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Desarrollo y actualización de los principios y valores políticos
público y transmitir la imagen de organizaciones que representan algo de mayor envergadura. De este modo, es menos probable que se les perciba como líderes oportunistas que aprovechan las inquietudes ciudadanas para obtener poder político. Como marco para análisis, las distintas ideologías han ayudado a cientos de partidos políticos de todo el mundo a: entender y proponer soluciones a los problemas sociales; atraer apoyo; resistir los cambios significativos en su entorno operativo; y sobrevivir a la rotación de los líderes. Los partidos con principios políticos claramente definidos también pueden identificar partidos y organizaciones de ideologías similares más fácilmente, tanto en otros países como en el propio, así como compartir experiencias y asociarse con estos. Seis familias ideológicas —centraldemócratas, conservadores, verdes, liberales, socialdemócratas y piratas— tienen asociaciones internacionales formales mediante las cuales los partidos miembro pueden compartir experiencias y apoyarse mutuamente.
DESARROLLO Y ACTUALIZACIÓN DE LOS PRINCIPIOS Y VALORES POLÍTICOS
Entonces, ¿cómo es que los partidos políticos desarrollan y llegan a acuerdos acerca de los principios que ayudan a definir su ideología? Con base en las experiencias de los partidos políticos que han desarrollado un enfoque de ideología más claro o han redefinido o reinterpretado los principios existentes a medida que han ido cambiando sus necesidades, es posible identificar algunos pasos clave. En primer lugar, normalmente hay una discusión entre los líderes en torno a los principios y objetivos clave del partido. (El Apéndice I describe algunas cuestiones clave que los partidos políticos podrían discutir para definir sus principios políticos.) Esto normalmente lleva a la elaboración de un borrador que se distribuye entre un grupo más numeroso de miembros del partido para ampliar la consulta. Con base en la información obtenida en estas discusiones, se puede elaborar una versión actualizada del documento antes de someterlo a votación final ante el órgano correspondiente del partido encargado de tomar las decisiones. Si bien esto normalmente se realiza a través del congreso del partido, algunos partidos utilizan la votación de todos los miembros.
La mayoría de los partidos políticos incluyen referencias a sus principios en las normas del partido, con frecuencia en el preámbulo y algunas veces en secciones que abordan la política del partido. Sin embargo, algunos partidos tienen además un documento independiente que describe sus creencias y prioridades políticas. Estas declaraciones de principios proporcionan relativamente pocos detalles acerca de propuestas de políticas específicas y están diseñadas para perdurar. De este modo, si bien los partidos políticos pueden y deben actualizar sus principios en respuesta a las necesidades cambiantes, hacer modificaciones con demasiada frecuencia contradice el propósito de tener un conjunto definido de principios y se corre el riesgo de crear la impresión de que un partido adopta posturas oportunistas carentes de principios. Esto puede dañar la imagen pública de un partido y alejar a su base tradicional. Como lineamiento general, si bien las plataformas con frecuencia se desarrollan cada cuatro o cinco años en el periodo previo a
las elecciones principales, las actualizaciones o revisiones significativas a los principios del partido quizá sean generacionales. Como Anson Morse escribió en el siglo XIX:
[S]i bien los principios del partido se someten al cambio, y así debe ser, las alteraciones no pueden ir tan lejos que destruyan u oscurezcan el tipo: un partido con principios aristocráticos puede descubrir que su ideal de Estado aristocrático difiere ampliamente del que tenía hace una generación; pero siempre y cuando el ideal en sí continúe siendo aristocrático, sus principios no habrán sufrido un cambio esencial.24
Incluso cuando los partidos políticos actualizan o revisan sus principios de una generación a otra, luchan por encontrar un equilibrio entre la coherencia y el cambio. Los siguientes ejemplos describen los procesos que se emplearon para desarrollar o revisar los principios de partidos en Bulgaria, España y el Reino Unido. Si bien algunas de estas experiencias cubren el desarrollo de documentos independientes, otras describen procesos para modificar las normas del partido.
Redacción de una declaración de principios de la Unión de Fuerzas Democráticas de Bulgaria
En Bulgaria, la Unión de Fuerzas Democráticas (SDS) surgió en un contexto donde los partidos y movimientos políticos inicialmente se definían en relación con el comunismo. Por lo tanto, una amplia variedad de personas y movimientos anticomunistas se describían a sí mismos como antiizquierdistas y proderecha principalmente en relación con el Gobierno comunista. La coalición que dio pie al nacimiento de la SDS comprendía organizaciones con una variedad de tendencias, unificadas más por su rechazo mutuo al comunismo que por un acuerdo en torno a una identidad política cohesiva. Por ejemplo, los miembros de la coalición apoyaban ampliamente la privatización, pero tenían distintas ideas acerca de cuánto privatizar y cómo. Dado que a los miembros de la coalición les fue difícil llegar a un acuerdo sobre los detalles de las políticas, compitieron en las elecciones de 1991 con base en una plataforma amplia y vaga. Cuando el éxito electoral catapultó al partido al Gobierno, la SDS se vio obligada a enfrentar conversaciones difíciles que se habían postergado en el pasado. A falta de un acuerdo previo acerca de las propuestas de políticas específicas, muchas decisiones gubernamentales fueron refutadas entre los miembros de la coalición.
Después de perder las elecciones de 1994, el partido emprendió una serie de reformas, incluyendo esfuerzos por mejorar el desarrollo de las políticas. Bajo el liderazgo del Consejo Ejecutivo Nacional se creó una serie de grupos de trabajo especiales para desarrollar la plataforma del partido para las elecciones locales de 1995. Las labores reformistas continuaron después de las elecciones, incluyendo un intento por articular un perfil ideológico más claro. Con ayuda de aliados de ideologías similares en Europa Occidental, el Comité Ejecutivo Nacional redactó una serie de estatutos que describían los principios de centroderecha. Después de que el Consejo Nacional debatiera el borrador, una convención del partido aprobó la versión final. Sin
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embargo, cuando las plataformas de partido del SDS se enfocaban en explicar los principios políticos en lugar de las propuestas de políticas específicas que se sustentaban en esos principios, el partido pareció estar en la inopia en cuanto a las inquietudes de los votantes y estar más enfocado en filosofía política abstracta. Si bien las ideologías claramente definidas ayudan a los partidos políticos a analizar y desarrollar soluciones a los problemas sociales, la mayoría de los ciudadanos están más interesados en propuestas prácticas que aborden sus necesidades que en principios y valores abstractos. (Para obtener información adicional sobre las experiencias de la SDS, véase el caso de estudio del partido en la Parte II de esta publicación.)
Modificación de los principios del Partido Socialista Obrero Español y el Partido Laborista del Reino Unido
Los partidos políticos también han hecho uso de los congresos extraordinarios como foro para discutir y acordar los principios que reflejan nuevas realidades. En 1977, cuando se definía como un partido marxista, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) obtuvo el 29.3 por ciento del voto. Dos años después, el PSOE obtuvo tan solo el 30.5 por ciento de la votación en las elecciones, a pesar de habérsele unido un partido socialista pequeño que tenía cerca del 5 por ciento del voto. En un intento por atraer un electorado más amplio a su partido, el Secretario General del PSOE, Felipe González, propuso renunciar al marxismo en el XXVIII congreso del partido, en mayo de 1979. Las discusiones acerca del distanciamiento del marxismo habían comenzado durante el año previo al congreso. En los debates, algunos delegados criticaron la propuesta por recurrir al populismo, mientras que otros estuvieron de acuerdo en adaptar los puntos de vista del partido respecto del socialismo con el fin de ganar la confianza de los votantes. El intento de reforma fracasó al contar con el rechazo de la propuesta del 61 por ciento de los delegados. En consecuencia, González renunció y se estableció un equipo gerencial provisional hasta que pudiera organizarse un congreso extraordinario para elegir al nuevo secretario general y consejo ejecutivo. Sin embargo, el XXVIII congreso también había aprobado nuevos procedimientos para elegir delegados ante futuros congresos. A consecuencia de este cambio, distintas federaciones dentro del partido, en lugar de las agrupaciones locales, comenzaron a elegir delegados ante los congresos. Dado que los comités federales encargados de elegir delegados eran más moderados, para cuando se llevó a cabo el congreso extraordinario en septiembre, los moderados tenían la mayoría entre los delegados y aprobaron de manera abrumadora el distanciamiento del marxismo por el que González había abogado, por lo que retomó su puesto en la dirigencia del partido.
De manera similar, en 1993, después de la cuarta derrota electoral consecutiva de su partido, Tony Blair redactó un panfleto que criticaba fuertemente el compromiso del Partido Laborista con la nacionalización, un principio arraigado en la constitución del partido desde 1918. A pesar de haber tenido cierto éxito inicial con la nacionalización, incluyendo la creación de un sistema unificado para los autobuses y los trenes subterráneos de Londres en la década de 1930 y el establecimiento del Servicio Nacional de Salud en 1948, para la década de 1980 y principios de
la de 1990, los sindicatos obreros se habían debilitado y el apoyo público al socialismo iba en descenso. Como resultado, el compromiso de los laboristas con el socialismo y los sindicatos se percibía como obsoleto. Blair argumentaba a favor de la adopción de un sistema económico más flexible que estuviera abierto a la competencia y el crecimiento, en lugar de un Gobierno dominado por los intereses sindicales y una economía de Estado. Su intento inicial por enmendar la Cláusula IV de la constitución del Partido Laborista británico fracasó, y en 1994 el congreso del partido votó por que se mantuviera el texto existente. Blair buscó apoyo entre la mayoría de los miembros al someter a votación las consistencias del nuevo texto y obtuvo el apoyo de todas las secciones del partido, excepto una. De este modo, al aumentar la participación en el proceso, Blair logró su cometido cuando obtuvo el apoyo para modificar la Cláusula IV en un congreso extraordinario del partido en 1995. Con estos cambios, las normas del partido describían la meta de una “economía dinámica que atendiera los intereses del público” con un “sector privado próspero y servicios públicos de alta calidad”. La antigua Cláusula IV se refería a la “propiedad común de los medios de producción, distribución e intercambio”, mientras que la nueva hablaba de una economía “donde aquellas funciones esenciales para el bien común sean propiedad del público o responsables ante este” . 25 Este cambio fue parte de un mensaje más amplio para el público en el sentido de que los laboristas se habían movido un poco más hacia el centro.
El equilibrio entre la necesidad de continuidad y de cambio en el Partido Conservador del Reino Unido
Tanto los ejemplos del PSOE como del Partido Laborista del Reino Unido ilustran uno de los retos a los que se enfrentan los partidos políticos cuando intentan actualizar o reinterpretar sus principios: equilibrar la necesidad de actualizar los puntos de vista del partido a la vez que permanecen fieles a los antiguos principios del partido y encontrar o crear una masa crítica para la reforma dentro del partido. En el caso de los conservadores del Reino Unido, la actualización de los principios del partido en 2005–2006 implicó el desarrollo de una declaración de los objetivos y valores del partido en lugar de una modificación específica a las normas del mismo. Aunque la constitución y demás documentos del partido incluían información general acerca de sus creencias, esta era la primera vez que el partido emprendía una iniciativa de este tipo. Los funcionarios del partido difundieron un borrador inicial de la declaración y buscaron la retroalimentación de los miembros mediante una serie de consultas en todo el país y también en línea. Con base en la información obtenida en estas discusiones el partido sometió un borrador actualizado a la votación de todos sus miembros: los miembros tenían la opción de votar por correo, por teléfono, en línea o a través de mensajes de texto.
Durante todo el proceso, el partido trató de transmitir un mensaje de cambio con continuidad. Por ejemplo, los funcionarios del partido describieron la necesidad de responder a los desafíos de las nuevas políticas y a asuntos sociales como el cambio climático, el desplazamiento del poder económico en el mundo y el crecimiento de las redes sociales. Si bien reconocían la necesidad de convencer a los votantes de que habían cambiado, los funcionarios del partido enfatizaron que
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