Revista Demencia #19: Poder

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Revista literaria · Año 2 · N° 19 · Marzo 27 · 2017

Ilustración por Rodrigo Meade Cervera ~1~


Revista literaria Demencia Año 2, N° 19, Marzo de 2017, es una publicación mensual editada por el equipo editorial de Demencia. Santander de Quilichao, Cauca, Colombia. www.revistademencia.wordpress.com Directora y editora responsable: Daniela Cadavid Libreros. Todos los textos e imágenes usados en esta revista se han usado bajo licencia de los creadores, bajo licencia Creative Commons zero o Creative Commons with attribution. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la editora de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de Revista Demencia o de los respectivos autores.


SUMARIO Demencia N° 19 · Marzo 2017

Contenido textual

Ana Larraz Gale Daniela Cadavid Libreros Esther Ruiz Francesc Barrio Julio Francisco Barata Gerardo Guacaneme Isaac Oré Isabella Ortega José Luis Acosta Manuel Gris Pilar Gonzalez Navarro Rodrigo Meade Temotzitlan Santillan Padilla WarCry

Dirección y edición

Daniela Cadavid Libreros

“Pelear y conquistar en todas las batallas no es la suprema excelencia; la suprema excelencia consiste en romper la resistencia del enemigo sin luchar.” El arte de la guerra - Sun Tzu

Corrección de estilo Amelia Nyan.

Diseño y diagramación Daniela Cadavid Libreros

Portada y Contraportada: Rodrigo Meade Cervera.

06 La Inmaculada

32 Postales

Letras que suenan como la música de las esferas. Por: Isaac Oré.

Mensajeros Dementes que viajan entre olas fluorescentes. En esta edición: Manuel Gris.

12 Kaleidoscopic Cats Si la ciencia ficción nos fluyera por nuestro cuerpo al igual que la vida de estos gatos. En esta edición: Isabella Ortega y Pilar Gonzalez.

16 La caja oblonga Un mundo donde los cuentos pueden cambiar la realidad que los rodea. En esta edición: Ana Larraz.

22 El Telón de la luna Historias varias de dementes sin remedio, en esta ocasión conocerán a Maquiavelo. Por: José Luis Acosta.

28 El jardín del poeta Nuevos poetas que abren de a poco su lienzo hacia el mundo. En esta edición: Temotzitlan Santillan Padilla y Warcry. ~3~

38 El juego lúgubre Para los curiosos que andan en busca de nuevo material, o para los despiados critcos de la ciudad. En esta edición: Gerardo Guacaneme.

44 En el ínterin Un lugar donde todo tipo de magia puede suceder. En esta edición: Francisco Barata.


Colaboradores Ana Larraz Gale. Zaragoza (España) Orgullosa de sus orígenes en su novela “La Fotografía. Historia de un soldado 1936-1937” narra las aventuras y desventuras de un joven agricultor aragonés desde que es movilizado por el ejército nacional; tal y como las cuenta en sus cartas. Esther Ruiz, España A los 18 años sufrió de una enfermedad degenerativa que le produjo una discapacidad de 85% reconocida por los organismos médicos españoles. Es Madre soltera. Su primer cuento lo escribió a los doce años. Auto publicó un libro de poemas del cual no tiene ningún ejemplar. Su poesía es descriptiva con un estilo propio de verso libro. Su seudónimo es Tejedora de Sueños. Francisco Juan Barata Bausach. Valencia (España) 63 Economista. En el año de la corrupción (2014), le da por empezar a escribir. Escribe por gusto y para demostrar a esta sociedad en la que los empresarios y las instituciones han decidido condenarlo a la jubilación, que no acepta la condena. Ha conseguido 3 primeros premios, un segundo premio y tres terceros premios. Gerardo Guacaneme Valbuena, Bogotá (Colombia) Es estudiante de ingeniería Electrónica de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de Bogotá. Ha sido por varios años blogger y escritor ocasional y aficionado. El blog lo pueden seguir en https://antiepoke.wordpress. com/ Isaac Oré Nació un año nuevo del 89, escribe poesía y cuentos. No ha publicado ningún libro. Viajó por toda Europa durante medio año. Sus cuentos han sido publicados en El Comercio de Lima y diversas revistas extranjeras.

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Isabella Ortega Bolaños Disfruta escribir, pinta al óleo, esculpe, su novio es Beethoven, su madre es Lana del rey y su padre es Debussy, toca la guitarra y el piano y se encuentra escribiendo un libro de poemas. José Luis Acosta Fernández (España) 42 años Electrónico e informático. Trabajó cinco años como periodista gastronómico para la revista La Sidra y ha publicado multitud de microrrelatos y poesías en diversas editoriales españolas. Actualmente está inmerso en un proyecto de novela que aúna el realismo sucio, el terror, y la ciencia ficción. Manuel Gris. Barcelona (Poble9) 1982 Loco de las palabras y de escribir desde que tiene uso de razón, y sabe que si alguna vez le cortasen los dedos aprendería a usar los de los pies o la nariz con tal de seguir llenando folios y folios. Soñador y amante de la noche y de su inspiración. Y del Suchard. Y de la cerveza. azacel669.wix.com/manuescribe Pilar González Navarro. Granada (España) 46 años. Diplomada en magisterio y funcionaria en Granada. Escribo prosa lírica, realismo mágico y verso libre. Declamar es otra de mis actividades y lo acompaño de vídeos. En YouTube pueden verlos. Rodrigo Meade Cervera, CDMX (México) Hiperactivo y un poco incongruente , sin olvidar distraído. Se dedica al diseño gráfico, y como no puede salvar al mundo de la distracción, vierte sus pensamientos en sus ilustraciones. Uno que otro día comparte imposibilidades. Temoltzin Santillan Padilla. (México) 35 años Estudio Letras Modernas ( Italianas) en la facultad de filosofía y letras de la UNAM, influencias principales Fernando Pessoa, Leopoldo María Panero, Xavier Villaurrutia, Luis Cernuda entre otros; la literatura y poesía son algo fundamental en su vida, cree en la libre creación, importa más el contenido que la forma.

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La inmaculada

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“…nada me retiene ya, y me complazco en permitirme el furor sagrado, y asaltar insolente a los mortales con la franca confesión de haber hurtado los cálices áureos de los egipcios, para construir con ellos el tabernáculo de mi Dios lejos de los confines de Egipto. “

Johannes. Las armonías del mundo, libro V, Proemio.

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En memoria de Reinaldo Arenas

Jamás fuiste más libre o (El grito desesperado de un desterrado) Isaac Oré

Crece mi furia y ante mi furia crezco y solo junto al mar espero el día. Reinaldo Arenas Courtesy of Beforenightfalls

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ra verdad acaso que había hablado con el mismo tirano? ¿Era cierto que en la Habana no se podían leer sus libros? ¿Dónde estaba entonces Reinaldo? Para cuando Reinaldo había cumplido los 28 años, estaba preso en un Sidario Cubano, exiliado, vomitando hambre y soportando las burlas de los policías que lo violaban cada vez que querían, cada vez que ~8~

Fidel –Si, el mismo, Fidel Castro- Llamaba para que le den una paliza al mariconcito que escribe. Así lo definía, así lo odiaba, así le escupía. El nombre de Reinaldo Arenas llegó a manos de Fidel cuando Reinaldo tenía 22 años, andaba en la playa, disfrutando de la vida y de los amores casi platónicos que el proletariado le podía dar. Lo secuestraron en su pequeña casa cerca del Alameda, estaba sin polo,


Courtesy of Beforenightfalls ~9~


tomando un ron y escribiendo un cuento que se quedó a la mitad. Lo agarraron como un animal, lo golpearon, lo maldijeron y lo violaron hasta que se desmayó. Así, sin ganas ya de vivir, el propio Fidel habló con él. -¿Eres el que escribe cosas de homosexuales? -Sí –Dijo Reinaldo, mirándolo con desprecio, recordando a sus tías -¿Sabes que esto te puede costar la vida? -Sí -Mándenlo al Sidario Cubano, que escriba por allá. Sus libros y su nombre quedan prohibidos en la Habana, que escriba y muera en ese Sidario. No lo quiero ver más – Fidel, encendió un puro y se perdió entre el enorme salón dorado, donde colgaba un retrato de él. Sí. No estaba soñando, se quedaría de por vida en ese Sidario. Estaría muerto en vida. Desde ese momento la vida se le fue apagando, pero los días en ese lugar tan escandalosamente pobre, se perdieron entre las hojas de “Antes que Anochezca” su Biografía. Después de eso, se quitaría la vida, así lo pensó. Terminaría su novela y moriría, quizá

en manos de alguno de esos policías que lo buscaban entre cuerpos desnutridos e infelices. Carlos Palermo, era un argentino que durante veinte años había construido un globo aerostático para huir a Miami. Secuestraron a Carlos en una fiesta para turistas, él había contratado a un cubano para pasar la noche y los policías los encontraron en su habitación. Al cubano de nombre Ernesto lo encerraron en la cárcel de Guantánamo, mientras a Carlos lo encerraron en el Sidario. Tanto tiempo había pasado y por fin pudieron contrabandear combustible para el globo aerostático. Fugaron a Miami ocho personas y sólo llegaron tres, el globo se cayó en medio del océano. A Reinaldo lo encontraron desmayado en las costas de Miami, cansado, hambriento, infectado de VIH y casi muerto. Terminó su biografía y se mató en su departamento de New York, dejando entre la despedida, unas de las más hermosas cartas que alguien pueda escribir.

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Photo courtesy of Jonathan Buttle Smith

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Kaleidoscopic Cats Donde la realidad y la imaginaciรณn se vuelven arte

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Fotografía por Rubén Bagüés

Blanca Isabella Ortega Bolaños

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an blanca y bonita te ves, tan pequeña y frágil eres, muy seductora te acuestas a lo largo, haciéndome desesperar, temblar y sudar. Tu don es oler tan bien, y hacer que las cabezas se sacudan hacia atrás, nos haces bailar una y otra vez. Después sabes que queremos más, y empiezas a mostrar tu verdadero ser, te haces la difícil, a veces es complicado volverte a ver, pero vuelves y te dejas querer. Tan efímero es tu amor, pero tan placentero el momento en el que estás presente, de verdad es tan fácil volar, de verdad es tan fácil volverte a amar. Te empiezo a conocer, te intento llevar, te intento comprender, pero de repente me apuñalas por la espalda, haces que mi nariz sangre y sienta el sabor desagradable del beso que me acabas

de dar. De repente hueles demasiado mal, sigues blanca, pero me oscureces por dentro, haces que me pudra y me esté muriendo. ¿Por qué? ¿Por qué me haces esto? Intento huir de ti, intento no hacerme más daño, y cuando por fin me siento limpia, vuelves con fuerza a acabar conmigo, me has vuelto miserable, has acabado con mi aspecto y con mis adentros, maltita sea ¿qué más quieres de mí? ¿Sabes qué haré? te botaré al retrete, solo te miraré con asco cuando estés dando vueltas y al final sonreiré, y sabré que estoy bien cuando por fin te disuelvas, te vayas y te mueras.

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Fotografía por Kira Ikonnikova

No eres sueño Pilar González Navarro

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ue repentino.

Como si hubiese acumulado insomnio para poder despertar tan abruptamente. Los ojos abiertos de par en par, mi boca entreabierta, me pareció escuchar, musitaba aún tu nombre como un eco que golpeaba en el silencio de la noche. No te sentí, ¡No! Estabas sobre mí mirándome con ternura desafiante desde ese lugar desconocido para los amantes que hasta sin querer se aman. O a lo mejor no eras tú y bastó

mi deseo para que hasta mí llegaras. El escalofrío era agradable pues tras el frío, tus manos seguían el camino que marcaba milimétricamente y me recorriste tan suave y apasionado que mi cuerpo se arqueó y tuve que tapar mi boca con tus manos de sueño para ¡no gritar tu nombre! ¿Qué es esto? Aún ahora me lo pregunto ensimismada mientras el sol calienta ahí afuera y yo permanezco absorta en mi sueño, que más que sueño fue placer y amor certero, pero no lo creerías. Busco ~15~

entre cajones, versos, canciones, gritos, ruido, silencio que en las noches habla doliendo, alguna huella de ti, un vestigio real que me mantenga viva el alma. Y cuando reparo en lo que digo y sé que no es verdad, no creas que decaigo aunque me duela ¡No! Me regodeo en una extraña pena que mata y a la vez te da la vida. Que no sé lo que es, ni siquiera lo sabrás tú vida mía, pero no puedo ni quiero soltarme de mi sueño de ti, hálito único y esperanza de mis días.


Fragmento de “La Caja Oblonga” de Edgar Allan Poe

“He dicho que la caja en cuestión era oblonga. Tendría unos seis pies de largo por dos y medio de ancho. La observé atentamente, y además me gusta ser preciso. Ahora bien, su forma era peculiar y, tan pronto la hube contemplado en detalle, me felicité por lo acertado de mis conjeturas... A juzgar por su forma, sólo podía servir para guardar una copia de La última cena de Leonardo; no ignoraba, además, que una copia de esa pintura, ejecutada en Florencia por Rubini el joven, había estado cierto tiempo en posesión de Nicolino. “

La caja Oblonga Donde los cuentos cambian la realidad que nos rodea

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Fotografía por Cezanne Ali

El poder del miedo Ana Larraz Gale

Q

ue no empiece a llorar! ¡Solo faltaría eso!»

inquieta por lo que estaba pasando.

ojos de María reparaban en ella.

«¿Por qué me mira? Me Otra de las niñas, al ver que nadie se oponía a Esos eran los sus actos, le dio a María pensamientos de Luisa mientras veía como No, lo que era extraño era una sonora bofetada haciendo que sus su amiga María, era el curioso movimiento que gafas se cayeran rodeada por un al suelo y que la grupo de tres niñas iba haciendo con la cabeza chiquilla, a pesar de que, sin ningún mientras caminaba. sus esfuerzos, no miramiento, Su testa se balanceaba pudiera contener empezaron a tirarle adelante y atrás, las lágrimas que de las trenzas. Como empezaron a rodar la niña no hacía arrastrando el pecho para por su cara… nada para intentar acompañar cada paso. defenderse, una de sus Luisa hizo una mueca Metódicamente. atacantes optó por subirle de impotencia y se dio la falda del uniforme la vuelta, alejándose haciendo que se le vieran va a acabar poniendo en las bragas. evidencia» —se dijo para de allí… sí misma al ver que los Luisa, seguía mirando, ~18~


Todo había empezado unos meses antes: el primer día de curso. Luisa y María, eran amigas desde la infancia. Siempre habían ido juntas a clase, igual que lo iban a hacer ese curso, el de sexto de primaria. Aquella mañana de septiembre, las dos niñas se dirigían al recreo. Acababan de salir de clase de lengua y se disponían a tomar el almuerzo que sus respectivas madres les habían preparado. Pero al llegar al patío, Rebeca, Verónica y Patricia, unas alumnas de un curso superior, se levantaron del banco en el que estaban y se acercaron a ellas. Luisa esbozó una tímida sonrisa que fue correspondida por Rebeca, la líder del grupo. María, intentó hacerlo también, pero sin conseguir el mismo resultado; al contrario, fue interpelada por ella. —¿Qué llevas hoy para almorzar, pedazo de grasa? —le preguntó Rebeca, mientras le quitaba la pequeña bolsa

que la niña llevaba en las manos. Las otras dos chicas se rieron al ver la cara de susto que ponía María; y Luisa, se quedó callada sin saber que decir—. Tiene buena pinta este bocadillo…. —Puedes quedártelo. Yo no tengo hambre — dijo la niña, intentando congraciarse con Rebeca. —¡Claro que me lo voy a quedar! Y, de ahora en adelante, me vas a traer todos los días tu comida. Tú estás muy gorda y no la necesitas. ¿Verdad que tengo razón, pedazo de grasa? Todas las niñas se echaron a reír excepto María, que a pesar de lo desagradable de la situación, aun tuvo ánimo para poner buena cara. No quería que esas niñas la tomaran con ella. Rebeca la miró con cara de asco y sin decir nada más, ella y sus amigas, abandonaron a las dos chicas en busca de otro objetivo. Luisa y María, sintiéndose el blanco de todas las miradas, buscaban un ~19~

sitio alejado del resto de las niñas donde refugiarse y se sentaron en un bordillo, detrás del depósito de agua. Todas las chiquillas que estaban en el recreo habían visto lo sucedido y ellas dos, se sentían un poco avergonzadas. —Toma María. Podemos compartir mi bocadillo. —Gracias Luisa, pero de verdad que no tengo hambre —contestó, sin poder evitar el temblor de su voz—. No entiendo lo que ha pasado ni porque Rebeca se ha puesto así. Yo nunca le he hecho nada, ¿verdad? —No, claro que no. Pero, ya sabes que es la que manda. Todas le hacen caso y a veces le gusta demostrarlo. —Sí, pero no sé porque le caigo tan mal. Tú en cambio, pareces gustarle. —Es que, me parece que es amiga de mi hermano… —Pues será por eso. ¿Crees que si adelgazara le caería mejor?


—Quizás. Pero no te preocupes… Seguro que mañana ya no se acuerda de ti y busca a otra con la que meterse…

para congraciarse con Rebeca y sus amigas, pero al final, solo Luisa compartía los recreos con María.

—Ojalá tengas razón. Me dan mucho miedo esas chicas… No son como nosotras…

Los días iban pasando y a pesar de los esfuerzos de la niña y del régimen al que la había sometido la bravucona del colegio al dejarla sin su comida, María no conseguía perder peso.

—Venga, no le des más vueltas. Seguro que todo se soluciona. Levántate que ya es hora de volver a clase. —Sí, vamos, que por lo menos allí no nos encontraremos con ellas —dijo María poniéndose en pie. Pero a pesar de los buenos deseos de las niñas, las cosas no mejoraron. Rebeca, Verónica y Patricia, convirtieron a María en objeto de sus burlas. Todos los recreos, iban en busca de la niña para quitarle su comida y mofarse de sus kilos de más. El resto de las colegialas, se habían acostumbrado a ver el mismo espectáculo cada día y poco a poco, se fueron alejando de ellas. Unas por miedo y otras

—Ya no sé qué hacer, Luisa. Como aquí no puedo comer, llego a casa muerta de hambre y entonces me hincho a galletas —le estaba contando a su amiga aquella tarde. Era el último día de clase antes de las navidades y no había conseguido disminuir ni un kilo desde que el curso había comenzado. —¡Pues tienes que adelgazar como sea! Si lo haces, a lo mejor Rebeca deja de meterse contigo y por fin, podemos hablar con alguien más. María, se sorprendió al oír las palabras de su amiga, pero no dijo nada. Comprendía que era muy ~20~

duro estar siempre con una persona como ella, una paria. Además, estaba segura de que Luisa, podría pertenecer a la órbita de Rebeca cuando quisiera. Siempre que su enemiga se acercaba a robarle el bocadillo, sonreía a su amiga y le preguntaba si todo le iba bien. —Venga, volvamos a clase. Y dile a tu madre que te ponga a dieta esta Navidad —le dijo Luisa en un tono airado—. Yo me voy mañana de vacaciones a casa de mi abuela. A ver si a la vuelta lo has conseguido y podemos volver a ser normales. Las niñas regresaron a clase sin decir nada más y cuando terminaron cada una se fue a su casa para disfrutar de las fiestas. María iba muy triste, le habían dolido mucho las palabras de su amiga. Luisa, al contrario, caminaba relajada después de haber dicho lo que llevaba mucho tiempo callando. Cuando a la vuelta de Reyes, las alumnas


se incorporaron al colegio. Muchas cosas habían cambiado. María había conseguido perder unos kilos y estaba muy orgullosa de ello. —Tal vez ahora Rebeca no me odie y las otras niñas quieran estar con nosotras —iba pensando mientras entraba en el aula. Deseaba con todas sus fuerzas encontrarse con Luisa y sorprenderla con su nueva imagen. Sin embargo, la sorpresa se la llevo ella cuando al ir a cerrar la puerta, vio llegar por el pasillo a su amiga agarrada del brazo de su enemiga. Las dos chicas se despidieron en la entrada de la clase y Luisa, muy sonriente, pasó por su lado sin saludarla siquiera y se sentó con otra compañera. Al llegar la hora del recreo, María, imaginado que lo iba a tener que pasar sola, intentó que la profesora le dejara quedarse en clase pero como eso iba contra las normas, su tutora no lo consintió.

Armándose de valor, la chiquilla cogió la manzana que su madre le había preparado y salió del aula. Nunca lo había hecho sola y tenía miedo. Al principio pensó que nada iba a pasar y se encamino hacia el depósito de agua creyendo que nadie la encontraría allí, pero no fue así. Rebeca y sus amigas, estaban allí esperándola. —¡Hola bola de grasa! Veo que las Navidades no te han ido nada bien. Estas más gorda que cuando te fuiste. Venga, ¡dame mi bocadillo! —le increpó la líder del grupo. Entonces María, recordó que no lo tenía, que era fruta lo que el dietista le había dicho que debía comer y en eso consistía su almuerzo de aquel día. Empezó a temblar, pero aun así tuvo el valor de ofrecerle su manzana. Rebeca se enfadó, no era eso lo que ella esperaba y sin ningun miramiento, comenzó a tirarle de las trenzas, mientras la llamaba fea, gorda y todas ~21~

las lindezas que se lo ocurrían. María, intentaba no quejarse mucho. Creía que si no lo hacía la chica se aburriría y la dejaría en paz. Pero entonces, Verónica decidió unirse a la fiesta y Patricia comenzó a subirle la falda, dejando ver que llevaba las bragas mojadas. En ese momento, María vio que su amiga Luisa tambien estaba allí y una sonrisa iluminó su cara. Entonces fue, cuando Rebeca le dio una tremenda bofetada que hizo que se le cayeran las gafas al suelo y que las lágrimas empezaran a rodar por su cara. Cuando después de unos segundos pudo volver a ver, se dio cuenta de que Luisa se había marchado dejándola a merced de sus enemigas y entonces comenzó a llorar con todas sus fuerzas. Supo en ese momento, que el poder del miedo había triunfado sobre el de la amistad y que nadie iba a acudir en su ayuda.


S

abes hacia dĂłnde voy? ÂżMe conoces? Vivo tras el alfeizar de la luna radiante y cada noche rescato un fragmento de su luz para dibujar atardeceres.


el telon de la luna


Fotografía por Rafael Robles L.

El príncipe José Luis Acosta

E

s Maquiavelo el personaje más denostado por la historia? Es posible. Asociamos “maquiavélico” a la utilización de la astucia y la perfidia para conseguir unos objetivos. Es inevitable asociar el apellido de este secretario italiano con el mal. Muchos de los politicastros que utilizan esta palabra son fríos y manipuladores, y por tanto hipócritas. Maquiavelo escribió el príncipe después de quedarse sin trabajo, cuando los Médici recobraron el poder. Se fue a vivir al bosque, dónde era patrón de un par de leñadores. La frustración y el tedio se apoderaron de él,

y decidió escribir esta obra. El escrito es, básicamente, un catálogo de buenas prácticas para gobernantes. “El príncipe” es tan soberbio, que, a día de hoy, sigue siendo una buena herramienta para jefes, directivos o cualquier alto cargo, de la política o el mundo empresarial. Con este tratado de virtudes para un líder, Maquiavelo trató de ganarse al nuevo gobernante de Florencia, Juliano “El Bueno”. Nunca lo logró. Y eso es todo lo que hizo nuestro protagonista para volver a ser alguien en el mundo del poder. Escribir un libro para ganarse la confianza de un príncipe…en vano.

era muy maquiavélico… Y no lo era, al menos en lo que se refiere a utilizar la teoría de sus obras con él mismo. Un desaprensivo hubiese insistido hasta lograr recuperar su puesto al lado de los poderosos, haciendo gala de las peores artes. ¿Qué hizo Maquiavelo? Nada más, o nada digno de ser mencionado, pues no recuperó su antiguo cargo.

Maquiavelo fue un patriota florentino que trabajó por muy poco dinero para diversos gobernantes y realizó acciones diplomáticas de gran riesgo, que otros se Parece que Maquiavelo no negaron a hacer, aquellas en las que se “mata al ~24~


mensajero”. Peleó contra viento y marea cuando intentó que Florencia tuviese su propio ejército, oponiéndose a la gran mayoría de los miembros del consejo. Cuando logró finalmente formar un ejército de cinco mil hombres, recuperó Pisa para Florencia, localidad de gran importancia estratégica para la ciudad.

para que no saltase una chispa de violencia.

“El fin justifica los medios” es una frase que muchos atribuyen, erróneamente, a Maquiavelo. Pongamos que su pensamiento es ese, el de que el objetivo justifica cualquier acción. ¿Realmente pensaba así nuestro filósofo? Yo creo que Maquiavelo En el renacimiento toda hubiese dicho, depende Italia estaba sacudida por del fin, y depende del medio…Es cierto que la guerras y las disputas internas. Florencia no Nicolás justificaba el uso de la crueldad en fue una excepción, algunos casos, pero, rodeada de potencias y principados beligerantes, salvo la invasión militar de Pisa –necesaria con las que Maquiavelo debía de hacer equilibrios para la supervivencia ~25~

de Florencia-, no se conoce acto de barbarie aconsejado por él. Este filósofo político abogaba por la crueldad y la justicia haciendo equilibrios sobre una balanza en la que el príncipe debía calibrar estos dos ingredientes vitales. Un gobernante duro pero justo, temido y odiado a partes iguales. Necesaria praxis, teniendo en cuenta la brutalidad de la época. Así pues, para analizar a este defenestrado personaje hay que tener en cuenta un hecho crítico: el contexto de la época. César Borgia fue su


referencia como príncipe; implacable, férreo, ecuánime y maquinador si fuera necesario. Borgia fue el rodillo que intentó unificar Italia con mano firme y movimientos tácticos y estratégicos. Fue el gobernante perfecto. Hasta que una fiebre le hizo errar en sus acciones y perdió toda su influencia. Otro punto crucial: la suerte. Es un poco descorazonador, pero sin suerte todo estudio, planificación y esfuerzo puede irse al traste. De este modo, el azar juega un papel fundamental en todo este juego de poder. El príncipe fue escrito por Nicolás Maquiavelo en 1513, y publicado en 1531, siendo dedicado a Lorenzo II de Médici a modo de regalo, y despreciado por éste. En este texto, se aboga porque un líder debe de ser temido sin ser odiado, de este modo, debe evitar usurpar los bienes de sus súdbitos. Un gobernante debe de ser tan despiadado como las llamas del infierno

con sus enemigos, y mostrarse severo consigo mismo y con sus aliados. Así podrá repartir justicia, orden y estabilidad entre quienes se unan a él. Además debe evitar rodearse de personas aduladoras o desdeñosas, para así infundir respeto. No se debe de mostrar dubitativo ni indeciso, y en caso de estarlo, no mostrarlo públicamente. La incompetencia llama a la incompetencia, así, se debe de rodear de cortesanos capaces y diligentes. Estos súdbitos deben de ser el engranaje en el que encajen todas las piezas del estado. Si se cumplen estas premisas, es suficiente con que un gobernante escuche a los que le rodean para que su gobierno alcance la estabilidad. Si sus subordinados responden con profesionalidad y eficiencia, se les debe de recompensar debidamente para estimular su futuro rendimiento. Nada que no sepamos. Todo muy sensato. Con estas dotes de mando se puede llegar a buen ~26~

puerto. La controversia surge cuando se entiende que la obra afirma que lo importante es conservar el poder a costa de la moral y la ética, si es necesario. Quizás hay que tener en cuenta qué te juegas, si tus contrincantes hacen trampas o no, y si el objetivo merece la pena a costa de juego limpio. Maquiavelo dio una receta para ganar. Por poner una referencia seriófila sobre esta cuestión, cuando Tywin Lannister orquesta la matanza de la boda roja no tiene en cuenta la cantidad de enemigos que engendra con semejante acción. Eso hubiese opinado Maquiavelo.


Photo courtesy of Santi di Tito

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El jardin del poeta PoesĂ­a que se esparce sobre el lienzo


“Los pescadores saben que el mar es peligroso y la tormenta, terrible. Pero eso no les impide hacerse a la mar� Vincent Van Gogh 1853- 1890


En nombre de la libertad Temotzitlan Santillan Padilla

Fotografía por Rubén Bagüés

E

l cielo se oscurece. Hay cientos de tomahawk Danzan en círculo en él, Feroces dragones que escupen calor;

El negro humo nos ahoga, Como la mano del hipócrita, Del tirano que enaltece la libertad, En un instante todos nuestros recuerdos son devastados, Como nuestra vida lo ha sido, Huyamos a donde el fuego no haya

sido profanado, Donde no lo han convertido en asesino, Escucha a las madres sollozar, Mira a los hombres y niños pudrirse, Esto es lo peor, Un dantesco infierno, Preferiríamos una furiosa tormenta de arena. Todo por el combustible y poder; Aunque crecimos juntos, Nos comportamos como extraños, Dispara a tu hermano,

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Viola a tu hermana y serás, Has huérfanos, viudas, padres desconsolados, Invoca a la democracia a la igualdad, Todo en nombre de la libertad, Mira con lágrimas en los ojos, Y desesperanza en el paladar, A los cobardes y canallas, Sobrevivir…


Demente poder, demente amante Warcry

Fotografía por Rubén Bagüés

S

in encontrar ese poder, en ocasiones así me siento, un escogido, un enviado, un envidiado, por soplar vientos del norte a mi favor

tus brazos,

con ráfagas de inmensa y violenta fuerza que me empujan hacia ti y en tu dirección mis alas apuntando, esquivando santuarios de dolor al equilibrarme en la balanza justa de

descubriendo el quinto evangelio en tus besos, libro sagrado lujuriado por monjes escribas y amantes celosos, que llevaba tu nombre escrito en los índices de las páginas prohibidas que hablaban de ti.

estrellándome suave y tranquilo en tus ojos color fuego volcán, colisionando en tu aroma que es solfeo de arpas no inventadas,

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Porque en ocasiones puedo al poder. Ese poder de la mente en cuerpo, de cuerpos ausentes, sin mente dementes, por querer, sentir y amar, que me hacen sentir inmortal a tu lado, ven conmigo, ven, volemos y vayamos, Porque en ocasiones me siento eterno, etéreo, contigo, constante en el tiempo.


Postales



Courtesy of JD Mason

Y yo solo soy yo Manuel Gris

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S

iempre que me miro directamente a los ojos en el espejo pienso en lo mismo: ¿por qué? Es decir, ¿quién ha sido el súper poderoso dios de arriba o de abajo (seguramente el último) que me ha dado esta belleza y esta inteligencia? Más que nada para agradecérselo como es debido. Como se lo merece y con el cheque en blanco que, gracias a su buen trabajo, podría extenderle sin problemas. Gracias, seas quien seas. Me arreglo por quinta vez el pelo y me aliso la camisa con las manos (aunque no hace falta porque está perfectamente planchada). Me vuelvo a mirar. Por dios que guapo soy. A veces, cuando voy por la calle y me rodea toda la gente que tiene la suerte de vivir conmigo en este planeta, ignoro por un

segundo el aspecto que tengo y puedo relajarme y sentirme normal (pero solo es un segundo, lo que tardo en ver mi reflejo o que me reconozcan, y volver a ser consciente de que formo parte de la élite mundial), y me siento parte de la piara que cubre la acera, esa que comparte el aire conmigo, y, atento y amable, aspiro y expiro con más fuerza para que los demás se contagien de mí, porque debe ser algo demoledor cruzarse conmigo siendo la gran mayoría simples simios afeitados.

nervios tomen el control de los brazos, y contra ellos juego con los dedos frotándolos contra la palma de mis manos. Arriba y abajo y después izquierda y derecha me masajeo mientras continúo con mi paseo. Hoy hace muy buen día, y eso me anima para darlo todo esta tarde.

Desde que nací supe que estaba destinado a algo grande como por ejemplo, cambiarle la vida a la gente con todo lo que hiciera y dijera, lo cual no deja de ser Hoy me toca uno de esos un gran desafío y todo un riesgo personal al trabajos sorpresa pero exponerme tanto a los que, una vez acabado, demás, pero sobre todo el orgullo, igual que más para mi salud mental, tarde todo el dinero que porque la física, solo con ingresará en mi cuenta, verme, ya queda claro me llena como el buen que no podría estropearla brandy a un vaso de fino ni un tanque. Ni tres cristal; sin dejar ninguna espacio disponible y, poco tanques ya puestos. Y no es solo que tenga a poco, formando parte que mentalizarme en de él del mismo modo transmitir exactamente que el alma y el cuerpo lo que se espera de mí, comparten espacio. No es la primera vez que voy sino también que las envidias por mí día a día a hacerlo, y no será la hacen que mi sufrimiento última al menos durante personal a veces supere al un buen tiempo, pero de los sueños cumplidos es inevitable que los ~35~


y la fama que, aunque muchos de mi sector se quejen de ello, disfruto sin descanso. Porque no hay nada que me haga sonreír más que el hecho de saber el poder que tengo sobre las vidas de mis supuestos semejantes, de aquellos que me miran y me siguen y me alaban como si fuera un dios egipcio. ¡Si solo les falta sacrificar animales en mi honor! (tiempo al tiempo), pero debo mostrar cercanía y amistad, aunque se note que sea fingida, porque de eso se alimenta la masa y eso quieren mis jefes: que vosotros tratéis de alcanzarme y, en el trayecto, el dinero cambie de las manos inexpertas a las que saben de verdad dónde y en que marca de relojes y yates debe gastarse. El edificio brilla como siempre. Nunca me canso de él. Noto como el semáforo en verde me guiña un ojo porque le gusto, como a todos, y le contesto porque debo, y porque quiero, qué diablos, que a mí también me gusta.

Guapo. El de recepción, un hombre algo obeso y barbudo que tapa su inminente calvicie con una coleta de caballo, me saluda amablemente al entrar y le contesto que me alegro de verle solo para que su mañana valga la pena. Sé que me admira, él y sus tres hijas a las que les he firmado un par de posters, y por eso le dejo que siga viviendo con la ilusión de que le considero mi amigo para que tenga algo interesante que decir en el bar a los amigos, mientras sigue bebiendo ese veneno que le ha puesto así la barriga pero al que sigue alabando sin que pueda comprender el motivo. Lo digo siempre que puedo, en cuanto tengo ocasión: el alcohol es malo, el tabaco es malo, y no hacer ejercicio es más o menos lo mismo que suicidarse a largo plazo y sufriendo más de lo necesario, pero aun así hay mucha gente que sigue sin hacerme caso aunque me tengan ~36~

entre sus dioses de cabecera. Qué le vamos a hacer, me digo mientras subo al ascensor. Hay quienes disfrutan convirtiéndose en carcasas sucias rellenas de ideas absurdas. Me saluda más gente, a la mitad ni los conozco ni quiero (demasiados teléfonos importantes en mi agenda como para hacerles hueco), y alguien, creo que mi nuevo ayudante, me pasa unos folios y me desea suerte. Gracias guapo, le digo, y dejo que se vaya con un brillo en los ojos que le durará hasta seguramente mañana por la mañana, porque sé que sueña conmigo y tiene incluso sueños eróticos con mi persona. Sé que es así aunque creo que es la primera vez que le veo porque es un don que tengo. No tiene explicación, simplemente sé cuando alguien me desea. Me dicen que en cinco minutos empezamos y me pongo en mi sitio al lado de este supuesto amigo que, según


Fotografía por Natalia Ostashova

Está a punto de empezar el programa número uno de audiencia en este país, especialista en derramar sobre sus más de 3 millones de espectadores toda la basura posible. Los anuncios nos avisan Después ellos se pegan de que tenemos 3 minutos por comérsela, pero ahí antes de que empiece el ya no entramos nosotros. programa y el presentador, Cuando me presentan que me la ha chupado un diciendo mi nombre par de veces en su casa porque me considera algo completo no puedo así como la mejor persona evitar recordar a mi profesora de inglés del que ha conocido jamás, instituto, esa que me dijo me saluda al entrar y se que si no estudiaba no coloca en su marca. Creo que hasta me ha guiñado llegaría a nada en la vida. ¡Hola, señorita Puig!, ¿se un ojo. ¿Cuánto hace que no me paso por su casa?, acuerda de mí?, seguro que sí, mi cara está en quizá va siendo hora de todas las revistas que repetir. Hay que tener contentos a los que creen lee en las peluquerías donde va para tratar que están por encima de parecer más joven y de ti. mis papeles, me toca destripar esta tarde. Es una lástima, pero eso le pasa por dejarse fotografiar con quién no debe. Menudo novato.

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en las cabeceras de los programas de televisión que ve mientras termina de comer y, para lograrlo, solo he tenido que cuidarme y acostarme con quién debía cuándo tenía que hacerlo. ¿Quién necesita estudiar viviendo en España si el poder, el respeto y el dinero llegan solo cuando vendes lo que muchos creen que es lo más importante en la vida de un ser humano? Y si estabas pensando en la vergüenza o el amor propio, es mejor que lo vuelvas a intentar, porque no has acertado. Y ve a ayudar a tu fea mujer a hacer la cena, anda guapo.



El juego lugubre

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Mago de palabras Gerardo Guacaneme

Fotografía por Rubén Bagüés

A

masijo de sílabas formado palabras, construyendo oraciones, ensalzando párrafos, exaltando discursos, poder embaucador y efectivo de imágenes e ideas plasmadas, ora en el papel, mejor en la oratoria, voz equilibrada, no demasiado burda, no demasiado suave, idónea para transmitir emociones a la mente común de los oyentes entre entonaciones resonantes, increpaciones al orden, a la injusticia aparente o real de las cosas, acento capaz de versos de empalague, pensados en horas nocturnas para aquella mujer de carnes onduladas en

helenística geometría, voluptuosidad que su creatividad aprovecha como musa capturada para embobar a las multitudes con elocuente perorata. Mago de palabras, nato dirigente, no se adhiere a ningún partido, él es el partido, espontáneamente se van formando en su entorno los corrillos, se estructurarán los séquitos, se funda así el más fuerte y peligroso de los movimientos, el del culto al líder consagrado en ídolo. Envidia de los oligarcas, herederos de arcanos cuyos nombres se extraviaron en las convulsiones del ~40~


tiempo, observan su paso, huelen el peligro, calculan el tamaño del desprendimiento que causa al equilibrio logrado en sangre derramada por generaciones perdidas, escarban día y noche cada panfleto, cada mitin, cada grabación, cada acto íntimo o publicitado buscando el mínimo resquicio en el cual justificar su aprehensión, ceñirlo, acotar su incendiaria capacidad para hacer pensar y no pensar, anularlo en el paquidérmico sistema legal, ralentizarlo al ritmo de la deriva de las masas continentales, ponerlo en la bandeja de lo exiguo.

Al fin un día lo logran, se agarran de una frase sencilla, un chiste, argumentan que detrás hay un vandálico atropello a las instituciones más antiguas, al establecimiento más duro, los pagados medios amplifican el escándalo, ruido atronador en cajas de vidrio exhibiendo la caída del iluminado, oscureciendo en tono verde moho de cadalso el color cristal esperanza que bordea sus pupilas, dilatadas ahora en la penumbra penitenciaria. Se le prohíbe pronunciar frase alguna, es imperioso sellar en esparadrapo sus labios incansables los primeros días, ~41~


sólo le son liberados para alimentarse una vez al día, obligado a mantener la cabeza contra la gacha mientras la boquilla de un arma letal acaricia helada su nuca erizada. A las semanas una llana normalidad se hace afuera, se hace adentro, el silente reo se amolda a su rutina impuesta, inclusive se le permiten ciertos privilegios que si lo supieran sería espanto de los dirigentes: un lápiz, un papel, los fragmentos de un libro sin nombre, heroico sobreviviente de incontables motines, empero el veto es contundente y cada línea se inspecciona, resignado, pinta trazos vagos de sus recuerdos, deformados en la monotonía de las ordenes gendarmes y la reclusión. Aburrido con todo, decide escribir un chiste, uno como el que lo puso allí, juego de palabras, frase simpaticona, a nadie se le antoja ya una ofensa, un motivo de cárcel. Pronto se propagan sus cortas oraciones, se mezclan con la verborrea de los convictos, brisa fresca en

bucles breves cortando el permanente olor a hombre y a muerte.

espera en la oscuridad, congraciado con el silencio amplificado de aquella noche, roto Frases tranquilas, en apenas por alguna apariencia inocentes, en risotada soñolienta, todos el fondo poderosas, muy los guardias custodian inteligentes, el primer en el país de los efecto es ablandar las sueños, narcotizados en caras, laxar las muchas argumentos morfeicos. tensiones del ambiente. Cuando al fin resoplan Un rotulador llegó a descompasados los sus manos, esa misma ronquidos, golpea tarde escribió en la reja con el puño cerrado <<salta barrote, acné los barrotes, justo por carcelario...>> y seguido donde una letra capital un estribillo diferente grande y decorosa para cada metal, pilatuna inicia el fraseo más de una mente desviada acerbo, el metal cede, por el aislamiento, dirán mellado por el poder del los custodios, entregados argumento, y en pocos a la lectura de las cortas minutos deja espacio frases que ya se replican para que su cuerpo por todo el penal, vapuleado escape al fin llenando puertas y muros, del inmerecido encierro, frases garrapateadas repite el ejercicio puerta por los reos en la visual tras puerta, llegando de las garitas, cansinas, al fin al patio abierto arrulladoras, pesan las donde la purpurina pestañas, relajan los noche es atajada músculos, anhelo de por altos reflectores, tibieza bajo mullidas distraídos, inmóviles. cobijas disipado el Desea gritar, prorrumpir vigilante oficio. en arengas, atraer de Mago de palabras, nuevas nuevo a esos seguidores que temerosos se han frases se yuxtaponen refugiado bien en los a las viejas en las rejas, montes, bien en cuartos ácido en capacidad de anónimos. A la salida corroer densos metales, ~42~


Fotografía por Rubén Bagüés

todas las maquinaciones elaboradas en esos meses de vejación, en cómo ha refinado su arte, en la desaforada medida con que lo volcará sobre los descendientes de los arcanos, obtusos oligarcas, en revancha de esa injuria. Salta sobre un bache, la máquina se siente rara, mas en su exultación acelera La motocicleta ruge en la a fondo al percibir a carretera solitaria, percibe su diestra los infantes en el viento la recuperada rosáceos del alba, grita, libertad, piensa en toma la motocicleta de escarlata brillante del guardia jefe, mella los goznes del portalón con sentencias revolucionarias, al poco cae la hoja por su propio peso, aunque el estrépito es mayor, aquel descanso hipnótico mantendrá al penal bien atado hasta la mañana.

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habla para sí, sus labios se desadormecen de su ausencia de movimiento, anhelan el beso de su mujer sinuosa, de su musa apartada, pero sobre todo sus sermones a la multitud. Llegado a una curva encuentra plena otra oquedad, esta vez el aparato se quiebra, la rueda delantera continua en recta y él, gran mago de palabras, demiurgo de tal artificio, gira por los aires interrogándose sin comprender, esperando el lapidario golpe, en sus manos aprieta el manubrio, sobre la horquilla quebrada aun se puede leer una socarrona frase: << ¡Salta barrote!, que se aplaste el jefe carcelario contra el asfalto justiciero.>>



En el interin


Rufo Caliente Centeno Francisco Barata Bausach

C

uando pensamos en el PODER, con mayúsculas, siempre nos viene a la cabeza aquel que detentan personas muy distintas a nosotros, empresarios de éxito, millonarios, artistas influyentes, escritores, modelos que marcan tendencia y sobre todo los políticos, representación del poder por antonomasia. Pero nunca pensamos en todas esas personas maltratadas por la vida, sin saber lo que es el poder, con un temperamento débil, agobiados por otros tan mediocres como ellos pero que

se sienten superiores, nunca pensamos en esas personas de pasar tan desgraciado. Yo les voy a relatar la vida de uno de esos seres menospreciados por todos y que nunca supo lo que era poder. Rufo Caliente Centeno, ya desde muy niño era un ser feo, esmirriado, bajito y con unas gafas que de tantas dioptrías alargaron su nariz hasta el cielo. Desde siempre quería poder, y no pudo. Motivo de las mofas en el colegio, luego en el instituto que después continuaron en su trabajo donde las burlas eran ya hirientes. ~46~

Pero en el fondo de su mente cada vez una idea se hacía un hueco más obsesivo, P-O-DE-R, poder enfrentarse a las burlas, poder ser como todos, poder ser lo que no era y eso minaba su subconsciente porque se veía incapaz de conseguirlo, con riesgo de alterar su comportamiento, miedoso, acomplejado y ninguneado por todos. Se casó con una mujer que tampoco sería nunca “miss” en su pueblo, pero se gastaba buen cuerpo y un temperamento fuerte y altanero, muy distinta a su marido. ¿Por qué


se casaron?, misterios del amor o del interés en casarse de algunas mujeres. Petra, que así se llamaba la chica estaba embarazada de otro y quién mejor que cargar con la mochila que un ser tan pusilánime como Rufo. Ella no se lo contó hasta que después de casarse comprobó que su marido no funcionaba en la cama como ella hubiera deseado, Petra imponía y Rufo se arrugaba. Cansada de quedarse insatisfecha una noche lo tildó de impotente, inútil e incapaz de hacerle un hijo. Ante la extrañeza de Rufo, le espetó con desprecio que el hijo que venía en camino no era suyo. Desde entonces, Rufo pasó a ser objeto de mofa y burla continua de su mujer, que no se cortaba en salir con otros cuando quería y volver cuando le daba la gana, nunca le dio explicaciones ni su marido se las pedía porque había probado de sobra su mala leche. Aquel tormento, porque el pobre manso amaba

a su mujer, seguía convirtiendo la mente del narigudo en una olla a presión, las burlas donde quiera que iba le dolían y la crueldad ahora de los conocidos del barrio, en concreto se daban en el bar donde tomaba alguna cervecita, sobre lo bien que le sentaban los cuernos, eran cada vez más infames y Rufo cada vez sufría más y más. En el trabajo, en el bar, en su casa, sin amigos y sin mujer, en nadie podía refugiarse hasta que un día pasó lo que tenía que pasar cuando Rufo quiso de una puta vez tener P-O-D-E-R y poder hacer lo que la mente le pedía, ya entrada en vericuetos de patología que le estaban llevando a superar su máximo nivel de resistencia ante lo que nunca debió hacer… pero la sociedad le empujó a ello. Un día por la mañana, antes de salir para el trabajo, su mujer se levantó porque llegó tarde y tenía una buena resaca, no para hacerle el café, porque ya hace ~47~

tiempo que le dijo a Rufo -“que se lo hiciera su puta madre”-. La muy borde ante la pasividad de Rufo, tuvo la impudicia de decirle que la última noche había pegado -“el mejor polvo de su vida, con un tío de verdad, no con un maricón como tú”.- Rufo cerró los ojos pero se resistió a llorar, su mujer se reía con ganas, carcajadas que atravesaron el cerebro de Rufo destrozando las últimas neuronas de sensatez que le quedaban, y fue entonces cuando notó que algo se rompió dentro de él. Abrió los ojos, y ahora reflejaban una extraña fiereza, un enrojecimiento furioso, Petra cesó de golpe de descojonarse, algo en los ojos de su marido no era normal y se quedó expectante. Rufo se levantó con parsimonia, fue al cajón de los cubiertos que estaba detrás de Petra, lo abrió y con el cuchillo de cortar carne, el más grande que tenía y sin decir ni una palabra, oyendo a su mujer que decía, -“Rufo, ¿qué haces?”


Sin contestarle le atravesó el cuello primero, después acuchilló su espalda y entre gorjeos por la sangre que brotaba por su cuello y boca, Petra se desplomó. En el suelo espatarrada, aun se agachó el carnicero aficionado y le asestó más y más puñaladas en el pecho, en la cara, en el estómago, hasta que convirtió el cuerpo de su mujer en un amasijo de sangre, carne sajada y vísceras, cuando no tuvo duda que estaba muerta se levantó, le escupió con desprecio, limpió el cuchillo en un trapo de la cocina, cogió otro cuchillo y guardándoselos en el gabán, salió de su casa.

entró serio, mirada de hielo, furioso, con la rabia destilándole por todos los poros de su cuerpo, sin saludar y ante la extrañeza de sus compañeros, en lugar de esconderse tras su mesa como hacía todos los días, se dirigió al despacho del jefe de su departamento, este al verlo le espetó con el desdén de siempre, -“hoy no te valen excusas, la media hora que has llegado tarde te la descontaré, y además saldrás una hora más tarde”-, Rufo lo miró riéndose, con una risa que le salió del fondo de su alma, sin decir nada se acercó a su jefe, que sorprendido, cuando quiso empezar Su mirada era fría, no veía, a decir algo, notó solo andaba guiado por un gran cuchillo su mente hacia los sitios penetrándole en su donde quería demostrar boca, los sordos chillidos que ahora tenía el PODER. fueron desgarradores, Quitarle la vida a su mujer los compañeros se fue la primera muestra de levantaron de sus mesas ello y se sentía satisfecho, y estupefactos vieron lleno de adrenalina y como sangraba por la decidido a terminar con boca como un guarro el todo lo que le impidió jefe y Rufo, sacando el toda la vida poder ser una otro cuchillo le asestó persona normal. sin parar, como un movimiento simultáneo Se dirigió a su empresa, ~48~

de brazos, cuchillada tras cuchillada en el pecho, con saña rabiosa, hasta que lo dejó como un guiñapo, con los brazos caídos y bien muerto. Se volvió ensangrentado, en mano y ropa, con los dos cuchillos bien agarrados mirando retador a sus compañeros que corrieron despavoridos ante el espectáculo que tenían frente a ellos, -“¿alguno de vosotros, mierdas, queréis algo de mí?-, les gritó y alguno más osado que dudaba intentar hacer algo, dio media vuelta y acompañó a los otros borregos en la estampida. Una secretaria oculta detrás de su mesa llamaba a la policía, pero Rufo, sin hacerle el menor caso salió de su despacho con una sonrisa endemoniada en la cara, que era más una mueca enloquecida. Ya en la calle todos los borregos se habían puesto fuera de su alcance y gritaban, llamaban a la policía, lloraban espantados pero temían a Rufo y éste


dándose cuenta, sintió con más fuerza su PODER, acrecentado cada vez más porque ahora se sentía capaz de decidir cuando alguien tenía que morir, tenía lo que tanto ansió durante largos años, el poder, pero un poder más supremo, el de decidir sobre la vida o la muerte de una persona… y eso le gustaba. Ya le daba igual ocultar los cuchillos. La sangre le cubría sus ropas y siguió paseando tranquilo de vuelta a su barrio, donde algo tenía que hacer. Si se cruzaba con alguien, se volvía extrañado ante la imagen que ofrecía Rufo. Al pasar por la parroquia se paró, y recordó durante unos minutos a Don Prímulo, el cura de la parroquia que cuando confesándose le exponía el dolor de su corazón ante los insultos y vejaciones de que era objeto, los engaños de su mujer y el dolor que sentía, solo decía, -“Rufo, hijo mío, unos han nacido para mandar y otros para obedecer. Lo que tienes que tener es resignación,

que Nuestro Señor lo tendrá en cuenta cuando te presentes ante Él”-. Cambió de dirección y entró en la parroquia, allí vio que entraba en el confesionario Don Prímulo, cuando el cura lo vio le dijo que se acercara. -Hijo, ¿vienes a confesar tu falta de resignación otra vez? -No padre, vengo a que usted se resigne. Sin más comentarios la emprendió a cuchilladas con el sacerdote, que ni se enteró de lo que se le vino encima. Siguió acuchillándolo con mayor saña, porque cada vez su furor era mayor, su odio contra las personas que no supieron ver su tormento crecía por momentos y dejó al cura con la sotana deshecha y ensangrentada, las vísceras fuera y caído dentro del confesionario. Rufo, haciendo la señal de la cruz en su cuerpo, con los cuchillos en las manos y mirando al altar mayor, dio media vuelta y salió de la Iglesia. ~49~

Ya en su barrio se dirigió al bar de Lázaro, conocidos desde niños y un hijo de puta redomado en lo que respecta a Rufo, pero tenía el bareto más barato del barrio y a Rufo el dinero, que su mujer manejaba, no le sobraba. Rufo abrigaba una sospecha y hoy era el día para confirmarla, el día en que su poder era sobrenatural, pensaba él, aunque la realidad es que un sicópata asesino se había adueñado de su mente. Al entrar, con las manos en la espalda para no delatar sus intenciones, Lázaro al verlo, en voz alta, con el propósito de herirlo delante de los parroquianos que se encontraban allí, le soltó, -“cabrón, ¿te ha contado tu mujer el polvazo que pegamos ayer?”-. Rufo sospechaba que el principal amante de Petra era el hijoputa de Lázaro, y ya tenía la confirmación por la estupidez de aquel gilipollas. No le dijo nada y se acercó con lentitud calculada hacia la barra, tras la cual se encontraba


Cuando Lázaro vio la sangre en las ropas del cornudo, sin pensar en otra cosa le gritó, -“veo que si te lo ha contado Petra, porque te debe haber dado de hostias por rechistar”- y se puso a reír como un estúpido payaso. Rufo con una fría sonrisa en su cara tiznada de sangre pasó detrás de la barra, alguna gente se dio cuenta de los cuchillos que llevaba en la espalda y se levantaron asustados. Lázaro, le volvió a gritar, -“cornudo aquí detrás no puedes pasar, aunque seamos familia”y siguió riendo hasta que el cornudo levantó los brazos con los dos cuchillos, la risa del otro paró en seco, - ¿qué haces Rufo?-, ya nada más pudo decir, los dos cuchillos estaban atravesando su garganta y después la cascada de golpes acerados despedazó el pecho de Lázaro que cayó en redondo al suelo. En ese momento entró la policía, municipales y nacionales con las pistolas entre las manos gritándole que tirara los cuchillos y saliera de la

barra. Rufo los miró, uno de los municipales era conocido suyo y dijo –“Rufo, deja los cuchillos, ya has hecho bastante mal, no nos hagas disparar”-. En ese instante Rufo sonrió. Se dio de nuevo cuenta de que en ese momento tenía el poder, el poder de morir o de vivir él mismo, la decisión era solo suya. Tiraba los cuchillos o saltaba sobre ellos, lo que significaría su segura muerte. Y esperó unos instantes, decidiendo lo que quería hacer. Pronto lo tuvo claro. Tiró los cuchillos delante de los agentes y empezó a destruir vasos, platos, la cafetera, botellas, copas, todo lo que detrás de la barra encontraba, mientras gritaba como un diablo enloquecido palabras ininteligibles, su pose destructora era total, los policías junto a unos sanitarios del SAMUR fueron a por él dominándolo con grandes esfuerzos, él seguía gritando, pataleando, un ataque de histeria en toda regla parecía, hasta que los ~50~

policías le colocaron las esposas y un sanitario le inyectó un calmante. Mientras lo sacaban hacia una camilla, antes de hacerle efecto el calmante, sonrió, sonrisa que le extrañó a uno de los policías, y es que Rufo sabía que los había engañado en toda regla con su ataque de histeria fingido, había tenido el PODER de engañarlos. Sabía que lo enviarían a un siquiátrico, se rio a carcajadas, lo que ya no les extrañó a los policías. Rufo tenía decidido que del sanatorio siquiátrico se fugaría cuando quisiera… y seguiría matando, le había tomado gusto y se había empoderado hasta la médula. Fotografía por Mariya Georgieva


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