Revista q 24 marzo 2012

Page 1

LA REVISTA DE LA CIUDAD

Mujeres

felices, sabias, seguras Distribuci贸n mensual gratuita Marzo 2012. no. 24 20.000 ejemplares

Las comunidades migrantes buscan la vida Un viaje en metro por seis pa铆ses Una conversaci贸n al vuelo con Marcelo Aguirre

1


2


3


MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO, 2012 AUGUSTO BARRERA G. Alcalde del Distrito Metropolitano de Quito JUAN CARLOS GÓMEZ Secretario de Comunicación MDMQ CARLOS VILLACÍS NOLIVOS Director Metropolitano de Medios Públicos CONSEJO EDITORIAL Mauro Cerbino Lucía Durán Paulina Recalde Hernán Reyes Ernesto Proaño Juan Paz y Miño EDITOR GENERAL Alfonso Espinosa Andrade FOTOGRAFÍA Martín Jaramillo Serrano

12

36

44

DIRECCIÓN DE ARTE Revista Q

72

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN Diana Armas / Revista Q

Otro Enfoque Desnaturalizar la violencia Cartas del lector Tu ciudad en cifras Diversidades Extraños en la ciudad Plantas y bichos de Quito Alfaro, memoria y monumento Central Ciudad segura para las mujeres Generación de los 60 Cartas de mujeres ¡Basta! Mujeres indispensables Una vida de mujer en un día

5 6 7

8 12 16

20 25 30 34 36 42

Con sentido ¿Cómo suenan los metros de Latinoamérica? Veeduría GLBT Agua Santa En el camino de las mujeres Amaguaña: la fiesta mayr es el carnaval Culturas Cuando el pintor encontró la palabra Pescador Día de la poesía Viene John Zorn Susana Reyes Música Sacra Imperdibles

INFOGRAFÍAS Diana Armas

44 50 52 54 56

62 66 70 72 74 76 78

PASANTES / Sala de redacción Verónica Suárez Nancy Padilla María Fernanda Becerra FOTO PORTADA: Willo Ayllon COMERCIALIZACIÓN Priscila Espinosa larevistadelaciudad@gmail.com Telef: 2280514 ext. 3070 / 098682026 MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO Dirección: Palacio Municipal, Venezuela entre Chile y Espejo / www.quito.gov.ec Número 24. Marzo 2012 20.000 ejemplares MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO, 2012 Los artículos de opinión son responsabilidad exclusiva de los autores y no comprometen a la revista ni a sus editores. PRODUCCIÓN: Revista Q IMPRESIÓN: Imprenta Mariscal / Av. 6 de diciembre 7015 Telf: 2449710 / ventas@imprentamariscal.com COPYLEFT: Invitamos a la reproducción citando la fuente

4


otro

enfoque Desnaturalizar la violencia Las mujeres, en Quito, han tenido dificultades para disfrutar de la ciudad. Esta urbe, hija de las tradiciones machistas de España y del Incario, ha recorrido un largo camino hacia la equidad, la igualdad y el respeto. No es que ya hayamos llegado a puerto, pero por lo menos ya sabemos hacia dónde caminamos. El afán de tener una ciudad más segura para mujeres, niñas y adolescentes se ha vuelto una sana obsesión del Municipio, pero ningún programa en este sentido es una vara mágica. La tarea, ardua y compleja, de largo aliento, es cambiar las prácticas culturales de exclusión y violencia que tradicionalmente han imperado en la ciudad. Se trata de dejar de creer que son normales o naturales los abusos simbólicos, como una “mandada de mano” o un “piropo”, que en realidad dispara una propuesta sexual. Contra esa violencia naturalizada se oponen políticas públicas que encaminan inversiones y acciones concretas. La toma de conciencia es uno de los puntos clave para lograr el objetivo de una vida digna y alegre para ellas. La Revista Q se fue de Quito un ratico, para recoger la rica experiencia de un centro interdisciplinario y pluricultural contra la violencia intrafamiliar, en Cotacachi, donde la conciencia sobre los derechos de las mujeres cala hondo también en los hombres de la comunidad.

La toma de conciencia, en otro registro, fue la que movió a las mujeres jóvenes de los años 60 a romper moldes familiares, académicos, profesionales… Desde esa conciencia recuperada, ganada, conquistada, las mujeres han sido protagonistas de una infinidad de aspectos de la vida de la ciudad: el teatro, las letras, la investigación… Hay decenas de áreas que no serían lo que son, sin la participación determinante de algunas mujeres. Hacemos un repaso, que por supuesto es un botón de muestra sobre el talento femenino que se manifiesta en la capital. Más allá del tema central, hacemos un recorrido por los metros de Latinoamérica, damos un vistazo al preestreno de la película ‘Pescador’, de Sebastián Cordero, conversamos con el pintor Marcelo Aguirre (que publicó un libro antológico de su obra) y repasamos las especies naturales propias del ecosistema quiteño.

Alfonso Espinosa Andrade EDITOR REVISTA Q 5


Cartas del lector

Estimados lectores, Agradecemos su apoyo y los comentarios que nos hacen llegar. Además reiteramos la invitación para que continúen proponiendo temas y se animen a escribir artículos de interés para la ciudad. Escríbanos a: larevistadelaciudad@gmail.com

14 de febrero El radiodifusor Marco Chiriboga Villaquirán, de paso por la Revista Q, nos dejó un dato histórico que acabó “cayéndose” de nuestra edición de febrero. El 14 de febrero. Fue en esa fecha, en el año de 1556, cuando don Felipe, Rey de España, dispuso que la villa de Quito fuera elevada a categoría de ciudad, calificándola de “muy noble y muy leal”. Por ello, desde hace algunos años y por iniciativa de don Marco, ese día es el día de Amor a Quito, que se celebra con geranios. Este año, el festejo principal fue en la avenida 24 de Mayo, revitalizada hace poco para beneficio de la ciudad.

La cruz de los enamorados Una lectora de 91 años, cuencana radicada desde hace 80 años en Quito, co 6

menta sobre nuestra edición de febrero, dedicada al amor y al sexo en la ciudad, que la cruz de la iglesia de La Compañía servía, hace unos 70 años más o menos, como buzón clandestino de mensajes entre enamorados y amantes: “se dejaban papelitos entre las rendijas de las piedras, a veces escritos en clave”. Un datico sobre el Quito de antes...

Una lectora contenta Sólo un hombre “mal casado” o un hijo extremadamente observador del matrimonio de sus padres , puede escribir algo tan crudo y con la verdad en la mano. Me refiero al artículo de Sexo y amor de la Revista Q 23, de febrero.

La verdad es que me reí montones y lo que dices ahí es la plena. Qué pena por las quiteñas, pero déjame decirte que en la costa sucede lo mismo y allá a veces es peor, porque luego de casadas empiezan el estado de “engorde” y descuido que te faltó mencionar. Pero chévere, ni en los mejores temas de otras revistas he leído algo tan real y con el toque de humor que le das. Ingrid Estupiñán PD: Tengo 20 años viviendo en Quito y he ido al Centro Histórico algunas veces, pero me dejas con la inquietud de visitar la casa de la García Moreno...


Tu ciudad en cifras Unidades de vivienda en Quito

Rural:

328

urbano:

159

Total:

487

Choza

Rural:

894

urbano:

684

Total:

1 578

Covacha

Rural: urbano: Total:

634 87 721

Rancho

Rural:

17 811

urbano:

16 687

Total:

34 498

Media agua

Más información y estadísticas en: www.institutodelaciudad.com.ec

Rural:

11 328

urbano:

53 644

Total:

64 972

Quito, una ciudad de departamentos En las ciudades, la calidad de vida se relaciona con la dotación de servicios básicos. Entre ellos está el acceso a vivienda y hábitat dignos. Un análisis sobre la situación de la vivienda en Quito a partir de los datos del Censo de Población y Vivienda 2010 muestran que, a diferencia de otras ciudades del país, la mayoría de la población de Quito vive en departamentos y no en casas o villas. Además, es la única ciudad del país en donde hay más viviendas en arriendo que en propiedad. Esto refleja una mayor movilidad de domicilio de la población. Llama la atención el hecho de que una gran cantidad de este arriendo corresponde a cuartos

en casa de inquilinato, lo que puede ser interpretado como el resultado de población de bajos recursos o estudiantes universitarios que buscan oportunidades en la ciudad. De su lado, la Administración Zonal Los Chillos presenta el mayor porcentaje de viviendas en propiedad (41,1%) y el menor número de viviendas en arriendo (21,4%). Es importante también notar que la mayor parte de viviendas en proceso de adquisición se encuentran en Calderón (13,4%), Los Chillos (11,4%) y la Delicia (10,4%), lugares en donde hemos visto un gran crecimiento poblacional y del mercado inmobiliario en la última década.

Cuarto en casa de inquilinato

Rural:

26 549

urbano: 222 318 Total:

248 867

Departamento en casa o edificio

Rural:

250 246

urbano: 159 415 Total:

409 661

Casa / Villa

7


Diversidades

Extraños en la

ciudad

Texto: Carla Maldonado • fotos: Martín Jaramillo cmaldonadopazmino@gmail.com

8


Q

uito, como Milán, Roma o Madrid, hoy tiene un rostro multicultural. Abrió sus puertas a nuevos huéspedes, que no solo llegaron de la vecina Colombia o “de la isla”, como le dicen sus hijos a Cuba, sino también de Nigeria, Burkina Faso, o Sierra Leona. Otros, incluso, viajaron desde lugares más lejanos, como Pakistán o Sri Lanka. En las calles de la capital ecuatoriana se cruzan los inmigrantes latinoamericanos, africanos y asiáticos. En el sector de la Mariscal, corazón comercial y cosmopolita de Quito, los nigerianos hablan en inglés mientras que los senegaleses se comunican en francés. En las peluquerías de “la zona”, como se conoce a La Mariscal, se escuchan voces con cadencia colombiana, que tratan con gentileza extrema a sus numerosos clientes. También se ha vuelto frecuente uno que otro “oye chico….”, de los cubanos. También se ven algunas mujeres, que esperan que la luz del semáforo les sea favorable ataviadas con el tradicional “hiyab” (pañuelo, velo islámico) cubriendo sus cabellos. En las calles del barrio, llenas de restaurantes, bares y cafés para todos los gustos y bolsillos, se mezclan los “perfumes” de la comida “chatarra” o de mar, con los olores fuertes de las especies de los platos hindúes, que también se usan en Pakistán. Allí también florecen los negocios de Internet y de cabinas telefónicas, igual que en los barrios de inmigrantes en París o Londres. Pero en esos sitios no solo llaman a los familiares o amigos de sus países de origen, sino que además son “puntos de encuentros” donde compartir las penas y alegrías que les deja vivir en la capital de los quiteños. Los inmigrantes locales en tierras ajenas y los inmigrantes extranjeros en suelo quiteño (y del resto de ciudades en Ecuador) comparten los mismos problemas: les faltan permisos de trabajo para evitar la explotación (acá son mano de obra ilegal para algunos floricultores); les resulta difícil alquilar departamentos

o piezas, y sufren discriminación. “Los quiteños no están preparados para recibir a los extranjeros, desconocen a las comunidades que viven en su propio territorio. Tienen miedo de ellos y eso les produce inseguridad y rechazo”, explica Raúl Moscoso, del Centro de Investigaciones Ciudad, del Municipio de Quito. En el Ecuador viven 195 175 extranjeros, según el censo de 2010. La mayoría de ellos son colombianos, le siguen los peruanos y los cubanos.

De África, la cuna de la humanidad, a la Mitad del Mundo Aún en La Mariscal, en el parque Julio Andrade, está Cajetan Iloh Iloanuka, presidente de la Asociación de Africanos en Ecuador. Él viene de Nigeria, país del Golfo de Guinea. Nigeria fue una colonia inglesa y es el país más poblado del continente africano, con 135 millones de habitantes. Vestido con un traje oscuro y formal, Cajetan habla un perfecto castellano, con acento quiteño. Es teólogo y pastor de la Iglesia Anglicana. Llegó en 1998 para apoyar las actividades de ese culto cristiano en Ecuador. Se estableció en Quito, se casó con una esmeraldeña y tiene tres hijos. El pastor, quien también es docente de inglés y ex funcionario de la embajada de su país en Ecuador, dice que la cultura ecuatoriana y la africana son diferentes, aunque rescata una similitud: “la capacidad para dar y recibir amor”. Pero, señala que él, como extranjero, debe adaptarse a las costumbres locales. Según Cajetan, en Quito hay inmigrantes de 13 países africanos: Marruecos y Egipto (norte de África) , Burkina Faso, Ghana, Sierra Leona, Guinea, Costa de Marfil, Gambia, Nigeria (oeste de África), Camerún (África central), Angola (suroeste África), Tanzania y Kenia (este de África). Según las estimaciones no oficiales, alrededor de 800 personas, la mayoría de Nigeria y de Camerún, ex colonia ale-

mana y francesa, se han establecido en Quito. Los ciudadanos de ese continente solían emigrar a Europa para “devolverles la visita” a sus colonizadores, antes de que ellos impusieran el territorio Schengen (1995, visado para los países que estén fuera de la eurozona). Pero a partir de 2008, cuando el Gobierno ecuatoriano anunció que los ciudadanos del mundo son “libres de transitar por donde quieran”, los africanos se “volcaron” hacia Ecuador, porque creyeron que era una “nación de oportunidades”. “Vienen por trabajo. Algunos tienen pequeños negocios, son voluntarios de las Naciones Unidas, profesores de inglés, limpian oficinas, y pocos se dedican a traficar droga”, explica Cajetan. Como tantos inmigrantes ecuatorianos en la Eurozona, que se estrellaron contra el “sueño europeo”, a ellos también les ocurrió lo mismo en Quito. Su principal problema es que la mayoría no tiene los permisos de permanencia para trabajar. “Pedimos al Gobierno que regularice el estatus de los inmigrantes de todos los países que residen en Ecuador. Vivimos una situación difícil, esperamos una respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores”, señala el teólogo. La vida para estos “refugiados económicos” no es fácil en la capital ecuatoriana, aunque algunos se han casado con mujeres locales y han tenido hijos. Esa situación la confirma Moscoso: “La vida no es fácil, depende del color de la piel. Los europeos y estadounidenses son bien recibidos, pero con los latinos y africanos hay estigmas. No se les quiere alquilar departamentos o se les pide el doble de la garantía, especialmente a los haitianos”, señala. Los africanos no se acostumbran a la comida tradicional, como el arroz blanco, seco y diario, que es inexistente en África. Por eso, preparan sus platos típicos y llenos de salsas, igual que los ecuatorianos residentes en Nueva York o Laussane (Suiza). Otros quisieran regresar a 9


Otras migraciones que llegaron en el siglo XX Los chinos fueron exportados por los británicos como mano de obra barata para las plantaciones de algodón porque se suprimió la esclavitud negra. Una parte de ellos llegó a Ecuador en el siglo 19, mientras que en la Segunda Guerra Mundial se prohibió su ingreso a América Latina, porque los chinos enviaban dinero a su país para apoyar a los japoneses, enemigos de los países aliados, dice Ana María Carrillo del Centro de Investigaciones del Municipio de Quito. Mientras que los alemanes llegaron a Quito a finales del siglo XIX, por invitación del presidente Gabriel García Moreno, quién quería crear la escuela Politécnica. Algunos arquitectos de esa nacionalidad construyeron grandes obras como el Teatro Nacional Sucre y el Pasaje Royal, otros fundaron la cervecería La Victoria. En los años 30, los judíos llegaron a Quito. Eran unos 4 000, pero hoy la comunidad es de unas 2 000 personas. Se instalaron en la zona de la Mariscal y la Floresta. La mayoría emigró a Estados Unidos y solamente pocos, los que tenían empresas o negocios, y los que se enamoraron, permanecieron en la ciudad.

10

África, pero tampoco pueden cruzar el Atlántico. El pasaje cuesta 3 000 dólares, un valor inalcanzable para la mayoría. Aunque Quito es hermoso y su clima primaveral enamora a todos, ellos sufren porque se sienten discriminados por su piel. “Las autoridades de la Policía Nacional, de las Comisarías, nos odian por racismo. No conocen la cultura de las personas de otras partes del mundo, por eso la rechazan. Hay la tendencia a insultar a los desconocidos por el color de su piel. Eso ocurre con los propios afroecuatorianos”, dice Cajetan.

De Asia, la cuna de la civilización, al Reino de los Quitus Es alto, delgado y joven. Tiene 17 años, el cabello y los ojos oscuros y profundos. Con esa apariencia, se lo podría confundir con un ciudadano de la India o de Bangladesh. Pero Omer Ali Asif nació en Islamabad, la capital de Pakistán. Ese país está al sur de Asia, entre Afganistán y la India. Omer llegó a Quito hace nueve meses. Su padre y tío son propietarios de dos restaurantes especializados en comida hindú y en algunos platos locales, ubicado en la Juan León Mera y Lizardo García. Este estudiante musulmán de Pakistán, que habla inglés y aprende el castellano, se siente muy a gusto en la capital ecuatoriana. Dice que le gusta el clima, ni frío ni caliente y sin grandes sobresaltos. Pero, sobre todo, considera que los quiteños son gente “amable y cálida”. Aunque reconoce que algunos visitantes de la “zona” no son un buen ejemplo para nadie: beben demasiado, pelean y maltratan a los extranjeros. Omer comparte su experiencia. “Me han dicho ¿por qué vienes acá, si eres extranjero? ¡Regresa a tu país!”. Esa actitud y esas palabras recuerdan mucho a los que algunos españoles les restregan en la cara a los ecuatorianos y a otros inmigrantes. Para Omer, quien dejó a su madre y hermanas en su natal Islamabad, ésta es una ciudad bonita, rodeada de montañas,

interesante para visitar, especialmente el Centro Histórico. Pero le atemorizan la inseguridad y los robos. No piensa residir para siempre en Quito, solo vino por un año y ocho meses. “Llegué porque mi padre, mi tío y mi primo me pidieron ayuda para manejar los negocios en esta ciudad. Aquí hay oportunidades, pero extraño mucho a mi Pakistán”, concluye.

De Cuba, para probar suerte y quedarse en Quito por amor Osmani Galbán tiene una amplia sonrisa. Vive feliz y enamorado de su mujer ecuatoriana, en Quito. Tiene 37 años y nació en Holguín, un pueblo del oriente cubano. Allí trabajaba en una empresa tabacalera, por las mañanas, y era taxista, por las noches. Aterrizó en la capital ecuatoriana en 2009, porque un amigo le invitó y le contó que había oportunidades laborales. “Jamás soñé con irme de la isla, pero sentía curiosidad por conocer lo que ocurría en otros países. Desde que llegué todo me salió muy bien, Dios puso en mi camino a unos ecuatorianos que se han portado conmigo como si fueran mi propia familia”. Gracias a esa experiencia, admira mucho a los quiteños y a su buen corazón. Primero administró una pizzería, luego trabajó como electricista en petróleos en Esmeraldas, y hoy trabaja en un delicatesen, de propiedad de su mujer. Hace poco inauguró un pequeño restaurante, en el sector de El Inca. Admira la arquitectura del Centro Histórico, pero no le gusta la contaminación ni la suciedad que ve en las calles. Eso le recuerda a la Habana Vieja.

De Colombia, para huir de la violencia y vivir en la paz de la Luz de América En una pequeña peluquería del sector La Pradera, Isaías Peña atiende con extrema delicadeza y cordialidad a sus clientes. Les ofrece café o aguas aromáticas, mientras tintura cabelleras con canas o cambia de “look” a otras, con cortes modernos y con movimiento.


Muchos de esos clientes suspiran y repiten: Si así fueran los quiteños…. otra sería la historia… Peña tiene 41 años, aunque aparenta 30. Huyó de San Marcos de Sucre, un departamento del centro de Colombia, por temor a la violencia. Los miembros de las FARC llegaron a la finca de sus padres y desde entonces su vida cambió para siempre. Allí era un tranquilo profesor de escuela, hasta que los paramilitares lo acusaron de “informante” de los rebeldes y lo persiguieron. Un amigo de su uno de sus siete hermanos vivía en Ecuador y fue su “pasaporte” de entrada a Quito. Al inicio fue bastante difícil porque no querían darle el estatus de refugiado, pero aún sin permiso consiguió trabajo. Más adelante, se inscribió en un curso de peluquería y así se labró su futuro. Hace un año abrió su negocio con la ayuda de una socia. Aunque le va bien, siente que está estancado porque quiere estudiar leyes. “Me encanta la vida en este país. Es mejor a la calidad que tenemos en Colombia. Hay muchas oportunidades para crecer, pero el estatus de refugiado no ayuda, hay muchas restricciones”. Le encanta el centro histórico, pero dice que a los quiteños le falta calor humano, gentileza y mejorar el trato con las personas. “Creen que los extranjeros somos malos y venimos para hacerles daño. Tampoco me gusta el poco respeto que tienen los hombres por las mujeres, si una señora se sube a un bus nadie le ofrece el asiento. Los conductores son terribles y el servicio de transporte es pésimo”.

En Quito oficialmente viven 41 266 extranjeros:

África: 284 Asia: 1 060 Colombia: 8 555 Cuba: 4 116 No especifíca: 3 286 11


Diversidades

Flor de taxo

Tuna de San Antonio

Mora de Quito

12

Algarrobo de las quebradas


La

de selva cemento esconde

VIDA

Texto: Gabriela Arévalo y Martín Bustamante / Finding Species • Fotos: Finding Species gabyareg@gmail.com

A

ltos edificios de pequeñas ventanas nos enfrentan con más edificios, con cientos de autos, algunas bicicletas, banners publicitarios, impertinentes bocinas, campanas de iglesias. Esas son las calles del Quito urbano, las calles que nos dicen cemento, ruido, modernidad. Desconocemos que esa “selva” de cemento existe dentro de un hábitat silvestre. Como hadas y duendes viven escondidos los insectos y reptiles de Quito. Los sapos y las ranas son los protagonistas de infinitas historias, los osos y lobos reposan en nuestras camas convertidos en peluches, apenas logramos ver algunas mariposas y no sabemos distinguir el canto de un quilico. Las diversas especies que habitan nuestro entorno se han convertido en seres encantados porque no los vemos ni los escuchamos. La biodiversidad, característica tantas veces mencionada al describir nuestro país, para muchos queda lejos de la urbe, en los bosques tropicales, en los humedales, en los páramos. Nosotros somos citadinos y desconocemos que convivimos con ranas marsupiales, huiracchuros, raposas, serpientes... No vemos la diversidad biológica de nuestros jardines, quebradas, parques, montañas, plazas y calles; tampoco somos cons-

cientes del privilegio de ser parte de un ecosistema complejo y vivir en un Quito biodiverso. Los ecosistemas nativos de la sierra ecuatoriana congregan una biodiversidad alta y poco conocida, así como elevados niveles de endemismo (bichos y plantas propios del lugar). En la extensa meseta y en los valles de Quito se congregan flora y fauna nativa con modos de vida únicos. Esto se hace más marcado cuando recorremos las zonas bajas del Distrito Metropolitano, en los bosques nublados de Nanegal, Pacto y Pachijal. O los altos paramos de, Quinche, Checa, Pifo y Yaruquí. Esta riqueza es propia de Quito y, mientras la gente hacía uso de ella, los científicos la investigaron en quebradas y arbustales.

¿A qué se debe la

biodiversidad? La ubicación de Quito en la Cordillera de los Andes incide directamente en su riqueza natural. Estas montañas se caracterizan por ser una gran reserva de vida, las características de su suelo, su relieve, su luminosidad, su temperatura ambiente y los niveles de humedad son recursos que impulsan la vida de una infinidad de especies. Sin caer en exageraciones, la mayor riqueza biológica del

país se encuentra en las montañas de la serranía, y la diversidad en los Andes se siente especialmente en grupos de plantas, aves y ranas. Quito se diferencia de otras ciudades por su altitud variable, que da lugar a 17 tipos de ecosistemas en los que se desenvuelve todo tipo de vida. Es único también su relieve, sus zonas montañosas, valles y por su orografía. Además, está cruzada por la línea ecuatorial, el mejor lugar para el florecimiento de la vida vegetal y animal por la gran cantidad de energía solar.

La relación cultural con

nuestras plantas nativas Durante años los jardines de las casas de Quito estuvieron llenos de enredaderas de taxo y arbustos frutales que atraían a hermosos colibríes; las abuelas curaban a sus nietos de gripe o anemia con tomate de árbol, calmaban el dolor de estómago con hojas de yalomán y quitaban las manchas de la piel con agua de tilo. Las plantas y árboles nativos de Quito fueron descifrados por la sabiduría ancestral, su presencia en la cultura de los habitantes está presente en una tradición que aún confía en sus propiedades curativas, en sus sabores y en sus juegos. 13


Pocos son los jardines quiteños que siembran plantas nativas, el desconocimiento ha llevado a los pobladores a plantar especies introducidas que no contribuyen con la vida de los bichos, pájaros y murciélagos. No se pierden plantas, sino conocimiento: si las plantas son solo ornamento, pierden el misterio que podrían revelarnos. Este conocimiento es parte de lo que es Quito y recobrar estas especies es revivir esa cultura. Por ello, la Secretaría del Ambiente del Municipio, en un trabajo conjunto con la Universidad San Francisco de Quito y el Jardín Botánico han propuesto que siete especies de plantas sean declaradas como flora emblemática de Quito, algo que sucederá en pocos días, una vez que el sustento científico ha convencido al Cabildo quiteño de su importancia para la ciudad.

Un patrimonio que

desaparece

Al igual que los 24 osos de anteojos que aún viven en el DMQ, muchas otras especies carismáticas de una extraña ciudad partida entre los bosques y los edificios tienden a ser cada vez más raras. Esto se debe al crecimiento poblacional de Quito, que demanda mayores estructuras de cemento, parqueaderos en lugar de espacios verdes, carreteras sobre

zonas biodiversas. Esta idea de progreso que nos lleva a construir sin pensar en nuestro ecosistema está destruyendo el hábitat de estas variadas especies. La lógica de reforestación tampoco ha ido acorde a la protección de nuestro patrimonio natural. Desde el Gobierno de García Moreno los eucaliptos son lo más visible en nuestro paisaje, especie australiana que ingresó rápidamente porque ya habíamos consumido grandes bosques nativos. Las plantaciones en forma de tableros de ajedrez sustituyen a nuestro entorno natural rico en colores, formas, sabores y texturas. Existen en Quito, cada vez menos bosques nativos, en el parque de La Armenia, podemos encontrar un claro ejemplo de lo que estos fueron. Al caminar por debajo de inmensos árboles de cedro, tocte o cholán cubiertos por orquídeas, musgos y helechos logramos reconocer de inmediato la diferencia de esta vegetación propia. Es distinto con los altos eucaliptos o con los pinos desnudos, que nos transportan de un jardín mágico a un paisaje ordenado y monocromático, propio de otras latitudes.

Quito, hábitat

silvestre

¿Cuántos hemos escuchado el canto agudo del huiracchuro? ¿Cuántos reco-

nocemos a la raposa como un hermoso marsupial? Misteriosos seres, dotados de diversidad de colores y texturas son parte del patrimonio natural y cultural de Quito, ¿Quiénes son?, ¿cómo viven?, ¿los vemos?, ¿los escuchamos? Parece que la diversidad de Quito se esconde entre edificios y aceras de cemento, pero en realidad son nuestros sentidos los que se han desconectado de su entorno. Con el fin de que la ciudadanía reconozca su patrimonio natural y se comprometa en acciones y comportamientos que protejan su hábitat y las especies que con ellos conviven, la Secretaria de Ambiente en trabajo conjunto con la Fundación Finding Species promueve el proyecto “Quito, hábitat silvestre”, una iniciativa que te invita a escuchar, mirar y sentir el patrimonio natural. A través de fotografías en gran formato, exhibiciones itinerantes en espacios públicos, actividades de reforestación, talleres educativos, productos impresos y audiovisuales los ciudadanos nos iremos involucrando en el conocimiento y valoración de nuestro patrimonio natural y cultural. Las 24 fotografías de las especies se exhibirán en distintos espacios públicos de la ciudad, así como en instituciones educativas del distrito. El 27 de febrero pasado la estación La Villaflora, del Sistema Trolebús, fue el primer escenario de la exposición conformada por imágenes en gran formato de varias especies de fauna y flora Quito. Este es el cronograma de exhibición: del 5 al 9 de marzo estación El Recreo, del 19 al 23 de marzo estación La Y, del 26 al 30 de marzo estación Río Coca. Raposa

Rana marsupial andina

14


Especies emblemáticas La Tuna (Opuntia soederstromiana), cuyo tallo es utilizado como expectorante, para tratar la fiebre, para el paño y manchas de la piel. El Arrayán de Quito (Myrcianthes halli), que al masticar sus hojas blanquea los dientes y mantiene las encías en buen estado. El Chocho de Rumipamba (Lupinus pubescens), utilizado como abono verde. El Guarango (Mimosa quitensis), que tiene una alta resistencia al pastoreo intensivo y por eso se lo utiliza para reforestar zonas secas ya que como regenerador de la vegetación contribuye a la preparación del suelo para la aparición de nuevas especies. El Guabo de Tumbaco (Inga insignis), que se caracteriza porque sus frutos son legumbres comestibles. El Ñukchu (Salvia quitensis), contiene pequeñas cantidades de aceite esencial con propiedades para aliviar la tos. Y la Mora de Quito (Rubus glaucus), cuyas hojas y flores en infusión se usan para tratar la bronquitis.

Más información Intégrate a Quito, hábitat silvestre en www.facebook.com/quitohabitatsilvestre. Comparte en el muro de esta página tus fotos de especies nativas, Queremos conocer el patrimonio natural desde tu mirada. Las mejores fotografías serán seleccionadas y publicadas junto a una nota periodística en el blog del proyecto.

Oso de anteojos

Guagsa

15


Diversidades

Alfaro

memoria y monumento Texto: Revista Q • Fotos: Martín Jaramillo

16


17


I

ntoxicación patriótica: esa era la sensación de algunos (como el autor de esta nota) a comienzos de año. El centenario de Alfaro, el recuerdo de ese horror que algún susto nos habrá dejado guardado en la memoria, la muerte del caudillo y sus lugartenientes, el oscuro momento de la venganza de pocos, la fiebre ebria de un puñado. Emociones cruzadas se dieron cita en el centenario, pero ante todo se despertó la curiosidad de la memoria por reconocerse. Más que un ajuste de cuentas, que no tiene sentido con cien años de retraso, hombres y mujeres se han preguntado qué mismo pasó. Los discursos se encendieron y las voces se alzaron, y el bullicio estorbó la reflexión sensata. 18

Pasado el 28 de enero, las aguas bajaron. Las luchas del liberalismo radical que Alfaro y sus lugartenientes asesinados representaban siguen pendientes, pero en febrero el caso El Universo ocupó pantallas y ondas hertzianas. Poco o nada se dijo en los medios sobre el aniversario de Eugenio Espejo, que como bien reclamó la periodista Rina Artieda pasó desapercibido. Poco lugar queda para la memoria cuando hay urgencia por dibujar el presente… Recordar a Alfaro es recordar a un gran hombre, es recordar el esfuerzo de un país, de una nación, por llegar a tiempo al tren, al teléfono, a la electricidad, al divorcio del mal marido y al divorcio entre taita Estado y mamá Iglesia… Un

país que aún estamos haciendo, que aún se hace, porque la tecnología misma no ha llegado. El tren de Alfaro no tiene andén en todos los pueblos; la libertad, ese que de verdad es el tren más difícil del mundo, se sigue conquistando. Quedará en la retina de la ciudad la rememoración de ese día. La recuperación de la calle que sirvió de cadalso como camino hacia un recuerdo común, doloroso, con el que hay que reconciliarse. En el parque de El Ejido habrá una gran obra de arte contemporáneo, ganadora en una propuesta pública convocada por el Estado. Será un juego de luz y espacio, propuesto por Tatiana Anatoleyvna Trokhimtek, llamado ‘Las alas del hombre que supo soñar’.


C

on la presencia de la ministra de Cultura, Erika Sylva Charvet, y la ministra Coordinadora de Patrimonio, María Fernanda Espinosa, se realizó el día 24 de febrero en el Museo Nacional del Ministerio de Cultura, la apertura del sobre con los resultados del ganador y las menciones de honor a los participantes del concurso “Alfaro es-cultura”. La ganadora es Tatiana Anatoleyvna Trokhimtek con el proyecto “Las alas del hombre que supo soñar”, y las tres menciones de honor corresponden a Héctor Paredes Lozano con “Sendero Rojo”, Paulina Baca con “Obra del Tiempo” y Fernando Rivera con “La luz de Alfaro”. Piezas que fueron seleccionadas de entre 55 pro-

puestas de todo el país, por la historiadora Carmen Fernández-Salvador, la artista plástica Larissa Marangoni y el curador brasilero Ricardo Ribenboim, miembros del jurado calificador. El premio único LAS ALAS DE ALFARO se eligió bajo parámetros conceptuales, metafóricos y abstractos que no hacen referencia directa a Eloy Alfaro como personaje; sino, a la reflexión del legado alfarista. Es una estructura intangible, que en sus formas ondulantes sugiere los ideales y continuidad de un proyecto que propició el cambio liberal en nuestra república. La ganadora del diseño de la obra arquitectónica-escultórica conmemorativa del

legado alfarista, recibirá la cantidad de 40 000 dólares y el presupuesto no mayor a 200 000 dólares para la construcción de la escultura, la misma que será ubicada en el parque de El Ejido en la ciudad de Quito, gracias a la gestión e intervención de la Alcaldía del Distrito Metropolitano de Quito. La ciudadanía podrá admirar la exposición del proyecto ganador, de las menciones de honor y de las obras participantes del concurso “Alfaro Es-Cultura”, hasta el 16 de marzo de 2012, en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional del Ministerio de Cultura del Ecuador (Av. Patria y Av. 6 de Diciembre). www.ministeriodecultura.gob.ec

19


Central

20


Disfrutar de una

Ciudad Segura

es un derecho de niñas y mujeres Texto: Laura Pérez* • Fotos: Revista Q lauraperezm3@hotmail.com

E

n Quito vivimos 1 150 380 mujeres, según los datos de la última encuesta elaborada por INEC. Casi la mitad de esta cifra está geográficamente concentrada en el sur, en las administraciones zonales de Quitumbe y Eloy Alfaro. Es justamente en esta zona en la que se desarrolla el proyecto Quito, Ciudad Segura para las mujeres y las niñas que ejecuta Fundación Patronato Municipal San José con el apoyo de ONU Mujeres. Se trata de una iniciativa que si bien comenzó como proyecto concreto, hoy se ha convertido en un concepto, en un reclamo, en una voluntad municipal de trabajar por la erradicación de la violencia sexual en los espacios públicos de Quito. Se engloba en su descripción la necesidad de tantas mujeres y tan diferentes que convivimos, trabajamos, estudiamos y respiramos en el interior de esta ciudad. Y eso nos supone un reto inicial como Municipio: reconocer a las

mujeres que viven en Quito y representarlas en sus identidades, edades, ocupaciones, etnias y maneras de percibir y apropiarse de la ciudad. Cada una de las mujeres del sur de Quito vive la ciudad desde sus horarios, ocupaciones, tiempos de ocio, disponibilidad de medios de transporte. También desde su etnia, su edad, su triple jornada y su perspectiva de derechos. Esto es algo que estamos descubriendo poco a poco con los diagnósticos e informes levantados sobre la base del proyecto Ciudades Seguras. Pero no se trata de una información unidireccional, unívoca y simplista la que nos habla de la ciudad y sus habitantes. Tenemos que profundizar en cómo la ciudad ofrece respuestas a las necesidades de las mujeres y las niñas, cómo Quito organiza sus espacios, diseña su entorno urbano y facilita los caminos diarios de las mujeres y las niñas que viven en la ciudad.

* Coordinadora del proyecto Ciudades Seguras para las mujeres y las niñas

Todas las mujeres y niñas, como ciudadanas con iguales derechos, deben ser capaces de disfrutar de los espacios públicos libremente y de forma segura, intactas, en virtud de su género. Programa Global Ciudades Seguras, ONU Mujeres.

21


El derecho a la ciudad, como lo planteó Henry Lefebvre, refería a dos factores: 1. Ser capaz de apropiarse del entorno urbano y 2. Ser capaz de participar en ese entorno urbano.

Este trabajo se lleva a cabo desde dos perspectivas: la estrategia barrial de organización con base en una convivencia donde el papel de las mujeres se torne protagónico en las cuestiones de seguridad y en su virtud de género; y la estrategia municipal que aporte y brinde respuestas desde las políticas públicas y los sistemas de prevención y atención a víctimas de los diferentes tipos de vio-

lencias basadas en género. El Municipio trabaja por facilitar un espacio en el cual convivir, basado en el derecho a una vida libre de violencia. Y para ello se planifica un trabajo constante de deconstrucción de los patrones machistas, con el fin de desnaturalizar la violencia verbal y las miradas obscenas como reacción inevitable que el cuerpo de la mujer provoca.

Violencia sexual: Aquel atentado contra la libertad sexual de la mujer por el que se la obliga contra su voluntad a soportar actos de naturaleza sexual o a realizarlos, prevaliéndose de una situación de poder, empleando engaños, coacciones, amenazas o el uso de la fuerza. Incluye cualquier acto o expresión sexual realizado contra su voluntad que atente contra su integridad física o afectiva como bromas, expresiones groseras, comentarios desagradables, propuestas sexuales indeseables, forzarla a ver pornografía, cualquier acto o relación sexual no consentida por la mujer (acoso, violación, incesto), cualquier relación o acto sexual que la mujer considere humillante o doloroso o la obligación de prostituirse.

22


¿Por qué abordar la problemática de la violencia sexual en el espacio público?

se produce en mujeres de entre 18 y 32 años: cerca del 75% ha sufrido algún tipo de violencia sexual.

Los datos de los últimos estudios realizados por el Municipio de Quito revelan que el 70% de las mujeres de Quito sienten temor a ser atacadas en el espacio público. El 42% asegura haber sido víctima de algún tipo de acoso sexual mediante palabras obscenas o solicitud de actos sexuales. La mayor incidencia

En las diferentes encuestas realizadas se han ido identificando los lugares en los que ocurren este tipo de actos de acoso, destacándose los medios de transporte y la calle; hay un menor registro en plazas, mercados o centros educativos. Se recoge una mayor incidencia en la tarde y noche.

“Nosotras necesitamos parques infantiles para nuestros hijos para que se sientan seguros”. “Cuando salí de mi casa mi vecina me gritó que andaba como una prostituta”. “Si queremos seguridad debe haber hasta seguridad en los mismos policías porque hasta ellos se dejan extorsionar, cuando vengo a Quito me da miedo”.

El dibujo del espacio público a manos de las mujeres Cada mujer construye su propia relación con el medio en el que vive dependiendo de varios factores. Los más relevantes podrían ser la ocupación laboral en tanto que uso del espacio público (mujeres vendedoras ambulantes, por ejemplo) y la percepción que de su cuerpo tienen los hombres (las mujeres negras sufren el racismo y sexismo como doble discriminación). Algunas precepciones recogidas desde el proyecto nacen de las mismas mujeres en su propio entender de las dificultades que enfrentan. Al preguntarle, una

mujer vendedora ambulante del sur nos explicaba: “Quisiéramos salir a vender tranquilamente. Somos mujeres pero también necesitamos trabajar para cuidar y dar educación a nuestros hijos y salir adelante como mujeres”. En cuanto a espacios públicos, se sienten especialmente inseguras en parques (con frecuencia hay borrachos en ellos) y en lugares poco iluminados. En su rol de madres, sienten que sus hijos corren riesgos innecesarios cuando están con ellas trabajando en las calles. Asociada a su actividad eminentemente apegada a las calles, las trabajadoras sexuales conviven con la inseguridad

social generalizada, que fácilmente se puede llegar a convertir en violencia sexual. En estos casos, no es probable que se llegue a denunciar, puesto que por el momento, las resistencias sociales frente a este colectivo frenan la inclusión de las trabajadoras sexuales como sujetos de derecho frente a las autoridades públicas. El racismo y el sexismo son una realidad cotidiana para las mujeres negras en Quito. Sufren esta doble discriminación. Esto se debe a que el cuerpo de la mujer negra se encuentra hipersexuado en el imaginario quiteño; una mujer negra se entiende como accesible para tener 23


Foto: César Morejón

relaciones sexuales sin mayor problema. Este hecho deriva en que sean víctimas de acoso sexual con mayor frecuencia que las mestizas. El mismo se manifiesta de forma verbal o física. A este hecho, se suman patrones culturalmente machistas arraigados a la sociedad quiteña sobre el papel de la mujer, cómo debe vestirse, en qué espacios debe desarrollar su vida y cómo debe entender su propio cuerpo.

Un Municipio comprometido Los barrios no constituyen un territorio homogéneo, sino que cada uno posee características, dinámicas, historia, condicionantes, y oportunidades específicas que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar la estrategia de participación barrial. Son tres las dimensiones comunes que están en la base de la construcción de las relaciones de los y las habitantes del barrio, que se consideran fundamentales para la construcción de un barrio 24

seguro: las relaciones de género, los aspectos de seguridad barrial y las dinámicas de integración. El proyecto no pretende ser una acción aislada que tenga principio y fin, sino que su vocación es insertarse en la dinámica institucional del Municipio y sus administraciones zonales, ejecutarse como apoyo a las acciones planificadas y apoyar el logro de objetivos ya existentes. En base a la proyección del Municipio de Quito, el proyecto se enmarca en la consecución de objetivos estratégicos establecidos para los ejes de desarrollo de la ciudad. El reto de la perspectiva de género en la gestión municipal no solo consiste en incluir a las mujeres en las acciones de desarrollo, sino contemplar tanto a hombres como a mujeres en las mismas, con el fin de favorecer la mejora de sus relaciones, equiparando cuotas de poder, espacios de desarrollo personal, fa-

cilidades para la formación profesional, cuidado doméstico y, en general, fortalecer el empoderamiento. La seguridad es uno de los aspectos que deben irse trabajando con el apoyo dinamizador del Municipio desde las diferentes instancias pero también con un protagonismo barrial en el que las mujeres sean parte principal del diseño de sus barrios.

“No sabemos dónde acudir, qué instituciones atienden estos temas. El miedo paraliza, amenaza a la familia y a la integridad personal”.


La

generación de los

60

entre la tradición y las revoluciones

Texto: María Fernanda Mejía • Fotos: Martín Jaramillo mafaldamejia@gmail.com

S

er una joven de 18 años en la década de 1960, sin duda, representó mayores retos que en estos días. Entrar a la Universidad era casi un privilegio, pese a que la educación no restringía el ingreso de las mujeres. Incluso contando con solvencia económica, la tradición conservadora de ser buena esposa y madre dominaba en el hecho de ser mujer, en todos los estratos sociales. Sin embargo, existieron mujeres que rompieron con esos parámetros que exigía la sociedad. Aquella generación fue testigo y protagonista de cambios que sirvieron para que hoy el ingreso a la universidad sea una meta casi obvia para las bachilleres. Cuatro mujeres de la generación de los 60 nos acercan a esa época de luchas.

En busca de la autenticidad Una ciudad más pequeña y amable, con poquísimas discotecas, funciones de cine y caminatas hacia la montaña... Así recuerda Susana Cordero de Espinosa al Quito de los 60, ese que la acogió cuando dejó su natal

Cuenca y después de haber vivido su adolescencia en España. Vino a la capital para revalidar materias como Historia y Geografía del Ecuador, que no recibió durante su bachillerato en Madrid. Se hospedó con su hermana en Tulpa, una de las pocas residencias para ‘señoritas’ que, hasta hoy, ofrece el Opus Dei. En la actualidad, es más común que los estudiantes de otras ciudades renten departamentos. Pero en los 60, el ingreso masivo de las mujeres a las universidades apenas estaba empezando. Susana Cordero evoca de esa época una juventud llena de esplendor, optimismo y políticamente idealista. Al hablar de esto, viene a su mente un fragmento del poema de César Vallejo: “Y cuándo nos veremos con los demás, al borde de una mañana eterna, desayunados todos!”. Siempre tuvo un apego especial por las letras, que le condujo a estudiar Pedagogía y Literatura. “Los jóvenes leíamos más que ahora. Discutíamos sobre literatura, leíamos obras de teatro en grupo”, recuerda. 25


A inicios de la década, apenas se escuchaba a The Beatles. Recuerda ritmos como el bolero y el chachachá. Las discotecas apenas se conocían. Eran más populares las salas de cine, como el teatro Bolívar en Quito. En su ciudad, Cuenca, estaba el teatro Candilejas, donde recuerda haber visto películas francesas.

D

ebido a su formación académica, no fue difícil que Susana se convirtiera en catedrática universitaria. En agosto de 1968, ya casada, ganó una beca para estudiar en Francia. Llegó a París en 1968, meses después de las memorables protestas de mayo. “En las calles cercanas a las universidades, habían policías que exigían el carné estudiantil para poder ingresar. Fueron tiempos difíciles pero nos guiaba una gran pasión política”. Textos de Jean-Paul Sartre y Simone de Beauvoir motivaban a la juventud de la época. “Los jóvenes no buscábamos el éxito económico, sino la autenticidad, ser nosotros mismos”, dice. Nunca se sintió discriminada por ser mujer, pero más tarde pudo constatar tratos injustos contra algunas mujeres. Su trayectoria la llevó a ser respetada como una de las académicas destacadas de la generación de los 60. Hoy en día es la rectora de la Universidad de Otavalo.

Cuba y su revolución, Quito y el mundo de las artes... Cae la tarde. Un manto de luz se riega sobre el callejón junto a la galería Cienfuegos, en La Floresta. Detrás del gran ventanal está Pilar Bustos: su cabello cano, su rostro libre de adornos, su semblante sereno. Ella dirige esta galería en La Floresta, que muestra con frecuencia el trabajo de mujeres artistas visuales. ¿Sería fácil imaginar algo así en el Quito de los 60? Mujeres como ella trazaron las primeras líneas de un camino que aún está en construcción. La pintora de hoy recuerda a la joven Pilar de 15 años. Por esos tiempos, ya había estudiado la primaria en Chile y, al volver a Quito, continuó la secun26

daria en los colegios 24 de Mayo y De América. Pero a ese Quito, del que no relata mayores detalles, le dijo adiós para embarcarse –junto a su madre, su hermana y su padrastro– hacia un destino imprescindible en su vida: Cuba. Los efectos de la Revolución estaban en pleno florecimiento y se respiraban aires de equidad. “1961 fue el año de la alfabetización y a mi madre le pareció muy importante lo que pasaba, así que mi hermana Isabel (coreógrafa residente en Cuba) y yo también participamos en esto”. Con 16 años, Pilar alfabetizó a un joven de 22 años, en base a la cartilla cubana, “que era estupenda”. Por esa labor, y luego de rendir varios exámenes, las hermanas Bustos obtuvieron una beca en la Escuela Nacional de Arte. Isabel estudió ballet y Pilar se dedicó a la pintura. “Cuba estaba más avanzada que Ecuador en las artes”, aclara.

y pudo percibir que en esa década, en relación con los sesenta, habían más mujeres en las aulas. ¿Qué hubiera pasado si no viajaba a Cuba para “ver la revolución”? “Hubiera sido muy difícil, a las mujeres no les correspondía estar fuera de casa, más si eras madre, se pensaba mucho en la plata que se necesitaba… Pero allá (en Cuba) los estudios son gratis, los méritos valen más que el dinero…”, concluye Pilar.

Empezar a decidir para ser libres Orgullosa de tener 65 años, de sus arrugas, de que se vea el paso de la vida por su rostro… Socióloga, investigadora, escritora y referente del pensamiento feminista en Ecuador, María Cuvi retrocede el tiempo hacia los movidos sesentas para mostrarnos su visión sobre esta década.

Al romper Ecuador relaciones con Cuba, la familia debía salir de la isla con destino a Europa. “Pero mi madre prefirió quedarse. Dijo: Esta experiencia cubana no la vamos a perder, es maravillosa…”, relata Pilar.

Por supuesto, en esos tiempos, no era común que los padres permitieran que su hija de 16 años viajara sola para estudiar en Estados Unidos. “Tuve la suerte de que en mi casa había un pensamiento liberal. No conservador, moralista ni religioso”. Quizá eso influyó en aquello que define como su rebeldía.

Muy joven aún, a los 21 años, ganó premios de pintura y creó un mural de 20 metros de largo que todavía se conserva en la Isla. “En la Cuba de los 60, las mujeres pintoras sí salían a la luz. El trabajo de los jóvenes era muy valorado”.

Tres semanas luego de que llegara a ese país, ocurrió el asesinato al presidente John F. Kennedy. “Fue un año interesante, se hizo la marcha por los derechos civiles. Recuerdo que los afroamericanos aún debían viajar en la parte de atrás de los buses”.

Sin embargo, al volver a Quito, con sus 23 años a cuestas, se dio cuenta de que las cosas acá eran diferentes, y que ser una mujer artista, además de joven, no significaba lo mismo que en Cuba. “Fue una especie de golpe, no pude desarrollarme de la misma manera que lo venía haciendo y tuve que dedicarme a la publicidad. Mi obra no se vendía, así que terminé dibujando blue jeans”.

En una ocasión, las estudiantes de su colegio, que era particular religioso, tuvieron que salir a la calle en medio de la nevada. “Un grupo de racistas radicales dijo que había colocado bombas en el colegio, porque allí sí se admitían a estudiantes afroamericanas”.

Pero ella siempre se mantuvo creando, fue la única mujer dentro del grupo Van en los años setenta y trabajó junto a arquitectos y publicistas. En esa década, se dedicó a la docencia universitaria

En su viaje también empezó a escuchar a The Beatles y a The Rolling Stones, bandas que hasta hoy están entre sus favoritas. Al volver a Quito se casó y tuvo tres hijos. “En los 60 no fui a la universidad, porque las mujeres acá no lo hacían. Lo que me cambió la vida fue haberme ido de este país a Costa Rica”.


Susana Cordero LInGĂœISTA

Pilar Bustos PInTORA

27


M

aría Cuvi ingresó a estudiar Sociología con una beca en una universidad pública de Costa Rica, país al que viajó con sus tres hijos y su esposo. Desde entonces no ha parado de estudiar. También fue a Chile (Desarrollo) y Filipinas (Edición) y a los 50 años hizo una maestría en Literatura. Con todo ese conocimiento, dice que quisiera recibir una mejor jubilación para dedicarse a escribir. Actualmente es catedrática universitaria e investigadora. De todas sus compañeras de colegio, dice María, solo tres asistieron a la universidad, dos culminaron esos estudios y solo ella logró un postgrado. “Otras daban a luz, tenían sus hijos y hasta ahí llegaban. Si yo no me iba de este país, si no me divorciaba, no hubiera llegado ni a medio libro, tampoco hubiera dado clases en la Universidad”. En esa época, explica, los que decidían eran los papás, los maridos. “Si nosotras decidíamos, el costo era altísimo. Las que arriesgábamos el pellejo nos teníamos que divorciar, quedarnos a cargo de los guaguas, de mantenerles…”. María Cuvi empezó a decidir después, a causa de su rebeldía. Para ella, el feminismo es una opción de libertad y el salto cuántico ha sido pasar de la palabra ‘mujer’ a ‘mujeres’, es decir, no generalizar sino reconocer las diversidades.

Transgresión, información, descubrimiento... ¿Por qué no invitar a bailar en lugar de esperar a que un chico lo haga? ¿Por qué solo las chicas tenían que cuidar su honra y los hermanos no? ¿Por qué los hombres debían tener experiencias sexuales y las mujeres llegar vírgenes al matrimonio? Esos cuestionamientos contribuyeron a que Dolores Padilla rompiera con la tradición de una sociedad conservadora en la que creció. Esas ideas surgieron de una época de cambios en todo el planeta: corrientes de pensamiento re-

28

volucionario, lecturas sobre feminismo, descubrimientos científicos (como la pastilla anticonceptiva) y los movimientos sociales. Dolores Padilla quiso entonces cambiar el rumbo de su vida. Ella provenía de una clase media, “absolutamente formal” y de estudiar en un colegio de monjas, con una tradición judeo cristina muy profunda. Se abrieron grandes expectativas en su viaje a los Estados Unidos, en 1967. Destaca su gusto por Bob Dylan y The Beatles, la música del momento, así como el activismo de Angela Davis en el ‘black power’. Fue en los 70 cuando se une, cada vez con más convicción, al pensamiento feminista, al estudiar la universidad en Francia. “Las mujeres estábamos siendo víctimas de unas relaciones de poder que nos cerraban múltiples oportunidades”. Mujeres como Dolores Padilla empezaron a convocar a otras del género en Ecuador, a organizarse. Buscaban recuperar una voz colectiva, una memoria. Pensaban en cómo transgredir aquellos patrones que cree que aún existen, en la sociedad ecuatoriana. Esto fue parte de los cambios que se venían dando en los 60: se democratiza el ingreso a las universidades, la apertura de la iglesia hacia los pobres y posteriormente los núcleos de organizaciones indígenas. Para ella, el desafío de la mujer de estudiar y ser profesional, se confronta con el desafío de crear una familia. “El 80% de esa responsabilidad aún es de las mujeres. Se confrontan los tiempos de amar, cuidar y producir. Esos tiempos hacen que nuestra vida se vuelva agotadora”. Está convencida de que solo al cambiar las relaciones de trabajo doméstico, compartir responsabilidades, las mujeres podrán cumplir también con sus retos profesionales.


Dolores Padilla POLÍTICA

María Cuvi SOCIÓLOGA

29


Central

Cartas de Mujeres historias únicas

Texto: Diana/Gabrielle Castellanos • Ángela Isabel Mateus • Paula Vásquez 30

• Fotos: Martín Jaramillo


“¿Q

uién va a mandar su carta? En este país nadie lee. Ahora… ¿podrán escribir?”. Así dudaba, escéptico, el participante en uno de los primeros talleres del proyecto “Cartas de Mujeres”. ¿Cómo hacer que las mujeres de Quito y del Ecuador participaran en la campaña y contaran una historia, escribieran sobre su día a día, se expusieran frente a extraños? Era un sueño, que al principio parecía casi imposible. Pero en solo tres meses de campaña miles de mujeres en el país respondieron a la convocatoria y plasmaron en una carta su experiencia personal. ¡Hasta hoy, ya hemos recibido más de 10 000 cartas! Varios actores se articularon en Quito para movilizar el proceso. El Municipio, ONU Mujeres y la Agencia de Cooperación Técnica Alemana-GIZ lo apadrinaron como promotores, y pusieron personas y recursos logísticos al servicio

de la idea. Se adhirieron como aliados estratégicos Ecuavisa, Yanbal, Radio Pública y Correos del Ecuador, además de decenas de ONG de mujeres, jóvenes y refugiados. Esta amplia participación garantizaría que los resultados tuvieran solidez propositiva y política. El siguiente paso fue reclutar talleristas sensibles al tema de género y con experiencia en el trabajo con comunidades y organizaciones sociales. Llegaron de diferentes disciplinas y con enfoques diversos, tras un proceso de selección y de capacitación. También se eligió un grupo de editores y editoras para leer y sistematizar las cartas siguiendo un enfoque de derechos y de acuerdo con los temas que prevalecían en los textos. La campaña empezó el 25 de noviembre de 2011 con el evento Noche de Mujeres. Cuatro plazas de la ciudad se llenaron de mujeres (y algunos hom-

bres que pudieron circular aquella noche gracias a salvoconductos escritos por ellos mismos). Las plazas de San Francisco, la cívica Eloy Alfaro, la Foch y la de Cotocollao se convirtieron en puntos de redacción y recepción de cartas. Desde ese día, fue sorprendente el número de personas que sin mayores reparos, se sentó a escribir sus historias. Había urgencia por ser escuchadas, porque cada carta fuese tenida en cuenta y alimentara una propuesta que pudiera ser convertida en política pública. Pero, ¿cómo una historia personal puede ser base para una política pública? La campaña concibe a la carta como expresión cultural cotidiana y también como una acción política. El ejercicio de participación potencia que de todos y todas asuman su responsabilidad frente a la violencia contra las mujeres, 31


temas como el cuerpo y las emociones, el espacio público incluyente, el género desde las vivencias diarias y la escritura como modo de expresión y de acción política. Se trabajó con organizaciones de mujeres, grupos de funcionarios, profesionales, mercados y colegios. La actividad empezaba con un motivo: un elemento sencillo y cotidiano, un lápiz labial, abría la presentación de los participantes con una pregunta: ¿cuándo fue la primera vez que usaste un labial? Esta interpelación incitaba a hacer memoria, pero además a repensar a algunos estereotipos de género. A los hombres les causaba gracia, pero los ponía a reflexionar sobre la masculinidad y la feminidad. Luego, a través de el dibujo, el movimiento del cuerpo y la cartografía se indagaba en las emociones y sensaciones, en la memoria y en la percepción acerca del espacio público y la convivencia. Los talleres llegaron a diferentes lugares de Quito, y a cantones de Pichincha, Esmeraldas, Guayas, Manabí, Santo Domingo de los Tsáchilas, Napo, Tungurahua y Sucumbíos.

las niñas y las adolescentes, pero también con respecto a otras realidades y experiencias que requieran interpelar a las autoridades y a la población. Con la carta como herramienta de acción pública, se buscaron maneras de propiciar la escritura. Se instalaron 178 buzones y puntos de escritura, se dictaron talleres con colectivos, se recibieron cartas por Correos del Ecuador (sin costo) y por la página de Internet www.cartasdemujeres.org. En los puntos de escritura (pequeños escritorios móviles) los talleristas de Cartas de Mujeres tuvieron contacto con los transeúntes que iban a hacer sus 32

compras, o sus trámites, o quienes salían a divertirse en los parques. Fue una experiencia inolvidable y motivadora ver cómo mujeres, hombres, niños y niñas se sentían motivadas en seguida; tras escuchar la explicación de la campaña y sin más palabras, tomaban un esfero y empezaban a escribir. No importaban la caligrafía ni la ortografía, ni siquiera si no sabían escribir, porque los talleristas, con gusto, hacían también las veces de escribanos. La estrategia más movió la escritura de cartas fueron los talleres. 48 de cada cien cartas vinieron de alguno de los 144 talleres realizados. El taller tocaba

Muchos preguntaban para qué escribir sus cartas. ¿Alguien las iba a leer o serían una cifra dentro de una campaña? Más de 10 editores y editoras, a lo largo de más de tres meses, leyeron cada una de las historias de las mujeres, hombres, jóvenes, niños y niñas: historias alegres, tristes, de superación y empoderamiento, de amor y, lastimosamente, sí, muchas de violencia. Algunas historias se repetían: el temor de las adolescentes al espacio público, la necesidad de separarse de los maridos o novios maltratadores, riesgos de muerte por abortos clandestinos, la gana de seguir estudiando y trabajando para ser independientes, la migración o búsqueda de asilo en el Ecuador y fuera del Ecuador... A diario, el equipo editorial se reunía a discutir las historias, no pocas veces con lágrimas en los ojos o deseando conversar con los autores, con ganas de verlos, de saber qué final tendría su historia con el tiempo, aunque en la mayoría de cartas no se consignaba la identidad de los remitentes.


Aunque duro y emocionalmente demandante, para el equipo editorial fue también un privilegio de recibir y procesar todas esas historias con la idea de brindarles una respuesta. Y si bien ésta no podía ser individual, la sistematización permitió construir una respuesta en forma de propuesta nacida de historias personales que terminaron haciéndose públicas con la idea de contribuir, de alguna manera, para mejorar la vida en común.

nismos de participación de las mujeres y jóvenes en Quito. Y la participación no sólo es recibir audiencia y que a uno le oigan, sino poder incidir en la decisión política. Las voces unidas de 10 000 personas serán el inicio de acciones más evidentes y contundentes con respecto a la participación. También serán el primer paso para un proceso de educación popular en el que las mujeres y la ciudadanía se convertirán en multiplicadores de los derechos y garantes de los mismos.

Más de tres meses de esfuerzos colectivos culminan este marzo no con un final, sino con un renovado y decidido compromiso municipal por la garantía de los derechos de las mujeres. Como preámbulo al Día Internacional de la Mujer (8 de marzo, conmemoración de la lucha de las mujeres por la igualdad de derechos y su reconocimiento como sujetos políticos y públicos), se presentarán los resultados de la campaña “Cartas de Mujeres”.

Se publicará además una memoria fotográfica de Cartas de Mujeres, con los diferentes momentos de la campaña y las personas que hicieron parte de esta iniciativa en Quito y en el resto del país. También, en el Centro de Arte Contemporáneo, se abrirá la exposición ‘Cartas de mujeres: historias únicas’, un registro-memoria que presenta de forma sintética los métodos, procedimientos y resultados que se alcanzaron. Asimismo, pretende generar un acercamiento al proceso de Cartas desde lo sensible, a través de la escucha directa de las voces de las mujeres, y a través de elementos

El compromiso del alcalde Augusto Barrera es optimizar los programas existentes en el Municipio y mejorar los meca-

plásticos que buscan una experiencia reflexiva y de interacción en los asistentes. El proceso continúa. 10.000 seres humanos que viven, sienten y que se hicieron visibles a través de una carta han aportado al mejoramiento de la calidad de vida de todos y todas en la ciudad. Resta agradecer a las instituciones pero, sobre todo, a las personas que se tomaron el tiempo de escribir, que pusieron en palabras sus vivencias, aquellas que asistieron a los talleres, a quienes aportaron con sus propuestas, al equipo de la campaña y a cada una de las personas que vieron en una carta la posibilidad de trascender y proponer.

Mayores informes: www.cartasdemujeres.org Escríbenos a: cartasmujeres@gmail.com Encuéntranos en: Facebook Síguenos en: Twitter @CartasdeMujeres.

33


Central

¡BASTA! Texto: Anna Wilking • Foto: Diana Armas avw202@nyu.edu

“¡B

asta! ¡Ya no me pegues! ¡No puedes pegarme más!”. Con estas palabras milagrosas, una mujer puede terminar con una relación abusiva. Parece simple, pero para alguien que ha sufrido las consecuencias de una relación violenta por mucho tiempo, es muy difícil poner estas palabras en práctica. Poco a poco las mujeres (y algunos hombres también) de Cotacachi, están aprendiendo como cambiar sus vidas de maneras muy profundas con la ayuda del Centro de Atención Integral de la Mujer y la Familia. El edificio está ubicado en una calle tranquila cerca el mercado central de Cotacachi y desde 2004 sus puertas han estado abiertas para ayudar a las familias de esta comunidad. Cuando el centro abrió sus puertas, ofrecía alrededor de 200 atenciones al mes, actualmente atienden cerca de 500 casos cada mes, y sostenidamente crece el número de personas que llegan a buscar ayuda. El Abogado Fredy Haro, quien trabaja en el Centro, recuerda que “al principio pensábamos que capaz la violencia estaba subiendo en las comunidades cercanas y por eso teníamos más casos, 34

pero nos dimos cuenta de que era porque mucha más gente sabía de nuestros servicios… Esto nos alegra un montón”. De hecho, parece que solo con la existencia del Centro se ha dado un cambio de actitud sobre la violencia doméstica en el lugar, porque ahora hay un sitio al que las victimas pueden acudir. “Parece que los hombres tienen miedo, porque sus mujeres están aprendiendo sus derechos, saben que ya no pueden pegarles como antes. Ahora hay una gran posibilidad (con el Centro) de que las mujeres pongan una denuncia” señala Irene Pintón, una de las psicólogas del Centro. El equipo intercultural e interdisciplinario incluye a la coordinadora Albina Moreno, dos psicólogos (un varón y una mujer), dos abogados, dos asistentes administrativos y una promotora indígena bilingüe, Inés Bonilla. Todas las necesidades de las familia del sector pueden ser atendidas. “Es muy importante tener nuestro componente intercultural porque podemos servir a las familias indígenas de igual forma que las mestizas… ellas componen el 49% de los ciudadanos que vienen al Centro”, apunta Moreno.

Bonilla es una cara conocida por las comunidades indígenas de Cotacachi, no solo porque recibe a las personas cuando entran el Centro por primera vez, sino porque también viaja por el cantón para enseñar a las familias rurales acerca de sus derechos. “La promoción de los derechos es lo más importante para prevenir el abuso intrafamiliar”, dice la intérprete. El centro llega a las comunidades y da talleres para informar a la gente que no hay que aguantar ningún tipo de abuso. Esto tal vez parece obvio, pero para estas comunidades donde la violencia doméstica ha sido normalizada por generaciones, es un mensaje que es necesario oír. Bonilla afirma que hoy en día se está desvaneciendo el estigma social que viene con la violencia doméstica, “las cosas están cambiando, sin duda. La gente esta más preparada y con más educación está aprendiendo que ya no puede actuar como antes. En la nueva generación hemos visto muchos cambios… Muchas veces una mujer viene con su nueva pareja que no es abusiva. Es decir, viene a terapia para curar heridas del pasado, y con mucho apoyo de su nuevo marido”.


Muchas mujeres vienen con sus hijos para recibir terapia y curar sus traumas del pasado, pero también hay una presencia de hombres que quieren cambiar su forma de ser. Ya no quieren ser agresores y reconocen que necesitan ayuda. Como dice el psicólogo Gabriel Endara, “hasta ahora no he conocido un agresor que no hubiera sido maltratado también… aprenden estos comportamientos en su niñez, como testigos y víctimas de abuso en sus casas, y siguen con este círculo de violencia, pasándolo a la próxima generación”. Endara es un psicólogo muy eficiente porque también ha pasado por este tipo de experiencias, de violencia en el hogar y de repetición de estos comportamientos. Su testimonio es franco: “Yo también fui víctima de abuso y después tuve ganas usar la violencia con mi novia. Llegué al punto donde le empujé y me di cuenta que estaba repitiendo los patrones que viví en mi casa”. Endara recibió a tiempo la ayuda que necesitaba para superar su tendencia hacia la violencia, por ello puede entender a profundidad las situaciones complejas de los hombres abusadores y violentos. Y aunque

son una minoría, también hay hombres que son víctimas de violencia doméstica por parte de sus esposas. La violencia doméstica no solo incluye abuso físico, sino también emocional y verbal. Este año, Moreno quiere empezar un grupo de terapia solo para hombres, para ayudarles a encarar sus traumas del pasado y aprender cómo parar este círculo vicioso de la violencia. Para muchos agresores, el cambio es una cuestión de dejar el trago, dado que en la mayoría de casos la violencia ocurre bajo la influencia de alcohol. Para la mayoría de personas, la ayuda legal que provee el Centro es su salvación. Los abogados usan la Ley 103 que protege a las familias de la violencia doméstica y sirve para hacer justica. El perpetrador puede recibir un castigo de hasta treinta días en la cárcel. También el Centro procesa divorcios, pruebas de paternidad y demandas para garantizar el derecho a alimentos para la familia en caso de abandonos De hecho, en la mayoría de casos, las mujeres se quedan con sus agresores solo porque no son autónomas económicamente ­–si son dependientes de sus esposos para el man-

tenimiento de la familia, es muy difícil que puedan empezar nuevas vidas solas. Moreno reconoce que la dependencia económica es el problema más grave para muchas víctimas. “Queremos enfocarnos en la situación de dependencia economica que existe en la mayoría de las víctimas de violencia doméstica. Si pueden ser autónomas no necesitarían quedarse en estas situaciones”. Moreno confirma que muchas mujeres llegan al Centro diciendo que no aman a sus esposos, pero que están atrapadas en estos matrimonios disfuncionales porque no tienen recursos propios ni la manera de conseguirlos. Está claro que el Centro de Atención Integral de la Mujer y la Familia funciona. Recibe gente de todas partes, no solo de Cotacachi. Su nombre está creciendo a través de cada una de las familias que atiende y gracias a la ayuda que provee. La evidencia más clara es que el Centro ha sido clave para disminuir la violencia doméstica en su comunidad: este es un modelo para todo el país de cómo debería funcionar un Centro de ayuda a las familias en crisis. 35


Central

Ana María Goetschel Antropóloga

Mujeres

indispensables Texto: Rocío Carpio • Foto: Martín Jaramillo rociocarpio78@gmail.com

36


El teatro en Quito no sería lo mismo sin… Si hay un espacio cultural que con los años se ha convertido en territorio femenino por excelencia, ese es el teatro. Salta a la vista. Cada día son más las actrices que se suben al escenario y se apropian de las tablas. Conversamos con tres de ellas, ya emblemáticas, Juana Guarderas, Charo Francés y Beatriz Vergara. Un común denominador: “No somos las primeras, ni las únicas, ni las últimas”. Y es absolutamente cierto. Si hablamos de las generaciones que caminaron junto a los procesos de ruptura social y cultural en los sesentas, setentas y ochentas, varios son los nombres y a no pocas les costó abrirse campo. “Cuando llegué al Ecuador en el 78, había más hombres que mujeres porque había más prejuicios sobre este oficio”, dice Charo, española de Salamanca, que llegó por amor a esta ciudad y se quedó 33 años, en los que hizo su vida y de su vida el teatro, al frente del grupo Malayerba. Hoy se siente totalmente parte de este medio, tanto así que la escena local es para ella “nuestro teatro”. Charo llegó en un momento de efervescencia. Había muchos grupos y gente que creía en el oficio. El arte comprometido, político o de cuestionamiento social era lo que imperaba. Un tiempo de cambios y fe en que se podía cambiar el mundo desde las tablas. Beatriz, Bacha, llega un par de años después -por casualidad- a enamorarse del teatro. Nunca se vio actuando, estudiaba Historia y proyectaba sus días dedicándose a la plástica. Pero le bastó ver un ensayo en el Patio de Comedias para saber que eso era lo suyo. En ese tiempo, año 81, aún era mal visto que una mujer fuera actriz. “Yo llegaba llorando al teatro y me iba llorando del teatro. Pues mi papá, que me iba a dejar y a traer de las clases, todo el camino me decía: ¡Hijita, qué vas a hacer de tu vida!”. Hoy, 30 años después, su padre es su mayor apoyo. Situación que podría extrapolarse justamente a la realidad de la mujer en el teatro local en estos últimos 30 años. El hecho de que haya hoy en día más mujeres que hombres en el medio,

Juana Guarderas Actriz Beatriz Vergara Actriz

es un síntoma de que las cosas han cambiado para mejor. Muchos prejuicios se han vencido. A Charo, por ejemplo, su padre le exigió que primero estudiara una profesión “formal” y luego bien podría dedicarse a lo que ella quisiera. Y así fue. Quien no tuvo ese problema fue Juana, pues sus padres eran teatreros y era cuestión

Y sin pensarlo dos veces, Juana acota: “¿Quiénes somos imprescindibles en el teatro quiteño? Las mujeres somos imprescindibles”. 37


Gabriela Alemán Escritora

de tiempo que ella se prendara del oficio. A los 17 años, tímidamente levantó la mano cuando su padre buscaba una princesa para una obra infantil. Desde entonces, aunque en un principio “se engañó” –como decían sus amigos- estudiando Relaciones Internacionales, no ha abandonado la actuación. Para Juana, otros han sido los escollos, el más importante, el hecho de ser “el sector frágil de la economía, pues cuando un país está en crisis, lo último que vas a consumir es arte”. Tanto Juana desde el Patio de Comedias, Beatriz desde la sala Zero no Zero y Charo desde el Malayerba, no han tirado la toalla y se han convertido en importantes gestoras del teatro local. Su labor ha trascendido sobre todo porque han sido mujeres que han creído profundamente en el oficio y han luchado por mantener estos espacios. Así como lo han hecho otras figuras indispensables como Susana Pautasso o Ilonka Vargas, quienes son referentes de varias generaciones de actrices. 38

Dentro de la gestión teatral, grandes aportes son los festivales organizados por mujeres, como el FITE-Q, dirigido por Rossana Iturralde, y Tiempos de Mujer, por Susana Nicolalde, ambas actrices de amplia trayectoria. Circundando el radio generacional están Martha Ormaza, Elena Torres, Martha de Salas, Valentina Pacheco (…) y por ahí se quedarán algunas en el tintero… “Lo bueno es que no hay divas. La única diferencia entre unas y otras es el tiempo que llevamos haciéndolo”, explica Bacha mientras repasa el elenco de la Casa de Bernarda Alba, obra que agrupa a varias generaciones de actrices y que resulta ser una muestra variada del teatro local. Allí encontramos a más de las de larga experiencia, a nuevas figuras como Marilú Vaca, Sonia Valdez, Manuela Romolerux y Paulina Tapia.

La narrativa no sería lo mismo sin… Podría acusarse a un fenómeno global. Siempre ha habido más escritores que

escritoras, o al menos han estado más visibilizados. A diferencia de otros ámbitos culturales, las voces de mujeres en la narrativa ecuatoriana –por ende, quiteña- han sido intermitentes y escasas, si pensamos en finales del siglo 19 y la primera mitad del siglo XX. Quizás la poesía ha sido un género con mayor continuidad. Poetas han habido y hay muchas. Pero novelistas y cuentistas con obra publicada son un tanto difíciles de encontrar. Allí entra la figura de Nela Martínez (1912-2004), que aunque no es quiteña, es un icono no sólo de las letras, sino de la lucha por los derechos de las mujeres a principios del siglo veinte y a lo largo de los 92 años que llegó a vivir. Tampoco se puede hablar de una generación que haya acompañado los procesos sociales derivados de las necesidades de cambios culturales, sociales y políticos que se dieron en los 70. Por eso, el innegable referente de esa época es Alicia Yánez Cossío (1928). Ella se consideró en su tiempo “rebelde y contestataria”, pues se atrevió a desafiar convenciones


Mónica Varea Escritora

construyendo personajes femeninos que rompían cánones reproducidos desde ópticas masculinas. Otra figura importante de la misma generación es Lupe Rumazo (1933), que además de novelista y cuentista, fue también ensayista. Es innegable que dentro de este panorama existen y existieron generaciones ausentes. Para la escritora Lucrecia Maldonado (1962), en los ochentas “había un predominio de escritores hombres y una convicción política de izquierda”. Lucrecia es parte de esa siguiente generación que en realidad empieza a publicar a mediados de los noventa. Por ello quizás, considera que los ochenta son una década perdida. Gabriela Alemán (1968) también empieza a publicar por ese tiempo, y es casi una isla en sí misma, pues considera que es parte de una generación que no pudo visibilizarse. “Eran mediados de los noventa, las casas editoriales habían quebrado y empezaban a hacer autoediciones pagadas, los suplementos litera-

rios de los periódicos y algunas revistas desaparecieron. Todavía era inimaginable el mundo virtual que hoy ha ayudado a visibilizar a escritores de las nuevas generaciones”. Sin embargo, Gabriela siguió escribiendo, sin cuestionarse demasiado los porqués de una literatura que divide lo femenino del resto de literatura, pues para ella sólo existe una. Ella cree que hacer una distinción es cuestión de marketing. De ahí que se haya dado en los 90, el boom de escritoras como Ángeles Mastreta, Marcela Serrano y Laura Esquivel, entre otras, y guardando las distancias, el de la poesía erótica a nivel local. Para Lucrecia, no es que no haya mujeres escribiendo, sino que la mayoría está invisibilizada, en parte porque muchas no logran o no quieren publicar. Según Mónica Varea, escritora y librera, muchas mujeres no se atreven a publicar por perfeccionismo o por miedo a la exposición. Como a ella misma le pasó, ya que de hecho, es una escritora algo

“Yo he tenido suerte, me ha ido excelentemente bien. Pero no es fácil, en Ecuador no hay industria editorial, no hay políticas públicas que promuevan publicaciones. Pero también se trata de pelear espacios y salir a la vista”.

“Para ellos es un negocio y es legítimo, pero tal vez podrían fortalecer estrategias para no solo producir lo que se vende si no para vender lo que se produce”, agrega Lucrecia.

39


Estelina Quinotoa Antropóloga

tardía, cuyas publicaciones coinciden con el nuevo boom de la narrativa escrita por mujeres: la literatura infantil y juvenil. A las “decanas” como Leonor Bravo y Edna Iturralde, se han sumado un verdadero batallón: María Fernanda Heredia, Juana Neira, Soledad Córdova, Cecilia Velasco, entre otras.

40

Expertas de altísimo nivel y sensibilidad

“Me he dedicado mucho

Lucrecia es parte también de este nuevo movimiento, pero ella asegura que escribe para adultos, simplemente las editoriales le ponen una edad a sus novelas. Lo mismo opina Mónica, quien además cree que el éxito de este tipo de literatura es la gran promoción que hacen las editoriales.

Los setenta del siglo pasado marcan el acceso masivo de las mujeres a la educación superior en nuestro medio. Hay un visible cambio de paradigma: una mujer es tan capaz profesionalmente como un hombre. No hay más discusión. Unas cuantas décadas antes, mujeres como Matilde Hidalgo de Prócel eran repudiadas por haberse atrevido a estudiar la secundaria. Su valentía le valió ser la primera en obtener un doctorado en medicina (1921), y el ejercer el derecho al voto por primera vez en Latinoamérica (1924).

Ahora, para Mónica –que en su librería Rayuela los autores ecuatorianos más vendidos siguen siendo hombres– lo positivo de todo esto, es que se están formando públicos. “En unos años necesitaremos escritores y escritoras que cubran los nichos de esos niños que crecieron leyendo”.

“Mi generación no tenía pretensiones muy profesionalizantes, más bien los de los 70 queríamos transformar la realidad. A finales de esa década yo estudiaba Sociología, en esa carrera estábamos a la par, pero en otras como derecho o arquitectura, la mayoría eran hombres”. Ana María Goetschel, quien posteriormente hizo

femenino. Ha sido un

a

las

mujeres,

porque estoy convencida de que las mujeres somos las reproductoras de la cultura. El trabajo de mediación con la población es fundamentalmente gran aporte para difundir nuestro patrimonio ancestral”.


Olga Woolfson Arquitecta

una maestría en Historia y un doctorado en Ciencias Sociales, forma parte de esa primera generación que se abrió espacios profesionales y académicos, y que dejó marcado el camino para las venideras. “Por cuestiones familiares, tuve que hacer mis estudios más tarde. Es el caso de muchas mujeres, por eso es cuestionable el tema de la jubilación a los 25 años de trabajo. Ventajosamente, eso está cambiando”. Ana María ha orientado sus conocimientos hacia los Estudios de Género. Ha sido investigadora, docente y actualmente, parte del equipo de dirección de la FLACSO. Justamente hizo su tesis de doctorado sobre las maestras en la educación pública en la primera mitad del siglo 20. “Me ha interesado el tema de género, sobre todo por el hecho de visibilizar la presencia de las mujeres en la historia”. En el caso de Olga Woolfson, arquitecta y experta en bienes patrimoniales, su llegada la universidad a principios

de los 80, fue la entrada a un espacio masculino. “Éramos pocas mujeres. Yo personalmente nunca tuve problemas, pero escuché que a otras compañeras, un profesor les decía ‘ándate a la cocina, no sirves para esto’”. Ya en los ochentas, sus primeros pasos profesionales coinciden con la naciente puesta en valor del patrimonio arquitectónico de la ciudad. Por ello, realiza una maestría en restauración de arquitectura y centros históricos. A los pocos años de su regreso, se involucra con el -en ese entonces- recién creado Fondo de Salvamento, institución en la que estuvo 12 años. Desde allí resalta el trabajo de mujeres como Dora Arízaga, primera directora del FONSAL, a quien describe como “la persona que más sabe de patrimonio en el país”. Y es que en temas patrimoniales, muchos son los nombres femeninos detrás de la labor de preservación. Estelina Quinotoa, antropóloga indígena de raí-

ces imbabureñas, ha estado 18 años custodiando el patrimonio ancestral de la ex reserva arqueológica del Banco Central, hoy a cargo al Ministerio de Cultura. Estelina decidió estudiar en una época en la que el acceso a la educación superior –incluso secundaria- para una indígena, era escaso. Dada su capacidad escolar, recibió una beca de la Escuela Politécnica de Riobamba para estudiar idiomas, luego, estudia Derecho en la Universidad Central. “En ese tiempo, en los 70, había discriminación. Mis compañeros no me saludaban, para ellos yo no he existía. Ventajosamente nunca tuve complejos, no me he sentido ni más, ni menos que nadie”. Ella cree haber roto varios paradigmas, pues su incursión laboral coincide con la apertura de espacios para las mujeres, pero también con la visibilización de la problemática indígena.

41


Central

Una vida

de mujer en un día Texto: Alfonso Espinosa • Ilustración: Rodrigo Vergara alfonjod@gmail.com

¿S

i tu vida cupiera en un solo día, cómo sería ese día? Habría que contarlo mil veces para poder sumar toda la vida que se teje en torno a una mujer, a cada mujer. Es un día que comienza, como la jornada de muchas mujeres, antes de que salga el sol, antes de que la luz separe lo verdadero de lo imaginado. En esa medianoche de la preñez de la madre la mujer empieza a ser situada socialmente, culturalmente. Algo hemos heredado de los espartanos, que asesinaban a muchas bebés solo por nacer mujeres; algo tenemos de pueblos como la India, donde el nacimiento de las mujeres se compensa muchas veces prostituyéndolas casi desde niñas. Pero eso pasa después. Ahora, en este día imposible donde 24 horas deben contar una vida entera y posible, recién han pasado minutos, que son como los nueve meses de embarazo. Con la tecnología médica actual, se sabe que será niña. “Chancletudo” le dicen al taita, que sabe que “no será varón”. Ella ya es un objeto: la chancleta, el calzado de la casa, lo que sirve para el diario… Será vestida de rosado (no de verde o azul o cualquier otro color, como los chicos), por lo menos durante algunos meses. También le harán chambritas y escarpines blancos… El día avanza y la hora es la más oscura, justo la de antes del amanecer. La niña ya camina, ya habla. Le han dicho ya qué puede y qué no puede decir: durante el resto de su vida, hasta el lenguaje le será recortado, en relación a los hombres. Hay palabras y expresiones que no se ven bien en boca de una “mujercita”. Ese diminutivo, si recordamos al lingüista español Dámaso Alonos, indica ternura y minusvaloración. “Mujercita”. Amanece y la niña va a la escuela, donde le enseñan a hablar y empiezan a construir le, dentro, una conciencia donde la madre es lo más sagrado (madres son la patria, la virgen, la iglesia, la naturaleza misma en su totalidad) y donde el heroísmo, en nueve de cada diez relatos históricos, recae en ellos, los varones, los hombres que ponen hasta la muerte para defender alguna de esas madres imaginarias y poderosas.

42


Las niñas van a la escuela con falda, nunca con pantalón (salvo los días de calentador y educación física). La falda se inventó para que la mujer estuviera sexualmente más al alcance del varón, que dispone de ellas como de objetos para su uso y disfrute. En esta hora del día de nuestro relato, entre los 6 y los 12 años, muchas, muchísimas niñas son abusadas sexualmente. Esto se revela una vez y otra vez en los estudios sobre violencia de género, con la constante de que los agresores son familiares cercanos. Otra constante es que las madres de las agredidas no les creen: parece imposible que el tío, tan buena persona, sea un pervertido. Ese dolor, ese miedo, marca la vida de las mujeres en el país. La mirada de los hombres sobre este objeto sobre-erotizado en el que transforman a la mujer inicia un camino de violencia. Cuando el otro ya no es persona se inicia la violencia, y la lógica es la misma que la del torturador más terrible, que no reconoce en el otro una persona, un cuerpo humano, sino un saco de carne y huesos que se puede golpear hasta la muerte. Esta mujer de Quito, a media mañana de nuestra jornada imaginaria, es una guambra colegial. En muchos casos, la adolescencia es un momento de importantes rebeldías, de autorreconocimientos y de empoderamiento. Hoy mismo, en este 2012 a medio usar, las chicas llevan el pelo de colores y viven una vida en la realidad y otra paralela en el mundo virtual. Hijas de la generación de la imagen, muchas están hipnotizadas por el mercado: pasaron de usar puperas a lo Shakira para pintarse el pelo a lo Kudai para vestirse con chompas reguetoneras a lo Calle 13… Van en los buses, más seguras cuando están con amigas: los hombrecitos son más valientes para decir porquerías a las mujeres solas, se achican como sapos al sol cuando ellas los encaran, y normalmente no se meten con los grupos. Otras chicas, desde temprano, buscan en un enamorado protección ante la vida y el mundo. Este paradigma del marido proveedor de seguridad es la cárcel en la cual muchas adultas maltratadas están

presas: como él las mantiene del todo, aunque pegue hay que aguantar. Pero de nuevo me estoy adelantando. Llega el mediodía y la mujer que imaginamos ya está en la Universidad. Este es un territorio que ellas han conquistado. Desde los años 60 y 70, el acceso de las mujeres a la educación superior ha crecido exponencialmente. Sin embargo, a nivel mundial, esta aparente equidad se cae a la hora del té, es decir, cuando hay que darles trabajo a esas profesionales y reconocerles un sueldo. En promedio, ganarán 80 centavos por cada dólar que un hombre reciba, haciendo los dos el mismo trabajo. Igual, trabajarán, porque muchas no quieren, como la amiga de dos párrafos arriba, ser mantenidas de nadie, depender de nadie. Si ella se casó, su trabajo será aporte al presupuesto familiar. No es infrecuente que la madre sea quien termine haciendo maroma y media para que la plata alcance y la olla esté llena. Ellas llevan el peso del trabajo doméstico con gran desproporción en relación a los hombres, pero luego trabajan lo mismo fuera de casa. Para las mujeres, en el comienzo de la tarde de nuestro día, el trabajo es difícil y casi siempre les pagan menos que los varones. En el caso de las mujeres, además, el sistema las obliga casi a escoger entre ser madres y ser profesionales. La madre ideal no hace nada más que criar a los guaguas. La profesional modelo no tiene más pasión que su trabajo. Compaginar estos dos personajes es, para muchas mujeres de alrededor de 30 años, el gran reto, el laberinto al cual hay que encontrarle la salida. En eso se les va la tarde… Cae el sol. En el cuerpo de la mujer, como antes, en la adolescencia, las hormonas que son las pilas del reloj biológico van dando otra hora. El ciclo menstrual, que marcó el paso de la niña a la mujer, se altera como una estrella en agonía y, finalmente, desaparece. Inicio de la vejez, para algunas miradas, que en la mujer infértil de la menopausia ven un objeto inútil (otra vez la violencia de hacer del otro una cosa).

Pero este atardecer más bien puede ser un momento de enorme libertad. La sexualidad, liberada a razones de placer y goce y no a la producción de gente, puede florecer hermosamente en las mujeres de 40, 50 años… Es la edad de muchos divorcios, pues los maridos no entienden este nuevo tiempo (o ellas necesitan un calor más joven, una piel distinta para su piel que ha cambiado). Tras el atardecer, la noche puede ser una fiesta. Implacable, el reloj avanza. Ellas, viejitas, son cargadas ahora con la cruz de la memoria: deben recordarlo todo, todo, todo. Para este oficio las ha ido preparando una cultura del chisme visibilizada solo en su lado femenino y no en las temibles murmuraciones de los hombrecitos, que son más fijones y más criticones de lo que se admite en público. Ella, mujer mayor, tendrá problemas en el transporte público, en las oficinas, en los bancos… No hay paciencia con los mayores, y los jóvenes y maduros hasta reclaman a veces por las filas preferentes para la tercera edad. Muchas mujeres mayores, además, deben volver a ser madres, ahora de los hijos de las hijas, de las hijas de los hijos. No es que les falte ternura, pero a veces nadie les pregunta si ya están cansadas. El día se acaba. La muerte de la abuela, de la Mamá Grande de cada familia, es siempre una tragedia. Muchas veces la familia, ese organismo extraño y de cien cabezas, se dispersa sin la argamasa de la madre. Su ausencia las hace más grandes, más fuertes. Si hubo amor, habrá recuerdo, y por años muchos sentirán cerca, cerquita, el aliento de la niña con trenzas, de la guambra pelipintada, de la universitaria emprendedora, de la trabajadora, de la amante, de la tejedora de historias… (Este texto está dedicado a las mujeres fuertes de mi familia, especialmente a Rosa, Aurelia y Laura Stacey, a Aurelia Bravomalo, a Ximena y Alicia Andrade, a Gabriela y Sofía Espinosa).

43


Con sentido

¿Cómo suenan

los

metros? de Latinoamérica Texto: Mafer Becerra • Nancy Padilla • Verónica Suárez / Revista Q • Fotos: Internet 44


E

l sábado me sabe a lunes. El martes es igual al miércoles. Quito, la ciudad de la hora pico que dura todo el día, planea para el 2016 tener un metro. “Otra vez las calles llenas de huecos, tramos sin circulación, más impuestos, más congestión, ¿cuánto más nos costará este sueño del metro?”. Todo esto pasa por la mente del quiteño. Amagamos el pesado tráfico con buses articulados y medidas como el pico y placa. Tras años de darle vueltas al asunto, se emprende el desarrollo del metro, una solución a largo plazo. Se prevé que vaya desde el Labrador hasta Quitumbe en un tiempo récord: 35 minutos. En países como Argentina, Chile, Perú, Colombia, Venezuela y México, la experiencia del metro ha significado una mejor calidad de vida para la gente, y también ha disparado retos de convivencia. El tren subterráneo será la columna vertebral del sistema de transporte público en esta salchicha que es el Quito urbano.

Cientos de personas en varias capitales de mundo (como estas dos personas en el metro de México DF) se sumaron al ‘Día mundial sin pantalones’, iniciativa que se inició hace una década en el metro de Nueva York. El acontecimiento es organizado y convocado anualmente través de Internet por el movimiento internacional Improv Everywhere.

¿Qué nos espera con un metro en la ciudad? Exploramos algunos testimonios latinoamericanos buscando luces para esta respuesta.

El gusanito naranja del DF “El metro es bastante atrasado en relación con la metrópoli que representa el DF y se adapta al nivel socioecnómico del sector de las paradas“. Así lo describe Francisco Carvajal, estudiante ecuatoriano que vivió en la ciudad más poblada de América. Durante la segunda mitad del siglo XX, la ciudad de México se vio atestada de automóviles en las calles y usuarios en el transporte público tradicional, por lo que se inició la construcción de un tren rápido que conectara los distintos puntos del Distrito Federal con la creciente zona metropolitana. Se observa un contraste drástico y evidente a lo largo de las distintas líneas que componen el metro. “Es sucio, desordenado, sin señalización, mal oliente y muy caluroso en estaciones del los extremos de la ciudad, como la de Toreo. Por el contrario, en las zonas aledañas a la zona rosa (turística), el metro se convierte en un espacio armonioso de convi45


México DF

vencia. La estación de Bellas Artes es un claro ejemplo, ahí priman la cortesía, el orden y el servicio es de buena calidad“. Al comienzo, surgió en respuesta a una necesidad sobre todo de la gente de nivel socioeconómico medio-bajo, ya que todas las oficinas de atención del Estado se ubican en pleno centro de la urbe. La gente de estratos más altos no usa el metro: “el metro es de nacos” dicen, como nosotros diríamos “es de longos“. Con sarcasmo llaman al metro: “el buen gusanito naranja”… Buscando gente para conversar en Medellín “Cuando planificaron mi tour por Colombia incluyeron una visita al metro de Medellín, que es el símbolo del progreso. Me lo imaginaba más grande. Llegué a mi destino y me pregunté: ¿eso es todo?”, afirma Edgar Baldeón, turista ecuatoriano. En el metro de Medellín se cruzan propios y extraños, ricos y pobres… Todos buscan lo mismo: comodidad, seguri46

dad, precios accesibles y, a veces, gente para hablar. Según las autoridades del sistema, este metro no solo es un medio de trasporte masivo, sino un elemento integrador capaz de crear sentido de pertenencia entre los habitantes, quienes al convivir en reciprocidad logran brindar y recibir un servicio exitoso. En Medellín se promueve algo que llaman “cultura metro”, la cual propone este sistema como digno de ser adoptado, pues es un pretexto para convivir en armonía, creer en el buen espíritu de la gente y de paso, ser solidario. Todo en beneficio de la convivencia ciudadana. Es el único metro en Colombia para orgullo de los habitantes de Antioquia. Es posible desplazarse de norte a sur en media hora y del centro al occidente en diez minutos. En las estaciones se han hecho programas dedicados a la lectura, la pintura, la música y la inclusión de nuevas tecnologías. Consta de dos líneas de metrocable (similar al teleférico), que funcionan desde

el 2004 y permiten observar Medellín desde las alturas. Subido en Twitter al metro de Caracas Carlos Gustavo Becerra, es un ingeniero informático venezolano de 27 años, comparte su testimonio sobre el sistema de metro en la capital de su país. “El metro de Caracas, lleno de críticas. Siempre se ven golpes o pequeños actos de delincuencia, y entre los acontecimientos más densos, suicidios”. Esta era la realidad, y por ello, “un día que el tren venía retrasado, tomé la iniciativa de crear la cuenta de twitter @metrocaracas, para que los usuarios puedan contar sus anécdotas o emitir denuncias”. La idea tuvo acogida de inmediato. “Usualmente los pasajeros –sigue Carlos Gustavo– nos quedamos encerrados en túneles, andenes o trenes sin ningún tipo de advertencia. Entonces, aprovechando las nuevas herramientas tecnológicas y la velocidad de la información me pregunté: ¿porqué no una cuenta de twitter


Metro de la Ciudad de México Inicio: 1969 Costo: $3.00 pesos ó USD 0,23 Pasajeros diarios: 4, 2 millones Líneas: 11 Estaciones: 175 Recorrido: 201 km

Mexico

Caracas

En un futuro: Metro de Quito Inicio: 2016 Costo: USD 0,40 Pasajeros diarios: 375 000 Líneas: 1 Estaciones: 15 Recorrido: 23 km

Medellín

Quito

Lima

Metro de Lima Inicio: 2012 Costo: 1,5 soles ó USD 0,55 Pasajeros diarios: 125 000 Líneas: 1 Estaciones:16 Recorrido: 22 km

Santiago

Metro de Medellín Inicio: 1995Costo: 1600 pesos ó USD 0,80 Pasajeros diarios: 525 000 Líneas: 2 Estaciones: 34 Recorrido: 38 km con MetroCable

Metro de Caracas Inicio: 1983. Costo: 1,5Bs (bolívares) ó USD 0,35 Pasajero diarios: 2 millones Líneas: 4 Estaciones: 4 Recorrido: 54,2 km

Buenos aires

Los metros latinoamericanos resumidos en cifras

Metro de Santiago Inicio: 1975 Costo: 600 pesos ó USD1,24 Pasajeros diarios: 2,2 millones Líneas: 5 Estaciones: 94 Recorrido: 101 kilómetros

Metro Argentina Inicio: 1913 Costo: 2,50 pesos ó USD 0,57 Pasajeros diarios: 2 millones Líneas: 6 Estaciones: 78 Recorrido: 60 km

47


para el Metro? En promedio recibimos unos 400 tuits (mensajes) diarios”. Este flujo, “si hay algún inconveniente aumenta vertiginosamente, y tenemos unos 10 seguidores nuevos por hora. La gente reporta inmediatamente cuando hay algún retraso en el metro, desde los túneles, desde las estaciones congestionadas, cuando hay arrollamientos, cuando alguien se ha desmayado…” En su valoración final, Carlos Gustavo es optimista: “el sistema sí es eficiente, hay varias líneas y es económico”.

Un tren llamado metro recorre Lima Después de 25 años de espera, se puede contemplar Perú a través de las ventanas de un metro que no es subterráneo, antes conocido como “tren eléctrico“. Los niños, especialmente, se emocionan al observar el paisaje en movimiento a 35 kilómetros por hora. Cuando se encuentran a bordo parecen olvidar las largas filas de espera y del problema que aún busca solución: la inseguridad. Al bajarse de una estación a otra hay quienes se toman fotos; algunos las guardan en sus teléfonos móviles, otros no tardan en publicarlas en el Facebook. “Así a uno le da orgullo ser peruano“, repite Roberto Laguna, jubilado usuario de este medio de transporte. El metro empezó a funcionar en diciembre del año pasado y fue gratuito durante 30 días. Este es un sistema urbano que recorre la ciudad de Lima, capital de Perú, desde su extremo sur hasta la inmediaciones del Centro Histórico. Todavía se está trabjando en señalización, orientación, indicaciones para no comer dentro del metro o evitar vendedores ambulantes. En fin, se pretende crear una cultura del metro en Lima.

La puntualidad es la norma para Santiago de Chile

Caracas 48

“Es una oruga mecánica que serpentea debajo de la tierra y acorta distancias, en una ciudad que corre a mil por hora, donde cada persona vive en su mundo, donde no son ni amables, ni groseros, solo que a nadie le importa el resto“. Así es como Gabriela vio al metro de la capital de Chile hace varios años, cuando estudiaba allá.


Empleadas domésticas, estudiantes y hasta gerentes de empresas usan el metro para librarse del problema del tráfico de su ciudad. La puntualidad de los horarios del sistema permite a la gente mantener una convivencia armónica con su principal medio de transporte. Los santiaguinos no solo usan el metro para transportarse, sino también para hacer compras y trámites. Puede ser un lugar de encuentro entre amigos, escenario de obras de teatro y conciertos o incluso sala de exposiciones: es un espacio múltiple, que pretende integrar a sus usuarios con la lectura, el arte, la cultura… El metro de Santiago de Chile conecta a la gente con su ciudad.

El ‘subte’ de Buenos Aires ofrece arte en cada parada Al ritmo del tango y el son argentino, saxofonistas, guitarristas, bailarines y cantantes dan apertura a un mundo cultural subterráneo. El “subte” de Buenos Aires fue la primera línea iberoamericana bajo tierra, y dio pie a la modernización del transporte público. “El metro es un lugar ‘del puctas’, se nota que hay respeto por el arte y por la música, además es full seguro, rápido y económico para estudiantes y gente de clase media o baja”. Así, entusiasta, es el relato de Francisco Souza, un ecuatoriano de 20 años, que residió seis meses en Argentina como estudiante.

Santiago de Chile

“Me encantó ver las representaciones de artistas como Raúl Soldi, Rodolfo Medin o Jorge Schwarz”. En cuanto a las tarifas, Francisco comenta que “se consideran precios según categorías y condición social. La tarifa general está subsidiada por el Gobierno, pero ‘Cristina’ (todos le dicen así a la Presidenta) ya planeó quitar el subsidio en este año, y espero que lo invierta en obras o en un mejor mantenimiento del sistema de vías”. El graffitti tiene, en el ‘subte’, casa propia. “¿Y si en vez de planear tanto, voláramos un poco más alto?” o “¿Por dónde hay que empujar a este país para llevarlo adelante?”, son algunas de las frases, robadas al humorista Quino, que entre murales y letras, decoran las estaciones, espacios reconocidos para la expresión del arte urbano.

Lima

49


Con sentido

El 14 de marzo se cierra la Veeduría

GLBTI Texto: Revista Q • Foto: Martín Jaramillo

50


E

l 5 de julio del 2011, la Comisión Metropolitana de Lucha Contra la Corrupción nombró a la Veeduría de la Diversidad. Este organismo ciudadano tiene poder para supervisar el cabal cumplimiento de la Ordenanza 240 y su difusión. Este instrumento legal del municipio de Quito, expedido el 21 de noviembre del 2007 por la Comisión de Equidad Social y Género, mediante seis artículos establece la vigencia y cumplimiento de los derechos de la comunidad GLBTI en la ciudad. La Veeduría es coordinada por el activista Manuel Acosta y cinco integrantes más, gente destacada en la cultura y defensa de los derechos humanos. Precisamente con Acosta analizamos las condiciones reales tanto de la Ordenanza como de la Veeduría después de siete meses de gestión. “La verdad acerca de la veeduría es que muy poco se ha podido lograr en cuanto a difusión”. Esta falta de resultados Acosta la explica con varias razones. Por un lado, anota que “hay un doble discurso institucional de diversidad e inclusión, que no pasa de palabras y papeles”. Esto porque la Ordenanza 240 carece de un reglamento que la respalde, y las promesas de capacitación a organizaciones de la comunidad GLBTI acerca de la Ordenanza no se han concretado. Esto se debe también a desacuerdos dentro de la misma comunidad, que a ratos parece fragmentarse ante discrepancias que deberían resolverse con mayor objetividad. Acosta concluye señalando “la desidia e hipocresía de ciertas autoridades que jamás arriesgarían su voto en las urnas por apersonarse de causa que todavía encuentra gran resistencia en la sociedad, por la falta de información y una maraña de prejuicios que tomará mucho tiempo erradicar”. “Aún queda mucho por hacer, la Veeduría vence este catorce de marzo, el informe de actividades debe estar listo

días antes, pero esto no acaba con la Veeduría, el Movimiento Igualdad de Derechos Ya (movimiento que preside), no dará tregua, continuaremos la inquebrantable lucha por ser reconocidos como sujetos de derecho y como parte fundamental de la sociedad”. Acosta, melómano, noctámbulo, hierba de los museos, cinéfilo e insaciable lector, además de instructor de aviación, mira con esperanza el futuro de su comunidad en Quito. Por su parte, el concejal Norman Wray, presidente de la Comisión de Equidad Social y Género, plantea que las Ordenanzas por sí mismas no operan cambios dentro de una sociedad. “De ser así, con tantas ordenanzas existentes viviríamos en una ciudad ideal, casi utópica”. Enfatiza en que es necesario crear conciencia de que no es únicamente la autoridad la que debe estar pendiente del cumplimiento de los derechos, sino que debe ser la ciudadanía misma la que controle su cumplimiento. “Deben reforzarse los hábitos de convivencia, cada individuo es responsable de aportar para mejorar su entorno, a eso están destinadas varias campañas que hemos emprendido desde acá, como “Calles sin acoso”, y “Quito, ciudad degura para las mujeres y las niñas” campañas en las que se invita a reaccionar ante cosas que socialmente pueden ser aceptadas y vistas como “normales”, pero que en realidad atentan contra una convivencia en respeto y armonía. “Respecto a la Ordenanza 240, que se firmó durante la anterior administración, todavía no hay logros muy notorios porque todo esto es un proceso en el cual las cosas no han sido tan sencillas de encaminar. Pienso que en los últimos años la sociedad sí ha ido construyendo una cultura del respeto y aceptación hacia el otro”. Al analizar la condición actual de la Comunidad GLBTI, a la luz de la an-

tropología, nos damos cuenta de que el concepto de la heterosexualidad como lo “normal” es únicamente social y cultural. Xavier Andrade, antropólogo y catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, explica que “el reconocimiento exclusivo de lo macho y hembra es una herencia de la religión cristiana y una construcción capitalista; en el caso de países latinoamericanos, en especial Ecuador, la asignación social de los roles masculino y femenino ni siquiera nos ponen en la fase capitalista sino en una especie de pseudocapitalismo atrasado”. “Buscando en el pasado precolombino –sigue Andrade– que la historia quiso borrar, podemos encontrar que sobre todo en los pueblos Manteños y Huancavilcas tenían para sus rituales a jóvenes muchachos ataviados con hermosos collares de conchas llamadas chaquiras y deslumbrantes joyas (de ahí viene su nombre de enchaquirados)”. Según nos informa el profesor, “estos muchachos se preparaban desde tierna edad para los rituales en los cuales mantenían relaciones sexuales con los sacerdotes y jefes de la comunidad, eran la más alta representación de lo místico y objeto de veneración”. Cita las investigaciones de Hugo Benavides como base para sus afirmaciones. Algo parecido podemos observar en la sierra, se trata de la práctica ritual de representación de las “warmi tucushcas” del carnaval de Guaranda (y en pueblos alrededor de Cotacachi): son los hombres casados que se visten con los atuendos de sus esposas, se peinan y adornan como ellas y las parodian entre cantos y bailes.

51


Con sentido

Agua

santa Texto: Ma. Verónica Suárez / Revista Q • Foto: Archivo RQ mvsg23@gmail.com

22 de marzo

día internacional del agua

52


Quito Andino En las comunidades andinas, el agua ha adquirido un simbolismo cultural, que trasciende más allá del hecho de ser empleada como un recurso natural para la vida. El agua (yaku, en quechua) es considerada una divinidad presente en lagos, lagunas, océanos y ríos, que proviene de Wirakocha (el dios creador del universo) y que fecunda a la Pachamama (Madre Tierra). De esta forma, el ciclo de la vida sigue cumpliéndose. En los Andes, el agua se considera un ser vivo, con el cual se dialoga, al que se le regalan ofrendas y al que se cuida desde chiquito y hasta que crece. Solo así se efectuarán mejores cosechas. El agua, también es un eslabón entre la sociedad y la naturaleza. Para los indígenas, el agua es la sangre de la tierra y del universo. Desde esa visión, todo contacto con una fuente de agua facilita la interacción en la familia y en la comunidad. El agua cobra la forma de su recipiente, es un elemento que se mezcla con otros, es un complemento: igual que el agua, las personas diferentes nos mezclamos y construimos juntos la vida con mayor armonía. “El agua es de todos y es de nadie”. Esta frase resume otra creencia andina, que el agua pertenece a la tierra y a los seres vivos. Este recurso debe ser distribuido equitativamente de acuerdo a necesidades, disponibilidad, costumbres y políticas comunitarias. Asimismo, el uso del agua se adapta a los ecosistemas, circunstancias, leyes naturales, ciclos y condiciones territoriales. En períodos específicos del año, los indígenas acuden a vertientes, ríos y cascadas sagradas para realizar rituales de baño. Esta práctica, en el mundo andino, permite la limpieza espiritual del alma, la recuperación energética y la reconstrucción de la relación con la madre naturaleza. A 3 220 metros sobre el nivel del mar se encuentran las aguas termales de Papallacta, que desde el imperio incaico son un centro de sanción. Allí se curaban guerreros fatigados o heridos. Luego de caminatas por paisajes frondosos, se lle-

ga a una cascada de cinco metros de alto. Además, se puede encontrar petroglifos (signos tallados en piedra), vestigios del antiguo pueblo Yumbo. En el límite entre Quito y Rumiñahui, cerca de Sangolquí, está el río Pita. Allí, una caída de agua de 50 metros produce ionización negativa. Este proceso sucede al chocar el agua con las piedras (lo descubrió Philipp Lenard, Nobel de Física 1905). Si el cuerpo humano es expuesto a una carga de iones, el organismo quedará libre de impurezas.

Quito religioso El reloj marca las 10:15, el temperamental clima quiteño se torna frío. En la nave derecha de la iglesia se divisa una columna de mármol baja, coronada por un platón cóncavo. El cura sostiene de la cabeza de tres meses de Emiliana, la riega con agua y la masajea suavemente. “Que Dios Padre, Hijo, y Espíritu Santo, te acoja en su regazo, y te bendiga por la vida eterna, amén”. Así se celebra el sacramento del bautismo católico. Es la ciudad curuchupa y religiosa, donde el catolicismo prevalece, transmitido generacionalmente a partir de este ritual de iniciación. La aplicación del agua bendecida sobre la persona, invocando a la Trinidad, es el único requisito para entrar al catolicismo. Desde la visión eclesiástica, esto se concibe como la integración de un individuo con el Cuerpo Místico de Cristo, que es la iglesia. A su vez, se limpia al ser del pecado original (heredado desde Adán y Eva). Desde el relato de la Creación, el agua surge del discernimiento del espíritu de Dios, que separa el agua de arriba y el agua de abajo, en el segundo día. Tras la venida de Cristo, en la tradición católica, se empezó a celebrar la eucaristía. Allí el agua se mezcla con el vino, en representación de la unión de la humanidad con la divinidad de Jesús. “Yahvé se compara con una lluvia de primavera (Os 6,3), es el rocío que hace crecer las flores (Os 14,6). El justo es semejante al árbol plantado a los bordes de las aguas que corren (Nm 24,6)”.

“Si alguno tiene sed, que venga a mí y beba” (Jn 7,37-38). Es el mensaje transmitido por los seguidores de Jesús, sentenciando un doble compromiso: el de cambiar de vida alejando el pecado; y el de renovación, al predicar una filosofía de vida a través de los valores, iluminados por Cristo.

Quito globalizado “Piensa en la pregunta, vamos toma cuatro, bien… Ahora sabremos el motivo, lo profundo, lo que debes hacer”, señala la antropóloga Mónica López, lectora de tarot. Explica que se trata de un juego energético, que combina cuatro elementos universales: agua, fuego, tierra y aire. López abre las cartas sobre la mesa. Mira imponente a los ojos de su visita y sentencia: “Deja de pensar en ese muchacho de cabello negro, te pone mal. Ya vas a ser feliz, va a aparecer alguien nuevo en tu vida”. En el tarot el agua aparece en la carta del Arcano Mayor XIV: La Templanza y en la XVII: La Estrella. En la primera, el agua se vacía entre dos vasijas; en la segunda, el agua circula mágicamente entre dos vasijas de las que sale el líquido. En caso de aparecer agua en una de las tiradas, su significado es energía enfocada en la presencia de problemas, y también la necesidad de cambio. De igual forma, el agua está asociada al ámbito de los sentimientos, es el primer elemento que los seres humanos, desde las más antiguas civilizaciones, han buscado para la purificación, equilibrio y renacimiento interior y espiritual. Otra de las filosofías extranjeras “quiteñizadas” es el reiki japonés, que busca la conexión de la energía universal con la personal. Al desarrollar los rituales del reiki, el organismo pide agua, siendo este el elemento fundamental que facilita la rehabilitación corporal y la purificación. Solo agua.

53


Con sentido

En el camino

de las mujeres

Texto: Juan J. Paz y Miño Cepeda juan@pazymino.com

E

n la época de la independencia hubo numerosas mujeres comprometidas, cuyos nombres han sido rescatados por destacadas historiadoras ecuatorianas. Allí están: Baltazara Térán, Antonia León y Velasco, Josefina Barba, Baltazara y Manuela Chiliza, Isabel Bou, Manuela Valdez, Manuela Duchicela, Rosa Montufar, Manuela Canizares, Manuela Espejo, Manuela Sáenz, Manuela León, Teresa Flores, María de la Vega Nates, Baltazara de la Bastida, Josefa Lozano Carvajal, Nicia Berdica, Antonia Vela Bustamente, Lorenza Avemañay, María Zambrano, Celia Torres, Clara Fuel, Rosa Campusano, Clara Elena Vega, Nicolasa Jurado, Fernanda Barriga, Ana Peralta, Jonatas y Natan, etc. También conocemos nombres de mujeres que se unieron a la Revolución Liberal (1895) y al proceso político que ella generó bajo la conducción de Eloy Alfaro. Destacan, entre otras: Joaquina Galarza de Larrea, Leticia Montenegro de Durango, Felicia Solano de Vizuete, Sofía Moreira, Rosa Villafuerte de Castillo, Ana María Merchán Delgado, Delia Montero Maridueña, Filomena Chávez de Duque, María Gamarra de Hidalgo, Maclovia Lavayen, Carmen Grimaldo, Teresa Andrade, Dolores Usubillaga

54

Pero en la época de ese liberalismo machetero y alfarista –y, sin duda, todavía hasta bien entrado el siglo XX- no todo fue color de radicalismo. Y una serie de testimonios pueden ilustrar los contradictorios caminos que siguió el país. Veamos algunos. El mismo año en que llegó el ferrocarril a Quito (1908), Angel Polivio Chávez escribió una especie de “Carreño”, con el título “Urbanidad de señoritas”. En esencia, el autor anhelaba una educación con virtudes, infundir en la mujer la conciencia de sus roles sociales y apropiar para Ecuador las denominadas “normas de cultura”, practicadas generalmente en el contexto burgués y aristocrático europeo de la época. Ese texto sirvió para que Rosaura Emilia Galarza H., ilustre maestra de la época, sostuviera: “La niña educada conforme a ese modelo, será pudorosa sin gazmoñería, tolerante, resiguada, pura, trabajadora y sobre todo patriota”. En 1914, un periódico conservador de Quito publicó el artículo “Por el mundo de las mujeres”, con el que se quería ilustrar los “malos ejemplos” (sin duda “liberales”). Allí se dice que las turcas “a pesar de su casta belicosa”, han fundado en Constantinopla un periódico que lleva el nombre de “El mundo de

las mujeres”. Se dice, también, que las francesas “se consagran al éter y a la cocaína con tanto furor como las inglesas a defender el sufragio femenino; aquéllas no beben ron, se emborrachan de placeres mediante inyecciones y tragos, y están sufriendo una terrible embriaguez de cursilería a fuerza de querer hacerse interesantes”. Continúa: “Las norteamericanas -¡oh! esas baten el ‘record’ de las singularidades y el atrevimiento en el mundo de las mujeres,... se casan para divorciarse, se vuelven a casar para el mismo fin, y con esta diversión y el ardiente cultivo de la moda y el lujo ya están conformes. Ellas nos envían los más extravagantes modelos de trapos y joyas, vestidos luminosos de telas fosforescentes, peinados rellenos de luz eléctrica, noticias de collares inauditos que siempre hay quien robe y siempre hay quien busque... Ahora juegan al polo en automóvil; y en algunos Estados celebran una lotería para casarse. ¡Al mozo que le toque se divierte -hasta que se divorcie!”. El artículo quería ser un llamado de atención en nuestro medio. Las españolas se ofrecían como “modelo”. Las otras eran la perdición. Atacar al divorcio, a las sufragistas y a las mujeres “modernas” era, para el conservadorismo de la época, la forma de atacar al liberalismo


y reivindicar la “auténtica” condición femenina. También, en 1917, otro periódico quiteño, al hacer una reseña del Cuarto Congreso Internacional de Ligas Católicas Femeninas, realizado en Londres en junio de 1913, aseguraba: “No se trata de un movimiento `feminista católico’ -que también existe, aunque más restringido, en algunas partes- sino de una `acción femenina católica’... Las necesidades del mundo moderno crean a la mujer cristiana un deber nuevo: el de extender su actividad más allá de los límites del hogar. He aquí la idea de donde arranca la acción femenina católica”. En 1923, Zoila C. Rendón publicó el libro “La mujer en el hogar y en la sociedad”, en el que llega a afirmar: “podemos decir que la misión social de la mujer está en el hogar, de donde reparte el bien o el mal a la familia, y consigo a la colectividad o reunión de individuos que componen los pueblos. Del hogar sale la sociedad: la mujer es el árbol, cuyas ramas -los hijos- son los que dan frutos buenos o malos, según la savia que reparte sus raíces”. Y tan “tarde” como en 1935, el diario conservador quiteño “El Debate” con el propósito de indicar el rumbo “correc-

to” que se debería seguir en Ecuador, reprodujo un artículo del escritor L. Dechamps, publicado en la revista “Collationes Diócesis Tornacensis” (abril de 1933) bajo el título “Coeducación”. En él, Dechamps cuestiona el desarrollo de los principios y prácticas pedagógicas de la época, derivados del “naturalismo y de las ideas igualitarias”. El autor respalda sus argumentos citando el párrafo de una Encíclica del Papa Pío XI (19221939), que dice: “Igualmente erróneo y pernicioso a la educación cristiana es el método llamado de la ¨coeducación¨ también fundado… en el naturalismo negador del pecado original y… en una deplorable confusión de ideas que trueca la legítima sociedad humana en una promiscuidad e igualdad niveladora. El Creador ha ordenado y dispuesto la convivencia perfecta de los sexos solamente en la unidad del matrimonio, y gradualmente separada en la familia y en la sociedad”. A ese respecto, merece recordarse que el 1 de julio de 1897 se estableció en Quito el “Instituto Mejía”, plantel vital para el liberalismo alfarista de la época, que comenzó a funcionar el 10 de noviembre, bajo el rectorado del ciudadano alemán Valdemar de Korab y en el local que ocupaban los Hermanos Cris-

tianos. Desde sus inicios fue una institución para varones. Pero un sector de estudiantes del Mejía se opuso, no mucho tiempo atrás, a que en su plantel se implantara la “coeducación”, es decir, la educación “mixta”, para hombres y mujeres, que “El Debate” de 1935 también cuestionó. Es importante la toma de conciencia que desde entonces continuaron realizando las mujeres ecuatorianas, de manera que, en 1968, hay un contraste evidente frente al pasado. Una de las frases más importantes para la convocatoria al Primer Encuentro de Mujeres Ecuatorianas, que se realizaría en agosto de 1968, fue la siguiente: “En el Ecuador los problemas económicos, sociales y políticos se han agudizado porque las clases dominantes pretenden mantener intocada la actual estructura económico-social del país, incólume la estructura política, que permite que una minoría de oligarcas y terratenientes impongan a la mayoría ecuatoriana una política que se traduce en la perpetuación de privilegios”. Suscribieron el documento: Alba Chávez, Presidenta de la Directiva Nacional de A.F.U. (Asociación Femenina Universitaria), Yolanda Añazco, Presidenta de la Filial de Quito y Fanny Garrido D., Coordinadora Nacional. 55


Con sentido

Fotos: Martin Jaramillo

AmaguaĂąa

la fiesta mayor es el carnaval

fotografia.martin@gmail.com

56

La mĂşsica, el juego con espuma y agua y, ante todo, la presencia masiva de la comunidad marcan el carnaval, que es la fiesta mayor de la parroquia de AmaguaĂąa, ubicada en el valle de Los Chillos, a 45 minutos del centro de la ciudad.


57


La Banda Parroquial de Amaguaña educa a músicos populares y ofrece un espacio para el encuentro entre las distintas generaciones. Es una de las protagonistas inevitables de la fiesta en la parroquia.

Estos coloridos chales bordados no son “para el diario”, pero engalanan los bailes tradicionales que se presentan en los desfiles por el Carnaval. Amaguaña tiene una profunda raíz indígena y campesina.

58


La espuma ha desplazado al agua… o por lo menos está omnipresente para acompañarla en la tarea de empapar a los demás. Después de recibir un par de “ataques” en este juego de guerra, el cuerpo se hace uno con el frío, y ya no importa…

Cuando la emoción del juego alcanza sus cotas máximas, al agua y la espuma se añade harina tinturada y hasta lodo. Los que quieren no juegan, pero en realidad toda la comunidad se vuelca a la fiesta, sin distinguir género o edad.

59


60


El carro alegórico forrado de paja de páramo tenía dentro un personaje disfrazado de chancho hornado. Surrealismo andino…

61


Culturas

62


Cuando el

pintor encontró la palabra Texto: María Fernanda Becerra / Revista Q • Foto: Martín Jaramillo maferbecerra1992@hotmail.com

63


A

rtista, pintor, fotógrafo, profesor y ahora hasta actor, Marcelo Aguirre (Quito, 1956) presentó en febrero un libro dedicado a su obra y mostró su serie más reciente: ‘Paisajes’. El catedrático universitario y actor en la última película de Sebastián Cordero, el hombre que alarga las eses y arrastra las eres, dialogó con la Revista Q. Nos recibe en el espacio Arte Actual, de Flacso, que dirige desde su creación hace cinco años. Desenfadado, está y no está aquí: no es un problema de la hora, ni del día. Así mismo es Marcelo Aguirre, un chance ido, un volado visionario que mira el mundo desde otra parte. En tu obra dominan las técnicas del óleo y el acrílico. ¿Eres un seguidor de estas tradiciones o las reinventas?

El óleo tiene 400 años de tradición. El acrílico es una cuestión industrial, más reciente. Lo que yo siempre he hecho es pintura prima, no pintura clásica. La clásica es por excelencia tradicional y trabajas la veladura, el claro-oscuro. En la pintura prima, a partir del impresionismo, la luz marca el color. Claro, hay cosas que con acrílico no puedes hacer, el óleo tiene otra nobleza. El problema técnico en tu obra va dejando de ser lo importante, la materia es una manera de decir las cosas. ¿Qué importa en una obra de arte?

Que haya ideas detrás. Yo creo que toda obra artística tiene un concepto, ideas que la sostienen. En mi caso, no parto de una propuesta conceptual, más bien es a partir de un ‘hacer’ como el sentido se va construyendo. Es como un rompecabezas que después vas uniendo: encuentras esta serie, y hay una idea o un concepto que va armando la muestra. Esto es un proceso reflexivo que viene a partir de una intuición, de una motivación y de la parte emocional.

64

es una situación geográfica privilegiada y además, la montaña, la sierra siempre me han sobrecogido. Quise buscar un contraste y encontré las palabras. La intención fue crear una tensión entre la palabra y la imagen, pues la escritura no tiene nada que ver con lo que se está mirando. Es como cuando estás en el carro y recorres el paisaje: en tu mente, en tu interior, surge otro diálogo. Los perros han sido una figura común en tus cuadros. ¿Qué función tienen en tu obra?

Los perros me dan libertad para establecer un diálogo con el espectador. Quito es la ciudad de los perros de la calle, siempre te los encuentras, siempre están ahí y para mí es divertido establecer una relación con ellos. Entonces, el perro es el que habla, él se comunica con el público. Es una situación paradójica y medio surrealista. Para ti ha sido muy importante la lectura y el tener textos de referencia, ¿cuál ha sido la influencia de esto en tu obra?

En algún momento sí me ha cautivado mucho la literatura, especialmente Dostoievski. Todo empezó en el 84, porque tenía una compañera del taller que era fanática de ‘Crimen y castigo’. Ahí inició todo un vuelo con este autor, sus mundos, sus personajes y esa visión sicológica. Todo ese mundo interior y las situaciones fuertes me llevaron a crear personajes en la pintura que no son personajes decorativos sino, como en el caso de Francis Bacon, tienen una carga fuerte, casi de carnicería. ¿A qué se deben las grandes dimensiones de los cuadros?

¿Tienes una conciencia previa de tu obra?

El formato para mí era importante, no veía estos paisajes en formato pequeño. Me fui a Papallacta y vi esa montaña grande y monumental. Yo veo el paisaje grande y utilizo la escala para acentuar lo monumental. Y las figuras humanas son mínimas, lo cual acentúa esta idea.

El tema que estoy trabajando, de los paisajes, nace de una gran motivación e interés por el paisaje de la sierra, que

Uno de tus paisajes tiene una forma incierta, de ser imposible. ¿Qué buscas representar?

Es un ser híbrido, tiene pico de águila, cabeza de perro y contiene el mar y la pareja. El cuadro se llama ‘Mirando al sur’, porque siempre se mira al norte porque la gente de aquí mira al norte todo el tiempo. Has empezado a involucrar a la música y vídeo en tus piezas. ¿Qué medios adicionales buscas para expresarte?

Yo si he sido muy de la pintura, del medio bidimensional. Y alguna vez he trabajado en el espacio, trabajé en el teatro, en escenografía. Sin embargo, siempre quise trabajar con otro medio, pero no había el momento ni el tema. Ahora estoy viendo como experimentar con esto del movimiento, el sonido y la fotografía, estoy haciendo ahí unos primeros intentos. Esta obra es un collage de videos urbanos, proyectados sobre estos pájaros negros, al que le puse una música de John Cage que es también un poco abstracta. Volviendo al libro, ahí haces un recorrido por todo lo que ha sido tu obra…

Me faltó el primer momento, el que va desde el 79 al 84. Ahora me da pena no haberlo incluido, pero ya no tenía más páginas. Hicimos el libro con un concepto cronológico, y lo dividimos por etapas y temáticas. Además creamos un guión visual a lo largo del libro. El texto de introducción, de Mónica Vorbeck, no es para especialistas, es un bastante amigable y te abre una puerta hacia la obra. En tu obra, sin ser evidente, hay una mirada política. ¿Te afecta el poder de los burócratas, esos personajes que inciden en la vida de la gente?

De hecho hubo esa inquietud, esa intención de relacionar temas políticos y el abuso del poder. Entonces surgió una escenografía de personajes históricos del Ecuador a gran escala. Eso aterrizó la serie de “Manos limpias y sin sangre”, que aludía a estos personajes del poder.


65


Culturas

Pescador Texto: Pablo Fiallos • Fotos: Daniel Andrade y Coco Laso psfiallos@gmail.com

66


E

n El Matal, por estos días, el relámpago de bonanza que significó el hallazgo de sacos repletos de cocaína para los pescadores del pueblo parece ser solo una ilusión. Aparte de un par de lanchas modernas sobre la arena y uno que otro plasma dentro de las casas de madera y caña no hay mayor huella del dinero que produjo la venta de la droga por parte de los pescadores del lugar. La historia fue recogida en ‘Confesiones de un pescador de coca’, crónica de Juan Fernando Andrade. Ese relato sirvió como base para el guión de ‘Pescador’, cuarto largometraje de Sebastián Cordero, que se estrenará este mes de marzo en Quito. Al igual que en el resto de su filmografía, la última película de Cordero llama la atención uno de los sellos del cineasta: los finales abiertos. Pescador no escapa de esa concepción de historias con estructura de ciclos que hace el cineasta ecuatoriano. Los finales abiertos –quizás el menos abierto fue el de Rabia– permiten al espectador completar las historias individualmente, lo cual brinda la posibilidad de generar infinitos puntos finales. “No lo había pensado así, pero todas mis historias están compuestas a partir de ciclos”, reflexiona el director. Para Cordero no hay nada peor que sentir que una película terminó y que te sigan mostrando más escenas, sin una necesidad dramática. Aunque pueda parecer un riesgo, los finales del cine de Cordero plantean la posibilidad de un nuevo inicio. Así sucedía con el personaje de Ángel en ‘Ratas, ratones, rateros’, o con Vinicio en ‘Crónicas’. Aunque en ‘Pescador’ había una primera versión que tenía un final más cerrado y concluyente, Cordero sintió que había algo superficial ‘ y le pareció mucho más interesante terminar con un personaje que tiene abiertas todas las posibilidades, aunque al mismo tiempo acaba de cerrar sus opciones. Estos ciclos que determinan el relato en las películas de Cordero también sirven de metáfora a su obra completa, y la última película del realizador significa un

retorno a sus inicios. En ‘Ratas’ había una escena de una persecución donde el personaje de Ángel (el actor era Carlos Valencia) se perdía por el cementerio de Guayaquil. Cuando llegó el momento de filmar en el interior de esa locación no se pudo por una cuestión de permisos y se tuvo que falsear el lugar filmando en el cementerio de San Diego, en Quito. Cordero se saca aquel clavo en una escena de Pescador donde el personaje de Blanquito –un habitante de El Matal que viaja por el país con una acompañante colombiana tratando de vender una importante cantidad de cocaína–, visita la tumba de Julio Jaramillo en el interior del cementerio del Puerto Principal. La escena no es gratuita. A Blanquito le gusta mucho JJ, como al propio Cordero: en Pescador, como en sus tres películas anteriores, se incluyen canciones del mítico cantante guayaquileño. Además hay música interpretada por la orquesta colombiana de salsa La 33 y el clásico tema Maestra Vida, del ícono panameño Rubén Blades. Tras ‘Crónicas’ y ‘Rabia’, Sebastián regresa a sus inicios como realizador. Este cinta es una vuelta del artista a los equipos de producción pequeños, a trabajar con Carlos Valencia nuevamente, al realismo sucio, al cine de exteriores… Como en ‘Ratas’, ‘Pescador’ muestra un Ecuador donde no todo suele ser tan bonito como lo imaginamos: El Matal, Manta, Guayaquil, Quito… aparecen desde una perspectiva totalmente alejada de la foto de postal. Pero uno de los puntos en común más llamativo es el tema de la pérdida de la inocencia del personaje interpretado por Andrés Crespo. La vida de Blanquito, al igual que la de Salvador, en ‘Ratas’, puede cambiar de la noche a la mañana. Cordero explica que ambos son personajes que no están conformes con su cotidianidad y pueden salir a la primera opción y llenarla de emociones. En ‘Pescador’, el protagonista quiere salir de su entorno y encontrar la vida que supuestamente le correspondía. El personaje interpretado por Crespo (como aquel interpretado por Marco 67


Bustos en 1999) toca fondo y pierde la inocencia. Pero Blanquito mantiene aún cierta ingenuidad y cierta capacidad de maravillarse y seguir descubriendo algo, un nuevo mundo. Esa capacidad de maravillarse de Blanquito resulta muy importante en la película de Cordero. Tanto que el tratamiento estético del filme cambia cuando percibimos la mirada de Blanquito. En ‘Pescador’, el punto de vista pertenece al protagonista. Hay cinco secuencias en las que la imagen se proyecta con mayor rapidez, como si fuera una sucesión de fotografías con saltos entre cuadro y cuadro que da la sensación de que la acción se desarrolla mucho más rápido de lo normal, como si el mundo de Blanquito avanzara a un ritmo vertiginoso. Cordero explica que la sensación del efecto “es como si el espectador se metiera en la cabeza del protagonista, no como si se utilizara una cámara subjetiva (cuando la cámara adopta la posición de los ojos del espectador), sino como si el protagonista fuese el único ser sobre la tierra”. El planteamiento que se hizo con el director de fotografía, Daniel Andrade, era meterse en la interioridad del protagonista. Fue un riesgo que quisieron correr. “Por un momento puede sacarte del relato de la película y como espectador hacerte pensar por qué estás viendo ese recurso con fotos aceleradas. Pero tiene mucho que ver con una visión del mundo muy particular”. La edición de sonido también recalca esta particularidad. Con el sonidista Esteban Brauer se planteó fabricar un sonido que subrayara la situación de que al personaje se le están abriendo diferentes puertas. Sebastián trata que lo estilizado no le gane a lo narrativo, y conseguirlo puede resultar bastante complicado. El sentido del humor, ausente en ‘Crónicas’ y ‘Rabia’, y característico de ‘Ratas’, también está presente en ‘Pescador’. La película comparte ciertos momentos más ligeros que pueden alivianar al espectador, pues no hay una tragedia grande de fondo. “Quería ver más puntos en común con las comedias de los hermanos Coen, que cuentan situaciones que 68

no son necesariamente divertidas, pero que están llenas de un absurdo que terminan resultando en humor. Pero es un humor negro, que no es obvio y está un poquito fuera de lo normal y acostumbrado”. Y aunque en la sinopsis se menciona la palabra droga, en ‘Pescador’ la historia en ningún momento se va por el lado del narcorrelato, presentado ya en infinitas variables cinematográficas. Sebastián se planteó desde un principio que en esta película no hubiera ni un muerto y que se evitara los lugares comunes de la narcoviolencia. “El único disparo que había en la película lo sacamos en edición, pues sentí que el filme podía tomar una dirección contraria a la que la historia necesitaba y podía funcionar como un gancho mentiroso con el público, como una pista falsa”. Evadir los tópicos de las historias de narcos ayuda a la tensión narrativa y hace que la historia funcione en varios niveles. Aunque hay el encuentro con la droga y sus consecuencias, por otro lado está la relación de Blanquito con sus mujeres, su madre y los amores imposibles y platónicos. A partir del encuentro con Lorna, interpretada por la colombiana María Cecilia Sánchez, nace la posibilidad de fantasear a través de esta conquista imposible en poder ser otro, alguien importante y sobre todo con control de su vida, pero sin nunca llegar a perder su esencia. Para Cordero, Pescador es una historia en la cual se sugieren muchas situaciones, un filme que juega mucho con lo que muestra y lo que esconde, contado una vez más a través de un ciclo. El inicio de este ciclo se dio, justamente, cuando Sebastián Cordero leyó la crónica de Juan Fernando Andrade. Irónicamente lo que le fascinó al inicio fue un hecho que terminó fuera de la película al final: En la crónica el viaje solo era de celebración. “Empezamos con esa idea pero la tensión se moría muy rápido, así que optamos por la opción de que él tenga los paquetes de droga en sus manos y tenga que viajar para poder venderlos. Ese es el cambio grande entre la crónica y el guión”.

Cuando inició el ciclo de esta película, Cordero llegó a El Matal a filmar la película y también notó que había pocas evidencias de lo que fue este suceso. “Hay unos tres o cuatro pescadores que invirtieron la plata en mejorar su negocio, pero no se siente el impacto que dejó el dinero en este pueblo. El dinero malhabido o fácil, la gente lo gasta muy fácilmente”.


NO VIOLENCIA

ELENCO Y EQUIPO TÉCNICO

Sebastián se planteó desde un principio que en esta película no hubiera ni un muerto y que se evitara los lugares comunes de la narcoviolencia.

ELENCO

EQUIPO TÉCNICO

Maria C. Sánchez

Diana Trujillo (Directora de Arte)

Andrés Crespo

Juan Fernando Andrade

Carlos Valencia

Lisandra I. Rivera (Productora)

Marcelo Aguirre

Daniel Andrade (Director de Fotografía) 69


Culturas

70


día de la

Poesía Texto: Alfonso Espinosa Andrade

E

l 21 de marzo es día de equinoccio, una de las dos jornadas del año donde la noche durará lo mismo que el día. Es decir, en los nortes y sures del mundo, donde la presencia de la luz y las sombras varía de acuerdo con las estaciones. El 21 de marzo es, también, el Día Mundial de la Poesía, según lo establecido por la Unesco en 2001.

En Quito no he sabido que se celebre a la poesía en algún día en especial. Será porque acá el 21 de marzo la noche y el día duran lo mismo. Igual que el 5 de mayo, el 3 de febrero o el 14 de agosto. Será porque acá el desequilibrio es telúrico, entre la dimensión de los montes y la hondura de las quebradas, entre el oleaje que no cesa y la feracidad de la tierra, ávida por dar vida.

Para ese organismo de las Naciones Unidas, “es evidente que una acción mundial a favor de la poesía daría un reconocimiento y un impulso nuevo a los movimientos poéticos nacionales, regionales, e internacionales. Esta acción debería tener como objetivo principal sostener la diversidad de los idiomas a través de la expresión poética y dar a los que están amenazados la posibilidad de expresarse en sus comunidades respectivas”.

Y eso que Quito ha sido ciudad de poetas. Así de poetas que no la quisieron bien, como el jesuita dauleño Juan Bautista Aguirre en la Colonia, o de poetas nacidos acá mismo, que huyeron de la ciudad para poder sobrevivir (“ciudad maldita” la llamaba Francisco Tobar García). Ciudad de los poetas decapitados, salvo el guayaquileño Medardo Ángel Silva, cuando en los años 20 la troupé de Arturo Borja, Ernesto Noboa y Humberto Fierro escandalizaban a la ciudad saliendo por la noche a los antros menos calificados.

La celebración, según reporta la Wikipedia, “se realiza en importantes capitales del mundo como París, Ámsterdam, Berlín y Bogotá”. En la capital colombiana, la importante celebración en Bogotá es una de las más concurridas del mundo y cuenta con lecturas de más de 20 poetas de reconocimiento internacional y con la asistencia de cuatro centenares de personas que realizan un brindis por la poesía.

La sensibilidad del grupo América (y otros) llenaron los salones de la ciudad en los años 40 y 50 del siglo pasado. De las célebres farras que seguían a los recitales (epílogos diabólicamente alcohólicos tras tardes de femenina delicadeza) han quedado restos tan importantes como el tema Vasija de Barro, donde las plumas de Adoum y Alemán, entre

otros, dieron cauce a un dolor de ser mestizo vuelto canción… Y, más acá en el tiempo, fue ciudad fecunda para los tzántzicos que, en los años sesenta, cuando la revolución y la urgencia por escribir la historia con nuevas letras apretaba fuerte en el alma de una generación completa; y cuando desencantados se refugiaron en talleres en los años 80; y cuando todos los poetas, de repente, eran jóvenes en los primeros 90: niños cantando historias terribles sobre una ciudad despiadada… Si el 21 de marzo no llueve, sería bueno salir a ver el sol. Sería bueno que los poetas sacáramos a pasear nuestros textos, los que más amemos, los que nunca hemos descifrado. Textos nuestros y de otros. Debiéramos, ese día, dejar olvidados libros de poemas en todas partes, para que otros los lean. Sería bueno escribir poemas en las mesas de los restaurantes y en las paredes, hacer pequeñas tarjetas con versos y repartirlas en las calles… Ese día, aunque sea porque en otros lados es solsticio, Quito podría ser para los poetas, un poquito.

71


Culturas

viene

John

Zorn Texto: Nancy Padilla / Revista Q • Fotos: Archivo A.E.A nancy_padi@hotmail.com

72


“E

s muy doloroso ser criticado, y toda mi vida he sido criticado, pero todavía hago música. Lees una reseña en el periódico y si es mala te hace enojar y si es buena nunca es lo suficientemente buena”. John Zorn. Ni siquiera John Zorn comprende a John Zorn. Extravagante, raro, raro. Raro, pero bueno. Él sabe que la gente lo ve como un “friki”, uno que da entrevistas solo cuando le da la gana, que dejó de lado la ingenuidad y comprendió que no puede cambiar el mundo. El compositor, saxofonista, productor y arreglista nacido en 1953 solo es capaz de describir el futuro con una palabra: caos. A Zorn se le espera el 13 de marzo en Quito. A este compulsivo artista no le gusta que lo definan, lo clasifiquen o le coloquen un solo membrete: ni jazz ni rock ni nada. Él, polifacético, entiende que su trabajo consiste en hacer música donde sea, en el momento que sea, pero con músicos elegidos sutilmente para cada proyecto (sus trabajos van desde el punk hasta la música de cámara y desde el jazz hasta la improvisación electrónica). Los genios duermen poco, y Zorn no es la excepción. No tiene vacaciones, desde que amanece su cabeza conjuga notas para un nuevo disco o repasa algún tema. Siempre trabaja, pues según dice la inspiración puede surgir en cualquier momento: mientras come un sánduche, contempla un cuadro o durante la emisión de alguna “horrible película japonesa”.

Es dueño del sello discográfico Tzadik. Para Zorn es lo correcto, pues así apoya un tipo de música en la que nadie más está interesado. Le indignan las grandes corporaciones, la violencia, la avaricia y el resultado de ese cóctel: el adictivo poder. Con su propio sello no solo defiende sus ideales, sino que lucha para que la información se pueda comercializar en Internet. Si alguien le dice que es un tipo raro, el preguntará “¿quién es raro y quién es normal?”. Para él, las personas no son culpables de haber sido lavadas el cerebro. De todos modos, eso no es relevante, hay cosas más importantes con las que el ser humano tiene que lidiar, como “tratar de ser comprendido y saber que la gente aprecia tu trabajo”, aunque no hay nada más difícil que “querer ser amado”. Cineastas, músicos de trash metal y amantes de jazz esperan al neoyorkino. Alfredo Carvajal, de la Asociación de Rockeros Nacionales, los que de verdad se interesan por su música son contados. “La mayoría de gente que se dice de jazz son noveleritos tirados a intelectualoides, filósofos ridículos de café y tabaco”. Los roqueros son casi lo mismo, pero prefieren la cerveza. En su propio bar en Nueva York, a Zorn lo van a ver audiencias que difícilmente superan las 20 personas, según testimonia el guitarrista y compositor Luis ‘Pelucho’ Enríquez. El excéntrico Zorn, siempre con anteojos, que a los 22 años quería cambiar el mundo y de vez en cuando deja plantados a periodistas, visita por primera vez Latinoamérica. De sus muchos sabores sacará a pasear por estos sures del

mundo al cuarteto Masada, con quien ha actualizado la música judía en clave de jazz. Masada está formado por Dave Duglas (trompeta), Greg Cohen (contrabajo), Joey Baron (batería) y Zorn en el saxo alto. La gira empieza en Quito, continúa en Santiago, Buenos Aires y Sao Paulo. No se habla de Zorn sin mencionar una de sus formaciones más importantes, Naked City, donde fue desde el grindcore (género del rock duro) hasta nuevas versiones de bandas sonoras de películas. Zorn también presentó obras con tono dramático, perturbador (como su tétrico Kol Nidre), y a veces, insano; sin embargo, en todas, hay un lenguaje fuerte de composición. “No es lo mismo ver a este artista en youtube que tenerlo en frente”, asegura el decano de la Facultad de Música de la Universidad de las Américas, Jay Byron, que mira en Zorn al ícono de la improvisación y la experimentación (incluso con música para dibujos animados y sonidos abstractos). “Escribir música no es una oleada de éxtasis, es un trabajo duro” repite el compositor de 58 años. Su música es un espejo de su manera de ser: petulante, presumido, genial, impertinente, en fin. Carvajal, de Narcosis, asegura que nuestro medio no está preparado para este tipo de artistas. El ‘Pelucho’, en cambio, celebra la presencia de Zorn, “porque abrirá la cabeza de la gente hacia nuevos sonidos”. Decídalo usted en el Teatro Sucre, el 13 de marzo. Sin duda, Zorn es simplemente eso… Zorn. 73


Culturas

74


Danza en

homenaje a la

mujer Texto: Revista Q • Foto: Camilo Torres

D

urante nueve años consecutivos, Quito ha recibido al Festival Internacional Mujeres en la Danza, un tributo a la mujer bajo el lema de paz, unidad e identidad. Desde sus orígenes, el festival apostó por recuperar el 8 de Marzo y despertar una nueva mirada sobre la condición de la mujer, y sobre la eminente necesidad del restablecimiento del mundo interior femenino. En estos años han participado más de 150 grupos nacionales y más de 50 países de los cinco continentes. Cerca de medio millón de espectadores han asistido a las funciones gratuitas en todo el país. Hoy, en su décima edición, el Festival se ha visto en la necesidad de sustituir su programación con un “Gala dancística de homenaje y tributo”, que recoge la esencia que ha marcado a este encuentro, como un impostergable tributo a la mujer en su día. La Gala se realizara con la obra Mi madre, de la bailarina y coreógrafa Susana Reyes, con música original de Moti Deren. La pieza fue estrenada el año pasado con una extraordinaria acogida en el Teatro Sucre, en el 40 aniversario de vida dancística de la maestra Reyes. Serán parte de esta velada el tradicional saludo andino por parte de diferentes representantes de la danza ancestral, así como la entrega de reconocimientos a destacadas personalidades femeninas. Esta gala dancística de tributo y homenaje también recorrerá varias ciudades del país.

“Mi Madre” Lugar: Teatro Nacional Casa de la Cultura Fecha: Jueves 8 de Marzo Hora: 20H00 Costo: Entrada libre

75


E

Culturas

Música

Sacra Texto: Revista Q • Foto: Teatro Nacional Sucre

76

l Festival Internacional de Música Sacra, uno de los encuentros culturales más esperados por la ciudadanía de Quito, alcanza el 2012 su décimoprimera edición. El Centro Histórico abre a la música las puertas de sus lugares más emblemáticos, e invita a la comunidad a participar de una programación gratuita. La iglesia de la Compañía, el Teatro Sucre, la Catedral Metropolitana, la iglesia y la plaza de San Francisco y el Teatro Variedades se cuentan entre los escenarios del Festival. Se han programado conciertos en la mañana y en la tarde, con artistas nacionales e internacionales. El festival incluye la realización de clases magistrales gratuitas, donde público y músicos podrán compartir un espacio de aprendizaje e intercambio. La fiesta de la Música Sacra se vivirá no sólo en nuestro Centro Histórico, sino en diferentes parroquias del Distrito Metropolitano del sur y el norte de la ciudad.


CALENDARIO Marzo 25 Misa Ecuatoriana Lugar por definir • 19h00 Marzo 26 Recital de órgano Ángel Justo Catedral Metropolitana - 18h00 Recital de órgano y trompeta Diego Innocenzi Iglesia de La Compañía - 19h30 Marzo 27 Conciertos Didácticos de órgano Ángel Justo Iglesia de La Compañía - 11h00 Recital de órgano Diego Innocenzi Catedral Metropolitana - 18h00 Coro Mixto Ciudad de Quito Dirigido por: Joseph Flummerfelt Iglesia de La Compañía - 19h30

Marzo 28 Conciertos Didácticos de órgano Diego Innocenzi Iglesia de La Compañía - 11h00 Concierto de órgano Pierpaolo Turetta Catedral Metropolitana - 18h00

Concierto de órgano y brass Ray Cornils Catedral Metropolitana - 18h00 Recital de órgano Pierpaolo Turetta Iglesia de La Compañía - 19h30

Paco Godoy, Tadashi Maeda, Jhan Morales, Niños Cantores Iglesia de La Compañía - 19h30 Coro Mixto Ciudad de Quito Director: Sergei Pavlov Teatro Variedades Ernesto Albán - 19h30

Marzo 30 Conciertos Didácticos de órgano Ray Cornils Iglesia de La Compañía - 11h00

Marzo 29 Conciertos Didácticos de órgano Pierpaolo Turetta Iglesia de La Compañía - 11h00

Capilla del Sol Alterno Norte - 19h30

Recital Escuela Lírica Capilla del Museo de la Ciudad 18h00

Grupo Albéniz de Prosegur Catedral Metropolitana - 18h00

CONCIERTOS: Capilla del Sol Capilla del Museo de la Ciudad 18h00 Grupo Albéniz de Prosegur Teatro Nacional Sucre - 19h30 Música Ficta Alterno - 19h30 Abril 3 CLASE MAGISTRAL GRATUITA Música Ficta Teatro Variedades Ernesto Albán - 11h00 CONCIERTOS:

Música Ficta Iglesia de La Compañía - 19h30

Coro Infantil y Juvenil Alterno

Marzo 31 Recital Escuela Lírica Iglesia de La Concepción - 11h00

Música Ficta Teatro Nacional Sucre - 19h30 Misa Ave Virgo Sanctissima - Lipzodes Alterno - 19h30

Génesis Plaza San Francisco - 19h30 Abril 1 Cantata de Ramos (acústico) Teatro México - 18h00 Abril 2 CLASE MAGISTRAL GRATUITA Capilla del Sol Teatro Variedades Ernesto Albán - 11h00

Abril 4 CLASE MAGISTRAL GRATUITA Lipzodes Teatro Variedades Ernesto Albán - 11h00 CONCIERTO: Misa Ave Virgo Sanctissima - Lipzodes Teatro Nacional Sucre - 19h30 Abril 5 Concierto de Campanarios Cantata de Ramos Plaza de San Francisco - 19h30

77


Culturas

IMPERDIBLES A G E N D A C U LT U R A L

TEATRO

DANZA

8 X quien María Beatriz Vergara trata las identidades en el mundo contemporáneo de manera ”casi cómica”.

Funeraria Ante un cadáver imposible, dos existencias se aprestan a “obtener bastante capital”.

Lugar: Casa Humbolt (Vancouver y Polonia)

Fecha: 22,23 y 24 de marzo

Fecha: Jueves a sábado, 1 al 17 de marzo

Lugar: Casa Humbolt Hora: 20h00 Costo: $8 general

Inbal Pinto& Avshalom Pollak Lugar: Teatro Nacional Sucre Fecha: 17 y 18 de marzo Hora: 19h30 Costo: por definir.

Gala con Susana Reyes Lugar: Teatro Nacional CCE

Hora: 20h00

Fecha: Marzo 8 del 2012

Costo: $8 general

Hora: 20h00

CINE Tocando el sonido Thomas Riedelsheimer retrata a la percusionista sorda Evelyn Glennie e intenta que el público experimente lo invisible. Lugar: Casa Humbolt (Studio Theater) Fecha: Miércoles, 28 de marzo Hora: 19h30 Costo: Gratuito

La chica del tren (André Téchiné) Lugar: Auditorio, Alianza Francesa Fecha: Miércoles 28 de marzo

Villa ratón a mitis Silfos Eustaquio Edelberto de las Vigas Coloradas deja como herencia su más preciada fortuna: “Villa Ratón”. Lugar: Casa Humbolt Fecha: De jueves a sábado, del 3 al 18 de marzo Hora: 20h00 Costo: $8 general

78

IX Festival Mujeres en Escena Lugar: Teatro Variedades Fecha: Del 19 al 25 de marzo Hora: 19h30 Costo: $ 6,00

Hora: 19h00 Costo: Gratuito


CONCIERTOS John Zorn & Masada Quartet

Recital de Sofía Izurieta

Recital de flauta y piano

Lugar: Teatro Nacional Sucre

Lugar: Casa de la Música

Lugar: Casa de la Música

Fecha: 13 de marzo

Fecha: Miércoles 14 de marzo

Fecha: Miércoles 21 de marzo

Hora: 19h30

Hora: 19h30

Hora: 19h30

Costo: $10,00 luneta, $15,00 platea y $ 20,00 palco.

Costo: Gratuito

Costo: Gratuito

Recital de violín y piano

Gregor Monlun y la Orquesta Sinfónica del Ecuador

Lugar: Casa de la Música Fecha: Martes 27 de marzo

Lugar: Casa de la Música

Hora: 19h30

Fecha: Martes 20 de marzo

Costo: $5,00

Hora: 20h00

Orquesta Filarmónica de Docentes del Ecuador

Costo: $10/$5

Junior Tshaka, reggae suizo

Lugar: Casa de la Música

Lugar: Auditorio, Alianza Francesa

Fecha: Jueves 29 de marzo

Fecha: Miércoles 21 de marzo

Hora: 20h00

Hora: 19h30

Costo: $5,00

Costo: Gratuito

Giuseppe Verdi en vídeo

Neo Runa Rock y jazz nacionalista

Recital de violín Mizué Hashiguchi (Japón)

Lugar: Sala de Recitales y Conferencias- Casa de la Música

Lugar: Sala de Recitales- Casa de la Música

Hora: 15h00

Fecha: Martes 6 de marzo

Fecha: Jueves 15 de marzo

Costo: Gratuito

Hora: 19h30

Hora: 19h30

Maeda / Noboa / Hendrix

Costo: $5,00

Costo: Gratuito

Lugar: Pobre Diablo

Recital de violín y piano Dúo Apasionado

La flauta mágica Algo más y algo menos

Fecha: Miércoles 7 y jueves 8 de marzo.

Lugar: Sala de Recitales y Conferencias- Casa de la Música

Lugar: Casa de la Música

Hora: 22h00.

Fecha: Domingo 18 de marzo

Costo: Por definir

Fecha: Jueves 8 de marzo Hora: 19h30 Costo: $5,00

Lugar: Casa de la Música Fecha: Sábado 31 de marzo

Hora: 17h00 Costo: $5,00

Ciclo de arte sonoro

Orquesta Filarmónica de Guayaquil

Lugar: Casa de la Música

Lugar: Casa de la Música

Fecha: Martes 13 de marzo

Fecha: Martes 20 de marzo

Hora: 19h30

Hora: 20h00

Costo: $5,00

Costo: $10,00/$5,00

79


Culturas

IMPERDIBLES A G E N D A C U LT U R A L TALLERES

CONCIERTOS Edu Mora 12/2

Lisa Kohn

Fotografía con G. Echeverría

Lugar: Pobre Diablo

Lugar: Pobre Diablo

Inicio: 17 de marzo

Fecha: Sábado 10 de marzo de 2012.

Fecha: Miércoles 28 y jueves 29 de marzo de 2012.

Hora: 22h00. Costo: Por definir

Daniel Rosero “D-Groove” Lugar: Pobre Diablo

Hora: 22h00. Costo: Por definir

Inscripciones: 2478145 - 095120974

Tango con R2Tango Principiantes: martes de 19h00 a 21h00 (Instructora: Rosita Alemán)

Lugar: Pobre Diablo

Avanzados: lunes de 19h00 a 21h00 (Instructor: Roberto Carbo)

Fecha: Sábado 31 de marzo de 2012.

Hora: 22h00.

Hora: 22h00.

Costo: Por definir

Costo: Por definir

La Hot Cholo Blues Band

Jazz List Ensamble

Lugar: Pobre Diablo

Lugar: Pobre Diablo

Fecha: Sábado 17 de marzo de 2012.

Fecha: Miércoles 4 de abril de 2012.

Hora: 22h00.

Hora: 22h00.

Costo: Por definir

Costo: Por definir

Papaya Dada

Blues S.A.

Lugar: Pobre Diablo

Lugar: Pobre Diablo

Fecha: Miércoles 21 y jueves 22 de marzo de 2012.

Fecha: Jueves 5 de abril de 2012.

Costo: Por definir

Costo: $75

Cristina Morrison

Fecha: Miércoles 14 y jueves 15 de marzo de 2012.

Hora: 22h00.

Horario: Sábados de 9h00 a 11h00

Hora: 22h00. Costo: Por definir

Costos: 40 USD mensual E-mail: robertocarbo@hotmail.com

Capoeira con Marco Herrera Horario 1: lunes, miércoles y viernes de 16h30 a 17h30 Horario 2: lunes y miércoles de 18h30 a 20h00 Costos: 40 USD mensual E-mail: marcoherrera84@gmail.com

Taller de dibujo y pintura Niños desde 8 hasta jóvenes de 18 años Profesores Norma Astudillo y Fernando López. Lugar: Museo de Arte Moderno CCE Horario: 14h30 a 16:30 Duración: Dos meses

Jennifer Byron con Joe Matthews

Inscripciones: Hasta el 5 de marzo de 2012, de 09h00 a 17h00 en el Museo de Arte Moderno CCE.

Lugar: Pobre Diablo

Telèfono: 2221007 Ext. 320-321-423.

Fecha: Sábado 24 de marzo de 2012.

Arte y política: la chispa que enciende la llanura

Hora: 22h00. Costo: Por definir

Lugar: Centro de Arte Contemporáneo (Antiguo Hospital Militar) Fecha: Del 14 de marzo al 13 de mayo Hora: 09h00 a 17h30 Costo: Gratuito, inscripciones en www.centroecuatorianodearte contemporaneo.org

80


I Feria Alquimia en el Hogar Microempresas, organizaciones y colectivos comunitarios presentarán sus productos, servicios y saberes respecto al agua.

Inhumano Visión contemporánea desarrollada a partir de una retrospectiva de Jácome, Román, Svistoonoff, Viteri, Varea, Bustos.

Lugar: Instalaciones YAKU Parque Museo del Agua Fecha: del 22 al 25 de marzo

Lugar: Centro de Arte Contemporáneo de Quito (Antiguo Hospital Militar), San Juan

Hora: 09h00 a 17h30

Fecha: Hasta el 15 de abril

A cielo abierto: “Agua con Q” Exposición fotográfica para la valoración y el disfrute de la belleza natural y el trabajo humano en relación al patrimonio agua.

Horario: martes a domingo, de 09h00 a 17h30 Costo: Gratuito

Lugar: Av. Mariana de Jesús

H2Q, Gente por el Agua Espacio para la valoración de la belleza natural, el trabajo humano y la importancia del cuidado de la cuenca hídrica del Guayllabamba. Lugar: Centro de Desarrollo Comunitario de Nayón Fecha: Inauguración 24 de marzo Hora: 18h00

Balcones y portales de Quito Colonial Exposición de Marcelo Troya Lugar: Sala Manuel Chili E. Exposición del Ministerio de Cultura (Colón y Juan León Mera esquina) Fecha: Del 2 de marzo al 30 de marzo

”Wankavilka Trans”, de Ana Lucía Almeida Lugar: Sala Múltiple (Salas de la exposición del Ministerio de Cultura) Fecha: Marzo 23 hasta el 27 de abril

Exposición de Endara “NaturalMente Joaquín” Lugar: Sala Juan Villafuerte (Salas de la exposición del Ministerio de Cultura) Fecha: Marzo 28

Lugar: Restaurante “ LA PRIMERA CASA” Morales Oe 3-108 y Venezuela” Fecha: Desde el viernes 9 de marzo hasta el sábado 7 de abril de 2012 Horas: de 12h00 hasta las 24h00

Exposición naturaleza, ikebanas y montañas De Aída Saba Lemarie de Watson. Lugar: Salas Ramiro Jácome y Víctor Mideros Fecha: Marzo 1 hasta marzo 10 Hora: Inauguración 1/03/2012 19h00

Antológica de Jorge Chalco “Sus imágenes, cargadas de significados, se van concretando sobre la tela en representaciones ricas, flexibles y llenas de vida fantástica”, (Inés Flores, Historiadora del Arte). Lugar: Centro Cultural Metropolitano Fecha: Jueves 8 de marzo Hora: Lanzamiento del catálogo, 17h30 apertura de la muestra, 19h00.

Laberinto en el espejo Foto-arte de Lorena Cordero Lugar: Centro de Arte Contemporáneo de Quito (Antiguo Hospital Militar) Fecha: Hasta el 25 de marzo

AGENDA CULTURAL

Hora: 11h00

Exposición Galo Ochoa “ Puertas y ventanas de mi quito colonial”

IMPERDIBLES

Fecha: inauguración 22 de marzo.

Horario: martes a domingo, de 09h00 a 17h30 Costo: Gratuito

81


82


83


84


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.