Con la incorporación como DGC de un ex Santo, Luigi Ghidotti, y a 15 años de su nacimiento, Ponce inicia una etapa distinta buscando no ser una nueva agencia sino una agencia mejor. Junto a Ricardo “Tano” Armentano, la nueva dupla buscará “multiplicar exponencialmente una forma de hacer y pensar”. Conversamos con Hernán Ponce, Luigi Ghidotti, Ricardo Armentano y Vanina Rudaeff, la nueva fórmula para enfrentar los desafíos locales e internacionales.
Hernán Ponce ¿Por qué elegiste a Luigi Ghidotti como director general creativo? Creo que nos elegimos. Es una coincidencia, si uno entiende esto como el acto de coincidir. Él necesitaba o tenía ganas de cambiar, y a nosotros nos pasaba exactamente lo mismo. Pero si soy un poco más llano y directo con la respuesta: Luigi es un talento, un gran talento y una muy buena persona. ¿Qué buscás en él? ¿Qué le pediste? Él me pidió a mí (risas)... Obviamente, no le pedí nada. En él busco lo que busco siempre en un director general creativo: un gran generador de ideas y de ambiente. Siempre la entrada de alguien con los pergaminos de Luigi me genera alegría y también, en este caso, mucha curiosidad, porque nunca habíamos trabajado juntos. Quise tomarlo cuando hacía equipo con Matías (Ballada) en la comunidad, pero no se pudo dar en esa oportunidad. ¿Por qué nunca dejaste el rol de director general creativo como lo hizo Pablo Del Campo o Carlos Pérez? Yo no me pongo títulos, sería ridículo. A mí me gusta trabajar, estar, escuchar, ver, pensar, aprender, opinar y presentar, no siempre, no todo el tiempo. Creo que las personas tienen la imperiosa necesidad de etiquetar. No soy director general creativo, quizás a veces pueda ser director creativo o redactor… quién sabe. Quienes trabajan en la agencia lo tienen muy claro: para opinar no hacen falta títulos.
POR MARÍA JOSÉ ACOSTA FOTOS: CANDELARIA GIL RETOQUE: MARTÍN SICHETTI PRODUCCIÓN: MARTÍN FEIGIELMAN
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¿Cómo es trabajar con vos? No es una pregunta para mí, ¿no? Sí, es para vos... Yo creo que está bueno, pero probablemente no lo sea. También creo
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que es fácil y seguramente te digan lo contrario. Definitivamente no es una pregunta para mí. Una agencia cambia, cuando cambia su director general creativo. ¿Cómo imaginás que va a ser la agencia de ahora en más? Espero que sea una agencia mejor. Pero no va a ser una agencia nueva; Luigi se suma al Tano (Ricardo Armentano), que hace muchos años que está, y sí, juntos van a llevar una línea de pensamiento completamente distinta. Uno siempre quiere que cambien muchas cosas, pero pedírselo a una sola persona, y nueva, además de ser incómodo e injusto es también estúpido. Luigi se suma a un muy buen equipo, que con él va a ser mejor aun. Según la comunicación de la agencia, Luigi viene en un momento de nuevos proyectos. ¿Qué podés contar de eso? Siempre hay nuevos proyectos y casi nunca se pueden contar… (risas). Sí puedo contarles que desde el año pasado nos propusimos alcanzar algunos objetivos internos y otros que tienen que ver con nuestros actuales clientes y con los futuros. Está bueno tener proyectos, tener hambre de cosas nuevas. Somos publicitarios de alma y nos encanta hacer publicidad. Hay oportunidades muy buenas en la Argentina, en Latinoamérica, en Europa y en Estados Unidos. Veremos cómo nos va. ¿Cómo definirías el momento actual de Ponce? Yo creo que Ponce está en un gran momento... pero yo me llamo Ponce. Siempre hay tornillos para ajustar, y piezas nuevas como Luigi para incorporar. Es para ser mejores. Si somos mejores, nuestros clientes van a ser mejores. Y vamos a atraer nuevos clientes que también quieran ser mejores. El
último año hicimos grandes campañas con el Tano, Anita (Analía Ríos) y Joaquín (Cubría), y con increíbles resultados para nuestras marcas. Estamos en un muy buen momento, y cuando empiece Luigi vamos a estar mejor todavía. ¿Qué objetivos que te planteaste ya están consolidados y cuáles no? ¿Cómo creés que es percibida Ponce en el mercado local? Supongo que como una agencia seria. Seria en cuanto a que trabajamos para que nuestros clientes, de una u otra manera, ganen dinero. Quizá la palabra más adecuada sería profesional, porque serio puede ser tomado como aburrido. Y esta agencia es muy divertida. No tengo dudas de que somos percibidos como una muy buena agencia. Aclaro que la palabra creativa me molesta. Hablando de creativa… ¿Creés que la agencia tiene una identidad creativa? ¿Es una fortaleza o una debilidad tenerla? Yo pienso que está bien tener una identidad, lo que no me parece bueno es tener un estilo. Tener identidad es tener un conjunto de valores y creencias, pero tener un estilo es tener un “aspecto” que es siempre igual, que uno no puede cambiar. No sé si está bien tener un estilo, a veces es difícil no tenerlo, pero sería mejor no trasladárselo a todas tus marcas. Nos esforzamos particularmente por buscarle a cada producto su propia voz. Eso es hacer comunicación. ¿Por qué creés que la agencia tiene pocas cuentas locales? Más que pocas cuentas, tenemos varias marcas y muchísimos proyectos. Hoy el mundo de la publicidad, en general, se maneja con proyectos, proyectos pagos que a veces salen y a veces no. Pero lo que más nos importa es tener trabajo. Y te aseguro que tenemos mucho.
¿Hacia dónde creés que va el negocio de una agencia hoy? ¿Se puede trabajar sin network? Sí, pero es muy difícil. Y más difícil aun es ser grandes sin pertenecer a algún grupo. Hoy, como siempre, el negocio de una agencia está en su capacidad de producir brillantes ideas, ideas que generen popularidad en una marca. Para que se entienda bien, hasta una marca súper snob, súper exclusiva tiene que ser popularmente reconocida como súper exclusiva, como snob, ¿se entiende? Por encontrar esas ideas nos pagan, ¡sean digitales o analógicas! ¿Qué te parece la tanda local? Por primera vez debo reconocer que estoy evitando las tandas. Hago mucho zapping, cambio mucho de canal. Igual muchos de los comerciales los veo en los sitios especializados en publicidad. No es lo mismo, pero en estos momentos priorizo mi diversión. Volviendo al tema, no hay grandes campañas actualmente, creo que la crisis mundial nos está afectando. ¿Creés que a la tanda le falta más Ponce? ¿En qué sentido? A si faltan más cosas de ustedes en el aire. No sé, me importa más la calidad que la cantidad. Igual, si algo caracteriza a la agencia es su poderío en televisión. Pocas agencias son tan televisivas como la nuestra, aunque hoy seguimos siendo muy 360°. ¿Cómo ves el nivel de la creatividad en general? ¿Quiénes considerás que marcan la tendencia local? ¿Y en el mundo? Si existen las tendencias, cosa que dudo, las odio. Lo dije mil veces: seguir una tendencia es, al menos, ser segundo. Y detesto ser segundo, detesto que las marcas para las que trabajamos sean segundas. Sí puedo hablar de las agencias que me gustan: de afuera, Wieden & Kennedy, Cutwater, Mother, Goodby Silverstein y Droga5. De acá: Young & Rubicam, Del Campo, Santo y Ponce. ¿Qué pensás de la actualidad de los anunciantes locales? Que se volvieron a asustar. No los juzgo. Pese a lo que dice nuestro gobierno y a unos números extraños, la crisis pegó no sólo de manera económica sino tam-
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bién psicológicamente. Es un momento confuso, dual, bipolar diría. Mucha presión. Los entiendo. No es un momento fácil para nadie. Pero ya va a pasar, ¿lo sabemos, no? ¿Creés que todavía hay valentía en la comunicación? Este país hace comunicación valiente, pero no porque anunciantes y agencias no seamos cobardes sino porque está en nuestro ADN. La publicidad argentina es reconocida no sólo en los festivales, por eso anunciantes de otras latitudes vienen a buscarnos. Somos buenos, muy buenos haciendo esto.
«El negocio de una agencia está en su capacidad de producir brillantes ideas, ideas que generen popularidad en una marca. Para que se entienda bien, hasta una marca súper snob, súper exclusiva tiene que ser popularmente reconocida como súper exclusiva, como snob, ¿se entiende? Por encontrar esas ideas nos pagan, ¡sean digitales o analógicas!» Ponce
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Luigi Ghidotti & Ricardo «Tano» Armentano Luigi, ¿qué fue lo que te entusiasmó de la propuesta? Tenía muchas ganas de que un proyecto tuviese mi cara. Creo fuertemente que las cosas son más auténticas y únicas cuando siguen la lógica de una o pocas personas. Por eso esto lo vivo como una oportunidad de multiplicar exponencialmente una forma de pensar y hacer. Y la verdad es que pude proyectarme mentalmente trabajando en esta agencia. ¿Qué le pediste a Hernán? ¿Qué te pidió? Le pedí que hiciese todo lo necesario para que mi llegada a la agencia “se sintiera”. Porque los cambios en el departamento creativo implican cambios en toda la agencia para que sean reales y sustanciales. Por supuesto que para eso todos tenemos que estar de acuerdo en lo que buscamos. Hay que arriesgar, y para arriesgar hay que confiar. Hernán me habló mucho de las cosas que le gustaban de mi trabajo, de lo que le gustaba de su agencia y de lo que creía que le faltaba a su agencia. Sin decírmelo, supongo que me pidió un poco de eso que le faltaba y que yo tenía en mi trabajo. Ah… también le pedí un cartelito con mi nombre en la puerta de mi oficina, siempre quise tener uno. ¿Es la primera vez que te separás de tu dupla (Matías Ballada)? ¿Cómo lo viviste? Ediliciamente hablando, sí. La realidad es que la cantidad de trabajo que acontecía en Santo hizo que de a poco nos fuéramos haciendo cargo de distintos proyectos y trabajando menos en dupla. Aunque nunca dejamos de opinar y pedir opinión al otro. Hacía un tiempo que ya éramos dos células bastante autónomas. Nos vamos a extrañar, calculo. Pero también voy a estar ocupado en “mi nueva relación” con el Tano. ¿Qué traés de tu paso por Santo? Uf, muchas cosas. A saber: la capacidad de interpretar y convertir necesidades concretas de marcas en ¡fucking entertainment! La
experiencia de haber hecho realidad una idea de marca. Creo que hoy Personal y Arnet son dos de las mejores marcas de Argentina, y esa transformación la hicimos cien por ciento nosotros. La experiencia de haber trabajado para marcas internacionales y en ámbitos muy diferentes como, por ejemplo, la moda, donde las agencias de publicidad casi no existen. ¿Qué percepción tenías de Ponce, la agencia? ¿Con qué te encontraste en este breve tiempo? Ponce para mí siempre fue una agencia de las buenas, del top 3. Envidiaba el nivel de producción de sus ideas y siempre fantaseé con el hecho de que Hernán fuera el único creativo con más de tres décadas de buen trabajo consecutivas. La carrera de un publicista es como la de un futbolista, si seguís jugando después de los 40 es porque sos bueno en serio. ¿Qué pensás que le vas a aportar? Está claro que Ponce es una agencia que hace las cosas bien. Yo creo que justamente puedo hacer que las haga un poquito mal. Y ese toque de maldad es la frutilla de la torta. Un poco de incorrección, una despeinada. Pero ojo que un despeinado creíble es mucho más difícil que peinarse. Tano, ¿cómo fue tu recorrido dentro de la agencia? Entré como equipo con Analía Ríos en 2003 y trabajamos juntos hasta llegar a la dirección general creativa junto con Joaquín Cubría, desde hace ya algo más de dos años. La verdad que pasé por todos los diferentes pasos creativos que uno puede dar en una agencia. Poder crecer en un mismo lugar es algo muy bueno y aparte muy difícil en Argentina. Yo puedo decir que me di el gusto, y aparte poder aplicar lo que aprendés en ese proceso. ¿Y cómo viviste la salida de tu antiguo equipo (Anita y Joaquín)? Muy bien, porque cuando tenés la suerte de trabajar con personas que aparte de colegas son amigos, es difícil no ponerte contento cuando el otro vive un cambio para bien o un crecimiento. Más allá de cierta tristeza que te puede dar el dejar de trabajar con gente talentosa y que querés,
segundos! Entonces, mientras la publicidad no tenga la capacidad de adaptarse de verdad a las nuevas tecnologías y a los nuevos hábitos de consumo de la información, es preferible que haga bien su trabajo a la vieja usanza. Tano: Depende de cómo lo veas. Para mí siempre es lo mismo. Tenés un medio que te da ciertas herramientas y tenés que usar tu imaginación para ver cómo convencés a una persona, a la que difícilmente conozcas personalmente, de que un producto o marca es la que quiere, necesita o desea. El resto son cosas que van cambiando y uno se tiene que adaptar.
en el balance, yo por lo menos siempre pongo como prioridad la parte humana. Por eso en definitiva lo viví contento por ellos. Y también lo tomé como un desafío para mí, por supuesto. De alguna manera sos el hilo conductor en la transición. ¿Cómo lo imaginás? ¿Cómo se está dando? El hilo conductor no solamente soy yo. Está Hernán, que ya lo fue en otras oportunidades. Por ahora se está dando muy bien. A veces, cuando uno habla de cambio parece siempre algo drástico, pero en realidad es tan simple como empezar a hacer lo que pensabas que había que hacer olvidándote por un momento de los peros de siempre. Una persona nueva siempre suma en ese sentido, en este caso Luigi. No sólo por talento sino también porque puede dar una mirada distinta. Pero también está bueno que alguien de adentro, que conoce los procesos, confirme que ese es el camino a seguir.
¿Cuáles son los principales desafíos para trabajar? Luigi: El desafío eterno está en hacer lo mismo de siempre de una manera novedosa, ¿no? Algo así como no aburrir y no aburrirse. Pero creo que hoy particularmente el desafío está en entender estos nuevos hábitos de consumo de información y dedicarle mucho tiempo a lo estratégico, para luego no ser víctima de los nuevos formatos. Si una marca tiene un mensaje novedoso, va a ser buenísimo en cualquier medio y/o formato.
¿Cómo definirías el laburo creativo de la agencia? Muy bueno y muy consistente. Es un trabajo de alto nivel pero sostenido durante mucho tiempo. Eso es algo bastante difícil de lograr. A veces el mercado se acostumbra y, desde mi punto de vista, no sé si es tan valorado en el mercado local como uno espera. Igualmente tengo la idea de que siempre se puede hacer algo mejor o distinto. A eso apuntamos.
¿Cómo eligen a la gente con la que trabajan en equipo? Tano: Siempre trato de que sea la persona más talentosa de las buenas personas. Luigi: Ultimamente (quizá luego de haber visto MoneyBall) tiendo a pensar que hay que saber elegir a la gente para eso en lo que es buena y entender que quizá sea buena para eso y absolutamente nada más. De todas maneras hay dos cosas que sí o sí tienen que traer adentro, porque no se adquieren trabajando: ganas y buen gusto. El buen gusto no está colgado en ningún FTP que te puedas bajar, y el tipo que no tiene ganas, por más que sea buenísimo, no va para ningún lado. Uno tiene que rodearse de gente inspiradora de una u otra manera.
Para los dos: ¿creen que cambió el modo de hacer publicidad-comunicación en este tiempo? Luigi: Debería estar cambiando a la misma velocidad que cambia el mundo, sin embargo tengo la sensación de que la publicidad está entrando en una etapa de madurez muy buena. Se ven menos caprichos y una mirada más largoplacista. Antes se escuchaba mucho el “le metimos esto a tal” como si se hubiese engañado a un cliente para que hiciera algo que es demasiado “jugado” para su marca. Hoy veo más campañas que intentan construir una marca, más allá de meter un “comercialito” chistoso. Esto me parece bueno justamente porque creo que las nuevas tecnologías cambiaron mucho los procesos pero no tanto el producto final. ¡Seguimos hablando de comerciales de televisión de 30, 45 y 60
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Luigi, ¿qué te inspira? Me inspiran muchísimo el cine, la moda y el arte. Me inspiran mucho las personalidades con convicción, desde Henry Ford a Marcelo Tinelli, pasando por Pablo Escobar. En general me inspira la gente que hace
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tario era de los pocos que accedían a esas cosas nuevas. Hoy la publicidad va desesperada tratando de subirse a lo que alguien dice que es “moderno”. Igualmente, si hablamos de tendencia en el ámbito masivo, me parece que en Argentina la sigue marcando la televisión. ¿Cómo enfrenta la creatividad la multiplicación de formatos? Luigi: Si escuchamos el discurso de las agencias pareciera que están todos preparadísimos y con toda la energía puesta en los nuevos formatos. Pero no es verdad. Al creativo le encanta pensar comerciales de TV y es muy difícil sacarlo de ese lugar donde se siente tan cómodo. Lo que pasa es que la multiplicidad de formatos implica una nueva manera de brifear. El pedido debería ser: “Cualquier formato menos TV”, pero como el creativo argentino necesita briefs concretos, todo pedido de nuevo formato termina en una aplicación de Facebook pedorra. Quizá con las nuevas generaciones de creativos esto cambie, o quizá sea el momento de armar equipos interdiciplinarios en serio, ¡otro gran chamuyo de agencia del 2000!
cosas y hoy la gente que hace tiene la posibilidad de mostrar eso que hace desde el living de su casa a todo el mundo. Creo que más inspirador que eso no hay nada. ¿Les gusta lo que ven en la tanda? Luigi: Hoy todas las marcas intentan hacer buena publicidad. Todas. Eso es muy valorable. De hecho hay intentos que llegan a muy buen puerto, pero hay otros que directamente me asustan con un nivel de amateurismo notable. Hay marcas con mucha inversión a las que dan ganas de decirles: “Por favor, confíen la comunicación de su marca a profesionales”. Y creo que justamente tiene que ver con esto de intentar hacer buena publicidad. Una cam-
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paña lineal la puede hacer cualquiera, no puede salir demasiado mal. Ahora, una campaña “con onda” no la puede hacer cualquiera, y el riesgo de hacer algo vergonzoso es mucho mayor. Tano: Lo extraño de hoy en día es que la palabra tanda quedó vieja para usar de termómetro de cómo está la publicidad. Las piezas audiovisuales siempre tienen un peso muy grande, a veces no tanto en la tele abierta. Veo muchas ideas publicitarias que me gustan, independientemente de cómo estén ejecutadas. Tano, ¿qué cuentas pendientes tenés con tu profesión? Si bien tengo ganas de hacer un montón de cosas, la realidad es que no
creo tener cuentas pendientes. Si miro para atrás, cuando empecé a estudiar publicidad, nunca me imaginé en esta posición. En ese sentido, estoy agradecido. Luigi, ¿quienes considerás que marcan la tendencia local? ¿Y en el mundo? La verdadera tendencia la marcan todos esos genios-bloggers-artistas-músicos-diseñadores de 20 años que no paran de hacer y hacer y mostrarse de maneras mil veces más originales que la publicidad. De hecho las marcas se desviven por estar cerca de ellos y nutrirse de su onda. La publicidad en Argentina supo ser un lugar de tendencia cuando el creativo publici-
¿Sos de los que prefieren el departamento digital afuera o adentro de la agencia? Luigi: Adentro, toda la vida. Para que lo digital potencie al resto de la campaña es fundamental que los creativos estén involucrados en lo digital y el departamento digital en lo creativo. Ojo, me encantaría poder tercerizar a un estudio una campaña digital y recibir algo brillante. Lo mismo que un contenido viral para Web, pero en Argentina, por ahora, no pasa. El primero que lo haga se llena de guita.
Vanina Rudaeff ¿Cómo creés que es percibida la agencia en el mercado de anunciantes? Como una agencia talentosa y seria, si uno entiende por seriedad ser responsable del dinero de nuestros clientes. El hecho de ser una de ¡siete! agencias finalistas en el Effie Global 2012 junto a agencias como Wieden & Kennedy y BBH, compitiendo con anunciantes como Google o Nike, y ser la agencia que ganó tres Grand Effies en seis ediciones en Argentina, también habla de lo que opinan los anunciantes
«A veces cuando uno habla de cambio parece siempre algo drástico, pero en realidad es tan simple como empezar a hacer lo pensabas que había que hacer olvidándote por un momento de los peros de siempre. Una persona nueva siempre suma en ese sentido, en este caso, Luigi.» Armentano
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de Ponce. Tengamos en cuenta que en este premio, la mayoría de los jurados son anunciantes. ¿Cuáles dirías que son sus principales demandas? El mercado hoy pide resultados. Así de simple. En la agencia buscamos la manera de llegar a ellos. Y la mejor manera es con grandes ideas. No hay otra, ese es nuestro negocio: les va bien a ellos, nos va bien a nosotros. Fin de la historia. ¿Cambia la “oferta” de la agencia ante un cambio de dirección creativa? La incorporación de Luis, para mí, que tengo una visión histórica de la agencia, no cambia su oferta sino que probablemente la redefine en varios aspectos. Es lógico que cuando alguien nuevo se incorpora al equipo todo se reacomoda. Hay cambio, pero el corazón sigue siendo el mismo. Hernán siempre supo rodearse del mejor talento. Me acuerdo de una nota de hace algunos años en la que Hernán decía que su manera de seguir estando vigente era funcionar como un “vampiro” de las nuevas generaciones, tanto para beneficio de la agencia como para seguir apren-
«Está claro que Ponce es una agencia que hace las cosas bien. Yo creo que justamente puedo hacer que las haga un poquito mal. Y ese toque de maldad es la frutilla de la torta. Un poco de incorrección, una despeinada. Pero ojo que un despeinado creíble es mucho más difícil que peinarse.» Ghidotti
diendo él. Siempre está buscando tener la mejor Ponce posible. Siempre.
Hernán, ¿qué balance hacés de estos 15 años? Uff... he hecho balances de un año, pero de 15... A ver, lo más importante es que no me arrepiento para nada de haberme animado aquel noviembre de 1996 a ir hasta la oficina de Straschnoy y decirle: “Darío, me voy”. No porque estuviese mal en Young, sino porque sentía sinceramente que se había cumplido un ciclo, un ciclo de 9 o 10 años. Era o un director general creativo viejo o un dueño de agencia joven. Después, todas las épocas de la agencia tuvieron sus cosas buenas y sus cosas no tan buenas. El inicio casi chiquilín y sin prejuicios nos convirtió en la agencia de más rápido crecimiento en la historia de la publicidad argentina. También subrayo la manera en que esquivamos la catástrofe de la crisis de 2001 y la convertimos en un suceso. Eso también nos hizo pensar que podíamos hacer lo mismo con nuestros clientes. Y el último año, buenísimo desde todo punto de vista: muchos llamados, algunos increíbles y otros esperados. Eso está bueno... que te llamen porque sienten que los podés ayudar.
¿Qué les vas a ofrecer a tus clientes actuales y potenciales? Ideas que construyan marcas sobresalientes. ¿Cómo? Innovando, explorando nuevas formas de comunicar, experimentando técnicas y hasta creándolas si es necesario. Que se animen a desafiar los propios límites para descubrir que sorprendiendo a sus consumidores podemos fortalecer la marca mientras se la ubica en un lugar “distinto” y más efectivo. Les ofrezco la posibilidad de trabajar con una agencia vanguardista que tratará de convertir a sus marcas también en vanguardistas.
está en el ADN de Ponce. Somos enfocados y perfeccionistas... detallistas. Creo que en eso hay coincidencia con Luigi, el también lo es. Obviamente que si nos dieran a optar, tendríamos una linda lista de prospects para elegir. Pero estamos, sin ser conformistas, muy contentos con lo que somos y con lo que tenemos. Nos divertimos mucho trabajando.
¿Ha cambiado la cabeza y los intereses de los clientes en los últimos años? ¿En qué? No y sí. No, porque los intereses de los clientes y nuestra razón de ser como publicitarios fue y sigue siendo el negocio de las marcas. Tampoco ha cambiado la necesidad de sentirse orgullosos de lo que se hace bien y que se premie. El principal leit motiv de ambos lados sigen siendo el negocio y el reconocimiento.
¿Creés que Ponce tiene los anunciantes que merece? ¿Qué le falta? Sí, tenemos los anunciantes que nos merecemos. Y sí, siempre sentimos que nos faltan cosas. El inconformismo
¿Qué cambia a partir de ahora? ¿o por qué están los que están? Una agencia está permanentemente en movimiento, quizás mucho más que cualquier otro tipo de empresa. Y los cambios más importantes, o verdaderos, son los de la gente. Los demás cambios generalmente son mentira o están en la fantasía de los mesías de la publicidad. Tratamos de tener a los mejores y para eso hay que pagar bien, aunque a veces tenerlos no pasa sólo por el dinero. La pauta del nivel de gente que tenemos es que Ponce es una de las primeras agencias a la que las demás miran cuando tienen que tomar a alguien. Eso, que me molesta horrores, extrañamente también me pone muy orgulloso.
«El mercado hoy pide resultados. Así de simple. En la agencia buscamos la manera de llegar a ellos. Y la mejor manera es con grandes ideas. No hay otra, ese es nuestro negocio: les va bien a ellos, nos va bien a nosotros. Fin de la historia.» Rudaeff
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Temaiken o ser agencia digital para Argentina de Stella Artois, o asesorar al Municipio de San Isidro lo demuestran. También algunos concursos que no ganamos, pero a los que fuimos invitados. Para que quede claro: para la Argentina somos una gran agencia local, para el mundo una muy buena agencia internacional. Creo que todas las agencias argentinas pueden serlo si se lo proponen.
¿Por qué creés que la agencia tiene pocas cuentas locales? Vivimos en la Argentina. Cuando fue la gran crisis, la coyuntura económica hizo que colocáramos el foco del negocio en lo regional y lo global, y así la agencia logró mantener su negocio y a toda su gente, mientras las demás se veían obligadas a despedir. No fue poca cosa, ¿no? Entonces crecimos, crecimos mucho, nos hicimos conocidos internacionalmente y conseguimos más proyectos aun. Fue una decisión, y sin dudas la más acertada. Obviamente esto hizo que nos vieran como lo que somos: internacionales, que no excluye ser local. Las campañas de
Sos parte de la agencia desde sus primeros días. Hoy sos Directora de Servicios al Cliente. ¿Qué cambió en tu tarea? ¿Qué implica tu rol hoy? Ponce cumplió 15 años; cumplo 15 años en la agencia: eso te dice algo. Estoy acompañando a Hernán y a la agencia en cada paso que dimos desde el principio. En este tiempo he aprendido muchísimo. Y como en toda relación, hay etapas mejores y peores. Lo que sí te puedo decir es que estoy más grande. Desde ese lugar, y respondiendo a la pregunta, creo que mi rol ya no sólo el de acompañar o de apoyar, sino también el de generar. Hernán me está dando este espacio. Eso está bueno, lo valoro enormemente y, sobre todo, me motiva.