la tierra prometida, mitos patriarcales. También al mostrarse con la simbología revolucionaria, convence, por lo menos, en una primera etapa, de que los que emiten este discurso “revolucionario” están con el pueblo. Por eso, la dominación por la vía populista es eficaz, más eficaz que por la vía liberal, neoliberal y mucho más que por la vía conservadora.

El problema de esta forma de dominación, que hemos llamado forma de gubernamentalidad clientelar, es que cuando la convocatoria se agota, cuando el espectáculo, reiterado, recurrente, publicitario, propagandístico, se agota, ya no convence, pues contrasta con la realidad efectiva. Es cuando la forma de gubernamentalidad clientelar se convierte efectivamente en tal, dejando la convocatoria del mito, para ingresar a la expansión de las relaciones clientelares y mantener a cierta masa adecuada de apoyo.

Entonces pasamos de la etapa de la ilusión, propiamente ideológica, a la etapa del clientelaje y de la prebenda. Esta etapa también tiene su propia duración; se agota. Pues los recursos para mantener las relaciones clientelares y extenderlas no alcanza para todos; solo a una parte, las dirigencias, los de la cúpula partidaria, los empresarios beneficiados. Es cuando, se ingresa a la siguiente etapa, por así decirlo, la del empleo de la violencia, no solo empleo sistemático de la violencia, que nunca se dejó de ejercer, aunque de manera matizada, sino al empleo descarnado de la violencia descomunal, al uso del recurso del terror.

Es cuando más se reclaman, los sujetos involucrados, de “revolucionarios”, de “defender la revolución”; es cuando exigen dramáticamente “fidelidad”, “lealtad” y hasta obediencia; es cuando más temen a la crítica y buscan acallarla tildándola de “contrarevolucionaria”, de coadyuvar a la “conspiración”, si es que no la 26


acusan directamente de “conspiradora”. Es cuando se cierran todos los caminos y sólo queda uno, el de la violencia descomunal, desenvolviéndose desbordante y despavorida; cobrando sus víctimas. Es cuando se queda con mucho menos convocatoria y con menos base social; cuando pierden elecciones y se comienza a constatar su aislamiento. Ni su estridente publicidad ya puede ocultar la soledad del poder. Los contrastes no solamente son notorios y evidentes respecto a la realidad efectiva sino abismales.

En estas condiciones y circunstancias los gobernantes, los ocupantes del Estado, los que se creen “representantes del pueblo”, ante el callejón sin salidas en el que se encuentran, muestran sus más descomunales recursos o, mas bien, recurren a ellos. Inventan una realidad delirante, ni siquiera la que se transmite en la propaganda y publicidad, sino otra más exacerbada en cuando a su insostenibilidad. Resulta que la “revolución” está en peligro; que ellos, los gobernantes, que se proclaman como los únicos, consecuentes y ardientes “defensores” de la “revolución”, están obligados a tomar medidas de emergencia para preservar la “revolución”, la “soberanía” y, nada más ni nada menos, la “paz”, con métodos de la “violencia revolucionaria”. Es cuando se pasa a la cuarta etapa, la del Estado de excepción; el Estado en peligro suspende los derechos constituidos, suspendiendo a colación la democracia, que ciertamente era formal.

La convocatoria por parte del poder constituido, desechando al poder constituyente, a una Asamblea Nacional Constituyente, para lograr la “paz”, es una muestra del ingreso a la etapa del Estado de Excepción. El llevarla a cabo en contra del poder constituyente, que es el pueblo movilizado, es la realización violenta de esta Asamblea Constituyente espuria. Lo que viene después ya son las consecuencias de esta imposición; como suspender a la Asamblea Nacional Legislativa, elegida por el pueblo. Con esto se terminan de definir las formas manifiestas y elocuentes del Estado de excepción, de la violencia con la que nace el Estado y la violencia que retoma para volver a instaurarse como poder descarnado, sin barnices de la democracia formal.

El volver a insistir en una nueva elección dolosa de magistrados, después de haber impuesto a los magistrados a dedo, a pesar de haber perdido las elecciones, ahora, mediante una bochornosa manipulada selección, acompañada de tramposos exámenes de competencia y no 27


menos engañosas preguntas sorteadas, es otra muestra del ingreso al Estado de Excepción. De manera más manifiesta, el retornar al conflicto del TIPNIS, después de haber perdido con la VIII marcha indígena – derrota gubernamental que se expresó en la promulgación de la Ley 180 de intangibilidad del TIPNIS -, volviendo a imponer la construcción de la carretera extractivista, que atraviesa el bosque del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro-Sécure, es la voluntad del Estado de excepción. Queda claro que no importa la Constitución, ni los derechos de las naciones y pueblos indígenas, tampoco los derechos de los seres de la madre tierra; queda claro que no importa ni siquiera la imagen, menos el decoro, ni guardar las apariencias; sino solo efectuar la marcha destructiva del modelo colonial del capitalismo dependiente. El poder se muestra desnudo, sin ropajes, sin ideología, salvo como abalorio, sin discursos, salvo como inercia, sin apariencia, salvo como fantasmagoría evaporándose en el aire.

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La responsabilidad de los pueblos

¿En estas condiciones qué es lo que se puede hacer? Mejor dicho, ¿cuál la responsabilidad de los pueblos? ¿Qué se puede hacer para salvar lo poco que queda, el corto avance de un amague de revolución, que no solamente quedó inconclusa, sino que lejos de ello, se estancó en sus albores? Al parecer, solo movilizaciones sociales anti-sistémicas de la magnitud de las que iniciaron el llamado proceso de cambio pueden contar con la fuerza y la energía no solo de detener este descalabro, detener la decadencia, sino salir del círculo vicioso del poder. Pues no es ninguna salida volver a lo de antes, como se dice comúnmente, que es lo otra cara del círculo vicioso del poder; mucho menos, salvar a los encumbrados en el poder, disfrazados de “revolucionarios”; sino salir efectivamente del círculo vicioso del poder.

Esta es la responsabilidad de los pueblos. Al pueblo que le toque hacerlo tiene esta tarea histórica, por así decirlo, que tiene que ver no solo con el pueblo y el país de referencia, sino con el destino mismo de la humanidad. El pueblo que lo haga habrá comenzado a abrir otro horizonte histórico-social-político-cultural civilizatorio para todos los pueblos del mundo.

La responsabilidad del pueblo venezolano es salir del círculo vicioso del poder, que tiene dos caras, la de los enemigos, que, sin embargo, son cómplices de la reproducción del poder. La responsabilidad de todos los pueblos del mundo es apoyar al pueblo venezolano, porque en su lucha están jugándose el destino de todos los pueblos, de la humanidad; salir del círculo vicioso del poder y de los chantajes emocionales e ideológicos de los enemigos, que tienen más parecidos entre ellos que diferencias.

La responsabilidad del pueblo boliviano es salir del círculo vicioso del poder; ni volver atrás, como se dice, ni salvar a los impostores e usurpadores de la movilización prolongada y del proceso constituyente; sino abrir otros caminos, que se hacen camino al andar; hacia las sociedades autogestionarias y de autogobierno, que reinserten a la sociedad a los ciclos vitales ecológicos. La responsabilidad de todos los

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pueblos del mundo es apoyar al pueblo boliviano, en esta lucha en defensa de la vida, del TIPNIS, de la Constitución.

Lo mismo pasa con otros referentes histórico-políticos-sociales. Se trata de apoyar a los pueblos en pie de lucha, que buscan salir del círculo vicioso del poder; como ocurre con el pueblo kurdo, sobre todo respecto a las comunidades libertarias, autogestionarias y de autogobierno. Se trata de apoyar a las naciones y pueblos indígenas del continente, que defienden los espesores territoriales, las cuencas, la vida de los ecosistemas; estas naciones y pueblos contienen la información civilizatoria para salir del círculo vicioso del poder, que la civilización moderna y el sistema-mundo capitalista ha ocasionado.

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Los nuevos patrones los nuevos conquistadores

Dedicado a Carla Casas, joven activista, valiente defensora de la vida y del TIPNIS 8.

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Carla Casas, activista, que en la entrega del reconocimiento de la CLACSO, por sus 50 años, el premio CLACSO 50 años, al presidente Evo Morales Ayma, intervino en el momento de la clausura, y por el micrófono dijo, ante sorpresa de los asistentes: "Soy una ciudadana de Bolivia que exige su derecho al medio ambiente. Queremos que se respete el TIPNIS, que se respete la intangibilidad con todas las garantías que se merecen. Allá afuera hay...”. Y el audio fue cortado por el canal estatal. Después, cuando la activista fue a saludar y despedirse del Vicepresidente; éste la amenazó veladamente. "Lo he saludado al Vicepresidente, y él me ha apretado fuerte la mano. Me ha dicho: ‘Basta, hasta ahí nomás’. Yo creo que él no quería hacer show”. A este señor hay que decirle que no amenace a nuestras hijas, pues las activistas son nuestras hijas, preocupadas por el destino de la humanidad y defensoras de la vida; que no amenace a nuestros hijos, todos, no solamente los activistas son nuestros hijos. Ellos no son responsables del mundo que tienen, sino las generaciones pasadas, entre las que nos encontramos nosotros. Ellos, hijas e hijos, deben heredar un mundo con los problemas, que hemos causado, resueltos. Para comenzar a generar otros mundos alternativos, desde la potencia social, desde la potencia de la vida. La tarea que nos queda a las generaciones anteriores, responsables de la crisis ecológica, es resolver estos problemas. Al señor de la amenaza velada hay que decirle que no ingrese a otros niveles de la pelea, pues conocerá otras facetas de las resistencias y de las luchas; se arrepentirá haber ingresado en estos tramos. Es mejor que la pelea siga en los límites en los que se encuentra.

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La conquista parece interminable, como decimos en el texto La conquista reiterada 9. Se dio por oleadas, que parecen seguir hasta en la actualidad. En lo que respecta a la conquista de la Amazonia, de la que se encargó Francisco de Orellana10 y otros españoles, entre ellos el protagonista de Aguirre la ira de Dios11, Lope de Aguirre; película de Werner Herzog. Conquista de la Amazonía narrada en la trilogía de novelas de William Ospina; Ursúa, El País de la canela y La serpiente sin ojos12. Sin embargo, esta conquista ha sido intermitente a lo largo de los periodos republicanos; incluso ahora, en el lapso de los llamados “gobiernos progresistas” de Sud América. Como decimos en el texto citado:

La conquista no se dio de un solo golpe. Mas bien, acaeció intermitentemente, de una manera repetida, recurrente, como avalanchas. Quizás ni si quiera haya terminado. La independencia fue una ilusión y sigue siéndolo. La conquista vuelve como oleadas, solo que transformadas. De la isla bautizada con el nombre de La Española, comprendiendo el archipiélago caribeño, se pasó al continente. En esta inmensidad territorial, que atraviesa la Tierra de Sud a Norte, que se encuentra entre dos aguas, por eso Abya Yala, los argonautas conquistadores se perdieron en sus exuberantes paisajes; en contacto con innumerables pueblos asentados en espesores territoriales diversos, donde la prodigiosa agricultura alcanzó la producción y la productividad no conocidas en Europa, sobre todo, la proliferante diversidad. Contando con el maíz, alimento también desconocido por los conquistadores, prodigioso cultivo de Mesoamérica y de Norteamérica del aquél entonces.

9

Ver La conquista reiterada. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/05/31/la-conquista-reiterada/. 10 Leer La conquista del Amazonas. En La aventura de la historia. http://www.elmundo.es/ladh/numero148/dossier.html. 11 Leer Aguirre, der Zorn Gottes. https://es.wikipedia.org/wiki/Aguirre,_der_Zorn_Gottes. 12 Leer de William Ospina Ursúa, El País de la canela y La serpiente sin ojos. Editorial: LITERATURA RANDOM HOUSE. También en Editor digital: Himali ePub base r1.1.

http://assets.espapdf.com/b/William%20Ospina/Ursua%20(2)/Ursua%20%20William%20Ospina.pdf. http://assets.espapdf.com/b/William%20Ospina/El%20Pais%20de%20la%20Canela%20(4)/El%20Pais%2 0de%20la%20Canela%20-%20William%20Ospina.pdf. http://assets.espapdf.com/b/William%20Ospina/La%20serpiente%20sin%20ojos%20(7678)/La%20serpi ente%20sin%20ojos%20-%20William%20Ospina.pdf.

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Más abajo se escribe:

La conquista suma y sigue; las verdaderas guerras de la independencia, las guerras anticoloniales indígenas y mestizas, dadas en el siglo XVIII, incluso comenzadas antes, fueron acalladas. Eran guerras anticoloniales que expresaban la revolución social. En el siglo XIX se sustituyó esta subversión plebeya, por así decirlo, por una guerra de la independencia restringida en los límites de una revolución política, descartando la revolución social. Estos límites llevaron a constituir los Estado-nación de segundo orden, repúblicas de segunda clase, bajo el oropel de un liberalismo imitativo, pero no real. Las oleadas de la conquista perdurable, después de la independencia, no se desplegaron con tropas, como ocurrió durante los siglos XVI y XVII, sino con inversiones de capital, a decir del lenguaje económico. Hablando claro, se definió una geopolítica del sistema-mundo capitalista, donde los Estado-nación secundarios, las repúblicas segundonas, se encargan de abastecer de materias primas a los Estado-nación de primer orden, las repúblicas modernas propiamente dichas. En este caso, metafóricamente, la conquista no toma Tenochtitlan, sino que solo compromete a Moctezuma. Las estructuras de los Estado-nación forman parte del orden mundial establecido como geopolítica del sistema-mundo. Son las estructuras políticas mediadoras en la transferencia de recursos naturales. Ya no es necesario ocupar militarmente territorios y conformar colonias, en sentido pleno, porque la clase política y la clase económica, por así decirlo, ya están colonizadas. Paradójicamente, la conquista continua a través de los gobiernos nacionalistas, que se plantean la recuperación de la soberanía mediante medidas políticas de las nacionalizaciones de los recursos naturales y de las empresas trasnacionales extractivistas. Aunque el Estado-nación sea propietario de los recursos naturales, incluso de las empresas extractivistas, convertidas en empresas públicas, el funcionamiento de la maquinaria productiva del sistema-mundo capitalista le es ajeno; no accede ni controla esta maquinaria. El proceso de acumulación ampliada de capital se concentra en los centros de la geopolítica del sistema-mundo; entonces, el proceso recurrente de la acumulación originaria de capital, aunque se dé in situ, 33


escapa también al control del Estado-nación rentista y extractivista. En este caso, aunque podamos conceder, hipotéticamente, que las mentalidades del nacionalismo revolucionario no estaban colonizadas, resulta que el funcionamiento de las cadenas productivas, sus engranajes, su ingeniería, la heurística de su maquinaria, ya es técnica colonial. En este caso, la conquista se realiza en el proceso mismo de producción. La conquista suma y sigue. La evolutiva colonización, que podemos llamar como ya la han denominado, colonialidad, cuenta con la estructura del Estado-nación, que forma parte del sistema-mundo colonial-capitalista. Entre sus dispositivos cuenta con sus aparatos de emergencia, el ejército y la policía; mediante estos dispositivos, el sistema-mundo colonial puede acudir a su uso, en situaciones de emergencia, instaurando regímenes que manifiestan abiertamente el cimiento y el núcleo constitutivo del Estado, el Estado de sitio. Los gobiernos de las dictaduras militares fueron los más entreguistas en lo que respecta a la transferencia de recursos naturales, incluso en condiciones onerosas, aceptadas de antemano, como dadiva del imperio. En este caso, el colonialismo se encuentra en las armas mismas, en el uso institucional de las armas; es más, inmerso en los que las usan. La evolución de la conquista continúa. La colonización puede ejercerse de manera eficiente, sin recurrir a ocupaciones militares, sin exponer de manera explícita a los funcionarios del Estado o, mejor dicho, a las estructuras institucionales del Estado, puede prescindir, por el momento, de los dispositivos de emergencia, usando tan solo los mecanismos de las políticas económicas, mediante una estrategia colonizadora como la del ajuste estructural neoliberal, mediante privatizaciones. El neoliberalismo es una estrategia, proyecto y ejecución colonial “técnica”. Increíblemente la conquista suma y sigue con los “gobiernos progresistas”. En este caso, la colonización funciona mejor en la ideología. Empero, lo hace de una manera barroca; no se trata de la ideología explícitamente colonial, sino, paradójicamente, se expresa en discursos “anti-coloniales”, “anti-imperialistas”, “socialistas”, incluso “comunitarios”. Para decirlo de una manera ilustrativa, empero tosca, sin embargo, recurriendo a una metáfora harto conocida y usada, ocurre como con el caballo de Troya. El caballo de madera 34


obsequiado por los griegos a los troyanos contiene en sus entrañas el arma o la pequeña armada que los va a derrotar, justamente en el festejo de la supuesta victoria. El discurso populista, “socialista” y “comunitarista”, incluso “anti-colonial”, contiene en sus entrañas enunciativas el paradigma colonial que va a colonizar a los pueblos que festejan su supuesta victoria. En nombre del Estado-plurinacional, en unos caso, en nombre del Estado-nación soberano, en otros casos, en nombre de la descolonización se efectúa la colonización en la forma más patética, comprometiendo las voluntades populares en el ejercicio del poder espectacular y rimbombante, que hace lo mismo que todos los gobiernos, continuar con el modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente.

Una de las conclusiones es la siguiente: ¿Qué tienen en común todas estas oleadas de conquista, posteriores a la llamada independencia? La ideología del “desarrollo”. Comparten esta visión, que es como la meta y la misión de todas las formas de gubernamentalidad dadas. Este prejuicio por el “desarrollo” es lo que los aproxima, aunque sus discursos e ideologías políticas los diferencie. Todas estas formas de gubernamentalidad distintas son dispositivos para cumplir con el “desarrollo”. Son parte reproductiva de esta ilusión inventada por el sistema-mundo capitalista. La colonización, en la modernidad tardía se ejecuta mediante esta apertura y construcción del camino al “desarrollo”.

El conflicto reiterado del TIPNIS parece corroborar esta interpretación. El “gobierno progresista” de Evo Morales Ayma y de Álvaro García Linera reinicia la interminable conquista en la Amazonía, en el Territorio y Parque Nacional Isiboro-Sécure (TIPNIS). No contentos con legalizar e institucionalizar el avasallamiento de más de 250 mil hectáreas del TIPNIS, por parte de la población de colonizadores ocupantes, cultivadores de la coca excedentaria e incorporados a la economía política de la cocaína, ahora, reintentan avasallar con todo, las un millón de hectáreas que quedan del territorio indígena y área protegida. Todo esto a nombre del desgastado, anacrónico y trasnochado discurso del “desarrollo”. 35


En un sugerente reportaje sobre lo que ocurre en el Polígono Siete, la zona de avasallamiento, donde había quince comunidades indígenas; de las que queda solo una, Santísima Trinidad, pues las demás han sido absorbidas por la vorágine del cultivo de la hoja de coca excedentaria y por la violencia y dominación de las federaciones campesinas cocerlas, correspondientes a la Federación Campesina del Trópico de Cochabamba, Beatriz Layme, enviada especial al TIPNIS por Página Siete, escribe:

Muy temprano, Joaquín, un joven mojeño trinitario de 17 años de edad, sale de su casa cargado varias bolsas de plástico, aquellas de quintal que se usan para azúcar, harina o arroz. Apresurado se abre paso entre la maleza y luego de caminar cerca de 45 minutos pone manos a la obra: comienza a arrancar las hojas de coca para ganarse unas buenas "fichas” (monedas). El indígena estima cosechar entre 90 a 100 libras de la hoja de coca para que don Martín, dueño del cato, le pague 200 bolivianos. El contratante es un colono que llegó hace 15 años al Polígono 7, zona del TIPNIS. El pago por libra de coca cosechada es de dos bolivianos si el cato no está en una zona alejada; pero si se ubica a una distancia considerable el precio por libra sube a tres bolivianos. Según los indígenas, por día cada uno logra cosechar hasta 120 libras. El dinero que gane -cuenta Zacarías esperanzado- le permitirá comprar artículos que necesita: sal, una pequeña radio y hasta un "aprieta pecho” (alcohol). Como Zacarías, cada tres meses -tiempo en que un arbusto de coca vuelve a llenarse de hojas-, varias mujeres y jóvenes indígenas acuden a la convocatoria de los colonos, quienes requieren la mano de obra de los originarios. "Ellos siempre buscan a los indígenas, a nosotros. Por la necesidad de la economía nosotros cosechamos la coca. Ahí ganamos según lo que saquemos, pueden ser 100 libras, hasta 120 libras, dependiendo el cosechador; por libra nos pagan dos bolivianos, tres bolivianos”, relata Zacarías, quien tiene la mejilla hinchada por el bolo de coca que saborea lentamente. Si jóvenes y mujeres hallan trabajo en la cosecha de la hoja de coca, los hombres indígenas son contratados por los colonos para el chaqueo 36


(limpieza de terrenos de la cobertura forestal y vegetal) para nuevos cultivos. Por este tipo de trabajo, el colono paga por día entre 50 y 100 bolivianos por persona. "Los colonos no se conforman con un cato, ellos siempre están sembrando más allá de sus lotes, más adentro del bosque. El colono no está en un solo sindicato, tienen cuatro o cinco lotes, mientras nosotros, en un sólo lugar”, cuenta María Luisa, indígena yuracaré madre de 12 hijos, dos de ellos están en Trinidad y uno en Santa Cruz. En el Polígono 7 del TIPNIS se crearon los sindicatos de cocaleros: Isiboro, Patiño, Puerto Patiño, 1º de Mayo, Bolívar, Aroma, Icoya, Paraíso, Moleto, Ichoa. Éstos se conformaron a la par de las comunidades indígenas Limo, Sasarzama, Santísima Trinidad, San José de la Angosta, Fátima de Moleto, El Carmen, 3 de Mayo, Puerto Pancho, Puerto Beni, entre otras. María Luisa, quien saluda en yuracaré -su idioma madre- a su amiga Nieves, con tristeza e impotencia cuenta que su familia está sometida al sistema de los colonos. Por eso, dice, su esposo y ella se ven en la necesidad de trabajar con el fin de tener algo de dinero para comprar hasta carne. "Nosotros nos preocupamos más por la alimentación. No nos preocupamos de tener un negocio. No decimos que la plata no sirve, nos conformamos con lo material, nuestra gran preocupación es tener algo que comer. Como ya no hay mucho para pescar ni cazar, no nos queda otra cosa que trabajar para tener un poco de dinero”, comenta María Luisa. Vive en una pequeña casa de madera, donde cuelga una hamaca y a un costado detenta unas tablas que hacen de catre. Es irónico para los indígenas verse como peones en su propia tierra, "en su casa grande”, porque -cuentan- ahora la pesca y caza ya no es tan fructífera como antes. Es por eso que algunos originarios decidieron ingresar a regiones más cercanas al corazón del TIPNIS, con el fin de continuar con su vida "en armonía” con la naturaleza. Los indígenas cultivan coca Algunos indígenas de las comunidades de Santísima Trinidad y Moleto, entre otras, cultivan coca para tener mejores ingresos y dejar de ser peones de los colonos. "Nosotros sembramos un pedazo, sacamos un paquete, dos paquetes”, admite Miguel, mojeño y veinteañero.

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¿Dónde venden la coca que cosechan? "Algunas personas que vienen nos compran la hoja y por libra nos pagan entre 30 y 35 bolivianos”, informa tímidamente Miguel. Según el relato de algunos colonos que viven en Bolívar, Patiño y Santísima Trinidad, para evitar gastos de pasajes los productores venden la hoja "a un buen precio a la gente que busca”. "A la zona vienen a comprar la coca, pero no sabemos dónde la llevarán, será a Cochabamba o para un trabajo ilícito, desconocemos dónde se la llevan. Pero siempre hay compradores, si no se lleva la cosecha a Aroma, allá hay un galpón donde están los compradores de coca”, señala Cristóbal Choque, oriundo de Potosí que llegó al Polígono 7 hace 25 años13.

Al respecto de nuestra crítica de la razón histórica, que la expusimos en Gramatología del acontecimiento14, concentrándonos en el debate que inicia la corriente de historia del presente, debemos, ahora introducir otra hipótesis de interpretación. Esta dice lo siguiente: No solo se trata de la comprensión de la simultaneidad dinámica de los tejidos espacio-temporales-territoriales-sociales, comprensión que intuye la historia del presente, sino también en comprender lo que llamaremos, en un primer intento, por cierto provisional, las metamorfosis de las figuras de la narrativa histórica. En esta perspectiva, podríamos hacer el seguimiento de la metamorfosis de las figuras conquistadoras como la de Cristóbal Colón, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Francisco de Orellana, de sus mutaciones en otras figuras de la narrativa histórica; aunque no aparezcan con su nombre inicial, dado por la narrativa histórica, como conquistadores. Incluso habría que preguntarse que si los “libertadores” no son otros nombres de las figuras iniciales de conquistadores, dados en la narrativa histórica republicana, obviamente con otros nombres y connotaciones semánticas.

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Leer de Beatriz Layme Los indígenas del TIPNIS son “peones” en su propia tierra. http://www.paginasiete.bo/nacional/2017/8/20/indigenas-tipnis-peones-propia-tierra-148990.html. 14 Ver Paradigma mexicano y acontecimiento Brasil; así como Dominación y hegemonía; también La inscripción de la deuda. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/paradigma_mexicano_y_acontecimiento. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/dominaci__n_y_hegemon__a_2f6b6819502ed3. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/la_inscripci__n_de_la_deuda_2.

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Si bien puede aparecer con cierta claridad esta comparación, la de los conquistadores, en el caso de las figuras narrativas históricas de las élites conservadoras, más tarde, de las dictaduras militares reaccionarias; lo que no se presenta con esta claridad es cuando se trata de los caudillos populistas, de las figuras simbólicas del nacionalismo-revolucionario y, recientemente, de las figuras de los “gobiernos progresistas”, sobre todo, cuando hablan a nombre de la “descolonización”. Las narrativas históricas son ideológicas, fuera de ser narrativas, por lo tanto, tramas interpretativas, que dan sentido, de acuerdo a su concepción del origen y la visión del desenlace, pasando por las mediaciones y entramados de los dramas. Por lo tanto, otorgan a las figuras de la narración histórica el sentido atribuido a la trama de su interpretación. Por ejemplo, un ejemplo pedestre, los “libertadores” son “libertadores”, “protomártires”, no otra cosa; no hay duda al respecto. Entonces, a partir de esta esencia atribuida, se explica el accionar de los protagonistas; con esto, se explica, como voluntad iluminista y entrega, los períodos comprometidos, los sucesos, las secuencias, los eventos, que adquieren la connotación que la historia les otorga. Ciertamente la narrativa histórica ya no es una narrativa de la epopeya; empero, ha transferido el simbolismo de la epopeya a la narrativa, que se pretende descriptiva y objetiva. La historia se condensa en las historia de vida de individualidades consagradas a la causa. La historia vuelve a ser un acto de voluntad, casi resumida a estas voluntades individuales señeras. Ya no se trata del mito, en su narrativa simbológica antigua, donde se trata de fuerzas cósmicas intervinientes, metamorfoseadas en héroes; sino se trata de la voluntad heroica de protagonistas históricos, que encarnan el deseo de libertad. Podríamos decir, que la historia, a pesar de sus investigaciones, ponderables por cierto, a pesar de sus pretensiones descriptivas y objetivas, realiza la metafísica de las voluntades heroicas o iluministas. Estas serían sus esencias. Por esto, es tan difícil entrever la metamorfosis de las figuras históricas; no en el sentido de la metafísica, de las esencias, de las voluntades individuales heroicas, convertidas en las figuras mismas y sus dramas de los protagonistas; sino metamorfosis de las figuras iniciales, inaugurales, de la narrativa historia, a las figuras históricas, que se presentan con otros perfiles y con otros nombres.

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La formación narrativa e enunciativa de la historia, a pesar de los cambios de nombres, de los distintos perfiles, de los períodos clasificados, de los contextos descritos, no deja de transmitir entramados inherentes a los mismos espesores de la narrativa; no deja de mostrar, aunque escondiéndolas, relaciones entre las figuras de la trama histórica, aunque las presente como diferentes. Estas figuras son las que experimentan las metamorfosis de las que hablamos.

En primer lugar, todas las figuras de la narrativa histórica, que son también conceptos, o se encuentran en enunciados conceptuales, comparten los tejidos de la narrativa, lo que se llaman las tramas. Es como cuando los peces, la biodiversidad marina, comparte el océano; haciendo una metáfora ilustrativa. En consecuencia, por así decirlo, siguiendo con la metáfora y el ejemplo, las figuras se alimentan de los mismos tejidos. Transmiten sentidos inherentes, no necesariamente explícitos. Entre estos sentidos inherentes se encuentra la figura de la irrupción, de la intervención, de la conquista; que puede adquirir connotaciones semánticas criticables y poder así interpelarles, como las que corresponden y se atañen a los conquistadores españoles. También pueden adquirir connotaciones semánticas románticas, como las relativas a la aventura. Así como pueden adquirir otras connotaciones semánticas, haciendo desaparecer el nombre de referencia, conquistadores; convertida esta matriz semántica en la de los “libertadores”, la de los caudillos populistas, la de los héroes modernos, la de los mesías barrocos neopoulistas del siglo XXI. A pesar de estas diferencias y estos cambios, donde ya no se reconoce el modelo inicial, la interpretación, mejor la hermenéutica, mucho mejor si es deconstructiva, puede sacarlas a luz y presentar las metamorfosis ocultas.

La conquista puede ser reiterada por otros medios, por otros protagonistas, con otros guiones, en otros contextos, con otros discursos y distintas ideologías, además de variedad de prácticas. Se puede seguir cumpliendo el papel de conquistador al concentrar la representación, por cierto, simbólica, del pueblo, en un individuo carismático. Se le quita el protagonismo, por así decirlo, al pueblo, para monopolizarlo en la figura del caudillo, que encarna la dialéctica de la historia, en su forma de mito, de convocatoria del mito, en su forma de símbolo de la nación oprimida. El tema aquí no solamente es que la historia sigue gravitando en las condensaciones individuales, sino en 40


que las estructuras de poder siguen funcionando sobre la base de estas representaciones. Los diagramas de poder, por más diferentes que sean, siguen legitimándose o expresándose a través de estas figuras de la narrativa histórica.

La conquista interminable y reiterada se desenvuelve, ahora, en lo que respecta al conflicto del TIPNIS, a través de las intervenciones violentas, simbólicas, matizadas, normativas, económicas, corrosivas y corruptas, además de las violencias físicas, descarnadas, del “gobierno progresista” en el TIPNIS. La conquista reiterada se despliega con el avasallamiento de los colonizadores, cultivadores de la coca excedentaria e incorporada a la economía política de la cocaína, en el TIPNIS. La conquista interminable se realiza a través de las concesiones a petroleras en pleno bosque del TIPNIS. La conquista recurrente se efectúa con la construcción de la carretera, que participa del proyecto geopolítico del IRSA, aunque no sea el eje principal de las vías bioceánicas. La conquista reiterada se ejecuta con la ley que levanta la intangibilidad del TIPNIS, autonombrándose, como ironía grotesca, ley de desarrollo sustentable y desarrollo integral del TIPNIS.

Dicho simplonamente se diría que Pizarro, Almagro y Orellana, además de Lope de Aguirre, se habrían convertido en Evo Morales Ayma y en Álvaro García Linera; pero, sabemos que no es tan simple, a pesar de lo esquemático y del resumen de esta apreciación ilustrativa. Primero, porque no hay materialmente esta metamorfosis; la historia no es una entelequia, tampoco una filosofía de la historia, con esto, no hay tal dialéctica de la historia, inmanente que se hace trascendente, que se mueve por la astucia de la razón. La historia la hacen los humanos en sus múltiples y plurales relaciones, prácticas y manifestaciones, ocasionando efectos masivos, que no controlan. Lo que pasa es que en las atmósferas semánticas y conceptuales de la narrativa histórica, ocurre esta metamorfosis en el imaginario histórico; solo que no ocurre de manera consciente, sino, si se quiere, de manera inconsciente aunque este término no sea del todo adecuado, pero es ilustrativo, por el contraste -.

Aunque sea ideología la historia, como lo hemos dicho, sea otra narrativa, lo sugerente es que ella misma, en sus tejidos y entramados, 41


no visibles, nos trasmite la percepción de relaciones, estructuras, nudos problemáticos de relaciones y estructuras, persistentes, a pesar de las transformaciones histórico-políticas. El tema, entonces, no son los individuos; ni se trata de endemoniarlos, ni volverlos culpables, como lo hace la ideología política moderna, bajo el esquematismo dualista del amigo y enemigo, heredera del esquematismo religioso del fiel e infiel; sino el tema está en estas relaciones, estas prácticas, estas estructuras, estas mallas institucionales, que mantienen o funcionan para ejercer dominaciones, legitimadas por narrativas históricas e ideológicas.

En consecuencia, una primera conclusión puede enunciarse de la manera siguiente:

Los nuevos patrones y los nuevos conquistadores aparecen como las nuevas figuras de la contradicción histórica, inaugurada por la modernidad; sociedad moderna versus naturaleza, a la que hay que dominar. La singularidad de estas nuevas figuras conquistadoras y colonizadoras es que representan el avance de la frontera agrícola contra los bosques, las cuencas, los ciclos vitales, sobre todo, representan el avance de la ampliación expansiva de la frontera agrícola del cultivo de la coca excedentaria. La singularidad de estas figuras conquistadoras y colonizadoras no es solo que lo hacen como proyecto de “desarrollo”, sino que lo hacen a nombre del “antiimperialismo” y, lo más incongruente, a nombre de la “descolonización”.

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Vuelve la movilizaciĂłn social anti-sistĂŠmica

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Achacachi se ha convertido en un epicentro de la reemergencia de la movilización social anti-sistémica; movilización prolongada15, que abrió el proceso constituyente16 en los términos de la retoma de la guerra anticolonial y anti-capitalista. Movilización social que es el substrato volcánico del proceso constituyente, que después fue convertido, por los que se subieron a la cresta de la ola de la movilización prolongada, en “proceso de cambio”, cuyo cambio solo fue un barniz en el antiguo Estado-nación subalterno, liberal y colonial. Lo que debía haber sido una transformación radical estructural e institucional, fue convertida por los disfrazados de “revolucionarios”, en una comedia grotesca, en un teatro político, en una simulación estridente y sin gracia, en espectáculo rimbómbate. Todo esto para seguir en el mismo modelo de todas las élites que gobernaron el país, sean conservadoras, liberales, nacionalistas, de dictadura militar, neoliberales o “progresistas”; este modelo es el colonial extractivista del capitalismo dependiente. Todo esto para mantener, expandir e intensificar la economía extractivista y abultar o engrosar el Estado rentista. Los gobernantes, su entorno palaciego, la dirigencia partidaria, la dirigencia sindical cooptada, se han convertido en la burguesía rentista17, en concomitancia perversa con la hiper-burguesía mundial de la energía fósil18, que domina el mundo, para preservar la extracción, explotación e industrialización de la energía fósil, de los hidrocarburos, acompañados por la extracción minera y otras formas expansivas de la agricultura empresarial extractivista.

La recuperación de las energías y fuerzas sociales críticas, de la potencia social, ha tardado en reanimarse ante la decadencia populista del gobierno que se autonombra, sin justificación alguna, “gobierno de los movimientos sociales”. Parece haber llegado el momento del punto de inflexión, donde nuevamente los movimientos sociales antisistémicos, retoman la conducción de las luchas emancipatorias, de 15

Ver la serie Acontecimiento político. Defensa crítica y crítica de la apología, Potencia y trama política, Paradojas de la revolución, Potencia y acontecimiento, https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/defensa_cr__tica_y_cr__tica_de_la_a. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/potencia_y_trama_pol__tica_5adee397c5dd71. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/paradojas_de_la_revoluci__n. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/potencia_y_acontecimiento. 16 Ver Descolonización y transición. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/descolonizaci__n_y_transici__n_2.do. 17 Ver Burguesía rentista. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/24/la-burguesia-rentista/. 18 Ver La hiper-burguesía de la energía fósil. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/2017/07/19/la-hiper-burguesia-de-la-energia-fosil/.

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liberación, anticoloniales y anticapitalistas, irrenunciables. Las naciones y pueblos indígenas, reunidos en el TIPNIS, decidirán continuar la guerra anticolonial contra las figuras de los conquistadores, metamorfoseadas en las figuras de los “gobernantes progresistas” y su proyecto extractivista colonial; proyecto políticoeconómico al servicio de la hiper-burguesía de la energía fósil, dominante en el orden mundial, el imperio. La población de Achacachi, conocida por su coraje legendario, sale en defensa de la democracia, pisoteada por un gobierno demagógico y su masa elocuente de llunk’us; distribuidos en el Congreso, en el Órgano Judicial, en los tribunales constitucionales, en parte, en el Órgano Electoral. Democracia que, de acuerdo a lo establecido en la Constitución, es participativa, pluralista, comunitaria y representativa. Colectivos activistas de jóvenes y de ciudadanos conscientes han salido en defensa del TIPNIS, en contra de una ley no solamente inconstitucional – la que levanta la intangibilidad del TIPNIS -, violatoria de los derechos consagrados en la Constitución, sino una ley al servicio de la burguesía rentista y de la burguesía tradicional boliviana recompuesta, cobijada por el “gobierno progresista”, y al servicio de la hiper-burguesía de la energía fósil, donde se encuentran personajes como Donald Trump y Vladimir Putin. Aparentes enemigos, pues sus Estado-nación, heredaron los efluvios de la guerra fría; empero, cómplices en mantener forzadamente la explotación de la energía fósil, destruyendo el planeta.

La lucha contra la impostura, la comedia “revolucionaria”, no solamente se ha dado en Bolivia, sino también en la República Bolivariana de Venezuela, donde el pueblo, al margen de la “oposición” o de alguna manera coincidiendo en parte con ella, en el mejor de los casos, como ha ocurrido con la tercera vía, el chavismo crítico, ha salido a pelear por la democracia, que en códigos constitucionales significa democracia participativa y comunitaria autogestionaria. En consecuencia, el punto de inflexión afecta al continente19.

El caso del conflicto de Achacachi es ilustrativo de la decadencia de la forma de gubernamentalidad clientelar. Es uno de los muchos casos de la administración corrupta de las alcaldías gobernadas por el MAS. En 19

Ver Dominación y hegemonía. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/dominaci__n_y_hegemon__a_2f6b6819502ed3.

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lo que respecta a la provincia de Omasuyus, desde cuando Eugenio Rojas estuvo a cargo de construcciones y de puentes, que se deshicieron pues no cumplían con los requisitos mínimos de ingeniería civil, hasta el actual alcalde Edgar Ramos, se ha efectuado y practicado el procedimiento de la economía política del chantaje, que es el de la corrupción y de la corrosión institucional, apropiándose de recursos que corresponden a la población. Haciendo lo que hace el gobierno, aunque éste en escala más grande; sobreprecios, recepción o emisión de coimas; arreglo con empresas para abultar costos y recibir beneficios privados; construir elefantes blancos, como los de San Buena Aventura; desfalcar al Tesoro General con contratos onerosos y excesivos, como la de las plantas separadoras, compra de barcazas, que nunca llegaron al país; pérdidas millonaria, contada en centenas, sino es en miles de dólares, de las que no responde el gobierno. Estos hechos bochornosos y escandalosos son encubiertos por el Congreso, ocultados por la Contraloría, desconocidos por la Justicia, que hace ojos ciegos. La diferencia de lo que ocurre en Achacachi es que es local este despliegue corrosivo de la corrupción institucional; entonces es más visible; no se pueden eludir las evidencias. En otros lugares los oficialistas han tapado los grandes huecos, corrompiendo también a los dirigentes que demandaban e interpelaban. En Achacachi no lo pudieron hacer, no lo pueden hacer, por la reserva de coraje que tiene el legendario pueblo.

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Descripción del conflicto

De acuerdo a información de ERBOL, el presidente del comité cívico de Omasuyos, Elsner Larrazábal, informó a Erbol que la situación del conflicto se agravó ayer tras la decisión del juez de Achacachi de enviar a detención preventiva, al presidente de la Junta Vecinal de esa población, Esnor Condori, a petición del Ministerio Público a instancias del alcalde Ramos. Lazarrábal explicó que la población de Achacachi nuevamente está bloqueada, debido a que el gobierno ha hecho oídos sordos a la población ante el pedido de renuncia del alcalde del MAS, a quien acusan de ejercer una gestión poco transparente. Lamentó que la justicia actúe de manera urgente para encarcelar a Esnor Condori y proteger las irregularidades del alcalde masista “autor del saqueo de las arcas” municipales, y encarcelar a cinco dirigentes vecinales. “Hemos sido tolerantes, ahora vamos a masificar nuestra protesta. Le hemos dicho a este gobierno, justicia o muerte. A partir de ahora, si el señor Evo Morales quiere diálogo, va a tener que venir a Achacachi, caso contrario nosotros no vamos a entablar diálogo con esos ministros que se han hecho la burla. El señor Cesar Cocarico y Eugenio Rojas que ha mentido al país. Ese ministro que es un ‘mata perros’, no es ninguna autoridad”20.

El informe de ERBOL continúa:

Aseguró que Achacachi ya no se bloqueará sola, sino que se hará sentir para que el país conozca que Achacachi es un guardián de la democracia. “Tenemos a la cabeza al hermano Felipe Quispe, que ayer ha sido posesionado como máximo representante de la comisión de bloqueo y movilización. En función a ellos pues se determinarán todas las medidas radicales que vamos a asumir; nosotros ya no estamos a la cabeza de asumir cualquier medida. A partir de las 05:00 ellos ya están movilizados y los vecinos se han auto-convocado; están furiosos

20

Leer Tras 14 años, El Mallku retoma el liderazgo de los bloqueos. ERBOL; Martes, 22 Agosto, 2017. http://www.erbol.com.bo/noticia/politica/22082017/tras_14_anos_el_mallku_retoma_el_liderazgo_de _los_bloqueos.

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contra este gobierno porque está agarrando la justicia a la orden de un partido político, para hacer persecución contra los dirigentes”21.

El informe culmina con el siguiente resumen:

El conflicto de Achacachi se arrastra desde febrero cuando un grupo de vecinos quemaron la alcaldía y la casa del alcalde Ramos en señal de protesta para exigir rendición de cuentas. La autoridad demandó penalmente a los líderes vecinales y desde entonces no gobierna en la sede de sus funciones, sino desde la población Warisata, distante a 9 kilómetros de Achacachi22.

Felipe Quispe Huanca ha sido posesionado como máximo representante de la comisión de bloqueo y movilización. Cuando lo eligieron como máximo representante de la CSUTCB, en una situación crítica, cuando se encontraban divididos los sindicatos campesinos, en la pugna por el liderazgo entre Evo Morales Ayma y Alejo Veliz, fue una elección acertada, pues emergieron las fuerzas radicales de los Ayllus Rojos, como baluartes de la recomposición del sindicalismo campesino; otorgándole cualidad interpelativa, de lucha y de combate; adquiriendo tonalidades de alcance histórico el proyecto katarista, en su versión aguerrida. En estas circunstancias la CSUTCB se radicaliza y se embarca en el bloqueo indígena-campesino, que sitia a cuatro ciudades del eje central, El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, después de la victoria de la guerra del agua en Cochabamba; en la que se encuentra como protagonista la Coordinadora de Defensa del Agua y de la Vida. El bloqueo indígena-campesino revive el sitio de las tropas comandadas por Tupac Katari a la ciudad de Nuestra Señora de La Paz; solo que en esa coyuntura se trataba de cuatro ciudades capitales del eje central o troncal de la economía boliviana.

Se puede decir que estas dos victorias políticas iniciales, de los seis años de la movilización prolongada (2000-2005), deciden el curso siguiente de los acontecimientos. Primero, a pesar de que se tenía que 21 22

Ibídem. Ibídem.

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ir, el 2002, hacia una Asamblea Constituyente - propuesta por las organizaciones indígenas, CIDOB y CONAMAQ, Asamblea Constituyente o convocatoria a ella boicoteada por el MAS, que prefirió ir por las elecciones nacionales, sin revisar la Constitución liberal heredada, cuando las victorias políticas exigían, más bien, cambiar las reglas del juego electoral - y, en vez de esto, se van a las elecciones nacionales del 2002, se conformaron las condiciones subjetivas, derrumbadas las estructuras psicológicas y simbólicas de la dominación, para que una opción cercana a la movilización gane las elecciones. La victoria política de los movimientos sociales se convirtió en ratificación electoral.

Segundo, cuando el MAS ya convertido en segunda fuerza del Congreso se develaron temprano sus inclinaciones conciliadoras; se propuso modificar los términos de intercambio de la renta hidrocarburífera; propuso la distribución del 50%, a diferencia de la propuesta de la “derecha”, que se afincó en el 32% para el Estado. Esto contrasta notoriamente con la propuesta popular emergida de la guerra del gas, de la victoria política de la ciudad de El Alto, denominada Agenda de Octubre, que se planteó la nacionalización de los hidrocarburos. Sin embargo, a pesar de estas inclinaciones conciliadoras del MAS, se impuso la voluntad de los movimientos sociales victoriosos, la voluntad de la movilización prolongada.

Tercero, la guerra del gas, que estalla cuando coinciden las luchas de las juntas de vecinos de El Alto contra las medidas de la Alcaldía conocidas como Maya y Paya - una referida al impuesto a los inmuebles, la otra referida al catastro - y la lucha de los sindicatos del Altiplano, concretamente de la provincia de Pucarani, en contra el apresamiento y encarcelamiento de dirigentes que llevaron a cabo y apoyaron la justicia comunitaria contra ladrones de ganado. Como dijimos en Largo octubre23, es cuando la estructura de larga duración de la guerra anticolonial indígena y la estructura de mediana duración de la lucha nacional-popular coinciden, se encuentran, se refuerzan y entrelazan. Desde entonces, la marcha de los acontecimientos, las victorias populares, son incontenibles.

23

Ver Raúl Prada Alcoreza Largo Octubre. Editorial Plural; La Paz. 2005.

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Es en este contexto histórico-político que debemos situar e interpretar el efecto de la elección de Felipe Quispe como máximo dirigente de la CSUTCB. Ahora, Felipe Quispe vuelve a ser elegido como máximo representante del bloqueo y la movilización de Achacachi, como dice el dirigente Larrazábal, en defensa de la democracia. Si hacemos un paragón, podemos sugerir que este hecho anuncia un cambio en los ritmos y las tendencias inherentes al proceso político, denominado “proceso de cambio”, que de cambio tiene la de la regresión, primero, y después, de la decadencia. Anuncia el punto de inflexión del que hablamos más arriba.

La movilización prolongada en Bolivia (2000-2005) asombró al mundo por su vitalidad, persistencia, por la acumulación de fuerzas; además, por abrir otros decursos de la lucha anticapitalista y anticolonial, compartiendo el horizonte de apertura con lo que venía acaeciendo desde el levantamiento zapatista (1994) contra el Tratado de Libre Comercio de Norte América. Iniciando una nueva generación de luchas anticapitalistas, anticoloniales y antimodernas; mostrando más alcance y más profundidad histórica que la lucha proletaria contra el capitalismo; pues ésta se había circunscrito en los horizontes de la modernidad y no llegaba a ser anti-colonial, en pleno sentido de la palabra.

El problema aparece cuando los que se suben a la cresta de la ola, en circunstancias aprovechables, desvalorizan, banalizan, debilitan y vacían todo este acontecimiento histórico-político-social-cultural, que fue la movilización prolongada. Cuando convocan a una Asamblea Constituyente desde el Congreso, reduciéndola a la condición de derivada, cuando ya la insurrección popular victoriosa la había convocado antes, como corresponde, en lo que respecta al poder constituyente; haciendo esta convocatoria insurreccional originaria a la Asamblea Constituyente. Cuando convierten la Asamblea Constituyente en un escenario donde se prolonga el ejecutivo, es decir, el poder constituido, tratando de someter a sus criterios a la Asamblea Constituyente, queriéndola volver una Asamblea Constituyente desconstituyente y sumisa. Por la envergadura de la Asamblea Constituyente, el país, con sus diversidades, localismos, territorialidades, lenguas, espesores, estaba ahí. No se podía eludir 50


esta experiencia intensa del mirarse, olerse, conocerse. Además la mayoría absoluta o más de la mayoría absoluta estaban como representación de las mayorías populares, indígenas, campesinas y urbanas. Sin embargo, en vez de dejar fluir el poder constituyente, el ejecutivo y el MAS buscaron, por todas las formas y maneras, controlar la Asamblea Constituyente24.

El ejecutivo condujo a las dos crisis que casi le cuestan la vida a la Asamblea Constituyente, que podía acabar con muerte prematura; la crisis de los 2/3, la aritmética de las decisiones, establecida por la misma convocatoria a la constituyente, por parte del Congreso; y la crisis de la “Capitalía”. Si se salvó la Asamblea Constituyente fue por el estoicismo de los y las constituyentes, que se mantuvieron firmes. El texto que finalmente se redactó, no corresponde al bodrio presentado por las 21 comisiones, en su mayoría manoseadas por el ejecutivo; sino gracias al documento del Pacto de la Unidad, de las dos organizaciones indígenas y las tres organizaciones campesinas, además de otras organizaciones sociales de menor demografía. Este documento fue la base para la redacción de un texto coherente, que retome la configuración del Estado Plurinacional Comunitario y Autonómico. Los encargados de redactar, se basaron en el documento del Pacto de Unidad, que era un mandato de las organizaciones sociales, al que hizo caso omiso el MAS. Los redactores tuvieron el buen juicio de convertir en transversales el Estado plurinacional, los derechos de las naciones y pueblos indígenas, la articulación de las generaciones de derechos, derechos civiles y políticos, derechos sociales y del trabajo, derechos colectivos, derechos de la Madre Tierra. La comisión técnica-jurídica de constituyentes revisó el documento y lo mejoró. Este es el documento que finalmente se aprobó en Oruro. Empero, para que vuelva a intervenir el ejecutivo, convirtiendo al Congreso en “constitucional” – avasallando la prerrogativa al poder constituyente, es decir, a la Asamblea Constituyente -, para revisar el texto constitucional. Es ahí donde se efectúan modificaciones conservadoras, regresivas; empero, que no afectaron al núcleo de la estructura de la Constitución.

24

Ver Potencia constituyente; en el poemario Alboradas crepusculares. https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/alboradas_crepusculares_dae690bccd381b.

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El ejecutivo no se da cuenta del alcance de la Constitución hasta el conflicto del TIPNIS; es cuando se siente amarrado, atado de manos, por una Constitución que le pone obstáculos a su proyecto extractivista colonial del capitalismo dependiente. Esta es la razón por la que el vicepresidente quiere hacer una reforma constitucional, para favorecer el proyecto extractivista y del Estado rentista, para favorecer las exigencias de las empresas trasnacionales extractivista.

Sin embargo, no ha sido óbice, la falta de reforma constitucional, para que los gobernantes y congresistas oficialistas desmantelen la Constitución, pues en los hechos o en la práctica el oficialismo la ha ido desmantelando, con consecutivas vulneraciones, que con sarcasmo y grotescamente las denomina como “constitucionales”. Ahora precisamente nos encontramos con dos de sus sistemáticas violaciones a la Constitución, una respecto al TIPNIS y otra respecto a Achacachi. Acostumbrado el gobierno a maniobrar, a usar la supuesta astucia criolla, que más de astucia tiene de torpeza, de forcejos, considera que también en estos casos se va imponer. Pero, se equivoca; ya le mostró la VIII marcha indígena en defensa del TIPNIS y de la vida lo que puede el coraje de los pueblos indígenas; ya le está mostrando Achacachi lo que puede el coraje del legendario pueblo de Achacachi. Falta que el pueblo boliviano apoye a estas resistencias y luchas contra el despotismo de la forma de gubernamentalidad clientelar.

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Triรกngulo perverso del poder Dominaciรณn, corrupciรณn y clientelismo

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Hay que preguntarse qué se conforma cuando se articula el triángulo de dominación, corrupción y clientelismo. A lo largo de los ensayos de los últimos años hemos definido la forma de gubernamentalidad clientelar, también, recientemente, hablamos de gubernamentalidad clientelar y corrupta; en este caso, menos definida en lo que respecta a la combinación25. En lo que respecta a la corrupción, hace unos años, sugerimos la interpretación del diagrama de poder de la corrupción, íntimamente vinculado a la economía política del chantaje. En relación a la dominación, mantuvimos el enfoque genealógico del poder y llegamos a la hipótesis interpretativa del círculo vicioso del poder. El desafío, ahora, es sugerir una interpretación del triángulo perverso de dominación, corrupción y clientelismo. ¿Qué es lo que se constituye?

A pesar que la hipótesis teórica de la gubernamentalidad clientelar ayuda mucho a comprender el manejo social y político, una vez que se desgasta o se pierde la convocatoria, no parece factible hablar de gubernamentalidad, en este caso, pues, exactamente no se tiene una estrategia de poder, sino, mas bien, un uso del poder; lo que es distinto. Hablar de forma de gubernamentalidad es darle, si se quiere, el mismo estatus de las forma de gubernamentalidad territorial, forma de gubernamentalidad policial, forma de gubernamentalidad liberal y forma de gubernamentalidad neoliberal, estudiadas y configuradas por Michel Foucault26. Quien incluso llega a decir que no encuentra que se haya desarrollado una forma de gubernamentalidad socialista. Nosotros sugerimos, a partir de esta lectura y de la revisión de la genealogía histórico-política de las revoluciones socialistas y su institucionalización, que el Estado del socialismo real, en vez de profundizar la democracia, lo que corresponde a una revolución socialista, retrocede a la forma de Estado policial. Después utilizamos el concepto de forma de gubernamentalidad de manera más abierta, menos rigurosa, sobre todo, para referirnos a las formas de gobierno que se conforman en las reformas populistas y, de aquí extender la

25

Revisar las series Acontecimiento político, Espesores del presente y Crisis de legitimación. Libros : "Raúl Prada Alcoreza"; Tapa blanda; eBook Kindle. Amazon: https://www.amazon.es/gp/search/ref=sr_nr_p_n_binding_browseb_mrr_0?fst=as%3Aoff&rh=n%3A599364031%2Cp_27%3ARa%C3%BAl+Prada+Alcoreza%2Cp_n_binding_browsebin%3A831435031&bbn=599364031&sort=date-desc-rank&ie=UTF8&qid=1503578838&rnid=831428031. https://www.amazon.es/s/ref=sr_st_date-descrank?fst=as%3Aoff&rh=n%3A599364031%2Cp_27%3ARa%C3%BAl+Prada+Alcoreza%2Cp_n_binding_browsebin%3A1462224031&__mk_es_ES=%C3%85M%C3%85Z%C3%95%C3%91&qid=1503578933&bbn=599364031&sort=date-descrank. 26

Leer de Miche Foucault de Michel Foucault Seguridad, territorio, población. Fondo de Cultura Económica; Buenos Aires 2006. https://crucecontemporaneo.files.wordpress.com/2012/01/foucault_michelseguridad_territorio_poblacion.pdf.

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irradiación metafórica a las múltiples formas de gobierno singulares que se pueden conformar.

Sin embargo, ahora, se requiere no solo del uso metafórico del concepto forma de gubernamentalidad, sino de manera más rigurosa preguntarnos sobre la conformación concreta de lo que se constituye cuando se articula el triángulo perverso de dominación, corrupción y clientelismo. Al respecto, solo estamos en condiciones de sugerir hipótesis prospectivas de investigación, a la espera de la contrastación de investigaciones dadas, desde la perspectiva de la complejidad.

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Hipótesis prospectivas sobre el triángulo perverso del poder

1. El concepto de gobierno implica conducción; por lo tanto, puede dar lugar a la gubernamentalidad, entendiéndola como estrategia y praxis de gobierno convertidas, en su combinación, en paradigma político y en diagrama de poder de incidencia social. 2. En cambio, cuando no se observa conducción, sino, mas bien, ausencia de ella, no es adecuado hablar de gobierno. Parece más adecuado hablar de uso del poder institucionalizado, que se tiene al alcance. El concepto de uso supone el de consumo, también la figura de utilización o de empleo; si se quiere, en el buen sentido de la palabra, de manipulación o manejo.

3. En consecuencia, sugerimos que en vez de hablar de gubernamentalidad clientelar y de forma de gubernamentalidad clientelar, que suponen múltiples formas de gobierno, hablemos de uso del poder; en este sentido, de empleabilidad del poder. Por esta proyección, quizás sugerir hablar de formas de empleabilidad del poder. 4. Otra consecuencia de estas hipótesis es que parece que tampoco es adecuado hablar de reproducción del poder, como lo hemos venido haciendo, al referirnos a las formas de gobierno populistas; sino, mas bien, de consumo o agotamiento del poder. Cuando no hay conducción, es decir, gobierno, mucho menos, gubernamentalidad, como paradigma y diagrama, no se generan las condiciones de posibilidad de la reproducción del poder; que supone acumulación de fuerzas. Cuando hay, mas bien, des-acumulación de fuerzas, a las que se trata de contener de una manera clientelar y prebendal, en vez de reproducción del poder parece darse una extinción del poder.

5. Esta extinción del poder, que es un problema primordial para el uso del poder y la empleabilidad del poder, es enfrentado con el incremento de la violencia institucionalizada, que puede venir acompañada por el incremento de la violencia no-institucionalizada. 6. La expansión y la intensificación de la violencia son ponderadores de la magnitud de la extinción del poder, pues no se reproduce el

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poder con el incremento de la espiral de violencia, sino, mas bien, tiende a diseminarse.

7. Lo que se tiene, entonces, no es exactamente el retroceso al Estado policial, como propusimos en relación a la crisis política del Estado del socialismo real, sino un retroceso - aunque esto suponga que esa situación se dio antes, cayendo, de alguna manera, en el supuesto de Tomas Hobbes de la guerra de todos contra todos; lo que obviamente es un supuesto teórico insostenible, sin embargo, lo decimos con fines expositivos y del boceto de las hipótesis prospectivas - a la situación de violencia permanente y en sus plurales formas. 8. Por lo tanto, tampoco no se trataría exactamente de Estado, en el sentido asumido por la ciencia política, sino, mas bien, de la diseminación del Estado.

9. La pregunta es: ¿Cómo puede durar este proceso de uso del poder, de empleabilidad del poder, de diseminación del Estado? Se puede decir, que dura lo que dura su consumo o agotamiento; también dura lo que dura su destrucción. La temporalidad de la duración depende de la correlación de fuerzas. 10. Por lo tanto, se puede leer la crisis de los gobiernos populistas, también llamados “gobiernos progresistas”, a partir del enfoque que propone el uso del poder, la empleabilidad del poder, su consumo y agotamiento, además de la diseminación estructural del Estado.

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La ilusión del poder

Ahora bien, ¿cómo interpretar este acontecimiento de la diseminación estatal, de la utilización agotante del poder, de la empleabilidad gozosa del poder? Esta pregunta pone difícil el seguir con la interpretación prospectiva; sin embargo, recurriremos al uso metafórico, como lo hemos venido haciendo, más de manera retórica o expositiva que conceptual, cuando hablamos de la ausencia del instinto de sobrevivencia de este manejo político clientelar. En vista que falta un concepto al respecto, seguiremos usando la metáfora; sin embargo, esto implica interpretar esta ausencia de instinto de sobrevivencia; ¿Por qué se da esta situación tanática?

No parece sostenible decir que se busca conscientemente la desaparición; sino, mas bien, parece más adecuado sugerir que se trata de algo así como una exacerbada sobrestimación de las propias fuerzas del manejo político clientelar y del uso del poder. Como si por el hecho de contar con el poder ya se hubieran resuelto los problemas, sobre todo, aquellos que tienen que ver con la durabilidad del “gobierno”. Parece también que se da como un sentimiento exacerbado, por cierto engañoso, de impunidad para todo lo que se haga.

En pocas palabras, los involucrados en el manejo clientelar del poder son atrapados por su propia ilusión del poder o, si se quiere, por el fetichismo del poder, que corresponde, en términos psicoanalíticos, como al deseo del deseo, que no se cumple. En resumen, asistimos, paradójicamente, en vez de a la reproducción del poder, a la diseminación del poder; en vez de al gobierno o conducción de las fuerzas disponibles, a su agotamiento.

No se crea que este acaecimiento de la diseminación del poder es lo opuesto, en sentido de contradicción dualista, de la reproducción del poder, que el consumo gozoso de las fuerzas disponibles es lo opuesto de la conducción de las fuerzas disponibles. Desde la perspectiva paradójica, que es la del pensamiento complejo, reproducción y diseminación del poder, conducción y uso gozoso del poder, conforman la dinámica de la paradoja del poder.

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De manera asombrosa, este fenómeno de la diseminación del poder nos muestra lo que se ocultó y se oculta a la mirada moderna de la política, cuando se trata de entender las dinámicas del poder. En otras palabras, la reproducción del poder se asienta en el uso gozoso del poder, que viene a equivaler a su consumo y agotamiento; así como el uso gozoso del poder se arraiga en la reproducción del poder.

Ahora bien, la paradoja del poder es dinámica mientras mantiene conectados los polos de la paradoja; para decirlo fácilmente, aunque no adecuadamente, mientras mantiene el equilibrio dinámico entre ambos polos simétricos de la paradoja. Cuando se da lugar como a una hipertrofia de alguno de los polos de la paradoja del poder, parece que se genera una situación de estancamiento, donde desaparece la dinámica política. Por el lado de la hipertrofia del uso gozoso del poder, se daría lugar a lo que habíamos denominado antes forma de gubernamentalidad clientelar, que hora llamamos forma de empleabilidad clientelar. Del lado de la hipertrofia del otro polo, el relativo a la reproducción del poder, es más difícil decirlo; sin embargo sugeriríamos, provisionalmente, la figura de situación estacionaria, usando metafóricamente un concepto demográfico. Retomando los problemas del círculo vicioso del poder, que expusimos en otros ensayos, en ambos casos, tanto en la hipertrofia de la reproducción del poder como en la hipertrofia del uso gozoso del poder, se ocasiona la diseminación del poder; solo que en un caso, la que corresponde a la reproducción del poder, la diseminación se da de manera dilatada y diferida, prolongándose su durabilidad; en cambio, en el caso de la hipertrofia del uso gozoso del poder, la diseminación, es más bien rápida.

Al respecto de la paradoja del poder, incluso, en el caso de la preservación de las dinámicas del poder, manteniendo el equilibrio de los polos de la paradoja, los problemas inherentes al círculo vicioso del poder no se resuelven. Lo que puede ocurrir es que las órbitas o circuitos del poder se dinamicen, inventando nuevas formas de equilibrio de la paradoja del poder; pero, esto no significa que se prolongue esta invención política de manera indefinida. El círculo vicioso del poder conlleva, de manera inherente, la diseminación.

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Genealogía de la dominación

La dominación, palabra que viene del latín dominus, que quiere decir maestro, señor, propietario, deriva en el verbo dominar que hace referencia a la acción o, mas bien, el efecto de la dominación, cuya connotación deriva en varios usos semánticos. Se entiende también por acción de dominar o efecto de la dominación al dominio, es decir, al poseer o tener en propiedad algo que se puede usar según la voluntad o al antojo del ejercicio del dominio, del dominante o de la referencia preponderante de la dominación. Como, por ejemplo, dominación en el sentido espacial; dominación en cuanto a la ubicación estratégica, si se quiere geopolítica; dominación en lo que respecta al comportamiento relacional; dominación en lo que atañe a la ubicación de los usuarios en el mapa de las instituciones del Estado; dominación por el terror, dominación geopolítica, propiamente dicha; dominación económica; dominación o predominancia ideológica. En el lenguaje político se usa el término de dominación para referirse a la práctica del ejercicio del poder, al efecto social y subjetivo que causa, por ejemplo, el sometimiento.

Considerando esta acepción política, podemos decir que la dominación genera la disponibilidad fuerzas, cuerpos y sujetos en beneficio del dominante. En consecuencia, se da lugar como una apropiación y subsunción de fuerzas, cuerpos y sujetos a la voluntad del dominante o a los fines de la dominación. El dominante se coloca como por encima de los dominados, dispone de ellos, los usa según su voluntad o sus finalidades. Este colocarse encima es imaginario, en tanto se genera la representación de la dominación bajo la figura espacial que diferencia la relación vertical. Ciertamente este imaginario se sostiene sobre la materialidad social del ejercicio de la dominación o acción de dominar, además, ejercicio condensado en estructuras institucionales. Resumiendo y esquematizando, se puede decir que la dominación es un hecho y un efecto subjetivo y físico de la acción de dominar. Lo que importa en la exposición es remarcar en el efecto o el fenómeno de la disponibilidad de fuerzas y de sujetos.

Esta disponibilidad diferencia cualitativamente la situación y la condición de dominantes y dominados. El disponer de más fuerzas, más cuerpos y más sujetos convierte al dominante, en el imaginario social, como alguien superior, cuyos atributos son superiores a los atributos de los dominados. Aunque, de acuerdo a la condición 60


humana, a la cualidad social y cultural, si se quiere, ontológica, de la humanidad, sean iguales, institucionalmente no lo son, representativamente tampoco. Para que ocurra esto, la desigualdad, se tiene que haber ocasionado la sobrevaloración del dominante y la subvaloración del dominado; es decir, se sobreestima la condición humana del dominante y se subestima de la condición humana del dominado. Para ilustrar, daremos la siguiente figura: pasa como si se la aumentara la condición humana al dominante hasta convertirlo en un superior al humano mismo y se disminuyera la condición humana del dominado hasta convertirlo en un subhumano.

Volviendo a las narrativas sociales, alguien superior puede hacer lo que se le antoje, a su voluntad, a su capricho; en cambio, alguien inferior obedece, se somete. La dominación genera la desigualdad y la diferencia en la disponibilidad; es esta diferencia la que convierte a los humanos en desiguales. El tema es que esta diferencia de la disponibilidad, estas desigualdades, se institucionalizan. Entonces la dominación deviene institución. La institución como habitus cristalizado, como norma y ley asumida, como código establecido, se convierte en algo así como una naturaleza artificial; empero, asumida como “naturaleza”; es decir, como si así fuera la realidad siempre.

Pero, el dominante no ejerce la dominación solo, no lo podría; requiere de mediadores. Entonces, el efecto de la dominación es no solo la diferenciación entre dominantes y dominados, sino también, entre ambos, distinguir a los mediadores de la dominación. También, otro efecto de la dominación es la diferencia entre los dominados; distinguir unos dominados de otros o unos dominados de otras dominadas. La dominación se expresa a través de toda una taxonomía social.

Por lo tanto, la relación del dominante con los mediadores es distinta de la relación con los dominados, incluso es distinta la relación con unos dominados respecto de otros, la relación de unos dominados respecto de otras dominadas. Es en estas relaciones diferenciales del dominante con sus entornos dominados o de dominio donde podemos encontrar la generación de procedimientos institucionales y no institucionales de la cohesión de la dominación.

El trato de la dominación, para no solo hablar del dominante, con los sujetos sociales de la taxonomía del poder es diferencial. A unos los 61


trata mejor que a otros, a unos los trata mejor que a otras. O, si se quiere, a unos los trata peor que a otros, a unas las trata peor a los otros. En otras palabras, unos son más privilegiados que otros, unos son más privilegiados que otras; o unos son más desafortunados que otros, unas son más desafortunadas que otros. Se conforma entonces una estratificación social diferencial, que supone una valoración subjetiva diferencial.

Se puede decir que la dominación logra comprometer a los sujetos sociales, en el ejercicio de la dominación, a través de estas relaciones diferenciales y estos tratos diferenciales. En este ejercicio del poder, la dominación ocasiona como una distribución fragmentada de la disponibilidad de fuerzas, cuerpos y de sujetos, haciendo que los ejecutores del poder se coloquen en una posición de fragmentadas dominaciones a su alcance. No se trata de dominación, en pleno sentido de la palabra, sino de dominios circunscritos, por así decirlo, que sostienen a enseñoramientos fragmentados y provisionales. Estos, a su vez, recurren a cohesiones circunscritas a sus reducidos entornos, diferenciando entre cómplices del su fragmentado ejercicio de poder y explícitamente dominados o afectados por la irradiación restringida de su dominio circunscrito.

Se puede decir que es la complicidad directa de parte de la sociedad la que garantiza la cohesión indispensable de la dominación. Complicidad retribuida con relaciones y tratos diferenciales, complicidad retribuida con privilegios y beneficios. Todo esto se institucionaliza, se cristaliza en las estructuras institucionales. Sin embargo, no todo ejercicio del poder, no toda práctica del ejercicio del poder, está cristalizado institucionalmente. Hay como una concurrencia de ejercicios y prácticas que se dan sin llegar a institucionalizarse o que buscan incluso institucionalizarse. Cuando se monetiza el tributo al Estado, las relaciones diferenciales, los tratos diferenciales, los estratos sociales, los privilegios diferenciales, son también monetizados. Entonces, es cuando comienza a aparecer lo que nombramos como economía, que corresponde propiamente al intercambio monetizado; las relaciones de dominación derivan en su cuantificación monetaria. Puede ser un acierto decir que es cuando se puede nombrar, a ciencia cierta, que aparece el fenómeno propiamente dicho de la corrupción.

La corrupción de la que hablamos, política y económica, es como la monetización de los efectuaciones y prácticas del ejercicio del poder no 62


institucionalizado, que sobrepasan o atraviesan a la misma institucionalidad. En todo caso, corresponde a la distribución fragmentada de la dominación. La corrupción no es ajena a la cohesión de la dominación, como de alguna manera suponen la ciencia política y la ciencia jurídica, así como el discurso moralista.

La disponibilidad de fuerza, cuerpos y de sujetos nace, por así decirlo, de la dominación inaugural, para no remontarnos a las genealogías del poder, remitiéndonos para ello a lo escrito en ensayos que vienen desde la serie Acontecimiento político. En consecuencia, la monetización de esta disponibilidad supone este substrato del poder; parte del uso de la disponibilidad fragmentada, de su monetización, la parte no institucionalizada, tiene que ver con lo que se reconoce como el fenómeno de la corrupción. Entonces, la disponibilidad, como efecto de la dominación, es el substrato de lo que se viene en llamar corrupción.

Como hemos dicho, la corrupción forma parte de la cohesión del poder, aunque no sea la parte fundamental. El problema aparece cuando se da la hipertrofia de estas formas de cohesión del poder, cuando las prácticas paralelas del poder desbordan a las prácticas institucionales del poder. Entonces, en vez de generar cohesión de la dominación, generan su descohesión. Pero, lo que importa aquí es que la dominación se articula de una manera perversa con la corrupción.

Como hemos dicho en la serie Gramatología del acontecimiento, el clientelaje, que corresponde a la economía política del chantaje, concretamente al chantaje emocional, tiene que ver con una forma perversa de búsqueda de legitimación, cuando se pierde la capacidad de convocatoria. Es también un fenómeno político de la modernidad o un fenómeno moderno de la política; pues en lo que respecta al Estado moderno, es decir, al Estado-nación, se requiere de legitimación en el ejercicio de gobierno. Por lo tanto, no se trata solo del substrato de la disponibilidad, en lo que respecta al clientelaje o a las relaciones de poder clientelares, sino de la adulteración de la legitimación; legitimación indispensable en el funcionamiento de la república, que es la composición y estructura jurídico-política-institucional del Estadonación.

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En el esquematismo al que recurrimos, para elaborar las hipótesis prospectivas de investigación del triángulo perverso del poder, dado entre dominación, corrupción y clientelaje, se genera un entramado enrevesado entre los componentes de esta estructura. La corrupción corresponde a la monetización de parte de las relaciones diferenciales, tratos diferenciales, en la distribución clasificada del ejercicio de la dominación; el clientelismo corresponde a la alteración adulterada de la búsqueda de legitimación; podríamos sugerir la figura de que se trata como de una legitimación chuta o, si se quiere, tramposa.

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