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Infancia, Canciones y Sociedad: el caos de mi creación dentro del mainstream musical mexicano // Guillermo Lozano

ENTRE mis infantiles gustos culposos -por fortuna involuntarios- recuerdo disfrutar mucho el disco La Onda Vaselina (1984), que fue además obra de teatro montada por Julissa y Luis de Llano, entre aquellos últimos cinco años de los ochentas y que estaba basada en Vaselina, película estelarizada por John Travolta y Olivia Newton-John, estrenada a nivel mundial en 1978.

Desde entonces el mainstream del entretenimiento ya encaminaba conductas juveniles y volvía baile la rebeldía sexual del rock; pero la explosión de la locura por el baile, que era ya un discurso paralingüístico emancipador disfrazado de rebeldía, se afianzó con la música disco y la música pop en los setenta, y, en general, con la sintetización en la música de los años ochenta del siglo pasado[1].

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En México, Televisa, como buena imitadora de este mainstream norteamericano encaminado a la vendimia, nos impuso, entre muchas otras agrupaciones y cantantes solistas, al entonces grupo de música pop infantil llamado Timbiriche. La finalidad explícita de la agrupación era divertirnos y sensibilizarnos con sus canciones; la finalidad implícita de Fonovisa y Warner (las disqueras), era sacar al mercado todos los refritos musicales de la contracultura y versionarlos en español para cantar letras románticas y cautivar al público infantil. Los muchachos hicieron versiones siempre con pista en vivo de todos los éxitos ochenteros y hasta de “Imagine”, de John Lennon (!)

Entre todos esos refritos transformados en lírica inofensiva y nulamente reflexiva para niños y para la clase media en decadencia de nuestro país, había una canción que, cuando niño, me gustaba mucho y al mismo tiempo me causaba gracia, y que venía en ese disco para el melodrama teatral que montaron Julissa y Luis de Llano para sacar buen dinero con una gira de presentaciones por todo el país. La canción llevaba por título “El rock nació conmigo”.

De la lírica, escrita originalmente por Jim Jacobs y Warren Cassey, interpretaba la adaptación que hiciera Julissa, un chico -gordito, me parececuyo nombre era Martín Ávila, y a quien, quizá, le pasó algo parecido a Diego Luna, es decir, que como naciente hijo del monopolio de entretenimiento nacional, podría ser posible que siga en la farándula, pero ya no “gordito”, sino más delgado... en fin. El punto es que aquel respetable gordito cantaba, con gruesa voz de niño, la mencionada canción que con seguridad debe ser otro refrito de una canción rocanrolera anglosajona que aún no tengo el gusto de conocer.

La lírica de la canción decía:

Cuando yo nací la tierra tembló

y el día en noche se convirtió.

Una tormenta se desató

y el mundo entero se paralizó.

El océano se desbordó

y la lluvia de fuego del cielo cayó…

Para acabar con la terrorífica idea de que, entre todo ese caos, nació aquel gordito y nació el rocanrol.

Casi treinta años después, descubrí la contundente premonición “rocanrolera” en esas frases zombificadas por el mainstream, porque recordé que yo nací el año que murió Elvis Presley (1977); logré el extraño azar de ganar un concurso amañado por el PRI con la primer banda de rock que formé, y el sesgado aparato del favoritismo no lo esperaba (1993); con algunas variaciones en los integrantes, pero con ese mismo grupo, gané otro concurso estatal de rock, cuando la mafia del poder se hizo evidente en la televisión por el asesinato de Luis Donaldo Colosio, y estalló el zapatismo (1994-1995); la primera y única vez que me reconocieron personalmente como poeta y narrador, y el año que escribí mis primeras canciones (2001), ocurrió la más escalofriante de las farsas en el simulatorio nuevo orden bélico mundial: la caída de las Torres Gemelas en Nueva York.

También, escribí la tesis de maestría que mencioné con anterioridad y que además me sacó -¡Por fin! - del terruño, cuando corté con mi novia más querida (2008).

Por esos años escribí y publiqué mis primeros artículos y se avecinaba la nefasta “Guerra contra el narco” Calderonista, cuya cruenta secuela fue el asesinato de 52 personas en el Casino Royale, aquí, en Monterrey, Nuevo León (2011). Ese mismo año, comencé una relación sentimental con la mujer que, hasta ahora, es el amor de mi vida.

Finalmente, en los meses del 2018 que se gestaba la publicación de mi primera novela, ocurrieron los recientes sismos en la ciudad de México, lugar y epicentro donde nació mi Amateur. Las historias de un diario sin días (Editorial Fides, 2018); y, aquí, en Monterrey, moría de cáncer una familiar muy querida. Todo esto sin mencionar que unos meses antes, terminaba de grabar mi primer disco, mismo que aún no sale al mercado.

No es que crea en las premoniciones, pero lo cierto es que el mundo parece estar al borde de la hecatombe; que todas las felicidades cuestan muertos (dijo alguna vez Silvio Rodríguez), y que la creación se inscribe siempre en una suerte de eventos caóticos. Probablemente aquél gordito que interpretaba la canción “El rock nació conmigo”, ya sea delgado, y el que guardó los kilos fui yo, pero por fortuna eso no es tan trágico… aún.

John Travolta y Olivia Newton-John

Grupo Timbiriche

Notas

[1] Utilizo para este artículo la idea de mainstream como corriente de ideas o tesis artísticas dominantes generalmente impuestas por los medios oficiales. Para lograr mayor profundidad respecto al tipo de artistas e intérpretes impuestos por el oficialismo mexicano del entretenimiento y, en concreto, con la imposición lírica de cierto estilo de rock nacional, puede consultarse mi tesis: El rock Mexicano como discurso intertextual…, donde desarrollamos el tema a partir del capítulo 2 (“Rock Mexicano: Del discurso amoroso-nucléico al social-periférico o alternativo). La tesis se puede revisar y descargar virtualmente del Repositorio Institucional y de la Colección Digital de la UANL. También se puede consultar de manera física en la biblioteca del Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y en La Sala de Ciencias Jurídicas y Tesis de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria.

Índice de ilustración

Pág. 62 María José Pintor, Diario 16 (Agosto 2018) Fotografía tomada de la página https://diario16. com/40-anos-grease-la-pelicula/

Pág. 63 Pinterest, Fotografía tomada de la página https://www.pinterest.com.mx

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