POR PABLO CORSO
La palabra seguidor no tiene la misma carga para Estado Islámico que para, digamos, Lali Espósito. Pero los dos están en Twitter. Y los nuevos villanos globales, maestros de la crueldad pero también de la co‐ municación, codificaron en tiempo record la potencialidad inédita de esa red. En su oferta de compromiso instantáneo, encontraron algo –algo más– que explotar. El 13 de noviembre de 2015 ISIS golpeó en el corazón de Occidente con colabo‐ ración interna. Los ataques en seis puntos del noreste parisino dejaron 130 muertos y más de 350 heridos. Una venganza por “la arrogante ofensiva de Francia contra el Califato”. Desde el año anterior, una coalición occidental había estado bom‐ bardeando sus posiciones en Siria, un país bañado en sangre por una guerra civil que ya lleva más de cinco años. Francia y sus aliados volvieron a atacar después del séxtuple atentado. Esta vez, con más fe‐ rocidad. El 14 de diciembre Barack Obama aseguró que ISIS ya perdió el 40% de las áreas pobladas que mantenía bajo control en Irak. El papa Francisco cree que vivimos “una Tercera Guerra Mundial por partes”. MEDIOS | 59