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La educación como vertiente para el desarrollo digital de sociedades

La educacióncomo vertiente para el desarrollo digital de sociedades

Linda Betsabe Hernández Yescas

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Centro de Bachillerato Tecnológico No. 2 “Guillermo González Camarena” Ixtapaluca, Estado de México

Actualmente, la mayoría de las personas, sobre todo jóvenes, tiene habilidades para manejar dispositivos móviles. Las tecnologías digitales deberían contribuir a las transformaciones vertiginosas de manera positiva para el desarrollo de la humanidad; movilizar las tecnologías de la información y comunicación (TIC), para elaborar nuevos enfoques; adaptar la educación a la ciudadanía digital, para integrar reglas de interacción; participar en redes sociales con respeto; intercambiar conocimiento, y colaborar y convivir para crear sociedades sostenibles y pacíficas.

Sujeto, ciudadanía y educación en la era digital

En el siglo XXI, el uso de las tecnologías digitales rebasa una cultura responsable y crítica. El acceso a internet es cada vez más fácil, sin reglas, lineamientos o políticas. Touraine (citado en Piña, 2012, pp. 196-201) identifica tres tipos de entes: actor, sujeto e individuo. El sujeto debe convertirse en actor, y para conseguirlo debe despertar su conciencia, reconocer al otro y reconocerse en el otro; los individuos toman el control de sus acciones, algunas veces actúan de manera consciente y otras, por sentido común, sin cuestionarse, son pasivos, acríticos. Por su parte, Levi (citado en Piña, 2012, p. 216) apela a la importancia de reforzar sentimientos y prácticas de responsabilidad, para lograr contar con sujetos críticos en su forma de socializar. Esto se asocia con los enfoques innovadores de la educación. A partir de lo anterior se genera la pregunta: ¿es posible utilizar la educación para formar sujetos en la era digital? Para el docente surge la necesidad de actualizar el conocimiento respecto a las nuevas formas de comunicación (redes sociales) que utilizan los alumnos de una manera muy natural; razón por la cual a esta generación se le denomina “nativos digitales” o “milenial”. En particular, la adicción a los dispositivos móviles durante las clases perjudica la productividad del alumno. Sin embargo, los docentes deberían de conocer, identificar las carac-

terísticas funcionales y utilizar, con un enfoque pedagógico, plataformas virtuales, foros de discusión, bibliotecas digitales y redes sociales, siempre y cuando sea con la intención de incrementar la pertinencia frente a los estudiantes según contextos y necesidades. Los profesores deben hacer uso inteligente de las herramientas tecnológicas en el aula, pues “constituyen un medio que contribuye a optimizar la actividad y la comunicación de los maestros con los estudiantes y con los contenidos de aprendizaje” (Muñoz, 2011, p. 90).

En el caso del nivel medio superior, en ocasiones los estudiantes superan a los docentes en la utilización de las tecnologías. Si éstos en verdad tuvieran interés y se empeñaran en su aplicación, la comunicación con los estudiantes mejoraría; además, se aceleraría la reproducción de contenidos y retroalimentación que muchas veces no se da en clase por falta de tiempo.

¿El uso del celular en el salón de clase afecta el rendimiento académico? Este tema se ha observado de manera recurrente; no sólo es un distractor y ocasiona bajo rendimiento académico, sino que, en los exámenes, algunos consultan su celular para revisar fotos de sus apuntes y poder contestar; además, se toman fotos y videos de alumnos y profesores que después son empleados en memes —lo que deriva en ciberacoso—. De acuerdo con un estudio realizado por la empresa McAfee (ABC Telefonía, 2017), 45% de los alumnos usan dispositivos móviles para acceder a las redes sociales en horas de clase, y 86% está conectado a internet al menos una hora al día mientras está en el aula. Estas cifras son similares a las que se perciben en los bachilleratos del Estado de México.

Los docentes que aplican las TIC no analizan el impacto que ocasionan en los alumnos. De ahí la importancia de evaluar su asertividad, para compartir con otros docentes el resultado y mejorar la metodología de enseñanza. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por su sigla en inglés) comparte los conocimientos respecto a las diversas formas en que la tecnología puede facilitar el acceso universal a la educación; indica que las TIC pueden complementar, enriquecer y transformar la educación, reducir las diferencias en el aprendizaje, apoyar el desarrollo de los docentes, mejorar la calidad y la pertinencia del aprendizaje, reforzar la integración y perfeccionar la gestión y administración de la educación (UNESCO, 2019). Bien es sabido que toda tecnología puede ser usada para bien o para mal. En una nota del periódico Excélsior (2018) se dio a conocer que en Francia se aprobó una nueva ley que prohíbe a los alumnos ingresar a las aulas con dispositivos móviles, a nivel primaria y secundaria. No obstante, los estudiantes nativos digitales exigen esta forma para comunicarse, así como tareas, investigación, trabajos, etcétera.

Según Mendoza y Rodríguez, “Usar las redes sociales dentro del aula ha sido una demanda de los propios alumnos, quienes encuentran la utilidad de las redes sociales y han empujado a los profesores al uso de las mismas” (2013, p. 31). Sin embargo, no se ha permitido de manera abierta el empleo de estas herramientas de comunicación con los alumnos, incluso fuera del aula. Por ejemplo, una idea de McGrail (citado en Zenteno y Mortera, 2013) alude

a la ética pragmática de maestros y ética racional de legisladores y administradores, para basar el cambio tecnológico y pedagógico que representa la integración de las TIC en la enseñanza. Esto no es congruente con lo aplicado, según las nuevas reformas y cambios en los nuevos modelos educativos. La Nueva Escuela Mexicana habla del uso de tecnologías, pero no especifica cuáles de ellas son correctas, ya que aún no se ha definido de manera lógica a qué se refiere el empleo de las TIC en el desarrollo de actividades. Por su parte, Romo expresa: “la capacitación del maestro es necesaria para que haga uso eficiente de la tecnología; el desconocimiento de las nuevas herramientas provoca rechazo natural, no es fácil asumir los nuevos paradigmas” (citado en Arnold, 2017, p. 13).

Ante dicho panorama, la actitud del maestro es primordial, ya que de ella depende un cambio pedagógico significativo; debe contemplar un enfoque innovador y aplicar estrategias didácticas correctas que le permitan desarrollar competencias para toda la vida. En este caso, la vida online debe ser segura, responsable y saludable.

Aplicar las redes sociales en la práctica docente con un enfoque pedagógico es cambiar el paradigma que se tiene de su uso, pues se utilizan los principios del constructivismo social y conectivismo de George Siemens (citado en Godoy, 20132014). Este autor refiere que la interacción con otros parte del individuo; el aprendizaje se ve como una conexión de nodos especializados de información y el ser humano actúa como depositario. Se trabaja de forma estratégica y se crean comunidades de aprendizaje propias de la sociedad del conocimiento. El trabajo colaborativo es una capacidad que permite aprender de otros y comprender la propia mente. El término “comprensión” equivale a: “comprender una mente ajena y comprenderse a sí mismo en el interior de esa capacidad” (García citado en itesm, s/a).

Así, se pretende que el alumno tenga un autoaprendizaje, interés, motivación y disciplina de trabajo y que logre habilidades de escritura para que se pueda expresar de manera clara y sencilla. Las TIC se han convertido en los principales instrumentos de los modelos de educación a distancia, porque han favorecido la interacción entre los participantes. El internet ayuda mucho al ambiente educativo, ya que da flexibilidad a los factores que antes resultaban limitantes para algunos estudiantes; por lo que el ambiente virtual de aprendizaje (AVA) se vuelve más accesible. La web 5.0 es la red sensorial-emotiva producto del conocimiento social generado y la integración de la data de manera global (Patel citado en Urrelo, 2014, p. 22), es decir, es posible conectarse en cualquier momento y en cualquier lugar del mundo. Según William R. Sherman (citado en Urrelo, 2014, p. 215), el entorno artificial es un medio compuesto por simuladores de computadora interactivas que reaccionan a acciones del usuario. Actualmente, existen muchas aplicaciones que ayudan a integrar actividades según la edad o el grado académico; si se incluyeran de manera eficiente, el aprendizaje se facilitaría y en la escuela se formaría a los nuevos sujetos digitales. De esta manera, se coadyuvaría a crear sociedades que puedan avanzar por sí solas, apoyar a otras células de aprendizaje y formar una cultura digital. Entonces, se podría definir la comunicación e interacción digital de manera pacífica y fomentar el respeto mutuo.

Reitero, las herramientas digitales contribuyen a desempeñar actividades o facilitar procesos, pero no son indispensables para el desarrollo de las sociedades ni para establecer normas, reglas y acuerdos para su ejecución —como algunos dispositivos ya configuran y organizan el tiempo—. No hay que perder la parte humanística.

Conclusión

En el ámbito digital se deben atender las problemáticas y necesidades que están surgiendo con las nuevas generaciones de jóvenes, con el fin de formar una ciberciudadanía crítica, responsable y empática. La educación es la vertiente que permitirá la formación digital. El docente frente a grupo tiene la responsabilidad de producir la atmósfera apropiada para la construcción del conocimiento, a través de la organización de estrategias y de la interacción humana y tecnológica. Por lo tanto, al incorporar las redes sociales en el currículo de manera seria y comprometida, existirá una mediación con el uso racional estratégico de las tecnologías, según la edad y grado académico, para lograr la interacción de forma sostenible y pacífica.

Referencias

ABC Telefonía (2017), “Distracción educativa: la mitad de los estudiantes mira sus móviles en el aula mientras se imparte clase”,

Madrid, 3 de septiembre de 2017, disponible en: https://bit. ly/3kweZiI [fecha de consulta: 21 de julio de 2019]. Arnold A. (2017), “TIC, TAC, TEP, el sonido de las nuevas tecnologías”, en Alma Mater. Revista de la Universidad Autónoma de Guadalajara, núm. 304, pp. 10-15, disponible en: https://bit.ly/2FG67Zr [fecha de consulta: 6 de agosto de 2019]. “Francia prohíbe el uso de celulares en escuelas”, en Excélsior, 4 de septiembre de 2018, disponible en: https://bit.ly/3kAj2up [fecha de consulta: 23 de julio de 2019]. Godoy, N. (2013-2014), “Retos del sistema educativo actual frente a la nueva y emergente era digital”, disponible en: https://bit. ly/2S1yK5L [fecha de consulta: 25 de septiembre de 2020]. itesm (Instituto Tecnológico y de

Estudios Superiores de MonUNESCO (Organización de las

Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) (2019), “Las TIC en la educación”, disponible en: https:// bit.ly/3cm4zPT [fecha de consulta: 17 de diciembre de 2019]. Urrelo, L. (2014), “Trabajo colaborativo apoyado por tecnologías de información. Un paseo por algunas herramientas de software que facilitan el trabajo colaborativo”, disponible en: https://bit.ly/3642uXT [fecha de consulta: 6 de enero de 2020]. Zenteno, A. y F. J. Montera (2013),

“La apropiación de las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC) entre los profesores de bachillerato en

México”, en Revista de Investigación Educativa de la Escuela de

Graduados en Educación, año 4, núm.7, pp. 7-18, disponible en: https://bit.ly/366OjRL [fecha de consulta: 17 de diciembre de 2019].

terrey) (s/a), “Introducción”, en Las estrategias y técnicas didácticas en el rediseño. Aprendizaje colaborativo, México, Dirección de Investigación y Desarrollo

Educativo, Vicerrectoría Académica-itesm. Mendoza, O. L. y C. M. Rodríguez (2013), “Competencias digitales, sociales y didácticas requeridas por los docentes que manejan las redes sociales en el ámbito educativo”, en Revista de

Investigación Educativa de la Escuela de Graduados en Educación, año 4, núm. 7, pp. 25-32, disponible en: https://bit.ly/366OjRL [fecha de consulta: 6 de agosto de 2019]. Muñoz, M. (2011, febrero), “El uso de las TIC’s en EMS. Visión de un grupo de profesores-estudiantes”, en Revista Mexicana de

Bachillerato a Distancia, vol. 3, núm. 5, pp. 84-93. Piña, J. (coord.) (2012), Ciudadanía y educación. Diálogos con

Touraine, México: Ediciones Diaz de Santos.

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