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Pasión por la caricatura // Luis Mario Garza Garza
Parece que mi suerte no está vinculada a lo presentable, bonito y agradable. Después de algunos intentos que no prosperaron, el dejar de intentarlo, el olvidar, cruzando los brazos indiferentemente, sería tener peor suerte. ¡Pero no! Eso no es lo mío. Seguiré rompiendo la roca como la gota permanente que cae y logra su acometido.
El día 22 de febrero del 2017, en la Casa de la Cultura ubicada en Colón, entre Emilio Carranza y Escobedo, presenté ante un grupo de distinguidas personalidades amantes de las expresiones artísticas (poesía, pintura, literatura, etcétera) el tema “Pasión a la caricatura”.
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¿Qué es la caricatura?
Es la risa dibujada en la roca o el papel. Analizar su intención y su estilo, sus distintas expresiones, sus procedimientos estrechos, su parentesco con la literatura, su sentido crítico, agudo o ingenuo, divertido o ameno, quizás sumamente amargo de la actividad social, su comparación con el retrato publicitario, su higiénica profilaxis de espíritu, su triunfal consagración en el cine animado, T.V., Ipad, etcétera, su escuela, sus maestros, sus distintos desenvolvimientos en los países del mundo, de la caverna a nuestros días y seguir en el futuro hasta el infinito, si bien, tomáramos los tiempos para expresarnos en caricatura.
La palabra caricatura se usó en Italia. Son los pintores Carracci de Bolonia, quienes al finalizar el año 1500 inventaron la palabra, no la figura o el signo. En el año de 1740 se esparce en Europa. Junto con algunos cantantes, varios dibujantes italianos hacían retratos con rasgos risibles por lo aguzado (adelgazar, estrechar, estimular, intuir, etcétera) con título de caricatura. Otra expresión es el “humorismo”, el alma de la caricatura. ¿Y qué es el humorismo? La influencia preponderante de los humores en los fenómenos vitales.
Vale decir que la risa, como el buen humor, benefician a la buena salud individual y colectiva. El “humorismo” se justifica precisamente cuando la gente se pone muy seria. Humour término inglés que define esa afición británica de tomar en broma ciertas trivialidades cotidianas (equivocaciones, accidentes, observaciones en el trabajo o actividad diaria, etcétera). La caricatura, con o sin pasión, “es el buen padre de la humanidad de ayer, hoy y mañana”. Por salud hace falta reír.
Ha sido agraciado México con magníficos caricaturistas o moneros, de muchos siglos atrás hasta nuestros días. En cada caricatura hay un profundo análisis social, económico, político o crítico. Una caricatura es un discurso completo, con pocos o muchos símbolos, que habla por sí mismo de su momento histórico. El cinismo o la sátira lo ilustran con fuerte impacto. Una mina de riqueza lo dan los gestos humanos: la satisfacción, la risa, la carcajada, el llanto, el pánico o la ira. Cada acción del ser humano tiene como base un sentido ocasional, real o ficticio. Consciente o inconscientemente, en un momento dado todos los seres humanos hacemos en nuestra vida una o muchas caricaturas, ya sea porque alteramos las cosas o las disminuimos, aplicamos adjetivos calificativos, superlativos o diminutivos, con lo que modificamos la realidad.
Hagamos a diario, la mejor caricatura de nuestras vidas, platiquemos con el espejo de nuestra vida sin preocupaciones, sin miedos, tranquilos. Ocupemos el tiempo sonriendo a la salud en la vida. El alba, sol de esperanza, tiene luz propia que brilla en nuestros senderos. La caricatura plasma estas bellas figuras con el lápiz o con el pincel de la franca risa. ¡Rompan la roca de la indiferencia o la apatía! ¡Amaos, no armaos! ¡Exprésalo! El que no demuestra lo que siente, tal vez pierda lo que tiene. Reflexionemos, la vida no se recicla, es única. ¡Vivámosla en plenitud!