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Trilogía I
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HOY PRESENTAMOS El fuego que hemos construido │
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EDITORIAL
A LOS JÓVENES DE AYER Hijos amigos, vengan, suyo es el fruto que olvidaron en el árbol. Buscábamos entre las sombras de las ciudades modernas una palabra, un grito que fuese capaz de despertar almas dormidas, en ese camino encontramos cadáveres perdidos, cansados de gritar por un Dios que desde hacía tiempo los había olvidado. Comenzamos a curar las heridas, comenzamos a publicar el dolor que habita a los zombis que atraviesan los edificios que crecen y crecen en el desierto. Si te explicara lo entenderías, todo vuelve por la avenida... La Montaña ES LA MONTAÑA, ahí podemos renacer, resucitar entre las sombras que acobijaron lo mejor que teníamos para decir: San Juan me mata; armamos la bomba y ahora todos ustedes tienen una trinchera para combatir la hegemonía que durante décadas intentó asfixiarnos. Es hermoso saber que nuestro fuego interior enciende esperanzas, nosotros apostamos y gracias a ustedes podemos afirmar que ganamos. Revista Montañas de Papel nace desde las venas abiertas de los poetas que mueren a diario traduciendo la velocidad de un tiempo violento, desde las bases que construyen la historia de un pueblo dormido; convicciones firmes ante la vehemencia de quienes ejecutan los destinos del calendario. Nosotros no caemos en el deterioro físico y mental de reducir “la denuncia” en caracteres que enuncian las redes sociales, nosotros somos La Denuncia y estamos transformando la historia. Acá despierta la nueva generación, por primera vez existe una revista de verdad, por primera vez los que no teníamos espacio en la oligarquía cultural provincial ejecutamos las riendas del mensaje autóctono, con origen en la siembra del espiritú libre. Comenzamos a cosechar, y el resultado es gratitud total. Una vez más demostramos que la autogestión existe, que el periodismo independiente existe, y es independiente porque nos defecamos en todas las esferas del poder. Efectuamos un ring para dar pelea, la fórmula no es demasiado extensa; simplemente sabemos ajustar un golpe firme donde más duele. Hijos amigos, vengan, suyo es el fruto que olvidaron en el árbol. Vamos una vez más con el Periodismo Under al frente, hoy presentamos “El fuego que hemos construido” la primer Trilogía de la revista. El contenido que ofrecemos a continuación es una selección de los capítulos: El oscuro oficio de escribir(I), Los niños que escriben en el cielo(II) y Mi casa ha sido tomada por las flores(III) sumando en esta edición material inédito. PD: Tenemos las armas. Leandro Fuentes Sobelvio.-
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» Editorial » Instrucciones para escalar una montaña » Prensa Limón (Been down so long) » Entrevista (Periodismo Under)
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» Zona Border » Hunter S. Thompson (Cap.I)
» Enrique Symns (Cap. III) » Entrevista (El fuego que hemos construido) » Prensa Limón (Contra todos los males de este mundo) │
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INSTRUCCIONES PARA ESCALAR UNA MONTAÑA DE PAPEL
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Pasamos días y noches fuera de casa, caminando, descubriendo el mundo que nos rodea a cada paso. Cuando hizo mucho frio, lo que mejor hicimos fue comenzar a escribir para mantenernos en movimiento, mientras nos recuperamos de las congelaciones sufridas en una provincia de montañas. Unas congelaciones que no sólo costaron los dedos de los pies y de las manos, sino también los efectos del corazón y la razón. Me imagino que habrá mucha gente a la espera de noticias, pero esto es el periodismo de montañismo. Tal vez, ahora, suena raro, pero es lo que hace un tiempo era lo que se hacía; escribir para no morir en las cuevas de nieve –sobrevivir. Después de varias noches de intensas nevadas, en una extraña madrugada, el equipo de Prensa Limón ascendió durante más de doce horas hasta el punto donde habían montado el último campamento de altura, sólo para descubrir que éste había desaparecido. Después de buscarlo durante horas, ambos periodistas se preparaban para un incómodo vivac antes de reemprender el descenso al campo base y considerar sus opciones. Se acaban de cumplir tres años, y la satisfacción de haber cumplido un sueño se mezcla con la tristeza de haber sido también partícipes de una gran tragedia. Se logró hacer cima el mismo día en el que un proyecto perdía la vida por un cúmulo de malas decisiones, mucha ansiedad por la cima y un exceso de exigencias a los sherpas que debían al mismo tiempo equipar la vía, abrir huella y abastecer de oxígeno. Ése día aprendí que jamás hay que dejar que la cima te ciegue. Ahora son las noches en InDesign, para lograr lanzar una revista en versión digital. Dos años atrás sumergido en el Cool Pro Edit armando sonidos para el proyecto de radio, el Corel sigue funcionando, ahora vamos escribiendo lo que buscamos decir. Nunca nadie nos dijo una sola fórmula para organizar las palabras, en la universidad en la que nos des-formamos aprendimos que esquivar el molde y robar ideas a los libros es lo que mejor podemos hacer, es simple: la formación de periodistas a la que asistimos expulsa a estudiantes con proyectos nuevos, abraza al alumno institucional, al personaje mutante que se repite cada vez más. No pertenecer pareciera que es la caratula que nos recae, sin esfuerzos mayores, simplemente nos sale combatir no sólo una estructura comunicacional, sino también la posibilidad de creer una vez más en nosotros entre tanto ruido funcional. No pretendemos aburrir más con nuestras problemáticas existenciales, es nuestro error, nuestra guerra, y ahora nos hacemos cargo. Ascender una montaña cargando una pesada mochila, extender un saco en la cumbre, cenar mientras se observa la puesta de sol y echarse a dormir al raso es algo que, se mire como se mire, no tiene sentido. Exactamente igual, por otra parte, sucede que todas estas cosas hacen de la vida algo interesante. De cómo preparemos la mochila dependerá en gran medida el éxito de nuestra pequeña expedición. Durante varios días, en completa soledad, vi a un joven escalador cómo iba trazando una línea imposible por la gigantesca pared, navegando por un mar de fisuras imperceptibles y amenazantes desplomes, y haciendo gala de un dominio técnico al alcance de muy pocos. En el sueño me decía: Asciendo con manos y pies completamente apáticos. Con frecuencia me encuentro al límite de mis fuerzas. Tras una docena de pasos, todo dentro de mí grita que me detenga, me siente, que respire. Pero después de un breve descanso, ya puedo proseguir. Puedo ver cómo arroja la última página de su libro desde la cima, en cada una de sus páginas golpea el frío, la peligrosidad de las grietas y los fuertes vientos. Comienzo a leer: Sin pertenecer al pueblo sherpa, nos proponemos colocar cuerdas por las vías normales y acompañar hasta la cima a los lectores que estén interesados en nuestro proyecto. La pasión por los viajes, la montaña y la aventura tiene en cada uno límites naturales, nuestra propia capacidad física. Y muchas veces, impresiona las situaciones tan complicadas en las que se expone mucha gente. A partir de aquí le toca a cada uno de ustedes tirar del hilo de las montañas, de los nombres que salpican todas estas páginas, y elaborar tu propia carrera de alpinismo de papel. Nos faltan metros aún para completar el camino a la cima, pero lo más importante es, como se dice, estar aquí y poder contárselo al compañero. Leandro Fuentes │
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BEEN DOWN SO LONG Well, I’ve been down so Goddamn long That it looks like up to me Well, I’ve been down so very damn long That it looks like up to me Yeah, why don’t one you people C’mon, c’mon, c’mon And set me free.
▪ por Prensa Limón.
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ara qué se escribe, por qué se escribe. Son dos preguntas que vienen hacia mí con cierta frecuencia, cargo con el sabor de la clandestinidad, de ser impublicable por no reconocer un tiempo gramatical. Sólo podremos saber para qué acumulamos un puñado de textos desparramados por toda la casa si es que queda algo después de la muerte. Realmente me he preguntado qué sentido tiene detener el reloj para arrojar unas cuantas líneas al papel, sobre todo cuando observo de cerca mi billetera, cuando observo a mí alrededor y comprendo en soledad los peligros del silencio. Cuando me veo obligado a escribir la agonía de un tiempo verbal que cae lentamente entre el bullicio de los demás. Registrando los delitos comunes, traduciendo historias sin trascendencia, tipiando palabras ajenas para que nos encontremos menos solos. Entre todos los oficios terrestres el acto de escribir es el mejor nicho que puede existir, es un acto suicida con excesivos precedentes, con demasiados testigos omniscientes a la caza de una herencia con suerte; críticos, analistas de la palabra abundan. Su perfume de naftalina deteriora todo sentido generacional. Lo que necesitamos es poetas malos, buenas personas, pero poetas malos. Dos, cien, mil malos poetas se necesitan más para que estallen las diez mil flores del poema. Es muy fácil escribir difícil. ¡Lo difícil es escribir fácil! debería de existir una fosa común para todos aquellos que sueñan despiertos con la idea de ofrecer ante los ojos de las sociedades modernas una visión del mundo. Estamos destinados a habitar la melancolía de una revolución tardía.
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The Doors Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua. Por ahora nos conformamos con la certeza de conocer el destino de nuestro cadáver exquisito en tránsito permanente. Es el mobiliario de la poesía lo que nos atraviesa, lo que nos mantiene de a pie mientras el mundo se desvanece; —loco no te sombra una moneda—. Para quién canto yo se preguntaba García. Estoy rodeado de viejos vinagres pregonaba un tal Luca, el día es vidrio sin sol, la noche te oculta la voz rezaba Luis. Hunter revienta la redacción y saca una crónica donde no quedó nada. Bukowski desarma y arma palabras, Walsh persigue fantasmas en Av. San Juan y Symns dibuja líneas en la terraza esperando la señal. Un puñado de textos destinados a combatir una guerra desigual, una batalla contra todos y a la vez contra la nada misma; un combate perfilando hacia la derrota. Somos Perdedores Hermosos en tránsito permanente. Llegamos a una temprana conclusión: se escribe para prolongar por unas horas la vida, se escribe para no convertirse en un asesino o en un suicida. Se escribe para que el mundo sea un poco menos desagradable. En resumen, confeccionamos esta revista porque creemos que en el desierto, entre las montañas otro periodismo es posible. ●
REVISTA REDNU REVOLUCIÓN
periodismo under
// Montañas de Papel
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ENTREVISTA
PERIODISMO UNDER
ESCRIBIMOS DESDE LAS SOMBRAS Y LA REVISTA NACE DESDE AHÍ. Lean Fuentes
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▪ por Angie Pagnotta Leandro Fuentes Sobelvio es estudiante de la Licenciatura en Comunicación Social, en la Universidad Nacional de San Juan y —como muchos otros estudiantes inquietos— pensó en armar un proyecto, en este caso, una revista. Fuentes es el Editor responsable de Montañas de Papel (MDP), una revista digital under y cultural que nació en la provincia de San Juan. El formato digital de estas ediciones que saldrán una vez por mes, estarán disponibles para descargar en tablets y celulares, apoyando los tiempos que corren, donde cada vez es más frecuente la lectura en dispositivos móviles. El lema del proyecto dice: “Montañas de Papel se lanza al universo para que todos los astronautas que quedaron perdidos encuentren un espacio dónde buscar el decir no sea más la cima inalcanzable”. En estas palabras se establece un manifiesto que intentará buscar que las palabras no queden perdidas, que no exista la falta de fuerza en la voz y que el empuje de la revista sea el motor de cimas próximas y posibles, ¿podrán lograrlo? Me encuentro virtualmente con Lean, después de enlazar el contacto a través de la red social de Facebook. Si pudiera nos tomaríamos un café, le digo, y sé que los kilómetros que nos separan lo hacen imposible. Una vez establecida la charla quiero saber lo fundamental, el inicio de todo: —¿Cómo nació Montañas de Papel? —La revista nació en el 2016, como proyecto. Nos llevó un año amarnos; armarnos en esta obra en construcción permanente. Ahora estamos adentro de una revista de donde no queremos salir más. Hubo una ante sala: en el 2014 lanzamos un programa de radio y ése programa fue censurado por el gobierno de San Juan; toda esa experiencia fue un antes y un después. Creemos en estas armas, por eso pensamos en una revista Under. Volver a ése color, y no convertirnos en periodistas mercenarios. Además hay algo más, Fante escribió para ganar dinero, Carver para no trabajar, Bukowski para no suicidarse, y nosotros tiramos un par de líneas porque estamos aburridos. Todos nos parecemos en algo… ˃ ˃ ˃ ˃ │
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—¿Por qué fue censurado el programa de radio? —El proyecto de radio proponía un sistema alternativo, y un análisis comprometido con la realidad social, haciendo un enfoque especial en el tema de la Megaminería Contaminante, esto molestaba entre otras cosas, un día llamaron a un compañero para comunicarle que el programa no salía más, fue difícil procesar la idea de que alguien con poder decidía que un proyecto moría en ese instante, pero bueno, acá estamos, quizás mañana nos revientan la revi un par de Hackers… San Juan tiene un aire a dictadura, el Frente Para La Victoria dirige los destinos de la provincia desde hace más de una década, siempre en conjunto con la Iglesia, las mismas caras, los mismos tipos atornillados, y los que vienen atrás son mutantes de los que se van. Es jodido moverse por fuera de todo eso, no tenemos oficio de periodistas solventados con dádivas oficialistas, necesitamos armar un fuego lejos de toda esa basura.
“La revista nació en el 2016, como proyecto. Nos llevó un año amarnos; armarnos en esta obra en construcción permanente. Ahora estamos adentro de una revista de donde no queremos salir más” —¿Creés que faltan voces de difusión en San Juan? —Sí, principalmente faltan voces. Coexistimos con una voz única, la cual emana directrices sobre lo que se debe decir y lo que no. Y esto no es casual que suceda así en una provincia donde los recursos naturales son destruidos, se necesita un aparato de comunicación muy grande para encubrir la muerte y los negocios oscuros. Después si entramos en relación a proponer un espacio nuevo, es difícil encontrar acá una bandera genuina que apueste en un sonido nuevo, en un color distinto; por lo general todo proyecto con acento “rock” cae en lugares comunes y ahí se genera algo raro: espacios que terminan siendo enemigos del arte.
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—¿Cuáles fueron los motores principales que eligieron buscar para la creación de MDP? —Patear el tablero. Estábamos y estamos cansados de esta guerra desigual. Escribimos desde las sombras y la revista nace desde ahí. Ayer leía a Houellebecq y decía que el resentimiento es necesario en toda creación artística verdadera, bueno creemos que hay algo de eso, con las venas abiertas, apostando en un proyecto que, sabemos, es posible que fracase. —¿Por qué que fracase? —Alguien alguna vez dijo que “el amor vence al odio”, bueno, vamos a apostar una vez más en el amor.
“Lo mágico para nosotros sería poder encontrarnos, todos aquellos que ven en nuestra generación un fuego inmenso. Ahí vamos a estar, ofreciendo un espacio, colaborando con quienes crean en nosotros” —Inicialmente el proyecto es digital pero buscarían llevarlo al papel ¿Cómo esperan encontrar esa posibilidad? —La revi nació pensado en formato impreso, nos encanta leer revistas viejas como Expreso Imaginario o Cerdos & Peces, somos unos románticos del papel. La idea primera fue no ir a Internet porque hay mucha contaminación allí, pero lo analizamos y llegamos a la conclusión de que un formato digital está bien y por ahí podemos llegar más rápido a alguien y quizás nos encontremos todos menos solos. En Internet podes encontrar cosas hermosas y hay que buscar. Queremos ir por el papel, pero nuestra realidad económica no nos lo permite, al menos por ahora y esa es la única verdad. La forma de lograr financiar un formato impreso lo planeamos todas las noches, no nos cierra la idea de salir a buscar publicidad, si no encontramos otra manera, intentaremos que continúe una línea que no desentone con el contenido de la revista.
—¿Cómo surgió el nombre de Montañas de Papel? —Al principio no teníamos nombre, teníamos que bautizar ese proyecto que estábamos armando y yo estaba como en una búsqueda de un nombre extraño, que salga de los típicos nombres de revistas, quería algo que no tenga forma de nombre, sino que sea como una frase. En un momento decidí dejar de buscar y esperar a que aparezca sólo. Pasó eso, una mañana cuando salía de la universidad, fui a un kiosco, estaba tomando unas cervezas y venía un poco triste porque los números no daban para un formato impreso, sentía que tenía que hacer algo con todo el material que había, montañas de papeles en mí habitación, en ése momento a lo lejos se podían ver montañas cubiertas por nieve, fue directo, dije ahí está el nombre. Luego encontré otros significados que estaban buenos, y ahora junto a todo el staff de la revi cada vez nos gusta más. —El ambiente de las redacciones es movimiento constante y una buena dosis de necesidad de equilibrio entre el bullicio y la concentración ¿cómo lo resuelven ustedes? ¿Operan en algún lugar físico en particular? —Sí, nuestra redacción se llama Prensa Limón, es una habitación pequeña en casa de Abril Pavlov, nuestra guía espiritual. Ahí pasamos las horas del oscuro oficio de escribir.
“Queremos personas que estén trabajando en el bullicio del silencio, destruidos por el mundo exterior, que ellos y ellas vengan, acá hay un lugar para festejar” —¿Para formar MDP hicieron alguna convocatoria o se fue dando sólo? —No convocamos a nadie en especial. Simplemente proponemos nuestro proyecto y ofrecemos, muy a nuestro pesar, una revista en la cual todos podamos contribuir a un cambio generacional. Algunos lo entendieron, otros sólo quieren guita y está bien, nosotros por no buscar guita no vamos en formato impreso, igual está
todo bien. Queremos personas que estén trabajando en el bullicio del silencio, destruidos por el mundo exterior, que ellos y ellas vengan, acá hay un lugar para festejar. —¿Cómo eligen los contenidos que luego son parte del número? —Tenemos secciones fijas, trabajamos en relación a eso. Si aparece algo nuevo lo evaluaremos, y si nos parece bien lo consideraremos. Lo que interesa acá es el tratamiento, por estructura no cambia demasiado el sumario de nuestra revista comparando con otras, tratamos de ser cuidadosos con el contenido, somos bastantes cabezones con eso. Ahí, creemos, radica la diferencia.
“Creemos en estas armas, por eso pensamos en una revista Under. Volver a ése color, y no convertirnos en periodistas mercenarios” —Desde lo conceptual ¿la revista busca movilizarse en lo local o les interesa abarcar todo el país? —Es todo un desafío existir en el desierto, en una provincia dónde lo más parecido en relación al cine, podríamos decir, es The Truman Show. Pensar en llegar más allá, resultaría ambicioso, igual no lo pensamos en cuestión de lograr instalarnos en cierto circuito o en términos de territorio: lo mágico para nosotros sería poder encontrarnos, todos aquellos que ven en nuestra generación un fuego inmenso. Ahí vamos a estar, ofreciendo un espacio, colaborando con quienes crean en nosotros. Montañas de Papel está por aterrizar en lo virtual en pocos días y esperamos la llegada de un nuevo medio que promete salir una vez al mes y donde se dice, el lector podrá encontrar poesía, reseñas de discos y críticas de cine, viñetas, ilustraciones, entrevistas, crónicas, pintura, relatos, algún cuento, y, en sus palabras: todo lo que consideremos publicable. Entrevista realizada por Revista Lembra, 2017/06/05. │
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ALEGATO A FAVOR DEL EDITOR ▪ por Bárbara Blasco Grau
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oy incapaz de analizar el presente, como soy incapaz de verme a mí misma, salvo en esos breves arranques esquizoides que, afortunadamente, con la medicación y el afecto incondicional y estupefacto de quienes me rodean, cada vez son menos. Soy incapaz —digo— de analizar limpiamente el presente por tener los piezacos metidos en el barro, incapaz de comprender en su totalidad el alcance de Internet, de las redes sociales, de los móviles, de los manoslibres (cada día hay más locos que hablan solos, shhh), de la compresión del espacio, de la paradójica dilatación del tiempo (¿estás bien?, te mandé un mail hace veinte minutos y no me has contestado), de la transformación de la soledad de antaño, de esa idea de soledad, en la soledad moderna, esa soledad que es precisamente el alimento y el veneno de quien escribe. La condición y el alivio. ¿Qué es hoy la soledad? Hoy que estamos dentro y fuera, en Facebook y en Twiter, en comunidad de escritores (si eres escritor, si eres zoofílico de rumiantes con pelo, en la comunidad de zoofílicos de rumiantes con pelo), hoy que vivimos expuestos a la radiación total, a Blogger,
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a Instagram, a Youtube, que podemos comunicar con una tecla en cuanto el vértigo a uno mismo se nos manifiesta dentro, ¿dónde queda la soledad?, ¿y cómo afecta eso a la literatura? Inmediatamente me sale hacer un alegato a favor de la figura del editor, hoy más necesaria que nunca. Del editor de carne y hueso. Frente a esa marea acristalada, frente a los grandes grupos editoriales que ya no se sabe si están controlados por fabricantes de armas o farmacéuticas, la figura del editor estable, humano o de apariencia humana, que confía casi trascendentalmente en lo que publica. El editor de carne y hueso. Con sus estupideces, sus errores, sus aciertos, sus grandezas. Y es que yo no quiero estar directamente expuesta en Amazon, no quiero convertirme en puta y encerrarme en un escaparate holandés. Claro, que mejor ser puta en Holanda que puta en la Jonquera, argüirás. Que no quiero ser puta, leñe!!!! Que no quiero hacer un libro con alguien que no cree en mí, por más que piense que un puñado de lectores creerá en mí. Que no quiero
Inmediatamente me sale hacer un alegato a favor de la figura del editor, hoy más necesaria que nunca.
ser dueña de mi propia obra porque como Kafka, salvando las distancias, un martes optaría por quemarla y un jueves por salvarla, y como todo el mundo sabe por elementales leyes físicas, la obra ardería por toda la eternidad a partir del martes. Que son necesarios los editores, Vilas lo explica muy bien en “España”: “Fue Brod el que, antes que Kafka, se dio cuenta de quién era su amigo. A Brod le apeteció que Kafka fuese Kafka. Sólo que Kafka no fue Kafka mientras Kafka estuvo vivo. (...) Kafka no fue nunca un escritor tal y como hoy lo entendemos. Ni concedía entrevistas ni le agobiaban los editores para que entregase un nuevo libro. Ni daba conferencias ni fallaba premios ni le daban premios. Ni le llamaban los periodistas ni le invitaban los políticos ni opinaba en la prensa. Ni reseñaban elogiosamente sus libros o no elogiosamente, porque no había libros que reseñar. Ni siquiera hablaban mal de él, porque nadie sabía que existía. Lo único que hacía Kafka era quedar a comer con su amigo Max Brod, Kafka nunca supo que era Kafka. Esto parecen olvidarlo casi todos, casi todos los kafkianos que tantas pegas y desdenes infligen al pobre Brod.
Pero, quién era Kafka sino lo que Brod imaginó que Kafka sería. Que Brod (de quien yo soy especialista) fuese celoso de Kafka era lo normal. Pues Kafka fue la gran novela de Max Brod, y díganme ustedes qué novelista no es celoso de su obra. El mundo está lleno de manuscritos que van y vienen. Lo saben bien los editores, que tienen sus casas llenas de árboles impresos. Pero, dios mío, ¿por qué estos manuscritos sí, y aquellos otros, con millones de hojas escritas, no? Preguntádselo a Brod. Él fue quien decidió que aquello era Kafka antes de que existiese Kafka. Él fue el primero que lo vio y lo entendió. Él era más Kafka que Kafka. Él, Brod (de quien yo soy especialista), y sólo Brod, lo supo, y lo sigue sabiendo, allá en las alturas donde los judíos buscan el soplo que creó este mundo, este mundo deshabitado de todo soplo divino”. ● Sobre el autor: Bárbara Blasco Grau (Valencia, 1973). Licenciada en Periodismo, publicó “Suerte” (Contrabando), su primera novela. Es ayudante de mago, bailarina de cabaret, camarera, teleoperadora, actriz secundaria. Ha desempeñado multitud de oficios, todos ellos absurdamente productivos hasta desembocar en el maravilloso e improductivo mundo de la literatura, laberinto del que no consigue salir. │
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Otra vez me veo acá, triste en navidad, sabiendo que voy a terminar escabiando whisky en el techo de casa hasta ver el sol.
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omencemos por lo primero, Dios ha muerto. Los históricos asesinos acuden al altar para obtener –dicen– el perdón de los pecados. Están los más asiduos a predicar el evangelio en las misas sistemáticas, no sólo los días domingos, también están los que en fechas fijas asisten con una extraña puntualidad a la casa del señor; esto sucede con mayor frecuencia cada navidad nueva, fin y comienzo de año. Es un rito, una suerte de amuleto para algunos, pareciera que de alguna forma estarían buscando la manera de disculparse por los errores cometidos, y aprovechar el momento para pedir porque los iluminen un año más. Todo esto me resulta penoso, la constante inseguridad del ser humano ha llevado a las personas ha aferrarse a un discurso que nos ofrece contención divina en el camino a la eternidad. Existir es el infierno, ¿qué más podría ser peor? Es bajo este paradigma, donde la vida se resume en un instante y en consonancia nada mejor vivirla: confiar en que todo puede resultar mejor, que la vida es un experimento y ya. Pero los perímetros del sistema en el que nos encontramos inmersos nos conduce hacia un orden social organizado, donde las instituciones cada vez más destruyen el sentido de existir (Dios da vueltas en mi cementerio). En estas navidades del terror, en tiempos de violencia y Tecnocracia el término Familia ha perdido iconicidad, se ha convertido en un día de faena, en un encuentro forzado, en la cena más cara del año, junto a la del 31 de diciembre. Vemos como los abuelos se van acomodando para atornillarlos en un sillón hasta que algún pariente decida llevarlos de regreso a sus camas, vemos como se repiten historias, anécdotas vencidas pero todos hacen como si nunca hubiesen existido, y ríen en una extraña complicidad. Están los tíos que la van de alta gama, dejando en claro cuáles serán sus próximos viajes en primera clase –aunque sabemos que irán en clase turista–, los otros tíos que al escuchar esto no quieren quedarse atrás dejan en claro cuáles serán sus vacaciones
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argentinas. Después están los que no irán a ninguna parte porque tienen que trabajar, y esto parece que funciona así para que otros sí puedan disfrutar del verano. En igual de condiciones se suceden las conversaciones entre primos, conversaciones que se van fragmentando por la incomunicación (comienzan a enviar y recibir todo tipo de mensajes en cadena vía celular por el día de navidad), no falta la noticia de que llamó un familiar de otra provincia o país para dejar sus saludos, todo esto sucede cada navidad, del mismo modo cada año nuevo. Son encuentros con un gran grado de ficcionalidad, en realidad es una farsa demasiado real. Noche de paz Noche de amor Todos acá por favor mamá e hijo con antifaz disfrutando su noche de paz Sueña un sueño imposible.
ESPECIAL DE NAVIDAD ▪ por Leandro Fuentes Sobelvio ▪ Cámara: Diana Esquivel
No nos visitamos nunca entre los familiares, sabemos algunas cosas por la existencia de las redes sociales, quizás algún cumpleaños pero cada vez nos vemos menos, ni siquiera nos contamos lo que realmente pensamos o hacemos, todo lo contrario, surgen las caretas que intentan ofrecer la mejor imagen a cambio de que todos nos creamos lo bien que cada uno está. Las primas se observan entre ellas, se analizan la ropa que vistió cada una para una cena tan brillante, tan significante, tan despreciable. Se elogian algún que otro calzado o vestido, hablan de peluquerías y todas esas cosas que pudieran interesarle a alguien capaz de soportar un desfile de moda. Los primos ubicados en otro sector de una mesa gigante, de mantel rojo con blanco y bordes dorado, van ingresando en conversaciones efímeras, conversaciones que van desde el último modelo de auto hasta las mejores marcas de pañales, pasando inevitablemente
por el deber de dejar en claro lo genial que es el trabajo que cada uno tiene, inevitable es caer en la irresponsabilidad de ejecutar comentarios políticos que mueren en la simpleza (proyección de mis colegas, ésos periodistas de mierda). Sí hay algo que me gusta de todo esto, es que me pierdo de a ratos mirando las tetas de mis primas, las piernas y el orto de cada una de ellas, por lo general para navidad siempre usan vestidos algo fácil de interpretar. Pero esto no alcanza para soportar lo que supuestamente es una fecha fija del calendario entre personas que aproximadamente durante 360 días no he visto, y ni siquiera he tenido la necesidad de ver. Noche de paz Noche de amor Todos acá por favor mamá e hijo con antifaz disfrutando su noche de paz Sueña un sueño imposible. │
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Ahora son las luces de colores, el jardín, la pileta y una mesa enorme en una casa que no conozco. Voy saludando por inercia, por cercanía; siempre aparece alguien que nunca antes vi. Algún perro corre desesperado por la invasión humana y los fuegos artificiales, pero no tardan en llevárselos para encerrarlo hasta que todo termine. Los animales tanto como yo sufrimos el estruendo que producen los fuegos artificiales. En una mesita van armando todo el menú, hay comida por la que pagué un precio bastante caro alguna vez, y pienso en que esta noche debería comer de todo, pero rápidamente el apetito se corta, pese a que llevo dos días sin almorzar, durmiendo mal y trabajando duro en
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la corrección de poemas y todo el cansancio que eso implica… sirvo un poco de ensaladas y me siento a comer mientras todos comienzan a masticar la carne de cerdo. Mis sobrinos que no han parado un segundo de correr y arrojar chasquibum han descubierto que el gordo de traje rojo y barba blanca es una mentira, mis primas, las nuevas mamis de la familia comienzan a improvisar algún cuento para continuar con la mentira de los regalos. Los tíos no pueden esquivar de caer en conversaciones de agenda política, es una mesa bastante gorila, antes podía dedicar toda la noche a combatirlos, pero ahora prefiero el silencio, y sonreír con total indiferencia mientras busco un punto de
Son las doce grita un tío y ahora el carrusel por segunda y última vez se vuelve a activar, de nuevo todos a saludarse pero esta vez con el slogan de feliz navidad. Ahora sí, estoy harto, esta rutina protocolar no sólo ha interrumpido mi tranquilidad; ya no aguanto tanta hipocresía y a cada uno que se me acerca les digo: está bien, brindemos, pero no creo en toda esta mierda. Como resultado me ofrecen caras de desconcierto, alguien dice algo del renacer, mis primas dicen “hay chicos en la mesa”, mi abuela habla del niño Jesús, un tío que siempre ha creído que por mi barba soy comunista dice “pasa que los comunistas no tienen corazón”. Todo esto que me pasa me hace pensar en que están todos locos. Un primo disfrazado de gordo yanqui con traje rojo aparece por la terraza, aprovecho para encender un cigarrillo mientras llega papá Noél, hay regalos para todos y todas, me quedo fumando cerca de la pileta pensando en la fortuna que debe valer esta casa, no olvido que la base de todo esto se encuentra en el sacrificio obrero. Pero bueno acá estoy, viejo, ebrio y perdido una vez más en la fiesta de navidad, en una foto familiar más, sobredosis de conversaciones ajenas, de acento político barato; soy un vagabundo que camina por otra vereda. Lo único que puedo hacer es beber en lo posible todas las cervezas que se me crucen, y esperar a que aparezca un amigo; el héroe de la navidad, y así tal vez recuperar todo este tiempo perdido. ● fuga para que todo pase rápido; esta noche debería terminar en la cama de alguna chica, pero rápidamente pienso en que no tengo guita y además no sé manejar. Esta noche todo queda lejos. Alguien levantó su copa cargada de vino, todos comienzan a saludar por la noche buena, funciona como un carrusel, es como si todos giraran a mí alrededor para ir estrellando sus copas. Nunca falta alguien que se tropieza y cae, o vuelcan al mantel un poco de vino. Todos regresan a sus lugares y continuamos comiendo. Cada vez tengo menos hambre, en la mesa de atrás hay un montón de comida pero realmente toda esta situación me deprime.
Sobre el autor: Leandro Fuentes Sobelvio nació en San Juan en 1990. Fuentes es un poeta casi secreto, paralelamente a su carrera de periodismo, fue desarrollando una intensa y constante labor narrativa que, hasta ahora, permanecía desconocida. “Especial de navidad” es un recorte del trabajo literario que próximamente será editado en forma de libro.
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La navidad es como ese poema de Bukowski en el que relata lo triste de la sonrisa de su madre: “sonríe, Henry, sonríe”. Intentás asistir a los encuentros familiares con una sonrisa y es la sonrisa más triste que jamás han visto nunca. Y si no sonríes te preguntan: “¿por qué no sonríes? Si es época de sonreír”. A mí me revienta que haya una época de sonreír. Intento mantenerme firme, pero no puedo más que tiritar pensando en lo que viene. Sólo hay una época del año en la que los gritos y la culpa se multiplican por cinco. Sólo hay una época del año en la que siento miedo a parecerme a mis dobles. Y agarro mi humanidad lo más fuerte que puedo, pero se me escapa, es que se me escapa... Ricky Ballesteros
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[MI ALMA BORRACHA DE CERVEZA ES MÁS TRISTE QUE TODOS LOS ÁRBOLES DE NAVIDAD MUERTOS DEL MUNDO.] CHARLES BUKOWSKI
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NAVIDAD DE RESERVA SANTIAGO MOTORIZADO EL MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO, 2005
NAVIDAD EN LOS SANTOS Te persigue la policía, en navidad Te persigue la policía, el día de navidad Es la fiesta que te prometí Miro el cielo agazapado en la oscuridad Viejo ebrio y perdido.
*** NOCHES BUENAS Estrellas de verdad, sidra en vasos de metal Estrellas de verdad, sin pensar y sin hablar Estrellas de verdad, sidra en vasos de metal Estrellas de verdad, en la mesa brindarán Noches buenas.
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EL ÁRBOL DE FUEGO Otra navidad, muerto en navidad.
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NAVIDAD DE RESERVA Esta mañana, dijiste que no ibas a volver No importa, es más cómodo así, Destruyo mi cuerpo con drogas y alcohol. Nuestra navidad de reserva.
BIO La Plata, Argentina. 19 de mayo de 1980. Santiago Ariel Barrionuevo, más conocido como Santiago C. Motorizado, es además de ser la voz y bajo de El mató, ilustrador y diseñador; pero su lugar en el mundo es la poesía.
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MONTAÑAS DE PAPEL MÚSICA
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ESPECIAL DISCOS
A ESTOS HOMBRES TRISTES ▪ por Abril Pávlov El arte de tapa del disco “Almendra” es un dibujo de Spinetta, donde se puede ver a un hombre con una remera rosa con el nombre del grupo. También tiene un gorro a rayas, tiene una flecha de juguete pegada en la cabeza y está llorando. A continuación, te contamos la historia del diseño.
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uis Alberto Spinetta, Edelmiro Molinari, Emilio del Guercio y Rodolfo García grabaron su primer disco en los estudios TNT, se publicó el 29 de noviembre de 1969. La primera grabación oficial de Luis Alberto Spinetta; la voz de toda una generación. La empresa discográfica intentó desechar la ilustración, perdiéndola intencionalmente, pero “El Flaco” la volvió a dibujar, exigiendo que la portada se realizara según sus instrucciones. Spinetta recordó a la revista Canta Rock una historia relacionada sobre la tapa: “Yo había hecho un original súper laburado. Los tipos de la grabadora nos empezaron a bicicletear, que no sabían dónde estaba. Nosotros no íbamos a permitir que el disco saliera sin eso. Yo tenía el dibujo bien claro en la cabeza y me fui a casa y lo hice de nuevo. No queríamos dejar las cosas en manos de tipos mediocres de la empresa que hacen tapas de discos como chorizos”.
Uno de los discos más importantes en la historia del rock latinoamericano. Un álbum histórico considerado en reiteradas ocasiones como el mejor álbum del rock argentino Resulta que por inentendible y poco comercial, la RCA –el sello que editó el disco– intentó cajonearla sin resultado. Los cuatro integrantes de la banda cuentan cómo fue esa experiencia: “Para el concepto de ese momento era una cosa espantosa. Y de hecho hubo que hacerla dos veces porque la gente de la compañía no podía digerir esa tapa”, dirá García. “Los tipos no lo podían creer, porque, en una tapa de un long-play (en la época) salía la cara de los artistas, o con las guitarras eléctricas en la mano; y nosotros salimos con una tapa así, que me parece absolutamente genial hasta hoy”, enganchará Del Guercio. “Se la bancaron finalmente cuando volvimos a aparecer con el Original 2, dijeron: ‘Bueno, vamos a llevarlo a la imprenta y que sea lo que Dios quiera’”, reirá Spinetta.
Si bien el álbum fue muy exitoso entre la juventud, muchos periodistas y medios de comunicación criticaron duramente, en especial el diario Clarín, que entre otras cosas cuestionó las métricas y las acentuaciones de Spinetta. Almendra significó la fractura de una conspiración en marcha para absorber cualquier tipo de creatividad independiente de los centros de poder y difusión. Un disco beatle fusionado con elementos del tango, el jazz y el folclore interviniendo letras de alto contenido poético. El LP es un todo, es conceptual. Nada de él se debía explicar por fuera del mismo disco, que logra una relación profunda entre lo artístico y lo sonoro.
Cada símbolo corresponde a un tema: Lágrima: “Muchacha (ojos de papel)”, “Figuración”, “Plegaria para un niño dormido” y “Que el viento borró tus manos”. Ojo: “Color humano” y “A estos hombres tristes”. Flecha-sopapa: “Ana no duerme”, “Fermín” y “Laura va”.
Almendra repartía un volante escrito a máquina que decía: “A lo largo de seis meses de intenso trabajo, de proposición total hacia lo que es nuestro, hemos comprendido que lo que en un momento puede llegar a trascender deja de ser exclusivamente propiedad del autor y se transforma en algo legítimamente de todos. Por eso el 15 de enero es una fecha importante tanto para nosotros como para ustedes. Es la salida de nuestro primer long play. Es nuestra salida hacia ustedes”. Esa relación, esa “salida hacia ustedes (nosotros)” es la marca imborrable de un disco que plantó bandera y hoy sigue sonando. ● Sobre el autor Abril Pávlov nació en General Roca en 1986. Licenciada en Publicidad y Propaganda. Trabajó para Coca-Cola y asegura que esa gaseosa es veneno. En las noches de insomnio se dedica a interpretar los mensajes que llegan a su antena, trabaja duro en algunos diseños minimalistas que esperan ver la luz. │
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ESPECIAL DISCOS
INFORME DE UN DÍA ▪ por Abril Pávlov Hay un arte de tapa que anuncia lo que se comienza a plasmar a partir de los primeros síntomas de lo que luego se denominará Rock Nacional. Hay una bomba que ya no se esconde, se muestra y busca explotar. La ciudad estalla, el hombre también. Los sonidos comienzan a mixturarse de manera novedosa. Es blues, es Jazz y es en nuestro idioma. Hay asfalto, olor a ciudad. Es un trío, donde no hay tríos. Canta el baterista y su voz se transformará en un símbolo de la contracultura. Es Manal, que parte hacia la historia.
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l pensamiento nos remonta a aquellas ideas con aroma a vanguardia y aire de revolución: ¿Era una locura pensar en hacer blues y encima cantarlo en castellano? El castillo de certezas de la industria musical argentina se termina de derrumbar y es el comienzo de una generación que marcará para siempre la historia de un país. Javier Martínez (batería y voz), Claudio Gabis (guitarra y coros) y Alejandro Medina (bajo y voz) son los responsables de Manal junto a Jorge Álvarez y Pedro Pujó, productores del sello Mandioca, todos ellos se jugaron con convicción a editar el primer disco en tonos de blues fraseado en castellano y jazz que, junto con el LP ALMENDRA, del grupo que llevaba el mismo nombre, se convertirían en el verano de 1970 en obras fundacionales del rock argentino. “Hablar de Manal sin Mandioca, o hablar de Mandioca sin Manal, es difícil. Uno los relaciona”, dijo Pujó en un programa de televisión. “Queríamos tocar nuestra música y estábamos trabajando con gente que en ese momento era la única que entendía lo que hacíamos y tenía afinidad con nosotros, que eran los productores de Mandioca. Por eso de alguna manera los dejamos hacer”, dice Gabis y agrega que el diseño del arte de tapa de la ópera prima del grupo no fue consultado con los músicos. “Nuestro interés era hacer nuestro trabajo específico, no teníamos una preocupación por el arte gráfico”. El estilo del grupo era revolucionario respecto a lo demás, en especial por la profundidad y cohesión que lograban entre las letras y la música. El primer disco de Manal, conocido como “La Bomba”, por el arte de tapa, estuvo en las disquerías listo para ser adquirido por el público en febrero de 1970. Fue el artista Rodolfo Binaghi, quien desarrolló la mítica portada. El título del disco, en rojo, ocupó la esquina superior derecha sobre un fondo amarillo saturado, intenso. Si bien el disco no lleva ningún título, todo el mundo lo identifica como “La Bomba”, en virtud al arte de tapa, una bomba hecha con un collage de fotos de los músicos en blanco y negro, y una sugerente mecha larga anticiparon el movimiento cultural a punto de estallar. La contraportada es igual a la portada, solo que la bomba
esta al revés. “Era algo que se respiraba en el aire de esa época de efervescencia y que finalmente explotó a partir de esos años”, dijo Martínez. El álbum se abría en dos, simulando un disco doble, y contenía en su interior fotos de la banda tomadas por Ricardo Rodríguez, datos como fecha de grabación y lista de temas, más el comentario del periodista Juan Carlos Kreimer sobre el trabajo publicado: “Pienso en la depuración del conjunto, en el espectro de ritmos que abarca -del hard-rock al soul, del beat más rabioso al blues más sentimental-, en sus fraseos delirantes y exactos, en sus acordes dolientes pero vitales. Y anoto: spirituals porteños, el sonido de una generación que quiere creer”. “Nos gustó mucho. Establecía una diferencia con lo demás que se estaba haciendo, con el estándar, lo convencional en el mundo del rock, del beat y de la música popular y comercial que era presentar los discos sin ningún tipo de crédito”, explica Gabis respecto del concepto de diseño que se definió entonces para el álbum. “Lo nuestro se acercaba a ciertos discos que habían llegado a nuestras manos en los que había una explicación y se tomaban ese trabajo porque realmente se estaba produciendo una ruptura entre el rock que se empezaba a hacer con lo que se había hecho hasta el momento y la gente merecía esa explicación. La tapa reflejaba todo esto y nos reflejaba a nosotros.” Frecuentemente, Manal es citada como una de las bandas fundacionales del rock de Argentina, junto a Los Gatos y Almendra. Además es considerada la primera banda en todo el mundo en componer blues cantado en castellano. También fueron los precursores del hard rock con su álbum El León (1971) y la música experimental con sus grabaciones para la película Tiro de gracia (1969 - Director: Ricardo Becher). ● Sobre el autor Abril Pávlov nació en General Roca en 1986. Licenciada en Publicidad y Propaganda. Trabajó para Coca-Cola y asegura que esa gaseosa es veneno. En las noches de insomnio se dedica a interpretar los mensajes que llegan a su antena, trabaja duro en algunos diseños minimalistas que esperan ver luz. │
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▪ por Valentín Fidelmann Ztelman
Si partiéramos la historia de la cultura argentina en pedazos, el modesto trozo que correspondería al rock nacional exhibiría su nombre. En medio de los músicos y las bandas estaría él. Porque “con el talento no alcanza”, según dicen, y alguien debió abrir las puertas —que no existían— para demostrar que se podía. El 12 de noviembre de 1968 en Buenos Aires, cuando todo era nada en un principio, en el Teatro Apolo se presentaba oficialmente Mandioca. Los artistas: Manal y Miguel Abuelo. Nacía un ritmo nuevo, y el sello que interpretaba que la contracultura local estaba lista para producir su arte, y que había que inventar un espacio. Editorial Jorge Álvarez y Mandioca, la madre de los chicos (su slogan) dos marcas registradas que demostraron calidad y fundaron una manera de producción y consumo. 36
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ara finales de los ‘60, aires contraculturales sobrevolaban occidente y la juventud emergió como una expresión ruidosa. Mandioca, el primer sello independiente de Argentina fue una idea a fines de los años ‘60 y concretada en 1970. Fundado por el editor de libros Jorge Álvarez, que se sumergió en el mundo de la música para llevar la misma batalla que impulsó desde la literatura: el respeto por los artistas y la lucha contra las corporaciones. Jorge Álvarez, paladín de Mandioca había dedicado su vida a publicar libros, primero con su firma y luego como “Ediciones De la Flor”
junto a Daniel Divinsky por donde pasaron autores como Rodolfo Walsh (“Un kilo de oro”, “Los oficios terrestres” y “Operación masacre”); el primer libro de relatos de Ricardo Piglia, “La invasión”; la obra inaugural de Manuel Puig, “La traición de Rita Hayworth”; Quino con su Mafalda y fue responsable del debut novelístico de Juan José Saer con “Responso”. La lista sigue, pero es difícil detener la enumeración sin sentir que se comete un acto de injusticia al elegir entre tantos autores de un catálogo que se convirtió en un tesoro. En ese lapso de siete años publicó alrededor de 300 libros que marcaron un hito en la Literatura Argentina y Latinoamericana. │
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Hacia 1968, una de las editoras de Jorge Álvarez era Susana “Piri” Lugones. Cuenta la historia que la casa de la hija de Leopoldo (el jefe de la policía durante el gobierno de facto de José Félix Uriburu, impulsor en el uso de la picana eléctrica como método de tortura) y nieta de Leopoldo (uno de los más célebres ensayistas de comienzos del siglo veinte en nuestro país) era un sitio de habituales reuniones entre el grupo de jóvenes inquietos de la época. En ese departamento, que formaba parte del Hogar Obrero, ubicado en el barrio porteño de Caballito, las largas tertulias podían encontrar a figuras de renombre como Paco Urondo, Rogelio García Lupo, Jorge Cedrón o Rodolfo Walsh, entre otros. Un día, con motivo del cumpleaños de una de las hijas de la periodista, coincidieron en la casa dos de los mundos que marcaban el pulso de la juventud activa de aquellos años. Los unos, enrolados en el trabajo político, militante e intelectual (más cercanos a la editorial de Álvarez) y los otros, que buscaban revolucionar el panorama cultural de la época a través de las canciones y las nuevas formas estéticas. Según quién cuente la historia, los músicos pueden haber sido invitados por la propia “Piri” con la intención de generar el encuentro o por iniciativa de Pedro Pujó, con intenciones similares, aunque no tan explícitas. Lo cierto es que en ese momento, Jorge Álvarez conoció a Tanguito, a Javier Martínez, a Claudio Gabis, a Alejandro Medina y a Miguel Abuelo. Esa noche, luego de escuchar una primigenia versión de “Avellaneda Blues” (el clásico del trío Manal) y de sorprenderse con las interpretaciones de Miguel y Tanguito, el entonces editor de libros se convenció de que algo importante estaba sucediendo en Buenos Aires y decidió convertirse nuevamente en protagonista. “En los ´60, el mundo se dividía entre los que resolvían el mundo en una mesa de café y los que hacían cosas. Nosotros éramos de los que hacíamos cosas. No perdíamos el tiempo discutiendo cómo lo haríamos. Lo hacíamos.” Jorge Álvarez. Uno de los eslabones importantes en esta historia, Pedro Pujó, describe cómo fueron aquellos tiempos de luz: “La decisión de grabar música surgió a partir de que Álvarez conoció a Manal y a Tanguito en una fiesta. Tanguito cumplía años
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el 16 de setiembre, yo soy del 17, y Alejandro Peralta cumplía el 14. Entonces se hizo una reunión en lo de la mamá de Alejandro, la señora Piri Lugones, a mediados de setiembre del ‘68. Piri trabajaba con Jorge Álvarez en la editorial, y lo invitó. Nosotros trajimos a Javier Martínez y a Claudio Gabis, que ya estaban ensayando con el trío, que en ese momento se llamaba Ricota. Y también vino Tanguito. Jorge se interesó mucho en estos flacos que tenían canciones propias y les pidió que canten. Me acuerdo que Javier cantó Avellaneda Blues y Tango hizo La balsa, que ya era conocida, y La princesa dorada”. En 1968, en plena dictadura castrense de Onganía, tres jóvenes egresados del Nacional de Buenos Aires, homosexuales y fanáticos del arte, fueron a buscar a Jorge Álvarez para iniciar un proyecto artístico. Eran Pedro Pujó, Javier Arroyuelo y Rafael López Sánchez. La sociedad entre los jóvenes y Álvarez nació con la idea de ser una usina artística de diversas disciplinas. Comenzaron a publicar pósters artísticos, pero rápidamente viró hacia un objetivo concreto: crear un sello discográfico dedicado al Rock Argentino. Por el sello pasaron bandas como Manal, Vox Dei, Moris, Sui Generis, Miguel Abuelo, Pappo’s Blues, Pescado Rabioso, entre muchos otros, encontraron en Mandioca el lugar ideal para desarrollar toda su creatividad, sin restricciones artísticas ni políticas, dentro un contexto político y social convulsionado en la Argentina. En tiempos donde el rock se lo asociaba con el hippismo y con la subversión no había muchos productores dispuestos a tomar el riesgo de ficharlos.
“Yo quería editar los discos, en RCA me dijeron que no, en CBS me dijeron que no, en Polygram me dijeron que no, en EMI me dijeron que no. En todos lados me dijeron que no se iban a vender. Entonces dije ‘bueno, tendremos que sacar los discos por nuestra cuenta’, relató Álvarez en la serie documental “Mandioca, la madre de los chicos”. ˃˃˃˃
Jorge Álvarez, uno de los principales promotores culturales de los ´60 y ´70. “Libros y Rock”
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˃ ˃ ˃ ˃ Mientras Pujó, Arroyuelo y López Sánchez ponían la veta artística y encontraban a los talentos, Álvarez daba la venia y era el encargado de aportar el capital económico. El nombre de “Mandioca” estuvo basado en Apple Records, la discográfica de The Beatles. En 1969 lanzó el compilado “Mandioca Underground”, con temas de Manal, Vox Dei, Miguel Abuelo y Moris. Y en 1970, editó el primer disco de larga duración: el homónimo debut de Manal. Sin pensar en la solvencia económica o en los réditos posteriores, Álvarez usaba el dinero que ganaba con la editorial para alquilar el tiempo necesario en los estudios de grabación para que los músicos pudieran tener la libertad creativa que necesitaban, sin ningún tipo de restricción. De ahí el subtítulo “La madre de los chicos”. “La fuerza nuestra estaba en el sello, en la creación de una editora de discos alternativa. Nuestra intención era hacer una grabadora que les diera bola a los músicos, que los grabara como ellos proponían”, explicó Sergio Pujó. El mismo equipo que organizó el sello, estableció una agencia de representaciones llamada Mambo Show, que se ocupaba de organizar actuaciones de Manal y Vox Dei en diversos lugares de Buenos Aires, y a veces en otros lugares del país. La agencia estuvo gerenciada por Mario Rabey, uno de los fundadores (junto con Pipo Lernoud) del Movimiento Hippie en Argentina. Como toda experiencia motivada más por el altruismo que por la necesidad de lucro, Mandioca quebró al poco tiempo, pero sentó las bases para los altos estándares que tendría el Rock Argentino en los ´70: el canto en castellano, el desarrollo del virtuosismo y la innovación instrumental, la experimentación sonora, y otros adelantos que definirían la coloratura de un rock más preocupado por el concepto artístico que por la rotación radial. Luego del fin de Mandioca, Jorge Álvarez fundó un subsello dentro de la empresa Microfón, llamado Talent. Desde allí, promovió y editó gran parte de los discos del movimiento del Rock argentino de por entonces.
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Sui Generis, David Lebón, los primeros trabajos de Pappo, La Pesada del Rock and Roll, Luis Alberto Spinetta e Invisible fueron sólo algunos de los artistas que salieron a la luz bajo la protección editora del sello comandado por Álvarez, quien tuvo que exiliarse en 1977, luego de que alguien lo acusara de ser uno de los propulsores de “una juventud contestataria”. El sello discográfico debió enfrentar a las dictaduras de Juan Carlos Onganía, Roberto Levingston y Alejandro Lanusse; en ese marco Álvarez viaja a España. Álvarez, uno de los principales promotores culturales de los ´60 y ´70, visionario, irreverente y audaz, quien regresó al país en 2011 tras un exilio de 34 años en España, falleció en el año 2015. El director de la Revista Pelo, Daniel Ripoll, tuvo unas emotivas palabras para recordar y despedir a su amigo. Entre otras cosas destacó que Álvarez “fue un desmedido soñador, pero también un desmedido económico. Primero inventaba, producía, revolucionaba todo, y luego pensaba en cómo pagar la fiesta… Sus cuentas siempre fueron un desastre”. Pero, más allá de sus resultados económicos, gran parte del legado de Jorge Álvarez se debe precisamente a animarse a tirarse a la pileta y a apostar a lo nuevo, a lo desconocido, a aquello que su afilada —y acertada— intuición le indicaba. Hubo una época en la que el Rock era la Contracultura. Cuando no existían los grandes festivales esponsoreados. Cuando aún no era un negocio redituable. Cuando el Estado no veía con simpatía que los jóvenes tuvieran el pelo largo y se expresaran. Precisamente en aquella época, Mandioca vio la luz. De la mano de un reconocido gestor artístico y cultural como Jorge Álvarez, y con el impulso de un grupo de jóvenes con convicciones firmes, Mandioca y luego Talent fue la piedra fundamental del Rock Argentino como movimiento consolidado, que estuvo a la vanguardia de toda Latinoámerica. ● Sobre el autor: Valentín Fidelmann Ztelman nació en Santa Cruz en 1983, es periodista y sociólogo. Actualmente se encuentra desarrollando diferentes investigaciones en el CONICET. Escribe para revista Ñ y Rolling Stone.
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La síntesis O’Konor
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Él mató a un policía motorizado │ 2017
Usted Señálemelo │ 2017
Santiago Motorizado, Niño Elefante, Pantro Puto, Doctora Muerte, Chatrán Chatrán llevaron a fuerza de hits perdurables, que no se parecían en nada a los que se emitían por las radios, y trabajando siempre de manera independiente, un movimiento sin antecedentes en Argentina. Santi y los suyos fueron construyendo un camino nuevo.
Juan Saieg, cantante y tecladista junto a Gabriel Orozco en guitarrista y Lucca Begueri a cargo de la Batería conforman los tres, uno de los proyectos musicales más atractivos de la nueva escena musical argentina. La sensualidad que maneja Juan con su voz es casi pornográfica, si a esto le sumamos el virtuosismo de Gabi y Lucca, forman una alianza letal.
No es nada nuevo que El Mató genere magnéticas composiciones y conmovedoras letras, la proeza que guía este disco e impone su consigna desde esta producción es la de enaltecer esas virtudes con nuevos recursos musicales que imponen, desde su complejidad, una nueva paleta sensorial que se desafía y reinventa constantemente en el Sello discográfico Laptra. La síntesis O’Konor combina las mejores armas que mostró la banda a lo largo de su primera década con una definición sonora nítida y llena de matices. 10 perfectas canciones, ninguna sobrando, destilan estilo de canciones atravesadas por un romanticismo herido, un lugar común donde El Mató encontró la forma de crecer sin perder la frescura.
El segundo disco de estudio de los Usted donde el arte de tapa exhibe dos estructuras resquebrajándose fue Grabado en Fader Records, Mendoza. Mezclado y Masterizado en Mastering Boutique, Brooklyn NYC. Producido por Usted Señalemelo. Animado y Diseñado por FOAK Studio. En total se trata de 11 canciones atravesadas por melodías ligadas a una base esencialmente de estilo pop, el resultado es un producto maduro, repleto de detalles que retrotraen a décadas pasadas y al mismo tiempo nos conectan directamente con la movida alternativa actual. Es como que los chicos agarraron un puñado (grande) de influencias, especialmente Soda Stereo y los años solista de Cerati, y las hicieron converger en un viaje bailable y pegadizo que no deja de ser experimental.
La complejidad composicional enaltece sus demandas emotivas, con joyas instrumentales que generan impactos sensoriales, sorpresas que sacuden al oyente. Nuevos instrumentos, nuevos recursos en viejos instrumentos y una forma de escribir y vocalizar de modo inigualable, hacen una obra que se perfila como el mejor disco de rock argentino de 2017.
II es un disco editado de forma independiente, a nivel cultural probablemente sea bisagra en la marea de jóvenes que sueñan a diario con formar una banda y pegarla por fuera de Buenos Aires. Crecer desde el interior siempre fue un desafío, una especie de utopía, pero hoy los tiempos cambiaron y una vez más con los Usted quedó demostrado.
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Ahora
Sobre premios y tormentas
Luca Bocci │ 2017
La otra cara de la nada │ 2017
Cuando todo parecía estar perdido para la música argentina, desde los Andes llegó la tan esperada renovación encarnada en un grupo de jóvenes artistas independientes provenientes de la Montaña y que a punta de nuevas ideas y buenos discos tomaron por asalto la escena musical del país. Entre esa ola de músicos hay un chico de 22 años llamado Luca Bocci, quien con su primer disco solista titulado Ahora pareciera hacer una verdadera declaración de principios de este movimiento. El disco carga un sonido que remite al rock nacional más clásico (Tonalidades de Rodolfo Páez y reminiscencias de Luis Alberto Spinetta), podemos encontrar en 10 canciones que emergen desde el interior con un aire de revolución lanzando al universo un disco que se sirvió de la simpleza para exponer, con fuerza, lo más auténtico de su persona. Ahora que sus canciones ya no son complicadas, Bocci es una especie de rockstars moderno que avanza abrazando con su disco debut a los jóvenes de hoy. El disco fue editado de forma independiente y grabado íntegramente en su casa todo con drum machine. Producido por Leandro Pezzutti de Las Cosas Que Pasan y Cocó Orozco de Usted Señalemelo. Lo mezcló Sebastián Ganem y lo masterizó en cinta Mario Sánchez. No hay que perder el tiempo porque “el tiempo no existe y aún nadie lo nota”. Cualquier momento es un buen momento para conocer el mundo de Bocci.
Ignacio del Pórtico, voz y guitarra; Germán Vázquez, voz y bajo; Bruno Gross, guitarra y sintetizadores; Ariel Duce, guitarra; y Nicolás Peña, voz, batería y percusiones. Lanzado por el sello Yolanda Discos, el debut de los oriundos de Misiones es una oda a la juventud; el disco refleja los cambios y las cosas que le pasan a uno en la adolescencia, cuando todo te pasa por primera vez. El título del disco es una clara referencia a Sobre Héroes y Tumbas, la novela de Sabato como a Los Premios (novela de Cortázar). El material contiene nueve grandes canciones que incluye post rock, dream pop, y un estilo noventoso del post-grunge que demuestran el renacer del sonido lo-fi. 3 guitarras, 3 voces y los pasajes instrumentales junto a la influencia del post-rock, mezclado con la canción, es principalmente la diferencia de La otra cara de la nada con el indie local. Grabado en Estudio Súper Charango, Estudio Sale La Luna y Estudio Machete. Producido por LOCDLN, Mezclado por Diego Acosta y Masterizado por Francisco Holzmann. La otra cara de la nada es un proyecto que se encuentra flasheando en la producción con su principal Frontman Ignacio del Pórtico, músico y productor reconocido por su disco debut Regalos del Sosiego y la participación en Niceto como soporte de Mac Demarco en 2016. Del Pórtico sueña con armar un movimiento que se convierta en un archivo fílmico donde se retrate una época de experimentación y búsqueda constante en el intento por resumir el sonido de una generación. │
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LAS LIGAS MENORES ROCK EMERGENTE
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UNA NOCHE EN LAS LIGAS MENORES ▪ por Pedro Ahumada ▪ Cámara: Las Ligas Menores No importa bien cómo pero conseguí dos entradas para ir el viernes 14 de Julio a ver Las Ligas Menores (desde ahora Las Ligas). Como sabia que luego iba a escribir una nota sobre el evento decidí invitar a mi amigo Coyote Rayeb, quien nunca había escuchado un solo tema de la banda, para que luego me contara sobre su primera impresión del reci, y así tener una mirada de alguien que los escuchaba por primera vez, y otra de alguien que simpatiza con la banda como lo soy yo. La noche empezó como cualquier viernes y luego de un par de cervezas emprendimos camino por las calles de Buenos Aires, más precisamente Palermo hasta llegar a La Tangente, un nuevo lugar que poco a poco va sonando como parte del recorrido de las bandas Under del momento, un espacio chico pero muy bien puesto con un gran sonido y precios elevados que, dicen las voces, pertenece a Kevin Jhohansen. El evento comenzó con una banda llamada Gin Tronic, una banda de Djs olvidables, con una estética futurista a resaltar, poco tenía que ver con lo que venía después (mal por parte de los organizadores juntar dos bandas tan distintas entre sí). Alrededor de las 3 a.m. entraron en escena Las Ligas, sin decir nada como una buen banda punk, Anabella Cartolano (guitarra y voz), Pablo Kemper (guitarra y voz), María Zamtlejfer (bajo y voz), Micaela García(batería) y Nina Carrara (teclados y percusión), comenzaron el reci con todo. Nos ubicamos muy cerca del escenario del lado de María, tan cerca que cuando le tocó cantar parecía que lo hacía para nosotros con un poder y una dulzura indescriptible. Arrancaron con “El baile de Elvis” siguiendo con “Tema 7” y así sucesivamente sin parar recorriendo casi toda su discografía, tocando temas como “Ni una canción”; “Fotos”; “Avenida Principal”; “Europa” y lo que para mí ya son clásicos
como “Renault Fuego”; “A 1200 Kms” y “Accidente”. No puedo decir el orden ni cuántas canciones tocaron, ya que a la tercera canción dejé el periodista de lado y me puse el traje de fanático de este Indie Punk que con letras genuinas y simples lograron un efecto arrasador en todos los presentes. El reci (que duró algo más de una hora), no tuvo ningún instante negro. En todo momento disfrute la música que se estaba tocando y no fui sólo yo, sino que el público asumió una reacción más que positiva con momentos de pogo y de agite total como esperaba, así que yo de la manera más linda, y de la manera más feliz así lo voy a recordar. Cuando terminó el reci intentamos hacerles una entrevista pero no tuvimos suerte, así que transcribo lo que dijo mi compañero Coyote (necesitaba saberlo ya que como dije antes era su primera vez con Las Ligas) Coyote: Debo admitir que me agarró un poco de escepticismo, pensé que iba a ver “una banda más”. Pero cuando arrancaron el primer tema experimente la sensación de que estaba escuchando un sonido viejo, pero que parecía y se sentía nuevo. La sensación que quiero expresar es la misma que se experimenta cuando regresas a la casa de tus viejos luego de una gran ausencia. De repente, estas en una zona de confort de la que antes, quizás por el hartazgo de lo cotidiano, decidiste escapar. Las Ligas es Punk, el sonido es el mismo. Una secuencia simple de acordes en la guitarra rítmica, otra guitarra que hace arreglos, un bajo que no se complica la vida y una bata que cambia nada más en el estribillo. Lejos de ser una crítica, Las Ligas Menores me encantaron y las volvería a ver una y otra vez. Esto que estoy tratando de explicar esta claramente potenciado por la ingesta de la hierba de la madre tierra, pero hoy en día ¿Quién no se fuma un porro para un recital? │
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[ENTREVISTA]
Aunque para mí la nota ya estaba lista, decidí volver a intentar hacerles la entrevista, y luego de algunos movimientos estratégicos logré cruzarme con ellos y este fue el resultado: Sobre ustedes —Esto seguro lo respondieron muchas veces pero todos lo queremos saber, en pocas palabras, ¿Cómo se inició este proyecto? —La banda se formó en agosto de 2011. En un principio Pablo (guitarrista), Micaela (batería) y María (bajo) formamos una protobanda que funcionaba como una excusa para juntarnos a tocar. Después nos encontramos con Ani (guitarra) que nos mostró algunas canciones que tenía y empezamos a ensayar. Recién ahí sentimos que nos gustaba lo que estábamos haciendo y ameritaba mostrarlo. Finalmente Nina (teclados) entró a la banda y terminó de consolidarse. —Una vez escuchamos que algunos de los integrantes de la banda son arquitectos, aparte de la banda, ¿Tienen otra profesión, oficio? ¿Digamos tienen otros trabajos o todo su tiempo va dedicado a la banda? —Sí, cada uno tiene su trabajo y profesión además de la banda. Le dedicamos bastante tiempo a la banda pero no vivimos de esto, todo lo que entra se reinvierte constantemente.
“Tenemos mucha ansiedad por mostrar lo que estuvimos haciendo, fue un proceso muy distinto al del primer disco”
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Sobre sus discos: —Algo que nos gusta mucho son las tapas de los discos, ¿Quién las arma, diseña? ¿Y cómo las deciden? —Tratamos de pensarlas entre todos. La tapa del LP la hizo Nina, a partir de recortes de imágenes de revistas viejas que fuimos recolectando entre todos. Y el dibujo del último EP, “Ni una canción”, lo hizo Ani que es quien se encarga también de hacer los flyers de las fechas. —Están trabajando en un disco nuevo y nosotros ya estamos emocionados, ¿Pueden contarnos un poco del disco? Seria genial poder ver la tapa si es que ya está definida. —El disco lo terminamos de grabar hace un mes, nos queda todavía el proceso de mezcla y masterización. Tenemos mucha ansiedad por mostrar lo que estuvimos haciendo, fue un proceso muy distinto al del primer disco porque trabajamos con dos productores (Lucas Rossetto y Tom Quintans) y le dedicamos bastante tiempo a la preproducción. La tapa todavía está en proceso, esperamos tenerlo listo antes de que termine este año. —Nosotros creemos que el escenario Under está mejor que nunca, de las bandas que suenan hoy, ¿Cuáles les gustan? —Últimamente escuchamos bastante Frankie Cosmos y Avvays que son dos bandas de afuera relativamente nuevas. De Argentina nos gustan mucho todas las que conforman nuestro propio sello, además de un conjunto de bandas que estuvieron apareciendo en el último tiempo como por ejemplo Tani.
[LAS LIGAS MENORES]
—Y si tuvieran que elegir una de las bandas o cantante de antes como influencia, ¿Qué dirían? —Es difícil que los cinco coincidamos. Generalmente cuando nos preguntan esto suelen repetirse nombres como Pixies, Yo la tengo, Galaxie 500, Pavement y toda la escudería Laptra, bandas de las cuales éramos fanáticos antes de pertenecer al sello.
del Coachella nos pareció increíble. Además de tocar en el escenario Sonora del Coachella, que fueron dos sábados consecutivos, la misma productora organizó otras fechas en Los ángeles, Pomona, Riverside y Fullerton. Lo de Jam in the van fue algo hermoso e inesperado también, nos enteramos que nos invitaron luego de tocar el primer sábado en Coachella y al otro día fuimos a una casa en Indio donde estaban filmando a varias bandas.
—Esta es una pregunta rara, pero si tuvieran que elegir otra banda en cual tocar, ¿Cuál sería?
—¿Conocieron bandas del escenario Under de california? ¿Cuáles nos podrían recomendar?
—Frankie Cosmos y Alvvays seguramente…
—Compartimos fecha con The Altons, Quitapenas, Sheer y Caterwall, todas bandas muy lindas.
“La banda se formó en agosto de 2011, funcionaba como una excusa para juntarnos a tocar” Sobre su viaje: —Sabemos que estuvieron en California, ¿Cómo sucedió la oportunidad de hacer los shows y de participar de #Jaminthevan? (nos encantan los videos) —A principio del 2017 nos llegó la invitación para participar en el Coachella a través de la productora Goldenvoice. En el 2014 habíamos tenido la suerte de tocar en un festival de Lima (Lima pop fest) donde fue a vernos uno de los productores. Desde ese momento quedamos en contacto y siempre estaba la idea de ir a California, pero no lo podíamos concretar por temas económicos. Cuando surgió la posibilidad
—Sabemos que en California hay lugares espectaculares como Joshua Tree para probar algunos estimulantes divertidos, ¿Pudieron tener algún viaje de este tipo? —Jaja, no pero habían muchos personajes dando vueltas por el festival que evidentemente se estaban dando el gusto.
Sobre el autor: Pedro Ahumada es Sanjuanino, publicista, cinefilo, aspirante a director de cine y dibujante que hoy vive y disfruta en Capital Federal. En esta nota participa junto a Coyote Rayeb oriundo de Bahía Blanca y un politólogo social de primer nivel.
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ENTREVISTA
EL MATO
A UN POLICIA MOTORIZADO ▪ por Leandro Fuentes Sobelvio
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ara subirse a un ring hay que tener aguante, para pararse de manos en el asfalto hay que tener calle. Para apostar en una banda de música alternativa sólo hay que tener un poco de amor, un amor tan grade como dos galaxias. Un golpe en el tiempo justo es un KO, un Cross a la mandíbula fue justo la fisura que ocasionó Santiago Barrionuevo cuando lanzó junto a sus amigos El Mató A Un Policía Motorizado. Una banda de La Plata que nunca imaginó salir de gira por el país, y encontrarse con un público que va cantando por lo bajo canciones en formato EP. Resulta algo irreal para un proyecto nuevo pensar en hacer presentaciones en el exterior, pero El Mató lo hizo real; y hoy la maquinaria motorizada parece no conformarse y apuesta a ir por más. Sus discos son el motor de una
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generación que crece en el caos social de ir haciendo las cosas más o menos bien. Él Mató va construyendo una familia en cada reci que pasa, sucede que su público no es otra cosa que una banda de almas perdidas en búsqueda de un sonido nuevo, un propio color. Nada mejor que la voz urgente de Santiago para desaparecer por un instante en lo que dura la canción. Necesitamos nuevos discos, nuevas drogas, en este mundo peligroso tenemos que estar juntos. Ya perdimos suficiente sangre en la velocidad de la ciudad, ahora vienen bajando las bandas espaciales, con sus voces rotas, con la distorsión construyendo el dolor. Quién no curtió el asfalto no entenderá jamás las palabras del dolor, quién no avanzó a la sombra de los demás no podrá encontrarle un color al
amor. Atrás del sol, el frío existencial o atrás de la luna la soledad infinita. Las palabras se convierten en pájaros libres cuando nos encontramos viajando hacia un espacio desconocido, pero con la certeza de creer en un mundo mejor. Creemos que trabajar en el mundo de la música es ingresar a una empresa oxidada, repleta de oportunistas, chupa sangres del proyecto que creció sin repetir la fórmula del éxito que pregonan los mercenarios del rock. Sin embargo resulta difícil sostener en el tiempo la bandera del sello independiente, alentamos a que las bandas emergentes continúen por la senda de autogestionarse. No faltaran los fundamentalistas de siempre, los que creerán que lo Under nunca llega más allá de la esquina de un barrio cualquiera, supo-
niendo que aún hoy existiera el Underground, creo que la mejor opción que nos queda sigue siendo la de bancar la nave que despegó para conquistar más no sea los sueños perdidos. Quizás ésta sea la peor entrevista que le hicieron a Santiago Barrionuevo, Frontman de ÉL Mató A Un Policía Motorizado, pero nuestro tercer encuentro en la provincia de San Juan funcionó en un formato diferente. Desde Montañas de Papel esperamos que lo disfruten y pedimos perdón, hay momentos en los que no sabemos muy bien qué estamos haciendo. A continuación ofrecemos el intento de entrevista que mantuvimos con Santiago Motorizado en el marco de la gira Rápida y Violenta, presentando su último trabajo titulado Violencia en las inmediaciones de Sala Z. │
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legamos temprano, aún están armando el escenario. Nos encontramos con el Oso, un viejo amigo de la noche, nos cuenta que es el encargado de hacer de ortiva en el ingreso al reci, el Oso, el patova con más onda que hemos conocido. Nos pregunta qué hacemos acá, le contamos que venimos hacer una entrevista. El Oso no sabe quién se presenta esta noche en San Juan, el vino a trabajar también y no tiene ni idea de quiénes se presentan esta noche en Sala Z. Sólo estamos él y nosotros, invitamos rápidamente una cerveza que será la primera de cinco que nos iremos tomando junto a los cuidacoches que a esta hora están preocupados por si vendrá un número importante de gente, nos preguntan si creemos que veinte pesos por auto estaría bien, le decimos que cobre treinta y vamos por otra cerveza. Con mi compañero chequeamos que la cámara y el grabador estén en condiciones, nos damos cuenta que la cámara no tiene batería y comienza una especie de discusión que rápido se disuelve, el diálogo es intervenido por un Fiat Dobló, su conductor es el Chango Barrionuevo, lo vemos bajar con una mochila y con una pinta de fisura que nos causa simpatía. El Chango ingresa al interior de la sala con total tranquilidad, adentro ya está el resto de la banda esperándolo para la prueba de sonido.
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Pasan algunas horas, y la gente comienza a llegar con una extraña puntualidad, se agrupan alrededor del lugar de cita. Un Supermercado y un Kiosco en ambos extremos comienzan a facturar algunas bebidas y cigarrillos, es una noche cálida en San Juan, no hay registro de policías y todo pareciera desenvolverse con total naturalidad. Conversamos con algunos grupitos que se van juntando en la puerta de Sala Z, podríamos describirlos a grandes rasgos como pibes en busca de una identidad en materia de sonido. Reconocemos a algunos seguidores de Él Mató, nos cuentan que se sienten viejos entre los presentes, y no dudan en decir que esto se está poniendo medio careta. En esta provincia siempre pasó que cuando algo relativamente nuevo llegó rápidamente se puso en boca de todos. Del otro lado de la cosa nos dicen que Él Mató es lo mejor que escucharon en los últimos años, y nos preguntan si podemos hacerlos ingresar para conocerlos, lo vemos a Almada preocupado por el delivery de pizzas, es el tipo que maneja los hilos periféricos de la banda, lo llamamos, y sin mayores inconvenientes accede. Ahora los chicos nos agradecen con alegría, hablan entre ellos sobre conocer al “gordo”, así lo llaman a Santiago Barrionuevo. Desconocemos si el encuentro se concretó, sólo hicimos lo que estaba a nuestro alcance para que un par de pibes obtengan una foto con el motorizado.
Después de idas y vueltas con la gente de la organización logramos ingresar a Sala Z, una vez adentro la baranda a flores nos hace saber que esto cambió desde la última vez en que la voz del Chango apareció interpretando canciones en formato solista hace dos años, aquella vez todos sentados, libres de humo. Esta nueva versión nos encuentra sin sillas, personas con latitas de cervezas y fumando faso, cigarrillos sin inconveniente alguno. Esto nos hace pensar que no estuvimos tan mal cuando decidimos cargar un par de birras de Bud en nuestra mochila. Nos vamos acomodando al lugar, Sala Z no es un espacio grande, más bien es un lugar íntimo, dónde el público fácilmente puede encontrarse interpelado por los encargados de animar la fiesta. Buscamos un rincón donde podamos escabiar tranquilos y que nos permita focalizar cómo se irán dando las cosas. La relación entre músicos y público nos interesa, sabemos que Él Mató no se caracteriza por ser una banda que provoque conversaciones con los que nos encontramos frente al escenario, también sabemos que el público de San Juan es uno de los más enérgicos de cuyo, creemos que todo sucederá sin grandes anécdotas, pero está bien, Él Mató aún no ha producido fanáticos por este costado del mundo y eso permite disfrutar sin bardos el reci.
al final de cada canción, mientras los celulares y las réflex capturan los rostros ofrecidos al público para luego subirlo a una red social y afirmar que estuvieron ahí, porque se enteraron que las naves espaciales pegaron fuerte.
Indiscutiblemente este proyecto en materia de sonido propone viajar a un lugar nuevo, confunde por momentos los invitados que se acercan presentación tras presentación, es un poco raro la antena que transmite en relación a las tendencias de hoy, si queremos ser honestos debemos plantearlo, y ya era hora de decirlo – ÉL Mató ha llegado a todos los auriculares – sin distinción de clases y eso es saludable. La resonancia es incontrolable cuando se arroja al universo la obra de arte. Los más recientes allegados parecieran estar un poco lejos de la destrucción, o de ser perseguidos una noche de navidad por la policía, ¿Pero acaso construimos altares del reviente? Sin dudas hay por suerte pentagramas para todos y todas. Los más retorcidos observamos de costado, en una extraña complicidad visualizamos las nuevas caras que se acercan a un escenario donde el cantante no dirá más que Gracias una y otra vez
Ingresamos al camarín de Sala Z, y ahí están ellos, los motorizados festejando frenéticamente porque dicen que todo salió bien. Niño Elefante se nos acerca, intercambiamos algunas palabras y nos invita a formar parte del festejo, sonreímos, brindamos, sólo por cortesía, y ahí está Santiago, bastante agitado, un poco cansado. Nos saludamos, no nos recuerda pero cuando le contamos que en 2014 hicimos dos entrevistas para un programa de radio que habíamos armado por aquel entonces hace memoria y nos dice que sí, no le creemos pero hacemos como que está todo bien, y es que en realidad está todo bien. Junto a Santiago están Chatrán Chatrán y Pantro Puto, la conversación gira alrededor del reci de recién, eso ya es pasado, pero analizan el sonido, secuencias que atravesaron en el vivo y toda esa clase de conversaciones que surgen al finalizar una prueba de fuego más. Santiago busca unas sillas, nos acomodamos lentamente, y nos preparamos para encender el grabador. ●
El punto de inflexión llega rápido y furioso con Mujeres Bellas y Fuertes, y ellas lo saben, son tiempos en donde el rol de la Mujer va ganando un combate histórico, por eso festejamos en un pogo desprolijo. Podríamos continuar describiendo la lista que armaron para presentarse en Sala Z pero sólo pensamos en el agite de Navidad de Reserva, destruyo mi cuerpo con drogas y alcohol sentencia parte de la letra, es nuestra mejor canción, cuando los conocimos allá por el 2013, diez años después de su nacimiento y comprendimos que no estábamos solos. Pasaron varias canciones, el repertorio estuvo bueno, el disco nuevo sonó bien, El Mato a un Policía Motorizado suena como siempre, tal vez un poco mal, pero nunca mejor, es así y nos gusta así. El final llega inevitablemente, la banda desaparece y el público se evapora. Ahora comienza nuestro laburo fuerte, los únicos que quedamos en la sala además de los músicos, los únicos que seguimos trabajando entre los vestigios del reci.
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ROCK ESPACIAL ▪ por Leandro Fuentes Sobelvio
[ENTREVISTA] Empezar a tocar con amigos, armar un proyecto y salir de gira sería un buen disparador para escribir una novela. ¿Qué título le pondrías? —Postales Luminosas, así se llamaría la novela. ¿Recordás el comienzo del proyecto? —Arrancamos en 2003, no me acuerdo bien en qué momento decidimos formar una banda con Manu. Nosotros dos no teníamos banda, hicimos un grupo de amigos con el que estábamos armando y desarmando proyectos, pero siempre en movimiento. Decidimos armar una banda, después invitamos a los demás, y ese mismo año grabamos un disco como primer paso antes de salir a tocar. Queríamos tener un registro de unas canciones que seleccionamos y que después se editó en 2004. ¿Cuándo apareció el nombre de la banda? —Al principio no teníamos nombre, teníamos que bautizar ese proyecto que estábamos armando y Manu estaba como en una búsqueda de un nombre extraño, que salga de los típicos nombres de bandas, y queríamos algo como una frase sacada de contexto, que no tenga forma de nombre, sino que sea como una frase. Manu leyó algo en una línea de diálogo en una película medio trucha, en ese momento estábamos en una fiesta, no le preste mucha atención pero me gusto como sonaba, al principio medio raro pero bueno gustó, y ya está; no se puede cambiar. (La película era R.O.T.O.R. (1989), dirigida por Cullen Blaine, “una suerte de Exploitation fiction, cruza entre Robocop y Mad Max, considerada injustamente como una de las peores de la Historia”. El diálogo original era “This old boy just killed a motorcycle cop”).
Santiago: los integrantes de El MATÓ A UN POLICÍA MOTORIZADO. —Los nombres reales son: Guillermo, Manuel, Gustavo, Agustín y Santiago. Pero bueno en un momento nos bautizamos porque nuestros nombres nos parecían aburridos y comunes, y quedó Doctora Muerte (batería) , Niño Elefante (guitarra) , Chatrán Chatrán (teclados), Panthro Puto(guitarra) y yo Santiago Motorizado (bajo y voz). ¿Podríamos revelar la historia de cómo surgieron esos nombres? —La verdad que un poco nació en una exposición que hice en la época que estaba formando la banda, y la exposición se llamaba Pirinche y Los Funkys Extremos, era como una especie de colección de personajes como de figuritas. Eran dibujos que estaban basados en mis amigos y medios deformados como una especie de mutantes, con partes de animales, de robótica y bueno, a Gusti lo había hecho con manos de elefante y le quedó Niño Elefante ese día. Y Doctora Muerte estaba con unas motosierras en las manos, una calavera y yo me confundí y puse doctora sin querer y bueno le quedó. El nombre de Panthro era porque él tenía un Fanzine que en una sección era “Cartas a Panthro” un personaje de los ThunderCats, y Panthro te contestaba tú duda y el mail para mandar tus preguntas era panthroputo@hotmail.com que hay que ver si existe todavía (sonrisas). 2004 TORMENTA ROJA. —Salió como un simple de adelanto del primer disco homónimo. │
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2005 NAVIDAD DE RESERVA. —Antes de lanzar ese disco yo justo me había bajado discos navideños viejos, yanquis, de los ´60, de los Beach Boys, Elvis, discos bien comerciales que aparentemente se lanzaban previo a las festividades, era un contenido extraño, muy comercial, muy de consumo, pero a la vez canciones lindas, interpretaciones que están buenas, y un poco la idea era jugar con eso pero hacerlo de una forma más real, más personal, más cruda, una navidad no tan de fantasía y felicidad eterna. Una canción de protesta contra la navidad, esa fiesta media obligada donde todo tiene que salir bien. Nació como primer paso de lo que después iba a ser un trilogía, nos gustó esa idea de buscar un disparador que sirva como de temática central para componer la música, la estética, las letras, el arte visual, entonces decidimos ordenarlo en un sentido de Obra conceptual. Y a partir de eso después nació UN MILLÓN DE EUROS, y DÍA DE LOS MUERTOS que todos juntos forman una trilogía EP, discos cortos. 2006 UN MILLÓN DE EUROS. —Se corresponde a una etapa optimista de nuestras vidas, y le cantamos básicamente a la amistad, amistades que nos salvaron la vida, a nuestro grupo de amigos con los cuales formamos Laptra, nuestro sello, donde editamos todo nuestro arte y el cual esperamos que crezca mucho. 2008 DÍA DE LOS MUERTOS. —Cerramos la trilogía con ese disco. Tiene la estética del cine de ciencia ficción, no sé cómo se llama, como de terror, que tiene que ver con los muertos vivos, bueno no sólo con eso sino también con la idea de fin del mundo y esa temática que nos gustó mucho, meternos con las profecías, se hablaba mucho de fin de ciclo y mezclamos eso con poesía de tono religioso y creamos Días de Los Muertos a partir de eso. Año 2012 aparecen en la vida de El Mató: MUJERES BELLAS Y FUERTES y CHICA DE ORO. Más un compilado que lleva como título EL NUEVO MAGNETISMO. —Fueron dos simples que tienen una canción y un lado B. Salió como adelanto de lo que después iba a ser Dinastía Escorpio. Y El Nuevo
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Magnetismo salió en Brasil editado por un sello de allá, un país donde gracias a Internet pudimos viajar mucho, y la verdad fue increíble, porque a veces se hace un poco difícil el intercambio cultural con Brasil, por el idioma y todo eso, por más que este cerca. Y bueno el disco recorre un poco la discográfica previa a Dinastía Escorpio, es como un compilado. ¿Cómo surgió la idea de realizar una trilogía que hable sobre el nacimiento, la vida y la muerte? —Nació primero con Navidad de Reserva, con la idea de hacer un disco de navidad. Ésa fue la primer idea. Me destruyo porque elijo destruirme… —Sí, sí, es un poco ahí un juego de hablar de la navidad como esa fiesta forzada que todos conocemos. Ningún Dios sobre la mesa de navidad… —Claro, una cosa así, y a partir de eso generar como escenas que tienen que ver con eso, destruirse por destruirse, porque sí, porque es el momento, porque es el día, y tratar de describir ésa fiesta no diría oscura porque es demasiado, pero si rara. A partir de eso que se nos ocurrió hacer un disco de navidad aparecieron las ideas para los demás discos.
“Muchas letras son básicamente descripciones de personajes, situaciones, de sentimientos, y a veces con pocas palabras, pocas frases ya encuentro eso que quiero escribir” Ustedes trabajan bastante la idea de lanzar discos sin un gran número de canciones. —Sí, nos gustan los discos en todas sus formas, los simples, los EP, los larga duración, quizás en un futuro un disco en vivo. Y también emulando un poco a las bandas que nos gustan, esas que sacaban adelantos con rarezas, con cosas como coleccionables, y un poco es jugar a esas bandas que siempre admiramos.
¿Cuál fue la principal evolución de la banda durante todos estos años? —Quizás la época en la que grabamos Dinastía Escorpio. Hubo como un cambio, empezamos a viajar mucho, cambió la dinámica de la banda totalmente. Viajamos a Europa, comenzamos a hacer giras por Estados Unidos, México. Hubo que acoplarse a eso, era algo nuevo y también la experiencia de Dinastía Escorpio fue un cambio, lo grabamos de manera distinta a los demás discos; a partir de ahí hubo una nueva etapa que para mí no sé, es mejor. Siento que estoy más cómodo, yo, los chicos; y estamos llegando a un lugar que nos gusta. Ahora están presentando el EP VIOLENCIA, ¿Están pensando en un nuevo disco? —Sí, todo este año lo dedicamos entre las fechas y los viajes a preparar un disco nuevo. Grabamos maquetas, estamos armando un disco de veinte canciones más o menos, no van a quedar las veinte pero lo estamos viendo. Por lo que estuve leyendo, varias de esas canciones ya estaban cuando armaron el EP Violencia, incluso leí declaraciones de vos que Violencia era una canción que habías dedicado a tú novia, y por ahí se creyó que el título Violencia hacía referencia a otra cosa… —Sí, pasó algo de eso, pero la idea era usar la palabra violencia dentro de un contexto que habla de otra cosa, algo así como un acento que rompe un poco la dinámica. Y sí, este disco que estamos preparando ahora lo empezamos a armar en el 2015, y de esas primeras sesiones apareció Violencia. Sentíamos que eran canciones que no estaban en la línea que estábamos preparando pero que estaban buenas y queríamos mostrar, entonces de ahí salió la idea del EP. Pusimos pausa en eso que estábamos preparando el disco largo y lo continuamos este año. Ya está casi listo, en enero vamos hacer la grabación definitiva y esperemos salga pronto. Sobre al arte de tapa, y esos diseños fantásticos que vienen presentando en sus discos anteriores, ¿Tenés algo armado para el nuevo material? —Tengo algo pensado para el disco nuevo, está en mi mente genial, pero hay que ver después
cuando lo lleve a la realidad si es una porquería o no, pero vamos a ver qué pasa. A veces aparecen cosas nuevas en ese proceso que están buenas y cambian todo, pero bueno, hay que hacerlo, por ahora está sólo en mi mente. Podríamos decir que El Mató no sólo se limita a hacer canciones, sino también a trabajar en el mundo del diseño gráfico y audiovisual. —Sí, nos gusta eso. Más allá de las canciones ayuda a cerrar una idea conceptual general digamos, pequeños planos que no se pueden llegar alcanzar con las canciones se logran con trabajos visuales, entonces engloba una idea que esta bueno. Genera placer estar pensando un disco nuevo y pensar la tapa, pensar los videos; pensar todo lo que dispara un disco entonces está buenísimo. La idea de trabajar en armar videos siempre funcionó bien en ustedes. —Sí, nosotros estamos a cargo de todos los pasos, nos divierten hacer canciones, grabar discos, hacer el arte de los discos, los afiches y todas las piezas visuales, nos gusta lo audiovisual, estuvimos con algunos videos, ahí trabajamos con personas que sabían más del tema porque nosotros solos nos faltaban materiales para llevarlo a cabo, pero siempre que podamos vamos estar como encima de todos los momentos creativos de la banda porque es algo que nos divierte hacerlo. Hubo un momento fuerte de trabajar lo conceptual con la idea de lo espacial, se vio en ustedes y en muchas bandas emergentes. —No sé, es algo que está bueno, es cómo una cosa muy intensa, a la vez es muy misterioso el espacio, tiene esa cosa infinita, y a veces uno con el arte, con la música sobre todo generas un clima, la combinación de instrumentos genera situaciones que tienen que ver con eso. Con algo infinito, con algo misterioso, con algo que no termina, por ahí hay una relación, por ese lado.
“Me gusta lo independiente, soy hincha de las bandas independientes; de las que hacen su camino propio, sin firmar con un sello grande” │
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Tengo entendido que vos ya venías con alguna experiencia en el diseño gráfico. —Sí, en el colegio estaba en la especialidad de arte, yo estaba en plástica, pero no recuerdo de haber aprendido mucho, sí recuerdo de haber aprendido de mis compañeros, de estar con pibes que tenían la inquietud de hacer cosas artísticas, y eso motivo para hacer cosas. Algo parecido a Daniel Johnston cuando armaba sus propias tapas para los cassette que grababa. —Claro a full, y eso entusiasma, se va contagiando y eso es re importante cuando sos chico tener esa motivación extra. La motivación de uno, tus ganas de hacer arte y contagiarte de la energía de otros que están al lado tuyo, cuando descubrís esa información que está dando vuelta está buenísimo, eso fue lo mejor del colegio. Por ejemplo, ahora si veo algo que me inspire voy a pensar en hacer algo, diseños o letras, y dibujar es algo que hago desde que soy chiquito, diseñar desde que tengo computadora, y siempre estoy trabajando en eso.
y a veces con pocas palabras, pocas frases ya encuentro eso que quiero escribir; en una combinación de un par de palabras se entiende eso que quiero describir. Seguir forzando eso es ya querer copar otra cosa que no era lo que había empezado a intentar como tema principal. Entonces eso depende de la canción, si la canción quiere extenderse en un montón de descripciones que se van uniendo está bien, pero si es solamente un lugar, un sólo mensaje no hay porqué forzarlo. Entonces una cosa breve, minimalista nos gusta, y muchas veces acompaña bien nuestra música que tiene que ver con cosas cíclicas, con pocos elementos, entonces la letra encaja bien en esa estética.
“No me gusta Indie, no me gusta etiquetarme, y definir algo que no me gusta no me interesa” Sobre la movida del Rock Nacional. Hace poco algunos “héroes” del rock vernáculo hicieron declaraciones en tono de sentencia, algo así como que el rock murió en sus pentagramas.
En el palo de la literatura trabajaste para un libro de Fabián Casas, y para un libro titulado Nunca Seré Poesía homenaje a Ricky Espinoza.
—Leí algo en un periódico de Chile, no sé si la viste a esa. Yo creo que tiene que ver con lo que se refiere al mainstream, a lo que suena en las radios, a los músicos más mediáticos.
—Me encanta hacer portadas de libros, lo de Ricky estuvo buenísimo, y con Fabián hice algunos trabajos, recuerdo ahora un cuento infantil, ahí no sólo hice la portada sino también el diseño de interior.
Se me ocurren varios, no sé por ejemplo el Indio Solari…
—No, por suerte me pagan así que todo bien. Sobre todo los de Fabián Casas que lo edita Planeta; así que si no me paga Planeta no sé. Lo de Ricky Espinoza no cobre nada, era una editorial independiente, ahí obvio no exigí nada, pero Planeta si obvio.
—Claro, en ese sentido sí estoy de acuerdo, lo que suena ahora en las grandes radios me parece una basura en comparación con lo que sonaba antes. Entonces sí, era mejor antes. Eso no significa que antes no fuese mejor la música, sino que significa que ahora, los grandes músicos de la actualidad no están ahí, en esos medios de comunicación. Están por otro lado, en la periferia a esos grandes medios. A pesar de que hoy la cultura emergente, independiente, alternativa está creciendo mucho, tiene mucha fuerza, y no parecen darle importancia.
La técnica para escribir y componer. Por ahí da la sensación que las letras de El Mató son como cuentos cortos, ¿Qué hay de eso en realidad?
Quizás no lo quieren ver. Ahora en este momento, ustedes desde la música independiente y nosotros desde el periodismo alternativo generando un espacio mejor.
—Sí, es verdad tiene un poco de eso. Por ejemplo muchas letras son básicamente descripciones de personajes, situaciones, de sentimientos,
—Claro, y además tenés otros medios, está Internet, las redes sociales, plataformas para escuchar música o leer alguna revista, leer libros
¿Eso lo haces de onda o te dedicas a trabajar en portadas de libros?
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nuevos. Creo que por ahí pasa esa movida por donde pasan cosas para mi geniales, a mi gusto esto, después cada uno lo puede discutir, pero para mí más geniales que nunca, mejores que cualquier época, para mi gusto obvio. ¿Incluso vos decís que mejor que la época cuando apreció Almendra, Manal, Sui Generis? —Mejor que todos los tiempos. Seguramente a muchos les encantará eso, y a otros para nada. A mí me gusta mucho lo que pasa hoy, te puedo nombrar veinte bandas que me gustan más que Sui Generis. Y muchas más que el Indio Solari, pese a que venís de La Plata… —De Los Redondos no soy muy fan, del Indio menos. Escuche Porco Rex, un par de discos y no me gustan para nada. Mercedes Sosa dijo una vez que no entendía sus letras, algo así también dijo Charly García, algo como “algo pasa en el público pero no sé qué dicen los redonditos…” —Las letras no sé, nunca le presté demasiada atención. Más allá de que si se entienden o no musicalmente no me interpeló, nunca me gustó, nunca me emocionó ni nada de eso, pero son cuestiones de cada uno, con eso no significa que sean malos ni nada. ¿Alguna banda con la que te pase lo contrario? —Sí, hay bandas actuales como Las Ligas Menores que no suenan en las principales radios, es una banda que a mí me emociona. La escucho todo el tiempo, escucho sus discos cien veces hasta que ya no funciona más. Las Ligas Menores, una banda que suena muy bien y con la particularidad de que la integran en mayor número chicas, todo un símbolo dentro del mundillo rock nacional. Este grupo como ustedes dentro del sello discográfico Laptra, pienso y se me ocurre ahora Atrás Hay Truenos… —Todas las bandas de Laptra me parecen geniales. Hace poco hicimos el Festi Laptra, y viste es como un festival con amigos, algo soñado, ese es mi gusto que se yo, seguro para algunos les parecerá una porquería.
¿Cómo definirías el Indie Rock? La última vez que nos vimos dijiste algo así como que no te identificabas con el Indie, que no alzabas la bandera de la banda independiente. Pero a través del periodismo etiquetan a El Mató como la banda indie que rompió los esquemas, ¿Qué te pasa con el título Indie? —No sé, no me gusta Indie, no me gusta etiquetarme, y definir algo que no me gusta no me interesa. Me gusta lo independiente, soy hincha de las bandas independientes; de las que hacen su camino propio, sin firmar con un sello grande. Más allá de lo musical quiero que les vaya bien, es un camino arriesgado y que requiere mucho esfuerzo, mucho tiempo, las bandas que tengo cerca trato de ayudarlas, quiero que les vaya bien.
“Nosotros llegamos a lugares donde no están editados nuestros discos, no nos pasaban en la radio. Nosotros viajamos por todo el mundo gracias a Internet básicamente” ¿Qué colores usarías, si tenés la posibilidad de hacer una pintura para resumir el músico independiente? —Muchos colores, haría un dibujo de una especia de picnic en un parque o una plaza y gente tirada ahí, comiendo sanguchitos de miga, manteles, y ese tipo de cosas. Sobre el artista militante, ¿Cuál crees que es el rol del músico? —Mínimo militar por la cultura. Por generar espacios de todo tipo, sobre todo en lugares pequeños donde las bandas nuevas empiezan a mostrar sus canciones. Comprometerse si ven que hay una persecución, si ven que el gobierno clausura lugares, sobre todo bandas que ya están en otros espacios más grandes y ven que pasa algo raro que lo digan y ayuden a bandas que recién empiezan. Yo soy muy amigo de los chicos de la UMI (Unión de Músicos Independientes), y siempre estoy en contacto con ellos; me parece que hacen un trabajo increíble. │
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¿Qué opinión tenés sobre el Periodismo? —No sé, que está bien. ¿Qué crees que debe pasar con los medios de comunicación para que empiecen a ofrecer mayor espacio a proyectos alternativos? —Tendría que cambiar radicalmente la forma de verlo, el medio como difusor de cultura. Pero no creo que pase. Hace unos días vi la entrevista que le hicieron a Mac Demarco en Vorterix. Tengo la impresión de que ciertos periodistas consagrados como Mario Pergolini no saben interpretar la nueva generación, el nuevo sonido. —¿Está on line? La quiero escuchar… pero pasa que Pergolini es de otro palo, le gusta el Indio Solari y ya está. Qué va hacer… Recordás cómo era antes, sin Internet. —Todo fue cambiando, sobre todo cómo fue llegando la información, el primer cambio grande que me acuerdo cuando era chico era MTV, si tenías cable tenías MTV con conductores argentinos, mexicanos, chilenos, y de alguna manera eso era un paso previo a esa especie de integración de la información, por lo menos en el continente. Y después cuando llega Internet como que se cambia todo. ¿Crees que Internet es una herramienta que ayuda a las bandas? —Internet es una plataforma que es útil a las bandas independientes, lo más difícil es la difusión y distribución para una banda nueva y que hace una música que sale de lo típico. Eso fue históricamente difícil, por más que a las bandas les gusten sacar discos, que este físicamente editado, siempre las distribuidoras que llegan a todo el país van a poner el foco en lo que más vende y con eso ellos ya están cubiertos. No les interesa arriesgar a algo nuevo y lo mismo pasa con los medios masivos, apuestan a lo que pasan les va a gustar inmediatamente a su audiencia entonces no arriesgan nunca. Nosotros llegamos a lugares donde no están editados nuestros discos, no nos pasaban en la radio. Nosotros viajamos por todo el mundo gracias a Internet básicamente.
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España sería la excepción, el sello Limbo Star los editó. —Bueno después de que fuimos por primera vez nos editaron. Pasó que fuimos sin esperar nada y vimos que la gente conocía las canciones porque las escuchaban por Internet, así que para nosotros es una herramienta que nos cambió la vida. Sobre los viajes espaciales, fueron a Estados Unidos, ¿Cómo estuvo eso? —Hay dos circuitos allá, uno como que es para el público latino que vive allá. Los que votaron a Trump… —Seguro. Se habla mucho español en Estados Unidos, sobre todo ahí donde estuvimos en California y New York. Entonces hay como dos circuitos, uno que es para el público latino y otro yanqui. Tocamos en los dos por suerte, sentimos más cercanía al yanqui, estéticamente, no sé la música cuando tocábamos. La recepción estuvo muy buena, la última vez tocamos en un barrio en Los Ángeles que se llama Echo Park, fue una fecha con bandas de allá, para la gente fue una novedad, no nos conocían mucho y estuvo buenísimo la devolución, vinieron a saludarnos mucha gente al final, estuvo bueno tocar dentro del circuito yanqui y generar algo, eso viste estuvo bueno. ¿Cómo van armando la lista para las distintas presentaciones? —Ahora hacemos el foco en Violencia que es nuestro último disco, concentramos un poco y salimos con todo. Siempre armamos la lista antes de tocar, ahí vemos como viene la noche y que tenemos ganas de tocar en ese momento. ¿Qué cosas no te pueden faltar en la mochila cuando salen de gira? —El cepillo de dientes y la pasta. Si tenés que elegir un disco de El Mató ¿Cuál sería? —Dinastía Escorpio. ¿La mejor canción de El Mató? —Me gusta como quedó la voz en Mujeres Bellas y Fuertes.
Tenés que armar una colección de 5 discos, ¿Cuáles serían? —Lo voy a decir rápido: Ramones Ramones – completar Si hoy fuéramos al cine ¿Qué película te gustaría ver?
MDP – No. SM – Me parece genial. MDP– ¿Continuamos con la parte final de la entrevista? SM – Sí, ¡dale!
—Superbad.
¿Un color?
¿Un escritor?
—Rosa.
– Leonard Cohen.
¿Cómo definirías a tus compañeros de banda?
¿Una Bebida?
—Las personas con la que puedo ser como yo quiero ser.
—Jugo de naranja. ¿Flores? —No soy fan de las flores. Ahora uno de los organizadores del reci interrumpe la entrevista. Transcribo: X –Perdón, no quiero interrumpir. MDP – En un toque terminamos. X – hay un chico afuera que quería una entrevistita, un chico que está haciendo una Tesis sobre rock independiente, las bandas, cómo se mueven… SM –Y ¿qué quiere? X – No… está bien, digo si vas a tener un poquito de ganas estaría bueno porque el chabón es un trabajo que se toma y bueno… SM – Dale, sí, sí decíle que sí… MDP – Cerrá despacio la puerta cuando salgas, es por el grabador.
Para aquellos que aún no vieron en vivo a El Mató a Un Policía Motorizado ¿Cómo les contarías de qué va? —No les contaría nada, les diría que vean si… No, no les contaría nada. Odio invitar alguien a mi recital, nunca invité a nadie, nunca lo hice en mi vida. Por ejemplo en las redes sociales nunca ponemos “vengan que tocamos”, siempre ponemos vamos a tocar en tal lado. Y ahí el que quiera venir viene. Así que al que no nos conoce no le diría nada. Que experimente el sonido espacial… —Sí, si están interesados que vengan a vernos. Elija y Gané, como el disco de Spinetta. —Exactamente, o ¡pierda! Algún mensaje que quieras dejarnos. —Nunca se olviden que un día vamos a morir.
X – Disculpa. SM – Me quiero suicidar, dale.
Sobre el autor:
MDP – La Tesis… ¿viste hasta dónde llegaste? Una facultad, ante un jurado de profesores presentando “una tesis con Santiago Motorizado”.
Leandro Fuentes Sobelvio nació en San Juan en 1990. Fuentes es un poeta casi secreto, paralelamente a su carrera de periodismo, fue desarrollando una intensa y constante labor narrativa que, hasta ahora, permanecía desconocida.
SM – … MDP – ¿Qué pensás de eso? SM- Estás agregando una pregunta que no está acá.
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VIOLENCIA DOMÉSTICA WALTER LEZCANO SANTOS LOCOS, 2016
Todos ustedes a los que alguna vez les dijeron negros de mierda son mis hermanos. Porque a veces es la lengua, a veces el pecho, de a ratos los silencios y siempre -siemprees la piel. Si querés integración repartí los azulejos los relojes los feriados. Somos pedazos de odio buscando nuestro techo para poder bajar y respirar mejor. Así es la cosa. Estás de este lado o preparate para correr.
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LOS CRIMINALES escuchan música romántica pagan sus impuestos en fecha lloran con el final de la novela toman birra del pico de la botella y se cansan cuando van al gimnasio. La gente especial es aquella que logra curtir en Año Nuevo no se impresiona por el cinismo y trata bien a los peces.
3 El ejercicio de la soledad es en realidad una manera de encontrar complicidad con la muerte. Está negro afuera. Es otro país. Una banda de rock nos regala vergüenza y hastío. Llegás donde siempre quisiste llegar o algo peor.
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A veces caigo en la trampa de buscarle sentido a todo. Sos caótica. Otra vez me pedís que te pase la lengua por el ano. Llueve. Sigamos en la cama un rato más.
BIO Walter Lezcano (Goya, Corrientes, 1979) Docente. Periodista freelance en Brando, Revista Ñ, Rolling Stone, Ni a palos, Radar de Página/12, Inrockuptibles, Anfibia, entre otros. Editor en Mancha de Aceite. Publicó Jada Fire (Difusión Alterna, 2011), Los Mantenidos (Funesiana, 2011), Tirando los perros (Gigante, 2012), 23 patadas en la cabeza (Difusión Alterna, 2013, Eloisa Cartonera, 2015), Humo (Vox, 2013), Calle (Milena Caserola, 2013), El condensador de flujo (La carretilla roja, 2015), Los Wachos (Editorial Conejos, 2015), Fractura expuesta (Interzona, 2015),La vida real (Viajero Insomne, 2015) y Suena el afilador de cuchillos (Nulú Bonsai, 2016), La ruta del sol. La trilogía de El mató a un policía motorizado (Gourmet Musical, 2017) Participó de la antología Esto pasa. Poesía en Buenos Aires (Llanto del mudo, 2015). │
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ZONA BORDER
ENRIQUE SIGUE ESPERANDO LA REVOLUCIÓN ▪ por Leandro Fuentes Sobelvio
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l viejo Symns pretendió comprar mi vida, quería cambiar mis días por los suyos. Lo que nunca sabrá es que mi vida vale muy poco. Alguien me dijo en Buenos Aires que él escribía en el bar Británico, Av. Brasil 399. Allí lo esperé varias semanas, hasta que lo vi entrar como una aparición. Symns es un hombre de setenta años, con una remera desteñida de Star Wars y una campera Adidas sucia. Desde afuera, se lo podría confundir con un viejo ridículo, un anciano que no tiene quién le sugiera cómo vestirse. Va directo a una mesita que está pegada a la vidriera del bar, una chica se le acerca y toma el pedido de Symns. Para cualquier persona que lo vea, podría imaginar que es un abuelo más, sin saber que el viejo desprolijo que ahora saca la dentadura postiza de un frasco y se la lleva a la boca fue un bastión de la contracultura Argentina, en tiempos donde el rock post dictadura y el periodismo alternativo comenzaban la gran fiesta del papel picado. No es muy alto, ni muy bajo, carga con una cara de fisura aterradora, tiene los ojos muy separados, como los de un toro, y tan oblicuos y diáfanos que habrían podido ser los del diablo si no hubieran estado sometidos al dominio del corazón. Ahora él y yo nos encontramos en el mismo bar, él con un café exprés y unas tostadas con mermelada de ciruela, yo con una cerveza Andes leyendo una nota sobre Saer en la revista The Clinic. Symns me llamó con un acento extraño, sabía quién era el viejo, fui hasta ese bar para conocerlo. Él iba a escribir y a desayunar con gran frecuencia al Británico, me acerqué con precaución, no había nada entre sus cosas, ni siquiera una maldita valija, estaba escribiendo algo en una servilleta con una Bic azul. Tenés un cigarro me dijo señalando el bolsillo de mi camisa, el viejo había observado que estaba fumando cigarrillos armados en la barra del bar, así que armé un
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cigarrillo, lo encendí y se lo pasé. El viejo seguía observándome con la boca abierta, advierto que respira con dificultad, de vez en cuando se cierra su boca entre bocanadas de humo. Quiero tu vida, sentenció. Me gusta tú forma de tomar cerveza, y necesito tú sangre para volver al sabor de la cocaína y el sexo rápido. Yo seguía de pie, justo enfrente mío la cara del viejo Symns, los ojos perdidos, saboreando una lengua muerta entre sus encías vacías, no tardaría mucho tiempo en juntar saliva y escupir en los mosaicos a cuadros negros y blancos del bar. Me ofreció la redacción de Cerdos & Peces, y a Vera Land. Me pidió que lo acompañe al cajero automático de la terminal, ayúdame dijo, no puedo moverme bien con el andador, sacá mi billetera del bolsito negro, señalando un morral atado en los fierros del andador. No había más que treinta y cinco pesos con setena y cinco centavos. ¿Y esto qué significa? Una copita de ginebra en la pensión, buscá bien, ahí adentro tiene que haber un papel, en efecto, es un ticket de un banco; esa es mi suerte como escritor me dice al oído, es la Pensión de escritores de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy vive con eso y con los derechos de autor de sus libros. En el ticket está escrito con lapicera azul P-E-Z y una serie de números que ahora no recuerdo, esa es la contraseña dice mientras tose, me pide ayuda para colocar la clave alfanumérica, ingreso en el sistema un poco descreído, admito, y compruebo que hay cero pesos, nada viejo Symns. ¿No depositaron estos hijos de puta? Nada. Me miró, hizo unos gruñidos y dijo, ¡Yo soy el señor de los venenos!, el derecho de autor es para vos, sólo dame tú sangre. No viejo, no necesito tus sombras y luces, este es mi tiempo y voy a vivirlo, destruirlo o morir en el intento. El viejo Symns se avalancha contra mí, intenta agarrarme de la camisa, en un movimiento se agita y casi se cae, escupe
Enrique Symns (1946, Buenos Aires). Periodista y Poeta, su presencia aportó una cuota innovadora a revistas como Eroticón, Fin de siglo, El cazador y La Maga. Fue jefe de redacción de El Porteño, redactor de los diarios La Voz y Sur, creador y director de la mítica Cerdos & Peces, revista que dejó una impronta difícil de superar por su estilo alejado de cualquier convencionalismo. En Chile, creó la revista The Clinic. Fue presentador de los shows de Los Redonditos de Ricota, Los Piojos, La Bersuit Vergarabat y Los Caballeros de la Quema. Actualmente se desempeña como redactor en las revistas Contraeditorial, THC y Un Caño. Publicó libros que llevan por título: La Banda De Los Chacales (El cuenco del plata), La Vida Es Un Bar (El cuenco del plata), El Señor De Los Venenos (El cuenco del plata), En Busca Del Asesino (El cuenco del plata), Big Bad City (Sobredosis).
mientras habla, me maldice, lo agarro por el brazo izquierdo y ya afuera de la sucursal del banco lo dejo sólo junto a una ventana de un kiosco y me voy. Sé que intentará negociar su vida una vez más, pero el viejo Symns debe morir para existir eternamente. Symns pega un grito, algo como un ¡esperá!, regreso la mirada al viejo, y lo que veo es una foto; en una casa del siglo XX el viejo Symns está apoyado en una ventana antigua con el sol de frente. Regreso a él cruzando una calle sin demasiado tráfico, pienso en que este viejo está loco y que quizás se le ha ocurrido pegarme un tiro, pero no vi ningún revolver o algo con forma de revolver en su ropa, tal vez un cuchillo, una navaja bien guardada, pienso en el destino de morir acribillado por el viejo Symns en una esquina cualquiera de esta ciudad. Estoy de pie junto a él otra vez, pero ahora preparado para soltar mi puño derecho en su ojo izquierdo por si es necesario, su voz distorsionada interrumpe todos mis pensamientos, fijo la mirada en los ojos del viejo y comienza a hablar: —Ya no tengo ganas de escribir, tengo que hacerlo para sobrevivir, por mí no escribiría más, no sé lo que haría, por eso no sé si seguir viviendo, es algo que mis amigos no quieren escuchar pero es la verdad. Yo no puedo dormir de noche porque… Odio todo lo que me pasó, odio Cerdos & Peces, odio ser escritor. —La cocaína era la única manera de vivir, la única manera de soportar la estupidez de la normalidad, de la inmunda galería de espectros que es la ciudad, donde lo único que podes hacer es trabajar, estudiar, casarte, tener hijos, toda la pelotudez junta en una masa de mierda de giles. El tipo que va a la facultad es un pelotudo, en vez de perderse, extraviarse y leer y aprender de la vida y de los demás, no, vivís en una masa de gente que no le importa un carajo los otros.
Comienzo por armar un cigarrillo, lentamente, observando la cara del viejo Symns; dame otro cigarrillo, y ándate, no quiero verte nunca más. Pero antes, voy a regalarte este trozo de servilleta, hoy estuve tratando de recordar un poema, pero no funciona. Esas fueron las últimas palabras que recuerdo del viejo Symns. Esa es la tristeza, la tristeza de un niño ya un poco más grande encontrando en los cables el cadáver de algún barrilete que remontó hace mucho tiempo. La tristeza de rememorar, o la tristeza de un niño pequeño en la playa, inventando historias dentro del castillo de arena que va construyendo, historias que el mar inmediatamente destruirá. Tratando de enseñarle al niño las consignas de la existencia: Que nada es real, que todos están solos, que la ausencia es eterna.
Sobre el autor: Leandro Fuentes Sobelvio nació en San Juan en 1990. Fuentes es un poeta casi secreto, paralelamente a su carrera de periodismo, fue desarrollando una intensa y constante labor narrativa que, hasta ahora, permanecía desconocida. “Enrique sigue esperando la revolución” es un recorte del trabajo literario que próximamente será editado en forma de libro.
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BARDO EXPRESS
ANARQUÍA EN LA ESCUELA ▪ por Osvaldo Kraft 68
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as universidades se han convertido en una fábrica de producir robots alienados para que sean funcionales a un sistema burocratizado, despojando todo instinto creativo, repudiando nuevas formas de aprendizaje, martillando generaciones, abrazando la construcción de un producto utilitario a los requisitos del orden mundial. Es una ficción demasiado real, cada vez son más los docentes mediocres que emanan las directrices a un puñado de jóvenes perdidos por la velocidad de los tiempos modernos. En casi todos los casos, la relación docentealumno nace de una posición de desigualdad (el maestro es quien posee un conocimiento; el alumno, quien habrá de recibirlo). El maestro puede mejorar sus métodos de enseñanza, pero difícilmente partiría de una relación de igual a igual con el alumno como un método novedoso de enseñanza en nuestra sociedad cada vez más distorsionada por el Capitalismo. La figura del docente-alumno es sólo un recorte de algo más complejo, lo micro de lo macro; en líneas generales ambas figuras son víctimas de una maquinaria desbastadora, es un plan estratégico en las bases de la razón instrumental para lograr que el reloj continúe girando en una única dirección. Nunca antes hemos ejercitado (no en teoría, sino en el cuerpo) la disociación de dos cosas que el capitalismo nos educó para que experimentemos como una sola: Tiempo y Dinero. Es necesario, en la medida en que se lo considere, aplicar a nuestras miserables vidas una premisa de Jean Paul Sartre: “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”. Pensar en diagramar una acción que resista el sistema instaurado, además de estar condenado a la soledad, y a la indiferencia de todos aquellos que aceptan un régimen único es un camino difícil, de este lado, venas abiertas, lucha y resiste la minoría. Sólo con pasión y convicción se podrá salir de los márgenes de la violencia. Y es, me parece, más fácil estar fuera del mundo y sosteniendo un modelo socioeconómico alternativo cuando sos, al fin y al cabo, una diminuta isla. Un símbolo. Un conveniente punto de fuga en la olla a presión. También, y por el mismo motivo, es más difícil. Una diminuta isla que resiste, resiste, hasta volverse la obsesión patológica de los poderosos.
Pienso en el arte como herramienta de construcción social, un ejemplo brillante podemos encontrar en la película The Wall (1982) dirigida por el director británico Alan Parker, basada en el álbum de Pink Floyd. Recordemos algunos pasajes: No necesitamos ninguna educación // No necesitamos que controlen nuestros pensamientos // Ni sarcasmo oscuro en el salón de clases // Profesores dejen a los niños en paz //. Recuerdo con nostalgia los años de Sui Géneris, en aquella canción “Dime quién me lo robó” (poesía urgente entre el verde militar) disparan algunas líneas que merecen un espacio en este texto que se escribe en caliente. Una vez más el Arte nos despierta, bibliotecas enteras, en prosa poética, entre acordes que resumen eficazmente esta suerte de texto argumentativo. Sabía yo creer el cuento sin razón // La escuela estaba ahí, esperando por mí // Todo estaba muy bien, sí, sabía la lección // Siempre fue igual mi profesor, siempre tuvo él la razón //. Según Cardell-Alawar, 1995, la docencia es también un arte. El arte de enseñar no es fácil de adquirir. Hay una expresión atribuida a los clásicos latinos que dice: “Poeta nascitur, orator fit” (el poeta nace, el orador se hace). Tanto ser poeta, como tener el arte de enseñar, requiere ciertos dotes o talentos que en el vínculo con el alumno se ponen de manifiesto: ser un fino observador y conocedor del espíritu humano para poder penetrar y mostrar aquello que no se puede percibir sólo por los sentidos. Esto significa, estar conectado con la realidad socio-cultural existente, que los conocimientos estén actualizados, ocupados por los grandes temas mundiales, en definitiva, interesados por el hombre, por sus esperanzas, padecimientos, ideas, luchas y logros. “Quien enseña sin emancipar embrutece”, predicaba el filósofo y pedagogo Joseph Jacotot. Jacotot pretendía que todo hombre de pueblo fuese capaz de concebir su dignidad humana, medir su propia capacidad intelectual y decidir cómo utilizarla. Efectivamente, el objetivo era la emancipación para Jacotot, ˃ ˃ ˃ ˃ │
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˃ ˃ ˃ ˃ un apasionado que consiguió demostrar que el método de la explicación constituye el principio mismo del sometimiento, por no decir del embrutecimiento. Es necesario contextualizar, en los años en que se produjo el método de Jacotot, corresponde al momento en que se instaló en Europa un proyecto de orden social nuevo, basado en la demolición de la Revolución Francesa. Tiempo después, el filósofo marxista Jacques Rancière profundizó en esta problemática y consagró un libro, “El Maestro Ignorante”.
En este libro, Ranciére se ocupa de describir e ilustrar el triunfo y ocaso de un experimento pedagógico llevado por Joseph Jacotot en el siglo XIX al que denominó Emancipación Intelectual. La tesis de dicha emancipación es en líneas generales: “cualquier persona puede enseñar a otro lo que quiera; aún lo que no sabe”. La clave está en lo que Jacotot llamó: método de enseñanza universial.
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Un maestro ignorante no es un ignorante que decide hacerse el maestro. Es un maestro que enseña sin transmitir ningún conocimiento. Es un docente capaz de disociar su propio conocimiento y el ejercicio de la docencia. Es un maestro que demuestra que aquello que llamamos “transmisión del saber” comprende, en realidad, dos relaciones intrincadas que conviene disociar: una relación de voluntad a voluntad y una relación de inteligencia a inteligencia. (Jacques Rancière) Es necesario formar docentes capaces de impulsar al alumno a utilizar su propia inteligencia. El maestro es sólo un símbolo de autoridad, una voluntad que ordena al “ignorante” que haga su camino. Es decir, echa a andar las capacidades que el alumno ya posee, la capacidad que todo hombre demostró logrando sin maestro el más difícil de los aprendizajes: aprender a hablar. Explicar es suponer que hay, en el tema que se enseña, una opacidad específica que resiste a los modos de interpretación y de imitación
mediante los cuales el niño aprendió a traducir los signos que recibe del mundo y de los seres hablantes que lo rodean. Esa es la desigualdad específica que la razón pedagógica ordinaria pone en escena. Jacotot demuestra que la lógica explicativa es una lógica social, una forma en la cual el orden “desigualitario” se representa y se reproduce. El proyecto de sociedad orgánica moderna es un proyecto de mediaciones que establecen dos elementos esenciales entre lo de arriba y lo de abajo: un tejido mínimo de creencias comunes y posibilidades limitadas de desplazamiento entre los distintos niveles de riqueza y de poder. (Jacques Rancière) Jacotot demostró que una persona podía enseñar lo que no sabía. En El Maestro Ignorante, Rancière refiere varios ejemplos de cómo esto sucede, pero por ahora alcanza mencionar que el propio Jacotot dio clases de matemáticas,
ajedrez, música y pintura en la universidad sin saber nada de estas materias. Algo más: enseñó a otros a aprender lo que quisiera y a que enseñaran, a su vez, lo que no sabían a quien quisiera aprenderlo. Este método tenía como objetivo principal emancipar a los más pobres, quienes difícilmente acceden a las univerisdades para obtener los conocimientos que busca. “Lo único que necesitamos es aprender a vivir como personas en igualdad en un mundo desigual”, dice Rancière. “Una persona ignorante emancipada, una sola, es preferible a cien millones de académicos formados en el método de enseñanza universal que no están emancipados”. (Joseph Jacotot) Debemos preguntarnos ¿Cuál es el rol del maestro? “El maestro es aquel que mantiene en su ruta al que está investigando”, dice Rancière. El mejor maestro no es quien transmite conocimientos, quien explica e interpreta por nosotros, ˃ ˃ ˃ ˃ │
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˃ ˃ ˃ ˃ sino el que nos muestra la manera en que podemos emanciparnos; en que aprendemos a prescindir de él. Freud decía, en El malestar en la cultura, que la educación se comporta con los jóvenes como si dotara a los miembros de una expedición al polo de ropas de verano y mapas de los lagos de Italia: “Yerra, además por no prepararlo para la agresión cuyo objeto está destinado a ser”, lanzado a los jóvenes “en medio de la vida con una orientación psicológica incorrecta”. Sostiene Freud, muchos años después de haber escrito estas cartas de juventud, que el ser humano cae en la neurosis o se vuelve neurótico “porque no logra soportar el grado de frustración que le impone la sociedad en aras de sus ideales de cultura”, y las dificultades no hacen diferencia de edades ni de clases sociales. Replantear el vínculo docente-alumno en el ámbito universitario, desde una doble perspectiva, la personal y la profesional-educativa; teniendo siempre en cuenta que cada persona, en este caso cada alumno, posee valores y una identidad distinta a los otros, lo que hace que la labor educativa opte por la personalización,
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que respeta al alumno, le hace partícipe en su propio aprendizaje y recorren juntos los caminos que conducen al conocimiento. Pero para que exista este diálogo previamente tiene que darse el encuentro (entre la persona del profesor y el alumno). Lo que Joseph Jacotot llama, igualdad de condiciones. Es necesario que el vínculo docente-alumno se transforme profundamente en beneficio a propiciar un encuentro creativo que no solamente enriquezca al alumno sino también al profesor. Hay por lo tanto que tratar de comprender y descubrir a la persona en cada momento ya que la labor del docente no finaliza cuando termina la clase, ni su vínculo con el alumno está mediatizado por la materia que dicta, esa relación debe ir más allá del aula. Tomar como objeto de análisis a los alumnos universitarios nos enfrenta a una situación paradojal que nos llena de interrogantes. Interrogantes que nos impelen a la reflexión y a la búsqueda de posibles ilustraciones.
En una primera aproximación, podríamos decir como generalidad, que se trata de un grupo de sujetos con una trayectoria más o menos exitosa en su tránsito por los distintos niveles del sistema educativo. Su egreso del nivel medio y su posterior ingreso en la universidad nos hace suponer que no han presentado ni fracasos escolares importantes, ni problemas de aprendizaje del orden del síntoma, la inhibición cognitiva, ni la oligotimia, o que si los han sufrido han podido superarlos con éxito. Este punto de partida en el comienzo de una nueva etapa de la escolarización, debería ser el prólogo de un buen pronóstico. Paradójicamente las estadísticas muestran, en forma alarmante, la baja correlación de los ingresos/egresos y el consecuente alto índice de desgranamiento en las matrículas universitarias. La persistencia de este flagelo pone en evidencia la ineficacia de las acciones implementadas por el sistema educativo para enfrentar este problema. El dilema radica en cómo analizar el fracaso de los alumnos universitarios ¿Está determinado por la pobre formación con que egresan los alumnos del nivel medio? ¿Es el fracaso en la Universidad de un sujeto que intenta aprender con una estructura física y psíquica que lo determina, subjetivado tanto por el deseo como por demandas personales, familiares, sociales, económicas, etc.? ¿Es el fracaso propiciado por la Universidad, en tanto el sujeto que no puede responder a los ideales y demandas que ella le impone, ni logra apropiarse de su cultura e idiosincrasia? ¿Es el fracaso de la Universidad que expulsa justamente a aquellos miembros de la institución que le dan su identidad, en tanto que una universidad sin alumnos no tiene razón de existencia? ¿Es el fracaso de la Universidad que es impotente para responder tanto a las demandas y exigencias de sus miembros como a los de la sociedad que la constituyó? Asumir como válido sólo algunos de estos interrogantes, implica una mirada parcializada ya que la complejidad del tema nos demanda un análisis que dé cuenta de la compleja red social en que el sujeto está inserto y de los múltiples atravesamientos de la que es objeto el alumno universitario, de encontrarse coaptado por docentes mediocres, por ser un número más en
un sistema educativo decadente, dónde hay que asumir que es inevitable que toda relación humana implique una relación de poder, por añadidura no habría que negar que la relación del docente y el alumno supone una relación de poder. Toda institución se inscribe en un orden simbólico, social y cultural que determina las posiciones subjetivas de sus miembros. Es decir que en tanto producto social sostenido por un ideario compartido que determina no sólo su identidad, sino que ofrece una cultura, un sistema de valores, pensamientos y acciones que modelan las conductas de sus agentes, estableciendo una manera particular de hacer y de vivir en la institución; esto se traslada directamente en el accionar social. Foucault dice que “el ejercicio de un poder autoritario y sordo penetra en el cuerpo cobrando allí algunas de sus víctimas”. Revisar la aventura o la desventura de aprender en el contexto del vínculo docente-alumno nos lleva a revisar las modalidades de enseñar y las de aprender. La desventura de aprender tiene múltiples caras. Debemos considerar fracaso educativo la producción de profesionales que obtienen su título gracias a ser exitosos repetidores de teorías. El discurso emancipador instalado en una institución promueve que todos los estamentos adopten posiciones más activas y mayores niveles de participación y compromiso. Así mismo crea las condiciones para que los alumnos asuman posiciones activas frente a su actividad académica, caracterizadas por la creatividad, la actividad investigativa y el pensamiento autónomo, reflexivo y crítico. Al no estar instalado este discurso logramos comprender con mayor claridad por qué nuestras sociedades modernas carecen de espíritu crítico y desobediencia ante las leyes que reducen al ser humano a la nada misma. El docente universitario que se erige frente a los alumnos y ofrece “la verdad de la ciencia”, conocimiento acabado frente al que mueren todas las preguntas. Es entonces cuando su práctica docente se remite a un bombardeo de la información. El docente al mostrarse como conocedor absoluto suprime la distancia entre ˃ ˃ ˃ ˃ │
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˃ ˃ ˃ ˃ él y el conocimiento. Implica posicionarse en el lugar de Amo, el enseñante en esta posición no cree que esté representando el conocimiento, sino que es el conocimiento. Este posicionamiento tendrá —de modo semejante que en Edipo— repercusiones en el psiquismo de quien ocupe un lugar suplementario en el vínculo aprendiente-enseñante. Por un lado se obtura el deseo del aprendiente en tanto lo trasmitido es una verdad absoluta, imposible de cuestionar, ampliar o hacer cualquier cosa que no sea su repetición textual. En el contexto socio-cultural actual, en el que las nuevas tecnologías perecieran tender a desplazar la figura y la función del docente, cabe preguntarse sobre la importancia del vínculo docente-alumno. La figura del docente no sólo se hace vigente sino imprescindible en cualquier proceso de enseñanza aprendizaje. Pero, es urgente, una figura nueva, renovadora, creadora, y humanizadora. Es decir, el docente creativo, imaginativo y humanista. He aquí el significado de la influencia que tiene el docente y la enorme responsabilidad pedagógica al momento de formar alumnos libres en una sociedad plural y compleja como lo es la nuestra. ●
Sobre el autor: Osvaldo Kraft, nació en San Juan, pero le gustaría decir que nació en Yugoslavia. Conocido por poseer un acento agitador, aprendió a escribir a temprana edad leyendo un libro sobre la resistencia de los réptiles, aún hoy cree que los dinosaurios continúan reproduciéndose. Escribió una plaqueta de poemas “los navíos del sur” y renunció a más de un trabajo, simplemente porque la rutina no es para él. Conserva un lenguaje corrosivo, signo que lo caracteriza como uno de los mejores escritores de la posmodernidad.
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Sabía yo creer el cuento sin razón // La escuela estaba ahí, esperando por mí // Todo estaba muy bien, sí, sabía la lección // Siempre fue igual mi profesor, siempre tuvo él la razón // Sui Géneris, Dime quién me lo robó.
REVISTA REDNU REVOLUCIÓN // Montañas de Papel
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PARLANTES
LAS REDES SOCIALES Y LA URGENCIA DE HACER CLIC ▪ por Ernesto Priego.
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ada época tiene sus propios “tiempos interesantes”. Éstos son los nuestros. Tuve mi primera computadora personal ya en edad adulta, por lo que no soy un “nativo digital” (el término es de Marc Prensky y data del 2001). Sin embargo, en cosa de diecisiete años he podido experimentar en carne propia cambios muy radicales, definidos por la forma en que usamos computadoras y otros aparatos. Recuerdo por ejemplo un artículo que escribí para una revista en 1996 sobre el “chat”, que en ese momento tenía aterradas a las buenas conciencias que
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veían en la práctica una interrogación peligrosa de concepciones “estables” de identidad. Las ansiedades que la interacción en línea causaba en ese momento reflejaban qué tan cosificadas estaban esas nociones imperantes. Una práctica social, comunicativa y textual, facilitada por un recurso tecnológico, ponía en crisis fundamentos heredados y asumidos casi siempre de forma acrítica. Como en el famoso cartón del New Yorker (5 de julio de 1993: 61) “En Internet”, decía un perro frente al monitor, “nadie sabe que eres un perro…”
Desde 1993 han pasado muchas cosas, pero si uno se guía por la mayoría de los artículos periodísticos que hablan de “redes sociales” la cosa no ha cambiado tanto. Debería ser una necedad subrayar que los cambios tecnológicos son causa, expresión y consecuencia de fenómenos más amplios que ellos mismos. Una visión lineal y sin complicaciones es incapaz de siquiera acercarse a las complejidades de los cambios históricos. La tecnología, en este caso las computadoras y las formas en que interactuamos con ellas, sólo puede interpretarse interconectando procesos culturales, políticos, económicos y hasta fisiológicos. Es fácil reírse de las visiones que sobre el futuro se expresaron en el pasado desde el presente; ¡qué hilaridad causa leer que hace una década había quien se asustaba por los blogs y la confusión de lo público y lo privado, lo amateur y lo “profesional”! Por eso es importante recordar que una fenomenología de la interacción humano-computadora sólo puede darse desde la conciencia de esa particular posición espaciotemporal del aquí y ahora, aunque también inspirada por el deseo de construir el porvenir. Los dos párrafos anteriores son extensas postergaciones del tema que quiero discutir en este espacio, pero obedecen a esta preocupación por encuadrar las sutilezas de la problemática. Recuerdo el año 2010 y parece que ha pasado un milenio desde que el planeta escuchó de una red social en línea llamada “Facebook”, y también distante parece ya la popularización del nombre “Twitter”. Aunque es posible que sigan siendo desconocidos por una importante sección de la población mundial, ambas “redes sociales” o “medios sociales”, como también se les llama, son para muchos el pan de todos los días, tan normal como lo fuera en su momento para otras generaciones el correo, el telégrafo, el teléfono o la televisión. En este contexto es vital que la crítica a las tecnologías de intercambio de información actuales trascienda la tecnofobia característica de quienes se ven intimidados por la posibilidad de perder su autoridad (editores, periodistas, políticos, escritores, académicos atrapados en esquemas empolvados, que padecen una suerte de analfabetismo digital funcional de segundo grado). La crítica de los medios digitales es una
disciplina específica que requiere de especialistas cuya formación no sólo sea empírica sino también teórica. Todos comemos y apreciamos la comida, pero no todos estamos calificados para la crítica gastronómica. Del mismo modo, la descripción de procesos culturales ligados específicamente al desarrollo de las tecnologías digitales requiere de especialización, y tiene que darse desde el entendido de que en el último análisis, como lo advertía Frederic Jameson, todo al final es político. Dónde se dicen las cosas importa tanto como el qué se dice, pero los valores que adjudicamos al dónde y al qué son variables y contextuales. En su momento el establishment gritó horrorizado ante Wikipedia, pero es un hecho constatable que en años recientes se ha convertido en referencia estándar para definir criterios en exámenes de doctorado, evaluar la importancia de una publicación y tomar decisiones en los comités editoriales de revistas académicas (Anuradha y Usha, 2006; Hendler, 2008). Los medios sociales en línea son y serán el campo de batalla mediático, académico y social donde se debatirá el presente y se construirá el futuro. Esto no es una verdad impuesta ni un slogan propagandístico; simplemente hay que asomarse a otras realidades más allá de las inmediatas. Negarles su importancia es tan ingenuo como adoptarlos sin reservas. No hay tiempo para esperar a que los editores decidan la pertinencia de publicar este o aquel texto. El momento es ahora. Antes los periódicos perdían valor al día siguiente; ahora las opiniones y las noticias pierden relevancia en cuestión de minutos. No hay tiempo que perder. Hay que hacer clic urgentemente. ●
Sobre el autor: Ernesto Priego ha publicado aquí y allá desde 1991. Estudió literatura inglesa y estudios de la información en Inglaterra. Terminó su tesis de doctorado sobre cómics como publicaciones en la época digital en el 2010.
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PARLANTES
PERIODISMO MUTANTE ▪ por Ernesto Simón
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an Juan se ha visto desbordada por esa extraña rama de la comunicación llamada Periodismo Mutante. La variante no es nueva. Es esa clase de periodismo que muestra su mejor cara: siempre sonriente, complaciente, grotesca y luego, cuando el poder cambia de manos, se da vuelta y ataca. El género en San Juan apareció en la postrimería del Gobierno de Leopoldo Bravo, de Jorge Escobar, con Alfredo Avelín no hizo falta, con Waldino Acosta asomó apenas y luego se consolidó en la última etapa del Gobierno de El Vale Todo Gioja. El Periodismo Mutante se caracteriza por ser crítico sobre el final de los mandatos de cada gestión para luego volver a portarse obsecuentemente con el nuevo gobierno que asume. Se arrodilla, se pone de pie, pero nunca mira a los ojos, es una clase de periodismo lamentable y penoso, muy practicado por una caterva de adherentes que siempre son mayoría y ocupan espacios en los diarios, radios y canales de TV. Los mutantes siempre terminan con la dignidad arrojada al piso, con la mirada puesta en el suelo y la honradez olvidada en el abominable arcón donde yacen sepultados los estoicos ideales de la mocedad. Este género es ejercido por esa clase de trabajadores y empresarios de los medios que se comportan disciplinados a fuerza y rigor de plata. Se convierten en sobones libidinosos a la hora de elogiar a quien les paga mes a mes una suculenta suma de dinero que bien podría tomarse como un emolumento que reciben a cambio de silencio. El canje perfecto. Pasado el tiempo, y ya a punto de vencer el mandato del funcionario de turno, sacan los colmillos y las uñas, se ponen en la posición de “críticos” y muerden a la presa que ya a esa altura está tirada y mal herida, casi indefensa. Un rasgo de la mutación es la aparición de colmillos y uñas. Son un esperpento patético, afanosamente hipócritas.
Nunca muerden al amo en su apogeo. Son aplicados seguidores de los consejos de Nicolás Maquiavelo, aunque nunca agarraron El Príncipe como para leer algo. Son intuitivos y acomodaticios. Se arrastran al ras del piso, vuelan a lo gallina y no les importa ser tomados por lacras humanas. Primero hacen del periodismo un panegírico insoportable y rastrero que desemboca en la lisonja vergonzante con la que conviven a diario. Luego, cuando el gobernador está por irse, muerden un poco como para lavarse la cara y mostrarse ante la sociedad como valientes profesionales custodios de la democracia. En el día del periodista, es preciso hablar de este género inventado por profesionales cultores de la extorsión, que cada tanto, en las transiciones, hacen la parodia del rebelde intrépido y temerario. Luego vendrá el tiempo en que deberán agachar la cabeza de nuevo y dejar sonar en sus oídos esa vieja melodía que los acerca al silencio y a la ganancia. Atravesamos un momento ideal para que muchos se den un baño de dignidad, aunque consideren perdida a esa extraña virtud. Un mal consejo: Traten de hacer lo posible por parecer. Mucha gente se come la curva y sigue de largo, el recurso ha funcionado durante años; ¿Por qué no debería funcionar ahora?
Sobre el autor: Ernesto Simón (San Juan, 1969). Es periodista y escritor. Ha conducido ciclos de radio y ha escrito en diferentes medios gráficos. En 2010 escribió la obra de teatro “Todos dicen algo”, que se estrenó en el Festival Nacional de Teatro por la Memoria. En el año 2013 publicó el libro de microficciones “77 historias” (Milena Caserola) y en 2015 publicó el libro de cuentos “Argentinos por nada” (Wu Wei).
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SAN JUAN ME MATA
PENSAR SÓLO EN MEGAMINERÍA ▪ por Guillermo Alamino
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os medios de comunicación promueven un relato que presenta a San Juan como una provincia condenada a la megaminería, sin exponer otras alternativas económicas que podrían desplegarse. De esta manera, las empresas periodísticas y muchos dirigentes divulgan una visión de progreso sustentada en el extractivismo minero, como única actividad posible para realizar en la región. Una gran campaña mediática está en marcha para minimizar el último derrame de cianuro y defender los proyectos mineros a gran escala. Tanto los medios de difusión locales como nacionales tratan de convencer a la ciudadanía de apoyar esos emprendimientos, porque “San Juan sería una provincia eminentemente minera”. Sin embargo, esta afirmación carece de sustento, porque San Juan ha vivido históricamente de otras actividades económicas como la agroindustria, en comparación a la megaminería que comienza su pleno funcionamiento en el año 2005. Además, cabe destacar que la explotación de minas (incluye metalífera y no metalífera) equivale al 4,3% del empleo provincial, mientras que la agricultura, caza y silvicultura representa el 10% y la industria manufacturera el 17,27%. Es decir, no hay una dependencia exclusiva en cuanto al tema laboral. Tampoco es cierto que gracias a la “nueva minería” San Juan experimentó un ascenso social y económico importante, ya que es el tercer distrito más pobre del país, según el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, y la jurisdicción con un mayor porcentaje de desocupados de Cuyo, de acuerdo al INDEC.
“Hasta ahora ningún gobierno ha convocado a todos los sectores sociales, para discutir el modelo productivo de la provincia y el país” 80
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Todos estos datos son escondidos por aquellos que forman parte del llamado “Consenso Minero”, integrado por políticos, intelectuales, instituciones, entre otros. “La aceptación –tácita o explícita– de tal «consenso» contribuye a instalar un nuevo escepticismo o ideología de la resignación que refuerza, en el límite, la «sensatez y razonabilidad» de un capitalismo progresista, al imponer la idea de que no existirían otras alternativas al actual estilo de desarrollo extractivista. En consecuencia, todo discurso crítico u oposición radical terminaría por instalarse en el campo de la antimodernidad o la negación del progreso, o simplemente en el de la irracionalidad y el fundamentalismo ecologista”, expresa la socióloga Maristella Svampa. Hasta ahora ningún gobierno ha convocado a todos los sectores sociales, para discutir el modelo productivo de la provincia y el país. Definen lo que es “desarrollo” a espaldas del pueblo, y de acuerdo a los intereses de grandes empresas multuinacionales aliadas a los Estados, que buscan explotar los bienes comunes de las comunidades sin su consentimiento. Las disposiciones adoptadas y referidas al territorio nacional son diagramadas en los centros del poder financiero mundial. La instalación de un discurso único basado en el extractivismo y su penetración en diversos partes de la sociedad conlleva a la degradación del debate, entorno a las políticas económicas implementadas en los últimos tiempos. Esto a su vez trae consigo la decadencia y la falta de tacto social a la hora de tomar algún tipo de decisión por parte de las autoridades públicas, que afecta a poblaciones enteras. Decir que San Juan es minero, sin antes haber discutido su esquema productivo, es afirmar algo que no tiene el beneplácito explícito del pueblo sanjuanino. ˃˃˃˃
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SAN JUAN, EL MEJOR ALUMNO DE LA MEGAMINERÍA
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an Juan es el modelo minero por excelencia que tiene el país y el mundo, tanto respecto a las consecuencias sociales como a las ambientales. Campañas publicitarias de las mineras basadas en la “responsabilidad social”, un Estado y un sistema de medios aliado a las transnacionales son algunas características del extractivismo minero. Luego de 11 años de minería a cielo abierto, las promesas de progreso continúan siendo una ilusión y los derrames de “solución rica o cianurada” se han convertido en un hecho constante. La megaminería ingresó en la provincia sin ningún tipo de consulta popular y con grandes expectativas de desarrollo y bienestar. Las multinacionales no obtuvieron licencia social, pero ejecutaron tareas comunitarias con el fin de obtener un crédito social. “Diversas acciones, muchas de ellas articuladas a escala regional, se
fueron desarrollando con el objetivo de generar, lo que Mirta Antonelli denomina “estrategias corporativas de fabricación del crédito social”, explica la investigadora Marian Sola Álvarez en una nota publicada en la revista Pulso Ambiental de FARN. De este modo, Barrick ayudaba a los productores facilitándoles un secadero de tomate, organizaba cursos de computación, construyó un polo ganadero en Jáchal, colaboró en edición de libros, etc. A estas acciones se sumó la coaptación de prácticamente todas las instituciones de San Juan: medios de comunicación a través de jugosas pautas publicitarias, establecimientos educativos, poderes del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), partidos políticos, la Iglesia, etc. La democracia quedó restringida y este escenario estuvo naturalizado durante los últimos años. El “Consenso de los Commodities” logró instalarse y se promovió a la megaminería como única alternativa de desarrollo. │
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Sin embargo, esta actividad económica tiene un poco más de 10 años mientras que la agricultura o la agroindustria fue protagonista durante los siglos pasados. El agro junto con la ayuda de la Nación pudo levantar a San Juan de dos grandes terremotos. Antes, el Cantonismo había elaborado políticas económicas de avanzada, a través del intervencionismo estatal en la economía y diversificando la producción. Se inauguró la Azucarera de Cuyo, la Marmolería y la Bodega del Estado. ¿Una azucarera en San juan? Si, en algún momento la creatividad superó el fatalismo que hoy impera en gran parte de la clase política. San Juan era un faro de luz en cuanto a la concreción de derechos sociales, cívicos y programas económicos. En cambio, hoy la decadencia es lo que se exhibe ante el mundo. El aparato megaminero quiso borrar la historia local. Los últimos datos del INDEC evidencian la pésima situación social de la jurisdicción cuyana: 43,5% de pobreza y 5,8% de indigencia. Si esto es progreso, no hace falta imaginar cómo será el atraso. Existen tres proyectos mineros en etapa de explotación: Veladero, Casposo y Gualcamayo. Barrick ya tuvo 4 accidentes admitidos y sigue operando en la cordillera, mientras el gobernador de la provincia de San Juan, Sergio Uñac, hace honor a su antecesor (Gioja) amparando a rajatabla el esquema minero impuesto por Menem y continuado por los Kirchner y Macri. San Juan merece la oportunidad de discutir otro modelo económico, que respete la naturaleza y las decisiones de las comunidades locales. Ninguna corporación o gobierno debe resolver unilateralmente el destino de una sociedad. Hay que cambiar el rumbo para evitar sucesos peores. El abismo no está lejos, la solución tampoco. ●
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“El gobernador de la provincia de San Juan, Sergio Uñac, hace honor a su antecesor (Gioja) amparando a rajatabla el esquema minero impuesto por Menem y continuado por los Kirchner y Macri”
*** “La coaptación de todas las instituciones de San Juan: medios de comunicación a través de jugosas pautas publicitarias, establecimientos educativos, poderes del Estado, partidos políticos, la Iglesia”
Sobre el autor Guillermo Alamino. Estudio Lic. en Comunicación Social en la Universidad Nacional de San Juan. Colaboró con notas para diversos sitios webs como El País Diario, ANRed, InfoSur, entre otros. Además es parte del equipo de Manzana Fanzine e integrante del Espacio Cultural Sur.
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BARDO EXPRESS
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La mediatización en los complejos de producción es una realidad. Así podría comenzar cualquier línea de dominación o manual de estilo a hoja suelta. Sin embargo, no es esto lo que opaca nuestro sentir… por lo menos en esta era. El incesante promulgar de las bocinas y videotapes no se traduce más que en el mecanismo que rota las vertebras hacia un destino invariable: la mediatización de la realidad.
HUMANAMENTE
SATELITAL
▪ por Yito Silva
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a realidad no es tal como la concebimos a través de nuestros mass media, aquello que reproducen no existe; es un recorte absolutamente sesgado por los intereses del poder real; la obra de todo un sistema que jamás pondrá el ojo en las minorías. Lo que ellos ejecutan es sólo un conjunto de concepciones y afirmaciones que afirman o niegan a cada instante según la cara del cliente. El instante no es más que la idea y la idea el vivir en una democracia de inclusión donde las libertades del individuo no sean coaptadas. Saliendo de estas concepciones filosóficas, la mediatización constituye un parámetro de la realidad. Es necesario decirlo: Estamos atravesados por un genocidio social y cultural. La mediación de las cavilaciones, su instauración en un medio, y la razón instrumental operante al servicio de los poderosos ha incitado al derrocamiento de la humanidad desde sus comienzos. Desde los primeros trazos en las cuevas, hasta la decodificación algebraica en la pantalla no ha tomado más que miles de años y sobre la misma necesidad: la viabilidad de las ideas, un medio en el cual propagarlas. Hasta la imprenta, en el incesante marchar de las letras se mantuvo atado a quien pudiera manipularlas. Se supone que en pleno siglo XXI, en tiempos de la Tecnocracia, leer y escribir son simples tareas lógicas, esto no hace más que invisibilizar sectores precarizados por la crisis mundial, desconociendo por completo que en el mundo de hoy existen millones de personas en situación de analfabetismo. Pero su maleabilidad y control dependen de un gran sentido de la mediatización. Así es, estamos hablando de la manipulación de la información. La realidad es relativa, y depende de quién la construya y quién marque agenda para recaer en la manipulación. Añadir o quitar tal o cual párrafo de una publicación, supone un truco al lector. Marcarle la agenda supone esconderle la mano y mostrarle otra. Así funciona y ha funcionado la mediatización de la información. Alimentada por la desviación espiritual de sus operarios, la información sólo se transmite en una sola dirección: la cual apuntan los colmillos del sistema capitalista. Pecamos de marxistas puestos que el interés comercial, a nivel micro y macro socioeconómico es gatillo de la mediatización de la realidad.
La agenda impuesta por los medios, que manipula y maquina sobre el racionar y accionar de las masas consumistas a desbastado generaciones enteras. Construye ídolos ficticios y derroca gobiernos, al rico le dice sabio y al obrero no ilustrado; de verdad construyen mentiras y de mentiras recrean verdades. En el desmantelamiento del sistema complejo de producción de agenda quedan al descubierto no sólo sus operarios sino también sus víctimas: y es que sus víctimas (quizás de manera inconsciente) también forman parte del aparato de poder insertos en una maquinaria diabólica. Es preciso traer acá algunas palabras de Jean – Paul Sartre: “La función del escritor consiste en obrar de modo que nadie pueda ignorar el mundo y que nadie pueda ante el mundo decirse inocente”. ¿Es el periodista acrítico y servil tan víctima del sistema como el consumidor? Claro que sí, puesto que la misma mediatización de la realidad crea las condiciones para la opresión, y es funcional a los poderes opresores de la conciencia individual y colectiva. En resumen: necesitamos periodistas comprometidos, de convicciones firmes en el ejercicio de dar testimonios en momentos difíciles. Consideramos de carácter urgente afirmar que son estas las armas del nuevo periodismo, inútiles. Ha sido demostrado que lo Gonzo no es más que la cavilación rastrera de un muerto hundido, lanzando gritos asfixiados dentro de una bolsa. Sólo es el último escarmiento de una generación socavada y crucificada por sus congéneres. El único medio eficaz para el derrocamiento de la hegemonía mediatizada es a través del vislumbramiento. Sólo en el descubrir el aparato hegemónico y sus herramientas represoras no es suficiente, sino necesario para la verdadera creación de una revolución lingüística, social y económica. La nueva cultura se presenta sólida y fértil para echar a rodar un proyecto explosivo y violentamente liberador, aún así las consecuencias sean nocivas. ● Sobre el autor: Yito Silva es escritor, periodista, artísta plástico y fotógrafo freelancer. Actualmente se desenvuelve como columnista independiente. │
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OPINIÓN PÚBLICA
¿CUÁNTO PODRÍA COSTAR DENUNCIAR AL PODER? ▪ por Guillermo Alamino
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lgo en común que tienen las victimas de desaparición forzada en democracia es que se habrían enfrentado a personas vinculadas al poder que, al verse amenazadas, habrían decidido desaparecer a quienes hacían peligrar sus puestos. Es decir, la democracia encontraría su límite cuando alguien quiere develar o denunciar algo que amenace a personas que se encuentran administrando espacios de poder. Los casos ilustrativos de esto son por señalar algunos: María Rosa Pacheco, Raúl Tellechea, José Luis Cabezas, Julio López y Santiago Maldonado. Desde hace tiempo la desaparición de personas en democracia viene sucediendo con impunidad y sin respuestas claras por parte de la Justicia y otros organismos institucionales. María Rosa Pacheco, Raúl Tellechea, José Luis Cabezas, Julio López y Santiago Maldonado nunca más volvieron a sus casas, y sus ausencias marcan un peligro que acecha a la Argentina. Las hipótesis coinciden en que los responsables de esas desapariciones serían sujetos involucrados con el poder o las fuerzas de seguridad. En el caso Tellechea ya hay procesados en la Justicia Federal, bajo el rótulo de desaparición forzada. Por ejemplo, Julio López fue un testigo importante en casos vinculados al terrorismo de Estado, Raúl Tellechea habría detectado irregularidades en el manejo de dinero en la mutual de la UNSJ o María Rosa Pacheco quien habría descubierto una malversación de fondos en el Ministerio de Educación. También, trabajaba en un instituto de prevención de adicciones y podría haber tenido información sobre el narcotráfico en la provincia. En efecto, cuando una persona advierte anomalías en la administración de alguna entidad o el Estado, las represalias pueden llegar a costarle la vida o en otros casos la exclusión y estigmatización. Es de público conocimiento que los gobiernos ante estos hecos hacen la vista gorda. Ni Macri, ni los Kirchner o Menem han otorgado importancia
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a los desaparecidos en democracia, a pesar de ser un delito internacional que está instituido en la Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas en 1996, la Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las desapariciones forzadas en 2007, el Código Penal y la Constitución Nacional. Tampoco los gobiernos provinciales han actuado a la altura de la circunstancias y ni hablar de la justicia, cuya actuación es pésima. Otra similitud que se puede hallar en los casos es la siembra de la duda respecto a la persona desparecida. Se quiere responsabilizar de algún modo a la víctima de su propia desaparición o desprestigiarla. Al caso de María Rosa Pacheco lo habían caratulado como un crimen pasional al principio, a Raúl Tellechea se lo había incriminado de fugarse con una suma de dinero y a Santiago Maldonado se lo acusó de estar de viaje y de haber participado en un asalto a un puesto de campo. Pocas veces los medios de comunicación cuestionan el accionar de los gobiernos respecto a esos acontecimientos, principalmente en la provincia. Difícilmente podamos hablar de una democracia seria si no se esclarecen hechos sospechado de tener su origen en grandes mafias. ¿Cuántos asesinatos han ocurrido en estos tiempos democráticos y que todavía están sin resolver? ¿Qué pasó con Cabezas, Carlos Menem junior, Nisman, las muertes de Darío y Kosteki Santillán y Mariano Ferreyra? Probablemente el Nunca Más y los lemas de Memoria, Verdad y Justicia no han logrado extenderse a estos periodos democráticos. ● Sobre el autor: Guillermo Alamino. Estudio Lic. en Comunicación Social en la Universidad Nacional de San Juan. Colaboró con notas para diversos sitios webs como El País Diario, ANRed, InfoSur, entre otros. Además es parte del equipo de Manzana Fanzine e integrante del Espacio Cultural Sur.
▪ cámara: Romi Front │
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UN OSCURO DÍA DE JUSTICIA “Nació de una tormenta en el sol de una noche el penúltimo mes fue de planeta en planeta buscando agua potable quizás buscando la vida buscando la muerte eso nunca se sabe quizás buscando siluetas o algo semejante que fuera adorable o por lo menos querible, besable, amable”. Silvio Rodríguez
▪ por Leandro Fuentes Sobelvio
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o necesitábamos un esténcil nuevo, un rostro más pintado de negro y rojo en la pared de tú ciudad. No necesitábamos una excusa más para dar vueltas a una plaza y recordar películas de terror sobre teléfonos en habitaciones vacías. Una vez más las páginas de la historia nos atravesó como un rayo y nos descubrimos todos necesitando como generación encontrar en el otro un tiempo que es nuestro; nos pertenece porque aún creemos en la construcción de un mundo un poco más habitable. Una vez más necesitábamos afirmar que el Estado te asesina, y que la democracia en Latinoamérica es una dictadura disfrazada. Con el caso Maldonado todos entendimos como fue que la Dictadura tuvo tanto apoyo civil. Realmente no necesitábamos convertir a uno de nosotros en mártir; una suerte de leyenda moderna. Todos acá sabemos que aún no hemos aprendido a disparar directo al blanco, ejecutar a sangre fría es una construcción que precisa un alto grado de convicciones nada sencillo de lograr para aquellos que no creen en la revolución armada. Ya no quedan grandes historias entre nosotros, sólo un puñado de desgracias embaucadas en un instante final. Qué vemos en el otro: un viajero más girando en el sur. Mi generación entiende a la perfección qué significa esto último. Es por eso que una sola muerte puede en un marco político decadente convertirse en Operación Masacre 3.0.
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Toda muerte es política. Nacer es una fatalidad absurda, pero estamos acá, y si no fuera porque algunos hicieron música o simplemente otros escribieron La Revolución, no le encontraría demasiado sentido a este viaje inmundo que es la vida. Vivo en un país donde la cara del muerto define la miseria con la que se escribe. Con la misma miseria que se legitima la pila de cadáveres que cayeron en democracia. Realmente la lista es larga, son suficientes nombres como para creer que mañana el próximo podrías ser vos. La nostalgia se codifica en un rosario de muertos, y da un poco de vergüenza estar aquí sentado frente a una máquina de escribir, aun sabiendo que eso también es una especie de fatalidad aun si uno pudiera consolarse con la idea de que es una fatalidad que sirve para algo. El poder descuartiza la carne haciendo la jugada de las urnas. Alguien habla en los parlantes y nos dice, a modo de consejo: no sueñes sueños peligrosos que pongan en jaque lo establecido. Tú sensibilidad, generosidad y compañerismo pueden terminar en el fondo del río. Podría escribir ahora mismo un ensayo sobre la depresión sin épica, pero hay demasiado olor a muerte; los forenses tienen sus horas de fama en la televisión. Jóvenes y viejos creen tener algo para decir cuando en realidad están siendo traducciones mal redactadas; y así todo se vuelve oferta del mes. Hablemos de cómo se construyen las noticias
que construyen hechos que construyen agenda política y social, montado sobre el dolor real de un par de personas –casi siempre casi inocentes– que a nadie realmente importan. Es preciso traer acá algunas palabras de Jean-Paul Sartre: “La función del escritor consiste en obrar de modo que nadie pueda ignorar el mundo y que nadie pueda ante el mundo decirse inocente”. Podría haber comenzado estas líneas escribiendo “Yo tuve un hermano. No nos vimos nunca pero no importaba. Yo tuve un hermano que iba por los montes mientras yo dormía” y convertir un poema en tierra sagrada. Realmente me encuentro destruido en la selva. Estamos inmersos en la peor selva que pudiera existir, donde el más fuerte se come al débil y ya. Ante esto sólo queda abrazarnos y salir a cazar a la bestia, si es que aún te interesa la palabra libertad. El 1 de agosto entre las 11 y las 12 del mediodía una horda de gendarmes irrumpió en la lof de Cushamen disparando balas de goma y plomo a mansalva, antes de quemar objetos pertenecientes a las familias. En aquellas circunstancias muchos integrantes del movimiento Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) corrieron hacia el río, a unos 100 metros al este de la comunidad. Entre ellos, Santiago Maldonado. La mayoría alcanzó a cruzar las aguas y así ponerse a salvo. Santiago no pudo hacerlo. Santiago viajó por Argentina, Uruguay y Chile. Aprendió a hacer tatuajes en Chiloé para ganarse la vida en la feria de El Bolsón. Vivía en una casa humilde, con lo básico. La única guerrilla que realizó fue tratar de ser feliz en un mundo adverso y en armonía con la naturaleza. El lugar que pisó Santiago ya es tierra donde anida la tristeza. Tras 80 días de búsqueda e incertidumbre se encontró el cuerpo en el río Chubut y se pudo confirmar algo ante tanta desolación: Santiago apareció, está muerto. El cuadro es de una fuga dramática, en la que sonaban los disparos, algo que se prueba claramente en las filmaciones, se verifica con los cartuchos recogidos en el lugar y en la grabación en la que uno de los gendarmes reconoce “les dimos corchazos para que tengan”; “tengo uno, tengo uno”, “hay uno flotando, tres nadando” son evidencias de la persecución y el hostigamiento. Los datos que están fuera de la discusión son que la muerte de Santiago se produjo en el marco del operativo ilegal de
la Gendarmería, con los efectivos hostigando a los mapuches, no en la ruta sino dentro de su territorio. La instrucción del Ministerio de Seguridad no fue actuar preservando la vida y la integridad física como prioridad sino “combatir contra el terrorismo”, que en verdad no eran sino siete mapuches y Santiago, totalmente desarmados. Por alguno de los audios de los gendarmes hay sospechas de que los uniformados vieron a Santiago en el río y no hicieron nada. Esa hipótesis llevaría a una acusación de abandono de persona, casi equivalente al homicidio. Los casos de desaparecidos en democracia están directamente vinculados con el accionar represivo estatal que se produce por las denominadas fuerzas de seguridad, fundamentalmente dirigidas a los sectores populares. El camino por justicia frente a esta nueva muerte en manos del aparato represivo del Estado va a ser largo, quienes luchan y obtienen pequeñas victorias judiciales lo saben. También saben que la única forma de lograrlo es mediante la movilización, la lucha y el repudio constante a un Estado que no hace más que encubrirse así mismo. Por eso, la noticia de Santiago, un joven que no sobrevive a una protesta obliga a salir, a sacar el miedo de los cuerpos y, sobre todo, a no desmovilizar. Quizás no haya nada más peligroso que la quietud frente a un Estado asesino, que mató en dictadura y también lo sigue haciendo en democracia. El Estado es responsable. El Estado argentino nunca dejó de reprimir —si es que alguna vez no lo hizo— tras la dictadura cívico-militar. El calendario avanza, cambian los personajes, pero las modalidades siguen siendo las mismas: persecución, desaparición, tortura y muerte. La represión, orientada durante el genocidio a los militantes políticos, obreros, estudiantes, entre muchos colectivos, con la llegada a la democracia se reconfiguró. Los sectores más vulnerables fueron el objetivo predilecto de la represión estatal que con el pasar de los años se volvió cada vez más sistemática y cotidiana. La represión también se hizo presente en democracia para desmovilizar, criminalizar y matar la protesta social: Dario Santillán, Maximiliano Kosteki, Carlos Fuentealba, Mariano Ferreyra y, ahora, Santiago Maldonado son sólo algunos de los nombres que señalan a un Estado asesino. ● │
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Nuestro amo juega al esclavo de esta tierra que es una herida que se abre todos los días a pura muerte, a todo gramo. -Violencia es mentir-
▪ por Osvaldo Kraft ▪ cámara: Guillermina Walsh
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EL INFIERNO ESTÁ ENCANTADOR La violencia, justificada desde el gobierno y legitimada desde los medios masivos, representa una de las piezas más peligrosas del tablero, con resultados que pueden ser catastróficos contra los derechos humanos.
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or momentos, parece que no alcanzan las horas para la velocidad de los acontecimientos. Al cabo de unos días, los trabajadores y las organizaciones sociales copan las calles de la Ciudad de Buenos Aires en rechazo del paquete de reformas; Cristina jura en el Senado; los senadores prorrogan la reforma laboral pero dan media sanción a la previsional; el gobierno rinde exámenes de crueldad y profundiza la ofensiva contra las comunidades mapuches; en Bariloche se reúnen los viceministros de Finanzas para darle forma al G20; el Ministerio de Seguridad resuelve que los policías pueden desconocer la orden de los jueces; en la Marina intentan resolver el misterio del submarino mientras esperan la lapicera que tacha y descabeza mandos; la Oficina Anticorrupción presiona a los magistrados para que actúen en causas ligadas a la corrupción; el gobierno presiona a los magistrados para que actúen avalando la represión; los jueces presionan al gobierno embargando y citando a empresarios cercanos; la sentencia de la causa Esma III dicta históricas perpetuas que incluyen al Tigre Acosta y a Alfredo Astiz; en la misma sentencia quedan absueltos el ex secretario de Hacienda de la dictadura, Juan Alemann, y otros cinco imputados entre los que hay pilotos de la muerte y un policía de la Federal.
El gobierno sufre el apuro para cumplir con los compromisos. Alardeó con el reformismo permanente. Pero la reforma laboral se le trabó en el Senado. Sacaron la previsional. En las calles unidad para marchar a fin de año. Justo cuando están los viceministros de Finanzas en Bariloche. Diciembre de 2018 es la gran fecha. El salto al mundo. Por eso, la Patagonia es la región convulsiva. Agitan la inseguridad: amplifican y refuerzan los operativos. El sonajero de inversiones necesita exhibir tierras calmas en el sur. Controladas. El gobierno desoye cuidadosamente todas las advertencias y sanciones de organismos de derechos humanos. En los frentes urbanos y los frentes rurales se aplican diferentes movimientos. Pero la misma orientación. Carpetazos amenazadores a dirigentes sindicales o extorsión a las provincias para que firmen el Pacto Fiscal. El terreno de la política, idas y vueltas con el poder judicial hace mover la máquina y presiona. Suelta la violencia represiva cuanto mayor sea el marco de condiciones dadas. Corre un poco más allá la línea. Cabe todo: protestas, piquetes, tomas, cortes, hordas anarquistas, rejuntes gremiales, células armadas. Lo que interrumpa los flujos. El aval para el uso de la fuerza. La necesidad de orden. A cualquier precio. │
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El Gobierno Nacional logró aprobar la Reforma Previsional en un clima con olor a muerte, una gran porción del País quedó una vez más sentenciado a tener que salir al golpe ante un proyecto aprobado que no significa otra cosa que dañar los derechos de los sectores más vulnerables del pueblo argentino. En consecuencia el escenario nacional termina en un cúmulo de descontento social, represión feroz y autoritarismo. El tablero se mueve rápido y las movilizaciones toman cada vez más protagonismo contra el ajuste. Otra vez Diciembre y el país con masivas congregaciones a lo largo y ancho del territorio argentino. Desde cacerolazos y manifestaciones, cortes de calles y puentes, hasta el Paro general de las centrales obreras, cientos de miles de personas expresaron claramente el rechazo al ajuste. El resultado es el que ya conocemos: entre gases, palos y piedras, fue aprobado sin legitimidad, el ajuste a jubilados, pensionados y beneficiaros de asignaciones familiares. Las fuerzas de seguridad como no podía ser de otra forma realizaron un trabajo represivo en la plaza de los Dos Congresos y sus alrededores donde se estima que se reunieron unas 500mil personas. Los enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de la Policía y Gendarmería arrojaron cientos de heridos y detenidos, incluido dirigentes, diputados y periodistas. Luego fue el turno del hostigamiento judicial: allanamientos y persecución de los detenidos. Esa ostentación de la violencia, justificada desde el gobierno y legitimada desde los medios masivos, representa una de las piezas más peligrosas del tablero, con resultados que pueden ser catastróficos contra los derechos humanos. Recordemos algunos momentos del Gobierno Nacional que van a pasar a la historia: las terribles muertes en manos del Estado de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, la desaparición del submarino ARA San Juan, la escandalosa y poco fructífera reunión de la OMC y los datos de encuestas cada vez más alarmantes que reflejan –entre otros aspectos– que la mitad de los niños del país viven en hogares pobres. En un clima de aumento del desempleo, deterioro del salario,
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del consumo y de la previsión social, el malestar y la protesta se hacen realidad. La reacción del poder se limita a proyectar una pretendida imagen de “autoridad” a través de los medios monopólicos que instalan el “show del orden” mientras el gobierno implementa la represión de las protestas sociales. Pedirle al Gobierno Nacional que cambie de orientación es un poco ingenuo: está determinado por esa misma orientación, dirigida a “insertar a la Argentina en el mundo”. Es decir a encajarla en el esquema de globalización asimétrica y de concentración capitalista ejercido y disfrutado por los núcleos abroquelados en las grandes plazas financieras. Siguiendo esa vía en algún momento la copa de los beneficios de los privilegiados se derramaría y su contenido empezaría a derramarse sobre los que menos tienen… siempre pasó lo mismo, la fiesta de los ricos la pagan los pobres. Es necesario decir que el sector que perdió el gobierno en las últimas elecciones presidenciales está sediento de poder, y necesita de toda movilización hacer un caos, necesita demostrar que el País se equivocó en no elegirlos, esto último es real, simplemente porque están cayendo a causa de la corrupción que atravesó el país durante 12 años. Es falso que el Kirchnerismo trabajó pensando en los destinos del pueblo, los ejemplos son innumerables, el pueblo harto de la impunidad y el saqueo otorgo crédito para que el impresentable de Macri llegue a transformarse en Presidente de La Nación. El problema es que nadie eligió a Macri, el contexto y la polarización con un Kirchnerismo en ruinas lo encontró con grandes posibilidades de tomar los destinos del País, una vez más: El problema es que nadie eligió a Macri, lo que se eligió fue ver a Cristina y compañía en la cárcel. Ahora la batalla es ahí, en ese punto de inflexión entre dos grupos de poder, entre dos mafias organizadas que trabajan en pos del enriquecimiento ilícito, diferentes modales, mismo modus operandi. El resto de las banderas políticas, dispersas y camufladas se han encontrado sin mayores alternativas que continuar negociando su estadía por un poco de poder, ninguno quiere estar lejos del diablo. Acá no sólo el alma se vende, los ideales también y se paga bien.
La capacidad de movilización no asombra a nadie, es simple: aún queda instrumento público en la caja chica del Kirchnerismo. Es sabido el alto nivel de hipocresía con la que dialogan (tranzan) con otros espacios políticos, a eso algunos llaman cintura política, que no es ni más ni menos que un hecho histórico en donde se trabaja en sintonía por reunir fuerzas junto a otras banderas para tomar el poder y luego devolver favores. Mientras que del otro lado la Alianza Cambiemos junto a los grandes medios y los intereses capitalistas se esmeran con vehemencia en reconstruir un espíritu de cambio, algo que nunca existió ni existirá; en el medio de esta guerra por el poder quedamos los mismos de siempre. Los que resistimos el avasallamiento que ejerce el gobierno de turno. El tema de la Reforma fue tomado con oportunismo, hipocresía y demagogia por la mayor parte de la dirigencia política y social (e incluso buena parte de la sociedad civil) el tema de las jubilaciones es demasiado sensible. Ni siquiera los medios más oficialistas se animaron a justificar la “reforma”, dado que sus audiencias rebalsan de jubilados e hijos de jubilados que deben comer y medicarse. Ganan poco. Alimentos y remedios ocupan los primeros renglones de los indicadores inflacionarios.
La oposición no se salva del absurdo. Nadie presentó alternativas al proyecto oficial. Sólo hubo quejas fáciles, supuestamente ideológicas, y especulación con los tiempos del debate o no-debate. Mientras Policías y Gendarmería combatían con fervor a la masa popular (en gran parte financiada con dádivas de la oposición, principalmente por el Kirchnerismo) que los enfrentaba con armas caseras y piedras. Por cierto, todo esto ha de pasar, como pasaron otros episodios muy desafortunados en nuestra historia. Un día el orificio del embudo se cierra del todo, como otras veces. El pueblo, los sectores humildes y los medios y todos, se darán cuenta de la parodia, de la estafa, de que nos hemos caído en un pozo y hay que salir. Al final, el sentimiento de Nación no nos es ajeno a los argentinos, porque en esos momentos volvemos a cubrirnos por una bandera y un destino común que nos condena a alguna solidaridad. ● Sobre el autor: Osvaldo Kraft, nació en San Juan, conocido por poseer un acento agitador, aprendió a escribir a temprana edad leyendo un libro sobre la resistencia de los réptiles, aún hoy cree que los dinosaurios continúan reproduciéndose. Conserva un lenguaje corrosivo, signo que lo caracteriza como uno de los mejores escritores de la posmodernidad.
“TODO PRESO ES POLÍTICO” Patricio Rey
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REVISTA REDNU REVOLUCIÓN // Montañas de Papel
“Crezcan como buenos revolucionarios. Estudien mucho para poder dominar la técnica que permite dominar la naturaleza. Acuérdense que la Revolución es lo importante y que cada uno de nosotros, solo, no vale nada. Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionano.” Ernesto Guevara
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AMIGO VUELVE A CASA PRONTO 98
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[PODRÁN CORTAR TODAS LAS FLORES, PERO NUNCA TERMINARÁN CON LA PRIMAVERA.] ▪ por Osvaldo Kraft ▪ cámara: Archivo Ernesto Guevara
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l 14 de junio de 1928 nacía en la ciudad de Rosario, Argentina, Ernesto Guevara de la Serna, más conocido como el “Che”. La toma de la ciudad de Santa Clara por las tropas bajo el mando del comandante “Che” marcó la victoria de la Revolución Cubana entre finales de 1958 y principios de 1959. En la isla ocupó todos los cargos posibles, Comandante de las Fuerzas Armadas, Ministro, Presidente del Banco Central. Y aún así, optó por su vocación misionera y fue a actuar en el Congo, en África y luego en Bolivia. Guevara llegó a Bolivia en noviembre de 1966 para encabezar un movimiento de liberación que se conoció como La Guerrilla de Ñancahuazú y que pretendía extenderse por el cono sur latinoamericano. Existen lugares que por encontrarse en sitios remotos, poseer climas inhóspitos o por no disfrutar de ciertos servicios públicos, no son atractivos para muchas personas. La Higuera es uno de ellos. Lugar a donde llega quién realmente tiene un interés auténtico en conocer. Un camino largo, de tierra, entre montañas, en el cual las curvas vienen una atrás de otra en un eslabón cuya pendiente es pronunciada. Un clima seco que produce surcos tanto en la piel como en la tierra, lluvias sólo en un mes del año, el mismo mes en el que se puede conseguir alguna fruta. El sol parte el día en dos, toda actividad al aire libre se debe hacer antes de las 11 de la mañana o después de las 4 de la tarde. Agua, hasta apenas iniciada la tarde y luz eléctrica no hay. Un pueblo polvoriento más de esos perdidos en la nada, a casi unos dos mil metros, al cual nadie hubiese conocido si no fuera porque allí, en la escuela del pueblo, fue asesinado una de las personalidades más trascendentes del siglo XX: Ernesto “Che” Guevara.
El viaje entre Valle Grande —la ciudad más cercana— y La Higuera son unas largas tres horas donde el sol es omnipresente, interrumpido por ciertos pueblitos, entre ellos Pucará, autodenominada “la capital del cielo” que deja ver, tanto en su escudo como en la comisaria, la mundialmente conocida fotografía del hombre de la estrella que el fotógrafo cubano Alberto Korda capturó en la Plaza de la Revolución de La Habana. Llegar al lugar es como un viaje en el tiempo porque allí aún se percibe esa atmósfera especial que recuerda los años de la lucha. A 20 metros de la plaza del pueblo se encuentra el Museo Comunal “La Higuera”, construido sobre la demolida escuelita donde el lunes 9 de octubre de 1967, luego de recibir la orden desde La Paz y Washington, las balas del Sargento Mario Terán atravesaron primero el antebrazo y el muslo de Guevara para luego, en una segunda ejecución después que el mismo Che le ordene que “apunte bien”, perforar el cuello del líder guerrillero. El reloj marca que faltan 15 minutos para la 1 de la tarde, el Che se está desangrando cuando ingresa el sargento Bernardino Huanca, quien le da un puntapié que lo coloca boca arriba y, a menos de un metro de distancia, le dispara a quemarropa directo al corazón. Una hora antes, lo habían sacado afuera del lugar para tomarle unas fotos. Muchos vecinos del pueblo tienen aquel recuerdo. Allí, dentro de esa habitación hoy no hay más espacio libre en las paredes. Como si se tratara de un santuario de alguna deidad pagana, numerosos mensajes, agradecimientos, fotos, banderas, palabras pululan en los muros, donde aún retumban en las paredes como un eco infinito las últimas palabras del “hombre más completo del mundo”, según Sartre: “Póngase sereno, está usted por matar a un hombre”. │
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Nadie en el pueblo o en la zona sabía quién era el Che Guevara. Un pueblo en donde aún hoy no hay televisión, radio, diarios, ni internet, ni señal de celular, ni un transporte interurbano. Las novedades del mundo no se desayunan en este extremo de Bolivia. Con esto podemos imaginar cómo eran las noticias hace medio siglo. Todo el pueblo, en el Abra del Picacho, había escuchado los rumores: en esta zona, enclavada en el valle boliviano, unos extranjeros estaban enfrascados en una guerra de guerrillas. Pero ese 26 de septiembre de 1967, nadie estaba para cuentos, sino que para festejar a la Virgen de las Mercedes, patrona del pueblo —sí, la misma Virgen de Guadalupe que el cura Hidalgo y Costilla levantó como bandera en la lucha por la independencia de México—. La fiesta llevaba varios días y el esposo de María Barón Espada, una campesina de 25 años, estaba con una tremenda resaca. Por eso, aquella mañana, alrededor de las 8.00, la mujer le preparó cuatro huevos para intentar revivirlo. Pero en eso comenzaron a desfilar varios guerrilleros enfrente de su casa, de adobe y arriba del monte. Uno de ellos le llamó especialmente la atención y le preguntó quién era. “Yo soy el Che Guevara, soy médico, y si me dejan en paz puedo curar a la gente de aquí”, respondió.
María Barón, ahora de 75 años, sigue viviendo en el Abra del Picacho, un caserío justo encima del poblado de La Higuera. “¿De dónde viene?”, insistió la mujer. “Venimos pasando, cazando monos y loros para comer”, comentó Ernesto Guevara, que había llegado a Bolivia a fines de 1966, plena Guerra Fría, para crear un foco guerrillero con la idea, nunca confirmada, de llevar su lucha a Argentina, o bien para crear columnas que se esparcirían hacia el resto de Sudamérica o para liderar una “escuela de guerrillas”. En cualquier caso, a esa altura el Ejército boliviano junto a los Estados Unidos, en pleno régimen del general René Barrientos, lo tenía prácticamente cercado. ¿Empezaba un nuevo Vietnam? se preguntaba el Che en su diario ante la confirmación de la intervención norteamericana en el combate. En su diario, el propio Che resumió así su situación a fines de septiembre: “Debiera ser un mes de recuperación, y estuvo a punto de serlo, pero la emboscada en que cayeron Miguel, Coco y Julio malogró todo y luego hemos quedado en una posición peligrosa. Tuvimos pequeños encuentros en que matamos un caballo, matamos e herimos un soldado y Urbano se tiroteó con una patrulla y la nefasta emboscada en La Higuera”.
“EL FUTURO ES NUESTRO” Che Guevara
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A esa altura, la guerrilla había soltado todas sus mulas. La idea era alcanzar Río Grande, a unos dos kilómetros en línea recta por la Quebrada del Churo (o Yuro), de no muy frondosa vegetación. El 7 de octubre, cuando la guerrilla llevaba 11 meses en Bolivia, el Che escribió en su diario: “Una vieja, pastoreando sus chivas, entró en el cañón en que habíamos acampado y hubo que apresarla. La mujer no ha dado ninguna noticia fidedigna sobre los soldados. A las 17.30, Inti, Aniceto y Pablito fueron a la casa de la vieja que tiene una hija postrada y una medio enana; se le dieron 50 pesos con el encargo de que no fuera a hablar ninguna palabra, pero con pocas esperanzas de que cumpliera sus promesas”. Eso fue lo último que apuntó en su bitácora. De todos modos, fue el campesino Peña quien dio aviso y pronto las tropas al mando del capitán Gary Prado irrumpieron en las tres quebradas donde se encontraban los guerrilleros. El capitán boliviano capacitado por inteligencia yankee se lanzó y dio curso a una operación de bloqueo y registro en la Quebrada del Churo, con 70 soldados. En una falla geográfica justo donde la quebrada da una vuelta, Prado montó una ametralladora, un mortero y seis soldados. Los guerrilleros estaban embotellados. De pronto, unos 15 metros más allá, ya pasadas las 9.00, Prado escuchó: “¡Mi capitán, aquí hay dos!”. —¿Quién es usted?, preguntó Prado. —Soy el Che Guevara. No me maten, valgo más vivo que muerto. Entonces, Prado pidió que amarraran a un árbol al Che y a un guerrillero de nombre Willy. Al rato, Guevara le solicitó una venda para curar una herida, ya que había recibido un disparo en su pantorrilla derecha. También pidió cigarrillos, pero como eran muy suaves, les pidió a los soldados unos marca Astoria, más fuertes. “¿Puedo tomar agua?”, le dijo el Che al capitán. “Y le pasé mi propia cantimplora, porque pensé que podía echarle unas pastillas y suicidarse”, cuenta Prado. El Che llevaba una mochila, dos morrales, una carabina M-1, una pistola alemana calibre 9mm sin cargador, una olla con cuatro huevos, su diario, varios rollos fotográficos sin revelar y dos libros.
El Che y Willy subieron a duras penas desde la quebrada hasta un sendero y por la tarde llegaron a La Higuera. Esa noche, Prado ordenó que un subteniente vigilara al Che y él mismo sostuvo largos diálogos con él. “Le dije que un tribunal de Santa Cruz lo juzgaría”, dice Prado. “¿No puede dormir, capitán?”, le preguntó el Che. “No es fácil después de todo lo sucedido. ¿Y usted tampoco duerme?”, replicó Prado. “No, ya he olvidado lo que es dormir tranquilo”, respondió. En La Paz, todo era nerviosismo. El comandante Joaquín Zenteno estaba al mando y a La Higuera se habían desplegado más hombres, entre estos el agente de la CIA Félix Rodríguez y un helicóptero. La mañana del 9 de octubre, Barrientos dio la orden de matar al Che. El soldado Mario Terán fue el encargado de dispararle. “Apunte bien, que va a matar a un hombre”, sentenció el Che. La carabina automática M2 de Terán disparó una ráfaga contra el Che y el disparo mortal se lo habría dado en el corazón un subteniente de nombre Carlos Pérez. En La Higuera y Vallegrande aún se comenta que también recibió un disparo en el cuello. El cadáver del Che fue puesto en una camilla, la que fue amarrada a una de las patas del helicóptero. Pasadas las 13.00, el Ejército informó que el guerrillero había “muerto en combate”, teoría que luego se les haría difícil de sostener y que generó que todo Vallegrande esperara su arribo. Por la tarde, a las 17.00, el cuerpo llegó al poblado. El cadáver fue llevado al Hospital Nuestro Señor de Malta. Ese día, la enfermera Susana Osinaga estaba de turno y le encomendaron lavar el cuerpo del Che. “Recuerdo que tenía una bala en el pecho. No tenía sangre en ninguna parte. Le hemos sacado toda su ropa, lo lavamos con jabón y lo secamos bien con una toalla. Le hemos puesto un pijama nuevito, lo hemos arreglado en la camilla y se quedó ahí. Le hemos cortado su cabello y su barba. Parecía Cristo”, cuenta Osinaga. La limpieza del cuerpo ha sido considerada como el mayor error cometido por el Ejército boliviano en conjunto con los Estados Unidos en su afán por exponer el cuerpo como señal de triunfo. Ello, porque desde ese momento transformó a un revolucionario derrotado en un mito. │
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A la mañana siguiente, el 10 de octubre, el cuerpo fue expuesto en la pequeña lavandería del hospital donde el fotógrafo francés Marc Hutten saca las famosas fotografías del Che muerto con los ojos abiertos. No sólo lo fotografiaron, sino que cientos de personas desfilaron para verlo, entre éstas Aída Rivera, de entonces 23 años. “Estaba con su chamarra, despeinado. Daba la impresión de que el Che la miraba a uno”, cuenta. Fue el médico José Martínez, uno de los que practicaron la autopsia, quien confesó, borracho, a un grupo de periodistas, que Guevara había muerto asesinado a tiros. En medio de este ambiente de conmoción y ya entrada la madrugada, el cadáver del Che desapareció. Fue enterrado de noche el día 11 en la más completa clandestinidad, en un terreno eriazo cerca del autódromo del pueblo. Algunas fuentes sostienen que intentaron quemar el cadáver, pero les fue imposible. Recién 30 años más tarde se encontraron los restos del Che. Pero esa es otra historia. Luego de esa famosa foto en “La Lavandería” al Che lo llevan a la morgue y le cortan las manos antes de ser enterrado en una fosa común ubicada en los alrededores del cementerio de Valle Grande junto a otros 6 guerrilleros, permaneciendo allí en secreto por años. Hasta que en 1997 alguno de los militares desmintió la versión hasta ese momento sostenida por el ejército boliviano de que el cuerpo del Che había muerto el 8 de octubre, que sus restos habían sido cremados y sus cenizas regadas por el Rio Grande. En la actualidad, en donde estaba esa fosa común tiene lugar el “Mausoleo del Che” junto con un interesante museo con fotos, réplicas del diario del Che y de su vestimenta, además de mucha información histórica. ● Sobre el autor: Osvaldo Kraft, nació en San Juan, aprendió a escribir a temprana edad leyendo un libro sobre la resistencia de los réptiles, aún hoy cree que los dinosaurios continúan reproduciéndose. Escribió una plaqueta de poemas “Los navíos del sur” y renunció a más de un trabajo, simplemente porque la rutina no es para él. Conserva un lenguaje corrosivo, signo que lo caracteriza como uno de los mejores escritores de la posmodernidad.
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“El hecho de que se banalice la figura, de que se comercialice, es un objetivo claro para que no sea referente de los jóvenes. Es parte del capitalismo: no solamente se comercializa el Che. Todo lo que puede dar un dinero, hay alguien que lo utiliza para tener ganancias. Entonces se juntan las dos cosas: el objetivo de banalizarlo y el objetivo de que no sea referente para que la gente no se ocupe de ver qué pensaba, de leer sus escritos. Que quede una figura ahí arriba una figura trillada por el negocio”.Juan Martín Guevara Lleva 15 años de diferencia con el primogénito de la familia y publicó el libro ‘Mi hermano, el Che’, “para humanizarlo”.
“El Che sigue jugando un rol importante, pero hay que reconocer que el símbolo del Che es diferente en cada país. La imagen del Che en una bandera de un partido de fútbol en Europa no es lo mismo que su imagen en la camiseta de un minero que protesta por sus derechos en Latinoamérica. Por desgracia, hay algunos que tratan de separar la imagen de la historia. Uno de nuestros objetivos es encargarnos de ese tema”.Camilo Guevara Camilo se dedica a proteger el legado del Che y se asegura de que las palabras de su padre, y no sólo su retrato, sean recordadas en todo el mundo.
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COMÍ COMO BESTIA Una vez me dijiste que apagara la luz, no te querías ver desnuda.
▪ por Andrés Nocte
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e matan cada día, me comen las tetas. Lavo y jabono todo lo que la poesía ha manchado y siempre pierdo, la cruel poesía la tiene siempre enorme y por sujetarme junta, me aprietan y me toleran. Los pobres comen mi grasa, los poderosos juegan a resbalarse con ella, pero la poesía siempre me pone la pata, es que tiene un pelotón de académicos sufí que grita en las aulas, que no, que no entre ese bicho. Porque lo mío no dice nada, porque lo mío entra en el plano de lo miserable. Y en la miseria no hay amor, hay odio. Y el odio es negro, es villuca, es sudaca y no es rubio andrógino. Porque sí, fui colocada en las bandejas, repartida como aparatito de museo y el día que decidí matarme por mi misma me colgaron en los ministerios de la crítica para lentamente olvidarme. Dije que no muchas veces y nunca escucharon lo que de mi salía, salía mugre, roja mugre que esparcí en las caras jetonas de los que nunca me dieron amor, sólo me dieron sobra, viruta de hueso, tripa de un amor que creí digno. Que nunca me sacó una sonrisa. Que nunca me llevó al parque a la luz de todas y todos porque era gorda, porque era un monstruo, porque para el morbo de la noche yo servía, pero nunca para un domingo en familia. Tuve que hacerme mierda así, creyendo que se podía transformar el cuento azul o al menos conformarme con la entrega de mi culo monstruoso, porque a la poesía la conquisté montándome en el porno. Le gustaba bañarme en orines, le entretenía lastimarme, como dicen las madres, como esperan las madres que lo hagas en la habitación secreta del noviazgo, no tendrán piedad de tu cuerpo, porque así funciona el amor. Y funciona en los interminables territorios de la poesía donde también el hombre conquistó con su palabra ecuménica y santa. Tuve que dejarme arrancar la lycra como una burra, tuve que complacer todos los episodios de una cabeza más oscura que el odio. Yo lo confundí con poesía. Lo que me mató no fue ni la poesía ni la confusión, lo hizo mi mano, mi mano regordeta y pequeñita que hundió y hundió hasta encontrar el nervio. Me fui como en una marea donde van a parar todos los peces muertos y mordisqueados. Es que no quiero ser un elefante, es que quiero ser una mujer gigante que desborde las ciudades con el flujo
de la felicidad. Eso que me vendieron, eso que la educación me mostró apenas pisé el sistema, la felicidad de las tarjetas, de los buenos deseos, del beso de la paz en las iglesias, eso que está en las fotografías. El hombre, los hijos, la casa, el auto. Y allá, a lo lejos, encontrarme yo amasando pan, un pan redondo y blanco que sangra rojo porque nunca supo encontrarse en este revoltijo que llaman corazón. Porque la poesía lo nombra de cualquier manera pero nunca lo nombra exacto, ni mucho menos muerto. Es que siempre lo tuve, pero baleado desde niña, mi mamá hubiera invertido en tijeras y tijeras para rebanarme la carne, para quitarme la cara de puta golosa. Pero nunca hubiera invertido en un hilo para coserme el tajo de mi corazón. Y mi papá que fue buen lector, sí, tuvo siempre la falda ocupada con grandes ediciones, nunca pudo cargarme, no era bonita, era inmensa. Me comía cuadernos enteros para comprender las técnicas, conseguir el novio, conseguirlo. Y aprendí a chupar como dulce de damasco todo lo que los novios piden a sus novias, la dulce pija del amor, el redondo, el que se cree que es exacto para todas nosotras. Y cuando terminé de mamar me dijeron ellos que no, que conmigo no. Y muchas veces me quedé con la bombacha rota y la boca llena de mierda. ¿Es así como se escribe una verdura canción de amor? Porque toda la época pop también me la mamé, porque todas las posturas sexuales de baile también las practiqué y nunca sirvió. Nunca supe medir bien cuándo entregar, cuándo decir que no, mis amigas flacas del trabajo creen que depende del tiempo, que un hombre depende de tiempo. La que debe esperar es una. Y todos los calzones mojados deben ser lavados con jabón blanco para que no se note la inmundicia amarilla que supuestamente queda cuando no es amor. La calentura no es habilidad de la poesía, no. Porque la poesía siempre fue tibia para asuntos urgentes, siempre fue leche cortada para denunciar, siempre tuvo la pija mala para embocarla. Sí, pensé en probar con lesbianas. Nunca me dieron un beso profundo, un abrazo abierto como el de una osa bañada en miel caliente, la mujer con la que estuve me llamó, me escribió, me sacó de paseo y cuando yo le tuve que responder –también te amo– no me salió de la boca. Me gustaba todo, eso pero lo ˃ ˃ ˃ ˃ │
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˃ ˃ ˃ ˃ cierto es que me gustaba siguiendo un patrón de despecho. No pude. Lo que buscaba era un buen muchacho que aguantara mis atracones, que aguantara mis emociones. Y la dejé esperándome con un beso enorme de agradecimiento en la frente. Algunas veces la veo y me cuenta que sigue intentando. El amor también es lucha pero con una espada tan blanda como la poesía todo lo que se intenta pasa a ser ridículo. La noche que decidí matarme todo me parecía una mierda y pensé en todos los intentos que una no hace para que se corte la diarrea. Pero claro cuando me cayó la ficha también cayó el peso de la cuchilla sobre mis venas. Y después vinieron las sirenas y los parientes, y los novios que tuve, y las compañeras de trabajo, y los buenos muchachos del barrio, y las lesbianas amigas de la que fue mi novia. Y la que fue mi novia regresó a decirme en ese momento que era hermosa, que era tremendamente hermosa cuando había estado a segundos de liberarme de todo este mal cuento que es la poesía de lo tremendo. Lo cierto es que en todo ese cachivache de suicidio una decisión más me salió mal. Lo mal que me salió devorarme toda una vida de episodios poéticos, patéticos, de canciones de amor, de cuentos que hablan de lo maravilloso que es tener un hombre. Parecía un artefacto roto. Me encontré más desnuda que nunca
“SIN PATRONES POÉTICOS QUE DEFINAN LA HISTORIA DE NUESTRO CUERPO.”
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como si toda la grasa me sobrara de tanto padecerla y por padecerla resplandece enormemente. Y ante eso me vi dañada, con los tajos llenos de historia. Y la enfermera que no podía con la manilla de la camilla y el médico que dijo que aquí no se atienden vacas. Nunca pensé que intentar no significa hacerlo por otro. Y es cierto eso que dicen las revistas que un amigo activista lee, una es hermosa cuando se ha visto desnuda sin patrones poéticos que definan la historia de nuestro cuerpo. Pero una tan tonta, tan queriendo encajar en esa masacre estética del amor y del sistema. Siempre quedándose en el atracón de lo no hecho, de lo no intentado. Yo no quiero ser un monstruo, que no, quiero ser una monstrua pero de aquí en más una monstrua hermosa. Ni cabida ante la finísima poesía que sigue batiendo records de malos amores, de malos relatos. ● Sobre el autor: Andrés Nocte es un escritor emergente, ha pasado por el ámbito académico estudiando letras y eligió el activismo disidente para poner impronta a sus textos. Actualmente Andrés cursa la Carrera de Estudios Teatrales de la UNSJ. Ilustración Adams Carvalho
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ste listado contiene pensamientos y actitudes de machismo de izquierda. Algunas mías; y otras que he visto en distintas personas.
¿Cuándo soy, entonces, un machista de izquierda? Cuando siempre tengo preparado el término “burgués”, “pequeñoburgués”, “liberal” y “posmoderno” para descalificar al feminismo que me incomode, corresponda o no la caracterización.
EL MACHISMO DE IZQUIERDA ▪ por Danilo Castelli
Cuando coincido con la gente de derecha en preguntar “¿por qué feminismo y no igualismo?”, lo cual indica que ni siquiera me importa el tema para hacer una búsqueda en google pero me siento amenazado o desplazado por un movimiento que pregona la libertad y el poder para las mujeres. Cuando minimizo o rechazo las luchas feministas diciendo “el verdadero problema es el capitalismo” (y de esa manera demuestro mi ignorancia sobre cómo se articulan capitalismo y patriarcado y sobre la influencia reaccionaria que tiene el machismo sobre la clase trabajadora). Cuando coincido con la derecha en naturalizar la heteronormatividad y los roles de género. Cuando no puedo dejar pasar la ocasión de decir “el verdadero problema es de clase” cada vez que se dice algo desde una perspectiva de género.
« Cuando minimizo o rechazo las luchas feministas diciendo “el verdadero problema es el capitalismo” (y de esa manera demuestro mi ignorancia sobre cómo se articulan capitalismo y patriarcado y sobre la influencia reaccionaria que tiene el machismo sobre la clase trabajadora). »
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Cuando, así como los machistas de derecha quieren negar el patriarcado al buscar ejemplos de mujeres que agreden hombres o falsas denuncias o situaciones donde los hombres sufren más que las mujeres, yo busco situaciones de feminismo burgués o blanco o misándrico para justificar que la izquierda no tiene nada que aprender del feminismo. Cuando soy muy revolucionario hablando de capitalismo y socialismo pero me convierto en “pragmático y realista” hablando de machismo y feminismo.
Cuando digo que el socialismo no tiene nada que tomar del feminismo porque “la cuestión de la mujer” ya estaba planteada en algún texto socialista de siglos pasados. Cuando en vez de escuchar a una compañera para aprender, espero a mi turno para hablar. Cuando digo que como el socialismo está contra toda opresión no hace falta ser feminista. Cuando hago “mansplaining”, o sea explicarle de manera condescendiente a una mujer lo que ella ya sabe (a menudo, interrumpiéndola), asumiendo que sin mi explicación no caza una. Cuando cometo “gaslighting”, es decir, manipular el sentido de realidad de una mujer, poniendo en duda su memoria, percepción o cordura, porque no dice lo que yo quiero escuchar. Cuando solo veo al machismo en sus manifestaciones más visibles y explícitas (feminicidio, trata, violencia doméstica, violaciones, discriminación laboral) y me niego a verlo en sus manifestaciones más sutiles (acoso sexual callejero, inequidad en el reparto de las tareas domésticas, microviolencias, violencia simbólica). Cuando denuncio con fuerza los actos de machismo cometidos por burgueses, políticos, figuras públicas y hasta dirigentes de otros partidos pero me hago el distraído sobre el machismo en mi clase social, en mi laburo, en mi organización. Cuando solo denuncio el machismo y la homo/ transfobia de políticos, empresarios, comunicadores, policías u otros agentes directos de la opresión y nunca interpelo al machismo de los varones de clase obrera en general, ni el de mis compañeros de partido en particular. Cuando descalifico las luchas feministas que me molestan apelando al “feminismo de antes” o haciéndome el erudito sobre el “feminismo de la tercera ola”.
Cuando creo que la solución del machismo pasa únicamente por realizar ciertas reformas institucionales y un poco de “concientización”, y excluyo la revisión de mis privilegios masculinos y mi propia autotransformación. Cuando intelectualizo las discusiones desde un lugar de “objetividad científica” como excusa para no empatizar con el punto de vista “demasiado subjetivo” de las víctimas del machismo. Cuando le doy más valor a mis opiniones sobre el género y la diversidad sexual que a las experiencias de mujeres y gente LGBT. Cuando la juego de “escéptico” como excusa para no investigar concretamente sobre el tema ya que… ¿quién necesita datos si ya tiene LA teoría revolucionaria? Marx, Lenin, Bakunin, entre otros, ya dijeron todo lo que había para decir sobre la emancipación humana. Cuando ridiculizo las reivindicaciones feministas/LGTB por “exageradas”, sin hacer el mínimo esfuerzo por ponerme en el lugar de las personas marginadas. Por ejemplo cuando se minimiza el acoso callejero o la falta de libertad de parejas gay a darse muestras de afecto en público porque no son reivindicaciones “obreras”. Cuando ante un caso de acoso sexual callejero me fijo la clase social de víctima y victimario para decidir si lo repudio o no. Como si el acoso callejero de un obrero a una mujer de “clase media” fuera un episodio más de la lucha de clases y no de la violencia machista… Cuando demuestro incomodidad y me pongo hostil ante la crítica radical del machismo, tomándome todo a personal y diciendo cosas como “yo no tengo la culpa de siglos de opresión”. Cuando todas mis posiciones sobre el tema están diseñadas para no quedar pegado a la derecha, pero sin que eso implique un compromiso real de mi parte.
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Cuando me creo con el derecho de emitir cualquier opinión ignorante, prejuiciosa, y paranoica sobre temas de sexo-género, y tomo la actitud de hablar sin estudiar ni investigar ni preguntar lo que se critica. Cuando investigo solo lo suficiente para aprenderme algunos términos (como “feminismo de la tercera ola”) y aparentar erudición con el objetivo de conservar mis opiniones previas. Cuando señalo el hecho -verdadero- de que hay machistas en las organizaciones de izquierda porque sus miembros también vienen de la sociedad capitalista y patriarcal a la que combaten, pero lo hago para justificar ese machismo en los compañeros y no para arrimar mi hombro a la tarea de desafiarlo y erradicarlo. Cuando digo “después de la revolución vemos”. Cuando ante una expresión de odio y de ira por los asesinatos y el discurso que minimiza la violencia hacia la mujer y la gente LGBT, me pongo desde un lugar progre a dar sermones del tipo “esa no es la manera, hay que educar”. Total, yo no soy quien debe convivir con la impotencia y con la tristeza de pertenecer al grupo vulnerado. Cuando pongo más énfasis en criticar al feminismo por cómo comunica sus ideas que a la cerrazón mental machista de la mayoría de los varones, producto de privilegios y no sólo de “ignorancia”. Cuando me enojo con las propuestas de discriminación positiva o cupo para mujeres y gente LGBT y las rechazo con argumentos meritócratas que creo no-burgueses (idoneidad, esfuerzo, lucha). Cuando, desde mi comodidad como mayoría simbólica, rechazo las medidas de cupo femenino en la política diciendo “que haya más mujeres en la política no va a mejorar la situación de las mujeres trabajadoras”.
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Cuando me quejo “me discriminan por ser hombre” porque las mujeres tienen espacios propios donde no se permiten hombres, negándome a entender por qué ni para qué los necesitan. Lo mismo con “me discriminan por ser hétero” en referencia a espacios exclusivamente LGBT. Cuando hago ultimátums para optar entre lucha feminista y lucha de clases. Cuando digo que el estudio de teoría feminista y su aplicación para la transformación personal y de las relaciones sociales son cosas de “clase media acomodada”. Como si el grado de embrutecimiento mental y emocional de la clase obrera fuera un rasgo plebeyo a glorificar por lxs revolucionarixs. Como si la violencia en las relaciones familiares y de pareja sumada a la violencia al distinto nos quitase un montón de energía para la lucha por nuestra liberación. Cuando doy rodeos intelectuales con muestras de erudición para esquivar planteos que me interpelan personalmente. Todo esto no es ningún secreto. Lo han vivido muchas mujeres, gays, y gente trans: no hay nada más parecido a un machista de derecha que un machista de izquierda.
Sobre el autor: Danilo Castelli se define como porteño de nacimiento, le encanta la literatura como entretenimiento pero también como formación. Su autor favorito es Karl Marx. Por lo universal de su mirada y su capacidad de integrar distintas teorías, dice, y aclara que no desconoce sus limitaciones pero es el autor que más lo influyó.
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Seré la tríada completa o no seré, el padre abriendo sus brazos el hijo acuclillado la paloma muerta. Seré el trapecio sosteniendo al acróbata por la corbata. Seré Marx, Engels y Lenin sentados tomando el té. Seré quien masturbe tú Freud, sin piedad una y otra vez. Una y otra vez, hasta que la tríada se vuelva pájaro.
INÉDITOS
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Ailén López San Juan, 2017
Sonido de estallido a cincuenta metros
Que tus manos poetizen mi piel Que caigas lascivamente en mí Que me tatúes Munch en la lengua Hasta llegar al epíteto de tu dedo Michel Angelo Que despellejes ángeles con tus piernas Que trastornes mi boca Hasta volvernos pútrea carne transpirando Tabaco y silencio. Que acabemos en el lomo de un camello o en el montículo de ropa sin planchar Que acabes en mí bebiéndome los ojos Como prefieras Pero no acabes Conmigo.
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Cuando un país entra en guerra sus animales lo están, y sus plantas y sus flores y los huesos de sus antepasados. Aún ubicado en la montaña, el país se ahoga de tanta sangre de tanta sangre de tanta sangre que se escapa de su vientre.
BIO Ailén López nació en San Juan en los noventa. En Mendoza realizó estudios en Publicidad. Desde muy joven escribe poemas y cuentos, ve en la poesía un espacio de creación, catarsis; de encuentro con uno, con el mundo, con las historias en pretérito condicional pasado. La selección consta de escritos con imágenes metafóricas donde la palabra, como debe ser, galopa libre.
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“Vamos Caminando” Es un pequeño registro analógico de retratos y paisajes que conforman la vida cotidiana del interior de nuestras tierras, más específicamente del norte argentino, reflejando las raíces, el amor y respeto a la madre tierra. En está ocasión comparto, cuatro instantes detenidos de mi paso por Jujuy durante el verano de 2015. Romi Front
“siestas tucumanas”
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“no hay nada mejor que casa”
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“el que no arriesga no gana”
Sobre el autor: Romi Front, oriunda de las calles de tierra del conurbano sur bonaerense, turista en la ciudad de la furia. Testigo omnisciente de las oscuridades más profundas del ser humano y de la infinita grandeza de la naturaleza, detiene las agujas del reloj para no morir en la velocidad de los tiempos modernos. Oráculo ojos abiertos al sol. Soñadora a flor de piel. Fundamentalista Analógica, perdida en el siglo.
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“desafiando a la muerte” │
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“Me llamo Raymundo Gleyzer. Soy un cineasta argentino y hago films desde 1963. Todos tratan sobre la situación social y política de América Latina. Trato de demostrar que no hay más que un medio de realizar cambios estructurales en nuestro continente: la revolución socialista.”
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LLEVAR EL CINE A LA GENTE. LIMITAR LOS DEBATES ABSTRACTOS Y ENCARAR OTRA ETAPA. PONER EL CUERPO Y MANTENERSE FIRME, LLEVARLA A CABO, PASE LO QUE PASE.
▪ por Santiago Schneider
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sta consigna tan breve pero contundente funciona como bandera para la ideología y el pensamiento de Raymundo Gleyzer. Bajo esta voluntad de realismo crítico, desarrolló su tarea. Siendo consciente que desde diferentes sectores lo atacarán de simplista y reduccionista. No le importó. Los tiempos urgen, y hay que actuar. Sabe que la claridad del mensaje no implica ni representa menor rigurosidad artística en el contenido. Todo lo contrario. La elección del relato y la narración de un estilo “clásico” en función de un mensaje llano, era la propuesta a trabajar pero sin desmerecer la belleza ni la complejidad formal del mismo. Esto lo tenía claro: en el arte lo bueno perdura. El asunto era y es, sin tantos rodeos, llegar de la forma más directa a ese hombre común que cumple día a día con una rutina alienante. Había que llegar superando los límites propios del artista o intelectual pequeño-burgués. Y ésta sí que era una dura tarea, un gran desafío. También de todos los días. Entendió que como cineasta debía romper con la vocación individualista y autosuficiente innata de todo artista, y más aún del artista de cine culto. Había que proyectar el trabajo colectivo. Acto seguido añadió: “Quién pretendiese realizar un cine revolucionario o que intente romper las estructuras de dominación actuales, debía actuar bajo la contención de una organización política, un partido que luche por la toma del poder”. Más que nunca consideraba vital e indispensable que las discusiones intelectuales estuvieran focalizadas y proyectadas en post de un proyecto político concreto. Revolucionario. De lo contrario, estos discursos formarían parte de la vasta literatura superflua que se escribía a diario. Y eso no le importaba. No era el momento.
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El 27 de mayo de 1976 Raymundo Gleyzer fue secuestrado por un grupo de tareas de la AAA (Alianza Anticomunista Argentina). El Centro Clandestino de Detención El Vesubio, es el último destino conocido de Gleyzer tras su secuestro. Una vez más la dictadura intentó silenciar a uno de los más talentosos y coherentes referentes del cine social latinoamericano. Raymundo Gleyzer nació en Buenos Aires en 1941. Creció en el seno de una familia de actores de origen judío, y de joven se interesó en la fotografía y en la política. Estudió cine en la Escuela de Bellas Artes de La Plata, y dejó los estudios para viajar al nordeste brasileño a filmar su primer cortometraje, La tierra quema (1964). Trabajó como cronista y camarógrafo para el noticiero Telenoche de Canal 13, programa para el que produjo entre otras Nota sobre Cuba y Nuestras Islas Malvinas (elegida como el impacto periodístico del año 1966). Dirigió films etnográficos, como Ceramiqueros de Traslasierra(1965) y Pictografías del Cerro Colorado (1965). Trabajó junto a Jorge Prelorán en Ocurrido en Hualfín (1966) y, tras varios años de viajes por Europa, llegó a México para filmar su primer largometraje: México, la revolución congelada (1971). El documental fue prohibido en la Argentina, y logró estrenarse recién en 1973. Su compromiso político lo llevó a unirse al PRTERP, partido articulado en la izquierda revolucionaria que se identificó con los ideales de la Revolución Cubana. En 1971 dirigió Swift, comunicado filmado de una acción exitosa del partido que tomó estado público: el secuestro del cónsul inglés y su canje por comida y mejores condiciones laborales para los trabajadores del frigorífico. Más tarde dirigió Ni olvido ni perdón, film urgente sobre un hecho que marcó simbólicamente el comienzo del terrorismo de Estado en la Argentina: la fuga del penal de Rawson y la Masacre de Trelew, el 22 de agosto de 1972.
RAYMUNDO GLEYZER
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EL CINE ES UN ARMA Raymundo Gleyzer creó el grupo Cine de la Base como forma de “colectivizar la inteligencia”. Conformado por Juana Sapire, Alvaro Melián, Nerio Barberis, Alberto Vales y Jorge Santa Marina entre otros, el grupo produjo su película más ambiciosa: Los traidores (1973). Se trata de una ficción basada en hechos reales que disecciona el funcionamiento de la burocracia sindical a través de la transformación de un líder obrero en un sindicalista corrupto. La película que desafiaba los tabúes políticos de la época fue exhibida en festivales internacionales, pero proyectada en condiciones de clandestinidad en sindicatos, fábricas, comedores y barrios humildes. Hoy es considerada como una obra cumbre del cine político latinoamericano. Durante años Raymundo Gleyzer fue recordado y reivindicado como periodista... así figura en las listas del Nunca Más. Ese recuerdo fue justo pero también cómodo, porque ante todo Gleyzer fue cineasta y como tal eligió colocar su forma de hacer cine en el centro de algunos de los antagonismos argentinos más urticantes. En 1971 el cineasta argentino Raymundo Gleyzer tenía detrás suyo media docena de documentales premiados, varios institucionales, un merecido prestigio como periodista televisivo y un largometraje polémico, México, la revolución congelada, rodado en México, compaginado en Estados Unidos y prohibido por censura argentina. Así como otros cineastas políticos del período sumaban su actividad, de modo clandestino, a la de organizaciones peronistas, Gleyzer decidió unirse al FATRAC o Frente de Trabajadores de la Cultura, una iniciativa del PRT-ERP. En una carta a un amigo mexicano, fechada el 15 de septiembre de 1971, Gleyzer expuso con claridad su idea de lo que debía ser el rol del cineasta militante y las diferencias que lo distanciaban de sus colegas peronistas:
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“Creo que el cineasta no es ninguna unidad en sí mismo y que plantearse un cine concientizador tiene su mérito, pero más lo tiene cuando el cineasta como revolucionario se incorpora a una estructura revolucionaria. No creo en el cine revolucionario, creo firmemente en la Revolución. Aquello del Che con el escritor conflictuado viene muy bien al caso: “Comandante”, le dijo el intelectual. “Soy escritor. ¿Qué puedo hacer por la Revolución?”. Che: “Yo soy médico...”. De allí que aunque totalmente de acuerdo con las postulaciones de Getino y Solanas (en general y no en particular) no me interesa tanto el elemento cultural que pueda irradiar una obra tercermundista sino su instrumentación política, con la Revolución, desde dentro de la Revolución. Pero, ojo: no la Revolución en abstracto, la Revolución que nos gustaría, sino la que uno, como ser humano, hace. O te juegas entero por la Revolución Socialista o te dedicas a realizar un cine tercermundista y andas escribiendo tu idea sobre lo que hay que hacer, sin hacerlo personalmente. Getino y Solanas, desde su óptica peronista, niegan en los hechos la lucha de clases en Argentina. Y sólo sacan a relucir su papel de brazo cinematográfico de Perón, que, como tal vez tú no sepas, es un viejo decrépito que desde Madrid imparte las más diversas y variadas y contradictorias órdenes a sus seguidores (el 70 % de la población). El hecho de que Getino y Solanas apuntalen la `estrategia’ de Perón, con su política pendular, no es sino una evidencia más de la poca confianza que tienen en la fortaleza del proletariado argentino y su capacidad de crear”. Sobre el autor: Santiago Schneider es periodista especializado en cine. Participa de la web Family Game, para la cual hace crítica de películas y conduce un programa de radio vía web. Trabajó en las revistas La Mosca En La Sopa y en la escuela de crítica El Caleidoscopio.
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EL LADO OSCURO DEL CORAZÓN ▪ por Leandro Lopardo
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esbordado por una soledad incesante y obsesionado con encontrar a la mujer que “vuela” intenta tener todas las relaciones que estén a su alcance. Perdíendose en un mundo donde sólo el protagonista (Dario Grandinetti) es parte, se desarrolla esta película, intrínsecamente intelectual, narra los días de Oliverio Fernandez, un poeta de aproximadamente treinta años quien vive de forma itinerante en hoteles, en los que rara vez paga la cuenta. Su verdadera preocupación no es ganar dinero y llevar una vida ordinaria, sino que tiene una peculiar afición por la muerte, quien se encuentra personificada (Nacha Guevara). La parca aparece en todo momento atormentando a Oliverio para que lleve una vida de acuerdo a los cánones tradicionales pero él se resiste constantemente ya que pretende encontrar la manera de “vencer a la muerte”.
Oriental Oliverio tendrá que lidiar con un amor no correspondido, una prostituta (Sandra Ballesteros) que conoce en “Sefiní”, un cabaret uruguayo.
El film cuenta con una poesía extraordinaria oriunda de las tierras del rio de la plata (ArgentinaUruguay), que serán los dos escenarios geográficos donde se desarrolla la pelicula. En la Banda
Un factor fundamental de la historia pasa por la falta de madurez que Oliverio muestra constantemente, la cual según él, le otorga de alguna manera la inspiración para escribir y llevar una vida
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Más allá de que su trama es interesante, tanto Oliverio como los demás personajes que van surgiendo en la película, un artista plástico, un profesor de literatura y el dueño de un carro parrillero otorgan atractivos puntos de vista que van desde el drama a la comedia. En varias ocasiones se recitan versos de poetas conocidos -Juan Gelman y Oliverio Girondo-, la mayoría citados por Oliverio. En este terreno el film cuenta con la participación de Mario Benedetti quien recita algunos versos en alemán. Todo esto combinado con una banda sonora muy intensa y dramática.
cine Arg coproducción de Argentina y Canadá 1992
sin demaciadas preocupaciones. El protagonista sostiene dos universos el suyo donde la muerte lo acecha permanentemente y el de la realidad con la cual le cuesta trabajo convivir. Acerca del director Eliseo Subiela, se podría decir que es la esencia del largometraje, ya que su particular sentido de la realidad y el desafiante modus operandi que llevan sus películas, lo hacen un director excepcional con gran originalidad, con una gran carga artística y representativa en sus obras; además claro de la carga emocional y significativa. ●
Sobre el autor: Leandro Lopardo, porteño, 27 años, estudiante de Comunicación, y en una humilde opinión escritor amateur y cinéfilo empedernido.
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LOS RÍOS DE LA VIDA
ROMA
▪ por Leandro Lopardo
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entro de los límites de una pasividad inexistente se desarrolla esta obra cinematográfica, con tintes sumamente teatrales, esta historia realiza desfasajes temporales continuamente trasladando al espectador al alba y al ocaso del protagonista Joaquín Goñez (Juan Diego Botto- Jose Sacristan). Goñez es un escritor solitario y alcohólico que ha perdido el apetito pasional que alguna vez lo caracterizó, sin embargo, y ya cercano a la vejez, intenta plasmar en el papel retazos de su vida, que se ven atestados por el recuerdo de su madre Roma (Susu Pecoraro). En medio de esta vorágine espacio-temporal (España-Argentina) que plantea el film en la que se recorren más de cinco décadas, no se pueden dejar afuera los eventos sociales, políticos y económicos que marcaron esta época en la Argentina, pasando por regímenes dictatoriales hasta la fuerte crisis económica y social que abordo a la Argentina a principios del siglo XXI. El film transcurre en varios escenarios cargados de una gran carga emocional para el protagonista, donde en cada uno se forjaron partes
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de su carácter: su hogar de la infancia, el Colegio Ingles y la librería de Smirnoff (Marcos Munstok) que marco su adolescencia en pleno proceso dictatorial. La construcción cinematográfica en si misma desdobla y deja ver poco a poco las desgracias y desamores del personaje, que en paralelo ve en Reneé (Marcela Klosterboer) un amor platónico. Esta gran obra ofrece al espectador un guión excepcional, que con su poesía y sufrimiento refleja fielmente la decadencia de Goñez, replegado en España desde hace más de treinta años en los cuales a conseguido triunfar en el mundo literario pero, lamentablemente, hace rato ha perdido la inspiración que lo empujaba a escribir. “Mi abuelo era un libre pensador, un anarquista de fin de siglo, a mi tío le puso Ateo Bruno Argentino, Bruno por Giordano Bruno el discípulo de Copérnico que fue al que quemaron los de la Inquisición. Mi vieja iba a ser Roma Italiana pero no se porque se quedo solo en Roma, pero no una Roma papal y bautismable sino una Roma italiana, anticlerical y del futuro”. Joaquín Goñez.
EL ABRAZO PARTIDO
coproducción de Argentina y Colombia 2012
▪ por Leandro Lopardo
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arrio de Once, conquistado desde hace décadas por la colectividad judía que fue encontrando la forma de sobrevivir en el país por medio de la actividad comercial. Narra la historia de Ariel Macaroff (Daniel Hendler), hijo de un matrimonio judío distanciado por una guerra y un engaño. De hecho Ariel que se haya llegando a los treinta años, aún no conoce a su padre, quien luego de luchar en la guerra decide radicarse en Israel y dejar a toda su familia en Argentina. La relación inexistente entre Ariel y Elias (Jorge D´elia) —su padre— genera en el protagonista un rencor muy grande hacia él, que se ve puesto en jaque cuando Macaroff (D. Hendler) pretende sacar el pasaporte polaco para así recorrer Europa y de alguna forma escapar de sus ansiedades. Toda el film se muestra complementado con la participación de las otras familias y propietarios de la galería que luchan día a día, para
continuar con sus negocios en una época de crisis para el país. Se desprenden los chismes, los amores, las traiciones de propietarios que llevan una relación de hermandad entre ellos unidos por la religión y el comercio. La música es muy original colocando como pistas principales diferentes canciones de repertorio judío tradicional. La película cuenta con un escenario barrial, muy tradicional a la zona, cargada de elementos cotidianos que le dan gran simpleza, bien aprovechada para resaltar las costumbres porteñas. Daniel Burman, el director, es un excelente cineasta, que suele brindar historias emotivas donde el sentimiento de pertenencia se convierte en lo único que importa, resaltando siempre las relaciones y lazos familiares, sobre todo en la comunidad judeo-argentina. Se intenta reflejar una figurita repetida en boca de los argentinos durante la crisis del 2001, la posibilidad de mudarse a Europa como forma de progreso. ● │
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TV FHÜRER
▪ por Fabiola Bertuchelli
LADO B
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ra obvio que The Beatles nunca iban a andar con su estrellita europea en un país bananero como el nuestro. Faltaba menos, imagínate el eslabón perdido de músico que es (como todo baterista) Ringo Starr en un bodegón de Once; terminaba baqueta de tanto tragar el descanso de los pibes que paran en la plaza. O a George Harrison en el Docke sin mapa y con el tour roto en un viaje para cargar combustible a su estupidez. Qué país de mierda, pero resulta que nadie se hace cargo, ni yo. Mandarse el espiche con bombos y redoblantes de que venían The Beatles sólo se le podía ocurrir a la lagartija de Romay. Ese tano hijo de una tana hija de puta (orgulloso creador de la T.v. basura), se encargó de tener en vilo a todo el pueblo, que de tanto escuchar al mafia de Palito Ortega, no tenía ganas ni de coger. Imagínate: lo más disparatado que podías curtir en los pedorros ´60 de este embudo de mierda que se llama Argentina era escuchar a los virgos de Club del Clan o al micro pene de Sandro, que encima hacia unas pelis de mierda. Claro que si te alejabas un poco de la farándula y te perdías podías amanecer de la galera sin entender un comino, pero con la certeza de que te había gustado. Porque en aquellas épocas los quilombitos, esos que te deschaban el cerebro burgués y pone patas para arriba tus apostólicas creencias eran pocos, poquísimos. El tema era zafarse.
Y UN DÍA LLEGARON... La historieta fue así: La Lagartija vendió la merza de que los nenes malos de Liverpool llegaban en unos días. El pescado pudrió los pasillos fritos de cuanta redacción había, y la expectativa fue en alza hasta que unos días previos a la supuesta llegada Romay como si nada comunicó en su programa de Canal 9 que a raíz de unos inconvenientes y no sé qué más no llegaban los de Liverpool, y en su lugar tocaban The American Beetles (si, con doble e). Si las bandas tributo que tanto proliferan hoy en día, bajo el rótulo de “homenajes” merecen en mi opinión desprecio y antipatía, estos charlatanes eran los reyes del fraude musical. Lo único que les tarareaba su estúpido cerebro belicoso a estos yanqui eran las balas de plomo
que descargaron a cuanto vietnamita suelto encontraron en la selva de no sé dónde. Estos expertos en fusiles y metralletas no entendían nada de música. Muchos nos decepcionamos cuando en el pajerisor aparecieron estos cuatro personajes; era como que te anuncien a Chaplin y aparezca Carlitos Balá preguntando qué gusto tiene la sal... Nosotros buscábamos una faena más picante, un chimichurri que nos deje del orto. Ni hablar del botonaje mediático que se hizo un festín. Encima estos parásitos insufribles se dieron el lujo de llenar el estadio de Huracán. Todo el boludaje que no sabía qué hacer con su aburrimiento se engalanó hacia La Quema a sabiendas de que todo era un chamuyo. Caretas de alma que sólo querían ser parte del
circo de mierda pero luminoso que proponía la vedetonga del momento (algo así como lo que pasa hoy con ese rey patricio del márquetin que es el Indio). Tiempo después se pudo ver al Lagartija Romay entrevistado con el bombonazo de Juan Castro reconociendo como si nada la opereta que se mandó allá por los ´60. Yo si era Castro le rompía la trucha, ahí mismo, delante de toda la gilada. ● Sobre el autor. Fabiola vivió los gloriosos ´60 cuando el mundo parecía arrancar hacia algo mejor, posee de hecho algunos recuerdos que la incitan a seguir en el ayer. │
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Una sala con techo alto, el sonido de cientos de pares de zapatos lustrados que van y vienen por el largo pasillo, donde hay un codo que oculta la boleterĂa, miles de sueĂąos, gente que se encuentra, otros tantos se desencuentran, el inicio de un viaje y el fin de otro. El andĂŠn, el vapor, el olor a aceite, el voceo del vendedor de diarios quien canta noticias de ayer. De todo eso, hoy nada. De todo ese movimiento hoy tanta estaticidad. De todo ese tanto y hoy tan poco pero con tanta magia. Mauricio Ferrer
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Vestigios Sedentarios
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Una cámara que cambió la historia de la fotografía, del arte y de la vida.
▪ por Abril Pávlov
El ritual era sencillo: se apuntaba al objetivo, se disparaba apretando al botón y la película, acompañada por una ruidosa arcada, salía como una lengua negra de las tripas de la cámara. Luego, llegaban los 60 segundos de espera, que a veces resultaban eternos, en los que parecía brotar de la nada la imagen que había captado la Polaroid. Un momento que también se perderá en el tiempo... Una cámara que cambió el curso de la historia de la fotografía, del arte y de la vida cotidiana de millones de personas de todo el mundo. “Polaroid inventó la primer técnica que se saltaba el cuarto oscuro, ofrecía una imagen inmediata y totalmente documental”, dice el artista Joan Fontcuberta, cuya obra ha estado estrechamente ligada a una técnica que supuso una revolución por dos motivos: el aspecto lúdico de la cámara: es un juego de manos. Y por otro, la gran privacidad que permitió al hacer fotos únicas que nadie más tenía por qué ver. Para Fontcuberta el fin de la Polaroid forma parte del “darwinismo tecnológico”. Lo curioso fue que al acabar con esa magia alquímica del cuarto oscuro, la Polaroid ofrecía algo totalmente inmediato y documental. Era una imagen absolutamente carente de trampas y de trucos. Era una cámara capaz de dar el testimonio exacto de nuestra vida. Fue en 1944 cuando cambió el rumbo de la historia de la fotografía. La hija de Edwin Land, el creador de las cámaras Polaroid, se quejaba de que en verano tenía que esperar demasiados días para ver las fotografías de sus vacaciones. El invento no se hizo esperar. “Fue como si todo nuestro trabajo hasta entonces sólo hubiese sido una preparación para lograr el proceso de una fotografía seca en un sólo paso”, escribiría Land en un reportaje de época.
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Polaroid Land, por Edwin Herbert Land. Algunos investigadores se dedicaron a experimentar el método de fotografía instantánea, es decir, especularon con la posibilidad de revelar la película en el interior de la cámara fotográfica, en lugar de la cámara oscura (laboratorio). La fotografía instantánea se hizo realidad en 1947, con la cámara Polaroid Land, basada en el sistema fotográfico descubierto por el físico estadounidense Edwin Herbert Land.
David Hockney logró con la cámara instantánea un diálogo con su propia pintura. Los mismos paisajes frente a frente. Andy Warhol (que también adoraba el juego de otra reliquia del pasado: el fotomatón) tomaba hasta 60 polaroids de sus modelos antes de retratarlos. Luego escogía cuatro de las instantáneas y las mandaba al laboratorio. De ellas se quedaba con una, la recortaba y la manipulaba, hasta, finalmente, ampliarla y serigrafiarla.
Este revolucionario invento añadió a la fotografía el atractivo de conseguir fotos totalmente reveladas pocos minutos después de haberlas tomado. El modelo más popular, la S-X 70, llegó en los setenta. En 1972 la revista Life le dedicaba una portada. El título: “La cámara mágica”. Los actores más populares la anunciaban, era una cámara alegre. En definitiva, era algo que nadie podía perderse. En manos de Andy Warhol (que realizó miles de retratos con ella) se convertiría en otro icono pop.
En los años setenta, Polaroid envió su popular S-X 70 y cajas y cajas de película gratis a una leyenda de la fotografía: Walker Evans. El fotógrafo que había retratado como nadie los rostros de la Gran Depresión (retratos del sistema capitalista realizadas en 1935 y 1936) ya era un hombre mayor, divorciado y de salud frágil. En sus manos, las pequeñas polaroids paseaban por un pastel mordido, un buzón o un pobre maniquí. Evans hizo una selección de 120 instantáneas para su libro Polaroids, un elocuente ejercicio de nostalgia documental que hoy representa el viaje sin retorno de un fotógrafo que, obsesionado con la perfección, prefirió despedirse con un guiño a la belleza de lo imperfecto.
Polaroid dejó de fabricar en 2007 su cámara instantánea ante el auge de las digitales. A partir de mediados de los años noventa las ventas millonarias de la empresa habían empezado a caer, hasta que en 2001 se declaró en bancarrota. En 2008 apareció el anuncio del cierre de las fábricas de sus carretes. Ante la oleada de foros (www.savepolaroid.com a páginas especiales en Facebook y otras redes sociales) que pedían salvar la vida de los cartuchos, la empresa dejó abierta la posibilidad de vender la licencia. Empujados por la filosofía de su creador, Polaroid fue además una empresa que desde el principio quiso acercar su invento al arte. “Hay tantas cosas que se podían hacer con una Polaroid, tantas posibilidades manuales”, señala Barbara Hitchcock, una de las responsables de la Fundación Polaroid. Andy Warhol, Helmut Newton, Luciano Castelli, Robert Rauschenberg, Chuck Close, David Hockney, Walker Evans… decenas de artistas buscaron otras formas de expresión con sus polaroids. “Las manipulaban, las recortaban, las pintaban, eran capaces de inventarse mil maneras de trabajar con la película. Hace unas semanas en una conferencia en Nueva York, uno de nuestros grandes fotógrafos, Ralph Gibson, decía que hoy tenemos que hablar de fotografía y de fotografía digital porque la técnica es determinante”.
Land produjo una nueva cámara de color que se convertiría en ícono con el nombre de Polaroid. A diferencia de los modelos anteriores, que requerían la manipulación manual de la película, la SX-70 ofrecía un cartucho de película interna motorizada que manejaba el proceso de revelado de forma automática, expulsando una diapositiva en blanco que poco a poco se desvanecía en la imagen final. Los gastos de investigación y desarrollo de esta nueva cámara comenzaron a pasar factura a la empresa.
El auge digital Aunque Polaroid continuó haciendo cámaras instantáneas en el siglo XXI, el auge de la fotografía digital se comió la cuota de mercado de la compañía. La compañía se trasladó a la esfera digital y suspendió su línea de cámaras instantánea a mediados del 2000. En 2011, sin embargo, la compañía introdujo la Polaroid 300 instant film camera, orientada hacia el mercado de la nostalgia, así como a los usuarios de la cámara primerizos. ● │
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ANDY WARHOL 140│
SIEMPRE ME HA GUSTADO TRABAJAR CON LAS SOBRAS; CONVERTIR LAS SOBRAS EN COSAS. SIEMPRE CREÍ QUE LAS COSAS DESECHADAS QUE TODOS SABEN QUE NO VALEN PARA NADA, PUEDEN LLEGAR A SER DIVERTIDAS. ES COMO UN TRABAJO DE RECICLAJE. SIEMPRE PENSÉ QUE HABÍA MUCHO HUMOR EN LAS SOBRAS.- ANDY WARHOL
▪ por Abril Pávlov.
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ndy Warhol, una de las figuras más polémicas del arte contemporáneo, amado por algunos y considerado un loco extravagante para otros. Definitivamente un genio del arte. Nació en EE.UU en 1930 ya de muy joven siente inclinación por las artes, estudiando en un prestigioso Instituto de artes y nuevas tecnologías. Gracias a ello comienza a trabajar de diseñador, en campos muy novedosos como la publicidad o el marketing de artistas. Pronto da el salto a la creación propia, muy influenciado por la nueva cultura urbana americana, basada en los objetos de consumo o en la imagen de sus célebres estrellas de cine. Crea así un nuevo tipo de arte urbano, de raíces americanas y con base en la Cultura Underground. Son sus célebres trabajos sobre “Sopa Campbells”, o sus serigrafías coloreadas retratando a actores, músicos, políticos, etc, dándoles un nuevo aire de modernidad.
“Lo que poca gente sabe es que debajo del fashion pop se esconde una persona educada y culta, devoto católico y con estudios de diseño, ilustración e historia del arte, sociología y psicología en el Instituto de la Tecnología en Pittsburg; nada mal para alguien que es juzgado como de lo más superficial del arte contemporáneo”
El 25 de septiembre de 1962 realizó su primera exposición individual en Pasadena Museum of Art; posteriormente, se montó la exposición: New Realist, en The Sydney Janis Galery, de Nueva York, la cual sería la consagración del Pop Art, y por consiguiente, el inicio del mito Warhol dentro de la historia del arte. En ese momento cambió rotundamente la apariencia y la personalidad de Andy. Tiñó su cabello de rubio platino y mudó su estudio a la calle 47, en esquina con la tercera avenida en Nueva York, para establecer su estudio conocido como: The Factory en lo que era un edificio industrial, constituyendo, así, un nuevo paradigma en la forma del habitar contemporáneo: el loft. Warhol convirtió su casa en un lugar de encuentro y creación, allí se reunían gran número de artistas, actores y gente influyente, que le abre las puertas de casi todos los museos americanos y también europeos. Otra de sus actividades fue el cine, realizando varios films experimentales y que hoy son objeto de culto de la cultura “pop”. Si existió una figura representativa del Pop, y del arte en general del siglo XX, es, sin duda, la de Andy Warhol. Que más que una imagen clara se convirtió en un mito gracias a su aparición magnificada como una diva dentro del glamour del jet set contemporáneo. El personaje de Andy Warhol adquiere mucho protagonismo más allá de su propia obra, convirtiéndose en un signo estético de la época. │
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Su vida se configura de manera artificial; programa sus apariciones, sus asistencias a fiestas, su vestuario; es el hombre objeto que sueña que todo es fantasía. De la historia de su vida parecía ser un sujeto tímido que no transmitía sus sentimientos, haciéndolo una persona reservada. Su trabajo es egocéntrico y monumental; tratando de formar un taller en su estudio The Factory, para que en éste se trabajara como un gremio artesanal, de la manera en que se desarrollaba en el Renacimiento. Las personas que se involucraban en sus creaciones siempre eran figuras públicas rodeadas de glamour que por ningún motivo pasaban desapercibidas. De esta forma, Warhol continuó la tradición de los pintores retratistas, trabajando en la mayoría de los casos bajo encargo, dándole a su firma el valor de marca registrada. La técnica con la que abordó el retrato era, para algunos, demasiado frívola o banal como para tomarse en cuenta: el mismo personaje elegía la imagen que serviría de base para el retrato en el que, a su criterio, luciera mejor. Exclusivamente se trataban de personajes famosos y con cierto reconocimiento popular (Mao, Marilyn Monroe, James Dean, etc.). Además, existía un afán por aumentar el contraste de las fotografías al máximo, para así eliminar cualquier rasgo secundario. Finalmente, se recurría a la repetición seriada y policroma de la imagen en la extensión total del lienzo.
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Se pueden reconocer en Warhol varios ejes temáticos imprescindibles en la mayoría de sus creaciones artísticas: por un lado, su interés en el sueño como tal retomando algunas nociones surrealistas; y por el otro, se hace evidente el fracaso del sueño americano. (La violencia y la muerte imperantes en el tipo de relaciones que, consciente o inconscientemente la sociedad de consumo propaga, la triste “objetualización” del amor y de los afectos, los símbolos de status, los mitos de las masas estereotipadas, la publicidad). En cuanto a las operaciones en la técnica de representación, Warhol utilizó la repetición y seriación de sus imágenes plasmadas en serigrafía o acrílico en grandes formatos, con un claro y preciso diseño y una casi estigmatizada aplicación del color. En las primeras etapas de su obra utilizaba fotografías de la prensa contemporánea, logrando impresionantes escenas a las que no estaba acostumbrado el ojo del espectador. Las imágenes son arrancadas de su contexto habitual trasladadas ahora al dominio del arte. De esta forma, Andy Warhol hace una descripción y una crítica audaz a los mecanismos de deshumanización que practican los medios de comunicación masivos. En palabras de Warhol: “cuando vemos varias veces una fotografía macabra, termina por no hacernos ningún efecto”, esto logra un estado de indiferencia, propia de la sociedad de consumo.
Mientras el expresionismo celebraba y se relacionaba con procesos ocultos, meditativos y metafísicos; el pop celebraba a las cosas más comunes de la vida cotidiana por medio de la transfiguración. Este proceso, a su vez (irónicamente), le otorgaba un aire trascendental y paradigmático que lo convirtieron repentinamente en la piedra angular del arte y la filosofía del siglo XX. ¿Cuál es, entonces, la aportación de Andy Warhol a la historia del arte? ¿Se debe tomar enserio lo que hacía? La respuesta es sí. Algo que comenzó como una crítica formal al expresionismo, se convirtió en la punta de lanza del fin del arte occidental. Warhol perfiló al sujeto contemporáneo, aquel que dejó el logocentrismo como fundamento principal de su cosmovisión, para volverse más bien en un sujeto múltiple, de perfiles borrosos, mundano y sobrestimulado, consumista, producto propio del American dream. El universo estético se percibe ahora como experiencias puntuales, intensificadas y heterogéneas. Se produce de manera débil y periférica. Rompe el límite entre la vida cotidiana y el arte haciendo que cualquier material pueda participar en la experiencia artística. Definitivamente: gracias Andy Warhol por modificar la forma de ver y hacer arte, por crear nexos insólitos dirigidos a estimular y evocar sentimientos análogos nunca antes experimentados. ●
Libros destacados: Latas de sopa Campbell (1962) Muchachas de Chelsea (1966) Flores (1966) Inevitable plástico que estalla (1966) La filosofía de Andy Warhol (1971) Signo de dolar (1982)
Sobre el autor Abril Pávlov nació en General Roca en 1986. Licenciada en Publicidad y Propaganda. Trabajó para Coca-Cola y asegura que esa gaseosa es veneno. En las noches de insomnio se dedica a interpretar los mensajes que llegan a su antena, trabaja duro en algunos diseños minimalistas que esperan ver luz.
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cómics
SPACE JOHNSTON
▪ por Abril Pávlov
SPACE DUCKS: AN INFINITE COMIC BOOK OF MUSICAL GREATNESS. Johnston editó Space Ducks como banda de sonido para su primer cómic oficial, su primer novela gráfica. Daniel Johnston, logra, quizá de forma involuntaria lo que Joyce por ejemplo siempre buscó, escribir como pensamos. En palabras del músico los “patos del espacio” son un ejército con un armamento espacial muy avanzado que viajan más allá del más allá hasta ¡el planeta de Satán!, donde hay una guerra y ellos destruyen el mundo satánico. El universo de Space Ducks está habitado por personajes habituales en su imaginario: patos y diablos que se enfrentan en una batalla intergaláctica, una clásica y épica historia del bien versus el mal.
Daniel Johnston (E.E.U.U, 1961) icono del rock independiente, artista plástico y paciente psiquiátrico grave, con un diagnóstico de manía depresiva (lo que hoy se llama bipolaridad) y esquizofrenia. El artista que convirtió el sótano de su casa en una factoría de arte para el fin del mundo donde salían cómics, películas caseras y canciones, sobre todo dibujos, ranas oníricas, figuras angélicas o demoníacas, chicas y superhéroes de la Marvel, destacando por supuesto el Capitán América: personajes que rodearon a Johnston en su infancia se mezclan con los creados por él, acompañados a menudo de referencias autobiográficas. Las canciones de los Beatles, un amor que desaparece llamado Laurie y las pastillas hicieron de Jhonston un mundo sensible, capaz de encender un fuego en el fondo del mar. Historias que nos acercan a él pueden descubrirse en el documental The Devil and Daniel Johnston de Jeff Feuerzeig, ahí verán un ser de luz persiguiendo el indómito rayo de una vida al ritmo del rock. Era su forma de enfrentarse al mundo, creando, siempre en movimiento. A Daniel Johnston se lo suele ubicar como pionero del low-fi, el género musical nacido en los ’80 con las grabaciones caseras en cassettes y portaestudios. Su obra artística y su historia se escapan de todos los límites. La música y los cómics siempre han estado relacionados de alguna forma, Daniel Jhonston dedica gran parte de su tiempo a comprar discos y cómics con lo que le pagan en los shows, según dijo alguna vez le pagaban con historietas. Lo que sí se sabe es que Jhonston pasa sus días dibujando y armando canciones, a él le debemos mucho, por eso le dedicamos un par de líneas, creemos que esto es injusto, por eso hoy inauguramos SPACE JOHNSTON, un espacio dedicado a él. Sólo es un recorte sobre la vida de un artista; no podemos olvidar que sus canciones han funcionado de disparador para toda la escena emergente que hoy gira a nuestro alrededor; próximamente escribiremos sobre sus discos y publicaremos sus dibujos.
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ANIMALES DORÁNDOSE AL SOL NATALIA LEIDERMAN EL OJO DEL MÁRMOL 2016
SIN DEMASIADO FUEGO DE ARTIFICIO
nos amamos, sí pero lo decimos pocas veces sin hacer ostentación del brillo levantamos la cabeza para respirar mientras nadamos voraces pero instruidos la masa dulce leva de a poco tomo el té, escribo haikus hago florcitas de papel no hay la urgencia de las grandes ciudades hay un constante acariciar el lomo de un animal perfumado si hay hambre, que espere soy todos los días santa y lenta una trapecista que busca con cuidado el momento preciso para dar el salto.
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INTACTA
LOS MEJORES POEMAS
*** los poemas pensados un segundo antes de dormirme de acabar de morir seguro fueron los mejores
todavía mi brillan los ojos cuando veo el lomo de los animales dorándose al sol todavía me río a carcajadas y a contraluz sueño que monto pájaros gigantes me aferro locamente a sus plumas doradas todavía puedo también deslizarme por la tierra ordenar la casa comerme las flores y nada de lo que pasó importa.
los poemas que arremetieron insectos salvajes cuando menos lo esperaba me cruzaron el cuerpo de lado a lado me abultaron la carne me inquietaron: un gusano brillante en el cerebro la eléctrica voz de un condenado me dijeron estás viva y después plop se disolvieron furiosos en el aire.
BIO Natalia Leiderman nació el 31 de octubre de 1990 en Buenos Aires. Es fotógrafa y estudia Letras en la UBA. Participó en las Antologías de “El Rayo Verde” 2014 y 2015. Tradujo y antologó junto a Patricio Foglia a la poeta norteamericana Sharon Olds (El libro “Salto del siervo y otros poemas” puede descargarse en www.malonmalon.com.ar). Asiste a talleres de poesía de Osvaldo Bossi. Animales dorándose al sol (Editorial El ojo del mármol, 2016) es su primer libro publicado.
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La literatura no sobreviviría sin los lugares mugrientos. Y los escritores tampoco.
BARES INMUNDOS ▪ por Juan Tallón
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a literatura transcurre a menudo en bares inmundos, nada literarios. No tienen wifi, hay cáscaras de maníes en el suelo, nadie escribe versos en sus mesas, el café es normalito, no hay papel higiénico… pero son bares perfectos. Cualquier novela querría tener uno. Incluso Borges, tan literario para todo, no encontró mejor final para El sur que un tugurio oscuro en el que las navajas volaban y los clientes se arrojaban migas de pan. Todo lo que pase en los bares comunes sólo puede ser verdad, aunque sea inventado. El mozo, el olor a sudor, el ruido de la cafetera, incluso los ceniceros sucios, rezuman literatura. Las historias de Raymond Carver, por ejemplo, están llenas de garitos, a menudo vacíos, sin nombre, a los que llegan los personajes después de una discusión familiar. En Vitaminas, el narrador nos habla de un bar de negros con un dueño que viste camisas hawaianas. Algunos clientes llevan la botella debajo del abrigo, piden una Coca Cola
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y la mezclan. De vez en cuando uno le da un botellazo en la cabeza a otro. Se cuenta que una noche siguieron a un tipo hasta los servicios “y le cortaron el cuello mientras tenía las manos ocupadas meando”. Estos son los bares a los que me refiero, oscuros, mugrientos, y algunos días peligrosos. La literatura no sobreviviría sin ellos. Y los escritores tampoco. Hace años, en Santiago, durante una de esas épocas en las que bebes y cada vez estás más sobrio, entré en un bar inhóspito y allí encontré a Paul Auster apoyado en la barra. El autor estadounidense estaba de paso para recoger el Premio San Clemente. Si eso no es literatura… En casi todos sus libros hay un bar sin historia, en absoluto literario, como en el que coincidimos. En La noche del oráculo aparece uno con “el ambiente lleno de humo, las mesas llenas de marcas y las sillas tambaleantes, y el serrín por el suelo”, y en Trilogía de Nueva York se refiere a otro en el que se venden revistas porno.
No tengo nada en contra de los cafés literarios. Me encantan, de hecho. Fui en varias ocasiones al Café Comercial. En una de ellas incluso se me ocurrió el argumento para una novela, que olvidé al salir. Me parece que en los cafés no literarios, sin embargo, pasan las cosas con las que se escriben los libros, como besar a una chica, enamorarte, romper con ese amor, emborracharte y vomitar en el baño. A veces todo en la misma noche. ● Sobre el autor: Me llamo Juan Tallón, soy el traductor de César Aira al gallego. Mi novela La pregunta perfecta aborda los misteriosos lazos que vincularon a Aira y Bolaño, mientras que en Fin de poema narra las últimas horas con vida de Pavese, Pizarnik, Sexton y Ferrater. Soy autor de El váter de Onetti y de Libros peligrosos. Pero en general no sé exactamente de qué tratan mis libros.
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MOSCAS DE BAR ▪ por Bertuchelli y Manuel Gimeno 152│
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a cosa es así: no queríamos embriagarnos de los sutiles espacios cool de happy hour - after hour y toda esa mierda que te venden para que consumas antes de tal hora. Nosotros buscábamos intoxicarnos de los sitios despojados donde van los verdaderos borrachos a vomitar sus odios ( y si no hay odio no hay pasión , y si no hay pasión me quedo en mi casa). Ya instalados en el bar pedimos una cerveza, mientras observamos la tensa calma que ronda al lugar. Porque en cada una de las mesas se esconde una suerte de refugio manso, pero también de tosca resistencia contra las implicancias del sistema. Poca ventilación, una mescolanza de aromas que van desde un whisky fermentando hasta el huevo que se frita. Un compendio de espaldas aburridas miran la Tv, que sin volumen, muestra imágenes sordas y aturdidas bajo el gran parlante que toca cuarteto, cumbia, y sólo maneja la camarera. El ventanal, que ocupa todo el frente del bar, nos devora y ¿será también que nos expone como una silueta peligrosa ante el peregrinaje de seres saturados que van o salen de sus trabajos? Casi que ni nos miramos con los de afuera, no estamos hechos para entendernos, pertenecemos a diferentes planos.
Vertiginosamente y a los gritos nos escondemos de los ruidos de la calle para meternos en la tumultuosa esquivez de un bar. Hastiados del aleteo constante que imprime el deber sobre nuestras sienes ingresamos al caótico-supersensibledistante-apagado y maravillosamente fogoso universo de los bares.
El pequeño lugar se llena y conocemos a Juan que, sin mesa nos encara y pregunta si la podemos compartir. ¿A eso habíamos venido, no? Juan viene todos los días “Es como un trabajo, lo de todo los días, con la diferencia que entro y salgo cuando quiero, pero vengo todos los días” Y es verdad, mientras nos habla, siento la impresión que conoce cada milímetro del bar. De hecho en el transcurso de nuestra charla va a saludar a varios. “Hago de todo un poco, soy multifacético: albañilería, plomería, lo que sea. Hace como ocho años que vengo a este lugar, he visto pasar a todo el mundo por acá, y eso es lo bueno, si bien en general somos los mismos, siempre cae alguien nuevo.” Escuchando a Juan da la sensación que nos habla del bar como una querencia, con ese cariño simplón que se le tiene a las cosas importantes. “Casi siempre vengo solo, es como un recreíto que me doy. Y de vez en cuando comparto la mesa con amigos o desconocidos como ustedes y que sea lo que sea”. ˃˃˃˃ │
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EL TANGO QUE NOS PARIÓ Justo llega el dueño del bar, es un viejo sordo y zorro que negrea a las camareras, ellas de todos modos saben arreglárselas para juntar unos mangos más. El método que utilizan para “cuentear” al viejo lo sacamos de toque, de hecho uno de nuestros compañeros de mesa nos confirmó la tramufia que no contaremos: una porque no somos botones de nadie y otra porque no se nos canta. Además como me dice Fabiola: “es súper saludable que las chicas tengan esa chispa de maldad que las hace indefectiblemente más lindas, y sobre todo si se lo hacen a este viejo”. Hay interlapsos en que nadie habla con nadie. Quizá el griterío interno, ese que nos aturde la cabeza en forma de pensamientos, nos llama al silencio, y no hacemos más que trazarnos por la silueta de su bullicio. También se puede tratar del tango, que justo está sonando, (porque cada vez que llega el viejo sordo y zorro pone tango, y eso está muy bien). Quizá ese lamento convertido en melodía intercepta el ánimo de todos para hacerlo triza. Fabiola me comentaba que cada antenita malograda que somos capta las señales lacrimosas que canta, en este momento, el Polaco Goyeneche; y que sería una pena escucharnos hablar, que nuestras voces no saben lo que dicen.
SOCIOS DEL DESIERTO Seguimos reinventándonos. El vaso se vuelve a llenar y la ruleta parece hacerle un guiño a la causa perdida que nos convoca a conversar entre gritos y risas. El tipo de al lado, que aburridamente nos observa desde hace rato, logra meter un bocadillo en nuestra mesa y se termina uniendo al banquete. Se presenta y nos hace saber que su nombre es Victor (él ya conoce a Juan), pide otro vino y nos invita a compartirlo, esta vez será un Sirah el que acomode nuestro paladar. “Esto es una familia, acabada, pero familia al fin y al cabo” celebra Víctor, alza su vaso y brinda por nosotros,
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por el momento, y por supuesto por el vino. “Vengo cuando me dejan” dice socarronamente Víctor, y agrega su monólogo: “El tema es así: uno arranca con un litro por día y cuando quiere acordar se tomó dos, y al otro día tres y así. Pero esto del vino se maneja. Yo si quiero dejo de tomar y se acabó. Nunca me vas a comparar con los drogadictos que son capaz de hacer cualquier cosa para comprarse la droga. El alcohol no le hace mal a nadie, pero hay que saber tomar”. En la lucha por no apagarnos, nos incendiamos con algún otro trago más y encausamos cualquier pensamiento raro hacia la electricidad del lugar
No estamos hechos para entendernos, pertenecemos a diferentes planos.
que contiene, vibra y repulsa. Llegó ese momento donde las palabras se amontonan, las ideas chocan entre sí y una algarabía agobiante nos derrumba con la idea de que todo termina. Hasta los rostros mutaron en esta resistencia ¿absurda? contra la nada, y contra todo y todos a la vez. Borrachos soñadores que se quedan dormidos en la silla son incómodamente despiertos por alguna camarera. Se hizo de noche. Del sol a la luna, de la luna a la calle, de la calle al dolor. Las compañías no son las mismas, las ideas tampoco. Víctor desapareció y Juan apura el trago mientras asume la posibilidad de pedir otro vino,
cosa que nos dice y aceptamos cansadamente. Las luces de un patrullero que, lentas pasan por el ventanal del bar, ciegan nuestra atención y recordamos que no hay lugar más seguro que éste. ● Sobre el autor: Posdata: nunca diremos ni cómo ni cuándo ni dónde está la estación perdida que nos encontró en ese miserable bar. Sera cuestión de sintonizar la aburrida frecuencia que nos somete a perdernos, para finalmente encontrarnos. Donde sea que estés invitanos una ronda. SALUD! │
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“EL ENCIERRO, ESAS CARAS CONGELADAS, ESE AMBIENTE REALMENTE ME RESULTABA EXTRAÑO”
SITIADOS ▪ por Horacio Fantía
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¿Cuánta transpiración y agite se derraman en un recital? ¿Cuál es el precio del revoltoso bar que te contiene y te da seguridad en el baño? ¿Cómo se mece tú claustrofobia en el teatro? (pero eso no importa porque sabes que es una ficción) ¿Qué pasa cuándo estás en el quinto piso del departamento de tú amigo con 5 gramos de cocaína y una sopa de caras estáticas que te miran y asustan?
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n el teatro, en el cine, en la pizzería la pasamos joya. Comprendemos que todo tiene un final. No vamos a estar de por vida viendo a esos actores eruditos que nos quieren convencer de la existencia filantrópica de ese animal salvaje que se llama Dios. Tampoco esperaremos por siempre la muzzarella que nos acudió. La cosa es simple: todo termina y se recapitula en esa siguiente realidad fascinante que te entrega el vivir. Sabemos que el espectáculo de nuestro disparate acaba, o mejor dicho, sigue su curso en otro lugar; del teatro a la pizzería, de la pizzería a algún espacio sucio que nos regale la calle, y así por las horas de las horas. Marcos, un amigo y tomador empedernido de cocaína, me contaba caminando por calle Rivadavia lo mal que la pasaba cuando se encontraba en un depto. consumiendo: “no importaba si era el de mi novia, el de un amigo o lo que sea, la cuestión es que la pasaba de terror. El encierro, esas caras congeladas, ese ambiente realmente me resultaba extraño. Hasta hace un tiempo iba a tomar a lo de un compañero del laburo que vive en un noveno piso. Nos juntábamos cuatro o cinco, no más de esos y ya, todos juntos en la covacha, como la llamábamos. Digamos que los pibes eran piolas, las minas se prendían para la joda, un ambiente súper sano. Pero yo no me bancaba ese encierro y el saber que toda la obra se iba a suceder bajo el mismo escenario. El tema es que a los pibes le cabía estar ahí, todos amotinados hasta altas horas de la madrugada y yo ni cabida. El balcón del depto. era el lugar en el que más tiempo permanecía”. Mientras preparo unas líneas Marcos me comenta que necesita tomar aire y ver otra cosa que no sean las cuatro paredes de la habitación que nos ahogan. Marcos comienza a hablarme con cierta vehemencia: “Igual era un arma de doble filo, en la dureza del momento uno se creé súperman y puede tirarse al carajo sin atender las consecuencias”.
BALCONES ASESINOS La denuncia de Marcos vino a replantearme el tema de los balcones de esos edificios que hacen pie en la ciudad, estos fueron siempre un sostén resbaladizo para el cocainómano. El hecho queda tristemente denunciado con la muerte de Olmedo, en esa fatídica pero alocada/ delirante/revoltosa noche de Mar Del Plata. Hay un patrón asfixiante en el abuso de cocaína que comienza a aparecer cuando el sitio en el que estas ha perdido movimiento, ha perdido gracia. La pasarela de personas que van y vienen quedó atrás, y las caras estáticas se han congeladas en un aburrimiento insoportable que carcome las paredes de tu mente. Esos sitios callados y sobre todo elevados , sumados a los excesos te imprimen un vértigo exquisito y mortal. Un condimento sabroso para la muerte acechante que espera rabiosa el desenlace de la comedia Se suceden un montón de combates en las habitaciónes del desquicio, donde cada jugador arremete y defiende lo que piensa que es suyo. Recuerdo cuando en mi juventud, en mi larga estadía por Europa, me contaron la historia de una manada de jóvenes, allá por la Francia del ´70 que se lanzaban de algún piso con la fina convicción de reiniciarse un poco: retour como le decían. La generación Jenue la reotur explotó en la opinión pública que no hizo otra cosa que inventar historias policiacas alrededor de estos pibes que simplemente habían decidido colgarse del aburrimiento atroz que los envolvía. Arbitrariamente la prensa cayó en el facilismo de culpar a estos jóvenes de adictos enfermos, sin salida, pero éste es un tema que abarcaremos en otra ocasión.
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SALIDA DE EMERGENCIA ¿Como liberarnos de la multitud sin despreciar al agasajador y sus agasajados? El tema es simple me decía el Pipo: “lo importante es tener un papel en el bolsillo porque si no te convertís en esclavo y a partir de ahí te liberas del control y disparas para la calle”. O Lucia, la chica de la pensión, me hablaba del desentendimiento siempre y cuando te favorezca: “si la pasas mal loco, te desentendés y punto”. Me encuentro en casa escribiendo, y pienso que cuando el mundo te agobia con sus planes y políticas, cuando la reunión se vuelve insoportable y todos los integrantes de la mesa parecen conspirar contra vos ,la salida violenta es la más eficaz, Burroughs decía que colocarse es ver las cosas desde un ángulo especial y ponderaba el agite a esos circulos ausentes de vida, que no son otra cosa que la muerte. A fin de cuentas caemos en que la única persecuta que nos descansa es la culpa. A partir de una regla de convivencia basada en la cortesía evitamos las guerras cotidianas. Pero, si no somos más que la constante lucha de la bestia con lo divino, esa criatura perdida que pretende un fin. Y quizá tenga razón Lucia , el Pipo y hasta el propio Marcos, que afiebra sus sueños tirándose de un noveno piso, porque no somos más que un puñado de sueños oscuros que intentan revelarle al alma del mundo el misterio de cómo hacer para desentendernos de todo y todos. PD: la idea de la revista es que USTED LECTOR participe con sus caóticas experiencias de encierro en fragmentados platos de alcaloides cristalinos. Porque no se corte y pegue mejor! Sobre el autor: Horacio Fantía maneja a la perfección el rosarigasino el cual lo curtió en pensiones de mala muerte del bajo Rosario. Ferviente colaborador de revistas alternativas, se dio el gusto de fundir el aburguesado magazine “Paraná”. Aturdido por el caos de la ciudad se instaló en la anestesiada San Juan.
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LOS FANTASMAS DE NATACHA ¿Cuándo empezaste con los mambos del encierro? -Yo empecé a desalinearme (bardear) una vez que corté con mi novia. La pasábamos todo el día encerradas en el dúplex. Siempre el mismo programa... quedarnos ahí hasta que pire alguna, pero corte que casi nunca salía nada; y era genial! Y ahí arrancaste con... -Sí, imagínate que me comí la historieta de que mi dúplex estaba embrujado. Qué se yo, mi novia o mi ex novia mejor dicho, se mandaba el filo de encerrarse en el baño y yo sabía que estaba ahí. De hecho la escuchaba y todo. Pero una vez que se tomó el buque, el baño me pareció un lugar terrible. Imagínate que dejé de tomar por un tiempo. El mal mambo empezó ha acosarme con el delirio de los espíritus y todas esas fantasmeadas; sentía que alguien me estaba observando desde el baño, una mierda. ¿Y qué hiciste? -Y qué se puede hacer... boludeces, siempre hay alguien que te quiere rescatar. Me metí en una de reiki donde se mandan el espiche de la imposición de manos y todas esas gansadas. Todo un menjunje de gente bien que quiere hacerla bien. A mí me empalagó el bocho y me las tomé de toque. Ni daba seguirles la onda a todas esas tilingas mantenidas que no saben cuál mandarse. ¿Vos cuál te mandaste? -Y la que se me cantó! Ese es el problema de la gente, no tienen un plan. Viven embarullados en una fauna de cartón. Yo al toque me instale en un psicólogo que me sugirió tomar en espacios abiertos. ¿Y cómo venís? -Re bien! Nos sabemos juntar en una plaza con las pibas, pero últimamente la gorra te saca la ficha y hay que encanutarse bien.
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Josefina hablaba sola, tanteaba con la voz todas las cosas de su casa, y repetía frases de libros viejos de poesía contemporánea . Decía cuanta cosa insoportable, cuanta frase mal formulada. Sentía la presión del corazón, el latido casi imparable y la piel mojada por una transpiración fría.Agitada, bailaba sola en su pieza, miraba el celular de reojo y esperaba sin esperar. “Hoy es un día nuevo, quiero imaginar con vos.” Bailaba, se ahogaba, respiraba, caía al suelo. Sola esperaba a que sonara aquel aparato detestable, aquel objeto .
prensa.mondepapel@gmail.com
para participar en la revi enviá tú trabajo a nuestro correo:
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Josefina leía la biografía de Victor Hugo a las diecisiete treinta y cinco de la tarde, miró el reloj más de tres veces, más de diez. Las horas pasaban y ella repetía frases desprolijas y cada cosa que pasaba por su mente interrumpida por la espera espantosa. Escribió tres líneas del cuaderno y volvió a distraerse, se dejó estremecer y comenzó a cantar, otra vez terminó en el suelo. Esperaba, pero bien no sabía que esperaba. Victor Hugo era interesante pero la aburrió, hablar sola era lo mejor que le salía, hablarse era más entretenido. “Sos mala con vos misma, deja esto” giraba en su pieza “diez mil piedras en el bolsillo y ningún río donde tirarlas” se estancó en la nada mareada, con ganas de vomitar. Fue al baño casi por impulso, pero la puerta cerrada y el gato mirando la destruyó en segundos. Atravesó la sala, se sentó frente al televisor que estaba apagado, la música de fondo y el sol que entraba por la ventana le hicieron entender que estaba sola. Comenzó a llorar, a reír, y caminó hasta la cocina por un vaso de agua, la sed la mataba, las lágrimas la mojaban. Dos sorbos bastaron para que esa sed cesara, volvió a llorar, pero ahora con un grito, con un auxilio camuflado en un sollozante quejido. Sentada en el piso de la cocina flayó un final distinto, flayó menos inestabilidad emocional, quizás menos quilombos “porque si”. Un tema que le gustaba empezó a sonar “¡yo le voy, le voy a preguntar qué pasa!”. Se paró de golpe, empezó a bailar. Se sacó la pollera “mi chica está muy mal, muy mal”, se tiró en el suelo y ahí se quedó horas, como una luciérnaga brilló, brilló de día. Dejó de llorar, se enderezó y se preguntó, preguntándole a la nada “¿Vos sentiste esto alguna vez?”
¿VOS SENTISTE ESTO ALGUNA VEZ? ▪ por Judit Oviedo ▪ Ilustración: Adams Carvalho
“Un tema que le gustaba empezó a sonar ¡yo le voy, le voy a preguntar qué pasa!. Se paró de golpe, empezó a bailar. Se sacó la pollera ´mi chica está muy mal, muy mal´, se tiró en el suelo y ahí se quedó horas, como una luciérnaga brilló, brilló de día”
Sobre el autor: Judit Oviedo, tiene diecisiete años y está cursando el último año de la secundaria en la escuela N.S.G.S.M. Escribe desde los ocho años, según ella, escribir empezó como un juego momentáneo y terminó por convertirse en algo que empezó a recurrir seguido, se convirtió en parte de ella. “Escribo porque puedo” le dice a todos. Es la primera vez que publica.
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DEMASIADO INÚTIL PARA SER UN NIÑO ▪ por Martín Zariello
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uy pocas veces escuché decir que para ser un niño hay que tener ciertas destrezas y/o habilidades. Por lo menos en la época en que yo fui un niño era así. Había que saber treparse a un árbol. Había que saber cómo construir una gomera. Había que saber acertarle al farol del palo de luz con una piedra. Había que saber jugar al fútbol. Había que tener el suficiente valor o la suficiente inconsciencia para no temerle a los golpes o las caídas. Había que despreocuparse por ensuciarse la ropa recién lavada. Quienes no son conscientes de estas virtudes probablemente las hayan tenido, a tal punto que llegaron a naturalizarlas. Yo las tengo en cuenta porque, por supuesto, fui demasiado inútil para ser un niño.
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Recuerdo, por ejemplo, el miedo que me daba empuñar una gomera porque, casi cuestionando las leyes de la física, siempre lograba que la piedra no tome impulso y cayera hacia el costado y que la gomita me pegara contra los dedos. Recuerdo que los únicos árboles que podía trepar eran los de La Barranca de los Lobos, una playa cercana a Miramar, donde los árboles salvajes son prácticamente escaleras. Recuerdo el día que fui aceptado por la pandilla de nenes salvajes de mi barrio y como prueba de iniciación tuve que tirarle una piedra a la casa del sodero. Una clásica escena de terrorismo barrial. La idea era que entrara en la chimenea. No sé muy bien el porqué de la animosidad contra el sodero. Probablemente porque el tipo tenía chimenea y el resto del barrio no. Tampoco
recuerdo por qué me aceptaron en la pandilla de nenes salvajes ese día. Supongo que porque era el único gil capaz de hacer algo así en busca de aceptación. Después de algunas vacilaciones existencialistas, arrojé la piedra. Como era obvio, ni el envión ni la fuerza de mi brazo derecho fueron adecuadas y la piedra pegó contra la persiana del comedor de la casa. Pero hubo otro contacto, igual de traumático, con la pandilla. Utilizo este término, “pandilla”, aunque sé que los miembros de estas pandillas son los niños que generalmente conforman el grupo de amigos que nos acompaña para el resto de la vida del que los inútiles estamos completamente desterrados. Sólo en las películas o series yanquis los anteojudos, los gorditos y los boludos logramos conformar una alianza para derrotar payasos asesinos u oscuras organizaciones paraestatales que se dedican a experimentar con portales hacia otras dimensiones. Por eso, justamente, estas películas y series son las favoritas de las antoejudos, los gorditos y los boludos ya adultos: porque materializan a través de la ficción una fantasía incumplida de la infancia. En fin. Me invitaron a jugar un partido de fútbol en la canchita de la esquina de mi casa. Como buen novato me tocó atajar. En esa época estaba de moda Navarro Montoya. De hecho los vecinos bosteros del frente de mi casa tenían un cuadro que era muy popular: un mono apoyado contra el palo del arco de la Bombonera, con la camiseta de Boca y comiendo una banana. Era una época en la que los monos estaban de moda, incluso protagonizaban comedias que Canal 8 pasaba los sábados a la tarde. Hoy a los arqueros ya no se los apoda “Mono”. Como no teníamos cable, los bosteros nos invitaban a mí y a mi viejo a ver los partidos. No sólo los superclásicos sino también los partidos de River, lo que habla de la nobleza de estos bosteros. En fin. Probablemente influido por el arquero de mi equipo enemigo en el primer mano a mano salí a achicar haciendo la de Dios, una postura corporal que en realidad se atribuye históricamente a Hugo Orlando Gatti y que también puso de moda, años después, otro Mono, en este caso marplatense: Germán Adrián Burgos. Hasta ese momento yo no sabía que una de las variables de la de Dios es que el delantero
te estrelle la pelota en la cara. Y así fue. Como dice Dalmiro Sáenz, en esa época era demasiado débil para expresar mi debilidad así que hice todos los esfuerzos para no largarme a llorar en el acto y seguí como si no hubiera pasado nada. El momento dramático del match fue cuando me di cuenta que los defensores de mi equipo no estaban muy interesados en que los rivales llegaran a posiciones de gol contra mi valla, más bien los dejaban pasar. Era un homenaje involuntario a la selección peruana que perdió 6 a 0 con Argentina en el ´78. Como en el famoso juego de Educación Física denominado El Matador, los pibes estaban jugando a asestarme la mayor cantidad de pelotazos en el cuerpo. Era una fucking confabulación. Cuando esto se hizo evidente alegué algún problema contractual con mi vieja (“tengo que hacer los mandados”) y enfilé para mi casa mientras oía murmullos irreproducibles. Ahora lo recuerdo así, casi de un modo sistemático, aunque es probable que esto sea una construcción que efectué con los años, pero ese día, mientras volvía a mi casa derrotado por la puntería de la pandilla, me di cuenta que tenía que hacer algo en las horas libres ganadas gracias a mi inutilidad como niño. Algunos empiezan a tocar la guitarra. Otros se convierten en futuros asesinos seriales o estudiosos de la informática. Yo empecé a escribir. ● Sobre el autor: Martín Zariello nació en Mar del Plata, en el efervescente 1984. Hasta los 18 años vivió en el barrio Pueyrredón, lugar en el que, dice, sigue anclando su máquina de percibir y de narrar. Zariello publicó: “La luna y la muralla china” libro de cuentos (2013, La Bola editora). “Sobre el rock” (compilado de posts sobre música) y “En realidad quería hablar de otra cosa” (también compilación de posts de música pero con el agregado de otros sobre literatura, fútbol, cine y política) publicados por la editorial Puente Aéreo. “No bombardeen Barrio Norte, Yendo de la cama al living y el triunfal ingreso de Charly García en los años 80”, publicado por las editoriales La edad de oro (Buenos Aires) y Perro andaluz ediciones (Montevideo). * Fotografía: WARNING - Madrid / España │
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¿REAL/mente? ▪ por Remberto
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e levanto en busca de algún disco del ‘60, ‘70 u ‘80 y entre tantos elijo Tug of war para que acompañe. Abro la heladera, sirvo el vaso y me siento nuevamente para retomar el pensar que ya se venía descodificando. Más crecemos y todo se vuelve aburrido o un poco más de lo que era, rutinario, cansador por momentos, la distancia es más distancia pero mejor justificada; llegando todo a un conformismo no deseado.
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Al principio éramos inocentes, queríamos perturbar al conocimiento, imitar lo que veíamos en aquellos que admirábamos sin saber bien qué eran o hacían y quizás, después nos desilusionaron. Siempre estábamos disconformes con lo que hacíamos o nos dejaban hacer, nos creíamos capaces de mucho más y así, lograr hacer distintas cosas que no eran para esa edad. Pero felices llegábamos a la noche. Beso a mamá y a papá, que aún no se iba, y la comida en casa. Habían lágrimas, mucho más que ahora, a lo mejor por un reto, por un “no vas a salir”, por algún golpe de tanto andar, pero aquellas eran efímeras, no dolían en el alma.
Hoy molesta el ruido ya creído excesivo, los pájaros en algunas mañanas, el viento golpeando con fuerza una ventana semi abierta que contra pelea el ruido del silencio, del vacío, de lo perdido, de aquel sueño que hoy sólo es un vaso y con mucha sal. De la molestia por el timbre o el teléfono, mejor no hablar.
esos diálogos. Acaso puedes verlo en una remera que adorabas, en balitas que descansan todas amontonadas, en compartir aquel tiempo como lo hacíamos, en amar lo recordado entre risas que ya son tristeza por causa de la ausencia silenciosa. Suelo verlo ahí, sólo cuando recuerdo.
Hoy las lágrimas son mucho menos, nulas para los alrededores, pero cuando todos dormimos, instante en que realmente estamos solos, aunque haya compañía, nos damos cuenta que aquellas pocas están alojadas en el alma y que de verdad duelen. Hoy es todo más complicado, pero consciente soy que somos nosotros quienes lo hacen.
¿Y en la gente podes verlo? Permanentemente se lo ve, a veces sabe esconderse y en otras es imposible. Lo veo en todos, sean o no de tú espacio cotidiano, íntimo, menester. Podes ver algunos rostros de transeúntes hastiados de la vida, de la rutina que descansa al cansancio dejándolo tan cómodo que sólo duerme haciendo que la siesta tenga estrellas. Tristes o nerviosos caminan queriendo el no rumbo y después, algunos llegan al diario, otros mueren solos en una carta no leída o simulado ello. Fraude hay en el entendimiento de un amor inentendido, señalado hasta que las lágrimas no fueron más que de uno sólo y la carcajada del otro lado del Támesis. Pero también están los que ríen mirando al amor en letras, los que en sus ojos respiran satisfacción de aquello que tantas noches dejó las sábanas tendidas, aunque sea pasajera y más de una vez duela. Los que recuerdan algún juego de niño, algún panal defendiéndose ante una mano intrusa, una ajena pelota pinchada; una plaza limpia con amigos sanos; pocos quedan. Los que viven queriendo los ojos que miran y sonríen. Los que escuchan ese tema que trae un buen momento, que detuvo al tiempo y para allá irá.
¿A qué se debe todo esto? Me pregunto. Por qué antes algunas cosas estaban bien y ahora están mal. Serán las obligaciones que “deberían” ir en ascendente, será que ya no “tendríamos” que tener tanto tiempo libre, será que para algunos llego la época del pelo corto, como si en algo afectara eso. Ya ingresamos al camino en el que sólo miramos hacia atrás. Ya crecimos. No te rías tanto, no juegues al ridículo, sos un hombre grande, por favor. Compórtate. Por costumbre, quizás, las responsabilidades son más y debemos enfrentarlas, mantenerlas e incluso protegerlas, pero no implica que tengamos que olvidar aquello que tanto nos hacía reír, ilusionar, ser niños y por ende, puros. Hay que aceptar que ya no lo somos, pero sin olvidarlo. Bueno sería encontrar la forma de poder llegar a controlar y evitar el aburrimiento sobre algunas cosas determinadas que son buenas y que más de mil horas en un minuto se han llevado, poder seguir viendo el sentido a todo eso que tanto nos gustaba. Sé que en otras, será inevitable, anti-natural, conformando, a lo mejor, la otra parte necesaria, pero no fundamental y que deberíamos evitar que sea mayoría. ¿Dónde o sobre qué quedan las consecuencias del aburrimiento? El juego es un acto idóneo para aquellas, algunos al menos. Un disco o una película que antes lo era todo y se pasaban las horas escuchando ese dueto, repitiendo
Bailábamos dejando a los ojos amarse en cada vuelta y hoy los mismo lloran, pero solamente dos. ¿Qué hacemos con eso? Ideal sería que, del nueve al cero, del estudio al trabajo, del escribir al no olvidarse de hacerlo y no pensarlo como un pasado que agradaba, de la pasión diaria a dejarla morir porque la naturaleza lo dispone y muchas situaciones más, no sea otra cosa que una continuidad, por supuesto, con los cambios necesarios e indispensables —subjetivamente hablando— para que funcione. Pero nunca sobre la esencia, si eso sucediera, lo más probable llegaría él invadiendo e incluso, en algunos casos, la otra mitad. │
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Que la música no pare ante los años, ni al medio día y menos en la noche y que siga con sus compañeros del momento. Que nunca se deje de escuchar el grito de Well Well Well, de Fax u. Que las ideas maduren, como deben, pero no llegar a considerarlas estúpidas. Ninguna de ellas lo son, cada una tiene lo que necesitas, lo que buscas en ella, por algo es y sos lo que veo, tomate el tiempo de demostrárselo. No todos la tienen y algunas la desaprovechan y otros, definitivamente, no la entienden. Poder seguir mirando hacia abajo y sentarse a pensar, aunque el abajo no sea el mismo y lo más probable es que nunca más lo sea. Poder gritar contento ¡Oh Yoko! Y reírse de lo que ya nadie se ríe, mientras se disfruta de un vaso y de lo que no va a morir jamás, mientras los edificios se encienden como los latidos y el viento descansa al cuerpo y le recuerda al pelo su libertad. Poder mirar el ayer y que no sea lo mismo de siempre, aunque sí lo sea. ¿Todo cambia o debería por el hecho que pasen veinte seis o más años? Y eso es ser qué o quién. Me da miedo pensar en que todo esto puede ser parte de lo que vendrá, del traje si se quiere, de lo próximo, del despertar en horas aún no muertas, pero destinadas a lo ineludible. Me pregunto cómo será y trato de verlo y no quiero. Acompaña el triste piano de Oh my love al no quererlo, aquel hermoso tema que amaste y quizás hoy odias, porque ahí estoy y eso no podrás cambiarlo.
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Me agarro la cabeza, realmente es difícil, me duele el cuerpo. Sé que voy a querer volver a ese molino viejo, pobre de mí. Las ausencias llorarán y me mostrará qué es lo que llamamos vida. Lo veía a mi viejo afeitarse, ponerse un traje, decirme que aquellas eran cosas de grandes y yo quería estar ahí, frente al espejo con la cara blanca. Hoy me pregunto, mientras el silencio muere por Here Today (que lo dedicaría si aún fuera), si supiera todo esto ¿lo querría? Hoy ¿quiero serlo? A veces me acuesto y quiero despertarme con la voz de mamá, con el timbre que pregunta si los chicos van a salir a jugar. Mi cabeza se va con esos violines y entiende que no tiene sentido todo esto. Es perturbar a quien no habla ni escribe, es tocar la puerta de una casa abandonada. Me levanto, abro la heladera, ya dejé la botella vacía debajo de aquella ventana y voy al baño, miro al espejo y vuelvo a preguntarme. Me es inevitable.
Sobre el autor: Remberto nació en los primeros días de Marzo de 1992 en la provincia de San Juan, Argentina. Actualmente se encuentra trabajando en su primer libro.
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LAS SOBRAS ▪ por Bárbara Blasco Grau
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o creo que se escriba por vanidad, más creo en la escritura como venganza, como leyenda en la pared de la celda, incluso como misión alucinada para salvar el mundo. Pero me pregunto si el hecho de querer publicar puede desentenderse por completo de la vanidad, si es una pieza clave sobre la que se asienta el ego (leí en la red que el hábitat del escritor es el egosistema) o responde al puro afán de compartir. Me han rechazado, editorialmente hablando. Y he pensado en no mandar nunca más nada a ningún sitio, privar al mundo de mi visionario discurso y mi fascinante estilo, tras jurar por dios que nunca volveré a pasar hambre mientras el flamígero atardecer a mi espalda concentra toda la intensidad vital del violeta y el naranja que presienten la amarga fugacidad ante la inminencia de la noche. También he pensado es sólo una opinión, voy a emborracharme. También he pensado en retomar la novela y sacudirla violentamente hasta hacerla publicable, corregirla, so vaga. También he pensado en no escribir más. Medio segundo. En dejar de escribir mierda y empezar a escribir en serio. A leer en serio. Algo más de media hora. También he pensado en Proust con asma y en esa idea del mundo respirando enorme en su cabeza. También he pensado en la gruesa capa de polvo cubriendo el desorden de la habitación de Satie cuando lo encontraron muerto. Pienso demasiado.
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Por eso escribo. Ese demasiado es mi obra, eso que excede a mi mente es mi obra, eso que le sobra para tener un funcionamiento normal, saludable, aconsejable, es mi obra. El rebañado de mi cabeza. Por eso cuando el rechazo, cuando a ellos (plural demoníaco) también les sobran mis sobras, hay algo que se desestabiliza en mi egosistema, ahogado por los excedentes. En fin, con propensión al drama pero sensata en el fondo, entiendo que son muchas más las obras rechazadas que las publicadas, que para que se dé la luz debe existir la sombra a su alrededor. Y a veces hay que ser sombra y practicar la generosidad de las tinieblas (¡como si la luz fuera un derecho y no un milagro!). Pero lo que aún no he conseguido controlar tras el rechazo es la sacudida de los cimientos mismos de la razón de escribir, hasta la gran pregunta en la azotea: ¿Seguiría escribiendo si no me leyera nadie en esta vida? Pues no ves que sí, presidiaria rencorosa venida en misión clave del planeta de Raticulín. ¿No ves que sí? deja de dar la tabarra. Qué más da el resto, lo importante son las sobras. Las obras. Sobre el autor: Bárbara Blasco Grau (Valencia, 1973). Licenciada en Periodismo, publicó “Suerte” (Contrabando), su primera novela. Es ayudante de mago, bailarina de cabaret, camarera, teleoperadora, actriz secundaria. Ha desempeñado multitud de oficios, todos ellos absurdamente productivos hasta desembocar en el maravilloso e improductivo mundo de la literatura, laberinto del que no consigue salir.
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▪ por Teodelina Basavilbaso
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l otro día encaramos para West Village a tomar unas cervezas. Afilábamos Greenvich Ave. con nuestros pasos. Entramos a un bar donde unos amigos nos presentaron a Ranjit y su novia, una pareja india. En el lugar no se escuchaba mucho por la música. Ranjit resultó ser un entusiasta; o más bien, un sacado. Desde el primer momento me llamó la atención la excitación con la que hablaba. Él decía que venía de una ciudad chica de la India, ¿chica son 5 millones de habitante?, le retrucábamos nosotros. ¡Eso no es una ciudad chica! (Una ciudad chica es Azul, en la Provincia de Buenos Aires, con un poco más de 50.000). Pero en fin, es muy difícil discutir con una persona que tiene proporciones diferentes a las nuestras, ya que su país cobija a 1.2 billones de habitantes. Yep, ¡billones! Después de las dos primeras cervezas él ya hablaba de escaparnos para Brooklyn. Que un vecino suyo iba a armar una fogata cerca de Prospect Park, y que iban a repartir mushrooms. Parecía salido de la novela de Kerouac, con una sed de vivir que ardía, ardía y ardía. Le contesté que hoy a la mañana, cuando me levanté, no tenía entre mis planes terminar bajo los efectos narcóticos de hongos. Y como si estuviese citándome un pasaje de “On the road”, me dice que eso es lo interesante de la vida, que uno nunca sabe adónde va a parar, que la sorpresa adrenalínica y el desconcierto se esconden detrás del telón de cada minuto, de cada segundo. Ese día me enteré que su joven y bonita novia era divorciada. En una de nuestras charlas de intercambio cultural, le pregunté a Ranjit si aún existían en India matrimonios arreglados. Me contestó que sí, que el 90% de sus amigos se casaron a partir de negocios comerciales o intereses económicos entre familias. En fin, para que la plata quede entre la parentela y llegue a las próximas generaciones.
Él estaba dentro del otro 10%. Por supuesto que lo había rechazado, es un auténtico Dean Moriarty rebelde viviendo en la gran city de Nueva York. Y lejos de remordimientos, pero como si se tratase de una muestra de su propia valentía, acotó que todos sus amigos que aceptaron ese deal, eran ahora muy ricos. La novia de Ranjit sufrío las consecuencias de casarse con un hombre que no amaba, divorciada a los tres años de matrimonio. Ranjit apuntó a su novia, y pidió silencio llevando el dedo índice a la boca. A ella le deprimía hablar de eso. Rechacé el trip de los hongos, estaba demasiado cansada y, para ser sincera, me falta la locura de Ranjit. Después de esa noche, no vi a la pareja india por un buen tiempo. La última vez que supe algo de ellos fue cuando mi chico me contó que Ranjit lo había dejado plantado en Prospect Park, Brooklyn, un domingo a la madrugada, vistiendo shorcitos cortos con un frío horroroso. Se olvidó de avisarle que se había suspendido el partido de fútbol. Cuando mi chico lo llamó furioso desde Brooklyn por el viaje y el madrugón que se pegó, Ranjit le pidió, con voz ronca de dormido, de mil formas perdón. Mi chico le preguntó dónde estaba. Ranjit le contestó que en West Village, que amaneció en la casa de un desconocido y que no se acordaba nada de la noche anterior. ●
Sobre el autor: Teodelina Basavilbaso (Buenos Aires, 1987). Es periodista. Actualmente reside en la ciudad de Nueva York y estudia Traducción. Además colabora con diarios y revistas latinoamericanas con artículos e investigaciones sobre cuestiones de interés general y el mundo del arte.
—Porque al fin y al cabo, todos los matrimonios tienen una raíz económica, me dijo. │
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La obra de Pizarnik se ubica entre las más intensas y originales de la literatura argentina.
El interés por el lenguaje, las palabras y su imposibilidad de definir la realidad son los ejes principales de su poesía.
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LA LUZ DEL CADÁVER ▪ por Aldana Moore ▪ cámara: Archivo Pizarnik
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lejandra Pizarnik (Argentina, 1936-1972) escribe de jaulas, de barcos, de ojos. De vinos, de cielos, de lunas. De azares, de flores y de piedras-muy-pesadas. Es surrealista, sexual, depresiva. En sus poemas es de noche y hay una caja de narcóticos cerca, por si desea decir “hasta aquí” y descolgar el teléfono para siempre. Es una niña monstruo –como llamaba ella a Janis Joplin cuando se encomendaba a su influjo–, una mística, una hembra revolcada en el despojo; tan frágil que no está nunca —porque siempre se acaba de ir— y tan sensorial que vive en los objetos de tu casa. No duele pero duele en todas partes. “Tú eliges el lugar de la herida”, concedió. Alejandra era bajita, con manos y pies pequeños, ojos claros, el cutis arruinado por el acné y por sus uñas. Durante la adolescencia usaba alambre en los dientes, caminaba casi en punta de pies, con los hombros encogidos; la marcha era su distintivo, pasos muy cortos, algo furtivo y gracioso. Consumía anfetaminas para bajar de peso. Se volvió adicta a las pastillas y vivía a caballo entre el insomnio y la euforia: cisnes enfermos volando bajo por aquí. Reventaba a complejos. Tenía celos de su hermana mayor. Sus padres eran joyeros, inmigrantes judíos de origen ruso y eslovaco. Ella hablaba español con acento europeo y se sentía extranjera en cualquier lado, hasta en su lengua. Su voz era profunda y tartamudeaba un poco. Encontró una pasión por la fotografía. Se sacaba fotos carnet, fotos placeras, fotos de salón. Era fotogénica y creo que la media sonrisa que hay en las de esa época la definen. En cuanto a su vestimenta, cuando iba a una fiesta, usaba un traje gris de franela y un vestido negro. Ella, al contrario de lo que se ha dicho, se preocupaba por la apariencia.
Se iba de tiendas con las amigas a buscar ofertas, era clienta asidua de un almacén en la Avenida de Mayo, donde vendían sólo ropa de hombre. Alejandra no se maquillaba, pero se ponía aceite de ricino en las pestañas y en los labios un rosa casi blanco. Una intrusa diminuta —con el pelo corto y los ojos hundidos— paseando el barrio de Avellaneda. “Ellos y yo sabemos / que el cielo tiene el color de la infancia muerta”. Empezó Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires. Dio cursos de pintura, de literatura y periodismo; carentes todos por falta de método. Pizarnik era lectora, lectora, lectora. Por eso aprendió del romanticismo, del surrealismo, del simbolismo francés. Lírica, psicoanalítica, falta siempre de algo, de alguien inalcanzado. En París entre 1960 y 1964, vivió con hombres y mujeres. Allí trabajó para la revista Cuadernos y para algunas editoriales francesas; tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Césaire e Yves Bonnefoy; estudió historia de la religión y literatura francesa en la Sorbona. Se hizo amiga de Julio Cortázar, Rosa Chacel y Octavio Paz. Este último le escribió el prólogo de Árbol de Diana (1962), su cuarto poemario. Dijo que el libro era “la cristalización verbal por amalgama de insomnio pasional y lucidez meridiana en una disolución de realidad sometida a las más altas temperaturas” y que el producto no contenía “una sola partícula de mentira”. Dijo que era “una higuera mítica”, dijo que muchos no lo entenderían. Pizarnik probó el sabor del suicidio desde muy joven. En sus «Diarios» dejó sus pesadillas, sus complejos, sus raras costumbres, sus amores. También su mejor literatura. Con dieciocho años, al principio de la escritura del diario que le ocuparía toda la vida, escribe: “¡Morir! ¡Claro │
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que no quiero morir! Pero, debo hacerlo. Siento que ya está todo perdido”. Las referencias al suicidio son obsesivas y constantes. En 1962, con veintiséis, escribe: “De todos modos el horizonte es siempre mi suicidio. Cada año prolongo la fecha. Hoy la prolongué muchísimo: me mataré cuando tenga treinta años”. Se suicidó a los 36 años, con 50 pastillas de Seconal el 25 de septiembre de 1972, durante una salida de la clínica psiquiátrica en la que estaba internada. Un año antes había recibido una beca Fullbright y en 1969, otra Guggenheim, que le permitió viajar a los Estados Unidos. Esto último demuestra que los premios no significan nada cuando el cadáver es una cárcel para la luz que necesita escaparse y al final poder iluminar; por fin salió de su Infierno musical —que sólo era la vida—. De sus silencios sordos, de sus noches con colmillos de loba, de sus licores furiosos. Quería morir “como muere un animal pequeño en los cuentos para niños —eso tan terrible lleno de hermosura—”. Y se fue en medio de ese intento suyo de “explicar con palabras de este mundo / que partió de mí un barco llevándome”. “Vida, mi vida, ¿qué has hecho de mi vida?”, se preguntaba en versos escritos con palabras a las que ella misma reconocía su ineficacia. En uno de sus poemas más conocidos -”En esta noche, en este mundo”- Alejandra advertía que el lenguaje nunca dice lo que uno quiere decir. Escribe: “No, las palabras no hacen el amor/ hacen la ausencia/ si digo agua ¿beberé?/ si digo pan ¿comeré?/en esta noche en este mundo/ extraordinario silencio el de esta noche/ lo que pasa con el alma es que no se ve/ lo que pasa con la mente es que no se ve/ lo que pasa con el espíritu es que no se ve/ ¿de dónde viene esta conspiración de invisibilidades?/ninguna palabra es visible”. La obra de Pizarnik se ubica entre las más intensas y originales de la literatura argentina. Obra que no se reduce sólo a un poemario de calidad excepcional, sino que abarca también la crítica literaria y una vasta correspondencia. El interés por el lenguaje, las palabras y su imposibilidad de definir la realidad son los ejes principales de su poesía.
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Una primera aproximación a su obra nos muestra que tanto sus cartas y sus estudios críticos como sus diarios y sus poemas atestiguan una apasionada obsesión por la palabra, es decir, una reflexión incesante acerca de las posibilidades y los límites del lenguaje. La extrañeza de ser en el mundo, una angustia experimentada con auténtica lucidez y una indiscutible eficacia verbal. Es ese impacto central el que alcanza a los lectores y escritores jóvenes, que llegan a decir que se sienten secuestrados por ella. Pizarnik fue muy tenaz en su vocación y valiente en su sufrimiento; se interrogó hasta el final y hasta las más extremas consecuencias acerca del sentido de su escritura, de lo que su compromiso con la poesía significaba: “Ayúdame a no pedir ayuda”. Y sobre todo siguió escribiendo hasta sus últimos días. En su última obra, El infierno musical (1971) y Extracción de la piedra de locura (1968) es donde llega a lo máximo de su capacidad expresiva, una cercanía con lo infernal raramente superable en lengua española. Sus escritos críticos deberían ser un modelo para quienes hoy aprenden o enseñan literatura, porque son un antídoto eficaz contra la jerga académica impenetrable que muchas veces impide el acceso a los textos que más pueden interesarnos. Muchos de sus poemas son vaginas abiertas; y eso la arrastró a convertirse en un ícono del feminismo. Por sacar la cabeza como poeta cuando otras no pudieron. Por hablar de erotismo, de frustración y de desgarro. Por hacerlo desde la óptica de la feminidad. “Una flor / no lejos de la noche / mi cuerpo mudo / se abre / a la delicada urgencia del rocío”, escribió en Amantes (Los trabajos y las noches). Ganas mustias de sí misma y de otros: “Triste cuando deseo y cuando no. / Triste cuando con un cuerpo y cuando no”. Contaba que sentía “un entrañable calor que me abriga cuando el mundo me golpea”, y que ese calor era “el de las otras mujeres, de aquellas que hicieron de la vida este rincón sensible, luchador, de piel suave y tierno corazón guerrero”.
Sus escritos críticos deberían ser un modelo para quienes hoy aprenden o enseñan literatura.
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Alejandra navegaba por la literatura en su totalidad y todo era material para su poesĂa.
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Sus poemarios más destacados son Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de la locura (1968) y El infierno musical (1971). Por su crudeza y realismo dio mucho que hablar también su ensayo La condesa sangrienta (1971). La obra más desafiante coincide con un período sombrío para el país, cuando comienzan a recortarse las libertades, no sólo literarias sino políticas y vitales. Aquellos que ella llamaba “los funestos, los dueños del silencio” dispusieron, con la irradiación siniestra de sus poderes de intimidación, el silencio o el silenciamiento de la voz de Pizarnik después de su muerte. Procuraban acallar “el escándalo” que se encarnaba en una mujer de pequeña clase media, judía, que había ejercido una gran libertad en sus decisiones personales, rindiendo poco o ningún tributo a las convenciones mundanales y cuyos poderes de seducción e inspiración se fundamentaron siempre, ante todo, en su propia, solitaria y fascinante palabra poética. El silenciamiento fue efectivo: desde la muerte de Pizarnik en 1972 a la edición de su primero –y único– libro de escritos póstumos en la Argentina, Textos de Sombra, editados por Orozco y Becciú y publicados en 1982, corren diez años, mediados en parte por la sombra de la dictadura y su censura. Y aun cuando una nutrida crítica, en general muy positiva, acompañó su trayecto en vida, no parece casual que, en la Argentina, los artículos más numerosos se publiquen sólo luego del cese del gobierno militar: es a partir de los ochenta que comienzan a nuclearse en nuestro país los escritos en torno a Pizarnik, cuando su nombre comienza a crecer indeteniblemente. “Yo no sé de pájaros / no conozco la historia del fuego. / Pero creo que mi soledad debería tener alas”. Ella quería, en realidad, amor: un amor mesiánico que viniese a salvar. Un amor que llegase y punto, para el que no hubiese que hurgar, que forzar, que provocar nada. “Buscar no es un verbo, sino un vértigo. No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien, sino yacer porque alguien no viene”.
Obras Completas:
Su obra lírica comprende siete poemarios: La tierra más ajena (1955), La última inocencia (1956), Las aventuras perdidas (1958), Árbol de Diana (1962), Los trabajos y las noches (1965), Extracción de la piedra de locura (1968) y El infierno musical (1971). Después de su muerte se prepararon distintas ediciones de sus obras, entre las que destaca Textos de sombra y últimos poemas (1982), que incluye la obra teatral Los poseídos entre lilas y la novela La bucanera de Pernambuco o Hilda la polígrafa. También póstumamente fue reeditado el conjunto de sus textos en el volumen Obras completas (1994); sus cartas quedaron publicadas en Correspondencia (1998).
Sobre el autor: Aldana Moore nació en Córdoba en 1992. Es Periodista y Escritora, conocida tanto por sus cuentos, aparecidos en prestigiosas antologías, como por sus novelas, destacando títulos como Las mujeres del mar - Abismos.
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Aprendí a ver en la profundidad del mar merodeando por el mismo. Rrioba emerge del autoreconocimiento del ser; es la luz que proyecta los espacios y momentos con los que me encuentro rodeada desde que llegué a este mundo. Es un retorno al pasado desde instantes presentes que revalorizan mis raíces, las cuales trascienden mí sangre y costumbres, haciendo de mí esto que soy. Romi Front
“Domingo”
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Rrioba
“Jueves”
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VICTORIA URQUIZA POESÍA REUNIDA 2017
LA SOLEDAD DE LA CARNE Entre todos los milagros vine a elegir este el de ser siempre una exiliada dentro de mi propio cuerpo Entre todos los segundos vine a elegir este el de ser siempre una errante descomunalmente perdida Entre todos los recuerdos vine a elegir este el de la luz cegándome los ojos alúmbrandome el mundo Entre todas las vidas vine a elegir esta la de los cantos mudos la de la voz ciega. (De Write like a girl, antología del colectivo homónimo, editada en 2017 por Peces de Ciudad.)
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VIII
REGISTROS I
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Entonces fui desierto la arena, lienzo permeable, fue piélago del tiempo.
La trascendencia es haber aprendido a sumar y restar amar con moderación pervivir en la memoria de quien nos nombró agujerear el mundo con la constancia de la gota haber ahorrado llegar con la esperanza húmeda al final de un viaje jugarse al sol la última paciencia. La intrascendencia, en cambio, es escribir este poema. (Inédito)
Anduve en silencio por horas y noches, por estrellas y lamentos el mapa extraño de mis ojos a contraluz me reveló el camino hacia el azar. Amasé los pasos. Fui llama azul encendida. El sol vino a herir los poros del desvelo. Entonces fui desierto. Ahora soy la voz. (De la plaqueta Registros, editada en 2017 por Editorial Mar Adentro.)
BIO Victoria Urquiza es Profesora en Lengua y Literatura, forma parte del grupo-taller “Más allá de las palabras” y del colectivo “Write like a girl”, cuya primera antología fue editada en marzo de 2017. Coordina el Ciclo de arte joven “Oídos aturdidos por palabras jóvenes” destinado a artistas menores de 21 años. Ha publicado en revistas digitales y en algunas antologías. Registros es su primera plaqueta, fue presentada en agosto de este año. Reside en Mendoza. │
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Rayos de luz estenopeicos abstraĂdos de la permanente fragilidad e inestabilidad de la continuidad del tiempo y la transmutaciĂłn del espacio. Instantes atravesados por la atemporalidad, despojados de identidad, resistiendo en las ruinas de lo difuso.
Mariana JuĂĄrez
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CUALQUIER INSTANTE DE TODOS LOS INSTANTES BASTA PARA SABER LA HISTORIA DEL UNIVERSO
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Sobre el autor: Mariana Juárez, experimental constructora de imagen. Le gusta no dominar del todo sus resultados fotográficos. Autogestora. Ex depresiva. Meme lover. Generación 1984, San Juan.
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RAYO CANCIÓN INÉDITOS 2017
RECETE
Enrósquese al amante como una serpiente exótica Sea libre como un perro en el campo plateado una noche de luna Fluya como bote timoneado por un monito sin dirección Elija el rumbo indicado de sus manos como lo haría un buen pulpo Vuele como una gacela al viento Rebote en la cama con la sutileza del canguro Acaricie los pelos de la pierna como lo haría la lengua de un gato Suelte su melena de león salvaje -pero que luzca suave al tacto y sin nuditosBese como dragón cuidadoso Luzca casual como flor de plástico
Listo.
Brille como bichito de luz recién prendido.
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TENGO HOJAS EN EL PELO
Tengo hojas en el pelo me esforcé por ser un árbol quiero armar mi jardín amplio y frondoso ¿mis raíces? en los cuentos que no me animo a escuchar de juncos que se dejaron devorar por la lluvia, por el viento, por el significado que no supieron encontrar no por el tiempo no por el espacio por el miedo por el miedo a no significar
Tengo hojas en el pelo como el pasto en mis pies y los brotes de mis ramas hundo la tierra con marcas profundas en los callos de las plantas en todas las vetas de mi memoria hay barro y raíces enredadas hay cuentos
Tengo hojas en el pelo como los relatos que hablan de los juncos de cuando tenían flores combinaban con mi arbusto con este jardín amplio y frondoso con mis raíces en los cuentos que brotan en el cielo
*** CIGARRO
Arrullo tabaco en un papelito de combustión lenta emboco un filtro en una esquina inicio amaso y cruje suave amaso y cruje firme amaso y cruje fuerte amaso y cruje pausa lamo las orillas lenta pego la vuelta despacio acomodo detalles minuciosa prendo el fuego
Cruje en mi boca y succiona el gusto del descanso el color de la tierra el aroma ancestral arremolino el humo entre mis dientes paseo y suelto el humo del embotellamiento el bullicio del asfalto la soledad en el gentío me relamo vuelvo la llovizna a mi boca roja para comenzar otra vez la fiesta de la nube.
BIO: Rayo Canción tiene 29 años y escribe de manera intermitente desde hace mucho. La poesía de Rayo Canción está poblada de cuerpo y naturaleza, quizás, para intentar compensar tanta cotidianidad porteña. Hace algunos años decidió hacerse (des)cargo y volcarse de lleno a la escritura. Actualmente, se divierte en el taller de Karina Macció en Abasto y en su blog pateandocoches.blogspot.com.ar │
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LXS PUTXS
YO DIGO QUE SOY UNA CHOKA ▪ por Andrés Nocte Soy una choka, una choka mala de hocico incendiario, olfato nefasto para las matemáticas de los vínculos, no entiendo, te perjuro que no. Mi leche como buena perra es poca, cura a los niños del estreñimiento, la sola gota te moja el corazón. Soy la choka del barrio que descansa entre suelas y zapatos podridos por el sol. La que parió en medio del basural y el humo setecientos hijos. La choka puta que un día se organizó y salió al potrero. Sí, tuve que leer cuentos, contar con otras valientes, con otras chokas y entre vino caliente y ojota de liquidación tuvimos que sufrir persecución. Porque a las chokas pobres nos mandan a la cárcel, porque a la perras pobres no les funcionan los derechos a velocidad urgente. Porque sí, porque naciste choka guacha y vas a pagar el precio de tener la cara de pobre, de portar olor a cebo, de saber comer sopas de trapo. Soy la choka mojonera que muchas veces tuvo que comerse la mierda ajena para poder supervivir.
“Mi hocico porta fuego naftero y si no lo apago es porque me hace falta” Y así me fue, en los micros tuve que salir corriendo porque se me venían los muchachos del barrio sedientos del chorro que dejaba en las
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calles. Tuve que andar curvada para que no me metieran el dedo. Muchas veces lo consiguieron. Los cochinos, esos que andan sobre ruedas de plata. Te lo chupan como helado de vainilla, pero una vez que lo tienen dentro te regalan una piña. Para que te quede en la cara el nombre que se le da a una choka, sí, ese que según los educadores nos merecemos las chokas malas. Porque si viniste así a la fiesta con el culo sin lavar te merecés este gesto perra. Entre noticia y noticia también las chokas malas no somos nombradas, no se dice que nos amontonan en sótanos y nos venden de repuesto para alguna travesura sexual, no se dice que con el pelo tapizan sillones, que fríen en nuestra grasa la carnecita gourmet, que al río tiran nuestros cuerpos y después no se toman el agua. Soy una choka, una de oreja parada porque cada vez que habla el perro poronga del barrio, todas las chokas tenemos unas terribles ganas de matar, comernos su carne a mordiscones. Pero después no sacan a palos diciendo que como buena clase miserable debemos aprender mirando los ejemplos. Se nos niega inventar, no se nos permite cantar. Las chokas como yo no andamos solas, no sabemos correr solas, necesitamos a la hermana, a otra choka loba que también tenga bronca, más bronca. Algunas veces perdemos, nos matan y no es lo mismo 116 chokas que 115. Mi hocico porta fuego naftero y si no lo apago es porque me hace falta, me duele un poco menos el pisotón. Las chokas tenemos prohibido
el amor, no permiten que gocemos. Las chokas como yo sólo debemos reproducir, pero ni siquiera lo maravilloso, sino la miseria misma o la misma miseria, para que el perro poronga tenga donde depositar el odio de sus dientes. Nuestras hijas e hijos, hocicos llenos de pobreza. Y si no tenemos pan es porque no entramos en la cuenta de la repartija, nos toca la sobra llena de tierra porque las chokas como yo lamemos el suelo como si fuera un plato.
“Tengo el culo lleno de pestes, tengo las tetas machucadas de tanto golpear puerta” Si por eso conocemos el sabor de la tierra, se parece al del veneno. No porque la tierra sea mala, sino porque al igual que las chokas la tierra está furiosa. Tengo el culo lleno de pestes, tengo las tetas machucadas de tanto golpear puertas para que me den una manta, un calor, un abrazo sin que huelan mi pelo sucio. La choka que soy, la mala perra que soy ahora no cambia, no quiero que me toque la suerte, no es azarosa nuestra comida, tampoco se trata de que una sola choka sea salvada de la mugre, no nos sirve. Porque las chokas tenemos así la cabeza, hecha pija con esto de los patrones. No sabemos bien para qué sirven nuestros genitales, sólo sabemos que dentro de estos hay misiles de carne que derriban murallas enteras, que explotan cuando asomamos el rojo de nuestro dolor.
“Tampoco se trata de que una sola choka sea salvada de la mugre, no nos sirve. Porque las chokas tenemos así la cabeza, hecha pija con esto de los patrones” Soy una choka. Niña, niño, niñe soy una choka juguetona que guarda la ternura lejos en un pocito, en un baldío por si alguna vez se te ocurre besarme la sarna. Te la doy a cambio, porque algo se tiene que dar a cambio, no me gustan las monedas no se pueden mascar ni chupar. No me busques para rescatarme, no doy pena, sólo doy mordisco a quien no me ama. Sí, soy una
maldita perra violenta, pero esto tiene que ver con mi hambre, es que cuando me tomo siete colectivos para llegar a servir a otras perras me da ganas de poner una bomba.
“No me busques para rescatarme, no doy pena, sólo doy mordisco a quien no me ama” Porque ganan más que yo, porque tienen agua caliente, el baño dentro de la casa. Y cuando van a decidir sus perros maridos, siguen decidiendo que yo tengo que buscar agua helada en una canilla que queda a siete kilómetros de mi cucha. Soy una choka mala, siniestra, soy una maldita pasiva perra que empuña una bandera hecha de cartón donde se empaquetaba una heladera que alguna poderosa llenó de frutas extranjeras. Yo la hice gramática de mi causa, mala gramática porque no sé escribir, tampoco se expresarme bien, sólo se gritar, sólo se ladrar a puro reviente. Sí, Dixs no me salva, capaz me está ensañando algo, capaz a través de mi está la perra más perra de todas diciendo que basta loco, que nos pongamos las pilas que entre chokas y demás hagamos algo. ¿No les aburre el mismo mantel, la misma merienda, la misma leche? Sí, ya sé que me vas a decir que la choka no sabe, que la choka no tiene que mierda opinar pero la mugre me la trago yo, pero el baldío siempre es mi rancho. Las chokas como yo sólo sabemos una cosa, que la crueldad es inmensa y que ante ella las resistencia nos pertenece y la revolución nos amontona. ●
Sobre el autor: Andrés Nocte es un escritor emergente, ha pasado por el ámbito académico estudiando letras y eligió el activismo disidente para poner impronta a sus textos. El texto -Yo digo que soy una choca- ha sido leído en torno a la emergencia y a la urgencia. Actualmente Andrés cursa la Carrera de Estudios Teatrales de la UNSJ. *La pintura pertenece a la obra de: Edvard Munch. │
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ZONA BORDER
CON PORNO
NO SE PUEDE TRABAJAR ▪ por Hoax 190│
N
o es una novedad que todos los hombres ven porno durante casi toda su vida, mientras se pare siempre existirá el guante. Tampoco es una novedad que un hombre solo en un cuarto con Internet y sin mucho para hacer, ve porno. Y, mucho menos, deja de ser una novedad el hecho de que la industria del porno prolífica ha crecido muchísimo. Cada año Google publica las palabras mas buscadas del año: ¡adivinen cual es la que siempre gana! Pero hasta para Google ya resulta ridículo publicar eso, y ponen cosas como “Viaje a la luna”, “Buda”, “Eclipse”. Patrañas, la respuesta es porno y siempre lo fue. En Estados Unidos, por dar un ejemplo (aunque no tenga dudas de que en el resto de los países también), la industria del entretenimiento se desarrolla a partir de la triple equis, que siempre esta en el podio. Porno, y después el resto: cine, música, videojuegos, comics, revistas. Porno. Quiero decir, estos tipos realmente mueven grandes riquzas. Pero lo que nadie sabe, o por lo menos nadie habla, es que el porno, además de degenerar la cabeza del hombre de una forma deliciosamente repugnante, es un pésimo compañero de trabajo. Porno.
Esta es mi experiencia: Llego a mi casa con una meta fija en la cabeza: finalizar y empezar entre dos y cuatro textos. Me siento en la computadora pensando en que no voy a abrir el Facebook y, menos aún, no voy a abrir mi página porno favorita que actualiza todos los días como si fuera un puto foro de noticias. Simplemente se la pasan garchando y filmando. Abro el Word y la página en blanco me mira y se ríe de mi. Sin pensar en nada más que en la idea general, comienzo a desglosarla minuciosamente, tratando de comenzar con un desarrollo sustancial de algún tópico cotidiano que lleve lentamente al lector hacia otra cosa más general en la cual resulta, creo yo, imposible no sentirse identificado (y quizás sea lo que estoy haciendo ahora). Es ahí cuando comienza el climax real del acto de escribir: a solas con los dioses en la quieta oscuridad de mi habitación. Aunque no me considere un escritor, me entusiasmo con la idea, y comienzo a hablar
enteramente de lo que me importa decir. Estoy contento. Resulta ser muy satisfactorio y placentero, las cosas están saliendo según lo planeado. Me encuentro en mi cómodo espacio burgués haciendo lo que me gusta sin nadie alrededor que me interrumpa. Las palabras se multiplican sin cesar y las ideas afloran como un campo de soja cordobés, el cenicero rebalsa de colillas. Pero entonces, tarde o temprano, aparece lo que yo llamo “suspenso creativo” (nunca laguna), no sé cómo seguir con la idea ni, mucho menos, qué palabras utilizar. Esto puede deberse a dos cuestiones: o el texto en su conjunto comienza a decepcionarme, o nunca fue una buena idea la que tenía a la hora de sentarme. La noción de haber desperdiciado dos o tres horas de valioso tiempo en algo que no cumple con mis expectativas me perturba. Créanme, para una persona que trabaja con palabras, el tiempo es algo muy preciado y nunca sobra, siempre falta. Entonces comienzo a ahogarme en mi propio río, tirando manotazos al aire, al punto mismo de que ya no tengo ganas de seguir, incluso me duele la espalda y la silla me parece una mierda. En lugar de agarrar un libro para estimular la creatividad, elijo tomar una decisión de la cual no puedo volver. Es ahí cuando mi bulto comienza a ser invadido por una leve sensación de cosquilleo. Sumergido en la culpa de la procrastinación, pienso en una preferencia aproximada mientras dirijo el cursor hacia un lugar prohibido y oscuro: ¿anal? ¿interracial? ¿milf? ¿orgía? ¡Todas! ¿Por qué no? Si sé que están todas esas categorías juntas, todos lo sabemos. Unas buenas milf con un par de negros metiéndosela por el culo no le hacen mal a nadie, o al menos eso creía. Me miento a mí mismo: “bueno, una sola como para liberar el estrés y sigo”. Escribo: anal interracial milf orgía. Como si estuviese en una especie de hemeroteca virtual de la chanchada y fuese el investigador que siempre quise ser, buscando noticias sobre un homicidio sin resolver ocurrido treinta años atrás, fumando puro e insultando a mi jefe, comienzo a navegar entre las miles de opciones que arroja el buscador hasta encontrar │
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una combinación acorde a mis expectativas: ni muy Clase B, ni muy soft. Porque otra cosa que tampoco es una novedad, es que cada sujeto tiene una actriz y una categoría preferida. Sí novias, sí chicas que esperan al príncipe azul. Debo decirles que esto es ¿lamentablemente? cierto. El príncipe azul se hizo una paja y después salió para tú casa, quizás por eso llegó diez minutos tarde. Comienza el ritual, y mientras busco entre la amplia oferta pienso que tengo a mis espaldas la sombra moral de miles y miles de hombres en toda la historia del ser humano que se han masturbado, ellos me protegen y me honran. Ellos tapan mis desgracias con la mano derecha y el simple hecho de haber existido antes que yo. Me imagino, no sé, a... ¿Nietzsche? masturbándose, a Huxley, Coupland, Welsh, Carver. Todos ellos también se masturbaban, quizás incluso eran mucho mas depravados que yo, pero eso no impidió que sean grandes cerebros para la escritura. Así es como me consuelo, pensando en que es natural y puramente complementario; filosófico y esquemático al mismo tiempo. Abro unas cinco o seis pestañas (el sistema de pestañas ha facilitado el trámite, mierda), y voy alternando según una rebuscada taxonomía: cuando me cansé de la mamada de alguna niña pretenciosa, paso a la penetración de la otra pestaña, si esa no me excita lo suficiente paso a otra que muestra un anal hardcore; o recuerdo cuál fue el video que me gustó más por la imagen y empiezo por ese, sucesivamente. Me la manoseo mientras observo la piel tersa y bronceada con la atención digna de un congreso sobre la fosilización erosionada por las lluvias ácidas de la era mesozoica en la jodida Cordillera de Los Andes. El gusano flácido que colgaba de mis manos se convirtió en una sólida barra de acero y comienzo a masturbarme con desenfreno, pensando en que sí aplicase el mismo entusiasmo para escribir ya sería una especie de Arthur Miller 2.0. Pero uno se acostumbra a todo y acepta el devenir de los hechos. Algo que hay que prever, si no querés acabar con todas tus camisetas llenas de esperma, es el final. Con regularidad se me pasa por alto el rollo de la higiene, ¿saben? Debería ir a buscar papel o una servilleta antes de masturbarme, pero la ansiedad por tener una
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buena eyaculación y aprovechar el momento al máximo siempre gana. Entonces cada vez que alguien entra a mi cuarto verá una remera enchastrada tirada al lado del escritorio. Dejo la ventana incógnita abierta creyendo que permanecerá ahí un largo rato sin que ni siquiera la mire, pero cada vez que quiero buscar, digamos, la “legal”, la otra muy pervertida se muestra con un título como “las calientes amigas de papá”, me hago el serio un rato y trato de ignorar el éxtasis que esa proyección me genera. Se supone que debo retomar el trabajo y aprovechar el tiempo al máximo. Pero no es más que otra mentira, vuelvo a masturbarme. A medida que acrecienta el número de disparos, menos potencia contienen las balas. No sé si me siguen. Al cabo de un rato ya ni quiero pensar en la cantidad de veces que me masturbé, me doy bronca e incluso asco. Miro el reloj y ya son las cinco de la mañana. Trato de teclear algo pero mis dedos están acalambrados por haber estado empuñando mi verga un largo rato y además tengo sueño, cada disparo equivale a una pérdida considerable de energía. Pero, sobre todo, no tengo ideas. Tanto porno me bloqueó las neuronas y en mi cabeza sólo hay fricción de órganos sexuales. Estuve casi tres horas sentado y ahí me encuentro, hundido hasta las rodillas en un río de vaginas. En mi cabeza, toda mínima aspiración vocacional se pone en duda y desespero. Con la mano derecha pegajosa y un olor similar al de la carne cruda en mi entrepiernas, me voy a dormir postergando toda la actividad un día más, prometiendo que mañana finalizaré todo y aceptando el hecho de que con porno... con porno no se puede trabajar. Como si fueran dos actividades antagónicas imposibles de concebir en paralelo. A partir de mi experiencia, cada vez que un hombre dice ser una persona espiritual pienso en consultarle cuántas veces se masturba a la semana. Aunque nunca formule tal pregunta, estoy seguro de que la respuesta, incomoda, siempre será la misma: varias. ● Sobre el autor: Hoax es como un virus que atraviesa tus ojos con palabras filosas en historias que nadie contaría. Sus principales inspiraciones son las drogas, el porno y el punk. Le encanta oler meadas y masturbarse pensando en tú novia. Dicen que reside en Córdoba y camina solo por las noches de invierno.
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Sobre el autor: Yimi es el alter ego de una piba que dibuja, aunque podría ser el tuyo, el de tú vecino, o el de esa persona que te gustó cuando cruzabas la calle. En el mundo de microfibras y ansiedad, vive un mechón blanco. Un personaje que prefiere montar dinosaurios a intentar resolver los problemas de manera tradicional. Yimi es todo lo absurdo que no nos animamos a imaginar. Por suerte esta chica, medio bailarina, efusiva y colgada, nos lleva a la incomodidad de idear un poco más allá de lo establecido. Crea para ella, pero también para aquellos que necesitamos un baño de humor con cafeína y azúcar. │
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EDITORIAL
UNA MONTAÑA DE AMOR
Me he propuesto a modo de presentación redactar algunas cuántas líneas en el intento por traducir el nacimiento de una Revista Independiente. Pienso en el sacrificio de los que mueren a diario creyendo y reventando el Periodismo, en el ejercicio de inmersión y denuncia frente a la suciedad que nos rodea; en la misión de dar testimonios en momentos difíciles. Ahora que nos jugamos las cartas puedo afirmar que encuentro un espacio vagamente vacío de contenido en la provincia de San Juan, creo –y ya era tiempo de decirlo– necesitamos encontrarnos y activar la bomba de una buena vez. En tiempos donde la vida se resume en una foto, en una página de Internet, proponemos intervenir las redes sociales, en un amplio concepto, no sólo referido al marco que ofrece una pantalla, sino a la red que nace y muere en la esquina de un barrio, la red que encierra circuitos culturales, la red que nos atrapa en el discurso político; la red que arrojamos, es en definitiva y por qué no decirlo, una montaña de amor. Creemos también en que es necesario hacer uso de las herramientas que están a nuestro alcance; Internet siempre nos pareció una basura, sostenemos que sería óptimo trabajar para un formato físico, pero la realidad social en la que nos encontramos no nos permite abordar la idea de que estas letras le lleguen a usted en formato impreso. Podríamos quedarnos en algún bar discutiendo acerca del Periodismo, o analizando la censura que sufrimos hacia nuestro primer proyecto hace algunos años, un programa de radio al que hoy ya hemos enterrado. Pero un guerrero no se detiene jamás, y un puñado de locos que creen en el Periodismo Alternativo no dejan núnca de soñar. Revista Montañas de Papel, es a mi modo de ver las cosas, un espacio donde tú voz se convierte en letras, en postales luminosas, en la construcción permanente de una obra que trasciende fronteras. Las conversaciones comunes cobran importancia, plantear lo que nos rodea mientras otros observan hacia otra esfera. No desconocer lo que prefieren olvidar, no callar lo que se busca silenciar, decir lo que necesitamos que se diga. Ya hemos visto suficiente muerte como esclavos del poder, ya conocimos el sabor de la sangre, no podemos perder más tiempo. Sabemos que ingresamos en un terreno difícil de comprender, complicado de aceptar porque siempre caminamos por dónde caminan los nadies. Siempre fuimos nadie, y así seremos uno y uno con el todo, y eso nos permite pararnos frente a la realidad y ajustarle una patada justo en donde más duele. Nos paramos de manos, estaremos preparados para presentar batalla donde sea necesario. Los años pasan y los que escribimos el ritmo de los días vamos acumulando textos por todas partes, la habitación se transformó en una redacción, escritos que van desde poesía, pasando por ensayos hasta llegar a la crónica latinoamericana. Hay guiones, reseñas, entrevistas, editoriales, y un montón de palabras que se apilan en un rincón, letras que junto al papel forman una montaña gigante, quizá la única montaña que jamás podrán ultrajar y contaminar los enfermos de poder. Necesitamos encontrarnos, –insisto– debemos armar la bomba. Montañas de Papel se lanza al universo espacial, para que todos los astronautas que quedaron perdidos encuentren un espacio dónde buscar el decir no sea más la cima incansable.
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Leandro Fuentes Sobelvio
Sentía que la única oportunidad ahora era la posibilidad de que hubiésemos cometido tantos excesos que ninguna persona con el poder de castigarnos pudiera creerlo. │
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EDITORIAL
Arrojamos algunas líneas al papel, esnifamos cada letra como la última. Quebramos en el baño sucio de algún bar en el trabajo de tipear un texto que justifique nuestro tiempo en el sacrificio de escribir, queremos destruir los límites hasta convertir la tinta en sangre. Cuando suceda sabremos de qué estamos hechos. Mientras tanto queda trabajo por hacer. Hoy nace la primer Trilogía de Montañas de Papel y queremos ir por más, es urgente amar y armar alto pogo. Todo esto es nuevo, lo hicimos para vos. Somos los socios del desierto en tránsito permanente, tiempo atrás nos olvidamos de nosotros queriendo escapar en la velocidad de las ciudades modernas; aún recuerdo los gritos desesperados de los desamparados ocultos atrás de la luna. La fuerza del mar nos llevó hasta una casa perdida en la montaña, —es estúpido intentar huir del lugar donde uno pertenece—, era una casa abandonada, vacía de sentido; ahí comenzamos a soñar. Soñar es un ejercicio sobrevalorado, mis amigos, los mismos de siempre, dicen que soñar despiertos carga con un precio demasiado caro. Ayer dibujamos una bandera para plantar en la cima de la montaña. Ahora nos encontramos naciendo en nuestra casa, la casa de todos ustedes.
LA CASA (oKupas)
En el interior crecen ritmos nuevos, decidimos construir para decir: acá estamos. Creemos en estas armas, necesitamos encontrarnos y activar la bomba; no podemos perder más tiempo. Para nosotros lengua y lenguaje están ligados estrictamente a nuestra situación coyuntural de toma de poder. Una vez que tomemos el poder podremos permitirnos discusiones sobre problemas de estilo o construcción. La redacción se transformó en una trinchera, eso es importante que suceda si queremos hablar de revolución. “El oscuro oficio de escribir”, “Los niños que escriben en el cielo” y “Mi casa ha sido tomada por las flores” es una bandera. Hablamos del lugar que debe ocupar el periodismo, hablamos de hacernos cargo de nuestro reloj. En esto último es preciso una dosis de rock. Todo proyecto con aire alternativo gestándose en el desierto es un atentado, un motín sin buena suerte; un arrebato ligero con una lista de muertos que no dicen nada. Lo dueños de todas las demás cosas han decidido sobre nuestra voz, nos convirtieron en los engranajes precisos para que la maquinaria opere sin problema alguno, en un territorio anestesiado por demás, el aparato de poder nos come los pies. Desde acá trabajamos duro donde las ideas que forjan el nacimiento de la nueva generación son destinadas a ocupar un nicho del que nadie mañana recordará; la figura de nuestro cadáver exquisito en tránsito permanente los atravesará. Quiero soñar un poco en tus ojos, rezo por vos. Estamos irreversiblemente sentenciados a perder, la historia nos excede, el reloj girará hasta encontrar la razón de ser. Seremos caballos fluorescentes entre la niebla, somos lo mejor que podemos hacer; una Revista Under, oscilando patearles el orto a todo lo que no va. Destruyendo altares por tú amor, construyendo un espacio mejor. La guerra ya comenzó, vamos a dar batalla desde nuestra montaña. Allí donde nacen animales extraños, soldados al servicio de la palabra. Nosotros no somos escritores, ni periodistas; somos francotiradores. Ayer encontré una máquina de escribir en la terraza, encontré un arma, comencé a disparar; ahora estoy arriba de mi casa con una Remington del año ´66. Pensé en que era necesario armar nuestro próximo movimiento. Necesitamos algo de bardo, todo esto es nuevo, lo hicimos para vos.
Leandro Fuentes Sobelvio.-
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La posibilidad de derrumbamiento físico y mental ahora es muy real. No hay compasión para el Diablo.
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ENTREVISTA
EL FUEGO QUE HEMOS CONSTRUIDO ▪ por Abril Pávlov
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EL DISPARADOR INICIAL FUE HACER LA REVISTA QUE NOS GUSTARÍA LEER. Lean Fuentes
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[ENTREVISTA] —¿Es necesario que te preguntemos cómo nació el nombre de la revista?
—¿Qué es eso de Capítulos y Trilogías en una revista?
—Es una pregunta común, pero supongo que necesaria para el público...
—La idea de lanzar las publicaciones bajo el rótulo de capítulo es porque no somos una revista comercial, ya no hablamos de número tal, otra diferencia con otras revistas. La verdad es que son capítulos, nuestra revista tiene un gran porcentaje de literatura, por ahí creo que va. Estamos en permanente experimentación, todo el tiempo estamos investigando, aprendiendo más y más, siempre con el corazón como guía, nuestro proyecto editorial sigue siendo una obra en construcción, la redacción es como un gran laboratorio que luego se transforma en una trinchera. Creo que lo mejor que logramos fue tener conciencia de que tenemos las armas y hay que usarlas para defender la montaña.
—¿Cómo nació? —Observando las montañas en San Juan y los textos que se apilaban en mi habitación. Pasaron algunos años y yo encontré en el acto de escribir un fuego inmenso, eso generó estar en movimiento permanente. Siempre descreí de la formación de periodismo que realizan en la academia, sentía que afuera, en la calle están pasando cosas y necesitaba estar ahí, traduciendo el reloj que nos atraviesa. —¿Cómo fue el proceso de comenzar a publicar el proyecto MDP? —Estuvo genial, ahora ya es algo “normal”, pero al principio fue extraño para nosotros, en la redacción había un clima de incertidumbre y mucha alegría cuando lanzamos el primer capítulo, es extraño porque no sabíamos cómo iba a funcionar, simplemente apostamos y ahora puedo decir que ganamos. Ganamos porque la revi continúa creciendo, nuestros relevamientos de datos indican que la revi pegó fuerte, lo demás ya es gratitud total. Ya tenemos nuestra primer Trilogía.
“Queremos romper con los formatos convencionales que existen en la prensa gráfica, en un momento donde se hacen revistas como si se tratara de hacer hamburguesas es importante animarse a armar otro estilo, otras formas de producción” 208│
“Lo mejor que logramos fue tener conciencia de que tenemos las armas y hay que usarlas para defender la montaña” —Tienen un discurso muy marcado en cada capítulo de la revista que apunta hacia el gobierno y las instituciones de poder, incluso una sección que se llama “San Juan Me Mata”. Leí en una entrevista que te hicieron que ya conociste la censura, pareciera que no aprendiste nada… —Sabemos que nuestro mensaje no cae muy bien a los sectores que ejecutan los destinos del pueblo, era obvio que pasara eso, y está bien, asumimos una posición, las convicciones están firmes y en una provincia donde está lleno de tibios lanzar una revi que se la juega genera un bardo, y a nosotros nos encanta el bardo, en realidad el problema ahora lo tienen ellos. Nosotros nacimos para quedarnos al servicio del Periodismo como herramienta de transformación social.
[LEANDRO FUENTES] —¿Cuál es el presente de la revista? —Caos, cerveza, discos, libros y otras yerbas. Ahora presentamos nuestra primer Trilogía “El fuego que hemos construido” sería lo mejor de los 3 capítulos que habíamos publicado más algunas cositas nuevas, material inédito que en algún momento no estabamos seguro de publicar y ahora sale a la luz. Luego de forma “edición especial” estamos armando un capítulo sobre el ciclo “Barcos en la Montaña” que fue nuestro primer encuentro con nuestros lectores; ahí, esa noche se completo la Trilogía. —¿Es un trabajo más conceptual? —Sí, queremos romper con los formatos convencionales que existen en la prensa gráfica, en un momento donde se hacen revistas como si se tratara de hacer hamburguesas es importante animarse a armar otro estilo, otras formas de producción. No se trata sólo de tener algo para decir, eso es básico, nosotros siempre sabíamos qué era lo que teníamos para decir, superamos esa primera fase y lo siguiente fue armar un lindo nicho para nuestras canciones urgentes.
“Nosotros siempre sabíamos qué era lo que teníamos para decir, superamos esa primera fase y lo siguiente fue armar un lindo nicho para nuestras canciones urgentes” —La revista tiene una diagramación muy particular, se nota que hay un trabajo atrás del caos... —Claro, toda manifestación artística necesita una dósis de caos. Si te fijás nuestro arte de tapa y contratapa es muy diferente a otras revistas o fanzines, nos importa presentar un diseño limpio, que funcione como coleccionable, ahí ya te das cuenta que acá pasa otra cosa, por lo
general en otras revistas las tapas están súper contaminadas de títulos, avances con la foto del entrevistado más importante, o tenés el nombre de la revista enorme y el nuestro es como un detalle ahí. Nos pareció bien trabajar así. —Siempre se dijo que la poesía no vende, y ustedes tienen una gran cantidad de poemas en cada publicación que hacen, además tienen fotografías analógicas que es bastante caro trabajar con ese estilo de cámaras. —Lo que pasa con la Poesía y la Fotografía es muy personal, yo venía trabajando en publicar una plaqueta de poemas y ya trabajaba con cámaras analógicas, onda camarita de juguetes que habían en casa y construía collage con fotos y poemas, me re gusta hacer esas cosas; hay un color muy especial que conseguís trabajando en eso. Toda esa idea la trasladé a la revi, armando secciones para poesía y fotografía. Después si no vende realmente no me interesa, para mí es lo más hermoso que tiene la revi. —¿Cómo te sentís con la responsabilidad de ser el Editor? —Siempre creí que la figura del editor era algo así como la sombra de un verdugo, el tipo que decide que es publicable y que no. Me pasó de ser publicablemente rechazado, al principio te genera un dolor, después comprendés que esto es así y que lo único que podés hacer es trabajar más y más. Además creces y entendés que pensar en publicar es un error, la obra verá luz cuando deba ser, y ya. Creo que al haber pasado por todas esas secuencias me ayudó a ser un editor que piensa más en el amor y no en medir las palabras con fines comerciales. Tengo la sensación de que hay editores más cerca del amor, lo que pasa es que estamos un poco escondidos.
“Nuestra revista tiene un gran porcentaje de literatura, por ahí creo que va” │
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[ENTREVISTA] —¿De qué hablamos cuando hablamos de un proyecto Independiente?
—¿Cómo es trabajar en un proyecto editorial under en San Juan?
—Y los proyectos alternativos, independientes, autogestivos y todas las demás etiquetas que corresponden a formas de trabajo por fuera del sistema capitalista es un conflicto, un gran conflicto, rara vez tienen proyección a futuro, las personas se cansan de apostar a un caballo que nunca gana, eso es real, pero si las convicciones están firmes el conflicto deja de existir. Hay suficientes ejemplos como para no desanimar, el tema es saber que si querés hacer guita deberías pensar en ponerte un kiosco y no en arriesgar los sueños.
—Se necesita un gran corazón y poner todo lo que sea necesario al servicio del proyecto. En San Juan hay personas que escriben muy bien, hay un gran potencial, lo que pasa es que antes estaba invisibilizado, nadie pensó en que hay un par de locos que están encerrados escribiendo, como yo vengo desde un lugar donde me costó conseguir un espacio para leer poesía o mostrar lo que venía trabajando en Periodismo y Literatura, conocía muy bien lo que estaba pasando, por eso nuestro amor de ofrecer un espacio a todas esas personitas que están trabajando en una completa y absoluta soledad.
“Nuestro arte de tapa y contratapa es muy diferente a otras revistas, nos importa presentar un diseño limpio, que funcione como coleccionable, ahí ya te das cuenta que acá pasa otra cosa” —La revista apunta a bandas que no pertenecen al Mainstream, eso equivale a no tener un gran alcance de público en relación a la resonancia que puede disparar la banda entrevistada. —Sí lo pensamos de esa forma puede ser, seguro que si haces una entrevista a La Renga tenga mayor alcance, pero creo que ya fueron ese estilo de bandas y que el futuro de la música está en los proyectos que algunos llaman “Indie”, tal vez ahora como que estalló todo eso y por suerte las canciones llegaron a un mayor número de público, pero si te fijás todas estas bandas relativamente “nuevas” llevan un tiempo trabajando, hay de todo, como siempre, pero nos damos el gusto de trabajar con las bandas que nos gustan. En realidad el disparador inicial fue hacer la revista que nos gustaría leer, creo que lo conseguimos.
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—¿Alguna anécdota para contar en relación a la revi? —No sé, pasaron demasiadas cosas en tan poco tiempo, nosotros no esperábamos nada, sólo hicimos lo que había que hacer y ya. Ahora recuerdo que el día que lanzamos el capítulo 2 fuimos a festejar cerca de un río, era de noche y estaba en luna llena, después de un par de cervezas y unas flores apareció un silencio perfecto; veíamos el agua correr y las montañas ahí, siempre las montañas cercas, ése día comprendimos que íbamos por el camino correcto.
“Siempre creí que la figura del editor era algo así como la sombra de un verdugo, el tipo que decide que es publicable y que no. Me pasó de ser publicablemente rechazado, al principio te genera un dolor, después comprendés que esto es así y que lo único que podés hacer es trabajar más y más”
[LEANDRO FUENTES] —En las entrevistas que realizás terminas cediendo la palabra al entrevistado, ahora nosotros vamos a ofrecerte cerrar a vos: —Tenés que armar una colección de 5 revistas, ¿cuáles serían? —Cerdos & Peces - Expreso Imaginario - Revista Pelo - Sudestada - Orsai. En ese orden. —¿Un lugar en el mundo? —Donde haya montañas estará bien. —Si hoy fuéramos al cine, ¿qué película te gustaría ver? —Pulp Fiction. —Un poeta. —Spinetta.
—Para aquellos que aún no leyeron Montañas de Papel ¿Cómo les contarías de qué va? —Van a encontrar textos y luces para el fin del mundo. —Algún mensaje que quieras dejarnos… —Crean en ustedes, son mucho mejor que los demás.
Entrevista realizada por Prensa Limón, 2017/11/28. Sobre el autor Abril Pávlov nació en General Roca en 1986. Licenciada en Publicidad y Propaganda. Trabajó para Coca-Cola y asegura que esa gaseosa es veneno. En las noches de insomnio se dedica a interpretar los mensajes que llegan a su antena, trabaja duro en algunos diseños minimalistas que esperan ver luz.
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CONTRA TODOS LOS MALES DE ESTE MUNDO ▪ por Prensa Limón. Lanzar una revista al espacio es un bardo hermoso, lleva mucho tiempo, sobre todo si no sabes nada de cómo encarar una revista. Lo nuestro es puro corazón. Realmente es un desafío armar una Revista Under entre tanta contaminación, en el caos de la velocidad de la ciudad nos encontramos apostando en los niños que escriben en el cielo. Creemos en estas armas, sabemos que hay un público que espera el ritmo nuevo de las palabras, la música de la nueva generación, traducido en letras para el fin del mundo. Estamos acá, reventando la redacción para llegar, cada vez más lejos. Necesitamos encontrarnos, tenemos algo que decir. Agradecemos a todos nuestros lectores por el aguante, por entender que es realmente importante que exista una revista para que todos y todas ya no nos encontremos solos. Sabemos qué significa jugarse todo, y no hallar un lugar donde vean luz los trabajos y las noches. Nuestra casa es un hogar pequeño, pero hay lugar para todos ustedes. Necesitamos que sepan que estamos súper felices por los colaboradores que integran este proyecto, cada uno de ellos confió en nosotros, y eso ya es más que suficiente, más cuando simplemente no esperas nada. Necesitamos que sigan apareciendo seres de luz en nuestras filas, realmente los necesitamos, esta revista ya comenzó a disparar.-
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