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capítulo II
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HOY PRESENTAMOS los niños que escriben en el cielo
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En tiempos donde la vida se resume en una foto, en una página de Internet, proponemos intervenir las redes sociales, en un amplio concepto, no sólo referido al marco que ofrece una pantalla, sino a la red que nace y muere en la esquina de un barrio, la red que encierra circuitos culturales, la red que nos atrapa en el discurso político; la red que arrojamos, es en definitiva y por qué no decirlo, una montaña de amor. Creemos también en que es necesario hacer uso de las herramientas que están a nuestro alcance; Internet siempre nos pareció una basura, sostenemos que sería óptimo trabajar para un formato físico, pero la realidad social en la que nos encontramos no nos permite abordar la idea de que estas letras le lleguen a usted en formato impreso. Podríamos quedarnos en algún bar discutiendo acerca del Periodismo, o analizando la censura que sufrimos hacia nuestro primer proyecto hace algunos años, un programa de radio al que hoy ya hemos enterrado. Pero un guerrero no se detiene jamás, y un puñado de locos que creen en el Periodismo Alternativo no dejan núnca de soñar.
UNA MONTAÑA DE AMOR
EDITORIAL
Me he propuesto a modo de presentación redactar algunas cuántas líneas en el intento por traducir el nacimiento de una Revista Independiente. Pienso en el sacrificio de los que mueren a diario creyendo y reventando el Periodismo, en el ejercicio de inmersión y denuncia frente a la suciedad que nos rodea; en la misión de dar testimonios en momentos difíciles. Encuentro un espacio vagamente vacío de contenido en la provincia de San Juan, creo –y ya era tiempo de decirlo– necesitamos encontrarnos y activar la bomba de una buena vez.
Revista Montañas de Papel, es a mi modo de ver las cosas, un espacio donde tú voz se convierte en letras, en postales, en la construcción permanente de una obra que trasciende fronteras. Las conversaciones comunes cobran importancia, plantear lo que nos rodea mientras otros observan hacia otra esfera. No desconocer lo que prefieren olvidar, no callar lo que se busca silenciar, decir lo que necesitamos que se diga. Ya hemos visto suficiente muerte como esclavos del poder, ya conocimos el sabor de la sangre, no podemos perder más tiempo. Sabemos que ingresamos en un terreno difícil de comprender, complicado de aceptar porque siempre caminamos por dónde caminan los nadies. Siempre fuimos nadie, y así seremos uno y uno con el todo, y eso nos permite pararnos frente a la realidad y ajustarle una patada justo en donde más duele. Nos paramos de manos, estaremos preparados para presentar batalla donde sea necesario. Los años pasan y los que escribimos el ritmo de los días vamos acumulando textos por todas partes, la habitación se transformó en una redacción, escritos que van desde poesía, pasando por ensayos hasta llegar a la crónica latinoamericana. Hay guiones reseñas, entrevistas, editoriales, y un montón de palabras que se apilan en un rincón, letras que junto al papel forman una montaña gigante, quizá la única montaña que jamás podrán ultrajar y contaminar los enfermos de poder. Necesitamos encontrarnos, –insisto– debemos armar la bomba. Montañas de Papel se lanza al universo espacial, para que todos los astronautas que quedaron perdidos encuentren un espacio dónde buscar el decir no sea más la cima incansable. Leandro Fuentes Sobelvio │
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PARLANTES
PERIODISMO MUTANTE por Ernesto Simón
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an Juan se ha visto desbordada por esa extraña rama de la comunicación llamada Periodismo Mutante. La variante no es nueva. Es esa clase de periodismo que muestra su mejor cara: siempre sonriente, complaciente, grotesca y luego, cuando el poder cambia de manos, se da vuelta y ataca. El género en San Juan se apareció en la postrimería del Gobierno de Leopoldo Bravo, de Jorge Escobar, con Alfredo Avelín no hizo falta, con Waldino Acosta asomó apenas y luego se consolidó en la última etapa del Gobierno de El Vale Todo Gioja. El Periodismo Mutante se caracteriza por ser crítico sobre el final de los mandatos de cada gestión para luego volver a portarse obsecuentemente con el nuevo gobierno que asume. Se arrodilla, se pone de pie, pero nunca mira a los ojos, es una clase de periodismo lamentable y penoso, muy practicado por una caterva de adherentes que siempre son mayoría y ocupan espacios en los diarios, radios y canales de TV. Los mutantes siempre terminan con la dignidad arrojada al piso, con la mirada puesta en el suelo y la honradez olvidada en el abominable arcón donde yacen sepultados los estoicos ideales de la mocedad. Este género es ejercido por esa clase de trabajadores y empresarios de los medios que se comportan disciplinados a fuerza y rigor de plata. Se convierten en sobones libidinosos a la hora de elogiar a quien les paga mes a mes una suculenta suma de dinero que bien podría tomarse como un emolumento que reciben a cambio de silencio. El canje perfecto. Pasado el tiempo, y ya a punto de vencer el mandato del funcionario de turno, sacan los colmillos y las uñas, se ponen en la posición de “críticos” y muerden a la presa que ya a esa altura está tirada y mal herida, casi indefensa. Un rasgo de la mutación es la aparición de colmillos y uñas. Son un esperpento patético, afanosamente hipócritas.
Nunca muerden al amo en su apogeo. Son aplicados seguidores de los consejos de Nicolás Maquiavelo, aunque nunca agarraron El Príncipe como para leer algo. Son intuitivos y acomodaticios. Se arrastran al ras del piso, vuelan a lo gallina y no les importa ser tomados por lacras humanas. Primero hacen del periodismo un panegírico insoportable y rastrero que desemboca en la lisonja vergonzante con la que conviven a diario. Luego, cuando el gobernador está por irse, muerden un poco como para lavarse la cara y mostrarse ante la sociedad como valientes profesionales custodios de la democracia. En el día del periodista, es preciso hablar de este género inventado por profesionales cultores de la extorsión, que cada tanto, en las transiciones, hacen la parodia del rebelde intrépido y temerario. Luego vendrá el tiempo en que deberán agachar la cabeza de nuevo y dejar sonar en sus oídos esa vieja melodía que los acerca al silencio y a la ganancia. Atravesamos un momento ideal para que muchos se den un baño de dignidad, aunque consideren perdida a esa extraña virtud. Un mal consejo: Traten de hacer lo posible por parecer. Mucha gente se come la curva y sigue de largo, el recurso ha funcionado durante años; ¿Por qué no debería funcionar ahora?
Sobre el autor: Ernesto Simón (San Juan, 1969). Es periodista y escritor. Ha conducido ciclos de radio y ha escrito en diferentes medios gráficos. En 2010 escribió la obra de teatro “Todos dicen algo”, que se estrenó en el Festival Nacional de Teatro por la Memoria. En el año 2013 publicó el libro de microficciones “77 historias” (Milena Caserola) y en 2015 publicó el libro de cuentos “Argentinos por nada” (Wu Wei).
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SAN JUAN ME MATA
EL ACUERDO FEDERAL MINERO Y LA EDUCACIÓN por Guillermo Alamino
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l nuevo Acuerdo Federal Minero propone la inserción de contenidos que promueven la minería a cielo abierto en los establecimientos educativos, con el propósito de legitimar y naturalizar una actividad altamente cuestionada. En este sentido, las consecuencias socioambientales de la megaminería han generado su repudio en universidades, Estados provinciales, países y el Parlamento Europeo. Quieren colocar a la escuela argentina al servicio del capital transnacional.
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El Presidente de la Nación Mauricio Macri junto a gobernadores (menos La Rioja, Chubut y La Pampa) firmaron el Acuerdo Federal Minero, una de las regulaciones garantes de beneficios económicos y estabilidad fiscal para las compañías mineras. Pero no sólo se trata de un pacto meramente promotor de inversiones, sino que el documento plantea llevar el discurso megaminero a las escuelas. Es decir, se legalizaría la injerencia de las multinacionales y sus socios en la educación. A través del Ministerio de Educación
Nacional y de las Provincias, el convenio postula agregar contenidos sobre la minería tanto en los niveles primarios, secundarios y terciarios, para conocer, entre otros aspectos, “la importancia del sector minero en la economía nacional y regional”. Cabe destacar que estos emprendimientos fueron discutidos y rechazados por varias casas de altos estudios, provincias y naciones del mundo.
“El nuevo Acuerdo Federal Minero propone la inserción de contenidos que promueven la minería a cielo abierto en los establecimientos educativos, con el propósito de legitimar y naturalizar una actividad altamente cuestionada” Al respecto, la Universidad Nacional de La Rioja, Cuyo, Río Cuarto, Mar del Plata, Córdoba, Luján, entre otras no aceptaron los fondos del yacimiento Bajo La Alumbrera-YMAD. La Universidad Nacional de Córdoba consideró que los proyectos mineros provocan “la grave e irreversible destrucción de los ecosistemas; contaminación de las fuentes de agua, la magnitud y peligrosidad de los insumos y efluentes; una profunda afectación a la flora, fauna, el hábitat y el paisaje local; y la consecuente pérdida de biodiversidad y degradación general de las condiciones socio ambientales mínimas requeridas para las restantes actividades económicas, para la salud humana…”. En sus fundamentos, la Universidad Nacional de Rio Cuarto expresa que “estos modelos extractivos se sustentan en la lógica desplegada por el capitalismo tardío, que a través de capitales transnacionales impulsan la megaminería y el agro negocio extractivista que afectan derechos fundamentales de las poblaciones”.
“Las escuelas deben ser espacios autónomos donde se transmitan valores que promuevan el respeto a la naturaleza y el debate acerca de la realidad”
Por otra parte, el Parlamento Europeo sancionó en el año 2010 una resolución sobre la prohibición general del uso de las tecnologías mineras a base de cianuro, en el que afirmó que “el uso de cianuro en minería crea poco empleo y sólo por un periodo de entre ocho y dieciséis años, pero puede provocar enormes daños ecológicos transfronterizos que, por lo general, no son reparados por las empresas explotadoras responsables, que suelen desaparecer o declararse en quiebra, sino por el Estado correspondiente, es decir, por los contribuyentes”. Esta disposición fue tratada luego del vertido de 100 000 metros cúbicos de agua contaminada con cianuro sobre el sistema fluvial Tisza-Danubio y más de 30 accidentes en 25 años. En Argentina, nueve legislaturas provinciales aprobaron normativas contra la megaminería como Córdoba, La Pampa, Mendoza, La Rioja (derogada), Río Negro (derogada), Chubut, Tierra del Fuego, San Luis y Tucumán. Las protestas sociales y asambleas formadas en esas jurisdicciones fueron un factor calve para lograr lo mencionado. Costa Rica, Grecia, Turquía, Republica Checa, el Estado de Montana en EEUU, entre otros tienen normas prohibitivas o restrictivas en todo su territorio. Las escuelas deben ser espacios autónomos donde se transmitan valores que promuevan el respeto a la naturaleza y el debate acerca de la realidad cotidiana. Tratar de fortalecer las explotaciones mineras utilizando aquellas instituciones constituye una política auténticamente colonial porque, de esta manera, la educación se convierte en un instrumento del capital transnacional. Siempre hubo injerencia, pero ahora podrán contar con un marco legal. ●
Sobre el autor: Guillermo Alamino. Estudio Lic. en Comunicación Social en la Universidad Nacional de San Juan. Colaboró con notas para diversos sitios webs como El País Diario, ANRed, InfoSur, entre otros. Además es parte del equipo de Manzana Fanzine e integrante del Espacio Cultural Sur.
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BARDO EXPRESS
ANARQUÍA EN LA ESCUELA por Osvaldo Kraft
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as universidades se han convertido en una fábrica de producir robots alienados para que sean funcionales a un sistema burocratizado, despojando todo instinto creativo, repudiando nuevas formas de aprendizaje, martillando generaciones, abrazando la construcción de un producto utilitario a los requisitos del orden mundial. Es una ficción demasiado real, cada vez son más los docentes mediocres que emanan las directrices a un puñado de jóvenes perdidos por la velocidad de los tiempos modernos. En casi todos los casos, la relación docentealumno nace de una posición de desigualdad (el maestro es quien posee un conocimiento; el alumno, quien habrá de recibirlo). El maestro puede mejorar sus métodos de enseñanza, pero difícilmente partiría de una relación de igual a igual con el alumno como un método novedoso de enseñanza en nuestra sociedad cada vez más distorsionada por el Capitalismo. La figura del docente-alumno es sólo un recorte de algo más complejo, lo micro de lo macro; en líneas generales ambas figuras son víctimas de una maquinaria desbastadora, es un plan estratégico en las bases de la razón instrumental para lograr que el reloj continúe girando en una única dirección. Nunca antes hemos ejercitado (no en teoría, sino en el cuerpo) la disociación de dos cosas que el capitalismo nos educó para que experimentemos como una sola: Tiempo y Dinero. Es necesario, en la medida en que se lo considere, aplicar a nuestras miserables vidas una premisa de Jean Paul Sartre: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. Pensar en diagramar una acción que resista el sistema instaurado, además de estar condenado a la soledad, y a la indiferencia de todos aquellos que aceptan un régimen único es un camino difícil, de este lado, venas abiertas, lucha y resiste la minoría. Sólo con pasión y convicción se podrá salir de los márgenes de la violencia. Y es, me parece, más fácil estar fuera del mundo y sosteniendo un modelo socioeconómico alternativo cuando sos, al fin y al cabo, una diminuta isla. Un símbolo. Un conveniente punto de fuga en la olla a presión. También, y por el mismo motivo, es más difícil. Una diminuta isla que resiste, resiste, hasta volverse la obsesión patológica de los poderosos.
Pienso en el arte como herramienta de construcción social, un ejemplo brillante podemos encontrar en la película The Wall (1982) dirigida por el director británico Alan Parker, basada en el álbum de Pink Floyd. Recordemos algunos pasajes: No necesitamos ninguna educación // No necesitamos que controlen nuestros pensamientos // Ni sarcasmo oscuro en el salón de clases // Profesores dejen a los niños en paz //. Recuerdo con nostalgia los años de Sui Géneris, en aquella canción “Dime quién me lo robó” (poesía urgente entre el verde militar) disparan algunas líneas que merecen un espacio en este texto que se escribe en caliente. Una vez más el Arte nos despierta, bibliotecas enteras, en prosa poética, entre acordes que resumen eficazmente esta suerte de texto argumentativo. Sabía yo creer el cuento sin razón // La escuela estaba ahí, esperando por mí // Todo estaba muy bien, sí, sabía la lección // Siempre fue igual mi profesor, siempre tuvo él la razón //. Según Cardell-Alawar, 1995, la docencia es también un arte. El arte de enseñar no es fácil de adquirir. Hay una expresión atribuida a los clásicos latinos que dice: “Poeta nascitur, orator fit” (el poeta nace, el orador se hace). Tanto ser poeta, como tener el arte de enseñar, requiere ciertos dotes o talentos que en el vínculo con el alumno se ponen de manifiesto: ser un fino observador y conocedor del espíritu humano para poder penetrar y mostrar aquello que no se puede percibir sólo por los sentidos. Esto significa, estar conectado con la realidad socio-cultural existente, que los conocimientos estén actualizados, ocupados por los grandes temas mundiales, en definitiva, interesados por el hombre, por sus esperanzas, padecimientos, ideas, luchas y logros. “Quien enseña sin emancipar embrutece”, predicaba el filósofo y pedagogo Joseph Jacotot. Jacotot pretendía que todo hombre de pueblo fuese capaz de concebir su dignidad humana, medir su propia capacidad intelectual y decidir cómo utilizarla. Efectivamente, el objetivo era la emancipación para Jacotot, │
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un apasionado que consiguió demostrar que el método de la explicación constituye el principio mismo del sometimiento, por no decir del embrutecimiento. Es necesario contextualizar, en los años en que se produjo el método de Jacotot, corresponde al momento en que se instaló en Europa un proyecto de orden social nuevo, basado en la demolición de la Revolución Francesa. Tiempo después, el filósofo marxista Jacques Rancière profundizó en esta problemática y consagró un libro, “El Maestro Ignorante”.
En este libro, Ranciére se ocupa de describir e ilustrar el triunfo y ocaso de un experimento pedagógico llevado por Joseph Jacotot en el siglo XIX al que denominó Emancipación Intelectual. La tesis de dicha emancipación es en líneas generales: “cualquier persona puede enseñar a otro lo que quiera; aún lo que no sabe”. La clave está en lo que Jacotot llamó: método de enseñanza universial.
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Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. Es un maestro que enseña sin transmitir ningún conocimiento. Es un docente capaz de disociar su propio conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un maestro que demuestra que aquello que llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos relaciones intrincadas que conviene disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de inteligencia a inteligencia. (Jacques Rancière) Es necesario formar docentes capaces de impulsar al alumno a utilizar su propia inteligencia. El maestro es sólo un símbolo de autoridad, una voluntad que ordena al “ignorante” que haga su camino. Es decir, echa a andar las capacidades que el alumno ya posee, la capacidad que todo hombre demostró logrando sin maestro el más difícil de los aprendizajes: aprender a hablar. Explicar es suponer que hay, en el tema que se enseña, una opacidad específica que resiste a los modos de interpretación y de imitación
mediante los cuales el niño aprendió a traducir los signos que recibe del mundo y de los seres hablantes que lo rodean. Esa es la desigualdad específica que la razón pedagógica ordinaria pone en escena. Jacotot demuestra que la lógica explicativa es una lógica social, una forma en la cual el orden “desigualitario” se representa y se reproduce. El proyecto de sociedad orgánica moderna es un proyecto de mediaciones que establecen dos elementos esenciales entre lo de arriba y lo de abajo: un tejido mínimo de creencias comunes y posibilidades limitadas de desplazamiento entre los distintos niveles de riqueza y de poder. (Jacques Rancière) Jacotot demostró que una persona podía enseñar lo que no sabía. En El Maestro Ignorante, Rancière refiere varios ejemplos de cómo esto sucede, pero por ahora alcanza mencionar que el propio Jacotot dio clases de matemáticas,
ajedrez, música y pintura en la universidad sin saber nada de estas materias. Algo más: enseñó a otros a aprender lo que quisiera y a que enseñaran, a su vez, lo que no sabían a quien quisiera aprenderlo. Este método tenía como objetivo principal emancipar a los más pobres, quienes difícilmente acceden a las univerisdades para obtener los conocimientos que busca. “Lo único que necesitamos es aprender a vivir como personas en igualdad en un mundo desigual”, dice Rancière. “Una persona ignorante emancipada, una sola, es preferible a cien millones de académicos formados en el método de enseñanza universal que no están emancipados”. (Joseph Jacotot) Debemos preguntarnos ¿Cuál es el rol del maestro? “El maestro es aquel que mantiene en su ruta al que está investigando”, dice Rancière. El mejor maestro no es quien transmite conocimientos, quien explica e interpreta por no│
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sotros, sino el que nos muestra la manera en que podemos emanciparnos; en que aprendemos a prescindir de él. Freud decía, en El malestar en la cultura, que la educación se comporta con los jóvenes como si dotara a los miembros de una expedición al polo de ropas de verano y mapas de los lagos de Italia: “Yerra, además por no prepararlo para la agresión cuyo objeto está destinado a ser”, lanzado a los jóvenes “en medio de la vida con una orientación psicológica incorrecta”. Sostiene Freud, muchos años después de haber escrito estas cartas de juventud, que el ser humano cae en la neurosis o se vuelve neurótico “porque no logra soportar el grado de frustración que le impone la sociedad en aras de sus ideales de cultura”, y las dificultades no hacen diferencia de edades ni de clases sociales. Replantear el vínculo docente-alumno en el ámbito universitario, desde una doble perspectiva, la personal y la profesional-educativa; teniendo siempre en cuenta que cada persona, en este caso cada alumno, posee valores y una identidad distinta a los otros, lo que hace que la labor educativa opte por la personalización, que
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respeta al alumno, le hace partícipe en su propio aprendizaje y recorren juntos los caminos que conducen al conocimiento. Pero para que exista este diálogo previamente tiene que darse el encuentro (entre la persona del profesor y el alumno). Lo que Joseph Jacotot llama, igualdad de condiciones. Es necesario que el vínculo docente-alumno se transforme profundamente en beneficio a propiciar un encuentro creativo que no solamente enriquezca al alumno sino también al profesor. Hay por lo tanto que tratar de comprender y descubrir a la persona en cada momento ya que la labor del docente no finaliza cuando termina la clase, ni su vínculo con el alumno está mediatizado por la materia que dicta, esa relación debe ir más allá del aula. Tomar como objeto de análisis a los alumnos universitarios nos enfrenta a una situación paradojal que nos llena de interrogantes. Interrogantes que nos impelen a la reflexión y a la búsqueda de posibles ilustraciones.
En una primera aproximación, podríamos decir como generalidad, que se trata de un grupo de sujetos con una trayectoria más o menos exitosa en su tránsito por los distintos niveles del sistema educativo. Su egreso del nivel medio y su posterior ingreso en la universidad nos hace suponer que no han presentado ni fracasos escolares importantes, ni problemas de aprendizaje del orden del síntoma, la inhibición cognitiva, ni la oligotimia, o que si los han sufrido han podido superarlos con éxito. Este punto de partida en el comienzo de una nueva etapa de la escolarización, debería ser el prólogo de un buen pronóstico. Paradójicamente las estadísticas muestran, en forma alarmante, la baja correlación de los ingresos/egresos y el consecuente alto índice de desgranamiento en las matrículas universitarias. La persistencia de este flagelo pone en evidencia la ineficacia de las acciones implementadas por el sistema educativo para enfrentar este problema. El dilema radica en cómo analizar el fracaso de los alumnos universitarios ¿Está determinado por la pobre formación con que egresan los alumnos del nivel medio? ¿Es el fracaso en la Universidad de un sujeto que intenta aprender con una estructura física y psíquica que lo determina, subjetivado tanto por el deseo como por demandas personales, familiares, sociales, económicas, etc.? ¿Es el fracaso propiciado por la Universidad, en tanto el sujeto que no puede responder a los ideales y demandas que ella le impone, ni logra apropiarse de su cultura e idiosincrasia? ¿Es el fracaso de la Universidad que expulsa justamente a aquellos miembros de la institución que le dan su identidad, en tanto que una universidad sin alumnos no tiene razón de existencia? ¿Es el fracaso de la Universidad que es impotente para responder tanto a las demandas y exigencias de sus miembros como a los de la sociedad que la constituyó? Asumir como válido sólo algunos de estos interrogantes, implica una mirada parcializada ya que la complejidad del tema nos demanda un análisis que dé cuenta de la compleja red social en que el sujeto está inserto y de los múltiples atravesamientos de la que es objeto el alumno universitario, de encontrarse coaptado por docentes mediocres, por ser un número más en
un sistema educativo decadente, dónde hay que asumir que es inevitable que toda relación humana implique una relación de poder, por añadidura no habría que negar que la relación del docente y el alumno supone una relación de poder. Toda institución se inscribe en un orden simbólico, social y cultural que determina las posiciones subjetivas de sus miembros. Es decir que en tanto producto social sostenido por un ideario compartido que determina no sólo su identidad, sino que ofrece una cultura, un sistema de valores, pensamientos y acciones que modelan las conductas de sus agentes, estableciendo una manera particular de hacer y de vivir en la institución; esto se traslada directamente en el accionar social. Foucault dice que “el ejercicio de un poder autoritario y sordo penetra en el cuerpo cobrando allí algunas de sus víctimas”. Revisar la aventura o la desventura de aprender en el contexto del vínculo docente-alumno nos lleva a revisar las modalidades de enseñar y las de aprender. La desventura de aprender tiene múltiples caras. Debemos considerar fracaso educativo la producción de profesionales que obtienen su título gracias a ser exitosos repetidores de teorías. El discurso emancipador instalado en una institución promueve que todos los estamentos adopten posiciones más activas y mayores niveles de participación y compromiso. Así mismo crea las condiciones para que los alumnos asuman posiciones activas frente a su actividad académica, caracterizadas por la creatividad, la actividad investigativa y el pensamiento autónomo, reflexivo y crítico. Al no estar instalado este discurso logramos comprender con mayor claridad por qué nuestras sociedades modernas carecen de espíritu crítico y desobediencia ante las leyes que reducen al ser humano a la nada misma. El docente universitario que se erige frente a los alumnos y ofrece “la verdad de la ciencia”, conocimiento acabado frente al que mueren todas las preguntas. Es entonces cuando su práctica docente se remite a un bombardeo de la información. El docente al mostrarse como conocedor absoluto suprime la distancia entre │
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él y el conocimiento. Implica posicionarse en el lugar de Amo, el enseñante en esta posición no cree que esté representando el conocimiento, sino que es el conocimiento. Este posicionamiento tendrá —de modo semejante que en Edipo— repercusiones en el psiquismo de quien ocupe un lugar suplementario en el vínculo aprendiente-enseñante. Por un lado se obtura el deseo del aprendiente en tanto lo trasmitido es una verdad absoluta, imposible de cuestionar, ampliar o hacer cualquier cosa que no sea su repetición textual. En el contexto socio-cultural actual, en el que las nuevas tecnologías perecieran tender a desplazar la figura y la función del docente, cabe preguntarse sobre la importancia del vínculo docente-alumno. La figura del docente no sólo se hace vigente sino imprescindible en cualquier proceso de enseñanza aprendizaje. Pero, es urgente, una figura nueva, renovadora, creadora, y humanizadora. Es decir, el docente creativo, imaginativo y humanista. He aquí el significado de la influencia que tiene el docente y la enorme responsabilidad pedagógica al momento de formar alumnos libres en una sociedad plural y compleja como lo es la nuestra. ●
Sobre el autor: Osvaldo Kraft, nació en San Juan, pero le gustaría decir que nació en Yugoslavia. Conocido por poseer un acento agitador, aprendió a escribir a temprana edad leyendo un libro sobre la resistencia de los réptiles, aún hoy cree que los dinosaurios continúan reproduciéndose. Escribió una plaqueta de poemas “los navíos del sur” y renunció a más de un trabajo, simplemente porque la rutina no es para él. Conserva un lenguaje corrosivo, signo que lo caracteriza como uno de los mejores escritores de la posmodernidad.
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REVISTA REDNU REVOLUCIÓN // Montañas de Papel
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OPINIÓN PÚBLICA
LA MERCANTILIZACIÓN por Yito Silva DEL DISCURSO
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edio oriente se vendió por tres monedas con la marca de la sangre en su canto labrado. Un discurso que nos caló hondo hasta encontrar el petróleo y que se paga con el filo de gargantas desolladas. Hemos sido engañados. Todo discurso tiene su mercantilización. Poderes que se desenvuelven en gargantas profusas del espacio. Quien toma la lengua como filo, sabe apropiarse del discurso, y es su dominación la que recae en el uso. En un principio se trató de una dialéctica, el saber superior de manejar el lenguaje para la persuasión de una cabeza vacía. Claro, por aquel entonces el esplendor de Grecia hacia rechinar a Jerjes en los despeñaderos. Sin embargo, el rastro cuneiforme sigue en pie en nuestras épocas y ese que nos dice que hay que romperse el lomo laburando 12 horas por el día el que conserva la mercantilización del lenguaje viva en su lienzo. Así como este escrito peca de mala retórica, el discurso se mercantiliza en cada limosna y vocal que se derrama. Vender letras ha sido, y es, la principal función de este lenguaje que puede sonar tan bonito para movilizar a una masa de cristianos a incendiar bibliotecas o picanear gente en las bolas. ¿Cómo puede usted mercantilizar el lenguaje? Sólo basta repetir un par de oraciones al día si usted es religioso o enumerar la serie de razones por las cuales los bastones deben volver a desfilar en las avenidas.
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Ahí donde el emisor se coloca se convierte en vendedor y donde el receptor se coloca se convierte en comprador. Comprador de fusiles, de pibes del paco, de ¨¿Qué le hiciste para que te pegara?¨, pero principalmente, revendedor. Y es que el mercado esta tercerizado vió. El que vende sabe que los giles van a revender y son los revendedores los que van a acarrear la ganancia, los que van a linchar pibes, los que que te cagan a palos en un calabozo por fumarte una tuca. La mercantilización de las letras es algo de lo que no se puede escapar. Abunda en las bibliotecas y ni siquiera el Marxismo escapó de él (¿Cuántas veces ha querido usted comprar <El Capital> y no ha podido debido a su alto valor?). Sólo la muerte puede detenerlo, y hasta esta se vende caro. La crítica al discurso puede exponerlo, sacarle la careta y escupirle en la cara. Su exposición puede desembocar en la Revolución por más rojo que le suene. Cuando las letras se tiñen de rojo es porque sangran, porque regurgitan verdad porque tajean el espíritu. Para la próxima, fíjese en lo que compra. Sobre el autor: Yito Silva es escritor, periodista, artísta plástico y fotógrafo freelancer. Actualmente se desenvuelve como columnista independiente.
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NO FUTURE
INDEPENDENCIA INCONCLUSA por Guillermo Alamino Pensar un país independiente y soberano no es una utopía, ni una idea imposible de concretar. Este 9 de julio es una nueva oportunidad para reflexionar sobre las deudas pendientes que todavía están inconclusas, como por ejemplo la soberanía sobre nuestra economía nacional. En este sentido, la lucha por la emancipación continúa siendo no sólo una cuestión económica, sino también conlleva un cambio cultural.
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l 9 de Julio de 1816 nuestro país se independizó de la corona española y logró con esto establecer el nacimiento de una nueva gran nación, que luego se achicaría culpa de la traición rivadaviana: las Provincias Unidas de Sud América. Pero pronto estos territorios entrarían en la órbita de Inglaterra a través de una fuerte vinculación que tenía esta potencia con las oligarquías locales, y después serían las fuerzas armadas quienes responderían a los intereses del imperialismo. De este modo, el nuevo método de dominación colonial sería utilizando los engranajes políticos autóctonos, sin la necesidad de utilizar la opresión directa como recurso (es decir enviando una autoridad o fuerzas militares pertenecientes a las potencias colonizadoras). Si antes teníamos virreyes y posteriormente fueron reemplazados por terratenientes o militares, hoy ese papel lo cumple la actual clase política que, sustentado en normativas neoliberales, convalida la entrega y mantiene en manos de enormes transnacionales nuestra economía nacional. Así nos encontramos con puertos, bancos, minería, flota mercante, petróleo, servicios públicos, comunicaciones, agricultura, entre otros sectores, en manos de empresas extranjeras o nacionales concentrados. Todos concedidos por gobiernos que fueron y son fieles secuaces del coloniaje. Sólo hace falta ver como hacen cola los dirigentes en el Consejo de las Américas, evento apadrinado por multinacionales, para ofrecer en bandeja el patrimonio público. España e Inglaterra fueron reemplazadas por compañías que hoy se quedan con gran parte de nuestra renta nacional.
“Si no somos dueños de aquello que nos pertenece, no hay posibilidades de mejorar la distribución de las riquezas” Lo peor de lo anterior es la naturalización de este tipo de coloniaje justificado a través de un discurso desvalorizador de nuestras capacidades como pueblo, minimizando el saqueo o incluso encubriéndolo como “actos de soberanía”, tal como ocurrió con el acuerdo secreto con Chevron. Lo cierto es que el ocultamiento de nuestra historia produjo un imaginario manifiesto en el “no se puede”, la dependencia en in-
versiones extranjeras o la supuesta superioridad de los Estados desarrollados frente a otros pueblos del mundo. Nadie nos enseñó que Argentina fue uno de los primeros países en fabricar un avión a reacción en una de las industrias aeronáuticas con tecnología de punta del mundo, uno de los primeros estados en diseñar un tren aerodinámico, pioneros en el desarrollo nuclear en Latinoamérica, Argentina fue el cuarto país en colocar un ser vivo en el espacio, etc. Cabe destacar que sólo siete Estados han logrado llevar un animal al espacio. Entonces ¿Por qué se nos intenta crear la noción de que no estamos preparados para conseguir un desarrollo autónomo? Si en la actualidad la estructura económica nacional esta extranjerizada y la pobreza continúa siendo un flagelo ¿Por qué la dirigencia continúa apostando al capital foráneo como un medio para progresar? A lo mejor en los bolsos de López encontremos la respuesta tan buscada o en las cuentas millonarias del Gato Macri.
“Sólo hace falta ver como hacen cola los dirigentes en el Consejo de las Américas, evento apadrinado por multinacionales, para ofrecer en bandeja el patrimonio público.” A 201 años de independizarnos de la corona española, los desafíos todavía son similares a los del siglo XIX: alcanzar la plena independencia económica y resolver aquellas cuentas pendientes que nunca se saldaron, como la construcción de un modelo económico y político argentino basado en la defensa del interés nacional. Si no somos dueños de aquello que nos pertenece, no hay posibilidades de mejorar la distribución de las riquezas. Esto está indisolublemente ligado a la construcción de una sociedad más justa y, por ende, a la justicia social. ● Sobre el autor: Guillermo Alamino. Estudio Lic. en Comunicación Social en la Universidad Nacional de San Juan. Colaboró con notas para diversos sitios webs como El País Diario, ANRed, InfoSur, entre otros. Además es parte del equipo de Manzana Fanzine e integrante del Espacio Cultural Sur. │
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ADRIÁN CAMPILLAY INÉDITOS EL MOMO POESÍA
POEMA SIQUIÁTRICO
PATRIA
Entonces la Patria fue también la calle donde estuviste solo el aire de las guitarras silbando despacito un sonido que se arrastraba Mujer que iba a dar a luz y sólo tenía dos manos negras de clausura dos manos ciegas con dedos y uñas y ningún color ninguna voz amiga porque la Patria fue también los muertos las tumbas sin nombres los hijos inconclusos de una mujer abandonada los sueños fusilados de una generación de pájaros cuyo número no cabía en la combinación de los candados ni en el dorso de los cheques ni en las partidas de defunción ni en un poema.
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Repentinamente muerto me envolví en una sábana de envenenadas flores. Soñé aquella vez con oscuros, largos hospitales, y otra vez tuve un sueño atravesando el aire. ¡Doctor! ¿Dónde estás doctor? Desde qué lejano agujero te escurres como un espíritu. ¿Con qué aguja de pájaros me volarás la cabeza esta tarde? Repentino. A través de mí. Camino hacia atrás, hasta mi alma: la luz del cadáver. Pero ¡Doctor! ¿Dónde estás doctor? ¿Con qué lupa mirarás esta vez mi ojo para culparme? ¿De qué lugar vacío de tú corazón obtendrás la regla de sangre para medir la intensidad del grito aplastado en la pared principal de mi pensamiento? Y dónde te esconderás. Cuando brille —aunque sea una sola vez— la luz del cadáver.
CREEME
Lleno de pájaros Arthur Rimbaud pasó la noche en mi cuarto casi sin reír. Le faltaba una pierna y no sabía qué hacer no tenía dinero para una cerveza. Telefoneó a Londres pero Verlaine no estaba allí y se puso triste muy triste tan triste que escupió una sortija como el anillo del Capitán Beto. Más tarde los árboles se pusieron azules —la calle murmuró— y la lluvia hizo crecer plantas extrañas y mágicas con grandes hojas de las tapas de los libros, del fondo de las botellas —de esas que tanto gustan a Arthur Rimbaud, según me dijo— A las seis de la mañana preguntó dónde estaba el baño —en francés lo hizo, mientras se ponía verde— se llevó mi pipa y en medio de una gran bóveda de electricidad se fue con los pájaros de las ventanas sin decir palabra se fue sin dejar rastro.
BIO Adrián Campillay nació en San Juan en diciembre de 1969. Publicó Poemas para despues de un cigarro, (Cuaderno Nº 3–Colección Viento idiota), 1995. El amor y otros mundos, La Rosa de cobre, 1996. El ojo del bandoneon (Tango en 4 actos), La piedra en la honda, 2001. Las flores secretas, La piedra en la honda, 2004. Las ciudades interiores, La piedra en la honda, 2005. Libro de mar, La piedra en la honda, 2005.
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Aprendi a ver en la profundidad de este mar merodeando por él mismo. Rrioba emerge del autoreconocimiento del ser; es la luz que proyecta los espacios y momentos con los que me encuentro rodeada desde que llegué a este mundo. Es un retorno al pasado desde instantes presentes que revalorizan mis raíces, las cuales trascienden mí sangre y costumbres, haciendo de mí esto que soy. Romi Front
“Domingo”
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Rrioba
“Jueves”
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DEMASIADO INÚTIL PARA SER UN NIÑO por Martín Zariello
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uy pocas veces escuché decir que para ser un niño hay que tener ciertas destrezas y/o habilidades. Por lo menos en la época en que yo fui un niño era así. Había que saber treparse a un árbol. Había que saber cómo construir una gomera. Había que saber acertarle al farol del palo de luz con una piedra. Había que saber jugar al fútbol. Había que tener el suficiente valor o la suficiente inconsciencia para no temerle a los golpes o las caídas. Había que despreocuparse por ensuciarse la ropa recién lavada. Quienes no son conscientes de estas virtudes probablemente las hayan tenido, a tal punto que llegaron a naturalizarlas. Yo las tengo en cuenta porque, por supuesto, fui demasiado inútil para ser un niño.
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Recuerdo, por ejemplo, el miedo que me daba empuñar una gomera porque, casi cuestionando las leyes de la física, siempre lograba que la piedra no tome impulso y cayera hacia el costado y que la gomita me pegara contra los dedos. Recuerdo que los únicos árboles que podía trepar eran los de La Barranca de los Lobos, una playa cercana a Miramar, donde los árboles salvajes son prácticamente escaleras. Recuerdo el día que fui aceptado por la pandilla de nenes salvajes de mi barrio y como prueba de iniciación tuve que tirarle una piedra a la casa del sodero. Una clásica escena de terrorismo barrial. La idea era que entrara en la chimenea. No sé muy bien el porqué de la animosidad contra el sodero. Probablemente porque el tipo tenía chimenea y el resto del barrio no. Tampoco
recuerdo por qué me aceptaron en la pandilla de nenes salvajes ese día. Supongo que porque era el único gil capaz de hacer algo así en busca de aceptación. Después de algunas vacilaciones existencialistas, arrojé la piedra. Como era obvio, ni el envión ni la fuerza de mi brazo derecho fueron adecuadas y la piedra pegó contra la persiana del comedor de la casa. Pero hubo otro contacto, igual de traumático, con la pandilla. Utilizo este término, “pandilla”, aunque sé que los miembros de estas pandillas son los niños que generalmente conforman el grupo de amigos que nos acompaña para el resto de la vida del que los inútiles estamos completamente desterrados. Sólo en las películas o series yanquis los anteojudos, los gorditos y los boludos logramos conformar una alianza para derrotar payasos asesinos u oscuras organizaciones paraestatales que se dedican a experimentar con portales hacia otras dimensiones. Por eso, justamente, estas películas y series son las favoritas de las antoejudos, los gorditos y los boludos ya adultos: porque materializan a través de la ficción una fantasía incumplida de la infancia. En fin. Me invitaron a jugar un partido de fútbol en la canchita de la esquina de mi casa. Como buen novato me tocó atajar. En esa época estaba de moda Navarro Montoya. De hecho los vecinos bosteros del frente de mi casa tenían un cuadro que era muy popular: un mono apoyado contra el palo del arco de la Bombonera, con la camiseta de Boca y comiendo una banana. Era una época en la que los monos estaban de moda, incluso protagonizaban comedias que Canal 8 pasaba los sábados a la tarde. Hoy a los arqueros ya no se los apoda “Mono”. Como no teníamos cable, los bosteros nos invitaban a mí y a mi viejo a ver los partidos. No sólo los superclásicos sino también los partidos de River, lo que habla de la nobleza de estos bosteros. En fin. Probablemente influido por el arquero de mi equipo enemigo en el primer mano a mano salí a achicar haciendo la de Dios, una postura corporal que en realidad se atribuye históricamente a Hugo Orlando Gatti y que también puso de moda, años después, otro Mono, en este caso marplatense: Germán Adrián Burgos. Hasta ese momento yo no sabía que una de las variables de la de Dios es que el delantero
te estrelle la pelota en la cara. Y así fue. Como dice Dalmiro Sáenz, en esa época era demasiado débil para expresar mi debilidad así que hice todos los esfuerzos para no largarme a llorar en el acto y seguí como si no hubiera pasado nada. El momento dramático del match fue cuando me di cuenta que los defensores de mi equipo no estaban muy interesados en que los rivales llegaran a posiciones de gol contra mi valla, más bien los dejaban pasar. Era un homenaje involuntario a la selección peruana que perdió 6 a 0 con Argentina en el ´78. Como en el famoso juego de Educación Física denominado El Matador, los pibes estaban jugando a asestarme la mayor cantidad de pelotazos en el cuerpo. Era una fucking confabulación. Cuando esto se hizo evidente alegué algún problema contractual con mi vieja (“tengo que hacer los mandados”) y enfilé para mi casa mientras oía murmullos irreproducibles. Ahora lo recuerdo así, casi de un modo sistemático, aunque es probable que esto sea una construcción que efectué con los años, pero ese día, mientras volvía a mi casa derrotado por la puntería de la pandilla, me di cuenta que tenía que hacer algo en las horas libres ganadas gracias a mi inutilidad como niño. Algunos empiezan a tocar la guitarra. Otros se convierten en futuros asesinos seriales o estudiosos de la informática. Yo empecé a escribir. ● Sobre el autor: Martín Zariello nació en Mar del Plata, en el efervescente 1984. Hasta los 18 años vivió en el barrio Pueyrredón, lugar en el que, dice, sigue anclando su máquina de percibir y de narrar. Zariello publicó: “La luna y la muralla china” libro de cuentos (2013, La Bola editora). “Sobre el rock” (compilado de posts sobre música) y “En realidad quería hablar de otra cosa” (también compilación de posts de música pero con el agregado de otros sobre literatura, fútbol, cine y política) publicados por la editorial Puente Aéreo. “No bombardeen Barrio Norte, Yendo de la cama al living y el triunfal ingreso de Charly García en los años 80”, publicado por las editoriales La edad de oro (Buenos Aires) y Perro andaluz ediciones (Montevideo). * Fotografía: WARNING - Madrid / España │
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EL COLUMPIO MÁS ALTO DEL MUNDO por Federico Rodríguez
Si me caigo ahora voy a dejar manso hueco, como los astronautas en la luna pero en la tierra suelta de esta plaza. Es muy de noche y todavía no sale la luna o no me deja verla, quizás está jugando, jugando a la escondida y no me avisó, que luna tonta que no avisa. Pará. La luna juega a las escondidas sin avisar como yo juego con vos, ando ahí escondiéndome para no me veas, porque me da vergüenza. En esta ciudad donde los colectivos dejan de pasar a la una y se levantan a las seis, uno puede caminar o esperar a que empiece a salir el sol para irse, que el día venga para subirse e irse. En este columpio las cadenas no callan nada, no saben qué es el silencio, no se lo enseñaron en la escuela, y está bien así, hay demasiado silencio en esta plaza; así por lo menos hay algo con que hablar. Hace frío y ni los perros se asoman, así que dale cadenita, hablemos. Chuic chuic. Ayer volviste a pasar con tú pelo tomado y algunos cuadernillos, yo me hice el que buscaba algo debajo del mostrador para que no vieras que me había manchado con mostaza. Soy medio pancho, y me rio, ojalá te rías. Una vez, igual, te vi reír. El quiosco queda justo enfrente de tú parada, y fueron como todos a esas gomitas de mora que compras y las comés de a una. Opa, se acerca un perro, quizás la cadena lo llamó.
Una noche con la luna jugando a las escondidas, un gordo con la remera de Superman en un columpio, una cadena que llama a los perros, un perro que se acerca. Quizás nos damos más calor así, o nos vemos menos solos. Ojalá se te pierda la SUBE en la cartera todo el tiempo, ver esos ojos bizcos perdidos en un bolsillo tan grande como el hambre de este perro. No sé cómo te llamás. ¿Para qué quiero llegar a mi casa, si acá por lo menos hay un perro? En casa hay un póster de Batman. Una vez me clavé una paja escuchando Revolver de los Beatles, estaba todo oscuro y no eran ni las siete, después me quedé viendo el póster, ojalá fuera un poco más él. Me gusta tú voz cuando decís mentolado, ahí pongo cámara lenta el mundo. Perrito, cadena ¿Caminar de la mano, besarla, dormir en la misma cama con ella es como hacerse una paja escuchando The Beatles? Chuic chuic.
Sobre el autor: Federico Rodríguez Nació en Chimbas, Provincia de San Juan. Se reconoce como un lector ferviente de comics y coleccionista de muñequitos ; nerd, militante de la cultura pop y la autogestión. Empezó a escribir por una prueba de lengua, lo que vino después fue jugar. │
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CUENTOS
Libro: “Memoria de lo posible” Sello: Peces de Ciudad, 2017
PH: Tommy Tow
LO QUE HUBIERA QUERIDO SER por Angie Pagnotta Se despierta. Sueña con el pasado. El pasado vuelve escalonado, desacomodado, trastocado. Se despierta molesta. Todavía tiene ese gusto en la boca. Suena el teléfono. Va al baño. Se lava la cara y los dientes. Se mira al espejo y recuerda fragmentos del sueño. Flashes. Imágenes. ¿Por qué con mis ex?, se pregunta inquieta. Con uno fantasía, amor, sexo, cariño. Con el otro reproche, violencia, enojo, agresividad. Por uno, hubiera dado la vida. Por el otro, tuvo que dar la vida a cambio de nada o menos que nada. Nada. Por uno, dejó pasar el tiempo, actuó tarde, lo dejó ir sin saber lo que perdía. Por el otro, anestesió parte de su vida en años que no valieron la pena, no actuó, se dejó ir a sí misma, sin saber — tampoco— qué perdía de ella. Federico y Martín, dos antagónicos e insoportables pasados que volvían en sus sueños.
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En el sueño Agustina era como hubiera querido ser. Estaba radiante, brillante, etérea. Federico le decía —por fin— que quería estar con ella; entonces nada más había que decir: se besaban en un beso eterno, sin prisas, demorado y apasionado. Los dos se sentían vivos, enteros. Estaban embarcados en una fantasía que habían reprimido por mucho tiempo, años enteros en la vida real, pero que en este sueño cobraban vida y se iban transformando rápidamente en una sensación de bienestar. En cambio, desde la otra esquina del ring y en lo ideal de su sueño con Martín, Agustina era como hubiera necesitado ser: tras la terrible discusión hecha monólogo —casi tal como la vivió unos meses atrás— Agustina decidía no callarse y tomaba las riendas del conflicto, después de una larga y convincente explicación en donde argumentaba
los motivos reales de su infidelidad. Después de un tiempo, lograba —mediante un gesto— que Martín comprendiera todo lo que necesitaba comprender de un tirón, sin planteos. Martín se dejaba rendir y caer al piso, y con él en el suelo caían también todas las fichas con dolor. Ella se iba y él —esta vez— no la frenaba. Ambos habían comprendido todo: la relación empezaba a ser pasado y la pareja se había disuelto para siempre. Sin escenas de sentimentalismo barato, sin violencia, sin marcas en el cuello, sin insultos ni golpes bajos. Entonces, el cariño (que alguna vez habían sentido), quedaba en un cajón; como un recuerdo feliz; sin rencor.
Para: Federico “Querés que nos encontremos este viernes? Beso enorme”.
Sobre el autor: ANGIE PAGNOTTA: Nació en Mendoza, pero a los pocos meses llegó a Buenos Aires, por lo cual es 99% porteña. Es Escritora y Periodista. En 2012 fundó Revista Kundra y el portal de Arte y Cultura, Baires Digital. Trabajó en contenidos de Redes Sociales y publicidad para Duro de Domar, TVR, Fútbol para todos, 678 y Diario Registrado. En 2013 obtuvo una mención en Narrativa por su cuento “Alejandra”, otorgado por Guka, revista de la Biblioteca Nacional. Memoria de lo posible (2017, Peces de Ciudad) es su primer libro de cuentos. En febrero de 2017 su cuento “Versiones sobre el río” fue traducido al portugués por Felipe Buenaventura para FRONTERA, un proyecto que une escritores latinoamericanos alrededor del mundo.
para participar en la revi envía tú trabajo a nuestro correo:
prensa.mondepapel@gmail.com
Agustina vuelve al baño. Se refriega los ojos y la cara con agua. Las gotas caen por su rostro hacia el lavatorio. Sus ojos están pálidos. Sus mejillas están levemente rosadas. Se sonríe. Se arrepiente de esa sonrisa. Se tira agua bien fría en la cara, de nuevo. Se seca despacio y toma su celular. Manda un mensaje:
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ALEGATO A FAVOR DEL EDITOR por Bárbara Blasco Grau
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oy incapaz de analizar el presente, como soy incapaz de verme a mí misma, salvo en esos breves arranques esquizoides que, afortunadamente, con la medicación y el afecto incondicional y estupefacto de quienes me rodean, cada vez son menos. Soy incapaz —digo— de analizar limpiamente el presente por tener los piezacos metidos en el barro, incapaz de comprender en su totalidad el alcance de Internet, de las redes sociales, de los móviles, de los manoslibres (cada día hay más locos que hablan solos, shhh), de la compresión del espacio, de la paradójica dilatación del tiempo (¿estás bien?, te mandé un mail hace veinte minutos y no me has contestado), de la transformación de la soledad de antaño, de esa idea de soledad, en la soledad moderna, esa soledad que es precisamente el alimento y el veneno de quien escribe. La condición y el alivio. ¿Qué es hoy la soledad? Hoy que estamos dentro y fuera, en Facebook y en Twiter, en comunidad de escritores (si eres escritor, si eres zoofílico de rumiantes con pelo, en la comunidad de zoofílicos de rumiantes con pelo), hoy que vivimos expuestos a la radiación total, a Blogger, a Instagram, a Youtube, que podemos
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comunicar con una tecla en cuanto el vértigo a uno mismo se nos manifiesta dentro, ¿dónde queda la soledad?, ¿y cómo afecta eso a la literatura? Inmediatamente me sale hacer un alegato a favor de la figura del editor, hoy más necesaria que nunca. Del editor de carne y hueso. Frente a esa marea acristalada, frente a los grandes grupos editoriales que ya no se sabe si están controlados por fabricantes de armas o farmacéuticas, la figura del editor estable, humano o de apariencia humana, que confía casi trascendentalmente en lo que publica. El editor de carne y hueso. Con sus estupideces, sus errores, sus aciertos, sus grandezas. Y es que yo no quiero estar directamente expuesta en Amazon, no quiero convertirme en puta y encerrarme en un escaparate holandés. Claro, que mejor ser puta en Holanda que puta en la Jonquera, argüirás. Que no quiero ser puta, leñe!!!! Que no quiero hacer un libro con alguien que no cree en mí, por más que piense que un puñado de lectores creerá en mí. Que no qui-
ero ser dueña de mi propia obra porque como Kafka, salvando las distancias, un martes optaría por quemarla y un jueves por salvarla, y como todo el mundo sabe por elementales leyes físicas, la obra ardería por toda la eternidad a partir del martes. Que son necesarios los editores, Vilas lo explica muy bien en “España”: “Fue Brod el que, antes que Kafka, se dio cuenta de quién era su amigo. A Brod le apeteció que Kafka fuese Kafka. Sólo que Kafka no fue Kafka mientras Kafka estuvo vivo. (...) Kafka no fue nunca un escritor tal y como hoy lo entendemos. Ni concedía entrevistas ni le agobiaban los editores para que entregase un nuevo libro. Ni daba conferencias ni fallaba premios ni le daban premios. Ni le llamaban los periodistas ni le invitaban los políticos ni opinaba en la prensa. Ni reseñaban elogiosamente sus libros o no elogiosamente, porque no había libros que reseñar. Ni siquiera hablaban mal de él, porque nadie sabía que existía. Lo único que hacía Kafka era quedar a comer con su amigo Max Brod, Kafka nunca supo que era Kafka. Esto parecen olvidarlo casi todos, casi todos los kafkianos que tantas pegas y desdenes infligen al pobre Brod. Pero, quién era Kafka sino
lo que Brod imaginó que Kafka sería. Que Brod (de quien yo soy especialista) fuese celoso de Kafka era lo normal. Pues Kafka fue la gran novela de Max Brod, y díganme ustedes qué novelista no es celoso de su obra. El mundo está lleno de manuscritos que van y vienen. Lo saben bien los editores, que tienen sus casas llenas de árboles impresos. Pero, dios mío, ¿por qué estos manuscritos sí, y aquellos otros, con millones de hojas escritas, no? Preguntádselo a Brod. Él fue quien decidió que aquello era Kafka antes de que existiese Kafka. Él fue el primero que lo vio y lo entendió. Él era más Kafka que Kafka. Él, Brod (de quien yo soy especialista), y sólo Brod, lo supo, y lo sigue sabiendo, allá en las alturas donde los judíos buscan el soplo que creó este mundo, este mundo deshabitado de todo soplo divino”. ● Sobre el autor: Bárbara Blasco Grau (Valencia, 1973). Licenciada en Periodismo, publicó “Suerte” (Contrabando), su primera novela. Es ayudante de mago, bailarina de cabaret, camarera, teleoperadora, actriz secundaria. Ha desempeñado multitud de oficios, todos ellos absurdamente productivos hasta desembocar en el maravilloso e improductivo mundo de la literatura, laberinto del que no consigue salir. │
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ZONA BORDER
CON PORNO
NO SE PUEDE TRABAJAR por Hoax
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N
o es una novedad que todos los hombres ven porno durante casi toda su vida, mientras se pare siempre existirá el guante. Tampoco es una novedad que un hombre solo en un cuarto con Internet y sin mucho para hacer, ve porno. Y, mucho menos, deja de ser una novedad el hecho de que la industria del porno prolífica ha crecido muchísimo. Cada año Google publica las palabras mas buscadas del año: ¡adivinen cual es la que siempre gana! Pero hasta para Google ya resulta ridículo publicar eso, y ponen cosas como “Viaje a la luna”, “Buda”, “Eclipse”. Patrañas, la respuesta es porno y siempre lo fue. En Estados Unidos, por dar un ejemplo (aunque no tenga dudas de que en el resto de los países también), la industria del entretenimiento se desarrolla a partir de la triple equis, que siempre esta en el podio. Porno, y después el resto: cine, música, videojuegos, comics, revistas. Porno. Quiero decir, estos tipos realmente mueven grandes riquzas. Pero lo que nadie sabe, o por lo menos nadie habla, es que el porno, además de degenerar la cabeza del hombre de una forma deliciosamente repugnante, es un pésimo compañero de trabajo. Porno. Esta es mi experiencia: Llego a mi casa con una meta fija en la cabeza: finalizar y empezar entre dos y cuatro textos. Me siento en la computadora pensando en que no voy a abrir el Facebook y, menos aún, no voy a abrir mi página porno favorita que actualiza todos los días como si fuera un puto foro de noticias. Simplemente se la pasan garchando y filmando. Abro el Word y la página en blanco me mira y se ríe de mi. Sin pensar en nada más que en la idea general, comienzo a desglosarla minuciosamente, tratando de comenzar con un desarrollo sustancial de algún tópico cotidiano que lleve lentamente al lector hacia otra cosa más general en la cual resulta, creo yo, imposible no sentirse identificado (y quizás sea lo que estoy haciendo ahora). Es ahí cuando comienza el climax real del acto de escribir: a solas con los dioses en la quieta oscuridad de mi habitación. Aunque no me considere un escritor, me entusiasmo con la idea, y comienzo a hablar enteramente de lo que me importa decir. Estoy con-
tento. Resulta ser muy satisfactorio y placentero, las cosas están saliendo según lo planeado. Me encuentro en mi cómodo espacio burgués haciendo lo que me gusta sin nadie alrededor que me interrumpa. Las palabras se multiplican sin cesar y las ideas afloran como un campo de soja cordobés, el cenicero rebalsa de colillas. Pero entonces, tarde o temprano, aparece lo que yo llamo “suspenso creativo” (nunca laguna), no sé cómo seguir con la idea ni, mucho menos, qué palabras utilizar. Esto puede deberse a dos cuestiones: o el texto en su conjunto comienza a decepcionarme, o nunca fue una buena idea la que tenía a la hora de sentarme. La noción de haber desperdiciado dos o tres horas de valioso tiempo en algo que no cumple con mis expectativas me perturba. Créanme, para una persona que trabaja con palabras, el tiempo es algo muy preciado y nunca sobra, siempre falta. Entonces comienzo a ahogarme en mi propio río, tirando manotazos al aire, al punto mismo de que ya no tengo ganas de seguir, incluso me duele la espalda y la silla me parece una mierda. En lugar de agarrar un libro para estimular la creatividad, elijo tomar una decisión de la cual no puedo volver. Es ahí cuando mi bulto comienza a ser invadido por una leve sensación de cosquilleo. Sumergido en la culpa de la procrastinación, pienso en una preferencia aproximada mientras dirijo el cursor hacia un lugar prohibido y oscuro: ¿anal? ¿interracial? ¿milf? ¿orgía? ¡Todas! ¿Por qué no? Si sé que están todas esas categorías juntas, todos lo sabemos. Unas buenas milf con un par de negros metiéndosela por el culo no le hacen mal a nadie, o al menos eso creía. Me miento a mí mismo: “bueno, una sola como para liberar el estrés y sigo”. Escribo: anal interracial milf orgía. Como si estuviese en una especie de hemeroteca virtual de la chanchada y fuese el investigador que siempre quise ser, buscando noticias sobre un homicidio sin resolver ocurrido treinta años atrás, fumando puro e insultando a mi jefe, comienzo a navegar entre las miles de opciones que arroja el buscador hasta encontrar una combinación acorde a mis expectativas: ni muy Clase B, ni muy soft. Porque otra cosa que tampoco es │
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una novedad, es que cada sujeto tiene una actriz y una categoría preferida. Sí novias, sí chicas que esperan al príncipe azul. Debo decirles que esto es ¿lamentablemente? cierto. El príncipe azul se hizo una paja y después salió para tú casa, quizás por eso llegó diez minutos tarde. Comienza el ritual, y mientras busco entre la amplia oferta pienso que tengo a mis espaldas la sombra moral de miles y miles de hombres en toda la historia del ser humano que se han masturbado, ellos me protegen y me honran. Ellos tapan mis desgracias con la mano derecha y el simple hecho de haber existido antes que yo. Me imagino, no sé, a... ¿Nietzsche? masturbándose, a Huxley, Coupland, Welsh, Carver. Todos ellos también se masturbaban, quizás incluso eran mucho mas depravados que yo, pero eso no impidió que sean grandes cerebros para la escritura. Así es como me consuelo, pensando en que es natural y puramente complementario; filosófico y esquemático al mismo tiempo. Abro unas cinco o seis pestañas (el sistema de pestañas ha facilitado el trámite, mierda), y voy alternando según una rebuscada taxonomía: cuando me cansé de la mamada de alguna niña pretenciosa, paso a la penetración de la otra pestaña, si esa no me excita lo suficiente paso a otra que muestra un anal hardcore; o recuerdo cuál fue el video que me gustó más por la imagen y empiezo por ese, sucesivamente. Me la manoseo mientras observo la piel tersa y bronceada con la atención digna de un congreso sobre la fosilización erosionada por las lluvias ácidas de la era mesozoica en la jodida Cordillera de Los Andes. El gusano flácido que colgaba de mis manos se convirtió en una sólida barra de acero y comienzo a masturbarme con desenfreno, pensando en que sí aplicase el mismo entusiasmo para escribir ya sería una especie de Arthur Miller 2.0. Pero uno se acostumbra a todo y acepta el devenir de los hechos. Algo que hay que prever, si no querés acabar con todas tus camisetas llenas de esperma, es el final. Con regularidad se me pasa por alto el rollo de la higiene, ¿saben? Debería ir a buscar papel o una servilleta antes de masturbarme, pero la ansiedad por tener una buena eyaculación y aprovechar el momento al máximo siempre gana. Entonces cada vez que alguien entra a mi cuarto verá una remera enchas-
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trada tirada al lado del escritorio. Dejo la ventana incógnita abierta creyendo que permanecerá ahí un largo rato sin que ni siquiera la mire, pero cada vez que quiero buscar, digamos, la “legal”, la otra muy pervertida se muestra con un título como “las calientes amigas de papá”, me hago el serio un rato y trato de ignorar el éxtasis que esa proyección me genera. Se supone que debo retomar el trabajo y aprovechar el tiempo al máximo. Pero no es más que otra mentira, vuelvo a masturbarme. A medida que acrecienta el número de disparos, menos potencia contienen las balas. No sé si me siguen. Al cabo de un rato ya ni quiero pensar en la cantidad de veces que me masturbé, me doy bronca e incluso asco. Miro el reloj y ya son las cinco de la mañana. Trato de teclear algo pero mis dedos están acalambrados por haber estado empuñando mi verga un largo rato y además tengo sueño, cada disparo equivale a una pérdida considerable de energía. Pero, sobre todo, no tengo ideas. Tanto porno me bloqueó las neuronas y en mi cabeza sólo hay fricción de órganos sexuales. Estuve casi tres horas sentado y ahí me encuentro, hundido hasta las rodillas en un río de vaginas. En mi cabeza, toda mínima aspiración vocacional se pone en duda y desespero. Con la mano derecha pegajosa y un olor similar al de la carne cruda en mi entrepiernas, me voy a dormir postergando toda la actividad un día más, prometiendo que mañana finalizaré todo y aceptando el hecho de que con porno... con porno no se puede trabajar. Como si fueran dos actividades antagónicas imposibles de concebir en paralelo. A partir de mi experiencia, cada vez que un hombre dice ser una persona espiritual pienso en consultarle cuántas veces se masturba a la semana. Aunque nunca formule tal pregunta, estoy seguro de que la respuesta, incomoda, siempre será la misma: varias. ● Sobre el autor: Hoax es un como un virus que atraviesa tus ojos con palabras filosas en historias que nadie contaría. Sus principales inspiraciones son las drogas, el porno y el punk. Le encanta oler meadas y masturbarse pensando en tú novia. Dicen que reside en Córdoba y camina solo por las noches de invierno.
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RAYO CANCIÓN INÉDITOS 2017
RECETE
Enrósquese al amante como una serpiente exótica Sea libre como un perro en el campo plateado una noche de luna Fluya como bote timoneado por un monito sin dirección Elija el rumbo indicado de sus manos como lo haría un buen pulpo Vuele como una gacela al viento Rebote en la cama con la sutileza del canguro Acaricie los pelos de la pierna como lo haría la lengua de un gato Suelte su melena de león salvaje -pero que luzca suave al tacto y sin nuditosBese como dragón cuidadoso Luzca casual como flor de plástico
Listo.
Brille como bichito de luz recién prendido.
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TENGO HOJAS EN EL PELO
***
Tengo hojas en el pelo me esforcé por ser un árbol quiero armar mi jardín amplio y frondoso ¿mis raíces? en los cuentos que no me animo a escuchar de juncos que se dejaron devorar por la lluvia, por el viento, por el significado que no supieron encontrar no por el tiempo no por el espacio por el miedo por el miedo a no significar
Tengo hojas en el pelo como el pasto en mis pies y los brotes de mis ramas hundo la tierra con marcas profundas en los callos de las plantas en todas las vetas de mi memoria hay barro y raíces enredadas hay cuentos
Tengo hojas en el pelo como los relatos que hablan de los juncos de cuando tenían flores combinaban con mi arbusto con este jardín amplio y frondoso con mis raíces en los cuentos que brotan en el cielo
CIGARRO
Arrullo tabaco en un papelito de combustión lenta emboco un filtro en una esquina inicio amaso y cruje suave amaso y cruje firme amaso y cruje fuerte amaso y cruje pausa lamo las orillas lenta pego la vuelta despacio acomodo detalles minuciosa prendo el fuego
Cruje en mi boca y succiona el gusto del descanso el color de la tierra el aroma ancestral arremolino el humo entre mis dientes paseo y suelto el humo del embotellamiento el bullicio del asfalto la soledad en el gentío me relamo vuelvo la llovizna a mi boca roja para comenzar otra vez la fiesta de la nube.
BIO: Rayo Canción tiene 29 años y escribe de manera intermitente desde hace mucho. La poesía de Rayo Canción está poblada de cuerpo y naturaleza, quizás, para intentar compensar tanta cotidianidad porteña. Hace algunos años decidió hacerse (des)cargo y volcarse de lleno a la escritura. Actualmente, se divierte en el taller de Karina Macció en Abasto y en su blog pateandocoches.blogspot.com.ar │
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¿REAL/mente? por Remberto
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e levanto en busca de algún disco del ‘60, ‘70 u ‘80 y entre tantos elijo Tug of war para que acompañe. Abro la heladera, sirvo el vaso y me siento nuevamente para retomar el pensar que ya se venía descodificando. Más crecemos y todo se vuelve aburrido o un poco más de lo que era, rutinario, cansador por momentos, la distancia es más distancia pero mejor justificada; llegando todo a un conformismo no deseado.
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Al principio éramos inocentes, queríamos perturbar al conocimiento, imitar lo que veíamos en aquellos que admirábamos sin saber bien qué eran o hacían y quizás, después nos desilusionaron. Siempre estábamos disconformes con lo que hacíamos o nos dejaban hacer, nos creíamos capaces de mucho más y así, lograr hacer distintas cosas que no eran para esa edad. Pero felices llegábamos a la noche. Beso a mamá y a papá, que aún no se iba, y la comida en casa. Habían lágrimas, mucho más que ahora, a lo mejor por un reto, por un “no vas a salir”, por algún golpe de tanto andar, pero aquellas eran efímeras, no dolían en el alma.
Hoy molesta el ruido ya creído excesivo, los pájaros en algunas mañanas, el viento golpeando con fuerza una ventana semi abierta que contra pelea el ruido del silencio, del vacío, de lo perdido, de aquel sueño que hoy sólo es un vaso y con mucha sal. De la molestia por el timbre o el teléfono, mejor no hablar.
esos diálogos. Acaso puedes verlo en una remera que adorabas, en balitas que descansan todas amontonadas, en compartir aquel tiempo como lo hacíamos, en amar lo recordado entre risas que ya son tristeza por causa de la ausencia silenciosa. Suelo verlo ahí, sólo cuando recuerdo.
Hoy las lágrimas son mucho menos, nulas para los alrededores, pero cuando todos dormimos, instante en que realmente estamos solos, aunque haya compañía, nos damos cuenta que aquellas pocas están alojadas en el alma y que de verdad duelen. Hoy es todo más complicado, pero consciente soy que somos nosotros quienes lo hacen.
¿Y en la gente podes verlo? Permanentemente se lo ve, a veces sabe esconderse y en otras es imposible. Lo veo en todos, sean o no de tú espacio cotidiano, íntimo, menester. Podes ver algunos rostros de transeúntes hastiados de la vida, de la rutina que descansa al cansancio dejándolo tan cómodo que sólo duerme haciendo que la siesta tenga estrellas. Tristes o nerviosos caminan queriendo el no rumbo y después, algunos llegan al diario, otros mueren solos en una carta no leída o simulado ello. Fraude hay en el entendimiento de un amor inentendido, señalado hasta que las lágrimas no fueron más que de uno sólo y la carcajada del otro lado del Támesis. Pero también están los que ríen mirando al amor en letras, los que en sus ojos respiran satisfacción de aquello que tantas noches dejó las sábanas tendidas, aunque sea pasajera y más de una vez duela. Los que recuerdan algún juego de niño, algún panal defendiéndose ante una mano intrusa, una ajena pelota pinchada; una plaza limpia con amigos sanos; pocos quedan. Los que viven queriendo los ojos que miran y sonríen. Los que escuchan ese tema que trae un buen momento, que detuvo al tiempo y para allá irá.
¿A qué se debe todo esto? Me pregunto. Por qué antes algunas cosas estaban bien y ahora están mal. Serán las obligaciones que “deberían” ir en ascendente, será que ya no “tendríamos” que tener tanto tiempo libre, será que para algunos llego la época del pelo corto, como si en algo afectara eso. Ya ingresamos al camino en el que sólo miramos hacia atrás. Ya crecimos. No te rías tanto, no juegues al ridículo, sos un hombre grande, por favor. Compórtate. Por costumbre, quizás, las responsabilidades son más y debemos enfrentarlas, mantenerlas e incluso protegerlas, pero no implica que tengamos que olvidar aquello que tanto nos hacía reír, ilusionar, ser niños y por ende, puros. Hay que aceptar que ya no lo somos, pero sin olvidarlo. Bueno sería encontrar la forma de poder llegar a controlar y evitar el aburrimiento sobre algunas cosas determinadas que son buenas y que más de mil horas en un minuto se han llevado, poder seguir viendo el sentido a todo eso que tanto nos gustaba. Sé que en otras, será inevitable, anti-natural, conformando, a lo mejor, la otra parte necesaria, pero no fundamental y que deberíamos evitar que sea mayoría. ¿Dónde o sobre qué quedan las consecuencias del aburrimiento? El juego es un acto idóneo para aquellas, algunos al menos. Un disco o una película que antes lo era todo y se pasaban las horas escuchando ese dueto, repitiendo
Bailábamos dejando a los ojos amarse en cada vuelta y hoy los mismo lloran, pero solamente dos. ¿Qué hacemos con eso? Ideal sería que, del nueve al cero, del estudio al trabajo, del escribir al no olvidarse de hacerlo y no pensarlo como un pasado que agradaba, de la pasión diaria a dejarla morir porque la naturaleza lo dispone y muchas situaciones más, no sea otra cosa que una continuidad, por supuesto, con los cambios necesarios e indispensables —subjetivamente hablando— para que funcione. Pero nunca sobre la esencia, si eso sucediera, lo más probable llegaría él invadiendo e incluso, en algunos casos, la otra mitad. │
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Que la música no pare ante los años, ni al medio día y menos en la noche y que siga con sus compañeros del momento. Que nunca se deje de escuchar el grito de Well Well Well, de Fax u. Que las ideas maduren, como deben, pero no llegar a considerarlas estúpidas. Ninguna de ellas lo son, cada una tiene lo que necesitas, lo que buscas en ella, por algo es y sos lo que veo, tomate el tiempo de demostrárselo. No todos la tienen y algunas la desaprovechan y otros, definitivamente, no la entienden. Poder seguir mirando hacia abajo y sentarse a pensar, aunque el abajo no sea el mismo y lo más probable es que nunca más lo sea. Poder gritar contento ¡Oh Yoko! Y reírse de lo que ya nadie se ríe, mientras se disfruta de un vaso y de lo que no va a morir jamás, mientras los edificios se encienden como los latidos y el viento descansa al cuerpo y le recuerda al pelo su libertad. Poder mirar el ayer y que no sea lo mismo de siempre, aunque sí lo sea. ¿Todo cambia o debería por el hecho que pasen veinte seis o más años? Y eso es ser qué o quién. Me da miedo pensar en que todo esto puede ser parte de lo que vendrá, del traje si se quiere, de lo próximo, del despertar en horas aún no muertas, pero destinadas a lo ineludible. Me pregunto cómo será y trato de verlo y no quiero. Acompaña el triste piano de Oh my love al no quererlo, aquel hermoso tema que amaste y quizás hoy odias, porque ahí estoy y eso no podrás cambiarlo.
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Me agarro la cabeza, realmente es difícil, me duele el cuerpo. Sé que voy a querer volver a ese molino viejo, pobre de mí. Las ausencias llorarán y me mostrará qué es lo que llamamos vida. Lo veía a mi viejo afeitarse, ponerse un traje, decirme que aquellas eran cosas de grandes y yo quería estar ahí, frente al espejo con la cara blanca. Hoy me pregunto, mientras el silencio muere por Here Today (que lo dedicaría si aún fuera), si supiera todo esto ¿lo querría? Hoy ¿quiero serlo? A veces me acuesto y quiero despertarme con la voz de mamá, con el timbre que pregunta si los chicos van a salir a jugar. Mi cabeza se va con esos violines y entiende que no tiene sentido todo esto. Es perturbar a quien no habla ni escribe, es tocar la puerta de una casa abandonada. Me levanto, abro la heladera, ya dejé la botella vacía debajo de aquella ventana y voy al baño, miro al espejo y vuelvo a preguntarme. Me es inevitable.
Sobre el autor: Remberto nació en los primeros días de Marzo de 1992 en la provincia de San Juan, Argentina. Actualmente se encuentra trabajando en su primer libro.
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MONTAÑAS DE PAPEL
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ROCK
TUS OBRAS RAIANO La Hoja Multimedios
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por Leandro Fuentes Sobelvio Fotografía Estenopeica Mariana Juárez
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odría decirse que Raiano es las sobras de lo que quedó de Gonzálo Sánchez cuando emigró a La Fatal Mendoza, hoy presenttamos a un ex hockista que eligió la música para continuar con vida. Raiano o simplemente “Flaco” para los amigos creció en San Juan, en una provincia que ofrece un panorama complejo para proyectos artísticos que salen de los límites convencionales, por cuestiones de fuerzas mayores, tal vez el karma de ser en el desierto, una suerte de autoexilio, su destino fue durante algún tiempo unos kilómetros al sur. Instalado en una sociedad nueva para él, bastante careta e igual de gorila como en su anterior habitad, comenzó a armar un plan para resistir las embestidas del clima, la premisa sería, “lo único que falta es, encontrarle un sentido al ruido existencial”. Raiano atravesó el sueño que generan las noches y los trabajos, conquistó la música con acordes simples, ingresó en la poesía con letras de fácil interpretación, para que nadie después pueda decirse, ante su obra; soy inocente. No es casual que un primero de mayo aparezca un disco titulado Tus Obras, en un sistema donde la vocación y la pasión cuestan sangre, dolor, soledad, siempre costeando los ríos abardo de la nave de los locos. Raiano trabaja duro en la música, de a ratos en la pintura, cuando no está reventando habitaciones en departamentos propios y ajenos. Es un grito urgente, una canción de ayer, el mayor secreto que nos puede ofrecer. Es el grito que todos, en mayor o menor
medida necesitamos ejecutar. Tus Obras se presenta con un arte de tapa que nos muestra una imagen donde una persona (según se sabe, es Raiano) se visibiliza a mitad de cuerpo con la cabeza cortada por un recuadro negro entre manchas de color rojo. Quizás, sea culpa de todos nosotros, los que actuamos como público, los que no hemos aprendido a abrazar a nuestros artistas independientes, y los llevamos a la guillotina, o tal vez, nuestros artistas emergentes no saben muy bien qué están haciendo, y por el momento prefieren ocultarnos el rostro, la forma de los ojos. Podríamos profundizar en lo que significa esto último, pero resultaría apresurado si aún no hemos reproducido el disco; una vez que dimos play, ingresamos en la construcción y destrucción de todo lo que es posible si soñamos despiertos. En este caso, un disco de rock. El sonido que consiguió Raiano en su primer material editado en formato de LP es de una generosidad inmensa, te puede gustar o no, eso ya no es algo que nos interese trazar, acá cada uno elige sus armas, pero hay que ser honestos con el trabajo de él; grabado en situaciones extremas, situaciones en las que sería más fácil salir corriendo y perderse en la selva del Brasil, o entregarse al infierno por completo, pero no. Raiano ya estuvo ahí, y sabe que huir es para cobardes, por eso agarró una guitarra, un faso, una birra y ahora tiene algo que decir. La música funciona como motor principal para combatir las miserias que rodean al mundo. │
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s domingo por la tarde, cargo con una fisura insostenible, hace algunas horas regresé a casa de un finde agitado en Mendoza, el día es gris, el humo del tabaco y el café se entremezclan mientras observo por la ventana a dos palomas tratando de aparearse. Suena el teléfono, es una llamada de Raiano, recordé que habíamos quedado en encontrarnos para hablar de su nuevo disco, realmente no he preparado nada para hacerle una entrevista, atiendo y me dice que está viniendo para casa, que es una tarde linda para fumar unas flores y tomar unas cervezas. Acepto, y le digo que en diez minutos estoy listo. Mi celular es antiguo, no conecta a Internet, no tengo tiempo para volver a escuchar su disco, tampoco de leer algunas notas que le hicieron, algo que dispare algún eje central donde pueda hacer pie y sumergirme en su obra, y lograr hacer una entrevista con cierta lógica. No importa, confío en mí y en este domingo gris, busco mi grabador de periodista, guardo en mi campera el tabaco, los liyos, filtros y algo de guita. Me preparo otro café, esta vez un poco más cargado mientras espero que Raiano venga por mí. Pasaron algo más de diez minutos y recibo un mensaje “estoy afuera”, es Raiano, salgo de casa, nos saludamos con un abrazo, subo a su camioneta, toda sucia, abundan tapitas de cervezas y algunas cajas de aceites. Le comento que estuve en Mendoza, que estuvimos trabajando con Mario en su libro, que tomamos tanto que
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ahora estoy un poco deshidratado. Raiano ríe, él siempre sonríe. Nos preparamos para salir, le sugerí ir hacia la montaña, pero la camioneta no arranca, varios intentos más, pero no hay caso; nos damos cuenta que murió la batería. Ahora sonreímos los dos. La situación se vuelve un poco absurda, nos bajamos, enciendo un cigarrillo mientras Raiano abre el capot y yo comienzo a buscar a algún vecino que tenga cables para conectar batería con batería y así poder arrancar. Yo no entiendo nada de autos, pero un vecino sí, y todo funciona como creíamos. Ahora sí, nos vamos a todo volumen, escuchando Serú Girán, decidimos ir por unas latas de cervezas y quedarnos en una plaza, por si acaso la camioneta decide no arrancar más. Llegamos a una plaza en el barrio donde Raiano pasó gran parte de su vida, bajamos de su camioneta con unas latas de Bud, y todo lo necesario para trabajar cómodos. En el camino él encuentra una pelotita de juguete, comienza a hacer unos jueguitos y, en ese instante aparece una especie de caravana desde el interior del barrio, Boca salió campeón, gritan las personas por las ventanillas de los vehículos, y ahora todos van a festejar en la plaza central. Con Raiano nos quedamos observando con total indiferencia. Le comento que ya no me interesa el fútbol, que ya no lo disfruto como antes; le digo que creo que perdí esa pasión, Raiano replica acotando que supone que hemos perdido otras pasiones, algunas que no sabemos muy
bien cuáles serán… Le recuerdo que durante un tiempo atrás el deporte estaba en nuestras vidas, le digo que es todo un mambo en el mundo del arte, justificando esto último refiriéndome a que, no me resulta fácil encontrar artistas que sean deportistas, y por lo tanto sucede de igual forma a la inversa. Excepto Bob Marley menciona Raiano. Adhiero a su acotación, y continúo, ¿Vos te imaginas cómo debería ser Charly García futbolísticamente hablando? O ¿Maradona tocando el piano? Raiano se queda pensando, y concluye diciendo “pero son amigos”. Es verdad son amigos, además de héroes nacionales, además supongo que debe haber algún otro ingrediente que los une. Rápidamente hago foco en el porqué de estar con mi grabador en una plaza junto al autor del disco Tus Obras. Tengo que intentar que esta entrevista no se vaya al carajo, lanzo la primer pregunta: —¿En tú caso qué fue primero, el deporte o el arte? —El deporte, arte se escribía con H en mí casa. —¿Con H de Hockey? —Sí, sí. Jugué al hockey en el Club Banco Hispano desde chico. Yo estaba todo el día en el club, salía de la escuela y me iba a Hispano, era como mi segunda casa.
—¿Recordás cuándo fue que comenzó a interesarte el Arte? —No sé si me interesó el arte, no sé si me interesa. Es medio un bajón ejercerlo, no te dejan trabajar… Es algo de lo que decíamos antes de que encendieras el grabador, lo de la “vocación”. Es algo que, por ejemplo: el nombre que tengo yo no lo elegí, la religión tampoco, y esto me llegó, y si lo elegí. Entonces no sé si me interesa, lo elijo. —Entonces, un día dejaste el Stick y agarraste la Guitarra… (del stick a la viola) —Claro, del stick a la viola, ahí fue cuando sucedió un golpe más real. En el Hockey pasé a hacer un suplente, un día me dijeron ¡dame la camiseta! Y desde ahí ya no me llamaban a los partidos, ése día fue la primera vez que me vine a mi casa andando en patín. Estaba prohibido para los hockistas andar en patín por el pavimento, y ése día me acuerdo que me vine patinando, con el bolso colgando, resignado y no fui nunca más a Hockey, nunca más me volví a poner los patines. La última vez que los usé fue en el pavimento, y ahora creo que eso me llevó a seguir pavimentando, digamos, entonces no sé si me interesa o me gusta el arte, porque ahí aparece el arte, cuando yo me veo sin un stick, con las manos vacías, vi un instrumento, y me puse con la guitarra. Traslado la disciplina del Hockey a una disciplina artística. │
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—En tú vida podríamos decir que el Arte te encuentra… y te diste cuenta que quizás la bocha era la voz, el parqué era el escenario, los patines la poesía, y el stick la guitarra, se me ocurre que el arco sería el público, ¿El desafío es hacer un gol ahí? —De una, siempre pasó que no había quién tocara la viola, entonces yo aparecía, me decían tenés que hacer estos acordes y yo los hacía. Armamos una banda con los chicos del barrio. Ahí aparecieron las primeras ideas de trabajar como grupo de música, los primeros intentos por hacer un gol. —¿Recordás el nombre de ese primer proyecto como banda? —Red Wine era el nombre, los integrantes eran: Santiago Diez en voz y guitarra, Ramiro Soler en batería, Matias Ruarte en bajo, y yo tirando algunas líneas en la viola, algunos gritos también. Hacíamos cover de Nirvana y Flema; nos metíamos en mil problemas, pedíamos equipos, no teníamos lugar para ensayar, apareció un galpón y esa fue la primer sala de ensayo para mí. Ese proyecto terminó, y si bien uno tiene en la cabeza la idea de tener una banda, yo siempre quise tener una banda como una familia, no quiero tener una banda por tener una banda. —¿Hay registro de Red Wine? —Sí, sí. Me gusta mucho el archivo, coleccionar datos, hay videos en VHS guardados en casa.
“No fui nunca más a Hockey, nunca más me volví a poner los patines. La última vez que los usé fue en el pavimento, y ahora creo que eso me llevó a seguir pavimentando” —Más próximos a nuestros tiempos, ahora el reloj te encuentra con un disco editado, titulado Tus Obras. En el medio de lanzar un disco, imagino nos estamos perdiendo un recorte de historias…
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—Desde que me fui de Red Wine y viajé a Mendoza pasó un lapso en el que mis instrumentos se los dejé a los chicos, les dije: “Ustedes sigan con el proyecto, yo me voy a Mendoza, no sé ni qué quiero hacer”. Hoy, a la distancia creo que la banda sonaba mejor desde que me fui... Estoy atardeciendo cuando pienso en esa parte, los años atrás, ahora estoy en otra etapa. Al haber estado viviendo en Mendoza siete años me hizo alejarme de las cosas, y cuando volvés ya tenés otra sensibilidad.
“Grabé en mi habitación, pedí todas las cosas que necesitaba, una computadora, un mouse, dos guitarras, un bajo y un teclado, armé todo lo necesario y comencé a grabar” —¿Cómo fue la experiencia de vivir fuera de San Juan? —El primer día que llegué a Mendoza fui a una plaza a comprar porros, terminé fumando con gente que luego se transformaron en amigos, hasta el día de hoy voy y hago canciones en las plazas. Fue una experiencia de mucho choque, entendí lo que era vivir solo; implica bañarse, que es re difícil. Cortarse el pelo, quizás antes te llevaban a cortarte el pelo, y después decís, voy a aprender a cortarme el pelo solo. Tenés que llenar la heladera, hay una heladera, buenísimo, pero hay que mantenerla. Entonces trasladé la heladera, no sabía encender una hornalla, lo único que sabía hacer era armar porros y ponerme a insultar gente, romper cosas, ser impulsivo, que en parte sigo siendo así, pero ya aprendí cierta conducta. —¿Y te diste cuenta en qué momento?, ¿Cuándo abriste la heladera y sólo había un limón en su interior? —Claro, ahí me di cuenta que era sanjuanino, y que estaba en otro lugar que no sabía bien qué era… una perspectiva en la que decís, “no soy de acá, pero estás acá”, entonces cuando volvés a San Juan observas todo con otro filtro.
—¿Consideras que algunos kilómetros fuera de San Juan ya cambian todo? —Sí, de hecho hasta dormir en distintas alturas, siempre dormís a cincuenta centímetros del suelo… —No lo había pensado, ¿Tiene alguna explicación? —Sí, hay muchos soñando en las alturas, en Mendoza durante un tiempo empecé a dormir en la mesa para decir: “estoy durmiendo un poco más alto”, y en un cuarto piso, quería saber qué tan alto se puede dormir. —Si tuviésemos que nombrar tres personajes históricos que soñaron en las alturas ¿Cuáles serían? —Charly, hermoso. Él ha dormido siempre alto, lo fui a buscar una vez, toque el timbre de su departamento y no atendió; tal vez estaba ocupado con los Salieris… Y otra persona que durmió alto sería Albert Einstein, ese debe haber sido un gran cabezón, no lo he conocido, pero acredito. He leído algo de él, debe haber descansado sin duda en las alturas. Después no sé quién carajo inventó el ruido, pero ése loco o loca también debe estar flotando alto.
“El primer día que llegué a Mendoza fui a una plaza a comprar porros, terminé fumando con gente que luego se transformaron en amigos, hasta el día de hoy voy y hago canciones en las plazas” —Te encontraste tratando de soñar alto, y ¿Qué pasó? —Y ahí voy a nombrar a Ezequiel Borra, cuando dice: “cuidado con la locura que se puede derramar”. Ahí es cuando pasa eso de que se empieza a derramar una cosa en la otra, apareció la guitarra con mayor protagonismo, siempre por instinto, nunca estudie guitarra, ni música. Siempre estoy aprendiendo en una búsqueda
por despertar. Comencé a experimentar con la música, prueba y error, demasiados errores sobre todo; y creo que ése es el agrado de fallar con exactitud. No saber que mierda estamos haciendo pero funciona. —Convertiste tú departamento en un laboratorio… —Sí. Al tener que preparar una comida solo, me di cuenta que estaba tocando la carne, salí a buscar la vaca, digamos… —¿Podríamos decir que encontraste la vaca cuando armaste una banda allá? —Claro, ahí pedí todos los instrumentos que tenía en San Juan, me encerré en mi departamento y comencé a armar un proyecto. Conocí un loco de Tunuyán que tenía un teclado y directamente me lo secuestré, que es el mismo teclado que vos tenés. —Un Casio C115, Tone Bank… Siempre con instrumentos de épocas anteriores, que eran los que estaban en casa, nosotros venimos de la generación del Casete, quizás seamos la última generación analógica… —Un Tone Bank, acompañó muchísimo esas teclas. Nosotros vimos cambiar el siglo… una de las primeras canciones que armé se tituló Casete, así que hay algo de eso. —Bueno, entonces comenzaste a armar un proyecto con la vaca que encontraste. —Claro, yo a la vaca no me la podía solo, no sabía cómo sacarle leche, y me encontré con Mario Giorgi, sanjuanino, que estaba viviendo en Mendoza, lo conocía por vos, sabía que le interesaba la música así que le escribí. Me acuerdo que le dije: “Loco soy Gonzálo, o el Mecha, amigo de Leandro, estoy viviendo en Mendoza, y si te pinta hacer algo, avísame, porque yo me voy a mandar alguna”. Después de ese mensaje nos convertimos en amigos, y empezamos a vestirnos de música. Le presenté mi casa, mis instrumentos, mi inocencia y mi locura, y aquello que todavía no sabía bien qué era. ¿Qué es?, ¿Una vaca? Sí loco, una vaca… y ahí empieza todo. │
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—Me recuerda a Miguel Abuelo, cuando dice: “Nunca te miró una vaca de frente”. Imagino que tuvieron que encontrarle un nombre a esa vaca… —Sí, primero apareció con Mario y Gonzálo Voena, otro sanjuanino que vivía en Mendoza, armamos un proyecto que nunca salió a la luz, The 30 se llamaba, fueron épocas de mucho Whisky y papeles. —¿Quedan registros de The 30? —Creo que sí, recuerdo que nos encerrábamos en algún departamento a tocar y tomar. También había mucho vino, siempre tenía los labios morados… pero cuando quise ir por algo más me di cuenta que estaba solo, y se fue apagando eso. Entonces pensé en armar una banda de verdad, Mario me siguió y Gonzálo me dijo que no, y quedó ahí el experimento The 30.
“En el departamento ensayábamos todo el tiempo, a veces pasábamos quince horas tocando la misma canción hasta que nos cerraba la idea.” —¿Y esa banda que armaste se llamó? —Carmín Pastel. Componíamos con Mario, algunas veces él en guitarra y yo en teclado, íbamos cambiando, escribiendo algunas canciones. En el departamento ensayábamos todo el tiempo, a veces pasábamos quince horas tocando la misma canción hasta que nos cerraba la idea. —¿Cómo fue la gestación de un proyecto de música encerrados en un departamento y la convivencia con el mundo exterior? —Afuera siempre caos, mis vecinos hacían bastante ruido, entonces yo también empecé a hacer ruido y después por el ruido no pude dormir. Eso es lo que mantiene el animal adelante, y uno tiene que salir a sujetar la bestia rápido. En el departamento siempre había movimiento, se armaban talleres, presentaciones y los ensayos de siempre. Cuando yo me iba de viaje alguien
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quedaba con la llave, entonces había música todos los días, y eso por ahí complicaba la relación con los demás habitantes del edificio, eso llevo a que tuve que pasar por diferentes departamentos durante mi vida en Mendoza, siempre me echaban o cosas así.
“No conocíamos el ambiente del rock en Mendoza, no sabíamos dónde ir a hablar para presentar nuestras canciones. Había bastantes problemas para que nos dieran un espacio cuando decíamos que teníamos tres canciones para tocar y no hacíamos covers” —¿Te acordás la primer presentación en vivo de Carmín Pastel? —Sí, en una terraza. El evento se llamó La Dominga. No conocíamos el ambiente del rock en Mendoza, no sabíamos dónde ir a hablar para presentar nuestras canciones. Había bastantes problemas para que nos dieran un espacio cuando decíamos que teníamos tres canciones para tocar y no hacíamos covers. Decidimos armar nuestro espacio, y el único lugar que encontramos fue en la terraza de mi primer departamento en el que viví. Vos estuviste ese día. —Era un día blanco, muchísimo frío, recuerdo que las personas salían a los balcones a escuchar lo que estaba pasando. —Sí, recuerdo que vos leíste unos poemas, y nosotros luego tocamos, no más de diez personas nos acompañaban. Ahora el número de asistentes cambió, pero esta bueno tocar ante un público no muy numeroso. —¿Cuál era la primer formación de Carmín Pastel? —Mario Giorgi en teclado y voz, Rodrigo Raiano en bajo, Carolina Meza en coros, Pacucú en saxo y yo en guitarra y voz.
—¿Con esa formación cuánto tiempo estuvieron? —Y fue poco, lo del saxo pasó en la terraza y después nunca más, la chica que estaba en coros estuvo un tiempo y después decidió dejar la banda, quedamos Rodrigo, Mario y yo en formato de trío, luego apareció Liss un día de ensayo que caíste vos con ella en primer instancia Liss iba para intervenir en Violín y terminó haciendo coros. —¿Tenemos registros de Carmín Pastel? —Sí, en Internet, en youtube hay algunas cositas sobre las presentaciones que estuvimos haciendo. Hace un año hicimos un audiovisual, estuvo bastante bueno eso. Recuerdo una vez que fuimos a tocar a Córdoba y después a Buenos Aires, y viajamos un montón, una noche tocábamos en El Pacha y la gente te preguntaba si teníamos algún disco, o dónde se podía conseguir nuestro material, y no teníamos nada grabado.
“Comencé a experimentar con la música, prueba y error, demasiados errores sobre todo; y creo que ése es el agrado de fallar con exactitud. No saber que mierda estamos haciendo pero funciona”
El disco lleva por nombre Tus Obras, las canciones que lo componen son las siguientes, Raiano las define: Surmenage: Una alarma. Qualcosa: No saber qué es lo que está sonando. Anim Podero: Ahí reaccionas como animal ante la alarma. El lugar que ocupan los huesos: Darse cuenta dónde, por lo menos. Canciones Descalzo: Meterse de lleno, sacarse todo y ver qué onda. No Rem: La primer etapa del sueño. Aquí Oh: Sería como en portugués ¿Dónde está el fuego? Natania: El barrio.
—Ahora tenés un disco girando en el universo, ¿Algo nuevo apareció?
Tus Obras: Pedir perdón, las sobras como obra.
—Estamos ensayando a morir. Cargando balas para hacer disparos certeros. Incluimos batería, a cargo de Dani Gimenez, un gran percusionista, vamos a continuar haciendo algunas fechas en Mendoza y San Juan, tengo ganas de volver a Buenos Aires, allá hay gente que nos está esperando. En las presentaciones me acompaña Dani en batería, Rodrigo en bajo y coros, y yo en guitarra, teclas y voz; siempre aparece algún invitado. Este nuevo grupo que estoy armando está pensado para grabar con Carmín Pastel, no sabemos cuándo, pero lo estamos trabajando.
Manifiesto Amigo: Ema Gonzáles, un amigo, me regaló una canción que se llama Manifiesto Amigo y lo incluí al final del disco.
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ESTE PROYECTO VIO LA LUZ GRACIAS A MUCHA GENTE QUE SE COMIÓ EL VIAJE CONMIGO
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Surge como propuesta artística a partir de la necedad y miserias cotidianas del ser. En un principio fueron impulsos, acciones en forma de contragolpe, manotazos y edificios. Luego canciones y mientras tanto escribía los días, las noches. No había un plan determinado, ni ABC. Era un trabajo que realizaba a cambio de dignidad; sin límites. Podías darlo todo sin reclamar nada (dichoso). Si bien no existía (ni podrá haber) un horario determinado para cada actividad, el roce con los vecinos fue quien más o menos sugirió una forma de trabajo. Aunque jamás pude seguirla y así TUS OBRAS.
—¿Qué ves en la tapa del disco? —Un recorte. Un par de colores, un Cian, Blancos y Negros, algunos Amarillos y Rojos. Hice una foto onda autorretrato y luego fue intervenido con un cuadro que había realizado hacía tiempo. —¿Cómo surgió la idea de lanzar un disco solista? —Necesitaba saber cómo sonaba en otro formato que no sea dentro de una banda. Grabé en mi habitación, pedí todas las cosas que necesitaba, una computadora, un mouse, dos guitarras, un bajo y un teclado; armé todo lo necesario y comencé a grabar. El disco salió el primero de mayo del 2017 producido por La Hoja Multimedios, y lo publiqué en Internet, en youtube se puede escuchar. —¿Pensaron el disco en formato físico? —Tengo pensado hacer la presentación del disco en formato físico en el verano. Quiero armar algo pensando en una puesta en escena, con algunas cámaras registrando todo lo que pase arriba y abajo del escenario.
“El día que lancé el disco viajé a San Juan y me despedí de Mendoza. Ahora, al estar instalado acá, en mi provincia, tengo ganas de generar un espacio donde puedan suceder cosas” —¿Cómo fue el proceso de grabación? —Recuerdo que le dije a Mario, “voy a comenzar a grabar”, ahí él empezó a venir a casa y me ayudó a grabar algunas canciones. Las primeras canciones las trabajé en mi primer departamento, ahí justo me echan, fue todo un problema, tuve que reorganizarme, y la parte final lo terminé en el nuevo hogar. Ahí fue todo peor, los vecinos hicieron que me quitaran mi mascota, que era una gata, prohibieron que usara instrumentos, la vaca casi se me perdió, y ese fue el día en el que vi que las vacas vuelan, me cambiaron de lugar y la vaca vino conmigo, fue increíble.
—¿Cómo definirías Tus Obras como género? —Me acuerdo de Bukowski, diré: “Música para cañerías”. —¿Cuál sentís que es la recepción del público con el disco? —Que está bien. Está bien que sea miserable… me parece muy bueno que sea así. —Lanzaste el disco, activaste una bomba en forma de canciones y regresaste a San Juan... —El día que lancé el disco viajé a San Juan y me despedí de Mendoza. Ahora, al estar instalado acá, en mí provincia, tengo ganas de generar un espacio donde puedan suceder cosas, creo que es una necesidad construir espacios nuevos. —¿Cuál es tú visión sobre San Juan en términos culturales? —Hay personas que están construyendo, organizándose, por ejemplo, Montañas de Papel es una búsqueda que viene, imagino que hay un montón de ideas ahí, que da para explorar un montón; pero se necesitan más espacios y que la gente haga el aguante. Acá en San Juan siempre se llega tarde, nos demoramos, es muy simbólico lo de la siesta. Pasa también que desperdiciamos a lo minería, tenemos el espacio, los recursos, pero no hay responsabilidad. Hay que generar los espacios a conciencia, y mantenerlos, pero veo que somos egoístas, y eso es lamentable. —Podes cerrar está entrevista. —Los días son así, y se hacen de noche prontito. Sol.
Sobre el autor:
Leandro Fuentes Sobelvio nació en San Juan en 1990. Fuentes es un poeta casi secreto, paralelamente a su carrera de periodismo, fue desarrollando una intensa y constante labor narrativa que, hasta ahora, permanecía desconocida. │
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NUEVOS DISCOS
ROCK
TINTIN “El demo era una excusa para ir mostrando un poco lo que hago y que las canciones vayan teniendo rodaje y repercusión”
por Fabian Matias Ramirez Los pájaros alborotados y el arpegio con aires folclóricos preparan la escena del primer momento, un viaje musical, que si bien sonoramente suena tan simple como guitarra y voz, es un buen debut en registro sonoro, para regalarse en la reflexión que nos lleva a estar expectantes desde la fuerza y belleza de su lírica. En una atinada decisión Tintín en clave de solista, de conservar la esencia de estas primeras canciones, es que se explica el clima de este viaje con cuatro paradas. La calma y el desarraigo se manifiestan desde el comienzo en FUE “eras y ya no sos, fuiste señora canción” empieza diciendo como quién habla desde el terreno de la nostalgia la cual sigue acentuando a lo largo de toda la canción. Las siestas de julio, el café, el cigarrillo, el casete y un cuadro de matices amarillo son elementos que nos hablan de añorar algo, “todo lo que pasa antes y después de la canción se me olvido” suelta Tintín y deja en claro que la canción es el sol de esos instantes. INTILANU y ME HACEN LLORAR son las paradas con vista crítica, de un paisaje que Tintín va denunciando con vehemencia desde su guitarra, que marca las emociones de cada momento en la canción. En la primera posa el ojo en el sistema educativo que nos prepara para ser ciudadanos con poco espíritu crítico, militarizados como las botas y las sirenas que se escuchan en el epílogo, una breve brisa de FLOYD en The Wall. Luego nos propone no perder de vista a la violencia institucional, tema con tan poco (casi nada) espacio en
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la mayoría de medios de nuestro San Juan y con tanta actualidad. Contándonos que “la libertad está en un niño jugando a la pelota, en la puerta de su casa” nos pone en conciencia de lo cercano que nos puede tocar a cada uno. El arpegio expectante se convierte en un rasguido con aire de pregón que va reivindicando a Las Abuelas con su lucha, “le dieron más vueltas a la plaza, que un patrullero a la calle de mi casa, para saber si algo malo me pasa” escupe denunciando Terrorismo de Estado como sucediera en un pasado oscuro de nuestro país, y sin retroceder nos cuenta de Mauricio que “misteriosamente en el calabozo se murió”. “Voy a pedir 30.000 minutos de silencio” sentencia ya gris en el final. El ambiente de hora pico quizás de Capital, quizás de Villa Krause, y una guitarra desgarradora pero agradable nos empieza a hablar de LUCIA, musa de carácter efímera que el compositor vio en la parada de colectivos y bautizó con ese nombre por su cara. Una descripción de una dama casi tan digna como las de Silvio Rodríguez que nos hace enamorar de sus azabaches cabellos y prominentes labios. “Espero verte la cara otra vez y que el miedo se apiade de mi conciencia” dice jugando con un soñado reencuentro. La simplicidad de la instrumentación y producción terminan resaltando con buen equilibrio de canciones que debutan en un primer viaje solista que Tintín nos cuenta en cuatro armonías que se editaron con la velocidad de la ciudades modernas.
NUEVAS DROGAS Grabado en “El Aleph Estudio” Arte de tapa: Valeria Diaz Producido en conjunto con “Arte Povera”
UNIDAD SEGUIDA DE 0 x Agustín “Tintín” Díaz: Es un demo que está compuesto por canciones que tengo hace mucho tiempo, salvando “Fue” que es una canción relativamente nueva. La idea de grabar la tengo en la cabeza desde que noté que podía hacer canciones, con dificultad, pero podía al fin, y un día hubo dentro de mí, algo que me dijo que lo tenía que hacer. Carlos “Bola” Vilaplana estuvo encargado de la grabación, Emiliano “Raba” Algañaras, se encargó de la mezcla, master y finalmente, en conjunto conmigo, de la edición. También participó Vale Díaz en el arte de tapa, donde aparece un amigo mío de papel llamado Álvaro, con quien me siento siempre muy identificado.
“Fue grabado en enero, en una siesta súper calurosa como todas las veraniegas siestas sanjuaninas” La idea del demo (el cual lo grabe todo en una sesión) era hacer algo bien casero, por eso sólo grabe con una guitarra, para reivindicar las esencias de esas canciones que las armé justamente de manera casera. También elegí este formato, porque no soy muy “cancionero” que digamos,
me tardo mucho tiempo en terminar de hacer una canción. O sea, grabé así para mantener un cierto hermetismo en las canciones y no “quemarlas”
“El hilo conductor de Unidad Seguida De Cero son básicamente las musas o inspiraciones inesperadas porque las cuatro canciones que lo integran llegaron así” Espíritu crítico: En “Me hacen llorar” denuncio el abuso de autoridad y las muertes por parte del Estado. “Intilanu” posee una mirada crítica al sistema educativo militarizado y competitivo que hay y que desde mi punto de vista está hecho sólo para formar ciudadanos sumisos y votantes principalmente, y no ciudadanos que puedan ejercer con total libertad sus derechos. “Lucia” es una canción dedicada al desamor doloroso que todos tenemos en lo cotidiano de nuestras vidas y “Fue” habla del desarraigo, que creo justamente están muy conectados el desarraigo y el desamor.
Sobre el autor: nació en Chimbas, el mismo año en el que Charly sacaba Parte de la Religión y San Lorenzo salía segundo en el torneo local. Amante de las letras, las milanesas y la serie Saint Seiya. Actualmente trabaja en su falta de constancia y se ríe siempre de los mismos chistes de Lee Luthier. Hincha de Boca, miembro de una comunidad y encargado de la segunda guitarra de la banda Capitán Hunuc. │
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LO INDIE-SPENSABLE por Franco Emiliano
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uestro bien—mal—amado país se encuentra en una situación de déficit en múltiples aristas. Y en esta pequeña nota, hablaré respecto a lo que más nos golpea en la cara a los llamados “el futuro de toda nación”: la falta de trabajo. Día a día vemos que existe un déficit en la posibilidad de encontrar un quehacer durante las horas libres del estudio; un déficit de un espacio a explotar para los chicos y chicas recién recibidos de una carrera (que les costó más de un dolor de cabeza); un déficit de parte de las instituciones o empresas donde más de una vez hemos ido a dejar currículum y no obtenemos nada a cambio: déficit, en definitiva, de la oportunidad de mostrar lo que somos al mundo y, sobretodo, a nosotros mismos. Envueltos en un panorama aterrador, el mismo territorio que nos vió crecer nos da la espalda, y nos deja de lado de su vida diaria. La inactividad nos dopa: el trabajo, a pesar de ser muchas veces la fuente de una competencia feroz entre pares y de sólo ayudarnos a la mera subsistencia del mes, es la forma por excelencia de sentirnos útiles y de comprometernos con nuestro entorno. ¿Estamos destinados a ver como los “parientes o amigos de” tienen prioridad frente a nosotros, muchas veces más capaces y con ideas más innovadoras que los acomodados? ¿No existe algún lugar donde se haga valer nuestra profesión y podamos dar rienda suelta a nuestra creatividad? ¿Hay alguna salida de esta espiral maldita? Una palabra vanguardista, rebelde, nos tiende una mano en esa oscuridad. Subyugada y amordazada por el conservadurismo; el hecho de nombrarla ya es peligroso. Hablo de la Independencia. Del Trabajo Independiente. Del “Free Lance”, como se lo conoce en estos días.
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Dentro de esa palabra que se presenta tan bella a nuestros sentidos, se haya un universo de significación: ser nuestros propios jefes, manejar el reloj a nuestro antojo, no sentirnos limitados por compañeros o competencia maliciosa y así explotar todo nuestro potencial creativo, trabajar de lo que nos gusta y, como si fuera poco, obtener una retribución económica y espiritual del público. El trabajo independiente es, en cierto sentido, Anarquista: implica el hacernos responsables de cada uno de nuestros actos. Está comprobado que el cosmos ayuda. Cuando nos proponemos algo y depositamos el alma en ello, vemos que de a poco nuestros frutos van madurando: creamos algo de lo que no nos creíamos capaces, y ese objeto nos lleva a producir otro, y así nos sumergimos en un estado creativo infinito. Es una labor lenta (de hormiga, se diría), pero que le da un sabor más dulce al éxito alcanzado. Como seres conscientes, tenemos todo el derecho de conseguir la felicidad a través de los que nos gusta, mostrándole al mundo nuestras capacidades y gritando que estamos acá; dispuestos a no bajar los brazos frente a la realidad que intenta tirar por el suelo nuestras expectativas. A la gente siempre le atrapa lo que rompe los esquemas. Y lo “Indie” nació para eso: como algo “Pensable” para hacer mucho ruido. ● Sobre el autor: Franco Muñoz se dio cuenta en 1989 que es más efectivo vomitar todo en una hoja que ayudar económicamente a la conspiración mundial de terapeutas occidentales y orientales. Participó de los fanzines “Kitt-Un Fanzine Fantástico” y “Tu Hermana”. Actualmente escribe en su blog “Bitácora de un anacoreta” y en la revista digital “Indie Hoy” de Buenos Aires, alternando entre narraciones periodísticas y crónicas ficcionales.
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LAS LIGAS MENORES ROCK EMERGENTE
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UNA NOCHE EN LAS LIGAS MENORES por Pedro Ahumada Fotografía Las Ligas Menores No importa bien cómo pero conseguí dos entradas para ir el viernes 14 de Julio a ver Las Ligas Menores (desde ahora Las Ligas). Como sabia que luego iba a escribir una nota sobre el evento decidí invitar a mi amigo Coyote Rayeb, quien nunca había escuchado un solo tema de la banda, para que luego me contara sobre su primera impresión del reci, y así tener una mirada de alguien que los escuchaba por primera vez, y otra de alguien que simpatiza con la banda como lo soy yo. La noche empezó como cualquier viernes y luego de un par de cervezas emprendimos camino por las calles de Buenos Aires, más precisamente Palermo hasta llegar a La Tangente, un nuevo lugar que poco a poco va sonando como parte del recorrido de las bandas Under del momento, un espacio chico pero muy bien puesto con un gran sonido y precios elevados que, dicen las voces, pertenece a Kevin Jhohansen. El evento comenzó con una banda llamada Gin Tronic, una banda de Djs olvidables, con una estética futurista a resaltar, poco tenía que ver con lo que venía después (mal por parte de los organizadores juntar dos bandas tan distintas entre sí). Alrededor de las 3 a.m. entraron en escena Las Ligas, sin decir nada como una buen banda punk, Anabella Cartolano (guitarra y voz), Pablo Kemper (guitarra y voz), María Zamtlejfer (bajo y voz), Micaela García(batería) y Nina Carrara (teclados y percusión), comenzaron el reci con todo. Nos ubicamos muy cerca del escenario del lado de María, tan cerca que cuando le tocó cantar parecía que lo hacía para nosotros con un poder y una dulzura indescriptible. Arrancaron con “El baile de Elvis” siguiendo con “Tema 7” y así sucesivamente sin parar recorriendo casi toda su discografía, tocando temas como “Ni una canción”; “Fotos”; “Avenida Principal”; “Europa” y lo que para mí ya son clásicos
como “Renault Fuego”; “A 1200 Kms” y “Accidente”. No puedo decir el orden ni cuántas canciones tocaron, ya que a la tercera canción dejé el periodista de lado y me puse el traje de fanático de este Indie Punk que con letras genuinas y simples lograron un efecto arrasador en todos los presentes. El reci (que duró algo más de una hora), no tuvo ningún instante negro. En todo momento disfrute la música que se estaba tocando y no fui sólo yo, sino que el público asumió una reacción más que positiva con momentos de pogo y de agite total como esperaba, así que yo de la manera más linda, y de la manera más feliz así lo voy a recordar. Cuando terminó el reci intentamos hacerles una entrevista pero no tuvimos suerte, así que transcribo lo que dijo mi compañero Coyote (necesitaba saberlo ya que como dije antes era su primera vez con Las Ligas) Coyote: Debo admitir que me agarró un poco de escepticismo, pensé que iba a ver “una banda más”. Pero cuando arrancaron el primer tema experimente la sensación de que estaba escuchando un sonido viejo, pero que parecía y se sentía nuevo. La sensación que quiero expresar es la misma que se experimenta cuando regresas a la casa de tus viejos luego de una gran ausencia. De repente, estas en una zona de confort de la que antes, quizás por el hartazgo de lo cotidiano, decidiste escapar. Las Ligas es Punk, el sonido es el mismo. Una secuencia simple de acordes en la guitarra rítmica, otra guitarra que hace arreglos, un bajo que no se complica la vida y una bata que cambia nada más en el estribillo. Lejos de ser una crítica, Las Ligas Menores me encantaron y las volvería a ver una y otra vez. Esto que estoy tratando de explicar esta claramente potenciado por la ingesta de la hierba de la madre tierra, pero hoy en día ¿Quién no se fuma un porro para un recital? │
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[ENTREVISTA]
Aunque para mí la nota ya estaba lista, decidí volver a intentar hacerles la entrevista, y luego de algunos movimientos estratégicos logré cruzarme con ellos y este fue el resultado: Sobre ustedes —Esto seguro lo respondieron muchas veces pero todos lo queremos saber, en pocas palabras, ¿Cómo se inició este proyecto? —La banda se formó en agosto de 2011. En un principio Pablo (guitarrista), Micaela (batería) y María (bajo) formamos una protobanda que funcionaba como una excusa para juntarnos a tocar. Después nos encontramos con Ani (guitarra) que nos mostró algunas canciones que tenía y empezamos a ensayar. Recién ahí sentimos que nos gustaba lo que estábamos haciendo y ameritaba mostrarlo. Finalmente Nina (teclados) entró a la banda y terminó de consolidarse. —Una vez escuchamos que algunos de los integrantes de la banda son arquitectos, aparte de la banda, ¿Tienen otra profesión, oficio? ¿Digamos tienen otros trabajos o todo su tiempo va dedicado a la banda? —Sí, cada uno tiene su trabajo y profesión además de la banda. Le dedicamos bastante tiempo a la banda pero no vivimos de esto, todo lo que entra se reinvierte constantemente.
“Tenemos mucha ansiedad por mostrar lo que estuvimos haciendo, fue un proceso muy distinto al del primer disco”
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Sobre sus discos —Algo que nos gusta mucho son las tapas de los discos, ¿Quién las arma, diseña? ¿Y cómo las deciden? —Tratamos de pensarlas entre todos. La tapa del LP la hizo Nina, a partir de recortes de imágenes de revistas viejas que fuimos recolectando entre todos. Y el dibujo del último EP, “Ni una canción”, lo hizo Ani que es quien se encarga también de hacer los flyers de las fechas. —Están trabajando en un disco nuevo y nosotros ya estamos emocionados, ¿Pueden contarnos un poco del disco? Seria genial poder ver la tapa si es que ya está definida. —El disco lo terminamos de grabar hace un mes, nos queda todavía el proceso de mezcla y masterización. Tenemos mucha ansiedad por mostrar lo que estuvimos haciendo, fue un proceso muy distinto al del primer disco porque trabajamos con dos productores (Lucas Rossetto y Tom Quintans) y le dedicamos bastante tiempo a la preproducción. La tapa todavía está en proceso, esperamos tenerlo listo antes de que termine este año. —Nosotros creemos que el escenario Under está mejor que nunca, de las bandas que suenan hoy, ¿Cuáles les gustan? —Últimamente escuchamos bastante Frankie Cosmos y Avvays que son dos bandas de afuera relativamente nuevas. De Argentina nos gustan mucho todas las que conforman nuestro propio sello, además de un conjunto de bandas que estuvieron apareciendo en el último tiempo como por ejemplo Tani.
[LAS LIGAS MENORES]
—Y si tuvieran que elegir una de las bandas o cantante de antes como influencia, ¿Qué dirían? —Es difícil que los cinco coincidamos. Generalmente cuando nos preguntan esto suelen repetirse nombres como Pixies, Yo la tengo, Galaxie 500, Pavement y toda la escudería Laptra, bandas de las cuales éramos fanáticos antes de pertenecer al sello.
del Coachella nos pareció increíble. Además de tocar en el escenario Sonora del Coachella, que fueron dos sábados consecutivos, la misma productora organizó otras fechas en Los ángeles, Pomona, Riverside y Fullerton. Lo de Jam in the van fue algo hermoso e inesperado también, nos enteramos que nos invitaron luego de tocar el primer sábado en Coachella y al otro día fuimos a una casa en Indio donde estaban filmando a varias bandas.
—Esta es una pregunta rara, pero si tuvieran que elegir otra banda en cual tocar, ¿Cuál sería?
—¿Conocieron bandas del escenario Under de california? ¿Cuáles nos podrían recomendar?
—Frankie Cosmos y Alvvays seguramente…
—Compartimos fecha con The Altons, Quitapenas, Sheer y Caterwall, todas bandas muy lindas.
“La banda se formó en agosto de 2011, funcionaba como una excusa para juntarnos a tocar” Sobre su viaje —Sabemos que estuvieron en California, ¿Cómo sucedió la oportunidad de hacer los shows y de participar de #Jaminthevan? (nos encantan los videos) —A principio del 2017 nos llegó la invitación para participar en el Coachella a través de la productora Goldenvoice. En el 2014 habíamos tenido la suerte de tocar en un festival de Lima (Lima pop fest) donde fue a vernos uno de los productores. Desde ese momento quedamos en contacto y siempre estaba la idea de ir a California, pero no lo podíamos concretar por temas económicos. Cuando surgió la posibilidad
—Sabemos que en California hay lugares espectaculares como Joshua Tree para probar algunos estimulantes divertidos, ¿Pudieron tener algún viaje de este tipo? —Jaja, no pero habían muchos personajes dando vueltas por el festival que evidentemente se estaban dando el gusto.
Sobre el autor: Pedro Ahumada es Sanjuanino, publicista, cinefilo, aspirante a director de cine y dibujante que hoy vive y disfruta en Capital Federal. En esta nota participa junto a Coyote Rayeb oriundo de Bahía Blanca y un politólogo social de primer nivel.
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ESPECIAL DISCOS
UN PÁJARO PROGRESIVO por Abril Pávlov La Máquina de Hacer Pájaros es la banda de Charly García tras la disolución de Sui Generis. La Máquina fue su segunda incursión en el rock argentino, introduciendo la novedad de dos tecladistas simultáneos en escena. En su corta vida La Máquina tuvo dos discos editados: “La Máquina de Hacer Pájaros” (1976) y “Películas” (1977). Sus integrantes fueron Charly García (ex Sui Generis), Oscar Moro (ex Los Gatos y Color Humano), Carlos Cutaia (ex Pescado Rabioso), Gustavo Bazterrica (futuro Abuelo de la Nada), y José Luis Fernández (ex Crucis).
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Películas se grabó en los míticos estudios ION. El vinilo fue presentado en junio de 1977, contenía 8 pistas y una duración de 40 minutos. La dictadura ya era un hecho y la censura estaba a la orden del día. Por eso el concepto se centraba en el nombre de un tema del disco llamado “Que se puede hacer salvo ver películas”. En este sentido, Películas planteaba una idea de encierro existencial muy potente y también, en algunos puntos, de contención a partir del universo poético, la creación de personajes ficticios y también reales. Un disco conceptualmente social, que criticaba duramente al gobierno dictatorial y todo lo que su régimen implicaba: la falta de libertades.
Originalmente llamada “García y la máquina de hacer pájaros” inspirados en una historieta que en aquellos días se publicaba semanalmente con el mismo nombre. La Máquina decide usar el sótano de un club social del cual formaba parte Gustavo Bazterrica, como centro generador y sala de ensayo. Es allí adonde comienza a gestarse la nueva música y lo que vendría. Existía por entonces una natural unión entre los miembros de la banda, tanto en lo musical como en lo conceptual. Casi en paralelo, La Máquina sale de gira durante los primeros meses de 1977, logrando un crecimiento en la popularidad y el prestigio. Las ideas musicales iban definiéndose, sólo faltaba unirlas, y el “pegamento” fueron las letras escritas por Charly, quien basándose en una gran pasión por el cine, concibió una obra conceptual, basada precisamente en ello: El Cine.
“El nuevo disco de La Máquina tiene una onda urbana, porque habla de lo que le pasa a la gente de la ciudad...” (Charly García, Revista “El Expreso Imaginario”, 1977)
La tapa nos sitúa en la puerta de un cine: la banda se retira luego de ver la película del cineasta inglés Alfred Hitchcock, “Trama Macabra” (Family Plot). En una mezcla de suspenso y comedia, el director pone en pantalla acciones que se relacionan directamente con la sociedad de la época, y con lo que García quería dar a conocer: mentiras, secuestros, asesinatos y escenas confusas se plasman en este film que no fue inocentemente electo. Un pequeño detalle que decía mucho, para empezar en el arte de tapa. Y luego, la calle. Ahí se puede ver un hombre con un cartel, fiel reflejo del hombre promedio de la época. De traje, peinado con “gomina”, y de paso recto. Pero tiene una particularidad: sus anteojos negros y su bastón denota que es ciego. Se metaforiza la ceguera física, con la ceguera de no querer ver lo que estaba pasando. De dejar que pasen las cosas sin hacer nada al respecto. Dura crítica a lo que anteriormente se mencionaba: esa complicidad civil, consciente o inconsciente, que gran parte de la sociedad argentina tuvo para con la Dictadura Militar. En sus manos, el ciego lleva una especie de cuadro que repite la secuencia una y otra vez. Una secuencia infinita, que refleja la vida en un espejo que mantiene atrapada a la realidad, a los hombres en sociedad, y no le permite avanzar, sino que limita a permanecer siempre en el mismo lugar. Ésta secuencia se repite en la contratapa del disco, pero de diferente manera. Un televisor con un gato sobre él, y una imagen repetida infinitamente donde un puño quiere destruir el aparato eléctrico. La crítica al rol de la televisión, de los medios, en todo esto. El ocultamiento y la complicidad que se tenía para mostrar sólo una parte de una realidad, o tergiversar la historia, para que los “héroes cotidianos” se conviertan en “los malos de la historia”, como cantaba García años anteriores en Sui Géneris. Sobre el autor Abril Pávlov nació en General Roca en 1986. Licenciada en Publicidad y Propaganda. Trabajó para Coca-Cola y asegura que esa gaseosa es veneno. En las noches de insomnio se dedica a interpretar los mensajes que llegan a su antena, trabaja duro en algunos diseños minimalistas que esperan ver luz. │
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EL LADO OSCURO DEL CORAZÓN por Leandro Lopardo
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esbordado por una soledad incesante y obsesionado con encontrar a la mujer que “vuela” intenta tener todas las relaciones que estén a su alcance. Perdíendose en un mundo donde sólo el protagonista (Dario Grandinetti) es parte, se desarrolla esta película, intrínsecamente intelectual, narra los días de Oliverio Fernandez, un poeta de aproximadamente treinta años quien vive de forma itinerante en hoteles, en los que rara vez paga la cuenta. Su verdadera preocupación no es ganar dinero y llevar una vida ordinaria, sino que tiene una peculiar afición por la muerte, quien se encuentra personificada (Nacha Guevara). La parca aparece en todo momento atormentando a Oliverio para que lleve una vida de acuerdo a los cánones tradicionales pero él se resiste constantemente ya que pretende encontrar la manera de “vencer a la muerte”.
Oliverio tendrá que lidiar con un amor no correspondido, una prostituta (Sandra Ballesteros) que conoce en “Sefiní”, un cabaret uruguayo.
El film cuenta con una poesía extraordinaria oriunda de las tierras del rio de la plata (ArgentinaUruguay), que serán los dos escenarios geográficos donde se desarrolla la pelicula. En la Banda Oriental
Un factor fundamental de la historia pasa por la falta de madurez que Oliverio muestra constantemente, la cual según él, le otorga de alguna manera la inspiración para escribir y llevar una vida sin dema-
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Más allá de que su trama es interesante, tanto Oliverio como los demás personajes que van surgiendo en la película, un artista plástico, un profesor de literatura y el dueño de un carro parrillero otorgan atractivos puntos de vista que van desde el drama a la comedia. En varias ocasiones se recitan versos de poetas conocidos -Juan Gelman y Oliverio Girondo-, la mayoría citados por Oliverio. En este terreno el film cuenta con la participación de Mario Benedetti quien recita algunos versos en alemán. Todo esto combinado con una banda sonora muy intensa y dramática.
cine Arg coproducción de Argentina y Canadá 1992
ciadas preocupaciones. El protagonista sostiene dos universos el suyo donde la muerte lo acecha permanentemente y el de la realidad con la cual le cuesta trabajo convivir. Acerca del director Eliseo Subiela, se podría decir que es la esencia del largometraje, ya que su particular sentido de la realidad y el desafiante modus operandi que llevan sus películas, lo hacen un director excepcional con gran originalidad, con una gran carga artística y representativa en sus obras; además claro de la carga emocional y significativa. ●
Sobre el autor: Leandro Lopardo, porteño, 27 años, estudiante de Comunicación, y en una humilde opinión escritor amateur y cinéfilo empedernido.
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Instantes que son resultado de deambular por los rincones de Baires aprovechando tiempos muertos; son un mirar de la cultura porteña a través del sutil lenguaje de las luces y sombras de los cuerpos. En los siguientes rayos de luz, se reflejará como el cielo en el agua, la dualidad que encierra la ciudad entre la multitud y su soledad. Felipe Barceló
“león”
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“pican los días”
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“vida de topos”
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“mímesis”
Sobre el autor: Felipe Barceló, creador nocturno, caminante del tiempo nació en 1990 bajo la brisa otoñal de las montañas de San Martín de los Andes. Robar retazos de luz alimenta su curiosidad por los detalles del mundo y las historias que lo habitan.
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Sobre el autor: Yimi es el alter ego de una piba que dibuja, aunque podría ser el tuyo, el de tú vecino, o el de esa persona que te gustó cuando cruzabas la calle. En el mundo de microfibras y ansiedad, vive un mechón blanco. Un personaje que prefiere montar dinosaurios a intentar resolver los problemas de manera tradicional. Yimi es todo lo absurdo que no nos animamos a imaginar. Por suerte esta chica, medio bailarina, efusiva y colgada, nos lleva a la incomodidad de idear un poco más allá de lo establecido. Crea para ella, pero también para aquellos que necesitamos un baño de humor con cafeína y azúcar.
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LXS PUTXS
COMÍ COMO BESTIA Una vez me dijiste que apagara la luz, no te querías ver desnuda. por Andrés Nocte
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e matan cada día, me comen las tetas. Lavo y jabono todo lo que la poesía ha manchado y siempre pierdo, la cruel poesía la tiene siempre enorme y por sujetarme junta, me aprietan y me toleran. Los pobres comen mi grasa, los poderosos juegan a resbalarse con ella, pero la poesía siempre me pone la pata, es que tiene un pelotón de académicos sufí que grita en las aulas, que no, que no entre ese bicho. Porque lo mío no dice nada, porque lo mío entra en el plano de lo miserable. Y en la miseria no hay amor, hay odio. Y el odio es negro, es villuca, es sudaca y no es rubio andrógino. Porque sí, fui colocada en las bandejas, repartida como aparatito de museo y el día que decidí matarme por mi misma me colgaron en los ministerios de la crítica para lentamente olvidarme. Dije que no muchas veces y nunca escucharon lo que de mi salía, salía mugre, roja mugre que esparcí en las caras jetonas de los que nunca me dieron amor, sólo me dieron sobra, viruta de hueso, tripa de un amor que creí digno. Que nunca me sacó una sonrisa. Que nunca me llevó al parque a la luz de todas y todos porque era gorda, porque era un monstruo, porque para el morbo de la noche yo servía, pero nunca para un domingo en familia. Tuve que hacerme mierda así, creyendo que se podía transformar el cuento azul o al menos conformarme con la entrega de mi culo monstruoso, porque a la poesía la conquisté montándome en el porno. Le gustaba bañarme en orines, le entretenía lastimarme, como dicen las madres, como esperan las madres que lo hagas en la habitación secreta del noviazgo, no tendrán piedad de tu cuerpo, porque así funciona el amor. Y funciona en los interminables territorios de la poesía donde también el hombre conquistó con su palabra ecuménica y santa. Tuve que dejarme arrancar la lycra como una burra, tuve que complacer todos los episodios de una cabeza más oscura que el odio. Yo lo confundí con poesía. Lo que me mató no fue ni la poesía ni la confusión, lo hizo mi mano, mi mano regordeta y pequeñita que hundió y hundió hasta encontrar el nervio. Me fui como en una marea donde van a parar todos los peces muertos y mordisqueados. Es que no quiero ser un elefante, es que quiero ser una mujer gigante que desborde las ciudades con el flujo
de la felicidad. Eso que me vendieron, eso que la educación me mostró apenas pisé el sistema, la felicidad de las tarjetas, de los buenos deseos, del beso de la paz en las iglesias, eso que está en las fotografías. El hombre, los hijos, la casa, el auto. Y allá, a lo lejos, encontrarme yo amasando pan, un pan redondo y blanco que sangra rojo porque nunca supo encontrarse en este revoltijo que llaman corazón. Porque la poesía lo nombra de cualquier manera pero nunca lo nombra exacto, ni mucho menos muerto. Es que siempre lo tuve, pero baleado desde niña, mi mamá hubiera invertido en tijeras y tijeras para rebanarme la carne, para quitarme la cara de puta golosa. Pero nunca hubiera invertido en un hilo para coserme el tajo de mi corazón. Y mi papá que fue buen lector, sí, tuvo siempre la falda ocupada con grandes ediciones, nunca pudo cargarme, no era bonita, era inmensa. Me comía cuadernos enteros para comprender las técnicas, conseguir el novio, conseguirlo. Y aprendí a chupar como dulce de damasco todo lo que los novios piden a sus novias, la dulce pija del amor, el redondo, el que se cree que es exacto para todas nosotras. Y cuando terminé de mamar me dijeron ellos que no, que conmigo no. Y muchas veces me quedé con la bombacha rota y la boca llena de mierda. ¿Es así como se escribe una verdura canción de amor? Porque toda la época pop también me la mamé, porque todas las posturas sexuales de baile también las practiqué y nunca sirvió. Nunca supe medir bien cuándo entregar, cuándo decir que no, mis amigas flacas del trabajo creen que depende del tiempo, que un hombre depende de tiempo. La que debe esperar es una. Y todos los calzones mojados deben ser lavados con jabón blanco para que no se note la inmundicia amarilla que supuestamente queda cuando no es amor. La calentura no es habilidad de la poesía, no. Porque la poesía siempre fue tibia para asuntos urgentes, siempre fue leche cortada para denunciar, siempre tuvo la pija mala para embocarla. Sí, pensé en probar con lesbianas. Nunca me dieron un beso profundo, un abrazo abierto como el de una osa bañada en miel caliente, la mujer con la que estuve me llamó, me escribió, me sacó de paseo y cuando yo le tuve que responder –también te amo– no me salió de la boca. Me gustaba todo eso pero lo │
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cierto es que me gustaba siguiendo un patrón de despecho. No pude. Lo que buscaba era un buen muchacho que aguantara mis atracones, que aguantara mis emociones. Y la dejé esperándome con un beso enorme de agradecimiento en la frente. Algunas veces la veo y me cuenta que sigue intentando. El amor también es lucha pero con una espada tan blanda como la poesía todo lo que se intenta pasa a ser ridículo. La noche que decidí matarme todo me parecía una mierda y pensé en todos los intentos que una no hace para que se corte la diarrea. Pero claro cuando me cayó la ficha también cayó el peso de la cuchilla sobre mis venas. Y después vinieron las sirenas y los parientes, y los novios que tuve, y las compañeras de trabajo, y los buenos muchachos del barrio, y las lesbianas amigas de la que fue mi novia. Y la que fue mi novia regresó a decirme en ese momento que era hermosa, que era tremendamente hermosa cuando había estado a segundos de liberarme de todo este mal cuento que es la poesía de lo tremendo. Lo cierto es que en todo ese cachivache de suicidio una decisión más me salió mal. Lo mal que me salió devorarme toda una vida de episodios poéticos, patéticos, de canciones de amor, de cuentos que hablan de lo maravilloso que es tener un hombre. Parecía un artefacto roto. Me encontré más desnuda que nunca
“SIN PATRONES POÉTICOS QUE DEFINAN LA HISTORIA DE NUESTRO CUERPO.”
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como si toda la grasa me sobrara de tanto padecerla y por padecerla resplandece enormemente. Y ante eso me vi dañada, con los tajos llenos de historia. Y la enfermera que no podía con la manilla de la camilla y el médico que dijo que aquí no se atienden vacas. Nunca pensé que intentar no significa hacerlo por otro. Y es cierto eso que dicen las revistas que un amigo activista lee, una es hermosa cuando se ha visto desnuda sin patrones poéticos que definan la historia de nuestro cuerpo. Pero una tan tonta, tan queriendo encajar en esa masacre estética del amor y del sistema. Siempre quedándose en el atracón de lo no hecho, de lo no intentado. Yo no quiero ser un monstruo, que no, quiero ser una monstrua pero de aquí en más una monstrua hermosa. Ni cabida ante la finísima poesía que sigue batiendo records de malos amores, de malos relatos. ● Sobre el autor: Andrés Nocte es un escritor emergente, ha pasado por el ámbito académico estudiando letras y eligió el activismo disidente para poner impronta a sus textos. El texto -Yo digo que soy una choca- ha sido leído en torno a la emergencia y a la urgencia. Actualmente Andrés cursa la Carrera de Estudios Teatrales de la UNSJ. Ilustración Adams Carvalho
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Cualquier cosa es digna para tener miedo y dejarse morir. Hasta esta libertad absurda y dual parece ser excusa para dudar sobre lo que se es. Para sentarse y mirarse un poco y pensar en lo lejos que estás, en lo lejos que te has ido, en que el miedo no desaparece sino que muta. En que te vas aislando y que vas tomando la forma más adecuada según el entorno, es decir, que te mimetizás severamente, hasta volverte tu propio efecto de eterno retorno. Así, como todo se extingue para volver a crearse. No quiero crear una foto de mí mismo diciéndole al mundo que estoy feliz cuando en realidad por dentro muero. Pero es que estoy muriendo todo el tiempo. Muriendo y renaciendo. Como las hojas que se entregan como ofrendas a la tierra..
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me recuesto sobre tu pecho y de tu pecho salen flores. las voy regando con lágrimas tristes y las flores salen cada vez más frescas. se van enredando entre ellas. complejizándose. queriéndose brutales. fractálicas. me vas mostrando con los ojos lo que tengo que ver para no perderme, para seguir regándote levemente. es solo un jardín imaginario que a veces sale del resumidero, es tu cauce llamándome a gritos. pidiéndome tiempo para pausarte. aislarte del tiempo. empezar a caminar por ciudades nuevas. ciudades vacías. vacíos que pueden definitivamente llenarse. llenarse de plantas que puedo regar sobre tu pecho.
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no ocupar demasiado espacio es también parte del trato. al mismo tiempo que me voy ampliando, me voy desplegando. mi cuerpo es la metamorfosis del ser. y en ese dejar, voy permitiendo entrar en mi la inmaterialidad. uno consume algo para ser algo. cree eso. cree que las cosas están y que son. y que están ahí para que uno vaya y las muerda. y la idea de su vacío cuántico es apenas una idea. dos cosas desasociadas. nuevamente el mundo de los puentes sin unir. y la historia comienza otra vez: los humanos atascados en esos lazos inconclusos. todo visto desde arriba o abajo o centro o izquierda o derecha. la división que nos entorpece el ego que camina hacia una
inclinación que descarta todas las demás. si prestas atención todo nos incide y nada nos pertenece. solo un camino desocupado esperando nuestro altar. la redención de nuestras facultades ante la entrega al hacer. al hacer por el ser. al ser por el ser mismo. al ser mismo por el estar siendo. y de ahí nada más: cumplir las metas básicas de lo profano, ampliarse ante la propia divinidad sentirte infinitesimal en semejante universo.
por Juani Gimenez
Sobre el autor: Juan Ignacio Gimenez es un sanjuanino de veintiseis años - aunque esa seguramente sea una especie de media aritmética entre todas las edades que de verdad tiene. Escribe como quien aprende a caminar, y como a quien no le asusta la muerte. Va explorando rincones, cualquier espacio blanco en cualquier verso de hoja, tanteando objetospalabras y desobedeciendo. Proyecta su mirada hacia todo y el arte lo traspasa como compañero en cada nuevo proceso. Es un pedazo arquitecto, un pedazo alquímico, un tanto gráfico y otro metafísico. Escribe y dibuja porque no sabe no expresarse en la potencialidad de sus tantos seres. Dice que espera algún día entrar al silencio. En 2012 resulta premiado en género narrativo del Concurso Literario de San Juan ¨Jorge Leónidas Escudero¨ y a fines de 2015 publica de manera autogestiva, su primer libro de poemas y microrrelatos, Primer Acto Psicomágico.
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ANIMALES DORÁNDOSE AL SOL NATALIA LEIDERMAN EL OJO DEL MÁRMOL 2016
SIN DEMASIADO FUEGO DE ARTIFICIO
nos amamos, sí pero lo decimos pocas veces sin hacer ostentación del brillo levantamos la cabeza para respirar mientras nadamos voraces pero instruidos la masa dulce leva de a poco tomo el té, escribo haikus hago florcitas de papel no hay la urgencia de las grandes ciudades hay un constante acariciar el lomo de un animal perfumado si hay hambre, que espere soy todos los días santa y lenta una trapecista que busca con cuidado el momento preciso para dar el salto.
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INTACTA
LOS MEJORES POEMAS
los poemas pensados un segundo antes de dormirme de acabar de morir seguro fueron los mejores
todavía mi brillan los ojos cuando veo el lomo de los animales dorándose al sol todavía me río a carcajadas y a contraluz sueño que monto pájaros gigantes me aferro locamente a sus plumas doradas todavía puedo también deslizarme por la tierra ordenar la casa comerme las flores y nada de lo que pasó importa.
los poemas que arremetieron insectos salvajes cuando menos lo esperaba me cruzaron el cuerpo de lado a lado me abultaron la carne me inquietaron: un gusano brillante en el cerebro la eléctrica voz de un condenado me dijeron estás viva y después plop se disolvieron furiosos en el aire.
BIO Natalia Leiderman nació el 31 de octubre de 1990 en Buenos Aires. Es fotógrafa y estudia Letras en la UBA. Participó en las Antologías de “El Rayo Verde” 2014 y 2015. Tradujo y antologó junto a Patricio Foglia a la poeta norteamericana Sharon Olds (El libro “Salto del siervo y otros poemas” puede descargarse en www.malonmalon.com.ar). Asiste a talleres de poesía de Osvaldo Bossi. Animales dorándose al sol (Editorial El ojo del mármol, 2016) es su primer libro publicado.
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CONTRA TODOS LOS MALES DE ESTE MUNDO por Prensa Limón.
Lanzar una revista es un bardo hermoso, lleva mucho tiempo, sobre todo si no sabes nada de cómo encarar una revista. Lo nuestro es puro corazón. Realmente es un desafío lanzar una Revista Under entre tanta contaminación, en el caos de la velocidad de la ciudad nos encontramos apostando en los niños que escriben en el cielo. Creemos en estas armas, sabemos que hay un público que espera el ritmo nuevo de las palabras, la música de la nueva generación, traducido en letras para el fin del mundo. Estamos acá, reventando la redacción para llegar, cada vez más lejos. Necesitamos encontrarnos, tenemos algo que decir. Agradecemos a todos nuestros lectores por el aguante, por entender que es realmente importante que exista una revista para que todos y todas ya no nos encontremos solos. Sabemos qué significa jugarse todo, y no hallar un espacio donde vean luz los trabajos y las noches. Nuestra casa es un hogar pequeño, pero hay lugar para todos ustedes. Necesitamos que sepan que estamos súper felices por los colaboradores que integran este proyecto, cada uno de ellos confió en nosotros, y eso ya es más que suficiente, más cuando simplemente no esperas nada. Necesitamos que sigan apareciendo seres de luz entre nuestras filas, realmente los necesitamos, esta revista ya comenzó a disparar.-
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