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LIDERAZGO CON PROPÓSITO
Para ser protagonistas se necesita decisión y acción
Hoy tuve la oportunidad de ser parte de un evento para las mujeres de Grupo Promerica. Lanzamos el programa Protagonistas, cuyo objetivo principal es desarrollar el potencial de nuestras colaboradoras en su vida personal y profesional.
Tuvimos una conferencia impartida por Karen Montalva, donde el eje central fue cómo convertirnos en protagonistas de nuestras vidas. Compartió muchas ideas y recomendaciones interesantes. Luego tuvimos un panel donde participé junto a Karen y tres mujeres maravillosas. La primera pregunta que nos hizo la moderadora fue: ¿qué momento de su vida marcó ese instante de decidir hacerse cargo de sí misma? En otras palabras, en qué momento nos volvimos protagonistas de nuestra vida. Les compartí que en mi caso fue cuando, luego del divorcio de mis padres, a los catorce años, salí de Nicaragua a los Estados Unidos donde viví con familiares y luego sola. Estaba iniciando la secundaria. Si bien mis tíos eran amorosos conmigo, es distinto que vivir con tus padres y hermanos. En ese momento supe que lo que yo hiciera de mi vida dependía de mis decisiones. Podía tomar el buen camino o el malo. Mi fe en Dios y los valores inculcados por mis padres me llevaron a tomar el camino recto, aún a mi corta edad. Aunque era sumamente tímida (aún lucho contra esta característica de mi temperamento), lo que me tocó vivir desde que dejé mi país contribuyó a forjar mi carácter.
Estuve en cuatro colegios y en cuatro ciudades distintas, durante los cuatro años de secundaria. Debido a mi timidez, me costaba bastante hacer amigos y el hecho de tener que mudarme varias veces y conocer gente nueva me ayudó a vencer muchos miedos e inseguridades. Aunque mi sueño era estudiar medicina, no pude hacerlo porque era imposible trabajar y estudiar al mismo tiempo. Al bachillerarme busqué un trabajo en un banco para pagar mis estudios universitarios y fue así como comenzó mi carrera bancaria. Fueron años muy duros de los catorce a los veinte. Acepto que muchas veces me sentí sola y un tanto abandonada. Hubo momentos que pensé que, si me pasaba algo en el camino a mi casa, nadie se daría cuenta hasta que faltara un par de días al trabajo, porque nadie me estaba esperando. Es un sentimiento bien feo.
Una de las cosas que dijo Karen fue que muchas veces las situaciones difíciles nos paralizan, e hizo la pregunta: ¿me preocupo o me ocupo? Y la verdad es que me hizo reflexionar en los momentos donde he pasado por adversidades y cuanto tiempo he perdido preocupándome. Algunos luchamos contra la tendencia de pensar demasiado las cosas. Si tenemos un problema, le damos vueltas y vueltas y esto nos previene de encontrar soluciones más rápido. Otra cosa que dijo Karen que me encantó fue: “las preguntas se generan pensando, las respuestas se generan haciendo”.
Los temores se vencen enfrentándolos y los problemas se resuelven, enfrentándolos. Las adversidades se enfrentan con gratitud y con fe. Para ser protagonistas se necesita decisión y acción.