Revista Demencia #17: Orates

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Revista literaria · Año 2 · N° 17 · Noviembre 30 · 2016

F .

lotando está ella en la mitad de la cordura y locura, donde sueña con el infinito mar de estrellas que reside en este limbo de pensamientos donde la realidad se desvanece y baila con la fantasía

Ni viva o muerta ~1~

Ilustración por Rodrigo Meade Cervera


Revista literaria Demencia Año 2, N° 16, Noviembre de 2016, es una publicación mensual editada por el equipo editorial de Demencia. Santander de Quilichao, Cauca, Colombia. www.revistademencia.wordpress.com Directora y editora responsable: Daniela Cadavid Libreros. Todos los textos e imágenes usados en esta revista se han usado bajo licencia de los creadores, bajo licencia Creative Commons zero o Creative Commons with attribution. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la editora de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de Revista Demencia o de los respectivos autores.


SUMARIO Demencia N° 17 · Noviembre 2016

Contenido textual

Ana Larraz Gale Bea Gurutzarri Vicente Daniela Cadavid Libreros Dionisio López Ramos Esther Ruiz Francesc Barrio Julio Francisco Juan Barata Isaac Oré Rodrigo Meade Rusvelt Julián Nivia Temotzitlan Santillan Padilla

Dirección y edición

Daniela Cadavid Libreros

Corrección de estilo Amelia Nyan.

Diseño y diagramación Daniela Cadavid Libreros

“No sé si tortuga o tumba muerto o vivo, muerto o vivo no sé si ángel o desastre muerto o vivo, muerto o vivo no sé si espíritu u oruga muerto o vivo, muerto o vivo no sé si alucinación en lo oscuro o premio para el desastre la vida es un mal pensamiento este poema que aún supura.” Teoría del miedo - Leopoldo Panero

Portada y Contraportada: Rodrigo Meade Cervera.

06 Postales

30 Kaleidoscopic Cats

Mensajeros Dementes que viajan entre olas fluorescentes. En esta edición: Bea Gurutzarri Vicente y Dionisio López Ramos.

Si la ciencia ficción nos fluyera por nuestro cuerpo al igual que la vida de estos gatos. En esta edición: Francesc Barrio Julio.

12 El jardín del poeta

38 En el ínterin

Nuevos poetas que abren de a poco su lienzo hacia el mundo. En esta edición: Temotzitlan Santillan.

Un lugar donde todo tipo de magia puede suceder. En esta edición: Ruslvelt Julián Nivia.

16 La Inmaculada

42 El juego lúgubre

Letras que suenan como la música de las esferas. Por: Isaac Oré.

Para los curiosos que andan en busca de nuevo material, o para los despiados critcos de la ciudad. En esta edición: Esther Ruiz.

22 La caja oblonga Un mundo donde los cuentos pueden cambiar la realidad que los rodea. En esta edición: Ana Larraz Gale.

26 El Telón de la luna Historias varias de una demente sin remedio, en esta ocasión el misterio de los alebrijes. Por: Daniela Cadavid Libreros. ~3~


Colaboradores Ana Larraz Gale. Zaragoza (España) Orgullosa de sus orígenes en su novela “La Fotografía. Historia de un soldado 1936-1937” narra las aventuras y desventuras de un joven agricultor aragonés desde que es movilizado por el ejército nacional; tal y como las cuenta en sus cartas. Bea Gurutzarri Vicente. Pamplona (España) 24.4.1969 Nació a los nueve meses. Párvulos, colegio, balonmano, conservatorio, instituto, arte dramático, madre, payasa, madre, cuentista, madre, malabarista de la palabra y en total y por no extenderme, madre a cuatro bandas. Multidisciplinar: lo mismo vale p’a un roto, que p’a un... Daniela Cadavid Libreros. Santander de Quilichao (Colombia) Diseñadora gráfica, editora en jefe de revista Demencia, Telonera de la Luna, poeta y soñadora de tiempo completo. En los ratos libres imagina monstruos en las aceras e inventa imposibilidades. Número de la suerte: 21. Dionisio López Ramos (España) Escritor aficionado, se identifica con los relatos cortos y los micros. Le gustan los piropos, dichos, refranes y reflexiones. Escribe en varias páginas relacionadas con la literatura en facebook; siendo una de ellas París Poesía Artes y Letras la más activa, la cual le concedió la participación en la Semana Internacional de Poesía. Esther Ruiz, España A los 18 años sufrió de una enfermedad degenerativa que le produjo una discapacidad de 85% reconocida por los organismos médicos españoles. Es Madre soltera. Su primer cuento lo escribió a los doce años. Auto publicó un libro de poemas del cual no tiene ningún ejemplar. Su poesía es descriptiva con un estilo propio de verso libro. Su seudónimo es Tejedora de Sueños. ~4~


Francesc Barrio Julio. Estudiaba Física en la U.A.B., pero pasaba más tiempo en el bar que en las clases. Ha sido editor de juegos de rol y redactor de revistas de juegos pero, finalmente, ha descubierto su vocación de escritor. Actualmente, trabaja de redactor de contenidos para un estudio de diseño”. Francisco Juan Barata Bausach. Valencia (España) 63 Economista. En el año de la corrupción (2014), le da por empezar a escribir. Escribe por gusto y para demostrar a esta sociedad en la que los empresarios y las instituciones han decidido condenarlo a la jubilación, que no acepta la condena. Ha conseguido 3 primeros premios, un segundo premio y tres terceros premios. Isaac Oré Nació un año nuevo del 89, escribe poesía y cuentos. No ha publicado ningún libro. Viajó por toda Europa durante medio año. Sus cuentos han sido publicados en El Comercio de Lima y diversas revistas extranjeras. Rodrigo Meade Cervera, CDMX (México) Hiperactivo y un poco incongruente , sin olvidar distraído. Se dedica al diseño gráfico, y como no puede salvar al mundo de la distracción, vierte sus pensamientos en sus ilustraciones. Uno que otro día comparte imposibilidades. Rusvelt Julián Nivia Castellanos. Ibagué, Tolima (Colombia) 1986 Cuentista y poeta de la ciudad musical de Colombia. Ha escrito textos literarios para el periódico, El Turbión y varias revistas. Es creador del grupo cultural; La literatura del Arte. Asiste al taller de Relata, Escribarte, Ibagué. Ha recibido varios reconocimientos. Temoltzin Santillan Padilla. (México) 35 años Estudio Letras Modernas ( Italianas) en la facultad de filosofía y letras de la UNAM, influencias principales Fernando Pessoa, Leopoldo María Panero, Xavier Villaurrutia, Luis Cernuda entre otros; la literatura y poesía son algo fundamental en su vida, cree en la libre creación, importa más el contenido que la forma. ~5~


Postales



Y sigo sin entender nada

Dionisio López Ramos

“Traspaso negocio por falta de clientela”

Courtesy of the Mississippi Department of Archives and History

E

l cartel me llama poderosamente la atención, pegado está en un cristal de la calle con letras grandes y un número de teléfono bien visible. Picado por la curiosidad, cuando llego a casa marco los números. - ¿Dígame? _preguntan desde el otro celular. ¿Oiga? ¿Se ha fijado usted bien en lo que pone en el cartel para traspasar el negocio? - ¡Pues claro! Lo he puesto yo. - ¿Me lo puede explicar?, porque no entiendo nada. - La explicación es tan enrevesada y sumamente fácil, que

no le voy a dar razones. - ¡Ah!, vale, perdone si le he molestado, no era mi intención. _dije antes de colgar. Pensativo, tras esa respuesta, razono de una manera lógica: “este tío está más loco que una puta cabra” Llevo dos años pasando frente al negocio y siempre está vacío. Al fondo del mostrador, un señor bajito y calvo permanece estático y tieso como todos los días. Y por más vueltas que le doy, sigo sin entender nada.

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¿Quién Soy? Bea Gurutzarri

Este texto de hoy es un pequeño homenaje a todas esas personas especiales para las cuales sobrevivir cada día es una carrera de obstáculos, a menudo insalvables. También para todas sus familias y el amor incondicional que les dan.

Courtesy of kazuend

Q

ue era diferente, lo supe desde niña. Y me di cuenta exactamente el primer día de colegio, cuando la señorita me hizo una pregunta simple, que no fui capaz de contestar a tiempo. ¿Qué has hecho este verano? ... Pero para mí no era sólo la pregunta, sino todas las imágenes, sabores, olores y sentimientos de cada minuto de aquel eterno verano, añadidos a las miradas expectantes de cada uno de mis compañeros y la

sensación de apremio que notaba en sus risas nerviosas. Carlos Pérez me gritó subnormal delante de todos. La señorita le castigó, pero el mal ya estaba hecho. No podía articular palabra, porque estaba desbordada y no tenía ni idea de por dónde empezar. Entre otras cosas porque lo único que hacía en verano, era básicamente aburrirme como una ostra. Y empezaron los psicólogos y las pastillas. Era como vivir en una burbuja dentro de otra. Hasta que perdí el interés ~9~

por hablar y sobre todo por relacionarme con el mundo exterior. Así que me fabriqué un universo interno donde se podía pensar antes de hablar y contestar, donde los ruidos eran ecos de aguas corriendo y pájanadirros cantores, donde nadie me presionaba ni esperaba nada de mí. Dijeron que tenía autismo, una enfermedad muy poco investigada y poco más... Me gusta balancearme cuando pienso, y siempre pienso en muchas cosas sin querer. A veces la gente se enfada y grita,


y también les dan a las que dicen, como si dentro se conozcan como los bocinas de los coches de mí sólo hubiera una conozco yo. Y que se cuando hay atascos. Hay persona defectuosa de la abracen. Porque sé que sirenas y aspersores, que únicamente hay que cuando lo hacen conmigo motores, música chillona, preocuparse. También y me llega su amor, a y todos hablan a la vez, siento su preocupación, pesar de todo, la felicidad pero no se está conmigo. Todo el mundo va corriendo, escuchan. Todo Me gustaría el mundo va que supieran y no tienen ni idea de que le corriendo, y no que si callo, estoy dando de comer a una tienen ni idea es porque hormiga una miguilla de pan de que le estoy escucho todo en mi mano. Solo me ven dando de comer lo que ellos a una hormiga no se atreven meciéndome desde lejos... una miguilla de a decir. Y pan en mi mano. Solo y eso me hace querer que, si me balanceo, es me ven meciéndome balancearme más rápido. simplemente porque desde lejos, mirando Porque cierro los ojos, y es a veces me gusta fijamente la palma. Y como si volara y nada de imaginar que puedo piensan pobrecilla... eso pudiera alcanzarme. volar y salir por un rato Mis padres también lo A veces pienso que de esta burbuja en la piensan... Y también qué ellos son los que están que viviré encerrada de pasará conmigo cuando realmente enfermos. Solo por vida. Sólo por eso... ellos no estén... Nunca que son más, y por eso Gracias a la tecnología le he dicho a nadie me parece todo al revés. por ayudarme a salir un que puedo escuchar Pero tampoco se lo digo. poco de ella, y darme la los pensamientos de la Nunca podré decir lo que oportunidad de poder gente. Me darían más pienso, porque seguro traducir en palabras estos pastillas, y estaría dentro será peor para mí. Me pensamientos que a de una burbuja más. gustaría que supieran que menudo se me enredan. Y Siento su tristeza, siento no estoy enferma, que gracias también a los que como se pierden en sus simplemente el mundo me habéis leído porque sentimientos confusos, va demasiado rápido para sé que, a partir de hoy, siento su ira y su rabia. mí. Que, si realmente me veréis de otra manera. Siento su impotencia y quieren ayudarme, no Puede incluso que para su miedo. Y es entonces hagan tanto ruido. Que alguien deje de ser cuando también yo me escuchen más y hablen invisible... Ojalá. Gracias a confundo. Me tratan menos. Que se paren a todos. como si no escuchara lo pensar y no riñan, que ~10~


Courtesy of Chinh Le Duc

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El jardin del poeta PoesĂ­a que se esparce sobre el lienzo


“Los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta, terrible. Pero eso no les impide hacerse a la mar� Vincent Van Gogh 1853- 1890


Que se apague el sol Temotzitlan Santillan Padilla

Fotografía por I’m Priscilla

Q

ue tiemblen los débiles y cobardes, que huyan los traidores, que los falsos poetas sean fusilados, sus insulsos versos quemados y la lengua de los aduladores amputada, que las putas sean colgadas y el vino regado, que tu helado soplido del norte apague el sol, y la llamarada en mi alma, que la sabiduría se oculte, que el mar se enfurezca, que mi sombra deje de ser oscura y que dios deje de ser una oración ~14~


La bestia Temotzitlan Santillan Padilla

Fotografía por I’m Priscilla

H

e aprendido a sobrellevar el dolor a ocultarlo, Dominar a la bestia La guardo en un rincón; Por largo tiempo, Pero hay días que se libera, Y regresa más furiosa, Mostrando sus fauces llenas de miedo, Babeando inseguridad y recuerdos, Me muerde llenándome de agonía e ira, Destroza mi paz, Me intoxica de tristeza, y me vuelve a destruir ~15~


La inmaculada

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“…nada me retiene ya, y me complazco en permitirme el furor sagrado, y asaltar insolente a los mortales con la franca confesión de haber hurtado los cálices áureos de los egipcios, para construir con ellos el tabernáculo de mi Dios lejos de los confines de Egipto. “

Johannes. Las armonías del mundo, libro V, Proemio.

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Locura entre las

calles de París Isaac Oré

“Anda un amigo en medio de la noche. Han cerrado los bares. Las persianas de acero bajaron con estrépito. Los gatos deslizan apetitos. Anda la luna por ahí, velada” Washington Benavides –“Murciélagos” - 1981

E

Courtesy of JOHN TOWNER

alas de Cóndor

stoy loco, porque leo poemas de Rodolfo Hinostroza en algún bus llegando del centro de Lima

Mi locura se alimenta de mis viajes y se representan en una hoja cualquiera al azar

Estoy loco porque llegué a Paris y recité en Montparnasse poemas de Vallejo

Contando las estrellas y la noche Capricornio Pero también me gusta la noche cuando es de Leo

Estoy loco porque alimenta mi ego haber conocido a Lemebel, que conoció a Bolaño y casi mata a Pinochet

Mi mente vuela sobre las alas de algún Dios

Y los hilos dorados que subyugan la veneración de Machupicchu con sus

Las inmensas noches corren, como las olas de alguna playita al norte

Soy yo y alguna nostalgia

Soy yo

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Estoy loco porque me gustan los cuentos de Chuck Palahniuk y los poemas de Bukowski


del Perú Mi corazón es una esfera caliente, obscenamente caliente. Una bola gigante de bomba reventándote en la cara El porro de alguna hoja canábica sosteniendo la noche en cualquier lugar del mundo Bratislava por ejemplo Donde fui feliz

Donde supe de la Luna o los amores/ De las vértebras de Buda y alguna melodía de Bach

Anoche, por ejemplo

Donde aprendí como escuchar correctamente a Wolfgang Amadeus

Y no Venecia

Porque supe ser feliz perdido en Praga por donde los colores revientan entre miles de lilas que se tragan lo dorado que puede ser el sol

Ojos redondos, pelo ondulado y pies descalzos

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Mi sueño fue un celeste día en Viena

Donde alguna mujer con belleza de sirena:

Supo robarme la vida y las pocas cosas que un gitano viajero posee


Y la gente común

Siempre / Alguna vez, entre tantas cosas juntas o esas únicas noches abrazado a la nada viendo estupefacto Le Tour Eiffel Entre tanta gente que no es más gente entre tanta maravilla Y yo, saliéndome de los planes y tomando más champagne de lo habitual Porque las cosas siempre salen bien cuando uno se escapa del plan

Que ahoga los sueños bajo cuentas de bancos

Tengo la vida quieta por un péndulo de hilo pobre, casi por romperse...Y eso me divierte... Porque puedo disfrutar de un tren hasta Frankfurt y luego algún bar lleno de Jazz y cervezas

Quiéreme por las cosas que digo Por mi voz Estoy loco entre las calles de Paris y no me quejo

Y me enorgullece Porque todo lo que quiero, es que alguien me lea Y cuando me lea, le guste Y si algún día, quizá, por cosas del destino

(O porque simplemente estoy en La India o Tailandia y no tengo internet)

Y yo estoy loco, Como las alas de un águila, como un halcón llorando por tantas vidas sin llorar

Me ven como un loco

No mande nada para que lo publiquen Esa persona que no encuentra mis letras, me extrañe. Y cuando me extrañe me busque, queriendo saber dónde estoy yo y mis torpes letras. Sólo eso quiero

Tengo la vida quieta por un péndulo de hilo pobre, casi por romperse

Porque you and me

Y eso me divierte

Entre la inmensidad de la soledad.

Porque puedo disfrutar de un tren hasta Frankfurt y luego algún bar lleno de Jazz y cervezas

Photo courtesy of Ashim D’Silva

Alguna vez la felicidad fue tan poca que tuve que viajar ~20~


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Fragmento de “La Caja Oblonga” de Edgar Allan Poe

“He dicho que la caja en cuestión era oblonga. Tendría unos seis pies de largo por dos y medio de ancho. La observé atentamente, y además me gusta ser preciso. Ahora bien, su forma era peculiar y, tan pronto la hube contemplado en detalle, me felicité por lo acertado de mis conjeturas... A juzgar por su forma, sólo podía servir para guardar una copia de La última cena de Leonardo; no ignoraba, además, que una copia de esa pintura, ejecutada en Florencia por Rubini el joven, había estado cierto tiempo en posesión de Nicolino. “

La caja Oblonga Donde los cuentos cambian la realidad que nos rodea

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Fotografía por Anders Jildén

Los orates de la noche Ana Larraz Gale

S

¡Bien! Mi cama está No entra ni un resquicio é que no debería de luz. Esta tarde bajé las calentita. La manta acostarme persianas para que no eléctrica que encendí aún, pero es hace un rato, ha cumplido pasara el frio. tarde. Mañana con su labor, además, tengo que madrugar estas sabanas de franelas y necesito dormir. Lo ...debería encontrar la son muy confrontables. malo es que no estoy forma de situarlo en el lo suficientemente Pues ya está, voy cansada para caer acantilado; sin caerse; solo a apagar la luz rendida en la cama, por ver cómo se siente. y que sea lo que pero tengo que Dios quiera. Sería mejor que la madre intentarlo. Quizás esta noche no del chiquillo apareciera No se ve nada, todo aparezcan y pueda está oscuro. en la puerta principal descansar en paz. mientras él corre en Voy a darme la vuelta, a Me pongo mi pijama de lo mejor hacia el otro lado la otra dirección… florecitas azules, es el más el sueño llega antes. esponjoso, parece que me Dejaré No. Tampoco. abraza… mis zapatillas al lado de la mesilla, por si me toca Quizás si cuento Sí, ya noto su calor… levantarme. ovejitas… Una, dos, ~24~


tres…. Esto no sirve. Claro, el sueño no viene porque estoy pensando en el relato que dejé a mitad de escribir. La verdad es que es una bonita idea, aunque un poco estrambótica… Quizás debería hacerlo de otra manera, darle la vuelta a la trama. El personaje principal no debería ser tan sencillo. Un aire un poco exótico podría darle un refinamiento mayor, hacerlo más cosmopolita. A lo mejor está bien así, creo que debe quedarse tal cual. Aunque debería encontrar la forma de situarlo en el acantilado; sin caerse; solo por ver cómo se siente. Sería mejor que la madre del chiquillo apareciera en la

puerta principal mientras él corre en la otra dirección… pero de ser así, la hermana quedaría sola y asilada. No, es al contrario. Tengo que conseguir que se junten todos al atravesar el patio o tal vez en la salida del comedor, cuando el padre amenace con… ¡BASTA! ¡OTRA VEZ NO! Han vuelto de nuevo. Son los orates de la noche que traen sus locas ideas a mi cabeza. Se pelean entre ellos para ver quién puede más. Siembran mi mente con sus pensamientos intentando dejarme su recuerdo, buscando cada uno ser el quien consiga hacer prevalecer su idea. Sé lo

Fotografía por Dan Watson ~25~

que quieren y tambien, que no se irán hasta que lo consigan. Me doy otra vez la vuelta. Lucho un poco más, intentando que el sueño los mande al lugar de donde salieron, pero no lo consigo. Al final me tengo que rendir. No puedo contra ellos. Menos mal que deje enchufada la calefacción y el ordenador con batería. Me pongo las zapatillas y voy hacia mi mesa de trabajo. Tengo que escribir lo que ellos me ordenan o no me dejaran dormir. Los orates de la noche han ganado de nuevo…


S

abes hacia dĂłnde voy? ÂżMe conoces? Vivo tras el alfeizar de la luna radiante y cada noche rescato un fragmento de su luz para dibujar atardeceres.


el telon de la luna


Diluyendosé entre

tradiciones mexicanas “El alebrije, una artesanía inventada por Pedro Linares López en 1936, se realiza con la técnica de la cartonería y se pinta con colores alegres y vibrantes.” Daniela Cadavid Libreros

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L

-os alebrijes inundaban en octubre la avenida Reforma como si se tratase del grabado de Goya titulado «El sueño de la razón produce monstruos». A cada paso que dabas podías sentir unas inevitables ganas de darle vida a aquellos seres imaginarios que se sumergían en mundos ajenos a los nuestros.

aventureros que querían traspasar las fronteras? ¿O quizás habrá sido visitado por sus ancestros para transmitirle el conocimiento sobre los dioses que alguna vez poblaron estas tierras?

El sueño delirante de un enfermo convertido en una tradición milenaria, seres nombrados por ellos mismos, creados para ayudar a despertar a un hombre en medio Recuerdo haberme de su velorio. La magia preguntado por la de México se ve reflejada sensación que hubiese en cada detalle, cada podido provocarle a esquina, cada ruta del Dalí o a Bosch ver tantos metro, cada transeúnte colores, tantas formas, tantos seres en medio de invita a escribir, las calles habituales. ¿Qué deshacerte en versos, hubiese escrito Poe o que gritar canciones aun no creadas, fabricar ilusiones, hubiera concluido Freud después de darles un crear movimientos y perseguir a la luna vistazo? hasta el lugar donde se ¿Habrá recordado Pedro esconde. México invita a Linares en medio de sus escribir imposibilidades disparatados sueños posibles. los bestiarios que se creaban en la edad media Por ello, para completar para asustar a aquellos la escena de los alebrijes ~29~

debemos caminar sin dispositivos electrónicos y así entender las reacciones que causan en los locales, en la historia que acarrea la manufactura en cartón de cada una de las piezas que componen ese ser fantástico, en los colectivos de personas que se reúnen Dios sabe cuánto tiempo a construir y reforzar esta especie de piñatas a gran escala y reforzarlas para que no se deshagan durante el desfile. Como me gustaría sentarme durante unas horas a discutir con Amelie Poulain las 21 formas de hacer rodar un alebrije por reforma, girando justo en el ángel, cruzando la alameda hasta terminar en el zócalo y soñar (cruzando los cielos) con el alebrije alado que nos dormirá al caer la tarde.


Kaleidoscopic Cats Donde la realidad y la imaginaciรณn se vuelven arte

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“No me gustan los embaucadores” Francisco Barata

E

n el parabrisas de un coche vi fijado al limpiacristales un panfleto que aseguraba, “Curación garantizada de todas las enfermedades del mundo mundial mediante métodos homeopáticos, médico doctorado en las mejores Facultades de Medicina”. Llevaba semanas sin medicarme, no me daba la gana tomar los comprimidos que me recetó el último siquiatra, creo que es perder el tiempo porque no estoy tan enfermo como creen y las pastillas no me hacen nada. Desde luego nunca me las tomo, pero estoy seguro que no me harán nada. Tenía que desplazarme demasiados kilómetros, pero decidí probar los métodos antipáticos de ese doctor. Hice 300 kilómetros en autobús, menudo palizón. No tengo carnet de conducir ni coche. Sería un peligro para la gente. Me gusta ser un peligro cuando quiero, no cuando quiera el coche. Llegué malhumorado a la ciudad del médico antipático, en el bus había una señora que le olían mal, muy mal los sobacos, a hamburguesa con cebolla, me repugnaba. No hubo manera de

neutralizar su pestilencia entre tanta gente. Cuando llegamos a nuestro destino la seguí, caminábamos por una calle desierta. Solucioné su problema haciéndole un favor, nunca sabré si ella piensa igual. Me gustaría saberlo, quedaría más tranquilo. Después, satisfecho por contribuir a la higiene de la sociedad, pregunté la dirección a un policía municipal con cara de piano. Llegué después de un paseo estirando las piernas a la dirección del sanador. Estaba próxima al Ayuntamiento, edificio caduco, feo era no decir nada, escalera desvencijada, y el ascensor averiado…Me puso de los nervios. Tercer piso, ¡joder las escaleras!, el descansillo con una pinta sórdida que daba mal fario, tufo a humedad, paredes desconchadas, mala espina me daba lo que me iba a encontrar tras una puerta grasienta, madera de un color aun no inventado y el cartel que más parecía un anuncio de feria. Abrió una enfermera oronda, demasiado, con ¿cofia?, parecía la criada negra de Escarlata O`Hara, en blanco. El piso triste, sombrío, interior, luz de ~32~


neón, poca luz de neón. Tampoco me gustó tener que dejar cien euros, “para caridad” según la enfermera… O lo que parecía una enfermera. - ¿Tiene usted cita? ─ Me preguntó Escarlata. - No. ¿Pero hay algún problema?, conteste mirándola con cara de pocos amigos, muy cerca de su cara. Le olía el aliento a ajo. Salió como asustada para hablar con el doctor, parece que no hubo ningún problema. Al poco de estar sentado en un sofá de piel agrietada del uso me recibió el pájaro sanitario. Era bajito, muy bajito, cabezón, muy cabezón, feo con carnet profesional, me tendió la mano sin salir a recibirme, atrincherado tras la mesa. - Buenos días, soy el doctor Cienfuegos. ¿Usted dirá caballero? - Joder, ¿qué iba a decir?, mal vamos. - Soy Pablo Mármol, aunque parece que le importa poco mi nombre. Tengo esquizofrenia paranoide, también cierto trastorno bipolar… dicen algunos siquiatras. Quiero que me cure con sus métodos antipáticos. - Homeopáticos, caballero, homeopáticos. Pero es una lástima señor Árbol, para esas enfermedades no tengo tratamiento. - Me contestó con descaro el cuellicorto. - Me llamo Mármol, y eso no era lo que decía el panfleto. Mire.- Se lo planté en

la cara, con ganas de restregárselo. Se levantó indiferente a mis comentarios, indicándome la salida mientras decía…- Por favor, señor Árbol, discúlpeme, tengo varias consultas a domicilio. Filiberta le cobrará la consulta. El enano quedó blanco de la mirada que le propiné. - Me llamo Mármol, tengo que pagar por nada, su sirvienta se llama Filiberta, lleva cofia y he hecho 300 kilómetros para verlo. Pues qué bien. Ni contestó el malnacido. Saqué a pasear mi albaceteña, afilada y nacarada, ni tiempo tuvo a decir mu, cara de espanto. Le traspasé un ojo hasta el fondo, girando la navaja como quien vacía una almeja. Murió rápido, ni gritó, seguro no le dolió, como a la señora que olía mal. Ninguno de los dos se quejó. Me jode perder el tiempo, más que me lo hagan perder, y por supuesto que quieran engañarme. Salí, la Filiberta se acercó extendiendo la mano, quería cobrar trescientos napos. Trescientos kilómetros y trescientos euros. Lo tenía claro la pava. Le rajé el cuello, tampoco se enteró, tengo práctica con la faca… cayó como un saco de mierda. Me llevé los cien euros de antes, más lo que por allí tenían, como compensación por los gastos del viaje. Bajando la escalera, recordé que tampoco me gusta viajar en autobús. ~33~


Fotografía por Jacques Perreault

Retrógrado Francesc Barrio Julio

U

n día estaba en Barcelona, esperando que la persona a la que acompañaba saliera de su visita del médico. No me apetecía quedarme en la sala de espera. Me había dejado el móvil, no llevaba nada para leer y ya me había hartado de admirar la pintura surrealista de pintor desconocido que tenía enfrente y de reseguir los motivos abstractos del artesonado del techo. Tampoco había nadie interesante a quien mirar con disimulo. En definitiva, necesitaba fumar. Con urgencia.

Soy un fumador anárquico. Me puedo pasar temporadas enteras casi sin fumar. Puedo pasarme días enteros sin encender ni un solo cigarrillo, ni tan solo pienso en ellos. Puedo pasarme semanas en que me siento satisfecho encendiendo alguna pipa mientras escribo y abandono totalmente los paquetes de cigarrillos. Y hay días que no dejo de encender un pitillo tras otro, poseído por la necesidad perentoria del ritual. También puedo pasar largas temporadas en que me transformo en un simple yonqui ~34~

y necesito el tabaco más que el aire que respiro. Los cigarrillos van sucediéndose uno tras otro y el viejo pensamiento de “puedo dejarlo cuando quiera” ya no es más que un triste chiste sin gracia. Ahora estoy en esos días. Poseído por el poder de la nicotina, ahí estaba yo esperando a los pies de un magno edificio de la ruidosa urbe. El mismo nerviosismo que autojustifica mi tabaquismo me llevaba a dar intranquilos paseos por la amplia acera. No sé. Es parte del ritual. No puedo quedarme como


un pasmarote plantado con el cigarro delante del portal. Así estaba yo, paseando arriba y abajo por la acera. En un recorrido previamente establecido. Del portal a la parada de autobuses. Media vuelta, de regreso al portal y hasta la esquina del banco. Media vuelta de nuevo y de vuelta a la parada de autobuses. Monótono y relajante. Una rutina agradablemente amenizada por la gente con la que me iba cruzando. Jóvenes sin prisa, abuelos muy

ocupados, runners, marujas que corrían a coger un bus, señora con niño, señora con carro, señora con bolsas, señora hablando por el móvil, chicas interesantes de esas que hacen que te gires. Lo habitual que puedes ver en cualquier acera. Iba por mi segundo cigarro y parecía que no iba a suceder nada emocionante. Pero, entonces, yo volvía por enésima vez de la parada del bus de nuevo hacia el portal. Y por la esquina apareció la anécdota del día. Una silla de rueda ~35~

marcha atrás. De lejos era simplemente eso. Un tipo, un personaje. Él solito se autopropulsaba con los pies y se impulsaba en su silla de ruedas marcha atrás. No corría mucho, pero lo hacía en plan extremo, sin mirar a su espalda, sin ningún tipo de preocupación de quién pudiera haber tras suyo. ¡Ya lo verían venir! Lo primero que pensé: “Cuando baje mi acompañante ya le podré explicar la anécdota del día. He visto un zumbado que iba él solito en su silla de ruedas… ¡Marcha


atrás!” Y nos echaríamos unas risas y dedicaríamos unos minutos a divagar sobre lo mal que está la gente. Y más tarde lo explicaríamos en casa y lo comentaríamos con los amigos. Sí, bueno, ya sabéis, la chorrada absurda que da para unos días. El zumbado de la silla de ruedas marcha atrás ha acabó por pasar a mi lado. Y pude observarlo mejor. Y realmente era todo un personaje. Era oriental. Chino supongo. No era un personaje porque fuera chino. Era invierno. No hacía mucho frío. Era un día bastante soleado pero refrescaba bastante. Y él tan sólo iba vestido con un sencillo chándal y una camiseta. A mí se me helaba el cogote sólo mirarlo. La silla de ruedas era bastante vieja, se veía una poco desastrada. Las ruedas traseras tenían las gomas muy gastadas y se veían muy dañadas por el tiempo. Tampoco era un personaje por ser pobre. En el apoyabrazos izquierdo llevaba colgando una bolsa de

He visto un zumbado que iba él solito en su silla de ruedas… ¡Marcha atrás!”

plástico. Parecía vacía. Quizás iba a buscar algo. En el asiento, entre su delgado cuerpo y el apoyabrazos derecho sobresalía el cuello de un orinal de hospital. Se veía sucio y desgastado. No pude ver su contenido. Tampoco eso lo hacía un personaje. Supongo. Siguió marcha atrás, impulsándose con los pies. Su movimiento no era continuo. Iba trasladándose a empujoncitos. Un impulso, un par de metros. Otro impulso, un poco más. Sin mirar. Hasta llegar a los contenedores de basuras que había situados antes de alcanzar la parada de autobuses. ~36~

Se paró en uno de ellos. No pude fijarme en lo que hizo. Pero juraría que, después del gesto, la bolsa de plástico contenía algo. Eso lo hizo un personaje. Entonces lo entendí. El hombre que iba marcha atrás en la silla de ruedas no era un zumbado. No hacía cosas raras. Era un retrógrado. Nunca había visto uno. Había oído hablar de ellos pero nunca había visto ninguno. Había presenciado algo muy especial, algo mágico. El retrógrado siguió su camino marcha atrás hasta la siguiente esquina. Giró y le perdí de vista. Yo sonreí.


FotografĂ­a por NASA

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En el interin


FotografĂ­a por Quin Stevenson ~40~


Reveses Suicidas Rusvelt Julián Nivia

E

ra soltero como ningún otro hombre. Se llamaba Miguel. Permanecía en su casa. Sufría de pena moral. Casi no salía a las afueras citadinas. Odiaba a la gente del mundo. Le gustaba la soledad. Evitaba recibir las visitas de los familiares. En su encierro, lo que más hacía era ver televisión. Las tardes las fugaba entre los dramas de las telenovelas. La ausencia de sus padres, fue el motivo que lo llevó a ese estado de postración. Ellos fallecieron tras un cáncer de sangre, que se los fue devorando despaciosamente. Y por eso Miguel, no quería hacer nada en especial.

En verdad, el agudo dolor lo agobiaba. Padecía de melancolía. Sus ojos se violaban con descaro. Su piel se resecaba. Todo lo suyo, lo imaginaba perdido. Ya no sentía su pasión y ya no tenía ganas de ser actor. Pese a vivir con su hermano mayor, el delirio mental lo enloquecía. Entre las ocasiones, pensaba en el suicidio. Lo desconsolado podía más que sus ilusiones. Así que Miguel, quiso jugar un día con la muerte. Por el cruel desequilibrio suyo, ideó la fatal determinación. Una mañana de abril, fue hasta al aposento de su padre. Ingresó sin miedo a la claridad de aquel vacío. Se acercó al armario del viejo, que tanto lo ~41~

adoraba. Luego, abrió una de las dos compuertas y exasperado, cogió el revólver que ambos usaban para romper platillos. De más agobio, decidió recargar el arma con una sola bala. Esperó un instante y de repente cerró los ojos y giró el tambor con fuerza. Una vez estuvo todo listo; volvió a abrir las vistas, fue hasta la cama matrimonial. Por allá; se sentó sobre los tendidos negros, levantó la pistola y apretó el gatillo, se disparó en la cabeza. De súbito, retumbó la explosión. En consecuencia, se voló un pedazo del cerebro y sin embargo no se mató.



El juego lugubre

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Reflexiones sobre el miedo

E

l miedo es emoción remota, Condiciona la vida. Desde muy pequeña he tenido miedo. La vida iba pasado cuando alguien me mando un rayo disfrazada de enfermedad rompiendo sueños. Fue el primer fracaso. Busque refugio en la radio donde gane un ordenador. Con aquel aparato metálico cuya función era caminar. Me integre en un grupo cultural conociendo la poesía escribí un libro que yo misma me pagué. El fantasma del miedo se esfumo. Quería saber cómo era el mundo en una sociedad capacitada donde me preguntaba ¿qué pasaría si

me quedaba sola en esta vida? -Cogí un tren y sin decir nada marché a un centro de discapacitados en Albacete. Allí me encontré con una gran familia aprendiendo de otras discapacidades, Se hacía cursos, talleres. ejercicios adecuados a cada discapacidad. Lo que más valía era la amistad. El miedo regreso cuando una mañana nos comunicaron la muerte de un compañero con quién charlaba todos los días, Un pequeño incidente que me hizo pensar y volver a casa con una gran tristeza. Otra vez fracase. Conocí a mi pareja, de esa unión nació mi hija. ~44~


Esther Ruiz

Fotografía por Cristian Newman

Durante el embarazo de alto riesgo me mantuvo ingresada donde lloré en soledad. Pedí un deseo, en caso de complicaciones la que se tenía que salvar era ella. Ese diminuto ser nació, aunque permaneció en la incubadora era una niña sana. Aprendí todo lo que una madre hace con limitaciones, pero ella jamás renunció a su madre. Me daba cuenta que poco a poco el padre de mi hija no me amaba queriendo morir por mi tercer fracaso donde una fría noche de principios de marzo estuve a punto de fallecer. Pase 15 días en coma inducida soñando con serenidad, pero siempre estaba

presente aquella pequeña luchando para sobrevivir. Gane esa batalla, fue donde la venda de mis ojos cayó viendo que lo que me decían de mi pareja era verdad. En agosto mi niña dio la alarma para las dos, saliendo de ese infierno porque su deseo era acabar conmigo. Fracasé otra vez o encontré la libertad estando con mi familia y con ella. Sé que el miedo ocupa algo de mi, pero algo de paz se refleja cuando veo que se ha convertido en una mujer que jamás fracasará como yo.

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Ilustraciรณn por Rodrigo Meade Cervera


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