ABRIL 2021 NÚMERO DEDICADO A LA MARIHUANA
Mazatlán City Pop / Nowhereman, Mazatlán
Contenido
Concejo Editorial Antonio Roderici Julio Zatarain Lucas Velarde Corrección de Estilo Julio Zatarain Diseño de Arte Adolfo Carvajal
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Presentación ...................................................................................... 3 Sandro, Javier Pacheco ..................................................................... 4 “Prioridades” y “reseña de clímax”, José Zenteno Aguilar .............. 4 Dos poemas pachecos, “Sábanas” y “estoy más grifo que ayer pero menos que mañana”, Abssalon ................................................. 5 De vuelta a la tierra, Alex Scandiacus .............................................. 6 La dieta de la manzana verde, Roy Morales ..................................... 7 El placer es una esquina por allá del 2007 ........................................ 9 La marihuana un superalimento en México .................................... 10 “Besos”, Paula Calzada ................................................................... 12 Fría realidad, Salvador Montediablo ............................................... 13 Alas a los alacranes, Fredy Landeros .............................................. 15 Los cañones de Mazatlán, Luis Antonio Martínez Peña ................. 17 Paréntesis necesario, Guerrilleros Band ......................................... 19
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ABRIL 2021
Fuck the reality / Nowhereman, Mazatlán
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La mota en la vida de las personas* Hay momentos que nadie nos puede quitar. Cuando andamos en bici por primera vez, por ejemplo. El primer coito. Al policía, su primera balacera. Al piloto, su primer viaje. Con tanto significado, todos los consumidores de marihuana recordamos el primer porro. Una vez conocí a un piloto aviador que fumaba churros. A un policía también. Es archisabido que en todo el mundo se consume. La recepcionista del hotel fuma después del trabajo. El dentista compra brownies cannábicos. El abuelo con artritis, la madre con Parkinson y la vecina con artrosis. El turista que llega necesitado de recreación. El maestro universitario. La arquitecta, la contadora, el camionero, la maquillista, la cajera del OXXO. Ya no hay novedad. Eso que pensaban nuestros padres y generaciones anteriores: “la mariguana es consumida por el malhechor”, quedó atrás, y nos damos cuenta que ahora no respeta preferencia sexual, religión, cultura o clase social. Han quedado atrás los años en que era para vagos, hippies o artistas. O hippies artistas vagos. Ahora la vemos de cerca y sabemos que hay un mundillo escondido en todos los barrios y todas las ciudades. Un mundillo de gente que consume marihuana cada día, cada hora, al despertar y al dormir. Crean códigos y lenguajes, la cultivan o la compran, se esmeran por compartir información que desmitifique al cannabis. Se mantienen atentos con la lucha por su despenalización y las investigaciones sobre su papel en la medicina y la industria. En el municipio de Mazatlán, Sinaloa, no es fortuito que la marihuana tenga popularidad. Una vez entrevisté a un salvavidas/policía y dijo:
No hace falta saber por quién doblan las campanas al momento de que un policía detiene a alguien con mariguana. No le interesa realmente la seguridad, sino el dinero. Sabiendo la realidad, surge al aire una pregunta que va desde la estigmatización y criminalización a los usuarios, hasta los procesos legales para sembrar y cosechar. Es sobre el futuro del cannabis: ¿hacia dónde corre el aire? Julio Zatarain *Este texto pertenece a una crónica de investigación que se extiende en diversos temas. Puedes leerla completa aquí: www.tierraadentro.cultura.gob. mx/la-yerba-del-pacifico/
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—Aquí en la playa todos fuman —dijo el salvavidas— hay gente bien que viene a la playa, niñas de quince años que uno se queda “¿cómo van a drogarse ellas?” Pero luego las cacha uno allá en las piedras fumando. Ya no es precisamente el cholo tatuado quien fuma. No debería decírselos, pero si van a fumar en la playa, primero vean hacia dónde corre el aire. Como en estas fechas el aire viene para este lado –levantó arena con el pie para comprobarlo–, me llega el olorcito y me arrimo.
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SANDRO
Javier Pacheco. Querétaro, 1995
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* Sandro, mi dealer, tiene una motoneta morada y hace pedidos a domicilio. Usa cubrebocas y sanitiza sus manos después de cada entrega. Dice que hay algo positivo en la pandemia: que no hay tráfico ni fisgones. Pero ya está harto de trabajar. Exige cuarentena pagada, (como todos en este país), para no poner en riesgo a Roxana, su madre, una ex prostituta fina que ahora tiene los dientes amarillos, estrías en la panza y diabetes. Exige cuarentena para quizá terminar breaking bad o regar las plantas. Pero la vida no es justa con él y hay oficios que nunca paran:
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Como el de los médicos. Como el de las prostitutas. Como el de Sandro.
POEMAS DE JOSE ZENTENO Chiapas, 2001
Reseña de Clímax Pálida grupal Prioridades Al maldito marihuano se lo lleva la policía Los vecinos se pusieron de acuerdo No era posible tanta degeneración en la cuadra El olor a hierba quemada no está más Sólo queda el eco sordo gritos de la vecina siendo golpeada todas las tardes
DOS POEMAS PACHECOS Abssalón, Ciudad de México, 1995
Sábana blanca
Mi alegría es más débil que el sudor de todas las rutinas Primera calada La segunda más profunda que la primera Los animales van perdiendo los colores, enseguida las apariencias Cien ojos y cien lenguas anuncian un vuelo de pájaros muy cerca de mis retinas Múltiples, invisibles dificultades, mi cuerpo es invadido por plumas de todas las formas Alrededor de una fuente una patrulla medita, una pulga la observa Tercera calada, mi alma vibrante, mi alma vibrante Secretamente moscas en todas las direcciones zumban su dulce tonada maestra Es un placer que ostenta profundas melodías Es un ritmo salvaje y congelado, es aún mayor que la gracia que nos hace gritar y respirar Es un ir y venir pausado, donde no hay caminos, sólo direcciones cruzadas. En la hora de la inmovilidad total Mis ojos aúllan, son cantaros de fuego Lentamente infinitamente Mis manos se cruzan con mis pasos Escalo un árbol toco la punta del horizonte Caigo a intervalos irregulares Ahora expulso suaves tormentos de humo El humo dibuja una serpiente Me monto en su lomo Soy una espiral un cabello enroscado en el aire Constelaciones Explosiones a la altura del corazón Ojos que se cierran miradas que no calculan su orbita Mis manos quedan reducidas a dos arañas Y todo lo demás ya lo he olvidado.
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Estoy más grifo que ayer pero menos que mañana
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De vuelta a la tierra
Alex Scandiacus, Guadalajara, 2001 Necesito sentirme terrenal de nuevo Sólo veo seres de luz Persiguiéndome. No puedo distinguir algo divino. Escapo de esta etériedad. Tal vez sea por los sonidos Aquellos que entran a mi cuerpo. Hacen que estalle. Me siento como si saliera. Nada me parece tan real Es extraño. Siento que debo escapar O podría perder el sentido. Podría ser algo eterno. Sería el peor castigo.
Del contacto empático. Para sentirme vivo una vez más. Deja tu cuerpo afuera, Tu mente necesita ser sanada. Prometo tratar. Promete intentar. Eres lo que me mantiene en la tierra, Lo que evita que me vuelva luz. U obscuro goce. Abandona el estado físico. Y ven a sanar conmigo.
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Desaparezco en espirales hacia arriba. No quiero ir arriba Pues lo que amo viene de la tierra. Espero pacientemente a que mi cuerpo se pudra en ella. No es temporada de tornados. No es temporada de irse.
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Canto despacio. Dirigiéndome a un lugar seguro. A mi habitación obscura. Lejos de la luz humana
La dieta de la manzana verde Roy Morales, Monterrey, 1997
Martha se encontraba al borde de la puerta del salón parroquial, seguía con la mirada el segundero de su reloj mientras que, con la otra mano mecía de un lado a otro la punta de su paraguas contra el suelo. Elena, adentro, se despedía amenamente de sus compañeras Las seguidoras de María, una por una, hasta que culminó con Paty, a la que tras darle unas palabras al oído le dio un fuerte abrazo. Ésta, conmovida, en respuesta le apretó ambas manos en agradecimiento y Elena se dirigió hacia la salida. —¡Ay! Una disculpa por la tardanza, comadrita, ya viste como somos todas de unidas. Martha asintió y abrió su paraguas, salieron del recinto parroquial. Durante la caminata sobre la calle, las mujeres además de seguir la sombra que los árbolesdaban, ni tardas ni perezosas, comenzaron a platicar sobre la jornada. —¿Y qué te pareció tu primera sesión de estudio de biblia? —Pues todo muy bonito, comadre, no pensé que fuera a aprender tanto.
—Y no es por nada, pero pues yo pienso que la culpa es de Paty, sino ¿de quién más? Unacomo mamá tiene que estar bien al pendiente de los hijos. La chamaca ha de querer atencióny hace eso, a mí se me hace que Paty ni la ha de cuidar y ahora sí, mucho sufrimiento. Elena siguió con su discurso sobre Paty, su hija y la bulimia, mientras Martha asentía a todolo que de boca de su amiga salía. Interrumpieron la plática cuando hicieron alto en la calle Manzanares porque Elena entró a la frutería que se encuentra en la esquina. Se pasó de largoy sin saludar a la dependiente, fue a la sección de frutas con paso seguro, cogió las manzanas verdes que lucían más bonitas y las que tenían algún defecto las aventó sin escrúpulos haciael resto. Cuando terminó su compra salió y siguió su recorrido con su amiga.
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—Te lo dije cuando te invité, tan hermoso que es conocer sobre la palabra del Señor Elena elevó sus manos hacia el cielo. —Oye comadrita, cambiando de tema, no es por ser chismosa, pero ¿por qué la señora, que creo, se llama Paty, se puso a llorar a mitad de la lectura? –preguntó Martha. —¡Ay!, si supieras… –hizo una pausa y se llevó la mano al pecho en señal deconmoción– pues, resulta que la chamaca le salió bulímica y el otro día, hasta se andaba muriendo. —Jesús del huerto –interrumpió Martha.
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—Lo bueno es que mi Ivette es muy saludable, de un tiempo acá come muchas manzanasverdes, comadre, de seguro ha de haber visto en el TikTok alguna dieta, pero pues esta dietasí es natural, nada de andarse metiendo los dedos a la boca. —A ver si dejas que Ivette vaya y le dé el ejemplo a aquella muchachita para que no andede cochina. De paso le dices que me pase la receta, comadrita, yo también quiero tener cuerpazo como ella –Martha soltó una risita. Iba Elena muy oronda hacia la puerta de su casa con kilo de manzana en mano tras despedirse de Martha, estaba ansiosa por ver al tesoro de su casa y enseñarle que ya le traía más manzanas. Abrió la puerta y escuchó música que provenía del cuarto de su hija, subió las escaleras y al llegar a la puerta de la habitación le llegó un olor extraño, se detuvounos segundos extrañada y luego prosiguió a abrirla. Al entrar, vio a Ivette sorbiendo un orificio de una manzana, mientras que con la otra le daba con la flama de un encendedor porel otro extremo. —¿¡Con qué esa es tu dieta de la manzana verde, hija de tu pinche madre!? –retumbó por toda la casa la voz de Elena. La hija volteó despavorida, la manzana rodó por el suelo y de la boca de Ivette salió unadensa nube de humo.
Vagabundo
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Berenice Vázquez, Durango, 2000
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Él reposaba en la línea que separa la calle de nosotros. Puedes ver en los pliegues de su rostro que nació solo. Su pasatiempo favorito: regar veneno por las calles con su flama incertidumbre de vivir en vano todo este tiempo, dueño de sí mismo pero esclavo de sus placeres parecía no tener
ángel de la guarda aun así prendía una vela, se la ponía en la boca y exhalaba suavemente con el único propósito de por fin acercarse a Dios entre rezos cada calada lo consumía se elevaba así un día llegó al cielo su humo de plegarias.
El placer es una esquina por allá del 2007 Alfredo Garcidueñas, Michoacán, 1992
Además del fuego, Prometeo nos dio la mariguana. Así comenzó su peregrinar en una balsa de serpientes por el cruel goce de ser devorado. La hoja de ganja se parece a las estrellas, es un campo abierto donde no se muere a prisa, donde no se petrifica al mirarla, donde no se apaga y cuando abres los ojos muy dentro, Prometeo, formas de vida invisible te muestran la lengua cáñamo
cannabis
María Juana
mota
ahí donde los fraccionamientos se construyen, donde familias crecen y se enredan como cables de luz, naces, entre cantos y cuidados y sol y agua, semilla germinada semilla navegante que precisa del delirio para confundirse con la paz y el viento.
Préndelo ahora que no hay placa, Prometeo, fuma hasta que tus huesos se vuelvan fantasmas y crucen por ti los días y recuerdes donde estuviste antes.
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El placer es una esquina por allá del 2007 cuando vimos por primera vez cómo le quemaban las patas al diablo.
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La marihuana un superalimento en México
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Aníbal Peralta
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En la actualidad México está pasando por un momento de suma importancia que posiblemente marcará su futuro económico: la legalización del cannabis. Si bien ya sabemos que el cannabis medicinal es una gran medicina natural que tiene grandes cualidades benéficas a la salud, la mayoría del cannabis que se consume en nuestro país es por medio de la combustión (fumar) lo cual nos produce graves daños al aparato respiratorio. Por otro lado, sabemos que el campo de aplicación del cannabis es más amplio que sólo un porro o un cigarro electrónico. Por ejemplo, los beneficios en la infraestructura que podría generar dentro de la industria textil, combustibles orgánicos y sobre todo una gran puerta al mundo de los alimentos y las bebidas. Para entender por qué digo que es “un super alimento en México” tenemos que remontarnos a la historia de los primeros usos del cannabis en las culturas de medio oriente, donde se utilizó como medicina ancestral por varias culturas creando ceremonias, festejos, rituales y preparados con cannabis, usos que después se fueron expandiendo a lo largo del mundo hasta llegar al nuevo continente con el descubrimiento de América. A pesar de que la marihuana no nació aquí en México, sí es uno de los países con las mejores condiciones climáticas para la reproducción de esta gran planta. Actualmente México se encuentra entre los primeros países productores de marihuana, a pesar de que aún no está legalizada. Pero ¿qué tiene que ver esto con la gastronomía? El cannabis es considerado un superalimento por sus altas aportaciones nutrimentales por todo lo que se deriva de él. Hoy en día el uso del cannabis en platillos se está volviendo un segmento de gran interés para personas que desean medicarse sin fumar, para personas que desean tener una experiencia diferente a la hora de comer sus platillos o simplemente para divertirse un día con los amigos e incluso con la familia. El uso del cannabis en la cocina tiene grandes y diversos usos, desde sus cannabinoides ácidos que se encuentran naturalmente en las flores que aún no pasan por un proceso de descarboxilación, hasta extracciones de cannabinoides específicos para su mezcla con otras grasas como pueden ser mantequillas, aceites, mantecas, cremas, leches, harinas y toda clase de ingredientes. Pero la verdadera magia no está en preparar un plato, sino en controlar adecuadamente los tiempos y las temperaturas para no quemar las propiedades de la planta. Por ejemplo: • Si queremos preparar unos clásicos brownies, tenemos que descarboxilar la hierba antes de cocinarlos, y es tan sencillo como meterla al horno a una temperatura de 120° C durante 30 minutos. • Para preparar jugos de cannabis saludables que ayudan a desintoxicar el cuerpo y nos ofrecen todas las vitaminas, minerales, aceites esenciales y proteínas que contiene la planta, es necesaria la planta en crudo y lo más fresca posible para que no pierda ninguna de estas propiedades. • Para hacer aceite de cáñamo y aprovechar los aceites esenciales Omega 3 y Omega 6 es necesaria la semilla de la planta que es la que más concentración de aceites esenciales contiene para extraer por medio de un prensado.
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• Si queremos hacer tinturas, se necesitas flores de la planta que, dependiendo del uso de la tintura, deben estar descarboxiladas o no. • Para hacer infusiones en aceites o mantequillas, son necesarias las flores previamente descarboxiladas y un mínimo de maceración de 8 horas en la mantequilla controlando la temperatura y un mes en el aceite a temperatura ambiente. • Para hacer cócteles, se deberán macerar las flores en el destilado de su preferencia (vodka, tequila y ron son buenas opciones) cuanto más porcentaje de alcohol posea, se extraerá más rápido, de igual forma se recomienda un tiempo de maceración de 3 a 4 semanas. • Si queremos hacer leche cannábica, debemos cuidar la temperatura a la cual se hace la infusión y saber qué cannabinoide es el que queremos conservar, ya que si llega a una temperatura de ebullición comienzan a perderse ciertos cannabinoides y terpenos. A raíz de la obtención de estos ingredientes básicos en la cocina podemos elaborar un sin número de preparaciones mezclando ingredientes de todo el mundo. Pero la gran noticia es que en México no necesitamos de armarios especiales para el cultivo de cannabis, por lo que creo que el cannabis podría convertirse en un gran símbolo de la gastronomía mexicana, como lo ha hecho el mole, el chile, el tequila, el cacao y hojas comestibles como los quelites. Sin considerar también que el placer que te producen las experiencias bajo los efectos del cannabis son más perceptibles y mucho más placenteras, siendo una sensación que a lo mejor no a todos les gusta, pero definitivamente despierta algo en la persona, algo nuevo, algo que jamás había sentido, la percepción y apreciación de lo inexistente e inmaterial, un mundo de pensamientos que se encuentran y ayudan a romper esas barreras que uno como persona tiene, es una gran herramienta y en nosotros se encuentra la habilidad de educar a las personas para que sepan usarla, experimentarla y obviamente a trabajar con ella. “El cannabis es salud, no una droga”.
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BESOS
Paula Calzada, Mazatlán
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He visto besos pelear entre las callejuelas a ver quién gana la mejor actuación, los he visto en baches disfrazados de oasis, besos desenvainados escurriendo fruición, los he visto temblar en alas caídas y moribundas sin que alguien se apiade de ellos, otros envueltos en la cobertura de labios en acecho, los he visto caer de las carteras o cuando abren los bolsos y rodar perdidos por el pavimento, ¡sí, he visto besos actuados graciosos, hipócritas, farsantes, pero nunca los había visto debajo de tu vestuario, no estaban dormidos, tampoco tranquilos, me estaban esperando!
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Fría realidad
Salvador Montediablo Después de leer una novela de ciencia ficción juvenil barata, encendí un churro de mota para relajarme, con lente oscuro y una sudadera de pokemón salí a las calles de finales de otoño, las cuales me recibieron con un abrazo frío que auguraba un diciembre congelador. Me senté somnoliento en una banca del parque más cercano, apenas se metía el sol, cerré por un momento los ojos para viajar a lo más profundo de mis pensamientos llenos de turbación, analizaba la distancia entre el frío y el calor, y la quimérica pregunta de cómo quisiera morir si tuviera la posibilidad de elegir entre uno de estos dos estados de la temperatura. Imaginé dos puertas tan iguales por fuera pero tan diferentes por dentro, donde el pomo dorado de la puerta derecha se derretía y caía goteando como brea en un suelo imaginario y blanco. En cambio, la puerta de la izquierda contaba con un pomo parecido a una gota de agua horizontalmente congelada y filosa, que me incitaba con más ímpetu a abrirla. La abrí girando el pomo haciéndome pequeños cortes casi invisibles en la mano derecha, pero sin sentir dolor. Di un paso adelante con un vaho que mi cuerpo dejaba salir, el cual fue interrumpido por mis manos empuñadas y entrelazadas entre sí sobre mis labios, buscando calentarlas, al mismo tiempo que mi mirada se perdía entre la espesa blancura de aquellos grandes glaciares que majestuosos se erguían sobre un mar de distinguida transparencia, eran inconmensurables aquellas medidas horizontales que de glaciar en glaciar se acercaban al infinito flotante. Caminé sobre aquel piso macizo y resbaladizo que parecía, iba romperse en cualquier instante hasta llegar a un iglú.
Logré ver muy opacamente a un hombre de espaldas con una chamarra muy pomposa y abrigadora, parecía estar llorando, se movía mucho agitando sus manos, cuando le hablé, sólo me respondió con un gruñido, me enojé y le grité. Dejó de sollozar y apareció un silencio que sólo el rugir lejano de un oso pudo romper. Me hizo sentir temor. Me acerqué al pequeño y robusto tipo, puse mi mano sobre su hombro y volteó rápido, derribándome. No pude reaccionar ante su rostro lleno de sangre, sus ojos rasgados y un bigote ensangrentado. Me hice a la idea de que estaba alimentándose de osos o pingüinos, pero la rechacé al ver detrás de él un cuerpo tendido, con un hueco en el estómago, vacío. Volví rápido la vista hacia el esquimal que estaba paranoico gritando en una lengua extraña que dañaba mis oídos y mis sentimientos, de seguro me maldijo más de dos veces o simplemente era su ritual antes del desayuno. De sus manos negras escurría sangre, pude zafarme, salí corriendo del iglú, quería salir de ese estado de visitante, estar en otro mundo imaginario me estaba perturbando, no podía, me forzaba con los ojos cerrados a querer concentrarme y salir, no podía regresar al mundo real. El esquimal se relamía la sangre de los labios con una larga y roja lengua, avanzaba lentamente hacia mí, sacó de su bota un afilado un cuchillo que reflejaba la débil luz del sol.
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Llegué al lugar, que me recibió con una mochila tirada y varios artículos de caza en la entrada sin puerta. Entré en él. ¿Qué me podría pasar?, era mi alucinación.
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Él corría con pequeños pero veloces pasos, parecía tener un pie más pequeño que el otro, pues su correr era muy irregular, cuando sorprendentemente estaba a punto de alcanzarme, se escuchó un silbido resonante. Algo como un hombre con cola de sirena, musculoso y con barba azul que parecía flotar, silbó. El esquimal con una obediencia llena de abnegación, corrió hasta su lado, sentándose y moviendo el rabo como buen canino, todo esto mientras ese gran pez andante de dos metros le acariciaba la cabeza como buen amo. Yo temblaba, una sonrisa de miedo acompaño mi jadeante respirar. Hay veces que la lógica del pensar es parte de un rompecabezas donde la razón, es solo una pieza perdida. El gran hombre pez de piel azul clara, me clavó la mirada fijamente con sus ojos, yo sólo respondía a esa tensión rascándome la cabeza, el frío aumentaba, con mil incógnitas invisibles rodeando mi irracional actuar, me acerque a él, con una inexplicable confianza sacada no sé de dónde. Por un momento olvidaba que era parte de mi imaginación, de esa alucinación nacida del humo de la mariguana y que sólo sería cuestión de despedirme de él y salir hacia el mundo real. —Ahora rios son más
creo feos
que mis que antes –dijo
caóticos el hombre
delipez.
—¿Perdón? No, de hecho, tú eres una alucinación mía producto de las drogas. Yo soy tu padre, pero ya estoy a punto de despertar y… –fue interrumpido mi soberbio hablar por unas risotadas provenientes de él. —Yo seré quién despierte, tú te esfumarás, junto con este sueño –entonces se movió algunos metros hacia atrás dejándome ver un gran charco de agua, donde estaba yo, placenteramente dormido en la banca. Yo era entonces, su maldito sueño…
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—La verdad es que eres un buen anfitrión en mis alucinaciones, tan real, tan vivo –dijo el gran hombre pez, que aparentemente despertaba al alba del sol. Sólo cerré los ojos, esperando que él tuviera otra pesadilla y yo volviera a actuar en sus maquiavélicos sueños, con la esperanza de ser real la próxima vez.
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Alas a los alacranes
Érase una vez, en un pueblo muy lejano, para nada mágico y exageradamente ranchero, siete enanos punk maquileros que se dedicaban a trabajar como burros toda la semana y a emborracharse viernes y sábados. Cuenta la leyenda que eran los siete punks rancheros alcohólicos que fundaron el punk en la ciudad. Daban poco chivo a sus viejas con mil hijos y en cambio se gastaban su lana pisteando y tocando con su desafinada banda. Cierto día, uno de esos sábados alcohólicos, mientras yacían tirados en la plaza de armas, llegó alguien nuevo a la ciudad, era punk, agüevo, se le notaba, traía botas tribaleras, los pantalones rotos, una camisa desajustada, un vino de veinte varos y un peinado tan, pero tan punk, que no pudieron evitar hacerlo compa. Su nombre era Fermín, el cabeza de alacrán, le apodaron por su extraña trenza que salía de abajo de su cabeza y culminaba en su frente relamida de gel con un piquito, estilo Misfits. La amistad entre los punks es la más sincera: comienza hablando de bandas, morras y luego haciendo coperacha para los tabacos y el pisto, todos pegados de la misma botella, si eso no es hermandad no sé qué lo sea. Total, los siete punk rancheros y el cabeza de alacrán se hicieron compas y lo invitaron a una tocada de SkaReggaePunkSurfRapAdolescente con quinceañeras borrachas. No tenían mucha lana, pero sí un chingo de ganas de pistear y de echar un palomazo. No había espacio en el evento, pero qué más da, a los punks les vale verga, el escenario era suyo aunque nadie los hubiera invitado. Al fin llegaron a la cueva donde se llevaba a cabo el toquín. Ya andaban medio pedos y apenas eran las once de la noche, se les iba a acabar la feria y, para acabarla de chingar, el del bar no los dejaba entrar. “No hay pedo”, dijo uno de los siete enanos punks, “nos vamos a portar bien”, era el que andaba más sobrio, o no tan pedo, “si nos das quebrada te hago un tatuaje gratis, es más, voy hasta tu casa, nomás pichas una guama”. Tal argumento convenció al güey de la entrada. Ya adentro formularon un plan, casi no traían lana. “Divide y vencerás”, dijo uno. Cada cual se fue a robar cheve, tequila, mezcal y cigarros, bueno, no es robar, nomás pedir prestado, por un rato, en lo que se empedaban. En cuanto vieron el escenario vacío, se subieron y agarraron los instrumentos, hasta invitaron al Fermín cabeza de alacrán, “no hay pedo que no sepas tocar, ni te sepas las rolas, tú dale”, lo alentaron antes de subir. Pasaron dos rolas hasta que llegaron unos vatos y los sacaron, el público no pedía más, los abucheaban, les aventaban cerveza y mentadas de madre, “agüevo, fue un éxito, como los Sex Pistols”. Los sacaron del lugar con una patada en el culo y una maldición; “están vetados por los siglos de los siglos santos, amén”, lo mismo de cada semana. Afuera de la cueva estaban tres gorditas bailabanda con mochila verde amarillo y rojo fumando mota y con una caguama en una bolsa negra. “Déjenmelo a mí”, dijo el enano punk que andaba siempre más pedo que todos, ese cabrón siempre agarraba vieja diciendo, “toco en una banda, soy baterista”, y que jalan. Se montaron todos en una carroza mágica que los transporta como sardinas con un chofer mirando por el retrovisor que no vayan haciendo tanto desmadre, y todo por veinte pesos que terminaron pagando las gorditas.
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Fredy Landeros, Durango, 1990
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Acabaron como todos los fines en la casa del único enano punk que tiene casa, allí mismo donde tatúa chacas y malandros por cincuenta pesos con su máquina hecha con un motor de carro de juguete y una cuerda de guitarra. La casa está bien lejos, allá donde los cholos no duermen por tanta piedra filosofal y las calles están más oscuras que la chingada. La última coperacha de la noche se ve prometedora, las gorditas pichan, órale, un putazo de cheve y tres botellas de Tonayán para rematar. El cabeza de alacrán no dice nada, anda ya bien pedo, quién sabe dónde anda o con quién, Él nomás pistea y los voltea a ver como un niño perdido, no sabe nada de este desmadre. Como a eso de las cuatro de la mañana el enano baterista, el enano guitarrista y el enano guapo que no sabe hacer nada, se desafanaron con las gorditas, uno al patio, otro al baño, y otro a la brava en la sala, les iban a dar pa’ sus chicles. Siempre se quedan los mismos sin coger, hasta el cabeza de alacrán se agüitó. No pasó ni media hora cuando las morras se fueron caminando; “a ver si no se las roban los cholos”, les gritaron. Disque ya era bien tarde, sí, cómo no, nomás querían coger, lo consiguieron y se fueron, así son todas”. A las cinco y con la última botella de licor, vieron un alacrán parado en la pared (aplausos) en la pared (aplausos) en la pared (aplausos). “Como que ya hace hambre”, dijo uno de los siete enanos punks; “allá en el centro guisan los alacranes y se los comen en un taco ¿a qué no te lo comes, culo?”, dijo otro enano. “Agüevo que sí”, respondió, era el enano baterista punk ranchero más valiente y pendejo de todos. Agarró el alacrán de la cola, le picó como tres veces antes de poderlo agarrar bien, pero no sentía, andaba hasta las nalgas. Se tambaleó un poco y se le echó a la boca: “¡Pendejo, la cola no se come!”, y todos se soltaron riendo hasta que se desmayó. Un enano punk habló a emergencias, pero ya era tarde, esté cabrón se había pelado pal otro mundo. Al día siguiente salió en las noticas del canal 10: “muere joven punk ranchero por congestión alcohólica y envenenamiento por picadura e ingesta de alacrán”. Luego de ese día jamás volvieron a ser los mismos, les faltaba uno, ya no eran los siete enanos punk rancheros, no, ahora eran los seis enanos punk rancheros. Del cabeza de alacrán, el Fermín, jamás se volvió a saber nada. Algunos dicen que se le ve igual de callado por las noches inhalando polvo mágico y pidiendo pa’ un taco, dicen también que ya no lo recuerda, que olvidó aquel día en que experimentó lo fácil que es ser punk.
Los cañones de Mazatlán.
En la cumbre del cerro del Vigía se encuentra la Pérgola Ángela Peralta, cuya estructura en arco y vigas de concreto dan son la entrada a un mirador, en cuya explanada y sobre un pedestal descansa un viejo cañón diseñado y fundido el siglo XIX. Desde el mirador y rumbo a al sur como en un lago de maqueta se contempla el muelle de lanchas de pesca deportiva un pedazo de mar acotado por sus escolleras rocosas, y luego se disfruta el Océano Pacífico en su infinita extensión azul. Se ve a plenitud el cerro del Crestón y en su cumbre el faro, una de nuestras presunciones locales de mayor altura en el mundo, sin que nadie aclare la verdad o mentira sobre este tema. En el mismo mirador y al poniente aparece el océano y los islotes rocosos conocidos como piedras blancas y el frente rocoso del paseo del Centenario y su glorieta del Corazón; al oriente el tajo de cerro de la Isla de Chivos, atrás la isla del Cardón y la Isla de la Piedra con su fina y larga línea de playa, resaltando el verde de ondulantes y esbeltos cocoteros. El mirador del vigía se ha visitado desde siempre, ahí ha estado en forma rustica, desde que se unió el Cerro del Vigía con Olas Altas en 1828 con un terraplén para impedir el paso del mar al área del muelle en playa sur. El cerro perdió su carácter insular; y con esta unión del cerro del Vigía a un costado y bajo su resguardo a los azotes del temporal se instaló el edificio de la aduana y se construyó también un muelle de puntales, vigas y tablones. Por ese rumbo, pero dominando la entrada al muelles, también se instaló un cuartel militar que conocemos hasta hoy con el nombre de la Batería. El Correo de la Tarde en su edición del 11 de septiembre 1893, en la sección “Dentro y fuera de la ciudad” se informa que de una embarcación de la Marina Nacional llamada “El Demócrata” se hicieron bajar tres piezas de artillería. El mayor fue instalado en el reducto o fuerte 31 de marzo y en la nota se menciona que pronto quedarán instalados los dos menores. (Hay quien asegura que fueron cuatro, pero nosotros nos atenemos a la existencia y sobrevivencia de tres y a lo dicho por tan confiable fuente periodística). Así unos cañones en mal estado finalmente terminaron por convertirse en atractivas piezas de ornato en los fortines y miradores de Mazatlán. Se documenta que uno quedó en el fuerte 31 de Marzo; el otro en el fortín llamado la Batería y el tercero ocupó su sitio en el Mirador del Vigía. Los tres con las mismas características de construcción y origen. Los tres provenían de armerías inglesas, cómo la mayor parte de cañones de hierro que se dispararon en todas las guerras del mundo que del siglo XIX. Sin embargo, ninguno de estos tres parece que se hayan disparado por la Armada o el Ejército de México contra enemigos externos. Mucho menos que hayan sido disparados en contra de los franceses como luego se dice a la ligera por guías de turistas aficionados de la historia que abundan por estas playas. Lo cierto es que fueron adquiridos por el gobierno de México para la armada nacional y en el momento indicado fueron desechados y ahí están de adorno para siempre o hasta que pierdan su última batalla y sean tan sólo metal oxidado arrastrado por el viento.
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Luis Antonio Martínez Peña
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El mirador del Vigía y el fortín de la Batería pasaron a formar parte del Paseo del Centenario en 1910. En el marco de las fiestas de celebración independiente se alimentó la intención de crear un bosque de la ciudad en el Cerro del Vigía, con miradores y jardines para el deleite de mazatlecos y visitantes y los cañones parte del atractivo. En 1943 el Mirador es objeto de remodelación se construye la pérgola y se dota al cañón de una plataforma que lo eleva del suelo y da realce a su fortaleza de arma de combate. En la pared trasera de la plataforma que sostiene el cañón se encuentra una placa consignando la siguiente inscripción: “Los mazatlecos siempre han defendido con gallardía las tierras de México este cañón es testigo del patriotismo de los habitantes del puerto. Trinchera de la libertad. Por ello la Junta Federal de Mejoras Materiales a iniciativa del C. Coronel Rodolfo T. Loaiza. Gobernador constitucional del Estado construyó esta pérgola como homenaje a las democracias del mundo. “ Así el gobernador Loaiza utilizó propagandísticamente la instalación del cañón en su plataforma y el hermosamiento del mirador con una pérgola aprovechando el mes de marzo, celebrando que las fuerzas armadas de México tuvieron combate victorioso contra la embarcación “La Cordeliere” evitando el desembarco de los franceses en playas mazatlecas en marzo de 1864. La alusión a que ese cañón haya sido “testigo del patriotismo de los mazatlecos” no es otra cosa que propaganda y exaltación nacionalista en el marco de la Segunda Guerra Mundial y de una amenaza que eventualmente nos llegaría por mar como la francesa de 1864. En 1943 las democracias del mundo luchaban en la Segunda Guerra Mundial en contra de Alemania, Italia y Japón. Nuestros cañones de ornato también tienen una historia técnica, misma que nos aportan los datos grabados en la cureña y en sus muñones de apoyo. Echando mano de la simple observación de la pieza estos datos nos dicen que el cañón de El Mirador fue construido en la Armería Vavasseur en Londres en el año de 1875. El cañón al igual que los otros dos fue producto de la inventiva de un capitán del ejército británico llamado Theophilus Alexander Blakely, quien introduce el rayado en el interior del cañón y utiliza tres tubos de hierro de distinto grosor, unidos internamente con anillos de acero, lo cual fue una revolución en la técnica de construcción armamentista. Theophilus Alexander. Blakely vendió estos cañones a varios gobiernos de Latinoamérica y hay constancia de haberse utilizado en la defensa del Callao en Perú cuando los gobiernos de Ecuador, Perú, Chile y Bolivia enfrentaron una expedición de la marina española en 1866. También se documenta la presencia de cañones Blakely en el Ejército Confederado durante la guerra de secesión americana de 18611865. La armería de Josiah Vavasseur en Londres fabricó cañones Blakely. El cañón que se encuentra en el Mirador consigna en su muñón de apoyo ser el número 830 con un peso de 83 CWT, equivalente a cuatro toneladas. Fue construido en 1875 y desechado para 1893 cuando fueron desembarcados del cañonero “El Demócrata” en el puerto de Mazatlán y destinados desde entonces al ornato de nuestros fortines y miradores. Cañones de utilería, utilizados como elementos escenográficos de nuestro nacionalismo y a la exaltación de la fantasía popular.
"Incluso en el peor momento de soledad y desfalco económico, o la cruda más fatal, la música nunca nos abandonará, ya que ofrece el Paréntesis necesario”. Eusebio Ruvalcaba
GUERRILLEROS BAND CONCEPTO: El concepto de Guerrilleros Band es música de conciencia que se puede bailar. Obedece a la música de reggae que con el tiempo se hizo tradición en el puerto de Mazatlán. La idea es escribir y tocar canciones propias en la que se hable de la realidad social, resistencia y también de vacileo. ANTECEDENTES: La banda se formó en 2013 y muy pronto comenzó a tocar en bares de la ciudad las canciones populares de Bob Marley y otros grupos. En el 2014 fue su primer concierto masivo al abrirles el concierto a Los Cafres. Años después publicaron los videos Olas Altas y Más música, y poco después Tipo problemático, que se encuentran en YouTube.
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FUTURO: La banda publicó su primer discografía en todas las plataformas digitales en el año 2020. A causa de la pandemia se restringió el evento de presentación pero todavía están a la espera para poder volver a pisar los escenarios.
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Fuck the reality / Nowhereman, Mazatlán
Alcantarilla es una revista mensual de difusión de arte, con enfoques literarios, impresa en Mazatlán, Sinaloa, México, de alcances globales vía internet, organizada, impresa y difundida de manera independiente por el colectivo literario La Ballena Literata.
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