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Durante la vigencia del TLC con EEUU las exportaciones no minero energéticas han aumentado alcanzando crecimiento de dos dígitos en el 2014.
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EXPORTADOR
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esde hace casi 50 años el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos no se constituía en el mayor reto de la política económica. La caída en el precio del petróleo ha reducido los ingresos fiscales del país en cerca de 15 billones de pesos. Sumado a los efectos contractivos de una devaluación brusca, esto ha resultado en una reducción de la actividad económica lo que se reflejó en un crecimiento del PIB en el primer trimestre de tan solo 2.8%.
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Con los procesos de especialización y de fractura de los procesos productivos cada vez son más importantes las cadenas globales y regionales de valor (CGV) donde los mercados más dinámicos son los de bienes intermedios.
POR: HERNANDO J. GÓMEZ R. Exdirector del DNP y Jefe negociador del TLC con EEUU y Consultor Económico
A finales de la década de los sesenta se vivió una situación similar debido a una abrupta caída en los precios del café que constituían el 90% de las exportaciones. El país se enfrentó a la imposibilidad de importar muchos bienes y servicios no producidos en el país y que amenazaban con llevar al país a una gran recesión y caída en sus índices de bienestar. En esa ocasión una mezcla de políticas adelantada por el gobierno del Presidente Carlos Lleras Restrepo ayudo al país a sortear esa coyuntura destacándose una política fiscal que privilegiaba
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su equilibrio, un régimen de tasa de cambio fija pero indexada, el impulso a la desgravación arancelaria entre los países del llamado en esa época Grupo Andino y el apoyo incondicional a los exportadores volviendo su actividad un propósito nacional. Medio siglo después hay algunas similitudes, con un déficit en cuenta corriente que llega a un 7% del PIB en el primer trimestre del año, producto de la violenta destorcida en los precios del petróleo y el carbón que constituyen cerca de dos tercios de las exportaciones de bienes del país. No obstante, en la actualidad hay muchas diferencias. Nuestra economía es mucho más abierta, sólida y los mercados financieros y de capitales mucho más desarrollados. Adicionalmente, tenemos un régimen de cambio flexible que en forma automática absorbe buena parte del ajuste y el país tiene un nivel moderado de endeudamiento externo y un buen nivel de reservas internacionales que le garantiza acceso a los mercados externos de crédito. Así mismo un banco central independiente que garantiza una política monetaria congruente con la meta de inflación y el crecimiento potencial de la economía. Sin embargo, en lo que aún presentamos la misma debilidad del siglo pasado es en la baja diversificación y sofisticación de las exportaciones y en la capacidad de generar oferta exportable. A diferencia de los años 60, hoy tenemos una economía mucho más integrada a mercados internacionales con acuerdos comerciales o TLCs que cubren el 80% de lo exportado y el 60% de las importaciones. Es afortunado que desde la administración Pastrana, continuando con las administraciones Uribe y Santos se buscara negociar acuerdos comerciales que nos dieran acceso preferencial a los mercados de nuestros socios comerciales y permitieran a nuestros productores acceder a insumos, maquinaria y equipo a precios internacionales. Esto nos permite llegar con ventajas arancelarias a muchos mercados y competir con países que en muchos casos venden productos similares a los nuestros y que también tienen acceso preferencial en Canadá, EEUU y la Unión Europea, áreas económicas con el mayor nivel de capacidad adquisitiva en el mundo. Adicionalmente, entendiendo la importancia del comercio regional tenemos libre comercio con la mayoría de los países de América Latina. Los resultados saltan a la vista. Durante la vigencia del TLC con EEUU las exportaciones no minero energéticas han aumentado alcanzando crecimiento de dos dígitos en el 2014 y llegando a 109 nuevos productos exportados a ese mercado desde la entrada en vigencia del acuerdo comercial en el año 2012. Estos nuevos productos van desde frutas y productos piscícolas, hasta bienes industriales como los de la metalmecánica. En
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el caso de Canadá, Unión Europea y Centro América, los resultados son menos destacables, pero siempre con crecimientos positivos. En Suramérica la caída en los precios de los productos básicos agrícolas y mineros-energéticos han generado una caída en la actividad económica especialmente en Brasil, Ecuador y Venezuela, siendo estos últimos dos mercados claves para la industria colombiana. Si bien hay signos alentadores en el comportamiento de las exportaciones a países desarrollados y hacia países emergentes que se benefician de menores precios del petróleo, estos son claramente insuficientes para compensar la caída de la factura petrolera y menos aún para alcanzar la meta del gobierno de llegar a US$30,000 millones de exportaciones no minero energéticas en tres años. En las nuevas circunstancias del mercado mundial es indispensable entender que la integración al mercado no solamente requiere implementar acuerdos comerciales sino que se necesita una política complementaria concertada entre el sector público y sector privado, una mayor coordinación al interior del gobierno para desarrollar ventajas comparativas, y así poder responder a las tendencias del comercio mundial. Para comenzar, nuestra participación en el comercio mundial se limita a algunos productos terminados de baja tecnología y productos primarios con muy baja transformación. Con los procesos de especialización y de fractura de los procesos productivos cada vez son más importantes las cadenas globales y regionales de valor (CGV) donde los mercados más dinámicos son los de bienes intermedios. Con las favorables reglas de origen que se negociaron para la mayoría de los productos (35% de valor agregado nacional), estamos
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@ANDI_Colombia @ANDI_colombia El Consejo Gremial Nacional condena actos terroristas. http://goo.gl/pOKj7J @ANDI_colombia Consejo empresarial, presente en la X Cumbre de Presidentes de la Alianza del Pacífico #AlianzaDelPacífico @ANDI_colombia Avance de matrículas del informe del sector automotor a Junio de 2015. http://goo.gl/g9RKGm @BruceMacMaster “Incentivos tributarios para Innovación” es una de las medidas más comunes de Política Industrial en países desarrollados
El reto de aprovechar adecuadamente los TLC es inmenso y requiere de un esfuerzo mancomunado del sector privado y el sector público.
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desaprovechando muchísimas posibilidades de complementación económica con Chile, Perú y México. Así mismo con el proceso de “reshoring” de empresas ubicadas en Asia hacia el hemisferio occidental, países como México han comprendido que hay una gran oportunidad de integrarse en cadenas globales de valor con los países asiáticos que buscan exportar a Canadá y EEUU, utilizando instrumentos como las zonas francas y la promoción de parques industriales. Otro elemento fundamental de una política comprehensiva es eliminar sesgos anti exportadores que se presentan en el país de variadas maneras. El primero es el del costo-país que incluye no solo carreteras, sino también muchos temas de carácter regulatorio y de mejoras en la institucionalidad. Tres claros ejemplos son: 1) el costo de la energía eléctrica donde no se han podido hacer las reformas normativas que a pesar de tener un diagnóstico que elaboró la cadena que identifica con precisión los temas regulatorios que encarecen el servicio. 2) La década que llevamos hablando de instalar scanners en los puertos para facilitar el tránsito del comercio y que por múltiples intrigas no se ha podido implementar. 3) La ausencia de una política de transporte que permita modernizar este sector y generar fletes competitivos en el país. Un segundo factor que afecta las exportaciones es no entender que estas están ligadas al costo de las
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Nuestra economía es mucho más abierta, sólida y los mercados financieros y de capitales mucho más desarrollados.
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importaciones. Si los insumos que utiliza el sector de alimentos procesados, por ejemplo, no se pueden adquirir a precios internacionales es muy difícil alcanzar la competitividad necesaria para hacer sostenible un esfuerzo exportador. Así mismo, si queremos exportar productos agropecuarios los empresarios del campo deben poder acceder a agroquímicos y fertilizantes a precios internacionales. La herencia que tenemos del periodo proteccionista de la sustitución de importaciones nos ha dejado todavía variadas rentas capturadas por distintos grupos que aún distorsionan muchos precios en la economía. Un tercer sesgo es la calidad de nuestras instituciones y entidades públicas. Conversando con amigos chilenos y mexicanos siempre me insisten que el mayor beneficio de los TLC no es el acceso preferencial en los mercados de los socios comerciales sino la mejora en las instituciones que obligan los compromisos que se adquieren en los acuerdos comerciales. Así, por ejemplo, temas de facilitación de comercio, como el desaduanamiento de mercancías en menos de 48 horas es un gran beneficio para todos los usuarios del comercio exterior. Otro es el de las instituciones sanitarias y fitosanitarias, que antes de los acuerdos estaban diseñadas para no dejar entrar productos al territorio nacional y ahora deben trabajar con sus homólogos del exterior para acordar los protocolos de admisibilidad de sus productos. En Colombia debo decir que entidades como el INVIMA y el ICA han sido lentos para responder a estos retos y otras como el INM (Instituto Nacional de Metrología) y la ONAC (Organismo Nacional de
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Acreditación de Colombia) que empezaron bien, han perdido dinámica. También están las entidades de promoción de exportaciones como Procolombia, que entendiendo que los nuevos retos son la integración a las CGV y acceder a los nuevos canales de distribución, debe reenfocar su labor a ser mucho más intensiva en ayudar a los empresarios medianos y grandes a hacer contactos comerciales puntuales, a entender las reglas de origen y certificaciones de calidad que les exigen los acuerdos comerciales y a desarrollar canales como el comercio electrónico que le sirve a Pymes y grandes empresas por igual. El reto de aprovechar adecuadamente los TLC es inmenso y requiere de un esfuerzo mancomunado del sector privado y el sector público si queremos lograr el desarrollo exportador que el país tan desesperadamente necesita en los próximos tres años. Definiciones como el reciente CONPES que reglamenta los estímulos tributarios para inversiones en ciencia, tecnología e innovación que van a promover la innovación y los emprendimientos de alto potencial, son claves para acelerar el crecimiento de la productividad que debe ser el eje de la competitividad de para los empresarios largo plazo y por ende de la integración en los mercados globales. Es una importante ventaja para los empresarios disponer de los acuerdos comerciales vigentes, pero hay que acelerar las demás transformaciones internas para que se obtengan los resultados esperados y que el país necesita. Las exportaciones deben ser de nuevo el centro de la política económica y los exportadores nuestros héroes en la difícil jornada que deberemos enfrentar.
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