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Revistas literarias una conspiración gozosa

Por: Luis Fernando Cuartas Acosta

Sin duda alguna hacer revistas Literarias en Medellín es un acto de conspiración, un estado emergente entre la realidad y los atributos de crear poesía en medio de las mayores tormentas. Actos de conspiración gozosa, encuentros entre amigos que le han apostado a publicar. Cada publicación ha creado sus antípodas, sus crisis, sus estados aleatorios y sus cercanías y silencios. Desde pasadas décadas entre los años setenta y ochenta del siglo XX, se presentaron con estrepito y gran entusiasmo muchas revistas literarias en la ciudad. Muchas de ellas se extinguieron por cansancio, repetición, abulia, por deserción, por conflictos entre amigos iniciales. Algo que se constata en la afirmación de Marshall Berman, “todo lo sólido se desvanece el aire”, para hablar de la corrosión, de la destrucción como creación, para no quedarse en la nostalgia del tiempo pasado y del se fue como una añoranza romántica sobre las ruinas de un pasado reciente.

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Tocar, releer, mirar y sentir las palabras de muchas de esas pasadas publicaciones, nos remiten al tiempo de las complicidades y afectos entre muchos jóvenes que algún día se propusieron escribir y editar revistas. Siempre se han hecho entre el asombro y un enfrentamiento a otras costumbres y a otros contenidos más comerciales y menos poetizables si se quiere. En décadas pasadas todo eran aproximaciones, deleites de poetas, argumentos de filósofos, observaciones de historiadores. Eran días y los momentos de exaltación, las pasiones, los trabajos, los amores, los esfuerzos, los olvidos y también los recuerdos que nos van dejando cicatrices y abandonos. Contemplando algunas colecciones de revistas encontramos un verdadero arsenal de ideas, de algunos elementos vigentes, de las promesas de la poesía, y sus alucinantes logros ene le tiempo.

Poco se ha dicho de esas grandes experiencias vitales. Actos sin muros y sin rectorías, aportes de múltiple condición, una tarea en colectivos, propuestas que se abren y se pasan entre manos unos a otros, un dialogo de insomnes, de callejeros, de andariegos, de aproximaciones gozosas, pues siempre hay un principio lúdico y pasiones placenteras en esas experiencias con los textos.

Nada tan aleatorio, frágil, nuboso como publicar revistas literarias. Cada publicación se puede leerse desde múltiples aspectos, se abre como una dimensión fractal, crea antípodas, complicidades, afectos, cercanías y silencios. Cada página se presenta en una exhibición directa, es un acto de multiplicidad y a la vez de acertijo directo, es la clave y es la coartada, es un estado de presencia que nos deja preguntas y nos induce a mirar qué hay más allá de lo evidente, de lo directo, de lo escueto, su labor es similar a un pensamiento nuboso, crea formas que se desvanecen, no están dadas para una perdurabilidad, donde se confirman ciencias o se adelantan tesis. Es sólo un acto de apertura, nos muestra su corporalidad como espinazo de pez para ser llenado de carnalidades y de afectos.

Las revistas las hace un grupo, una complicidad de amigos que se juntan y publican, tienen afinidades, se han buscado y se concertan entre si sobre los vaivenes de cada edición y sus placeres de cercanía y apuestas como núcleo, pero ellas se deben a sus lectores, construyen un público, una manera de mirar las letras, se hacen para que salgan al vuelo, para ser recibidas, percibidas y gozados por otros. Pocas revistas resisten las sociedades del mutuo elogio, del aplauso entre sí, la segregación y la autoría de jefes infranqueables y de dictaduras que no dejan respirar los textos. Ese tipo de proyectos se caen por angustias, por enemistades mutuas, por excesos y por abusos entre sus miembros.

Yo he vivido cuarenta años la experiencia de una gran revista, Punto Seguido, de Medellín-Colombia, una vivencia abierta, al descampado, sin jefaturas ni dictados. Todo lo publicado se hace por un estado de inmersión, nos zambullimos en los textos, en el diseño, gravitamos con ellos, los diálogos se han convertido en fuente de aprendizaje mutuo. Publicar se hace una escuela, una condición dadivosa y sincera, abierta y sin temor a ser rechazado o subvalorado, son manos y ojos atentos, es un sentimiento de conjunción y de energías creativas en acción.

No siempre es algo que pasa sin aristas, sin conflictos, sin amargos momentos casi de silencio y cierre, de hacer retrospectivas, de volver a mirarnos, de aguardar respiros, de ser reinventados por las realidades vividas o reinventar realidades por soñar. Al ser un grupo y no un individuo gestor punta piramidal o pedestal, se compone de estrellas con puntas diferentes, en multiplicidades de existencias. Algunos por momento parecen estar en media calle esperando un vendaval, otros se han metido en salones grises a dictar cátedra, otros más a caminar por caminos farragosos, no faltará que esté entre las improvisaciones musicales y una enorme nostalgia de un ayer mucho más vibrante y combatiente, todo eso es válido, es necesario mostrar los prismas. Más el ser revista se pude perder si se pierde el sentido vital, la capacidad creativa, la fuerza poética y la audacia en mantener vivo un proyecto. Han pasado los tiempos, no estamos en los fulgurosos años ochenta del convulsionado siglo XX, muchos sueños se han desnudado y han ido a parar entre el pragmatismo llano y un escepticismo galopante. La utopía libertaria, el acto heroico, es ahora una madeja diferente, no hay militancias, hay un estado amargo y lúcido, una hambruna de ser, un deseo de cambiar, más un desapego por todos los discursos gloriosos y afanados una revolución que se acomodó y se disfrazó de ejecutivos y de estetas glamurosos.

Crear y permanecer en un estado de complicidad es un acto bello en épocas difíciles. Pude haber desgastes, abulias, silencios, dudas, temores y alguna revuelta interior aún no expresada. Más hacer revistas es mantener el pulso, la tensa cuerda del arquero con su arco y sus flechas invisibles. Aún en medio de las ventiscas que corroen lo sólido, las permanencias y los ritos iniciáticos, en medio de una realidad empobrecida de rituales y de símbolos, donde las personas la han apostado al mejor postor, a una angustia de sobrevivencias, quedan los amigos que aun propenden por hacer expresiones de sus creaciones para no quedar atrapados en prisiones sin expresión, maniatados a los rigores de una realidad empobrecida y poco lúdica.

Publicar revistas es un acto liberador. Es crear complicidades, aun en medio de silencios. Más no cualquier revista, es el acto de revisar, de remirar, de ser críticos, de mantener el acto lumínico en medio de oscuras contradicciones y contrastes.

Siempre habrá lugares nuevos por conocer, bocados que degustar y placeres por inventar. Las revistas son esa Galaxia en donde siempre nos encontramos, pero no somos de ninguna época preci-

sa, ni sometemos nuestra mirada a un agujero donde se esconden las heces de un carnaval de cosas muertas. Salimos ligeros de equipaje, más sueltos que consternados, más livianos que amargados, somos una parte de esa fundamentación sin fundaciones, una galaxia que se mueve por el mundo. Con única bitácora de hacer la poesía nuestro reino, el sarcófago o la nube, la fiesta y a la vez nuestra agonía, la turbulencia junto con una pasión muy semejante a una flor con espinas y con pétalos chispeantes sobre nuestra breve condición humana.

Así como la poesía que emerge del olvido es un acto sin tiempo, una presencia que nos habla para volver a ser mirada, escuchada y sentida. Es a su vez una contemporaneidad. Muchos de esos gestos sin vigentes y todavía nos sorprenden y nos dan vitalidad en nuestros procesos.

En los años ochenta aparecen propuestas como ALUDA, Auriga, Revista de Pensamiento Arte y Cultura, Agente Naranja, Asfalto, Acuarimántima, Acéfala, Ají, Alfil y Dama, Ahora, , que van dando un sentido desde rupturas con la academia, desde grupos de un anarquía poética, sin cabeza visible, sin jefaturas ni doctrinas, seres imbuidos de la bohemia de centro, con unas cuantas páginas sueltas, repartidas en bares, cantinas, bazares artesanales, fiestas del trueque, salidas a los montes o en recitales espontáneos en media calle.

Algunas iniciaron con una gran fuerza en el medio literario con propuestas más allá de hacer poemas, como Brujas, Las Mujeres escriben, reivindicando una condición de género y visibilizando procesos de escritura donde las mujeres fueran más protagónicas. Otras salidas desde los mismos barrios populares desde acciones comunitarias como Barrio Revista, para pensar y construir comunidad. Otras como Babel dedicada a nombrar escritores y actores culturales de injerencia e impacto en la ciudad. O revista Ciudad, de asuntos urbanos donde el ensayo, la crítica urbanística y la ecología empezaban a adquirir vuelo.

Otras publicaciones como Cantera de Ancón, en formatos muy endebles, papel periódico y baja calidad de diseño, eran pensadas como manifiestos políticos, cultura de masas y lucha contra lo que se ha llamado cultura oficial. Algo muy diferente a Acuarimántima, donde su centro estaba en la literatura más internacional, en dar a conocer autores locales de una fuerza más en la imagen, en el sentido trastocador del lenguaje que en la inmediatez del lenguaje sindical. La revista Cuadro de las primeras dedicadas al cine, con la voz dura, contrastada de Alberto Aguirre y su causticas opiniones sobre el arte en la ciudad. La revista Con-textos de un cote más formal, puso a circular pequeños ensayos críticos y de una manera

cercana a su público hizo pedagogía literaria. La publicación Contante y Soñante dedicada a la tradición oral y la cuentearía, de un grupo muy querido en la ciudad VIVA-PALABRA, mostrando esa otra literatura que no es tan “encopetada” y de más cercanía con públicos nuevos. Cuadernos Uno en Uno nos enfrenta con textos cortos llenos de vivacidad y en otros momentos nos permitió conocer de primera mano parte de la obra del jugar, autor y dramaturgo Juan Guillermo Rúa. La revista Ceres dirigida por Adolfo Grisales, es una muestra de poesía diversa, con intentos de diagramación de artistas plásticos, con un toque entre bucólico y jovial, con poesía llena de lugares comunes como las loas a la poesía, los llamados a la unidad poética y las búsquedas individuales con muchos atisbos de inocencia y sensiblería. Aunque hay que decir tenía una acogida en públicos juveniles en su momento. La revista Clave de sol mostraba un carácter más misceláneo, con artículos sobre música, humor, poesía, con colaboradores muy diversos.

Diver-ciudad una revista dedicada al ocio creativo, nos propone diferentes temáticas sobre la escena en Medellín, sobre la vida nocturna, la relación entre turismo urbano y nuevas espacialidades culturales. La reservista Desde La región de la corporación Región, nos muestra una seria de artículos sobre los proceso de reconciliación y paz, aborda temáticas de ciudad con una mirada los procesos sociales que allí se manifiestan.

Dorada Cometa y el plateado Viento, es una publicación con aire y viento, su temática era difundir las artes del vuelo en Medellín. Editada por John Sosa, de la revista Punto Seguido, impulsó un grupo que se llama la Casa del Alto de la Nube, alrededor del grupo se impulsaron festivales de cometas, exhibición de máquinas voladoras, encuentros ambientales, talleres de construcción y una poética de aire, como recordando a Ray Bradbury y a Gastón Baclelard en sus poéticas de la ensoñación.

Una persona que ha publicado y ha tenido revistas de literatura es Elkin Restrepo, entre ellas la ya mencionada Acuarimántima, junto con otros como José Manuel Arango, Miguel Escobar, Víctor Gaviria, Helí Ramírez, Orlando Mora, entre otros. Luego la revista POESIA, y más adelante DESHORA, con Juan José Hoyos y Mary Luz Vallejo y por supuesto Guillermo Bahena. Luego ODRADEK, dedicada al micro cuento. Todas ellas marcaron un hito cultural y son referentes para mostrar los inicios de muchos de nuestros actuales escritores.

La revista Éolo de la fundación CON_VIDA, es más dedicada a problemas ambientales, con algunos artículos de opinión y a veces con algunas muestras de poesía. La revista o publicación el Arco Y la Lira, una clara mención del libro de Octavio Paz sobre la poesía, fue una serie de ediciones sobre antologías de poetas, en un formato alargado que las hacía características, algunas personas las coleccionaban como una muestra de poesía para ser recitadas y aprendidas de memoria.

Con revista Café Rojo Adriana Hernández ha intentado rescatar la memoria cultural de un lugar considerado epicentro de actividades literarias, artísticas y musicales de la cuidad, donde recopila personajes, textos y presencias dentro de los cinco años del Café Cultural. No podemos olvidar órganos de difusión en pequeño formato como el Ombligo del Pez, con un marcado aire de humor negro, de sátira y de textos sobre la vida urbana entre la anarquía y la utopía. En cambio el Tambo de los Comuneros fue una publicación más a fin a proyectos socioculturales y actividades comunitarias llevas a expresiones literarias desde los talleres comunitarios. Yurumo Negro es una más reciente publicación tipo fanzine, con poemas, dibujos y una circulación de mano en mano y apoyos voluntarios.

Con la revista periódico literario el Gaviero, se nota ese deseo de otear horizontes, de ser punta de barco, o gaviotas en vuelos sobre varios aspectos culturales, como literatura, poesía, ensayo, teatro, crónica, caricatura, pintura, fotografía, filosofía, educación, historia, música y folclor. Lleva varias ediciones y siempre sorprende con su multiplicidad temática.

Una revista que tiene el renombre del ya legendario Gonzalo Caro, Carolo el del festival de Ancón, el Pellizco, ahora saca una revista dedicada a las mascotas y a promover festivales de cuidado de las mismas. De vez en cuando saca una crítica al manejo urbano que le da la administración a los espacios públicos, más es ahora más un recuerdo de viejas glorias de las fiestas roqueras, que una propuesta literaria interesante.

La revista EUPHORION de la asociación de Investigaciones

filosóficas de Medellín. Más dedicada a los debates de carácter filosófico tan importantes en nuestro medio. Como bien lo dicen ellos. “Escribir para poblar mundos exponencialmente múltiples que engendren, cada uno a su modo, en su deriva singular, nuevas posibilidades de vida, e inventar conceptos que sirvan a la cada vez más imperiosa necesidad de un gesto de crítica, tal como la entendió Nietzsche, como gran destrucción de lo reconocido para una creación de lo desconocido” Así como la revista Escritos, que aparece como oficial de la escuela de filosofía de la Bolivariana, pero ha sido más el tesón de los docentes independientemente que la han logrado mantener. Junto con la revista Expresiones Culturales que fue un intento de hacer una revista reflexiva, del filósofo e historiador Luis Guillermo García, donde publicó literatura y ensayo crítico.

Un pequeño fanzine llamado El Otro causo mucho revuelo en nuestro medio, se trataba de una publicación donde hablaba del erotismo y la lúdica de las post-culturas, dirigida por Luna Dragón, el seudónimo de León Zuleta. En ella aparecían varios heterónimos del controvertido escritor que reivindicaba el homosexualismo como una práctica más dentro de la sexualidad. Aparecían Violenta Dragón, Afrodita Astartéa, Vicente de Chucuri, Pedro Garfías, Pablo Salinas, Leo Lazaletta, Phileas, Delta Fénix y Ángel Moreno, todos ellos fungían como colaboradores y eran él mismo. Siendo la primera publicación de esa índole en Colombia. Junto con León Zuleta no podemos olvidar a Piedad Morales, de Puesto Berrio, pero que hizo historia con sus publicaciones de corte feminista, fue coeditora junto con León Zuleta de la revista Nuestro Espacio, entre los años 1988-89, una de las fundadoras de la corporación Vamos Mujer y del grupo las Cigarras con su respectiva publicación.

La publicación El transeúnte que se denomina prensa cultural, es una revista en papel periódico tamaño tabloide, con una particularidad que toma el nombre de una de los grandes poemas del poeta Rogelio Echavarría, y que se dedica al ensayo, relatos cortos, poemas, algunas críticas de arte, con una mirada urbana en una miscelánea de textos muy heterodoxos y dispersos.

El Enano se decía llamar el periódico taurino más pequeño del mundo, muy dedicado a promocionar eventos de la fiesta brava, muy irrelevante en cuanto a la poesía y a la literatura, hoy pasa como una curiosidad que circulo en nuestro medio.

La revista Fuegos de Pedro Arturo Estrada ha logrado mostrar nuevas voces sobre todo desde su experiencia en taller de literatura, una experiencia renovadora en nuestras letras locales.

La revista Frivolidad ha sido un punto de humor y de sátira en nuestro medio, de ahí salieron Tola Y Maruja. Sergio Valencia y Caros Mario Gallego, entre caricaturas, sarcasmos, puestas en escena de obras bufas con cierto humor sobre lo cotidiano, el humor de las cosas simples, contar “bobadas” con estilo y con picardía, como bien lo decían ellos.

La revista Fragua nace en la Universidad de Medellín, es un medio de expresión de semilleros de estudiantes, entre producción academia estudiantil y líneas de investigación que proponen los participantes. Busca seducir a la escritura, a la discusión y a procesos de investigación creando rede de participantes tanto externos e internos dentro de la Universidad. Es más independiente que del todo institucional.

En la famosa Gaceta de la U. de A. más que un propósito institucional era una reunión de voluntades creativas, entre ellos estaba Gustavo Adolfo Garcés, del que hablamos antes. Poetas como Raúl Henao, Samuel Jaramillo, Gabriel Jaime Franco, Raúl Botero, Orlando Gallo, Liliana Mejía, Fernando Jaramillo, Juan Gustavo Cobo Borda entre otros, se asoman en sus páginas. Refresca, renueva, crea lectores, una pléyade de poetas que despuntan sobre sus hojas, haciendo que se convierta en un hito cultural en nuestro medio.

María Cecilia Muñoz Galeano, Edgar Trejos, han sido parte del grupo que ha fundado revista Maya, Gerifalte y revista Poética. Una serie de experiencias divulgadoras desde los talleres literarios y las voces que han acogido como parte de sus vivencias en las búsquedas poéticas.

Grano de Arena, era una publicación de circulación en grupos juveniles y asociaciones de poetas, la mayor parte de los participantes lo hacina con seudónimo, como

Juana Montes, o sólo los nombres ahorrándose el apellido, manteniendo un cierto anonimato, sin pretensiones de figuraciones en cenáculos de moda. Germán, Pedro, Dohelva, Martín, con algún sentido de compromiso social, entre poesía de acentos políticos entre lucha de clases y una búsqueda de críticas serias y constructivas, desde la mirada de un arte comprometido por causas populares.

Era una época de un gran entusiasmo creativo, nacieron muchas revistas y plegables distribuidos en Universidades o en las calles, con el nombre de HOJA, por decir Hojas al viento, hojas sueltas, hojas de Parra, hojas libres, Todas ella de poca duración y más motivadas por un ánimo de escribir por primera vez y dar a conocer sus primeros versos. A Nombre individual o en pequeños colectivos, circulaban por trueque o por mínimas cantidades de dinero. Con esos fanzines se hacían verdaderos periplos por varias ciudades entre recitales, talleres y la circulación de sus hojas.

Historias Contadas es una revista aún vigente, su fundador y editor es Carlos E. López Castro, hace periodismo investigativo, busca historias del centro de la Ciudad, creando un referente patrimonial desde personajes, fotografías, anécdotas y lugares que muestran cierta relevancia cultural e histórica.

Una revista como Imago, de la casa de la cultura de Copacabana, era esperada como un botín literario y hasta muchos la coleccionaban. Ahí se nos presenta el poeta del Carmen de Viboral, José Manuel Arango, profesor de lógica simbólica en la Universidad de Antioquia, que no sólo fue nervio y fuerza de Imago, también lo fue de Acuarimámtima, Poesía, junto con sus excelentes traducciones del inglés. Al lado de él existía in cómplice y amigo Gustavo Zuluaga, el Hamaquero.

Con la idea de publicar poetas colombianos, que fueran desmarcados de fórmulas y clises, Omar castillo funda en 1991, la revista INTERREGNO. Busca zafarse de poesías dogmáticas, poemas de slogan domésticos, del poema como doctrina, de los poetas como espectáculo, para mostrar mejor el lado autónomo, la desobediencia, la actitud libertaria de la poesía, con una muy buena muestra de poesía en cada edición.

Dentro del mundo universitario, se crea un grupo de estudiantes audaces, que buscan recursos y logran una publicación, KABAI, de ensayos políticos, artículos académicos desde los estudiantes, poemas, arte, divulgación artística, siempre con trabajos inéditos y productos teóricos bien elaborados, sin sesgos dogmáticos, y de un proceso selectivo serio, pero a la vez exequible a todo público. Publicación de un grupo de estudiantes de Ciencias Humanas en la Universidad Nacional.

Así mismo la Revista Innombrable, nace de un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional, que poco a poco fue adquiriendo mucho más fuerza, saliéndose del formato fanzine, y convirtiéndose en una activa revista virtual, con alianzas en toda América Latina. En ella converge la poesía, el ensayo, microrelatos, la fotografía, la ilustración, todo un proyecto de búsquedas alternativas de mirar, difundir y escribir literatura.

Una persona de muy grata recordación, todo un trotamundos, Ricardo León Peña Villa, colombiano que se vivió mucho tiempo en Nueva York, cofundador de las

revistas Casa Tomada, LA Ñ, que identificaba al mundo hispano en Nueva York, por esa letra que no existe en Inglés. Coeditor también dela revista digital Redyacción. com. Reportero de entretenimiento, arte y farándula del diario La Prensa de Nueva York, promotor de encuentros literarios, algunos libros de poesía como SINASCO, una antología de tras autores en inglés y español. Loisaida: Historias del frio. Treintaytres, poesía. Tigre de aires, edición bilingüe. En antología Maryland EEUU. Productor y fundador del festival de cine colombiano en Nueva York. Participo en movimientos sociales contestatarios, como Puerta diez y “Squatters” movimiento de ocupas tomando casa abandonadas y convirtiéndolas en recintos cultuales.

Junto con Ricardo León Peña, se encuentra la labor como poeta y editor de revistas de Gabriel Jaime Caro, _GAJAKA_ , con revistas donde predomina el ensayo, la reflexión artística, la poesía, con un término muy a fin a él, la poesía neo-berraca, no sólo neo-barroca. Nos ha entregado revistas como Siglotica, Realidad aparte, Cine y Debates, Crucimes in Usa, ver el manifiesto neo-Berraco, en La risa de Demóstenes, donde predomina su corrosivo humor, sus ironías cáusticas y una manera de revalorar la poesía como actos performaticos, audacias del lenguaje, trasgresiones cotidianas.

La revista Siglotica tuvo como pioneros a Gabriel Jaime Caro, Alberto Vélez, Eduardo Peláez, y Gabriel Jaime Franco.

Bajo el efecto de los últimas muestras del Nadaísmo, aparece una revista llamada Nadaísmo setenta, Nadaísmo 70, con una postura menos manifiesta como la década pasada que se presentó el nadaísmo, algo más reflexivos, donde se manifiesta algunas rupturas con el Nadaísmo anterior. Manejando posturas artísticas donde el desnudo pretendía aun fuera un escándalo, con un diseño portátil, fácil de llevar, hacían denuncias sociales como aspectos de la guerra del Vietnam, o las masacres de indígenas en Planas Colombia.

Con el nombre del cerro tutelar de Bello, nace la revista Quitasol. Un proyecto de un puñado de escritores, como Daniel Día-Felipe Garzón Bernal, Berenice Pineda, Arnubio Roldán, Ángela Saldarriaga, todos se reúnen entorno a las alas del ángel en la casa de la Cultura de Bello, con el proyecto El Árbol de nuestros Sueños. Poetas con ahínco, hacen convocatorias de arte, encuentros literarios, recitales en tiendas, cafés, escenarios artísticos, han forjado toda una experiencia de actividad cultural memorable en dicho municipio. En se municipio también existe desde el centro de historia la que revista Huellas, que busca dar a conocer y defender los elementos patrimoniales del municipio.

Otro gran tesonero, persistente autor de novelas y relatos, editor es José Martínez Sánchez, que publicó la revista Susurros, que hasta hace poco aún aparecía en internet. Esta revista circulaba entre público juvenil, artistas y poetas. Traía ensayo, cuento, crítica de arte, aspectos de la ciudad, como temas urbanos, con marcada mirada social, crítica política, aspectos del llamado compromiso del artista y su medio, más en algunos aspectos se desmarcaba de un izquierdismo radical. La revista Rampa de Rubén López Rodríguez, promovía desde su accionar tertulias y encuentros de literatura, Junto con Babel de Víctor Bustamante hicieron del café Versalles un epicentro de voces que pasaban las tardes dialogando sobre arte, pintura, poesía, sobre sus próximas publicaciones, ayudando a mantener una red de amigos con los que frecuentemente se apoyaban.

Mascaluna, es una revista de poesía, cuento y breves ensayos. Sus animadores son infatigables entre taller de literatura y páginas de poesía en redes sociales, Cesar Herrera y Everardo Rendón Colorado, con un universo literario bastante amplio.

Una revista aún vigente, es La Musa Sonámbula, dirigida por Mario Sánchez, Gustavo Zuluaga, y Pablo Quintero. La poesía, el ensayo literario, la reseña de libros, el mundo editorial como una parte de la labor de estos tres paladines. Publica a autores importantes olvidados, rescata poesía local, logra un diseño editorial interesante sobre todo en sus caratulas. El mismo Gustavo lleva años editando y colaborando con revistas como Imago, de Copacabana Antioquia, y la revista Otras Voces.

Otra revista de línea muy ecléctica, era la revista Auriga, de muy poca duración, el cochero llevaba de todo un poco sin una selección muy rigurosa, Rafael Pombo con Jean Genet, poetas locales con escritores internacionales, muchas veces presentados como colaboradores asiduos cunado ya estaban muertos. Era frecuente decir “colaboran con este número Ernesto Sábato, Julio Cortázar, por el sólo

hecho de retomar un texto de algún libro. Sus fundadores eran Orlando Barrientos, Mauro Peña, Alejandro Suarez, algunos con intentos de novela y cuentos, y otros con algunos libros de poesía o en la docencia.

Un pequeño plegable llamado la Tagua, del escritor Iván Graciano Morelo, de micro-relatos y poemas, su corte de fanzine la hace característica.

Laberinto Lunario fue una grata experiencia con amigos estudiantes de la Universidad NACIONAL, un verdadero laboratorio creativo, Nos reuníamos entorno a un evento que se hacía cada quince días, El Laberinto Lunario en la gliptoteca Pedro Nel Gómez. En ese entonces un lugar muy olvidado dentro de la Universidad, donde están las esculturas de los mitos del maestro. Sacamos un plegable coleccionable, con ese nombre de Laberinto, era toda una tarde diseñar, escoger textos, hacer dibujos y collages para tenerlo listo para la imprenta cada quince días. Pudimos editar en formato revista, auspiciados por un aporte de la rectoría y por Divulgación Cultural. Como propiciadores estaban Luis Humberto arboleda, Edgar Rauales Urrestra, y yo, todos estudiantes de historia de la misma universidad. Nos colaboraban un grupo muy dinámico como Gabriel Fernando Montoya, Juan José cañas, Rodrigo zapata, Jairo Guzmán, Fredy Castrillón, Gilberto Morales, Ángela Garcés entre otros.

La revista Vía Pública, editada por Omar Orozco, Cristóbal Peláez, Darío Ruiz Gómez, desde 1989, de muy corta duración. Allí aparecen textos sobre la ciudad, algo sobre teatro, algunos escritores locales, poetas y ensayistas. Muy emparentada a esa revista estaría la Hoja de Medellín, que tuvo mucho más convocatoria y se dedicó a temas urbanos, ensayos sobre temas de ciudad, Más abierta en temáticas, fundada en 1992, llegó a convertirse en un referente sobre temas de ciudad. Esta publicación fundada por Ana María Cano, con escritores como, Héctor Abad Faciolince, Laura Restrepo, Piedad Bonnet, Elkin Obregón, Jorge Orlando Melo, Alonso Salazar y María Victoria Uribe, la hizo convertir en una revista de muy variados temas, de los cuales se han sacado en formato libro varias antologías.

Muy cercana también a lo que hoy en día es Universo Centro, siendo más un periódico alternativo de difusión cultural y uno de los más leídos en Medellín. Nació en el año 2008, con el fotógrafo y artista Juan Fernando Ospina, Pascual Gaviria Y Fernando Mora. muchas veces más hacia el ensayo urbano, con participación de escritores conocidos como Pablo Montoya, Brigitte Baptiste, Ricardo Aricapa, Alonso Salazar, creado un público lector que lo busca y lo colecciona. Un periodismo de nuevo cuño, menos porno violento, menos amarillista, más de mostrar otra cara dela ciudad, sus contrastes y sus dinámicas cotidianas.

La revista la Bisagra, edición esmerada, cocida a mano, con diseño impecable y sobrio, de la corporación cultura la Bisagra, es una revista abierta, sin sellos dogmáticos, con la dinámica de sus creadores Isabel Cristina Bustamante, Andrés Bustamante y Carlos Ciro. Publica poetas locales y algunas colaboraciones de otras ciudades, pero procurando siempre la originalidad y evitando lo que se ha llamado echar tijera de otros textos.

La Revista de Poesía Alferis, era un fanzine, de muy pocas hojas, donde el que más publicaba allí era el poeta Juan Rivas, más no aparece como director ni fundador, este tipo de publicaciones guardaba mucho el anonimato de sus creadores.

Itaca, era otro fanzine, publicado por Hugo Aguirre, Sandra Castrillón, Diana Mejía y Luis Carlos Velásquez. Retomaba textos de autores como Baudelaire, un autor que parece ser un seudónimo llamado Fernando Soyser, algunas entrevistas como la realizada con el dramaturgo Rodrigo Saldarriaga.

Revista la Tertulia de Juve, dirigida y editada por Juvenal Herrera Torres, un poeta muy conocido inicialmente en el medio sindical y en luchas obreras, luego dedicado a al colección de música, tuvo una taberna donde se hacían recitales y tertulias. La revista muy dedicada a la música, autores y poetas cantantes, algo de poesía y algunos ensayos cortos sobre diferentes temáticas. Es de recordar el encuentro de poetas por la Paz, organizado por Juvenal Herrera, realizado el 29 de septiembre del año 1986, en la biblioteca púbica piloto.

Mecánica Celeste, que toma su nombre de una frase de Charles Baudeliare: “Existe sin duda en el espíritu un especia de mecánica celeste, del cual no es preciso avergonzarse, sino por

el contrario obtener el partido más glorioso, como hace el médico con la mecánica del cuer-

po”, los directores de esta publicación, Oscar González, académico y crítico de arte, poeta y conferencista, Fabián Castaño, novelista y editor y Oscar Palomino Editor. Su apuesta esté en publicar sobre artistas, escritores outsider, más periféricos, más desde las fronteras de pensamiento, seres de apertura y críticos contemporáneos. Rescate de lecturas y relatos, de temas que se cifran entre lo erótico, lo filosófico, la poesía y la otredad de los encantamientos y las marginalidades.

Un poeta, fotógrafo, graduado en filosofía y letras de la Bolivariana, el profesor Samuel Tarsicio Valencia, nacido en san Andrés de Cuerquia, mu afina poetas y escritores como Rilke, Pessoa, Rulfo, Dante, Virgilio, Joyce, creó una revista con un grupo de estudiantes, con un hondo sentido poético, Misterio Eleusino, con una clara alusión a los misterios eleusinos de la cultura Griega, alrededor de esta publicación se hacían eventos culturales, dentro y fuera de la Universidad.

Medellín en escena es un periódico de la asociación de salas de artes escénicas, para divulgar eventos de teatro, noticas de dramaturgia, de muy amplia circulación, sin muchas pretensiones de ser un coleccionable literario.

Revistas y fanzines de poca circulación y muy bajos presupuestos, como Luces eróticas, La Picadura, más satírica y de corte más dibujo y comics, La Urraca, Lundens, La Mita, Larva, La Piquiña, Lunario, Maya, Malagana, Musa Levis, Malacaña, de poca duración, más efímeras, y de una condición contestaría y satírica.

Una interesante publicación de la Oficina estudiantil de la Universidad Nacional, Leer Poesía, se zafaban de un discurso inmediatista de solo denuncia y proponía la lectura poética como una manera de emancipación de las ideas. Lo Mismo pasaba con la revista Otras Quijotadas, de la misma universidad, con un diseño algo rustico y de baja calidad de imprenta, pero con pretensiones culturales muy interesantes, con traducciones, textos de historiadores y filósofos, algunos poemas y ensayos de sus publicadores. Eran apuestas estudiantiles independientes, con osadía y buscando liberarse de academicismos rígidos y de izquierdas dogmáticas.

Son muchas otras que por razones de espacio no son mencionadas aquí pero que vale la pena rescatar y darlas a conocer.

Tal es el caso de un personaje que ha trasegado la escena literaria de la ciudad es el poeta Omar Castillo. Un ser autodidacta, libre de compromisos políticos o religiosos, tiene la revista Interregno y la revista Otras Palabras. Su trabajo como editor con la editorial Otras Palabras y el fondo editorial Ateneo, ha logrado desde 1985, publicar a poetas ocales y extranjeros, poniendo a circular a poetas como Pablo de Roka, Rosamel del Valle, Cesar Moro, junto con una gran cantidad de voces importantes en nuestro medio. Nacido en Medellín, ha publicado una gran cantidad de libros de poesía, ha estado en charlas, recitales y delegaciones literarias en Nueva York, Paris y Rio de Janeiro. Estudioso de la literatura latinoamericana, sobre el surrealismo en América Latina y sobre la literatura Colombiana, publicando ensayos en varias revistas internacionales.

Los Poetas Raúl Henao, Fernando del Río y Fernando Rendón, fundan la revista Clave De Sol, en 1972, donde también participó Juan Manuel Roca, una publicación que rompía con esquemas tradicionales de la poesía, pero de muy poca duración en nuestro medio.

Actualmente en la revista Punto Seguido somos John Sosa, Oscar González, Carlos Bedoya, Pablo Carrillo y Fernando Cuartas Acosta. John poeta gestor cultural, músico, auspiciador de la elevada de cometas y las artes del viento en Medellín. Guía de caminantes, amigo de la naturaleza y un obcecado escritor de nuestra realidad desde un surrealismo que levanta las torcidas capas de lo rutinario. Oscar González, profesor universitario, crítico de arte, ensayista, poeta, conferencista, consultor y asesor de varios grupos de teatro en la ciudad. Carlos, filósofo, poeta, ensayista, traductor, con un fino e irónico sentido del humor, un verdadero ácrata de ideas poéticas, entre el erotismo y la subversión de lo cotidiano. Fernando Cuartas, historiador, guía de patrimonio y caminante, coordinador del taller de literatura Viajes Literarios de la Universidad Nacional, coordinador del programa de radio UN Radio Taller de Luna, conocido como el Gato Cuenta Cuentos, artista de collages y actor performático. Pablo Carrillo nuestro editor desde hace muchos años.

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