Manual Desinformación Digital e Integridad Electoral

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© Del Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI, por sus siglas en inglés). Todos los derechos reservados. Se permite reproducir y/o traducir porciones de este trabajo para propósitos no comerciales siempre que sea reconocido el NDI como lo autor moral y patrimonial de la fuente original. DERECHOS RESERVADOS

INSTITUTO NACIONAL DEMÓCRATA PARA ASUNTOS INTERNACIONALES NDI MÉXICO Parque España 59, Condesa, Del. Cuauhtémoc, Ciudad de México, 06140 Lic. Miriam Keila González Hilario de Arias Directora Residente de la Oficina en México

Diseño, redacción y edición de contenidos: Lic. César Isai Manzano Pech Asistente de investigación

MATERIAL ELABORADO Y PUBLICADO EN CIUDAD DE MÉXICO SEPTIEMBRE 2018

La elaboración de este material ha sido posible gracias al apoyo brindado por el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI MÉXICO); y al financiamiento de la National Endowment for Democracy (NED). Las opiniones vertidas en el presente documento pertenecen a al autor y no necesariamente reflejan las opiniones del NDI, o la NED.


La Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D) es una organización mexicana dedicada a la defensa de los derechos humanos en el entorno digital que utiliza diversas herramientas legales y de comunicación para hacer investigación de políticas, litigio estratégico, incidencia pública y campañas con el objetivo de promover los derechos digitales en México. En particular, la libertad de expresión, la privacidad, el acceso al conocimiento y la cultura libre.

El Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI por sus siglas en inglés) es una organización sin fines de lucro, no partidista y no gubernamental que ha apoyado instituciones y prácticas democráticas en todas las regiones del mundo durante más de tres décadas. Desde su fundación en 1983, NDI y sus socios locales han trabajado para establecer y fortalecer organizaciones políticas y cívicas, salvaguardar las elecciones y promover la participación ciudadana, la apertura y la rendición de cuentas en el gobierno.



INTRODUCCIÓN El pleno siglo XXI, la desinformación es una de las principales amenazas para las democracias alrededor del mundo. Si bien, este fenómeno ha estado presente en todos los canales de comunicación que ha desarrollado el ser humano a lo largo de la historia, la globalización tecnológica, el espacio cibernético sin fronteras y la continua innovación científica que imperan en la era contemporánea, son algunos de los factores que explican el amplio potencial que ha adquirido la desinformación para difundirse en redes sociales e incidir en la vida política de algunas naciones, como en el caso de Turquía, Indonesia, Gran Bretaña y Estados Unidos. A diferencia de otros fenómenos similares, la desinformación se caracteriza por ser “la generación y difusión deliberada de información falsa para manipular la opinión pública”1 y aunque esté presente en todo momento, adquiere especial relevancia en el contexto electoral, pues su presencia y diseminación masiva arrebata a la ciudadanía el derecho de contar con información veraz con base en la cual puedan emitir un voto en libertad que legitime el ascenso de gobiernos elegidos mayoritariamente, y genere confianza tanto en las instituciones como en los procesos democráticos. Entre el electorado mexicano el asunto no fue intrascendente, ya que las cifras de abril de 2018 demostraron que casi 9 de cada 10 personas en México se mostraron preocupadas, al considerar que las noticias falsas podrían posicionarse como una grave amenaza para el proceso electoral que estaba en curso2. Ante este escenario de incertidumbre colectiva, pensar que el combate a la desinformación debía ser un asunto de responsabilidad exclusiva de la autoridad electoral, hubiera denotado una visión elusiva y poco efectiva. Por el contrario, con base en la experiencia que vivió México durante las elecciones, se puede afirmar que el tema debe insertarse en la agenda pública para ser abordado de manera colectiva e integral entre gobierno, medios de comunicación, academia, partidos políticos, grupos tecnólogos, sociedad civil, organizaciones internacionales y en general, por el sentido crítico de la ciudadanía mexicana. Bajo este ánimo, el presente documento expone el proceso de planeación y ejecución de un esfuerzo local que se diseñó para combatir la desinformación digital a lo largo del proceso electoral de México en 2018.

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Existen fenómenos que se asemejan al de la desinformación, uno de ellos es el de la Información Errónea (Misinformation) que es “la información falsa que es distribuida sin la intención de causar daño” y el otro, es el de la Información Maligna (Malinformation), que es “información genuina que se distribuye intencionalmente para causar daño”. Véase s/a, Guía sobre Desinformación e Integridad Digital, Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales, 8 pp. 2 Cfr. s/a, Las Fake News en la era de desconfianza en los medios de comunicación [en línea], México, Parametría, 9 de abril de 2018, Dirección URL: https://bit.ly/2qq3dw7 [consulta: agosto de 2018].


¿QUÉ TIPO DE DOCUMENTO TIENE EN LAS MANOS? El presente documento es la reconstrucción de un caso de estudio, cuyo objetivo principal es sistematizar la planeación y ejecución del proyecto que desarrolló R3D en el marco del proceso electoral de México en 2018. Para efectos de este trabajo, se entiende que una sistematización es: Un proceso de reflexión e interpretación crítica sobre -y desde- la práctica, que se realiza con base en la reconstrucción y ordenamiento de los factores que han intervenido en la experiencia, para extraer aprendizajes que tengan utilidad en el futuro y compartirlos3.

La reconstrucción de esta experiencia fue resultado de una revisión documental pero también, y más importe, de la realización de varias entrevistas que se llevaron a cabo a lo largo del proceso electoral para recuperar el testimonio de los integrantes del equipo de trabajo de R3D. Por otra parte, tal como lo menciona la definición arriba citada, el propósito de una sistematización debe ser generar aprendizajes. Por ello este documento, además de hacer una descripción ordenada del desarrollo proyecto en cuestión, busca hacer énfasis en dos tipos de aprendizaje: Lecciones aprendidas: Las cuales son “el resultado de un proceso de aprendizaje, que involucra reflexionar sobre la experiencia y hacer un balance entre aciertos y desaciertos” 4. Las lecciones aprendidas que aquí se señalan fueron la respuesta que se recibió al planteamiento de dos preguntas concretas: Si volvieras a repetir la experiencia ¿Qué harías igual? ¿Qué harías diferente? Buenas prácticas: Que refieren a “acciones, estrategias, decisiones, etc., que traen consigo un resultado exitoso, facilitan o favorecen el proceso y que por tanto pueden ser reproducidas en otras experiencias”5. En los primeros dos capítulos se encuentran señaladas al margen de la página las buenas prácticas que R3D realizó a lo largo del proyecto, pero su explicación detallada se expone en el Capítulo 3. La peculiaridad de las buenas prácticas es que hacen referencia a distintos criterios, algunos de los que se contemplaron en este trabajo fueron: Adaptabilidad, Perdurabilidad, Alianzas efectivas y cooperación, Innovación, Relevancia, Proceso participativo y Comunicación estratégica.

Ignacio Martín Eresta, Sistematización de experiencias del Fondo de Cooperación de Agua y Saneamiento de la Cooperación Española en Colombia, con relación a la gestión, coordinación y mecanismo de ejecución del mismo, Agencia Presidencial de Cooperación Internacional de Colombia, 2014, p. 7. 4 Silvia Salinas Mulder, Guía de sistematización: Buenas Prácticas y lecciones aprendidas en la formación técnica profesional, Agencia de Cooperación Suiza en Bolivia, 2017, p. 11. 5 s/a, Guía para la Sistematización de Experiencias Innovadoras [en línea], Fundación Educación para el Desarrollo, 2009, p. 7., Dirección URL: https://bit.ly/2MTY6Bv [consulta: agosto de 2018]. 3


CAPÍTULO 1 Planeación y conformación de Rompe la Cadena

¿Cómo surgió la idea? Rompe la Cadena es una iniciativa que se originó por la relevancia que tomó el tema de desinformación en dos aspectos: Primero, atendiendo a la misión de la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D de aquí en adelante) sobre “defender el derecho a la información”, se decidió participar en #Verificado19S, un proyecto que tras el terremoto de la Ciudad de México del 19 de septiembre de 2017, buscó contrarrestar la desinformación que se desató a raíz de la tragedia, cuyo efecto provocó temor y confusión a la población. Así, con #Verificado19S se logró construir un canal de comunicación veraz que vinculó a las personas afectadas con aquellos que podían proveerles ayuda. Segundo, de la reflexión de este antecedente surgió la propuesta de replicar un proyecto similar para la jornada electoral de 2018, pues estaba previsto que serían unos comicios complicados por la alta probabilidad de violencia y desinformación que se podría presentar. Por ello, en coordinación con ARTÍCULO 19 y Data Cívica, se sumó a R3D a la Red Rompe el Miedo, una plataforma que desde 2015 se ha encargado de articular a diversos medios de comunicación y organizaciones defensoras de derechos humanos para documentar, verificar y visibilizar los actos que perjudiquen el ejercicio del derecho a la libertad de expresión y de información.


Ambos acontecimientos fueron el estimulo que motivó a crear y desarrollar… ¡Rompe la Cadena! Un proyecto que tendría como objetivo:

Documentar y mitigar el impacto de las cadenas de desinformación que circulan en WhatsApp con el fin de inhibir o influir en el voto de la ciudadanía en el marco del proceso electoral de México en 2018.

¿Qué problema se visualizó? A R3D le interesó la conversación social sobre el tema de desinformación por los impactos que tal problema podía generar directa e indirectamente contra los derechos humanos vinculados al entorno digital:

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Vamos a combatir la desinformación pero… ¿Qué camino elegir? Se hizo una reflexión para saber cuál sería la forma más inteligente de emplear los pocos recursos que se tenían disponibles. Así, se pudo notar que a diferencia de Twitter, Facebook y otros medios tradicionales de comunicación (prensa, radio y televisión), no había nadie trabajando con algún proyecto en WhatsApp.

R3D consideró que ello se debió a que, en comparación con otras plataformas, WhatsApp es una red social “cerrada”, es decir, la información que circula por ahí no es de dominio público, lo cual eleva el grado de dificultad para que cualquiera pueda detectar noticias falsas y visualice la magnitud del problema. Pero más allá de que esto los desalentara, reconocer dicha realidad fue el incentivo que los motivó a asumir el reto y a identificar una oportunidad única para ser los primeros en descubrir cómo fluyen las cadenas de desinformación en WhatsApp.

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¿Cómo hicimos la difusión de nuestro número de WhatsApp? Inicialmente se recurrió a las capacidades más elementales de las que se disponían: Facebook y Twitter. Sin embargo, con el ánimo de tener un mayor alcance en la difusión de nuestro número de WhatsApp para recibir cadenas de desinformación, se decidió recurrir a los aliados de la Red Rompe el Miedo. Porque de esta manera se podría llegar a diferentes públicos y por otra parte, el hecho de que los aliados promovieran el proyecto en sus sitios de internet y redes sociales, haría que se tuviera mayor credibilidad y confianza del público.

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¿Qué herramientas digitales utilizar? Actualmente no existen herramientas digitales diseñadas específicamente para combatir la desinformación, por en ello en R3D, con mucho ingenio e imaginación, se pensó en el tipo de insumos que se podrían adaptar a las necesidades del proyecto para dar respuesta al problema identificado. Al final, se reconocieron como útiles las siguientes herramientas:

A. Atender el número de WhatsApp era una tarea que sin mayor problema una persona de R3D podría administrar de manera manual. Sin embargo,


desde el inicio se tuvo presente que a lo largo del proceso electoral se podría suscitar el caso de que en un sólo día se recibieran muchas cadenas de desinformación de distintos números, a los que se les tendría que responder sin tanta demora. Por ello, la herramienta que se consideró conveniente para trabajar en dicho escenario fue Casengo, un software creado en Países Bajos, esencialmente para dar servicio a clientes. La ventaja de esta herramienta fue que facilitó la administración del tráfico, es decir, permitó emitir respuestas con mayor rapidez, evitando que se acumule el número de usuarias y usuarios que esperan una respuesta en un mismo lapso. Para R3D, éste fue el software más adecuado porque a diferencia de otros similares, Casengo abrió la posibilidad de estar vinculados a WhatsApp, única plataforma de atención de Rompe la Cadena. Además, contaba con otras funcionalidades que fueron muy útiles. Entre ellas, permitió: 

Hacer tareas muy sencillas como copiar y pegar información de manera muy ágil.

Mantener conectado, vía Casengo, a todo el equipo para monitorear y atender nuestra línea de WhatsApp.

Reenviar información a través de correo electrónico.

Agregar comentarios y colocar marcas para saber qué cadenas ya habíamos revisado.

Trabajar a distancia, sin la necesidad de andar cargando el teléfono. Así no nos expusimos a que nos robaran el equipo o a que lo perdiéramos.

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B. Otra herramienta digital que fue valiosa para el funcionamiento de Rompe la Cadena fue Bitly, un servicio de enlace corto que permitió medir el alcance de los links con información verificada que se enviaban a las usuarias y usuarios para romper con las cadenas de desinformación. Así, mediante esta herramienta se podía saber:   

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¿Cuántas personas abrían los enlaces (links) que se les mandabans? ¿Desde dónde abrían el enlace? y ¿Cuántas veces lo reenviaban a otras personas?

Y ahora… ¿Cómo verificar las cadenas que se reciban? Una vez que se recibieran los mensajes de WhatsApp con probable contenido falso, el trabajo recaería en realizar un ejercicio de verificación para aceptar o rechazar la veracidad de la información. Sin embargo, es importante mencionar que uno de los aspectos que se tuvo en claro desde el inicio del proyecto fue que directamente R3D, no debía asumir la tarea de verificar por dos motivos:

a) Porque R3D es una organización que se enfoca en la promoción y defensa de los derechos humanos en el ámbito digital, y por ende, no cuenta con periodistas ni investigadores.

b) Porque los recursos humanos de R3D son bastante limitados, no se tenía la capacidad para designar a una persona que hiciera el trabajo permanente de verificar a lo largo del día.


Derivado de lo anterior, se decidió que lo más viable para verificar información era recurrir a alguna de las siguientes vías que estaban disponibles:

A. Aprovechar el canal de comunicación directa (por teléfono y vía WhatsApp) que se habilitó con Verificado 2018 y el INE.

B. Utilizar la red de contactos que la Red Rompe el Miedo poseía con Embajadas, plataformas de redes sociales, policías, empresas de internet, periodistas, organizaciones de derechos humanos, etc.

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CAPÍTULO 2 Implementación de Rompe la Cadena Tras haber difundido en redes sociales el propósito de Rompe la Cadena y el número de WhatsApp donde se recibirían todas las cadenas que mandaran, se comenzaron a recibir los primeros mensajes. Con el fin de comprobar la veracidad de la información que llegó, se puso en funcionamiento una metodología cíclica de verificación compuesta por cuatro pasos.

Paso 1: Recepción de mensaje de WhatsApp Una vez que se vinculó la cuenta de WhatsApp de Rompe la Cadena con Casengo, inició la recepción de mensajes donde distintas usuarias y usuarios reportaron cadenas que ellos recibían y que aparentemente tenían el fin de desinformar para influir en las simpatías políticas y en la tendencia del voto.


Paso 2. Verificación información

de

la

La primer tarea para identificar cadenas de desinformación fue observar las características de las notas que enviaban. Se pudo notar que la gran mayoría de noticias falsas presentaba como peculiaridad estar redactadas en primera persona, buscando generar un tono de “mucha confianza” hacia las personas que las recibían. Con este propósito, gran parte de las cadenas de desinformación que se detectaron coincidían en tener frases como:

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De inicio, estos elementos permitían intuir la falsedad de una nota por la incoherencia del texto. Sin embargo, había otras ocasiones, en las que la ausencia de tales frases dificultaba definir la veracidad de una cadena a primera vista. En esos casos era necesario iniciar un ejercicio de verificación.


Paso 3. Documentación Los mensajes recibidos fueron registramos en una base de datos para clasificar las cadenas y hacer posteriormente un análisis detallado de ellas. Con la información que se recabó se pudo monitorear e identificar la fuente de origen de algunas cadenas para saber qué páginas de internet eran las responsables de su difusión. Además, con base en la lada de los números telefónicos, se hizo un ejercicio de dispersión geográfica para ubicar los estados de la República Mexicana dónde se presentaron más cadenas de desinformación. Es importante mencionar, que todas las lecturas que se hicieron tuvieron como límite la privacidad de las personas, pues al ser R3D una organización que respeta el derecho a la privacidad, se consideró que lo correcto fue no contactar a las personas para indagar directamente a través de ellas en la información sobre las personas de su círculo cercano (familiares y amigos) de las que pudieron haber recibido la cadena de desinformación.

Paso 4. Emisión de una respuesta para romper con la cadena Se respondió a todos y cada uno de los mensajes recibidos con información verificada. Pero también, se compartió material producido por R3D en el que se sugiere una serie de pasos para que las personas pudieran corroborar información de manera independiente, para que así, ellos tuvieran elementos para.... ¡Romper la Cadena!

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Cadena verificada y desmentida por R3D

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CONCLUSIÓN Aprovechando la articulación de la Red Rompe el Miedo y las redes sociales tanto del proyecto, como de las organizaciones convocantes y de los aliados de la misma, se difundió el número del proyecto. Al 9 de agosto de 2018 se registraron las siguientes cifras:

 Se recibió un total de 433 cadenas.  116 cadenas fueron verificadas.  Provinieron de 337 números diferentes, en su mayoría de México, pero también de Estados Unidos.

 Las verificaciones validadas contuvieron enlaces cortos generados en Bitly, los cuales produjeron 224 clics desde el 1 de mayo.

 El enlace con mayor alcance, 70 clics, fue el desmentido del INE respecto a que los crayones de la elección se borraban. Estas visitas se recibieron desde México y Estados Unidos, principalmente.

Entre los principales hallazgos se encuentran los siguientes: 

Los mensajes virales guardan estructuras semejantes. Muchas de las cadenas son construidas en primera persona, narrados por una trabajadora o servidora pública allegada al gobierno o al organismo electoral, que denota discursivamente no buscar “nada más que informar”, no tener preferencia política, o estar “preocupado por el país” pero tampoco cuenta con mayor soporte documental o referencial que el testimonio mismo de la persona.

Para sumar veracidad a las cadenas de desinformación, fueron ocupados referentes verídicos. Es el caso de la cadena que citó un texto presuntamente escrito por el Profesor Carlos Delgado de la Universidad Iberoamericana, la cual contenía un enlace al final con un perfil real del profesor en el sitio web del Departamento de Arquitectura de esa institución.

La ciudadanía externó preocupación sobre su participación en la jornada electoral del 1 de julio, dado que desde el inicio del proyecto se recibieron distintas cadenas relativas al supuesto mal funcionamiento de los crayones del Instituto Nacional Electoral o bien, la duplicación o entrega previa de material electoral.


Otra cadena que se recibió con frecuencia fue la que incitaba a la ciudadanía a emitir opiniones directamente en la boleta electoral, las cuales sustentaban su “veracidad” en una columna de opinión atribuida a Pedro Ferriz de Con o en una ley contra el maltrato animal. Evidentemente, esto era un engaño hubiera podido ser causa para que la ciudadanía anulara su voto sin querer.

La mayor parte de cadenas relacionadas al contexto electoral implicaron en su mayoría ataques o calumnias contra el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador. La incidencia de cadenas contra candidatos como José Antonio Meade o Ricardo Anaya fue significativamente menor.

Existió una difusión expedita de las cadenas con un alcance geográfico extendido por el territorio mexicano. Es el caso de un audio que acusaba el reparto de tarjetas por el Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) en una Bodega Aurrerá en Avenida Aztecas, en la delegación Coyoacán de la Ciudad de México. La misma se comenzó a reportar cerca de las 8 de la mañana del 29 de junio de 2018 en la Ciudad de México, y fue reenviada de números que por su clave pueden presumirse se ubicaban en sitios como Morelos o Nuevo León, a las 12:30 de ese mismo día.

Una cantidad considerable de cadenas no fue sujeta a una verificación de hechos, ya que eran opiniones de columnistas, o bien, videos de YouTube tanto de videobloggers como de locutores radiofónicos que transmiten vía Facebook Live.


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