MÉXICO $50 • US $10.95 • ISSN 1405-7913
R E V I S TA D E F O T Ó G R A F O S n D I R E C T O R : P E D R O V A LT I E R R A n A Ñ O X X V I I n N Ú M E R O 16 6 n D I C I E M B R E 2 0 2 0 – F E B R E R O 2 0 21 n C U A R T O S C U R O . C O M . M X
n SYLVIA ALONSO n LILETTE AGUIRRE n SEILA MONTES n CRISTIAN SARMIENTO n TAMARA BLÁZQUEZ n TOCHIRO GALLEGOS TE X TOS DE GUADALUPE DÁVALOS • ARITZ TUTOR • GALO CAÑA S • ELISA LOZ ANO
M E D IO A R IA EL MEJOR A P U B L IC IT T U A P U S ondesa; PA R A 55; colonia C an Escutia, Contacto: Ju de México 06140 Ciudad ro .c o m @ cu a rt o sc u p u b li ci d a d ro .c o m @ cu a rt o sc u la ll o v iz n a
UNA REVISTA DE CULTURA VISUAL Y TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS
n R E V I S T A D E F O T Ó G R A F O S n D I R E C T O R : P E D R O V A LT I E R R A n A Ñ O X X V I I n N Ú M E R O 1 6 6 n D I C I E M B R E 2 0 2 0 – F E B R E R O 2 0 2 1
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Director y editor responsable PEDRO ANTONIO VALTIERRA RUVALCABA
Ellas recorren la sierra rarámuri, la de los hombres pájaro y las mujeres de pies que parecen
ANA LUISA ANZA
volar entre rocas y caminos infinitos… son tres fotógrafas las que recolectan la devoción
VIRIDIANA SANDOVAL
y tradición en la fiesta grande, en el caso de
CAROLINA ROMERO
en los internados que les permiten a los pequeños ir a la escuela sin andar los kilómetros
FERNANDO RODRÍGUEZ ÁLVAREZ
que los alejan, en ese caleidoscopio de colores que ofrece
Coordinadora editorial
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Año xxvii; núm. 166; diciembre 2020–febrero 2021.
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SYLVIA ALONSO; la vida que transcurre
LILETTE AGUIRRE, o la intensa belleza en los retratos de la vida cotidiana que SEILA MONTES, con una luz mágica que transforma los rostros y oficios casi en pinturas, resumen la fortaleza de ellas, las que cocinan, las que danzan, las que representan ese mundo que vive y pervive en los altos de Chihuahua 6 Dentro de los campamentos de refugiados, los jóvenes sa harauis que retrata
CRISTIAN SARMIENTO y describe ARITZ TUTOR, vivían un
proceso de cambio para esbozar su particular manera de abordar el conflicto con Marrue cos hasta que ahora, apenas a mediados de noviembre, el Frente Polisario dio por roto el pacto de alto al fuego firmado en 1991 para buscar la liberación del Sahara, la última colonia africana 34 Si la flora y los animales son los portavoces del lugar en que moran,
TAMARA BLÁZQUEZ les permite contar su historia, sus gozos y vicisitudes, su pasado y su porvenir, en las fotografías que muestran la fauna que habita –a veces visible, a veces casi anónima– en la ciudades en las que no todos se percatan de su presencia 46 EN
MOVIMIENTO recupera cómo el ojo de TOCHIRO
GALLEGOS recompone el supuesto
caos y logra un diálogo armónico entre la ficción y la realidad, para crear una bitácora visual que es tanto medio de promoción de una película, como una memoria gráfica del trabajo de los cineastas con los que labora 56 EN EXPOSICIÓN presenta el recorrido visual posible en la muestra De paso, en la que
PEDRO VALTIERRA escudriña las formas e
implicar al observador para concretar el mensaje, mediante la exhibición-venta montada en la galería Casa de la Ciudad y el Viento, ubicada en su natal Fresnillo, Zacatecas 61
CUADROSCURO presenta información sobre libros, exposiciones y noticias para aquellos que se interesan por la imagen 64 DE LAS MEJORES es una breve selección del trabajo de los fotoperiodistas de la agencia Cuartoscuro. 66
portada : Al salir de clase, un grupo de estudiantes de la
academia de formación profesional para mujeres Afad, pasea por la wilaya (detalle). © CRISTIAN SARMIENTO .
luzPétrea Un miembro del Frente Polisario durante la exhibición del armamento que le fue arrebatado al ejército marroquí durante los combates. La imagen fue realizada en la frontera con Argelia, país que apoya a los saharauis. República Árabe Saharahui Democrática (RASD). Marzo, 1982. © PEDRO VALTIERRA / W W W.PEDROVALTIERRA.COM
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Rarámuri
EL INFINITO EN EL LOMO DE LA TIERRA FOTOGRAFÍAS Sylvia Alonso, Lilette Aguirre y Seila Montes TEXTO Guadalupe Dávalos
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Los Saméame (músicos). Todo sucede siempre acompañado de la música del tambor. © SYLVIA ALONSO 7
Naíki, naírare (fogata). El inicio de la Semana Santa se marca con el encendido de la fogata en el Cerro de la Cruz . © SYLVIA ALONSO
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ara quien ha escuchado el ruido de un tambor de piel de cabra durante tres días con sus noches, no hay lugares comunes. Es casi una correría de avispas que provoca que las venas se dilaten y los pies se muevan en redondel: que se marque el infinito en el lomo de la Tierra, y los hombres y mujeres de las zonas serranas de la Sierra Madre Occidental acudan a bendecir las cosechas para un buen ciclo agrícola, y baje la lluvia fresca que es pintada en la piel, y se apaguen las ansias con el tesgüino, bebida preparada con cebada y maíz, brebaje de ancestros machada en
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piedra, la que se fermenta y es colada en cesta. Para quien haya visto o no, para quien haya oído o no, es esta serie fotográfica. Tres artistas de la lente, mujeres que tienen en común haber avistado a vuelo de pájaro –con sus cámaras fotográficas– la sencillez, la bondad y los ritos del pueblo rarámuri: Sylvia Alonso, Lilette Aguirre y Seila Montes.
SYLVIA ALONSO retrata la fiesta más conocida, la que se celebra en Semana Santa en Norogachi, municipio de Guachochi, Chihuahua. Capta la fogata en el
Pascolero. Al amanecer se prepara todo para que el pascolero vaya al templo danzando. © SYLVIA ALONSO
Cerro de la Cruz, que es replicada a los cuatro pun tos cardinales en cerritos vecinos. Con ramas de pirú encendidas se ofrenda al sol; onóruame, se inicia la jornada en la que doce comunidades participan marcando el ritmo, izando sus banderas, recibiendo las órdenes del fiestero –en este caso fiestera–, quien porta la bandera más grande, es el alapérisi (abande rado) a quien se le da el mando. Entrando a terrenos de la iglesia de Nuestra Señora del Pilar y, ocupando el atrio, van danzando los integrantes de comunida des hasta que se fabrica el “muñeco” el sábado, un Judas blanco, tiznado de cal como los tarahumaras
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Los pintos. Los pintos llegan de todos los pueblos cercanos a Norogachi, Chihuahua, uno de los lugares donde se lleva a cabo la celebración. © SYLVIA ALONSO
pintos, que también son danzantes, sólo que éste representa el mal que ha de irse, es el Judas que será perseguido por horas enteras por el verdugo del bien, y ambos, que han sido pintados en horas noc turnas con tierras raras, piedras calizas derretidas, ceniza y barro, representan los motivos rituales más destacados, tanto como la Virgen María vestida a la usanza rarámuri y el Cristo, que de igual manera, encabezan las procesiones anuales. Los hombres pájaro, cuyos tocados hechos con plumas de guajolote que les permiten transfigurar se tienen la función de “policías” o guardianes, o ir
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Fuego. Muchos de los niños son los que suben al cerro a encender la fogata. © SYLVIA ALONSO
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Procesión. La procesión entra y sale del templo, hasta el encuentro de Jesús con su madre. 13
© SYLVIA ALONSO
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De la serie La vida en el internado. Norogachi, Chihuahua, 2016. © LILETTE AGUIRRE
De la serie La vida en el internado. Norogachi, Chihuahua, 2016. © LILETTE AGUIRRE
de un lado a otro sin el batir de alas, acuden al ser vicio religioso armados con la pistola propia de su cargo; los que tienen, otros no. Pero dominan la música, la danza, la sonrisa. Acompañan a las mu jeres del coro otros hombres con aperos de labranza, quienes durante esta fiesta honran al Santísimo, lo mismo que al sol que los vio nacer. Y si bien los rarámuri se libraron de ser evangeli zados a principios del siglo xvii, la insistencia espa ñola, la colonización y esclavitud a la que fueron sometidos en las minas, apaciguó el recio carácter de los hombres de pies ligeros, adoctrinados luego
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por jesuitas y actualmente por las monjas de los al bergues que reciben a niños y niñas en el transcurso de la semana y que, con cantos y alabanzas, pasan el día a día. Mientras, en las comunidades los padres jornaleros salen a sembrar en terrenos agrestes y las mujeres se dedican a las labores como el cuidado de animales domésticos y ganado menor, y a preparar los alimentos a base de maíz, su principal despensa y sustento. De la cuna, y apenas crecen un poco, algunos niños y niñas rarámuri son recibidos en los albergues insta lados cerca de las comunidades. Sean estos organi
De la serie La vida en el internado. Norogachi, Chihuahua, 2016. © LILETTE AGUIRRE
zados por autoridades municipales o por congrega ciones religiosas, los infantes se quedan en custodia, ya que los padres no alcanzarían a llevarlos diaria mente a la escuela por lo alejado de las casas que se extienden a lo largo y ancho de la sierra y, sobre todo, por lo intrincado del terreno en la zona serrana.
De LILETTE AGUIRRE, quien trabaja para Global Press Journal, es la serie La vida en el internado y sus imá genes pertenecen al primer archivo fotográfico que hizo en 2016, también en Norogachi. “Estos internados están a cargo de la congrega ción de las siervas del Sagrado Corazón de Jesús y de los pobres. Los niños rarámuri que viven en estos internados están en una constante transformación desde el momento en que llegan hasta el último día que viven en el internado. “Su forma de vestir, su religiosidad, su manera de hablar y de desenvolverse en la vida cotidiana
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De la serie La vida en el internado. Norogachi, Chihuahua, 2016. © LILETTE AGUIRRE 19
De la serie La vida en el internado. Norogachi, Chihuahua, 2016. © LILETTE AGUIRRE
son elementos cargados de sincretismo”, comenta Lillete. Son sus imágenes un caleidoscopio de colores, las niñas y niños asean sus dormitorios, limpian la es cuela, atienden labores personales en cada albergue de los muchos que están esparcidos por toda la zona, tienen líderes que se atreven a ser “regañadas” pero, sin importar eso, hacen uso de la pileta para marcar el liderazgo, siempre propio de las especies y de las distintas etnias; el tono naranja de las faldillas pare ce que es sinónimo de uniforme o color del albergue. En las sierras está la mujer, guía y salvaguarda
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de la tierra, preservadora de las tradiciones. La encontramos participando lo mismo en una danza ritual que dura hasta el amanecer, que al borde de los ríos y cañadas, con ese espíritu de autosuficien cia y misticismo rarámuri. Lo mismo dirigen el coro, que fabrican el tesgüino, y cosen las faldas de respeto que portan una sobre otra, para mitigar el frío. Bailan como una forma de oración toda vez que se dispersan a sus comunidades al término de la Semana Santa y, ya que fue eliminado el Judas por los pascoleros, comienza en las comunidades la verdadera fiesta rarámuri con la que se termina un
De la serie La vida en el internado. Norogachi, Chihuahua, 2016. © LILETTE AGUIRRE
ciclo agrícola e inicia otro. Estas fiestas pueden durar hasta dos semanas, las mujeres con sus ves timentas de fiesta bailan hasta el anochecer, sus rostros reflejan los tonos de las fogatas pero también el cansancio, mujeres corredoras que lo mismo van a los maratones a España, que andan en tenis porque las labores no esperan y se han acostumbrado a ser, como sus hombres, corredoras de resistencia: rara significa pie, y muri correr, y no dilatan en este empeño.
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Mujer trabajando el metate en su cocina. Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES 23
Días airosos. Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
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El Yumare (celebración tradicional). Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
SEILA MONTES es sensible al mundo casi surrealista de las mujeres de esta etnia, se traslada a pueblos que podrían decirse que no existen, pero que geo gráficamente se pueden localizar en los últimos lu gares por número de habitantes. En La Turbina, perteneciente al municipio de Casas Grandes, logra captar la imagen de una mujer que parece irse dete riorando como si la edad de Argelia, quien limpia frijol, pareciera desdibujarse entre los tonos ocres y sepias, en este pueblo de apenas unos pocos habi tantes que es, a simple vista, el lugar donde la belle za es ceniza.
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Mucho más que corredoras. Norogachi, Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
Celebración del tesgüino. Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
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Matilda y las gallinas. Dada la distancia que hay entre la aldea donde nació Matilda y Norogachi –el pueblo donde va a la escuela–, Matilda ayuda a una familia en una casa a cambio de comida y cama. Norogachi, Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
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Martha Rayo Ortiz con su nieto. La Turbina, Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
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Mujer bebiendo tesgüino. Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
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Candelaria Chaparro descansa del baile durante el Yumare (celebración tradicional). Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES
No todos los niños acuden a los albergues, o al gunos no alcanzan lugar en los mismos, sus padres no corren con suerte y también tienen que dejar que sus hijas realicen labores para poder ir a una escue la, quedándose algunas de ellas como Matilda en casa ajena, a ayudar a cambio de comida y un techo donde dormir, para poder acudir a una escuela. Una festividad relacionada directamente con el ciclo agrícola y la fertilidad de la tierra y de las mu jeres es el Yumare, que conjuga cantos, bailes y or namentos, fiesta que dura tres días con sus noches y en los que directamente la mujeres se regocijan y
nutren su espíritu de valor para el inicio del nuevo ciclo agrícola, piden la lluvia para estas tierras de temporal; enredados los ropajes en el cuerpo de las mujeres surge un vendaval como si la danza en círculos batiera las aspas de los faldones de niñas y mujeres bailadoras. Con estas miradas sugestivas a través de las lentes de Lilette Aguirre, Seila Montes y Sylvia Alonso, el acercamiento a la etnia rarámuri se refresca en la memoria colectiva en esa patria que construyen co rriendo, sembrando y preservando sus rituales an cestrales. n
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Tripas al viento (preparando la celebración). Chihuahua, 2019. © SEIL A MONTES 33
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A 45 años de confinamiento
LOS JÓVENES SAHARAUIS SE PARA CAMBIAR EL DESTINO DE LA FOTOGRAFÍAS: Cristian Sarmiento | TEXTO: Aritz Tutor 34
E REINVENTAN
ÚLTIMA COLONIA AFRICANA 35
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os refugiados saharauis viven en carne propia la privación de movimiento y el aislamiento, pues llevan casi medio siglo lejos de su tierra. Muchos de ellos no han podido abrazar a sus fa miliares en décadas, debido a la separación forzo sa que impone Marruecos, después de haberlos expulsado de su hogar. El estallido mundial de la pandemia ha obligado a cancelar eventos de vital importancia, como la celebración del festival de cine Fi Sáhara, que busca visibilizar el conflicto a nivel internacional, y del programa Vacaciones en Paz. Ahora que dos de las pocas ventanas al mun do de los que dispone el pueblo saharaui han
Doble página anterior: Una de las alternativas a la que más jóvenes saharauis se aferran es el deporte. Les ayuda mantener alta la moral y a aliviar la asfixiante constatación de estar encerrados en el desierto con un horizonte, asimismo, cerrado. © CRISTIAN SARMIENTO
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quedado cegadas, los campamentos de refugiados se hallan un poco más incomunicados. Sin embargo, los saharauis cuentan con un pode roso activo: la experiencia de haber vivido un régi men de semireclusión durante muchos años, confi nados en lo recóndito del desierto argelino. La savia nueva que aportan los jóvenes es decisiva a la hora de dibujar un horizonte de esperanza.
JUVENTUD EN MARCHA Los jóvenes saharauis tratan de salir adelante en unos campamentos de refugiados que, pese a su aparente inmovilidad, están en un proceso de cam
bio. Después de más de 40 años de exilio forzado, la población joven ha comenzado a esbozar sus propias referencias y su particular manera de abordar el conflicto con Marruecos. Larabas Said encarna el brote de esta singular visión. Recostado en el capó de un desvencijado Mercedes nos desgrana los tra zos de una guerra latente. Para él la lucha contra Marruecos, que ya se alarga 40 años, debe volver a los cauces del enfrentamiento armado. Tras el armis ticio de 1991, que suspendía la guerra iniciada en 1976 (tras la salida de España de los territorios del Sáhara y la posterior ocupación cívico-militar ma rroquí), el pueblo saharaui representado por el
Frente Polisario trató de ganar el derecho al retorno mediante la vía diplomática. Bajo el auspicio de la onu se debió celebrar un referéndum vinculante sobre el futuro de los Territorios Ocupados, pero casi 30 años después, la situación sigue estancada debido al bloqueo que Marruecos impone arguyen do no estar de acuerdo con el censo de votantes. Larabas es hijo del conflicto y, a pesar de no ser belicoso, ve con buenos ojos una movilización gene ral si no se logra desbloquear la situación de su pueblo. En realidad, su posición es un ejercicio de pragmatismo porque la vía pacífica asociada a la diplomacia no ha traído ninguna solución. Por el
Ambas páginas: Wita repasa los álbumes de fotos con los recuerdos de sus viajes a Asturias durante el programa Vacaciones en Paz. Inés, Palma y Gonzalo, con quienes sigue manteniendo una estrecha relación, la están ayudando con el material fotográfico y los trámites para que pueda presentar su obra en la península. © CRISTIAN SARMIENTO
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El matrimonio es por tradición uno de los pilares en que se fundamenta la cultura del pueblo saharaui. Representa la unión entre dos familias y el momento en que la sociedad reconoce el paso de joven a adulto, lo que significa construir un hogar y formar una familia. Los festejos de la ceremonia son un acto de participación y conciliación de la comunidad, y las celebraciones pueden prolongarse hasta tres días tras el enlace. © CRISTIAN SARMIENTO 38
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momento, prefiere emplearse en los tambores de coches y camiones que en los tambores de guerra. A sus 25 años, ya ha recorrido las carreteras de media Europa. Trabajó como transportista durante el tiem po que vivió en Bilbao, hasta que decidió volver a los campamentos, para estar cerca de los suyos. Ahora ha cambiado el asfalto por la arena y trabaja como mecánico arreglando coches que conduce hasta Mauritania para venderlos, después de sortear mil y una trabas a través del desierto. Los campamentos saharauis se componen de wilayas, que llevan el nombre de las provincias de su país, el Sáhara Occidental, y se asientan en un terri
Hindu Mani abrió una pizzería en la wilaya de Auserd, después de recibir un curso de cocina. Al inicio tuvo que pedir dinero prestado para emprender su negocio, pero ahora se ha convertido en un ejemplo para otras jóvenes, que vienen a presentarle sus propios proyectos. © CRISTIAN SARMIENTO
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torio cedido por Argelia, en el sur del país. Esta zona del desierto, llamada hamada, es una superficie rocosa e inhóspita que se conoce como el desierto en el desierto, por sus condiciones extremas. Aziza, Malu, Embatu, Umlajut, Atu y Sbaita afir man que les gustaría volver a su tierra pero les da miedo la separación. Estas seis amigas, todas ellas con edades comprendidas entre los 18 y los 20 años, estudian junto a otras compañeras en la Escuela Afad, una academia de formación profesional para mujeres. Después de las clases se reúnen a comer en un céntrico restaurante e intercambian impresiones. En estos momentos entre amigas desarrollan un
alto grado de libertad y pueden sentirse ellas mismas. El papel de la amistad entre las jóvenes saharauis tiene además el valor de generar espacios seguros y amables donde compartir y explayarse. No en vano, la presencia social y mediática de la lucha feminista a nivel mundial también contagia las reivindicaciones cotidianas de las mujeres saha rauis. Las chicas cuentan que ahora las jóvenes quieren estudiar, formarse, hacer otras cosas que las determinadas por los roles tradicionales. Histórica mente, las mujeres saharauis han tenido un mayor peso social, en comparación con otras sociedades árabes, aunque hay otras chicas que sí que se ciñen
a patrones más tradicionales, como es el caso de elegir casarse tempranamente.
Lhaj Lelubib tiene 26 años y abrió un puesto ambulante de kebab, donde trabaja junto su primo Sidi Moh Mulay. Para impulsar su idea se formó como autodidacta con videotutoriales de YouTube. Gracias a ello se ha convertido en un referente en los campamentos y también para muchos jóvenes, que ven en él la esperanza de sobrevivir y labrar su propio camino sin tener que marchar a otro país.
SALTO DIGITAL La llegada de las redes de Internet ha supuesto una revolución en los modos de vida de la juventud en los campamentos. Antes de la era de la hiperco nexión, el único modo en el que los adolescentes saharauis pudieron abrirse al mundo y experimen tar de primera mano lo que era vivir en otro país fue con el programa Vacaciones en Paz. Mediante esta iniciativa, miles de niños y niñas viajan cada año a España para convivir durante algunos meses con
© CRISTIAN SARMIENTO
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Al salir de clase, un grupo de estudiantes de la academia de formación profesional para mujeres Afad, pasea por la wilaya. © CRISTIAN SARMIENTO 42
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sus familias de acogida. Wita Alin está a punto de cumplir la mayoría de edad y durante años estuvo yendo a Asturias, donde tejió un vínculo perenne que dura hasta hoy. Ahora utiliza el teléfono celular, entre otras cosas, para poder comunicarse con su segunda familia. Cuenta que su sueño es ser fotó grafa y poder realizar una exposición en España. Por ahora se conforma con exprimir a través de su mi rada la realidad que le rodea. Desde su prisma, el entorno árido cobra vida y color. Al igual que Wita, muchos jóvenes inventan alter nativas que dignifiquen su presente y el de los que les rodean. Ese es el caso de Lhaj Lelubib, de 26 años, que junto con su primo Sidi Moh Mulay abrió un puesto ambulante de kebab en Smara. Sin reparar en la extraña conjunción de un kebab en un campamen
Larabas pone a prueba el coche en una llanura cercana a Smara. Hace años trabajó como transportista durante el tiempo que vivió en Bilbao y ahora que ha cambiado el asfalto por la arena, trabaja como mecánico arreglando coches que luego conduce hasta Mauritania para venderlos. © CRISTIAN SARMIENTO
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to de refugiados, Lhaj cultivó su sueño basado en lo obvio, que a la gente le gusta salir a comer fuera. Para impulsar su idea se formó como autodidacta con videotutoriales en línea. Gracias a ello se ha con vertido en un referente en los campamentos y tam bién para muchos jóvenes, que ven en él la esperan za de sobrevivir y labrar su propio camino sin tener que marchar a otro país. Respecto a la vuelta a su tierra, Lhaj lo tiene claro: Quiere volver, pero al vo lante de su restaurante con ruedas... “¡y por el cami no vendo bocadillos!”
RESISTIR Y VENCER Hindu Mani, de 28 años, también vislumbró que el buen comer tiene cabida en cualquier lado. En su caso abrió una pizzería en Auserd, después de reci
bir un curso de cocina. Al inicio tuvo que pedir di nero prestado, pero el proyecto fue creciendo poco a poco y muy pronto del horno comenzaron a salir pizzas y beneficios. Ahora, incluso, ha inaugurado una pastelería en la lejana wilaya de Dakhla. Cuenta que al principio mucha gente le dijo que desistiera, que una mujer trabajando no llegaría lejos, pero una vez que despegó venían a pedirle empleo. Hindu se ha convertido en un ejemplo para otras jóvenes, que vienen a presentarle sus propios proyectos. Una de las alternativas a la que más jóvenes se aferran es el deporte. En las escuelas de boxeo, por ejemplo, los aprendices de Muhammad Ali se entre nan con un divertido intercambio pugilístico. En efecto, los campamentos de refugiados son enormes prisiones al aire libre y de energía humana
contenida y malgastada. Sin embargo, en este aciago escenario la juventud saharaui tiene la última pala bra. El desafío es grande, pero las ganas de superar este bloqueo son mayores. n
La escuela de boxeo Resistir y Vencer nace con la idea de que los jóvenes hagan deporte y canalicen así la energía contenida. El boxeo, por su rapidez y contacto, es muy atractivo y las instalaciones se llenan cada tarde. © CRISTIAN SARMIENTO
nota: Al momento de enviar el reportaje a la imprenta, la guerra total vuelve a asomarse al Sahara. El 13 de noviembre, Marruecos desalojó ilegalmente a los manifestantes saharauis que bloquea ban el paso de El Guerguerat denunciando el incumplimiento de las resoluciones internacionales sobre el uso de esa carretera. Ante este nuevo ataque, y tras 29 años de alto el fuego, el Frente Polisario emprendió acciones armadas contra el ocupante. Muchos jóvenes, a los que los adultos apaciguaron durante décadas y que cada vez más ven su futuro reducido a los campamentos de refugiados, ahora se están alistando entusiastamente para ir a la batalla. La situación del pueblo y la juventud saharaui en estos momentos es de total incertidumbre, y los próximos aconteci mientos pueden marcar decisivamente su futuro.
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Tamara Blázquez
LA FUERZA DE SUS ALAS Galo Cañas
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amara Blázquez Haik se ve a sí misma como un águila real: un ave rapaz que ama su fuer za y resistencia pero, sobre todo, sus alas. Esas que le permiten llegar, irse o regresar a donde ella quiera. Hace siete años y de manera autodidacta se ha especializado en Ciencias Naturales, Ciencias Bio lógicas y Ciencias de la Conservación. Ha visto morir hermanos silvestres; uno de ellos, a las afueras de su casa, fue el detonante para comenzar a obser var a los “no humanos” que habitan la ciudad monstruo que año con año destina millones al sector
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Nobleza en la mirada. Parque Nacional de Monfragüe en España, 2018. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK
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Araña saltarina verde dorada. De la serie Fauna de la Ciudad de México. Ciudad de México, 2019. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK
de la obra pública, plagándola de asfalto y relegan do las áreas verdes. Atraída por los animales, la fotografía y los repor tajes de National Geographic, comenzó su carrera con una Polaroid instantánea que le regaló su papá. Retrataba a sus perros, juguetes y amigos, sin saber que esto definiría el curso de su vida. Ya son dos ocasiones en las que sus alas la han guiado: la primera vez, cuando trabajó como volun taria en el Zoológico de Aragón, en fauna y rehabi litación, donde se convenció de que su deber estaba al lado de los animales; la segunda, cuando la imagen
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que capturó de un buitre leonado de la reserva na tural de Monfragüe, España, la hizo acreedora al primer lugar del National Geographic Travel Contest 2019 en la categoría de Naturaleza, premio que le devolvió la confianza, alguna vez perdida, en sí misma. Antes de ganar ese certamen, Tamara acostum braba escuchar comentarios como: “Para ti es muy peligroso estar en áreas naturales”, “no puedes to mar las mismas fotos”, “no aguantas el equipo”; además, se enfrentaba a la nula política ambiental y a la falta de apoyos para fotógrafos freelance.
Rayadora cardenal. De la serie Fauna de la Ciudad de México. Ciudad de México, 2019. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK
“Mi trabajo lo utilizo para generar una acción”, es el mantra con el que la activista guía su mirada. “Una imagen que cuente la historia de un individuo de otra especie puede ser ese catalizador que inspire a la sociedad a luchar por la conservación”. Como vocera del colectivo Xochimilco Vive, en focado en la protección del humedal Tláhuac-Xochi milco, origen de inspiración para sus fotografías, predica con el ejemplo. La construcción de un puente vehicular parte el humedal a la altura de Periférico Sur, hábitat de especies endémicas como el ajolote, amenazado desde 2013. Fue hasta 2019
que el actual gobierno de Claudia Sheinbaum, ex secretaria de Medio Ambiente durante la adminis tración mancerista, y descrito por la conservacionis ta como greenwashing, se autorizaron las obras. Diversas protestas encabezadas por la Coordina ción de Pueblos y Barrios originarios de Xochimilco y la difusión que Tamara hizo en redes sociales de fotografías que muestran el impacto de la obra a nivel de deforestación y desplazamiento de fauna, logró que el proyecto fuera suspendido el 17 de septiembre pasado, por orden de un juez capitalino en materia administrativa. Eso significa un respiro
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Pelícano blanco americano. De la serie Fauna de la Ciudad de México. Ciudad de México, 2019. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK
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Tlacuache urbano. De la serie Fauna de la Ciudad de México. Ciudad de México, 2019. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK
para ella, las comunidades y el sur de la ciudad. La flora y los animales son los portavoces del lugar que habitan, son su historia, afirma Tamara. “Nos cuentan si les ha faltado agua, si están amenazados por la mano del hombre o si han permanecido en calma”. Sin embargo, no estamos acostumbrados a verlos o escucharlos; de ahí la importancia de un proyecto como “Fauna de la Ciudad de México”, iniciativa en la que trabaja desde 2017 y que, más allá de la con cientización, distingue a los animales como seres adaptables y no como simples víctimas del cambio.
No somos diferentes en nada. Ambos salimos a buscar el sustento, defendemos nuestra casa y pro tegemos con la vida a nuestras crías, afirma puntual mente la investigadora del Proyecto Gran Simio. “Quizá, la única diferencia es que sus vidas se han vuelto más difíciles”. La pandemia de Covid-19 dio un giro de 180 grados a la política, economía y al orden social. Por meses, hemos si nosotros los cautivos. Nuestra li bertad desapareció, nuestras vidas se resumieron a una azotea, un cuarto y en el peor de los casos, sólo a una ventana, lo que nos recuerda la canción de Los
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Colmena. De la serie Fauna de la Ciudad de México. Ciudad de México, 2019. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK 52
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El río Tajo en Monfragüe. Parque Nacional de Monfragüe en España, 2018. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK
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Colibrí pico ancho macho. De la serie Fauna de la Ciudad de México. Ciudad de México, 2019. © TAMARA BL ÁZQUEZ HAIK
Tigres del Norte: “aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión”. Pasamos de observadores a observados, y por un instante devolvimos la paz a las especies. “Han sido como vacaciones”, sostiene la educa dora ambiental quien, a pesar de ver truncado su proyecto sobre fauna urbana, ha tenido la oportuni dad de voltear la mirada a sus “vecinitos” más cer canos, los insectos, e incluso, a descubrir fauna que había omitido. Tal como dicta el principio darwinis ta: “No es el más fuerte de las especies el que sobre vive, tampoco es el más inteligente el que sobrevive. Es aquel que es más adaptable al cambio”. Aunque la “vuelta a la normalidad” cada día pa rece más irreal, Tamara es optimista respecto al fu
turo; afirma que la pandemia ha abierto los ojos de quienes anteriormente fueron apáticos ante la cues tión ambiental: “Ya se están viendo las consecuencias: colonias que no tienen agua o han perdido cultivos por el calor extremo”. Confía en que su labor como educadora tendrá más injerencia que nunca y que, poco a poco, se ha recuperado aquella conexión con la naturaleza. Educar a través de las fotografías es su estandarte, acercarnos a las especies y espacios naturales a través del conocimiento, reduce el desprecio y fomenta su cuidado. “Es cuando abrimos de nuevo los ojos. La lucha es ahora”. n
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enMovimiento
Entrevista con Tochiro Gallegos
LA ‘FIJA’ MUEVE EL CINE Elisa Lozano
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uando Tochiro Gallegos llega a un set, nada escapa a su mirada. Desde el primer día su cámara registra todo lo que ahí acontece: los rostros de quienes conforman el equipo, el di rector concentrado en el movimiento de los actores, la escena multiplicada en el monitor… Su ojo educa do lo lleva, de manera natural, a recomponer el apa
rente caos y lograr un diálogo armónico entre la ficción y la realidad. El resultado es una bitácora visual que cumple una función utilitaria: la promoción de la película en medios impresos y electrónicos, para luego trascender en una valiosa memoria gráfica. Desde hace varios años, Gallegos se dedica con ta lento y pasión a la fotografía fija, un oficio que forma
Derecha: Retrato femenino. De la serie Interpreta mi silencio. © TOCHIRO GALLEGOS
Página opuesta: Retrato masculino. De la serie Interpreta mi silencio. © TOCHIRO GALLEGOS
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parte de un camino que inició tiempo atrás y del que hoy platica para Cuartoscuro. Originario de Reynosa, Tamaulipas (1981), estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación y se inició profesionalmente como fotógrafo de las campañas políticas en su estado. Fueron años formativos de in tensas y agotadoras jornadas, tras lo cual incursionó en el medio cultural. Sin embargo, para sortear la es casa oferta que existía en su localidad en este ámbito, a la par comenzó a viajar por el país para tomar talle res de fotografía documental. Recuerda especialmen te uno en Guadalajara, a cargo de Vida Yovanovich, “una mujer que te transmite paz y sabiduría. No era tanto un taller práctico sino teórico, que me marcó”. De igual modo, otro que tomó en Mazatlán sobre “foto callejera”, con Francisco Mata: “Siempre lo he admirado mucho. Él nos enseñó a dialogar con la gente para que se dejara retratar, algo que a mí me ha
Alejandra Herrera, Nelly González, Mabel Cadena, Ximena Roma y Samantha Orozco dan vida a una banda femenina urbana en La diosa del asfalto (Julián Hernández), película inspirada en la historia real de las llamadas ‘Castradoras de Santa Fe´, recién estrenada en el 18º Festival Internacional de Cine Morelia. MIL NUBES–CINE. © TOCHIRO GALLEGOS
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costado trabajo y con lo que he tenido que lidiar, pero he sido terco y lo he logrado”. En esa época conoció al fotógrafo Eniac Martínez, que trabajaba en su serie Ríos. “Me tocó llevarlo al Río Bravo y luego fui su alumno, en un curso que dio en Chiapas. Fue significativa la presencia de la artista estadounidense Daniela Edburg, porque siempre admiré su obra”. “Cuando yo vivía en Reynosa me interesaba hacer retrato, pero la escalada de violencia, desde 2009, me impidió continuar saliendo a la calle con mi cámara”. Eso dio pie a que Tochiro narrara las terribles expe riencias de secuestros y desapariciones forzadas que vivió gente muy cercana, razón que lo obligó a dejar inconclusa su serie Interpreta mi silencio. “Durante un viaje Estados Unidos encontré en una tienda unas carrilleras y eso detonó el inicio de esa serie, conformada por retratos de amigos. Se trata de
puestas en escena realizadas en blanco y negro y a color, que tuvieron mucha repercusión gracias a que Stefan Falke, un fotógrafo alemán instalado en Nueva York y que se encontraba en Reynosa, conoció mi tra bajo y eligió una imagen para publicarla en The New York Times”.1 Ese hecho marcó un parteaguas en su trayectoria: “Me dio mucha alegría, porque sin haberla terminado la serie tuvo un gran recorrido. Cumplió su cometido al visibilizar lo que ocurría en el norte y en otras par tes del país. Los títulos de mis imágenes no son meta fóricos, son igual de directos que éstas, tal cual. Yo sigo esa línea”. 1
Falke estaba desarrollando el proyecto “La frontera: Artists along the u.s. Mexico Border” (Arte y vida en la frontera): https://borderartists.com/2015/02/22/tochiro-gallegos/. Véase también “En imágenes: artistas a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México”, en: https://www.bbc.com/news/in-pictures-26747440.
Por entonces tuvo un encuentro fundamental con Lourdes Almeida. “Fui su guía cuando ella hacía su proyecto de los zapatos de migrantes, tanto en Estados Unidos como en Reynosa. La llevé a las orillas del río Bravo para que tomara fotos. Además de una gran amistad, le tengo una profunda gratitud porque cuando llegué a la Ciudad de México pasé momentos muy difíciles y ella me abrió su casa y me brindó apoyo absoluto”. Eso ocurrió en 2018, con el propósito de colaborar en un proyecto editorial que no cristalizó. Acudió en tonces al productor y director Roberto Fiesco, a quien había conocido cuando éste presentó en Reynosa su celebrada película Quebranto. “Él me dijo que iba a filmar su cortometraje Photomaton y me invitó a reali zar la fotografía fija”. Ese fue el inicio de una fructífera relación, tanto con él como con el equipo creativo de Mil Nubes-Cine.
El director Julián Hernández, la productora Iliana Reyes y otros miembros de su equipo, durante la filmación de la película La diosa del asfalto. MIL NUBES-CINE © TOCHIRO GALLEGOS
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Desde entonces, ha fotografiado una decena de cortos y largometrajes. La experiencia adquirida en el registro de campañas políticas resultó una buena base para desarrollarse en el cine. “No se me dificulta ser la sombra del director, observar qué sucede en el set o lo que transcurre alre dedor de una locación. Disfruto ver dirigir a Julián Hernández, tan apasionado como un director de or questa, y suelo trabajar con él desde los ensayos con los actores; observar a Roberto Fiesco e Iliana, que no paran; cómo ilumina Alejandro Cantú, que es un gran maestro. Estar en el set con todos ha sido la mejor es cuela”. En ese sentido, otra de sus grandes satisfaccio nes fue coincidir en una serie con Carlos Somonte, de quien admira su fotografía fija de cine y, particularmen te, el trabajo que hizo para Alfonso Cuarón en Roma. Hoy día, Tochiro Gallegos participa en la segunda temporada de la exitosa serie El juego de las llaves y
Kristyan Ferrer y José Enrique Medina, protagonistas del cortometraje Photomaton (Roberto Fiesco, 2018). © TOCHIRO GALLEGOS
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enfrenta el reto de trabajar en las condiciones sanitarias que exige el Covid-19. “Amo la foto fija porque, aunque muchos no lo acepten, las fijas mueven al cine. Nues tro trabajo llega más allá de la pantalla y a veces tiene una vida más larga, incluso, que la película misma. Hacer fijas para mí es como escribir mi versión del guion y darle vida desde una perspectiva distinta a la del cinefotógrafo. Es un gran reto”.2 n
Con nuestro agradecimiento a Roberto Fiesco, Julián Hernández, Iliana Reyes, Martha Montero y Mil Nubes-Cine.
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A lo largo de su trayectoria, Gallegos ha participado en numero sas muestras colectivas e individuales en México, España, Esta dos Unidos, Guatemala y Costa Rica, e impartido cursos y talleres para niños y jóvenes.
enExposición
De paso
Abre en su tierra natal exposición de Pedro Valtierra
Vendedora de pollo en el mercado. Tlacolula de Matamoros, Oaxaca. 2008. © PEDRO VALTIERRA
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Callejón del Resbalón. Zacatecas, Zacatecas. 2008. © PEDRO VALTIERRA
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xaltar el color, escudriñar las formas, inda gar la composición e implicar al observador para concretar el mensaje visual que el fotó grafo Pedro Valtierra pone a la mano, se convierte en una oportunidad en la exposición De paso, montada en la galería y librería Casa de la Ciudad y el Viento, ubicada en Fresnillo, Zacatecas. El recorrido visual, que permanecerá abierto hasta el 30 de diciembre, está conformado por 23 fotografías, ofrece además la oportunidad de com prar las imágenes a precios especiales para los visi tantes.
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En esta ocasión, el autor prescinde del blanco y negro, con el que había desarrollado su obra más icónica. Este recurso subraya sus preocupaciones e inquie tudes actuales, reflejadas en su obra y dirigidas a explorar el color, la composición y las formas, para implicar al observador en los elementos que consti tuyen el mensaje visual en una imagen, para que la concrete, la concluya y la haga propia. Espacios, ambientes, personajes, sitios, costum bres y paisajes fueron captados por Valtierra en varios estados del país en los últimos años, quien
Durante la fiesta de La Petatera. Colima, Colima, 2000. © PEDRO VALTIERRA
ahora comparte con el público su forma de ver, la cual ha estado calibrándose permanentemente des de 1973, cuando inició su carrera fotoperiodística. A partir de esta ocasión, todas las muestras de Valtierra ofrecen al espectador la posibilidad de adquirir las fotografías que lo cautiven durante su recorrido por la exposición. La galería independiente Casa de la Ciudad y el Viento pertenece a la poeta y escritora Guadalupe Dávalos y funge como un espacio de exhibición para las artes plásticas.
El lugar está ubicado en Avenida Hidalgo 309-311, Zona Centro, en Fresnillo, Zacatecas. También fun ge como librería y centro de talleres para los fresni llenses y se puede visitar en un horario de 11:00 a 15:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas. n [Carolina Romero]
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cuadrOscuro PREMIOS URBAN 2020 PHOTO AWARDS
El fotógrafo estadounidense Harry Giglio, autor de la imagen Approaching Storm, fue el ganador general de la edición 2020 de Urban Photo Awards, en la sección de fotos individuales, mientras que el proyecto Up There, del italiano Beniamino Pisati, ganó el primer premio en la sección Proyectos y Portafolio. Approaching Storm. © HARRY GIGLIO
Con la imagen de una tigresa siberiana abrazando un abeto de Manchuria, China, el ruso Sergey Gorshkov fue galardonado con el primer premio del Wildlife Photographer of the Year, organizado por el Museo de Historia Natural de Londres. © SERGEY GORSHKOV 64
PREMIOS
PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO 2019 Con su imagen Crisis humanitaria rebasa al gobierno, la fotógrafa María de Jesús Peters fue acreedora al Premio Nacional de Periodismo 2019 en la categoría de Fotografía. La periodista, corresponsal de El Universal en Chiapas, capturó el momento de angustia que vivían Fabiola, una mujer haitiana, y su hijo, quienes se encontraban dentro de un albergue habilitado por el Instituto Nacional de Migración en Tapachula. La fotografía fue publicada el 26 de junio de 2019.
Up There. Valle de Valtellina, en los Alpes italianos. © BENIAMINO PISATI
EXPOSICIONES
© MARÍA DE JESÚS PETERS / EL UNIVERSAL
NIPPON AMÉRICA
Como un acercamiento a Japón a través de los ojos de tres fotógrafos latinoamericanos de ascendencia nipona, la exposición Nippon América se presentará a partir de enero de 2021 en el Museo Nacional de las Culturas del Mundo, en la Ciudad de México. Curada por el artista mexicano Alantl Molina, en la muestra participan la fotógrafa mexicana Taeko Nomiya, junto con el brasileño Marcio Takeda y el peruano Luis Okamoto. © MARCIO TAKEDA
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DeLasMejores
Tras no haber recibido atención por parte de Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, padres y madres de los niños que murieron en el incendio de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, se mantienen en plantón frente a la dependencia. Exigen que siga la investigación del caso y aseguran que no se retirarán hasta ser atendidos. Los inconformes colocaron 49 cruces blancas, cada una con el nombre de cada uno de los menores fallecidos. Noviembre 4, 2020. © GALO CAÑAS/ CUARTOSCURO
Página opuesta, abajo: Con la firme esperanza de encontrar a alguno de sus familiares desaparecidos, colectivos de búsqueda, en coordinación con la Comisión Nacional y Estatal de Búsqueda, realizaron un operativo en la ciudad de Mexicali, Baja California. Octubre 18, 2020. © VÍCTOR MEDINA /CUARTOSCURO 66
Pobladores de Tehuetlán concluyeron su festividad tradicional, el Xantolo, una forma peculiar de celebración de orígenes remotos, en donde, entre cantos, hombres con máscaras realizan una representación, a través de la danza, del diálogo incesante entre la vida y la muerte. Según afirman algunos locales, es un festejo a la vida pues representa, sobre todo, su triunfo sobre su contraparte. Huejutla de Reyes, Hidalgo. Noviembre 5, 2020. © PEDRO ANZA /CUARTOSCURO.COM
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DeLasMejores Familiares y habitantes de la comunidad de Mukem velaron y enterraron a las cuatro personas que permanecían en calidad de desaparecidas, después de que una brigada de búsqueda organizada por la comunidad encontró sus cuerpos. De las dos familias que fueron arrastradas por el agua la madrugada del viernes 6 de noviembre, sólo una mujer sobrevivió, sus cuatro hijos y esposo murieron junto con la familia de su cuñado, nueve personas fallecieron a causa de la tormenta Eta en esta comunidad. San Juan Chamula, Chiapas. Noviembre 8, 2020. © ISABEL MATEOS /CUARTOSCURO.COM
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Familiares, amigos y mujeres realizaron una manifestación en el Palacio Municipal de Cancún, Quintana Roo, para protestar por el feminicidio de Bianca Alejandrina. Policías municipales salieron con las armas desenfundadas e hicieron disparos al aire para dispersar la manifestación. Al menos dos periodistas resultaron heridos. Noviembre 9, 2020. © ELIZABETH RUIZ / CUARTOSCURO.COM
La colonia Gaviotas Sur permanece bajo el agua tras las inundaciones a causa de las lluvias y el desfogue de la presa Peñitas, en Chiapas, lo cual ha afectado a cientos de familias. Villahermosa, Tabasco. Noviembre 11, 2020. © ÁNGEL HERNÁNDEZ / CUARTOSCURO.COM 69
UNA REVISTA DE CULTURA VISUAL Y TESTIMONIOS FOTOGRÁFICOS