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●● Alidio Salazar, ganadero de El Carmen..................... Pág

Cuidar el balance forrajero

Una mirada puesta en cuidar el balance forrajero es la que debe tener el productor ganadero, o sea, es la previsión del requerimiento alimenticio que se va a tener en el año para una masa de animales determinada. No obstante, este año probablemente se van a superar las previsiones de muchos, debido a lo que se avizora como un año complicado, no sólo por la continuidad de la megasequía sino por la gran cantidad de forraje que se comenzó a comercializar durante el invierno para el ganado del norte.

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Ante un escenario que se ve complicado, el llamado es a ser precavido y a maximizar la eficiencia. Luis Inostroza, investigador y especialista en praderas de INIA Quilamapu, comentó que es previsible que haya una baja en la disponibilidad de recursos forrajeros para alimentación animal. En nuestros ambientes, casi el 70% al 80% de la producción de forraje se produce en primavera, por lo que hay que ser muy eficientes en el corte y conservación. Hay praderas que en el último corte, el agricultor las dejaba que florecieran no más y que los animales la colectaran, pero ahora esas praderas que no se alcanzaron a consumir, hay que conservarlas, estratégicamente se sabe que va a faltar forraje.

“Por eso hay que ser muy eficiente y eficaz con los recursos que se tienen. Hoy día los agricultores de esta zona manejan sus praderas en pastoreo continuo, y si se quiere ser más eficiente y aprovechar mejor el forraje hay que optar por hacer pastoreos rotativos, dividir el predio y aproterar y manejar los potreros en función del crecimiento de la pradera. Por eso, la recomendación es apotrerar y una vez que hecho esto, dar franjas diarias usando cercos, maximizando el uso del forraje y conservar lo que sea posible”.

Pensando en el próximo año, el especialista indicó que en la región hay muchas zonas donde es posible producir forraje, donde la fruticultura no es competitiva, como la precordillera. “En este tipo de suelos se puede pensar en praderas permanentes de trébol rosado y alfalfa, que son praderas con mayor productividad y además dan la posibilidad de conservar”, por lo que destacó que son una buena instancia para mitigar los efectos del cambio de clima en el futuro. Más aún, destacó que los ensayos realizados en la precordillera de Ñuble indican que forrajeras permanentes como la alfalfa, pasando por trébol y loteras, permiten producir forraje cuando las praderas estacionales que se cultivan en la zona no son capaces de producirlo, como el trebol subterráneo o la pradera natural. “Crecen en épocas que la otra pradera dejó

Luis Inostroza, INIA Quilamapu de crecer y además dan una mayor estabilidad durante el año”, por lo que destacó, son una buena carta a tener en consideración.

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