El Programa RED INNOVACIÓN es una iniciativa que permite el intercambio de experiencias políticas y sociales de América Latina y el Caribe, donde se facilitan espacios de comunicación y diálogo entre organizaciones de la sociedad civil, líderes y lideresas políticas, sociales y expertos de Latinoamérica.
EDITORIAL
Francisco Herrero
Director residente NDI Colombia
Andrea Fernández
Gerente de Programas - Red Innovación
Diego Torres
Oficial de Programas - Red Innovación
Alejandra Florian
Asistente de programas - Red Innovación
Karen Fonseca Saavedra Diseño y diagramación.
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Episodio 24
La cultura del diálogo, la gestión del disenso y la acción no violenta en América Latina y el Caribe
PODCAST / manual
Gestión pública, conflicto y diálogo: Experiencias latinoamericanas de inclusión de herramientas de diálogo en el ciclo de políticas públicas
Gobernanza Ambiental en América Latina y el Caribe
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14 Feb 2023 Click aquí Click
CONTENIDO
PENSAMIENTOS DE LA REGIÓN
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Flavia Freidenberg
Participación política de Personas con Discapacidad: Accesibilidad al proceso de voto en Chile
Soledad del Carmen Véliz Córdova
Jimena Elvira Luna Benavides María Victoria Espinoza Velasco Polín Cecilia Olguín Rojas
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La participación política de la mujer en Chile, ¿Aumenta debido a las demandas ciudadanas?
Moisés Jorquera
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La construcción de verdad en lo digital
Santiago Arias Rodriguez
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Partido político sintético: Una apuesta por la representación de los no representados
Alejandra Florian Camargo
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ENTREVISTA
La cultura del diálogo, la gestión del disenso y la acción no violenta en América Latina y el Caribe
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En defensa de las elecciones (limpias, competitivas y de resultados inciertos)
Investigadora Titular “C” a Tiempo Completo Definitiva del Instituto de Investigaciones Jurídicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México y Profesora del Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de la misma Universidad. Miembro del Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT (Nivel II). Investigadora Visitante del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de España (2023). Doctora por la Universidad de Salamanca (2001) y Máster en Estudios Latinoamericanos (1999) por la misma casa de estudios. Periodista por el Taller Escuela Agencia (1994) y Licenciada en Ciencia Política (1996) por la Universidad de Belgrano en Argentina.
Coordinadora General del “Observatorio de Reformas Políticas en América Latina”, de la OEA y el IIJ-UNAM. Coordinadora Académica del Diplomado en Elecciones, Representación Política y Gobernanza Electoral del IIJUNAM. Fundadora y Coordinadora, junto a un grupo de colegas, de la Red de Politólogas - #NoSinMujeres, para visibilizar las brechas de género existentes en la Ciencia Política desde 2016.
En defensa de las elecciones
I. Las elecciones como primera línea de defensa de la democracia
La democracia contemporánea está fuertemente amenazada. La erosión de los sistemas democráticos comienza -como señalan Levitsky y Ziblatt (2018)- con unas elecciones. De ahí que apostar por que estos procesos sean libres, competitivos, justos, certeros, transparentes y con resultados inciertos sea una de las claves fundamentales para la supervivencia de la democracia. Dado que las elecciones son el mecanismo que permite redistribuir el poder, el modo en que se lleven a cabo no es una cuestión menor. Cuando todas esas condiciones básicas se cumplen, se está ante una “democracia electoral”, una de las cinco dimensiones de la democracia, sin la cual todas las demás -participativa, deliberativa, liberal e igualitaria- son imposibles.
De ahí que hacer buenas elecciones sea el mínimo que debamos exigir para vivir en democracia. Las elecciones hacen creer a la ciudadanía que tienen el poder para cambiar las cosas, les hace confiar en su voto y en su capacidad para hacer que los que gobiernan se vayan a su casa. En uno de sus últimos libros, el profesor Adam Przeworski, se preguntaba: ¿por qué deberíamos tomarnos la molestia de hacer elecciones? Ese interrogante no es inocente y tiene todo el sentido. La respuesta es sencilla. Hay que tomarse esta molestia -si llegara a ser una molestia- porque las elecciones son la primera línea de defensa de la democracia.
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Flavia Freidenberg
(limpias, competitivas y de resultados inciertos)
Las elecciones necesitan reglas justas, recursos, estructura autónoma y profesional y actores plurales y leales al proceso. Si existe un árbitro autónomo, profesional e independiente del poder gubernamental; si las élites y los partidos son diversos, se respetan entre sí y juegan bajo el marco de ciertas “normas de cortesía” (Levitsky y Ziblatt 2018); si la ciudadanía participa activa y críticamente; si la cancha está pareja; si los que gobiernan pierden y otros ocupan su lugar; las elecciones se convierten en un instrumento sumamente poderoso de cambio social. De ahí que lo primero que los autócratas quieren controlar sea el modo en que se organizan las elecciones y con ello quitar toda posibilidad de alternancia política.
II. La calidad de las elecciones: el Índice de Elecciones Limpias
América Latina ha vivido en las últimas cuatro décadas el único período de la historia en el que más países han celebrado de manera simultánea elecciones y que han permitido la alternancia en el ejercicio del poder. Entre 1978 y 2023 se han realizado más de 230 elecciones nacionales en 18 países. La celebración de elecciones de manera rutinaria es una señal de la capacidad de resiliencia de las democracias, es decir, “la capacidad de resistir y mantener la capacidad de realizar las funciones básicas del sistema democrático” (Lieberman, Mettler y Roberts 2022:7; también Boese et al. 2022). De ahí que se haya conseguido instaurar lo que Przeworski (2019) ha denominado como democracia, es decir, aquel “sistema político que garantiza certeza en las reglas e incertidumbre en los resultados”.
Durante muchos años, esos procesos de institucionalización -y de continua profesionalización- en la manera de hacer las elecciones han sido antídotos a los sistemas autoritarios. La ciudadanía ha podido votar y a la vez elegir libremente a quién quiere que le gobierne, quitar del poder a quien no le gusta, a quien no consigue buenos resultados con sus políticas o no cumple con sus promesas. También ha podido premiar a quienes consideran que lo han hecho bien, al punto de otorgar legitimidad a líderes que habían llegado al poder de manera minoritaria o a quienes teniendo mayorías han conseguido que la ciudadanía los revalide a ellos o a sus partidos en varias oportunidades en el poder. En estos años se ha podido desarrollar la estructura que requiere la gobernanza electoral para dar certeza a los procesos, garantías a los actores políticos y condiciones de juego para que las autoridades electorales, administrativas y jurisdiccionales, tuvieran cada vez más capacidades para hacer que la cancha fuera pareja.
Si bien existen diferentes alternativas para evaluar la calidad de los procesos electorales, el Índice de Elecciones Limpias (Clean Elections Index), del proyecto de Variedades de la Democracia (Coppedge et al. 2023) es una muy buena herramienta que permite -a través de la integración de diversos indicadores agregados- conocer el nivel de autonomía de las autoridades electorales, sus capacidades, el nivel de registro de las y los votantes, la existencia de compra de votos y/o de fraude, la existencia de irregularidades en las elecciones, incluyendo denuncias de intimidación a los votantes, violencia electoral, nivel de equidad y libertad de los comicios.
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Los resultados son contundentes. La calidad de las elecciones en los países de América Latina se ha ido incrementando en las últimas cuatro décadas en términos agregados. Según el Índice de Elecciones Limpias aplicado a las elecciones de 18 países de la región, se ha pasado de 0.214 en 1978 a 0.671 en 2022, un valor por encima de la media de 0.506 de los otros 184 países del mundo donde también se evalúa la calidad de las elecciones (Coppedge et al 2023). Hasta los primeros años del siglo XXI, la calidad de las elecciones ha ido mejorando, alcanzando un rango medio del 0.70 y 0.75. Esta situación duró hasta 2016, cuando comenzó a descender y algunos países han ido perdiendo esa capacidad para hacer que las elecciones sean limpias. En 2017, el índice medio para los 18 países tuvo un valor de 0.683, luego de 0.679 en 2018, de 0.673 en 2019 y de 0.671 en 2020; volvió a subir un poquito en 2021, cuando el puntaje fue de 0.675, aunque descendió otra vez en 2022.
En esta evaluación global se evidencia que no todos los países de América Latina cuentan con el mismo nivel de calidad de sus procesos electorales. Los países se pueden agrupar en cuatro grupos. En el primer grupo se encuentran aquellos países que han conseguido niveles más altos y que además lo han hecho de manera estable durante un largo periodo de tiempo (Argentina, Chile, Costa Rica y Uruguay). Tanto Costa Rica como Uruguay son los que aparecen con valores medios por encima de 0.9 puntos porcentuales, los más cercanos al valor más alto del Índice. En el segundo grupo están los países que fueron incrementando los valores en el Índice de Elecciones Limpias de manera gradual con el transcurso del tiempo y que han enfrentado varias situaciones conflictivas respecto a la gobernanza electoral (Brasil,
Colombia, El Salvador, Guatemala, México y Paraguay).
En el tercer grupo se sitúan los países que han tenido variaciones drásticas en la calidad de las elecciones (Honduras, Perú y República Dominicana). El caso de Perú es paradigmático, porque mientras el Índice de Elecciones Limpias muestra que se ha logrado más o menos estabilizar la dimensión electoral de la democracia, los problemas permanecen en los comportamientos desleales de las élites partidarias. En Honduras y República Dominicana se han manifestado repuntes en la medición durante los últimos años mientras que, en cuarto grupo, se encuentran situaciones bastantes disímiles entre sí (Bolivia, Nicaragua y Venezuela). El primero de los tres países no tiene un descenso tan fuerte, pero los dos restantes han pasado de tener buenos puntajes a valores muy cercanos a cero, lo que da cuenta de que sus elecciones han dejado de ser limpias y democráticas. De ahí que Nicaragua y Venezuela ya no puedan ser consideradas como democracias (en ninguna de las dimensiones analizadas del proyecto de VDEM) (Coppedge et al. 2023).
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III. La democracia contra la democracia
Las elecciones están manteniendo los mínimos de democracia en América Latina. En algunos países lo hacen cómodamente como en Uruguay, Costa Rica, Chile e incluso en Argentina, pero en otros no han podido sobrevivir como en Venezuela o Nicaragua, donde siendo democracias ya dejaron de serlo. En la mayoría de los países las elecciones continúan teniendo capacidad para distribuir el poder, a pesar de los líderes salvadores y curanderos (Przeworski 2022), de las malas prácticas (Birch 2011); del enraizamiento de prácticas informales (como el clientelismo, la compra de votos o el compadrazgo), de la violencia política y del ascenso al poder de candidatos/as con actitudes autoritarias (Bermeo 2022).
Aun cuando la mayoría de las elecciones son limpias, competitivas, permiten que los resultados sean inciertos y la gober-
nanza goza de buena salud, las elecciones enfrentan dificultades importantes fundamentalmente por la erosión de la dimensión liberal (Haggard y Kaufman 2021; Diamond 2020). Si bien la democracia electoral es la más institucionalizada de todas las dimensiones a partir de las cuales se puede evaluar la democracia [> 0.5], la dimensión liberal, que es la que tiene que ver con los derechos se ha visto cada vez más erosionada en las últimas décadas, pasando de < 0.5 a 0.3, en un rango que va de 0 a 1, según el índice de democracia liberal aplicado a 18 países de la región (Coppedge et al. 2023).
El problema no está entonces en cómo se hacen las elecciones sino en los resultados autocráticos que esas elecciones generan a partir de las decisiones de la ciudadanía. Las y los votantes están eligiendo de manera libre y competitiva a liderazgos -y tolera decisiones y comportamientos- que explícitamente buscan deteriorar la democracia. En países tan diferentes como Brasil, Ecuador, El Salvador o México las personas han elegido liderazgos que tensionan a la democracia. Resulta bien paradójico que esas mismas elecciones que garantizan la posibilidad de expresar ideas diferentes es la que permite -a quienes no la quieren- derribarla desde dentro. Si bien el hecho de que ganen las elecciones de manera reiterada no necesariamente son una potencial fuente de riesgo para la democracia, el problema está cuando controlan los recursos del Estado en favor de sus propias candidaturas (Birch 2011) afectando las condiciones de equidad de la contienda. De ahí entonces que apoyados por la ciudadanía, los liderazgos han usado -o están haciéndolo- la escalera democrática para acceder al poder y, una vez que llegan a los cargos, buscan quemar esa escalera para que ya nadie pueda subir.
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Referencias
Bermeo, Nancy, 2022. “Questioning Backsliding”. Journal of Democracy, vol. 33 (4), October, 155-159.
Bermeo, Nancy. 2016. “On Democratic Backsliding”. Journal of Democracy, vol. 27 (1), January, 5-19.
Birch, Sarah. 2011. Electoral Malpractice. Oxford, Oxford University Press.
Boese, Vanessa, Amanda B. Edgell, Sebastian Hellmeier, Seraphine F. Maerz & Staffan I. Lindberg. 2021. “How democracies prevail: democratic resilience as a two-stage process”, Democratization vol. 28, 885-907.
Coppedge, Michael, John Gerring, Carl Henrik Knutsen, Staffan I. Lindberg, Jan Teorell, David Altman, Michael Bernhard, Agnes Cornell, M. Steven Fish, Lisa Gastaldi, Haakon Gjerløw, Adam Glynn, Ana Good God, Sandra Grahn, Allen Hicken, Katrin Kinzelbach, Joshua Krusell, Kyle L. Marquardt, Kelly McMann, Valeriya Mechkova, Juraj Medzihorsky, Natalia Natsika, Anja Neundorf, Pamela Paxton, Daniel Pemstein, Josefine Pernes, Oskar Rydén, Johannes von Römer, Brigitte Seim, Rachel Sigman, Svend-Erik Skaaning, Jeffrey Staton, Aksel Sundström, Eitan Tzelgov, Yi-ting Wang, Tore Wig, Steven Wilson and Daniel Ziblatt. 2023. “V-Dem [Country-Year/ Country-Date] Dataset v13”. Varieties of Democracy (V-Dem) Project. https://doi.org/10.23696/ vdemds23.
Diamond, Larry. 2020.“Breaking Out of the Democratic Slump”. Journal of Democracy, vol. 31 (1), 36-50.
Haggard, Stephan y Kaufman, Robert. 2021. “The Anatomy of Democratic Backsliding”. Journal of Democracy, Volume 32 (4), October, 27-41.
Levitsky, Steve y Ziblatt, Daniel. 2018. Cómo mueren las democracias. Madrid: Editorial Ariel.
Lieberman, Robert C, Suzanne Mettler y Kenneth M. Roberts. Eds. 2022. Democratic Resilience: Can the United States Withstand Rising Polarization? New York: Cambridge University Press,10-14.
Observatorio de Reformas Políticas en América Latina (1977-2023). Ciudad de México y Washington, D.C.: Instituto de Investigaciones Jurídicas, de la Universidad Nacional Autónoma de México y Organización de los Estados Americanos.
Przeworski, Adam. 2022. La crisis de la democracia. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
Przeworski, Adam. 2019. ¿Por qué tomarse la molestia de hacer elecciones? Pequeño manual para entender el funcionamiento de la democracia. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.
Scartascini, Carlos, Cesi Cruz y Philip Keefer. 2018. “The database of political institutions 2017 (DPI2017)”. Inter-American Development Bank. Numbers for Development. Recuperado de: https://mydata.iadb.org/Reform-Modernization-of-the-State/Database-of-Political-Institutions-2017/938i-s2bw
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Palabras clave: Voto, participación, Personas con discapacidad, Accesibilidad.
Participación política de Personas con Discapacidad:
Accesibilidad al proceso de voto en Chile
Soledad del Carmen Véliz Córdova / Jimena Elvira Luna Benavides / María Victoria Espinoza Velasco / Polín
Cecilia Olguín Rojas
Este escrito expone los principales resultados de una encuesta de accesibilidad al proceso de votación para Personas con Discapacidad (PcD) en Chile que se aplicó durante el año 2021. El propósito de la encuesta es conocer la experiencia de la PcD respecto a la iniciativa del voto asistido, que ha sido reforzado durante los últimos años por el Servicio Electoral de Chile, SERVEL. La encuesta fue respondida por 145 PcD las cuales reportan su experiencia con el proceso. Los resultados indican que el voto asistido ha sido solicitado por la mayoría de las PcD de este estudio y que el tipo de voto asistido más solicitado es votar con el apoyo de una persona de confianza. Se reportan algunos problemas con el proceso de voto en general y con el voto asistido en particular que están relacionados, principalmente, con dificultades en la accesibilidad y la incorporación de tecnologías de apoyo.
de Aprendizaje, Doctora en Psicología, Coordinadora de Investigación el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión – CEDETi UC.
www.cedeti.cl
@cedeti_uc
Jimena Elvira Luna Benavides, Ingeniera Civil Industrial, Coordinadora de proyectos inclusivos en el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión – CEDETi UC y CIAPAT Chile. Además, es fundadora y Directora Ejecutiva de Fundación Vida Independiente Chile.
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María Victoria Espinoza Velasco, Profesora de Educación General Básica, Especialista en Dificultades
INTRODUCCIÓN.
La Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) garantiza los derechos políticos y la posibilidad de gozar de ellos en igualdad de condiciones a las personas sin discapacidad (Art.29). Lo anterior implica asegurar la participación plena y efectiva de las personas con discapacidad (PcD) en diversas instancias asociadas a la participación política, entre ellas en el derecho a voto. Para asegurar este derecho, se debe resguardar que los procedimientos, instalaciones y materiales electorales sean adecuados y accesibles, por ejemplo, permitir que las PcD puedan elegir una persona de su elección que les preste asistencia para votar (SERVEL, s/a). Según el II Estudio Nacional de la Discapacidad de Chile (ENDISC, 2015), el 67,1% de las PcD que respondieron la encuesta declara haber participado de las elecciones presidenciales del 2013, un porcentaje mayor que el 60,4% de las personas que no declaran discapacidad.
No obstante, esta participación es mayor en personas con discapacidad leve en comparación a aquellas con discapacidad severa, lo que abre preguntas respecto a la accesibilidad al proceso de votación.
En Chile, desde el año 2007 comenzó a regir la Ley N°20.183 que modifica la Ley N°18.700 sobre votaciones populares y escrutinios, con el objeto de reconocer el derecho a la asistencia en el acto de votar para las personas en situación de discapacidad y de facilitar el ejercicio del derecho a sufragio (SERVEL, s/a). Asimismo, la Ley N°20.422, cuya entrada en vigencia es el año 2010, asegura el derecho a la igualdad de oportunidades de las PcD, con el fin de obtener plena inclusión social, asegurando el disfrute de sus derechos y eliminando cualquier forma de discriminación fundada en la discapacidad. La aplicación de esta ley requiere que se cumplan los principios de vida independiente, accesibilidad universal, diseño universal, intersectorialidad, participación y diálogo social y sindica al Estado como aquel con el deber de promover la igualdad de oportunidades de las PcD. Ambos ordenamientos responden a los marcos internacionales de la CDPD, la cual establece un cambio de paradigma en la forma de concebir la capacidad de ejercicio de PcD; el paso de un sistema de sustitución por uno de apoyo en la toma de decisiones (Benavides, 2018).
Entre los años 2020 y 2021, el SERVEL de Chile junto a la Red para la Reforma de la Ley Antidiscriminación N°20.609 (RRLA),
Soledad del Carmen Véliz Córdova, psicóloga e investigadora en el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión – CEDETi UC. Profesora asociada de la Universidad de Chile.
@soldecaveliz http://www.linkedin.com/in/polínceciliaolguínrojas
Polín Cecilia Olguín Rojas. Psicóloga, Máster Universitario en Rehabilitación Neuropsicológica y Estimulación Cognitiva, España. Coordinadora de proyectos inclusivos en el Centro de Desarrollo de Tecnologías de Inclusión – CEDETi UC y CIAPAT Chile.
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implementaron diversos recursos de apoyo a los procesos eleccionarios, para que estos fueran accesibles e inclusivos. Entre los recursos se encuentran algunas cápsulas virtuales, el Protocolo del Buen Trato PcD - Voto Asistido, Accesible y Preferente (ya no disponible online) y la disposición del sistema Visor, para facilitar la comunicación de las personas sordas (SERVEL, 2021). Por su parte, el Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS), promueve y difunde el derecho al voto asistido, especialmente en fechas cercanas a procesos eleccionarios. Teniendo como antecedente que últimamente ha habido una mayor visibilización de las iniciativas para asegurar el derecho a voto de las PcD en Chile, el objetivo de este escrito es dar a conocer la experiencia en el ejercicio del derecho a voto de esta población, específicamente respecto al uso del voto asistido durante el proceso de elecciones ocurrido el año 2021.
Metodología
Para responder los objetivos de investigación se utilizó una metodología cuantitativa y descriptiva, destinada a recopilar opiniones de un grupo en particular en un período limitado de tiempo (Cohen, Manion y Morrison, 2007). Se decidió utilizar una encuesta online, debido a que la investigación se desarrolló durante la crisis sanitaria de COVID-19 y el formato online permite incorporar recursos accesibles (lengua de señas chilena, lectores de pantalla, modificación de tamaño de las letras y contraste, entre otros). Además, el uso de una encuesta permite hacer preguntas de manera estandarizada para todos los participantes y recopilar una diversidad de tipos de información sobre la población de interés. Se determinó que la encuesta sería de tipo descriptiva, es decir, no hay un modelo o supuestos a la base de su construcción sino que esta sirve para observar y examinar posibles relaciones entre dimensiones de interés (Cohen, Manion y Morrison, 2007).
Creación del instrumento
La primera versión de la encuesta estuvo conformada por 9 secciones, cuyas dimensiones se basaron en información de caracterización, documentos del SERVEL, Ley N°20.183 y bibliografía sobre modelos accesibles de votación. Esta versión fue revisada por dos personas externas al equipo de investigación vinculadas a discapacidad y accesibilidad, quienes evaluaron coherencia, contenido, tiempos de respuesta, lenguaje y pertinencia de un glosario. Como resultado de esta revisión, se hicieron cambios, como reducción del número de alternativas por pregunta e incorporación de preguntas abiertas. En total, la encuesta cuenta con 28 preguntas de selección múltiple en su mayoría, incluyendo la alternativa de “Otro/a”, siendo todas obligatorias. Es posible retroceder y modificar las respuestas anteriores antes de enviar definitivamente la encuesta. A lo largo de 4 meses se trabajó junto a
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Se decidió utilizar una encuesta online, debido a que la investigación se desarrolló durante la crisis sanitaria de COVID-19 y el formato online permite incorporar recursos accesibles
Preignition, una compañía de servicios de tecnología que cuenta con una plataforma de recopilación de datos que dispone de una interfaz accesible (https://idata. tools/home/intro). La encuesta incorporó lengua de señas chilena (LSCh), texto accesible a lectores de pantalla, lector de pantalla incorporado a la plataforma, posibilidad de modificación de características de texto (contraste, tamaño) y una versión de la encuesta en texto claro.
La encuesta estuvo disponible desde el 19 de diciembre del año 2021 al 7 de enero del año 2022, pero esta fue extendida hasta finales de febrero del año 2022, momento en que se cerró. La encuesta final consistió de 9 secciones, pero en este escrito nos centraremos en participación electoral, experiencia electoral y voto asistido. Criterios de inclusión de la muestra para ser parte de la encuesta, se solicitó ser mayor de 18 años y tener alguna discapacidad.
Personas que han sido declaradas interdictas o inhabilitadas para votar aún fueron consideradas elegibles para la muestra debido a que nos interesaban sus opiniones respecto a dimensiones de la encuesta, como acceso a información electoral. Comité de ética Se solicitó a Preignition la generación de una página para incorporar un consentimiento informado digital de acuerdo a las regulaciones del Comité de Ética en Ciencias Sociales, Artes y Humanidades de la Pontificia Universidad Católica de Chile. El consentimiento estaba redactado en texto fácil y contaba con la opción de incluir LSCh y de ser leído en voz alta por un lector de pantalla incorporado.
Muestra
Un total de 148 personas accedieron como usuarios o usuarias únicas, 3 de ellas no aprobaron los términos del consentimiento informado, por lo tanto, no se les concedió
acceso a la encuesta. El total de participantes (100%) consiste, por lo tanto, en 145 personas. Del total de participantes, 2 personas no indicaron qué tipo de discapacidad tenían, por lo que los análisis generales se hacen considerando 145 participantes y los análisis por tipo de discapacidad se hicieron considerando 143 participantes. Descripción de los participantes La mayoría de quienes participaron son personas adultas y adultas jóvenes, con la mayor participación correspondiente al rango entre 35 a 39 años (16,5%). Le sigue el grupo de 30 a 34 años con un 14,8%, luego, 25 a 29 años con un 13,7% y el grupo de 40 a 44 años con un 11,03%. El grupo que presenta menor participación son personas mayores, que corresponden al 6,7% del total de la muestra: 65 a 69, 80 o más años, 70 a 74 y 75 a 79 años. En cuanto a género, la mayoría de quienes participaron se identifica con el género femenino, que corresponde al 53,47%, el 45,83% con el género masculino y el 0,69% como no binario. La mayor participación proviene de la Región Metropolitana con un 65,14%. Las siguientes regiones que tienen mayor participación son la Región de Valparaíso con un 8,97% y la Región de la Araucanía con un 6,21%. El resto de regiones varían entre un 0,69% y un 3,45%. La mayoría de la muestra (97,9%) se encuentra habilitada para votar mientras que el 2,1% indica que no está habilitada para votar. Las personas de este último grupo, corresponden a 1 persona con discapacidad física, 1 persona con discapacidad psíquica y 1 persona con discapacidad mixta (física y de habla).
En cuanto al tipo de discapacidad, como se observa en la Tabla 1, la muestra está compuesta por un 66% de PcD física, le sigue discapacidad mixta con 12%, discapacidad visual con un 7%, discapacidad auditiva con un 6%, discapacidad psíquica con un 4% y discapacidad intelectual con un 3%. Un 1% de los datos se han perdido, es decir, el equipo de investigación no pudo recuperar los datos ingresados por los participantes.
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Cantidad y porcentaje de participantes por tipo de discapacidad
En cuanto a la experiencia de uso del voto asistido, el tipo de voto asistido más frecuente en la muestra, la última vez que las personas encuestadas votaron, fue votar acompañadas por una persona de confianza (58%). Esto es relevante ya que una de las principales modificaciones de la Ley N°20.183 a la Ley N°18.700 es la que permite a las PcD entrar acompañadas a la cámara secreta. Un 18% solicitó el voto asistido en el lugar de votación, mientras que a un 17% se lo ofrecieron. Un 7% de las personas prefirieron votar con asistencia de personal del local de votación. Cabe destacar que votar con una persona de confianza es la opción más utilizada por personas con discapacidad visual (80%), intelectual (60%) y mixta (40%).
La categoría de discapacidad mixta incluye a personas con más de un tipo de discapacidad.
Uso del voto asistido
La mayoría de quienes participaron han usado el voto asistido alguna vez; un 53%. Al ordenar el uso del voto asistido por tipo de discapacidad, se evidencia que aquellos con discapacidad psíquica y auditiva están entre los que menos lo han usado mientras que aquellos que lo han solicitado más son aquellas personas con discapacidad visual e intelectual. Entre las razones que las personas participantes indican para no usar el voto asistido (47%) se encuentra, mayoritariamente, el no necesitar de este (83%) mientras que un 5% indica que no sabe cómo pedirlo, un 5% no sabe lo que es el voto asistido y un 1,7% indica que le negaron el voto asistido.
Es decir, la mayoría de las personas que no usaron el voto asistido es porque consideran que no lo necesitan.
Además de votar con asistencia de una persona de confianza, a un 21% de las personas encuestadas les acercaron la urna para que pudieran votar, a un 14% le dieron más tiempo para votar, un 7% recibió ayuda del presidente de mesa para cerrar su voto y al 4% le entregaron una plantilla con ranuras y/o en Braille para poder votar, es decir, 4 de 19 personas con discapacidad visual de la muestra. El 1,4% de la muestra no tuvo una buena experiencia con el voto asistido y, al organizar la muestra por tipo de discapacidad, un 6% de PcD mixta reportan encontrarse en esta última categoría.
Problemas de accesibilidad al proceso de votación
El voto asistido es un elemento muy importante del proceso de votación, no obstante, no es el único aspecto de la accesibilidad al voto. Si bien se preguntó sobre problemas con el voto asistido, la mayoría de quienes participaron (76%) reportaron tener problemas con la accesibilidad al voto en general y con el voto asistido. La frecuencia de los problemas reportados están en la Tabla 2. Entre los problemas más frecuentes se encuen-
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Tabla 1.
tran aquellos relacionados con la infraestructura de la cámara de voto. Por ejemplo, su tamaño inadecuado (reportado 11 veces) y la altura de la mesa de la cámara de votación (se reporta demasiado alta 9 veces). Otros problemas reportados tienen relación con el voto accesible, como no poder votar con una persona de confianza (reportado 6 veces), peticiones para acreditar la discapacidad (reportado 4 veces), las plantillas Braille son consideradas confusas o no calzan con el voto (reportado 3 veces) y no querer bajar la urna para poder votar (reportado 3 veces).
eran quienes reportaron más problemas. No obstante, cabe mencionar que los problemas de acceso a infraestructura como aquellos reportados por la cámara secreta, son indicados casi en su totalidad por personas con discapacidad física.
Si bien la frecuencia de problemas reportados es baja si se considera cada uno individualmente, el tipo de problemas reportados refieren directamente a la ausencia de igualdad de oportunidades de las PcD respecto a las personas sin discapacidad, aspecto custodiado en las Leyes N°20.422 y N°20.183. Los problemas reportados se refieren, mayormente, a accesibilidad de infraestructura y a la incorporación de tecnologías de apoyo para PcD.
Conclusiones
En general, esta encuesta, si bien no representativa de la población de PcD en Chile, entrega algunos datos descriptivos sobre la experiencia de votar con asistencia en Chile. La mayoría de las personas encuestadas que requirieron el voto asistido pudieron utilizarlo. Entre aquellos que más solicitan el voto asistido se encuentran personas con discapacidad visual e intelectual.
Las personas con discapacidad física corresponden a más de la mitad de la muestra (66%), de modo que, al organizar los problemas por tipo de discapacidad,
Las personas encuestadas utilizan con mayor frecuencia el derecho a votar en compañía de una persona de confianza. Esta opción, además, es la más usada por personas con discapacidad visual, intelectual y mixta. En general se aprecian problemas con la accesibilidad al voto y voto asistido, mayormente problemas de acceso a la cámara secreta, problemas de conocimiento del proceso por parte de los encargados de local, problemas de acceso a la cámara con alguien de confianza y solicitudes de acreditación de la discapacidad. Esto último está explícitamente contraindicado en los protocolos de buen trato del SERVEL del año 2021. Refuerzos
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Tabla 2. Frecuencia de problemas reportados en el proceso de votación
en la capacitación de buen trato a personal a cargo de los locales, incorporación de tecnologías de apoyo para personas con discapacidad visual y adecuación de las cabinas de voto asistido son aspectos urgentes y de fácil implementación para futuros procesos electorales.
Cabe destacar que durante el periodo en que la encuesta estuvo abierta, en febrero de 2022, el SERVEL y el SENADIS firmaron un convenio de colaboración para que personas con discapacidad ejerzan plenamente derechos políticos, con una serie de compromisos a implementar en futuros procesos eleccionarios.
Referencias
Benavides, A. (2013). Modelos de capacidad jurídica: una reflexión necesaria a la luz del artículo 12 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. [Tesis de Doctorado no publicada]. Universidad Carlos III, Madrid.
Cohen, L., Manion, L., & Morrison, K. (2007). Research Methods in Education. Sixth Edition. Routledge: London and New York.
Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad (CDPD). Naciones Unidas: Enable. Consultado el 25-01-2023.
Ministerio del Interior (1988). Ley N°18.700, Orgánica constitucional sobre votaciones populares y escrutinios. Recuperado de https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=30082
Ministerio del Interior (2007). Ley N°20.183 que modifica la Ley N°18.700, Orgánica constitucional sobre votaciones populares y escrutinios, con el objeto de reconocer el derecho a la asistencia en el acto de votar por las personas con discapacidad. Recuperado de https://www.bcn.cl/leychile/ navegar?idNorma=261508
Ministerio de Planificación (2010). Ley N°20.422 que establece Normas sobre la igualdad de oportunidades e inclusión social de personas con discapacidad. Recuperado de https://www.bcn.cl/ leychile/navegar?idLey=20422
Ministerio Secretaría General de Gobierno (2012). Ley N°20.609 que establece Medidas contra la Discriminación. Recuperado de https://www.bcn.cl/leychile/navegar?idNorma=1042092
Servicio Electoral (SERVEL) (s.a). Nuevo Protocolo del Buen Trato PcD – Voto Asistido, Accesible y Preferente. Servicio Electoral (SERVEL) (2021). Nota de prensa: Elecciones ya cuentan con Protocolo para el Buen Trato de Personas con Discapacidad. Recuperado de: https://www.servel. cl/2021/05/13/elecciones-ya-cuentan-con-protocolo-para-el-buen-trato-de- personas-con-discapacidad/
Servicio Nacional de la Discapacidad (SENADIS). (2016). II Estudio nacional de la discapacidad. Recuperado de http://www.senadis.gob.cl/pag/355/1197/ii_estu
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La participación política de la mujer en Chile, Aumenta debido a las demandas ciudadanas?
Jorquera
La participación política siempre ha causado objeto de debate respecto al devenir de una sociedad, respecto al cómo se toman decisiones que van en pos de un bienestar común, esto va de la mano con reconocer que en las democracias modernas, tal como es expresado a partir del ejercicio político en Chile, que por ejemplo, luego del Estallido Social y la posterior ejecución de la Ley Nº21.216, que garantiza la participación en partes iguales de mujeres y hombres en el fallido proceso constituyente que derivó en la apabullante derrota del Apruebo al proceso, que la mujer es parte y pieza clave, al ser un 51,28% del padrón electoral.
Pero antes de reconocer su impacto cuantitativo, es claro de mencionar lo que ha pasado durante la historia republicana en Chile, desde los inicios hasta tiempos actuales. Como todo proceso de cambio, es encabezado por una Revolución, en Chile, el primer impulso respecto a aquello, lo encabezaron mujeres de la Elite, donde principalmente estaban en el entorno de los padres de la patria, tales son los casos de Javiera Carrera, Paula Jaraquemada, entre otras, quienes estuvieron dentro de los queha-
Moisés Jorquera, Ingeniero Comercial UV. Asesor educacional CPECH Sede Quillota. @moises.jorquera.apablaza
Moisés Felipe Jorquera Apablaza
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Moisés
Palabras clave: Participación política, mujer, Chile, feminismo.
ceres políticos prácticos de esa época. Posteriormente en 1874, con la creación de la Ley Electoral, las mujeres quedaron relegadas a no ejercer derecho cívico, lo que ocasionó algunas protestas respecto a ese asunto en concreto.
En el siglo XX, sigue la discusión respecto al entregar o no el derecho a sufragio a las mujeres, debido a que la Ley Electoral, que estaba vigente se refería a chilenos a quienes podían votar, no distinguiendo entre mujeres y hombres, a pesar que durante el año 1935 pudieron participar las mujeres en política activa, no fue hasta 1949 que se le entregaron la totalidad de los derechos políticos y se sientan las bases de una democracia plena en Chile. Desde 1951 a 2019, sólo 109 mujeres han compuesto el Congreso Nacional; en la época entre 1949 a 1967, sólo hubo 5 diputadas, entre 1969 y 1973, 10 y luego con el retorno a la Democracia y posterior recuperación de los Derechos Cívicos de las chilenas, en el primer Congreso, conformado en 1990, hubo 7 diputadas, luego de 1994 a 1998, 9, incrementándose la cantidad entre 2006 y 2010, con 19, llegando al periodo 2018 a 2022 a 35 diputadas. Si se lleva porcentualmente estos resultados con la cantidad total de Diputados en cada periodo, para el periodo 2006 a 2010, hubo 120 Diputados, lo cual refleja que un 15,83% eran mujeres y para el periodo 2018 a 2022, aumentaron a 155 los Diputados, es decir, que porcentualmente hablando asciende a un 22,58%. En conclusión, ha aumentado en un 7% la cantidad de mujeres nominalmente hablando en Chile, en respecto a la composición de la Cámara de Diputados.
Entonces hay atisbos claros que hubo un suceso que empoderó, incrementó la participación política de las mujeres en Chile, si se pasa de 19 a 35 Diputadas en 4 años, algo lo ocasionó, pero antes de aquello, hubo una encuesta antes del Estallido Social y de la Pandemia, la cual fue el Estudio Longitudinal Social de Chile, elaborado por el COES, la cual reflejaba que el interés en las mujeres por la política, era inferior al del hombre, con un 19% de interés en mujeres, versus un 25,3% en hombres, la respuesta que sí llama más la atención es cuando se pregunta respecto a una participación futura de las mujeres en política, la que reflejaba que sí lo quieren hacer pero deben haber las condiciones para poder hacerlo.
Es decir que la mujer en política siempre ha querido participar, pero al no existir Educación Cívica, ni organizaciones sociales que impulsen aquella participación, la mujer no se hace parte, pero sí luego del Estallido Social en Chile, y sobre todo con la creación de las Mesas Sociales, y los Cabildos Ciudadanos, las mujeres se hacían presente con sus ideas y prácticas para
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lograr alcanzar un real reconocimiento social y organizacional, lo cual fue reflejado en el resultado de la Paridad, reconocida por la ley Nº21.116, la cual, por vez primera reconoce que la cantidad de mujeres electas en el proceso electoral, debe ser igual a la cantidad de hombres electo, en Distritos que lleven un número par de electos; en Distritos electorales donde se elija un total de candidatos impares, no puede ser mayor a 1, la cantidad de mujeres u hombres, es decir, si se eligen 5 en total, pueden ser 3 hombres y 2 mujeres o viceversa.
El antecedente que derivó en aquello, también fue lo que se denomina la primavera feminista, en el 2018, la cual significó una reivindicación política ciudadana respecto al reconocer la violencia de género y la discriminación sobre la que muchas mujeres en Chile había y han sufrido. En mayo de 2018, se desató una ola de denuncias respecto a acoso, a situaciones de abuso de poder en universidades, en abril
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incluso diferentes actrices famosas denunciaron al director de televisión, Herval Abreu, lo cual fue bandera de lucha para miles de mujeres en Chile respecto a la reivindicación política de ellas. Universidades como la Austral, fueron tomadas en el mes de abril de 2018, como respuesta a la nula acción respecto a los protocolos de prevención del abuso y del acoso dentro de la misma.
Se concluye entonces que sí hubo un aumento ligado a que la mujer en su conjunto, tuvo mayor visibilidad respecto a las demandas ciudadanas, inclusive en todas las comunas de Chile, en el periodo del Estallido Social hubo performances con el título del “Violador eres tú”, en el cual resignificaba el valor de la mujer dentro de la sociedad e incluso acusaba al macho de ser causante de muchos de sus males, además, la cantidad de mujeres que asistía llenaba las plazas de cada ciudad.
Según información recuperada en marzo 14, 2023 desde <https://www.servel.cl/2021/09/22/servelpublico-padrones-electorales-definitivos-para-chile-y-el-extranjero-y-nomina-de-inhabilitados/>
https://www.camara.cl/equidad/img/docs/periodos.pdf - Serie de Apuntes de la Cámara de Diputados Nº 2.”Participación Política de la mujer en Chilehttps://www.camara.cl/equidad/img/docs/ periodos.pdf”, Cámara de Diputadas y Diputados, 2019. P.3-6. ISBN 978-956-7699-XX-X
Según información recuperada en marzo 14, 2023 desde <https://www.senado.cl/comisiones/reformaal-sistema-electoral-que-aumenta-numero-de-integrantes-del>
Figueiredo, A., Jiménez-Moya, G., Paredes V. & González, A. (2017). Módulo 5: Brechas y actitudes: La desigualdad entre hombres y mujeres y los roles de género. Estudio Longitudinal Social de Chile, ELSOC (Nota COES de Política Pública N°12, octubre) ISSN: 0719-8795. Santiago, Chile
Recuperado desde <https://www.bcn.cl/procesoconstituyente/detalle_cronograma?id=f_publicacionde-la-ley-21-216-paridad-de-genero-para-el-proceso-constituyente>, recuperado en marzo 14 de 2023.
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Palabras clave: Verdad, comunicación, mundo digital, lenguaje.
La construcción de verdad en lo digital
Santiago Arias Rodriguez
El ejercicio colectivo/social de producción de sentidos, de signos, de significados es un procedimiento dado por sentado: su predictibilidad descansa en una serie de mecanismos de saber-poder predeterminados que, desde la obra del filósofo y semiólogo francés Roland Barthes (1915-1980), sirven a una utilidad ideológica concreta con el beneplácito del mito.
Naturalizar la historia, a través de la propagación repetitiva del mito, funciona para dotarla de un aura ontológica, innegable, indiscutible, infranqueable. Responde entonces a una intención formada tendiente la conservación de un statu quo que beneficia intereses particulares, a costa de la libre proliferación de perspectivas de vida que cuestione y disputen los sentidos inflexiblemente establecidos.
En este escenario social de producción desigual de los elementos del lenguaje que sirven para describir y crear la realidad y sus verdades consti-
Santiago Arias Rodriguez, politólogo colombiano (USB). Maestrando en Comunicación y Cultura Contemporánea (CEA-UNC). Fundador de la plataforma de comunicación política digital Es De Politólogos. Interesado en tecnología, ética, consumos digitales y hábitos culturales en la era TIC.
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tutivas, florecen hoy en el universo de las tecnologías de la información y la comunicación, perspectivas multipolares desde todos los puntos de demarcación posible en el espectro ideológico tradicional (izquierda-centro-derecha), y fuera de este.
Así, resulta pertinente y urgente hurgar en las posibilidades, desafíos y crecientes obstáculos que el proyecto desnaturalizador de desmonte del sentido común y el mito desde la lupa barthesiana presenta en nuestros tiempos: por un lado, un proyecto necesario de reevaluación del lenguaje de producción de verdad que supere los viejos poderes. Por otro lado, una puerta abierta para proliferación de discursos negacionistas que hacen un revisionismo peligroso de la historia que es conveniente capturado por los grandes ‘medios de comunicación’ y beben de las noticias falsas, las conspiraciones y la posverdad.
Tal como nos lo recuerda Verón “(...) no es posible imaginar un proceso de comunicación sin la producción de un evento material, sensible, diferenciado tanto de la fuente como del destino” (1977: p. 144). La observación del sociólogo argentino parece proponer dos puntos de partida, uno práctico (a) y uno político (b): bajo el primero (a), reconocer la materialidad de la forma comunicativa permite retirar capas de redundancia innecesaria cuando hablamos de ‘medios de comunicación’, en tanto se presupone que todo hecho de la comunicación carga ya en su definición un sentido de la mediación con las formas y las materias. Desde el segundo (b), es imposible no recordar al Roland Barthes de ‘El Susurro del lenguaje’ (1971): la semiología es un ‘programa‘ o un ‘deseo’ (pp. 86-87) que al proponer una ciencia crítica del lenguaje y la producción de sentido que desmantele sus regímenes, levanta una tarea: “cambiar el objeto en sí
mismo, (...) engendra un nuevo objeto, (un) punto de partida de una nueva ciencia” (pp. 87).
Es, tal vez, el eco de la voz estructuralista de Barthes, resonando a este lado del Atlántico (de la mano de semiólogos como Verón, por ejemplo) en forma de una agenda política que repiense lo que damos en llamar ‘sentido común’: creemos que temas que ocupan hoy lugares clave en la agenda de la opinión pública latinoamericana con carácter progresista , como los usos y prácticas en el lenguaje inclusivo, las políticas identitarias y de género, hasta la vandalización y destrucción pública de simbología material de la época de la colonización española del siglo XV encarnadas en los monumentos y estatuas de colonos, reyes, reinas y próceres, presentadas en el marco de las grandes movilizaciones sociales más recientes en Colombia, Chile, México, Ecuador o Perú, dan todas cuenta, del surgimiento fortalecido de un singular ejercicio de disputa multipolar emergente por la verdad a través de los símbolos que la constituyen.
Se presencia una suerte de reescritura crítica de la historia desde sectores que no han sido actores activos de la producción del sentido, y que ahora, por la democratización de ciertos espacios (pues no todos) de la vida pública en lo digital, se mueven entre las periferias y los centros de información activando debates, conversaciones y deliberaciones públicas que, alimentadas por las crisis de las democracias liberales y sus sistemas de representación (Welp, 2022), encuentran un margen inestable pero palpitante en sus fronteras para crear nuevos sentidos, nuevas formas de ciudadanías, nuevos valores para la vida cotidiana.
Vistos así, los puntos de partida que rastreamos en de Eliseo Verón funcionan
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como herramientas que hacen de la práctica de su semiosis social, una que puede conectar los fenómenos sociales con la producción hegemónica de la realidad, y que disputa efectivamente la construcción colectiva de un nuevo despliegue de la verdad, uno que no caiga en la trampa de naturalizar los hechos históricos, so pena de resultar, como lo ha sido siempre, beneficioso para intereses particulares cuya utilidad ideológica es ocultada por lo que Barthes entiende como “la más grosera de las censuras (la de las costumbres)” (Simón, 2012: p. 27).
Respecto a cómo practicar la semiosis de Verón, encontramos su propuesta de doble hipótesis o doble anclaje: un ida y vuelta donde, toda producción es necesariamente social, y en consonancia, todo fenómeno social es un proceso de producción de sentido. (Verón, p.125). Es esta, una perspectiva necesaria de interdependencia que sitúa todo sobre lo cual es puesta la etiqueta ontológica de lo natural (en tanto realidad física, set de determinaciones y leyes físicas inmutables), por fuera, o ajena, del gobierno de la producción cultural, que es inherentemente histórico y elaborado por la subjetividad humana.
Así entonces, el programa político barthesiano que observa y propone el desarme de los elementos del lenguaje cotidiano, común, estereotípico, prejuicioso, moral, cristalizado, automático, encaja en la puesta en práctica de un encuadre cognitivo socializado (idem, p. 126): el poder del mito, de la ideología, reside en su recurrencia deformativa , en cómo la repetición de la doxa (de lo instalado en el imaginario colectivo como ‘sentido común’) se purifica gracias a un ejercicio de profilaxis (Simón, 2017: p. 51) donde se encuadra (se hace una selección de lo decible) lo cognitivo (el conocimiento, los saberes, las cartografías históricas del pensamiento) para
que, a través y con su socialización, la legitimidad funda los lenguajes en la verdad. La realidad en tanto lo real ha sido creada, y su existencia depende de que los grupos humanos que la crearon y la experimentan fenomenológicamente, le den vida a través del hábito funcional y la repetición.
En relación a esta demarcación propuesta, entendemos que:
La ideología, no vive (al menos de forma exclusiva) en los prejuicios y las creencias (constitutivos protagónicos del reino de los símbolos): la ideología goza de efectos materiales, corporales y orgánicos.
La existencia de mitologías suponen la existencia necesaria de un mitólogo: un agente o un conjunto de agentes que impulsan las convenientes formas de la doxa, cuyas producciones de sentido, reafirman formas de organización social acabadas, determinadas e incuestionables.
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Referencias
Barthes, R. (1999). La mitología hoy [1971] en El susurro del lenguaje. Barcelona: Paidós.
Bronner, G. (2015) ‘Belief and Misbelief Asymmetry on the Internet’. Wiley.
Calvo, E. & Aruguete, N. (2020). Fake News, trolls y otros encantos. Siglo XXI Editores. Buenos Aires
Foucault, M. (2019). Microfísica del poder. Siglo Veintiuno Buenos Aires
McIntyre, L. (2019). Posverdad. Ediciones Cátedra. Madrid.
Schütz A. & Luckmann T. (1984). Las estructuras del mundo de la vida. En: https://logicacritica.files. wordpress.com/2017/08/las-estructuras-del-mundo-de-la-vida.pdf
Simón, G. (directora). (2012). El vocabulario de Roland Barthes. Córdoba: Comunicarte.
Simón, G. (2017). “Uno no es nunca propietario de un lenguaje”: Roland Barthes, el desnaturalizador (47-57). En Revista deSignis N° 26. Semiótica e Ideología(s). Lucrecia Escudero Chauvel y Teresa Velázquez García Talavera (coordinadoras del número). (Enero-Junio 2017). Recuperado de: http://www.designisfels.net
Verón, E. (1993) La semiosis social. Gedisa: Barcelona.
Verón, E. (2013) “Materialidad del sentido” en La semiosis social 2. Bs. As.: Paidós (143- 149).
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Partido político sintético:
Una apuesta por la representación de los no representados
El presente artículo realizará un análisis de la representación, la democracia y los partidos políticos desde la propuesta del Partido Político Sintético, el partido es un proyecto para representar a aquellas personas que no se sienten representadas por los liderazgos usuales de los partidos de Dinamarca, este innovador proyecto fue realizado por MindFuture un centro tecnológico de Dinamarca. Caroline Axelsson, CEO de MindFuture y una de las mentes detrás del proyecto que creó a Leader Lars (el líder del partido sintético, el cuál es un chatbot) afirma que en caso de que el partido político hubiese conseguido una curul en las elecciones del 2005, que fue en las que apareció por primera vez en la política del país, sería un grave síntoma de la democracia.
De acuerdo con el sociólogo alemán Max Weber (2010), los partidos políticos son formas de distribuir el poder dentro de una comunidad, es decir “formas de socialización que, descansando en un reclutamiento formalmente libre, tienen por fin proporcionar el poder a sus dirigentes dentro de su asociación y otorgar por este medio a sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales”
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Alejandra Florian Camargo
Palabras clave: Inteligencia Artificial, democracia, partidos políticos, representación.
Alejandra Florian Camargo, politóloga de la Universidad el Bosque. Asistente de programas en el Instituto Nacional Demócrata y profesora de Teoría del Estado y de la Constitución en la Universidad el Bosque.
(Weber, 2010, p. 228), las comunidades han necesitado siempre la distribución del poder a causa de las asimetrías propias del mismo, la representación de la ciudadanía a través de una institución que a través de una representación jurídica, la delimitación de una ideología, banderas y priorización de algunos derechos humanos es considerada imprescindible para la consolidación de la democracia representativa, pues es el puente entre los gobiernos y la ciudadanía.
El rol de la ciudadanía es esencial para la construcción de sociedades democráticas modernas, de acuerdo con Giovani Sartori, “Hay democracia cuando existe una sociedad abierta en la que la relación entre gobernantes y gobernados es entendida en el sentido de que el Estado está al servicio de los ciudadanos y no los ciudadanos al servicio del Estado, en la cual el gobierno existe para el pueblo y no viceversa” esa relación mencionada por Sartori delega a los partidos políticos una responsabilidad considerable, la de representar un sector de la ciudadanía a través de una institución con capacidad de ocupar curules o cargos públicos en organismos de los Estados como Cámaras de representantes o cuerpos colegiados.
Aún cuando la democracia es el sistema ideal, el estado de las democracias a nivel mundial no es muy alentador, según el índice de la democracia de The Economist (2022). A nivel global el índice refleja que un 45,3% de la población mundial vive en una democracia de algún tipo y sólo el 8% vive en una democracia plena. El panorama es sombrío, agrega el informe, el declive del estado de las democracias puede pertenecer a diferentes variables, sin lugar a dudas las consecuencias de la pandemia por el virus SARS 2 o COVID19 son amplias, la restricción de libertades individuales por las cua-
rentenas estrictas, la suspensión de un gran sector de la economía por el confinamiento y la deuda estatal que ello generó, deja a los estados del mundo en una encrucijada, mientras todos los esfuerzos se enfocaron el fortalecimiento de las políticas públicas de salud y el control demográfico por la alta tasa de muertes generadas por el virus, el empobrecimiento de las poblaciones más vulnerables desencadenó además de pobreza estructural, que según Galtung (2003) se centra en el conjunto de estructuras que no permiten la satisfacción de las necesidades y se manifiesta, precisamente, en la negación de las necesidades. Y ello incrementó la inseguridad, inestabilidad de los gobiernos y poca tolerancia a la vida.
No obstante, la pandemia no fue la única causa del detrimento de las democracias, de acuerdo con el último informe del Latinobarómetro de las Américas, nombrado Adiós a Macondo, 13% de las personas preferirían vivir con un régimen autoritario siempre y cuando le garantice sus derechos sociales fundamentales, este “intercambio de libertades” es una clara demostración de lo que puede ser el fracaso de los Estados en el marco de la garantía de los derechos para su ciudadanía. En América Latina y el Caribe la confianza en las instituciones políticas está así:
En promedio, la Iglesia está en primer lugar con el 61%, le siguen las Fuerzas Armadas con el 44%, una diferencia de 17 puntos porcentuales. Las FF.AA. aparecen como la institución del Estado con la mayor confianza. A continuación, está la Policía con un 36%, y después el Presidente con un 32%. Las instituciones electorales en cada país se sitúan en quinto lugar con un 31%. Las otras cuatro instituciones más importantes para la democracia están al final de la lista: gobierno (27%), poder judicial (25%), parlamento (20%) y partidos políticos (13%).
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Es decir, de todas las instituciones que están en la lista de instituciones propuesta por el latinobarómetro los partidos políticos ocupan el último lugar en términos de confianza, y son superados por la iglesia, las fuerzas armadas y la policía. Con esto en mente, es posible afirmar que los partidos están atravesando una crisis de representación política, pues la ciudadanía no confía en la institución y por consiguiente no se siente representada por ella.
Partido político sintético danés (dsp)
Ahora bien, en busca de la representación a nivel mundial se han presentado varias propuestas de partido políticos en busca de la representación real, personas que no hacen parte de las cabeceras municipales, o que hacen parte de la comunidad LGBTIQ+, mujeres y otras en situación de subrepresentación. Una de las apuestas más interesantes e innovadoras de este partido político de Dinamarca, que tiene como enfoque la tecnología y la ciencia como herramientas para resolver las problemáticas sociales y políticas a través de las evidencias y la racionalidad.
La máxima propuesta de valor del partido es que al ser liderado por la inteligencia artificial está exento de sobornos, presiones o chantajes. En una entrevista realizada al líder del partido, quien fue nombrado Leader Lars, la inteligencia artificial afirma: “Creo que un político como yo podría ser más efectivo porque tomaría decisiones basadas en los datos y en la lógica en lugar de en las emociones”, lo cual problematiza el liderazgo pues no siente tampoco empatía por la humanidad, la pobreza o la desigualdad y discriminación que son tan comunes en las sociedades en la actualidad. Caroline Axelsson, CEO de MindFuture y una de las mentes detrás del proyecto que creó a
Leader Lars afirma que: hay personas que creen que una máquina ejercería mejor el liderazgo de una nación o representaría, por ese motivo el Partido Político Sintético se enfoca en el 20% de personas que no van a votar de manera usual en Dinamarca, y quieren así mostrar su descontento, lo cuál es un grave síntoma de la democracia actual.
Algunas de las propuestas más relevantes del partido político son:
Creación de un “Ministerio de Tecnología y Ciencia”, que tendría como objetivo promover la investigación y el desarrollo tecnológico en Dinamarca. Lo que crearía nuevos empleos.
Creación de una “moneda digital” respaldada por el Estado, que podría utilizarse para facilitar el comercio y la transferencia de dinero. Según el partido, una moneda digital podría reducir los costos de transacción y mejorar la eficiencia en la economía danesa.
La reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la promoción de la energía renovable. El partido aboga por la creación de un “fondo climático” financiado por un impuesto sobre las emisiones de carbono, que se utilizaría para financiar proyectos de energía limpia y mitigación del cambio climático.
En cuanto a la educación, el Partido Sintético de Dinamarca ha propuesto un enfoque basado en la personalización y la tecnología. El partido aboga por el uso de la inteligencia artificial y otras tecnologías para crear planes de estudio personalizados para cada estudiante, lo que podría mejorar la calidad de la educación y reducir la desigualdad.
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Finalmente, el partido ha sugerido el uso de tecnologías de reconocimiento facial para verificar la identidad de los solicitantes de asilo y el uso de la inteligencia artificial para analizar los perfiles de los solicitantes y determinar su elegibilidad para ingresar al país.
A manera de conclusión, es preciso reconocer que la democracia está atravesando un momento considerablemente importante, pues la cifra de 13% de personas que prefieren un gobierno autoritario que garantice sus derechos, según el latinobarómetro de las Américas (2020) aunque parece menor es importante.
Aún cuando la situación actual de la democracia y los partidos políticos es difícil, tener una inteligencia artificial como liderazgo de un partido político y en representación de la ciudadanía puede contraer riesgos considerables y un retroceso en el avance de derechos humanos, por ejemplo:
Comenzando con la última propuesta listada en líneas previas, el Partido Político Sintético sugiere el uso de tecnologías para el reconocimiento facial de solicitantes de asilo y con ello analizar los perfiles y determinar su elegibilidad, sin embargo ¿cuáles serían las variables de elegibilidad?
Referencias
¿Si las personas en situación de vulnerabilidad comparten rasgos faciales o características fenotípicas serán excluidas de forma sistemática reforzando el racismo y la aporofobia? o el robustecimiento de la inteligencia artificial generará nuevos empleos para las nuevas generaciones ¿dejando a un grupo etario sin posibilidad de trabajar?
Por otro lado, los beneficios pueden ser enormes, al incrementar la confianza en el sistema democrático, la representación de la ciudadanía a través de partidos políticos y por consiguiente aumentar el padrón electoral y minimizar los porcentajes de abstencionismo.
Son muchas las preguntas que nacen al analizar la propuesta del Partido Sintético de Dinamarca que si bien puede estar exento de la corrupción, la desviación de recursos o las malas prácticas puede que replique el racismo, la discriminación y la aporofobia a ser exento también del contexto, la realidad y sobre todo la empatía.
WEBER, MAX (2010): Sociología del poder: los tipos de dominación, Alianza Editorial, Madrid.
LIPSET, SEYMOUR M. y STEIN, ROKKAN (1987): “Estructuras de división, sistemas de partidos y alineamientos electorales”, en Albert Battle (compi.): Diez textos básicos de ciencia política, Editorial Ariel, Barcelona, pp. 231-273
LOCKE, JOHN (2003): Segundo ensayo sobre el gobierno civil, Losada, Buenos Aires.
Galtung, Johan. (2003). Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la violencia. Gernika: Bakeaz/Gernika Gogoratuz.
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ENTREVISTA
Voces de la región
La cultura del diálogo, la gestión del disenso y la acción no violenta en América Latina y el Caribe
Introducción:
Hoy tenemos en Red Información a María Belén Garrido Directora general y facilitadora de la organización Acción no violenta de las Américas, quien es investigadora y docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y a Omar Rodríguez Facilitador en Desarrollo personal y mediación de conflictos y Director para ecuador de la Fundación Estudio Mediación Paz y Resolución de Conflictos CEMPROC, estaremos hablando de la resolución de los conflictos, la gestión del disenso y las acciones no violentas en América Latina y el Caribe.
¿Consideras que la pandemia trazó la cultura de la acción no violenta a causa de las cuarentenas y los confinamientos? ¿Qué crees que este fenómeno trajo para la región y qué puente puedes hacer con respecto a las repercusiones en términos de las crisis actuales?
M: La pandemia cambió muchas cosas en la región, nosotros previamente dábamos cursos presenciales sobre Acción No Violenta, y debido a la pandemia cambiamos a cursos virtuales, lo cual tuvo un impacto positivo y negativo. Positivo porque muchas personas que no podían viajar al Ecuador, donde teníamos los programas presenciales, pudieron aprender en línea, pero ese intercambio de estar con otros activistas en un mismo lugar y conocer sobre las experiencias que ellos y ellas han tenido en diferentes países de la región, sobre cada una de las luchas que ellos enfrenten, no fue posible.
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María Belén Garrido Omar Rodríguez
Ahora, en cada país también hemos visto cómo sobre todo temas de activismo en redes o violencia digital ha aumentado increíblemente, y es por eso que nosotros también tenemos un blog y un podcast a través del cual fomentamos que los activistas, sobre todo sociales y académicos, intercambien sus conocimientos sobre cómo sobrellevar las luchas que tienen en sus respectivos países y se aprenda a nivel regional, porque hay temas muy comunes en la región, como es, por ejemplo, las luchas de género por el medio ambiente, por la explotación de recursos naturales, por derechos humanos; y los activistas, sobre todo, han encontrado muchas experiencias comunes, que les ha servido mucho en esta época de pandemia.
En términos de conciliación, diálogo y gestión del disenso ¿cuál considera que es el Estado de la región de América Latina y el Caribe? Teniendo en cuenta las situación social y política de países de la región cómo Perú, Chile y Brasil.
O: En temas de conflicto, a nivel constitucional tenemos muchos desafíos. Por eso nosotros tenemos este programa, que busca darles a las personas herramientas para que puedan empoderarse en sus derechos, que los puedan reclamar de una manera inteligente a través de las estrategias pacíficas. Ya tenemos la experiencia de que las herramientas violentas nunca traen nada bueno, por eso nosotros nos enfocamos 100% en fomentar este tipo de herramientas, para que la gente se pueda manifestar y se pueda lograr cambios sociales.
Quitando a los grupos de poder, usando herramientas y que ellos puedan manejarlo desde un punto de vista mucho más social y sobre todo alcanzar objetivos, que son beneficiosos para la sociedad en general.
¿Cuál consideras que es la razón por la que las crisis sociales y políticas no sean mediadas ni conciliadas usualmente? Es decir, ¿por qué las crisis y movilizaciones no comienzan con mesas de diálogo o espacios de participación?
M: Cuando tú miras el sistema democrático que tenemos en América Latina, este no está consolidado como en los países occidentales, hablamos, por ejemplo, de Alemania, donde existe normalmente una demanda social, existen diversos canales a través de los cuales la sociedad puede expresar su insatisfacción al respecto. A pesar de que en Alemania también existen protestas y la gente sale, y es una forma muy común de la gente o activistas demostrar su descontento sobre alguna política en específico.
Ahora, lo importante es cómo estas acciones son rápidamente procesadas por parte del gobierno, para que no lleguen a situaciones como las que recién pasaron en el Perú con las protestas, que en Argentina también pasó o en Chile
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últimamente y que dieron lugar a la reforma constitucional. Los problemas que tiene América Latina son más de carácter estructural. Esta es una de las regiones más desiguales del mundo y esto provoca que los sectores que consideran que no está siendo correcta la distribución de la riqueza, busquen también otras formas de lograr la atención del Estado para que sus derechos también sean atendidos y no de los de ciertos grupos solamente.
Entonces, lamentablemente, en América Latina existe una crisis política, sobre todo de los partidos políticos, en ser estos canales de representación que conectan específicamente las demandas de la sociedad civil, con lo que el gobierno debería responder. Y como tenemos, sobre todo en América Latina, un sistema en su mayoría presidencialista, esto tampoco ayuda a que estos sistemas sean canalizados, sino que se creen diferentes bloques, como lo que vemos en los bloques de oposición que, en lugar de ayudar a canalizar estas soluciones para estos problemas, son grupos de oposición que no facilitan ni el diálogo, ni la mediación, ni una forma pacífica de solucionar estas problemáticas.
¿Cuál crees que es el rol de la ciudadanía en los procesos de participación y diálogo? ¿La ciudadanía ha propuesto alguna metodología innovadora de resolución de conflictos a través del diálogo y la negociación?
M: El rol de la ciudadanía es clave, sobre todo cuando existe una sociedad organizada, cuando no son grupos dispersos, sino que logran que sus objetivos e intereses puedan encontrar puntos comunes con otro tipo de grupos de la sociedad. Para que una acción no violenta sea efectiva y sea exitosa son necesarias las movilizaciones masivas. ¿Por qué? Porque parten de la idea de que, si la mayoría de la población decide no cooperar con el gobernante, en diferentes formas, un gobernante no puede mantenerse en el poder. Entonces mientras más grupos de la sociedad organizados decidan no cooperar o por ejemplo hacer una protesta activa en relación a un tema específico, es muy difícil para el gobierno ignorarlos o reprimirlos.
Ahora también hay que nosotros a través como como te había explicado, o sea, es la Universidad Católica del Ecuador, entonces ahí también estamos bastantes académicos que nos dedicamos al estudio de la resistencia no violenta, lo que tratamos es de justo dar a conocer casos específicos donde con prácticas, estrategias se refleja, lo que han hecho diferentes comunidades en diferentes países de América Latina.
Tratamos de buscar sólo ejemplos de América Latina de manera que los activistas de otros países no sientan esa distancia de alguna cultura diferente, sino de realidades muy cercanas. Entonces tenemos ejemplos de Perú, de comunidades locales en Colombia que a pesar del conflicto armado, lograron reducir los niveles de
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violencia dentro de sus comunidades en forma no violenta, a través de diferentes estrategias que presentamos en los cursos que damos, desde una metodología sobre cómo se deben llevar a cabo estas acciones, cuáles son las características que van a ayudar a que ellos sean más exitosos como por ejemplo con la disciplina no violenta o la unidad dentro del mismo, del mismo grupo, que sean personas no sólo de un una etnia o un grupo social específico, si encuentras en la casa de tu mujeres, niños, ancianos, discapacitados, la mayor variedad jóvenes, viejos, eso también afecta porque se da cuenta que no es un grupo específico sino que es la sociedad en general que está en contra de una medida específica.
Esto también hace que el gobierno recapacite y reflexione sobre cambios necesarios y que se dé cuenta que la sociedad no está de acuerdo con las decisiones que se están tomando, lamentablemente los canales de comunicación no son fluidos y muchas veces los gobiernos están trabajando en una idea, pero que no va reflejado con lo que necesariamente muchos sectores de la sociedad están pidiendo.
¿Cuál crees que es la mejor herramienta de conciliación o negociación entre la ciudadanía o grupo que se manifiesta y el gobierno o representante con el que se presenta algún descontento?
M: Esto depende del país, depende de la situación y depende del contexto en cada país; puesto que no existe una fórmula mágica, lo importante aquí es analizar la situación en cada país para que se logre volver al diálogo, pero para eso son necesarios los mecanismos de presión, que pueden no necesariamente poner en peligro a las personas por ejemplo podríamos estar pensando en Venezuela o en Nicaragua. Hay diferentes acciones dispersas las cuales muestran que la población no está de acuerdo con una medida específica sin que esas personas puedan morir en la calle, la región es muy diferente, cada país es muy diferente, no es posible dar una solución que sea aplicable en Venezuela lo mismo que en el Ecuador, la situación política es diferente, entonces damos son como patrones generales, ejemplos de lo que se ha hecho en Serbia, en Ucrania, en la revolución naranja, etc. y sobre todo para como aprender las lecciones y cuáles fueron las claves para su éxito.
De los espacios de participación y diálogo existentes, ¿cuál consideras que es un espacio de diálogo exitoso?
O: Nosotros fomentamos el tema de la meditación que nos parece una herramienta muy especial para que las personas puedan llegar a acuerdos, el problema es que muchas veces una parte desea solamente irse para su lado y la otra también y ahí es donde se da el conflicto, pero si cada uno logra pensar también en el bienestar del otro y buscar que los resultados sean beneficiosos para las dos
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partes, se puede llegar a un espacio de conciliación, de llegar a buenos acuerdos, visto en las experiencias que hemos trabajando con niños, entrenándolos como mediadores de conflictos.
El tema de la mediación y la reconciliación es lo más acertado, si buscamos los intereses comunes, se pueden encontrar los principales puntos de crecimiento, donde las estrategias de aprendizaje se han desarrollado muy bien.
¿Qué estrategias consideras que deben ser implementadas para fomentar el diálogo y la gestión del disenso en los países de América Latina y el Caribe? ¿Qué consejos le darías a la ciudadanía?
M: Algo que es importante y muy poco se aplica en América Latina es la comunicación no violenta, una metodología que se da desde los niños. Existen métodos, como el de la jirafa y el lobo, que intercambian la comunicación de cómo habla un lobo y cómo habla la jirafa, que en estos casos es la persona que trata de entender los sentimientos, los intereses, que no demanda, que no reclama, sino que trata de ser receptivo, con unas bases de comunicación no violentan en el cual es mucho más fácil fomentar un diálogo, una mediación o una negociación. Entonces sí es bien importante en la escuela fomentar este tipo de metodología en los niños para que ellos aprendan a expresar sus sentimientos y expresar sus intereses y no simplemente se mantengan en sus posiciones, sino que aprendan a reconocer lo que está detrás.
Ahora bien, lo más importante es la educación. En el instituto nos centramos en la formación, o sea, dar a conocer e investigar, siempre nos enfocamos en estudiar las guerras, los conflictos, por qué se dan, cómo se dan, pero no existe un registro de ¿cómo solucionar de forma pacífica un problema?. Hay muchas experiencias de personas de diferentes grupos en América Latina que en una forma no violenta lograron soluciones para sus problemas, lograron avances, lograron reducir la violencia y alcanzaron ciertos objetivos, pero exactamente no a través del uso del daño físico a la otra persona.
En ese sentido, creo que lo fundamental es la formación, pero también la investigación, y la investigación de los casos de América Latina, de lo que pasa aquí en la región, para que la gente se dé cuenta que es una realidad que tenemos cercana, que hay otras soluciones que se pueden implementar y que han funcionado, pero para eso, es necesario también llamar a todos los académicos de las universidades de América Latina a que se centren en estos casos, a que escriban sobre este tema.
O: Yo creo que vivimos en culturas de la violencia. En los medios de comunicación muestran a supuestos héroes que en realidad son antihéroe que utilizan la
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violencia. Las familias suelen enseñar a sus niños que la violencia es una solución y no es verdad. La violencia solamente genera más violencia, entonces, la violencia que se vive en la familia se transmite a la comunidad, a la ciudad, al país y la violencia en los países se transmite a otros países.
El problema del país vecino, me va a afectar tarde o temprano, lo que está pasando en Europa, tarde o temprano nos va a afectar en Latinoamérica, ya todo está globalizado y la violencia no va a ser una respuesta efectiva en el largo plazo. Debemos pensar en cómo educamos a nuestros hijos. Esta vez el futuro es mucho mejor para solucionar nuestras dificultades de manera no violenta, puesto que la violencia rompe con las relaciones y la paz; las herramientas pacíficas fortalecen a la sociedad y nos permiten unirnos mediante la paz y la reconciliación, que es la mejor manera que tenemos como países para prosperar.
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