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Tener y no tener // Nazario Sepúlveda
ACABO DE ver Sauvage-Salvaje, filme francés de 2018, con el guión y la dirección de un cineasta, sin duda joven, llamado Camille Vidal-Naquet. La experiencia me remitió a la memoria de un filme inglés titulado Sunday, bloody Sunday-Dos amores en conflicto, visto en los inicios de los años 70 en el desaparecido y muy añorado Cine Elizondo y que conocí como una cinta de una muestra internacional de cine. La sala se encontraba llena por un público atraído por la publicidad que prometía mostrar en la pantalla un tema muy prohibido, pero que despertaba una curiosidad muy morbosa en la gente de entonces: la homosexualidad. Historia de un triángulo amoroso, Dos amores en conflicto, del cineasta inglés John Schlesinger, narraba el destino de una mujer cercana a la madurez, el de un médico judío que era homosexual abierto y el de un joven bisexual que complacía a las dos personas que vivían en una Inglaterra muy liberal y deschongada en la que, sin embargo, no había mucho amor. La secuencia que presentaba el encuentro de los dos hombres, los mostraba dándose un abrazo prolongado con besos apasionados; la respuesta del público presente fue inolvidable por el asombro y el horror que causó la escena de tanto atrevimiento (?). Ahora, muchos años después, las reacciones del público local ya no son tan puritanas y acaso algunos abandonen la sala, pero ya en el siglo XXI, lo que se muestra en Salvaje es de una franqueza que acaba por ser, casi, un documental dramatizado de la prostitución masculina. Por suerte, el director y guionista Vidal-Naquet no juzga a sus personajes para criticarlos o alabarlos, sino que los describe como seres que viven y están presentes en las sociedades de hoy; además, por fortuna, rechaza el melodrama. El cine actual acerca de la homosexualidad evita, en muchos casos, los clichés y estereotipos sobre estos hombres, pero Salvaje muestra la evolución del cine con esta temática que empezó a presentarse en Europa desde los años 60 y hoy se desarrolla libremente en muchos de los países del mundo.
Salvaje es la historia de Leo, un joven en el inicio de la veintena de años que parece provenir de la clase media urbana de una ciudad francesa de provincia —en los créditos se anuncia que fue filmada la obra en la ciudad de Estrasburgo— y él, que aprovecha de la ventaja de vivir el verano, es un auténtico vagabundo que no tiene casa, que duerme al aire libre en parques, plazas o en la calle. Se halla deficientemente alimentado y su vestuario es el que trae encima. Recorre en forma incesante las calles y lugares donde se busca clientes que pasan buscando placeres en venta. Leo se la pasa allí con sus compañeros de oficio con los que tiene amistad, entre los cuales hay uno en especial, musculoso y agresivo, del que Leo está enamorado. Sin embargo, este muchacho musculoso está convencido de que su oficio de venderse es provisional, y esperando volver a la lucha libre o al box, afirma que él no es homosexual y que lo hecho con los hombres no le es atractivo o permanente.
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Leo, mientras tanto, se asume como un prostituto al que le gustan los hombres. El cineasta se muestra aquí como un sociólogo ante estos hombres que viven la situación de tener un amante o pareja de buena situación económica y que además tiene sentimientos marcados por ellos. Se vive así una suerte de asimilación a las formas sociales impuestas por los heterosexuales, accediendo al conformismo clasemediero. Además está la situación de no tener nada y vivir al día, con encuentros breves con los otros y estar voluntariamente marginados, sin dinero, sin casa y, lo más importante, sin ataduras a los modelos propuestos y establecidos por la sociedad heterosexual: Leo se debate entre el tener y no tener.
Salvaje es el retrato de la eterna contradicción de los humanos. Leo asegura ser frío y profesional en su trabajo, pero le brota la necesidad de afecto. Cuando un hombre maduro que vive en Canadá le propone que vivan juntos, que él lo mantendrá y lo querrá, deteniéndose la segunda parte de la película en las vidas de ambos, se analiza con profundidad la decisión de ser un marginado pero libre o un aparentemente feliz y apaciguado burgués. Se observa que el cineasta Vidal-Naquet, sin duda vio la obra maestra de Jean Renoir, Boudu salvado de las aguas porque Leo, muchos años después de este filme de la anarquía asumida como forma de vida en la muy lejana fecha de 1932, si bien no es radical ni violento como su antecesor Boudu, Vidal-Naquet continúa en él la tradición del gran cine francés del siglo pasado. Hay que esperar otras obras de este sociólogo de los homosexuales que proclaman su derecho a ser ellos mismos. A Leo, el joven actor Felix Maritaud, hay que desearle que siga en el cine aunque los espectadores abandonen la sala por lo escandalizados que se pongan —como ocurrió en el cine Elizondo con Dos amores en conflicto— con otros roles como los que presenta este film, descubriendo que el cine actual es el que hacen cineastas como Vidal-Naquet.
Índice de ilustración
Pág. 42 FILMAFFINITY España (2018) Imagen tomada de la página: https://pics.filmaffinity.com/ sauvage-943933918-large.jpg
Pág. 42 FILMAFFINITY España (2018) Imagen tomada de la página: https://pics.filmaffinity.com/ sauvage-933138904-large.jpg
Pág. 44 FILMAFFINITY España (2018) Imagen tomada de la página: https://pics.filmaffinity.com/ sauvage-540835545-large.jpg