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STUANL: a 53 años de su fundación por Rafael Garza Ibarra

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Reseñas

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Este 5 de febrero de 2017, los universitarios nuevoleoneses conmemoramos el 53 aniversario del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León (STUANL). Es buena oportunidad para recordar el proceso de su fundación, en aras de fortalecer nuestra conciencia sindical y recordar a quienes lo hicieron posible en 1964 con las siglas de STUNL, pues la universidad todavía no era autónoma en ese año.

Los fundadores del STUNL aprovecharon la experiencia organizativa de otros trabajadores de la universidad tenida en tres claros precedentes.

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Los precedentes

El primer precedente se dio en 1936 al fundarse el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Superior (STES) liderado por el doctor Ángel Martínez Villarreal como secretario general. Este organismo fue reconocido legalmente el 3 de junio de ese mismo año, por acuerdo del Consejo de Cultura Superior encabezado por el doctor Enrique Carlos Livas Villarreal, quien para conducirlo había sido nombrado secretario en funciones de presidente por el gobernador Anacleto Guerrero.

El segundo se ubica en 1949, al constituirse la Unión de Trabajadores del Hospital Civil “Dr. José Eleuterio González” (UTHC), reconocida oficialmente por el Tribunal de Arbitraje para los Trabajadores del Estado con el registro 2/49. La UTHC –creada al amparo de la Ley del Servicio Civil del Estado de Nuevo León promulgada por el gobernador Arturo B. de la Garza el 5 de junio de 1948– fue dirigida por el doctor Salvador Martínez Cárdenas como secretario general. Cuando la UTHC nació, el Hospital Civil aún no había sido declarado Hospital Universitario, lo cual ocurriría hasta mayo de 1952.

Existe un tercer antecedente situado en 1953. Acontece cuando un grupo de maestros de la Preparatoria Núm. Uno intenta, por primera vez dentro de la universidad, organizarse sindicalmente. Este esfuerzo –fallido, por cierto–, fue abanderado por el licenciado Vicente Reyes Aurrecoechea, el profesor Salvador Villarreal y el ingeniero José Guadalupe Lozano Alanís; ellos visitaron al rector Raúl Rangel Frías para comentarle su propósito, recibiendo de éste un contundente rechazo. Al comprender la ausencia de condiciones objetivas para llevar adelante su propósito sindical, aquella vanguardia lo abandonó, dejando latente la necesidad de instituir una organización de trabajadores. En esos días gobernaba Nuevo León don José S. Vivanco, quien había sustituido al doctor Ignacio Morones Prieto.

Hay un cuarto precedente –éste sí exitoso– llevado a cabo por docentes de las preparatorias y la Escuela “Álvaro Obregón”, convocados por una comisión organizadora integrada por los profesores J. Guadalupe Lozano Alanís, Héctor González Faz, Ernesto Cantú Gómez, Ernesto de Villarreal Cantú, Carlos Caballero Lazo y José Antonio Pérez Gálvez. Aquellos catedráticos se reunieron en un aula de la Preparatoria Núm. Uno –ubicada en el edificio de Colegio Civil– para constituir, el 18 de octubre de 1958 la Asociación de Maestros y Empleados de la Preparatoria de la Universidad de Nuevo León (AMEPUNL). En esa ocasión, el doctor José Antonio Pérez Gálvez fue elegido secretario general, cargo desempeñado por él durante dos años hasta su nombramiento como director de la Preparatoria Núm. Uno. Con esta designación, la AMEPUNL fue descabezada y condenada a su desaparición sin obtener ningún reconocimiento legal, víctima de las contradicciones internas e insuperables de sus miembros. En ese periodo era rector de la universidad el arquitecto Joaquín A. Mora, y gobernador del estado el licenciado Raúl Rangel Frías.

Con 28 años de lucha tras de sí, los trabajadores de la Universidad de Nuevo León realizaron un nuevo esfuerzo para fundar, el 5 de febrero de 1964, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León (STUNL), esta vez con resultados permanentes y definitivos.

La fundación del STUNL

El proceso de fundación del STUANL comenzó desde noviembre de 1963, cuando un grupo de profesores se reunió en el Aula “Francisco M. Zertuche” de la Preparatoria Núm. Uno, ubicada entonces en el edificio del Colegio Civil, para deliberar acerca de la conducta a seguir con el fin de obtener una mejora salarial y una gratificación de fin de año. Para ello acordaron solicitar el aguinaldo al rector Alfonso Rangel Guerra quien al reconocer lo justo de la demanda y argumentar falta de recursos, les sugirió acudir al gobierno del Estado, única instancia con posibilidades de satisfacer su petición. Lo hicieron así, sólo para recibir un concluyente rechazo del gobernador Eduardo Livas Villarreal. Ante esta negativa decidieron seguir adelante. Al reunirse de nuevo, nombraron una comisión coordinadora encargada de realizar los trabajos previos tendientes a la formación de un organismo representativo de los trabajadores de la UNL, organismo concebido en un principio como una asociación civil.

Para integrar dicha comisión coordinadora fueron elegidos los licenciados: Manir González Martos y Mario López Ramírez, de la Preparatoria Núm. Uno; el biólogo Humberto Sánchez Vega, de la Facultad de Ciencias Biológicas; y los ingenieros Rafael Serna Treviño y Jaime Aguilera Barraza, de la Escuela de Físico Matemáticas y de la Facultad de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, respectivamente.

Al poco tiempo, la comisión coordinadora decidió nombrar tres comisiones más con el fin de llevar a cabo una junta más amplia y así poder recoger el sentir de un número mayor de profesores. Estas tres comisiones y sus componentes fueron las siguientes: Comisión para la Promoción de la Asamblea Constituyente: licenciado Mario López Ramírez, doctor Ángel Martínez Maldonado y biólogo Humberto Sánchez Vega; Comisión de Estudios Económicos y Sociales: profesor Arturo Cantú Sánchez, ingeniero Gonzalo Ocañas Domínguez y licenciado Héctor Carrasco, y Comisión de Estudios Jurídicos: licenciados Vicente Reyes Aurrecoechea y Manir González Martos, y enfermera instrumentista Rebeca Tello.

Más tarde, todas las comisiones mencionadas se fusionaron en una Comisión Organizadora de la concebida provisionalmente como una Asociación de Profesores de la Universidad de Nuevo León. Así, en enero de 1964 convocaron a todo el profesorado universitario a la asamblea constituyente a realizarse los días 4 y 5 de febrero de 1964. En esa convocatoria establecieron que cada dependencia debería enviar a la asamblea constituyente un delegado por cada 15 maestros, y dos delegados las escuelas y facultades con menos de 15 profesores.

El martes 4 de febrero, en los periódicos El Porvenir y El Norte, la comisión organizadora publicó un pequeño escrito dirigido a los delegados, donde señalaba las 8 de la mañana como la hora para iniciar los trabajos de la Asamblea Constituyente, los cuales se llevarían a cabo en la Facultad de Comercio y Administración situada en la Ciudad universitaria. Esta publicación fue firmada por los ingenieros Gonzalo Ocañas Domínguez y Jaime Aguilera Barraza. Ese día 4 fue dedicado al registro de delegados, a quienes se entregó una credencial identificatoria firmada por el doctor Omar Arteaga Elizondo.

Todas las dependencias –21 en total– nombraron a sus delegados –74 en suma–, de la siguiente manera: Preparatoria Núm. Uno, 8 delegados; Preparatoria Núm. Dos, 4; Preparatoria Núm. Tres, 3; Preparatoria Núm. 4 (Linares), 2; “Álvaro Obregón”, 5; “Pablo Livas”, 3; Escuela de Música, 2; Escuela de Trabajo Social, 2; Facultad de Odontología, 2; Facultad de Medicina, 8; Facultad de Ingeniería Mecánica, 4; Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas, 2; Facultad de Ingeniería Civil, 4; Facultad de Filosofía y Letras, 2; Facultad de Enfermería, 2; Facultad de Economía, 2; Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, 4; Facultad de Comercio y Administración, 5; Facultad de Ciencias Químicas,4; Facultad de Ciencias Biológicas, 2; Facultad de Arquitectura, 4.

A las 11 de la mañana del 5 de febrero de 1964, al declarar inaugurados los trabajos de la asamblea constituyente, el licenciado Virgilio Acosta Cantú, secretario general de la universidad enviado por el rector Alfonso Rangel Guerra para ese efecto, expresó a los delegados, entre otros, los siguientes conceptos:

"Hace diez años… la casi totalidad de los maestros universitarios eran, todavía, hombres que asistían a la cátedra en un gesto simbólico de gratitud hacia la Casa de Estudios donde se formaron profesionalmente. Entonces era también simbólica la recompensa que la Universidad podía ofrecer a los maestros por sus servicios. Era difícil, por lo tanto, su entrega máxima a la cátedra y a labores que les permitieran mayor capacidad en las tareas pedagógicas.

Ahora… la situación es distinta; la gran mayoría de los catedráticos son maestros de planta o media planta. Existen salarios si no altos, sí decorosos, y la docencia universitaria avanza hacia el rango superior a donde la lleva la propia evolución de la Máxima Casa de Estudios.

Desde este punto de vista, las autoridades contemplan con simpatía este movimiento de unidad magisterial, porque tienen plena confianza de que contribuirá a la firmeza del espíritu universitario, a elevar la dignidad y a una nueva reafirmación de la gran responsabilidad que significa la cátedra en la Máxima Casa de Estudios."

Después de esta declaratoria inaugural, los asambleístas procedieron a elegir a los integrantes de la mesa de debates que presidieron y coordinaron las distintas sesiones y los trabajos de la asamblea constituyente. Para esa delicada labor fueron elegidos los siguientes delegados: doctor Héctor Menchaca Solís, presidente; doctor Ángel Martínez Maldonado, vicepresidente; licenciado Manir González Martos, secretario; ingenieros Gonzalo Ocañas Domínguez y Sabás Rodríguez Rodríguez, escrutadores.

En seguida los delegados presentaron sus ponencias, las cuales se acordó clasificar en tres apartados: las de orden jurídico, las de contenido económico y social, y las de naturaleza académica y cultural. Para su mejor estudio, esta decisión trajo consigo la necesidad de constituir otras tres mesas de debates. Estas y sus miembros fueron: Mesa de Estudios Jurídicos: licenciado Vicente Reyes Aurrecoechea, presidente; licenciado Rolando Guzmán Flores, vicepresidente; licenciado Hugo Padilla Chacón, secretario; y licenciados Carlos Francisco Cisneros Ramos y César Lucio Coronado Limón, escrutadores; Mesa de Estudios Académicos y Culturales: doctor Héctor Menchaca Solís, presidente; licenciado Mario López Ramírez, vicepresidente; licenciado Rogelio Villarreal Garza, secretario; arquitecto Óscar Rubén Santos, químico Carlos Caballero Lazo, doctor Román Garza Mercado, escrutadores; Mesa de Estudios Económicos y Sociales: doctor Ángel Martínez Maldonado, presidente; licenciado Manir González Martos, vicepresidente; ingeniero Rafael Serna Treviño, secretario; doctor Rodolfo González y profesores Jesús Ramírez Muro y Salomón González Almazán, escrutadores.

Durante la tarde del 4 de febrero, las mesas de estudio analizaron las ponencias recibidas, cuyas conclusiones fueron discutidas al día siguiente, a partir de las 9 de la mañana. El punto más controversial fue el referente al nombre que debería darse a aquella naciente organización. La polémica para resolver esta cuestión se dio entre quienes pugnaban porque se denominara Asociación de Profesores de la Universidad de Nuevo León –nombre provisional bajo el cual habían sido convocados–, y quienes luchaban porque se nombrara Sindicato de Trabajadores de la Universidad de Nuevo León. Tras presenciar acaloradas intervenciones y escuchar razonados argumentos, la absoluta mayoría de los delegados constituyentes decidieron llamar sindicato a la entidad creada por ellos ese 5 de febrero de 1964; además, dejar abiertas las puertas pwue ingresaran a ésta los trabajadores de los otros sectores que así lo decidieran.

Una vez tomados otros acuerdos relacionados con el futuro sindical –por ejemplo, fundar un seguro mutual de vida y de incapacidad total permanente y un Centro de Orientación Pedagógica– se procedió a elegir a los cinco miembros del primer Comité ejecutivo y de las comisiones, quienes ejercerían por un año. Estos fueron los integrantes titulares del Comité ejecutivo: doctor Ángel Martínez Maldonado, secretario general; licenciado Carlos Francisco Cisneros Ramos, secretario del interior o de actas; ingeniero Jaime Aguilera Barraza, secretario de hacienda; licenciado Rolando Guzmán Flores, secretario de trabajo; profesor Horacio Salazar Ortiz, secretario de prensa y propaganda.

Por lo que respecta a comisiones, fueron integradas con cinco miembros. La de Estudios Jurídicos quedó presidida por el licenciado Vicente Reyes Aurrecoechea –esta comisión redactaría los estatutos y el reglamento de elecciones–; la de Estudios Económicos y Sociales por el licenciado Manir González Martos; la de Asuntos Académicos y Culturales por el arquitecto Eduardo Romero Jasso; y la de Honor y Justicia por el ingeniero Gonzalo Ocañas Domínguez.

En la tarde del 5 de febrero, a los delgados elegidos para formar el primer Comité ejecutivo y las comisiones, les fue tomada la protesta por el presidente de la mesa de debates, doctor Héctor Menchaca Solís.

Al final de la jornada se levantó el acta constitutiva, la que fue firmada por los 64 delegados presentes. Y ya por la noche, a las 8.30, los delegados asistieron a una cena que en su honor ofreció la rectoría en la cafetería universitaria de la Facultad de Comercio y Administración.

El proceso descrito originó el nacimiento del STUNL como primer organismo independiente del país, formado por todos los trabajadores de la UNL. De esto hace 53 años. Su fundación reflejó el sentir de los profesores más liberales y progresistas de aquella época, de los cuales hoy somos herederos en el STUANL. §

Fuentes consultadas:

1. Carlos Ruiz Cabrera, Poder y lucha sindical en la UANL, 1949-1971, edición del autor, Monterrey, México, 1993.

2. Susana Acosta Badillo y Erika Escalona Ontiveros, Medio siglo de historia sindical. Sindicato de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León (1964-2014). UANL, 2014.

3. Carlos Ruiz Cabrera, Imágenes, Universidad Autónoma de Nuevo León 1933-2003, Grupo Impulso Cultural, Monterrey, México, 2003.

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