Revista Letr贸nica de Ventoquipa
DIVAS Un remanso para el desmadre intelectual
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Revista Letrónica de Ventoquipa Número 10 Julio de 2012
Consejo Editorial: Alex Hernández alherli3@yahoo.com Pedro Flores pedrolfloress@gmail.com Roberto Torres roberto_torres_mx@hotmail.com Paco Olvera pacolvera@yahoo.com Joel González joel.gonzalezm@live.com
Portada de Paco Olvera
Fotos de Felipe Kadick
Revista Letr贸nica de Ventoquipa N煤mero 10
RLV 10
Julio de 2012
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Contenido Editorial
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Jitomatazos, Cebollazos y otras Yerbas
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La Vitrina de los Muñequitos de Azúcar Ora sí se va a acabar el mundo (Paco Olvera)
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Desde Dentro Disciplina deportiva (Ricardo Malváez)
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Entrevista a Mónica del Carmen (Paco Olvera)
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Arrieros Somos El camino del Azteca (Paco Olvera)
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De pinta en Ventoquipa Las Divas: arte y escándalo (Bernardo Marcellín)
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Póker de Divas (Ricardo Malváez)
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En la charla con Tania Libertad (Ricardo Malváez)
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Dos noticias inconexas (Pedro Flores)
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Reto 30 días de películas/Parte III (Alexandro Hernández)
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Haciéndole al Cuento La más buena de la escuela (Paco Olvera)
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Aún viajo a mi infancia de vez en cuando (Iribar Sánchez)
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En este mundo de juguete (Iribar Sánchez)
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Sí, soy Pedro (Iribar Sánchez)
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El hombre en el espejo (Ricardo Malváez)
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El hombre sin sueños (Ricardo Malváez))
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Plantas (Felipe Kadick)
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Viajero en el tiempo (Felipe Kadick)
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La Sociedad de los Poetas Nonatos Profetas de ciudades tristes (Alexandro Hernández)
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La carta (Pablo Flores Serrano)
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Corazón dividido (Ricardo Malváez)
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Patricia sin chichis (Ricardo Malváez))
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Writer Hero Que el universo es una crisálida (Gustaf Sobin)
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Al Valle de las Calacas 115
La Dona (Paco Olvera)
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Adiós Tabucchi, adiós Fuentes (Alexandro Hernández)
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El último baile de Donna Summer (Roberto Torres)
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Editorial Aquí vamos de nuevo, tarde pero sin sueño, o mejor dicho, nos tardamos pero no dejamos uno sólo de nuestros sueños sin ser soñado. Esta décima RLV, como una décima musa, va dedicada a las divas, esas criaturas que flotan sobre el suelo, que parece que pisan pero no lo allanan, que hacen con gracia casi incorpórea que las cosas banales se vuelvan divinas. Pero hay divas de todas, desde las verdaderamente divinas que hicieron que se les adjudicara el término, como las que Bernardo nos trae a cuenta en una escapada “De Pinta en Ventoquipa”, debatiéndose entre el escándalo y el encanto, o algunas otras que por nuestra escasa experiencia de vida nos parecían merecedoras de admiración, unas con mucha nacha como la “calzoncitos” que Paco nos cuenta en un cuento y otras de escaso pecho, como a la que le recita Ricardo en la “Sociedad de los poetas nonatos”. Divas empoderadas como las que describe Mónica del Carmen, diva viva que nos concede una entrevista o divas que cantan, como el cuarteto que nos trae a cuento Ricardo. Pero a disgusto de las divas la RLV 10 también dio espacio a otras cosas, como una crisálida que Alex nos trae con un “Wrtiter Hero”, cartas y corazones divididos de “Poetas Nonatos” y por su puesto cuentos y más cuentos, los de ráfaga inteligente y aguda de Felipe o los regresos a la infancia de Iribar. La cercanía de los juegos olímpicos nos permite hablar de prácticas deportivas que aún no se han integrado a la justa mundial, como el LIMA LAMA y la disciplina de los “quiebres musculosos” que popularizara don “Charales Aclas”. La “Vitrina de los
muñequitos de Azúcar”, almacena un recuerdo de una catástrofe que debió llegar para nuestro número pasado, pero se le “acabó el mundo”. Haciendo el camino del Azteca, arrieros fuimos, en una crónica de viajes en el tiempo. Parecerían inconexas las noticias que don Peter nos trae en su relato, pero la une el ciclo del nacimiento del grupo “The Monkees” y la muerte de un estadista icónico como JFK, y detrás de él, la primera diva de los medios, Jackie Kennedy (que luego que se aburrió de ese apellido se volvió Onassis). Continuamos hablando de cine, en la parte final del ejercicio que iniciamos hace varios números, de películas que nos generan emociones. Y hablando de cine, como dice Joe Black, “Dead and taxes”, el también inevitable viaje al “Valle de las Calacas”, que en esta ocasión emprende doña Donna, quien se une a un sinfín de divas que han dejado su vida para iniciar su leyenda. Juntamos a la Caballé y a la Callas con la “Tussita”, la del Carmen, la Pavón, la Libertad, la León y la Summer. ¿Cómo la ven? ¿A poco no quedo divina la RLV 10? Esperamos que las divas los dejen listos para que en el próximo número, hablemos de otro tipo de leyendas, cuando refiramos las hazañas de héroes y heroínas deportivas.
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Paco Olvera
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Jitomatazos, Cebollazos y otras Yerbas Parece que después de todo, tenemos una lectora. Sólo porque ella nos lo pide, aquí está el número 10 de la RLV. Muchas gracias por sus comentarios.
Estimados editores: Disfruté la lectura del número 9. Me agrada la postura crítica de Marcellín cuando pone en duda la existencia de periodos de pánico asociados con el fin del mundo. Disfruté leer a Paco Olvera en su artículo Grandes Amigos. En especial me identifiqué con su descripción cuando señala que con los amigos puedes formar el equipo perfecto con el que puedes lograr retos en la vida y te sientes invencible. Yo he tenido este sentimiento y, con mis amigos, hemos logrado realizar proyectos que yo sola, no sería capaz de hacer. “El Solitario Jorge” me sorprendió. Al iniciar la lectura, me fui formando la imagen de una persona y cuando encontré que se trataba de una tortuga en extinción realmente me asombré por la forma en que el autor construyó el cuento. Me gustó mucho. Quedo en espera del número 10. Abrazo para todos. Emma (desde Chiapas).
Comentario de los editores de la RLV:
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Esperemos que el autor de El Solitario Jorge no tenga virtudes premonitorias pues lo que era una ficción se convirtió tristemente en realidad: tras su larga vida, El Solitario Jorge falleció el día 24 de junio de 2012, con lo cual se dio la extinción de su especie. Por si las dudas, el supersticioso autor promete no volver a escribir sobre la muerte de seres que aún viven.
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La vitrina de los muñequitos de azúcar Ora sí se va a acabar el mundo Paco Olvera
pantaloncillos cortos, así como las corbatas de “ganchito”, pues cuando eras grande, ya debías poder hacer el nudo a tan elegante prenda de vestir. En nuestra rutina de aquel entonces esto era “lógico”, a los chavos de ahora les parecería “ridículo”.
Ora sí se va a acabar el mundo. No recuerdo con claridad los detalles de los acontecimientos, pero lo que sí recuerdo son las sensaciones. También es cierto que en aquel entonces, tampoco sabía los nombres de esas sensaciones, pero la forma tan intensa en la que se adueñaban de mi cuerpo es algo que no se puede olvidar, por eso es que fue posible determinar su correcta denominación, aunque para ello hayan mediado varias décadas. Ahora puedo decir que lo que sentía era ansiedad. La rutina y la costumbre tienen la mágica propiedad de generar certidumbre y tranquilidad, sobre todo en nuestros primeros años de vida. A partir de ellas, se pueden construir reglas que nos permiten inferir los acontecimientos futuros, así como dirimir puntos de desacuerdo. En la escuela, “todo mundo” sabía que al finalizar la segunda hora de clases, salían al recreo en forma simultánea los alumnos de primero y sexto. Era “lógico” que los de primero jugaran en el patio “chico” y los de sexto en el patio “grande”. También era del conocimiento público que al terminar la siguiente hora, saldrían juntos los de segundo con los de quinto, y para finalizar, salían los de tercero y cuarto. Esta última sección era de transición, pues a diferencia de los otros recreos, estos grupos estaban muy “parejos” y no era tan claro saber quiénes eran los “chicos” y quiénes eran los “grandes”, lo cual generaba mucho antagonismo y enfrentamiento entre ellos. Los desacuerdos eran resueltos de nueva cuenta con ayuda de las costumbres: los de tercero aún usaban pantalón corto y los de cuarto ya usaban pantalón largo, lo cual dejaba bien claro quién era quién. Pasar de tercero a cuarto, era entrar al mundo de los grandes, pues significaba dejar los
El Patio “Grande”
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La salida de la escuela también era un proceso rutinario. Todos a formarse por grupos en el patio grande. Luego que nos formaban a todos, rezábamos una plegaria final para agradecer los dones recibidos durante el día. A continuación, comenzaban a salir algunos de los alumnos, los que en la jerga de la escuela denominábamos “los de a pie”, pues eran los que tenían permitido marcharse solos a su casa y lo hacían caminando. Acto seguido, comenzaba a salir, despachados por sus respectivas maestras de grupo, aquellos por quienes pasaban sus padres para llevarlos a casa. Un último grupo lo constituíamos los “de camión”, que éramos aquellos usuarios del autobús escolar. Los que pertenecíamos a este grupo, podíamos salir antes o después que todos, pues nuestra partida dependía del arribo a la escuela de un antiguo autobús color naranja. El procese iniciaba cuando escuchábamos
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un llamado en voz alta, “¡Los de camión hagan una fila para subir!”. Y obedientemente nos dirigíamos a formarnos para abordar, y acto seguido para ocupar asientos que, sin ser asignados en forma oficial, tenían un “dueño” determinado también por la costumbre. Esto no evitó que alguna vez hubiese discusiones cuando alguien trataba de tomar uno de los lugares “privilegiados”, que en nuestro caso los constituían aquellos que estaban cerca de las ventanillas o en una banca corrida al fondo del autobús: eran cinco lugares juntos y los más alejados de la monja que cuidaba el orden, quien siempre se sentaba al frente. ¿Por qué eran codiciados? Pues porque cinco individuos podían echar más desmadre que dos, además de la bendita distancia con la molesta cuidadora. Yo tenía la ventaja que, a pesar de ser pequeño entre los pequeños (era chaparrito y de primer año), mi hermano iba en cuarto año, además de que mi mamá fue una de las promotoras de la fundación del servicio “de camión”. La membrecía tiene sus privilegios (también esto era “lógico”). La ceremonia descrita se repetía cinco veces a la semana, cada semana del año escolar. Este mar de rutina podría resultar aburrido, pero también generaba un sentimiento fundamental cuando eres niño (o ¿acaso toda la vida?): seguridad, capacidad de pronosticar.
la palabra, lo hizo porque estaba irritada de verme pasivo entre los demás niños que se quejaban por no poder salir.
Los indicios iniciales no eran muy notorios, pero definitivamente estaban fuera de rutina: ya pasaban de las 2 de la tarde y no habíamos bajado a hacer la formación al patio. En mi salón comenzábamos a inquietarnos, pues la normalidad indicaba que ya debían llegar a su fin cuatro horas de cansados ejercicios, lecturas y de estar sentado en la banca “portándose bien”. No me acuerdo exactamente, pero yo veía, o para ser más preciso sentía, que más gente de lo usual circulaba por los pasillos. Se escuchaban el ruido de pasos apresurados e incluso de pequeños trotes. Al fin, alguno de mis compañeros le preguntó a la maestra que si bajaríamos a formarnos para ya irnos a casa. La respuesta fue inesperada: nadie saldría del salón hasta que llegaran sus papás. Yo levanté la mano, y esperé pacientemente a que fuera mi turno de preguntar. La maestra al fin me dio oportunidad de hablar, más que por respetar el cívico proceso de pedir
Héctor tomó su mochila. No recuerdo con claridad, pero nos lanzó una mirada como desándanos suerte, o sintiéndose aliviado por la suya propia. Ahora era claro el origen y el objetivo de los corredores en el pasillo. Pero eso no me reconfortaba en nada. Pues aún estaba sentado en mi lugar sin una pista de lo que estaba pasando, pero algo sí era seguro: estaba pasando algo. Seguían llegando los corredores, pero ninguno para mencionar mi nombre. Seguro mi mamá no sabía nada y estaba esperando a que yo llegara en el camión junto con mi hermano. También era seguro se iba a enojar porque no llegábamos, pero lo que me consolaba era que yo tenía a quién “echarle la culpa”. Llegó una de las monjas.
-
Y los de camión, ¿nos vamos a esperar también? ¡Sí, también! ¿Y los de a pie? ¡Todos ustedes son muy chiquitos como para irse a pie! ¡No es cierto, maestra, yo me voy con mi hermano que ya va en quinto! ¡Se acabó la discusión, nadie sale hasta que vengan de la dirección a avisar que ya están por ustedes!
Sin quererlo, había comenzado un pequeño motín verbal que fue sofocado de inmediato. Me senté. Me sentía raro, no era miedo como cuando me “escapé” de la casa como media hora y me encontraron a tres cuadras, esto era diferente. Allí fue cuando experimenté por primera vez el mencionado sentimiento: ansiedad. Una de las carreras que se escuchaban se detuvo en la puerta de nuestro salón:
-
¡Ya están por Héctor Martínez! Muy bien Héctor, toma tu mochila y te puedes ir
Que salgan los “de camión”
Yo era el único “de camión” en mi grupo. Los sentimientos de desearle suerte a los demás que hacía
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unos minutos le achacaba a Héctor, los tuve yo en ese momento. Salí siguiendo a un corredor que había ido hasta mi salón junto con la monja. Lo seguí sin necesidad de que me diera instrucciones o alguna indicación. Seguirlo me condujo a unas bancas de madera que estaban afuera de la dirección, en una sala de espera semi-abierta que estaba formada por unos cuantos muros de piedra muy áspera cortada en forma irregular. Con el tiempo aprendí que esa piedra se llamaba tezontle, como el “Cerro del Tezontle” que era el adalid más conocido en la orografía del pueblo. Sentado en una de las bancas miraba atónito todo el movimiento en la sala, pero había algo que me intrigaba aún más: las caras y el tono de las voces que se oían por todos lados, pues no eran “como siempre”. Al frente de esta estancia estaba la entrada a la escuela, que consistía en un zaguán grande y corredizo de lámina acanalada pintada de negro. En él, había una puerta pequeña de bisagras, que era la que estaba abierta normalmente para el proceso de entrada y salida. El zaguán se abría sólo para que entrara y saliera la camioneta de las monjas, cuyo conductor era “don Leonel”. Ese día vi abrirse y cerrarse esa puerta muchas más veces de las que había visto o volvería a ver en el resto de mi estancia en la escuela. A la derecha de la estancia estaba la entrada a la dirección, ésta no tenía puerta, pero mantenía su privacidad con un juego de muros que impedían el acceso directo. Lo único que se alcanzaba a ver era un armario de madera con paredes de cristal, donde estaba la bandera de la patria que se empleaba en los actos cívicos, así como la parte frontal del escritorio de la secretaria. Donde terminaba el muro de la dirección se abría un espacio que daba entrada al patio “grande”. Del lado izquierdo a la misma altura, estaba el un pasillo más reducido que conducía al patio “chico”, al otro extremos de la escuela. Luego del pasillo y más cerca de donde yo estaba, seguía la entrada a los baños y luego de esa puerta, la escalera para subir a los salones del segundo piso y al auditorio que estaba en el tercer piso. En esos momentos, las escaleras asemejaban una fuente inagotable que producía una gran cantidad de niños que venían siguiendo a los corredores. La estancia era el punto de reunión, donde esperaban los papás y se reunían con sus hijos. Varias
monjas supervisaban la entrega de los niños a sus papás y asignaban a los corredores nuevas asignaciones. Todos los corredores eran niños grandes, me imaginaba que de sexto año, pero en realidad no lo sabía. Estaba absorto en mis observaciones cuando sentí que alguien me desplazaba sobre la banca, dándome un nalgazo. Era mi hermano. No vi si a él lo trajo un corredor o si lo dejaron bajar solo, por ser de cuarto año. Se inclinó y me dijo: -
Creo que ya sé lo que pasa, creo que es un incendio, se está quemando todo el centro, por eso no nos dejan salir.
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¡Un incendio! Yo había visto escenas de incendios en la televisión, me acordaba sobre todo de los que había en el bosque cuando Lassie andaba salvando a todo mundo, pero ¿un incendio en la ciudad? En aquel entonces no había escuchado lo suficiente de Roma o de las ciudades bombardeadas de la Segunda Guerra Mundial como para saber que una ciudad en efecto se podía incendiar; en mi lógica infantil los bosques se incendian porque los árboles “son de madera”, pero ¿las piedras de una casa? De hecho el único incendio del que tenía conocimiento, era una tienda llamada “El Incendio”. Nunca la había visto, pero los de “a pie” decían que allí vendían las estampitas del álbum de Disneylandia. También decían que se llamaba así porque se había quemado alguna vez. Pero yo no sabía dónde quedaba ese lugar, porque no me dejaban irme a pie y porque las estampas de mi álbum me las daba mi hermano, pues él era quién iba a las tiendas a comprarlas. Me sentía muy espantado como para preguntar nada. No recuerdo haber platicado más cosas con mi hermano ni con nadie. En principio pensábamos que nos iban a subir al autobús, pero esto no acontecía. No recuerdo cuánto tiempo pasé en la estancia. Sólo puedo recordar que de repente mi hermano me tomó de la mano y la jaló para indicar que me levantara. Frente a nosotros estaba mi hermana mayor, que tenía una cara como si fuera a llorar. Una de las madres hizo ademanes apresurándonos a reunirnos con ella. Nos condujo apresuradamente a través de la estancia. Antes de cruzar la puerta de salida, eché una mirada fugaz a
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mi derecha, y logré ver a algunos de los de a pie tirando “a gol” en la portería y algunos papás deambulando por la cancha.
mapa de Ciudad Obregón, que quien la conozca sabrá que es prácticamente una cuadrícula perfecta y que para la mayor parte de los humanos modernos no representa dificultad alguna guiarse a través de ella. Mis amigos (de aquí y de allá) me hacían burla, decían que era el segundo mapa de Obregón que se había vendido en la historia, en fin, “cosas veredes Sancho”. Mi mamá hablaba con el taxista, para indicarle por donde irse, mi hermano bombardeaba a mi hermana con preguntas: que si era un incendio, que qué cosa se quemaba, que si ella lo había visto. Yo estaba “ido”, como en una nube, ¿Cómo era posible que algo se incendiara, y los bomberos? No entendía que estaba pasando, pero en ese momento pasé de ese sentimiento recién estrenado de la ansiedad al temor, algo grande estaba pasando, cuando menos tan grande como el tamaño del mundo que entonces conocía.
Salida de la escuela
Cuando cruzamos la puerta el espectáculo era inusitado: filas de automóviles frente a la puerta de la escuela, y que prácticamente no se movían, del interior de ellos se asomaban papás que gritaban a las mamás, que estaban formadas en la acera para poder entrar a la escuela. Nosotros dimos vuelta a la derecha sobre la acera para llegar a la esquina. También allí había un tumulto formado por autos detenidos en la calle, de los cuales también se asomaban personas que gritaban voces; en uno de ellos vi una cara familiar: era mi mamá que nos gritaba y hacía señas para que nos apresuráramos. Emprendimos una carrera de unos cuantos metros hacia un taxi. No recuerdo el nombre del sitio al que pertenecía, que siempre estaba escrito en la puerta. Sólo recuerdo la palabra “TAXI” y las siglas “F.T.V.T.”, que únicamente hasta muchos años después supe que significaban “Federación de Taxistas del Valle de Tulancingo”. Abordamos el taxi a toda prisa, entre claxonazos y gritos. Ahora me imagino que algunos se “la estaban mentando” a otros, incluidos nosotros y mi mamá por tener el taxi ahí detenido.
Hago un paréntesis en este momento, para aclararles que muchas cosas que incluiré en el relato de aquí en adelante, las supe o las entendí al paso de los años. Las voy a indicar en otro color y procuraré colocarlas al final de cada fracción de estos recuerdos, buscando dejar mi memoria de los sentimientos de mi infancia lo más intacta posible, pero dándoles contexto con este conocimiento posterior. No tengo un registro exacto de la conversación, ni de las calles que recorríamos. Yo estaba absorto en la cara de mi mamá mientras continuaba hablando con el taxista. Se le veía muy preocupada, como cuando me daban esas hemorragias espontáneas, que no siempre tenían un origen claro: en ocasiones venían luego de un golpe, pero otras iniciaban sin mediar ni siquiera esfuerzo físico alguno. De hecho recuerdo un par de veces que, de la nada, comencé a sangrar por la nariz mientras estaba sentado a un lado de la cancha de futbol en el patio “chico”. Distinguí algunas palabras que saltaban de las conversaciones de mamá con el taxista y de la de mis dos hermanos. Bomberos, incendio, pipa, gasolinera, fuga. Repentinamente el taxi se detuvo. Mi hermana se bajó por la puerta que estaba cerca de la acera, yo la seguí mientras mi hermano bajaba por la otra puerta. RLV 10
No recuerdo nada en especial del trayecto, sólo que íbamos por calles que nunca había visto en mi vida. He sido desorientado desde siempre, lo que en mi vida adulta me ha ocasionado muchas dificultades para manejar, pues aunque haya pasado muchas veces por un lugar, si dejo de hacerlo se me olvida. A tal gado tengo esta incapacidad, que alguna vez compré un
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incluían entender que era una pipa, y mucho menos como dicho artefacto podría estallar. A menos de 200 metros de mi casa en el pueblo, se encontraba un ecosistema que estaba centrado en las terminales de autobuses, que antes de existir una central camionera como en las “grandes ciudades”, estas se encontraban en pleno centro de la ciudad. Las terminales eran tres o cuatro terrenos con un frente estrecho, pero con muchos metros de fondo formando unas “tripas, de tal forma que tan sólo permitían que por un lado se formaran los camiones que partirían y por el otro entrasen los que arribaban. Junto a las terminales, estaba una gasolinera, que surtía de combustible a los camiones de pasajeros. La oferta de transporte atraía una gran cantidad de viajeros, y estos constituían la clientela de varias “fonditas” que estaban al frente. Para completar este ecosistema, entre los locales de las fondas, había una tortillería, que surtía de tan vital complemento alimenticio a estos pequeños restaurantes. Todo formaba un círculo virtuoso de producción y consumo. En ese momento a nadie la habría parecido riesgoso colocar una tortillería con maquinaria alimentada con gas butano al frente de un local con un tanque que podía albergar varios cientos de litros de gasolina.
Casa de la Abuelita
Cuando bajé del taxi vi a mi abuelita, también con cara de susto. Las caras de susto de mi abuelita eran más bien histriónicas, eran las que hacía cuando veía las novelas, o cuando estaba “chismeando” con las vecinas. No diré que mi abuela mentía, pero la mayor parte de las veces, me parecía que sus expresiones eran sólo parte de un protocolo de intercambio de información, por ejemplo, una vecina le contaba que la hija de fulano ya vive con un hombre y es “apenas una chamaca”, y la abuela para responder de “enterada, eso no está bien”, decía “¡qué barbaridad!”, pero en el fondo no parecía realmente mortificada. De hecho me parecía que mi abuelita no le tenía miedo a nada. Pero ese día era diferente. Me abrazó y luego me dejó entrar a su casa, mientras ella se quedó hablando con mi mamá. Mi hermano entró detrás de mí. Se sentó en un sillón de la sala y se quedó muy callado. Fue entonces cuando me atreví a preguntar:
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¿Sabes que está pasando? Digo, ¿de verdad se está incendiando el centro? No, lo que se está incendiando es una “pipa” muy cerquita de la casa ¿Y sabes por qué empezó el incendio? No sé, pero puede estallar y destruir un chorro de cosas
Yo no me atrevía a preguntar, pero no entendía que era una “pipa” o que cosa era exactamente estallar. Creo que mis conocimientos se limitaban a las granadas que estallaban en la serie de televisión “Combate”, pero no
Mapa del “Ecosistema” de las terminales
Al fin entraron a la casa mi abuelita, mi mamá y mi hermana. La conversación seguía. Yo sólo escuchaba
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cosas que no podía entender, pero que sonaban muy interesantes. -
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una mirada muy penetrante que mi mamá lanzó desde arriba. Me quedé abajo. Escuchaba cómo todos decían de la pipa, de la lumbre, de los bomberos, y yo sin poder ver nada. Allí estaban los inquilinos, mi mamá, mis hermanos y hasta mi abuelita. No era fácil subir, era necesario trepar por una escalera de madera, la cual se veía poco estable y muy endeble, además que los peldaños estaban muy separados para mi escasa estatura. Pero la curiosidad era grande, y como todos estaban muy entretenidos arriba, comencé el ascenso. Llegué hasta la azotea, de allí brinque con facilidad la pequeña barda que separaba la azotea de mi abuelita de la azotea de los inquilinos, que era el punto de observación. Todos estaban tan absortos que, pese a la prohibición previa, nadie me regañó. La barda tendría como un metro de alto, pues yo con trabajos podía ver por encima de ella.
Dicen que el incendio comenzó por una fuga en la pipa ¿Pero cómo va a ser? Dicen que estaba cargando gas en la tortillería y que la dueña no quiso que pararan las tortilladoras ¡¿Cómo va a ser?! ¿Y los bomberos? Ya tienen horas allí, ya hasta llegaron los bomberos de Sahagún y los de Pachuca Pero no pueden apagar la lumbre
Luego de escuchar todas estas cosas, comencé a sentir algo que si era conocido para mí: curiosidad. Aprendí que ese sentimiento se llamaba curiosidad cuando mi hermana respondía algunas de mis preguntas consultando los libros de las enciclopedias, donde me leía cosas y me mostraba ilustraciones. Recuerdo en particular cuando le pregunté qué cosa eran los planetas, y cuando me lo explicó, le pregunté por qué no se caían las estrellas del cielo. A la tercera pregunta me llevó a buscar un libro. Luego escuché cuando ella le decía a mi mamá que yo tenía mucha curiosidad. En ese momento quería saber que era una pipa, porque era peligroso lo que estaba pasando y porque los bomberos no podían apagar el incendio, pero seguro no me llevarían a leer un libro. En mi experiencia, cualquier fogata hecha con hojas de papel se podía apagar con una buena cubetada de agua. ¿Cómo era posible que el dichoso gas (que tampoco sabía lo que era), no se pudiera apagar? Fue entonces cuando una de las inquilinas que habitaba una de las accesorias en la casa de mi abuelita dijo que desde la azotea de su casa se podía ver la pipa. Ahora era cuando. -
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¡Mira, mira, allí está la pipa! Si, allí se ve la flama Han de estar abriendo la válvula
Yo seguía sin entender qué era la pipa, y cuando hablaban de la flama, yo esperaba ver una columna de fuego que llegara hasta el cielo como en la película de “Los diez mandamientos”. Allí permanecí un rato, sin preguntar para no parecer ignorante. Al fin cuando todo mundo señalaba hacia “la pipa”, pude ver el flamazo. No me parecía tan aterrador, pues aún no era yo muy bueno para juzgar las dimensiones y el peligro que representaban.
¿A dónde crees que vas? Arriba, para ver “la pipa” ¡Tú quédate aquí, no te vayas a caer! Ubicación del lugar donde estaba la gasolinera
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La prohibición fue muy clara, pues a pesar de que quien me la había dicho era mi hermano, esta fue avalada por
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Alguna vez vi cómo las pipas de gas butano, que también recargaban los tanques estacionarios de las casas, se estacionaban en la calle, subiendo dos llantas en la acera e impidiendo el paso de los transeúntes que tenían que rodearla caminando por la calle entre los autos. Supongo que aquel día, la pipa se detuvo como tantas otras veces y comenzó a cargar gas en los tanques de la tortillería. Tal vez no era la primera vez que este proceso se llevaba a cabo sin detener la producción, pero al parecer la manguera con la que se realizaba la carga tenía una fuga, que en otra situación sólo habría representado la propagación del desagradable olor adicionado al gas butano para hacerlo detectable, pero en este caso, se generó una llama como la de un gran encendedor, que al alcanzar el caucho de la manguera, hizo que esta se convirtiera en una gran mecha, la cual se extendió hasta la pipa. Durante este proceso, las empleadas salieron corriendo, y aunque algunas tuvieron quemaduras graves, salieron todas con vida. El operador de la pipa trató de cerrar la válvula, pero al parecer (nunca llegué a saber esto con precisión), el calor le impidió hacerlo. Según supe este hombre tuvo grandes quemaduras, pero sobrevivió. La pipa se convirtió en un encendedor gigante o mejor dicho en un lanzallamas, que se sobrecalentaba al paso del tiempo, todo esto a unos 20 metros de la gasolinera, y ésta a su vez, a otros tantos metros de mi casa. La flama que producía el escape del gas podía apreciarse a varios cientos de metros a la redonda, incluida la azotea de los inquilinos de mi abuelita, a un par de kilómetros de allí. -
temor de no ver de nuevo a mi papá. Ahora si me quedaba bien claro que estábamos al borde del fin del mundo.
No recuerdo cuánto tiempo estuve en el punto de observación, pero estar “cazando” el flamazo sólo fue entretenido por algunos minutos, además de que mi mamá pareció entrar en conciencia de lo insegura que resultaba una azotea que no estaba pensada para recibir la visita de seres humanos muy a menudo, por lo que nos hizo bajar. Algo que no recuerdo fue sentir hambre, aunque siendo justos, a esa edad sólo comía porque y cuando mi mamá juzgaba que era necesario. La única ropa que mi mamá logró sacar antes de salir de casa, consistía en unos sweaters de cuadros cafés y amarillos, los cuales nos cambiamos por los de color rojo quemado que eran parte de nuestro uniforme. En aquel entonces, mucha de la ropa que usábamos mi hermano y yo, tenía el mismo diseño pero a escalas diferentes. A mí me gustaba estar vestido igual que mi “hermano grande”, pero supongo que a él le enfermaba.
Las noticias seguían fluyendo, no recuerdo cómo, pero nos enteramos que ya habían llegado también los bomberos de “Catalina” (que hasta la fecha no sé si es un poblado o fue una fábrica de hilados y tejidos). Mi hermano y yo jugamos un rato a “mete su gol para”, pero la inquietud de los adultos nos impedía disfrutar de lo que en otras circunstancias hubiese sido casi como irse de pinta. La televisión no era una gran opción tampoco, pues lo que se veía mejor eran los canales 2 y 4. El canal 5 que era el de “las caricaturas” se sintonizaba muy mal, y los canales 13 y 8 (que no eran de “Telesistema Mexicano”), eran una leyenda que sólo cobraba realidad en la capital.
¿Y Nacho?
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Cuando mi abuela preguntó por mi papá, fue cuando me di cuenta que él no estaba con nosotros. Yo sólo lo veía muy rápido en la mañana antes de ir a la escuela y a la hora de la comida. En la noche me quedaba dormido antes de que él llegara. Creo que por eso me tardé en reaccionar, porque si bien ya era tarde, aún era cerca de la hora de la comida, y yo estaba acostumbrado a ver a mi papá sólo unas pocas horas, pero las más de esas pocas horas, eran justo a la hora de comer. Ahora que caía en cuenta, comencé a sentir
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Recuerdo que no regresamos a la casa ese día. Nos fuimos a quedar con la tía María, donde pasamos la noche. Mi hermana y mi mamá si pudieron acompañar a mi papá para ir a la casa. Ellas dos regresaron con unas bolsas con ropa. Mi papá sí se quedó a dormir en nuestra casa. Recuerdo escucharlas decir que no las habían dejado pasar antes “porque aún no se enfriaba el piso”. ¡Caramba! Como me hubiera gustado sentir eso del piso caliente, en fin. Mapa del “Ecosistema” de las terminales
Años después, mi papá contaba que él estaba desesperado. Al principio, cuando comenzaron a llegar los rumores de la gente, él siguió atendiendo en la zapatería, pero cuando se comenzaron a escuchar las sirenas de los carros de bomberos y ya la agitación en las calles era enorme, se salió, dejando a mis tíos atendiendo el negocio. Su ansiedad comenzó a crecer cuando, por ninguna de las rutas usuales le permitían acercarse a la casa (un comentario de contexto es que no hay más de 5 cuadras entre el lugar donde estaba la zapatería de mi papá y el sitio del incendio). En aquel entonces, aunque había teléfono en el negocio, en la casa aún no habíamos logrado obtener la tan ansiada línea telefónica, y tampoco la había en la casa de mi abuelita o de mi tía María. Por esto fue que mi papá tardó en localizarnos. Al intentar aproximarse a la casa, tuvo contacto con los bomberos, que le explicaron las maniobras del desahogo del gas, del enfriamiento del piso. Lo más que logró acercase a la casa, fue subiendo por las calles trazadas ya en las faldas del cerro “del Tezontle” y llegar al atrio de la iglesia de “Los Angelitos”. No nos encontraba, tampoco le veía mucho caso entrar a rezar dentro de la iglesia, eso lo podía hacer desde el atrio, sentado en la escalera, esperando a, por lo menos, ver cuando la casa “volara por los aires”. Ahora sí se iba a acabar el mundo. El sentimiento de mi papá era desconsuelo. Fue en el atrio que algún chismoso y diligente transeúnte, le contó que había visto a mi mamá frente a la casa de la abuelita. Luego de vernos, regresó al atrio, y desde allí pudo observar cómo los bomberos se acercaban cada vez más al sitio donde estaba el incendio. Intentó acercarse, pero le dijeron que aún había peligro, pues el piso aún estaba caliente y aún había posibilidad de que el tanque de la RLV 10
Por fin llegó mi papá. Ahora sentía calma. Él llegó como siempre, sonriente y muy relajado (o eso me parecía). Nos dio muchos más detalles. Uno de los bomberos de Tulancingo, fue el valiente que de alguna forma, abría una de las válvulas de la pipa, para que salieran los flamazos que quemaban el gas por un lado distinto a la toma de la manguera y aliviaran así al tanque, evitando que estallara. Por otro lado, con el agua de los camiones, estuvieron mojando el piso, para enfriarlo lo más posible y que el calor excesivo no hiciera estallar el tanque subterráneo que albergaba la gasolina. Lo que contaban me sonaba como de otro planeta, pues yo no concebía que el suelo (pavimento, tierra, empedrado, como fuera), se pudiese calentar como el agua en una olla para hacer los frijoles. Para explicarnos de mejor el porqué los bomberos eran unos verdaderos héroes, nos explicó que el hecho de que estallara la pipa era peligroso pero no tanto, el problema era que si como consecuencia de esta primera explosión, también explotaría el tanque de la gasolinera, y con él volarían por los aires varias cuadras “a la redonda”. ¿Volar por los aires? Si, por los aires, incluida nuestra casa, todo alrededor quedaría hecho pedazos y estos saltarían en todas direcciones. Los bomberos habían evitado el fin del mundo. La verdad es que, el hecho de que mi papá estaba con nosotros, aunque nos estuviese contando algo terrible, me daba tanto gusto y me hacía sentir tan contento, que la imagen de la casa hecha pedazos no me daba mucho miedo que digamos, es más, cuando regresamos a la escuela, eso me daba tema de plática, y siendo yo un chamaco muy tímido, me hizo sentir el vértigo del protagonismo y la atención de los demás.
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gasolinera estallara. Nos contaba que, como en un velorio, se comenzaron a reunir los vecinos, todos consternados y con caras largas, pero luego de un rato, conforme todos presentían que se estaba esfumando la tragedia, comenzó el relajo, y se olvidaron del “muertito”. Ahora mi papá sentía nuevamente la calma.
Como en la trama de una película, una terrible calamidad había pasado al lado nuestro y casi ni nos habíamos inmutado. La magnitud y la cercanía de este desastre sólo lo entendí años después. Es grato recordar cómo es que el mundo podía ser aterrador o maravilloso, dependiendo tan sólo de lo que dijeran tus papás. Ellos tenían alcance a todo lo que podía existir en el mundo y ellos solos llevaban a cuestas la carga de crearnos un mundo virtual de maravilla, como el de la “Matrix”. Espero que en ninguna galaxia lejana se esté escapando un planetoide de su órbita, y que la fuerza de un “hoyo negro” lo “encarrile” rumbo a la segura destrucción de la tierra, o algo aún peor, que un maleante o un policía corrupto se acerque a nosotros o a nuestras familias y “se nos acabe el mundo”.
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Vista de la iglesia de “Los Ángeles”
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Desde dentro Disciplina deportiva (juego, deporte y disciplina) Ricardo Malváez
Como preámbulo a la gran fiesta deportiva que se llevará a cabo dentro de poco tiempo, la gran justa deportiva (Juegos Olímpicos) y a razón de algunas disciplinas que no han sido invitadas a esta cuesta, busqué a 3 personajes dentro del mundo deportivo en México y en un muy personal punto de vista, platicaron con nosotros (RLV), donde conoceremos a fondo a Cesar Fernández Montiel, Presidente de la Federación Lima Lama, Waldo García Tinajero, Mr. México en 2009 e Israel Fernández Llamas, campeón juvenil de LIMA LAMA, peleador de Muay Thai, quienes nos platican y nos cuentan sus inicios y visiones en estas disciplinas.
Tu'umanao "Tino" Tuiolosega nació el Utulei, Tutila, Samoa Americana el 2 de julio de 1931. Fue el único hijo del rey Tu'umamao Tuiolosega de la isla de Olosega y Pomele Sapo y el nieto del último rey de todas las Islas de Samoa, Su Alteza Real el Rey Tuiolosega Tagaloa. El arte fue creado por la incorporación de las mejores características de muchas artes.
LIMA LAMA , también conocido como Limalama, es un arte marcial de Samoa Americana creada por el Gran Maestro Tumanao Tino Tuiolosega y transmitido a su hijo y Señor Master Rudy Tuiolosega, a mediados de los años 1950. Las características distintivas del LIMA LAMA es – incluyen el uso de la muñeca, las trampas de mano, y la dislocación y rotura de huesos, junto con las técnicas de cuchillo y palo. El arte tiene un amplio seguimiento en el sur y Centroamérica. También hay un número de escuelas activas en los Estados Unidos y Europa, con la sede en Texas.
Empezamos platicando con Máster Cesar Fernández Montiel, Presidente Nacional e Internacional de la Federación de LIMA LAMA, competidor activo en todos los sistemas por más de 20 años, campeón mundial en 1989, 1993 1994, campeón en Japón, Rusia, Alemania, campeón en Irlanda en 2007, 8vo. grado, nivel máximo en LIMA LAMA a nivel mundial, miembro del Comité Olímpico en comisión de honor y justicia, miembro de la O.N.U en departamento de drogas y
Lima Lama
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La palabra LIMA LAMA, es una palabra que el Gran Maestro Tino Tuiolosega ha creado y que significa "La mano de la Sabiduría".
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antidoping y tesorero de alianza mundial de artes marciales de grados avanzados.
equipo, con armas, sin armas, con música, sin música, creativas, libres y la extrema, hay cuatro campeonatos nacionales al año.
Nos explica que es el LIMA LAMA, así como su trayectoria, grados y puestos internacionales dentro de esta disciplina en sus propias palabras.
El uniforme que usamos es pantalón negro, casaca negra, la cinta va de acuerdo al grado: blanca, naranja, dorada, azul, verde, café y negra, en la negra vienen los grados que en japonés son los “Dan”, en México son los grados, yo soy 8vo. grado, la mayoría aquí en México son sextos, séptimos grados, a nivel mundial hay unos cuantos octavos grados, para ser de cinta blanca a negra son aproximadamente cuatro años, entrenando de tres a cuatro veces por semana aproximadamente, quienes entrenan diario pueden llegar poco antes. Es un deporte apto para toda la familia, tenemos tres programas muy marcados y oficiales, para los niños que es formativo, principalmente, para los adolecentes que es competitivo y para la tercera edad que es recreativo, que no les interesa ser cinta negra o la competencia, pero que quiere estar en forma y mantener la condición.
LIMA LAMA es un sistema de defensa personal donde se utiliza todo el cuerpo, pies, manos, codos, rodillas; aquí se usan jalones de cabellos, piquetes de ojos, golpe a los testículos. Todo es ganar, no se permite perder, en la antigüedad a quien perdía se lo comían, por lo tanto el arte marcial en su esencia es muy sangriento, muy cruel. Aquí en México por hacerlo deporte se han quitado muchos movimientos o se evitan para no lastimar a los compañeros, se usan todos los golpes rectos y curvos, como en el box, todas las patadas frontales, de gancho, de vuelta de giro, descendentes, ascendentes, con cualquier pie, al piso tenemos todas las llaves, palancas, barridas, desvíos, esquivos. Tenemos categorías de niños (que son especiales), donde se pelea un round de dos minutos para los que no han alcanzado la cinta verde. De cinta verde para arriba, tres rounds de dos minutos y los avanzados cinco rounds de dos minutos, con un minuto de descanso entre ellos. Lo hacemos en un área lisa y plana como las canchas de basquetbol, estas aéreas de pelea miden 6 x 6 con tres jueces, dos laterales y un central; el equipo de protección son guantes, casco y sefty, que son los zapatos, espinilleras y concha genital, para los hombres; los avanzados no usan el casco, y los cinta negra avanzados pelean en Ring, igual como si fuera box, pero tres rounds de tres minutos por uno de descanso y los nacionales son cinco rounds de dos minutos por uno de descanso. En este formato no hay barridas ni golpe al caído, hay competencia de pelea por punto, pelea continua, individual, por
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Soy Máster Cesar Fernández Montiel – Soy Máster, que es mi rango y mi cargo, soy el presidente de la Federación Mexicana de LIMA LAMA, Federación
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era la gran sensación, en ese tiempo el maestro Tino por alguna razón personal se retira del ámbito del arte marcial en 1974. Desafortunadamente muchos mexicanos, al no tener la guía de la enseñanza se quedan a la mitad, unos agregaron un poco de karate, unos agregaron un poco de Kun Fu, otros agregaron un poco de Tae kwan Do y se distorsionó la esencia del LIMA LAMA.
En 1985, cuando fue el terremoto de México su servidor entrenaba en unas escuelas del centro de la ciudad de México, que se cayeron con los sismos, el maestro que ahí estaba se fue para los Estados Unidos, ya no hubo dónde entrenar más y nos dimos a la tarea de organizar el LIMA LAMA, fuimos a las autoridades del deporte de la Ciudad de México y logramos hacer la asociación, por primera vez una asociación de LIMA LAMA reconocida y organizada aquí, porque antes pertenecíamos a la asociación de karate y éramos un apéndice de ellos, pero logramos demostrar que somos autosuficientes y nuestra técnica es muy propia, original y distinta a ellos; así fue como logramos esa independencia. En 1986 hicimos un grupo de varios profesores que viajábamos a Europa, íbamos por 15 días y nos quedamos 3 meses por allá, el LIMA LAMA fue un éxito, recorrimos todo Europa, de norte a sur, de oriente poniente, fue un éxito, regresamos a México y nadie nos reconoció ni nos dio ningún apoyo, preguntamos a las autoridades del
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reconocida y avalada por el gobierno de México por las tres máximas autoridades del deporte en México (Confederación Deportiva Mexicana, La Comisión Nacional de Cultura Física y Comité Olímpico Mexicano), LIMA LAMA desafortunadamente todavía no es una disciplina olímpica, somos 32 federaciones que estamos trabajando para ingresar a la gran feria del deporte mundial, el LIMA LAMA se inicia en la isla de Samoa, en la Polinesia, la Polinesia esta en el Océano Pacifico, al sur, entre el continente Americano y continente Asiático, ahí nació el gran maestro Tumanao “Tino” Tuiolosega, que fue el fundador del sistema LIMA LAMA defensa personal. Desde muy pequeño se fue a vivir a Hawái y ahí estudió y se alistó en el ejército de los Estados Unidos y participó en la guerra de Corea; gracias a su destreza y capacidad de combate fue condecorado con varios reconocimientos y nombrado instructor en jefe de la defensa personal, de lucha cuerpo a cuerpo en los Estados Unidos; al terminar la segunda Guerra Mundial es nacionalizado Norteamericano y se fue a vivir a California. Ahí los marines que lo conocían fueron a pedirle que les enseñara lo que él sabía y fue el primer grupo institucional al que el maestro Tumanao “Tino” Tuiolosega enseñó el LIMA LAMA a civiles. De ahí fue a la policía de los Ángeles. En esos tiempos, en los 60’s, un mexicano fue con él, se llama Rigoberto López, de Tijuana, fue el primer mexicano que aprendió LIMA LAMA y se graduó como cinturón negro. El maestro Rigoberto López lo trajo a México y a graduar a los primeros cintas negras, en ese tiempo el maestro Jorge Vázquez, Nibarto Sánchez, Fernando Castellanos entre otros. Hay algunos mexicanos nacidos en Estados Unidos que lo aprendieron. Cuando llego aquí a México fue el gran boom, porque todo el arte marcial que aquí había era de uniforme blanco, nosotros usamos uniforme negro, todos gritaban, pues el grito es parte de todas las técnicas de arte marcial (Japonesas, Chinas y Coreanas), nosotros no gritamos y nuestra pelea era con todos los golpes que ustedes conocen de box, rectos y curvos y todas las patadas y cada técnica antiguamente era muy específica, en qué clase de patada eran o no permitidas. Aquí era más fluido e inclusive nos íbamos al piso, aquí nadie se iba al piso,
Distrito Federal que por qué no nos reconocían. Nos comentaron que existían las federaciones, que son las que hacían esos viajes y esas excursiones y son las únicas que pueden representar a México. Fue cuando decidimos hacer nuestra federación de LIMA LAMA y eso lo logramos en 1988, con 5 estados de la Republica, ha sido un proceder difícil pero hasta ahora tenemos 28 estados de la Republica legalmente constituidos con asociaciones, tenemos una afluencia con más de 25,000 competidores a nivel nacional, sigo yo de presidente de la Federación Mexicana de LIMA LAMA y por necesidad de salir cada año al extranjero también se constituyó la federación internacional, la cual represento dignamente y orgullosamente. En esta federación se incluyen 13 países que represento y que son los que estamos tratando de hacer nuestra Federación Internacional, reconocida por el Comité Olímpico Internacional, para poder llegar a ser olímpico, nos piden 40 países, llevamos 13 países, esperamos pronto, en algunos años, tener los 40 en todos los continentes y logremos ser olímpicos.
a punto de tener nuestro libro, nuestro video filmado y sellado por la S.E.P., por la CONADE, y por la Universidad. En él se explica la historia verdadera del LIMA LAMA y sus representantes, y como un libro didáctico para la enseñanza de defensa personal urbana, tenemos un programa para niños desde hace 25 anos, técnicas y grupos para señoras, para ejecutivos, para competidores de alto rendimiento, es un programa muy amplio, por no ser Olímpicos estamos limitados hasta que nuestras leyes de México nos den la oportunidad de representar dignamente a México.
Aquí en México hemos tenido un gran reconocimiento y apoyo por parte de las autoridades y de la misma gente, con una gran respuesta, ya que hemos sido campeones del mundo en 3 ocasiones en Irlanda, en Inglaterra, en Japón, en Australia y en Rusia. A Centro y Sudamérica vamos cada rato. Ahora mismo en la técnica de LIMA LAMA estamos haciendo más de 500 categorías, torneo de competidores, y nuestra Selección Nacional. En las noches hacemos torneos del ring, tipo Full Contact o tipo Kick Boxing, tenemos categorías especiales para mujeres, para niños, jóvenes, la mayoría de los instructores, en 25 estados de la republica, estamos dando instrucción policiaca, nuestras técnicas como son tan efectivas han sido muy acogidas por las instituciones de gobierno y privadas para la instrucción de las técnicas policiacas, desarme, sometimiento, esposamiento y presentación. Les puedo decir la vez pasada cuando su Santidad vino a México todo el grupo de LIMA LAMA fue el único en el mundo que fue un particular que cuidó, custodió y protegió al Papa, somos un grupo de trabajo que ha crecido, hemos dado cursos a otros países de lo que son técnicas policiacas, estamos
- Para nosotros las artes marciales están perdiendo la esencia, ser artista marcial es de tiempo completo y hacerlo de corazón y en el deporte la vida de un competidor es muy corta, hay mucha diferencia entre arte marcial y deporte, los niños cuando empiezan a jugar su juego no tiene reglas, su juego es divertirse, no pueden trabajar más que en divertirse, cuando hacen el juego más grande le ponen reglas, ya es un deporte, ya es una competencia, entonces ya tiene uno que ajustar esas reglas y a veces se pierde el sabor de la representatividad de hacerlo y disfrutarlo, el arte marcial general rompe las reglas y las reglas son personales, la filosofía de ser , de vivir y de hacerlo y cada quien tiene sus propias reglas de ética y de moral ante la sociedad. Por ejemplo un nadador, un ciclista y un futbolista, se quitan el traje de baño, los tenis y se
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RLV- Juego, deporte y disciplina, ¿cuál es la diferencia?
baja de la bicicleta y ya no es un nadador ni futbolista ni ciclista, en cambio un arte marcialista es toda la vida 24 horas al día 365 días al año, es un artista marcial, nosotros no competimos con un compañero de enfrente, nosotros competimos todos los días contra nuestras propias limitaciones, nuestros propios errores y tratamos de ser mejores con todo lo que hacemos, un buen artista marcial es campeón en su familia, es campeón en su carrera, es campeón con sus hijos, es campeón en su trabajo, es campeón en la vida, es un artista marcial de a de veras y un campeón del deporte cuando le dan un trofeo, le dan una medalla o rompe un record.
lo intentan y han tenido lesiones mayores, es una fantasía, el arte marcial es como cualquiera de nosotros. Hay una fábula donde dice: ¿Quién es tu maestro?, mi maestro es tan fuerte que para un brioso corcel-, El mío para un toro de un golpe, - y otro dice: mi maestro es tan fuerte, que él no tiene necesidad de andar demostrando nada de eso a nadie -, eso es un verdadero artista marcial.
- Hay dos versiones. La bonita para la película y la verdadera, en realidad las dos son muy semejantes. Mi papá fue boxeador profesional, entonces desde muy pequeño me enseñó el deporte como tal, me enseñó a obedecer, lo cual agradezco porque ahora también sé mandar, me enseñó el sacrificio, el dolor, de hacer ejercicio a grados de máximos esfuerzos, pero también me enseñó a disfrutar, desde muy pequeño. Nos llevaba a correr, nos llevaba a nadar y sobre todo a boxear, eso de pequeño no me gustaba porque me pegaba, me lastimaba, desafortunadamente falleció y yo anduve en la calle y en la calle empecé a ver, en la primaria, en la secundaria, que todo lo que me había enseñado era verdaderamente un arma, un beneficio, una ayuda y hasta me sentía jefe porque los demás niños ya me seguían y todo por mi papá, hasta ese momento reconocí y le di las gracias a mi padre donde quiera que estuviera. Después me metí al arte marcial por curiosidad, porque veía las películas y sentía que me faltaba algo y era el uso de las piernas y en esos días, aquí en la colonia se abrió una escuela de LIMA LAMA, fui, pero quería algo más, entonces empecé a recorrer tae kwon do, karate, kun fu y todas las que había en ese tiempo y no, regresé al LIMA LAMA porque vi que era más real y menos ostentoso, menos superfluo, me enamoré del LIMA LAMA en 1979, de ahí hasta 1983 me hice cinturón negro, nada mas quería el uso de las piernas, no me interesaba las cintas, sólo manejar las piernas, tuve la suerte de ganar varios campeonatos nacionales, eso me gustó, ser campeón es bonito, que la gente te aplauda, te pidan autógrafos y empecé a competir a nivel nacional e internacional y en 1985 como les comentaba fue el terremoto en la ciudad de
RLV- ¿Qué opinión tienes respecto a la interacción que el saber que es deporte con los niños? Haciendo un poco de historia, el arte marcial en sí, es uno sólo, nada más que cada país le pone su propio nombre y las características de cada país. El arte marcial es la esencia y sus fundamentos vienen de la India, de ahí pasa a china, Japón, Corea y se tiene por todo el mundo como lo conocemos, como arte marcial, sin embargo Francia tenía su propio arte marcial, Rusia, Grecia, México tenía su propio arte marcial, todos los países tienen su propio arte marcial, desde los celtas, los fenicios, todos tiene su propio arte marcial, mayor o menor, sin embargo el arte marcial oriental tuvo mucho auge en los 50’s 60’s, cuando llegaron a Hollywood, en las películas y deslumbraron al público y ahora desafortunadamente para nosotros, los verdaderos artistas marciales, es una burla lo que están haciendo en las películas, que a los niños los engañan, que vuelan, que tienen poderes, que las balas no les hace nada, que pelean con 10, con 20, esa es una mentira que a los niños les hacen creer, es pura mentira, son películas fantasiosas que distorsionan el verdadero arte marcial. RLV – ¿Y eso es muy peligroso? - Es muy peligroso, porque yo tengo niños que van a la escuela y te dicen: - Maestro Yo quiero volar, quiero desaparecer, como en las películas -, los niños si lo creen y se ven frustrados porque no es cierto, algunos
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RLV – ¿Como fue el inicio en las artes marciales?
México y los maestros se fueron, se fueron a Estados Unidos y nos quedamos puros competidores. Fue cuando me di a la tarea de formar la asociación del Distrito Federal y después la del Estado de México, la de Veracruz, Tamaulipas y Guanajuato y con esas conformé la federación mexicana de LIMA LAMA en 1988 y en 1999 conformé Estados Unidos, México, Salvador, Honduras, Guatemala, Panamá, Venezuela, República Dominicana, Aruba, España Francia y se formó la Federación internacional de LIMA LAMA, la cual también presido. En 1985 dejé de competir y me dediqué a la organización y dirigencia de lo que el LIMA LAMA a nivel internacional por buena suerte soy la máxima autoridad en grado y en cargo a nivel mundial, claro respetando la jerarquía de los grados de los grandes maestros antiguos extranjeros, que ya todos fallecieron. Tumanao Tino Tuiolosega, acaba de fallecer, el año pasado en el mes de Abril, reconocemos la técnica que trajo a México, somos el único país que logro captar su esencia porque en ningún otro país, ni en Samoa hay LIMA LAMA como lo hacemos aquí en México.
física, impulsada por mis padres, vengo de una familia de deportistas, mi papá siempre estuvo ahí para impulsarme para conseguir logros a nivel deportivo. He pasado por muchos deportes, me inicié en natación, artes marciales, remo, halterofilia, etc., muchos deportes hasta que a los quince años llegué a lo que realmente era mi pasión de vida, que es el fisicoconstructivismo Lo que me motivó realmente desde niño, fue una idea de ver a los súper héroes muy musculosos, yo lo veía como algo inalcanzable hasta que comencé a asistir a un gimnasio, me topé con buenos maestros, buenos entrenadores a nivel nacional y esto fue impulsando más mi interés por desarrollarme dentro del medio del físico, cada año veía cambios en mi cuerpo, pero yo necesitaba más. De esta manera fui introduciéndome también a los cursos de capacitación de la Federación Mexicana de Físico culturismo, cursos de nutrición, cursos de entrenamiento, fisiología etc., etc., cada vez para prepararme más, sin pensar nunca o visualizar lo que iba a ser unos años después, lo hacía simplemente porque me gustaba, por pasión, por eso me fui metiendo en este bello deporte, tomé muchos cursos. Yo soy arquitecto de profesión, alternaba mi carrera de arquitectura con mis entrenamientos y mis cursos o simplemente lo veía como un Hobby, porque aquí en México es difícil vivir y vivir bien practicando un deporte de alto rendimiento y más el fisicoconstructivismo que está fuera de la publicidad que les dan a otros deportes, como el futbol.
www.fedemexlimalama.com http://youtu.be/ajVu0-fSVpc http://youtu.be/8Fc4g4bP_CM http://youtu.be/eE6VNIm0dVw
Inicié mis preparaciones para competencias en 2005, fue mi primer evento a nivel nacional, anteriormente había ganado algunos eventos pequeños a nivel local pero fue en 2005 cuando inicié mi primera aventura por las competencias a nivel nacional, obteniendo el tercer lugar en novatos de 75 a 80 kilogramos. Ahí fue exactamente cuando me di cuenta el potencial que tenía como atleta y lo que podía hacer dentro del medio del físico, porque había muchísima gente o muchos atletas que tenían muchos años dedicándose a esto y llegué a este evento con más calidad muscular. Me fui guiando con entrenadores reconocidos a nivel nacional como: Roberto López, Gabriel Vázquez, los dos Mr. México, que me fueron orientando hacia la disciplina
Fisicoconstructivismo
Waldo García Tinajero: Entrenador profesional personalizado de “Fitness” y fisicoconstructivismo, Campeón WABBA 2008, Subcampeón Musclemanía 2008, Mr. México 2009, Mr. Copa Morriz 2009, Campeón Nacional 2011, Subcampeón Mr. Norteamérica 2011, (entre otros títulos que ha conseguido de fisicoconstructivismo a nivel nacional)
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- Bueno yo comencé a realizar ejercicio desde que tengo uso de razón, desde los 3 años tengo una actividad
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que se requiere para ser campeón, el siguiente año, en 2006, obtuve el cuarto lugar en novatos, sentí que no puse tanta dedicación, pues precisamente por mi carrera, como arquitecto tenía otras actividades y me fue muy difícil llegar al 100 %, de hecho no llegue al 100 en ese evento, pero estar dentro de los cinco mejores de México en cualquier categoría, creo que está bastante bien. Posteriormente pasé a clasificados en el año 2007, competí en clasificados en 65 kilogramos, llegué a la final y este fue mi primer evento donde me propuse seriamente orientarme al físico, dejando de ver la arquitectura como una forma de vida, fui cambiando la visión hacia el físico y ese año decidí involucrar mi vida completamente en el fisicoconstructivismo y dejé la arquitectura, que aunque me iba bastante bien como arquitecto. Yo creo que en la vida hay que hacer lo que nos dicta el corazón y la pasión por hacer las cosas, esa es la meta de vida que tenemos cada uno aquí en la tierra.
donde realmente confirmé y supe que estoy hecho para ser Body Builder.
RLV – ¿Sacrificios? - Es una pasión que tienes que vivir para saberla, muchísimo sacrificio, mucha disciplina, mucha dieta y muchos sacrificios en muchos sentidos, mucho descanso, obviamente mientras tus amigos se van de fiesta tú estas comiendo y descansando o haciendo otras actividades donde no hay catabolismo, hay que dejar muchas cosas, son muchos sacrificios y lo conseguí en el 2009. RLV – ¿En que año llega el logro personal y te vuelves instructor de físico?
RLV – ¿Como llega el momento de sentir cuando estás listo para un Mr. México?
En el 2010 puse mi gimnasio ya como tal fue un logro a nivel personal, porque poner un gimnasio en México es bastante caro y se necesita muchas cosas, permisos etc. etc. Todo se me fue dando para lograr ponerlo, en ese año no competí porque estaba enfocado en hacer crecer mi negocio como una marca que ahorita ya tengo y hacer crecer mi equipo de competidores, de físico, de fitness y bikini, me fui enfocando en un trabajo más RLV 10
- Decidí enfocarme y descansar un año mis competencias, porque realmente mi meta era ganar el 2009 Mr. México, tuve un año de preparación y al siguiente año, (fueron dos años que me preparé para el 2009), y pues gané mi categoría de 70 kilogramos en Mr. México clasificados, realmente llegar a esa meta fue algo muy importante para mi vida, porque fue ahí
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académico, me preparé para dar cursos a nivel nacional como preparador físico, por parte del Instituto del Deporte del Distrito Federal y la Asociación de Fisicoconstructivismo del Distrito Federal y cada vez metiéndome más en esta que es una pasión que es el físico. He conocido mucha gente, nuestro equipo ha logrado siempre ser protagonista dentro de los eventos nacionales y hemos participado a nivel internacional bastantes competidores de nuestro equipo, el “Elite Team”, obteniendo muy buenos lugares, segundos, terceros, cuartos y este año quiero ser el primer lugar de Norteamérica, que es en Septiembre y para allá va mi preparación y como capacitador del Instituto de deporte del Distrito Federal estoy certificando entrenadores a nivel nacional, necesitamos gente capacitada.
medios y creo que nuestro deporte también es muy atractivo para la población y lo que le hace falta es difusión y estar en más medios, mas difusión , radio, televisión, revistas y mi trabajo está enfocado en difundir este deporte a nivel nacional e internacional,. Tengo varias entrevistas con MD Latino, también que les ha llamado la atención las preparaciones que hemos hecho y los lugares que hemos obtenido a nivel nacional, en primer lugar, y a nivel internacional a los eventos que hemos participado. http://youtu.be/H38fvJnbOxw http://youtu.be/dsXen5vPvfk
Muay Thai
RLV – ¿Que apoyo has obtenido por parte de las autoridades? Israel Fernández Llamas: Joven deportista, impulsado y apoyado por su padre, Máster Cesar Fernández Montiel, heredando una disciplina dentro de las artes marciales y en el deporte en general, con 22 años de edad y en una vida deportista de 18 anos y en voz de él, quien nos cuenta su larga trayectoria dentro del Muay thai y su pasión por el deporte.
- Nuestra federación no nos ha apoyado como debería. Yo tengo la idea y la seguridad de que este año vamos a estar a nivel internacional en muchos países compitiendo por México. Es sabido que aquí en México los apoyos son muy difíciles de conseguir y obviamente a muy poca gente les llega pero no hay imposibles. Yo estoy trabajando muy duro para conseguir las participaciones internacionales para representar a México en Europa y Estados Unidos, que es lo que más me interesa. Ahora quiero ir al Arnold Classics, en Europa, que es en Noviembre y en Septiembre al Mr. Norteamérica, estamos preparando muchos atletas con calidad internacional, como Nancy Rodríguez, que es la mejor Bikini juvenil de México, por mencionar alguna.
RLV - ¿Que visión y enfoque tienes para un futuro próximo? - Mi visión es difundir nuestro deporte a nivel nacional y que las grandes empresas o las grandes marcas deportivas volteen a vernos como el gran negocio que podemos ser para ellos, porque obviamente el futbol tiene una posición muy importante dentro de los
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Cinta negra Quinto grado en LIMA LAMA, Yuyitso Brasileño cinta azul.
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- Bueno yo empecé en el LIMA LAMA hace mas de 18 años, por mi papá, quien es el Presidente de la Federación Internacional del mismo y empecé en los torneos desde niño, desde categoría especial, infantil , juvenil y adulto, en adultos la categoría de campeón nacional, en la modalidad de Full Contact, desde los 17 años entré me hice campeón en diferentes categorías, porque fui subiendo de peso hasta que ya había hecho peleas con casi todos los competidores de LIMA LAMA en mi peso, fue cuando decidí experimentar otras disciplinas. Me fui a Muay thai, ahí ya llevo casi tres años, en el Muay thai no hice ninguna pelea amateur me dedique a entrenar un año completo y salté a ser profesional, ahorita mi record es cuatro ganados, cero empates y cero perdidas.
así es de lunes a viernes y los sábados solamente corro y entreno, los domingos son de descanso. RLV - A la edad que tienes ahora (22 años), uno es cuando empieza a fumar a relacionarse con chicas y a tomar otro tipo de decisiones; ¿el tener una disciplina marcial te ayuda en esta toma de decisiones? - Sí, para empezar, no soy un robot y que no me voy de fiesta, pero ya a un nivel profesional y como pararse diario a correr si un día antes tomas o fumas no rindes ni para correr, ni para entrenar y mucho menos para una pelea, es una decisión que tomé desde antes, para empezar sí lo probé, pero no me gustó, entonces no es algo que sea mi tentación: o peleo y me voy a tomar.
RLV – ¿Otras disciplinas que hayas practicado? - He hecho artes marciales mixtas, entrené Yuyitso brasileño, lo sigo entrenando, pero no con la constancia que el Muay thai, soy cinta azul en el Yuyitso, he hecho peleas de artes marciales mixtas, ahí llevo tres peleas ganadas y tres perdidas, por lo mismo que no he tenido la constancia en las mismas, no he tenido los mismos resultados que yo esperaba como lo estoy teniendo en el Muay thai, que es lo que siempre he hecho, pelear arriba, mano, codo, rodilla y patada en el Ring. En el LIMA LAMA tuve campeonatos nacionales en tres categorías, de 60 a 64, de 64 a 68 y 68 a 72 kilogramos, los retuve por tres años, un año cada uno aproximadamente y ahorita voy invicto en una empresa de Muay thai, en un par de peleas más me proponen para ir por el cinturón de profesional en esa empresa en la categoría welter que es hasta 67 kilogramos. RLV – ¿Como es tu disciplina de entrenamiento? RLV – El Muay thai ¿es como el box, en cuestión monetaria?
- Diario voy a correr, aquí cerca tengo el bosque, mínimo son dos vueltas que equivalen a diez kilómetros, de lunes a viernes, los sábados, le doy tres vueltas, que son quince kilómetros, de ahí voy a casa, como un poco y me voy al gimnasio y entreno de 9 a 12 del día, en la tarde otra sesión de entrenamiento, más enfocada a la técnica que al acondicionamiento físico,
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- No hay tanto dinero porque las artes marciales mixtas o en el Muay thai, relativamente es nuevo y esta empresa es nueva, está empezando, pero no se compara con el Box.
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RLV – ¿Esperan tener un reconocimiento de la Federación del Deporte o un apoyo para poder llevar a otros niveles esta disciplina marcial?
cuerpo, en su origen, hasta los cabezazos, ahorita en un modo competitivo se quitaron los cabezazos, pero sigue siendo fuerte, se compite con guante de box, igual se golpea con la mano, con el codo, con la rodilla y aquí la diferencia entre el Karate que se patea con el empeine, que es muy débil, en el Muay thai con la espinilla que es un hueso completo y más contundente, también hay proyecciones , no como en la lucha, pero si derribes en el clinch del Muay thai.
- Ahorita no hay Federación de Muay thai, ni de artes marciales mixtas, muchos dicen que sí pero no está reconocida por CODEME, todo lo están haciendo por afuera con patrocinios y si al parecer esta empresa ya tiene un convenio con la UFC para mandar peleadores a Estados Unidos. RLV – ¿Con qué frecuencia son las peleas de Muay thai, cuánto tiempo hay de recuperación entre una y otra? - Un peleador profesional, como con los que estoy entrenando, siempre tiene que estar entrenando, no hay eso de que avísame con tres meses antes para entrenar, es todo el tiempo, en una pelea constante para agarrar experiencia y si no hay lesiones de por medio de una pelea anterior, aproximadamente un mes y medio a dos meses, ya hay mas descansos si hay una cortada o si fue un knock-out ahí sí mínimo son seis meses de descanso, pero si acabas la pelea con los golpes normales, un ojo hinchado, una pierna lastimada, no hay problema, dos tres días de descanso y empezar de nuevo pero para impacto, para no perder aire y distancia. RLV – La vida deportista, de un peleador se ha dicho, que termina a temprana edad, ¿qué vida activa llevan cuando están compitiendo? - Supuestamente había un mito que a los 35 años se acabó tu vida deportiva en un deporte de contacto pero hay muchos americanos, holandeses, tailandeses que están haciendo este tipo de peleas a los 40 años en un nivel óptimo y competitivo de alto nivel en empresas grandes, entonces no hay un en tiempo límite siempre y cuando tu cuerpo esté bien.
RLV – ¿Qué tan desagradable es ver cuando a alguien lo fracturan o lastiman, te ha tocado ver algo parecido? - Bueno sí, por ejemplo a mí me han abierto la cabeza tres veces, con codazos, no fueron tan fuertes porque estaba consciente, pero la que más tengo en mente es la de un compañero mío de entrenamiento, bajó su guardia y lo cruzaron de lleno en la mandíbula, se estaba convulsionando, la pierna extendida, la vista perdida, completamente desconectado, sí me dio miedo, y piensas a lo que estamos expuestos, pero igual me motivó mucho para en los entrenamientos subir la
RLV – Muay thai, es disciplina Tailandesa, ¿en qué consiste?
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- Sí, es una disciplina Tailandesa; se remonta a los tiempos del Reino de Siam, conocido como Tailandia, en esta disciplina se implementan todas las armas del
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guardia y en las peleas más porque en los entrenamientos, aunque entrenas fuerte, estás entre compañeros y no hay ese riesgo de que te lastimen, aunque estés entrando fuerte existe el compañerismo. En una pelea él te quiere hacer lo mismo que tú a él, noquearlo, eso es lo primordial, si ganas por decisión o por llave, bien, pero si es knock-out, eso es lo que me motiva a estar siempre alerta, prepararme mejor y estar más concentrado a lo que vas, sin pensar que si ya llegó mi novia, o cuanta gente ya se sentó, si llegaron bien, si se sentaron bien, si no, yo estoy enfocado en la pelea, porque yo subo solo y yo soy quien me arriesgo.
RLV - ¿Que sueños tienes, que aspiraciones tienes, cuál es tu tope? - Tope no tengo, quiero llegar lejos, quiero hacer una carrera en México y tener más experiencia, no me quiero estancar. En México, hay muchas empresas como UFC, y me gustaría pelear en esas empresas e internacionalizarme.
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http://youtu.be/wfSSou0M91w
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Entrevista con Mónica del Carmen Paco Olvera
Este número de la Revista Letrónica de Ventoquipa está dedicado a las divas. Por ello nos es muy grato presentarles una entrevista con una de ellas, quien además nos compartió sus pensamientos de lo que para ella es una diva. Se trata de Mónica del Carmen, ganadora del Ariel por su impactante interpretación en la película “Año Bisiesto”. http://youtu.be/CMYLwP1LCS4 http://youtu.be/A0WFqjXMUtY RLV. Hola Mónica buenas noches MDC. Buenas noches RLV. La pregunta que te quiero hacer para nuestro número especial de la RLV es: si yo te digo la palabra “diva”, ¿Qué es lo que evoca en ti, que es en lo que piensas?
MDC. Pues yo pienso en una presencia de mujer muy fuerte, que tiene que ver con un empoderamiento primero, y con un peso importante, sobre todo dentro del escenario donde la imagen pesa bastante. No sé, me imagino a María Félix, o me imagino dentro del cabaret a Regina Orozco, mujeres con una gran importancia a nivel histriónico, a nivel de cantar, o ser una presencia muy poderosa dentro del cine o la televisión o del escenario.
Mónica del Carmen en “El Despeñanieto” MDC. Yo creo que ha cambiado poco., pero dentro de mi concepción de diva, sí ha cambiado mucho. Para mí Mónica, como actriz, diva significa una mujer empoderada y una mujer que admiro, más allá de los cánones establecidos de belleza o de la publicidad. Por ejemplo, a veces dicen, “la diva” Lucerito, a mí no me parece que Lucerito es una diva, a mi me parece que Regina Orozco es una diva, o mujeres con otro tipo de enfoque, mujeres que mas allá, de explotar esa imagen preestablecida de ser delgada, o de ser alta, o de tener un buen cuerpo, son mujeres que tienen un gran peso y que admiro mucho dentro del escenario, más allá de su imagen. RLV 10
RLV. Quiero hacerte una pregunta. Cuando era niño, yo escuchaba que hablaban de “la diva”, siempre pensaba en una mujer muy guapa muy atractiva, ¿sería que nos estábamos yendo sólo el lado de tratar a la mujer como un objeto, nada más porque era guapa y ya?, ¿tú qué piensas de eso, ha cambiado, sigue siendo igual?
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del concepto que para mí las divas son mujeres empoderadas, más allá de los tacones o más allá del buen cuerpo, en la medida que tengamos divas empoderadas o unas divas que nos saquen de esos cánones establecidos, vamos a tener un mejor público: vamos a tener públicos más consientes, públicos más participativos, públicos que exijan más del escenario o del histrionismo. De esa forma se podría decir “dime a qué diva admiras y te diré qué público eres”. Si tú eres un público pasivo, si eres un público que te vas con aquello vacío, o solamente con aquello que está de forma, pues serás un público banal, vacío. En cambio si tu admiras a mujeres que te van a sacar de todo esto, que te van a hacer participar, que te van a hacer reflexionar y que te van a hacer reír o llorar, pero de una forma consciente del momento histórico que estás viviendo, pues vas a tener mucho mejores públicos y mejores ciudadanos.
Mónica del Carmen durante la entrevista RLV. En una última pregunta, en tu concepto, ¿quién hace a las divas? ¿Las divas hacen al público o el público hace a las divas?
RLV. Pues en la RLV somos unos presumidos, porque una de nuestras divas eres tú. Muchas gracias. MDC. Muchas gracias.
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MDC. Yo creo que una cuestión dialéctica, no puede haber divas sin público, ni público sin divas. Partiendo
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Desde dentro El camino del Azteca Paco Olvera
El camino del Azteca.
Un flujo interminable de peregrinos va entrando al enorme recinto. Diferentes tribus se van mezclando para ocupar sus lugares en este templo. Es posible distinguir el origen de los miembros de las tribus por su vestimenta, pero pese a la diversidad de orígenes, el diseño es parecido: todos contienen imágenes y leyendas del objeto del culto en común. El camino al Azteca “Regresa al lugar al que alguna vez perteneciste”. Todos han aprendido de alguna forma esta pieza sabiduría tradicional y ahora buscan cumplir el mandato. Resulta paradójico que nadie parece saber con exactitud si esta es la forma correcta de dar cabal cumplimiento a la sentencia, pero más que por conocimiento, parecen actuar por una fuerza interna inexplicable, repitiendo para sí mismos que es momento de regresar al lugar de donde fuimos, o de donde somos. Este es el camino del Azteca. ¿Será que estamos llegando a Aztlán? Una vez reunidos, los peregrinos saben que en algún momento de la ceremonia, repetirán la enseñanza que los trajo hasta aquí, pero en el lenguaje originario en que les fue pronunciada desde sus tiempos de juventud e infancia: “Get back, get back to where you once belonged”.
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Adoración, curiosidad, o la simple tentación de ser testigo de la historia. Los motivos son muchos, pero el resultado es el mismo: 100,000 almas que se dirigen al Azteca para presenciar el concierto de una de las últimas leyendas vivas y activas del Rock: Sir Paul McCartney o para muchos otros, la última conexión que queda con los Beatles. El río de gente es también un muestrario casi infinito de diseños alusivos a Paul, a John, George, Ringo, “Wings”, la “Plastic Ono Band”, “Help”, “Yellow submarine”, “Hard’s day nigth”, “Imagine” o cualquier otro referente al “cuarteto de Liverpool”. Playeras, chamarras o cachuchas estampadas con fotos, logos, nombres o frases de canciones que se han convertido en lemas de la cultura popular moderna: “All you need is love”, “And I love her”, “All my loving”, “Let it be” o “Get Back”. Unas
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prendas muy finas y “nice” seguramente compradas en Londres, París o Nueva York, otras más “corrientitas” tal vez compradas en algún tianguis dominical o hasta hechas en casa, pero todas son lucidas con orgullo, y buscando cumplir con el objetivo de identificar al portador como un verdadero fan.
no permitidos (as). Una señora grita al lado de la fila: “¡Déjenme su cinturón, cinturón, allá a dentro se lo van a quitar!” ¡Chin! Se me olvidó dejar el cinturón. Me lo comienzo a quitar mientras pienso en mis opciones. Lo voy a intentar esconder dentro del pantalón. No; lo van a detectar. Pos que lo tiren, total, ya está todo madreado; no, tampoco. Pos si cobran 10 pesos, pos lo dejo, total es casi como si me lo quitaran en la entrada. Me dan una tarjetita que tiene marcado un número, mismo que escriben en un pedazo de cinta masking recién adherida a la prenda antes de ser abandonada a “su suerte”. Durante esta maniobra podemos ver como regresa uno de estos grupos heterogéneos de “chaviza y momiza” que fueron rechazados en la entrada. Especulamos: ¿sería boletos para Guadalajara?, ¿serían “chuecos”? Quién sabe, ojalá nosotros no tengamos bronca. “Piiii, piiiii, piiii”. Las entradas son válidas, prueba superada. Pasamos a formarnos esperando turnos para ser cacheados. Los nenes con los nenes y las nenas con las nenas, como hubiese sentenciado el “Chico Che”. Pasamos la revisión sin novedad. Revisamos un tablero que tiene dibujado un mapa, en busca del túnel que se indica en nuestras entradas. Cabecera norte: debemos seguir por la derecha. Caminamos en busca de la entrada que nos lleva al túnel que corresponde. Unos barandales construidos con tubos de acero galvanizado indican que debemos formar una fila. Allí está un nuevo punto de verificación pero sólo para los boletos. Pasan la prueba en forma exitosa por segunda vez. Caminamos por una de las rampas para finalmente llegar al túnel buscado. Último punto de verificación, pero esta vez no se usa dispositivo electrónico alguno, sólo es una inspección visual, para ubicar donde se encuentran las posiciones que nos confieren los boletos, y para asignarnos al acomodador en turno que nos lleve hasta ese punto. No nos preguntan si requerimos de sus servicios, ven nuestras entradas y comienza a caminar; entendemos que debemos seguirlo. Llegamos por fin a nuestros lugares y tomamos asiento, luego de pagar el tácito tributo de la propina.
Conchita y Anita
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Los asistentes van en pequeños grupos de dos a cuatro personas. Es fácil notar que muchos son familias, que incluyen a uno o los dos padres y sus hijos jóvenes, ya no diremos adolecentes. Rucos con muchachos. Añoranza con curiosidad. Nostalgia con gusto recientemente adquirido. Anita, Conchita y yo formamos uno de esos grupos. La entrada al estadio es con gran orden, nada que ver con los conciertos de Santana en León o de Rod Stewart en Querétaro durante la década de los 90. El costo de los boletos por sí mismo, debe haber constituido una criba determinante en la selección de la audiencia. Seguimos al flujo de la marea de gente confiados en que nos llevarán al punto de entrada. “Le sobran o le faltan boletos, le sobran o le faltan patrón”. Esta cantaleta nos la repiten ente 10 y 20 veces diversos revendedores de los tipos más diversos: señoras con hijos, chavos medios ñeros, señores canosos, cuates con mirada torva. No contestamos y continuamos nuestro camino. La marea nos lleva al costado del estadio que está alineado con la calzada de Tlalpan. Nos formamos en la fila. Se puede ver que adelante nos encontraremos con el primer punto de verificación: revisarán nuestras entradas y nos van a “cachear” en búsqueda de objetos (y sustancias)
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estadio, que deja sentir un claro ambiente de expectación y preparación. Entre los fragmentos de las conversaciones que la acústica del recinto permite llegar a nuestros oídos, se pueden identificar palabras de los que se puede inferir el tema de la conversación. Tráfico, Álbum Blanco, Paul, John, Jude, Yesterday, caro, chavo, chava, chido, antes, ahora, después. Después de todo, una chela no estaría mal. Traiga unas pero bien heladas, esas ya están muy paseadas.
El cuarteto de Liverpool Nos tocó a la altura de la posición del tiro de esquina a la derecha de una de las porterías. Comenzamos a mirar a nuestro alrededor. Aún hay lugares vacíos, pero el flujo de acomodadores que guían al público es constante. El escenario está iluminado y en las pantallas que lo flanquean se ven proyectados algunos videos. Hay música en el sonido que dará la potencia que necesitará la banda para llegar a todos los rincones del enorme estadio. Era de esperarse que fuera música de les cuarteto de Liverpool o de alguno de sus integrantes, pero no son interpretadas por ellos. Inclusive se escucha una versión de “I wanna hold your hand” con banda norteña. Luego de este innovador atrevimiento, yo pensé que pondrían la parodia que de esta canción que hizo “Tin Tán”, a la que le cambió el nombre por “Quiero rascarme acá”. Montones de vendedores por todos lados, tomando ventaja de la infraestructura que el estadio ha desarrollado para mejorar la experiencia del espectador en los partidos de futbol que allí se llevan a cabo. No pienso comprar nada, vine a escuchar y a ver el concierto, además de que todo debe estar muy caro. Seguimos atentos a como fluye la gente. Algunos avanzan con gran dificultad a los acomodadores que pasan de una fila a otra pisando en los asientos y realizando ciertos “pasos de la muerte”. Otros con agilidad comparable o superior a la de sus guías los siguen de cerca. Hay un rumor sordo en el
La cancha se va llenando
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La cancha se está llenando también. A la derecha de la cancha está marcada la entrada VIP. Sólo vamos a ver a Paul como “un muñequito” en el escenario, pero las pantallas, el sonido y el ambiente prometen compensar la distancia. Los del VIP seguro podrán verle hasta las arrugas. Nosotros queremos disfrutar buena música (además que ya no tenemos más opción). Tragos de cerveza y canciones. El ánimo va en aumento. Casi todos los lugares a nuestro alrededor se han ocupado. La parte alta del estadio es la que está llena desde hace un buen rato. Como siempre tienen un buen ambiente; ya comenzaron a “hacer olas”. La expectación crece aún más. El reloj ha llegado a la hora marcada, pero aún no hay “señales de vida” en el escenario. Comienzan algunos silbidos aislados, siguiendo el patrón que se ha convertido en la forma de comunicar a los organizadores que el público solicita que el evento comience a la hora pactada. No son muchos los que siguen la sinfonía de chiflidos, el público aún tiene paciencia, el tráfico para llegar al estadio ha sido inclemente y tal vez una buena cantidad de asistentes
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permiten identificar a Paul (¿o debía escribir “Pol”?). Todos nos ponemos de pie a corear la canción. Conforme avanza algunos que resultan más “fresas” que los que estamos en nuestra fila y hacia adelante, lanzan algunos gritos de “¡sentados!”, e incluso nos llegan a tocar en el hombro. Yo me siento, aprovechando que la vista aún me queda línea de vista al escenario. Conchita y Ana se sientan un poco a regañadientes. La siguiente rola es de “Wings”, “Junior’s Farm” me parece. Nosotros somos más “Beatleros” que “Wingceros” (aunque nos gustan muchas de sus rolas posteriores a la etapa Beatle). Permanecemos sentados. -
¡Gracias! ¡De nada!, un placer ayudar a un grupo de jóvenes conocedores a los que los que les gustan los Beatles ¡Por supuesto!, además yo acabo de estar en el concierto de Roger Waters y mañana voy al de Dylan ¡Pos qué lujo, hombre!
¡De nuevo saltamos como resortes! A Conchita y a mí las canciones de los primeros álbumes del cuarteto nos fueron inculcadas por nuestros primos y hermanos mayores. En el caso de Ana, por medio de la película “Across de Universe” y después reforzada por el “Rock Band” de los Beatles. Me encanta verla cantar con la misma emoción que nosotros. Ya no hubo quién nos siente de nueva cuenta. La chela surte sus efectos: desinhibición y diurético. Yo resisto los embates de mi cuerpo, pues las rolas siguientes son de las que me gustan y conozco: “Jet”, “Got to get you into my life”. Mi sistema urinario comienza a emitir señales de alarma. Una que no conozco, es el momento. Salí de poco a poco entre la multitud. SI los que venden chelas pueden salir, yo también. Los baños están casi vacíos, yo me concentró en escuchar la canción que está interpretando Paul, no quiero perderme ninguna de las que me gustan. Salgo al túnel de nueva cuenta, mientras finaliza una canción que no identifico. ¡Fiuuu! Pero ahora no recuerdo en que fila estaba; afortunadamente yo traigo los boletos, la fila es la “D” y la primera que sigue del túnel es la “F”. Camino con cuidado y haciendo malabares a mi destino, tengo que pasar frente a unas 10 o 12 personas. Ya veo a Anita y a Conchita. “The nigth before”, misión cumplida, ya estaba en mi lugar brincando y bailando. Paul nos va hablando en español. “Gracias”, “Buenas Nouches”. Su pronunciación es clara, con un acento como el que se
Continúa la vendimia: tacos de canasta, donas, hot dogs, hamburguesas, binoculares, impermeables, agua, refrescos y chelas. OK, otra chela antes que inicie el la música y sea más complejo pedirla. Un primer clamor que se ahoga muy rápido: al parecer un leve movimiento en el escenario, pero pudo ser desde un utilero hasta un perro. Las luces que iluminan las gradas bajan su intensidad, pero aún no se ven indicios claros en el escenario que indiquen que esto esté a punto de comenzar. Al fin se escucha una voz por el sonido local: -
Close your eyes and I’ll kiss you! Tomorrow I’ll miss you! Remember I’ll always be true!
¡Señoras y señores! ¡Demos la bienvenida a una leyenda viviente del Rock! ¡Sir Paul McCartney! Roll up! Roll up for the Mystery Tour!
Los compases de la melodía homónima del álbum “Magical Mistery Tour” levantan el clamor del público. La iluminación del escenario cambia y se pueden apreciar las figuras de la banda, que por la distancia resultan minúsculas, pero con ayuda de las pantallas
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estén esperando a algunos compañeros que aún están varados en las calles aledañas sin poder acceder a los estacionamientos, por lo que esta demora es recibida con cierto beneplácito. También ya está “haciendo hambre”. Unos “Doritos” no caerán mal. Llegan un grupo de 4 personas, 3 se ven jóvenes (al menos para mí), van escoltando a una señora de mayor edad. Comienzan a platicar entre ellos. Intentan pedir una chela, pero el vendedor no los escucha. Para ejercitar mis pulmones en preparación para el concierto lanzo un grito:”¡chelas!”. El vendedor como unas 6 gradas abajo alcanza a escuchar y se dirige hacia nosotros.
les achaca a los “misters” en las películas de los años 50. Nos muestra una guitarra y nos cuenta que es la que usó en la grabación original. Se arranca con los acordes de “Paperback writer”. Parece que el increcendo no para, como en un canon de Bach, pero más que en sus acordes en la emoción: “The long and winding road”.
de menos. “I’m looking through you”, ¡qué emoción! Cada vez que escucho esta canción, recuerdo con claridad la tira donde Mafalda está bailando desenfrenadamente en torno a su radio de baterías, así como de su sabiduría al responder cuando es cuestionada por Manolito, de cómo le pueden gustar los Beatles si no habla inglés: “a todo mundo le gustan los perros y nadie sabe lo que significa guau”. La lluvia nos moja, pero es lo de menos. “Hope of deliverance, hope of deliverance!” Todos coreamos las canciones. Tal vez no nos sepamos el resto de la letra, pero los coros y el ritmo, ¡como campeones! -
Tun, tun, tun, tun (acorde de guitarra) I give her all my love . . .
“And I love her”. Es un coro rotundo de todo el estadio y una declaración personal que hacemos para nuestras novias. Volteo a ver a Conchita, cantándole una serenata apoyado por el mejor mariachi del mundo. En ese momento la cursilería no importa, o mejor dicho, si no eres cursi en ese momento, es que lo dejaste pasar sin darte cuenta que era. “Blackbird singing in the dead of night, take his broken wings and learn to fly”. También recuerdo que los locutores en las estaciones de “AM” la presentaban como “El Cuervo”, cuando acudíamos al diccionario, veíamos que en efecto se refería a un “pájaro negro”, ¿así se diría cuervo en inglés? El diccionario o los profes del pueblo no nos resolvieron la duda. Años después alguien me dijo que se refería a un mirlo, y que éramos unos ignorantes todos los que decíamos que se trataba de un cuervo. Vale madres. La incorrecta traducción “La importancia de llamarse Ernesto”, ha cobrado vida aún sobre la intención de Oscar Wilde al intentar hablar de la importancia de ser serio u honesto (“The importance of being Earnest”). Sir Paul me demuestra que estoy lejos de conocer todo su repertorio, y se lanza con varias que no había escuchado antes. Al presentar una de ellas nos dice que la “compusou para su hermanitou John”. Creo que se trata de “Here Today”. “Ooooooh, look at all the lonely people”. Doña “Eleanor Rigby” hace su triunfal aparición, acompañada por nuestro monumental coro. En la pausa para la siguiente canción, Paul toma su
Paul en el Escenario
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Comenzamos a ver que en la cancha salen impermeables multicolores. Miro hacia arriba y sólo hasta ese momento de doy cuenta que comenzó a llover, y también me doy cuenta que la estructura que techa parcialmente al estadio nos está cubriendo. Algunos de los vendedores que habían circulado con otros productos aparecen vendiendo impermeables. No puedo evitar pensar que a fin de cuentas fue mejor no pagar tan caro allá abajo. Paul se arranca con varias canciones que no logro identificar. En ese ínterin, el ángulo de la siempre caprichosa lluvia cambia y comienza a mojarnos. Ana levanta a la cara al cielo y deja que la lluvia corra por ella. Conchita me dice que le hable al compa de los impermeables. Le indico con los dedos para preguntar si compro dos (para ella y para Anita). Ella me indica que sólo uno y me muestra un impermeable que tiene en la mano: ya se ha hecho amiga de su vecina de lugar y se lo obsequió. Identificó a un vendedor que una media hora intentaba vender palomitas y nadie parecía hacerle caso. Ahora es casi como “la última chela del estadio”, pero en este caso chelas había muchas. Por fin se acerca y logro comprar uno de los últimos que le quedan, el sobreprecio fue lo
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etílico es más avanzado, logro salir ágilmente al baño. El lugar se ve concurrido, muestra de los estragos de las chelas. Mientras estaba en el proceso, comienzo a escuchar los acordes de “A day in the life”. Salgo tan rápido como me fue posible. En el regreso a mi puesto, no me parece distinguir a nadie que esté sentado. “I read the news today oh boy”, de entre estos compases, poco a poco va surgiendo otra rola, “All we are saying, is give pace a chance”. El estadio se obscurece más y hacen su aparición los encendedores y luces de celular. No puedo evitar recordad los conciertos de Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, Tania Libertad a los que fui cuando llegué a México, cuando este gesto no era considerado cursi y muy “avangard”. Sea como sea, el efecto es arrollador. Todos cantamos como mejor podemos. Las miradas entre los asistentes son de cierta complicidad o de entendimiento implícito: no se habla de política, pero si de una ciudadanía que quiere tranquilidad, que está asustada y cansada. No contento con mis “hazañas” pido chelas para mí y para los vecinos. Uno de ellos rechaza el trago, aún tiene el anterior. Conchita entra al quite, para no desperdiciar ese vital líquido. “When I find myself in times of trouble, mother Mary comes to me”. Hasta el momento en que inicia “Let it be”, caigo en cuenta que dejó de llover en algún momento. Aún me acuerdo que a la otra chela le había estado cayendo algo de lluvia. Al principio intenté cubrir el vaso, pero luego medité que al fin y al cabo, así me iba a rendir más, además que sólo se trataba de “agüita”. Comienzan los acordes de otra conocida. El griterío vuelve entrar en otra escalada de volumen. “So live and let die!”. El escenario estalla en fuegos de artificio. Igual que en San Francisco hace 20 años, e igual que en la Ciudad Deportiva hace 15 años. Todo mundo esperaba el estallido, como consecuencia conocida de la ejecución de esta canción. Son los ritos conocidos y no escritos que nos son comunes a los fans de todas las edades. “Hey Jude, don’t make it bad”. La canción de la que siempre nos dijeron era dedicada de Paul a John. Esto comenzó a tener sentido años después, cuando en retrospectiva, los esfuerzos y protestas por la paz podían entenderse mencionados en la frase “don’t carry the world upon your shoulders”. Paul nos dice “adious”. Todo mundo sabe que este sólo
Esta canción se la dedicou a mi hermanitou George Something in the way she moves . . .
El coro cada vez canta mejor, o como dirían los Stray Cats “Looking better every beer”. Nuestros jóvenes amigos, de la fila de enfrente me invitan una chela. La recibo y uno de ellos me dice -
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Señor qué gusto estar aquí en este ambientazo con alguien de su edad que le guste tanto el rock, imagínese, ¡a mi papá le gusta la Santanera! Gracias por lo que me toca, pero mira, sólo imagínate como se pondría tu papá si Paul se arrancara cantando: “en un bote de vela, a la mar me tiro”
Mejor con cada cerveza Nos reímos de buena gana y continuamos brincando y cantando. El señor McCartney continúa manejando la mezcla de temas entre Wings y los Beatles, dando paso a “Band on the Run” seguida de “Ob-la-di Ob-la-da”. Aquí Paul nos invita a cantar la canción solos. El resultado es magnífico. En adelante varias partes de los coros en diferentes canciones nos eran conferidas para ser cantadas por nosotros. “Back in the USSR”. Al iniciar “I’ve got a feelin”, las procesos fisiológicos de eliminación de desechos líquidos no se detiene. Tengo que ir al baño de nueva cuenta. Pese a que mi estado
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ukulele. Los reflejos “Pavlovianos” nos indican lo que sigue.
es un intento. No lo dejaremos ir. “Ooooeeeeee, Oeeeeee, Oeeeeeee, Oeeeee, Sir Paul, Sir Paul”. Se armó el coro. Yo lo que pensaba que debíamos cantar era “all you need is Paul”. Tal vez demasiado, pero a fin de cuentas ni chance, el griterío venía como una avalancha y lo mejor era ser parte de ella. Con el escenario obscurecido, comienzan unos acordes de piano, “Lady Madonna, children at your feet”. Un rugido de aprobación recibe de nuevo a Sir Paul y el coro de 100,000 voces se reanuda. Se inicia el inconfundible acorde de guitarra de “Day tripper”, esto no parece dejar de subir de tono. Al fin, lo que yo esperaba. La canción que pedí como deseo en el primer concierto que vi de Paul en San Francisco, el mero día de mi cumpleaños. “Jojo was a man who thought he was a loner”. “Get back, get back to where you once belonged”. La profecía estaba cumplida, el regreso se había concretado, por fin había completado el camino del Azteca.
Yo me recordaba de las fiestas en la secundaria, cuando pedirle a una chica que bailara era un reto de a verdad. “Once there was a way”. Comenzó el coro de “Golden Slumbers”, y con ella toda la “bajadita” del “Abbey Road”, continuando con “Carry that weight” para llegar al final: “And in the end, the love you take is equal to the love you make”. Pero “The End”, no fue el fin, casi lo fue, pero no. “Yesterday, all my trouble seemed so far away”. Este es como el cuarto clímax del coro, todos cantan, algunos se abrazan. “Gracias, adious”. Esta vez sí nos las “hace efectiva”. Seguimos gritando y brincando algunos minutos. Conchita y Ana que están en un nivel de sensatez al que no aspiro en este momento, me indican que salgamos con el resto. Comienza el peregrinaje de regreso. Salimos por una ruta que nos lleva a la calle más rápido que la que usamos para entrar. Esto tiene el efecto negativo que nos impide acercarnos al lugar donde debe estar mi cinturón, dejado en prenda al entrar. Conchita identifica el sitio, pero hay que rodear una parte del estadio para llegar allí, pues un desnivel impide una ruta directa. En el camino Conchita y Ana se detienen a ver la mercancía de los “lleve, lleve”. A mí me comienza a entrar la prisa. En un mal cálculo estimé que podía aguantarme las “ganas” hasta llegar a la casa. Las dejo en un puesto viendo mercancía en lo que me dirijo por mi cinturón, el cual me es entregado en intercambio por la tarjeta que fue entregada en prenda por él. Regreso a donde las muchachas siguen revisando potenciales suvenires. Intento esperarlas con calma, pero comienzo a hacer competencia a los danzantes de “la Villa”, haciendo una danza ritual que yo creo no interpretaba desde mi infancia. Conchita y Ana apenas pueden contener la risa. No puedo más e informo que buscaré un sitio donde remediar mi situación. Inicio una caminata desesperada. Todos los lugares son públicos por el momento. Ríos de gente invaden las banquetas, puntos de abordaje de transporte público, rincones bajo el puente o las esquinas. Se me forma visión de túnel, enfocándome en un par de objetivos: responder el llamado de la biología y mantener el decoro. Por momentos parece imposible. Entro en un lugar de comida, y literalmente me meto hasta “la cocina”.
Get back, get back
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Pero esto aún no termina. Comienza el segundo intento de la banda por abandonar el escenario. No le es permitido al MBE McCartney abandonarnos así como así. De un latigazo somos enviados casi a los tiempos de “La Caverna” en Liverpool. “Well she was just seventeen, you know what I mean”. Con ese rockandrolazo devuelve la vida al “monstruo de 1000 cabezas”, esa rola nos la sabemos todos, y todos junto con Paul estamos instalados plenamente con los Beatles, ahora si no hay intentos de ir con canciones de otra de sus etapas creativas. “And I saw standing there”.
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¿Dónde hay un baño? Es claro que la expresión de desesperación de mi rostro y frecuencia característica de modulación que imprime el alcohol excesivo en mi voz, es lo que impide que me indiquen que en esa parte no pueden acceder los clientes y se limitan a señalarme una entrada. Doy tres pasos y no distingo baño alguno, sólo se ve un pasillo tapizado por ganchos plásticos para colgar ropa regados por el piso. Me regresó e interrogo de nuevo al individuo que me señaló la entrada. “¡Allí en el fondo!”. Se le nota exasperado, pero no estoy para ponerme digno. Entre caminando sobre la inestable superficie y en efecto al final hay una puerta, la cual está entreabierta y confirmo que hay un retrete y un lavamanos. Esta sorprendentemente limpio, que para las circunstancias es algo que recibo como un regalo inesperado. Ya estoy pensando de nuevo. Comienzo a salir del pasillo y me resbalo al pisar uno de los montecitos de ganchos que hay en el camino. Guardo el equilibrio de chiripa. Con la calma recién adquirida le marco a Conchita. Nos vamos describiendo los letreros que vemos frente a nosotros. Luego de un par de llamadas para intercambiar referencia nos encontramos. Caminamos para dirigirnos a la casa. En uno de los últimos puestos antes de entrar en la obscuridad de “Renato Leduc”, compramos de comer en un puesto de elotes. Ana pide un elote con mayonesa. Adicionalmente pido unos esquites con
chile, según yo para Conchita; ella me dice que no quiere. Los procesos químicos de la fermentación etílica exigen alimento, por lo cual me hago cargo de ellos. Todos los taxis pasan ocupados. Parece menester hacerles señales para detenerlos. Continuamos caminando unos cuantos metros. A fuerza de intentar, un taxi se detiene. Accede a llevarnos, a una tarifa que es cara para la corta distancia (en auto) a la que vamos, pero que nos lleva a casa pronto, pues el alboroto y la emoción han comenzado a ser insuficientes para detener un creciente cansancio. Llegamos a casa. Seguimos felices, cantando y haciendo recuento de las rolas que nos “quedaron a deber”. Sabemos que este concierto ha sido historia. Para nosotros y para todos los demás que nos acompañaron.
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Los peregrinos cansados se dirigen a sus aposentos. Las hierbas con las que sahumaron todo el recinto han surtido un cierto efecto de desvanecimiento en su entendimiento, pero les permitió tener la energía para ejecutar los cantos y bailes a los que fueron inducidos por el sumo sacerdote de la nostalgia. Regresaron a un lugar, pero no en la distante tierra de Aztlán, sino a un momento en el tiempo dónde alguna vez pertenecieron. Comienza un sueño un poco agitado, pero rico en emoción. Habían completado el camino del Azteca. “Get back, get back”
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De pinta a Ventoquipa Las Divas: arte y escándalo Bernardo Marcellin
en 1942, a la edad de diecinueve años. Sus innegables dotes suscitaron desde el principio la envidia de sus rivales, primero en su país y luego por toda Europa, con lo que su carácter terminó por agriarse aún más. La falta de amor padecida durante su infancia combinada con el éxito merecidamente alcanzado la llevaron a convertirse en la diva por excelencia, sublime mientras cantaba, execrable en su trato personal.
I Las Divas y el escándalo La palabra diva evoca irremediablemente dos ideas distintas y, hasta cierto punto, contradictorias. Por un lado, nos lleva al mundo de la ópera, al de las arias y los duetos amorosos que se prolongan a lo largo de los minutos para expresar dulces sentimientos o melancólicas despedidas. Pero el término también nos remite a los bruscos desplantes o las groseras actitudes de quienes han perdido el piso y se figuran haber alcanzado un nivel celestial. De hecho, el vocablo diva significa “divina”, semejante a una diosa. Por supuesto, la soprano María Callas ha contribuido en gran medida a promover estas dos imágenes, pero sobre todo la segunda. En una época en que los chismes de las estrellas son las noticias más seguidas por el grueso de la población -e interesan asimismo a personas supuestamente más ilustradas-, los comportamientos fuera del escenario adquieren mayor relevancia que las representaciones artísticas. Existen así muchas “figuras” de quienes se conocen mucho mejor sus facetas privadas deleznables que sus logros escénicos o musicales. María Callas, de origen griego pero nacida en Nueva York, venía arrastrando desde la infancia el peso de un hogar sin amor, con una madre abominable que la trataba con sumo desprecio al tiempo que la explotaba, obligándola a cantar desde sus primeros años para obtener dinero. Al paso del tiempo, la madre decidió volver a Grecia, donde María, entonces adolescente, iba a iniciar sus estudios de canto. En Atenas tuvo la suerte de encontrar maestros que supieron valorar y desarrollar su talento. El ascenso de la soprano fue rápido, realizando su debut operístico
Desafortunadamente es más común escuchar comentarios sobre el aspecto negativo de María Callas que sobre su talento artístico. Sus desplantes son
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María Callas
conocidos hasta por gente a quien no le interesa la ópera. A lo largo de su carrera, en ocasiones debido a que se sentía mal, en otras por simple berrinche, la cantante abandonó varias veces el escenario en medio de una representación, despreciando el contrato firmado y al público que había acudido a escucharla, incluyendo un día al propio presidente de Italia. Terminó por ser vetada por la Scala de Milán, el teatro operístico por excelencia.
mayor interés despertó fue su espectacular descenso de peso. A la figura obesa de sus inicios se sustituyó la imagen de la mujer delgada, de largos miembros y facciones angulosas, que contribuyó a acentuar su aspecto visceral y algo maléfico. De igual forma, los medios siguieron su lento declive al final de su carrera, cuando su afición por la juerga y su matrimonio con el millonario Aristóteles Onassis terminaron por dar al traste con su portentosa voz, algo que inició, según algunos, cuando bajó de peso. En cambio, otros especulan que su matrimonio fue en realidad una forma de disimular su decadencia artística. Si todo esto no resulta lo suficientemente truculento, podemos recordar además que se especuló mucho sobre si María Callas tuvo de Onassis un niño que murió a las pocas horas de nacido, o bien sobre si tuvo un aborto en esos años, eso sin contar que la relación con el magnate terminó cuando éste dejó a la diva para irse con Jacqueline Kennedy.
Hay quienes, paradójicamente -aspirantes a diva, sin duda-, aplauden este tipo de actitudes, como si la fama y la calidad en la interpretación autorizaran cualquier majadería. María Callas estaba consciente de este rasgo psicológico de buena parte del público y comprendía que los medios de comunicación gustan de explotar los escándalos. De esta forma, en más de una ocasión, creó escándalos o polémicas artificiales que le servían de publicidad. Es conocida, por ejemplo, su rivalidad con otra de las divas de la época, Renata Tebaldi, aunque hasta donde se sabe ese odio era fingido. Ya sea de forma tácita o explícita, las dos parecen haberse puesto de acuerdo para simular una enemistad inexistente, pero que servía para que se hablara mucho de ambas. Así, la Callas decía que compararla con Tebaldi era como comparar champaña con coca-cola. En realidad, esta rivalidad carecía de sentido ya que las dos poseían voces con características distintas e interpretaban pocos roles en común. María Callas se especializaba en el bel canto, mientras que Renata Tebaldi destacaba en las últimas obras de Verdi o en el verismo de Puccini y otros autores de principios del siglo XX.
Pese a ser el más famoso de los casos de divas conflictivas, María Callas está lejos de ser única en su género. Existe una extensa lista de estrellas con malos comportamientos que incluye asimismo a muchos hombres. Elizabeth Schwatzkopf, por ejemplo, apodada por algunos “la diva nazi” por su polémica, aunque nunca del todo aclarada, relación con el régimen hitleriano, era reputada por ser una mujer dura y prepotente, en especial con sus desafortunados alumnos de canto a quienes se complacía en humillar públicamente. Por su parte, Mario Lanza, quien se hizo famoso como cantante y actor hollywoodense, en especial tras protagonizar la película El Gran Caruso, vio su carrera y su vida truncadas de forma repentina por un ataque cardiaco, antes de cumplir los cuarenta años. Como en los casos anteriores, se habla más de su carácter conflictivo, o de sus excesos en el comer y el beber, que sus dotes artísticas, mismas que fueron reconocidas por los críticos y, en especial, por el hijo de Caruso, quien subrayaba las similitudes de su voz con la de su padre.
Como sucede con el resto de los personajes célebres de nuestra época -actores, cantantes, miembros de la realeza-, todo lo que atañe a la vida privada de las divas se convierte en noticia trascendente (recordemos, por ejemplo, hace un tiempo, la sensación que generaron las complicaciones en la operación para colocar implantes en los glúteos de Alejandra Guzmán, un tema que, por cierto, ha tenido un secuela inesperada en semanas recientes). En el caso de María Callas, una de las etapas de su vida que
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Pero sería excesivo caracterizar a todos los cantantes de ópera célebres por tener una personalidad
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conflictiva o narcisista. Pensemos en este sentido en Plácido Domingo y su actitud después de los sismos de 1985 en México, o bien en Montserrat Caballé, siempre amable y dispuesta a compartir su risa y buen humor.
caracteriza por compartir siempre lo mejor de sí. Su simpatía es tal que logró suscitar la benevolencia de la propia María Callas, quien le prodigaba consejos y le brindaba su amistad, un caso probablemente único dada la mala relación de la diva griega con casi todo el mundo. (Otra excepción sería Tito Gobbi, el tenor con quien compartió tantas veces el escenario). Las actitudes típicas de las divas pueden encontrarse también fuera del ámbito de la ópera, por cierto. Pensemos en los cantantes de moda que, cuando negocian algún contrato, destacan por sus exigencias excéntricas en cuanto al alojamiento, la comida, la relación con los medios o el público, algunas de las cuales pueden costar cientos de miles de dólares, condiciones sin las cuales no están dispuestos a dar su concierto, que en muchas ocasiones realizan además con el apoyo de una pista. También en el mundo de la literatura se encuentran casos como éstos. Maurice Maeterlinck, autor belga galardonado con el premio Nóbel de literatura en 1911, personaje bastante conflictivo por cierto, protagonizó junto con el compositor francés Claude Debussy, también reconocido como difícil, una de las reyertas más lamentables de la historia del arte. Maeterlinck es autor de una obra teatral de inspiración simbolista, Pelléas y Mélisande, que fue adaptada a la ópera por Debussy. Para muchos, esta obra, la única de este género escrita por Debussy, marca el inicio de la ópera del siglo XX, pero lo ocurrido en el momento de su composición fue poco decoroso. Maeterlinck tenía por amante a la cantante de ópera Georgette Leblanc y quiso imponérsela como prima donna a Debussy, quien la rechazó de forma tajante. A partir de ese momento, Maeterlinck se dedicó a atacar a Debussy y a tratar de impedir que pudiera estrenarse la ópera. A final de cuentas no lo logró, pero el autor belga jamás dejó de criticar acremente la obra del compositor francés. Señalemos que, por su parte, Claude Debussy es muy conocido tanto por su talento artístico como por sus comentarios despectivos hacia casi todos los demás
Montserrat Caballé
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El ambiente familiar del que proviene Caballé es, por cierto, muy distinto del de María Callas. La cantante catalana cuenta que uno de los días que más la marcaron en su vida fue cuando, su padre no pudiendo pagar la renta, fueron echados a la calle al empezar la noche. Desconsolada, la familia caminó hacia una plaza cercana y entonces el padre llamó la atención de su prole para que admiraran lo hermoso que estaba el cielo y lo brillante de las estrellas, concluyendo que de no haber sido desalojados ese día hubieran perdido la oportunidad de gozar de tan bello espectáculo en esos momentos. Si hasta en circunstancias tan dramáticas como ésas el padre lograba descubrir un ángulo positivo, podemos intuir por qué, ante tales ejemplos, Montserrat Caballé se
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compositores de música clásica. Con este par de divas, era inevitable que surgiera un conflicto.
II Las Divas y el talento
Cercano a las divas se encuentra el compositor alemán Ricardo Wagner, quien era asimismo famoso por sus aventuras femeninas, en particular con las esposas de sus amigos y benefactores. En este caso, hay que señalar no obstante el resultado fecundo en términos artísticos que tuvo uno de estos adulterios. Matilde Wesendonck, la mujer de un acaudalado hombre de negocios que apoyó mucho al compositor, escribía poesía en sus ratos libres. Wagner musicalizó algunos de estos versos, obteniendo como resultado las Canciones Wesendonck, obra que el propio Wagner consideraba como lo mejor que produjo, aun por encima de sus óperas.
Una voz excepcional y la disciplina para desarrollarla no bastan para obtener el estatus de diva. Quizás Enrico Caruso o María Callas no hayan poseído las mejores voces de la historia, pero alcanzaron un nivel mítico por la emoción que eran capaces de trasmitir al público. El arte en general no puede mantenerse únicamente en un nivel estético en cuanto a la forma. Es cierto que el aspecto formal es la base del arte, lo que marca la diferencia con una manifestación cultural cualquiera. Pero, para trascender, la obra de arte debe además inducir reflexiones, evocar imágenes y sensaciones, y, ante todo, producir emociones. Un texto literario empieza a diferenciarse de un memorándum de oficina o de un oficio gubernamental en primer lugar por el empleo intensivo de recursos
Renata Tebaldi Lo triste de enfocarse a los aspectos negativos de la vida de los famosos es que nos hace perder de vista lo realmente valioso. Lo que importa en las divas no son sus escándalos, sino su arte. Si aún hoy hablamos de María Callas, Renata Tebaldi o Elizabeth Schwartzkopf no es debido a sus desplantes, sino a su talento, lo mismo que si, más de cien años después de su muerte, las aventuras femeninas de Ricardo Wagner siguen comentándose, se debe a la capacidad que tenía él como compositor.
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Para lograr convertirse en un cantante de ópera capaz de destacar, se requieren años de práctica. Más aún, una vez que se ha alcanzado la cumbre, es indispensable sostener una disciplina espartana con el fin de conservar las cualidades vocales al máximo. Nada más alejado, pues, de la imagen de la diva como una persona que sólo disfruta de la vida y que se para de vez en cuando sobre un escenario para cantar y cosechar aplausos, como si se tratara de una vida de gozo constante donde se ganan millones de dólares casi sin esfuerzo. Así, cuando María Callas relajó la rutina de trabajo su carrera pronto vino a menos. Sobre el tema, le comentó al cineasta Franco Zeffirelli que había descuidado las prácticas porque quería vivir su faceta de mujer. Ser una diva implica grandes sacrificios y ello quizá explique buena parte de sus desplantes. Se trata de seres humanos sometidos a grandes presiones, a una actividad incesante, y que difícilmente logran establecer un equilibrio en su vida. Una nota en falso, una extinción de voz, una distracción frente al público, llega de forma inevitable a los medios y se empieza a especular sobre lo que está sucediendo. La diva es una diosa y no puede fallar, no puede enfermarse ni tener un mal rato. Año tras año, día tras día, se espera de ellas la perfección.
estéticos como los símiles o las metáforas, pero sobre todo por los sentimientos que despierta. Lo mismo el canto de la diva. No basta con que sea entonada o que su voz sea potente, debe además estremecer a su auditorio y tal vez sea esta la diferencia principal entre una buena cantante y una auténtica estrella.
grandes sufrimientos a la edad de cuarenta y ocho años. Caruso no fue el único en dar literalmente su vida por el canto. Julián Gayarre tenor español del siglo XIX, cuya fama persiste todavía pese a que no existen grabaciones de su voz, vio su carrera truncada durante una interpretación de los Pescadores de Perlas de Bizet. El hecho de que no alcanzara una nota no sólo creó un escándalo, fue asimismo la señal de que su salud estaba quebrantada. La enfermedad lo llevó poco después a la muerte, a los cuarenta y seis años.
El cantante de ópera se encuentra en la misma situación que cualquier actor de teatro: para poder convencer es necesario que se sumerja en su personaje, que crea que lo que está interpretando es real. Pero en su caso existe un elemento adicional que nos lleva a un problema de verosimilitud: el canto. Aun así deben lograr que el público viva los diálogos amorosos o las disputas como si fueran auténticos, como si una discusión de la vida real se estuviera desarrollando envuelta en música y todavía resulte creíble. De no compenetrarse con su papel, su actuación dejara de ser convincente; su voz podrá ser bella, pero impersonal, fría.
María Callas era una mujer impresionante, sobre todo al expresar ira o rencor. Y ese mismo carácter lo llevaba a la escena, por lo que no sorprende que algunos de sus personajes más reconocidos sean Medea, Norma, Tosca. Mujeres dominadas por la pasión, el deseo de venganza.
Dos de los papeles que más contribuyeron a la fama de Caruso fueron el de Nemorino (de la ópera El Elixir de Amor, de Gaetano Donizetti) y el de Canio (Payasos, de Ruggiero Leoncavallo), roles que exigen interpretaciones muy diferentes. Nemorino es el tonto del pueblo, un personaje cómico que debe no obstante conmover al público cuando cree que está por perder el amor de la bella Adina, angustia que expresa en su aria más famosa, Una furtiva lacrima. Al contrario, Canio es un papel terrible, el payaso que esconde bajo el maquillaje sus desgarradores celos que lo llevarán finalmente a asesinar a la mujer a quien ama. Al cantar el aria principal de este último personaje, Vesti la Giubba, Caruso solía irrumpir en un llanto no fingido, sin por ello interrumpir su interpretación. Estos despliegues de emociones auténticas contribuyeron enormemente a la reputación de Caruso. Ni siquiera la enfermedad impedía que siguiera cantando; su final fue dramático, cuando tuvo que suspender una representación de El Elixir de Amor por una hemorragia en la garganta. Después de eso, ya sólo apareció unas cuantas veces sobre el escenario, antes de morir en medio de
Un papel semejante parecía creado especialmente para María Callas, y con él logró uno de sus mayores éxitos en la ópera de Cherubini. En su interpretación, su canto se transforma en un auténtico rugido de odio. Esta violencia protagonizada en el escenario aunada a su portentosa voz es la que la convirtió en la Medea por excelencia. Por ello, fue seleccionada para filmar la película de mismo nombre producida por Pier
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Medea es una hechicera de la mitología griega, hermana de Circe -la bruja que aparece en la Odisea-. Su historia inspiró a Eurípides, Séneca y, entre los modernos, a Pedro Corneille. Medea ayudó a Jasón y a los argonautas a obtener el vellocino de oro. Enamorada del guerrero griego, dio muerte a su propio hermano con tal de ayudar a su amado a escapar para, después, casarse con él. Pero al comprender más tarde que Jasón pensaba abandonarla para desposarse con Creusa, hija del rey de Corinto, Medea decidió enviar a su rival una corona y un vestido envenenados. Creusa murió quemada y el fuego se comunicó a todo el palacio. No satisfecha con ello, Medea mató a los hijos que tuvo con Jasón. Sufre al momento de cometer sus crímenes, pero su rencor es más poderoso. Soporta el dolor con tal de disfrutar de la angustia de sus enemigos.
Paolo Pasolini, cuando la diva ya se encontraba retirada de la ópera. Fue la única incursión de la cantante en el ámbito del cine, por cierto. Hay que decir además que María Callas, lo mismo que Plácido Domingo, fueron de los primeros cantantes de ópera que, además de cantar, realizaron actuaciones convincentes de sus personajes. Si se piensa en divas más antiguas, como por ejemplo la francesa Lily Pons, se podrá ver que se colocaban frente al público y entonaban las arias más sentidas realizando pocos gestos y movimientos, emocionando con su voz, pero conservando una postura esencialmente estática.
junto con su amante, un oficial romano, se ha cuestionado la intensidad con que la interpretaba María Callas. Es tal el rencor que demuestra, es tal su convicción al exponer su plan, que puede parecer inverosímil que cambie de idea al final. Es como si hubiera ido demasiado lejos en la expresión de sus sentimientos. Por lo mismo, muchos prefieren la interpretación de Montserrat Caballé, quien logra asimismo exponer el odio de Norma, pero hace al mismo tiempo verosímil su arrepentimiento a través de cierta moderación en las etapas iniciales del drama. Las grandes divas no sólo destacan sobre el escenario teatral, por cierto. El uso magistral de la voz puede conmover al público aun sin la actuación dramática correspondiente. La misma María Callas era capaz de emocionar al público en un recital, cantando arias operísticas con la misma intensidad que sobre el escenario. Esta multiplicidad de facetas hizo que fuera llamada, más que simplemente diva, la Divina.
María Callas logró otro de sus personajes emblemáticos en una ópera que no corresponde exactamente a su técnica y tipo de voz, pero que es un personaje femenino violento y terrible: Tosca, en la obra de mismo nombre de Giacomo Puccini. El personaje es, por cierto, casi el doble de la diva: una cantante de carácter apasionado. Está enamorada del pintor Cavaradossi, quien fue detenido por las autoridades romanas por esconder a un disidente político evadido de prisión. En el segundo acto, Scarpia, el jefe de la policía, promete a Tosca liberarlo, pero con una condición: que ella acceda a satisfacer sus deseos sexuales. Ella finge aceptar, pero asesina a Scarpia pocos momentos después, en una de las escenas más violentas de toda la historia de la ópera. Como parte del acuerdo, se suponía que a Cavaradossi lo iban a fusilar con balas de salva, pero al descubrir que su amado fue ejecutado de verdad y que los guardias, habiendo descubierto la muerte del jefe de la policía, se aproximaban a ella, Tosca salta a la muerte desde lo alto del Castillo de San Ángel. Un personaje así sólo puede ser interpretado convincentemente por una cantante capaz de vivir de forma intensa sus emociones.
Actuando, o bien cantando, ya sea en un recital, en una cantata, un oratorio u otro tipo de obra vocal, la diva debe siempre aunar a sus cualidades interpretativas la de transmitir emociones. Otro ejemplo portentoso en este sentido es Kathleen Ferrier, contralto británica, quizá la más destacada de su país. Falleció poco después de cumplir cuarenta años, víctima del cáncer, y, lo mismo que en otros casos, el deterioro de su salud fue seguido con avidez por los medios. Era reconocida particularmente por sus interpretaciones de las obras de Gustav Mahler, en especial los últimos minutos de la Canción de la Tierra, con esa voz grave y cálida, alcanzando lo sublime en el morendo final y arrancando los aplausos de un público conmovido hasta las lágrimas. Los desplantes de las divas no deben, pues, opacar sus verdaderas dotes. Pueden servir para el anecdotario o como datos curiosos, para generar irrelevantes discusiones en Ventaneando o llenar algunas páginas en TV y Novelas, pero nada más. Y, lo mismo que para el carácter de las divas, los pleitos entre Maeterlinck y Debussy no deben oscurecer la poesía que emana de RLV 10
No obstante, el exceso de pasión puede tener un efecto negativo. En sus interpretaciones de Norma (en la ópera de Bellini), una sacerdotisa gala que pensaba matar a sus hijos pero que cambia de opinión en el último momento -es decir, una Medea que se arrepiente-, sólo para ser poco después ejecutada
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la obra teatral ni la belleza de la música de la ópera Pelleas y Melissanda.
interpretación, el mundo deja de existir. La diva y su auditorio penetran juntos en un universo particular donde sólo existe el gozo estético. Debemos recordar que la diva es como una diosa y las diosas son celosas. No permiten que uno se distraiga cuando se les está adorando. De otra forma, no se alcanza la gracia de disfrutar plenamente de su arte.
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Comentamos que para alcanzar una interpretación convincente, la diva debe sumergirse en su papel. Lo mismo vale para quien la escucha. Hay que alejarse del ruido ambiente, de los comentarios y chismes sobre la vida privada de las estrellas para concentrarse en su canto y en la música que la acompaña. Mientras dure la
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Póker de Divas Ricardo Malváez
Diva: Palabra de origen Italiano, que significa divina. En música clásica una diva es una cantante de renombre, caracterizada por tener una voz privilegiada y excepcional. El término ha perdido buena parte de su significado original, al haber sido usado por los medios para describir a mujeres incapaces de ganarse al auditorio sin ayuda de los micrófonos o quienes se sientes orgullosas y superiores a los demás o se autonombran divas. La mujer (diva), ha jugado un papel muy importante dentro de la historia y han sido rodeadas de galardones, dentro del cine, del ballet, de la danza, de la pintura y de la música también se consideran divas. Cecilia Toussaint, Eugenia León, Jekina Pavón y Tania Libertad, cuatro cantantes que han sabido mantenerse dentro del gusto del público y un buen desempeño como cantantes y dentro del mundo artístico y cultural. Son cuatro mujeres con una carrera sólida y reconocidas, portadoras de un talento y carisma único, a través de los años siguen en el gusto de un público que ha seguido de cerca sus carreras.
– Cantante, bailarina y actriz mexicana. Es una de las figuras representativas del rock en México.
En 1979, participó en diversas obras de teatro bajo la dirección de directores como Salvador Garcini, José Caballero, José Estrada, Rogelio Luévano, Alejandro Aura, Enrique Alonso y Manolo Fábregas.
De 1977 a 1979 formó parte del grupo “La Nopalera”, donde interpretaba temas de trova con arreglos de jazz y con quienes participó cantando y haciendo coros en dos discos. Para 1981, conformó el grupo “Rehilete”, en el que su propuesta principal fue interpretar temas instalados en el inmenso cancionero popular mexicano.
A finales de 1982, montó un espectáculo en el que interpretó boleros de autores que iban desde José Antonio Méndez, hasta Marcial Alejandro y José Elorza. Así inició en 1983 el ciclo “Cuando Las Mujeres Cantan”, donde compartió escenario con las principales exponentes de la música popular mexicana.
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Cecilia Toussaint
Ese mismo año, 1983, Cecilia presentó Rock And Roll, Funky y Blues, donde interpretó canciones de Jaime López y otros compositores. En ese tiempo realizó un documental sobre el escritor de la novela “Los de Abajo”, el legendario Mariano Azuela, bajo la dirección de Alberto Cortés. Combinando la actuación con la música, en aquella época conoció a gente como Jaime López, Pepe Elorza y Emilia Almazán, personajes importantes en su quehacer como intérprete, y se unió al grupo Abril. Asimismo, participó en la película “¿Cómo ves?” de Paul Leduc, junto con artistas y músicos como: Rodrigo González (Rockdrigo), Jaime López, Blanca Guerra, Roberto Sosa y El Three Souls In My Mind. Más adelante “Abril” se transformaría en “Arpía”, banda con la cual grabó un disco, editado en 1985, ahora clásico del rock mexicano. De dicha placa surgirían varios de sus más grandes éxitos como “Me siento bien pero me siento mal”, “La viuda negra” y La primera calle de la soledad”, entre otros.
El 16 de marzo de 1994, se presentó en el Centro Histórico de la ciudad de México, para celebrar sus primeros 10 años como cantante de rock, con un éxito arrollador. Poco más tarde, viajó con los “Caifanes” para hacer coros en el disco El Nervio Del Volcán. Una década más tarde, en el año 2004, se embarcó en un ambicioso proyecto, colaborar con una de las glorias de la composición popular mexicana, la inolvidable Consuelito Velázquez. De ahí surgió la idea de un álbum tributo llamado “Para Mí… Consuelo”, donde le dio otra perspectiva a clásicos en la vena de “Bésame mucho” o “Enamorada”, entre otros.
Con “Arpía”, Cecilia Toussaint recorrió gran parte de la república mexicana, presentándose en lugares que iban desde los muy pocos para tocar rock hasta reclusorios, o aquellos emblemáticos sitios conocidos como “hoyos funkies”. Así entonces, Cecilia grabó su primer trabajo discográfico para CBS, bajo el título de En Esta Ciudad. Con temas de Emilia Almazán, Jaime López y Pepe Elorza, consiguió un éxito radial a través de “Carretera”, tema que se situó muy bien en el gusto del público mexicano.
La presentación del álbum se realizó en el Teatro de la Ciudad en el Distrito Federal el 14 de octubre de ese mismo 2004, acompañada al piano nada menos que de doña Consuelito Velázquez, para quien sería a la postre su última actuación en vida frente a un público, ya que fallecería apenas tres meses más tarde, el 22 de enero del 2005. Como deseo póstumo, Consuelito Velázquez le heredó a Cecilia una canción inédita.
En 1990 grabó su segundo álbum para la multinacional, editada con el nombre de “Tírame Al Corazón”, el cual fue producido por Ronnie Foster en Estados Unidos. De ahí se desprendió como éxito el tema “Dueña de mi esclavitud”.
Además de llevar su particular homenaje a Consuelito Velázquez por toda la republica mexicana, unió su talento vocal con el de Betsy Pecanins, en un espectáculo llamado “Flores De Asfalto”, el cual se transformó en un nuevo disco llamado A Viva Voz, editado a finales del 2007. Ese mismo año, apareció otro disco denominado Acoso Textual.
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En 1993 grabo álbum “Sirena De Trapo”, a partir de una idea original desarrollada junto con Jaime López. La producción, dirección musical y arreglos estuvieron a cargo de su hermano, Eugenio Toussaint, Enrique y Fernando Toussaint también participaron como músicos invitados en dicho trabajo discográfico, grabado en la ciudad de México.
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Hacia el 2009, Cecilia Toussaint participó en una gira callejera conocida como “Las Corregidoras”, al lado de otras mujeres rockeras mexicanas, como Ely Guerra, Natalia Lafourcade o Aurora y La Academia, entre otras. Asimismo, grabó un audio-cuento para niños, De Varitas Voladoras y Escobas Mágicas, original de María Teresa Outón.
Nacida en Tlalnepantla de Baz, Estado de México, ingresa al Colegio de Ciencias y Humanidades de Naucalpan. Con el apoyo de su hermana, funda el grupo “Víctor Jara”, que se dedicaba a la música folclórica latinoamericana, posteriormente integra el grupo “Sanampay”, integrado por músicos y cantantes mexicanos y argentinos, cuyo director es Naldo Labrín, de donde decide emerger individualmente en 1982, construyendo un repertorio constituido por piezas de compositores mexicanos contemporáneos suyos, interpretando temas de bolero y la música brasileña. Realiza su primer disco en 1983, “Así te quiero”, y recorre la República Mexicana presentándose acompañada de un pequeño grupo de músicos. En 1985 concursó con la canción “El Fandango Aquí”, de Marcial Alejandro, como representante de México en el Festival Internacional OTI, llevado a cabo en Sevilla, España. Eugenia ganó el primer lugar en el prestigioso festival, pero no hubo tiempo para festejar ni dar entrevistas ó firmar contratos, debido a que el día anterior a la etapa final del festival se había registrado en la Ciudad de México el peor sismo en la historia de la capital mexicana.
Eugenia León
- Nacida en México, específicamente en Tlalnepantla, Estado de México, donde los hombres soñaban con verse como Pedro Infante y las mujeres barrían interminablemente un patio o tejían crochet mientras contaban el nacimiento de un hijo por año de casada; o en otros casos, el camino era ser una secretaria más o menos modosa. Eugenia nació allí, se nutrió de esas voces y esos recuerdos pero se fue, a los 18 años, decide dejar su casa para estudiar de lleno en la Escuela Nacional de Música de la UNAM.
Ha grabado más de veinte discos. Algunos compositores cuyas obras ha interpretado son Fito Páez, David Haro, Guillermo Briseño, Joan Manuel Serrat, Marcial Alejandro, Armando Manzanero, José Alfredo Jiménez, Francisco Gabilondo Soler, Liliana Felipe y María Grever. Ha interpretado también diversos géneros como el mariachi, los boleros y el tango. En 1998, el gobierno del estado de Veracruz le entregó la medalla Agustín Lara, en reconocimiento a sus interpretaciones del compositor veracruzano.
La suya es una larga historia de cambios de casa, grupos musicales, grandes conciertos, soledades, dolores del cuerpo y del alma, trabajo y disciplina, renunciación y renacimiento. La gente que durante tres décadas ha seguido su camino musical recuerda espectáculos que terminaron con lágrimas y éxtasis. Momentos míticos que toda cantante y su público atesoran.
En 2003, inició sus trabajos como conductora del programa de televisión Acústico en el canal 22 de la Ciudad de México, donde entrevista a personalidades de la música iberoamericana, haciendo duetos con sus
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Trabajó con Pablo Milanés durante la gira Cómplices, recorriendo gran parte de la República Mexicana. También trabajó con el tenor mexicano Ramón Vargas durante la producción del álbum Corazón Mexicano, patrocinado por el Gobierno del Distrito Federal.
invitados como: Daniela Romo, José Feliciano, Lila Downs, Regina Orozco, Susana Zabaleta, La Sonora Santanera, La Maldita Vecindad y Amaury Pérez entre otros.
Ahora se encuentra promoviendo su más reciente material discográfico “Agua para beber”.
Conmemorando sus 20 años como intérprete, Eugenia León ofreció un concierto en el Auditorio Nacional el 1 de noviembre de 2003, dando un concierto acompañado por el mariachi Vargas y la Orquesta Sinfónica de las Américas.
Jekina Pavón
- Con más de 30 años de carrera, es sin duda un abanico abierto a todos los géneros musicales, pues lo mismo nos llama al amor, que nos hace vibrar con el feeling del blues.
Algunas actuaciones internacionales en Francia, Japón, Nueva York, Sevilla, Cartagena, Alemania, Brasil, Marruecos, Beijing y Egipto.
Regia e imponente, al subirse al escenario y soltar las primeras notas, cautiva por completo a su público quien se prepara para no sólo escuchar un concierto sino para ser movido en su interior.
En el 2008, Eugenia participa en un especial de música mexicana como artista invitada, titulado “Fiesta Mexicana” para la cadena de televisión cultural estadounidense PBS, donde también participan Vicky Carr, Alberto Ángel “El Cuervo” y el mariachi “Los Camperos de Nati Cano”. Fue homenajeada por el gobierno municipal de Tlalnepantla como hija predilecta del municipio en el Festival Equinoccio 2008.
En el ambiente televisivo, Yekina ha participado en programas como “Música y algo más” con Sergio Romano, “En Vivo”, “Para Gente Grande” y ahora en “Animal Nocturno” con Ricardo Rocha, “Estudio 54” con Jaime Almeida, en los segmentos musicales del noticiero “Eco”, “El mañanero” con Brozo, “Acústico” con Eugenia León entre muchos otros.
Eugenia apareció el día 14 de octubre del 2011 en la inauguración de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011
Ha estado en festivales como: El Cervantino, Zacatecas, Sinaloa, Metepec, Afro caribeño, Junio Musical de la Ciudad de México, Del Mar, de otoño y recién en El Tajín. Se ha presentado en el Auditorio Nacional de México, Sala Netzahualcóyotl, Teatro de la Ciudad, Poliforum Cultural Sequeiros, World Trade Center, Sala Ollín Yoliztli, World Trade Center de Nueva York, Teletón de Honduras y en la mayoría de los teatros más importantes del país.
Eugenia León puede presentarse ante nosotros como una cantante nueva cada vez. Tiene la especial cualidad de la temeridad; como los equilibristas que pueden jugarse la vida por amor al oficio. Ha deambulado de un género a otro porque Eugenia sabe cantar y sus necesidad expresiva la ha llevado a explorar diversos géneros, convirtiéndose a la postre en una clásica de cada uno de ellos.
Ha grabado varios discos: “Corazón Gemelo” con temas de Beatriz Paredes “Yekina Pavón. Boleros” “Un canto a la vida” con temas de Napoleón, Felipe Gil, Roberto Carlos y Joan Manuel Serrat, entre otros.
Pero ella se enamora de los caminos, un compositor, una historia, la llevan a revisitar los lugares donde abreva la tradición y el sentimiento. Canta a José Alfredo Jiménez, Cuco Sánchez, a Marcial Alejandro, a Agustín Lara, a Armando Manzanero. También ama cantar el tango de Gardel y a Piazzolla, ama a los autores brasileños y por el bolero que mata pero que revive.
Cada uno de sus shows es un despliegue de talento y versatilidad, teniendo en su repertorio Shows como: México Lindo y Querido, Un Bolero y… ¡Nació el Amor!, Hoy Ando Jazzeando… RLV 10
La Beetlemanía a la Pavón, Un Canto a la Vida.
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reconocidas también en este país, desde el cual construyó la plataforma de su internacionalización.
Mujer enamorada de la vida, defensora del amor y la familia ante todo. Canta con Espíritu y con corazón. Mujer entregada, honesta, transparente, de una pieza. Siempre alegre y jovial.
Su arte ha sido aplaudido en las mejores salas de conciertos y en los más importantes festivales del continente americano, Europa, parte de África y Oceanía. Con 38 discos grabados, con varios millones de copias vendidas, Tania es considerada una de las mejores cantantes latinoamericanas, colocándose, también, entre las más notables cantoras de la llamada “World Music”.
Yekina Pavón es una luchadora incansable, que a través del canto, ayuda a reencontrarse con el ser interior, reencontrarnos a nosotros mismos y a veces hasta la reconciliación pacificadora entre personas por excelencia. ¿Cómo se inicia Yekina Pavón?: “Como casi todos los cantantes".
Tania Libertad es sinónimo de riesgo y libertad, calidad y virtuosismo vocal, de gran autenticidad, pasión, y compromiso con las luchas y los ideales del ser humano; de amor por la vida, razón por la cual, fue nombrada en 1997 “Artista de la UNESCO para la Paz”, reconocimiento que recibió de manos de Federico Mayor Zaragoza, en París, Francia. También ha sido condecorada por el gobierno del Perú, con el grado de “Comendadora”; por el gobierno de Brasil, con la “Orden de Rio Branco”; en 2009 fue galardonada por la Academia Latina de Artes y Ciencias de la Grabación, con el premio especial "Grammy" Latino a la Excelencia y Trayectoria Musical, mismo que recibió en Las Vegas, Nevada. En enero del 2010 fue nombrada, al lado de Joan Manuel Serrat y Ana Belén, “Embajadora Iberoamericana de la Cultura”, reconocimiento que recibió de manos de Enrique V. Iglesias, en Madrid, España, y que otorga la Secretaría General Iberoamericana a personalidades de la cultura, la ciencia, el deporte y la comunicación, por trayectoria y permanente compromiso con los principios de la “Carta Cultural Iberoamericana.” En marzo del 2010, recibió una serie de distinciones en su país natal; entre ellas, la de “Hija Predilecta de la ciudad de Zaña”, donde le fue impuesta la medalla de la ciudad. También fue nombrada “Embajadora de Sipan-Zaña” y la Municipalidad Metropolitana de Lima le otorgó la “Medalla de la Ciudad” en reconocimiento a su destacada carrera artística. En mayo del 2010 fue nombrada, junto al cantautor brasileño Caetano Veloso, “Huésped de Honor” de la ciudad de Buenos Aires;
Cuando tenía seis o siete años, fue la voz principal del coro de la escuela, luego en la ciudad de México en un concurso llamado “Estrellas Toficos”, que se transmitía por TV todos los sábados, ganó el premio. A ese concurso la llevó su mamá la "Monina Pavón”, ganó cantando “El relicario" A la semana siguiente fue a recoger su premio y cantó “Pena penita”, luego empezó un programa que se llamaba Club Quintito con Genaro Moreno, estuvo ahí un año mientras seguía en la primaria. Después estuvo dos años en un programa con Janet Arceo y Genaro Moreno.
Tania Libertad
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- Nace en Perú donde inició su carrera artística a los 7 años de edad. Graba su primer disco a los 9 años y a los 11 ya cantaba en televisión, llegando a ser conductora del programa musical más visto de aquella época: “Danzas y Canciones del Perú.” Más adelante obtuvo su propio programa llamado “Tania Presenta”, donde entrevistaba y mostraba la obra de importantes artistas e intelectuales, de haberse presentado en los más prestigiados escenarios de su país; viajó a México, donde radica desde 1980, y decidió empezar una nueva experiencia artística que la llevaría a alejarse de los medios masivos de comunicación y dedicarse a cantar, durante 6 años, en escuelas preparatorias, universidades, cárceles, hospitales, casas de la cultura y plazas públicas de toda la República Mexicana; labor que la convirtió en una de las artistas más queridas y
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ceremonia que se realizó durante la actuación de ambos artistas en la capital argentina, en el marco de la “Feria Internacional del Libro.”
palabra que se repite todos los días, como una corona de sonidos viajando en el espacio. Muchas de esas voces cantan, algunas cantan verdaderamente. La primera vez que oí cantar a Tania Libertad tuve la revelación de las alturas de la emoción a que puede llevarnos una voz desnuda, sola delante del mundo, sin ningún instrumento que la acompañara. Tania cantaba a capela “La paloma” de Rafael Alberti, y cada nota acariciaba una cuerda de mi sensibilidad hasta el deslumbramiento. Ahora Tania Libertad canta a Mario Benedetti ese gran poeta a quién tan bien le sentaría el nombre de Mario Libertad, son dos voces humanas, profundamente humanas que la música de la poesía y la poesía de la música han reunido, de él las palabras, de ella la voz, oyéndolas estamos más cerca del mundo, más cerca de la libertad, más cerca de nosotros mismos.”
La emoción que produce en los espectadores su forma de cantar, fue resumida en un bello texto que le dedicó el gran escritor portugués, Premio Nobel de Literatura, José Saramago, y que sirvió de prólogo para un CD y DVD que Tania realizó como homenaje a otro grande de la literatura, Mario Benedetti. Aquí el texto de Don José: “Tania y Mario… LA LIBERTAD
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No es verdad que el mundo está todo descubierto. El mundo no es sólo la geografía con sus valles y montañas, sus ríos y sus lagos, sus planicies, los grandes mares, las ciudades y las calles, los desiertos que ven pasar el tiempo, el tiempo que nos ve pasar a todos. El mundo es también las voces humanas, ese milagro de la
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En la charla con Tania Libertad Ricardo Malváez
En el ya clásico y particular estilo de la Revista Letrónica de Ventoquipa, acudimos a una cita con una de las figuras y cantantes más importantes y representativas de Latinoamérica, una charla muy interesante y amena con la mujer que es conocida como “la voz de Latinoamérica” y quien se describe a sí misma como una trabajadora del arte.
latinoamericana, en todos nuestros países viene siendo muy similar el paisaje, habla de amores, desamores, esperanzas, de luchas, de libertades, de injusticias o buscando que las cosas sean justas y he encontrado compañeros en todo América que están proponiendo más o menos lo mismo, desde hace muchos años.
Tania Libertad de Souza Zúñiga (Tania Libertad), nacida en Chiclayo, Perú, un 24 de octubre y radicada en la ciudad de México desde 1980, nos abrió las puertas de su casa un domingo primaveral y con la promesa de regresar y tener una plática más extensa alrededor de su carrera y su vida tan fructífera, nos respondió unas preguntas, para abrir el apetito a esta plática tan interesante.
RLV.- ¿El amor a la libertad en un país machista? Tania Libertad.- Imagínate, si alguien te puede hablar de eso soy yo, porque soy la única hija mujer de ocho hermanos, siete hombres y con un padre que fue muy machista, fue muy difícil mi niñez, no tanto porque mis padres trabajaban y yo me sentía como un pajarito libre en mi ciudad, iba sola a la escuela desde los cinco anos de edad, ahí no nos llevaban a la escuela, nosotros íbamos solos, de la escuela a la radio, pero una vez que tomas conciencia de que eres distinta, en muchos sentidos hay una gran diferencia, en el hombre y la mujer, no solamente física, si no en el trato que la sociedad nos da y nuestra propia familia nos da, entonces es ahí cuando empiezan los cuestionamientos, una verdadera necesidad de ser alguien, de ser libre de ser individuo, de desarrollarte en los mismos terrenos en que se desarrollan los hombres. Entonces a mi me toco desde muy chiquita, yo a los siete años ya estaba trabajando como mis hermanos, a los siete años ya ganaba dinero cantando mientras mis hermanos eran obreros en las haciendas azucareras alrededor del pueblo donde crecí, de la ciudad donde crecí. De alguna manera yo estaba aportando a la par que mis hermanos pero de muchas maneras no recibía lo mismo que ellos, mi padre se quedaba con mis honorarios y me daba dos, tres pesitos, para los zapatitos cuando era necesario, pero siempre fui como dicen “vivilla desde chiquilla” y
RLV.- ¿Tu visión, como mujer latinoamericana, de la música?
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Tania Libertad.- Ok, mi visión es muy parecida, por supuesto, a la de Simón Bolívar, de que Latinoamérica es una sola, la música latinoamericana es una sola, las raíces son las mismas, provenimos de tres grandes raíces: la indígena, la negra y la española, por lo tanto nuestra música es bastante similar, solo con unos pequeños movimientos que se hizo para un lado, un poquito para el otro, dependiendo del país, por ejemplo en el caso del Perú, de la que te puedo hablar con mucho mas conocimiento de causa, siento que tiene una síncopa diferente, muchos de los ritmos se miden en seis octavos y se cuentan en doce octavos, es música mas cadenciosa y se baila distinto también. Igual vas a Cuba y puedes encontrar que hay una cierta diferencia, sobre todo en la forma de bailar, pero finalmente, el mensaje, la raíz, todo lo que está alrededor de la música
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yo a mis hermanos ellos querían que yo les planchara su ropa a los seis siete años de edad, nada más porque era yo mujer y yo les decía “Si te la plancho, pero me das un sol” (sol: moneda peruana), entonces les cobraba, desde ahí fui aprendiendo que la vida es plantear tus propias opciones y tomar las oportunidades que se te van dando y sabes cómo hacerlo, yo he nacido como cantante varias veces, ahorita estoy en mi tercer renacimiento, primero naci en el Perú y vine aquí a México y comencé de cero, volví a nacer y tuve que enfrentarme, ya no hables de un machismo, un nacionalismo muy fuerte que me costó como siete anos ser aceptada aquí dentro del grupo de mis amigos, que cantaban el mismo género de canciones que yo, fue muy difícil.
de la navaja y aprendiendo mucho a ser una intermediaria correcta de los sentimientos de los compositores, lo que pienso que causo es una serie de sentimientos según la canción que vaya abordando como canto una serie de géneros, si canto una canción alegre la gente se pone contenta, aplaude y canta conmigo, hacen el coro conmigo, pero mucha gente llora conmigo, el llanto, no sé si es de alegría, de tristeza y eso me conmueve enormemente y sigo trabajando. Cuando te decía que estoy en mi tercera etapa después de cincuenta años de cantar y haberlos festejado en Bellas Artes estoy pensando en cómo volver a empezar, que hago después de esto y son muchas cosas, siempre he sido gente muy propositiva dentro de la música y estoy pensado en hacer otro tipo de propuesta para toda la gente que le gusta las cosas novedosas.
Yo a estas alturas ya no hablaría tanto de un machismo, si no de una serie de barreras que se van creando y que van a empezar a surgir en países desarrollados, como los europeos, por la falta de trabajo por ejemplo, ahí si va a ver una guerra encarnizada tremenda, ahí no va a ver ni que hombre ni que mujer, ahí el trabajo va a tener que tomarlo la gente y desarrollarse y ver quién es más capaz que quien.
RLV.- ¿Qué regalo te ha dado la vida? Tania Libertad.- La vida me ha dado muchos regalos, el nacer fue el mejor regalo, la vida misma es un regalo para mí, porque creo soy un ser privilegiado que no tengo nada de qué quejarme, soy un ser libre, soy una gente que ha hecho lo que ha querido en su vida, tanto lo que quiero, con quien quiero, donde quiero y eso ya es un súper regalo, fue un gran regalo venir a vivir aquí a México, aquí encontré un espectro muy amplio donde desarrollar mi vocación, con mucha libertad, otro regalo fue mi hijo, mi madre acaba de cumplir ayer 99 anos, es mucho lo que me ha dado la vida, estoy muy agradecida.
RLV.- ¿Qué emoción produce tu forma de cantar en la gente que va a tus espectáculos? Tania Libertad.- Depende del escenario, porque los teatros que son donde yo generalmente canto están todas las luces sobre mi y sales como lampareada entonces no puedes ver la impresión de la gente, ahora tengo la suerte de tener las redes sociales y a través de eso puedes ir conociendo los sentimientos personales de cada uno de los que estuvieron en un concierto y es así como yo me entero que el sentimiento que mas provoco es el llanto, es un sentimiento que va mas allá de la tristeza, no es tristeza lo que provoco, yo creo que es una emoción, pues en cincuenta años de cantar me he preocupado que lo que canto, como no compongo, transmita las mismas emociones que quieren los compositores que sean transmitidas y entonces eso lo he logrado viviendo mucho y con mucha pasión al filo
RLV.- Con todos tus logros y reconocimientos que has tenido a lo largo de tu carrera ¿te consideras Diva?
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Tania Libertad.- Creo que las divas ya no existen, las falsas divas existen actualmente, el termino mismo se ha deteriorado, porque se hacen llamar la diva de esto, la diva del otro, la diva de no sé donde, de acá, de allá, yo prefiero seguir siendo una trabajadora del arte, que fue mi propósito cuando llegue a trabajar aquí en México, yo venía del Perú se ser una artista demasiado expuesta porque cantaba mucho en la televisión, fui
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conductora por cinco anos y cantaba todas las noches y eso no era lo que yo quería, yo quería cantar todos los días pero como lo que empecé haciendo aquí, cantar en escuelas, en cárceles, en hospitales, en plazas públicas, en casas de la cultura y eso es lo que yo decidí hacer. Yo soy una gente que no tengo nada de qué arrepentirme, decidí que eso iba a ser mi carrera y creo que el destino también estaba de mi parte y es lo que sigo haciendo, cantando en teatros, en plazas públicas, en festivales culturales, ya no puedo ir a todas las escuela porque eso no se puede hacer, si no es con el apoyo del gobierno, si no existe el proyecto cultural que lo desarrolle, pero yo sigo cantando en pueblos muy lejanos de aquí en México. Para mi es lo mismo cantar en Sídney, en el Opera House o en el Olimpia de París, que ya he cantado en esos lugares o cantar en el teatro de Sintalapa o en el de Sombrerete, en cualquier lado es la
misma emoción, es el mismo miedo y cada día es como un nuevo día para mí, como empezar de cero y como si fuera una principiante, tengo los mismos miedos y las mismas dudas. Yo creo que el término de “diva” no va conmigo, por ninguno los dos lados: ni por el hecho de inventarme una historia y una vida que no me corresponde ni por el otro lado que sigo luchando como artista porque el día que me dé por satisfecha, pues me retiro. -o-
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Esto es solamente la primera parte de una charla muy importante con Tania Libertad, con quien nos vamos a seguir platicando, de su vida y su música, a su regreso del Perú, después de su homenaje por sus cincuenta años de trayectoria musical.
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Dos noticias inconexas Pedro Flores
Dos noticias inconexas me acaban de recordar mi condición de mortal y, como todo aviso premonitorio, me ha dado la certeza de mi temporalidad.
empalagosa de la banda. Nomás porque los quiero un chingo, mi cariño por esos amigos netos ha crecido cada día, aunque ya no platicamos de Chicago.
La primera, oyendo nada menos que a Jis y Trino, los moneros que ahora son omnipresentes en los medios de comunicación, en su programa La Chora Interminable, tratando el tema de la máscara protectora que da el saberse anónimo. Daban ejemplos de cómo cuando no somos nosotros mismos o estamos seguros que no seremos descubiertos, nos sentimos libres y nos expresamos sin ataduras. También hablaban de aquellos que aprovechando su condición de poseedores de la imagen y el sonido, no dudan en presentar una fachada que no corresponde con su realidad. Por ejemplo, el dueto Milli Vanilli, que logró cierto éxito comercial como “cantantes”, pero en realidad eran bailarines y quienes tocaban y cantaban eran otros, músicos talentosos, pero gorditos espinilludos. En ese momento mencionaron a The Monkees como ejemplo de grupo de diseño, banda de rock creada artificialmente para alcanzar fama a través de una serie de televisión y hacerle sombra a The Beatles. Lo que interrumpió mis carcajadas ante tanta pendejada que el dúo suelta como un diluvio fue que Trino mencionó que Davy Jones, su cantante, acababa de morir. ¡Ya valió madre!, sentí.
Bueno, pues si Chicago puede considerarse afectado y fresa, no quiero esperarme a escuchar qué opinan de The Monkees. Y sin embargo yo fui su fan cuando tenía diez u once años. Pues va, me vale madre, voy a hacer una reseña para mi Pedro niño, que a ese sí, quiero y cuido más que a mis ojos, escribiendo algo por Davy Jones, porque estoy seguro que el pequeño Pedro se hubiera puesto muy triste al saber su muerte.
Antes de seguir voy a hacer una confesión que no es un intento desesperado por obtener aunque sean jitomatazos en nuestra sección de otras yerbas. ¡Gulp!, ¡va!: de niño me gustaban The Monkees Si antes de esta confesión tenía dos lectores, seguramente ahora ya sólo me queda uno y se me hace que está vomitando en el baño. Ya un día les platiqué a mis amigos formidables Jorge López Lamego y Lalo Palacios que sentía una gran admiración por Terry Katz, el legendario guitarrista de la primera época de la banda Chicago que de manera estúpida había acabado con su vida jugando a la Ruleta Rusa con una pistola que creía descargada, cuando se me vinieron encima vituperios y comentarios que por la nobleza de esta revista no voy a repetir, por la dulzura
La otra noticia que me conmovió fue que me enteré por el New York Times que Stan Stearns, fotógrafo de John F. Kennedy Jr. saludando el ataúd de su padre, había muerto. Yo recuerdo muy claramente el día del asesinato de John F. Kennedy y la sensación de tristeza y luto que causó en mi madre y una tía abuela que estaba de visita en mi casa por esas fechas. La fotografía del
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Davy Jones en 1965
hijo del presidente asesinado, haciendo un saludo militar al ataúd de su padre apareció en el periódico del día siguiente y se me quedó grabada en mis recuerdos. Ahora que me entero de la muerte de quien tomó la famosa foto, quiero hacer una reflexión sobre el carácter efímero de la vida y de nuestro papel de testigos de los acontecimientos que ocurren en nuestro alrededor, en nuestro breve paso por el mundo.
como la historia de unos músicos que se esforzaron por ser auténticos. Su historia comienza con un par de aspirantes a productores de programas de entretenimiento al que se le ocurrió la idea de una comedia para la televisión sobre una banda de ficción. La idea de los productores era contar la historia de una banda que aspiraba a ser como The Beatles pero nunca lo logró. De hecho, el debut de The Beatles en la película A Hard Day’s Night inspiró a Rafelson y Schneider para tratar de concretar el proyecto de The Monkees para la televisión.
Van las dos historias.
The Monkees, el Pinocho del rock.
El primer miembro de la banda en ser reclutado fue Davy Jones, un cantante inglés que había actuado en el musical Oliver! en Broadway en 1962 y había sido nominado a un premio Tony como mejor actor de reparto en un musical en 1963. En septiembre de 1965 los productores Bob Rafelson y Bert Schnider lanzaron anuncios convocando actores y músicos a concursar en audiciones para su proyecto. Después se mostraron a grupos de audiencias controladas grabaciones de escenas con los candidatos más promisorios para conocer su reacción. A finales de octubre de ese año se obtuvieron los tres finalistas, Michael Nesmith, Peter Tork y Micky Dolenz, que, junto con Davy Jones, se convirtieron en The Monkees. Cada uno de ellos fue cuidadosamente seleccionado para cumplir con un papel dentro del grupo y curiosamente su personalidad real coincidía aproximadamente con la que le correspondería dentro del programa. Michael era el líder, inteligente, parco en su actitud y sentido del humor. Micky era el payaso. Peter representaba un tipo callado, sensible. Davy era el que hacía suspirar a las chicas. Cada uno era la cuarta parte del hombre perfecto.
Más allá de los cincuenta años empezamos a morirnos poco a poco en otras muertes. Los grandes magos, los chamanes de la juventud parten sucesivamente. A veces ya no pensábamos tanto en ellos, se habían quedado atrás en la historia… Entonces —cada cual tendrá sus sombras queridas, sus grandes intercesores— llega el día en que el primero de ellos invade horriblemente los diarios y la radio. Tal vez tardaremos en darnos cuenta de que también nuestra muerte ha empezado ese día. Julio Cortázar. Burla burlando ya van seis delante.
La historia de The Monkees, una banda musical hecha para la televisión, que evolucionó, sin que nadie lo esperase, hasta convertirse en un grupo de rock ‘n’ roll de verdad, es extraña e injusta. En el cuento de Pinocho, la característica más recordada del personaje no es su extraordinaria transformación de un muñeco de madera en un niño de carne y hueso sino que le crecía la nariz al decir una mentira, volviéndose así un estereotipo del mentiroso. The Monkees es el caso de una banda que logró evolucionar hasta crear y ejecutar su propia música pero que fue marcada por muchos y aun así es recordada, como el grupo que fingía tocar y cantar cuando otros músicos de fondo lo cubrían y no
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Una vez seleccionado el grupo el siguiente problema para los productores fue la música. Después de todo el programa trataba sobre el proceso de trabajo de una banda de rock, así que tenía que haber algo de música en él. Los productores contrataron a Tommy Boyce y Bobby Hart, dos compositores súper talentosos para que crearan los primeros temas de la serie y los ejecutaran en una prueba piloto para el primer episodio. Las canciones fueron (Theme From) The Monkees, Let’s Dance On (porque se necesitaba una escena de baile) y I Wanna Be Free. Pronto los productores se dieron cuenta que las canciones eran esenciales para el éxito del programa, así que la música iniciada por Boyce y Hart impulsó su visión a nuevas
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alturas y lograron que la NBC comprara el programa. Una vez convencidos de cuan exitosos serían The Monkees con un extraordinario y sólido soundtrack reconocieron que era obligatorio contar con un flujo constante de músicos de calidad. De inmediato se contrataron productores musicales para que se encargaran de obtener canciones de buena factura con visos de convertirse en éxitos.
que el 30 de mayo de 1966 The Beatles lanzaron un sencillo llamado Paperback Writer: “estaba conduciendo mi auto cambiando de estación de radio cuando escuché la última parte de la canción. Todo lo que escuché fue cuando el volumen de la canción iba despareciendo. Pensé que decían algo así como ‘Take the last train to …’ algún lugar.” Dos días después Hart escuchó la canción completa y por ninguna parte aparecía ni remotamente la referencia a algún tren. “Entonces me dije, ‘bueno, ya que The Beatles no lo dicen, puedo usarlo como el comienzo de algo totalmente nuevo. Así nació la canción Last Train to Clarksville, que se convirtió en el primer sencillo de The Monkees en llegar al número 1, el cinco de noviembre de 1966. Kirshner sintió que su postura le daba la razón y le reforzaba por el éxito de la canción. De inmediato aumentó la producción de canciones para la banda creando más de lo que The Monkees podrían haber escrito por ellos mismos.
El otro problema que pronto tuvieron que enfrentar fue el de qué hacer con los cuatro actores en cuanto a la ejecución de las canciones. Los cuatro tenían alguna experiencia musical. Davy era cantante profesional. Nesmith había trabajado como músico desde 1963. Tork Había trabajado en Greenwich Village como músico. Dolenz había tocado guitarra y cantado en otra banda previa a The Monkees. Cuando los productores del programa reconocieron cuántas canciones se necesitarían para una serie semanal contrataron a Don Kirshner, directivo de Screen Gems Music Publishing, que era la productora de The Monkees. Kirshner conjuntó sus mejores escritores y seleccionó unas veinte canciones para que fueran grabadas por varios equipos de producción durante junio y julio de 1966.
Los miembros de la banda tenían una participación muy escasa en el material musical. Cuando apareció el primer álbum los jóvenes se horrorizaron al ver que se les hacía aparecer como una banda de rock ‘n’ roll y no se le daba crédito a ninguno de los músicos que habían ejecutado en verdad las canciones. Siete semanas después del éxito de Last Train to Clarksville, volvieron a alcanzar un número uno, con el sencillo I’m a Believer. Este éxito se repitió en más de una docena de países.
En un principio se decidió que los cuatro integrantes de la banda limitarían su participación a las partes vocales. A Nesmith se le permitió una colaboración reducida en la producción. Éste hizo su mejor esfuerzo para incluir a sus compañeros en el trabajo musical, lo cual es notable ya que el control estricto de Kirshner estaba prohibido que participaran en otro papel que no fuera el de cantar. Nesmith recuerda que “una de las cosas que hizo Kirshner fue emitir un memorándum que decía: ‘Absolutamente a nadie se le permite proponer canciones a The Monkees, o tocar ninguna canción a los miembros de la banda, a menos que haya sido aprobada por mí.’ Peter Tork se quejó: ‘Bien, ¿significa que si yo escribo una canción no la puedo tocar par mí mismo hasta que la toque para usted?’ La explicación de Kirshner fue que sus preocupaciones iban más allá que satisfacer a los miembros de la banda: “Prometí que sobrepasaría a The Beatles en ventas.”
En diciembre de ese año The Monkees tuvieron su primera oportunidad de aparecer como una banda de verdad cuando montaron una pequeña gira de conciertos. Los cuatro pronto se dieron cuenta de que no sólo eran músicos capaces sino que además eran bastante buenos. Aún se encontraban en gira en enero cuando se les presentó “su” segundo álbum. Davy Jones contaba que Don Kirshner llegó muy orgulloso y complacido de mostrarles el álbum: “Miren muchachos, aquí está su segundo disco” Los jóvenes, en especial Mike Nesmith y Peter Tork se pusieron furiosos. “¿Qué significa que este es nuestro segundo álbum? Se nos había dicho que íbamos a participar en la grabación.” En ese momento Nesmith anunció que renunciaría diciendo que no iba a aceptar quedarse callado sin participar en las grabaciones.
El éxito que obtuvieron las canciones escritas por otros y ejecutadas por músicos anónimos también sería la semilla para el involucramiento de los miembros de The Monkees en el proceso creativo e interpretativo de la música del grupo. Bobby Hart cuenta la anécdota de
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Los productores del programa concedieron la razón a los jóvenes prometiéndoles que se les admitiría material escrito y ejecutado por ellos. The Monkees exigieron
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que se lanzara como sencillo The Girl I Knew somewhere, escrita por Nesmith. Como se había hecho un compromiso con Neil Diamond, compositor de I’m A Believer, que si su canción llegaba al primer puesto se le daría oportunidad de publicar inmediatamente otro sencillo suyo, se había elegido A Liitle Bit Me, A Little Bit You como el siguiente lanzamiento. Con la presión de The Monkees, Kirshner presentó su renuncia y se publicó la canción de Diamond con The Girl I Knew Somewhere en el lado B. El sencillo llegó al número dos en las listas de éxitos en abril de 1967.
Su siguiente álbum fue The Birds, The Bees & The Monkees. En Febrero de 1968 fue cancelado el programa de television. Sin embargo aun grabaron otros álbumes. Entre 1966 y 1970 The Monkees publicaron 127 canciones en diez álbumes. En 1972 se separaron oficialmente aunque siguieron haciendo apariciones públicas, si bien sólo integrando una parte del cuarteto original.
Con ese éxito los miembros de la banda planearon crear un álbum propio, llamado Headquarters. Las canciones con las que ellos contribuyeron son You Told Me, No Time, For Pete’s Sake, You Just May Be The One y Randy Scouse Git. Estas canciones fueron consideradas tan buenas, si no es que mejores, que las que se había elegido Kirshner para el que se pretendía sería su tercer álbum, More of The Monkees. A dos semanas de publicarse Headquarters llegó al número uno según la revista Billboard. Sin embargo los jóvenes nunca pudieron superar la creencia de la prensa y buena parte del público de que eran incapaces de generar su propia música. Jamás fueron perdonados por su insuficiencia del pasado. Tristemente se podría decir que a nadie le molestaba que The Monkees hubiera sido un grupo diseñado para una serie televisiva por razones comerciales; pero cuando ese grupo, que nunca había tocado junto, llegó a los primeros lugares de las listas de popularidad gracias a lo que no parecía ser otro recurso que la exposición a la televisión y un buen soporte financiero, los ataques crecieron en intensidad y acidez.
A pesar de las críticas The Monkees han dejado un legado en la industria de la música y el espectáculo. Aunque era una banda de diseño para entretenimiento televisivo, el concepto resultó un éxito, tanto en el propio programa por su originalidad y especial sentido del humor absurdo, como en su presentación de las canciones, lo cual resultó una anticipación a lo que sería después MTV. Las canciones del grupo, tanto las propias como las compuestas por otros son un icono de la época de finales de los años sesenta y todavía son recordadas como éxitos pop de gran calidad. Con ellos nació el concepto de músicos creados por un medio televisivo; salieron de la pantalla para tener un gran impacto en un mudo real: no existían antes de la serie de televisión, no tocaban en clubes, no hicieron demos, ni siquiera tocaban porque no existían antes del programa de la NBC. Sin embargo durante dos
Nesmith recuerda que justo cuando la prensa calificaba a la banda como algo ilegítimo y falso, él se encontraba trabajando para mantener la integridad del grupo. La prensa declaró una guerra a gran escala contra ellos diciendo que The Monkees eran cuatro tipos sin crédito ni credibilidad que habían tratado de engañar a todos haciéndoles creer que eran una verdadera banda de rock. A Headquarters siguió Pisces, Aquarius, Capricorn & Jones Ltd. Sin embargo, el no tener como enemigo común a Kirshner hizo que los miembros de la banda se empezaran a separar y diera lugar al crecimiento de egos, lo cual contribuyó al futuro desmembramiento de la banda. Más por compromiso comercial que por tener genuinamente algo que expresar, la banda grabó otros discos, principalmente para el programa de televisión.
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Davy Jones en 2006
temporadas de éxitos, de 1966 a 1968, lograron vender discos de verdad a gente de verdad con dinero real. Fueron pioneros en abrir el camino para otros grupos en la industria del entretenimiento.
Borges magnifica la vida de cualquiera de nosotros y le da la dignidad de haber sido, al menos, testigo de nuestra época. Recuerdo con bastante claridad el 22 de noviembre de 1963, día viernes en que fue asesinado Kennedy; yo tenía 7 años y cursaba el segundo año de primaria, en Culiacán, Sinaloa.
Superando toda expectativa The Monkees se convirtió de una banda de ficción en una banda de rock de verdad que vendió millones de copias de sus discos, pero tristemente el éxito propio no le es reconocido por sus contemporáneos. Como bien lo dijo Phil Spector, el músico y productor musical, en una entrevista: “Imagina que te dijesen: ‘Aquí y ahora voy a convertirte en una gran estrella del rock y no tendrás que pagar con ningún esfuerzo… a cambio, nunca tendrás el respeto de tus contemporáneos.’ Para mí esa es la máxima crueldad.”
El Presidente Kennedy recibió los impactos de bala en Dallas (Texas) a las 12:30 p.m. el 22 de noviembre de 1963, mientras realizaba una visita política por el estado de Texas. Fue declarado muerto media hora más tarde. Recuerdo que a nuestra maestra, doña María Pérez Meza, la fue a visitar otra maestra con cara de alarma. Algo le dijo en voz baja y ambas salieron del salón de clase. Estuvimos solos un buen rato hasta que regresó nuestra profesora con cara de aflicción.
Para los adolescentes de aquella época The Monkees llenaron un espacio de música alegre y pegajosa que sin mucha crítica aceptamos y consumimos. Sin embargo con la distancia lo que permanece es un buen recuerdo (ah, la nostalgia) de esos años que fueron felices.
Al terminar las clases y pasar por la dirección vi a varios maestros reunidos platicando con un aire de misterio. Se sentía un ambiente de tragedia pero yo no comprendía qué era. Camino a casa pasaba frente a las casas que siempre estaban con las puertas y ventanas abiertas. Me llamó la atención que en todas se escuchaba el radio a gran volumen no transmitiendo música como acostumbraba sino voces de noticiero. En los jardines de algunas casas se veían grupos de vecinas reunidas. La cara de tristeza y preocupación de ellas me aumentaba la certeza de que algo fatal había ocurrido.
El 29 de febrero de 2012 Davy Jones, uno de los miembros más carismáticos de The Monkees murió de una afección cardiaca. Se cierra un capítulo de mis recuerdos musicales de la niñez.
Stan Stern, fotógrafo del duelo de una nación.
Cuando llegué a mi casa, el radio también estaba encendido y se escuchaba el característico tono de los locutores de noticias de esa época. Mi mamá estaba terminando de hacer de comer y se veía que había llorado. Esos días estaba de visita una tía abuela, mi tía Amelia, que venía de Sonora. Ella sí estaba llorando y recuerdo que me dijo que ese día era un día muy triste pues había ocurrido una inmensa tragedia, habían asesinado al presidente de los Estados Unidos. Yo no comprendía muy bien lo que me decía pero sí percibí que era algo muy importante. A partir de ese día, no se hablaba de otra cosa en mi barrio que del magnicidio.
Hechos que pueblan el espacio y que tocan a su fin cuando alguien se muere pueden maravillamos, pero una cosa, o un número infinito de cosas, muere en cada agonía, salvo que exista una memoria del universo, como han conjeturado los teósofos. En el tiempo hubo un día que apagó los últimos ojos que vieron a Cristo; la batalla de Junín y el amor de Helena murieron con la muerte de un hombre. ¿Qué morirá conmigo cuando yo muera, qué forma patética o deleznable perderá el mundo?
El presidente Kennedy y su esposa Jacqueline eran muy queridos por el pueblo mexicano. Tal vez ese cariño nació en su visita de tres días a México, del viernes 29 de junio al domingo 1 de julio de 1962, en la que fueron
Jorge Luis Borges.
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El testigo.
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huéspedes de honor del presidente mexicano Adolfo López Mateos y su esposa Eva Sámano Bishop. Fue una de las más entusiastas, emotivas y espontáneas manifestaciones populares de muchos años. Tal vez por eso es entendible el sentimiento de luto que se sintió en nuestro país cuando Kennedy fue asesinado.
muerto. La fotografía de John F. Kennedy Jr. saludando el ataúd de su padre resumía el duelo de los Estados Unidos. El autor de esa memorable imagen fue el fotógrafo Stan Sterns. La historia de la foto es la siguiente. El funeral fue el lunes 25 de noviembre de 1963, día del tercer cumpleaños del hijo menor de Kennedy, John Jr. El fotógrafo Stan Sterns se encontraba acordonado junto con una multitud de fotógrafos alrededor de la Catedral de San Mateo Apóstol en Washington. Tenía su lente apuntado sobre Jaqueline Kennedy conforme el ataúd se acercaba. Observó que ella se inclinó hacia John Jr. Le dijo algo al oído y, de repente, el niño levanto su brazo derecho. La mano se elevó y ¡clic!, una exposición. Esa fue la foto.
Jay Sterns, hijo del fotógrafo comentó que la experiencia de su padre cubriendo los eventos donde aparecía la señora Kennedy le permitieron anticipar la escena de una manera que los demás fotógrafos no vieron. “Mi padre tenía una increíble habilidad para anticipar un momento,” comentó Jay Sterns en una entrevista telefónica. “Esa foto fue la culminación del conocimiento que mi padre tenía de ella.”
En la fotografía, además de John Jr., están su madre y sus tíos Robert y Edward Kennedy. Los cuatro ya murieron, como seguramente muchos de los personajes que también están alrededor. El 2 de marzo de 2012 murió de cáncer de pulmón Stan Sterns, quien con su cámara captó ese momento. Visita de los Kennedy a México en junio de 1962
Poco después de la muerte trágica en un accidente de aviación de John F. Kennedy Jr., el 16 de julio de 1999, apareció una historia escrita por el periodista Bob Greene en el diario Chicago Tribune que sería bueno recordar, no sólo por los personajes sino por la lección que nos ofrece.
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En los diarios de los días siguientes aparecieron fotos de la noticia y entre ellas estaban las del funeral. A mí, como seguramente también a millones de personas, me impactó mucho la foto donde aparecía un niño haciendo el saludo militar. Cuando le pregunté a mi madre me dijo que era el hijo menor del presidente
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25 de noviembre de 1963. La fotografía icónica de una época.
La documentación de esa historia surgió de un lugar insospechado, el archivo de la biblioteca Richard Nixon, en Orange County, California. En ella se encuentran dos notas de agradecimiento escritas a mano. Fueron escritas después de que Jacqueline Kennedy y sus hijos visitaran la Casa Blanca a una cena invitados por Richard y Pat Nixon, el 3 de febrero de 1971.
y la otra por Jacqueline. A pesar de que el muchacho tenía diez años la nota muestra su educación y sentimientos:
“Estimado señor Presidente, estimada señora Nixon, Les agradezco mucho guiarnos por la Casa Blanca. En verdad lo disfruté. Fueron ustedes muy amables por mostrarnos todo.
Richard Nixon y John F. Kennedy fueron contrincantes y acérrimos enemigos políticos. En 1960 Kennedy venció a Nixon en unas elecciones que lo llevaron a la presidencia. En 1971, cuando Nixon era presidente, los retratos de John y Jacqueline Kennedy iban a ser revelados oficialmente. La señora Kennedy no había vuelto a pisar la Casa Blanca desde poco después del asesinato de su esposo en 1963. De manera entendible, se sentía nerviosa de que al asistir al acto oficial se le vinieran encima los recuerdos dolorosos. Para facilitar las cosas, los Nixon decidieron invitar a los Kennedy a una cena privada días antes del acto público, sin prensa ni fotógrafos, sólo ellos.
No creo recordar mucho de la Casa Blanca pero fue muy agradable volver a ver todo de nuevo. Cuando me senté en la cama de Lincoln y pedí un deseo mi deseo se convirtió en realidad. Pedí que me fuera bien en la escuela. Me encantaron los perros. Cuando llegue a casa mis perros no paraban de olerme. Tal vez ellos sí recuerden la Casa Blanca. La comida fue de lo mejor. Me agradó ver la oficina del presidente y su escritorio. Muchas gracias de nuevo.
En los archivos de la biblioteca están las notas de agradecimiento que fueron enviadas al día siguiente de la cena, una escrita por el hijo del presidente asesinado
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Atentamente, John Kennedy.”
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Sello; acá, en la vereda donde el presidente nos acompañó hasta nuestro auto."
La carta de Jacqueline dice lo siguiente:
Estimados señor presidente y señora Nixon,
La gentileza de ustedes hizo que sus recuerdos, ya borrosos, cobraran nueva vida.
Ayer ustedes se mostraron muy amables con nosotros. Nunca había sentido tal magnanimidad ni consideración.
Gracias de todo corazón. El día al que tanto temía resultó ser uno de los más hermosos que he pasado con mis hijos.
¿Se imaginan el regalo que me dieron? Regresar a la Casa Blanca en privado con mis pequeños mientras aún son jóvenes para redescubrir su niñez —con ustedes dos como guías— y con sus hijas, jovencitas extraordinarias.
Dios los bendiga. Con mi gratitud. Jackie.”
Fue conmovedor, cuando nos retiramos, ver la gran Casa Blanca iluminada, con las fuentes en todo su esplendor.
Me sentí feliz de escuchar a mis hijos emocionados con los recuerdos. Cuando acompañé a John a acostarse, pude explicarle las fotografías de su padre y él que adornan la recámara. "Aquí estás con papá en el mismo lugar donde el presidente estaba describiendo el Gran
Con el tiempo todos los que vivieron esa época, incluido quien hace esta narración, habremos desaparecido, con lo cual morirá un poco de la historia viva.
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La manera en que colgaron los cuadros les hace un inmenso honor, más del que merecen. No debieron molestarse...
Tanto el gesto de los Nixon para tener la delicadeza de invitar a los Kennedy de manera privada como las notas de agradecimiento de éstos nos enseñan una sutil cualidad humana que cada vez se pierde más o ya no es valorada: la gracia, la elegancia de espíritu.
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Reto 30 días de películas (Parte 3) Alexandro Hernández
Hace algunos años encontré en un viejo almacén un mazo de una antigua versión del juego de lotería. Me resultó evidente una obviedad: que el juego de la lotería, como otros juegos de cartas, tenía un pasado en el que si se indaga, se encuentran lazos de parentesco con el Tarot, las sibilas, las barajas españolas e inglesas.
engañosas novelas de detectives que en realidad recrean lugares, tiempos y vidas con cualquier pretexto. O bien, imaginemos que entramos en una especie de cineteca de Babel, con salas transmitiendo por la eternidad todas las películas existentes. ¿Qué busca cada persona que ingresa en ese lugar monstruoso? Después de un tiempo, ¿recordará el visitante lo que buscaba? ¿lo supo alguna vez?
Años después, en una plática casual, un joven me describió de una manera más bien somera, con el fastidio del experto que explica al ignorante curioso, las complejas reglas de un juego de cartas de nuestros tiempos. La premisa del juego es una batalla entre dos o más oponentes, en donde las cartas son personajes con distintos atributos que poseen la capacidad de infligir daño o neutralizar a los oponentes. Las reglas de uso de las cartas son pocas y sencillas, pero puesto que el número de cartas aumenta en el tiempo, introduciendo nuevos personajes con nuevas habilidades, también aumentan también las variaciones de interacción entre los personajes y por lo tanto, las situaciones en las que un jugador puede encontrarse y la dificultad para escoger la mejor jugada.
Día 21: La mejor película que hayas visto este año
El momento de escoger la película es determinante. Mi respuesta inicial, fue “El Eclipse” una película dirigida por Michelangelo Antonioni que descubrí por accidente, cuando buscaba en una tienda de videos una copia de “La notti”, otra película de Antonioni de la que vi hace ya muchos años apenas algunos fragmentos que recuerdo como en sueños.
Este reto de los 30 días de películas podría convertirse en algo parecido a un juego de cartas, con carga simbólica como en los juegos tradicionales de cartas, pero también con nuevas cartas que aparecen constantemente. Imaginemos que cada jugador elige un nuevo tema para la discusión del día. Por ejemplo, la película de aventuras favorita; una película basada en una novela; la película imaginaria favorita; la película favorita cuyo rodaje no se concluyó; la película favorita de entre aquellas que se obtendrían de las permutaciones de películas existentes; la mejor película entre aquellas filmadas por cámaras de vigilancia en las calles de Corea del Norte; en fin, podríamos seguir indefinidamente. La selección del tema es parte de la tirada de cada jugador, es su estrategia. Para cada tema, las posibilidades irán en aumento en el tiempo, pues es claro que cada año tenemos un mayor número de producciones cinematográficas y registros en video. Pero, ¿cuál es el objetivo de ese juego? Tal vez se trata de la posibilidad de descubrir una trama oculta, secreta y al mismo tiempo evidente, como ocurre en esas
En “El Eclipse”, a primera vista parece que no pasa nada. Pero en hora y media pasamos del desamor recién descubierto a la llegada del nuevo amor, o de danzas del África salvaje a la caída de la bolsa en una ciudad italiana. Todo esto sin que apenas se diga una palabra. Es una película que exige atención total, pero entrega su recompensa. Antonioni dirige a Monica Vitti y Alain Delon. Mas no ha sido poco lo que vi de bueno en el 2011. Hacia el otoño vi una película de Terrence Mallick, “El árbol de la vida”. Estimo que esta película es un emblema del carácter mágico del cine, pues la película funciona como un enorme aparato para reflejar la mente de cada espectador en la pantalla, de manera similar a lo que hace el mar de Solaris a los navegantes que ahí llegan.
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Como si poco a poco fueran construyendo un Aleph en nuestra conciencia, las buenas películas van dejando su
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rastro. Yo he visto este año un hombre angustiado huyendo de su crimen, una fábrica de acero y un caballo de madera como regalo envenenado, una bicicleta llevando al desastre personal, un escritor con una obra de teatro en diez actos, ejercicios de Tai Chi, un auto destrozado en la pista de Imola, una enorme barda verde en un estadio de beisbol, una mujer como fantasía sexual realizada por teléfono, un jurado bailando al ritmo de una condena a muerte, una motoneta llena de una cantidad innecesaria de espejos retrovisores, una mujer anciana incapaz de reconocerse ante el espejo, el cadáver de una mujer flotando irrealmente en un barco que se sumerge, una versión
prototípica de una máquina reconocedora de textos en libros, una escena de la última cena representada por vagabundos, una fábrica que deviene en pirámide devoradora de hombres, un Mercedes Benz embistiendo a un Thunderbird que es conducido por uno de los cientos de idiotas que provocan accidentes en carretera, un delicado tablero de Go. Es cierto que las películas malas también dejan su cúmulo de imágenes, pero esperemos que sean olvidadas muy pronto y para siempre.
Película: L’eclisse (El eclipse)
Director: Michelangelo Antonioni Reparto: Monica Vitti, Alain Delon
Día 22: película musical favorita
Pero en perspectiva, reconozco que hay grandes películas musicales o con la música como su centro argumental.
¿Qué puede ser mejor que la combinación de música y cine?
Una primera categoría son los musicales propiamente dichos. La primera observación relevante y casi obvia: no puede haber una buena película musical sin canciones extraordinarias. Es el caso de Jesucristo Súperestrella, Hair, Nine y Across the Universe.
Durante mucho tiempo tuve el prejuicio de que los musicales eran un género no sólo menor, sino detestable. Así que mi respuesta a esa pregunta era “casi cualquier cosa”. Pero como otras tantas cosas en esta vida, he perfeccionado mi opinión sobre el tema.
Es bien conocido que Andrew Lloyd Weber es una reencarnación del Rey Midas y que por cuestiones de la fortuna decidió ejercer su alquimia convirtiendo partituras de comedias musicales en oro. Jesucristo Súperestrella lo es no sólo por la calidad de la música, sino por mostrar a una María Magdalena confundida ante el hombre y a un Judas cuestionador pero sin duda atormentado.
Mi aversión inicial a los musicales venía de esas historias en donde se presentaba una trama insulsa en donde a la menor provocación los personajes cantan y bailan. Por ejemplo, La tiendita de los horrores, La Novicia Rebelde, Chicago, e incluso Sweeney Todd. Sé que cada una de estas películas cuenta con sus legiones de adoradores, y esto es un fenómeno que escapa a mi comprensión.
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Año: 1962
Hair narra una historia de oposición de ideas de vida, pero también de solidaridad, sacrificio y drama. Se habló mucho de los desnudos, de la irreverencia y de las referencias a las drogas. Hair no sería recordada si solo tuviera esa parte anecdótica. Se necesitaba música inolvidable como Aquarius Y Good Morning Starshine y una historia cuya tensión procede de la despreocupación y al mismo tiempo de la inminencia de la muerte en la guerra.
autoritarismo, y al mismo tiempo, la enorme fuerza de la comodidad, que por momentos se parece a la cobardía. Se trata de una película que hace de la orquesta un microcosmos social. “La leyenda de 1900” es una historia casi inverosímil –es habitual que Alessandro Baricco lleve sus tramas más allá de lo creíble-. Entre otras escenas memorables presenta un duelo entre dos pianistas, el Novecento del título contra Jerry Roll Morton. En este caso se trata de dos grandes pianistas compitiendo entre sí, pero un tema recurrente es el del duelo del músico con el diablo, como nos muestra fantasiosamente “Crossroads” con el duelo de guitarras entre Steve Vai y Ry Cooder, el cínico duelo entre Jack Black y el diablo en “The Pick of Destiny”, y los mucho más reales y extraordinarios duelos de acordeones de “El acordeón del diablo”, documental de homenaje al mítico Pacho Rada, no sólo ejecutante supremo del acordeón, sino él mismo personaje de “Cien años de soledad” bajo el nombre de Francisco el Hombre.
Nine es una adaptación de la historia de 8 ½ (la película de Fellini), lo que implica una enorme responsabilidad para los productores. La película queda en la orilla de la falla, al hacer explícitos muchos argumentos que Fellini propone de forma apenas insinuada, onírica en muchos casos. Pero la rescatan una serie de números musicales con una coreografía espectacular y las indispensables grandes canciones. Across the Universe tiene una historia un tanto forzada derivada de la necesidad de ensamblar la trama a partir de los títulos de las canciones de los Beatles. Pero por otra parte, ¿quién puede resistirse a una película llena de canciones de los Beatles?
Una tercera categoría son los documentales acerca de músicos. Para limitarnos a Bob Dylan, podemos detenernos en “No Direction Home”, documental biográfico dirigido por Martin Scorsese, y “I’m not there”, ya mencionada cuando recordamos a Cate Blanchet como una de nuestras actrices favoritas. “I´m not there” se acerca a la vida de Bob Dylan en un sentido biográfico, si, pero a partir de la creación de seis personajes que lo representan.
Una segunda categoría de películas musicales es la de las películas basadas en historias relativas a la música. Cierto, el reto del día habla específicamente del musical favorito, pero la oportunidad para hablar del tema es inmejorable. Mis favoritas en esta categoría son “Amadeus”, “Ensayo de orquesta” y “La leyenda de 1900”.
En la relación entre música y cine hay un tema adicional que constituye un motivo interminable de gozo. Se trata de la sonorización musical de las películas o soundtracks. El tema es tan amplio por si mismo que hemos de regresar a él en una próxima entrega. No obstante, vale la pena mencionar dos tipos de sonorizaciones: la banda sonora que consiste en una selección de música ya existente que se adapta para ilustrar los incidentes de la película –como ejemplo pongamos a “The End” de Los Doors como la entrada que da contexto en “Apocalypsis Now”-, y la música creada ex profeso para la película –como ejemplo de referencia pongamos el de “Star Wars”.
Se ha dicho hasta la saciedad la injusticia cometida con Salieri en “Amadeus”. Puede que así sea en términos históricos, y es una pena para la memoria de Antonio Salieri. Pero en realidad Amadeus es un estudio de contrastación entre un talento superior y absoluto y la mediocridad a secas. Salieri termina siendo el gran héroe, pues es a él –al personaje, se entiende, no al músico- ante quienes se rinden –nos rendimos- los miles de millones incapaces de las grandes hazañas en todos los terrenos. ¿Y la música? Insuperable.
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En “Ensayo de orquesta” el tema de la música es tangente a la trama, apenas insinuado. El verdadero tema es el malestar de la orquesta frente al
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Película: Hair Director: Milos Forman Reparto: John Savage, Treat Williams, Beverly D'Angelo Año: 1979
camionero de tráiler que se rebela contra los abusos de policías locales, y organiza un convoy de traileros que escalan el nivel de protesta. Ya en nuestra vida real y cotidiana, tendríamos que agregar que aun cuando es cierto que existen grandes abusos por parte de policías y de empleadores, también lo es que hay una gran irresponsabilidad en ese gremio, lo que convierte nuestras carreteras en lugares de constante peligro y luto. La pesadilla que algunos hemos vivido de ser acosados por un maligno e idiota conductor de un tráiler fue el primer largometraje de un joven director que después alcanzaría cierta notoriedad. La película es “Duel” y el director es Steven Spielberg.
Día 23: La película que más veces has visto
En general prefiero la novedad a la repetición, lo cual hace que sean relativamente pocas las películas que he repasado. Difícilmente he visto una película más de cinco veces. Una posible excepción son aquellas películas infantiles que vi múltiples veces acompañando por cuestiones familiares. Se trata de películas vistas en casa interminablemente, como Pocahontas o La sirenita, de los estudios Disney. En una sala de cine, la película que más veces vi fue “Convoy”, unas cuatro ocasiones. Convoy trata de un
Película: Convoy Director: Sam Peckingpah Reparto: Kris Kristofferson, Ali MacGraw, Ernest Borgnine Año: 1978
entretenimiento, incluyendo películas que no son de dibujos animados.
Día 24: Película favorita de Disney Todo mundo sabe que la casa Disney es, entre otras cosas, un emporio productor de películas de
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No obstante, para este reto me voy a restringir arbitrariamente a las películas de animación. Y aún en
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este rubro tomaré dos categorías: las películas de la tradición de los estudios Disney y las películas de Pixar, que es bien sabido, fueron adquiridos por Disney en 2006.
profesionista competitivo que debe encontrar la humildad en “Cars”, hombre pobre que se enamora de una chica de la alta sociedad en “Wally”, padre buscando a su hijo disminuido físicamente en “Buscando a Nemo”, soldados rescatando a su compañero en “Toy Story”, obreros desempeñando su trabajo bajo la presión del aumento de la productividad en la planta en “Monsters Inc”. Un segundo elemento son personajes encontrados en el inconsciente común de nuestros tiempos: ya Cri-Cri se imaginaba qué pasaba con los juguetes en el momento en el que los niños juegan. Ya los aceites Bardhal tenían como personajes de su publicidad a autos animados. ¿Y quién no se preguntó ante las figuras de los muebles en la oscuridad acerca de los seres malignos ocultos en las sombras? La fórmula de Disney de humanizar a los animales dio el siguiente paso en las historias de Pixar, al convertir en personajes animados a objetos más o menos cotidianos y muy cercanos en el querer del público contemporáneo (destacadamente, los autos y los juguetes).
Una de las características de los largometrajes animados de Disney fue –con pocas excepciones- la adaptación de historias de cuentos clásicos a los públicos infantiles. La fórmula inició con Blanca Nieves en 1936, y funciona hasta mediados de la década de los 90. Las adaptaciones van desde cuentos del folklore europeo hasta las extrañas historias de Lewis Carroll. “Hércules” es una animación de 1997 y probablemente se trate del último acierto del modelo antes de agotarse definitivamente. La estocada a las historias tradicionales la dio Shreck, utilizando abiertamente la parodia de estas y dejando prácticamente cancelada esa puerta. En contraste, Pixar encontró un modelo diferente: guiones originales basadas en situaciones cercanas emocionalmente a los públicos contemporáneos (padre despedido de su trabajo en “Los increíbles”,
Película: Hércules
Directores: Ron Clements, John Musker Personajes: Hércules, Megara, Hades Año: 1997
¿Porqué? Mi primera respuesta fue: ”Porque es súper rara.” Pero esa no es una razón suficiente.
Día 25: Vuestra elección de película y la razón para escogerla
En realidad, las cinco obstrucciones es un juego que Von Trier propone a Jørgen Leth, de manera que se tomará a un cortometraje que Leth dirigió en 1967, “El humano perfecto”, y se reelaborará en 5 ocasiones. En cada caso, sin embargo, Von Trier definirá reglas arbitrarias e RLV 10
Entremos de lleno en materia. Mi selección es “Las cinco obstrucciones”, una película del polémico director danés Lars von Trier.
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inflexibles que debe utilizar Leth para cada una de las reelaboraciones del filme. Esta excéntrica idea no sorprende si recordamos que Von Trier encabezó el movimiento Dogma 95, que se centra la definición de 10 mandamientos que fuerzan al director a trabajar sobre guiones con severas restricciones (no películas de género, no armas ni crímenes en la historia), y reglas de filmación igualmente restrictivas (no sets, no uso de filtros, filme en color, sonido grabado en locación, etc.)
Dogville y Manderlay tienen una regla antípoda al primer mandamiento de Dogma 95, que consiste en evitar el uso de un set. Ambas películas están filmadas enteramente en sets de grabación. O bien, “Dancer in the Dark”, que viola el segundo mandamiento de Dogma 95 (no utilizar mezcla separada de sonido).
Si lo pensamos un poco, Von Trier se dedica a definir reglas y aplicarlas en la elaboración de sus películas.
Película: De fem benspænd (Cinco obstrucciones) Director: Jørgen Leth, Lars Von Trier Reparto: Claus Nissen, Majken Algren Nielsen, Jørgen Leth Año: 2003
películas de horror muestran actos aborrecibles, mientras que las películas aburridas son por esa misma razón, aborrecibles. Podría hacerse una película de horror basada en la asistencia a una película aburrida.
Día 26: la película más aburrida
El canon holliwoodense dicta que una película ha de tener algunos de los siguientes ingredientes: una historia de romance, persecuciones de autos, efectos especiales, escenas de combate, personajes con súperpoderes pero vulnerabilidades. Y un final feliz. El enunciado anterior es en sí mismo un cliché. Pero sosteniéndolo para fines de ilustrar el argumento, se puede inferir que la desviación del canon tendrá como resultado una película aburrida. ¿Qué significa que sea aburrida? Según el diccionario, que carece de algo que distraiga o divierta. Curiosamente, también según el diccionario, aburrir se emparenta con horror (abohorrere). Es decir, que las
Una consecuencia del aburrimiento extremo es el sopor, que conduce al sueño. “El miedo del portero…” cumple sobradamente con este requisito. En contraste,
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A pesar de la buena crítica que tiene, y de haber sido dirigida por Wim Wenders sobre una historia de Peter Handke, mi elección como película más aburrida fue “El miedo del portero ante el penalti”. Aun cuando la crítica especializada encuentra que es una “película compleja” que “reflexiona sobre la irracionalidad del hombre contemporáneo”, creo que en honor a la verdad, esa reflexión no requería 100 minutos de largometraje para ver vagar a un hombre y cometer un asesinato totalmente gratuito.
quiero referirme al Eclipse, mencionada en el día 21 de este reto: es una película difícil de ver, pero llena de estímulos.
Jones, que me resultó totalmente decepcionante después de haber disfrutado las tres primeras. O la horripilante “Peter Pan II”, un tormento para los niños y los papás de los niños. En contraste, una película que se burla de todas las convenciones, “El ladrón de orquídeas”, es todo excepto aburrida. En buena medida, gracias al ingenio en la realización del guión de Charlie Kaufman.
Una reflexión adicional. El cumplimiento con las fórmulas de Hollywood no necesariamente impide que una película sea aburrida. Un ejemplo notable es la película “Waterworld”, notable por el alto presupuesto empleado. O la cuarta entrega de la serie de Indiana
Película: Die Angst des Tormanns beim Elfmeter
Director: Wim Wenders Reparto: Brauss, Kai Fischer, Erika Pluhar Año: 1972
Mi elección como película de amor es “El libro de cabecera”, de Peter Greenaway. En el complejo mundo que crea Greenaway, la caligrafía es la piedra de toque que utiliza Nagiko (Vivian Wu), para reconocer el amor. Esto es un reflejo de momentos primigenios de felicidad, cuando su padre escribía con tinta signos en su rostro y se escucha alegre música tradicional china.
Día 27: película de amor favorita
Para una aclaración de términos, entenderemos que una película de amor se refiere a una historia de la relación sentimental y tal vez erótica entre dos personas.
El libro de cabecera no sólo acierta al proponer la historia de amor en el contexto de las complejidades del resto de las relaciones humanas. También logra vincular la historia de la carne con la de aquellas cosas que resultan amadas por los amantes, que son lo que explica la fuerza de las afinidades amatorias.
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Alguno de sus amantes aspira a su amor, pero su piel resulta no ser apta. Finalmente encuentra a la pareja que la superstición que ha elegido le señala como el Elegido. Sin embargo, Jerome, su amor definitivo, pasa por la misma humillación amarga que el padre de Nagiko. Una complicada saga de celos, muerte, venganza, respeto y amor filial se desatan a partir de esto.
Una fórmula básica y fundamental es la del hombre que conoce a la mujer, se enfrentan a una serie de obstáculos que impiden la consumación de su amor, y al final o bien son capaces de remontar las dificultades para estar juntos, o bien, el drama finaliza con la separación definitiva de la pareja. En las listas recopiladas en distintos sitios de internet aparecen frecuentemente como las preferidas de este género, “Titanic”, “The Notebook”, “Mujer bonita”, “Ghost”, “Baile caliente”, incluso “Casablanca”. Un caso emblemático del cine nacional es Enamorada, de Emilio “El Indio” Fernández con María Félix y Pedro Armendáriz.
Película: The Pillow Book (El libro de cabecera) Director: Peter Greenaway Reparto: Vivian Wu, Ewan McGregor, Yoshi Oida Año: 1996
La música es original del griego Evangelos Odysseus Papathanassiou, mejor conocido como Vangelis, quien es conocido por su uso del sintetizador para lograr ambientaciones originales, y que en este caso logra un efecto que en su momento resultó futurista y que hoy nos queda como recuerdo de la manera un tanto ingenua en la que percibíamos al futuro en aquellos tiempos (ya para entonces Arthur C. Clark había acuñado su famosa frase: “El futuro ya no es lo que solía ser”). La dirección de Scott aprovecha todos los elementos para crear un futuro que resulta reconocible porque muestra elementos reconocibles, como un mundo al que podría llegarse si ocurriesen ciertos eventos que no se explican pero que se dan por hechos, y que sin embargo, tiene claros nexos con el mundo que entonces vivíamos. Y las actuaciones de Harrison Ford y Rutger Hauer crean el contraste preciso entre humanos y replicantes, mediante un juego paradójico y no sé si intencional. Ford, el humano, es completamente inexpresivo, apenas matiza sus emociones. Hauer, en cambio, se muestra como heredero del expresionismo alemán y crea una actuación de una fuerza que mueve y conmociona. Inolvidables son las palabras que dirige el replicante Batty al detective Deckard después de la batalla cuerpo a cuerpo que sostienen bajo la lluvia:
Día 28: una película que te conozcas al dedillo
Sin que necesariamente se trate de la película favorita, una película que uno se sabe al dedillo provoca tal impresión que los diálogos de la película aparecen como por casualidad en conversaciones, las imágenes se recuerdan como sueños que parecen propios, o mejor dicho, que han sido apropiados. En mi caso eso me ha ocurrido con películas visualmente oscuras. Kafka, filmada en 1991 por Steven Soderbergh. Brazil, Terry Gilliam, 1985. Pero sobre todo, Blade Runner película de 1982 dirigida por Ridley Scott. La anécdota de Blade Runner es muy conocida. En un futuro cercano, un policía debe identificar y eliminar a un grupo de robots que han escapado de una remota estación espacial, en donde realizan trabajos de esclavos. Lo difícil de la empresa es que tienen características casi humanas, si bien su fuerza física y su inteligencia son superiores. Escena tras escena, la película va creando un mundo de texturas oníricas, con personajes instalados en el cinismo, la indiferencia y en el fondo, la desesperanza.
“I've seen things you people wouldn't believe. Attack ships on fire off the shoulder of Orion. I've watched Cbeams glitter in the dark near the Tannhauser Gate. All those moments will be lost in time, like tears in rain. Time to die.2 "He visto cosas que no creerías. Naves de RLV 10
La mezcla de ingredientes tiene las dosis precisas. El guión está basado en un relato de Philip K. Dick, de quien se sabe padecía de un avanzado grado de paranoia que le impulso a escribir historias asfixiantes.
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ataque incendiadas sobre el hombro de Orión. He visto rayos-c deslumbrando en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir" Díganme la verdad, ¿quién parece más "replicante", Rutger Hauer o Harrison Ford?
encuentra la Puerta de Tannhauser? Se infiere, sin necesidad de mayores explicaciones, que se trata de un arma ficticia y de algún remoto lugar en el espacio en donde los androides sostenían cruentas batallas contra los humanos. Todo un mundo con una conflictiva terrible esbozado en unas cuantas palabras, lo que quizá da la clave para entender el por qué estas películas se instalan en nuestras psiques: son el reflejo de un mundo simultáneamente congruente pero anómalo, reconocible pero extraño.
Resulta curioso que estas últimas palabras del replicante estén acreditadas a Rutger Hauer como una improvisación sobre el guión y que contengan dos misterios que han provocado todo tipo de especulaciones: ¿qué son los rayos-C? y ¿dónde se
Película: Blade Runner
Director: Ridley Scott Reparto: Harrison Ford, Rutger Hauer, Sean Young Año: 1982
Londres con motivos automovilísticos hizo que saliera del cine con una sensación de asombro y maravilla, que en buena medida es el efecto de encanto del cine. Por esa razón, mi elección instintiva fue seleccionar Cars 2 como mi película de animación favorita.
Día 29: Película animada favorita
Cuando contesté esta pregunta, tenía pocos días de haber visto en el cine la segunda parte de Cars de Pixar. Felizmente esto ocurrió pocos días después de haber dedicado algunos fines de semana a revisar la serie de películas de James Bond protagonizada por Sean Connery (“El satánico Dr. No”, “Desde Rusia con amor”, “Goldfinger”, “Thunderball”, “Sólo se vive dos veces” y “Los diamantes son eternos”). Esto hizo posible apreciar mejor al personaje Finn McMissile, un Aston Martin espía, y el rol que juega la vieja grúa Mate. La creación de personajes basados en autos y los ambientes y paisajes japoneses y europeos que mezclan las características locales de Tokio, la costa italiana y
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“Una mirada a la oscuridad” es un film animado basado en una historia de Philip K. Dick. La técnica de animación utilizada consiste primero de la filmación de actores en formato digital, para posteriormente someter la película a un proceso de post-producción llamado rotoscopio interpolado. El efecto resultante es de un realismo alterado que da consistencia al mundo asfixiante que propone Dick. El infierno vislumbrado en esa mirada a la oscuridad es el de la disolución de la mente. Pero a ese resultado final se llega por vía de las
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obsesiones, las alucinaciones y al final de cuentas, la paranoia. Una mirada a la oscuridad constata que el infierno no es un lugar, sino un proceso.
Película: A Scanner Darkly (Una mirada a la oscuridad) Director: Richard Linklater Reparto: Keanu Reeves, Winona Ryder y Robert Downey Jr. Año: 2006
cine, de video y de venta de DVD y Blu Ray. En esa lista se filtran la gran mayoría de las cinematografías que no vengan de los Estados Unidos. Para encontrar otro tipo de alternativas, es necesario buscar en secciones especializadas de las tiendas o en los festivales de cine, que cada vez van siendo más frecuentes. Posiblemente, y cada vez más, habrá posibilidades de distribución y cobro por internet. Naturalmente, esto reduce de manera importante las alternativas. De las 5,000 películas filmadas en un año reciente, las alternativas reales de un aficionado al cine rondarán las 500 películas.
Y finalmente llegamos al día 30: una película que no hayas visto, pero que quisieras ver
Para todo fin práctico, el número de películas que es posible ver se acerca al infinito. Me explico mejor: Según algunos cálculos, el número de películas filmadas en 2007 ronda las 5,000 en todo el mundo (aproximadamente un 10% en los Estados Unidos y un 20% en la India). Una década antes, este número rondaba las 3,500 películas. Una proyección gruesa del número de películas filmadas en toda la historia rondará entre los 175,000 y las 200,000, si bien se considera que aproximadamente la mitad de estas, especialmente las más antiguas, se han destruido. Dejemos nuestro cálculo en unas 80,000 películas por ver, aumentando a una tasa de 5000 películas por año. Insisto, para todo fin práctico, es un número infinito de películas por ver.
Dicho esto, viene la elección. ¿Ver las nuevas películas o ponerme al día con otras que no conocía o no tuve oportunidad de ver anteriormente? ¿O volver a ver mis películas favoritas? ¿Quiero conocer algo nuevo (una nueva historia, un punto de vista diferente,…)? ¿Distraerme y relajarme un par de horas? Cada quién decidirá como mejor le parezca. Lo que considero un ejercicio necesario, es hacer una elección consciente y libre (aunque sea la elección de ver películas palomeras), no simplemente ver lo que otros RLV 10
De aquí que tendríamos que hacer una selección. Lo que usualmente ocurre, es que esa selección no la hace la persona, sino las grandes cadenas distribuidoras de
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decidan. Mi propuesta es la de convertirnos en espectadores activos del cine.
9.El lugar sin límites (1977) de Arturo Ripstein 10.Ahí está el detalle (1940) de Juan Bustillo Oro
Dicho esto, van algunas de las películas que listé a la conclusión de este ejercicio. A la fecha, sólo he visto la segunda, la séptima y la novena.
En el sitio http://cinemexicano.mty.itesm.mx/pelicula1.html se recopila una lista de las cien mejores películas mexicanas. Yo me he propuesto ver las 10 primeras:
Otras películas que puse en mi lista en ese momento: -Fritz the cat, basada en los bizarras historias de Robert Crumb.
1.Vámonos con Pancho Villa (1935) de Fernando de Fuentes
-Hanussen, de la trilogía de Itzvan Szabo sobre el régimen nazi.
2.Los olvidados (1950) de Luis Buñuel
-Cobra verde y Aguirre la ira de Dios, de las sagas épicas de Werner Herzog.
3.El compadre Mendoza (1933) de Fernando de Fuentes
-L’Infierno, film poco conocido de 1911 dirigida por Francesco Bertolini.
4.Aventurera (1949) de Alberto Gout 5.Una familia de tantas (1948) de Alejandro Galindo 6.Nazarín (1958) de Luis Buñuel
Ya he visto a todas estas, por lo que he tenido que actualizar mi lista, que como vemos, es algo interminable.
7.Él (1952) de Luis Buñuel 8.La mujer del puerto (1933) de Arcady Boytler
Película: Hanussen Director: István Szabó Reparto: Klaus Maria Brandauer, Erland Josephson, Ildikó Bánsági
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Año: 1988
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Haciéndole al cuento La más buena de la escuela Paco Olvera
“decente” de un metro con setenta. Siguiendo en esta cadena de causa – efecto, una mayor talla junto con una mejor capacidad pulmonar y fuerza, fue lo que le permitió perder la pena al acercarse a las canchas de básquet, pues “ya llegaba la bola” al aro y corría razonablemente rápido. Los chavos de la quinta lo adoptaron, por haber dejado de ser un “ratón de biblioteca” y convertirse en un “deportista”.
La más buena de la escuela. Ya eran dos años desde que había entrado a la Universidad. Atrás quedaban los tiempos de la prepa, y más aún los de la secundaria. En sus años de educación adolecente, Arturo nunca fue de los guapos o de los fuertes, pero durante su estancia en la preparatoria descubrió que el ejercicio practicado en forma consistente le fortalecía, además de permitirle consumir el exceso de energía y las ganas de hacer chingadera y media que por aquel entonces se agolpaban en su interior. También el practicar ejercicio, le dio chance de hacer otros amigos que no fueran de los “mataditos” de la escuela (nerd o “ñoño” en lenguaje actualizado), pues aunque no era muy destacado en la práctica de ningún deporte, descubrió que en el basquetbol no tiraba tan mal, cosa que dio oportunidad a que, aunque más como mascota que como un jugador muy apreciado, se integrara a una de las “quintas” mas destacadas de cuantas jugaban en las canchas de la prepa, logrando así el ansiado sentido de pertenencia que es vital para los adolecentes. Le permitió ser lo que los chavos de hoy día denominan ser “cool”.
Algo que resultó sorprendente para Arturo fue el hecho que, ahora que formaba parte del “jet set” basquetbolero, pensaba que correr ya no le aportaba “estatus”, pero Jaime (el más distinguido del equipo), lo sacó de su error: correr grandes distancias sí le daba estatus de deportista, pues era lo que permitía que mantuviese aptitudes para seguir jugando básquet, de lo contario acabaría como “la Araña”, un ruco que iba a jugar los domingos, con muchas mañas para “cascarear”, pero que luego de correr 10 minutos en la cancha, andaba “tirando el bofe”. Correr fue entonces algo que conservó como un hábito, que además del “estatus” mencionado, lo mantenía en buena condición y podía practicarlo sin tener que reunir a todos los de la “quinta”, labor que cada vez era más compleja, pues ya todos iban a la Universidad o tenían alguna chamba a la que debía acudir para ganarse los “ayocotes”.
Antes que el basquetbol, el ejercicio que Arturo había comenzado a practicar fue el de correr. Comenzó a hacerlo alrededor de la cancha de fut de la escuela, primero sólo un par de vueltas, pero conforme lo comenzó a hacer con constancia, pudo completar una decena de vueltas sin parar, que de acuerdo a la simple matemática, representaban un tramo de 4 kilómetros (diez vueltas a un perímetro de 400 metros). Esta actividad fue, la que a decir de su mamá, le permitió en sólo un par de meses pasar de ser un chaparrito de metro y medio, para “dar el estirón” a una estatura
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Eran cerca de las siete de la mañana. Arturo estaba en la parte de atrás de la prepa, listo para comenzar su carrera de esa mañana. Como sus vacaciones ya no coincidían prácticamente con las de ninguno de los cuates de la “quinta”, ni siquiera intentó buscarlos. Durante los años que había transcurrido, a base de tesón y necedad, había aumentado la distancia que podía correr de una sola sentada, a tal grado que llegó a
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correr la distancia que separaba los terrenos de la prepa con la entrada al pueblo cercano y de regreso al punto de partida, que de acuerdo a una contabilidad no oficial, sumaba 16 kilómetros. Era curioso que, aunque debía caminar unos 3 kilómetros para llegar de su casa a la prepa, ese tramo nunca fue contabilizado como parte del ejercicio. Hizo unos cuantos estiramientos, brincó tres o cuatro veces sobre las puntas de los pies y comenzó a trotar. La verdad es que no corría todos esos kilómetros, sino que los trotaba, pero en fin, era una buena distancia. A esa hora no pasaban muchos automóviles, pero como una práctica para reducir riesgos, él corría en la vereda de la carretera de tal forma que los autos que pasaban en el carril que le quedaba más cerca vinieran a su encuentro, de tal manera que le dieran más tiempo de reacción en caso de un “borrachazo” u alguna otra contrariedad en el camino.
Entornando los ojos alcanzó a ver que se trataba de una camioneta blanca, medio “destartalada”. Entre los detalles adicionales que comenzó a distinguir, vio que tenía el cofre levantado y que frente a él, había una figura humana. Siguió avanzando con ritmo constante, acompañado por el ruido de sus pasos y con el de un jadeo controlado en el que se había convertido su respiración. Recién había pasado la altura de “Medias Tierras” (llamado así porque estaba más o menos a la mitad entre el pueblo y la prepa), que era el límite de la ciudad. Conforme avanzó más, pudo distinguir que quien estaba de pie junto al auto era una mujer, lo cual supo por el vestido blanco que llevaba. Unos pasos más adelante, también reconoció el perfil de una prominente barriga producida por un embarazo avanzado. Siguió ganando distancia, haciendo que el avance del sol en la bóveda celeste y el de él en la carretera, le permitían distinguir aún más detalles. Sólo de lo que alcanzaba a ver, le parecía que se trataba de uno de esos “vestiditos que vendían en el tianguis”, sin ningún adorno a excepción de unas aplicaciones azules en el bies de la enagua (como le había enseñado a decir Joan Manuel Serrat). A la mujer se le veía despeinada, generando un cuadro general de descuido: en resumen se veía medio “chirga”, como solía decir su papá cuando se veía a una persona desaliñada, flacucha, de no muy buen talante. También le pareció que, si se veía “chirga”, era porque se trataba de una mujer muy joven, a la que tal vez no le correspondería traer al frente esa “tremenda panza”. Sin querer o queriendo, había ya formado un cuadro costumbrista: chamaca joven embarazada, mal comida y mal vestida, ahí parada junto a la camioneta descompuesta, esperando seguramente a que el marido llegara con algún mecánico para echarla a andar, todo en medio de una mañana brumosa con un frío inclemente.
Corriendo en la carretera
Era un día normal, el efecto Doppler del ruido de los neumáticos en el pavimento y las rachas de aire que los autos producían al pasar, hacían que Arturo se mantuviese alerta. Aunque el sol ya iluminaba buena parte del paisaje, había puntos donde su paso a través de las nubes hacía que estas se vieran muy luminosas, e impidieran enfocar bien. Fue esta luminosidad lo que, en principio le impidió distinguir los detalles de un vehículo que estaba detenido al otro lado del camino.
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Todo hubiese finalizado allí, de no ser porque, cuando al fin estuvo a la misma altura del camino, donde sólo los tres o cuatro metros del ancho de la carretera le separaban de esta muchacha, ella volteó y al fin pudo distinguir su rostro. Ambos se quedaron mirando, no sin
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cierto estupor, pero más bien con asombro. Su cara era inconfundible. Tenía deseos de detenerse, pero lo que Arturo hizo fue continuar avanzando. Ella le seguía con la mirada, con lo que parecía ser una expresión de sorpresa, pero sin mover la boca o sin intentar decir nada. Arturo volvió la cabeza varias veces más, hasta que la imagen de la chica del vestido blanco frente a su destartalada camioneta se fundía de nuevo en una masa brillante. No lo podía creer: era ni más ni menos que Martha, “la más buena de la escuela”. ¿Por qué no se había detenido? ¿Por qué no había intentado ayudarla? No era bueno en la mecánica. Qué tal si llegaba el marido, su wey o lo que fuera. O que tal si ella ni se acordaba de él. O peor, que tal si se espantaba y se sentía amenazada o insegura. Bueno, ¿más insegura que estar sola a la vera de una carretera vecinal, embarazada y sin posibilidad de defenderse? Su actitud era inexcusable. Bueno, al menos lo era si se desconocían ciertos eventos acaecidos en el pasado de ambos.
opuesto. Chavos que le “llegaban” a las chavas, pero acompañados de su grupo de cuates, pues la damisela en cuestión también estaba rodeada de sus amigas. Chavas (os) que llevaban recaditos o daban a conocer información reveladora a algunos (as) pobres inocentes: “le gustas a fulana”, “fulano dice que quiere ser tu novio pero le da miedo que le digas que no”. Y no faltaban los cabrones, como “el Cavernario”, que una vez le fue a pedir a una chava la hora y regresó con “la Bruja” para decirle: “oye, le gustas a esta chava”. “La Bruja” muy diligente se dirigió con aplomo hacia su “segura” conquista, sólo para me lo mandaran a “freír espárragos”. Semanas fueron las que “la Bruja” tardó en perdonar a “el Cavernario”. Arturo y sus cuates también practicaban la observación detenida de las partes anatómicas de sus compañeras que repentinamente, “brotaban” de la nada, como los traseros y los senos, o dicho en el lenguaje coloquial adecuado: los culos y las chichis. Hacerlo mientras ellas caminaban tenía sus riesgos, pues era fácil que la poseedora del blanco de sus miradas se diera cuenta, y les dijera alguna frase que pusiera al descubierto su depravada práctica: “cochinos”, “mirones” ó “babosos”. Pero peor que ser marcado como sátiro sin pezuñas, era el hecho de ser retado públicamente por alguna de las chicas, sobre todo las “chicas más grandes”, que ya más avanzadas en su metamorfosis a adultas, se defendían de los mirones con frases que herían su hombría: “que me ves pendejo”, “pos míralas bien porque nunca las vas a agarrar”, o algo totalmente devastador como “pinche chamaquito, siquiera fueras hombre”. Actitudes de esta clase en ambos bandos, alimentan el machismo por partida doble. Por eso era que, para no ser un chamaco pendejo, se debía completar un rito de hombría, al estilo de los apaches para ser nombrados “bravos”, como robarles un beso o pasar junto a una chava y darle un “agarrón de nalga”. Si te volteaba una cachetada es que no le gustabas, si se sonreía y te decía una de las frases ofensivas “estándar” dentro del repertorio, aún tenías chance. Pero si sólo te sonreía y te miraba en forma pícara, ya la “habías hecho”. Menuda forma de iniciar el arte del galanteo.
La supervivencia en el patio de la escuela.
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Era el patio de la secundaria. Una sola cancha de básquet donde se daban lugar 40 partidos simultáneos. Las andanadas de 20 tiros al aro en el mismo instante hacía que la práctica del “deporte ráfaga” fuera un reto digno de un héroe ungido por las deidades del Olimpo. Algunos jugaban frontón con pelotas de goma en las bardas del fondo. Pero la mayor parte del plantel, practicaba otros “deportes”, que exigían menor capacidad física y que, para alguien tan tímido como lo era Arturo en aquel entonces, eran más discretos y adecuados para su falta de fortaleza y presencia física. Grupos de muchachos y muchachas deambulaban en torno a la cancha, o se sentaban en las gradas de concreto, que daban al patio el aspecto de un pequeño estadio. Unos que criticaba a otros grupos. Algunos que compartían sus almuerzos. Pero la mayor parte de ellos, se dedicaban a una actividad que hasta entonces les había sido ajena: cómo relacionarse con el sexo
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fortaleza, desarrollo físico o simplemente porque eran “buenos para las viejas”, sí tenían novia, o bien sin tenerla, su galanura les permitía “trastearse” a las chamacas sin que estas protestaran, porque eran “muy guapos” o “muy varoniles” (tampoco en aquel entonces existían los “sexys”).
La búsqueda de la “más buena”. Para reducir el riesgo durante la “ardua” preparación antes de “llegarle” a una chava o abalanzarse en una maniobra kamikaze a aferrarle el trasero, los chavos ejercían el arte de la “observación detallada” sentados en las gradas, desde donde se dominaba el panorama: podía verse a las que caminaban en la cancha, o bien a aquellas que también compartían las gradas con ellos. Dependiendo de la ubicación, podían encontrarse lugares en “ring side, que era donde se sentaban las chavas “más buenas”. Era patético, pero una libido irrefrenable, aderezada con inexperiencia, una maduración física más lenta y la timidez, hacían que esta actividad fuera la única forma práctica de desfogar la bomba Molotov de hormonas albergada en el interior de estos adolecentes. No es menester aclarar, que no era igual ver un trasero estático posado en las gradas que uno en rítmico movimiento. Estos traseros móviles, hacían que se produjeran prodigiosas contracciones en músculos antes inhabilitados, produciendo agitación cardiaca, respiración rápida y culminaba con una erección, pero si esta era descubierta por otros individuos, podía ser motivo de burlas y bromas interminables. Por esto es que a pesar de ser menos excitante, estar sentado en las gradas ofrecía un lugar menos expuesto para los observadores. Allí Arturo con sus cuates, al igual que otros tantos grupos, se dedicaban a ver a las “mas buenas”, además de la inevitable y aún mas degradante actividad de “calificar” a las chavas. Pasados los años se sintió menos patético cuando se enteró que la actividad de evaluación de traseros, también era practicada por las damas. Por supuesto no faltaban los cuates que, por su edad,
Durante el paso por la secundaria, el acto de calificar a las chavas en los diversos grupos culminaba con la elección de la “más buena”. Las candidatas a tan “apreciado” título iban cambiando, por un lado por la rotación natural de las alumnas que se graduaba y la entrada de las de “primer año”, y por otro lado, por los cambios fisiológicos que repentinamente transformaban a delgadas niñitas en unas voluptuosas “nínfulas” (como las llama Vladimir Nabokov en “Lolita”). La designación de la “más buena” era una cuestión de juicio, que además se llevaba a cabo en grupos diversos, por lo que no siempre se alcanzaba la unanimidad o bien no sucedía de inmediato. Cuando Arturo cursaba el segundo de secundaria, el título de la “más buena”, era disputado por una muchacha de cara muy bonita, de pelo largo y castaño que se llamaba Alicia, junto con otra chica de pelo cortito, cuyo nombre nunca fue del conocimiento de Arturo. Alicia era una chica muy guapa, de una bonita figura que se podía “adivinar” aún debajo de su impecable uniforme. Era de carácter fuerte y no tenía novio, pero tenía además una característica que era adorada por él y sus amigos: era amiga de la hermana mayor de “la Bruja”, lo que les daba oportunidad de acercarse a ella a “babosear” sin despertar grandes sospechas (o por lo menos, se les confería clemencia). Respecto a la otra chica, podría resultar un misterio el por qué si era tan guapa como para disputar el título de “la más buena”, su nombre no había sido registrado debidamente en su memoria. Muy fácil de explicar cuando conocías su apodo: “la calzoncitos”. Aunque sólo se debía llevar uniforme de educación física una vez en la semana, esta señorita
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El patio
siempre iba ataviada con un ceñidísimo pantalón blanco, cuya tela siempre dejaba ver unos igualmente ajustados calzones, cuyo contorno destacaba con claridad a través de la tela del pantalón. La disertación “filosófica” respecto a ella, era si usaba unos calzones un par de tallas más chicos, o bien si tenía un trasero tan prodigioso que no había ninguna prenda que pudiera contenerlo. Era una imagen casi inenarrable, hasta los profesores miraban con lascivia el trasero de “la calzoncitos” sin pudor alguno o temor a ser sorprendidos. Por su puesto, Arturo no escapaba de esa atracción gravitacional del tipo “Big Bang”, y no podía evitar mirarla. Una ocasión en que lo llamaron a la dirección por un reporte en la clase de biología, iba regresando apesadumbrado por el regaño hacia el salón de clase. La mayor parte de los alumnos y profesores estaban en las aulas y aún no era la hora del ruidoso descanso. Fue entonces que Arturo vio algo que le hizo olvidar sus penas del momento, pues “la calzoncitos” iba a comenzar a subir por la escalera. Se lanzó “como flecha” para tomar una posición “de privilegio”: unos cuantos escalones detrás de ella, de tal forma que esa “prodigiosa” estructura, le quedara a la altura del rostro (¡Pos qué ganan oliéndole los “pedos” a las viejas!, alguna vez le había dicho su abuela).
Por supuesto “la calzoncitos” lucía el atuendo que la distinguía y le había dado fama. Todo esto hizo que Arturo perdiera conciencia del riesgo, del pudor o del honor. Y vino lo inevitable, una vez que había subido dos o tres escalones, embelesado por el rítmico movimiento del objeto de sus miradas, este se detuvo abruptamente (al igual que su corazón), y sólo por un poco no metió el rostro entre los bamboleantes glúteos. Levantó la mirada, y desde un rostro redondo enmarcado en un corte de pelo que parecía más de hombre que de mujer, le miraban un par de ojos castaños, con el mismo detenimiento con el que él había estado trazando la orografía de esta señorita unos segundos antes. Sintió que la sangre se le agolpaba en el rostro, pensó que moriría, que le “voltearían un cachetadón” (y ¡ni siquiera había palpado nada caramba!). Pero entonces pasó algo inesperado: una mirada, una sonrisa pícara y una actitud de triunfo. Otro pendejo que caía. “La calzoncitos” continuó su prodigiosa ascensión, pero había dejado a Arturo muy “madreado”, pues sentía que por intercesión de la lástima, le habían dejado “ver lo que nunca iba a agarrar”. Total, nunca las cosas son como uno piensa. De Alicia se decía que era una “apretada”, por su decente aspecto y porque ponía en su lugar a los mirones. A “la calzoncitos” no la bajaban de “piruja”, le inventaban dañinos rumores, desde que andaba con maestros hasta que tenía amantes que le pagaban por “dejarse hacer cosas”. Nunca nadie lo supo en verdad, pero lo cierto es que nunca la regañaron por no llevar el uniforme, y cuando acabó el segundo año de secundaria de Arturo, “la calzoncitos” se fue, llevándose con ella el título de “la mas buena”, junto con esa secreta humillación que le hizo saber que, eso de ser mirón y que te cachen, no es grato.
Una diosa terrenal.
En el primer día de clase al iniciar tercero de secundaria, Ramiro, el único cuate de Arturo que estaba entre los RLV 10
La Escalera
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que eran “buenos pa’ las viejas”, llegó un día a las gradas y les dijo: -
así como pícara, o traviesa, o desmadrosa, o canija o algo, algo prohibido, algo sensual o sexual, algo que lo alborotaba, algo que hacía que se alborotara todo el cuerpo: era la primera vez que una chica mortal, que no estaba retratada en una revista, le provocaba una erección.
¡Quibo weyes!, ¿aquí de calientes? ¡Pos si! ¿Y tú qué?, ¿muy chingón pa’ las viejas, o qué? ¡Pos a huevo! Pos si “mucha madre”, a ver por qué no te ligas a esa vieja
Arturo giró la cabeza en dirección a donde señalaba “la Bruja”, y casi le da un vuelco el corazón. A unos diez metros se encontraba la criatura más increíble que hubiese visito, usaba el uniforme de la escuela, blusa blanca y falda azul marino, con un moño en el cuello que era del mismo color, hecho de listón muy delgado y colocado a guisa de corbata. El verdadero prodigio, era la forma en la que ella hacía lucir este atuendo. La blusa se abultaba claramente en su pecho, dejando ver con claridad unos senos como sólo había visto en las revistas de “muchachas encueradas”, de allí el cuerpo se estrechaba en una brevísima cintura, cuya línea, casi en forma inmediata se disparaba en una curva que delineaba un trasero prodigioso. A partir de esas maravillosas caderas, caía la cascada de tela de su falda, que no era ni muy estrecha, ni muy suelta, ¡sino perfecta! Debajo de la falda, emergían dos portentosas piernas, muy torneadas, que se veían “muy lisitas”. Estas columnas de templo griego resultaron tan impactantes para Arturo, que las calcetas blancas, arrugadas sobre los tobillos y los sencillos zapatos de suela de hule que remataban esas prodigiosas extremidades, no le parecieron mal, o anti vinientes, de hecho pudiese haber estado descalza y le hubiera parecido igual de bien. Sólo hasta finalizar este recorrido, pudo elevar su mirada para ver su rostro. El cabello negro enmarcaba un rostro alargado, con pómulos un poco prominentes, cejas tupidas y ojos negros, que a diferencia de los redondeados rostros infantiles de muchas de las chicas de la escuela, le hacía lucir “más grande”, como una “verdadera mujer”. Pero el remate perfecto era la sonrisa, la cual no es que luciera perfecta, pues de hecho se alcanzaba a apreciar que tenía uno de los caninos “montado” en los demás dientes, pero sonreía de una forma que la hacía ver algo
El graderío El embeleso de Arturo fue roto por la respuesta de Ramiro: -
¿Martha?, ¡no mames wey!, a ella la conozco desde la primaria, ¡si hasta fue mi vieja! ¡Seguro wey!, ¿a ver, ve y tráela? ¡Chinga!, ¡pos ni que fuera perro! ¡Ya ves, puro “pájaro nalgón”! ¡Perate wey!, ahorita vas a ver quién es el hocicón
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Luego de discutir con “la Bruja”, Ramiro se dirigió con mucho aplomo hacia la diosa encarnada que estaba frente a ellos. Arturo estaba seguro que aplicaría una “maniobra evasiva”, ya sea regresando sobre sus pasos cuando llegara cerca de ella, o bien “siguiéndose derecho” sin hablarle. Estas eran tácticas usadas para bravuconear o para hacerse “los graciosos” y tener el “placer” de decirle a los interfectos, “quiobo pendejos, apoco no los apantallé”. Pero para su sorpresa, este no fue el caso. Ramiro continuó la trayectoria directa hasta llegar hasta donde estaba la tal Martha, pero eso un fue todo, pues comenzó a hablar con ella con gran familiaridad, arrancándole varias risotadas que se escuchaban hasta donde ellos estaban. Para rematar,
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con estupor vieron como la tomaba de la cintura, y junto con ella se encaminó de regreso, con tamaña ninfa contoneándose mientras caminaba. La estupefacción les impidió salir huyendo (pues a esas edades, casi siempre la pena aún supera a la calentura).
veces intentaban toquetearla, o que se veía que le estaban echando “el verbo”. En otras ocasiones formaba un corrillo con otras chavas guapas de la escuela, que resultaban una especie de corte o de séquito. Era indudable que Martha ocupaba la muy “disputada” posición de “la más buena de la escuela”, denominación públicamente rechazada por todas, pero ansiada secretamente por la mayoría.
Allí, estaban congelados como “conejos lampareados”, cuando llegó Ramiro con Martha. -
A ver mi reina, diles a estos mensos quien es tu mero galán ¡Aich! ¡Esperateee Ramiro!, jijijijiji ¡Ándale!, cuéntales quien es el mero, mero ¡Ayyyyy, espérate!
Un sueño hecho realidad.
Todo este dialogo ocurría mientras Ramiro se “agasajaba” paseando sus manos por la cintura y las curvas del trasero de la Afrodita colegial que estaba frente a ellos. Humillante. No sólo fue por ella, se las trajo y se agasajó frente a ellos. Pero una humillación más íntima tuvo lugar, pues en el fondo, Arturo no consideraba que Ramiro fuera más galán que él. Era medio chaparro, no era muy atlético y no le parecía que fuera un “galán de novela”. Fue entonces que, siguiendo el clásico silogismo de Sherlock Holmes, llegó a la dolorosa verdad: una vez descartadas todas las posibilidades, lo que quede por increíble que parezca es la realidad. Ramiro era guapo y él no lo era. ¡Encima de todo, carajo! Pero en ese momento, más fuerte que la humillación era la tremenda excitación que esta criatura le seguía provocando. Los saludos “agitando su manita”, que aunque los viera con cara de “flojera”, la hacían ver como un sueño. Cuando al fin se pudo separar de la lapa en la que se había convertido Ramiro, se fue meneándose “como los barcos en altamar”, en una forma exagerada en la que sólo parecían agitarse las chicas en las películas.
Arturo vivía un frenesí que carecía de todo sentido. Estaba como el compa que cantaba “La de la mochila azul”, pues en efecto le causaba gran inquietud y bajas calificaciones. Ya ni siquiera se reunía con sus compañeros mirones, lo que lo convirtió en un mirón solitario, que era aún más patético, pues lo convertía en una especie de idiota aún mayor: estaba enamorado. ¿Cómo enamorarte de la chava que todos quieren? ¡Eso era algo realmente tonto! En la “realidad” de la secu, eso era “irreal”, era una necedad, esas chavas estaban reservadas para los galanes, los que tenían “buen rollo” o “mucha lana”. Simplemente no podía evitar pensar en ella, y todo en medio de una cruel dualidad: sabía que no era realista pensar en ella, pero tampoco tenía el menor deseo de romper con esa ilusión. En pocas palabras, estaba consciente de las paradojas de su situación: de lo utópico y de lo real, de lo dulce y de lo cruel. Además soportando todo sin sus cuates, que ya ni lo pelaban por wey. Los meses de ese fatídico tercer año fueron transcurriendo con mucha lentitud. La navidad llegó y se fue de manera casi inadvertida, dejando paso a la llegada del 14 de febrero, día del amor y la amistad. ¡Qué suplicio! Algunos del salón ya tenían novia, y aún ante el acoso de los gritos de ¡uuuuuuuyyyy! y ¡aaaaaaaayyyyyy!, se llevaron regalitos entre ellos. Se organizaron algunos intercambios y hasta hubieron los atrevidos que jugaron rondas del juego de “semana inglesa” con castigo de “beso o cachetada”. El juego RLV 10
¿De dónde había salido esta mujer? ¿Ya estaba desde segundo? ¡Imposible!, ¡una “vieja” así no podía haber pasado desapercibida! ¿Sería una de esas que se pusieron “buenas” de la noche a la mañana? Tal vez. Arturo estaba impactado. Desde ese día no podía evitar buscar a Martha entre la multitud, y cuando la encontraba, siempre estaba rodeada de chavos, que a
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consistía en poner una pareja de chavo y chava, espalda con espalda, uno de ellos decía en voz alta un día de la semana, y ambos debían volver la cabeza a la derecha o a la izquierda, según su propia elección. Si el chavo cantaba el día y ambos volteaban al mismo lado, se había ganado un beso. Pero si la chava cantaba el día y ambos volteaban al mismo lado, ella tenía el derecho de propinarle una cachetada. A ninguno y a ninguna parecía gustarle quién le tocaba de pareja en el juego, pero igual “le entraban”. Arturo ni se acercaba, se sentía como José Alfredo, pues su vida “se sumía en un abismo profundo y negro como su suerte”. Lo único que aligeraba la carga era que, cuando menos Martha no iba en su salón, de lo contrario ya hubiese perecido de un paro cardiaco o de una vergüenza crónica. Salieron al patio. Esta vez se dirigió a un rincón y decidió no buscarla ni con la vista, pues no se sentía capaz de soportar otra sesión más de besos y arrumacos que seguramente tendría lugar con algún galán en turno, sobre todo en la fecha tan propicia. Pudo ver en su camino al rincón más apartado del graderío a algunas parejas que caminaban en el patio, los mas “cool” agarrados de la manita, algunos otro sólo sentados el uno junto al otro con ojitos de “borrego a medio morir”. Cada uno a su manera, haciendo el momento lo más “romántico” posible. Se sentó, y literalmente se quedó mirando a lontananza, donde las copas de los árboles de la escuela vecina se alcanzaban a asomar por la parte alta de la barda del patio. La media hora del recreo transcurrió sin sobresaltos, a excepción del sonido de la “chicharra” que anunciaba el final del descanso. Bajó las gradas sin levantar la vista, y atravesó el patio rodeando la cancha para no interrumpir los últimos frenéticos intentos de desempate en los diferentes partidos allí disputados. Repentinamente, escuchó una voz que casi le arranca el corazón de un golpe Hola Ho, ho hola Tú eres amigo de Ramiro, ¿verdad? Sí Ah, bueno, ¡feliz día de la amistad! Sí, gracias
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¿Ya te vas a tu lugar en las gradas? Sí, allí no molesto a nadie RLV 10
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Los milagros suceden todos los días. Pero este había sido un portento, lo más grandioso desde que Moisés apartó las aguas del Mar Rojo, ¿o fue Charlton Heston? Venus había decidido darle la felicidad máxima a un terreno con tan sólo guiñarle un ojo. No hubo mayor cosa, pero eso hizo que Arturo viviera un embeleso, que por vez primera hizo que odiara el hecho de que era viernes y no regresaría a casa hasta el siguiente lunes. Fue un fin de semana extraño, con una felicidad enorme (y ridícula si se consultaba el lado racional de su cerebro), pero de un tormento igualmente grande, intercalando ensoñaciones de un inesperado y peliculesco romance, con destructivas y realistas visiones de humillantes escenas de desprecio. Martha, Martha, Martha. Al fin llegó el lunes, que además era de acto cívico. Comenzó como película, pues era justamente Martha quién iniciaba el acto cívico leyendo las efemérides. Arturo no escuchó o no entendió mucho de la lectura torpe y entrecortada de su musa, pues lo que atrapaba su atención es que ella estaba de pie en el podio que se formaba en el centro de las gradas, que tenía una elevación de un metro sobre el nivel de la cancha, lo que formaba un ángulo de observación en el que parecía que se elevaba a las alturas (además de dejarle ver un poco mas de sus torneadas piernas bajo la falda). Era un buen augurio, según él. Salió al descanso con el ánimo que le había faltado en los últimos cuatro meses, para tratar de encontrarse con ella, lo cual logró, pero para su desconcierto, ella estaba indiferente, ni lo “peló". Estaba rodeada de su corte de admiradoras – competidoras, que se quedaron viendo a Arturo como un bicho raro, cuando él trató de saludarla con mucha familiaridad. Se fue derrotado a su rincón, para finalizar un día que inició como un idilio y terminó como una desgracia. El día siguiente volvió a llegar taciturno y amargado. Cuando llegó el sonido de la chicharra del descanso, le parecía como el toque de queda, de nuevo a la guerra contra sus propias emociones. Esta vez se dirigía sin voltear hacia su rincón de ermitaño en las gradas, pero lo detuvo una voz que le sonó como la de un ángel.
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Martha que quedaban más próximas a él. Cuando platicaban, ella le daba golpecitos en la espalda y le decía cosas como “Aich, como eres menso”, o “Aich, déjame en paz”. Sintió que estaba cerca del clímax cuando, en una de esas “interesantísimas” charlas, ella le tomaba la mano, no de forma sostenida, sino como si le diera palmaditas, le sujetaba los dedos y luego la arrojaba, para volver a comenzar con otra palmadita. Estaba en el cielo y listo para entrar al paraíso, pero debía tomar valor para preparar el momento de la verdad.
¡Aich! ¿Por qué lo dices? Pues ayer parecía que te molestaba ¡Ay no!, ¿quién dice? Pues tenías cara . . . ¡Aich! ¡Es que esas chamacas son unas payasas!, ¿me puedo sentar contigo? ¡Cla, claro!
Dos milagros en menos de una semana. Martha se sentó junto a él y continuó una charla llena de banalidades. No importaba, el caso era que ella siguiera con él. De tanto en tanto, Arturo no podía evitar mirar los senos de esta imponente mujer, sobre todo que, al estar sentada, se hacia un pliegue en la tela entre los botones de su blusa, lo que le permitía ver una parte de su brassiere y dentro de él, una rosada porción de sus senos. Cuando elevaba la vista, Martha lo miraba con malicia y con una sonrisa que dejaba ver su diente canino un poco montado en el diente siguiente, lo cual a Arturo le hacía fantasear que era como las vampiras de “el Santo”. Sí, era una diva de las tinieblas pero a plena luz del día. También dirigía su mirada a las piernas que junto a él formaban un ángulo prodigioso, que le parecía eran tan tersas que invitaban a ser acariciadas. Qué delicia y qué tortura. La media hora del descanso se fue como agua. -
La prueba y la caída. Debía ser la primavera, pues estaba enamoradísimo y a su entender, bien correspondido. La situación escolar no mejoró, pues cambió la amargura por el embeleso, pero de igual forma no prestaba atención a las clases. Estaba en la clase de historia, pensando cómo debía hacer su acercamiento final a su “adorado tormento”, cuando escuchó algo que le provocó un tremendo sobresalto: -
Así que ya sabes, cuando esté con esas payasas, no me hables Sí, claro
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Era un “ángel de bondad”, que le alejaba de esas terribles y presuntuosas arpías con las que tenía que convivir sólo por ser la “más bonita de la escuela” (ya no la “más buena”, un título inapropiado para esta celestial aparición). Ya había pasado de ser un objeto de deseo a una adorada criatura toda bondad. Transcurrieron varias semanas, y Arturo respetaba la veda tácita que Martha le había impuesto. No se acercaba cuando las arpías rodeaban a su encanto, pero cuando estos despreciables seres la dejaban “ser como era”, platicaba con ella y se elevaba al cielo. Durante este tiempo, Arturo “observó” indicios que le hacían sentir que iba en la “dirección correcta”. Cuando se sentaban muy próximos, sentía el roce de la nalga y la pierna de
Abusado cabrón, esa vieja es bien cabrona ¿De qué hablas wey? ¿Cómo que de qué?, ¡no te hagas wey!, si ya te trae en chinga. ¡Lo dices porque te da envidia! ¡Cual envidia pendejo!, ¿no te acuerdas que te dije que fue mi vieja? Si pero ya no te pela. No seas menso, ella pela a todos los que la llevan a pasear en coche y la invitan a cenar, yo a cada rato la veo con cuates diferentes, ya grandes, que le compran cosas
Era Ramiro, era de los cuates, eso le daba credibilidad. Pero seguro era de pura envidia. Desde que comenzó a sentarse con ella, había visto que más de uno se le quedaba viendo. De hecho su grupo de cuates se había alejado aún más. Era envidia, si por supuesto. Les iba a demostrar que “tenía chance” con Martha. Ya había ideado su plan. Era un jueves, que a los ojos de los demás era como cualquier otro día, pero Arturo llevaba oculta en su mochila la cámara que le había regalado su tía Rosa por su cumpleaños. Era de buena marca, “gaf”,
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tenía su extensión para ponerle los cubitos de flash “Silvanya”. Su mamá le había prohibido llevarla a la escuela, para que no se la fueran a quitar.
pues si lo veía algún maestro o “el perfecto” de conducta le quitarían la cámara. Falsa alarma, sólo algunos ojos atónitos de quienes alcanzaron a ver el desarrollo de la escena. Tomó la foto. Ahora la culminación de su plan, la hora cero. -
Esa parte no estaba prevista en lo absoluto, ¿quién le tomaría la deseada foto que atestiguaría su triunfo? En fin, Martha lo había resuelto. Llegó Sandy, una chaparrita de la corte de Martha. Tomó la cámara con una sonrisa y comenzó a alejarse algunos pasos. Arturo tomo tanto aire como si fuera a sumergirse en una apnea de campeonato mundial, cerró los ojos y con su mano izquierda comenzó a rodear la cintura de su sueño terrenal. La mano corrió sin obstáculos, hasta casi rodearla por completo, donde alcanzó a colocar su pulgar en la pretina de la falda azul. Éxito. No, demasiado bueno para ser cierto.
La cámara
Él ya la había llevado un par de veces, pero “con permiso especial”, para tomar fotos en un festival del día de la madre y el de fin de cursos. Estuvo esperando con más ansia aún el momento del descanso. Cuando sonó la chicharra, todo mundo comenzó a salir en tropel, Arturo se agachó, tomó su cámara de “rollo 110” y la metió en su bolsillo derecho de su pantalón. Era tan pequeña como podían ser estos aparatos en aquella época, hacía un poco de bulto pero no era muy notoria. Si Martha estaba con sus amigas, ya había “felpado”. ¡Maravilla!, estaba sola, sonriendo como un angelito. -
¿Me puedo tomar una foto contigo? ¡Claro chiquito!, siéntate aquí ¡Sandy!, ven a tomarnos una foto
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No, así no chiquito. ¿Eh? Suéltame la cintura. Nomás somos amigos
Con un movimiento gentil pero felino, Martha se soltó de ese abrazo que duró como 3 microsegundos. ¡Click! Sonó el disparo del obturador de la cámara. Arturo estaba seguro que la imagen captada no sería con la que él había soñado. Martha se levantó de la grada mientras él la veía atónito.
Hola Hooolaaaa ¿Cómo estás? Bien, pero ¡aich!, aburrida Mira lo que traigo . . . ¡Una cámara!, ¡qué padre!, ¿me tomas una foto? ¡Claro!, por eso la traje
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Si quieres una foto abrazando a alguien, tómatela con Sandy ¡Sandy, ven aquí!
La güerita corrió lanzando una gran sonrisa y le entregó la cámara a Martha, y antes que Arturo pudiera hacer nada, se acurrucó con él, tomó la recién rechazada mano izquierda y la condujo con agilidad a que la abrazara en la cintura. Arturo estaba como en una pesadilla, no era a la güerita a quién quería abrazar, era a Martha, pero ya era tarde, había caído en la trampa. La chica se le recargó en el pecho y Martha le indicaba RLV 10
Martha se sentó en la grada más baja, se cruzó de piernas y deslizó la mano izquierda, haciendo que su torso creara un ángulo más agudo con la grada, su pelo cayó de lado. Era una diosa. El plan iba mejor de lo que había pensado. Volteó a su alrededor con agitación,
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veía abrazada con “todos”, que la trasteaban, la subían y la bajaban, todo en frente de él. Pero lo más degradante fue que cuando menos en un par de ocasiones, mientras alguno de los galanes de la escuela la iba abrazando, ella volteaba a ver a Arturo y le hacía un saludito de esos en los que agitaba “todos los deditos”, con la actitud que adoptaba para decir “adiosito”. Para rematar, el ademán iba acompañado de una risita de cómplice del wey que la acompañaba. En la cárcel y en la cama se conoce a los amigos. También a la mitad de una tempestad amorosa. Sus cuates comenzaron a acercarse a él nuevamente. En unos cuantos días, ya hasta se lo cotorreaban de lo “apendejado” que andaba. Le dolía, pero poco a poco también le generaba alivio. Ya ‘ai muere. No le deseaba ningún mal, o más bien, sí se lo deseaba, pero por lo menos quería salvar la honra y que nadie se diera cuenta de lo ardido que andaba. La que ya no lo saludaba y hasta lo veía con odio era la güerita. Para el colmo tuvo que admitir que también allí la había “regado”, y no porque fuera un caballero, sino porque ya con la cabeza fría, se dio cuenta que esta chaparrita también tenía tremendas piernas y no era de fea cara, no le hubiera “ido mal”, pero nada guardaba lógica en el momento en que había caído en el influjo de aquella terrible sirena. La güerita tomó su venganza de una manera despiadada. Comenzó a perseguir a “el Cavernario”, hasta que se hizo su novia. Desde esta posición de privilegio, torturaba a Arturo, a quién además ya se le notaba el arrepentimiento. Pero el latigazo final y más destructivo vino el día en el que, de manera “casual y descuidada”, comentó que Martha había hecho una apuesta que ella podía hacer que hasta el más menso se enamorara de ella y luego mandarlo a “la fregada”. Qué dolor. Tras esa terrible afirmación (que no tenía nada de falso), la güerita sólo había omitido mencionar un detallito: que ella le había dicho a Martha que enredara a “Arturín” y luego se lo pusiera en “charola de plata”. Esto último lo supo Arturo tiempo después, cuando “el Cavernario” le confesó haber oído esto de una de las detractoras de este diabólico clan de “devoradoras de hombres”. Esta confesión fue realizada sólo después de que se dieran una serie de sorprendentes hechos que coronaron ese agitado año
¡Ay chiquito!, nomás somos amigos, de dónde sacas que me dejo abrazar por cualquiera No, si nadie me dijo nada Además, ¡le gustas a Sandy!, ¡ándale, no seas así con ella!
Ya no podía más. Cuando volteó a su alrededor, sintió que todos lo miraban. Ciertamente había risas burlonas, pero tampoco había carcajadas, dentro de todo, las inclemencias de la burla le fueron proferidas con cierta discreción. Guardó la cámara en su bolsillo, y cuando iba rumbo a los baños a refugiarse, sintió una mirada especialmente fuerte. Levantó la cara para descubrir a Ramiro, al frente de sus amigos, quién entre triunfal y algo conmovido lo veía fijamente. No logró sostener su mirada más allá de unos cuantos segundos. ¡Chiquito! ¡Qué humillante! Antes no le había caído “el veinte”, que cuando Martha le llamaba “chiquito”, era como decirle “escuinclito pendejo”, hasta llegó a pensar que era de cariño. Que dura caída. Desde el séptimo cielo hasta el quinto infierno.
El infierno.
Las semanas siguientes fueron en efecto una estancia en el quinto o séptimo o el más profundo de los infiernos. El rumor fue maliciosamente propagado por la mismísima Martha. Por eso no le hacía la plática a los chamaquitos, “luego, luego se volaban con ella”. Arturo hubiese querido quedarse sin ojos, pues a cada rato la
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que posara para otra foto: “¡Kiss, chiquito, kiss!”, le decía a tiempo que señalaba la cabeza de Sandy, muy cerca de los labios del infortunado Arturo. ¡Click! Sólo pudo voltear hacia arriba, y de la manera más gentil que pudo, se levantó al tiempo que separaba de su pecho a la también desconcertada güerita y la alejaba de él. Escuchó un leve sollozo de la güerita, y él casi sin respirar acortó la distancia que le separaba de Martha, extendiéndole la mano en un ademán de pedir su cámara de vuelta. Ella se la entregó, y haciendo una cara de reproche y un ademán de “te lo advertí”, le dijo:
escolar. La venganza no es un buen sentimiento, es difícil de conseguir, y a fin de cuentas no resulta ser agradable. Además que cuando llega, sólo en raras ocasiones es por voluntad de quién la clama.
recargada sobres su hombro izquierdo en el quicio de la puerta de entrada al patio, mirando con esos “ojitos de osito de peluche” a un muchacho que hablaba con ella. Arturo pudo ver como se ponía “el dedito” en los labios en un ademán de fingida inocencia, mientras hacía “patita de ángel” con la pierna derecha y se balanceaba sobre la pierna izquierda. Maldita. Se veía hermosa. Su pareja en turno la veía con atención, pero con aire de suficiencia. Se veía “grande”, fácil de la prepa, si no es que de la universidad. El resto del festival trascurrió sin nada especial que contar. Al finalizar el espectáculo, los “muchachos del coro” despidieron a sus mamás, ellos llegarían más tarde pues se quedarían a terminar con sus labores de utileros.
La recompensa al sacrificio.
Llegaba la recta final de un año muy agitado en el plano sentimental. Martha, como un predador jurásico había continuado haciendo lo que quería con todos los chavos de la escuela. Hasta los profes, igual que sus antecesoras en el trono de “la mas buena”, la veían con una lujuria poco disimulada. Así llegó la víspera del festival del día de las madres. Arturo y varios de sus compañeros participarían en una recitación coral. Se preparaba el evento con ahínco. Martha y las sirenas (o pirañas, mejor dicho), se harían cargo de la “difícil labor” de ser edecanes y conducir a los invitados a sus lugares. Los “recitadores” ya ni se les acercaban, habían aprendido lo despiadadas que podían ser. El único que tenía contacto con ellas era “el Cavernario”, que no quería admitir que su relación con Sandy se había “enfriado” (ya no andaban de “la manita”). Como parte del “show”, también les tocó la dura actividad de utileros y tramoyistas, tocándoles acomodar el escenario, bajar montones de bancas de los salones y alinearlas en el patio, para que, junto con las gradas, se tuviera una gran cantidad de lugares donde sentar a las invitadas “de honor” y sus acompañantes. El festival dio inicio. Durante su sublime número de declamación, Arturo y los muchachos recibieron las burlas de sus compañeros, quienes, desde el balcón de los salones del primer piso o entre los invitados en las bancas y gradas, imitaban los ademanes que tenían que hacer como parte de la recitación, moviendo “las manitas” en actitud de dedicar las palabras a “todas las madrecitas”. En fin, fue poco sacrificio el de resistir las burlas, con tal de ver a las mamás conmovidas y contentas. Mientras estaban en plena recitación, “la Bruja” le dio un codazo a Arturo, quien de reojo alcanzó a ver que le indicaba que mirara a su derecha. Ahí estaba “Marthita”,
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¿Dónde andabas pinche güevón? ¡Vengan, vengan weyes! ¡No te hagas pendejo!, llevas perdido como media hora ¡Nomás vengan a ver y ya ni la van a hacer de pedo! ¿A ver qué pendejo?
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Comenzó la tortuosa labor de subir un montón de bancas a los salones. Aunque en principio, el audaz grupo de tramoyistas pensó en acomodar cada banca en su salón de origen, pronto desistió de este modelo de organización, ¡era un pedo! Los diferentes grupos de voluntarios se contentaron con acomodar en sus propios salones las bancas de su propiedad y algunas pocas que podían identificar de entre sus conocidos, las demás al “ahí se va”. Llegó el momento que hasta el prefecto de conducta había desaparecido aburrido de esta tediosa actividad, pero aún sin su supervisión, la labor continuaba. Además de los improvisados estibadores, sólo quedaban el conserje y su hijo (que también era un adolecente). Era a ellos dos a quienes generalmente les correspondían estas pesadas labores, pero ese día a quién le tocó la madriza fue a los voluntarios, y para variar ellos sólo fueron espectadores. Para Arturo, tanto esfuerzo físico estaba resultando un precio “casi demasiado alto” sólo para tener el pretexto de llegar tarde a la casa y así poder vagabundear un poco con sus cuates. En esas estaban cuando llegó corriendo “la Bruja”.
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amortiguada. Dos de ellos formaban unos “estribos” con las manos, elevando a un tercero para que alcanzara la parte del antepecho de la puerta, que era la única parte de todo el salón que tenía un cristal que daba hacia el patio. El observador se veía extasiado, y se ayudaba sujetándose del marco de la puerta para elevarse más y poder ver mejor lo que pasaba dentro del salón. El éxtasis terminaba cuando, con los brazos muy temblorosos los elementos inferiores de esta pirámide humana lo hacían descender y le indicaban con callados murmullos que su turno había terminado. Después de todo, para algo habían servido las pirámides y acrobacias que les hacían ejecutar en los desfiles deportivos del 20 de Noviembre.
¡Un fajesote que le están dando a Martha!
El corazón de Arturo se paralizó. Celos, dolor, coraje y morbo. Quería que dejaran en paz a su Dulcinea. Pero la mera verdad, hubiera querido ser él quien le propinara un faje a “la más buena”. El dolor era producido porque a fin de cuentas, su “angelito” resultaba ser una pinche vieja “fácil”, ¡y no con él! También quería saber si no se trataba de “invenciones” de “la Bruja”, y de no mediar exageración alguna, deseaba “enterarse de primera mano” de este singular acontecimiento. La discusión terminó de inmediato. Todos salieron en tropel detrás de “la Bruja”.
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(¡Me toca wey, me toca!) (¡Pérate, voy yo!) (¡Ni madres, vas después “del Ramiro”!) (¡Además primero te toca cargar y luego ver!)
¡Carajo! En el cerebro de Arturo había una lucha. Un herido Quijote que le exigía defender la honra de una invisible damisela en desgracia, en contra de un “voyerista” patético que le exigía ver en vivo lo que sólo había visto insinuado en revistas y películas de mala monta. ¿Y si era broma? ¿Y si allí adentro sólo había un wey “pintándole cremas” a los inocentes que se asomaban? El patio secundario
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Pasaron del patio principal a un patio secundario, que generalmente estaba cerrado con candado, pero ese día, a causa de la gran afluencia de visitas, lo habían abierto para acomodar allí algunas cosas que estorbaban o “daban mal aspecto” a la escuela. Allí habían encontrado acomodo temporal algunas mesas desvencijadas que comúnmente estaban colocadas en la entrada de la escuela, bancas en espera de reparación y otros cachivaches diversos. Rodeando a ese patio, había unos cuantos salones que comúnmente estaban cerrados. Ante la puerta de madera sólida de uno de ellos, se divisaba a una bolita como de cuatro o cinco chamacos, que cuchicheaban y se reían en forma
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(¡Pinche “Bruja”, esto ha de ser una “jalada”!) (¡Pos si no quieres no te asomes, con eso que estabas como pendejo con esta vieja!) (¡Te vale madres!) (¡Tranquilos pendejos, nos van a oír!)
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Ramiro tomó del brazo al ofendido Arturo y le cuchicheó algo al oído: sí era cierto, allí adentro estaba Martha con un wey, ¡y le estaban poniendo una “repasada” de campeonato! Ni él cuando fue su “vieja”, pues estaban más chavitos. Dolor. Luego morbo. Tenía que ver las intimidades de ese tan deseado cuerpo que sólo había podido intuir bajo el entallado uniforme escolar.
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se podía adivinar porque la extremidad adquiría un antinatural color blanco, que debía corresponder a la pantaleta que la cubría. Luego de que la mano se perdía en ese punto fronterizo, salía a toda velocidad, para regresar a la rodilla, en un frenesí que estaba logrando que a Arturo se le saliera el corazón por la boca. En una de esas ocasiones, la mano fue de la rodilla a perderse en un pliegue de la blusa, que hasta ahora notó que estaba desabotonada y de la cual surgía una hermosa “chiche” que había sido camuflada por el color blanco del brassiere que la ocultaba de la intemperie. ¿Le va a quitar el brassiere?
¿Purgatorio o paraíso?
Calladamente se puso en la fila para comenzar a cargar al mirón en turno. Todos los participantes en este “puesto de observación”, eran de los desfavorecidos, o de lo que hoy en día con la influencia anglosajona, los chavos llaman “loosers”: chaparritos, flaquitos, poco galanes, en resumen nada atractivos para el sexo opuesto (tal vez con la excepción de Ramiro, que las chavas decían que estaba chaparrito pero “carita”). Esta clara falta de aptitudes físicas, hacía que los turnos de observación durasen muy poco, a menos a gusto del vigía en funciones. La sangre se agolpaba en la cabeza de Arturo, no quería ni pensar. ¿Y si mejor se rajaba? No era opción. De por sí ya lo traían en chinga por su platónico atrevimiento de pensar en “llegarle” a la más codiciada mujer de la escuela, una negativa aquí sería interpretada como una falta de valentía suprema, o mejor dicho lo tacharían de “mariquita”.
(¡Vas!) (¡Uuupaa!) (¡Súbanme más, cabrones!)
En los primeros instantes no veía algo de su interés, sólo montones de cajas apilas de libros de texto gratuitos y un par de bancas desvencijadas, pero más al fondo había movimiento. La mugre adherida al vidrio no ayudaba, pero allí estaba una imagen que le resultó impactante y cada vez más clara.
La puerta
Como un fauno maligno, se veía a un cuate colocado entre las piernas de Martha, que se abrían para permitirle el máximo acercamiento, la mano derecha de este incubo paseaba frenéticamente desde la rodilla de la pierna que le quedaba en correspondencia hasta llegar hasta donde la pierna comenzaba a convertirse en una nalga, de la que no se veía más que el inicio, el cual
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(¡Esquina bajan!) (¡Pérense, ojetes!)
No hubo tiempo de más. El descenso fue abrupto. Tan rápido que no pudo corregir la inclinación que su cabeza había adoptado para acercarse lo más posible al cristal. Se dio un madrazo en la quijada, luego en la punta de la nariz y para finalizar un tallón en una ceja. Le pareció
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que no le había tocado nada de tiempo. Aunque fue depositado en el suelo con cierto cuidado, se fue trastrabillando hacia atrás y cayó de sentón. Nadie lo ayudó, pues los demás se concentraban en subir al siguiente. Arturo se quedó sentado. Se miró el pantalón llenó de tierra y al mirón en turno risa y risa, así como a sus porteadores con cara de que iban a soltar un pedo por el esfuerzo. Qué patético. Gran logro haber visto como otro cuate se fajaba a la mujer de sus sueños. Lo peor de todo, es que comenzó a pensar que lo que él había querido todo este tiempo era besarla, no “meterle mano”. ¡Ah, pero cómo era wey! Por eso lo agarraban de pendejo las chavas, ellas no querían ternuras, al menos no esta lujuriosa diosa adolescente. Se levantó y se sacudió el polvo. Comenzó a caminar para salir del patio. -
Ramiro y otros cuates del grupo “B”, que habían integrado el grupo inicial de mirones. Por unos instantes pareció que “el Cavernario” había logrado equilibrarse, para lograr un descenso controlado, pero lo que se escuchó ahora fue un chasquido metálico. El oxidado mecanismo de la chapa en la puerta, cedió ante la presión de los pies golpeando. Desde el ángulo de observación de Arturo, pareció que “el Cavernario” era devorado por la puerta mientras hacía un columpio, al igual que un trapecista pasando de un soporte a otro, mientras soltaba las manos de la parte superior del marco de la puerta. Se escuchó un “costalazo”, un pujido y luego un chillido agudo, que claramente correspondía a una voz de mujer. Arturo se incorporó como rayo y giró para comenzar su propia huida.
(¿A dónde vas ojete?) (A mi casa) (¡No seas ojete, ayúdanos!) (¿Ayudarlos a qué?) (¡Pos a ver, pendejo!) (¡Ni madres, ya me voy!) (¡Ni que fuera tu vieja!)
Esta frase de “la Bruja” fue como una bofetada en plena cara de Arturo. Volteó a verlos, no sabía siquiera qué iba a decirles, pero no hubo tiempo de hacerlo. En el momento que estaba mirando hacia la formación de mirones, detrás de él se oyó un grito: -
La puerta de salida ¡Aguas cabrones, ahí viene el prefecto! Alcanzó a ver con el rabillo del ojo cómo “el Carvernario”, salió trastrabillando atropelladamente, casi “en cuatro patas”. Arturo dejó de ver hacia atrás, sólo escuchaba los gritos del prefecto y los atropellados pasos adelante y detrás de él. La pesada puerta de herrería de la salida había sido abierta por los que escaparon antes que él, lo que al menos le evitó un obstáculo. Al salir a la calle, en forma instintiva giró a la izquierda, siguiendo su ruta habitual a casa, pero en cuanto llegó a la primera esquina, giró nuevamente a la izquierda sin saber con claridad a dónde se dirigía, pues lo importante era evitar que lo vieran. Corrió algunas cuadras más, girando a la izquierda o a la derecha, RLV 10
Los hechos se precipitaron. Pudo ver cómo Ramiro y otro cuate del grupo “B” que en ese momento formaban la base de la pirámide, abrían las manos para comenzar a correr hacia donde estaba él. “El Cavernario”, que en ese momento coronaba la estructura gimnástica, por instinto se sujetó del marco de la puerta, y sus pies sin apoyo, trataron de obtener tracción en la superficie perpendicular de la puerta, arañándola como cuando los perros quieren impulsarse con sus patas traseras para completar el salto poco exitoso de un obstáculo. Nuevamente Arturo se fue “de nalgas”, arrollado por el tropel formado por “la Bruja”,
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como le dictaba su instinto al llegar a cada esquina, tratando de alejarse del peligro. Se detuvo y comenzó a avanzar en una ruta que, aunque muy larga, lo llevaría a su casa. Tenía sentimientos encontrados. ¿Quería toparse con alguno de los muchachos o no? ¿Había sido una experiencia chingona o una pendejada? ¿Era como para presumirse o no? Las respuestas se alternaban, entre lo positivo y lo negativo, pero lo cierto, es que lo que quería era llegar a su casa y olvidar el asunto, cuando menos por el momento.
como media hora antes del inicio de clases, que era raro en él, siempre llegaba “rayando” a la primera hora. Entró por el obscuro vestíbulo que tenía al frente la escalera de piedra y a los lados la entrada a los patios.
El festival fue el día 9, y el día 10 fue de asueto. Durante este día y medio, Arturo no trató de comunicarse con los demás, y tampoco nadie lo buscó a él. La verdad, estaba más apenado que orgulloso. Con todo y todo, no había defendido a su musa, no era él quién había “disfrutado” a ese monumento de mujer y la verdad es que habían sido unos metiches y morbosos, bueno, voyeurs, voyeurs. Se pasó todo este tiempo alejado del teléfono y ni siquiera intentó ir a buscar a alguno de “los muchachos” a su casa. Se la pasó pensando qué pasaría ahora que regresara a la escuela, haciendo todo tipo de conjeturas, las cuales apuntaban a que quedarían, para variar, en el peor de los ridículos: regaños, exposición pública, burlas o hasta una expulsión. Al regresar a la escuela, luego de ese “mini–fin de semana”, los acontecimientos no se ajustaron a ninguno de los escenarios que Arturo había conjeturado.
Entrando a la escuela
Con el mayor disimulo de que se sintió capaz, volvió la mirada hacia la izquierda, al patio “chico”, y pudo comprobar que la reja lucia la habitual cadena y candado que le mantenían cerrado; aunque la tentación de asomarse era enorme, no quería cometer el error que, de acuerdo a las series de televisión cometían todos los maleantes: no quería volver a la “escena del crimen”. Viró rápidamente a la derecha, pensando que entraría al patio de incógnito, como uno más de la “tropa”, pero la recepción fue inesperada. Cerca de la entrada, había una “bolita” de tipos hablando en forma exaltada, como lo hacían siempre que se hablaba del partido de futbol más importante, pero ni la audiencia era la de los “pamboleros”, ni la conversación giraba en torno al deporte “de las patadas”. Con estupor pudo distinguir que al centro de la plática, estaban “la Bruja” y Ramiro, hablando animadamente, haciendo una serie de ademanes y gesticulaciones que parecían describir la hazaña de unos aventureros por la jungla o durante la conquista de algún pico del Himalaya, pero era claro que no se trataba de esto.
El insondable camino de la venganza.
Aunque no era lunes, esos dos días sin clases hacían que este jueves tuviera un sabor maravilloso a inicio de una semana, que en adición sería una semana cortísima. No hubo formación para el acto cívico, pero como en los días “normales”, los que llegaban antes del toque de chicharra de las 8, se congregaban en el patio en una especie de descanso extraoficial, el cual tenía la desventaja de que el prefecto de conducta podía dar por terminado sin tener que dar explicación alguna o sin que hubiese llegado el toque de chicharra. Arturo llegó
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¡Y entonces wey, pinche “Barbas” que nos llega a avisar! ¡Sí, cabrón, que se habían llevado a “la Martha” a lo “oscurito”!
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habló con “la Bruja” y con Arturo, no sin dejar de ver hacia todos lados para asegurarse que nadie más escuchara.
¡Verdad pinche Arturo que vimos como le estaban dando su repasada a “la Martha”! Eeeh, siií, sí
La voz trémula de Arturo surgió como un hilillo delgado y tembloroso, pensaba que acto seguido, la burla y el sarcasmo, como un boomerang mal lanzado, se volvería hacia él, pero no fue así. La avidez por conocer la mayor cantidad de morbosos detalles del “faje”, parecía haber aislado a Arturo de comentarios y burlas indeseables. No entendía cómo es que ellos no eran el centro de la burla, sino una especie de “héroes”, que tenían información de primera mano de un evento importante, como un terremoto, una inundación o de cualquier noticia que saldría en el periódico del pueblo. Sin gran esfuerzo, Arturo se integró en su calidad de testigo ocular del “gran evento”, proporcionando ciertos detalles, pero con cautela, pues algo dentro de sí le advertía que esto no terminaría allí: no veía a “el Cavernario”, el principal actor de la hazaña. Decidió dejar que “la Bruja”, Ramiro y los cuates del grupo “B” se llevaran el crédito. Sonó la chicharra y subieron a los salones. “El Cavernario” llegó hasta bien avanzada la primera hora de clase. Era extraño que dejaran entrar a alguien pasados 5 minutos de la hora de entrada. Entró con la mirada baja y no correspondió a las miradas suplicantes de los compañeros que trataban de adivinar lo que sucedía con sólo ver su rostro. Todo mundo se tuvo que aguantar hasta el nuevo toque de chicharra. No esperaron a que el profe de Historia abandonara por completo el salón, cuando una “bola” rodeó a “el Cavernario”. -
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¡No cabrón, me llamaron a la dirección! ¡No mames wey!, ¿y eso? ¡Pos es que cuando abrí la pinche puerta, pos me vio “la Martha”! ¡Moles! Pos sí weyes, ¡y si no me hubieran soltado! ¡Oh cabrón, ya te dije que nos entraron los nervios! ¡Pos si cabrones, pero nomás a mí me la hicieron de pedo!
“El Cavernario” procedió a relatar cómo fue interceptado en la entrada a la escuela por el prefecto y se lo llevó a la dirección. A ambos escuchas se les heló la sangre, pues ellos pensaban que el prefecto no los había alcanzado a ver. -
¡No pos si él no alcanzó a ver a nadie, pero fue la pinche rajona de Martha! ¡No mames!, ¿y tú que dijiste? ¡Sí, pinches chillones, si lo único que les interesa es saber si yo también rajé!
Esa era la verdad, lo cual apenó mucho a Arturo, pero antes de poder decir nada en su defensa, “el Cavernario” les contó que el prefecto no lo llevó con el director, que sólo quería saber qué pasaba con “la Martha” adentro del salón. El prefecto le relató a “el Cavernas”, que la dama cuya privacidad había sido ultrajada, lo había identificado a él cuando hizo su acrobática entrada al salón, pero se rehusó a explicar lo que ella estaba haciendo allí dentro, lo cual lo hizo sospechar e indagar los “sucios detalles”. Increíble pero cierto, el prefecto sólo quería un relato preciso del “faje”, de cómo se veía “la más buena” durante el erótico encuentro y de qué tanto le “habían alcanzado a hacer”, y en ningún momento buscaba esclarecer los hechos con el ánimo de “impartir justicia”. Ni hablar, pero era de esperarse, pues la manera en la que los profes y otros adultos que trabajaban en la escuela miraban a Marthita, dejaba claro que también le traían “unas ganas” de aquellas. “El Cavernario” comenzó a
¡¿Qué pasó wey?! ¡¿Por qué llegas a esta hora?! ¡¿Te dejaron entrar tarde?! ¡Ya cabrones, déjenme en paz!
“El Cavernario” se sentó en su lugar, mirando obstinadamente al frente, pero sin prestar atención a quien se cruzaba ante sus ojos. Apartó de varios manotazos algunas palmadas en la espalda, que trataban de ser muestras de solidaridad de algunos cuates del salón. No fue sino hasta el final de la tercera hora, que era una antes del receso, que “el Cavernario”
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reír; sabía que les había “sacado un buen pedo”. Pero las consecuencias de esta inverosímil conducta del prefecto, eran aún más increíbles: ahora esta bola de mirones se convertía en “celebridades”, pues como había dicho el prefecto, ellos habían atestiguado cómo le “bajaban los humos a la más buena de la escuela”. Sólo hasta ese momento Arturo recapacitó en el hecho de que nunca antes (cuando menos no en la escuela), Martha había estado en desventaja, siempre había sido la que hacía a todos los chavos como sus calzones y le había “bajado” el novio a una buena colección de muchachas que pretendían rivalizar con ella en alcanzar la “honorífica” posición como “las más buena”.
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¡Ahí está, wey! ¿Está sola? No, está con todo su sequito; también está Sandy
Esto iba a ser duro para “el Cavernario”, pues no sólo tendría que enfrentar a Martha, sino a su novia. La cerrada formación de “batalla” adquiría más sentido. Bajaron las escaleras con lentitud, mientras el grupo recibía guiños y palmadas en la espalda, como si hubieran ganado un campeonato de basquetbol. Giraron casi en perfecta formación a la izquierda hacia la luz desbordante del patio. Avanzaron un poco en dirección a una de las esquinas de la cancha y ahí se detuvieron. En la misma banda, pero en la esquina del fondo se encontraban Martha y su corte. Arturo sintió que se hizo un “fade out” en la escena, como cuando Tony conoce a María en “Amor sin Barreras”, pero las miradas no eran de embeleso, sino de desprecio. Las chicas fueron las que comenzaron el avance, lo cual generó un ahogado murmullo de “uuuuyyyyy”. Sin voltear, sabían que todas las miradas del patio apuntaban hacia ellos. ¿Eran hombres o payasos? Afirmación retórica, pues en verdad no podían elegir, ahora “la bebían o la derramaban”. Fueron sólo unos cuantos segundos los que le tomó al grupo de amazonas liquidar la distancia. Se detuvieron frente a ellos con una actitud retadora, la cual desde fuera, debía ser más imponente, pues la mayor madurez física de las muchachas resaltaba comparada con la corta estatura que caracterizaba al grupo de voyeurs. La primera que se adelantó como un relámpago fue Sandy, y tras
La última clase antes del receso era la de música, que siempre era un “mercado”, a resultas de la falta de capacidad para imponer del orden de “la Changa”, el profe titular de la materia. Todo mundo platicaba, hacía dibujitos y cualquier otra cosa menos atender al infortunado hombre (porque se trataba de un “él”, no de una “ella”). Esta ocasión más que nunca, los cuchicheos no se podían contener, todo mundo se quería enterar del chisme: “la más buena” había sido mancillada, al menos en su “honra”, o por ser más preciso, en su fama, que a esas edades resulta lo más preciado. Como una muestra de la fuerza incontenible del chisme, el rumor ya se había diseminado por todos los salones, y la mayoría sólo quería confirmar los eventos, o bien conocer más detalles. Cuando sonó la chicharra, la ansiedad era enorme, todo mundo quería ver qué pasaría en el escenario principal del teatro de la vida en la secundaria: el patio durante el recreo. “El Cavernario” salió caminando despacito, escoltado por “la Bruja”, Ramiro y Arturo, como en una falange defensiva destinada a “apoyar” al cuate, pues no era momento de dejarlo solo ante la adversidad. Comenzaron a caminar por el pasillo, Ramiro caminaba cerca del barandal, lo cual le permitía asomarse al patio.
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El graderío
Enfrentando el destino.
propinar una sonora bofetada a “el Cavernario” (está sí con harta juerza, no como las del jueguito de “beso o cachetada”) le comenzó a recriminar:
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¡Poco hombre!, ¡qué hacías de mirón y además con mi mejor amiga! ¡Pues ella que estaba de ofrecida!, ¡además yo qué, si no quería que la vieran, pos se hubiera ido a un hotel! ¡Cochino, mirón!, ¡Terminamos!
¡Uuuuuuyyyyyy! La audiencia emitió una clara exclamación llena de morbo, manifestando su expectativa de oír y saber más cosas “sucias y pecaminosas”. Sandy se cubrió el rostro con las manos, con el más puro estilo aprendido en las comedias, emitió un sollozo en lo que daba vuelta y regresaba con sus “huestes”, echando una carrerita que finalizó cuando se encontró con los brazos abiertos de Julia, una de las más altas de la corte que escoltaba a Martha. La diferencia de estaturas y la exagerada actuación de la ofendida dama, formó un cuadro más cómico que dramático, que resultó ajustarse mejor a un sainete callejero que a una tragedia Shakesperiana. Las risas emitidas por la multitud tuvieron un efecto predecible: Martha “montó en pantera”. Se adelantó y le propinó otro cachetadón al “Cavernas”, para el colmo en la misma mejilla que el primero. -
Todo a la carrera.
“Ras – ras, ras –ras”. El sonido acompasado de sus tenis golpeando la grava, despertó a Arturo de su ensoñación. Levantó la mirada con un poco de susto, pues no recordaba haber llegado a la secundaria que estaba a la entrada del pueblo, y por lo tanto tampoco recordaba cómo había cruzado la carretera para emprender el regreso en por la vereda en sentido contrario. En esa maniobra siempre había el riesgo de que hubiese un accidente: con un auto, con una bicicleta o hasta con un “carrito de mulas”. Sacudió la cabeza como para despertar de un estado catatónico que le había desconectado de la realidad por varios minutos. Continuó trotando y escuchando el sonido de su respiración, para despejar su mente y tratar de recordar en qué estaba antes de entrar a este “túnel del tiempo”. Estaba corriendo, el auto descompuesto, la chava embarazada, el vestidito blanco: Martha. Cuando se ubicó de nuevo miró a las pocas construcciones que se alzaban al lado de la carretera: algunas bodegas,
¡Pinche chamaco baboso, quisieras!, ¡y si Sandy te hizo caso fue porque yo le dije! ¡Pues baboso pero a mí no me puso una fajada marca diablo un wey que además tiene novia y que nomás te agarró de pendeja!
¡Uuuuuuuuuuyyyyyyyyy! Esta pieza de información que divulgaba el aporreado mirón, relegó al olvido el terrible hecho de que su “güerita chula” sólo le había “hecho caso” por órdenes de esta terrible arpía. Había sido un golpe bajo, indigno de un caballero, pero de una efectividad demoledora. Martha se cubrió el rostro y comenzó a llorar, pero no era fingido, estaba chillando “de a de veras”. Arturo hubiese querido ser quién la abrazara y la consolara, pero eso estaba más allá del bien y el mal, el destino le había dado la oportunidad de librarse del terrible estigma de ser uno de los
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“pendejitos” con los que la “mas buena” había hecho lo que se le había antojado, para convertirse en uno de los “afortunados” que presenciaron el “derrumbe de esta diosa encarnada”. A fin de cuentas, no era más que otra chamaca buena - nalga que había sucumbido a los encantos de un fulano más “vivido” que ella. Para una mula, mula y medio. Esta parecía una lección en reversa desde aquel desafortunado evento con “la calzoncitos”, parecía que ser mirón no era tan ingrato, cuando menos así lo parecían demostrar los festejos del resto de los compañeros que por semanas siguieron pidiendo detalles del “faje”. Pero en verdad, no había retribución alguna. A Arturo le parecía vil lo que esta falange adolecente de compañeras envidiosas y de compañeros morbosos le había hecho a Martha, pero el recuerdo del doloroso periodo durante el cual él fue “el mensito que habían hecho como a sus calzones” fue abrumador. Así es la cosa. Aprendió a no tocarse el corazón, sobre todo cuando te lo dejan hecho pedazos.
casetas de vigilancia y las casas de algunos “riquillos” del pueblo. Mmmm, si esa era la casa del doctor Mora, entonces faltaba como kilómetro y medio para regresar hasta “Medias Tierras”. Arturo sintió que su respiración se agitaba aún más, pero no sentía cansancio. ¿Cuándo había sido la última vez que supo algo de Martha? Sí, ahora recordaba. Cuando ya estaban en la prepa, Ramiro le contó que Martha había ganado el concurso de belleza para ser la “Miss” a quien se coronaría como reina del pueblo en las festividades de la feria. Que se había hecho “todo un escándalo”, porque la mamá de otra de las participantes se había quejado de “porqué habían dejado concursar a esa cuzca”, que ya no era virgen y otra sarta de ofensas alusivas a su “ligereza de cascos” (por ser una de las “casquivanas novias de nadie”, diría Sabina). El juez principal del certamen había zanjado la situación en forma contundente: ya la había dejado subir a la pasarela, entonces ya era “juego legal” y no podía sacarla del concurso. Por supuesto el juez fue acusado de haberse “acostado” con la llamativa participante. A decir de Ramiro, y de la reseña del periódico local, Marthita sí se veía igual de buena que una “miss de concurso de la tele”. Arturo fingió no darle importancia, aunque aquella mención le dejó agitado por varias semanas. Desde entonces, no había vuelto a pensar en ella; no sin que le doliera. Después de todo, Martha sí era una “diosa encarnada”, una verdadera diva, vampira a la que sólo le faltaba el negligé para competir con Lorena Velázquez.
casi de frente, deslumbrándolo aún más. Conforme avanzaba, de entre toda esa luminosidad parecía formarse una serie de amorfas figuras resplandecientes. Tal vez serían los cristales de la camioneta, el vestido blanco o todo junto. No podía ocultar la verdad: sí quería ver a Martha, y aun más, platicar con ella, y preguntarle si ahora le aceptaría una cita, si ahora que ya era un universitario saldría con él. Pero la verdad, lo que más quería saber era por qué había sido cruel con él, o acaso ¿él había sido muy pendejo? Ahora se envalentonaba, no le importaba si allí estaba el marido, novio o amante. Disminuyó la velocidad de su trote y entornó la vista. Conforme avanzaba, Arturo no lograba distinguir ninguna figura concreta: los resplandores provenían del asfalto pulido por los neumáticos, pero ya no había ni camioneta ni muchacha. Se detuvo por completo en el punto que calculaba debía estar su musa de antaño, pero no había nada. Caminó con lentitud unos metros adelante. Luego lo hizo de regreso. Se veían las huellas de sus propios tenis, algunas marcas de neumáticos y las de otras pisadas, pero nada había en el conjunto que le diera más información: podrían ser las de cualquier auto o las de cualquier otra persona, pero nada que le confirmara si lo que había visto era cierto. Podría haber sido real o sólo un espejismo como los que Dickens le creó al avaro Scrooge para que éste evitara un amargo destino. Emprendió el trote de nueva cuenta, pero tuvo la sensación de que a su paso dejaba hecha jirones una invisible nube que contenía una escena brumosa, que en el fondo no deseaba que fuera cierta. Seguro estaba cansado, o esos reflejos le habían engatusado la vista. Lo curioso es que “la visión” había parecido cuando recién iniciaba su trayecto, cuando no estaba cansado. En fin, habría sido la mezcla de imaginación y cansancio. O el miedo a destruir un sueño, que irónicamente por un tiempo había sido una pesadilla.
De regreso
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“Ras – ras, ras –ras”. Ya estaba llegando a Medias Tierras en el sentido contrario. La luz del sol llegaba de una posición más elevada y ahora le comenzaba a darle
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protagonista de la primera foto le sostenía la mano colocada en su regazo y sonreía. Estaba tan concentrado en esta imagen que no hizo por ver las demás. Sólo la voz de su mamá lo sacó de su ensueño:
Epílogo.
Arturo finalizó la Universidad, si bien no en el tiempo marcado por el plan de estudios, no le tomó mucho más. Había terminado todas las materias, aunque le faltaban los trámites de titulación, pero con todo y todo, se había ido a casa para gozar de unas merecidas vacaciones. Descansó, buscó a viejos amigos (de los que pudo encontrar pocos) y salió a correr en sus circuitos acostumbrados. En uno de esos días, su mamá le dijo: -
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¿Qué crees mi’ijo?, que estaba escombrando tus cajones y me encontré un rollo viejo y lo lleve a revelar a la “Foto Sonia” ¿Ah sí, y de qué son las fotos? Son tuyas, de la escuela, seguro cuando te llevabas la cámara a “escondidas”
Está “mona” la muchacha, ¿quién es? Una compañera de la escuela ¿Y por qué te estaba agarrando la mano? Ni me acuerdo ‘amá Mmmmm, ¿y cómo se llamaba? Tampoco me acuerdo Pero entonces la que sí era tu novia es la “güerilla” que tienes “arrepechada” en la siguiente foto, ¿no?
Arturo pasó a la siguiente foto, y pudo distinguir la silueta de Sandy, que en verdad no estaba “de malos bigotes”. La miró con detenimiento y llegó a la conclusión que había sido un tonto por no darle siquiera un besito, pero también se acordó de lo humillado que se sintió cuando “el Cavernario” le confesara que Sandy le había pedido a Martha que se lo “atrapara”, cosa que también lo había hecho sentirse “plato de segunda mesa”. La confesión se la había hecho el mismo día de las cachetadas en el patio, cuando a la salida se fueron juntos una parte del trayecto a sus casas. Todo había sido una apuesta, aquel fatídico 14 de Febrero, en el que Martha dijo que por supuesto, que ella podía “amarrarse” a quién ella quisiera, luego mandarlo a la fregada o hasta lograr que anduviese con quién ella decidiera. Lo demás era historia. Arturo reconoció que el “Cavernas” soportó los “guamazos” sin repartirlos entre el resto de los mirones, ni física ni anímicamente. En pocas palabras se “había partido la madre” por la banda, fue buen cuate, a pesar de las duras circunstancias.
Su mamá le tendió un sobre amarillo, de película “Kodak”.
Fotos viejas
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Arturo ignoró la recriminación retroactiva de su mal comportamiento y abrió el sobre sacando las fotos. En la primera foto se veía una muchacha, recargada sobre su mano izquierda, en una pose muy “coqueta”. Pasó a la siguiente de inmediato, y allí se pudo reconocer a sí mismo (no sin cierto trabajo), mientras que la
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No, no era mi novia, sólo se puso así para la foto ¡Ay sí, mira tú, qué casualidad!
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Su mamá dejó ver claramente su incredulidad a través de una sonrisa, pero ya no dijo más. Arturo regresó las fotos al interior del sobre sin mirar ninguna de las demás.
durante varios años. El color de las fotos se desvanece año con año, pero los recuerdos que se aferran a ellas aunque menos nítidos, son cada vez más intensos. A fin de cuentas, “la más buena”, había sido la única diva viva que había conocido en su vida.
Epílogo del epílogo.
El sobre ha permanecido guardado en una caja en el
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cuarto de trebejos de la casa de casado de Arturo
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Aún viajo a mi infancia de vez en cuando Iribar Sánchez
viendo, en que la mejor toma la tenían mis ojos, aunque yo los moviera, tenían vida, vida que le traspasaba ese niño a sus juguetes, simples, de plástico, de madera, sin energía, pero peleaban se molían a golpes, se destrozaban, un juego interesante, pero como, si ya todos estaba definido el niño seguramente elegiría a su favorito, he de pensar, pero pensar eso es precisamente lo que no pasaba en aquel momento lleno de magia de infancia de pureza, en el que la vida no tenia porque tener un sentido un, porque, sino un nada, un no pensar, un nada de embrollos, un nada, solo y solo diversión y amor, satisfacción, cariño maternal, cariño por amar, cariño por vivir sin pensar porque he de vivir.
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Aún viajo a mi infancia de vez en cuando, cuando estaba en el piso gritando excitado por los muñecos de plástico sin movilidad, pero que creaban mundos inexistentes de grandes maravillas y cosas que yo aun de niño dudaba si eran reales o no, o más bien yo niño no sabía que era esto esta realidad que mata , que quema , esta realidad que excava en el pecho, en la entrada al corazón, si aún a los 11 años no diferenciaba, no razonaba, gracias a Dios aún era un niño, viendo tele, comiendo golosinas, arrebatando muñecos unos contra otros en una pelea ficticia, en una batalla sin sangre, sin muertos, en una batalla en la que yo era el protagonista verdadero, en el que 9 muñecos inertes elegían sus bandos, en el que nadie se movía cuando no lo estaba
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En ese mundo de juguete Iribar Sánchez
nerviosa a la directora, sus palabras apenas asomaban de su boca, acabo dándonos la bienvenida y se calló casi de golpe. Ya entrando a el salón todo parecía normal, que si este es mi lugar que si el salón esta bonito que si el pizarron era blanco, pero no ni pio de un maestro o alguien, en eso vi una mujer una mujer de cara dura, de poca expresión pero siempre siempre inmutable, no se movía, no se rascaba, se le veía atenta a lo que un profesor le contaba, esta directora es recomendada Bety, te lo digo vino directa de la secretaria, jubilaron a la otra a las malas, se vienen tiempos duros por aquí Bety, Sandra se va a poner hasta las garras por que no le dieron a ella la dirección la que se va armar será de película, si si , si asentía Bety , pero ya vaya a su clase .
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En ese mundo de juguete aún sentía que podía estar a mis 12 años pero llegaba la secundaria, un nuevo mundo supongo una nueva etapa me decían mis padres, lo mejor para ti hijo, deberás lo mejor, entre a la misma secu que mis amigos, inocentes también, muchos de ellos asustados el primer día de clases, creo que ahí es donde comenzó el infierno, la realidad, la verdad de este mundo que crearon nuestros antepasados y que tal vez creyeron era lo mejor para todos. Ahí empezó desde la fila, dividendos, como animales los del A para aca los del B para aca, no pensaba que tuviera ningún efecto eso pero si sí lo tenía, los del F para aca rápido. El director al micrófono, todos cállense alardeaba aquel hombre grande y robusto, ya el director hablaba o directora, nunca supe cómo decirle, se oía entre los maestros bulla, en las filas silencio, se notaba sumamente
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Sí, soy Pedro Iribar Sánchez
muriendo por mi en mi trabajo así que no me avientes carajos y cuádrate pues. Si, si mi Pedrito pero dime que me tienes ese puesto seguro, ya va a empezar el ciclo escolar y yo necesito ese trabajo lo antes posible. Si lo tengo pues, solo falta ver en que escuela te podemos meter, ya tenemos checada a una que ya esta ruca, pero lo tenemos detenido por quejas de padres de familias pero se olvida en unas semanas. Bueno, bueno mi Pedrito, viniste por aquello, si pues sino para que para que me estés chingando solamente no, pues no dámela que ya me están esperando pues.
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Sí, soy Pedro, apúrate pues no tengo mucho tiempo. Si si pasa, como estas Rosa mi amor, no me amories Pedro no quiero hablarte hasta que no me pases la lana que me prometiste, ni te me acerques ya ando oliendo tus cochinadas que traes entre manos, como caí con un nahual como tu caray, como yo Rosa González, fui a caer en ti, ni me toques, te deje entrar solo por lo del trabajo de directora. No te dije que no es nada seguro pues, tu que crees que es cosa fácil, le estoy pidiendo a mi carnalito el Ruy que te recomiende con el jefazo, no me trates así porque te rompo el hocico pues, no te creas la reina de aquí que yo tengo a mas de 10 hembritas
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El hombre en el espejo Ricardo Malváez
Tras la fría ducha que amanece en mí, en labios secos y ojos pegados a unos párpados cansados y un lamento interno de dolor acompañado.
Aunque busque y si busco hasta debajo de la cama, no la voy a encontrar…, esa respuesta que me atrapa y me atrapa como presa, de un filántropo en la pared, de la puerta de mi cuarto a la ventana de la sala, fácilmente me puedo perder, como anoche que sentí que ya encontraba la respuesta, de por qué empecé a beber.
Acompañado por la cruda del desvelo de pensar y pensar en ti, que cigarro tras cigarro acompaña mi guitarra en un canto de gitano, de un gitano agitado, por la inquietud de quemar la piel, la piel viva del deseo de amar a la mujer que lo acorrala, que lo acorrala sin barreras, simplemente emocionado.
Mujer, te he encontrado,… en las notas extraviadas de mi lira, en el suave beso que seduce en una madrugada en altamar, al que canta y canta en la ventana de la amada con el tono de un juglar, me has dejado una nota en el espejo, un espejo que refleja un silencio, un vacío, y que triste me has hecho ver la realidad… y sin querer.
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¿Qué me pongo esta mañana, si no salgo a la calle desde antier? ¿Qué me diste que no duermo?, ¿qué me hace falta para entrar en ti? Un vaso de agua necesito en este instante, o lo bebo o lo tiro,… ¡otra vez! Ya qué importa, si he bebido todo el vino que me traje del camino, de aquel frasco que quedó en la pared.
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El hombre sin sueños Ricardo Malváez
Al momento de abrir los ojos no pudo reconocer el lugar donde se encontraba, un cuarto diferente al de él, una luz muy tenue que salía del baño que se encontraba a la mitad de la habitación del lado derecho de la recamara y por el otro lado, una luz de neón, que prendía y apagaba caprichosamente junto a la ventana que daba a la calle, tenía una cortina casi transparente y miserable, por el deterioro del tiempo.
contemplar las gotas en mi espejo, al sacudir mi cabeza frenética, al ver volar tu reflejo”.Al pasar unos minutos y poder calmar el llanto que lo llevaba a un obscuro estado emocional, se levanto y caminando a pasos muy lentos, entro al baño para refrescarse y lavarse la cara, ahí pudo ver que nada ni nadie había estado ahí todo parecía estar en orden, al acercarse al lavamanos y tomar una pequeña toalla para secarse la cara percibió un ligero aroma a perfume de mujer, la toalla estaba impregnada por un roció que el sintió era de la mujer que traía atravesada en la mente, para él, ella que lo había acompañado hasta ahí, volteando alrededor vio que nada estaba fuera de lugar, ni la ducha había sido usada, el piso se encontraba limpio, las toallas en orden, el espejo se encontraba solamente salpicado por las gotas de agua que el mismo había salpicado segundos antes, sin rastro de vapor en la cortina del baño, pero, de donde provenía ese olor a perfume?.
Lo primero que hizo fue tomar un poco de aire y al exhalar fue acompañado por una tristeza que lo envolvió en un segundo y seguido por un pequeño llanto, las lagrimas se empezaron a asomar a sus ojos y nebulosamente la imagen de una mujer llegaba a su mente, pero las mismas lagrimas empañaban la figura de ella y no pudo ver un rostro en el, solamente tenía una silueta, una vaga idea, de alguien que había estado con él, pero…, el mismo estado en el que se encontraba, un poco inconsciente y con un pequeño de talle de miedo, no había un dato que le dijera como había llegado ahí?
Al salir de ahí pudo distinguir mas las sombras que se movían como espectros alrededor de ese cuarto, sin encender la luz, regreso al pie de la cama, ya que su visión estaba más clara aun, volteando alrededor pudo identificar un sonido del lado izquierdo, pegado a la pared junto a la ventana que daba a la calle, junto a una pequeña mesa, donde se encontraba una botella de vino y dos vasos, el teléfono que estaba descolgado emitía el sonido largo y cortado de la llamada perdida o bien al dejarlo descolgado por largo tiempo, entre cortada; de la botella de vino solamente se había usado un trago, había un vaso usado y aun tenia liquido en él, el otro se encontraba limpio y la botella estaba casi llena.
Al tratar de incorporarse sintió un ligero dolor en el pecho, era una serie de tristeza a cada instante que recobraba un poco más la razón, aun así el seguía con un pequeño llanto atravesado y un nudo en la garganta que no lo dejaba ni siquiera pasar saliva, solamente rodo hacia el lado izquierdo de la cama, ya que estaba en la orilla derecha de la misma y no soporto la idea de saberse solo en esa habitación que no reconocía y llevándose las manos a la cara mientras rodaba, soltó un llanto un poco más fuerte y metiendo la cara entre las almohadas se sumergió en un lamento inconsolable, sin saber realmente que es lo que sucedía, se envolvía en confusiones, pues no sabía exactamente donde se encontraba y como había llegado ahí.
-“¡No dormir!, ¡no dormir!, para sanar tu ausencia, y sentir cómo la sombra de un objeto se burla de mí y así, RLV 10
-“La noche que llore por ti, oh! Mi dulce pena, la noche que cayó el viento el silencio me inundo y no pude
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sufrir, por un frio invierno que me mata, la risa de tu fotografía que se pierde en la escarcha”.-
mis cigarros y descolgado, junto a mi vaso de vino; El teléfono”.-
Estando parado en ese rincón del cuarto cerró los ojos nuevamente y sintiendo que alguien estaba ahí con él, trato de acariciar el aire juntando sus manos a una imagen frente a él; con un vestido de color rojo y el bolso igualmente, y un abrigo obscuro con unas líneas en café claro, al lado izquierdo de la cama, junto a un perchero y al buro del mismo lado una pequeña fotografía donde la sombra de la mujer se recargaba en su hombro y el con el brazo sobre el hombro, en una posición donde demostraba protección y regocijo, al ver esta imagen en su mente y recobrar un poco el aliento, puso una pequeña sonrisa en su rostro y acariciando mas el aire de esa recamara, sin querer abrir los ojos, bailo con el espectro de su recuerdo ahí mismo, no había testigos de lo que estaba pasando en esa habitación.
Llevándose nuevamente las manos a la cara y deslizándose por la pared se fue sentando en la alfombra de aquella habitación, que mas bien parecía ser una prisión, una tormenta interna se apoderaba de él nuevamente y sin poder pensar en lo que pasaba ahí se fue envolviendo en un sueno dentro de otro sueno: Venía a toda prisa a una cita, el tiempo lo traía encima y trato de llegar corriendo, era muy importante para él y no quería llegar retrasado , era una cita de negocios muy importante y sabia que iba a cerrar un buen trato, al llegar al lugar vio frente a él la mujer más bella y atractiva que jamás había imaginado, le llamo por un nombre y ella volteo, le saludo de mano y al sentarse frente a ella no podía hacer otra cosa más que estarla observando, al pedir un par de tragos solamente pedía lo que ella pedía, su perfume era muy penetrante (como el de la pequeña toalla del cuarto de hotel) y su mirada era fija, al empezar la conversación la oía sin escucharla y la veía sin observarla y la idealizaba sin conocerla, simplemente estaba frente a una esfinge, una quimera, una musa que lo hacía volver al cuarto del hotel y el luchando por quedarse ahí con ella de nuevo, al centrarse en ella, solamente vio la mirada, sin rostro, sin sonrisa, sin expresión, intento recobrar el sentido y poder acercarse para preguntar quién era ella, solamente esa mirada fue lo que pudo sacar de ese sueno y poder llevarlo hacia aquella habitación, que se tornaba más fría al paso del tiempo.
-“Mi cama está vacía y fría sin tu cuerpo, que en pasadas tormentas arrullaban mi insomnio y ahora hacen presa de mí su aroma a pasión que destila mi recuerdo.”Abrió nuevamente los ojos y vio que sus manos acariciaban el aire, voltio hacia la ventana y haciendo a un lado la cortina se dio cuenta que la calle estaba vacía, no había gente, no había carros, solamente la luz de neón que del hotel estaba encendida y nada más, ni un alma se veía desde ese punto, se pregunto y donde exactamente se encontraba y que ahora era, camino un poco hacia atrás para tomar el teléfono y hacer una llamada a la recepción se dio cuenta que no había línea, el teléfono estaba muerto, no traía reloj y no lo veía en la mesa ni en los buros que estaban a los lados de la cama, busco su saco y al encontrarlo en el rincón junto al perchero que estaba del lado izquierdo de la cama, solamente encontró una agenda, al abrirla no vio cita alguna de ese día, ni el nombre de alguien que le recordara que hacia ahí.
-“La noche que llore por tu partida, se secaron mis anhelos y con ellos mi ilusión de ser tu amante eterno, ya no juguetear desnudos, ya no acariciar tu cuerpo, ya no rodar por la alfombra, ya no mas decir…” Te quiero!”.El tiempo parecía haberse detenido en ese momento, el sentado en la alfombra de aquel cuarto, frente a el, la imagen fugaz de la mujer en vestido rojo, zapatillas y bolso del mismo color, sin rostro, y sin ningún otro tipo de expresión, solamente una pequeña luz iluminando RLV 10
-“Ver colgado en mi perchero, tu íntimo ropaje y ahora, solo y maltrecho mi abrigo de ausencia y frio invierno. En el buro ya no mas tu bolso rojo, siempre rojo, solo
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sus ojos, el, la veía, ella lo miraba, solamente un cuadro triste inundaba de nuevo aquella habitación.
cerró los ojos y aspiro profundamente, la esencia era más leve a cada instante, como si se fugara con la próxima llegada de la mañana, hasta que la toalla quedo vacía, sin olor, sin vida y sin color, sin la importancia que le había dado a la mitad de la noche y en esa escena que el único recuerdo que tenía de su propia vida la dejo caer al suelo, de una manera dulce y tierna, acomodándola en una esquina, bajo el lavamanos.
Estiro la mano para poder alcanzarla y se fue desvaneciendo en una nube de vapor, sus ojos estaban nublados de nuevo y no podía pronunciar palabra alguna, solamente emitía un susurro acompañado con llanto y llevándose las manos nuevamente a la cabeza trato de ordenar un poco sus ideas; la misma imagen, sentado frente a ella, en una mesa de un bar al aire libre en un centro comercial, había conversación sin sonido, platica sin sentido y mirada sin razón, que había mas allá de esa imagen que le iba arrancando la vida cada vez que la recordaba?
Al pie de la cama sentado y contemplando todo alrededor, dejo escapar la silueta que en su mente se encontraba, voltio al lado izquierdo, donde se encontraba su saco aun tirado en el suelo y dejo ir el espectro que aun colgaba del perchero, ese vestido rojo y el saco obscuro, colgó nuevamente el teléfono y de aquel vaso de vino lo dejo caer al suelo, coloco nuevamente el teléfono en su lugar, que seguía sin vida, regreso nuevamente al baño a enjuagarse el rostro y ya no busco la toalla que lo había hecho mantenerse de pie por un rato, la miro nuevamente bajo el lavamanos, simplemente agarro una nueva y seco las últimas gotas de su rostro, dejándola caer al piso, salió del baño sin voltear, levanto su saco y puso su agenda nuevamente dentro de uno de los bolsillos dentro del saco, se miro nuevamente al espejo y noto una gran tristeza, sus ojos pronunciaban una angustia y las lagrimas no habían parado esa noche de salir por su rostro, nuevamente camino hacia la ventana y pudo contemplar cómo la mañana iba llegando y el sol acariciaba el roció que había dejado aquella noche triste de un hombre sin recuerdos, un hombre solitario, un hombre triste y sin sueños.
-“La nostalgia de mirar tu retrato colgado siempre de mi espejo, de llevar conmigo el anillo de tus iniciales, de sentir mi corazón resquebrajado, recuerdo tras recuerdo, me invade la tristeza que en la espalda soportar no puedo.”Nuevamente frente a la ventana veía como la calle se llenaba de una ligera brizna de madrugada, quizá las 4 o las 5, quizá más temprano o más tarde, sin reloj, era muy difícil acertar que hora era, a lo muy lejos de vio pasar un camión recolector de basura, fue el primer ruido que atravesaba la ciudad, nadie más se veía por ahí, de un lado a otro era la misma escena, paso al silencio nuevamente y pudo contemplar unas gotas de brinza deslizarse por la ventana, caían lentamente y al tocar la parte baja de la ventana se hacían escarcha, la luz de neón seguía iluminando la escena entre la calle y la recamara y seguía siendo caprichosa.
-“En esta noche que lloro por ti, en mi soledad, muero. En la calle que yace tranquila, solo me pierdo y contemplar la luz del nuevo día, frente a mi ventana llorando, triste e inconsolable, estático me quedo.”-.
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Volteando lentamente regreso al baño y agarrando la toalla la puso a la altura de su nariz para poder respirar la esencia de que perfume, que había sentido antes,
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Viajero en el tiempo Felipe Kadick
Soñé que podía viajar en el tiempo, a voluntad. Al despertar, aún en duermevela sentía la certeza de haberlo realizado y que aún me era posible hacerlo.
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El problema es que ahora no sé si esa sensación pertenece a un sueño que tuve o a uno que tendré.
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Plantas Felipe Kadick
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Las plantas de mis pies entran a mi casa, sigilosamente, aprovechando mi ausencia.
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La Sociedad de los poetas nonatos Profetas de ciudades tristes Alexandro Hernández
Grita un hombre desesperado en mitad de la calle en una lengua antigua que nadie entiende, mas resuena entre las calles abandonadas de nuestra memoria. Una lengua que deriva de combinaciones de balbuceos, de tenues variaciones en los movimientos de los músculos de la garganta que así van nombrando al mundo. Una lengua más antigua que el latín y que el griego una lengua de antes del persa y de los fenicios anterior a las lenguas de la India y al arameo. O tal vez es una lengua nueva ésta con la que el profeta habla hecha de todas las lenguas. No un esperanto artificial, sino un ente final, último, apocalíptico un lenguaje hecho de todas las combinaciones, modificaciones, mixturas traiciones, invenciones, distorsiones, perversiones hechas o por hacer, imaginadas e inimaginables. Un lenguaje imposible y sin embargo de cierto les digo que esa noche la escuche
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en boca del hombre.
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Grita el hombre como un profeta que descubre el futuro mirando al pasado desespera y se jala las barbas y se arranca la ropa arrastra los jirones, camina a media calle esquivando a las prostitutas de la zona y a los taxis nocturnos. Desprecia los llamados a la razón y a la calma enfurece y se lanza con duras palabras sobre todo contra aquellos que lo miran de soslayo y quisieran pasar desapercibidos.
Los vagabundos que le escuchan mientras pasan la noche instalados junto a los botes de basura que tomaron como fortaleza han oído tanto, han visto tanto que ya ni siquiera encogen los hombros, ya ni siquiera son indiferentes. En el estado de ascetismo social en el que se encuentran ya no hay deseos, ni ambiciones, ni nada que no sea vivir estrictamente el momento.
Este profeta sigue pregonando en estas calles llenas de peligros entre africanos que enfrentan el horror de la metrópoli que destruyó sus casas y que hoy se paraliza ante su presencia tal como le ocurre al hombre que violó y preñó con violencia y que años después se encuentra con un hijo problemático, indeseado pero que impone su presencia en cada calle de este barrio.
a transeúntes distraídos en sus propios abismos
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Los gitanillos que cazan en manada
o que miran absortos a las mujeres del norte. Hombres de levante, del subcontinente y de más lejos orientales que venden por nada baratijas amargas. Mujeres locales que lloran una cierta burla y después caminan con un rostro endurecido, llevando una vejez de alma a toda prueba inconmovible.
Sigue gritando el profeta, y narra las historias de generaciones que fueron creando esplendor. A veces a grandes pasos, de un solo golpe ganaron una guerra, hicieron la conquista y se embriagan construyendo 10 castillos, tres calles de adoquines de oro un arco que representa el sexo de lo penetrado y un obelisco que es el instrumento de conquista. En otras ocasiones es un proceso lento de hombres cuidadosos que fueron agregando ladrillo a ladrillo edificio a edificio una señal para una barbería otra para la tienda de tabacos. Así fueron creando ciudades de ilusión que luego despreciaron y destruyeron con el mismo método de construcción:
dejando que las alimañas proliferen, alimentando tumores de resentimiento,
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a veces lentamente, con indolente desaprensión,
permitiendo el enquistamiento de la desidia y otras en incendios de sueños falsos con cañonazos rotundos sobre las bóvedas de los palacios bajo el escudo del crimen hecho norma. En tanto, se embarcan a un mundo que ya queda pequeño pelean unos con otros el universo queda suspendido entre los ruidos atroces del tumulto y el espanto del silencio.
Anuncia tiempos nuevos el profeta de sufrimiento de amargura y muerte anuncia la preservación de la injusticia el orden impuesto por los poderosos anuncia caos y enfermedad. Carruajes de oro conducidos por una bestia de pechos generosos que azuza a los caballos para correr sobre el asfalto Y quema los ojos y las manos de los incautos.
Aunque lentamente imperceptiblemente se empieza a vislumbrar la inminencia de un callejón sin salida y surgen las nuevas discusiones. RLV 10
Las nuevas batallas
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entre aquellos que optan por lo menos por lo pequeño por lo indispensable lo mínimo de lo mínimo y los que piensan que lo realmente indispensable es la gran obra donde a partir del gran artificio crearemos un nuevo ser un ser hecho de ingenierías y misticismos. El hombre ve al futuro y narra en desesperación lo que ya viene lo que de ésto resulta y una gran tristeza cala en sus huesos como la lluvia filtrada en las coladeras.
Llega la luz del día y todas las palabras se evaporan como las imágenes soñadas
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en una tormentosa noche etílica.
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La carta Pablo Flores Serrano
Ayer se celebró el día internacional de la poesía Te comparto parte de "la carta que nunca envié"... No sé dónde estás... Y esta carta la escribo no por ti no por lo que eres. Tal vez por el PASADO, tal vez por las cálidas y sosegadas horas que tu locura o capricho me hayan regalado, Que quieres que te diga que te amo como mujer, como mi esposa o como mi amante...Como mujer Dios te procreó con todos los bienes terrenales, como mi esposa eres cariñosa, comprensiva, leal, amorosa, tierna, dulce alegre y como mi amante que emoción sentirlo... ¿Sabes lo que es el amor? ¿No lo sabes? Pero ¿acaso crees que existan pasajes o tratados donde te enseñen a amar como hasta ahora nunca has amado?, ¿crees que leyendo a Sócrates, Platón o Aristóteles tu alma se te ensanche y te logres cimbrar como la mía te lo ha mostrado? Yo te digo que no, cosas como estas se aprenden en las entrañas de la madre que nos concibió y la mía me dio una esencia tan desaforada que para amarte mucha alma me sobró...perdóname esta carta aunque sé que nunca la enviaré
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Primero porque no sé dónde estás. Y segundo porque el alma que te escribe no te puede ofender.
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Corazón dividido Ricardo Malváez
Esa noche soñé a 37000 pies de altura Sobrevolando el océano Atlántico Y tú, a mi lado acompañándome, Cruzando un mar de amores, un mar de encanto.
Acariciando tu piel, que vi hace años Y que con la distancia se albergo En un juego de vida, magia y encanto Y tú…, sellando una palabra de amo a mi lado.
Jugar haciendo el amor y correr por un cuarto, Recamara que guarda del día, solamente, muchos años, Un instante de silencio contemplan tus labios, Sellando a corazón abierto en el fuego de mis pecados.
37000 pies de altura en latidos confesados, Desvelo de un adolecente adormilado, Sin pretender amarte, sin pretender tocarte
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Solamente en un beso, a tus pies se ha confesado.
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Ma単ana que regrese, sin saber por donde he andado De un mar de ilusiones que me aleja de tu lado Y so単ando encontrarme de nuevo junto a ti
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En una promesa de amor, que a tu lado, he perpetrado.
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Patricia sin chichis Ricardo Malváez
Así le llamaban a la flaca aquella, que por ser tan remilgosa Nunca se desarrolló, mi tía me contaba Como fue que un día Patricia sin chichis Desapareció.
La buscaron hasta en los hospitales y nadie la vio, La buscaron bajo los solares del pueblo Bajo los matorrales junto al rio Y ni así, su sombra tan delgada apareció.
Corría tan aprisa, cuenta mi tía, que pasaba por las cornisas Pegada a la pared parecía una estampilla Y de noche, cuando el gato maullaba Ella de canto, frente a la luna se bañaba.
Pobre Patricia, Patricia sin chichis, que ganó con ese apodo Qué vida llevaría, una mujer así, que vida tan vacía Ahora que paso por el pueblo, la gente se pregunta
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Si existiera una mujer, sin chichis, como Patricia.
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Por ser tan remilgosa, se quedó sin chichis Es lo que cuenta mi tía Qué risa, cuando le decían que tenía pecho Tan plano, tan plano como las tortillas.
Se perdió Patricia y nunca la volvieron a encontrar Ni pegada a la pared, como muchos suponían Solamente ahora mi tía, que ella si la conocía,
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me cuenta de Patricia, sin chichis, triste se sentía.
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Writer Hero Que el universo es una crisálida Gustaf Sobin, versión de Alexandro Hernández.
Que el universo es una crisálida Que todo aquello que es, es una emanación continua Que el ser es un perpetuo llegar a ser Que llegar a ser es el aliento de la lujuria Y que la lujuria es perfección. Que todos los instrumentos son iguales La espora es el clavicordio del árbol El clavicordio es lujuriaQue al crear extendemos la energía que nos crea. Que esta extensión es espacio. Que el espacio, el espacio que cruzamos, y que habitamos, está hecho de crisálidas infinitesimales que murmuramos La música escucha Que la creación es impulso hecho perceptible. El intento de almacenar o aislar el impulso es tiranía. No una secuencia, sino una elaboración El génesis es un viento La roca ondula, la noche nada.
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Que los ojos son siempre más veloces que sus ojos verdes.
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Que la estructura es una sombra. Que la música de capturar fuego y flama y hacerle gesto, movimiento, acción. Que el pasado aún no ocurre. Que sólo el borde es dominio. Sólo el borde emana Que nuestra lujuria es ligereza. Aceleración. Y lo que llamamos “calma” es la inconfundible velocidad de nuestra carne, pensando en la misma espacio-cadencia como el universo. La confianza de un solo susurro.
¡La linfa, el rayo!
Que la vida, en su estertor de éxtasis, toca el resplandor de la muerte.
Que los sentidos deberán irradiar en sus infinitas sensaciones. Que llegamos a ser, a final de cuentas, el espacio que hemos creado.
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Generatriz, floreciente, y genio de cada aliento.
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Al valle de las calacas El último baile de Donna Summer Roberto Torres
Era el fin de 1974 y principios de 1975, en ese entonces vivía en Guadalajara y pasaba mucho tiempo en la casa de unos vecinos a los que les encantaba la música de los Beatles, disfrutábamos durante horas escuchando su música, aunque no tenían muchos discos, a mí no me importaba que los escucháramos una y otra vez. Lo malo empezaba cuando mis cuates tomaban su guitarra y el Guitarra Fácil para tratar de emular a John, Paul y George; sería que nunca tuve habilidades con la guitarra lo que me llevaba a buscar algo en que entretenerme mientras ellos se equivocaban una y otra vez; afortunadamente no había batería así que Ringo no estaba en su mente.
recuerdo. También recuerdo que el segundo que compré fue un disco de Walter Murphy & The Big Apple Band que se aventó la puntada de hacer disco la Quinta Sinfonía de Beethoven (A Fifth Of Beethoven http://www.youtube.com/watch?v=VAQKFNrL-o0).
Para contrarrestar un poco el ruido, o a lo que ellos llamaban ensayos, me metía a una de las habitaciones en las que se encontraba un pequeño radio de pilas y me ponía a escuchar Canal 58. La música disco iniciaba y mi gusto por ella era criticada por mis cuates que no entendían cómo me gustaban los Beatles y al mismo tiempo esa música.
Conforme mis domingos me lo permitían, compré varios más, guiado por la música que escuchaba en la radio pero sobre todo en las fiestas a las que ya empezaba a asistir.
Cuando mis padres compraron una consola con tocadiscos, con mis domingos me puse a comprar acetatos de 45 (RPM) de música disco para poder disfrutarlos en mi casa. Recuerdo perfectamente que el primero que compré de música disco fue el de Get Dancin' de un grupo cuyo nombre era Disco-Tex and the Sex-O-Lettes, (http://www.youtube.com/watch?v=_HhO_zZi-KA) que mucho tiempo después me enteré que era gay. La sensación de haber puesto en la enorme consola este acetato comprado por mí es indescriptible y aún lo
Daniel González, amigo de aquellos años y de éstos, era un gran conocedor de música y por supuesto que se sabía los chismes de la farándula de entonces. A una
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Pero el inicio de esta época tenía que ser mejor, tenía que contar con una reina. Donna Summer hizo su aparición en la radio con una canción MUY atrevida para la época, "Love To Love You Baby". A mis 12 años, decir que me gustaba una canción en donde se escuchaban atrevidos jadeos y gemidos, era bastante incómodo por decir lo menos; llegó un momento en el que empezar a oír la canción hacía que todos se hicieran tarugos y todos hacíamos como que no nos se oía nada. Escucharla llegó a ser equivalente a estar viendo la Penthouse o la PlayBoy.
pregunta que le hice me contestó, “no seas wey, dicen que se la cogen cuando canta…”. Y es que el chisme de que la Sra. Summer había pedido que se preparara un ambiente íntimo en el estudio era la etiqueta que acompañaba a la canción. Se dice que en alguna ocasión se le preguntó a Donna “si se había tocado o estimulado durante la grabación”, a lo que ella contestó: “¿Tocarme? Sí, una pierna”.
Moroder y Summer era muy grande y una copia de su sencillo llegó a Estados Unidos a las manos de Neil Bogart presidente de la firma Casablanca Records, una firma que reconocemos todos los que vivimos esa época. Niel hizo un experimento con la canción haciéndola sonar en una de sus lujosas fiestas; el resultado fue inesperado, los invitados pidieron que se repitiera una y otra vez. Neil decidió lanzar el sencillo, pero pidió a Moroder y Summer una versión extensa para el baile en las discotecas que por esos años empezaban a surgir por todos lados. Donna Summer se convirtió en pionera de los sencillos en acetatos grandes, grabó una versión que duraba 17 minutos que no cabía en un acetato de tamaño single (45 RPM) y tuvo que editarse en otro de 12 pulgadas dando lugar a los Maxi-Single.
LaDonna Adrian Gaines era el nombre de esta hermosa mujer que nació en Boston, Massachusetts, Estados Unidos el 31 de diciembre de 1948. Además de tener una maravillosa voz de mezzosoprano, también componía muchas de sus canciones. Cuando tenía 20 años, Donna fue invitada a emprender una gira por Europa como actriz del musical Hair que se presentaba en Broadway. La joven cantante aceptó y se mudó a Alemania, donde residió durante varios años participando en otros musicales y también en varios grupos logrando editar su primer sencillo, aunque éste no tuvo éxito comercial. En 1972 se casó con el actor austríaco Helmuth Sommer, pero 3 años después se divorciaría cambiando su apellido alemán "Sommer" por el inglés "Summer" (ambos significan verano).
Cuando el maxi-disco finalmente llegó a México, y cuando ya no importaban los jadeos para la mayoría de los disco-maníacos, los que logramos adquirirlo lo considerábamos un tesoro, porque era de los primeros en su especie y porque contenía la música tal y como la escuchábamos en las discos. Pero éste solo era el principio de una larga vida de éxitos. Siguieron dos LP’s (o discos de Larga Duración por si me está leyendo alguien que tenga menos de veinte años) A Love Trilogy y Four Seasons Of Love, del primero se hizo el maxi-single de Try Me, I Know We Can Make It y del segundo Spring Affair. Ya a estas alturas de 1976, yo estaba perdidamente enamorado de la Sra. Summer, ya no me importaba lo que había hecho para grabar Love To Love You Baby, se lo podía perdonar.
Moroder y Bellotte habían compuesto la melodía de Love To Love You Baby para otra intérprete, pero fue Donna quien les propuso el título y la letra; después de realizar una demo, la canción de Donna fue publicada y lanzada inicialmente en Europa, pero si a mí me daban pena ajena los jadeos, imagínense a los europeos de la radio, el resultado fue muy modesto. Pero la suerte de
Eran los mejores años de Donna, en 1977 publicó el albúm I Remember Yesterday, cuya canción estelar I Feel Love llegó a ser de las mejores seis en las listas estadounideses. También publicó el álbum doble Once Upon A Time en donde sus canciones están llenas de
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Pero Alemania no solo significaría un ex esposo, un nombre artístico, una hija y el primer sencillo de su carrera, sino mucho más. Donna conoció en Alemania a los productores Giorgio Moroder y Pete Bellotte, ambos productores y compositores prodigios que innovaron e impulsaron la música disco. Moroder tiene entre sus múltiples premios haber obtenido tres Oscar’s como compositor. Con ellos, Donna grabó su primer álbum Lady Of The Night que pasó sin pena ni gloria por los Estados Unidos pero que en Europa tuvo mucho éxito, principalmente por el sencillo "The Hostage" que fue número uno en Bélgica y dos en los Países Bajos.
sonidos orquestales. Toda esta producción llevó a Donna Summer a ser considerada la Reina de las Discotecas.
seguro que todos los que tuvimos oportunidad de vivir la época disco y escuchar a Donna Summer estaremos de acuerdo en que este pequeño homenaje a su memoria tenía que titularse Last Dance.
Nuevamente Donna Summer nos sorprendería al siguiente año. En 1978 lanza, lo que a mi parecer es uno de los mejores discos para bailar de música Disco, MacArthur Park (y MacArtur park suite como su versión extendida) que se convierte en su primer top 1 y disco de platino. Éste largo sencillo es muy armonioso y tiene muchos cambios de ritmo lo cual se prestaba perfectamente para bailar en pareja; además, me parece que es el primer disco en donde Donna nos demuestra que poseía una voz privilegiada, la melodía le permite subir y bajar los tonos de su voz sin problema alguno alcanzando en muchos momentos tonos altísimos.
Los éxitos no paraban y en 1979 grabó el álbum Bad Girls, del cual dos de sus canciones se disputaron el número 1 en Estados Unidos, Bad Girls y Hot Stuff. Pero eso no era suficiente, después de ganar su segundo premio Grammy, grabó a dueto No More Tears (Enough is Enough), en donde se echa un tirito de voces con Barbra Streissand, una de las más reconocidas voces del medio. Este tema también se editó en maxi-single y créanme que es uno de los que más disfruto en la actualidad. Es momento de reconocer que la música disco nunca se distinguió por que sus letras fueran ricas en contenido y No More Tears no es la excepción, pero los diferentes arreglos de la canción dejaron un campo propicio para que las voces de estas dos divas se lucieran. Por cierto que en ese entonces, corría el rumor de que se odiaban, que incluso no se habían querido reunir para grabar y lo habían hecho por separado. Encontré algunas fuentes que dicen que si grabaron juntas, pero lo sí es un hecho es que nunca se juntaron para cantar esta canción en vivo después de hacerlo en el estudio.
Por aquellos años, no teníamos las comunicaciones como las de hoy en día. Internet, videos o cales de música de TV eran muy incipientes, por lo que nos teníamos que conformar con ver a Donna en las portadas de sus discos; por supuesto que de vez en cuando, alguna revista publicaba artículos de ella, pero yo prefería seguir gastando mi escaso presupuesto en discos que en revistas que muchas veces solo traían la foto del disco. Y es que también la Reina poco se dejaba ver, siempre fue muy reservada con su vida personal, de hecho era muy religiosa al grado que, con el tiempo, a ella también le incomodaban sus jadeos en Love To Love You Baby, y por esa razón la eliminó de sus conciertos. Pero para deleite de nosotros sus enamorados, en 1978 apareció en la película musical Thank God it's Friday en donde interpreta el tema principal Last Dance con singular maestría. Last Dance sería un éxito en la radio y ganaría el premio Óscar a la mejor canción, mientras que Donna recibió un premio Grammy. Podría decir que estoy
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Esta canción de No More Tears fue lanzada en 1979 en un álbum también muy exitoso de dos discos llamado On the Radio: Greatest Hits Vol. 1 y 2 que contenía una canción del mismo nombre, que para variar marcaría una época. Estoy seguro que todos hemos escuchado alguna vez On the Radio.
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A partir de este momento la vida profesional de Donna no fue tan prolífera en éxitos, vinieron rompimientos con Casa Blanca y Moroder; ante la evidente caída de la era de la música disco, Donna lanzó canciones con influencias de new wave, rock, pop y hasta reggae. En alguna ocasión su nueva disquera decidió no lanzar un álbum, I'm a Rainbow, por miedo a que fuera un fracaso. Durante algún tiempo trabajó con Quincy Jones y más tarde con Stock, Aitken y Waterman (SAW), unos productores que basaban sus éxitos en canciones pegadizas y bailables (si, así como la música disco).
que llegó a estar en el top 10 de Estados Unidos. En 1983 grabó She Works Hard for the Money con su anterior disquera con el fin de liquidar un compromiso de su anterior contrato, el tema principal alcanzó el top 3. Con SAW publicó en el 89 el álbum Another Place and Time, de donde salió otro éxito This Time I Know It's for Real que terminó siendo el 12º sencillo de oro. Donna Summer murió el pasado 17 de Mayo, después de librar en silencio una batalla contra el cáncer de pulmón. Descanse en paz la Reina de la música disco, Donna Summer quien ganara cinco premios Grammy y once álbumes de Oro en Estados Unidos, quien vendiera más de 100 millones de copias en todo el mundo.
Durante este tiempo, Donna tuvo éxitos importantes aunque cada vez más distantes. En 1980 The Wanderer llegó al top 3 en Estados Unidos y el álbum fue disco de oro, aunque no tuvo el mismo impacto en el Reino Unido. Con Quincy Jones produjo en 1982 el álbum Donna Summer, en donde se incluye Love Is in Control
La Dona
En este título hay una falta de ortografía. En el reino del español, resultaría un mal presagio si fuéramos hablar de la “Doña”, María Félix, una de las primeras divas del cine mexicano. Pero la falta se cometió contra la sintaxis del inglés, pues de quien hablaremos será de una de las divas que recientemente se fue al Valle de las Calacas, “La Reina de las Discoteques”: Donna Summer.
estereofónicos caseros, las rolas de doña Donna eran indispensables, “On the Radio” o “Bad girls”, son de las que recuerdo. Era cuando los discos eran de acetato de colores y medio translucidos, y las fiestas se acababan cuando se comenzaban a tocar las “calmaditas”. Fue mi transición de la secundaria a la prepa, época en la que no me gustaba ser de los estudiositos que no bailaban en las fiestas. Al lado de mi querido amigo Miguel, íbamos a las fiestas, nos parábamos en un rincón, poníamos la cara de “chingoncitos” y más de una vez, hasta nos fumamos un cigarro. Seguro me veía yo muy chistoso. Fue Miguel quien me indujo al mundo de la música disco, y entre los discos que me prestó alguna vez, estaba “No más lágrimas” (como la anunciaba “la voz Universal”). Que comenzaba “despacito” y luego agarraba vuelo. Cuando fuimos a ver “Gracias a Dios que es Viernes”, yo no sabía qué esperar, pero
Escuché de su muerte en los noticieros de radio por la mañana. Para cuando salí del metro, los titulares de los periódicos sensacionalistas, ya me habían ganado los títulos que había pensado para un escrito que la recordara: “The last dance” o “God, why in Friday?” (Aunque ella murió el jueves, yo me enteré el viernes). En mis tiempos juveniles, donde las pachangas se animaban con música disco y algunos le hacíamos al “diyei” con la ayuda de un par de aparatos
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Paco Olvera
ciertamente no fue algo que me emocionara tanto como yo esperaba, pues este mundo de “Studio 54”, cuates vestidos estrafalarios que iban a ligarse a las chavas por la forma en la que bailaban, me pareció, ajeno, estúpido e inalcanzable. Lo único que me hizo finalizar la película, era saber si, adicional a bailar, habría algún secreto para ser la atracción de las chavas guapas en una fiesta, pero tal secreto nunca fue develado. Lo que salvó la película, por lo menos para mí, fue justamente la interpretación de “El último baile”
que hacía doña Donna. La última canción que identifico de ella, fue “She Works hard for the Money”.
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No tengo discos de Donna Summer, pero cada vez que escucho alguna recopilación de música Disco, sus canciones me traen buenos recuerdos. Habrá sido el último baile de este lado, pero el primero en el valle de las “huesudas”.
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Adiós Tabucchi, adiós Fuentes Alexandro Hernández
Tabucchi
Fuentes
Si algo dejó Antonio Tabucchi en este fueron personajes entrañables. Y lo son porque integran en sí mismos una fragilidad en la que nos reconocemos y un valor al que aspiramos.
Como Bernal Díaz del Castillo, descubre narrando a una ciudad que habitábamos (es un decir: que habitaban nuestros padres) pero que no conocíamos. Nos descubre, hace transparente aquello que nos oculta.
Es el caso de Pereira, que se encuentra desencanchado en este mundo después de la muerte de su esposa, que quiere llevar su vida sin problemas, pero que al conocer al joven Monteiro Rossi, retoma el coraje de vivir y de exponerse, rebelándose contra sí mismo.
Vio al mundo desde México, y a todos los Méxicos desde el mundo. Entendió el sentido de la muerte y nos dice: “Querer sobrevivir a todo precio es la maldición del vampiro que nos habita”. Dicho lo cual, agrega “Vivimos por eso una época que es la nuestra, pero somos espectro de otra época pasada y el anuncio de una época por venir”.
Es el caso del joven Firmino, periodista que es asignado al reporte de un crimen espantoso y que en la investigación conoce al abogado Mello Sequeiro, opuesto con todos sus talentos y recursos a la Grundnorm o ley fundamental impuesta por los poderosos, que pervierte en su base a la verdadera justicia.
Ni más ni menos. Por eso seguirá con nosotros y simultáneamente en el inmenso y poblado Valle de las Calacas.
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Tabucchi soñó sueños de poetas y rebeldes: los sueños de Leopardi, Villon, Rabelais, Rimbaud, Stevenson, Caravaggio, García Lorca, Freud, y un largo y querido etcétera. El sueño de Tabucchi no es tan breve y concentrado como estos sueños que soñó, pero es igual de intenso. Está en todos sus libros.
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