Ex-libris 152: "La Risa"

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Ex-Libris cultura editada ISSN 1692-7516 / Edición 152 - La Risa / www.revistaexlibris.com



Escuela Editorial Revista Ex-Libris 2020/ Número 152 / ISSN 1692-7516 Contacto del grupo

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Ilustradora Portada:

Daniela Siabatto Jara

Este cuestionamiento parte desde el desequilibrio, de la casa como lo familiar y conocido, pasa por los desniveles del paisaje, hasta la malla como limite entre lo propio y lo extraño. Todo se apoya en el ciclo del sol naciente y poniente, donde lo que llega se vuelve parte del ser y, a su vez, da comienzo a un nuevo ciclo.

Ilustradora Página legal:

Carolina García Aponte - Viana


COMITÉ EDITORIAL Dirección General

Brigitte Gissel Jiménez Rojo Nicolás Andrés García Dorado - KHAOS

Codirección General

Ángela Tatiana Calderón Sánchez Nicolás Menéndez Rodríguez

Editor

Miguel Jaime Rodríguez Puerto

Dirección de Redacción Ivette Carolina Saab Rico

Codirección de Redacción Daniel Orlando Caballero Ubaque Bryan Steven Loaiza Camacho

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Nicolás Andrés García Dorado - KHAOS

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EQUIPO

EQUIPO CONTENIDOS DIGITALES Angie Carolina Rocha Herrera Juan Camilo Céspedes Walteros Juan Esteban Parra Amariles

EQUIPO ARTE Caroline Mosos Muñoz Jose Luis Bedoya Villa Laura Vanessa Gómez Herrera María Juliana Castillo Higuera Miguel Alejandro Acosta Hernández Nick Yei Castro Gómez

EQUIPO REDACCIÓN Ángela Juliette Chiquillo Velandia Camilo Andrés Espinosa Romero Daniel José Barrera Pérez Daniela Carvajal Arias Juan Sebastián Casas Ortiz Mónica Becerra Vargas Natalia Andrea Varela Gordillo Rossana Cuervo Botero Santiago Álvarez Julio Sara Lucía Vega Rayo Valentina Giraldo Sánchez

EX-LIBRIS


Editorial La Cuisine de la Exlibré Colaboradores Physis 1+5+2= ¿Y en dónde fue? La risa en la orilla Las calaveras no lloran, lo que nos espera no es tan grave Logos Toc Toc Toc Trazos y Rayes Cuando yo río pasan cosas El nacimiento de una sonrisa Historias con sabor a censura Fuera de Chiste Eros Río La entrevista La carcajosa ENTRADA/SALIDA Diagrama mal dibuado de un evento séptico en el transporte público La noche en que Rayo se murió Al Alimón Cómic

6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28 30 34 36 38 40 44 46 48 50 52 54

ÍN DI CE


LA CUISINE de la

EXLIBRÉ Autor: Cerbero Ilustrador: Michael Joell Martínez Tenjo


Ya otros te han llamado sifilítico lector y esperamos que no seas uno desocupado. Nosotros preferimos llamarte: ageúsico comensal. Toma asiento, se te viene un banquete encima y no será de amores, aunque también necesitarás la lengua para acariciar estas ideas. No hay entrada ni postre, solo te ofrecemos tres platos fuertes; te aseguramos que te serán de alimento y quedarás satisfecho. Pareceremos gordos con esta declaración y lo somos, porque nos enviciamos saboreando tonos de la risa. Ahora, con estas páginas adictivas, buscamos corromper todas tus certezas sobre los sabores, pues desde lo dulce hasta lo picante, todo estará junto en un mismo plato. No lo dudes, tu sentido del gusto jamás volverá a ser igual, tampoco lo es ahora el de nosotros. Hace cuatro años preparamos nuestro primer desayuno, ahí entendimos que no era tan fácil hacer mezclas perfectas, nos quedó uno que otro grumo porque nos fue imposible seguir la receta. Y como fue rico, pero poquito, ya era hora de hacer el almuerzo. Para entonces ya estábamos solos, nos tocó conseguir más ayudantes para la cocina y nos volvimos tan cercanos que terminamos comiendo del mismo plato. De repente, cada vez más gente se ponía el delantal, tanto que el KHAOS se apoderó de la cocina y nunca falto el saucier que, aunque creíamos que había llegado tarde, ya tenía lista la salsa de ajo. Solo nos quedaba preparar la cena y quisimos hacer de ella algo especial, por eso ya no cocinamos para nosotros, cocinamos para ti, ageúsico comensal. Este es el último festín que nosotros preparamos, llegó la hora de ceder el chapeau a los Sous Chefs. Con emoción, explosión y ñoñoción:

El perro chef del averno.


Comité editorial Ángela Tatiana Calderón Sánchez ................................ ancalderons@unal.edu.co Humana de pequeñas proporciones y grandes aspiraciones. El mono sabe… Bryan Steven Loaiza Camacho ................................ bsloaizac@unal.edu.co Un cuerpo que se (re)conoce en la hierba y en el viento; un hombre con forma de caleidoscopio; una mente que se rindió con tratar de ser, entonces resolvió simplemente estar… Cabellos crespos. Brigitte Gissel Jiménez Rojo ................................ bgjimenezr@gmail.com Cabeza de perezoso feliz con dos iguanos y una legión de pollos bajo su mandato. Christian David Acosta Silva ................................ christianacosta.silva@gmail.com Mi vida es una inagotable fuente de anécdotas por contar, risas por escuchar, sueños por cumplir. Apasionado por los contenidos digitales y los buenos momentos. Cabeza de lobo impuntual. Daniel Caballero Ubaque ................................ docaballerou@unal.edu.co Rinítico por obligación. Lector por pasión… En qué palo trepa. Ivette Carolina Saab Rico ................................ isaabr@unal.edu.co Más fabulosa que tú, permiso. (Y me caí) Cabeza de pug explosiva. Miguel Jaime Rodríguez Puerto ................................ mijrodriguezpu@unal.edu.co No, Miguel Jaime no suena a puerta-ventana. Me dicen referencias locas, soy un bardo de perola y me duele la rodilla. Cabeza de jaguar ñoña. Nicolás Andrés García Dorado - KHAOS ................................ niagarciado@gmail.com Constructo andante en eterna formación a través del diseño, la ilustración y la lectura. Entre más entiendo menos sé. Cabeza de pulga. Nicolás Menéndez Rodríguez ................................ nmenendezr@unal.edu.co Fotoilustrador con inspiración en sus ansiedades e inconformidades. Sofía Rodríguez Rodríguez ................................ sofiarr2398@gmail.com Me gusta pintar e ilustrar, me gusta darle sentido emocional a la imagen. También, amo los perritos. Carolina Garcia Aponte - Viana ................................ vcgarciaa@unal.edu.co ...no soy buena escribiendo, prefiero dibujar.

Redacción Ángela Juliette Chiquillo Velandia ................................ angelajchv@gmail.com Tomar juguito me da energía para bailar descontroladamente y vivir sumida en la indecisión. Camilo Andrés Espinosa Romero ................................ caespinosaro@unal.edu.co Traductor, gusta de saber y aprender sobre ciencias naturales, historia; arte y literatura. Daniel José Barrera Pérez ................................ djbarrerap@unal.edu.co Alma vieja con numerosos fracasos y conquistas discretas. Resiliente. Imaginante. Un amigo me dijo que poso con desidia frente a la vida y sí. Daniela Carvajal Arias ................................ dacarvajala@unal.edu.co Me duermo en los buses y, cuando leo, despierto. Juan Sebastián Casas Ortiz ................................ jusecaor@gmail.com Docente. Estudiante por siempre. Lector. Dizque escritor. Procrastinador. Manchas eterno, te amo. Mónica Becerra Vargas ................................ mobecerrava@unal.edu.co Un ser introvertido que disfruta de leer.

Arte Caroline Mosos Muñoz ................................ mososcaroline@gmail.com Me atraen almas sensibles e imaginativas. Lo misterioso, desconocido. Los poetas, músicos y soñadores. Jose Luis Bedoya Villa ................................ jobylandia@gmail.com Me encanta el arte y la cultura, me encanta explorarlos y preservarlos. Esa pasión me trajo aquí. Laura Vanessa Gómez Herrera ................................ lavgomezhe@unal.edu.co Usa «usted» pero no está brava. Habla con todo animalito que se cruza en su camino. María Juliana Castillo Higuera ................................ majucastilloh@gmail.com Un diálogo entre el tiempo y el espacio. Un barquito de papel en mitad del mar. Ilustradora.

Natalia Andrea Varela Gordillo ................................ na.varela01@gmail.com Cada día trae su afán, dice mi abuelita. Natalia Varela. Una mogolla en fuga.

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Santiago Álvarez Julio ................................ alvarezpanpatar@gmail.com El afán cansa el alma, dijo la abuela. Cualquier relación con mi impuntualidad es mera coincidencia.

Contenidos digitales

Sara Lucía Vega Rayo ................................ svegar@unal.edu.co Soy estudiante de filología en idiomas en la lengua alemana. Me gusta leer y escribir cuentos, disfruto mucho de la música de bandas bogotanas y me encanta asistir a eventos culturales, preferiblemente gratuitos. Valentina Giraldo Sánchez ................................ vgiraldosn@gmail.com Parada en medio de la vida. Con un corazón fotosensible y sonoro.

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Colaboradores Redacción Adán Díaz Cárcamo ................................ carcamoterrone@gmail.com Me gusta la lingüística, los idiomas y la literatura. Todo lo que tenga que ver con el lenguaje.

Andrés Felipe Carrero Rincón ................................ ffelipecarrero@gmail.com Es un diseñador gráfico egresado de la Universidad Nacional y fotógrafo en formación. Sus intereses fotográficos abordan el paisaje, la arquitectura y la ruina.

Carlos Enrique Sierra Mejía ................................ carlossierramejia@gmail.com Carlos Sierra Mejía lee, es narrador oral, licenciado, maestro en escritura creativa y ha publicado.

Andrés Felipe Rueda Téllez ................................ rueda.andresfelipe@gmail.com Algún día arquitecto y artista. Demasiado sincero con los demás, mentiroso conmigo mismo.

David Alexander Cruz Calderón ................................ dacruzc@unal.edu.co Solo escribo lo que de otro modo tendría que ser olvidado.

Aura Milena Gaitán Dunand - Aura de Papel ................................ auradepapel@gmail.com Nacida, criada y actualmente viviendo en Bogotá, Colombia. Soy diseñadora gráfica e ilustradora. Encuentro inspiración en explorar este mundo tan inmenso en el que vivimos lleno de historias y posibilidades. Creo firmemente que compartir es la clave para aprender, conectar con otros y crecer.

Gina Sánchez Medina ................................ gina.1092@hotmail.com Gemela y amateur de todo. Jorge Alejandro Llanos Rojas ................................ jorgialejandro@hotmail.com Híbrido de Pastor López y Mayhem. Botas, jean, camisa negra, vástago de un capitalismo en decadencia. Mateo Daza Daza ................................ matiedazd@gmail.com Artista plástico, a veces escribo. O al revés. Miguel Castillo Fuentes ................................ promotormcastillo@gmail.com Licenciado en español y literatura de la UIS. Estudiante de maestría en Escrituras Creativas UNAL. Omar Camilo Moreno Caro ................................ camil69@hotmail.es Un animalito de la jungla de cemento. Paola Victoria Pita Gaona ................................ pita.paola@gmail.com En la vida hay seres híbridos. Me considero uno de aquellos seres con mirada y hacer artístico. Víctor Alfonso Figueredo Londoño ...................... artdirector.victorfigueredo@gmail.com Clown profesional colombiano amante del buen reír.

Colaboradores Arte Anderson José Monguí Porras ................................ anders-1986@hotmail.com Soy amante de la bici, aunque no más que de la ilustración, ambas son formas de liberar y expresar pensamientos. @pilotoalucinado Andrea Carolina Gaitán Guzmán ................................ adr.gaitan@gmail.com Soy Profesional en Estudios Literarios. Me encantan las historias, durante mucho tiempo me he dedicado a leerlas, estudiarlas y editarlas, ahora también me gusta dibujarlas.

Cindy Katherine Monroy González ................................ cindykmg@gmail.com Soy diseñadora gráfica e ilustradora nacida en la ciudad de Bogotá, Colombia. Me encanta desarrollar ilustraciones con un enfoque narrativo e infantil. Me gusta obtener inspiración de los pequeños detalles que se perciben en la naturaleza para lograr transmitir perspectivas distintas en cada una de mis piezas. Daniela Amaya Chauvez ................................ danielaa204@hotmail.com Me enamoré de la danza desde muy pequeña y tengo la fortuna de estudiarla por pasión a diario. Me apasiona poder colaborar registrando desde mi lente la magia de la danza. Daniela Siabatto Jara ................................ danielasiabatoarq@hotmail.com Arquitecta con ínfulas de artista; creyente del arte como medio para la autoexploración y la apertura de espacios individuales y colectivos de diálogo entre lo estético, lo afectivo y lo sensorial. Amante de la deriva urbana, la música, la filosofía y otros placeres insignificantes. Erwin Andrés Camacho Cruz ................................ erwin.87659@gmail.com Desarrollo distintos tipos de personajes basados en la naturaleza y en mundos fantásticos. Trabajo como diseñador gráfico e ilustrador independiente, donde diseño y desarrollo contenidos digitales. Gabriela Ducuara Moreno ................................ gabriela09.dm@gmail.com Estudié cine y televisión en la Uniagustiniana, durante la carrera me fui enfocando poco a poco en el campo de la fotografía y siempre me gustaba estar dentro del departamento de cámara. Germán Camilo Blanco - MuN ................................ mugenblanco@hotmail.com Si no dibujo, entonces no sé qué más hacer.

Jeisson Gustavo Malagón Moreno ................................ jgmalagonm@gmail.com Ilustrador bogotano apasionado por el área editorial, por la música, las causas sociales y las distopías. Juliana Ocampo Saldarriaga ................................ julianaocamposalda@gmail.com Mi obra se inspira en una relación con el mundo natural; de observar las texturas, tonalidades y formas que lo componen. Juan Sebastián González Pérez ................................ juan12412@hotmail.com La diferencia entre Mariah y Jesucristo es que Mariah tiene mejor cabello. Karen Andrea Montoya Medina ................................ mandarina.ilus@gmail.com Me gusta escuchar historias, imaginar lugares, capturar rostros, soñar que soy una heroína o que lloro tanto que me convierto en océano. Laura Alexandra Duarte Bustos ................................ duarteblaura@gmail.com Proyectando sonrisas, voy tan loca como cuerda. Laura Daniela Ardila Hernández ................................ dandila19@gmail.com Nacida en Veléz, Santander. 26 años. Profesional en diseño gráfico de la Fundación Universitaria del Área Andina e ilustradora freelance. Trabaja técnicas análogas y digitales, le gusta expresar sensaciones y experiencias interiores y exteriorizarlas en imágenes y dibujos. Michael Joell Martínez Tenjo ............................... queratoconceptdesign@gmail.com Soy una persona apasionada y ambiciosa en lo que hace, que apunta siempre a obtener resultados de alto nivel. Creativo, autodidacta y observador inquieto con un buen desempeño en el ámbito de la comunicación visual. Me interesa enfocar mi etapa de posgrado al diseño conceptual y prospectivo. Michael Libardo Millán Aldana - Sweet Sylence ................................ sweetsylenc3@gmail.com Por el momento estoy preparando un cómic y un fanzine en riso, aparte de practicar con un marco de serigrafía sacando stickers y parches. Valentina Huertas Veloza ................................ vhuertasv@unal.edu.co Perdida.


Sabrosa, de las que están llenitas de sabor y se gozan. Ilustradora: Sofía Rodríguez Rodríguez


P H Y S I S


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KHAOS

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¿Y EN DÓNDE

Caminando frente al humedal de Santa María del Lago, a un par de cuadras de la 80 con Av. Boyacá, estaba ella con su mirada triste -algo perdida-, con un collar rojo en su cuello y con signos de enfermedad. Sus costillas se veían de forma drástica y no quería recibir ni un pan fresco para calmar el hambre ni una gota de agua para ganar algo de energía. Lo que no sabíamos en el momento era que su mirada escondía un malestar más grande: el moquillo y la parvovirosis ya estaban haciendo de las suyas. Al tomarla en mis brazos no sabía en qué se convertiría desde ese día: el blanco y negro del hocico de Chez me recuerda lo duro que inició su vida, pero me afirma las felicidades que nunca faltarán.

Autor: Equipo Ex-Libris Ilustrador: Erwin Andrés Camacho Cruz

Cabeza feliz de perezoso

FUE?

19 con Caracas, 11:30 pm. Dos pares de robustas piernas, cubiertas de vello negro y grueso, decoraban el andén. Hacia arriba, unas pequeñas faldas ajustadas de colores brillantes ondulaban frenéticamente al compás de la contracción del abdomen y del pecho completamente planos y desnudos. Luego me fijé en las cabelleras largas y amarillentas que caían como cascadas por la piel de sus espaldas, ellas también se balanceaban con el viento que arrastraba ese sonido de regocijo que desentonaba con el espacio. Fue inevitable para mí, me contagió y ese fue el gesto más agridulce que ha curvado mis labios en toda mi vida.

Culpable. Increíble. No podía ocultar mi sonrisa; nunca había escuchado algo tan cruel e hilarante, pero, sobre todo, lo que sentía era la culpabilidad del cómplice. ¡Qué nochecita! Qué mierda puede llegar a volverse la vida en una noche y todos la vivimos, todos fuimos cómplices de matar un canguro, de visitar la tumba de Dios por dos caminos blancos, de Aldo y de John Thomas. En la Perola (en ese lugar que se volvió mi casa) me hice cómplice de un loco que me llevó a contar historias.

Referencias locas


El primer viaje, como el primer amor, no se olvida nunca. Recomiendo emprenderlo en casa con la persona adecuada antes de dormir. Pueden usar, bien sea papel de liar, bien sea la manzana del desayuno. Ni se te ocurra ingerirlo; hazlo a la cuarta o quinta. Llegará el momento en que encontrarás los rincones donde tu mente se acaba y comienza tu cuerpo. Sentirás que te encoges y que la superficie de tu cama se extiende hasta los confines de un desierto de sábanas. La caída de un esfero es el sonido de un ladrón que esculca tus cosas. Qué visaje de viaje. Por último, te desdoblarás en risa pura, víctima del cosquilleo frenético de mil manos invisibles sobre tu panza.

Siento cómo todo da vueltas y mi cuerpo lentamente se resbala a pesar de la barra de seguridad. No dejo de pensar en cómo diablos me dejaron entrar si soy bastante flacucho y, además, seguro no cumplo con el estándar de altura. Mi tía me mira aterrada mientras nos detenemos boca abajo y, por alguna razón, no deja de pisarme con fuerza, tal vez notó que me estoy yendo y piensa que así puede sostenerme, pero me duele el pie, quiero llorar, quiero gritar y no puedo porque me da más miedo que se me caiga el aparato dental. Al final obvio sobreviví. Tenía 10 años la primera vez que fui al Salitre Mágico y me subí al Apocalipsis.

Ruedita

El Chango Antártico

Se sentía el calor familiar, las luces titilaban mientras todos en mesa redonda recitaban palabras y respondían a coro y, ahí estaba yo, perdido entre pensamientos mientras continuaban con su actividad. En un momento sentí que me tocaban el hombro y me rotaban un librito, me tocó leer la oración de la virgen. Al finalizar los miré a todos mientras ellos me miraban atentamente, tomé aire y dije...«Lo siento, no me sé lo que toca decir...» mis tíos me miraron asombrados, mi papá me mató con la mirada y a mí me tocó empezar a creer en la virgen y a pedirle el milagrito para que me frenara el ataque de risa que quería salir de mis entrañas.

Toska

Primero fue un cosquilleo y después se transformó en un dolor incontrolable que se expandió por todo mi abdomen. Me pesaba la mandíbula y las mejillas se me contraían. ¿Por qué no podía detener aquella sensación? Esa era la pregunta que rondaba en mi mente el día que estuve a punto de morir ahogada en las aguas de Playa Grande. Dicen que los deportes extremos ofrecidos a los turistas en las playas de las ciudades costeras no tienen nada de extremo, ese día no fue así para mí. Un mal movimiento en aquella lancha y pasaría la noche con los peces, solo tenía que sujetarme bien. Ajá, no lo hice. Tan ridículo que fue inevitable burlarme de la situación. Estuve al borde de la muerte y no podía ser más divertido.

Me encuentro sentado en la desierta plazoleta de comidas. A pesar de ser mediodía está increíblemente sola. Los únicos sonidos que me acompañan son el paso de las hojas del libro que ya debería haber terminado y la risa sigilosa que se escapa de mi rostro serio sin previo anuncio que me llena y me emociona. Drásticamente me interrumpe un amigo con su acompañante, a quienes llevaba esperando horas, y así, sacándome de mi trance, me levanto y me presento: Hola, soy Daniel, mucho gusto. Sin saberlo estoy conociendo a este momento condensado en una persona.

Pops

Silencio interior


La risa en la orilla Autora: Gina Sánchez Medina Ilustrador: Nicolás Andrés García Dorado - KHAOS

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De hablar de la risa se ha encargado el arte, de deformarla hasta el punto del grito, de hacerla un objeto tan enigmático que no alcanzarían cientos de años para descifrarla. Ríos de tinta han corrido sobre el tema, incontables libros escritos sobre sus potencialidades estéticas, emocionales y hasta políticas. Cada época y cada sociedad la han descrito como la han experimentado. La risa, el humor, la alegría son el revés de cada experiencia, una forma inagotable de mirar. En el caso de la literatura, muchas obras ejemplifican esta orientación y son todavía muchas «Ríos de tinta las que nos siguen contando de manehan corrido sobre ra honda sobre las dimensiones de la el tema, incontables risa y el humor.

libros escritos sobre sus potencialidades estéticas, emocionales y hasta políticas.»

El cubano Reinaldo Arenas siempre será un gran ejemplo para ilustrar el poder de la risa y lo que la risa tiene para decir sobre nuestras sociedades latinoamericanas. El mundo alucinante (1966) es una novela escrita por Arenas, un relato que narra las aventuras y vicisitudes de fray Servando

Teresa de Mier, fraile mexicano del siglo XVIII quien, producto de su posición disidente frente a la iglesia, fue perseguido por esta. La novela enuncia una poética sobre el tiempo, la historia, la literatura, el sujeto, la realidad, la sexualidad y la política. La experiencia de lectura de esta novela podría compararse con un descenso vertiginoso a un mundo carente de certezas, un territorio a la vez excesivo e hiperbólico. Arenas ha desacralizado a través de la risa los estamentos e instituciones más tradicionales; se ríe ruidosamente de una dignidad que no existe entre sus personajes y de una novela que pide no ser tomada con seriedad. La retórica del humor y la risa funcionan en esta novela como un discurso desde los márgenes; en esa medida, ofrece una concepción de mundo, un sistema de valores y una estructura social e ideológica totalmente diferente a los discursos dominantes. El humor entonces tiene un potencial político; a través de la parodia, la sátira y la risa, se desvirtúan y se dislocan el lugar y la función de lo político.


Autor: Omar Camilo Moreno Caro Ilustradora: Karen Andrea Montoya Medina

LAS

CALAVERAS

NO LLORAN,

LO QUE NOS ESPERA

NO ES TAN GRAVE —Reírse es vengarse de la muerte. Quisiera tomar esta idea de La enfermedad, el sufrimiento y la muerte entran en un bar de Ricardo Araújo1 y ponerle un poco de picante, de filosofía.

1.Araújo, R. (2018). La enfermedad, el sufrimiento y la muerte entran en un bar. Bogotá, Colombia: FCE.

—Pero espere, ¿quién es usted? —No me lo había preguntado. No sé. Pero, si lo que quiere saber es cómo conseguí el libro que quiero plagiar más adelante, me lo regaló un amigo. —Nadie regala libros en esta época. ¡Se lo robó! Además, usted es pobre en un país miserable y lleno de malparidos; esos préstamos suelen ser costosos. Si fuera verdad, le hubieran pasado un PDF o al menos el link para descargarlo. No mienta. —Pues sí, digamos que es un gota a gota. Me va a salir caro. En concreto, a mi amigo le había terminado su novia; entonces, en medio de la tusa, le pareció atractivo el título. Lo que él no sabía es que era un chiste. —¿Un chiste? —Claro, marica, ¡cómo hijueputas un libro sobre la risa y el humor va a tener un título tan horrible! Bueno, yo me pasé al gremio de los entusados y mi parcero me entregó el libro lleno de garabatos y tachones. Malparido. Sabía que se lo iba a robar y se quería vengar por anticipado. En ese momento, la verdad, yo no estaba sufriendo tanto, pero tampoco estaba cagado de la risa. —¿Y ahora? —Paila… En lo personal, algún día quiero escribir con tanta tranquilidad como ese man. Es bacano, recomendadísimo ese libro.


»Pero bueno, yo vine a hablar de filosofía, de la muerte o de lo mismo. Puedo atestiguar que la relación entre la risa y la filosofía es algo extraña. Pocas veces se habla de la risa en los lugares en los que se filosofa profesionalmente; más bien, los problemas suelen ser mucho más aburridos. Por ejemplo, no es chistoso hablar del ser para la muerte; tampoco comentar la tesis sobre los juegos del lenguaje es tan divertido como jugar. La posición de un estudiante de filosofía (asumiendo que todos los que se dedican a esto nunca dejan de ser estudiantes) es muy similar a la de aquellos que van a una fiesta a ver cómo bailan los demás y se preguntan: «¿Cómo le hacen?». —¿Y cómo le hace la gente para reírse… y más en esta época tan deprimente? —En momentos como estos solo queda reír. Llorar sería injusto; sería como cagarse encima. Estoy seguro de que hay gente dispuesta; de hecho, abunda, y a veces el autobullying es una pasión. Hay quienes lloran o se quejan a toda hora y por todo. Sin embargo, luego de mucho preguntar, uno se da cuenta de que no es una cuestión de inmadurez o de masoquismo, sino de una genuina actitud frente a la muerte. Las actitudes tampoco cambian fácil. Pueden seguir llorando; no le hacen mal a nadie y, a veces, se hacen un bien a sí mismos. »Otra actitud es la risa. Claro, es muy estúpida. Nadie se ríe en su funeral, a menos que el muerto fuera muy chistoso. En ese caso, reírse puede ser un homenaje a los chistes que ya no va a contar. Nadie se ríe cuando se cae, ni después de algo terrible. Nos reímos después de mucho tiempo, si lo logramos. La risa no es un analgésico, es un monumento a nuestra vida. Esto alude a algo mucho más profundo. Araújo, en su libro, nos habla de múltiples formas de hacer reír y propone su propia poética de la risa. Mientras la expone, suele repetir algo de mucho valor: la risa establece órdenes nuevos en los que lo habitual aparece de forma diferente. Y claro, cuando alguien ve un meme chistoso, ve algo de otra forma. Por ejemplo:

»Lo importante es que incluso nos podemos reír de eso y de cualquier cosa. El cómico se encarga de que esto sea posible; su trabajo es desarrollar estos órdenes de modo que hagan despertar el reflejo de la risa. Este reflejo no depende de nosotros; es más, algunas veces va en contra de nuestra voluntad. Esta es la extraña objetividad de la risa: el nuevo orden que surge en medio de un chiste nos obliga, nos fuerza a reconocerlo y a reaccionar más allá de lo que quisiéramos, como las cosquillas. —¿Y esto qué tiene que ver con la muerte? —¡Pues todo! Ser consientes de la muerte es el recuerdo de que todo lo que hagamos puede ser para nada. A la larga, una extinción dejaría tanto glamour, capitalismo, revolución y dignidad al mismo nivel de un pajazo microscópico. Nuestra propia vida es insignificante a los ojos de muchas cosas. Sin embargo, nos atrevemos a crear órdenes y mundos. Es decir, hacemos como que la vida tiene sentido y nos reímos de eso. La muerte es una ofensa porque revela que todo orden es limitado y, a la larga, insignificante. Nosotros nos desquitamos haciendo un pequeño mundo en el que nos burlamos de nosotros mismos y de nuestra muerte. Ante esto, ella solo puede quedarse callada con una mirada ofendida. El mejor ejemplo es un epitafio: «Eso es todo, amigos»2.

2. Epitafio de Mel Blanc, actor que le daba voz al personaje de Porky, el famoso dibujo animado


Como un pollo en salsa de mango ¿dulce o ácida? Fotógrafo: Nick Yei Castro Gómez


LOGOS


E X- L IB R I S L O G O S

Todos los profesionales de la risa la exploran de distintas maneras; en cada una, sus tonos varían según la visión desde la que tienen lugar, la construcción que implica y la ejecución que logran. A pesar de las diferencias, ellos coinciden en que su trabajo no es solo hacer reír, sino que conlleva algo más profundo, ¿lo dudan? Déjennos presentarles a tres artistas escénicos que hacen exactamente eso; así, podrán descubrirlo. Bienvenidos a una pequeña muestra de este vasto mundo de humor.

Detrás de cada carcajada, de cada chiste, de cada broma, se esconde una razón de ser. Nos reímos con el payaso en nuestra fiesta de cumpleaños, pero ¿qué sucede si él llega a la habitación de un hospital? Lucimos una sonrisita socarrona cuando vemos a dos borrachos hacer estupideces, pero ¿qué pasa si por sus pendejadas se destruye una vida? Nos burlamos a las espaldas del mandamás, pero ¿cómo lo haríamos de frente?

Toc Toc Toc

Autor: El mono sabe en qué palo trepa Ilustrador: Germán Camilo Blanco - MuN

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Se alista el payaso. El público espera paciente. Él entra a la sala, empieza la función y por fin muestra al hombre que porta la nariz roja: Víctor Figueredo. Fue entrenado por dos clowns del Cirque du Soleil y ahora realiza Clown hospitalario. Mr. Vic utiliza la risa como medicina: aparte de dar felicidad al alma, lo hace al cuerpo, pues aumenta y estimula los niveles de endorfina y serotonina, lo que permite el fortalecimiento del sistema inmunológico. Al pisar desde la sala de urgencias de un hospital hasta teatros reconocidos, aprendió que puede convertir cualquier lugar en un escenario ideal. Lo que le ha permitido abrir tantas puertas es su gran nariz roja; este símbolo universal logra transformar la relación con el espacio y las personas, no importa las condiciones impuestas socialmente, esta herramienta le permite al payaso alterarlas; portarla elimina la escala social y frente a la nariz todos somos iguales. Así, el payaso se convierte en un sujeto político, capaz de romper las reglas establecidas, de alterar la normalidad y de ser transgresor.

-Luis Aguilé

Y a un viejo cirujano llamaron con urgencia y con su vieja ciencia pronto lo remendó pero dijo a los otros muñecos internados todo esto será en vano, le falta el corazón. No son inocentes, lo saben y no lo pueden ocultar. ¿Quieren pruebas? El pequeño gesto que se escapa involuntariamente de su boca y el sonido grotesco a sus propios oídos son las más grandes evidencias de que son culpables del asesinato, de la violación, de cada hecho del que se ríen. Exactamente eso es lo que sienten en una función de Henry Morales, un narrador oral escénico desde hace más de 25 años que, a través del humor, logra hablar de lo crudo y lo monstruoso. Ustedes son conscientes de lo que se ríen y eso es lo que les duele: reírse de lo horrible de la vida. No pueden evitar soltar de su boca aquel sonido que suena a complicidad. Esto es lo que quiere Henry. Él concibe el humor como una herramienta que le permite contar las historias más cruentas y que su público las digiera. Él plantea un escenario oscuro que desobedece los ambientes comunes y obliga al espectador a enfrentarse a situaciones que la sociedad sabe que suceden, pero no se atreve a hablar de ellas. La risa es la fuente de nuestras más oscuras y descarnadas verdades.

-Henri Bergson

La risa, algo humillante siempre para quien la motiva, es verdaderamente una especie de broma social pesada.

Henry Morales

En el aire se escuchan los ritmos de carnaval, la tambora es el plato del día: hoy comerán yuca-con-papa. Caras pintadas cantan y bailan; con risas y aplausos se arma la fiesta. Se mofan del arriero, del limosnero y del Rey. Te presentamos a Sergio Triviño, antropólogo y director de este grupo de bufones o como se hacen llamar: Cuadrilla Murguera Bogotana. Si creen que ellos son sirvientes sometidos, están equivocados, son privilegiados: pueden decir lo que nadie más tiene permitido. Sus vestuarios, maquillajes, ritmos, letras y música se fusionan al humor para lograr la sátira de situaciones típicas colombianas. Su trabajo se basa en la imagen histórica del carnaval y sus bufones. Sergio entiende esta imagen como aquel evento político donde todo se transgrede, se rompe con el esquema social y lo sagrado se degrada. No hay nada a lo que se guarde respeto, todo debe ser criticado y burlado. Artistas y público juntan sus voces, nos igualamos al Rey y es correcto. Somos los privilegiados.

-Mijaíl Bajtín

Es imposible escapar, porque el carnaval no tiene ninguna frontera espacial.

Sergio Triviño

Toc Toc Toc

Mr. Vic

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En estos tres escenarios, distintos entre sí, la risa tiene variados fines, diferentes tonos y múltiples funciones. Los profesionales que les acabamos de presentar llevan a cabo propuestas artísticas que, a primera vista, parecen no tener nada en común; sin embargo, hay puntos en los que convergen. El artista se reconoce como un sujeto político que es capaz de utilizar el humor como motor de reflexión, este reconocimiento le permite entender la risa como una herramienta que infringe normas. He aquí su naturaleza: es transgresora. Estos artistas demuestran que el humor puede ser más que entretenimiento vacío. Esta es la cara seria del humor.

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TRAZOS Y RAYES

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Autor: Bryan Steven Loaiza Camacho Fotógrafa: Daniela Amaya Chauvez

¿Qué cosa es la risa? Podemos tratar de definirla como si nos refiriéramos a un asunto simple, decir que se trata de un instinto, una respuesta corporal ante un estímulo externo, un gesto involuntario y espontáneo. Pero también es multiforme; cuando nos colocamos en la tarea de preguntarnos de dónde y para qué llega, nos hallamos ante una realidad personal e interior. El motivo lo es todo. Nos reímos en sociedad, pero el porqué solo lo conocemos en soledad (no importa el cómo). No tiene que obedecer al orden de lo correcto ni de lo cómodo, sino al bienestar que nos puede brindar la transgresión. Ni siquiera obedece a la percepción popular sobre la risa. Los ilustradores cuyas apreciaciones recogemos en esta pieza no se reconocen como el alma de las fiestas, sino como los introvertidos que observan en silencio desde su rincón el proceder del mundo y reflexionan sobre él. Ese es el origen del humor en su trabajo. Porque no solo reímos cuando estallamos en carcajadas, sino que también lo hacemos para nuestros adentros, sin nadie que nos escuche más que nuestra propia mente. Es aquí donde estos creadores juegan con sus herramientas, aprovechando ese don repartido entre todos los hombres y, por medio del retrato de lo ridículo y lo absurdo de la realidad, abriéndose paso entre lo caótico y lo dramático de la vida.


¿Cuál es la sensación que buscas generar en el público con las imágenes tan impactantes que tiene tu obra? SakoAsko (@sakoasko): Creo que trabajo con temas sensibles —por ejemplo, el sufrimiento— y la risa ya que para mí tienen un carácter sanador que disipa el drama de más que implican estos temas. Es mi interés rescatar la risa en situaciones adversas, contrastarlas con el humor, poder reír de nuestra propia enfermedad, sanar. La risa conduce a un estado de sensatez. Los medios para compartir nuestras opiniones han sufrido grandes transformaciones, sobre todo en esta era digital. Las redes sociales han sido uno de los espacios más importantes en la generación de nuevas posibilidades para la expresión, pero también han ocasionado algunas restricciones. En esa medida, quisiéramos que nos contaras qué papel han desempeñado las redes sociales en la expresión de tu postura crítica por medio del humor gráfico. X-tian (@uncaricaturista): Soy un millenial de pura cepa. Mis primeras caricaturas las empecé a publicar en Facebook y, gracias a las redes sociales, me di a conocer y finalmente terminé trabajando en periódicos nacionales. Soy un nativo digital. Desde que inicié con mi oficio Leo (@leo_caricaturista): Tengo un poco de aversión a esas pude obtener retroalimentación aseveraciones de que la realidad o la información debe ser entretenida «Los introvertidos inmediata de quiénes veían para tratar de entenderla o asimilarla. Creo que la gente debería que observan en mi trabajo. No tuve que sufrir esforzarse por tratar de entender cómo se estructura el Estado, silencio desde su por tiempos de cierre e incluso sus instituciones, qué hace el Congreso, cómo opera, cómo es un trámite de ley, o incluso la forma en que opera la justicia, ya que a rincón el proceder del muchas caricaturas las logro veces se cae en análisis simplistas y facilistas producto del profundo mundo y reflexionan construir a partir de mi interacción con mi público. desconocimiento de esas formas de operar, de la Constitución y de sobre él.» La anarquía del internet me las leyes. Incluso en los mismos medios de comunicación se llega permite publicar opiniones sin tener que rendirle a abordar la información desde ese desconocimiento y es increíble ver o cuentas a nadie y explorar nuevos formatos en escuchar programas periodísticos sin esos mínimos conocimientos. diferentes plataformas. Creo que lo que hace efectivo y entretenido a esos mecanismos es que es Gozo de mucha libertad de creación, y aunun contenido que ya viene analizado. En el caso de la caricatura política, es que terminé trabajando para medios, los medios una interpretación de esa realidad transgredida por la visión del caricaturista, para los que trabajo no han llegado nunca a y permite mostrar esa realidad compleja de una forma simplificada y directa. censurarme. En cuanto al humor gráfico también hago una distinción: No hago humor. Sin embargo, la era digital también nos Hay un arma de doble filo en ese concepto. Cuando se busca hacer humor, se arroja un reto a los caricaturistas: Con la llegada corre el riesgo de caer en una extrema simplificación y ridiculización de los de los memes, el humor político se democratizó y hechos que se abordan en la búsqueda del chiste. Creo en el humor como mese podría decir que ya cualquiera puede generar dio y no como fin, como una herramienta donde se puede satirizar, deformar chistes sobre la realidad política nacional. Para y jugar con los contextos para subvertir la normalidad de esas situaciones que no desaparecer como oficio, lo que debemos se presentan, no para generar risa, sino para representarlas sin la parafernahacer es apuntarle a la calidad de nuestro lia propia del ámbito político e informativo. Es una estrategia de desmontaje trabajo, que nuestros trazos y personificaciones de esa realidad que permite observar el mecanismo, su interior. sean impecables dentro de nuestro estilo, pero más allá de eso, que nuestra sátira no sea solo El humor debe servir como una herramienta que permita observar el poder el chiste fácil, sino que haya un análisis, una en todas sus manifestaciones, como una herramienta de contrapoder conopinión basada en contrastar fuentes, denuncias testataria que nos permita ridiculizar al poder mismo, a sus representantes, y críticas responsables, que invite, no solo a la cuestionarlos e interrogar, comprender y desmontar esa realidad normalizada crítica, sino también a la reflexión. que nos abruma.

Uno de los mecanismos más utilizados para asimilar la información es presentarla de manera entretenida al público. En vista de la complejidad del panorama político actual, quisiéramos entender: ¿Cuál consideras que es el papel que debe desempeñar el humor gráfico en este contexto?


Cuando yo río pasan cosas

Autor: Miguel Castillo Fuentes Ilustrador: Nicolás Menéndez Rodríguez

Desde que tengo memoria sé reír. Sé que esta afirmación no es la gran cosa porque todos, aun sin recordarlo, sabemos hacerlo sin que alguien nos enseñara. Primero lloramos al nacer, y luego sonreímos al ver a nuestra madre. Un simple gesto o una caricia y nuestro rostro se contrae hasta darle fin al lamento. Ahí, creo yo, está el secreto de la vida, porque si nadie nos ha enseñado todavía ningún código del lenguaje, ¿cómo es posible entonces que un bebé puede comprender la monería de un adulto?

Desde que tengo memoria, no solo sé reír, sino que sé hacerlo ruidosamente. En la escuela y universidad conformaba el grupo de los que se hacían al fondo para bromear; eso me causó más de un problema con los profesores, pero también me ayudó a encontrar amigos. Así, oculto en las últimas sillas del salón, pasé mi vida escolar y universitaria conociendo a otras personas por medio de su risa. Podía haberlo hecho por otros medios, como el deporte y «Primero la carcajada y luego sí la violencia, pero no, preferí el método del el beso; primero la risa y luego sí la payaso. Me atrevo a decir que de esta forma intuición inevitable del amor.» también encontré algo igual de importante a la amistad: el amor. Y esto último lo digo porque lo que soy yo, encuentro el amor solo cuando conozco el sonido descuidado de la risa ajena. Primero la carcajada y luego sí el beso; primero la risa y luego sí la intuición inevitable del amor.


Podría imaginar el mundo sin risas. Este es un ejercicio mental terrible, porque lo que surge es una película de ciencia ficción cuya trama principal es la supresión de lo más bello del ser humano. Para que puedan comprender mejor el terror que siento al suponer esto, les voy a pedir que imaginen el mundo sin una sola risotada, sin un solo chiste, sin ninguna broma, sin humor alguno. Veámonos a nosotros mismos viviendo con nuestros padres, hijos, amigos y demás personas que amamos, todos nosotros viéndonos sin un solo gesto de felicidad en el rostro. Para hacer esto más fácil y cruel, borremos de nuestra memoria cada momento divertido que hayamos tenido. Así, de repente, vivir se hace imposible. Esto es lo que logra la risa: darnos una razón más para seguir intentándolo. Cuando yo río pasan cosas, como que la gente a mi lado se ría así no sepa muy bien por qué. «Es que tu risa es contagiosa», me dicen. Eso me gusta porque me permite imaginarme como una especie de virus que contagia algo que necesitamos con urgencia. Recuerdo que la madre de un amigo me ha dicho, en varias oportunidades, que mi risa le gusta tanto que quisiera tenerla de despertador o ringtone del teléfono. Otra amiga me ha dicho que mi risa debería ser asegurada, no sea que un día me pase

algo terrible y deje de hacerlo; esa misma amiga me grabó riendo una vez con su teléfono, y luego usó ese audio en un ejercicio de escritura con unos niños de El Salado. Al principio no supe qué decir. Estuve en silencio hasta que me dijo que les había encantado tanto que escribieron varios cuentos basándose en mi risa. Gracias a esto, y sin importar la distancia y lo azaroso que será el conocernos, puedo decir que tengo amigos en un sitio que desconozco ya que hemos reído juntos, y esto, considero yo, es suficiente para garantizar el nacimiento de la amistad. Reímos para ver mejor al mundo, para criticarlo y así tratar de transformarlo. Reímos no para dejar de pensar, sino todo lo contrario. Nos burlamos del mundo para pensarlo mejor. Es por esto que desconfío de las personas que no saben reír; algo temible debe haber detrás de los rostros que olvidaron la risa.

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EL

NACIMIENTO DE UNA SONRISA

Autor: Víctor Alfonso Figueredo Londoño Ilustradora: Valentina Huertas Veloza

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de ternura y felicidad, hospitales y médicos de todas Qué pasaría si en el momento de nuestro nacimiento en vez de partes del mundo empiezan a replicar este método, recibir una palmada para hacernos llorar, nos dieran una serie y ahora, el momento del parto se convierte en un de estímulos para hacernos reír ¿sería diferente nuestra vida? momento mágico y feliz. No solo por la naturalidad Tal vez sí, ya que nuestra forma de percibir el mundo cambiaría. de traer una nueva vida al mundo, sino porque esta Saldríamos del confortable y seguro vientre de mamá, a un nuevo pequeña vida llegaría llena de alegría y envuelta en y desconcertante lugar, pero con la seguridad de que será divertido. risas. Imaginémoslo por un momento, traten de estar en ese lugar un breve instante: una sala de parto, blanca y fría, sangre alrededor, tensión, Es así como una sola acción positiva podría camsudor en el rostro de la madre, caras monótonas en el personal mébiar la forma de percibir la vida de muchas personas. dico, un sonido repetitivo de máquinas evaluando signos vitales, bip, Esta pequeña utopía seria maravillosa de ver ¿no bip, bip, y solo una palabra constante: puje, puje, puje. En ese momencreen? aunque, de hecho, cientos de personas lo into un nuevo ser asoma su cabeza y se abre paso a un nuevo mundo; el tentan día a día, con pequeños vistazos doctor toma al bebé y todos están esperando que le den una palmada acompañada de un profun«No solo por la na- de altruismo, pero no ese altruismo do llanto. De pronto una ligera pluma se ve en turalidad de traer una adinerado que en ocasiones solo es apamano de este doctor y con mucho cuidado y suanueva vida al mundo, sino riencia, sino ese de cambiar el mundo con pequeñas acciones, con sonrisas, vidad le hace cosquillas al pequeño, esto desata una inesperada, sorpresiva y confortante risa. El porque esta pequeña vida con magia, con respeto e inclusión. llegaría llena de alegría y Consciente e inconscientemente, payasos lugar queda en un breve silencio y el tiempo parece detenido; traten de imaginar cómo envuelta en risas.» en los hospitales, artistas callejeros, malabaristas en semáforos, magos en sonaría la sonrisa de este bebé y vean la cara de teatros, maestros en colegios, locos limpiando playas, felicidad de la madre, la risa del doctor emocionado, el personal médiescritores dedicados y millones de personas que se co sorprendido y sonriendo. Toda la sala de partos con una sonrisa en atreven a hacer algo diferente con el firme propósito el rostro y un aire de felicidad que recorre el lugar. ¡Apuesto a que tu de transformar vidas y entornos, hacen esto realidad, rostro también está pintando una breve sonrisa en este momento! siempre con una sonrisa en el rostro. Pese a lo difícil del camino, estas personas día a día conciben, dan a Sigamos imaginando, el padre del niño se apresura a grabar con luz, ven crecer y multiplicar una sonrisa, su sonrisa, y su celular este instante, sorprendido y motivado por la risa encansolo esperan que esta no muera sin antes haber logratadora de su hijo decide compartir el video a través de las redes do mejorar una existencia. sociales. Este naturalmente se vuelve viral, es noticia y tendencia, un sinfín de personas en todo el mundo son invadidas de un sentimiento


Historias con sabor a

CENSURA

En una noche como hoy, todos estaban riendo. Todos estaban alegres. Un grupo de amigos se encontraba en un bar de la ciudad, disfrutando de uno de los mejores comediantes del momento. Especialistas en sacar sonrisas diarias llevando casos de la vida real a sus rutinas y generando tanta identificación en su público, que las sonrisas estaban prácticamente aseguradas. Usan el humor como una herramienta para llevar entretenimiento en cada instante que pueden. Pero no es la única perspectiva que tenemos de nuestros amigos humoristas. Hay muchos otros que protestan, critican y evalúan distintas aristas de una sociedad que tiene infinidad de problemas por resolver. Personajes que llegan a nuestras vidas, despiertan nuestras conciencias y todo, a través del humor. Unos lo hacen en la radio, otros tantos en la televisión, muchos aparecen en los medios impresos y, recientemente, distintos humoristas nos llegan desde plataformas digitales.

«Tres generaciones que vieron sus espacios favoritos apagarse por completo.»

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2015, un año oscuro para la sátira política La historia nos lleva a uno de los más grandes semanarios del mundo: Charlie Hebdo. Ubicado en el XI Distrito de París, goza de gran renombre dentro de su rama periodística. Creado en 1969, lleva más de medio siglo presentando reportajes, chistes y su reconocido humor gráfico. Básicamente esa es su bandera. Con altibajos en su historia, se había mantenido a flote, hasta ese momento. Transcurría una tranquila mañana en las oficinas del semanario. Recién iniciaba el año y apenas estaban cerrando su primera semana del 2015. Estaba

Autor: Christian David Acosta Silva Fotógrafo: Felipe Carrero

Cada día, encontramos, conocemos o descubrimos profesionales que nos ayudan a entender la realidad que vivimos y que logran, a partir de su humor, llevar sátira política al mundo. Pero la vida no es color de rosa (y ellos mismos lo aceptan). Muchos han dado sus vidas por tocar temas muy sensibles, molestar personajes inestables o contar verdades sencillamente incómodas. La risa y el humor se han intentado apagar en tantas ocasiones, que generaciones enteras han visto cómo casos de censura y el asesinato se han llevado sus espacios de humor, entretención y debate.

Entonces, como si la historia tendiera a repetirse, nuestros abuelos, nuestros padres y nosotros mismos vivimos momentos muy similares. Tres generaciones que vieron sus espacios favoritos apagarse por completo.

por finalizar la mañana del 7 de enero, cuando dos hombres con atuendos negros ingresaron a las instalaciones de la publicación disparando de manera indiscriminada contra todo personal que se encontraba en el momento. A Corinne Rey, dibujante de una de las secciones, la tomaron como rehén para facilitar el acceso a la oficina de redacción. Ella, tratando de evitar la tragedia que minutos después sucedería, los llevó al tercer piso del edificio (la sala de redacción está en el segundo piso). Ese intento no surtió efecto y, en menos de un cuarto de hora, ya se encontraban en la sala de redacción de Charlie Hebdo. Una vez dentro de las oficinas de redacción fueron directamente a la sala de reuniones y preguntaron por Charb, uno de los redactores en jefe del semanario. Una vez identificado, lo abatieron


rápidamente y, tan pronto habían logrado su primer objetivo, dispararon contra el resto de los periodistas y dibujantes. En su cometido, asesinaron a un total de ocho miembros del equipo de redacción, al escolta de Charb y a un invitado que, infortunadamente, había llegado temprano a su reunión. Las investigaciones posteriores revelaron que la razón que —posiblemente— motivó este atentado fue la sátira política que se divulgaba por medio de la publicación. Sus múltiples ediciones en las que criticaba abiertamente los grupos extremistas musulmanes ocasionaron la ira de estos al punto que intentaron exterminarlos en esa fatídica mañana del 2015. Nuestra generación tuvo que conocer en Charlie Hebdo el horror del terrorismo con fines de censura. Pero no fue el primer caso: nuestros abuelos también vivieron casos de persecución por la relación entre el humor y la crítica política llevada a casos muy exitosos. Por eso, ahora conozcamos El pereque, un programa radial que se emitió en los años cincuenta en la naciente radio colombiana.

El pereque: cuando la radio unió el humor y la política En la juventud de nuestros abuelos, no había internet y apenas llegaba la televisión. Una manera que tenían de acceder a algún tipo de entretenimiento o información era por medio de la radio. Familias enteras se reunían cada tarde o noche a compartir de la mano de distintos programas que tenían repercusión nacional en la década de los cincuenta. Cuando el reloj marcaba las seis en punto, toda la familia se sentaba alrededor de su inmenso aparato radiofónico y escuchaba El pereque, un programa que combinaba el humor, la política y la locución (cualquier parecido con La luciérnaga es pura coincidencia). Tan pronto iniciaba el programa por la emisora Radio Santa Fe, que llegaba a los hogares colombianos, se escuchaba la voz de Humberto Martínez Salcedo. Despertaba el sentir político de la gente haciéndolos reír. Todos los días lanzaba pullas políticas de la manera más fuerte y exquisita que podrías pedir para el contexto en el que vivía la población colombiana durante esta época.

«Con su picardía y su talento, se unió a las voces del pueblo.»


«Con altibajos en su historia, se había mantenido a flote, hasta ese momento.»

Con su ironía, su picardía y su talento, se unió a las voces del pueblo, que reclamaba mejores condiciones sociales y laborales. Tanto así, que ningún presidente se salvó de sus constantes debates. Por sus micrófonos pasaron críticas a León Valencia, Carlos Lleras, Misael Pastrana y Alberto Lleras Camargo. Su audiencia gozaba con su humor, mientras que la clase política sufría con él. Esta sátira —como sería natural— levantó el descontento de la clase dirigente, quienes movieron cielo y tierra para detenerlo. A finales de los sesenta, lo consiguieron. A finales de los sesenta, Radio Santa Fe se enfrentaba a multas por la emisión de este, lo que precipitó la salida de Martínez Salcedo de la estación. Con el cierre de El pereque, se perdía una oportunidad de oro para la ciudad, que vio perdidas sus esperanzas ante esta situación. Martínez Salcedo se reinventó años más tarde en otros programas y en otras emisoras, donde recuperaría la audiencia que pedía a gritos su picardía política.

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Décadas más tarde surgió una figura con un destino mucho más trágico que el suyo: Jaime Garzón. Desde la televisión, logró despertar la indignación política por parte de nuestros padres. Pero su desenlace fue, de lejos, el peor que podríamos haber presenciado.

El día que Colombia perdió a Heriberto Empezaba la década de los noventa, la última del siglo XX en una Colombia convulsionada, y conocimos en la televisión a un personaje que marcaría la vida de toda una generación: Jaime Garzón. Fue una de las grandes personalidades que tuvimos durante esta década. Logró, por medio del humor, llegar a muchos hogares colombianos y, así como Humberto Martínez Salcedo fue considerado pionero en el humor político a través de la radio, Jaime Garzón hizo lo suyo a través de la televisión, un medio de comunicación que se consolidó por estos años. El mundo lo conoció en 1992 en un programa que nuestros padres recuerdan con nostalgia llamado Zoociedad TV, en el que retomaron la idea de sátira política desde la imitación misma. Los colombianos rieron sin cansancio de cada una de las ocurrencias que tenía Garzón y sus fuertes críticas frente al incremento de la inseguridad en toda Colombia. Luego, en 1995, lo volvimos a ver en ¡Quac! El Noticero, un programa humorístico y de corte periodístico que criticaría nuevamente la clase política de Colombia; el sonado caso 8000, que implicó al entonces presidente Samper; y la expansión paramilitar.


Pero dos años después, llegó el personaje que al son de hoy aún lo guardamos en un espacio de nuestras memorias: Heriberto de la Calle. Fue una creación para el programa La lechuza, que se emitía por el canal CM&. Un noble lustrabotas entrevistaba a personalidades de la política y la farándula en un formato completamente alternativo y no convencional. Sus entrevistas, aunque cortas, tuvieron gran repercusión en el país. Sus chistes irreverentes pusieron en evidencia a más de un político y mostraron la cruda realidad de nuestro país. El genio detrás de todo esto era Garzón. Su labor por cerrar brechas sociales y una búsqueda incansable de la verdad fue lo que hizo que se ganara enemigos peligrosos. Enemigos que buscarían silenciar su voz, objetivo que tuvo éxito en agosto de 1999. Apenas empezaba este viernes 13 de agosto en la fría Bogotá, cuando Garzón se dirigía a los estudios de Radionet a emitir uno de los programas radiales que acostumbraba hacer. A la altura de Corferias, fue interceptado, en el semáforo de la calle 22F con carrera 42B, por dos sujetos que, sin mediar palabra, le dispararon seis veces. Ese día, Colombia conoció

a través de la voz entrecortada de Yamid Amat los horrores de la escena y el significado que tendría esta para el país. Los colombianos, sin saberlo, perderían a las 5:45 a.m. de ese viernes 13 de agosto de 1999 a uno de sus más grandes exponentes de humor político. Centenares de personas lo despidieron con honores en los días posteriores a este atentado. Estas tres historias son parte de las muchas que hay en el mundo entero, historias que han costado vidas, que han cerrado programas, que han segado poblaciones. Son tres historias de días en que la risa sí se apagó. El humor político y la sátira inmersa en él se encomiendan como una forma de protesta social. Sus inesperados resultados, sus esperadas presiones lo caracterizan. Infinidad de historias difíciles de medir. Personajes que son seguidos. Hoy por hoy tenemos muchos más profesionales de la sátira política que antes, humoristas imprudentes, expresivos y temerarios. Esperemos que estas tres historias no vuelvan a suceder a próximas generaciones.

«...historias de días en que la risa sí se apagó.»


Autor: Mateo Daza Daza Ilustrador: Jeisson Gustavo Malagón Moreno

FUERA DE CHISTE

Jerry Seinfeld dice en Talking Funny, un especial de HBO de 2011, que lo importante es ser gracioso; no importan los temas, quién es el comediante ni si usa malas palabras en su acto. Lo que vale es que haga reír. La comedia es un trabajo. La diferencia, para Seinfeld, entre el cómico y su audiencia es precisamente esa: todos pueden ser graciosos, pero el comediante hace de ello su oficio, se ocupa en entender cómo funcionan la risa y la estructura del chiste. El comediante sabe abordar un escenario y moverse en él marcando el ritmo del show, a veces, y otras, ir con el ritmo que marcan las carcajadas.

Comedy is a defense mechanism Marc Maron El oficio de hacer reír está poblado de matices. Basta fijarse en la pregunta sobre qué hace reír para percibir que se acercan discusiones circulares. Quizá por esto muchos cómicos importantes la abordan, así como las cuestiones de quién puede ser comediante, por qué y para qué.

Con este último punto parece concordar Marc Maron cuando, en el podcast Wilosophy with Wil Anderson, habla de los momentos de tensión durante un show y cómo él puede dejar que la habitación quede en silencio para que el público lo vea ahí, callado y sin hacer nada, y después romper el silencio con una línea que produzca risas y aligere el ambiente. Ponerle intención a los ritmos, entenderlos. Esto hace pensar en el monólogo cómico como una forma de arte.


Sobre todo esto, en Colombia, no se ha discutido mucho. Las conversaciones concretas en torno al hacer del standup colombiano se han dado en el círculo de comediantes que salieron de la cuentería en los años noventa, como Gonzalo Valderrama, considerado uno de los padres del género en Colombia. En el 2014, Valderrama habló con Primo Rojas —cómico veterano y de aire teatral— y Antonio Sanint en el comedy club que tenía el teatro R101, indagando en sus vidas y carreras bajo «Ponerle intención a la óptica del oficio y rondando las viejas preguntas: ¿qué hace reír?, ¿cómo se los ritmos, entenderlos. hace reír? Esto hace pensar en el

Lo mismo pasa con la risa. La risa es expresión, no solo de «encuentro gracioso lo que acaba de pasar», es una reacción también, en algunos casos, a la tristeza y la desesperación, al sinsabor monólogo cómico como de la existencia. No giremos sobre la idea, aunque Algo se repite en el testimonio una forma de arte.» sea real, del payaso triste, el comediante —tan de los comediantes, sin importar alegre él porque lo vemos en televisión y es muy su procedencia: el impulso para chistoso— que se suicida y nos sorprende porque cómo así que esa entregarse al oficio, en muchos casos, viene de felicidad era postiza. Ni la risa ni el oficio de hacer reír son postizos. la infancia. Rojas y Sanint cuentan cierto ritual La risa es muchas cosas, no una sola y feliz. El que hace reír, muy por en el que hacían reír a sus familias cuando eran el contrario, es capaz de ver el mundo y lo que acontece desde diferenniños. Maron narra algo parecido en uno de sus tes puntos y sabe ilustrarlos; en ello radica su quehacer artístico. Los especiales de Netflix. Muchas veces se habla de buenos comediantes conocen su oficio, son más que una cara sonrienobsesiones o hechos que impactaron sus vidas y te en una pantalla o sobre un escenario, son personas tan complejas que dan cuerda para ejercer el oficio y quitarle como cualquier otra; solo que saben cambiar los lentes con los que seriedad a la vida. Los motivos de cada comevemos la vida. Sean quienes sean, no son sino humanos que saben diante son tan variados como la complejidad de darle a la tragedia la chispa. la existencia que lo permite.

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Sí, pica, pero pica rico ¿o no? ¿Tal vez lo necesario? Pruébala. Ilustrador: Jose Luis Bedoya Villa


EROS


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Río, de la risa del Paraná, que ha estado creciendo en mi pecho y busca desbordarse por donde voy. Reír del verbo ir dos veces siempre en la búsqueda de mis pedazos inconclusos. Hace un tiempo pretendí dejar palabras en el Caribe, pero este mar se ha quedado adherido a mis palabras; la nostalgia fluvial que estoy desprendiendo me hace sentir absurdamente desarmada, indefensa. ¡Que divertida es la adolescencia! Que inocente he sido al pretender desprenderme de estas letras al reír frente al mar Caribe. Mientras me dedico a desbordarme en ríos, en ires y en risas por las hojas rayadas. Hoy busco reírme de mí, sí, del verbo ir dos veces. (re)irme de los 16 años, del mar, del río, de las palabras.

Me río Palomino que desemboca en el Caribe

Río Autora: Valentina Giraldo Sánchez Ilustradora: Juliana Ocampo Saldarriaga

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PRIMER ACTO Escena Uno

Recepción de colegio católico. (La SECRETARIA está en su escritorio atendiendo el teléfono. Entra DAVID con una carpeta en la mano.)

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Escena Dos DAVID Buenos días. SECRETARIA Buenos días. Oficina de coordinación. DAVID Señorita, tengo cita a las 9:30 con la seño(La coordinadora CRISTINA está en su escritorio organizando docura… permítame… la señora Cristina Santos. mentos. Entra DAVID.) SECRETARIA Cristina Sánchez. La seño-ri-ta coordinadora. Puede sentarse. Ella lo atenderá en un DAVID Buenos días. momento, está en una reunión. Siga, siéntese. ¿Le CRISTINA Buenos días. Su nombre es… provoca un tinto, o una agüita aromática? DAVID David Vergara. DAVID Un tintico, muchas gracias. CRISTINA ¿Esa es su hoja de vida? (Señala la carpeta en la mano de SECRETARIA Bien pueda sumercé. ¿Cuánta azúDAVID.) car? DAVID Sí señorita coordinadora. Bien pueda. (Se la entrega y se sienDAVID Solito está perfecto. ta frente a CRISTINA.) SECRETARIA (Sirve un café, se lo entrega a DAVID CRISTINA (Ojea los documentos de DAVID.) Permítame. Viene usted y se dirige a CRISTINA.) Ya va el siguiente. de trabajar con varias escuelas públicas. Ah, estuvo en el colegio… ese DAVID ¿Hay alguna otra persona en turno con la es de los hermanos maristas. señorita coordinadora antes de mí? DAVID Sí señora. Estuve allá unos tres años. SECRETARIA No señor. Enseguida lo atiende la CRISTINA ¿Y por qué salió de allá? coordinadora y luego el padre rector. DAVID Pues ellos quisieron cambiar la clase de taller por otras, DAVID ¿El colegio es católico? entonces entraron unos hermanos maristas como profesores a las SECRETARIA ¡Por supuesto! Desde siempre. Ah, nuevas clases. mire, ella es la coordinadora: la de la bata. Yo creo CRISTINA Bueno, nosotros llevamos dos años trabajando talleres y que ya va a recibirlo porque abrió la puerta de la hasta ahora vamos a empezar el de electricidad. Veo que vive cerca. oficina. (El teléfono del escritorio suena.) Debe ser En el centro, prácticamente. Hay una ruta del colegio que pasa por ella. Permítame. (Contesta.) ¿Aló? Sí señorita. Sí la Séptima más o menos cerca de su dirección. Usted debe estar aquí profesora, sí… sí… no señorita. Espéreantes de las seis de la mañana. Los niños me un momento por favor. (Se retira el llegan a las 6:20 a. m. y las clases inician «Tengo muy presente el teléfono y habla con DAVID.) Profesor, a las 6:50 a. m., después de la formación, el Externado. Toda esa gente ¿usted trae su hoja de vida? llamado a lista y la oración. de los barrios de los cerros, DAVID Sí señorita: aquí mismo. DAVID Hay que estar a las… SECRETARIA Bien. (Regresa al teléfoCRISTINA … antes de las seis. El padre recde esas invasiones de no y habla con CRISTINA.) ¿Aló? Profetor hace una pequeña reunión de profesores delincuentes, ponía a sus sora, él trae sus papeles. Bueno señora. todos los días. (El teléfono suena.) Exhijos a estudiar ahí. Había Sí señora. Bueno señora. Ya le digo. cúseme. (Contesta.) ¿Aló? ¡Claro! Ya estoy de todo. Se encontraba uno (Cuelga.) La profesora lo espera, siga. terminando. Ya voy. Dígale por favor que unas cosas…» DAVID Gracias. ya voy. Le encargo un tintico mija. Ya voy.


LA EN TRE VIS TA

Autor: Carlos Enrique Sierra Mejía Ilustradora: Laura Daniela Ardila Hernández

DRAMATIS PERSONAE

David Vergara Padre rector Cristina Sánchez Secretaria Agustín

(Cuelga.) Deme un momento profesor, yo busco al chico de personal para que cuadre su contrato. Él le hablará de asuntos administrativos… y económicos, supongo que le interesa. DAVID Pues sí… aunque algunos conocidos me han hablado más o menos de las condiciones del colegio. CRISTINA Bueno. Ahora regreso. Bienvenido. (Sale.) DAVID ¡Muchas gracias! (DAVID muestra emoción y se persigna.)

Escenario: Recepción de colegio

católico, oficina de coordinación.

Escena Tres Oficina de coordinación. (DAVID está en la silla frente al escritorio. Entra el PADRE rector.) PADRE Buenos días. (Mira con detenimiento a DAVID Luego lee algunas páginas de la hoja de vida que sigue sobre el escritorio.) DAVID Buenos días. PADRE De manera que usted es el profesor David Vergara. DAVID Sí señor. PADRE Padre. Padre. Soy el rector del colegio. DAVID Mucho gusto profesor. PADRE Padre, le repito. Ya no soy profesor desde hace mucho tiempo. DAVID Mucho gusto padre. PADRE Esta es su hoja de vida. Usted no viene de un colegio católico. DAVID Trabajé en la sede de la 39 de los hermanos maristas, señor rector. PADRE Padre rector. Me refiero a que usted no estudió en colegio católico. DAVID ¡Ah! No señor. Estudié en colegios públicos. A mi papá lo trasladaban del trabajo frecuentemente, así que me cambiaron de colegio varias veces. PADRE Yo fui capellán de un colegio grande que queda ahí por la Séptima, más allá de la Universidad Pontificia.

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su atención al currículo de DAVID.) En un momento tuve que ir a la parte de atrás del grupo en pleno sermón, porque sonó un estruendo espantoso cerca de las gradas… DAVID Así son los chicos. PADRE Así no son los chicos. Así son ESOS chicos de allá. Cuando fui a ver, habían echado al piso un baldado de agua «Esos muchachos sin que alguien del aseo había dejado por ahí mal puesto. De esos baldes de lata que se usaban antes. (Se dirige a la recepción.) quien los controle en casa ¿Qué se hizo esta muchacha? (Regreasa su atención a DAVID.) pues no saben comportarse. Cuando me volví para delante, desde allá sentí otra vez las Son todos unos gamines.» risitas y vi el espacio. ¡El maldito de nuevo se había quedado sentado! Yo le llegué prestico al puesto de atrás de él, que ya me las olía con el personaje. ¡Me provocaba despellejarlo! ¿No le parece? DAVID ¿Como por los lados del Externado? (Mira de nuevo a la recepción, molesto.) Me tocó servirme agua de esta porPADRE Ahí precisamente, profesor. En ese mismo. que no me escuchó la chica. DAVID ¡Ahí estudié yo un tiempo…! DAVID Debe estar al teléfono. Hace rato la vi ocupada en eso. PADRE Yo también estuve en el Externado una temPADRE Entonces lo cogí de la patilla y lo alcé con rabia. De verdad que no porada. ¿No me recuerda usted? hay derecho. Y cuando estuvo de pie le dije: «Ni se sobe. Y le juro por el DAVID No me suena, señor rector… padre. sagrado rostro del creador y aquí en la casa de él, que si la próxima vez que PADRE Tengo muy presente el Externado. Toda esa debamos erguirnos, usted no lo hace, lo hago echar como un perro del colegente de los barrios de los cerros, de esas invasiones gio. A ver si sus papás están por encima de Cristo. ¡¿Entendió?!» de delincuentes, ponía a sus hijos a estudiar ahí. HaDAVID Seguramente era necesario, aunque algo extremo… bía de todo. Se encontraba uno unas cosas… PADRE Extremo al que llegó él, sin duda. Al momentico, justo en DAVID Sí recuerdo que había algunos compañeros de la consagración, monseñor dijo: «Levantemos el corazón» con ese talante. Pero también… esa voz de tenor que se mandaba y todos respondimos: PADRE … me viene a la memoria muy especialmente «Lo tenemos levantado hacia el señor…». Primero hubo una vez en que el obispo nos invitó a la homilía en un murmullo atrás. Luego las vocecitas y el eco. La la que él mismo se dirigiría a los fieles. Me pidió que llevara a los jóvenes del colegio. Nos dijo lo mismo a varios sacerdotes. Era todo un honor, claro. Esta es su hoja de vida ¿cierto? Mil novecientos sesenta y… treinta años larguitos ¿no? DAVID Sí señor. Treinta y… PADRE Sí, sí. En la catedral primada. ¿La conoce? DAVID Por supuesto. Todos en la ciudad deben conocerla. PADRE A esa celebración llevé a unos cursos noveno o décimo tal vez. A esos ya los tenía yo más o menos bien adiestraditos. Iba entre ellos un muchachito… un zarrapastroso endemoniado que vivía cerca del colegio. El desgraciado, porque la gracia divina no estuvo con él, ni se postraba ni acústica de la sede se arrodillaba ni se ponía de pie es maravillosa. cuando era debido. Un condenado DAVID Sí lo es. rebelde al que le faltó mano dura PADRE Miré al púlsin duda. Esta dirección de resipito y allá vi el rostro dencia que pone usted aquí, ¿qué lívido del obispo que barrio viene a ser? se ahogaba. En frente de DAVID La Persev… él, el tipejo seguía sentado. PADRE La Perseverancia, claro. De ¡Mono, maldito hereje majadeallá eran varios, sí. Tenía vigilado al caro! ¡¿Qué está haciendo?! frecito este en la primera fila de DAVID ¿Qué hizo el chico? las bancas, porque además no era PADRE Él se acomodó no sé cómo en la muy alto. Esos muchachos sin quien silla, con la cremallera del pantalón del uniforme abierta y delante los controle en casa pues no saben comde su señoría me dijo: “Lo que usted me pidió, señor: estoy erguido portarse. Son todos unos gamines. (Alza y lo tengo levantado hacia el señor”. la voz dirigiéndose a la recepción.) Niña, DAVID ¡¿Ah…?! ¿me trae un cafecito por favor? (Regresa

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PADRE ¡Vergara! DAVID ¿Vergara? PADRE Sí mono. Y el día en que lo devolví a sus papás le dije que ese pecado lo iba a perseguir. ¿Cierto? DAVID ¿Señor? PADRE ¡Padre rector! Usted no tiene idea, gusano, de todo lo que tuve que hacer para disculparme con el obispo. Tantos años y yo en este barrio perdido en un colegio cualquiera a mi edad… todo por su culpa maldito infeliz. DAVID ¿Yo? Padre, se equivoca. Yo le juro… PADRE ¡No me jure un carajo, maldito! Por lo menos la vida me lo volvió a poner en el camino. Imbécil. Los mismos crespos de Satanás: ese desorden dentro y fuera de esa cabeza. Cuando menos se hubiera peluqueado mono. Aquí no me entra. Largo de mi colegio. DAVID U… usted me confunde… PADRE ¡Usted ya venía confundido! Largo de aquí. Nunca vuelva. (Entra CRISTINA.) DAVID Pero padre rector, la coordinadora… ahí está. Profesora, dígale. Es que el padre rector… PADRE Al fin se lo aprendió, ¿no? Pa-dre-rec-tor. Y mientras yo lo sea, usted no va a trabajar aquí. (Alza la voz dirigiéndose a la recepción.) Niña, llámeme a don Agustín, márquele a la extensión. Como no esté dormido en portería. (Entra AGUSTÍN.) ¡Ah, mírelo! ¡Qué casualidad! Don Agustín, sáquenme a este tipo de aquí. ¡Y que no vuelva a entrar! (AGUSTÍN se acerca a DAVID y le señala la salida.)

DAVID Pero yo… AGUSTÍN Señor, acompáñeme a la salida por favor. DAVID Yo… ya… Esto es una injusticia. Todo es un malentendido. Permítanme una palabra. (AGUSTÍN agarra a DAVID por el brazo y este se queja pero acaba saliendo con poca resistencia.) PADRE Agárrelo y échelo de aquí. Y si toca, llame a la policía. CRISTINA Pero… PADRE Profesora, acompáñeme a mi oficina. Esto es increíble. CRISTINA ¿Qué pasó padre rector? ¿Ya? PADRE Pasó que la justicia divina me lo trajo al fin Cristina. CRISTINA ¿Seguro Padre rector? Porque van más de veinte, y usted dele que dele con la convocatoria de empleo desde que le contaron que el tipo estaba de profesor técnico. PADRE Tiene que ser este. Yo creo. No puede haber tantos que se le parezcan. El apellido y la cara y las greñas. Este es. Este sí era. CRISTINA Bueno Padre rector. Ojalá, porque los otros también se parecían. A ver si por fin dejamos el asunto en paz. Ya es justo. PADRE Justo. Cristina, este era. Pero… y si no era. Ser justo no es fácil. CRISTINA Aquí vamos Padre rector. Este era. Déjelo así. PADRE Es que yo no puedo con el cargo de conciencia. Este era, pero ¿y si no? Yo no puedo dejar las cosas así. CRISTINA Padre rector, por favor. PADRE Yo no podría perdonármelo Cristina. Hágame el favor, ponga el anuncio una vez más, la última. (Al cielo, en tono de súplica.) ¿Sí sería este? Pobre muchacho. Ojalá fuera. Señor, perdóname. Así es la vida. (Dirigiéndose a CRISTINA.) Dígale a la niña que tenga la bondad. Gracias. CRISTINA Bueno, usted es el rector, Padre. (Toma el teléfono mientras el PADRE rector sale.) ¿Señorita? Llame al periódico por favor. Sí. Otra vez. ¿Cómo le parece? Sí. Y por favor tráigale al padre un té de hierbas que usted ya sabe cómo se pone en estos casos. Gracias.


LA CARCAJOSA Autora: Paola Victoria Pita Gaona Ilustradora: Cindy Katherine Monroy González

«Porque una carcajada a nadie se le niega»

Su caso era perdido. Ella no podía evitar reírse de todo hombre que se acostaba con ella. El problema era el momento en el que se reía. Reía porque nunca cerraba los ojos al tener sexo con alguien, aumentaba su excitación saber que podía reírse a carcajadas una vez su compañero de cama llegaba al orgasmo. Cuando era adolescente, se avergonzaba de esa extraña capacidad de reír justo en ese momento de liberación del otro, pero sus caras contraídas, transformadas, casi sufrientes, no la dejaban disfrutar con inconsciencia ese momento. Ya era costumbre emocionarse, además del placer disfrutado en la faena sexual, al descubrir el rostro hilarante de su amante de turno, una vez los hombres llegaban al clímax, ella no paraba de reír, obviamente, toda magia y posibilidad de disfrute quedaba anulada para la pareja de turno.

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La apodaban «la carcajosa». Ella disfrutaba el apodo mientras se escabullía entre la gente que cree que tener orgasmos es una experiencia religiosa.

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ENTRADA/

SALIDA

Autor: David Alexander Cruz Calderón Fotógrafo: Juan Sebastián González Pérez

Sus manos tiesas y amoratadas se aferran con fuerza al volante. En los surcos de sus venas busca recordar el camino que tomó hasta allí, en los vellos que cubren sus dedos, entender qué estaba pasando en el mundo mientras conducía. Pero a punto de dar con la respuesta, una suave corriente de aire tibio y dulzón juega con su oído derecho y le hace picar la nariz. A su lado la joven le observa atenta con las pupilas dilatadas, las pestañas inquietas y la boca entornada como una flor. Su rostro empolvado, pintado con rubor, no se esfuerza por disimular la edad, incluso el efecto del tiempo parece algo improbable en su piel satinada y sin grietas. Con un movimiento de reptil lava sus labios, deslizando de lado a lado una pequeña lengua rosa. Luego susurra algo inentendible, él adivina por el tono que se trata de una pregunta y le responde accionando el limpiavidrios. Unos metros adelante, el portero mira el auto de soslayo, usa unas gafas de marco cuadrado cortadas en la parte de arriba por unas pobladas cejas que le imprimen un gesto señalador. Desde la distancia se da cuenta de que la joven no puede ser nada de un hombre como él. Secando su mano en el pantalón, volviendo el brazo al volante y la pierna al acelerador, cree que el portero les mira con envidia, con lástima quizás, pero el recelo es algo que no se debe permitir en ese tipo de trabajo. El parabrisas chilla al barrer el cristal. El portero camina hacia el auto, se inclina hasta su ventana y le pregunta si entra o sale; es una pregunta para una sola persona, que le hace querer revisar si la joven sigue allí, pero desiste. A punto de responder, descubre que no tiene voz, que ni siquiera tiene saliva para tragar. Lo único que puede hacer es sonreír exhibiendo con torpeza una

«El portero camina hacia el auto, se inclina hasta su ventana y le pregunta si entra o sale; es una pregunta para una sola persona, que le hace querer revisar si la joven sigue allí, pero desiste.» tensa mueca vampiresca. La joven, de improvisto y sintiéndose olvidada, atraviesa la distancia que los separa y se aferra a su boca, superpuesta a una cabeza trabada entre dos hombros levantados. Le besa lentamente, con una obsesión traviesa, como si supiera que esconde algo en el interior; mientras lo hace mira al intruso de reojo, petrificándole con un odio mordaz y secreto. El portero se retira del auto con aplomo, pegando la oreja al hombro. Habla en secreto con la solapa de su chaqueta, con alguien que sabe algo que él jamás sabrá porque no es su tarea saberlo. Dentro del auto, su sonrisa recupera algo de naturalidad, pero su cara aún duele. La mano de ella se posa sobre la de él, asiéndose con firmeza al volante. Primero le acaricia como si fuese una mascota, pero luego le aprieta y en ello, él advierte una fuerza insospechada que revuelve su vientre vacío con fuerza. El parabrisas chirrea al barrer el cristal. Deja de pensar en razones o reproches, los recuerdos sobre su piel son un bálsamo parecido al sudor que da valor a todos los sacrificios. El vacío en sus entrañas, que ha tomado


la forma de un líquido bilioso, es ahora una materia rebosante que impregna su cuerpo y amenaza con escapar. Como evitando un ataque de nauseas, se tapa la boca y escupe un “vamos”, al que ella responde impávida con un «dale». El portero permanece en el umbral esperando una voz que está en alguna parte, menos con él. Inspecciona la matrícula del auto mientras sonríe como un idiota con suerte. El sonido le sorprende en un oído y el hombre descarga una risa ahogada. Con la manga de su chaqueta se limpia un hilo de baba espesa que le estalla por la boca. Mientras tose les invita a avanzar. La joven mira cómo el auto desfila por el piso de baldosines ajedrezados. Bajo el cielo oscuro salpicado de neón, sus cabellos húmedos relucen cada vez más. Hace calor adentro del auto. Embelesado, descubre con su mano la oreja de la joven y contempla de cerca su delicado cuello, descuidando la marcha triunfal. La joven le llama por su nombre, le pide que tenga cuidado y le señala el camino dirigiendo la mano con la que no conduce hacia su cuello, al que él se aferra sin mucha violencia. El parabrisas se arrastra rayando el cristal. Lo último que ambos pueden notar por el espejo retrovisor es la figura jorobada del portero, testigo inusitado y cómo a sus espaldas todo tiende a desaparecer.


DIAGRAMA MAL DIBUJADO DE UN

EVENTO SÉPTICO

Autor: Jorge Alejandro Llanos Rojas Ilustrador: Sweet Sylence

EN EL TRANSPORTE PÚBLICO

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Las estaciones de Transmilenio enviaban los últimos buses de servicio. Los bombillos de los articulados, algunos vacíos yendo hacia los parqueaderos, ardían con la intensidad del último cigarro en la boca de un joven, con angustias de viejo, que fumaba pegado a una de las puertas corredizas de la estación de Transmilenio. Los policías perseguían a un ladrón extranjero y las jetas de los perros de los guardias de seguridad se tragaban un aullido oculto por siglos. Mi mirada se detenía en las paredes de concreto de la estación subterránea que servía —para algunos ilusos— como imagen de un metro inexistente, justo en el corazón de la parada de Museo Nacional. Las pesquisas de la policía afanada por actuar y el tufo de quienes estaban a mi lado me generaban un estado de ansiedad. Mis manos acariciaban los pliegues de la chaqueta y la mirada obtusa de los habitantes —pasajeros con los ojos nublados en el destierro urbano— me penetraban. La sensación incómoda de mis emociones se acrecentó con la última bocanada de humo proveniente del joven que fumaba, al tiempo que uno de los perros de los guardias perdía el control. Su expresión pasó del aullido denunciante al más hórrido grito desde su interior. El perro no podía ser contenido por el guardia al que estaba amarrado y este último cayó de espaldas tras el movimiento del can. Sus ojos se infectaron de rabia, sin mirarnos, mientras soltaba a fuerza de mordida el bozal que le sujetaba la jeta. Sus respiraciones se volvieron, al tiempo que graves, humanas. Una señora me tomó del brazo y la solté de mí con asco. El perro, suelto del bozal, escupió sangre, estiró los labios morados dejando ver los colmillos y su cuerpo peludo comenzó a delirar en espasmos musculares. Los policías se azararon, dudaron, y empuñaron el arma de dotación esperando la peor de las escenas hasta que el perro quedó inmóvil.

Comenzó como un silbido, no lo olvido, un silbido que emanaba pesadas corrientes de aire. La carcajada fue in crescendo y se adueñó de la estación de transporte. El perro explayó su jeta y la carcajada tomó forma dentro de nuestros oídos, una risa sintomática que inundaba de angustia nuestras meras percepciones. El perro, en cuatro patas y con el hocico hacia el techo, comenzó a reírse como un humano. Junto a mí, la señora que me había tomado antes empezó a reírse de quién sabe qué «... y el progreso de la risa cosas, y el progreso de la risa nos invadió a todos. Uno de los policías golpeó al nos invadió a todos.» perro con el bolillo y se quedó impávido. La mandíbula del can había sido desencajada por el golpe, colgaba como un harapo viejo, y el sonido de la risa proveniente de su interior se mantenía como una flecha en vilo hacia nosotros.

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Porque para el animal no hay un Dios que lo bendiga -Adolfo Pacheco, en la voz de Otto Serge


Rayo

La noche en que se murió

Autor: Adán Díaz Cárcamo Ilustrador: Anderson José Monguí Porras

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¿Por qué habrán matado a Rayo? Todavía lo escucho aullar en la noche y lloro. Mi mamá trata de consolarme dándome porciones extras de flan y diciéndome que me va a comprar otro perro. «Uno más chico que no haga tanto ruido ni requiera tantos cuidados, mijo», me dice. En la cochera todavía se nota su sangre; no se pudo lavar toda, a pesar que mis papás tallaron bien fuerte el piso de cemento gris. Mi papá quiere dar con el asesino, pero aún no hay nada en concreto; mi mamá ha dejado el asunto por la paz y dice que jamás sabremos quién lo mató. Las causas de su muerte sí las conocemos: no dejaba dormir. Mi papá se desesperaba en las noches y salía a callarlo porque se la pasaba aullando. «Es porque es un lobo siberiano», le decía. Los lobos aúllan y Rayo simplemente es como uno de ellos. Siempre he pensado que Rayo venía de Alaska porque así se llama su raza. Me lo imaginaba aullando, desde cachorro, bajo la luna llena en ese lugar rodeado de pinos y hielo; luego venían sus amigos para continuar ladrando y corriendo salvajemente por los bosques fríos de aquel lugar al que yo deseaba algún día visitar.


Ya habían pasado varias ocasiones en que algunos vecinos habían ido a hablar con mi mamá para pedirle que controlara al perro. Fue una señora con un bastón y piel de corteza de árbol, fue otro señor más joven con pelo largo y camisa como de rock, fue un joven con saco y peinado de Benito Juárez; todos le pedían que por favor calmaran a nuestro perro que no dejaba dormir. El día en que fue Benito Juárez, lo recibió mi papá y hasta se pelearon.

Un día Rayo estaba rascando la lámina y se escuchó como cayó un buen de agua y escurrió por la lámina hasta la cochera. Rayo se puso a chillar como loco y cuando subimos vimos que tenía una parte de su lomo pelado; le habían aventado agua hervida y sus pelos estaban todos caídos y regados entre la azotea, la lámina y la cochera. Ese día mi papá nos dijo que ya había encontrado un nuevo dueño y que iban a venir por él la siguiente semana. Yo no acepté la noticia y me puse a llorar para ver si mi padre se compadecía. Las tardes me las pasaba en la azotea curando a Rayo y revolcándome en mi odio hacia la persona que le había echado el agua. Miraba a todos lados y analizaba cómo había caído el agua y las demás cosas. De momento vi a una chava con cabellos desordenados y cara de maligna, estaba fumando en el último piso del edificio del lado izquierdo. «Fuiste tú», pensé esperando que me viera… y lo hizo. Por un momento sostuvimos la mirada y tuve la impresión de poder hablar con ella por medio de la mente.

Obviamente Rayo no paró de aullar porque El fin de mi perro fue muy extraño porque no extrañaba su Alaska querida, eso nadie lo podía escuchamos nada en la noche, simplemente, la siguiente entender más que yo, porque si me llevaran fuera semana después de lo del agua caliente, me desperté para de la Ciudad de México, lejos de mis papás, yo me la ir a la escuela y cuando quisimos subirnos al coche, todo pasaría llorando también. El chiste es que varios días el cristal de enfrente del vocho de mi papá después de los altercados con los vecinos empezamos a notar que a «Los lobos aúllan estaba escurrido de sangre. mi perro le aventaban agua, piey Rayo simplemente Mi papá gritó como desquiciado y mi dras y hasta un libro viejo de una es como uno de ellos. mamá me tapó los ojos. «!Ve a ver al perro, tal Ponitoswa, o algo así. Siempre he pensado Agustín!», dijo mi mamá con la voz quebrada. que Rayo venía de Efectivamente Rayo estaba muerto justo en Yo subía a la azotea todos los Alaska porque así se la lámina que rascaba, arriba de la cochera. días y encontraba todo eso que les digo, el libro hasta lo intenté leer, llama su raza.» Según mi papá le dieron como ocho balazos. No sabemos de dónde provinieron porque pero no le entendí porque aún no atravesaron su cuerpo redondo como de tanquecito de sé bien de eso de los libros. El chiste es que hasta gas. Las balas pudieron haber venido de la derecha o de se escuchaban las pedradas en la noche, incluso un la izquierda, en ambos edificios vivían repartidamente hombre gritaba: «!Ya callen a ese pinche perro que ya la vieja del bastón, el ruckero -así le decía mi papá- y el me tiene hasta la chingada!». otro chavo con cara de enojado. ¿Quién lo habrá matado? La señora no creo que sepa agarrar un arma, el rockero podría ser y Benito Juárez también, pero también alguien más que lo pudiera ver silenciosamente desde alguna ventana de esos edificios y pensaba: “algún día te voy a matar” o el señor que gritaba «callen a ese pinche perro» o los de la ferretería que también lo odiaban o la chica que asomaba a fumar por la ventana del último piso y me veía con odio. ¿Quién mató a mi perro?

Me siento muy triste y solo. Pongo el cassette de «La noche en que Chicago se murió» y cambio la palabra «Chicago» por la de «Rayo» y me pongo a llorar. No me siento mejor con los cuatro flanes que ya me comí ni con la promesa de que iremos a ver a Keiko a Reino Aventura. No duermo mucho y extraño los aullidos de mi Rayo porque yo sé que él no quería molestar a la gente, sino simplemente extrañaba a su mamá y sus hermanos que vivían en Alaska. Si el asesino hubiera estado tan solo como él, habría comprendido que Rayo solamente buscaba volver a ver su familia y correr libre por el hielo bajo la luz de la luna llena.

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Pero fueron varios los meses en que no dejaba dormir. Mi papá llegó a lanzarle una cubeta vacía que rebotó en su pesado cuerpo e hizo un ruido que despertó a varios vecinos. Después vino lo peor, Rayo empezó a caminar sobre la lámina de la azotea donde vivía. Cuando empezó a caminar y rascar la lámina, sus aullidos se juntaron con todo ese malestar que nos estaba volviendo locos. Entonces mi papá nos dijo: «Se acabó lo voy a regalar, ya no lo soporto».


Autor: Carlos Enrique Sierra Mejía Fotógrafa: Gabriela Ducuara Moreno

AL ALIMÓN

Felicitaciones. Solo lo intolerable de la situación me podría llevar a la desesperada acción de escribir estas líneas. Teníamos una idea. Era una idea. Ni siquiera una historia en sí. Prometía, claro, pero no era nada. Como todo al principio: nada. Después fue lo de la mañana en la casa de tus papás, pasados varios meses y con la mente en otro tema: el apunte tonto de la niña y la indulgente interpretación de la abuela que parecieron una iluminación. ¿¡Cómo no se te había ocurrido!? E X- L IB R I S E R O S

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Un ego desmesurado, lo admito, junto a un sobrevaloradísimo conocimiento incipiente de la literatura local en general y de la historia bogotana de fin de siglo pasado en particular, ayudaron a hacer parecer novedosa la idea. La ilusión narrativa nos envolvió de inmediato.

Horas de copas y letras, infinitos segundos de borrado y maledicencia tuvieron su efecto innegable. Imposible cuantificar el tiempo dedicado. Una historia sensual sin lubricidad innecesaria, narrada en la invisible línea que separa lo políticamente correcto de lo polémico. El tipo de la escalera quedó impecable, y mientras tu exsuegro no lo lea, nadie tiene por qué sentirse insultado; las imprudencias de la señora Márquez quedaron perfectamente sincronizadas con las convulsiones de la muchachita del dos cero dos; la descripción de la baranda del balcón acabó validada perfectamente por el forense; la ridícula limpieza de la sala y la rutina de maquillaje de la vieja se fueron a la papelera. ¡Fantástico!


Y luego la de la editorial. En pleno siglo XXI cediste como un mantenido renacentista ante un Médici. ¡Gran cosa! Unos billetes. Había que resistir, había que defender las noches pesadas y las madrugadas agobiantes. «Unos billetes y salir a la luz», dices. Pues salir del anonimato al desprestigio no es salir: los periodistas te hubieran amado si hubieras matado a alguien, si hubieras estafado a unos cuantos. Aunque de cierta forma sí se mató; y claro que se estafó. Déjalo así.

Ya no hay un «nosotros», te digo. Teníamos una idea. Ahora tienes una obra, y la obra ha visto la luz. Tu obra. Y ni siquiera lo dices, dejas que otros lo digan. Aduladores falsos en liquidación. Te pavoneas satisfecho, casi pedante, pero proyectando ese airecito de forzada sencillez que la gente confunde con natural humildad. ¡Ja! ¡Si se supiera!

Tienes lo que firmaste. ¿Te estás acostando con la editora? Eso sería algo. Pero recuerda: Sé porque no pusiste el final, Pero no, eres el producto que vendiste. «Una gran crítica al clasismo», dijo la maldito. Cobarde. ¿Crees que esto es el perdón? chica del entretenimiento. No leyó una línea del relato, seguro, yo vi su sonEstúpido. Nada cambia lo que pasó. El universo no risita en la grabación. ¿Qué pasó con todo el conflicto? ¿Cuánto tardaste en se equilibró de forma alguna. Ni Estocolmo podría venderte? ¿De dónde salió la morena? ¡Senos turgentes! Pero si los senos son redimirte. Has confundido la mentira con la ficción espacios, ¿cómo podrían ser turgentes? Demagogia barata y pseudoerótica. dentro de ti, no en la obra. Van a encontrar ¿A quién se le ocurre? Y ahora el tipo de la revista: «El porno hecho arte literario». Había que haberle dispara«Una historia a la vieja. Estás atrapado. Irás al sótano con do; o pagado, no sé ya qué pensar. sensual sin lubricidad tu editorcita. La verdad nunca te hará libre innecesaria, narrada y traicionaste a la ficción, renunciaste a su carácter irrefutable. La rubia hablará con Ahora los detalles: ¡¿La vieja muere abajo?! en la invisible línea que toda su incapacidad de hilar dos mentiras ¿Entonces por qué la nevera se descompuso? Esa separa lo políticamente seguidas; debiste eliminarla. Ahora es tarde. chica no podía haberlo planeado ni volviendo a nacer. Tu muchachita estúpida y su amiguita correcto de lo polémico.» Guardaste la leche en el congelador, idiota. ¿Ves? Ahora vive en el miedo. Tu incertivoluptuosa, ¿qué iban a hacer viendo el noticiero? dumbre es mi certeza. Felicitaciones. No olvides ¡Maldita sea! ¿Cuándo se te ocurrió? ¿¡Dónde estaba yo!? Es mi culpa, darme a autografiar un par. claro. Por imbécil o por confiado; o por un poco de ambas. ¿A dónde fueron la pluma y las córneas del clímax? ¿El momento crítico era demasiado brusco para tus asignados fanáticos?


Ilustradora: Andrea Carolina Gaitán Guzmán

CÓMIC




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