Entendiendo la importancia del rol de los partidos políticos y las organizaciones sociales en el fortalecimiento democrático y aprovechando el impacto y el alcance de las nuevas tecnologías, RED INNOVACIÓN www.redinnovacion.org facilita oportunidades para intercambios claves con el objetivo de contribuir al fortalecimiento de las organizaciones políticas. De igual forma permite compartir con reconocidos líderes y prestigiosos académicos de la región mediante diferentes medios presenciales y virtuales por medio de las cuales se abre un espacio de debate e intercambio de experiencias y buenas practicas aportando a la resolución de problemas y el fortalecimiento de la democracia. La revista RED INFORMACIÓN es un esfuerzo institucional para construir un pensamiento democrático, hacer un aporte al análisis de los partidos sobre sus retos, sus procesos y avances en variados temas, que sirva como herramienta para compartir buenas prácticas a nivel regional.
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CONTENIDO
“La importancia del análisis de la organización interna partidaria y el cumplimiento de estándares mínimos de democracia.” 3 JAVIERA ARCE RIFFO
“ El rol de los ciudadanos en la democracia”
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PAT MERLOE
“Un decálogo de reformas para los partidos políticos .”
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JOSÉ HERERA
“El liderazgo político en democracia.”
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MARÍA PAZ SALAS
“REDforma política, la primera reforma política ciudadana” LUIS ERNERSTO GÓMEZ LONDOÑO
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LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS DE LA ORGANIZACIÓN INTERNA PARTIDARIA Y EL CUMPLIMIENTO DE ESTÁNDARES MÍNIMOS DE DEMOCRACIA Javiera Arce Riffo Secretaria Ejecutiva de la Unidad de Igualdad y Diversidad de la Universidad de Valparaíso.
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os partidos políticos fueron y continúan siendo estudiados largamente por una serie de reconocidos politólogos a nivel mundial. En la democracia moderna su función consiste en la agregación de demandas, el reclutamiento de burocracia y autoridades de gobierno, así como también para servir de correa que transporta demandas y apoyos al gobierno, las cuales se traducen en decisiones y acciones de los mismos (Sartori, 1976; Panebianco, 1990, Norris,
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2005; Mair, 2005, von dem Berge, 2013). Sin embargo con el correr de los años, la democracia representativa ha ido perdiendo vitalidad. Desde hace algunas décadas se ha comenzado a hablar de la crisis de la democracia liberal, que ha afectado particularmente el rol de los partidos políticos, pues éstos han ido decayendo en su confianza popular y al parecer no están cumpliendo del todo sus funciones, particularmente en la labor de representación política (Latinobarómetro, 2015).
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Una de las hipótesis que se baraja, es que la ciudadanía política y la acción política colectiva de nuestra era, se ha vuelto más compleja y las demandas de las personas se han diversificado en gran medida, situación que hace muy difícil la labor “tradicional” de los partidos políticos. Por lo que se podría desprender de este análisis, es que los partidos políticos en la actualidad podrían verse superados por las nuevas formas y el nuevo ejercicio político de la sociedad civil, lo que instala un especial escenario para analizar la estructura orgánica existente de los partidos políticos, la democracia interna partidaria, y su relación con el contexto social y político en América Latina. ¿A qué hace referencia la Democracia Interna Partidaria (DIP)? Este concepto tiene al-
cances inusitados. Es más, es altamente probable que la calidad de la democracia y su eficiencia en la región, se haya visto decaída en parte por un déficit democrático en el funcionamiento interno de los partidos políticos, pues sus líderes promueven un ideal democrático en la esfera pública, pero poco o nada se sabe acerca de cómo se estructuran las decisiones internas de estas organizaciones.
Que las decisiones sean el fiel reflejo de las mayorías, es decir un equilibrio de poder entre las élites y militantes de base, o lo que Dahl (1956) argumentaba como la “capacidad de oposición
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Autores como Freidenberg y Hernández del Valle, han definido la DIP como la confluencia de normas y medidas que facilitan la elección de líderes internos, la designación de las candidaturas que competirán en elecciones populares, la determinación de la plataforma político-programática del partido, procurar la representación de género, asegurar los derechos de los militantes, en un contexto democrático (Hernández del Valle, 2000). Freidenberg (2006) por su parte, propone un detalle de características específicas que permitirían definir los elementos de la DIP: 1) mecanismos competitivos de selección de candidatos a las elecciones internas y externas; 2) activa influencia de los miembros del partido; 3) respeto por el derecho de sus militantes a modo
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de garantizar la igualdad entre los miembros del partido y proteger los derechos fundamentales en el ejercicio de la militancia activa como la libertad de opinión; 4) que las decisiones sean el fiel reflejo de las mayorías, es decir un equilibrio de poder entre las élites y militantes de base, o lo que Dahl (1956) argumentaba como la “capacidad de oposición”; y el 5) efectivo control sobre los líderes del partido. Para facilitar la comprensión de las dimensiones de análisis del funcionamiento de los partidos políticos, von dem Berge, Poguntke, Obert y Tipei (2013), construyen una propuesta teórico- empírica, que sintetiza el análisis del funcionamiento interno de los partidos políticos. Este trabajo fue basado en el estudio de estatutos de partidos políticos de países de Europa
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del Este, específicamente de Hungría, Eslovaquia y Ucrania, en contextos postransicionales. Para los autores analizar los niveles de democracia interna,
representa una contribución a la estabilidad y legitimidad de la democracia, cuando los partidos compiten por el poder político efectivo (von dem Berge et. al. 2013:2).
Fuente: elaboración propia en base a Von dem Berge et.al. (2013) “Measuring Intra-Party Democracy”. A Guide for the Content Analysis of Party Statutes with Examples from Hungary, Slovakia and Romania.
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La ciencia política, ha otorgado un particular énfasis a los mecanismos de selección de candidatos, en lo que el esquema anterior se denomina como el reclutamiento. Importantes hallazgos han realizado Carey y Polga (2006), Rahat (2007, 2008), por nombrar algunos, que han estudiado los métodos de selección de candidaturas, en particular las elecciones primarias y sus impactos. No obstante a ello, la discusión procedimental del reclutamiento, ha puesto escasa atención a aspectos fundamentales como los derechos de los militantes, la inclusión de minorías, la estructura que organiza los partidos políticos y su relación con los espacios subnacionales, así como también la toma de decisiones de aspectos programáticos, los mecanismos de accountability sobre las autoridades del partido y representantes públi-
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cos, que sin lugar a dudas son aspectos que impactan directamente en la performance actual de estas instituciones, debido a las complejidades del tejido social actual, que posee una diversidad de intereses, difíciles de encausar a través de un solo tema (issue), por lo que los partidos políticos, enfrentan un reto mayor, al encontrar una ciudadanía más informada y empoderada. En síntesis, se podría generar una definición de democracia interna partidaria como el análisis de las normas internas formales e informales que permiten el funcionamiento de los partidos políticos por dentro, considerando procedimientos de acceso al poder y toma de decisiones para reclutar candidaturas internas y externas al partido, derechos de los militantes, inclusión de minorías y
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y grupos desaventajados, accountability sobre las autoridades, estructura organizativa y constitución de cuerpos colegiados intermedios/cargos unipersonales, y proceso de construcción programática. Para ello, será necesario puntualizar en los niveles de apertura/bloqueo y centralización/ descentralización de este funcionamiento. Hablando en clave metodológica, analizar el funcionamiento de la estructura, la capacidad de ejercer los derechos de los miembros del partido, el ejercicio de control de autoridades y el proceso de toma de decisiones, representa un desafío que se orienta particularmente a levantar estudios de carácter empírico, en que se desprivatice el funcionamiento interno de los partidos políticos, para conocer la realidad de estas organizaciones, y junto a los políticos profesionales
buscar estrategias de perfeccionamiento de estos procesos internos, y de este modo poder avanzar hacia nuevas formas de relacionamiento de estas instituciones, que resultan fundamentales en contextos de democracia representativa, y así tratar de evitar el colapso de los frágiles sistemas políticos de la región.
Para el caso del poder legislativo se produce otro trade-off de las reformas “se pretende una mayor representatividad en el Legislativo, se abren candados de competencia y se personaliza el poder. (Freidenberg y Dosek, 2016: 38). 8
Freidenber y Dosek (2016), han sistematizado información acerca de las reformas electorales realizadas en América Latina entre los años 1978 y 2015 en contextos postransicionales. De acuerdo a sus hallazgos, se han realizado más de 250 reformas, de diversos tipos y formas. De acuerdo a sus conclusiones “mientras se busca una mayor inclusividad en el Ejecutivo, también se concentra el poder y se fortalece a los presidentes”. Para el caso del poder legislativo se produce otro trade-off de las reformas “se pretende una mayor representatividad en el Legislativo, se abren candados de competencia y se personaliza el poder” (Freidenberg y Dosek, 2016: 38). Uno de los principales efectos de estas reformas consiste en el debilitamiento de las estruc-
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turas partidarias, propiciando las aventuras de corte personalista para todos los cargos externos. Por otro lado será posible apreciar la indisciplina legislativa como estrategia de diferenciación del resto de las bancadas. Esto impacta directamente en la función de los partidos políticos, debido a la tentación que existe de estos liderazgos de conectarse “directamente” con el electorado, soslayando, y en ciertos casos despreciando la labor de la institucionalidad de representación política. Las tendencias a la fragmentación del sistema, presentan problemas de gobernabilidad, como en el caso brasilero, en que luego de la caída de Dilma Rousseff, se ha dificultado la realización de un gobierno de coalición para otorgar continuidad al gobierno de Michel Te-
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mer. En la actualidad existen 28 partidos con representación legislativa, situación que dificulta la generación de grandes acuerdos políticos, que permitan traducir las demandas y apoyos ciudadanos, en decisiones y acciones gubernamentales, volviendo a propiciar un escenario de desestabilización del sistema político, por la baja intensidad de la acción de los partidos políticos en el marco de la representación legislativa. Otro de los elementos que no se puede soslayar, es la introducción de ciertos mínimos de transparencia en la gestión de los partidos, para que la ciudadanía conozca cómo y en qué se gastan los recursos obtenidos por los partidos políticos. En su gran mayoría, estos provienen de aportes públicos, por lo que las auditorías de las agencias especializadas para la
transparencia, así como también la posibilidad de exigir derechos de información pública, resultarán fundamentales en esta nueva etapa de análisis.
Por todo lo expuesto anteriormente, la relevancia de estudiar los partidos y repensar su definición y acción al interior de los sistemas políticos resulta fundamental para el fortalecimiento de las democracias latinoamericanas, abriendo oportunidades de pesquisa para investigadores y cientistas políticos, en coordinación directa con los tomadores de decisiones y políticos profesionales, para concretar la difícil tarea de analizar y si es necesario deconstruir y volver a articular una nueva definición y repensar los ámbitos de acción del partido político como institución en la América Latina de hoy.
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Fuentes Carey, J. & Polg a Hecimovich, J. (2006). Primary Elections and Candidate Strength in Latin America. The Journal of Politics, vol. pp. 530-543. Corporación Latinobarómetro (2015). Estudio de Opinión. Santiago, Chile. Disponible en www.latinobarometro.org. Duverger, M.( 1957) Los partidos políticos. Fondo de Cultura Económica. Freidenberg, F. (2005). Mucho ruido y pocas nueces. Organizaciones partidistas y democracia interna en América Latina. Polis, Investigación y Análisis Político Psicosocial, primer semestre vol. 1, pp. 91/134. Freidenberg, F. Y Dosek, T. (2016). Reformas Electorales en América Latina (1978-2015). En Casas-
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Zamora,K. , Vidaurri, M. , Muñoz-Pog ossian, B., Chanto, R. Ed. Reformas Políticas en América Latina: tendencias y casos. Organización de Estados Americanos. Washington D.C. Freidenberg, F. (2006a). La democratización de los partidos políticos: entre la ilusión y el desencanto, en Thompson, José y Sánchez, Fernando (ed.). Fortalecimiento de los partidos políticos en América Latina: Institucionalización, democratización y transparencia. San José de Costa Rica: IIDH. Freidenberg, F. (2009b). ¿Qué es la democracia interna? Una propuesta de redefinición conceptual, en La democracia en su contexto. Estudios en homenaje a Dieter Nohlen en su septuagésimo aniversario.
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Ed. Reynoso Núñez, José y Sánchez de la Barquera y Arroyo, Herminio. México, DF: Instituto Investigaciones Jurídicas, UNAM, pp. 277-295. Hernández Valle, R. (2002). La democracia Interna de los Partidos Políticos. Revista de Derecho Político, ISSN 0211-979X, Nº 53, México. Mair, P. (2005). Democracy Beyond Parties. Center for Study of Democracy, University of California, Irvine. Paper 0506. Norris, P. (2004a). Electoral Engineering. Cambridge University Press. Norris, P. (2004b). Buiding political parties: reforming legal regulations and internal rules. Report commissioned by International IDEA.
Panebianco, A. (1991). Modelos de partido. Alianza Editorial, Madrid. Rahat, G. (2007). Candidate selections: the choice before de choice. Journal of Democracy. Vol. 18, number 1. National Endowment for Democracy and Johns Hopkins University Press. Rahat, G. (2008). Which candidate selection methods is more democratic? Center for Study of Democracy, University of California, Irvine. Sartori, G.(1980). Partidos y Sistemas de Partidos. Alianza Editorial. Parte I ¿Por qué Hay Partidos? 1. El Partido como Parte. Von dem Berge, B., Poguntke, T., Obert, P. Tipei, D. (2013). Measuring IntraParty Democracy.
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¿Cómo lograr partidos políticos más transparentes?
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EL ROL DE LOS CIUDADANOS EN LA DEMOCRACIA PAT MERLOE in Washington, DC
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a soberanía reside en y fluye de las personas de un país. Ellos tienen un derecho colectivo a elegir sus sistemas gubernamentales, políticos y electorales como un aspecto de la autodeterminación. La autoridad del gobierno también se deriva de la voluntad del pueblo en la elección de estos sistemas, y la gente tiene derecho a formar parte de su gobierno, incluso mediante
elecciones genuinas para determinar quién ocupará legítimamente las oficinas gubernamentales. Estos preceptos están plasmados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en constituciones modernas del mundo entero. Ellos tomarán la base para la famosa frase de que el gobierno democrático es "del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".
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En esencia, lo anterior quiere decir que: los gobiernos pertenecen al pueblo, los procesos gubernamentales pertenecen al pueblo; y las elecciones pertenecen al pueblo. Es así de simple, pero complicado a la vez. No hay democracia sin la participación de los ciudadanos. El compromiso contiene dos cosas, un derecho y una responsabilidad de los ciudadanos para establecer desarrollar y sostener la democracia. La participación ciudadana no es algo abstracto; toma formas tangibles y sirve para mejorar la v i d a d e l a s pe rs on a s. El compromiso ciudadano persigue el desarrollo económico, social, cultural y político, incluyendo la provisión de oportunidades, recursos y servicios. Co-
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mo la presidenta de NDI Madeleine Albright suele decir: La democracia debe cumplir. Para que la democracia cumpla, los ciudadanos deben informarse sobre temas que pueden mejorar sus vidas. Deben ser libres para unirse para expresar sus puntos de vista y preferencias y trabajar por ver que el gobierno responda a las opiniones de los ciudadanos, acudiendo a ellas como gobierno responsable. Para estar informados, los ciudadanos necesitan información precisa y a tiempo, particularmente información de la que dispone el gobierno. Necesitan aprender de aquellos quienes compiten en política, cómo los políticos pretenden emplear esa información para el bien de la población. El acceso a la información, y lo que llamamos frecuentemente "gobierno de datos abiertos", es esencial para una ciudadanía informada. no pueden estar verda-
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deramente informados, ni pueden elegir libremente. Las barreras a la participación ciudadana son múltiples en cada país. Son ambas sutiles y obvias, pequeñas y formidables, y basadas en numerosos factores. Para lograr la plena ciudadanía, debemos remover estas barreras, ya sean de género, raza, étnica, religión, edad u otro condición. Si no es así, el sufragio universal e igualitario es esencialmente denegado, y la credibilidad gubernamental se socava en la medida en que estas barreras existen. Artículo: https:// www.redinnovacion.org/ articulo/el-rol-de-losciudadanos-en-la-democracia Original: https://www.demworks.org/ Role-of-citizens-in-democracy
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¡¡¡ NO TE PIERDAS NUESTROS HANGOUT!!!
Voto electrónico y democracia digital.
Rompiendo barreras retos que enfrentan las personas con discapacidad al participar en política.
UN DECÁLOGO DE REFORMAS PARA LOS PARTIDOS POLÍTICOS José Herrera Director de relaciones internacionales Fundación FAES
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a democracia es uno de los mayores logros de la civilización occidental. Ha sido y sigue siendo el sistema político responsable de nuestros mayores avances sociales. El pleno desarrollo, el fin de la pobreza, la igualdad de oportunidades o los derechos humanos universales sólo son alcanzables en un marco de libertad, instituciones democráticas y Estado de derecho. A pesar de esa evidencia, los enemigos de la democracia liberal parecen encontrar hoy un apoyo creciente en muchos
países. El distanciamiento de los ciudadanos respecto a los políticos, las políticas y los partidos tradicionales ha tenido como consecuencia una caída del numero de afiliados y votantes proporcional al crecimiento de las opciones antisistema. La deficiente reacción ante la corrupción, la falta de transparencia, el apego al poder y la transformación de la acción política en un modo de vida meramente lucrativo han deteriorado profundamente la percepción de los partidos como interlocutores necesarios, transformándolos en un mal necesario, o en los peores casos, en un problema.
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El miedo a las incertidumbres del futuro, la revolución tecnológica y la globalización, unido al descrédito de la política, no han hecho sino agravar la situación, provocando que muchos ciudadanos parezcan dispuestos a renunciar a una parte de su libertad a cambio de la falsa seguridad que prometen algunos líderes populistas o autoritarios.
Las peores expresiones del populismo de hoy no son sino revisiones edulcoradas y pasadas por el marketing de ideologías fracasadas como el fascismo y el comunismo, pero que han tenido la habilidad de comprender que los ciudadanos siguen queriendo política aunque prefieran que sea con un nuevo rostro y a cargo de políticos diferentes.
En paralelo a la falta de reacción ante los problemas estructurales de la política se ha producido un vaciamiento ideológico de consecuencias igualmente graves. Muchos partidos han sustituido lo necesario por lo coyuntural, los programas de reformas a largo plazo por la inmediatez, el pragmatismo y el marketing electoral. Lejos de debilitarse o desaparecer, el espacio ideológico ha sido hábilmente ocupado por un discurso que es radicalmente político.
La situación es grave porque como se está demostrando en un número creciente de países una vez que el populismo alcanza el poder en las urnas tiende a usar las instituciones para desmantelar la democracia y el Estado de derecho. Por ello es absolutamente necesario, de cara a recuperar la dignidad y utilidad social de la política, emprender una serie de reformas urgentes en los partidos políticos. Me permito apuntar algunas de ellas a modo de decálogo:
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1. FRENTE AL INMOVILISMO, REFORMAS. Muchos partidos se han convertido en maquinarias burocráticas e ineficientes, lentas y caras de mantener. En algunos casos un pequeño grupo decide estrategias, programas y reparto de poder de manera aislada, jerárquica y centralizada; en otros el partido dispone de una base social importante pero sin capacidad de influir sobre las élites. En ambos, los menos interesados en promover reformas internas son precisamente quienes se verían obligados a salir de las estructuras obsoletas, de modo que la única vía factible de promover reformas es mediante nuevas leyes de partidos políticos que establezcan obligaciones legales desde el punto de vista de la transparencia, la rendición de cuentas, los mecanismos de participa-
ción, la limitación al número de mandatos o la creación de comités imparciales de ética y garantías. 2. FRENTE A LA INCERTIDUMBRE, FINANCIACIÓN ESTABLE. La ausencia de mecanismos de financiación transparentes, permanentes y justos lleva inexorablemente a la búsqueda de recursos "alternativos". El simple hecho de ser candidato puede terminar siendo una excusa rentable para captar fondos de cualquier manera, y explica por qué, elección tras elección, hay numerosos candidatos provenientes del mismo partido peleando por espacios políticos menguantes o ínfimos. Numerosos estudios realizados por, entre otros, la OEA, el BID, IDEA o el NDI respecto a esta cuestión recuerdan la necesidad de establecer
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un marco claro, estable y transparente para la financiación pública y privada, pero condicionando el acceso a la misma al escrupuloso cumplimiento de los puntos que se mencionan a continuación. 3. FRENTE A LA CORRUPCIÓN, CONTROLES Y ESTADO DE DERECHO. La corrupción es el motivo principal por el que millones de ciudadanos consideran la democracia como un sistema fallido. Si bien es cierto que el descubrimiento de casos de corrupción es la evidencia de que los controles funcionan, la lentitud en detener y juzgar a los responsables, así como la percepción de que robar "sale barato" a los políticos aumenta cada vez más la desconfianza
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de los ciudadanos. La principal vía para reconducir la situación es incrementar los controles independientes dotándolos de medios adecuados; acelerar los procesos judiciales; reformar los códigos penales para endurecer el coste de cometer delitos relacionados con la corrupción; y proponer acuerdos internacionales más exigentes contra el blanqueo de capitales procedentes de la corrupción, de manera similar a lo que se ha hecho en relación al narcotráfico o el terrorismo.
El populismo se mueve como pez en el agua en sistemas clientelares como los creados por numerosos partidos.
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4. FRENTE AL OPORTUNISMO, IDEAS Y PROGRAMAS. La tradicional división entre derecha e izquierda se basaba en diferencias sociales que la historia se está encargando de matizar o diluir. El gran elector ya no es la oligarquía o el proletariado, sino una clase media fragmentada y diversa que en muchos casos se sienten abandonada por la falta de respuesta a sus problemas e inquietudes. Cuando los partidos renuncian a hacer política los ciudadanos pasan de la esperanza al desánimo, del desánimo a la frustración y de la frustración a la polarización. Es entonces cuando buscan consuelo en las recetas antisistema. Para evitarlo, los partidos políticos tradicionales deben hacer un esfuerzo extraordinario de honestidad tanto en sus diagnósticos de la reali-
dad como en sus propuestas de reformas a medio y largo plazo. En ese sentido, los think tanks se han mostrado como una herramienta sumamente eficaz a la hora de garantizar una sólida base técnica en sus diagnósticos y propuestas de reformas, y juegan con la ventaja de trabajar en el largo plazo sin estar condicionados por los tiempos electorales. 5. FRENTE A LOS PERSONALISMOS, MERITOCRACIA Y FORMACIÓN. El populismo se mueve como pez en el agua en sistemas clientelares como los creados por numerosos partidos. La ausencia de evaluaciones internas y criterios de excelencia para la selección de cuadros así como unos mecanismos de participación que favorecen el culto al líder han propiciado que el servilismo, el ne-
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potismo y el pago de favores ocupen el espacio de la selección por méritos. Es necesaria una mayor exigencia respecto a la formación y experiencia de los cargos públicos, excluyendo a aquellos que no reúnan méritos objetivos suficientes para el desempeño de su tarea. La transparencia respecto a las hojas de vida y el compromiso de cese ante la falsedad de los datos registrados son medidas fáciles de implementar. Por otra parte, la tarea de los partidos no debe finalizar con la selección de los mejores. Es muy frecuente que las personas que acceden a un puesto de elección por primera vez lo hagan sin la más mínima formación específica para dicho cargo. Una posible solución sería acotar dentro de la financiación pública los porcentajes máximos asignados que se pueden destinar a gastos electorales y
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los porcentajes mínimos asignados a la formación de cuadros, incidiendo en una formación en cuestiones técnicas y no sólo relacionada con la mercadotecnia, la comunicación política o la negociación. 6. FRENTE A LAS CORRIENTES INTERNAS, PARTICIPACIÓN INDIVIDUAL. Mientras nuestras sociedades son cada vez más fragmentarias y los individuos más autosuficientes gracias a la revolución tecnológica, los partidos se siguen moviendo a caballo entre las familias internas y el seguidismo al líder. Ni una cosa ni la otra favorecen un verdadero debate ideológico interno que sólo puede venir de la mano de una mayor flexibilidad en los mecanismos de participación que fa-
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vorezca las opiniones individuales. Sin ser la panacea, el uso que los "nuevos partidos" han hecho de las redes sociales y las nuevas tecnologías para la discusión de sus estrategias, programas y liderazgos han abierto una vía interesante que los partidos tradicionales deberían estudiar y aplicar, pero sin caer en la trampa de sustituir lo verdaderamente relevante -la mayor y mejor conexión entre élites, afiliados y simpatizantespor el medio de apoyo para lograrlo -la tecnología-.
mento distorsionador de la opinión pública. De la misma manera que es exigible un compromiso ético y de transparencia en la política, es necesario preservar la independencia de los partidos frente a los medios, garantizando por ley espacios de opinión objetivos y accesibles a todos los ciudadanos, tanto en los medios de opinión de titularidad pública como en los privados, y respetando la proporcionalidad de la representación otorgada por los ciudadanos a los partidos en las elecciones.
7. FRENTE A LOS MEDIOS Y GRUPOS DE PRESIÓN, INDEPENDENCIA.
8. FRENTE AL MIEDO AL FUTURO, TRANSFORMACIÓN Y OPTIMISMO.
Los medios de comunicación y los grupos de presión se han convertido en un elemento central del debate político, y en muchas ocasiones, en un ele-
El sistema parlamentario es una creación de hace más de tres siglos, en un contexto histórico radicalmente diferente al de hoy. Mientras que otras instituciones
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centenarias han iniciado hace años un proceso de cambio y transformación para adaptarse a la revolución tecnológica en la que estamos inmersos, los partidos tradicionales, que son los que dan sentido al juego parlamentario, han quedado rezagados por miedo a perder a una base social que suele ser renuente a los cambios. Internet y las redes sociales han cambiado radicalmente la forma en que nos comunicamos en todos los ámbitos de nuestra vida, incluida la política. La experiencia europea de partidos basados exclusivamente en internet no ha sido tan exitosa como se supuso en sus comienzos, al haber optado por modelos asamblearios carentes de compromiso ideológico que han sido incapaces de ofrecer soluciones coherentes a los amplios desafíos de la sociedad.
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Parece por tanto claro que el camino correcto pasa por aprovechar internet y las redes sociales para cambiar la forma, el volumen y la frecuencia de la comunicación política, pero mejorando en paralelo unos mecanismos internos de toma de decisión que para ser eficaces han de estar basados en relaciones personales, de confianza y a largo plazo que la tecnología por sí sola es incapaz de ofrecer.
Sólo si esa generación se pone al frente de los asuntos públicos lograremos restituir la plenamente democracia. En ello nos jugamos buena parte de nuestro mejor futuro.
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9. FRENTE A LOCALISMOS Y NACIONALISMOS, INTERNACIONALIZACIÓN. La tecnología han ampliado radicalmente las oportunidades para conectar e intercambiar información a un coste ínfimo, no sólo en el mundo occidental, sino también en los países en desarrollo. Las "primaveras árabes en el Norte de África y Oriente Medio sirvieron para comprobar la fuerza de las nuevas tecnologías como herramienta de movilización capaz de trascender las fronteras convencionales. Los partidos y las organizaciones internacionales de partidos han quedado claramente superados por el potencial de estas nuevas herramientas, pero deben anticiparse y ver en ellas una oportunidad para fomentar el intercambio internacional de buenas prácticas
como antídoto a una visión trasnochada de la política basada en la creación de muros y barreras a la libre circulación de personas, capitales bienes y mercancías. 10. FRENTE A LOS VIEJOS PARTIDOS, AMBICIÓN Y NUEVOS LIDERAZGOS. La implantación de este decálogo es inviable sin una nueva generación de líderes suficientemente preparados, que conozcan en profundidad la realidad y que dispongan de la ambición necesaria para promover unos cambios que, en muchas ocasiones, tienen costes inmediatos y beneficios a largo plazo. Líderes dispuestos a comenzar las reformas por su propia casa transformando en primer lugar las viejas estructuras que les lleven al poder en partidos políticos ejemplares por su compromiso con la regeneración democrática.
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SĂłlo si esa generaciĂłn se pone al frente de los asuntos pĂşblicos lograremos restituir la plenamente democracia. En ello nos jugamos buena parte de nuestro mejor futuro.
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¡¡¡ NUESTROS MANUALES !!!
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EL LIDERAZGO POLÍTICO EN DEMOCRACIA María Paz Salas Lic. En Ciencias Políticas. Asociación Boliviana de Ciencia Política
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l liderazgo político en Bolivia ha sufrido una serie de transformaciones desde que se inició el ciclo democrático en 1982. Durante los veinte años que transcurren entre 1982 y el 2002 el país vivió una democracia política monopolizada por la representación de partidos políticos y pactos entre estos para lograr cierta estabilidad política. La estabilidad política era necesaria para llevar a cabo las reformas estructurales, impulsadas desde los organismos internacionales, las mismas que fueron muy duras y afectaron a los sectores más vulnerables de la población. Aunque el re-
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sultado de las reformas fue bueno en términos de la estabilidad económica, generaron un malestar asociado con una mala percepción sobre los partidos políticos. El sistema político funcionaba sobre la base de formas clientelares y pequeños grupos corporativos dentro de un sistema institucional tradicional de partidos que no incluía las nuevas formas de participación que fueron surgiendo a medida que avanzaba el proceso democrático. Esas nuevas formas de participación, tenían que cristalizarse en algo, en un símbolo y en la figura de un líder que cumpla una función simbólica.
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Es a partir del 2003 que el espacio que dejaron los partidos tradicionales fue ocupado por una multiplicidad de organizaciones autodefinidas como “movimientos sociales” que consiguieron capitalizar el descontento con las viejas dirigencias. La organización que más éxito tuvo fue el Movimiento al Socialismo (MAS), fundamentalmente por el tipo de liderazgo encarnado en un dirigente sindical, el señor Evo Morales, que se convirtió en el abanderado de las reivindicaciones populares y una especie de símbolo político de los sectores indígenas cuya presencia en los niveles de decisión estatal fue escasa, en algunos casos atribuible a la discriminación que esos sectores sufrieron durante mucho tiempo. La ausencia de liderazgos alternativos a Evo Morales y al
MAS ha resultado en tres victorias consecutivas del partido gobernante con mayoría absoluta desde el 2003. Su última victoria electoral en el 2014 motivó que el partido gobernante planteara la necesidad de una reforma parcial de la Constitución Política del Estado, en su Artículo 168 relativo a la duración del mandato del presidente y del vicepresidente. La principal motivación de los proponentes era el liderazgo indiscutible del Presidente Evo Morales y la necesidad de mantener el clima de estabilidad política y social del proceso de cambio.
El 21 de Febrero de 2016 (21F) se realizó el Referéndum Constitucional para consultar a la ciudadanía si estaba de acuerdo con la permanencia en el poder de las dos máximas autoridades del país.
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El resultado fue que los ciudadanos en su mayoría votaron por el NO, provocando un cambio en la competencia política y enviando el mensaje de que el poder debe tener límites y es necesario que los mandatos de las autoridades políticas tengan una fecha de caducidad para facilitar la alternancia. El Informe sobre Calidad de la Democracia en Bolivia 2015/2016 señala un cambio en la dimensión “Condiciones de la Competencia Electoral” que por primera vez, desde el 2010, muestra una mejora en la calificación y sugiere que el Referéndum Constitucional del 21F plantea la posibilidad de salir de un sistema de partido predominante a un sistema multipartidista. En este contexto y con miras a futuras elecciones es necesario conocer los procedimientos
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para seleccionar a los dirigentes, tratar de identificar las principales orientaciones de los liderazgos políticos y las relaciones entre la sociedad civil y los partidos políticos. Esto implica también estudiar los discursos de los jefes o dirigentes para entender porque la gente se adhiere a ellos y los coloca en el lugar en el que están.
El liderazgo caudillista en nuestra tradición puede cambiar. Esto es alentador para el proceso democrático porque son esenciales los liderazgos alternativos (…) el pluralismo que permite la sana alternancia en el poder.
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En cuanto a la selección de los dirigentes, Duverger sostiene que los principios democráticos exigen la elección de los dirigentes en todos los escalones, su renovación frecuente, su carácter colectivo y su autoridad débil. Pero la realidad es que los dirigentes tienden naturalmente a conservar el poder y a acrecentarlo y sus miembros no oponen obstáculo a esta tendencia y la refuerzan. Los partidos políticos bolivianos se encuentran ante la necesidad de institucionalizarse para fortalecer su influencia al resto de la sociedad y principalmente para vincularse con las diferentes organizaciones de la sociedad civil que han surgido en estos últimos tiempos. Es visible la creciente participación de organizaciones vecinales, sindicatos, agrupaciones de jóvenes y mujeres que han tomado concien-
cia de su importancia en el proceso democrático. La forma de liderazgo caudillista en nuestra tradición puede cambiar a partir del resultado del 21F. Esto es alentador para el proceso democrático porque son esenciales los liderazgos alternativos, no solo para canalizar adecuadamente el descontento, sino para incentivar el pluralismo que permite la sana alternancia en el poder. Es inaceptable pensar que en un país de más de 11 millones de habitantes sólo dos sepan lo que es bueno para todos. El caudillo tiene un carácter autoritario, paternalista y poco democrático y más allá de encauzar las energías y capacidades de la colectividad en la búsqueda de sus objetivos históricos, promueve su propia
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perpetuación en el poder. Vale la pena tomar en cuenta la siguiente cita de Lowi: Un presidente atrevido que sepa que lo apoya una mayoría del país, tal vez se sienta tentado de atropellar la ley y a privar a la minoría de la protección que le da la misma. Puede volverse un tirano, no contra las masas sino con las masas. Facultad otorgada, promesa no cumplida. (James Lord Bryce, 1889). Los líderes de los partidos y los líderes sociales tienen distintas visiones sobre el proceso de democratización. Por eso toda salida políticamente solida requiere de acuerdos en función de resultados concretos que beneficien a todos y procesos participativos y públicos. Es fundamental reconstruir las relaciones de confianza entre los líderes y el electorado, se trata de una
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cultura política de la igualdad democrática y de la dignidad ciudadana que necesita constituirse en función de ciertos valores, como la tolerancia, el respeto a las diferencias y el sometimiento a las leyes. Hay que tener en cuenta que entre los líderes sociales existen algunos más radicales que no ven la posibilidad de realizar pactos socio políticos con los partidos por ser muy críticos a su forma de actuar, pero cuando ellos llegan al poder actúan de la misma forma en que lo hacen los líderes políticos. En Bolivia la cuestión comunitarista característica de algunos grupos sociales, principalmente en los movimientos indígenas plantea otro tema fundamental en democracia, que es la falta de pluralismo.
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Algunos líderes comunitarios tienen un discurso que defiende a la organización comunitaria, sobrevalora la identidad indígena y rechaza al diferente. A menudo se les escucha decir que sólo un indígena puede gobernar el país. Esta situación de exclusión etno-cultural puede evolucionar hacia la constitución de un movimiento que perpetua la característica excluyente de nuestra sociedad. Aquí vale la pena tomar en cuenta la advertencia de Amy Gutmann: Un Estado democrático fácilmente se puede volver tiránico en facetas pequeñas pero significativas debido a un interés excesivo por la preservación de la cultura. Un ejemplo sería exigir a los ciudadanos que hablen el idioma nativo y prohibir que aprendan o hablen otro idioma
El discurso populista busca marcar una frontera dentro del campo político dibujando una diferencia entre los actores políticos, por un lado están los buenos, progresistas y amigos de los pobres y por el otro los malos, conservadores y enemigos del pueblo. Esta situación crea un terreno favorable para que determinados “lideres” articulen discursos mediante los cuales se arrogan la voz del pueblo. Esta forma discursiva atrae a la población desencantada con los viejos partidos políticos, sobre todo a los grupos menos favorecidos y les dan la sensación de que ellos como el “pueblo” pueden ejercer ese poder para alcanzar la soberanía nacional. Esto explica por qué tienen tanto éxito aquellos candidatos que logran aparecer como fuera del sistema político tradicional, que consiguen presentarse como diferentes, con
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estilos propios, “auténticos”, con formas de expresarse más accesibles y cercanas, y sobre todo cuando apelan a las costumbres y tradiciones de su gente. La política no debe reducirse al mero discurso para llegar al poder, porque cuando todo el juego político se limita a técnicas discursivas para mostrar las diferencias entre “nosotros y ellos” sin resolver los problemas de la sociedad, esa estrategia discursiva puede resultar en contradicciones. La democracia obliga a encontrar zonas de consenso entre todas las fuerzas porque a la hora de repensar las instituciones el componente ciudadano pesa más que el componente pueblo. El discurso demagógico no soluciona los problemas. Tampoco puede ceñirse a un problema de comunicación para saber
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cómo son los actores políticos, sino que es necesario ver cómo los actores políticos plantean soluciones a los problemas y cuáles son los obstáculos reales a los que estos actores se van a enfrentar a la hora de intentar implementar las políticas públicas. El objetivo de los partidos políticos es ganar las elecciones, para eso nacen y su objetivo es tomar el poder y conservarlo, pero además de saber ganar tienen que saber gobernar. La ciudadanía tiene que ser consciente de que no importará el discurso o el color de la piel del líder, sino su capacidad para gobernar con justicia y eficiencia. Los ciudadanos quieren que su gobernante sepa lo que está haciendo y a donde quiere llegar.
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El líder político en una sociedad moderna, para Max Weber es aquel que tiene dos atributos; independencia de juicio y sagacidad en la lucha por el poder y añade disponibilidad económica, es decir el político profesional que vive para la política. Las personas que ocupan posiciones de autoridad no son gobernantes soberanos, sino superiores que temporalmente ejercen un cargo, en cuya virtud poseen limitada autoridad. Los ciudadanos obedecen a la ley y no al funcionario que la impone y añade que el político tiene que ser mesurado, debe ser capaz de enfrentar los hechos en toda su crudeza y ser responsable de los medios que se utilizan y de las consecuencias que desencadenan.
do moderno dejando atrás el paternalismo característico de los liderazgos carismáticos y entender que la “lealtad personal” a la figura que esta sobre todos, es decir el caudillo debe ser reemplazado por la legalidad. La institucionalidad democrática significa que todos nos sometemos a las leyes, empezando por los dirigentes y no importa quien esté gobernando, las instituciones funcionan y los responsables de dirigirlas saben lo que están haciendo.
El desafío que tienen los partidos políticos bolivianos es plantearse un modelo de esta-
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REFERENCIAS
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Maurice Duverger, Los Partidos Políticos FCE Mexico, 1951 Pag. 164.
Theodore J. Lowi. El Presidente Personal, Fondo de Cultura Económica, México 1985. Pag. 123. Amy Gutmann , La Identidad en Democracia, Latingáfica SRL, Argentina, 2008. Pag. 115 Asociación Boliviana de Ciencia Política. Informe sobre la Calidad de la Democrática 2015/2016. La Paz – Bolivia, ABCP-KAS. Pag. 45
¡¡¡INFOGRAFÍAS!!!
REDFORMA POLÍTICA, LA PRIMERA REFORMA POLÍTICA CIUDADANA
Lecciones de un experimento democrático Luis Ernesto Gómez Londoño Viceministro para la participación y la igualdad de derechos en Colombia
Crisis democrática y crisis de confianza Las democracias occidentales se enfrentan hoy a una crisis estructural: los ciudadanos han perdido la confianza en las ins-
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tituciones e individuos que los representan, es decir en el ejercicio mismo de la democracia representativa. Colombia no es ajena a este diagnóstico. Según el Observa-
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torio de la Democracia (LAPOP - Barómetro de las Américas, 2016), la percepción que tienen los ciudadanos de la validez del sistema democrático, su respeto por las instituciones políticas y su apoyo al sistema en general han caído a su nivel más bajo en la última década y media, alcanzando un nivel de aprobación inferior al 30% en el 2016: el Congreso de la República es la institución más desprestigiada, con apenas 1 de 4 ciudadanos que declaran confiar en él. El porcentaje de colombianos que se declara satisfecho con la democracia ha caído en más de 26 puntos porcentuales en un poco más de una década. Esta frustración con la política y los gobernantes se ve reflejado en comportamientos electorales y de participación que ponen en peligro nuestra democracia. ¿Cómo renovar y revitalizar nuestro siste-
ma democrático? ¿Cómo invitar a los ciudadanos a participar de nuevo? ¿Cómo ofrecerles incidencia real en la toma de decisión?
Tecnología y creatividad al servicio de la democracia Se necesita experimentación democrática. Los gobiernos deben empezar a estudiar a fondo las nuevas formas de participación que la época permite, en particular para las nuevas generaciones. La juventud colombiana es hoy más conectada, más informada, más sensible a las injusticias, más contestataria, más dispuesta a marchar y defender a sus ideales en la calle que cualquier otro grupo de edad. Sin embargo, es la generación que menos vota y menos representada se siente (LAPOP – Barómetro de las Américas, 2016).
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#REDformapolítica Este fue el reto que decidió asumir el Viceministerio para la Participación e Igualdad de Derechos, cuando lanzó la iniciativa REDforma política, un experimento político y ciudadano a través del cual se invitó a los ciudadanos a aportar ideas en el marco de la reforma electoral, de partidos y de participación ciudadana. Se habilitaron canales digitales para que los ciudadanos pudieran enviar sus ideas a través de las redes sociales, con el numeral #ReformaPolítica, y en reuniones ciudadanas presenciales en todo el país. El ejercicio duró un mes y permitió que cientos de miles de ciudadanos expresarán su visión para mejorar la política. La magnitud de la participación fue una sorpresa para todos: se registró un total de 1.5 millones de interac-
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ciones en redes sociales. El componente digital permitió la participación de ciudadanos de todos los departamentos del país sin excepción.
Llegaron en total más de 6200 propuestas estructuradas (…) destacando dos grandes mandatos ciudadanos: renovar la política abriendo espacios para nuevas ideas y nuevos liderazgos y definir mecanismos concretos y eficientes para luchar contra la corrupción electoral.
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Llegaron en total más de 6200 propuestas estructuradas, que fueron estudiadas y organizadas en ideas temáticas, destacando dos grandes mandatos ciudadanos: renovar la política, abriendo espacios para nuevas ideas y nuevos liderazgos y definir mecanismos concretos y eficientes para luchar contra la corrupción electoral. Las propuestas ciudadanas fueron socializadas con los representantes de todas las fuerzas políticas del país, detonando una conversación que no se había anticipado. Finalmente, después de estudiarlas y debatirlas, se incluyeron 12 propuestas ciudadanas en el proyecto de Reforma política que se radicó el 17 de mayo, culminando con éxito el experimento de participación ciudadana de la REDforma política que permitió construir la primera reforma política ciu-
dadana, escrita con miles de manos e ideas. Estas son algunas de las contribuciones ciudadanas que contribuirán a transformar de fondo la forma de hacer política en el país: nadie podrá ser elegido por más de dos periodos consecutivos en corporaciones públicas, poniendo fin al círculo vicioso de la reelección indefinida; se promoverá la renovación generacional para el Congreso de la República: la edad requerida para ser senador bajará de 30 a 25 años y para ser representante pasará de 25 a 21 años; se crearán incentivos para una mayor participación política de jóvenes y mujeres: un 10% de la financiación estatal se distribuirá de manera proporcional al número de jóvenes inscritos como candidatos en las listas y otro 10% en función del número de mujeres inscritas; se implementará la ins-
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inscripción y voto a través de medios digitales, el cual iniciará con las personas residentes en el exterior, se habilitará la recolección de firmas digitales para que los ciudadanos presenten iniciativas al Congreso de la República y tomen cartas directas en los debates legislativos. Aprendizajes para la participación ciudadana El experimento de la REDforma política marca sin duda un precedente en Colombia y deja importantes enseñanzas para la participación ciudadana, que pueden aportar a los procesos de reforma política en otros países de la región. Algunas reflexiones al respecto: 1. Pese a la complejidad técnica que acarrea una reforma política, los ciudadanos colombia-
nos demostraron que siguen interesados en discutir de política toda vez que se disponen los canales adecuados para que puedan participar fácilmente. Los jóvenes fueron quienes más participaron, pero interesantemente los adultos mayores de 45 años también aprovecharon los canales digitales con mucha facilidad. 2. La participación ciudadana que se logró a través de la iniciativa fue de excelente nivel en cuanto a propuestas estructuradas, pero también permitió un fuerte desahogo ciudadano (fuertes críticas a la política y manifestaciones de inconformidad y rechazo): ambos componentes se deben celebrar, pues la participación ciudadana tiene un valor en sí mismo, y éste es el primer paso para acercar nuevamente a los ciudadanos al debate democrático.
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3. La tecnología ayuda a bajar significativamente los costos de la participación ciudadana para el Estado: la REDforma política contó con una inversión base de 10 dólares para la compra del dominio web y la creación de la herramienta digital de recolección de propuestas. 4. Los Senadores y Congresistas respondieron positivamente al ser confrontados con las peticiones ciudadanas, pues entendieron este ejercicio como una oportunidad única para resignificar y re-dignificar el ejercicio de la política. Es esencial lograr este dialogo y hacerlos participes de la iniciativa desde el inicio, porque los congresistas son quienes in fine dan viabilidad a las propuestas y permiten transformar la participación en incidencia real y directa.
5. La REDforma política fue un “bautizo democrático” para muchos grupos de ciudadanos que nunca pensaron poder llegar a incidir de manera tan directa en el debate político: hoy estos grupos se están organizando para hacerle veeduría a la discusión de sus propuestas, abriendo así el segundo capítulo de la REDforma política. El acompañamiento institucional debe seguir para culminar con éxito el proceso. * Para más información sobre la iniciativa REDforma política, consulte la página web www.redfor mapolitica.co o comuníquese a través del correo v i c e p a r t i c i p a cion@mininterior.gov.co
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El Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales -NDI es una organización internacional no partidista y sin fines de lucro, con oficinas en más de 50 países, cuya misión es contribuir a promover y fortalecer la democracia a nivel mundial. El NDI ofrece asistencia técnica a lideres de partidos políticos y de la sociedad civil que promuevan valores, prácticas e instituciones democráticas.
Editores Francisco Herrero Director NDI
Andrea Fernández Oficial del Programa Red Innovación. Marcela Cárdenas Asistente del Programa Red Innovación
Créditos Portada y contraportada: Juan Diego F. Jiménez Diseño y Diagramación Marcela Cárdenas Bogotá, D.C. Colombia. Edición No. 04 - mayo 2017
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