Ludoviko Cortés Romero
Novela An a t ó m i c a
EDITORIAL-RAYMOND Colección Poesía Risográfica
Ludoviko Cortés Romero Novela Anatómica - 1° Edición - Primavera 2014 RAYMOND Editorial - Posadas, Misiones. raymond.editorial@gmail.com Corrección: Juan Ignacio Pérez Campos Imágenes: Alvin Booth & Thomas Saito Diseño y Maquetación: Gerardo Ramón
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ACTO I
Labios de Judas
Así abrí mis piernas, sin la necesidad de correr casi llegué a sentir frío por tu piel como lo indica una primera vez, igual que esta noche me tenté por tu miel sin saber que nunca saciaría mi sed.
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Y espero hasta quebrar mis miedos mientras mientes tan sólo por placer. Así van floreciendo nuestras espinas seremos más que astillas esta vez. Labios de Judas, bésame. Ruidos se disparan por mis venas acariciando por momentos lo irreal apenas me pude dar cuenta de lo anormal nos encontramos tomando el camino más largo. Y así me demuestras todo tu amor echando sal a mis heridas. Repetimos una vieja ilusión entre los dos desaparecer tan solo con la luz de nuestros ojos No me animé a decirte lo hermosa que estás hoy en su lugar me dediqué a quemar secretos de un papel. Flotando en el vacío, me llevaré algunas cenizas así tendré recuerdos fáciles de olvidar. Tus caricias se afilan en mi cuerpo Podría resistirme como un paño de seda y apagar las tragedias con los dedos Así quizás divorciarme del veneno para poder despedirme y ser arena. 4
Sé lo que me vas a ocultar Es mucho más que tu corazón Casi te encontraría desconocida distinta, ideal, cautivante, vacía Variantes de un intento de perfección. Me propones un juego final de brindar por nuestros sentimientos apenas con un par de gilletes intentando alcanzar un purgatorio descartable. Seguimos en un abismo en espiral mientras que los clavos apenas nos sostienen del placer oxidado, frío y menguante frágil es el cielo como nuestra sangre, y me dirás cómo sé que es cruel nuestra historia. Dejemos nuestras palabras a un costado Sabemos que no hay dolor sin necesidad Te propongo que me apuñales por última vez así descubrir que puedo vivir sin ti. Con un último suspiro sinuoso te diré tus ojos aun tienen ese brillo que me hace dudar por eso me desnudo y me entrego al suelo.
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ACTO II Eclipse - Luna
El fin de la noche, un recreo para volver Distribuyo las estrellas en actos tratando de equilibrar la fatalidad En ese momento ante tu cuerpo, derimo neutralidad exponiendo todo lo que puedo brindar.
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Un universo en mi garganta desbordando de matices, velocidades, gritos y viejas palabras. Trato de reproducir a escala mis besos tensionando así tu espalda descifro que en crisis están tus piernas. Invento con libertad, fronteras en tu piel Rastros de cenizas me indican placer Pierdo la mirada por varios abismos reptan mis dedos algo aturdidos con precisión, con ambición que pocas veces experimenté hasta hoy de este lado de las sábanas. Ya en los primeros minutos nos revela la respiración de una novela anatómica. Con el correr de las caricias detenemos el tiempo agregando, desdoblando jadeos entre el presente y un futuro. Ese celoso ritmo entre los dos por momentos nos incita a parar abordando nuestras pasadas experiencias reflexionando sobre las variantes del amor que nos persiguen en cada oportunidad. 7
En ese trazo de sensaciones, todo parece reconstruir el misterio de nuestras ausencias extremas. La amenaza de un adiós brilla entre la oscuridad. Asoma nuestra preocupación, pieza de ese conflicto existencial, varias preguntas unidas a un mismo núcleo que nuestros impulsos nos revelan. Decido donar refugio a tus senos a mis suspiros hambrientos penando por una última satisfacción a pesar que tus labios naufraguen en mi cuello y especulen en dejar huella. Algunas palabras dan jaque al corazón compitiendo con la fragilidad de nuestros deseos quizás arriesgando algún exorcismo de lujuria allí estaremos soñando en no amanecer comunicándonos sin saberlo por una cornisa historias escondidas detrás de la intimidad y se vuelve presagio el desenlace. 8
ACTO III
Me darรกs mil excusas
Hoy tus cenizas estรกn sobre mis labios y puedo sentir el adiรณs de los tuyos. Parece que esta vez no volveremos, aunque estamos tan cerca simulamos la condena de nuestra realidad.
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Puedo sentir tu aliento, como un frágil suspiro contemplando la noche reflejarse a nuestros pies alguna vez las medias sonrisas lo expresan todo. Sé que cuando no puedas dormir, me recordarás pero sólo estaré entre las fotos rotas. ¿Por qué nos iremos por un camino hacia ningún lugar? Temo estar sin distancias imposibles de alcanzar sé que vas a hipnotizarme, como el vals de una ilusión. Presiento que voy a tener que abanicar alguna luna vieja. Apenas recuerdo el perfume de aquel invierno y en esos ojos verdes vuelvo a perderme. Me acompañan en el horizonte algunas melodías rotas No resisto y vuelvo a naufragar entre las espinas Si pudiera atrapar el mar dentro de lágrimas despertaría la esperanza de una lluvia gris. Una flor destila todo su veneno, en cada pétalo te doy mucho, me das nada; te doy poco y me das todo Entre dos tierras espero tanto tiempo solitario Malditas cartas a medio terminar. 10
Percibo sal en la senda hacia un viaje final hechizo al despertar alguna oración. Esta noche hierve cada verso en tu piel Tan dormida, tan lejana eres así tan especial. Invade mi espejo tu nombre en una herida Creo saber que a veces fuiste un poco cruel con los placeres que en tus caricias mezquinas no importa que la sirena desafine esta vez la apariencia ruega pero no resulta sincera. Aún no encuentro explicaciones a nuestros vacíos por más que seamos cómplices, esta vez caigo solo por el abismo. No puedo evitar culpar cada exceso si mi sangre aún sigue hirviendo al oír tu voz siento la emoción de despertar sin tu calor Mi habitación es un bello cementerio de pasiones este es nuestro lugar y nos sobra tiempo mis sentidos estallan por deshacer nuestro mundo.
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Tus manos desatan una última tempestad y en tus brazos para siempre quisiera estar Tan hermosa, fría, adecuada, pero algo está mal Víspera de algunos silencios en braile, siempre pensé en morir saciando nuestra sed. Sin a quien culpar de nuestras tragedias es lo que hay en nuestras manos, algunas promesas rotas. Duele descubrir la verdad, y no piensa en parar de sangrar. Me diste mil excusas y otras mil te las acepté con facilidad. Veo algo oculto en tu mirada, conozco esa sensación de querer saber que habrá luego que todo se acabe. Volví a quedar solo esta noche, y es igual que ayer.
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ACTO IV Cenizas vacías
Resulta interesante que tus recuerdos no choquen contra mi pecho, a pesar que no me doy cuenta si son pares o no. Aquellos suspiros aún esperan ser motivos de un festín en tu boca, mientras prefiero obviar los rumores que trae consigo el silencio. Pero me duermo lentamente esperando algo que no me llegue a desesperar. 13
Mientras me descalzo de la vida un instante, hacia afuera, hacia adentro, ambos resultan movimientos neutros. Me preparo para la peregrinación por vértices opuestos de esa confusión entre ángeles enfermos y juegos de roces. Abro mis ojos, luego los cierro y así desemboco en tu abismo. Hoy no hay rastros de luna en mi vaso ni se escuchan los ecos de mis pasos. Sangra un poco la oscuridad en la avenida, fundiéndose con el bello arte de marchitarse. Veinte estrellas te daría y así robarles su esencia. Rezas, mientras clavas una cruz entre mis nervios. Viajando por el desierto, al ritmo de tacos de flamenco. Mientras redoblan sus pasos aquellos inocentes que están al asecho. Golpeo tres veces mis tacos… pero no se me cumple esta vez lo que deseo. Entro en crisis al borde de tus labios que resulta ser el principio de lo infinito. Necesito aún aquellos caminos sinuosos. Mientras llueve, juego a reconstruir mis ruinas pero comienzo a dudar por dónde empezar. 14
Brillan tus ojos, siendo aún mi bella luz, siendo bocanadas de lo imperfecto. Mientras me cubro con los dedos entreabiertos Arde tu presencia lentamente en mi piel. Recordando que una vieja pesadilla será cicatriz está vez. Cómo imaginar que eras tan fugaz: un beso al aire, una astilla en el espejo. Algunas marcas cuestionan el amor. Soñar apenas hará olvidar mis tragedias. Apenas olvido lo que enterré entre mis labios decido en alterar la noche, apenas lo he planeado. Dudas encierran la clave de un último fracaso. Me siento un poco mejor, quizás intente decir adiós. Un plan posible, simple de aplicar. Una lágrima se va a caer, pero dijo que no. Se fue a dormir en el mar, tu inerte mar. Fluyendo de tu cuerpo flores del mal, una sombra se escapa entre las grietas, pude ser yo o eras tú, no quise saberlo. Igual ambos sabemos que nada es eterno, mientras el viento borra del camino estas cenizas. 15
ACTO V
Vestigios del Tiempo
Bosquejo mis huellas como lo hago con mis palabras, encontrando as铆 la catarsis justa, necesaria... anhelada. Luchando entre los gritos del cerebro y los ecos de mi pecho que esgrimen con la fuerza de una flama por perecer. No me resulta raro, conozco mi maldici贸n de poeta. 16
Juego con los vértices de mis ilusiones, arriesgándome con lo tentador de la cornisa. Quizás eso demuestra, lo que me negué a ver: una sonrisa que seduce como canto de sirena, esperando hallar el grano de arena en el mar. Así reclaman mis poesías por su musa, así reclama el reloj que de luto se vistió. Milagros pequeños entre mis labios y me equivoqué al pensar que saciarían mi sed. Reverencio a mis ángeles que traicioné alguna vez. Soy mortal, por eso pequé... discúlpenme. Ambiciono mis tragedias contra la realidad eludiendo lo que derroché al caminar. Me detengo y veo mi reflejo. Soy aquella lágrima en el desierto, incrustada de las astillas de tus besos. Somos cenizas... ¡Cenizas! Así reptan mis versos por tus suspiros. Así reptan mis ojos por el cielo. Soy alquimista de mis sentimientos, y pareciera que debía descubrir que siempre seré turista de tú corazón. 17
ACTO VI
Vértices de palabras
Busqué creer que no me podía equivocar, esperando que el destino cuestione la razón de todo lo que me brindaste. Encendiendo aquellas estrellas en el cielo, negándome que ahora sólo van a desaparecer.
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Jugar con los finales, teniendo el cuidado ajeno de que esta vez no vaya a volver. Quedando entre los fragmentos de una ilusión, uniendo lo que ya no se puede recuperar, esos suspiros que más los necesité. Aprenderé a vivir, una vida injusta. Soñé ser tu príncipe, y estar contigo imaginando aquellos castillos de arena tratando de construirlos con nuestras manos escapando de este mundo deseando que no te fueras. Inevitablemente la memoria me traiciona guiándome a nuestro dolor obviando errores, llegamos a nuestro fin apagando esa llama dejando atrás lo que pudo ser imaginando que las cenizas aún pueden arder. Ocultaré mis lágrimas en el bolsillo de atrás será hoy el día en que el mar se secó y así no volveré a sufrir por calmar mi sed tratando de concluir el himno para mi corazón eclipsando el tiempo efímero de felicidad dando gracias por el regalo que la vida me quitó.
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Entiendo que no vas a volver si el anhelo prefiere morir entregándonos belleza como una flor o si fueran las espinas lo que reflejen la verdad o quizás sólo imaginar. Me perturba el hecho de cerrar mis ojos elegir entre soñar u olvidar juzgando nuestros besos convertidos en polvo o fingir que estoy cansado de luchar. Recordarás al mirar hacia atrás y te darás cuenta que siempre hice malabares con tu sonrisa pero duermo entre las nubes que supimos alcanzar ya el cielo se sacrificó por mí al oírme llorar. Así detengo el tiempo, quizás nada vaya a cambiar la vida es larga, lo sabemos quizás algún día seamos protagonistas de aquellas palabras que nos susurramos en una ocasión.
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