15 minute read

Luz Haro Guango Ecuador Pág

PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE MUJERES, una larga conquista sin paridad real

Ecuador

Luz Haro Guango: Mujer campesina ecuatoriana, nacida en Chimborazo Parroquia Rural. Licenciada en Ciencias de la Educación, Mención Administración Educativa 2007. Diplomado Superior, diseño, gestión y evaluación de proyectos FLACSO Ecuador, 2008. Maestría en Dirección y Gestión Pública Local, UIM – Universidad Carlos Tercero de Madrid y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo 2015. Dirigente Fundadora de varias organizaciones sociales, impulsora de procesos formativos Escuelas de Mujeres Lideresas Rurales 2008-2018 y Escuelas virtuales 2020-2021. Secretaria Ejecutiva Red Latinoamericana y del Caribe de Mujeres Rurales-REDLAC. Consejera Suplente del Consejo Nacional Electoral del Ecuador - CNE noviembre 2011 al 30 de noviembre 2017 y Consejera Principal del 30 de noviembre 2017 al 01 de agosto 2018. Socia fundadora de AMEA, Consejera Consejo Directivo Unión Iberoamericana de Municipalistas-UIM Directora Ecuador. Vocal Principal de la Red Iberoamericana de Municipios por la Igualdad de Género-RIMIG 2020-2021. Presidenta de FUNMUJRURAL-E. Impulsora de la Década de las Mujeres Rurales 2021-2031.

Participación política de mujeres, una larga conquista sin paridad real

Antecedentes

La lucha de las mujeres a nivel global, regional y local ha significado una cruzada intensa y permanente, frente al predominio masculinizado del poder económico atado al poder político, dejando a la mitad de la población o un poco más de ella, destinada a lo doméstico y no solo eso, sino a la subordinación y discriminación casa adentro y casa afuera. En consecuencia, creo necesario rendir reverencia y homenaje a nuestras antecesoras, mujeres heroínas potentes del campo y la ciudad, muchas de ellas sin teoría ni letra, quienes desde su convicción nos legaron avances y sacrificios, ¡al tiempo que desearon siempre lo mejor para nosotras! Ellas desde su fuerza interior, históricamente batallaron por la independencia de nuestras repúblicas y por una vida libre de cadenas impuestas por modelos patriarcales, dominantes, promotores de esclavismos ocultos o subliminales, que causaron graves afectaciones a la sociedad de generación en generación.

Para el tema que nos ocupa, podemos traer a colación el accionar de las mujeres del mundo a través de la “La Plataforma de Acción de Beijing: La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en septiembre de 1995, logró una asistencia sin precedentes: 17.000 participantes y 30.000 activistas llegaron a Beijing para participar en la inauguración. Pese a su gran diversidad y distinta procedencia mundial, compartían un único

objetivo:

La igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres, en todas partes” (ONU MUJERES, s. f.). No obstante de ello, se puede percibir que en ese gran conglomerado femenino no existía ni presencia, ni voces de mujeres rurales.

Lucha histórica

Las mujeres hemos mantenido intensas luchas para lograr el acceso a la educación y otros bienes y servicios. En esta ocasión hago énfasis en la educación puesto que nada es posible sin acceso al conocimiento, la alfabetización y la ciencia, ¡no hay Democracia! La educación es clave para transformar nuestras vidas y las vidas de nuestras hijas e hijos, sin educación y conocimiento prácticamente los Tratados y Acuerdos Internacionales o leyes de nuestros Estados pasarían desapercibidos. En este sentido, bien cabe citar el ejemplo de Matilde Hidalgo

una joven del sur de Ecuador quien a sus 12 años exigió el derecho a seguir sus estudios de bachillerato en un colegio masculino, demostrando su alta capacidad al graduarse con honores en 1913 y con ello abrirse un horizonte a muchos logros académicos, rompiendo barreras y prejuicios de la época y, más adelante, ser precursora al inscribirse para acudir a las urnas y acceder a su derecho a sufragar. “El Consejo de Estado, que en histórica sesión del 9 de junio de 1924 resolvió por unanimidad de votos autorizarla a ella y a toda mujer ecuatoriana el pleno derecho de integrarse a la acción cívica del sufragio.

De esta manera se convirtió también en la primera sufragista del Ecuador y de América Latina”... “Matilde será una de nuestras más valiosas referentes en la lucha por la educación y la participación política para las mujeres” (Avilés, s. f.).

Su ejemplo nos mueve a seguir el camino, para incursionar en la vida política, y casi 100 años después el panorama es que, “En América Latina, la participación política de las mujeres y su acceso a los cargos de elección popular ha transformado los Congresos, sus agendas y su organización interna (Htun y Piscopo 2014, Archenti 2011, Etxeberria 2011, Rodríguez Gustá, 2011) … El promedio de legisladoras nacionales pasó de 9% a 25% entre 1990 y 2014, un periodo en el cual prácticamente todos los Estados adoptaron leyes de cuota de género o paridad. En la actualidad, Bolivia tiene la segunda Cámara Legislativa con mayor porcentaje de mujeres del mundo (53%) –solo detrás de Ruanda- en Nicaragua y Ecuador las mujeres ocupan un 42% de las bancas nacionales, y en Argentina y México, la proporción de diputadas se acerca al 40%” (Caminotti, 2015). No varía mucho en la actualidad. Nuestra bandera de lucha ha flameado durante décadas por el respeto a nuestras vidas y el acceso a espacios de toma de decisiones como seres humanos y ciudadanas, considerando que es vital la inclusión femenina, en la vida socio política de cualquier nación. No ha sido tarea fácil romper los nudos de nuestras gargantas ahogadas por los miedos a las imposiciones de un modelo y sistema androcéntricos, invisibilizador del valioso aporte de las mujeres que, sin duda, vierten visiones concretas y contribuyen positivamente en normas, planes, programas y proyectos, desde el poder público hacia la ciudadanía urbana y rural.

En Ecuador, de cara a la Constitución de 1997-1998, las mujeres ecuatorianas nos convertimos en movimiento sólido que se desplazó desde distintas provincias y vertientes ideológicas, para articular propuestas e ideas fuerzas junto con jefes de bloques partidarios, y concienciar a las 5 mujeres y los 125 varones Asambleístas. Trabajo titánico fue el incorporar por primera vez la Participación Política de las Mujeres haciendo posible que lo adopten en la Transitoria Decimoséptima al colocar el 20% de mujeres, de manera obligatoria, en listas de candidaturas.

El Movimiento de Mujeres permaneció unido y vigilante; así, ante la Reforma a la Ley de Elecciones del 2000 llamada Ley de Cuotas, se retoma la actoría ciudadana para presionar ante las Organizaciones Políticas y que sus bloques apoyen la inserción del 30% inicial y el avance del 5% en cada elección general hasta alcanzar al 5050% entre hombres y mujeres. La crisis política nacional entre 1996 y 2006, a causa de la fallida

Participación política de mujeres, una larga conquista sin paridad real

gobernabilidad de los gobiernos de turno condujo al descontento ciudadano, cayendo en inestabilidad política, económica y social. Hechos conocidos a nivel internacional, la cual trajo consigo votaciones presidenciales muy seguidas para elegirlos y luego ser destituidos. Esta coyuntura favoreció a nuestros objetivos alcanzando el 50% como cuota para las mujeres en las elecciones de 2006-2007. En este contexto surge la convocatoria a elecciones para la Nueva Asamblea Nacional Constituyente 2007-2008, lo cual hizo posible contar con un 37,5% de mujeres asambleístas.

Logros y conquistas

Considero importante destacar que durante la época de transición entre la Constitución de 1997-1998 y la del 20072008, se dieron pasos significativos en cuanto a la participación ciudadana y política de diversos sectores sociales de nuestra patria. Puedo señalar, luego de haber sido parte de la construcción ciudadana y democrática de estos hechos históricos desde los 80:

a) La Constitución de 1997, reconoce la diversidad étnica y cultural: “Art. 1.- El Ecuador es un estado social de derecho, soberano, unitario, independiente, democrático, pluricultural y multiétnico”;

b) Por primera vez reconoce la Participación Política de las Mujeres a través de la “Disposición Transitoria Decimoséptima. - Se reconocerá a las mujeres la participación del veinte por ciento en las listas de elecciones pluripersonales, así como todos los derechos y garantías consagrados en leyes y tratados internacionales vigentes”; c) La Ruralidad deja de ser objeto político para transformarse en actoras/ es políticos, al elevarse a las 750 Juntas Parroquiales a la categoría de gobiernos seccionales, “CAPÍTULO 3 DE LOS GOBIERNOS SECCIONALES AUTÓNOMOS, Art. 228.-

Los gobiernos seccionales autónomos serán ejercidos por los consejos provinciales, los concejos municipales, las juntas parroquiales”. En consecuencia queda constituida esta nueva instancia de gestión pública, “Art. 235.- En cada parroquia rural habrá una junta parroquial de elección popular. Su integración y atribuciones se determinarán en la ley. Su presidente será el principal personero y tendrá las responsabilidades y competencias que señale la ley” (Asamblea Nacional Constituyente, 1998).

A partir de entonces, se abre una oportunidad para que hombres y mujeres de la ruralidad, seamos parte de la toma de decisiones de abajo hacia arriba, así como en la participación política de las mujeres, tan demandada desde los 7080 y 90, como un derecho, una conquista para nosotras y no un favor.

La democracia rural fue un gran reto, para campesinas y campesinos, al dejar nuestras actividades productivas, familiares y comunitarias para terciar por primera vez en la lid lectoral del 21 de mayo del 2000. Fue un proceso puro, sano, libre de malicia ni cálculos partidarios, electas y electos por nuestra gente, fue algo único, quizá irrepetible. Una vez electas/ os fue ardua la tarea para levantar de cero la democracia rural en medio del escepticismo de los políticos de siempre. Mucho más complejo para las mujeres

rurales que resultaron electas ante los estereotipos de género y ruralidad.

Con la fuerza que caracteriza a la población rural, una vez posesionadas/ os en nuestros cargos, comenzamos a buscarnos para ver cómo nos organizamos en cada una de las 22 provincias, al tiempo que luchamos por legislación de la ley Orgánica de Juntas Parroquiales, misma que fue aprobada por el Congreso Nacional el 21 de octubre de 2020 y luego su Reglamento el 21 de septiembre del 2001. Entre tanto, fuimos levantando la organización nacional, logrando aprobar los Estatutos a fines de diciembre 2001 bajo la figura del Consejo Nacional de Juntas Parroquiales Rurales del Ecuador- CONAJUPARE, hoy CONAGOPARE. Fuimos cuatro mujeres presidentas provinciales, que lidiamos a nivel parroquial, provincial y nacional.

Para el grupo pionero significó un gran desafío, cimentar un proceso participativo en medio de tantas limitaciones económicas, políticas y geográficas, ya que debíamos dejarlo todo para aprender a caminar en medio del ruido de la capital, golpear puertas de distintas instituciones públicas y mover voluntades, como el Banco Central para aperturar cuentas oficiales.

Lo positivo fue entrar en una fase de conocimiento-aprendizaje sobre la compleja tramitología del sector público. Al mismo tiempo llegamos a convertirnos en fuente de inspiración para nuestras bases.

Una mano amiga resultó el PNUD, entidad que estuvo representada por una gran mujer, dotada de un alto sentido social, quien nos inspiró confianza y fortaleza por su voluntad humana, técnica y política, al apostar a este nuevo proceso de poder local y a quienes nos atrevimos a dar este paso histórico, con nuestros propios recursos y esfuerzos, durante los dos primeros años. Este apoyo técnico fue a través del proyecto “Esquinas de Diálogo 21”, gracias a lo cual nos prepararon para el análisis, el debate y la capacidad de generar propuestas y sostenerlas al más alto nivel.

Personalmente tuve el privilegio de ser electa a la Junta Parroquial Rural de Fátima, provincia de Pastaza; cofundadora del CONAJUPARE, ejercer los cargos dentro del Consejo Directivo y Secretariado Ejecutivo Nacional, experiencias que me permitieron organizar Encuentros de Lideresas Rurales el primero marzo 2003 y el segundo abril 2005, dando paso al nacimiento de la asociación de Mujeres de Juntas Parroquiales Rurales del Ecuador – AMJUPRE. Ya constituidas, buscamos apoyos para el empoderamiento de las mujeres rurales.

Nuestro primer hito, construir el Plan de Igualdad de Oportunidades-PIO-Rural, de este trabajo se desprendió: la Agenda Política de AMJUPRE y la necesidad de formación-capacitación. Acto seguido pasamos a la formulación de proyectos formativos, de liderazgo político y gestión pública, “Escuelas de Formación a Lideresas Rurales” bajo la metodología de “aprender a aprender y aprender – haciendo”, mediante módulos de contenidos incluido las TIC e intercambio de conocimientos y experiencia, dentro y fuera del país. Proyectos presentados principalmente ante la Cooperación Internacional. Proceso implementado de enero 2008 a septiembre de 2018 en todo el territorio nacional, con réplicas en comunidades en su propia lengua y dialecto.

Participación política de mujeres, una larga conquista sin paridad real

Las “Escuelas de formación”, constituyeron una gran fortaleza individual y grupal, llegando a definir a la AMJUPRE “como la familia de las mujeres rurales y el manto que las cubre con conocimiento”. Sin embargo, no es suficiente frente a las grandes desventajas tradicionales, en el escenario de toma de decisiones y las inequidades de género y ruralidad. De allí que es absolutamente necesario continuar propiciando nuevos procesos formativos que permita sostener en el tiempo para su consolidación y la promoción y empoderamiento de nuevas lideresas y que se las vaya dotando de nuevas herramientas acorde al avance de la ciencia y la innovación de la gestión pública. Amerita entonces mayor inversión para continuar incentivando la participación política de las mujeres rurales “más allá del color de nuestra piel, credo político o religioso” (Haro, 2008) y para superar tantas desigualdades e incluso la violencia política que las afecta y coarta su efectiva participación.

Los Acuerdos internacionales, sin duda, han aportado y comprometido a nuestros estados a la búsqueda de la igualdad de oportunidades, los ODS principalmente el N. 5 en 2020 en “el marco del 25 aniversario de la adopción de la Plataforma de Acción de Beijing y de la primera evaluación del progreso en su implementación a la luz de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible… el informe da cuenta del progreso, las brechas y los desafíos relacionados con el avance de la igualdad de género y los derechos de las mujeres” (ONU MUJERES, s. f.), sigue siendo una tarea vigente, para alcanzar la efectiva participación política de las mujeres y más aún de las rurales.

Paridad irreal

Si bien la Constitución de 2007-2008 es garantista de derechos al contar con paridad entre mujeres y hombres, en la participación política electoral o por selección o designación, en la práctica sigue siendo irreal, puesto que la mayoría de listas pluripersonales continúan siendo encabezadas por hombres, resultando poco probable para las mujeres en general y mucho menos para las mujeres rurales. Las brechas porcentuales son profundas, toda vez que las candidaturas a gobiernos parroquiales mantienen una constante de apenas 11% de mujeres encabezan listas, frente al 89% de varones. En la praxis el 3.95% son presidentas, es decir 161 dentro de las 816 existentes. Similar situación ocurre en concejalías rurales u otros cargos.

¡No buscamos el poder por el poder, lo buscamos como oportunidad para equilibrar la balanza de toma de decisiones que respondan a las necesidades de mujeres y hombres como sociedad humana, hecha para compartir en igualdad de oportunidades y no como una revancha o privilegio!!

Proceso en pandemia Covid -19

La experiencia de una larga trayectoria batallando por el fortalecimiento de liderazgos femeninos dentro y fuera del país, una vez más nos motivó a dar el paso a buscar nuevas oportunidades y proyecciones a nivel nacional, Latinoamericano e Iberoamericano, nos dijimos a nosotras mismas “la crisis sanitaria y las disposiciones del

confinamiento no pueden atar nuestra mente ni corazón”, así desde una profunda reflexión y análisis sentimos la necesidad de apoyar a otras mujeres, para superar juntas las adversidades. Esto fue posible, contando con la fortuna de un mapa de Aliadas y Aliados estratégicos del camino recorrido, así planificamos una serie de actividades virtuales, a pesar de la carencia de internet en nuestras comunidades rurales nos ingeniamos varias actividades. Entre ellas: la “Escuela de Mujeres Políticas del Confinamiento al Empoderamiento”, inicialmente para la provincia de Los Ríos, luego ampliada a 17 provincias del Ecuador, sumándose Panamá y Chile. En un segundo momento se abre la Escuela de “Mujeres Lideresas Rurales de Latinoamérica y el Caribe-REDLAC”, con la participación de 16 países desde Chile hasta México, desde septiembre de 2020 a julio de 2021, y un nuevo proceso en marcha.

Desafíos

Capítulo aparte en este andar tiene, como fecha clave, el 15 de octubre pasado en que durante la webinar de RedLAC “sembrando, cultivando y cosechando igualdad”, se declaró el inicio de la Década de las Mujeres Rurales 2021-2031. Misma que la hemos venido pidiendo desde marzo 2012 a las Naciones Unidas y gobernantes del mundo como justo resarcimiento a los años de exclusión.

Nuestros procesos están revestidos de muchos desafíos, sueños y esperanzas, dando continuidad a las luchas y conquistas de nuestras antecesoras. En concordancia con lo dicho por las Naciones Unidades “Que nadie se quede atrás”, esperamos que se acoja como parte del cumplimiento de la Agenda 2030 la propuesta de la Década de las Mujeres Rurales, misma que ha sido entregada a varias instancias nacionales e internacionales, el 15 de octubre pasado por el Día Internacional de las Mujeres Rurales.

Con esta iniciativa estamos mundializando nuestra propuesta para mejorar la calidad de vida de las mujeres de zonas rurales y evitar la migración campo ciudad, en el contexto de esta nueva realidad post pandemia.

Conclusiones

Para finalizar, deseo compartir con cada lectora y lector de esta importante publicación, la necesidad de volver los ojos, la mente y el corazón al campo, para valorar los productos a pequeña escala, que no llevan transgénicos ni híbridos, no regatear sus productos frescos y saludables, muchos de los cuales son fruto del trabajo de humildes jefas de familia, que se esfuerzan y sudán su frente sin horario ni salario. Así, y solo así, podremos generar una cultura y actitud de “Reciprocidad Urbano-Rural”.

Referencias:

Asamblea Nacional Constituyente. (1998). Constitución Política de Ecuador. Avilés, E. (s. f.). Hidalgo de Procel Matilde. Obtenido de Enciclopedia del Ecuador: http://www.enciclopediadelecuador. com/personajes-historicos/matildehidalgo-de-procel/ Caminotti, M. (2015). La representación política de las mujeres en América Latina: dos décadas de avances y retos persistentes. Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Jurídicas, Universidad Nacional Autónoma de México. ONU MUJERES. (s. f.). La Plataforma de Acción de Beijing cumple 20 años. Obtenido de ONU MUJERES: https:// beijing20.unwomen.org/es/about

This article is from: