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La búsqueda de un idioma // Nazario Sepúlveda

La obra cinematográfica llegó ¡claro! A pocos cines. La obra tenía y tiene ¡por supuesto! poca publicidad, a diferencia de ese engendro titulado Avengers, que además está en muchísimas salas y se le otorgaron ¡obvia y obligatoriamente! Tres estrellas que establecen que es muy buena y en cambio, al filme mexicano no le dieron ninguna, pues sin duda ni la han visto y si lo hicieron, ni la entendieron y de esta suerte, el estreno de un filme mexicano no le dieron ninguna, pues sin duda ni la han visto y si lo hicieron, ni la entendieron y de esta suerte el estrenos de un filme mexicano en esta ciudad muestra el total entreguismo y la ignorancia de los recomendadores oficiales de los medios locales y esto es lo normal(?), lo correcto(?), y así se ha estado proyectando una película que fue elogiada por los medios de la Ciudad de México en forma justa y aquí en Monterrey, sólo dos diarios la ha valorado como se lo merece y los demás medios, han puesto en práctica eso que tanto aquí se acostumbre y que puede definirse como “El silencio de los indecentes”. En fin, aquí ha podido conocerse con dificultades una película excepcional: Sueño en otro idioma, se llama Ernesto Contreras, quien previamente dio muestra de su talento como cineasta hace unos años con su filme Párpados azules, acerca de una joven solitaria que vivía en la capital y aquí, Contreras mostraba una sensibilidad poco frecuente en el actual cine mexicano y ahora sorprende en gran forma con el retrato complejo del mundo indígena de una región tropical del país y rechazando al melodrama y la imagen turística y superficial del mundo indígena que está más presente que nunca en la caótica realidad de este país, Contreras, sin demagogia y falso exotismo, construye un mundo en el que el realismo mágico está muy presente y aunque no exista el grupo étnico cuyo final ocurre y el idioma que está a punto de desaparecer en forma inevitable, se establece la triste realidad de los muchos pueblos indígenas que se han perdido junto con su idioma y su cultura y nada puede desplazar estos mundos desaparecidos. En el filme sólo quedan dos hombres ya viejos que conocen plenamente la lengua que aprendieron de niños y el joven lingüista que desea preservar y conocer la lengua casi extinta, no toma actitudes racistas ante ellos y busca en forma sincera el respeto de ellos y de uno, lo consigue fácilmente, más del otro, el rencoroso que guarda un obstinado silencio ante el que mucho tiempo atrás era su amigo más íntimo, obtiene tras un acto de violencia narrado en un flashback bastante bien filmado un rechazo que se irá explicando en las escenas del pasado de ellos cuando eran jóvenes y felices y cuando se amaban. Sí, se amaban cuando formaban parte de la feroz naturaleza en la que vivían y las imágenes de ambos cuando gozaban del mar de la costa del Golfo, son precisas y discretas y evitan el morbo y la explicación inútil del porqué de su relación. Contreras, los muestra unidos por sus gestos y actitudes y sólo en una secuencia, cuando uno le reclama al otro que lo haya dejado por preferir a una mujer, se utiliza el lenguaje gestual y el silencio, asumido con tristeza por el abandonado y con rabia y disgusto por el otro joven se establece la ruptura y la muerte del idioma de ellos y todo esto, tuvo que ser descubierto por el joven lingüista, muy bien personificado por un joven actor llamado Fernando Álvarez Rebeil que ojalá siga actuando en futuras películas, pues casi no hay actores conocidos en este cine.

Eligio Meléndez (Evaristo), Manuel Poncelis (Isauro)

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Juan Pablo de Santiago, Fátima Molina, Hoze Meléndez

Sueño en otro idioma y el verdadero buen cine mexicano de los primeros veinte años de este siglo. Aquí los personajes condenados a desaparecer, con su moribunda cultura y su lenguaje verbal, constituyen un mundo aparte que los mexicanos dizque cultos y muy contemporáneos jamás conocerán. Un mundo mítico y poético, cuyo umbral es la entrada a una caverna en la que se han refugiado los muertos de esa etnia. El paso adentro de la cueva, le es negado al lingüista pues él es un extraño y por ello, al final, no presenciará cuando el anciano resentido y temeroso se acerque al lugar y ocurra un diálogo de reconciliación con su amigo que fue su amante y luego el hombre al que más odió. El cineasta tuvo el acierto de emplear los subtítulos del diálogo que sucede entre los dos y el que ya reside en el interior del lugar, invita al último miembro de la etnia a que se reúna con él y éste, tras titubear, ingresa al lugar y así desaparecerá todo vestigio de este pueblo y su idioma se perderá para siempre y la película, ennoblece a los pueblos indígenas de este racista país tan lleno de discriminación y prejuicio hacia los habitantes originales de México y esto explica, en parte, que el filme haya sido discriminado por la ignorancia y la incultura de los que pretenden hablar e informar sobre el cine que llega a la ciudad y solo se ocupa del comercialismo prepotente de Hollywood y ante el cual se someten gustosamente. Mientras tanto, se comenta en la capital que Sueño en otro idioma, puede ser considerada la mejor obra del año en el cine nacional y a los de aquí, sólo les interesa Hollywood y se niegan ver y comprender el idioma poético del filme de Contreras. Así están las cosas.

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