#42 11—12_2020
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La agitada vida del dibujante + Demon's Souls + Erik Urano + Los gatos de Steinlen
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¡HOLA! La portada de Sergi Puyol parece un vaticinio de lo que nos espera: encerrados en casa (tele)trabajando, pero es la realidad habitual de los dibujantes de cómics de toda la vida. Una soledad que muchos autores han descrito en su propia obra de manera biográfica y que recogemos en nuestro reportaje central. Esa misma sensación de abandono es la que vive el protagonista de The Longing, un videojuego en el que debemos esperar 400 días (casi en tiempo real) a que nuestro amo se despierte. Una larga espera han sufrido también los fans de From Software hasta que el estudio al fin se ha dignado a hacer un remake de su admirado Demon’s Souls, el título que lo empezó todo. La crítica Desireé de Fez reflexiona en su ensayo Reina del grito los miedos femeninos a través del cine de terror. Un proceso psicológico similar realiza la protagonista de la serie Gámbito de Dama, que purga sus traumas a través del ajedrez y las drogas. El pintor francés Steinlen también empleó un elemento para hablar de otros temas de manera velada; sus dibujos de gatos en el París de la Belle Èpoque fueron muy populares y reflejaban la agitación de la época, así que ahora se recopilan por primera vez en España. En Bilbao, mientras tanto, vuelven los festivales como buenamente pueden. UrbanBAT nos presenta un peculiar gabinete de crisis para sobrevivir al convulso panorama, a través de una ficción con mucho de realidad. Zinebi, por su parte, crea una nueva sección donde cineastas consagrados como Luca Guadagnino o Jonathan Glazer regresan con nuevos cortometrajes rodados en este aciago año, el formato con el que empezaron sus laureadas carreras.
Cactus #42 →noviembre →diciembre 2020 Un proyecto de →Sandro Gomato, →Koldo Gutiérrez →Elizabeth Casillas Han colaborado en este número José Blázquez, Roberta Vázquez, Xavi Daura, Peio Azcona, Eva Cid, Gerardo Vilches, Sergi Puyol.
CACTUS #42
Diseño →Querida Duska, Imprime →Another Press Depósito legal →BI-669-2013 Contacto →info@revistacactus.com Publicidad →publicidad@revistacactus.com
@revistacactus Cactus no se hace necesariamente responsable de las opiniones de sus colaboradores, aunque les arropará con una mantita si algún día la necesitan. Ningún contenido de esta publicación puede ser reproducida por ningún medio sin el permiso previo del editor. © de textos e imágenes: sus autores
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LA PAZ QUE TE MERECES →José Blázquez
CACTUS #42
LA ESTRATOSFERA
Es posible que no lo sepas todavía pero ya eres de esa clase de personas que somos todos nosotros, los que existimos póstumamente, los que vivimos sin sangrar, los que enfermamos sin padecer dolor. ¿O acaso no has empezado a soñar con la absoluta templanza de un mundo asintomático? ¿O acaso no es tuya, absolutamente tuya, como es ya la nuestra desde hace tiempo, esta virtud del vacío, en donde todo ocurre sin que nada se sienta? Sí, míranos a todos y a cada uno de nosotros y nos reconocerás como se reconocen los habitantes de una misma ciudad. ¿No ves que en esta mirada decaída que nos damos con desdén no hay ni fuego ni hielo, ni filos ni ángulos, sino solamente la tibieza? ¿No te das cuenta de que esta indolencia que compartimos ya es lo único que cabe entre nosotros, un roce apenas perceptible que no ha de avivar resistencia alguna? Es posible que no lo sepas todavía pero es cuestión de tiempo que termines siendo uno de los nuestros. Porque tú también haces, como lo hacemos nosotros, queriéndolo o sin querer, y en todo momento, un elogio de la insensibilidad. Piensa en cuánto tiempo hace que ningún conflicto te conmueve. No temas: solamente tienes que unirte a lo que ya eres para mostrar al mundo, por fin, la tenebrosa alegría que deja entrever tu risa tonta. Únete a nosotros; somos como tú, nosotros, los que no sentimos ni padecemos, los que no somos ni locos ni pasmados sino habitantes de este bienestar vacuo donde gracias a Dios las sensaciones solamente se viven dentro de los límites pautados. Es posible que no lo sepas todavía pero aunque siempre hayas creído que no eres como los demás sí eres como todos los demás. Y siempre lo has sido. ¿O acaso la oveja negra solamente por ser negra deja de ser oveja? Ríndete apaciblemente a la evidencia, entrégate a nosotros, a los que ya hemos pasado por lo que tú has pasado y a los que ya sabemos cómo te sientes. A partir de ahora vivirás, como todos nosotros, en la proporcionada mesura de tus emociones. Y será así hasta que mueras. Siempre preferirás el cuerpo vestido frente al desnudo descarnado. Nunca te saldrás de la raya, como cuando eras un niño. Volverás a hacer caso a papá y mamá, estén o no estén. Las cosas como son; no hay más. Igual que el hijo pródigo, has vuelto al rebaño para ver, oír y callar. Es posible que no lo sepas todavía pero pronto fantasearás con casas de ensueño, anhelarás vacaciones de lujo y desearás ser
otro, y a pesar de la derrota de cada día, verás cómo cada noche dormirás a pierna suelta, babearás la almohada y te levantarás contento. Te damos la bienvenida a este sueño colectivo, donde todos y cada uno de nosotros nos hemos dejado caer sin pena ni gloria en la impasible normalidad. ¡Vamos! Aunque ahora no sepas cómo, nosotros te enseñaremos a escribir el futuro para que vivas sin sobresaltos. Verás cómo sí es posible vivir esquivando por todos los medios posibles los incómodos imprevistos. Sí, aprenderás, como aprendimos todos nosotros, a no dejarle ningún margen de acción a la vida misma. Es posible que no lo sepas todavía pero ya estás más dentro que afuera. Nosotros te ayudaremos a hacer el tránsito definitivo desde la calle hasta el hogar. No te puedes imaginar de qué manera sentirás el discreto placer de acomodarte en el confort superlativo de un mundo donde se han abolido los fatales giros de guión y la comedida delicia de dejarte hundir en la horizontalidad de los materiales mullidos. Tu vida empezará a estar tapizada en terciopelo y tendrá la misma estética mortuoria de un ataúd. Tu hogar, tu dulce hogar, será un espacio libre de conflictos, el único lugar donde tu existencia será prósperamente esponjosa, el paraíso donde tu familia te sonreirá eternamente, el cementerio donde sentirás, por fin, la paz que te mereces.
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LA PELÍCULA FANTASMA →Xavi Daura
CACTUS #42
FICCIÓN REAL
CREO QUE TODOS TENEMOS UNA. Ya sabes, una peli que sólo existe en tu recuerdo. Flota por tu memoria como un trozo de avión estrellado en medio del océano. No puedes recordar ni su título, ni su argumento, ni los actores... Solo tienes imágenes sueltas. Solo tienes una sensación. A mí me llegó en casa de mi abuelo, en la habitación de la tele donde me escapaba después de comer, dejando a los mayores en su sobremesa. Recuerdo una textura ochentera. Un grupo de adolescentes que seguían una serie de pistas por alguna ciudad norteamericana. Colándose en edificios, corriendo por alcantarillas, resolviendo acertijos… Eso podía situarla temporalmente después del éxito de Los Goonies, en 1985. Aprovechando ese filón. Pero esta película no fue ningún éxito, eso seguro. Las películas fantasma nunca son éxitos; si lo fueran, sería fácil encontrarlas. Aun así recuerdo un buen despliegue de medios. Muchas explosiones y coches estrellándose todo el rato. No recuerdo el final, es probable que mis padres se me llevaran antes de que terminara. Al día siguiente todavía se estrellaba algún coche en mi cabeza. Me había gustado. Tampoco me había apasionado, simplemente me había caído bien. Esos adolescentes aventureros habían sido mis amigos durante media tarde. La comenté con mis compañeros de recreo, ninguno la había visto. Ya la volverán a poner, pensé. Los años pasaron y yo fui creciendo. Viendo muchas otras películas, leyendo libros, cambiando de amigos. Y de vez en cuando alguna conexión neuronal pegaba un chispazo y me entraban ganas de volver a ver la película. Lo mismo que a uno le entran ganas de comerse un Calippo sin tener hambre ni ser verano. Pensaba que me chocaría con ella en algún rastro de DVDs, o que descubriría un fotograma en alguna revista de cine por casualidad. Llegó Internet, Google y los foros de cine. La busqué describiéndola torpemente, pero nada. En los foros solo había listillos que me daban títulos erróneos y luego decían que probablemente era yo quien se equivocaba. ¿Qué coño me tienes que decir tú que me equiv oco? ¡Es MI recuerdo! ¿Qué sabrás tú de cine? En la universidad descubrí que le pasaba a más gente. Cada uno tenía sus trocitos de película fantasma personal, era divertido ponerlos en común e intentar adivinarlas. Unos tenían
comedias baratas, otros pelis de terror gore. A veces alguien resolvía el enigma pero luego nadie se molestaba en volverla a ver. Yo no lo entendía. Viajé, me enamoré, me mudé, emprendí proyectos, tuve disgustos, tuve alegrías. Y la película fantasma se mantenía ahí, en algún cajón de sastre de mi mente. ¿Cómo era posible que la recordara tanto y a la vez nada? Consideré la posibilidad real de haberla soñado. Y si fue un sueño, ¿cuántos otros recuerdos que daba por reales puede que no lo fueran? Entonces me di cuenta de que la película fantasma no era un recuerdo aleatorio sino la semilla de algo mucho más hondo. No era una simple película: era un hogar. Era la habitación de la tele, alrededor de la cual había construido una casita de madera delante de un lago. Un refugio. Reencontrarme con la película real supondría la demolición de aquel paraíso mental. Vería todos los defectos que habían pasado desapercibidos a mis ojos de niño. Posiblemente los protagonistas me caerían mal. El guión sería previsible. ¡Qué suerte no haberla encontrado! Ahora la película fantasma ya no viene a mí, voy yo a ella. Cierro los ojos y aparezco aquí. La tele sigue emitiendo escenas sueltas, pero yo prefiero disfrutar de la vista. Montañas, ríos y cascadas que he ido diseñando mentalmente. Contemplo las estrellas flotando en mi canoa mientras de fondo oigo derrapes de coches. Oigo el doblaje ochentero de mis amigos los adolescentes aventureros.
08
CACTUS #42
ROBERTA VÁZQUEZ PRESENTA
AZAROA > ABENDUA PROGRAMAZIOA PROGRAMACIÓN NOVIEMBRE > DICIEMBRE 2020
Arg. / Foto: Aitor Saraiba
TAILERRA / TALLER
Aitor Saraiba Autobiografías
10, 11
AZAROA NOVIEMBRE
/ 17:30 - 20:00
Asteartea eta asteazkena / Martes y miércoles
LITERATURA-KOMIKI TOPAKETAK / ENCUENTROS LITERARIOS-CÓMIC
INTERBENTZIOA / INTERVENCIÓN
Juan Carlos Eguillor berriz marraztuz
Fatxada proiektua. Diseinua, ilustrazioa eta komikia / Proyecto Fatxada. Diseño, ilustración y cómic
Emakume apartak
Redibujando Juan Carlos Eguillor
8
José Carlos Torreren hitzaldia, Luis Gascak aurkeztua / Conferencia de José Carlos Torre presentada por Luis Gasca
5
AZAROA NOVIEMBRE
Osteguna / Jueves
/ 19:00
Pernan Goñi URRIA OCTUBRE
> 15
ABENDUA DICIEMBRE
Josune Urrutia
15
ABENDUA DICIEMBRE
>1
Informazio gehiago eta sarrerak / Más información y entradas:
Az Info + azkunazentroa.eus
MARTXOA MARZO
Jarrai gaitzazu / Síguenos en:
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M MIERDA DE LA BUENA
IERDA
Por Elizabeth Casillas
UNA PELÍCULA
UN PODCAST
Estar embarazada con 17 años no está en los planes de Veronica, una adolescente de Missouri. Tampoco está en los planes del estado de Missouri dejar que las adolescentes interrumpan libremente su embarazo sin el consentimiento de sus padres, aunque no tengan ningún problema en que den a luz sin él. Por ello, Veronica se ve obligada a recorrer los 1500km que separan su casa de una clínica abortiva en Alburquerque, donde las leyes son más laxas. Junto con Bailey, quien era su mejor amiga en otra época donde no importaba tanto ser popular, comienzan un road trip con el cuerpo de la mujer como hilo conductor. Pero no olvidemos que es una comedia adolescente (y bastante divertida, por cierto) con momentos brillantes como la huída de una caravana con la cara de un bebé gigante.
Lidia García García es coplera, feminista y activista LGTB+ y, desde marzo, autora de este podcast por donde pasean las coplas, los cuplés y las zarzuelas analizadas desde la perspectiva de género. «Estas canciones fueron la melodía de la ropa recién tendía, del remiendo y la corrala, la sinfonía de los cuidados, el ritmo de las labores invisibles que sostenían y sostienen el mundo», apunta García. En una media de cuarenta y cinco minutos, nos toparemos con la Iglesia, descubriremos ese espacio fronterizo entre lo público y lo privado que puede ser una ventana o un balcón –tan socorridos últimamente–, profundizaremos en el mito de Carmen –la femme fatale cañí por excelencia– o se nos ruborizarán las mejillas con el erotismo del cuplé. ¡Ay campanera! ¿por qué será?
Unpregnant Rachel Goldenberg (2020)
Por Koldo Gutiérrez
UN DISCO PÓSTUMO
UNA PELÍCULA
Rafael Berrio falleció en San Sebastián el pasado 31 de marzo, en pleno confinamiento. Su muerte pasó desapercibida para la mayoría, ocupados como estábamos en la lucha contra la covid, y debido a su carácter tímido y esquivo que hizo que nunca alcanzara la popularidad que mereció. Ahora se ha publicado a modo de homenaje un EP con las tres últimas canciones que grabó a finales de 2019, enfermo ya de cáncer. Tres emotivos temas que saben a despedida, con el poso amargo y melancólico que siempre caracterizó al trovador donostiarra. Además, su amigo, el cineasta Jonás Trueba, ha publicado un libro recopilatorio con muchas de sus canciones: Ab solución.
La ópera prima del director bilbaíno David Pérez Sañudo ha confirmado lo que ya se atisbaba en cortos como Tiempos Muertos, Aprieta pero raramente ahoga o Un coche cualquiera: diálogos ágiles, situaciones tensas, cuidada estética y preocupación por la actualidad política. Su primer largometraje narra la historia de la destructiva relación entre una madre deslenguada y su hija adolescente, que desaparece tras una discusión entre ambas. Ambientada en la construcción del TAV, Sañudo muestra las consecuencias sociales que ese hecho tiene en el entorno de una familia desestructurada sin caer en lo panfletario ni en el melodrama.
EP Rafael Berrio (2020)
CACTUS #41
Ane David Pérez Sañudo (2020)
¡Ay, campaneras! Lidia García García
D E
L
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Una sección hecha por los editores de la revista y un invitado distinto cada número, totalmente subjetiva y que no atiende a razones temporales ni de género. Recomendaciones a gogó. Solo buena mierda.
A
Por Sandro Gomato
UN SHOW DE COMEDIA
UNA SERIE
Queda mucho espacio aún en el mundo de la comedia tanto comercial como más alternativa, y Thomas Middleditch y Ben Schwartz lo demuestran irrumpiendo en Netflix con un espectáculo tan simpático como ambicioso: ni más ni menos que actuaciones de teatro improvisado. Con un guion tan ausente como cualquier atisbo de mobiliario en el escenario (si exceptuamos un par de sillas), estos dos cómicos, a quienes habíamos podido ver en series como Silicon Valley o Parks and recreations, tiran del hilo de algo contado por alguien del público para desarrollar una historia . Equilibrismo en directo sin más red que el ingenio, la rapidez mental y, sobre todo, el increíble fee ling existente entre ambos.
Si te apetece una comedia protagonizada por personajes a los que no les da la luz del sol pero Big Bang Theory te repele, sin duda esta es tu serie. Se trata de una sitcom de vampiros (!!!) que va un poco más allá que la película homónima de 2014 aunque mantiene su esencia y su forma de falso documental. Lo mejor que se puede decir de ella es literalmente lo mejor que se puede decir sobre una comedia: es divertida y está llena de personajes carismáticos y adorables, pese a que no dudarían en chuparte la sangre si te pusieras a tiro. Mil besos a los creadores por la genialidad de incluir al personaje del vampiro emocional. Porque recuerda: ¡vanpiro esiten!
Middleditch & Schwartz Thomas Middleditch y Ben Schwartz (Netflix, 2020)
Por Erik Urano
UN CÓMIC
UNA PELÍCULA
Alberto Vazquez es uno de mis escritores de cómic favoritos. Psico nautas es una de sus grandes obras (todas las que ha editado lo son) y además es una pieza con una fuerza emocional y una densidad psicológica que hace que una vez que lo hayas leído se te quede dando vueltas por dentro de la caja torácica durante mucho tiempo. Tras unos dibujos secos y unos personajes aparentemente (solo aparentemente) infantiloides, se esconde una trama cruda y desesperanzadora en la que las drogas, la muerte, la soledad y otros complementos del mundo adulto son el hilo conductor de una de las historias que más me ha impactado y emocionado en los últimos años, la de Bird Boy.
Conocí el cómic a través de la película homónima y ya me enganché al universo Psiconautas por completo. Una vez leído el cómic después de ver la pelicula, me pareció una adaptación maravillosa de la historia en papel, en la que la complejidad de los personajes se mantenía intacta y cobraban vida con los mismos matices que uno se imagina al pasar las páginas. Visualmente pese a no ir en la misma linea seca y en blanco y negro que los dibujos de Alberto, creo que mantiene una línea estetica en concordancia con el cómic que se ve enriquecida por una muy bonita y cuidada animacion, lo que otorga al conjunto una calidad brutal como pelicula de culto.
Psiconautas Alberto Vázquez (Astiberri, 2006)
CACTUS #41
Psiconautas , los niños olvidados Alberto Vázquez, Pedro Rivero (2015)
Lo que hacemos en las sombras Jemaine Clement (FX, HBO, 2019)
B UENA
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BOCADILLITOS #05 BOCADILLITOS
Una exquisita selección de cómic para los paladares más jóvenes que también podéis seguir en la cuenta de Instagram @bocadillitos
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Ariol de Emmanuel Guibert y Marc Boutavant (HarperKids, 2018)
Pocas cosas hay tan hermosas en la vida como compartir, por ejemplo, una pasión por un mismo autor. Y aquellos mayores que son fans de Emmanuel Guibert ahora podrán hacerlo con los pequeños, puesto que junto al dibujante Marc Butavant (sí, el mismo dibujante de Perro Apestoso que ya recomendamos hace algunos meses) han creado la serie Ariol, de la que ya se han publicado una buena pila de tomos, pero que nunca es tarde para empezar. Ariol es un cómic de argumento muy sencillo, el día a día de un burrito azul, el que da título al cómic, y sus amigos: Mosquita, Ramono, Kuak, Pétula… Historias del colegio, de la familia y, por supuesto, de El aCaballero Caballo, el ídolo de Ariol. Cada tomo recoge varias historias, todas ellas de diez páginas y con una composición de base de cuatro viñetas, con las que todos las niñas y niños se sentirán identificados.
Lola y Blu de Lorenzo Montatore (Mamut Comics, 2020)
+6 CACTUS #41
¿Seguimos compartiendo autores? Lorenzo Montatore nos muestra en Lola y Blu una visión del mundo mucho más animada de lo que nos tiene acostumbrados y es que, en esta historia sobre dos hermanos, descubriremos lo maravillosa que es la imaginación. Porque una caja es… ¡mucho más que una caja! Una simple caja se convierte en una máquina del tiempo, una nave espacial, una máquina de encoger (y de agrandar) o incluso a un portal a otra dimensión... o, al menos, eso es hasta que sus padres intervienen y los devuelven a la realidad. Por cierto, es muy difícil resistirse al estilo de Montatore, y es que a Lola y Blu les sienta como un guante.
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La familia Panda. Somos uno más de Leire Salaberria (Beascoa, 2020)
Tenía muchas ganas de que la nueva colección de cómic de Beascoa continuase porque tenía muchísimas ganas de leer La familia Panda. Somos uno más de Leire Salaberria. Conocida sobre todo por su trabajo como ilustradora, Salaberria traslada al lenguaje del cómic un tema tan importante para las familias como la llegada de un nuevo bebé. Yun va a descubrir de golpe y plumazo como la frase “somos uno más” va a cambiar su vida para siempre: con la llegada de su hermana pequeña ya no van a tener tanto tiempo para ella, su habitación dejará de ser solo SU habitación y los abuelos tendrán que repartir el tiempo entre las dos. Pero no hay nada que el tiempo no cambie.
La guerra de Catherine de Julia Billet y Claire Fauvel (Astronave, 2018)
Por muy reacia que se sea a los cómics ambientados en la II Guerra Mundial, La guerra de Catherine de Julia Billet y Claire Fauvel es una lectura obligatoria. Cuenta la historia de Rachel, una niña judía que durante la ocupación nazi en Francia se ve obligada a cambiar de nombre para sobrevivir. Los padres de Rachel la dejan en una escuela cerca de París en la que se refugian niños judíos y es allí donde descubre su pasión por la fotografía. Sin embargo, la calma no dura mucho porque con la ocupación de París, la escuela tampoco es un lugar seguro, así que Rachel debe cambiar su nombre por el de Catherine y huir. Ayudada por la resistencia, recorrerá Francia siempre con su cámara de fotos a cuestas para documentar su guerra, llena de héroes anónimos que arriesgan sus vidas para salvar las de los demás. Una historia emotiva, maravillosamente narrada y que no viene nada mal para explicar y contextualizar estos tiempos tan convulsos.
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CACTUS #41
+9 La brigada de las pesadillas de Franck Thilliez, Yomgui Dumont, Drac (Astronave, 2019)
En la Clínica del Sueño, creada por el profesor Angus, Tristan y Esteban, tienen una misión: entrar dentro de las pesadillas de los pacientes mediante un dispositivo especial, destruir su origen y lograr que recuperen los sueños placenteros. ¡Menudo trabajo para dos adolescentes! Sin embargo, algo pasa cuando Sarah es ingresada en la clínica del sueño donde trabajan estos jovenzuelos y es que la vida de Tristan y Esteban cambia por completo. El profesor Angus parece que les oculta información y Esteban está convencido de que ha visto a Sarah antes en algún lugar... ¿pero, dónde? Si eras de los que disfrutaban con Pesadillas de R.L. Stine y, por supuesto, con El club de medianoche, vas a querer leer también este cómic.
ÁLBUM ILUSTRADO Una mamá es como una casa de Aurore Petit (Litera Libros, 2020)
Es imposible no sentirse atraída por los colores flúor de su portada, pero es que una vez abierto, tampoco quieres salir de él. La fuerza de Aurore Petit reside en su sencillez y en un cromatismo pop que va a conquistar a todos en casa desde el primer momento, como una madre. A través de sus páginas, la ilustradora precisamente nos recuerda esto, que una madre es como una fuente, como un vehículo, como un canguro, como un nido. Una mamá es una melodía y un huracán pero, sobre todo, una mamá es como una casa que llevas contigo para siempre. Ama bat etxe bat bezalakoa da, Euskaraz ere bai!
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ZINEBI 62
→Zinebi 62
BREVES DESTELLOS DE CINEASTAS CONSAGRADOS La 62ª edición de Zinebi comienza el 13 de noviembre y estrena una nueva sección con cortometrajes realizados este año por prestigiosos directores que regresan al formato de sus inicios.
P
ara esta atípica edición, Zinebi ha decidido crear una nueva sección que remita directamente a la naturaleza del propio festival, centrado desde sus orígenes en los documentales y cortometrajes. Para ello, homenajea al añorado director de origen lituano Jonas Mekas, fallecido el año pasado tras casi un siglo de vida. En su amplia filmografía, el cineasta experimental supo conjugar con absoluta normalidad largometrajes de tres o cinco horas de duración con breves apuntes en forma de cortometraje. La sesión titulada Glimpses - Distirak alude a una de sus obras más celebradas: As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty (En el camino, de cuando en cuando, vislumbré breves momentos de belleza). En la anterior edición, el realizador Apichatpong Weerasethakul explicaba que, cuando hace cortometrajes, su mirada siempre es más directa, y que, de igual modo que «hay muchos escritores que trabajan con formatos distintos» y combinan novelas, historias cortas o ensayos. Y se preguntaba: «¿Por qué los cineastas tienen que quedarse únicamente en el largometraje?». Tenemos muy reciente el caso de Almodóvar, que en octubre estrenó en cines el corto La voz humana, un formato que no exploraba desde 2009 con La concejala antropófaga, que era un fragmento inspirado en Los Abrazos Rotos
CACTUS #42
que acababa de rodar. El director manchego estrenó su nuevo corto en el festival de Venecia, pero se vio como una extravagancia más de su personalidad, como una auténtica rareza o un capricho de artista. Desde hace décadas, el cine comercial (especialmente Hollywood) han asentado la idea de que el largometraje es la meta final de cualquier cineasta y, por tanto, los cortos son simplemente su campo de entrenamiento, donde deben dar sus primeros pasos, mostrar sus titubeos y dudas, hasta lograr llegar a la cima con una Película hecha y derecha. A lo sumo, un director prestigioso puede experimentar con el formato breve en algún videoclip, como Paul Thomas Anderson hizo el año pasado con Radiohead en Anima, producido por Netflix. O en publicidad, como Wes Anderson. Afortunadamente, a ciertos autores no se les caen los anillos por regresar puntualmente al cortometraje de sus inicios, para probar ideas visuales y contar historias concentradas que quizá no tendrían cabida con gran duración. Zinebi ha reunido para la ocasión los últimos cortometrajes del italiano Luca Guadagnino, el iraní Jafar Panahi, el canadiense Guy Maddin, la italiana Alice Rohrwacher, el francés JR o el bielorruso Sergei Loznitsa, entre otros, todos ellos estrenados este año.
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ZINEBI 62
→UNE NUIT À
A partir de fotografías y filmaciones de época, el cineasta bielorruso Sergei Loznitsa —director de State Funeral, The Trial, Austerlitz o Maidan— revive con humor en este corto, estrenado en la Sección Currents del Festival de Cine de Nueva York, las noches de gala que organizaba la Ópera de París en el opulento Palacio Garnier durante las décadas de los 50 y 60, y en las que se daban cita reyes y reinas, políticos y estrellas de cine.
→STUMP THE
A diferencia de muchos realizadores, al canadiense Guy Maddin nunca le ha importado combinar la producción de cortometrajes y largometrajes. Su prolija filmografía incluye tres largometrajes y 16 cortometrajes sólo en la última década. Codirigido en esta ocasión por Galen Johnson -con quien presentó en Zinebi 57 su largometraje The Forbidden Room- y Evan Johnson, Maddin este año ha rodado Stump the Guesser, un cortometraje con estética de cine mudo protagonizado por el trabajador de un circo capaz de adivinar cualquier cosa. Hasta que pierde sus poderes.
→FIORI, FIORI,
El director y productor de las exitosas Io sono l’amore o Call Me by Your Name no ha dejado de mezclar la ficción y el documental, el cortometraje y el largometraje a lo largo de toda su carrera. Incluso, como demuestra con esta obra, durante el período de confinamiento debido a la pandemia. Guadagnino, presidente del Jurado de la Sección Oficial de la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián, presentó en la pasada Biennale de Venecia Fiori, fiori, fiori!, un regreso a su Sicilia natal.
→STRASBOURG
El director de Sexy Beast, Birth o Under the Skin también es un acérrimo defensor del cortometraje, “distancia” en la que ha trabajado a lo largo de su carrera bien a través de vídeos musicales para Massive Attack, Radiohead, Blur o Nick Cave & The Bad Seeds, bien para trasladar la denuncia política sobre las bases del cine de terror y una estética goyesca en The Fall. A este segundo grupo de trabajos pertenece este cortometraje, capaz de hilar en apenas diez minutos —al son de la música de Mica Levi y con la dirección de fotografía de Darius Khondji— la memoria de la “epidemia de baile de 1518” tras la que se ha querido ver brujería, histeria colectiva o intoxicación alimentaria, y el encierro al que hemos tenido que someternos a causa de la pandemia. Todo ello, a través de la danza de los discípulos de Pina Bausch.
→OMELIA CON-
Procedente de la Biennale de Venecia, el último trabajo de la directora italiana Alice Rohrwacher premiada en Cannes por sus películas de ficción Le meraviglie y Lazzaro felice es una colaboración con el artista francés Jean René, más conocido por su pseudónimo JR (codirector del documental Visages Villages junto a Agnès Varda). Por separado, ambos cuentan con varios cortometrajes a sus espaldas. En esta ocasión, ambos rodaron con agricultores y ganaderos de Umbria y el Lazio italianos un simbólico funeral por la agricultura tradicional.
→HIDDEN, de
En las últimas semanas, la Berlinale y la Academia del Cine Europeo han vuelto a reclamar la puesta en libertad del realizador de cine Jafar Panahi (León de Oro de Venecia 2000 y Oso de Oro de Berlín 2015), que cumple una condena de 20 años de inhabilitación para hacer cine, viajar al extranjero o conceder entrevistas. A pesar de ello, con medios muy rudimentarios logra seguir captando momentos de gran belleza como los que se pueden encontrar en su última pieza, estrenada en el Festival de Cine de Nueva York y en Curtas Vila do Conde.
L’OPÉRA/ A NIGHT AT THE OPERA, de Sergei Loznitsa
GUESSER, de Guy Maddin, Galen Johnson & Evan Johnson
FIORI!, de Luca Guadagnino
1518, de Jonathan Glazer
TADINA, de JR & Alice Rohrwacher
Jafar Panahi
CACTUS #42
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ESPINITAS
Scott Frank, Allan Scott (Netflix, 2020)
→Gambito de dama
JAQUE PSICOLóGICO
La nueva miniserie de Netflix narra la vida de una niña prodigio que emplea el ajedrez y las adicciones para superar sus traumas y encontrar su lugar en la sociedad machista de los años 60.
Texto →Koldo Gutiérrez
CACTUS #42
¿
Cuántas películas sobre ajedrez conoces? La más popular es sin duda la mítica partida que el protagonista de El séptimo sello juega literalmente con La Muerte, pero no ha sido un deporte muy retratado históricamente por el cine. Se ha empleado más como recurso dramático, dado el carácter solemne que siempre ha tenido el denominado “juego de reyes”. Así sucede en Blade Runner que replica (y nunca mejor dicho) la famosa Partida Inmortal, disputada entre Adolf Anderssen y Lionel Kieseritzky el 21 de junio de 1851 en Londres. Como no podía ser de otra forma, Hollywood realizó varias obras en torno a la figura del jugador estadounidense más famoso: Bobby Fischer, que cuenta con documentales, ficciones y hasta un biopic. Quizá porque sea una actividad poco atractiva visualmente, con escaso seguimientos y nada trepidante, que exige unos conocimientos avanzados para apreciar en toda su magnitud, el ajedrez no ha sido muchas veces filmado, y así thrillers como el noventero Jaque al asesino
optan por esa ambientación como telón de fondo para dar lugar a otra genérica película sobre asesinatos. Quién sabe si el algoritmo de Netflix ha detectado esa carencia y una necesidad del público, porque su nueva serie Gambito de Dama ha llegado a cubrir ese hueco. Y no lo ha hecho simplemente para ponerse la medalla de ser casi la pionera en ese campo, sino que lo ha hecho con calidad y a la altura del reto. El show adapta la novela homónima de Walter Tevis, publicada en 1983, un proyecto que llevaba dando vueltas durante décadas. La primera vez se truncó por la muerte del autor al año siguiente de la publicación y en 2008, por el fallecimiento de Heath Ledger, ya que se iba a tratar de su debut como director, con Ellen Page de protagonista. Ahí radica otra de las sorpresas de la propuesta: el personaje principal es una mujer. El ajedrez ha sido históricamente un pasatiempo masculino, como no podía ser de otra forma en los siglos XVIII y XIX, aunque algunas reinas y aristócratas solían jugarlo en su abundante tiempo libre.
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SECCIÓN
←La protagonista, Beth (Anya Taylor-Joy), es una inadaptada que no conecta con las chicas de su edad, así que se refugia en el alcohol y el tablero.
Gambito de Dama narra la historia de una huérfana que descubre en el orfanato sus dos pasiones: el ajedrez y las drogas.
Por eso, la lista oficial de Grandes Maestros de Ajedrez reconocida por la Federación cuenta actualmente con casi dos millares de hombres y sólo treinta y siete mujeres. Gambito de Dama narra la historia de Beth Harmon, una huérfana que descubre en el orfanato sus dos pasiones: el ajedrez y las drogas. Pese a las estrictas medidas y restricciones, la niña empieza a jugar a escondidas con el bedel, que poco a poco le va descubriendo los secretos del juego de reyes. Al menos, los que él conoce, porque rápidamente la discípula, pese tener sólo ocho años, supera a su maestro. En el orfanato dan cada día tranquilizantes a las niñas, hasta que las normas cambian, pero Beth ya está enganchada y necesita sus dosis. Suele almacenar algunas cápsulas para tomarlas todas de golpe antes de dormir, lo que le permite visualizar partidas de ajedrez en un tablero ilusorio proyectado en el techo; así es como va mejorando, probando movimientos y jugadas, gracias a su inteligencia y agilidad mental. Para saciar su síndrome
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ESPINITAS
La serie es un retrato de los años 60, desde la óptica de una adolescente inadaptada.
de abstinencia, un día decide robar todos los tranquilizantes e ingerir un puñado de golpe, pero se desmaya y le descubren. Eso no impide que meses más tarde sea adoptada por un matrimonio. Cuando la pareja se separa, Beth se queda con su nueva madre y consigue empezar a participar en torneos de ajedrez y dejar patente su alto nivel con apenas trece años. Enroque a la timidez. La historia comienza en la década de los 50, pero es en la siguiente cuando se desarrolla principalmente. Al principio, cuando es una adolescente amateur, Beth debe luchar contra los prejuicios de la época, de una sociedad machista y un deporte reservado a hombres cerebrito que estudian en la universidad. Por si fuera poco, es tímida, callada y muy reservada; presenció el suicidio de su madre soltera, se enganchó a las pastillas y ahora vive con otra mujer solitaria enganchada a la televisión y al alcohol. Beth se transforma ante el tablero, deja atrás su timidez y saca su vena agresiva sin piedad con sus rivales, que sucumben ante ella a toda velocidad. Incluso en partidas simultáneas, esas que juega al mismo tiempo con varias personas contra ella, sale victoriosa pese a su corta edad y escasa experiencia. La serie tiene estructura de biopic, podría ser el relato biográfico de una jugadora de ajedrez real, pero se trata de una ficción sobre una niña prodigio que emplea ese deporte para calmar sus traumas, ansias y miedo. Gracias a él consigue poner orden en su cerebro y expresarse como desea. Beth va derrotando a todos los jugadores y ganando torneos, así que consigue el respeto y la admiración de propios y extraños. Incluso de su madre adoptiva, que al principio no comprendía su afición tan aburrida y cerebral, que le llevaba a encerrarse en casa en vez de salir a la calle a jugar con amigos. La ajedrecista analiza concienzudamente a los mejores del mundo y estudia libros con partidas famosas mientras en el colegio deja patente su inteligencia y su habilidad con los números, así que cuando empieza a jugar torneos internacionales y destacar, su madre, reconvertida en su mánager, se encarga de poner excusas para saltarse las clases.
Gambito de Dama es un retrato de los años 60, desde la óptica de una adolescente inadaptada. Si Mad Men nos mostró esa época desde la mirada de un grupo de personajes adultos y exitosos, esta serie con una joven outsider que pasa de un orfanato y una familia desestructurada, a los salones lujosos de varias ciudades de Estados Unidos y París, pero a la que, como a Don Draper, siempre le persiguen las maldiciones y adicciones. Beth intenta integrarse con sus compañeras del colegio, pero a ellas no les interesa el ajedrez, así que sólo le preguntan por los chicos y las fiestas de sus habituales viajes. No parece conectar con las chicas de su edad, ni tampoco con el hombre que le gusta, así que para aplacar su oscuridad y soledad, necesita algo más que sus fieles calmantes. Asume el hábito de su madre y empieza a refugiarse en el alcohol. La elegante puesta en escena del director, Scott Frank, hace visible el sufrimiento de la protagonista, los frecuentes episodios depresivos que alterna con momentos de felicidad personal o profesional y se ven con mayor colorido. Da igual que no nos interese el ajedrez; aquí lo importante es apreciar la evolución de su magnética protagonista y cómo pasa de peón a Reina. @
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ESPINITAS
Desirée de Fez (Blackie Books, 2020)
→Reina del grito
YA NO TENDRÁS MIEDO DE VOLVER SOLA A CASA DE NOCHE
La crítica de cine Desirée de Fez acaba de publicar Reina del grito. Un viaje por los miedos femeninos, un ensayo con tintes autobiográficos en el que repasa, a través del cine de terror, sus miedos.
Texto →Elizabeth Casillas
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E
l futuro de Desirée de Fez quedó marcado el día en que la cinta de La profecía (Richard Donner, 1976) se quedó atascada en el reproductor de vídeo de casa de sus padres. El problema tardó en solucionarse tres largos días en los que se negó a entrar en el comedor porque le daba mucho miedo. Ni siquiera la había visto, no tenía edad para ello, pero la mirada aterrada con la que los padres observan a Damien en la carátula había sido suficiente para despertar su pavor. «Es como si el reproductor de vídeo de casa de mis padres hubiera elegido ese título por intuición, profetizando que acabaría amando las películas que entonces me asustaban. Y me alegra porque es una película en la que se concentran muchos de los miedos con los que convivo a diario: a fracasar como madre, a
perder la integridad psicológica y emocional, a la pérdida, a no entender nada», narra de Fez en Reina del grito. Un viaje por los miedos femeninos (Blackie Books, 2020), un ensayo con tintes autobiográficos en el que repasa, a través del cine de terror, sus miedos. Desde hace más de veinte años, Desirée de Fez vive obsesionada con las películas de miedo. De hecho, lo ama de tal forma que ha marcado tanto su vida laboral –es periodista, programadora y crítica de cine especializada en fantástico y terror amén de la fuente fiable que toda amante del género necesita– como personal, proyectando sus miedos y buscando a la vez sosiego en estas cintas. Cuando comenzó el instituto imaginaba su paso por la adolescencia como Carrie (Brian de Palma, 1976), salió y entró de relaciones amorosas con La
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«Adoro el cine de terror por mil razones: su libertad, su intensidad, su inclinación a lo inesperado. Pero la principal es esa invitación a observar mis miedos desde fuera e interpretarlos.»
posesión (Andrzej Zulawski, 1981) reproducida en bucle y en su primer parto la escena en la que Nola, protagonista de Cromosoma 3 (David Cronenberg, 1979), sentada entre cojines, se abre una túnica blanca y de su vientre cuelga un saco gestacional deforme, sucio y viscoso venía a su mente una y otra vez. «Adoro el cine de terror por mil razones: su libertad, su intensidad, su inclinación a lo inesperado. Pero la principal es esa invitación a observar mis miedos desde fuera e interpretarlos. Eso me ha dado y me da una fuerza increíble. Porque se puede ser miedosa y, a la vez, fuerte», apunta. Sus miedos, nuestros miedos. Muchos de los miedos que De Fez proyecta en su libro son los mismos que los de muchas mujeres. Por ejemplo, el miedo a no llegar a casa que, para ella, quedó marcada por dos relatos. El primero, real, fue el crimen de Alcàsser. El secuestro, tortura, violación y posterior asesinato de Míriam, Toñi y Desirée marcó a toda una generación de mujeres. El segundo, ficción, fue la visita semanal a Twin Peaks. «Fue la serie de David Lynch y Mark Frost, que se emitía semanalmente por la noche en Telecinco, lo que acabó de romper la burbuja en la que estaba escondida y bien calentita. De repente, llegó el frío: en la televisión de mi casa, el cadáver de una adolescente surgía de las aguas heladas de un río». Desde entonces, tocó sentarse en el asiento de detrás del conductor concentrada en lo que sonaba en la radio y correr aterrorizada sin aparente justificación por las calles. Por todo esto, la crítica quedó impresionada al ver cómo Ana Lily Amirpour dedicaba su primera película precisamente a ese miedo. Pero Una chica vuelve a casa sola de noche, una cinta a medio camino entre el western y las películas de
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vampiros, no representa la escena recurrente de la mujer perseguida, apunta De Fez, sino que lo cuestiona. «Es obvio que, de manera directa o indirecta, te has propuesto denunciarlo y, si encima has hecho una película de terror, género que tradicionalmente ha alimentado ese miedo, es muy probable que hayas querido rebelarte contra él o darle la vuelta», añade la autora. En el trasfondo de Reinas del grito también se puede ver el cambio que el cine de género (y todo lo que ello mueve, festivales incluídos) ha vivido en la última década y de la que De Fez ha sido espectadora y protagonista en primera persona. La cinta de Ana Lily Amirpour es de 2014. Desde entonces, cada vez han sido más las directoras que han utilizado el cine de terror para contar los miedos de las mujeres. Ese mismo año se estrenaba también Babadook, de Jennifer Kent, una película sobre una mujer desbordada ante la pérdida de su esposo a la que la sociedad se empeña en juzgar como una mala madre. El miedo a enfermar, a no hacerlo bien con los hijos, a perder la cabeza y desintegrarse en el intento de sacarlo todo adelante es el miedo que le une a De Fez con Amelia, la protagonista de Babadook. Aunque, probablemente, 2016 fuese el año clave para el cambio, coincidiendo tres de las mejores películas de género de los últimos años: The Love Witch, de Anna Biller; Crudo, de Julia Ducournau y Prevenge, de Alice Lowe. «El romance entre mujeres y terror se remonta al origen de los tiempos, y claro que he tenido referentes femeninos. Pero, hasta hace poco, tanto por una cuestión de proporción como porque el foco estaba siempre sobre ellos, los masculinos los habían eclipsado», y añade De Fez que también lamenta no haber podido disfrutar antes de «otras cineastas que exploran sus emociones, toman el pulso a los tiempo y están desarrollando nuevas narrativas en el género». Por suerte, nosotras llevamos muchos años disfrutando de De Fez, a la que tenemos que estar agradecida por compartir su miedos con tanta lucidez y humor. Ha retratado una época, transmitido amor por un género y nos ha hecho comprender que vivimos en una sociedad que inculca los mismos miedos a una buena parte de las mujeres, pero que aún está la esperanza de romperlos. O al menos, como hacía Amirpour, cuestionarlos. @
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ESPINITAS
→The longing
400 DíAS DE SOLEDAD
La sorpresa del año es un original videojuego que nos obliga a esperar más de un año de tiempo real a que un rey despierte de su largo sueño. Una simpática aventura gráfica que paradójicamente nos respeta más que muchos títulos similares. Texto →Koldo Gutiérrez
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U
n poderoso rey va a entrar en letargo, así que su última voluntad es crear una extraña criatura que velará por él durante su sueño de 400 días en un reino subterráneo. Su poder se ha debilitado y necesita mantener reposo total durante más de un año para recuperar su fuerza. Nosotros manejamos a Sombra, su fiel sirviente recién creada que debe permanecer en el palacio bajo tierra vigilando que su amo duerma tranquilo hasta que pase el tiempo previsto. La premisa de The Longing (que podría traducirse como “la larga espera”, “el anhelo” o “la nostalgia”) no es la más atractiva ni trepidante, pero sí una de las más originales que hemos visto últimamente en el terreno de los videojuegos. A medio camino entre la aventura gráfica, el metroidvania y los llamados idle games, The Longing es una auténtica rareza experimental que aporta un soplo de aire fresco a varios géneros estancados. Sus acciones se realizan con el puntero del ratón como las clásicas aventuras point and click, pero la resolución de puzles no se basa en la habilidad ni en combinar objetos mediante ensayo-error, sino en el ingenioso uso del tiempo. Desde que empezamos a jugar por primera vez, se activa una cuenta atrás que vemos en todo momento: debemos esperar 400 días en las oscuras y lúgubres cuevas a que despierte nuestro señor. Ese plazo transcurre en tiempo real, lo que significa que vamos a tener que hacer muchas cosas hasta que se cumpla. O basta con apagar el juego y volver pasado ese periodo para descubrir qué ha ocurrido y si el rey ha cumplido su palabra. Cada vez que salimos de The Longing, el tiempo sigue pasando como en la vida real, así que debemos meditar bien nuestras acciones. Se trata de una curiosa mezcla a medio camino entre Animal Crossing y el mítico Tamagotchi, pero con una diferencia importante: aquí no existe la urgencia y por tanto jamás hay prisa.
Disponemos de todo el tiempo del mundo para hacer lo que queramos, aunque no parece haber muchas distracciones en las profundidades, tampoco compañía que nos anime ni amenaza que nos atosigue. Al comenzar nuestra aventura andadura, simplemente contamos con un escueto diario en nuestra habitación para darnos algunas pistas sobre posibles pasatiempos: buscar algo de decoración, tocar música, pintar o construir una cama donde dormir, ya que la piedra es tan dura y fría como la espera. El desplazamiento de Sombra es profundamente lento, ya que como la propia criatura reconoce, “no tengo ninguna prisa”. Desde el principio queda claro su filosofía vital, como cuando al abrir una pesada puerta de piedra que tarda cinco minutos en desplegarse completamente, le ordenamos al protagonista que entre antes de tiempo y se niega: “Sería un sacrilegio no esperar a que tan magna puerta se abra del todo”. El parsimonioso movimiento del personaje resulta desesperante al principio, pero tras varias partidas acabamos comprendiendo que la manera de jugar a The Longing no es la habitual. Para ello dispone en la interfaz de un botón para minimizarlo cómodamente; está diseñado para disfrutar en segundo plano, mientras hacemos otras cosas en casa, fingimos que trabajamos en el ordenador o atendemos al móvil. Sombra tardará en volver a zonas visitadas anteriormente o en realizar ciertas acciones, pero no pasa nada, porque al no existir peligros de ningún tipo basta con dejar que se tome el tiempo que haga falta o irnos a dormir. En una época donde muchos juegos toman el pelo al jugador obligándoles a invertir horas en tareas repetitivas y vacías como si fuera un trabajo, The Longing nos respeta en todo momento, ya que no exige más atención de la necesaria. Si Sombra va a tardar diez minutos en picar una piedra preciosa o en extraer carbón, basta con ponerte YouTube o irte a
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The Longing transmite soledad y melancolía, pero no lo hace de manera solemne, sino con sentido del humor. cenar y ya verás después el resultado de su esfuerzo; es la criatura quien trabaja para ti, no al revés. Si Portal nos enseñó a pensar en portales y Braid, en cuatro dimensiones, The Longing nos obliga a cambiar el chip y utilizar el paso de los minutos a nuestro favor. La mayoría de puzles se resuelven simplemente esperando, así que ni siquiera hace falta jugar todos los días. Basta con poner el título de fondo dos o tres veces a la semana y emplear la lógica para superar los ingeniosos obstáculos. Para aligerar la espera, en nuestros aposentos contamos con una pequeña biblioteca que podemos ampliar si encontramos más libros por las profundidades. Al principio disponemos de Así habló Zaratustra y Moby Dick (en inglés), y si dejamos a Sombra leyéndolos los segundos avanzan ligeramente más rápido; como en la vida real, si mantienes la cabeza ocupada el tiempo pasa con más velocidad. Debemos usar ese recurso a nuestro
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favor para tardar menos en llegar a los 400 días. Cuantas más comodidades tengamos en nuestro hogar, más se moverá el segundero, pero solo cuando estamos en esa habitación. The Longing consigue transmitir la sensación de soledad y melancolía, pero no lo hace de manera solemne, sino con sentido del humor gracias a divertidas situaciones y a un personaje entrañable que parece concebido por Tolkien, como un hijo bastardo entre Gollum y Bárbol. Su delirante historia no surge de El Señor de los Anillos, sino de una leyenda del folklore alemán que un pequeño estudio de aquel país llamado Studio Seufz ha transformado en una experiencia única. The Longing podría haber sido un simpático experimento cuya gracia se agota a las primeras de cambio y que hace del tedio su razón de ser, pero nada más lejos de la realidad. Es una obra redonda muy bien pensada, repleta de secretos y que te anima a continuar pese a la lentitud de las acciones mientras le dices a tu jefe por Zoom que en breve terminarás tu informe. Mientras tu trabajas para él, Sombra seguirá trabajando para ti: desplazándose por larguísimos pasillos, picando piedra o simplemente esperando. Siempre esperando. @
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CÓMIC
LA VIDA DEL DIBUJANTE ES LA MEJOR DEL MUNDO
, reativas Dudas c xito y el é l e r a z n a lc s, luchas a or s frágile o nte g luchas p e l, ra oras fre cultu nes de h s da imiento c illo ic o m m n ó y o c c ... e ia re r nte d ja u a preca ento, y ib id d m l v o e la vida d rimer m a contra p L . s n jo u u n ib e de d us propia recer tilizado s al tablero uede pa u p n s e a o u h m q e a s qu pas s de lo bras. Re s artista para má de sus o uchos lo e los n m d ió s o c e id a d s ir , han o insp antes s m o re c e s t as ia in n ás vivenc ta algu de las m ulto has d a algunas ic m del có ntes. clásicos es recie novedad
Texto →Gerardo Vilches Ilustración →Sergi Puyol
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LA VIDA DEL DIBUJANTE ES LA MEJOR DEL MUNDO
P
uede que el título de este artículo sea un poco exagerado, lo admito. Al fin y al cabo, la de dibujante es una profesión que exige muchos sacrificios: los que tiene que hacer cualquier trabajador por cuenta propia, para empezar, pero también las eternas horas ante la mesa de dibujo o la tableta gráfica, la precariedad laboral a menudo asociada a este trabajo y, por supuesto, las múltiples dudas creativas. Por eso no es de extrañar que, cuando algún autor decide hablar sobre su vida y su trabajo a través de sus propios cómics, el resultado no sea precisamente edificante o inspirador. Hay excepciones, desde luego. Algunos mangakas que han practicado la autobiografía muestran los rigores del trabajo duro al que se ve sometido un dibujante de manga en Japón, pero lo codifican en términos de sacrificio y realización personal. Un zoo en invierno (Ponent Mon, 2009; traducción de Víctor Illera Kanaya) de Jiro Taniguchi puede que no sea la obra más inspirada del maestro japonés, pero resulta útil para hacerse una idea de lo exigente
→Mangakas como Taniguchi, Mizuki o Tatsumi muestran los rigores del duro trabajo al que se ve sometido un autor en Japón.
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que resulta convertirse en profesional en el sobrepoblado mercado japonés. Taniguchi lo cuenta con un punto de épica, siempre atenuada por su habitual tono costumbrista. Otro clásico japonés, Shigeru Mizuki, publicó en su madurez una autobiografía en seis volúmenes, Shigeru Mizuki: autobiografía (Astiberri, 20122013; traducción de Alberto Sakai), en la que, paradójicamente, no se centra demasiado en su labor como artista, aunque narre su lucha por aprender a dibujar con el brazo derecho tras perder el izquierdo en la guerra, siendo zurdo. Pero, sin duda, la gran autobiografía de un artista del manga que podemos encontrar en castellano es la imprescindible Una vida errante (Astiberri, 2009; traducción de Alberto Sakai), en la que Yoshihiro Tatsumi describe sus duros comienzos en la industria precaria del manga de alquiler y su búsqueda de una forma de expresión adulta y personal: el gekiga. Sus dudas artísticas, compartidas por todos sus colegas, se ven potenciadas por la presión de unos editores que, primero, no comprenden sus propuestas y, después, quieren explotarlas comercialmente.
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el impulso procrastinador. Pero también se desvela dándole vueltas al dilema de todo autobiógrafo: qué contar y cómo hacerlo. A menudo aparece pensando si debería explicar tal o cual cosa, si debería mostrarlo como sucedió o maquillarlo un poco. Incluso, en un triple salto mortal metanarrativo, podemos verlo comentando páginas ya publicadas y desvelando las mentiras que contienen. Aunque no llega a las cotas de flagelación de Joe Matt, el español Albert Monteys también se ha expuesto a sí mismo en clave humorística en El show de Albert Monteys (¡Caramba!, 2018), un recopilatorio de sus tiras en Orgullo y Satisfacción en el que, entre otras muestras de inadaptación al mundo adulto y a las convenciones sociales, Monteys se muestra luchando contra las distracciones y las inseguridades. ¿Será su trabajo tan bueno como cree cuando la noria en la que está montado lo lleva a lo más alto? ¿Hasta cuándo durará la gloria? ¿Y el caudal de ideas? Autoras como Gabrielle Bell parecen asumir esa inseguridad hacia su obra, en algunas historias cortas incluidas en Voyeurs (La Cúpula, 2017; traducción de Laura Fernández y Equipo de La Cúpula), en las que podemos verla peleándose
Siguiendo la estela de Crumb y Kominsky, muchos dibu jantes decidieron reflejar sus propias vi vencias profesionales desde el humor.
Del manga al humor occidental.
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En el caso del cómic occidental, el tono que predomina en los cómics que hablan de la profesión es el humorístico, lo cual indica muchas cosas. En primer lugar, la posición que ha ocupado el cómic históricamente en nuestro contexto cultural, alejado del glamour salvo algunas excepciones, como la de los elegantes dibujantes americanos de tiras de prensa, que posaban trajeados y gallardos en sus amplias mesas de dibujo. El reverso oscuro de ese star system fue el trabajo de agencia, tan bien reflejado en Todo los profesionales (Debolsillo, 2013), donde Carlos Giménez contaba la rutina de trabajo y las tretas para sacarlo adelante de un entrañable conjunto de machacas que se encargaban de dibujar los guiones llegados de media Europa, siempre con las fechas de entrega acechando y con las aspiraciones artísticas arrinconadas. En cualquier caso, hace tiempo que la profesión del dibujante de cómics se alejó de los oropeles de la edad de oro, contracultura mediante, y cuando la autobiografía irrumpió como género, en los años setenta, lo hizo unida a un espíritu underground, irreverente y desmitificador. Siguiendo la estela de Robert Crumb o Aline Kominsky, la mayoría de los dibujantes que escogieron reflejar sus propias vivencias profesionales lo hicieron desde el humor. Humor que, no pocas veces, servía de catarsis ante la neurosis, el bloqueo creativo o las dudas sobre la calidad de su propia obra. El mejor ejemplo es, sin lugar a dudas, Joe Matt, autor disperso y poco prolífico, que en obras como Consumido (Fulgencio Pimentel, 2011; traducción de Rafael Muela y César Sánchez) muestra su día a día, un viaje al corazón de la pochez y la cicatería. Cuando Matt no está consumiendo porno compulsivamente o aguantando las puyas de sus amigos Seth y Chester Brown, suele pasarse las horas delante del papel de dibujo, lamentándose de no ser suficientemente bueno y luchando contra
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Ídolo. Una historia casi real cuenta una historia que transcurre durante un festival de cómic en Perú, que reúne a algunas de las firmas más importantes de las diferentes escenas latinoamericanas.
con sus neuras y con la improductividad que suelen provocar: «Es como empujar una roca gigante pendiente arriba. […] Algunos días no consigo avanzar, tan solo evito que me aplaste». La alegría de la huerta, en dura pugna con la reciente Isolada (Alpha Cómic, 2020; traducción de Alberto García Marcos), donde Keiler Roberts cuenta su rutina, con el trastorno bipolar de fondo y un retrato de su familia lleno de fría ironía, en el que destaca la mirada a los efectos que tiene en su pareja y su hija que Roberts los use como personajes de sus historias, pero también se encuentran reflexiones muy secas sobre la mística del artista y lo lejos que se siente de ella. Leyendo Isolada, Roberts parece una de esas dibujantes solitarias, alérgicas a las convenciones de cómics; por el contrario, Bell sí reproduce algunas experiencias grotescas en los típicos festivales, fruto del choque entre la subcultura friki y el mundo del cómic alternativo del que ella forma parte. Entre personajes disfrazados de superhéroes, una autora de autobiografías como ella se siente como un pulpo en un garaje. No es el caso de Marcela Trujillo, alias Maliki, quizás la autora
más importante de Chile, que en Ídolo. Una historia casi real (Reservoir Books, 2017) cuenta una historia que transcurre durante un festival de cómic en Perú, que reúne a algunas de las firmas más importantes de las diferentes escenas latinoamericanas: Sole Otero, María Luque, Rodrigo La Hoz, Sol Díaz… Aunque el cómic se centra en un encuentro amoroso y en la exploración de las construcciones de género, Trujillo describe con precisión el ambiente de un festival más centrado en lo autoral que en la parafernalia del fandom, con vistazos a mesas redondas, entrevistas con editores y encuentros con los lectores.
· ANDERPEREZ · IZASKUN ARALUZEA · IGNACIO BARRIOS · · LIZAR BEGOÑA · JULIÁN BRICEÑO · DAILEY FERNÁNDEZ · · KATIXA GOLDARAZENA · IVÁN GÓMEZ · CAMILA GURGONE · · EDUARDO HURTADO LAMAS · CASSANDRE JACOUD · ESZTER KATALIN · ALBERTO LOMAS · IBAI MADARIAGA & MIEL OYARZABAL · MARTÍ MADAULA · MADDI SARAY · RUI PEDRO JORGE · JESUS PUEYO · IAGO REY · ESTIBALIZ SÁDABA · ANDER SAGASTIBERRI · AMARA TOLEDO · MAIA VILLOT DE DIEGO · · JESSICA WETHERLY WILSON · ALAZNE ZUBIZARRETA · CACTUS #42
ATEAK ZABALIK PUERTAS ABIERTAS OPEN STUDIOS 2020.12.11 - 2020.12.18
Fundación BilbaoArte Fundazioa Urazurrutia 32, 48003 - Bilbao www.bilbaoarte.org
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→El reciente La soledad del dibujante muestra una decadencia digna de las mejores entregas de Curb Your Enthusiasm.
La deconstrucción de Adrian Tomine.
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Pero hay una novedad reciente en el mercado español que parece sintetizar todas estas cuestiones y alguna más: La soledad del dibujante (Sapristi, 2020; traducción de Raúl Sastre) de Adrian Tomine, uno de los grandes nombres de la escena alternativa estadounidense de los años 90 y actual figura de la novela gráfica. Pese a ello, su autorretrato refleja las mismas dudas y ansiedades que los que practican Joe Matt o Albert Monteys, y aunque Tomine no sea un autor tan centrado en el humor como aquellos, el libro resulta divertídismo, con un sentido del ritmo del gag impecable y una decadencia digna de las mejores entregas de Curb Your Enthusiasm de Larry David. Tomine repasa las anécdotas más hilarantes de su carrera como dibujante, todo un antídoto contra el hinchamiento del ego del artista, porque no se corta al mostrar situaciones en las que hace el ridículo o en dar voz a sus críticos: lectores que toman la palabra en una presentación y destripan su obra, o una pareja que, sin que sepan que lo tienen sentado al lado de su mesa en un restaurante, critican su aclamada Rubia de verano… Tomine deconstruye su propia imagen de artista sensible, voz de la generación X y cronista de una juventud perdida
a finales de los noventa, y se presenta más bien como un autor lleno de complejos hacia su trabajo, siempre inseguro y con su estatus cuestionado por el público y sus colegas de profesión. La soledad del dibujante también sirve como prueba de cómo ha cambiado la escena del cómic independiente en las últimas décadas. En los comienzos de la carrera de Tomine, los años en los que aún era un reducto de pocos aficionados, dos autores como él mismo y Seth podían encontrarse con una sesión de firmas desierta, tal y como se cuenta en este libro. Sin embargo, tan solo algunos años más tarde, Tomine es entrevistado por la televisión francesa en el Festival de Angoulême, dibuja portadas para The New Yorker y su trabajo es reconocido en todo el mundo. Por supuesto, sigue metiendo la pata y sigue siendo igual de inseguro. Pero él, como todos los demás, continúa dibujando. Pese a las dudas inherentes a todo ejercicio creativo, pese a la precariedad y los sacrificios, siguen adelante. Así que algo de verdad tendrá el título de este texto. La vida del dibujante es la mejor del mundo. @
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VIDEOJUEGOS
DEMON'S SOULS→
2009
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2011
DARK SOULS II
DARK SOULS III
Miyazaki
DARK SOULS
Hidetaka
DEMON'S SOULS
2014
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DEMON'S SOULS
EL ORIGEN DEL MITO
Analizamos algunas de las claves del éxito de la popular saga de videojuegos de Hidetaka Miyazaki a propósito del inminente lanzamiento del remake de la primera entrega de la saga Souls para la flamante PlayStation 5.
Texto →Eva Cid
←Presentado en el Tokyo Game Show 2008, no llamó la atención porque su ambientación de fantasía medieval oscura parecía genérica.
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E
l de los videojuegos es un sector tan curioso como impredecible. Junto a títulos de renombre que salen al mercado rodeados de campañas publicitarias perfectamente orquestadas para que el juego triunfe dentro de un determinado target, hay otros que llegan sin hacer ruido, sin el arropo del marketing, pero con ideas tan buenas que al final acaban convirtiéndose en obras de referencia. Este es el caso de Demon’s Souls, que fue el primer juego de la serie Souls ideada por Hidetaka Miyazaki y publicada bajo el sello de From Software, compañía que ahora mismo preside el creativo japonés. Lógicamente, Demon’s Souls no surgió de la nada. Detrás de él había un estudio veterano responsable de franquicias como Armored Core y la veteranísima King’s Field, una serie de videojuegos de rol en primera persona caracterizados por una atmósfera siniestra, laberínticas mazmorras y un elevadísimo nivel dificultad. Una saga que, sin duda, sentó uno de los precedentes necesarios para que años más tarde germinara Demon’s Souls y, por extensión, Dark Souls. El juego se presentó por primera vez de forma oficial en el Tokyo Game Show del año 2008. En un principio no llamó especialmente la
atención porque tampoco se mostró mucho de él, y porque su aspecto, con una ambientación de fantasía oscura de corte medieval, se percibió como demasiado genérico. Es curioso, porque si hay algo medianamente genérico en el juego de From Software se limita a aspectos puramente superficiales. Demon’s Souls es, de hecho, uno de los juegos más originales que han surgido dentro de los márgenes del RPG en toda la historia del género. El emblemático título se estrenó en Japón al año siguiente y algunos meses más tarde hizo lo propio en el mercado norteamericano, pero ya desde su lanzamiento en territorio nipón empezaron a llegar a occidente ecos sobre su calidad, acompañados de una rumorología confusa. Al parecer, se trataba de un juego especial, diferente a cualquier otra cosa que existiera en ese momento en el mercado, pero nadie alcanzaba a precisar por qué. De hecho, han tenido que transcurrir años y han tenido que ver la luz sus secuelas, directas e indirectas, para que hayamos asimilado completamente la magnitud de todos estos logros a nivel de diseño. Ha pasado más de una década desde su estreno y sigue siendo complicado sintetizar todas esas características que hicieron de él
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DEMON'S SOULS: EL ORIGEN DEL MITO
DEMON'S SOULS REMAKE
2020
BLUEPOINT STUDIOS
CACTUS #42
Su dificultad es elevada, pero con una filosofía que premia la observación y el temple tanto o más que el ensayo y el error.
un título tan especial, con potencial suficiente para salir de ese espacio de marginalidad al que fue relegado tras su lanzamiento exclusivo en territorio nipón, y con capacidad para crear un discurso a su alrededor tan potente que ha desembocado en una de las escuelas más revolucionarias que ha vivido medio en la última década. Es complicado desgranar todas estas cualidades, pero probablemente las más importantes, las más definitorias de su personalidad única y las que han determinado el curso de la evolución de sus sucesores fueron el sistema de combate, el diseño de niveles, una arquitectura de juego online completamente inédita y una nutrida mitología enraizada en una narrativa nebulosa que permeaba en todas y cada una de las capas del juego de maneras más o menos sutiles, más o menos persistentes. El sistema de combate, lógicamente, es el rasgo más perceptible en una primera toma de contacto. Frente a otros juegos de acción con armas cuerpo a cuerpo y el uso de magias donde usualmente prima la agilidad en el combate, en Demon’s Souls tanto el movimiento del avatar como el propio uso de las armas tenían un peso muy específico, una cadencia lenta y una densidad casi tangible que obligaba a encarar la acción de una forma más sopesada que impulsiva, desde la estrategia y el cálculo, midiendo cada paso. A esto se le sumó un nivel de dificultad elevado, pero con una filosofía que premiaba la observación y el temple tanto o más que el ensayo y el error. La arquitectura de los entornos fue otro de los elementos distintivos del juego de Miyazaki. A un diseño de niveles complejo, intrincado y al que era muy difícil anticiparse se le unía la extraordinaria capacidad narrativa del propio entorno. En cada esquina, en cada ruina reseca
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EL PADRE DE LA CRIATURA y abandonada había una historia detrás, una historia fragmentada que íbamos rellenando poco a poco con el resto de informaciones difusas que íbamos captando a lo largo de la aventura. Y es aquí donde entra en juego esa narrativa fragmentada y difusa, tan difícil de asir. La ausencia de literalidad de esa narración a retales que más que contar parece que solo quiere sugerir, es lo que hizo de Demon’s Souls, pero también de Dark Souls, Bloodborne y Sekiro, universos opacos e inagotables en los que siempre, por más veces que los revisitemos, quedan piezas sueltas por encajar y cosas por descubrir. Tanto los Souls como Bloodborne y Sekiro son títulos que, a día de hoy, pueden considerarse tranquilamente superproducciones y encajan con bastante holgura dentro de la etiqueta de los AAA, pero al mismo tiempo, y por su carácter distintivo y personalísimo, no han dejado en ningún momento de ser juegos de autor. Esta es otra de las excepcionalidades de la moderna From Software, que sus obras poseen el sello de prestigio de la autoría aun manejando equipos y presupuestos de dimensiones considerables. Una consideración que, en esta misma escala, solo podemos encontrar en personalidades como Hideo Kojima y poco más. Hidetaka Miyazaki es uno de los grandes revolucionarios del videojuego contemporáneo, pero, a diferencia de otros, es una figura poco dada a la exposición y no muy amigo de hacer alardes en sus apariciones públicas. Además, su experiencia en el sector es relativamente reciente. Antes de dedicarse al desarrollo de videojuegos trabajó en la empresa tecnológica Oracle, hasta que en el año 2004 ingresó en From Software, en un momento en que las cosas
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UN NUEVO ESPACIO EN ZORROTZAURRE
A PARTIR DE ENERO 2021 VIERNES - SÁBADOS - DOMINGOS DESDE LAS 18:30
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DEMON'S SOULS: EL ORIGEN DEL MITO
NUEVA VIDA PARA DEMON'S en la compañía no marchaban excesivamente bien. Del intento (fallido) por resucitar la saga King’s Field acabó naciendo Demon’s Souls. Esa narrativa nebulosa anteriormente mencionada es consecuencia directa de la personalidad de Miyazaki y de los hábitos lectores de su infancia. Miyazaki leía todo lo que caía en sus manos, especialmente aquellos libros de fantasía oscura de “elige tu propia aventura” cuyas diferentes rutas acababan, la mayoría, en finales horribles tras caer en trampas mortales o en las garras de horripilantes criaturas. Pero Miyazaki no comprendía del todo bien lo que leía, así que rellenaba los huecos de la historia con su imaginación. De una forma similar, en sus juegos es imprescindible la participación activa del jugador, de su imaginación, para rellenar todos esos huecos que quedan deliberadamente en blanco. A cargo de esta nueva versión, que verá la luz con el lanzamiento de PlayStation 5, está el estudio Bluepoint Games, que ya demostró tener muy buena mano para los remakes a priori complicados al llevar a buen puerto la revisión de otro juego emblemático: Shadow of the Colossus, título de culto del creativo japonés Fumito Ueda. Con este trabajo, en Bluepoint demostraron ser bastante hábiles a la hora de captar esa sensibilidad tan particular del juego de Ueda, algo que se torna necesario para la nueva iteración de un juego también muy especial como es Demon’s Souls. Porque
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La ausencia de literalidad de una narración a retales que sugiere más que cuenta hizo de la saga universos opacos e inagotables.
no se trata de reproducir sin variación las sensaciones y experiencia jugable del original, sino de ofrecer una actualización renovada, en claves contemporáneas, pero con la esencia de la obra original latiendo en la misma frecuencia, y para esto en Bluepoint parecen estar bastante preparados. Pese al éxito rotundo de los títulos de la From Software de Miyazaki, Demon’s Souls sigue teniendo un carácter propio y excepcional dentro de la franquicia que instauró. El juego posee una serie de virtudes que destacan más allá del hecho de constituir el germen de la saga, y de hecho algunas de ellas no tuvieron continuidad en las entregas posteriores, se quedaron en él, como señas propias de identidad. Únicas e irrepetibles. El inminente lanzamiento de esta nueva versión del juego es una oportunidad maravillosa para conocer el origen del mito, y para revalorizar una aventura muy especial que, por las circunstancias de su concepción, lanzamiento y distribución, una buena parte del público no pudo disfrutar en su día. @
BBILBOKO LBOKO ZINEMALDI ZINEMALD NEMALDI FANTASTIKOA FANTTASTIKOA FAN FESTIVAL FESTIVAL DE CINE CIC NE FANTÁSTICO FANTÁSTICO DE BILBAO B LBA LBAOO BILBAO B LBAO FANTASY FANTTASY ASY FILM FILM FESTIVAL FESTIVAL
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Nadie dispuesto a morir por nadie, nadie dispuesto a morir por nada.
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Yo no perreo, yo gorrioneo, de rojo como Kaneda en Neo. Valladolor, vieja zona cero. Soy ese punto azul pálido en tu dancefloor.
Pinto un paisaje con tres colores, mezcla homogénea marrón y verde. Ojos rojos, luz de led.
Robots en la pista, fuego, fuego. Solo veo átomos, no géneros.
Floto en sueños dibujados por Moebius...
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EL úLTIMO COSMONAUTA
El rapero vallisoletano surca el espacio sonoro desde la oscuridad con su disco Neovalladolor y su nuevo Haiku. Sus ritmos electrónicos permiten atisbar algo de luz al final del túnel, tal y como nos explica en esta conversación.
Texto →Peio Azcona
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EL ÚLTIMO COSMONAUTA
ún sin haberlo transitado, conocemos el espacio. Sabemos de la impotencia de nuestros gritos en la vasta oscuridad sin aparente fin, de sus astros titilantes adornando el oscuro techo de esa casa sin paredes que es el universo y de la ingravidez de los cuerpos que han intentado habitarlo. Todos hemos visto las imágenes: Armstrong rebotando en la superficie lunar como si esos pasos fueran parte de un sketch humorístico. Pero antes de él, muchos sin nombre estuvieron ahí fuera intentando describirnos eso que se veía desde las alturas insondables del espacio. Entre ellos Alexei Leonov: el primero en flotar en el espacio sin la protección de su nave. La primera persona que navegó el cosmos. El primer cosmonauta. Cincuenta y cinco años después de la hazaña del soviético me reúno con Erik Urano, el último de una suerte de cosmonautas que han intentado surfear lo desconocido, haciendo habitable un espacio sonoro donde convergen dos elementos que hasta entonces parecían no encontrar puntos claros de unión en la música española: la electrónica y el rap. «Yo no hago rap; lo que hago es una expresión artística que utiliza el rap como lenguaje creativo», explica el músico vallisoletano que ha sabido encontrar un estilo propio en su mezcla de estilos. «Yo he intentado generar una gramática propia. Copiar códigos de otros o intentar usarlos sin hacerlos tuyos solo genera artistas volátiles. Música como la de Elsso Rodríguez, El Coleta o espero que la mía, tienen una gramática propia y unos códigos muy marcados y es lo que las convierte en atemporales aun siendo hijas de su tiempo. Hay quien ha sabido entender bien el momento y ha usado eso a su favor, pero esa música está tan enmarcada en su época y está
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«Se me ha encasillado como alguien oscuro, deprimente o incluso depresivo, pero creo que mi música tiene un halo de esperanza en el hecho de que veo la lucha como posibilitadora del cambio».
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ERIK URANO
tan contextualizada en ella que nace y muere en sí misma», sentencia con más prudencia de la que parece por la realidad que se desprende de sus palabras. Ese estilo propio, definido durante años (han pasado ya casi diez desde Energía Libre, su primer álbum en solitario después de su etapa en Urano Players) es lo que le ha granjeado el respeto de muchos artistas, aunque eso no siempre se ha visto recompensado en un impacto mediático que corresponda a su estatus, porque en un mundo con tantas etiquetas nunca habrá sitio para alguien que cree de una manera tan libre. «Sí que es verdad que mi nombre suena y que la gente me conoce, pero a veces no es suficiente con que una super estrella me mande un privado diciéndome lo mucho que le gusta mi propuesta», comenta el rapero con la sensación agridulce del que sabe que pese a todo está haciendo un buen trabajo. «La pretensión que siempre he tenido siempre ha sido la creativa y la artística. Quiero dotar de nuevas capas de sentido a mi música y en ese sentido estoy tranquilo porque sé que estoy en camino de encontrarlas», sostiene. Oscura realidad. Unas capas de sentido que ha ido incorporando a medida que se ha ido desprendiendo de lo superficial, como un cosmonauta que subsiste con lo mínimo y necesario para seguir existiendo tranquilamente lejos. «Hay algo picassiano o cubista en mi forma de escribir y desnudar las frases. Trato de que mis letras sean cada vez sean menos figurativas y despojarlas de lo accesorio», desvela sobre su proceso creativo. Un proceso que da sus frutos en canciones como la reciente Haiku, una sucesión de concisas frases que se nutren unas de otras pese a tener vida propia y que sobre un ritmo drill ahonda en los temas recurrentes en la obra del músico procedente de Valladolid: referencias tecnológicas, ahondamiento en la psique del género humano y un cierto halo de lo que parece pesimismo. «A veces la gente llama la atención sobre lo oscuro de mi música, sobre lo desesperanzadora que parece»,
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«Con el tiempo, he ido buscando la soledad en mi vida y en mi música; está en sintonía con mi forma de ser y de crear»
reflexiona Erik Urano, «yo creo que es oscura, pero tiene una luz al final, como la realidad. Intento analizar la realidad tal y como es, pero imaginando también una salida a todo esto». Una visión que encaja con unas declaraciones que se le atribuyen al cosmonauta soviético Leonov donde relata que pese a que en el espacio se halla la mayor de las oscuridades que un hombre puede vislumbrar, las estrellas hacían que ese espacio vacío y oscuro se sintiera menos lleno de nada, sirviendo como un asidero al que agarrarse para no caer en la desesperanza. «Se me ha encasillado como alguien oscuro, deprimente o incluso depresivo, pero creo que mi música tiene un halo de esperanza en el hecho de que veo la lucha como posibilitadora del cambio». Un cambio y una lucha que pasan por indagar en lo político no desde el panfleto, sino desde la conciencia de clase y la contracultura. «Hace años había mucha música subversiva que todo el mundo conocía. Grupos como Siniestro Total hacían música crítica e inteligente pero que a la vez era conocida por todos y muchos descubrimos lo contracultural desde ahí», considera el músico, «ahora todo el mundo tiene acceso a esa información y los productos culturales, en respuesta, se han convertido en puro ocio. Creo que deberíamos volver a equilibrar esa balanza en la que conviven lo cultural y el disfrute». En la música de Erik conviven ambas, la conciencia de la realidad, pero también ese disfrute frenético de sus letras sobre los ritmos electrónicos que
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convierten los directos en fiestas que dice añorar debido a la situación con la Covid-19, que ha conseguido truncar su intención de presentar su último CD Neovalladolor en escenarios a lo largo de este 2020. La "escena" en soledad. Aunque su música conjugue ambos elementos, no termina de encajar en eso que ha venido a llamarse “la escena de música urbana”. «Es bonita esa torre de Babel que denominamos “la escena”, que se ha construido para amalgamar todos los estilos y todas las formas, pero a veces sí que me he sentido solo, aunque haya sido siempre en el buen sentido», rememora el artista, «es algo que de alguna manera he ido provocando incluso en mi propia vida con la edad. Está en sintonía con mi forma de ser y de crear». Una soledad que de nuevo encuentra su réplica en ese eco sordo en el que habitan los astronautas y que tan bien retrataba el historietista Pep Brocal en su obra Cosmonauta (Astiberri, 2017). Una soledad buscada, pero también obligada en parte, por el rechazo a una escena musical donde «falta autocrítica y por momentos también dignidad. Pienso que de alguna manera estamos metidos en este sistema liberal de podios y hay mucha gente dispuesta a casi cualquier cosa por alcanzar esos primeros puestos», denuncia el rapero, «a veces da pena ver gente con talento y con una visión creativa potente fagocitada por un sistema que saben que no los quiere sino como productos momentáneos». Desde esa perspectiva cenital
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que te da habitar en el espacio resulta sencillo mantener afilada la mirada crítica, aunque también reconoce que es fácil ser exigente cuando el pan de tu mesa no depende del éxito de tu producto musical, ya que él trabaja en un instituto ayudando a personas en situaciones desfavorecidas. «Entiendo que la gente tiene que pagar facturas y me parece legítimo que hagan según qué cosas para intentar triunfar, pero no lo comparto. Igual que leo libros de mierda sabiendo que hay libros geniales, me gustaría escuchar música de mierda con la seguridad de que, si quiero, podré escuchar música que vaya un poco más allá e intente trascender», concluye.
«Estamos metidos en este sistema liberal de podios y hay mucha gente dispuesta a casi cualquier cosa por alcanzar esos primeros puestos» La trascendencia es otro reflejo que podemos encontrar en quienes intentan navegar el espacio y conquistar ese terreno indómito, que en el caso de Erik Urano es la música y sus capas de sentido. Queda preguntarse qué esperar de su carrera después del inevitable parón que ha sido y seguirá siendo 2020. «Cada vez reflexiono más sobre cómo se relacionan mi momento vital y mi momento musical y de un tiempo a esta parte noto un techo de cristal en mi música», describe, «no sé si es la propia naturaleza de la misma o que el formato de consumo no ayuda a mis canciones, pero he asumido qué tipo de música hago y para quién la hago. Si esperara algo de mi música dejaría de hacerla». El rapero es tan certero en su análisis, como tajante en su conclusión: «Esto me nutre a nivel artístico y personal y eso me ha ayudado a hacerme un espacio tan propio que soy mi propio escenario artístico. Perteneciendo a una corriente artística o a una moda, acabas quedándote fuera de la moda rápidamente; pero no puedes quedarte fuera de algo que eres tú mismo. Mi música soy yo». Quizá aquí se esconda la clave de la cosmonáutica, que tiene como aspiración llegar hasta ese horizonte de plenitud que son las estrellas; esas que nos hacen andar hacia ellas aun a sabiendas de que no las alcanzaremos, pero nace en la conciencia moral dentro de cada uno. Porque el verdadero viaje del cosmonauta no es hacia el espacio exterior, sino hacia el interior. @
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LOS GATOS DE STEINLEN
SKETCHES FELINOS EN EL PARíS BOHEMIO
El pintor Steinlen dedicó gran parte de su vida en la Belle Époque a dibujar a su animal favorito en escenas callejeras repletas de humor que podrían formar parte hoy día de los vídeos más vistos de internet. Texto →Koldo Gutiérrez
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SKETCHES FELINOS EN EL PARÍS BOHEMIO
n 1884 no existía YouTube, así que el pintor francés de origen suizo Théophile Alexandre Steinlen decidió dedicarse a ilustrar él mismo a gatos en situaciones cotidianas y absurdas, a través de tiras cómicas y carteles publicitarios en el París de la Belle Époque. Steinlen era un gran admirador de los felinos, un animal que históricamente no ha gozado de gran prestigio, salvo en contadas ocasiones y lugares, como el antiguo Egipto. El artista francés se especializó a finales del siglo XIX en captar su gran pasión en populares carteles publicitarios y “dessins sans paroles” (dibujos sin palabras), inéditos en España hasta la fecha. La editorial Sans Soleil acaba de publicar Los gatos de Steinlen, un libro en tapa dura que recoge las ilustraciones del autor con prólogo del profesor Iván Pintor.
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El prefacio aporta el contexto necesario para conocer la obra de Steinlen y el modo en que surgió. Sus dibujos de mininos fueron publicados inicialmente entre 1884 y 1887 en la revista que el mítico cabaret parisino Le Chat Noir (El gato negro) editaba semanalmente en aquella época, con textos literarios, poesía, noticias del local y sátira política. La agitada vida cultural y bohemia de Montmartre era el espacio ideal para que florecieran personajes como Steilen. No es casualidad su fascinación por los gatos, criaturas nocturnas, independientes e indomables; nada que ver con los domésticos y adiestrados perros, un símbolo más de la burguesía acomodada de la época. El París de entonces, y ese barrio en particular, acogieron a multitud de artistas de muy diversa índole. Steinlen trazó una crónica de las sórdidas calles parisinas a través de sus asilvestrados gatos. Pequeños relatos de pasión, violencia, amor, hambre y humor en los que es fácil imaginar al pintor inspirándose en la vida real, con protagonistas humanos. Steinlen se había instalado en la capital francesa en 1881 y a través de otros amigos dibujantes recaló en Montmartre, descubrió Le Chat Noir y empezó a colaborar en su semanario. En ese barrio rebelde y sensual trabó amistad con artistas como Henri de Toulouse-Lautrec y escritores como Aristide Bruant, Guy de Maupassant y Émile Zola, compañeros de juergas y batallas; otros animales nocturnos como él. A la mayoría de lectores su nombre no les sonará y probablemente desconozcan la mayoría de sus ilustraciones, pero todos hemos visto infinidad de veces su creación más famosa: La tournée du Chat Noir. El autor diseñó en 1896 el icónico cartel del cabaret, tantas veces reproducido e imitado, portada del libro y convertido ya en un símbolo de la cultura popular, aunque la mayoría ignoren su propósito inicial, su origen y su creador. Tanto es así que aunque el cabaret cerró sus puertas al año siguiente tras la muerte de su propietario, el póster del gato negro siguió perdurando y empleándose hasta nuestros días, más de un siglo después.
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STEINLEN
→La portada de Des Chats, de Théophile Alexandre Steinlen (París, 1898).
Sus dibujos fueron publicados entre 1884 y 1887 en la revista del cabaret parisino Le Chat Noir.
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SKETCHES FELINOS EN EL PARÍS BOHEMIO
Felinos animados.
El trabajo de Steinlen con sus felinos es uno de los antecesores del cómic moderno. Tuvo que pasar una década hasta que otra tira de prensa empezara a emplear varios de sus recursos técnicos y visuales: Hogan's Alley, de Richard F. Outcault, en cuyas páginas nació el famoso The Yellow Kid, auspiciado por el magnate del periodismo William Randolph Hearst. El tebeo de Outcault enlazaba sus viñetas a través de gatos negros, quizá inspirado por la labor de Steinlen, ya que era coleccionista de comics europeos. Desde entonces, esas criaturas fueron haciéndose más célebres en el noveno arte: el pionero Krazy Kat, el Gato Félix y la numerosa familia de funny animals de Disney. Eso desembocó en felinos animados y anárquicos como Tom y Jerry o Pixie, Dixie and Mr. Jinks, hasta llegar al subversivo Fritz de Robert Crumb y a la alegoría de Maus, e incluso el sanguinario Squeak the Mouse, referente directo de Rasca y Pica en Los Simpson. El trazo ágil y preciso de Steinlen captó la esencia callejera de Montmartre, su ambiente bohemio, la diversión de los cabarets y los claroscuros de la Belle Époque. Antes de que se fundara el célebre Moulin Rogue, Le Chat Noir era el cabaret más admirado de la ciudad. Con grandes dosis de humor, estos dibujos y grabados muestran peleas de felinos, su
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Su obra es antecesora del cómic moderno, ya que sus gatos inspiraron al autor de The Yellow Kid. relación con personas e incluso algún sketch con bebés que podrían formar parte de memes modernos. El talento del pintor también se empleó en dibujar otros animales en situaciones cotidianas que aparecen aquí recogidos, como gallos, monos o perros. La última parte recopila ilustraciones costumbristas de París, con personas y mascotas en estampas melancólicas alejadas del bullicio anterior en tejados y callejones. Tal es el amor de Steinlen por los gatos, que hasta los sitúa al frente de una revolución, quizá influido aún por la Comuna de París que surgió allí una década antes. Si el artista francés viera la popularidad de su animal favorito en el siglo XXI y los millones de visionados que logran sus vídeos, no se lo creería. Tanto a ellos como a su obra aún les quedan varias vidas. @
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URBANBAT
→URBANBAT 2020
GABINETE DE CRISIS DE FICCIONES POLíTICAS: GREEN MILITARY NEW DEAL
La nueva edición de URBANBAT, el festival sobre arquitectura de Bilbao, contará con un peculiar gabinete de crisis donde expertos debatirán sobre posibles soluciones a la pandemia y a los problemas ecológicos del planeta, desde una perspectiva militar.
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uando imaginamos un gabinete de crisis, nos imaginamos a un experto legañoso y en pijama recién levantado de la cama. Recibe una llamada a horas intempestivas que le despierta de la cama, a eso de las tres o las cuatro de la madrugada, con el consiguiente enfado de su pareja. Debe de ser algo grave y la situación no se puede resolver por teléfono, así que se ve obligado a coger el coche y desplazarse a su lugar de trabajo, un lugar de máxima seguridad, probablemente el Pentágono o el Área 51. Lo que allí le espera es un panorama nada halagüeño, así que tendrá que pasar un montón de tiempo encerrado entre cuatro paredes, bebiendo café y fumando sin parar, mientras contempla infinidad de pantallas y recibe extensos informes que discute con sus compañeros en un ambiente de máxima tensión. Ese es el punto de partida de Gabinete de Crisis de Ficciones Políticas, un proyecto nacido en 2012, llevado a cabo por un grupo de investigadores que comienzan a explorar fórmulas de debate, más allá del estricto marco académico. La idea surge tras constatar el poder que tiene la ficción para activar ciertos debates, como pudieron comprobar en un proyecto desarrollado por Elii, (el estudio de arquitectura de Madrid, de uno de los miembros del Gabinete). En este proyecto realizado en Bélgica y China, se exploraba
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un prototipo doméstico donde la energía de la casa se generaba a través de ejercicios físicos realizados en su interior. Una parodia de la sostenibilidad a medio camino entre Black Mirror y la realidad que desembocó en intensos debates posteriores. Esas enriquecedoras discusiones les animaron a plantear escenarios ficcionales similares, con toques de ciencia ficción y futurismo inspirados por hechos reales. El primero fue una invasión alien que daría lugar a un mundo postcolonial y ahí fue donde empezaron a probar su nuevo formato. Un reducido comité de expertos plantea la grave situación, metidos en su papel como si fuera una obra de teatro, y tras exponer sus (descabelladas) ideas, el público puede participar con sus propias ideas sobre de cómo afrontar la crisis. «Nuestra intención es plantear más preguntas que respuestas para que los espectadores también intervengan dentro de la ficción», explica Uriel Fogué, uno de los fundadores del proyecto. Desde entonces, cada año suelen convocar uno de sus gabinetes de crisis, pero no lo repiten, ya que parte de la gracia radica en que la experiencia sea única, para no perder naturalidad al exponer sus ideas y mantenerse en su papel de expertos en la materia. Su web sirve simplemente como repositorio que recoge
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URBANBAT
«Nuestra intención es plantear más preguntas que respuestas para que los espectadores también intervengan dentro de la ficción» a posteriori los temas tratados y las personas afectadas, a modo de crónica. En el pasado han debatido sobre una supercomputadora que administra la economía europea sin la intervención de los humanos, sobre la inmortalidad del cuerpo humano gracias a los últimos avances científicos, sobre la independencia energética, sobre el cierre de museos y centros culturales, sobre un sistema de gobernanza urbana basado en la inteligencia artificial, sobre el nacimiento del último bebé en la Tierra en un escenario de infertilidad crónica y sobre un apocalipsis en el que los expertos reunidos son los únicos supervivientes en todo el mundo. El viernes 13 de noviembre celebrarán en BilboRock, en el marco del festival UrbanBAT su siguiente Gabinete de Crisis De Ficciones Políticas: Green Military New Deal. En esta ocasión el tema estaba claro, dada la situación pandémica actual, que parece concebida por ellos mismos. Para ello contarán con
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Eduardo Castillo, un arquitecto que trabaja en la Iniciativa Terraforming del Strelka Institute de Moscú, un think tank especulativo que explora las implicaciones ecosistémicas del Antropoceno para el urbanismo a escala planetaria, la socióloga Cristina Monge que coordina la sección de Transición Energética en Agenda Pública y Carlos Ruiz De La Sierra, militar desde hace 40 años y entusiasta de las Relaciones Públicas y de la Comunicación Social. Uriel Fogué, como siempre, explicará las reglas del juego. «Queremos asumir el rol, situarnos en la ficción, y evitar caer en la tertulia de bar, para ello el escenario planteará preguntas desafiantes y cuestionará las ideas preconcebidas», señala. En Green Military New Deal debatirán sobre cómo el Covid nos ha afectado a todos los habitantes del planeta a la hora de vivir, trabajar y relacionarnos. Ahora nuestros espacios domésticos están permanentemente conectados y el hogar es un remedio provisional ante este problema ecológico que quizá el ejército pueda tratar de afrontar los retos sostenibles del planeta. Debido al desafío que conlleva en términos de seguridad, clima y democracia, se convoca un Gabinete de Crisis para valorar los peligros y evaluar los riesgos que conllevará la militarización de la Tierra, ante la gravedad de la situación. ¿Cómo hemos de afrontar este complejo escenario? ¿Tiene sentido una operación de esta envergadura, en el contexto del ultimátum ecológico al que se enfrenta el planeta? ¿Qué desafíos conlleva para las democracias? ¿Es preciso asumir una suspensión de la soberanía hasta que se reconduzca la situación? ¿Podemos participar políticamente desde nuestros hogares, en dicha misión ecológica, como hemos estado combatiendo el virus? ¿Se puede combatir el cambio climático desde el sofá de casa? Estos y otros interrogantes serán abordados en el encuentro.
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REACTIVANDO LA CULTURA