"...Porque, como dice Neruda, nos cansamos de nuestros
pies, y uñas, y pelo y sombra.
Por eso cambiamos piel por escamas y dedos por garras.
Dejamos crecer la cola y olvidamos de a poco aquello que nos
categoriza como humanos. Y una vez afilados los colmillos
esperamos con paciencia el momento para correr tan rápido como el chita.
No, incluso fuimos más allá, desafiando la física como el basilisco. Por eso
nos pusimos frenéticos.
Recibimos, escribimos, corregimos, editamos, ilustramos,
fotografiamos, diagramamos e imprimimos como en antaño. Así
como nos gusta..." Editorial 146, Demasiado Humanos.