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Álida Ortiz Sotomayor

LA CARTA DE LA TIERRA…PILAR PARA TODA LA EDUCACIÓN

La Carta de la Tierra, documento que este año celebra sus veinte años de publicación contiene guías, principios para la protección y el uso sostenible de los recursos del Planeta. No se refiere solamente a la explotación de los servicios ecológicos de todos los ecosistemas que componen la Tierra, sino además, y lo considero de mayor importancia, al comportamiento social, ético y sensible que debemos tener los humanos en nuestra relación con la Tierra. En octubre del año 2003, la UNESCO propuso que se utilizara la Carta de la Tierra como instrumento educativo, particularmente en el marco del Decenio de las Naciones Unidas para la Educación con miras al Desarrollo Sostenible. Todas las disciplinas de nuestro sistema educativo, independiente del nivel de educación, desde preescolar hasta universitario, deben insertar los Principios de la Carta de la Tierra. El modelo de educación preuniversitaria aplicado en el presente en las escuelas de Puerto Rico enfatiza el STEM (Science Technology Engineering and Mathematics) basándose en la necesidad del conocimiento de la tecnología y el modelo de desarrollo económico de los Estados Unidos. Algunas escuelas le han añadido Arte (STEAM), pero aún así no se logra la integración de valores y comportamientos respetuosos hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y la cultura de paz para la protección y el buen uso de los recursos que obtenemos de la Tierra, tal como lo proponen los Principios de la Carta de la Tierra. Es importante destacar que hay algunos esfuerzos notables en la formación de maestros en Puerto Rico que van dirigidos a integrar la Carta de la Tierra en la educación. La Dra. María A. Vilches en dos publicaciones en la revista CRUCE (noviembre 2019 y abril 2020) ha destacado esos Principios. En el primero analiza los fundamentos de la Ecopedagogía, que fue la base de su disertación Doctoral, y en el segundo describe el Programa de formación de educadores ambientales: una experiencia para la sostenibilidad desarrollado en La Universidad Ana G. Méndez (UAGM-Cupey). En ambos estudios, se destaca el concepto de educación ambiental, lo cual es muy importante. Sin embargo, considero que todavía es necesario y urgente que en TODAS las disciplinas: Ciencias Naturales, Ciencias Sociales, Humanidades, Artes del Lenguaje, Historia, Tecnología, Agronomía,

Ingeniería, Medicina… se integre la Carta de la Tierra para que los estudiantes puedan asimilar su contenido y aplicarlo a su propio comportamiento. Los educadores, en todos los niveles escolares en Puerto Rico están familiarizados con diferentes estrategias pedagógicas que pueden ser excelentes herramientas para integrar la Carta de la Tierra a todas las disciplinas académicas. Entre estas podemos mencionar el Aprendizaje Basado en el Entorno (Place Based Learning) que lleva al estudiante a aprender sobre un tema en particular mediante experiencias directas con su entorno inmediato: natural y social. El Aprendizaje Basado en Problemas (Problem Based Learning) les permite a los estudiantes identificar una situación o problema que sea pertinente para ellos y esté relacionado al currículo que se enseña en el salón para investigar las posibles soluciones o cursos de acción. El Aprendizaje Basado en Proyectos (Project Based Learning) guía el diseño de un proyecto colectivo en el cual se aplican los conceptos aprendidos mediante investigación y se formulan estrategias adecuadas para atender situaciones específicas. Todas estas estrategias de aprendizaje están conectadas por el trabajo colaborativo entre los estudiantes, sus familias y sus comunidades. La colaboración, de por sí, es una estrategia de aprendizaje y de acción presente en todos los Principios y componentes de la Carta de la Tierra. Reviviendo nuestra experiencia con la integración de los principios y valores de la Carta de la Tierra en diferentes espacios de cursos universitarios, talleres para maestros, manejadores de recursos naturales, guías de turismo, pescadores y líderes comunitarios, procedemos a examinar la Carta de la Tierra y sugerimos algunas acciones para su integración en el currículo escolar. Es necesario hacer la salvedad de que cada experiencia puede ser diferente, aún cuando sea el mismo grupo de estudiantes y el mismo maestro o maestra, dependiendo del ambiente natural y social en el cual se desarrolla la experiencia. El Principio I: RESPETO Y CUIDADO DE LA COMUNIDAD DE LA VIDA, a mi entender es el Principio más amplio que nos lleva a reconocer que el ser humano es una especie más en la biodiversidad de especies que existen en la Tierra. Por lo tanto, es importante reconocer que todos los organismos que existen son interdependientes unos de otros. El hecho de que la especie humana Homo sapiens, tenga unas capacidades de pensar, analizar y tomar decisiones no significa que otras formas de vida en la Tierra tengan menos valor que nosotros. A lo largo de la historia de nuestra especie, hemos aprendido a utilizar otras especies de plantas, animales y microrganismos para satisfacer nuestras necesidades básicas de alimentación y otras no tan básicas. Muchas de esas acciones han llevado a la extinción de algunas especies y a cambios en los espacios naturales que los hacen improductivos para la vida, pero que satisfacen nuestros reclamos. La expansión de la especie humana en su modelo de urbanización a lo largo de la historia ha eliminado bosques, humedales y cambiado el curso de los ríos para establecer las ciudades que demandamos para el modelo de “hábitat” que queremos tener. Respetar la Tierra y la vida en toda su diversidad; cuidar la comunidad de la vida con entendimiento, compasión y amor; construir sociedades democráticas que sean justas, participativas, sostenibles y pacíficas, y asegurar que los frutos y la belleza de la Tierra se preserven para las generaciones presentes y futuras son los elementos básicos del Principio I. ¿Cómo integramos esto a la educación en todas las disciplinas, currículos y niveles escolares? Desde el nivel elemental, podemos integrar el tema en el currículo con actividades que faciliten a los estudiantes evaluar sus propios comportamientos con relación a este Principio y que puedan sugerir, generar ideas que los ayuden a cumplir con los elementos destacados. La educación en los niveles preescolares y elementales en los cuales los estudiantes aprenden a reconocer las otras especies de animales, plantas y otros organismos con los cuales comparte el espacio

natural que ocupa, es la primera oportunidad en la cual se aplica el Principio 1. Esto puede lograrse desde el enfoque de los procesos científicos, el arte y el reconocimiento de que todos los organismos vivos: sean plantas, animales o microorganismos dependemos del mismo espacio y nos corresponde a los humanos cuidarlo y mantenerlo saludable. Crear un huerto escolar, aplicando el Aprendizaje Basado en Proyectos, en el cual los estudiantes, lo estudien y valoren, no solamente desde el punto de vista que pueden obtener alimentos y plantas medicinales para ellos, sino, además, que reconozcan y estudien todas las otras especies de organismos que contribuyen a la productividad del suelo y el efecto que pueden tener los herbicidas. Algunas de estas especies como hormigas, culebras, alacranes, arañas, ciempiés, las plantas de ortiga y de escambrón tienen mecanismos de defensa que pueden ser peligrosos para los humanos como son los

29 de junio de 2020 venenos, pero eso no quiere decir que tengamos que exterminarlos, si no más bien aprender a compartir los espacios. Pueden también estudiar las aves que llegan al patio de la escuela, a los patios de sus casas y aprender sobre la dependencia que hay entre las plantas, las aves, los insectos y las lombrices de tierra, entre otros organismos. Todas estas actividades abonan al desarrollo de una biosensibilidad y a una ética del cuidado. En los niveles superiores, aplicando la estrategia de Aprendizaje Basado en Problemas, pueden evaluar las consecuencias que de utilizar los recursos naturales, tales como el agua, el suelo, las plantas y los animales de forma inadecuada causando daños ambientales que afectan a las comunidades. El principio II: INTEGRIDAD ECOLÓGICA en cierto modo, lo tenemos presente en todos lo niveles académicos en las diferentes disciplinas como biología, ecología y conservación de recursos

naturales donde aprendemos a reconocer la biodiversidad, los ecosistemas y la biodiversidad que identifica el espacio natural donde vivimos y estudiamos. Por lo general se presenta en el salón como el reconocimiento de la biodiversidad, tanto a nivel de organismos como de ecosistemas y las conexiones que existen entre el nivel biótico y el abiótico. La aplicación de este Principio II nos lleva a crear conciencia de la importancia de conocer ese aspecto científico, pero además desarrollar un comportamiento dirigido a proteger esa diversidad y evitar en todo momento impactar negativamente los espacios naturales. En este espacio de aprendizaje el Principio II nos lleva a aplicar un acercamiento interdisciplinario, mediante el cual en todas las disciplinas: biología, estudios sociales, arte, lenguajes, historia, ciencias terrestres se aprenda a integrar el conocimiento científico, la conservación y el uso de los servicios ecológicos de los ecosistemas como recursos naturales de una manera que asegure la sostenibilidad del recurso. Podemos aprender cómo los comportamientos de consumo, tales como uso excesivo de energía, pobre planificación en el diseño de áreas urbanizadas, introducción de especies exóticas pueden impactar los sistemas naturales. La Carta de la Tierra nos expone todos estos conceptos y nos permite hacer introspección de nuestras acciones personales, familiares, comunitarias y sociales en general que impactan de forma negativa a los ecosistemas naturales. Igualmente, nos ofrece acciones y comportamientos positivos que pueden evitar ese impacto negativo. Es importante que la discusión del salón de clase se aplique a la comunidad en la cual vive el estudiante y que vea cómo la comunidad completa puede integrarse a esta visión de la Carta de la Tierra. Una actividad de Aprendizaje Basado en el Entorno que puede aportar a la integración del Principio II es que el estudiante construya, mediante investigaciones, lecturas y visitas de campo El Perfil Ecológico del pueblo en que vive. Deberá incluir, no solamente los elementos de la naturaleza, los elementos históricos y culturales y los aspectos socioeconómicos y administrativos que lo gobiernan. Este es un proyecto que deberá presentar a los compañeros de clase explicando cómo obtuvo la

información. Puede ser un proyecto colaborativo y los estudiantes se distribuirán entre ellos los diferentes componentes del trabajo. El Principio III: JUSTICIA SOCIAL Y ECONÓMICA nos sirve como guía para reconocer los comportamientos humanos e internalizar la forma en que nos relacionamos con la Tierra. En los niveles de estudio superiores y universitarios especializados, temas tales como: la erradicación de la pobreza, desarrollo humano equitativo y sostenible, la eliminación de los prejuicios y discriminación por género, color, orientación sexual, religión idioma, origen étnico o social deben ser insertados en el contenido curricular de forma interdisciplinaria, no solamente en las disciplinas de historia, sociología, economía, desarrollo de negocios, antropología, humanidades, ciencias ambientales e ingeniería, entre otras. Tareas de estudios de campo en su pueblo o en su vecindario, juego de roles, análisis de noticias, reportajes, proyectos de arte y fotografía, entrevistas a familiares y vecinos, pueden desarrollarse como asignaciones especiales en los cursos de Humanidades, Estudios Sociales, Arte, en niveles superiores tomando como guía el Principio III para el curso en particular, y aplicando los elementos específicos que se expresan en la Carta de la Tierra a Puerto Rico, a su pueblo y a su comunidad podrán crear un cuadro claro de lo que significa Justicia Social y Económica en su entorno inmediato. En los niveles elementales, los estudiantes pueden integrar el Principio III mediante asignaciones para el hogar, adecuadas al nivel escolar para conocer el perfil social del pueblo en que viven, el de su familia y el del vecindario, y comprender las condiciones sociales de su comunidad y las acciones necesarias para lograr un nivel de vida sostenible. Pueden, además, hacer introspección de sus propios sentimientos y acciones que le permitirán descubrir sus formas de pensar y prejuicios que pueda tener. El Principio IV: DEMOCRACIA, NO VIOLENCIA Y PAZ puede ser integrado en todos los niveles educativos, en todas las disciplinas y en todas

29 de junio de 2020 las actividades que se celebren en las escuelas y universidades. Es la guía para generar los conocimientos, habilidades, comportamientos y valores para un modelo de vida sostenible en cualquier lugar de la Tierra. En el espacio de educación es lograr que los estudiantes aprendan el contenido de la disciplina del curso y además aporten a lograr la meta de democracia, no violencia y paz. Como asignación para el hogar sugerimos estas actividades. Dependiendo del nivel escolar los estudiantes pueden crear reportajes, noticias, exhibiciones de arte y fotografías de sus pueblos, comunidades u otros lugares del mundo en los cuales se describan y analicen acciones ciudadanas que contribuyen al desarrollo sostenible, la solidaridad y la cooperación entre los pueblos. ¿Cómo se ven ellos mismos contribuyendo a lograr democracia, no violencia y paz? Otra actividad posible es que el maestro o los mismos estudiantes presenten noticias, situaciones o escenas en las cuales se hace evidente la falta de tolerancia, la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones entre otras acciones que destaca el Principio IV y que los estudiantes las discutan y presenten respuestas para corregir las situaciones. Al final de cada actividad se pedirá a los estudiantes que reflexionen sobre las acciones que pueden tomar ellos para lograr un modelo de vida democrático, sin violencia y lleno de paz. En conclusión, hemos presentado el potencial de espacios para insertar e integrar el contenido de la Carta de la Tierra en la educación, principalmente desde el enfoque de disciplinas y currículo escolar. Sin embargo, es necesario destacar que la Carta de la Tierra debe ser parte del conocimiento de todos los ciudadanos, independientemente de niveles sociales, económicos y culturales. Todos debemos asumir la responsabilidad del respeto hacia la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia económica y una cultura de paz para una sociedad global sostenible.

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