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OBJETIVOS Y AGENTES: DARLE VIDA A LA POLÍTICA

necesario reevaluar el papel que desempeñan los grandes donantes individuales. Podríamos, por ejemplo, permitir que un pequeño número de grandes donaciones privadas ayuden a lanzar campañas y, al mismo tiempo, preocuparnos porlacapacidad de los donantes súper ricos ysusorganizacionespersonalesdesuplantaralospartidospolíticos,especialmenteentiemposdecrisis (véase el ejemplo anterior de ForzaItalia).Lospatrocinadoresenespeciehansidofuentedeinquietudparalaspolíticasdesdehace algún tiempo, pero fácilmente se puede imaginar que surgirán nuevas cuestiones en relación con sus actividades. ¿Se debe considerar que una cadena de noticias en televisión conunaorientaciónabiertamentepartidistaestádandoayudaenespecieasus partidosocandidatosfavoritos?Yenesecaso,¿quétipodepolíticasenrespuesta(—porejemplo,incluirdichas “donaciones ” enel total que se le permite al partido o al candidato recibir, o reevaluar el estatus fiscal y regulatorio de dichas redes—) podrían ser requeridas?

Grupos de la sociedad civil. Algunos de los grupos de la sociedad civil, aunque no todos, que participan en actividades, la recaudación de fondos, y el gasto de carácter abiertamentepolíticopuedentambiénestarsujetosaloslímitesdedonaciónygasto, requisitos de divulgación, y otros similares. Pero también podrían recibir subsidios o premios por el número de votantes registrados, por ejemplo, o ser recompensados por conseguir pequeñas donacionesdepersonasfísicas.Entrelosmáspolémicosse encuentran aquellos grupos que aprovechan el estatus legal que se lesotorgaalasorganizacionesbenéficas,perofuncionancomo subsidiariasvirtualesdeorganizacionesdecampañaodelospropiospartidos.

Haciaunavisiónestratégica

Es fácil pensar en otros posibles objetivos y agentes: los medios noticiosos, varios sectores comerciales, la inteligencia (o intelligentzia) y (particularmente en democracias emergentes) los grupos de ayuda y asesoría internacionales desempeñarán un papel en el éxito o fracaso de cualquier política de financiamiento político. Asimismo, predecir o evaluar las implicacionesdelas distintas medidas, incluso para nuestrascuatroprincipalescategoríasdeactoresesunatareacomplicada:loscontextosdifieren,los propios objetivos y agentes cambiarán de manera importante de una sociedad a otra, y cada área de política analizada en este documentoestáabiertaaunaampliagamadevariaciones.

No obstante, se puede hacer una evaluación general de los efectos, porlomenosalniveldeelegirloslineamientosgeneralesde la estrategia. El cuadro 3 arriba sugiere los probables efectos de lasherramientasregulatorias(“R”)ydistributivas(“D”)paracada uno de los cuatro grupos de objetivos antes mencionados, no principalmente con respecto a los costos o beneficios para esos grupos, sino más bien con respecto a las cuatro metas o funciones analizadas anteriormente: la competencia, la organización, la movilizaciónylarendicióndecuentas.

Al parecer los partidos tienen más probabilidades de verse fortalecidos por los recursos que ofrecen las políticas distributivas que por las restricciones creadas por las herramientas regulatorias(principalmente,enlamayoríadelospaíses,ladivulgaciónylos límites o prohibiciones). La excepción a esta generalización se da con respecto a la rendición de cuentas, donde la aplicación acertada de los requisitos de divulgación y transparencia—asumiendo que nosehaelegidoestablecerfideicomisosciegos—puede tener resultados positivos, y donde un proceso distributivo excesivamente generoso o mal diseñado podría sustituir los recursos públicos por vínculos con los grupos de electores y patrocinadores. Básicamente ocurre lo mismo con los posibles aliados de los partidos en la sociedadcivil: si bien laaplicacióndepolíticasregulatoriasydistributivasalosgruposdelasociedadcivilnotendría grandes implicaciones para las estructuras organizacionales de los partidos, es probable que la distribución de los recursos—idealmente, de manera que recompense el compromiso activo con los partidos y los procesos electorales—aumente la capacidad que tienelasociedadcivildeayudaralospartidosacompetir,movilizaralosciudadanosyhacerquelospartidosrindan cuentas.Encontraste,lasherramientasregulatoriasaplicadasalosgruposdelasociedadcivilalparecertienenpocasprobabilidades de coadyuvar a la capacidad de funcionamiento de los partidos, a la vez que conllevan importantes riesgos antidemocráticoscon respecto a la vitalidad e independencia de la propia sociedad civil. Con esto no sepretendeargumentarenfavordeunaestrategia de laissezfairetotal con respecto a la sociedad civil: no quisiéramos que un puñado de grupos de lasociedadcivildominaranesa área o se convirtieran en las principales fuentes de recursos de dinero político; más bien, preferiríamos ver una participación y organizaciones más variadas y con una base más amplia. Aun así, este último resultado es más probable en la medida en que los ciudadanos y los grupos se sientanlibres,ydehechoalentados,paraorganizarydefendersusinteresesdelamaneramásenérgicay constanteposible.

En el caso de los candidatos y donantes individuales el panorama es diferente: repartir los fondos y otros recursos a los candidatos individuales tendrá algunos beneficios potenciales con respecto al aumento de la competencia, pero incluso así, la capacidad de los partidospara competir puede verse disminuida. Más allá de ese beneficio limitado, las políticas que se enfocan principalmenteenloscandidatosindividualesenlugardeenlospartidos,hacenmuypocoporaumentarelpapelquedesempeñan los partidos en la vida democrática, independientemente de que el énfasis sea en las herramientas regulatorias o distributivas. Incluso en el área de rendición de cuentas, dichas ganancias se obtienen a costa de la posibilidad de utilizar a los partidos como

fuerzas para exigir la rendición de cuentas política en general. En las sociedadesenlasqueelenfoqueestáprimordialmenteenlos candidatos individuales (como en los Estados Unidos), existe el riesgo de convertir las imágenes de los partidos en marcas comerciales de las que pueden disponer aquellos candidatosquecumplanlosrequisitoslegales,enlugarderespaldosqueotorgan lospropiospartidos—respaldosqueindicaríanciertogradodeconformidadconlasposturasdelospartidos— .

Las herramientas de políticas que afectan a los donantes pueden o no nivelar los resultados competitivos entre los partidos, pero es poco probable que dichas herramientas,encualquiervariaciónverosímil,afectenlacapacidaddelospartidosdehacerque el proceso político en general sea más competitivo. Sin embargo, en el caso delaorganizaciónylamovilización,lasimplicaciones de los dosprincipalestiposdepolíticassonmuyprobablementenegativas,yaquedichosenfoquesnoharíanmuchoporfomentar o recompensar los esfuerzos de los partidos por construir sus propias capacidades institucionales. Las herramientas regulatorias que afectan a los donantes podrían ayudar a la rendición de cuentas enciertamedida,enelsentidodequelospartidossabríande donde proviene el apoyo, pero no quedarían obligados exclusivamente para con un grupo muy reducido de grandes donantes (nuevamente, suponiendo que no se establecieran fideicomisos ciegos). Sin embargo,lasiniciativasdistributivas,particularmente en la medida en que sustituyan el dinero público por el privado, no ayudarían mucho a fortalecer las funciones de rendición de cuentasdelospartidos.

En tanto en cuanto estas afirmaciones ciertamente muy generales sean válidas, surge un patrón que podría ser una guía útily que, por lo menos, nos remite nuevamente a la disyuntiva entreelcontroldelacorrupciónyelfinanciamientodeunapolíticade partidos abierta y competitiva. Es decir, al parecer las iniciativas para el control de la corrupción muy probablemente hacen hincapié en la regulación más que en la distribución y (en la mayoría de los países) se enfocan en los donantes y las campañas individuales en lugar de en los partidos y la sociedad civil. (Existen, obviamente, excepciones a esta afirmación,comocomolade Alemania, donde existen extensas políticas distributivas y un énfasis en la igualdad de los derechos de participación.) En general esos enfoques no ayudan muchoafortalecerlospartidosniaintensificarlapolíticademocrática.Elhechodequepuedencoexistir bien con la democracia establecida es cierto y, en muchos sistemas democráticos emergentes, en gran medida irrelevante. Las políticas que aparentemente ayudan de una manera más eficaz alapolíticademocráticayalacapacidaddelospartidosdeinducir sudesarrollo,parecenasuvezserprincipalmentedistributivasyenfocarseenfortaleceralospartidosylasociedadcivil.

Por consiguiente, una lección general que surge de esto es que, si bien el control de la corrupción parecehacerhincapiéenlas restricciones y en restarle importancia a los partidos, un país que busca utilizar las herramientas de financiamiento político para mejorar unsistemademocráticorenaciente,debeponermásatenciónenaquellosquedeseafacultaryapoyar,queenaquellosalos que intenta restringir; y debe poner total énfasis en los partidos y en sus contrapartes de la sociedad civil como agentes de competencia,organización,movilizaciónyrendicióndecuentas.Coneltiempo,lapolíticacompetitivaqueprobablementesurgirá y lasopcionesylosmecanismosderendicióndecuentasquedichapolíticaponeenmanosdelosciudadanos,nosoloaumentarála vitalidad y sustentabilidad de la vida democrática, sino que puede incluso convertirse en la mejormaneradefrenarlacorrupción enellargoplazo.

Cuestionesrelacionadas

Existe una variedad de otros factores que también afectarán el éxito o el fracaso de la política de financiamiento político. En muchos casos, un análisis exhaustivo de dichos elementos conexos justificaría una discusión que podría llenarunlibro,perouna listarudimentariaincluiríalosiguiente:

Tipo de Constitución. El hecho de que un país tenga un sistema parlamentario o un sistema presidencial o de separación de poderes, será de gran importancia. Los partidos tienden a ser más fuertes, o a tener el potencial de ser másfuertes,enunsistema parlamentario, lo cual ofrece oportunidades reales de optimizar la organización y la movilización. Pero dichos partidosfuertes,y las funciones ejecutivas, legislativas y partidistas traslapadas de sus dirigentes, plantean desafíos particulares con respecto a la rendición de cuentas. Esto es cierto tanto con respecto al control de la corrupción (por sí solos, los diputados sin cargo pueden tener poca influencia que “ vender ” , pero los líderes sin escrúpulos de los partidos podrían poner en práctica una operación de “ ventanilla única ” para ciertos donantes privilegiados, y también se encontrarían bien posicionados para extorsionar) como con respecto a la democratización, donde la rendición de cuentas a los ciudadanos, grupos de interés y otras partes del aparato gubernamental puede ser difícil de mantener. Los partidos parlamentarios tambiéntienenmásprobabilidadesdedesempeñarun papel dominante en las decisiones de gasto y recaudación de fondos, y de fungir como conductos para enviar los fondos a las campañas de circunscripciones individuales; esto también ayuda al fortalecimiento organizacional, pero puede ser a costa de la vitalidaddelasociedadcivil.

En contraste, es probable que los partidos en los sistemas presidenciales estén más descentralizados y que los dirigentes del partido a menudo se mantengan en un segundo plano respecto de los funcionarios elegidos, especialmente cuando un determinado partido se encuentra en el poder. Con frecuencia necesitarán fortalecer su organización y también necesitarán

desarrollar sus capacidades de movilización, pero es posible que los funcionarios y los candidatos individuales se resistan a las iniciativas en esa dirección. La rendición de cuentas será unproblemadeotrotipo:aveceslacuestiónserásialguienestáacargoo no, y puede haber grandes dudas con respecto a la cuestión de a quién deben rendirle cuentas el partido y sus dirigentes. Finalmente, es probable que los sistemas presidenciales, con sus partidos menos unificados y un mayor énfasis en las campañas individuales, también serán propuestas más caras desde el punto de vista de las políticas distributivas. La mayoría de las afirmaciones anteriores también se aplican a los sistemas federales, donde de hecho puede haber muchas políticas de financiamiento político en vigor en cualquier momento dado, y en los cuales la competencia y la movilización tienen lugar a lo largodeunagrancantidaddeescenariospolíticosparcialmenteindependientes.

Las cuestiones legales, incluyendo el estatus de expresión y palabra, los partidos políticos y la prensa, son también de clara importancia. Todo lo que se ha comentado enestedocumentohastaahorasepredicabajoelsupuestodequelasdemocraciasque están resurgiendo se comprometerán con los derechos de libertad de expresión y prensa y los derechos civiles. A pesar de que dichas libertades a menudo serán parciales y problemáticas en la práctica, a menos que exista un apoyo significativo para mantenerlas, será extremadamente difícil sostener la democratización, la política de partidos, la contienda y la competencia abiertas y el control de la corrupción. El estatus legal de los partidos también es una cuestión importante. No es en interés de la sociedad que los partidos se conviertan en “ compañías de serviciospúblicos ” ,comosemencionóanteriormente,peroigualmente vaencontradelinterésdelasociedadquesemarginealospartidos.

Todo sistema integral de financiamiento político tendrá que definir qué es lo que constituye un partido, cuándo es que las distintas políticas regulatorias y distributivas son aplicables a este, cuáles son los requisitos mínimos de gobierno y rendición de cuentas, cuál será su estatus fiscal (y el de sus distintas filiales), etcétera. Especialmente en democracias nuevas o querenacientes, aparecerán decenas o cientosdeentidadesqueafirmaránserpartidospolíticos.Sibienlasprincipalessacudidasserándenaturaleza política, como deben ser, quienes busquen establecer y sostener partidos políticos deben tener una idea clara de los aspectos legales,lasproteccionesylasresponsabilidadesquesusproyectosimplican.

Lossistemaselectoralesvarían ampliamente ysusinterseccionesconelfinanciamientopolíticopodríandehechosermateriade infinidad de libros. Hay distintos tipos de sistemas de representación proporcional (RP); los sistemas de distritos uninominales también varían entérminosdelosumbralesquesenecesitanparaqueelnombredeuncandidatoaparezcaenlaboletaelectoral,el formato de las elecciones —es decir, de una sola vuelta o de varias vueltas— , etcétera. Es difícil hacer generalizaciones en esta área, pero como mínimo,los arquitectos de las políticas de financiamiento político deben analizar detalladamente el sistema deincentivosyrestriccionescreadoporlosdistintos sistemas electorales. Un sistema de RP con más de una vuelta electoral y un umbral de requisitos bajo para la representación parlamentaria seguramente fomentará el crecimiento de más partidos políticos y con un enfoque más estrecho, pero también fomentará alianzas poco definidas entre los partidos, las cuales podríanconvertirseenconspiracionesaniveldelaélite.Laspolíticas distributivas que suponen el control central del financiamiento dentrodelos partidos pueden, en ese escenario, convertirse en un programa de subsidios públicos para los políticos individuales que buscan crear una base de seguidores personales, y pueden, porlotanto,socavarlarendicióndecuentasylacompetencia.Unsistemadelistasdepartidosen que los candidatos de un mismo partido se ven obligados a competir entre sí, como fue el caso de Japóndurantemuchosaños, 31 puede hacer de la competencia un asunto interno del partido e impulsar al alza las necesidades financieras de los candidatos individuales. Además, noharíamuchoporlarendicióndecuentasensumejorsentido.Encontraste,unsistemaderepresentación directa o escrutinio uninominal mayoritario al estilo de Westminster, acompañado de topes máximos de gastos que sean adecuados (y, posiblemente, subsidios dirigidos para los partidos), podría ser más fácil de financiar, bastante eficaz en la movilización, y podría permitir que la distribución de los fondos dentro del partido (cualquiera que seasufuente)sevuelvauna manera de imponer la organización. Las posibles combinaciones de sistema electoral y herramientas de financiamiento político son prácticamente infinitas, sin embargo, la clave está en evaluar cuidadosamente las metasdetalespolíticas,lossistemasactuales de incentivos y controles que crea o fomenta el sistema electoral, y la medida en que estas influencias se pueden hacer coincidir entresí.

Lasituacióndecorrupcióndeunpaís, así como el alcance y las fuentes tanto delapoyocomodelaoposiciónalasmedidasde reforma también incidirán en la elaboración de las políticas de financiamiento político. Si bien en este análisis el control de la corrupción es fundamentalmente un tema secundario, fácilmente podemos imaginar situaciones en las que la corrupción es tan amplia, que las políticas de financiamiento político bien diseñadas se verían obstaculizadas por intereses preocupados por mantener el statuquo —o en las que las nuevas políticas de cualquier tipo carecerían de credibilidad entre la población— . Los

encargados de elaborar las políticasdefinanciamientopolíticodebenevaluarlafuerzaylavitalidaddeloscontrolespolíticossobre la corrupción como parte de su labor de diseño de las políticas. En cierta forma, esto no es más que decir que deben considerar cuidadosamente el estado en el que se encuentran la competencia, la organización, la movilización y la rendición de cuentas, no solo por su propio bien, sino también como indicadores de la capacidad quetieneelsistemaparacontrolarlacorrupciónatravés delprocesoelectoralylasfuncionesdesupervisióncontinua.

Capacidad administrativa. Otro aspecto de la situación de la corrupción que tiene una relevancia más directa para el financiamiento político es el nivel de capacidad administrativa de la sociedad, tanto en cuanto a las políticas de financiamiento político (¿es capaz de operar una autoridad central confiable para implementar la legislación?) como de una manera másgeneral (¿qué tipos de deficiencias administrativas facilitan la corrupcióny,porlotanto,explicanelinterésdelaéliteenmantenerelstatu quo antes mencionado?) El nivel y los tipos de recursos, tanto humanos como financieros, que están disponibles para las actividades para garantizar el cumplimiento también son una variable importante. En la medida en que las políticas de financiamiento político sigan los lineamientos generales que se describen en este documento —es decir, que seenfoquenmásen de facultar y no en restringir a los participantes en el proceso político, y en herramientas distributivas más que en herramientas regulatorias— los problemas administrativos se disminuirán y se intensificarán al mismo tiempo: se disminuirán, hasta cierto grado, yaquehabrámenos énfasissobreprohibicionesylimitaciones,peroseintensificaránconrespectoalosrecursosfinancieros queserequieren.

Nivelde confianza. Una última cuestión de fondo es el nivel de confianza que la gente tiene entre sí y en el Gobierno, los políticos, los partidos y los encargados de aplicar las leyes. Aparte de laestrategialaissezfaire,todaslasopcionesqueseanalizaron en este documento funcionarán mejor cuando los niveles de confianza sean altos; y a la inversa, la implementación creíble de cualquier paquete de iniciativas ayudará, con el tiempo, a crear confianza. Con esta lección en mente, parece claro que los arquitectos de las políticas de financiamiento político deben ser cuidadosos en cuanto a las promesas que hacen al proponer cambios; asimismo, es recomendable que introduzcanlosdistintoselementosdelapolíticageneralpaulatinamente,cuidandoque cada uno esté funcionando eficazmente antes de pasar a la siguiente. Esto, una vez más, es un argumento en favor de hacer hincapié en las herramientasdistributivas,yenparticularenaquellasquetraennuevosrecursosparalospartidosylosgruposdela sociedad civil. Los requisitos que habrá que cumplir para obtener recursos y las fórmulas con base en las cuales estossereparten deben ser claras,fácilesdeentender,dedifusióngeneralizadayaplicarsedeunamaneraequitativa.Satisfacerelsentidodejusticiay juego limpio del público, o evitar intensificar las viejas o actuales divisiones sociales a través de las políticas de financiamiento político,seráunpuntoesencial.Laautoridadqueadministralaspolíticas,yaseanregulatorias,distributivas,oambas,nosolodebe ser independiente de los partidos y las élites existentes, sino que también debe ser vista de esa manera. Si apareciera en la escena política un “ campeón ” nacional de la democratización que no ocupe ya un cargo o esté buscando ocuparlo, esa persona probablementeseríaunlídereficaz,aunqueseasolamenteenunpapelsimbólico.

Tal como se deja en claro con todo lo anteriormente expuesto, el contexto es importante. Esto es todavía más cierto en las democracias postconflicto o renacientes, que son las que más nos interesan en este documento. ¿Cómo afectan las situaciones sistémicas generales a las políticas de financiamiento político? Ese es el punto central de la sección sustancial final de este documento.

MENÚS DE OPCIONES DE POLÍTICAS: CÓMO ADAPTAR LAS HERRAMIENTAS A LAS SITUACIONES

La mayoría de los modelos de políticas en el área de financiamiento político se basan en las experiencias de las democracias establecidas. Esas sociedades no solo pueden darse el lujo de utilizar las políticas de financiamiento político para proteger a los procesos democráticos en funcionamiento del abuso en lugar de utilizarlas para coadyuvar a que la democracia sea sustentable, sino que la mayoría de ellas también tienen marcos sólidos de instituciones sociales, jurídicas y políticas, partidos establecidos (y normalmente competitivos), una prensa libre, y valores sociales ampliamente favorables. Sus experiencias son una de las razones por las que tendemos a pensar en los sistemas de financiamiento político en términos de “ anticorrupción ” en lugar de “ construcción de la democracia ” —si bien muchas democracias establecidas también podrían beneficiarse de una competencia políticamásanimada—asícomoentérminosdeherramientasregulatoriasmásquedistributivas.

Sin embargo, cuando los partidos democráticos son débiles, están amenazados, o están surgiendo de periodos de conflicto y represión, las agendas contra la corrupción pueden ser prematuras—o pueden incluso debilitar los planes de apoyar la política democrática en sí. Además, esas sociedades a menudo carecen de las instituciones, los partidos y las estructuras socialesdeapoyo que se encuentran en otros lugares. En su lugar, quizáspodamosencontrarciudadanosintimidadosysociedadescivilesdivididas, bajos niveles deconfianzasocialypolítica,ypoderosasfuerzasantidemocráticas.Losacontecimientostienenunamaneradeforzar o limitar las opciones en esas situaciones, y el resultado es que rara vez se dan transiciones con una secuencia cuidadosa. Los problemas económicos quevandesdegraveshastacasicatastróficosseráneltelóndefondoparalaelaboracióndepolíticasdetodo

Partidos

CUADRO 4.CUANDO LOS PARTIDOS POLÍTICOS SE HAN VISTO AMENAZADOS O SUPRIMIDOS Desafíos funcionales Objetivos/Agentes Herramientas Problemas y precauciones

Amenazados

Suprimidos

(Todos los partidos pueden enfrentarse a amenazas oficiales o masivas, o un solo “ partido oficial” puede dominar y los demás estar sujetos a la represión) Organización

Movilización Partidos (en los casos donde hay un solo partido o “ partido oficial” , los de la oposiciónson los principales agentes)

Organizaciones relacionadas con los partidos Subsidios, medios de comunicación gratuitos; condicionamiento con la movilización y elfomento organizacional; igualarlas pequeñas aportaciones con subvenciones; la divulgación como nivelador entre el partido oficial y los demás partidos.

Trato fiscal favorable con divulgación de los ingresos y los gastos.

Grupos de la sociedad civil Fideicomisos ciegos para las donaciones, por lo menos como una opción; fijación de límites a las aportaciones, en niveles moderados; subsidios condicionados a la movilización (por ejemplo, elregistro de votantes)

Donantes individuales Fideicomisos ciegos, por lo menos como una opción; igualar las pequeñas donaciones con subvenciones; permitir un pequeño número de grandes donaciones “iniciales Igualar las donaciones individuales esuna idea útil; seles debe garantizar a los partidos un estatus legal favorable.

Se requiere registro y monitoreo

Debe mostrarse un gran apoyo; deben protegerse los derechos civiles; la divulgación no debe generar inseguridad

Protecciones creíbles obligatorias;ladivulgación no debe generar inseguridad

Cómopermitirlaparticipaciónyconstruirpartidos

Es tentador juzgar eléxitodelaspolíticasdefinanciamientopolíticoentérminosdelequilibriocompetitivodelsistemapolítico en general —es decir, utilizando la metáfora de “juego en igualdad de condiciones ” mencionada al inicio— .Peroeseenfoqueno solo exagera el poder y la precisión con los que podemos utilizar nuestras herramientas de políticas para darle formaalapolítica sistémica, sino que también establece criterios de éxito ilusorios. ¿Cómo luce un “juegoenigualdaddecondiciones ” encualquier contexto dado? Sidosomáspartidosalternanfrecuentementeenelpoder,puedehaberaúnimportantessegmentosdelasociedad que queden excluidos y, de hecho, los propios partidos pueden involucrarse en una colusión “tras bambalinas ” (o en todo caso, abierta). ¿Es una sociedad competitiva aquella en laquelafuerzadelospartidosestámásomenosequilibrada,oaquellaenlaque su fuerza refleja las divisiones y los conflictos sociales? Puede ser que los mismos partidos no sean más que grupos deseguidores personales; el electorado puede verse intimidado (total o parcialmente) por tácticas políticas bruscas; o los simpatizantes pueden ver laseleccionessimplementecomounamaneradedecidirquiénpuedesaquearalsectorpúblicooprivado;etcétera.Elequilibrio competitivo general de los resultados electorales de una sociedad puede decirnos mucho menos de lo que imaginamos. Lameta, más bien, debería ser cambiar las oportunidades y la conducta a nivelindividualydentrodelospartidospolíticos—permitiendo así tanto a los ciudadanos como a los partidos aprovechar las oportunidades democráticas, al fomentar la participación y la contiendavigorosaalavezquesefortalecenlospartidos— .

Obviamente, esto puede significar diferentes cosas en distintas situaciones. Elcuadro4,enlasiguientepágina,eselprimerode una serie de tres que exploran las opciones de políticas —en este caso, para sociedades en las que los partidos políticos han sido amenazadososuprimidos— .

Aquí, lo que está en juego esprecisamentelaexistenciaysupervivenciadelospartidos.Puedeserquelasautoridadesrepresivas sean hostiles hacia todos los partidos, o que un solo partido goce del estatus oficial o incluso del monopolio de losrecursosylas oportunidades. La competencia y la rendicióndecuentassoncuestionessecundariasenestassituaciones;laorganizaciónbásicade los propios partidos y sus conexiones con los ciudadanos a través de las actividades de movilización requieren de fondos y protección. Si el régimen continúa siendo hostil hacia los partidos,ohaciaaquellosquenoseanlossuyos,puedehabermuypoco que se pueda hacer: canalizar la ayuda y la asesoría hacia quienes aspiran ser líderes de la oposición, quizá no haga más que

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