Revista literaria · N° 06 · Enero 16 · 2015
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Revista literaria Demencia Año 1, N°6, Enero de 2016, es una publicación quincenal editada por el equipo editorial de Demencia. Santander de Quilichao, Cauca, Colombia. www.revistademencia.wordpress.com Directora y editora responsable: Daniela Cadavid Libreros. Todos los textos e imágenes usados en esta revista se han usado bajo licencia de los creadores, licencia Creative Commons zero o Creative Commons with attribution. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de Revista Demencia o de los respectivos autores.
SUMARIO
Demencia N° 06 · Enero 2016
Contenido textual Carlos Rasero Rodríguez Daniela Cadavid Libreros Daniela Thann Fransesc Barrio Julio Isaac Oré Jenny Fernández José Luis Acosta Férnandez Luigi Ortiz Marian Cañibano Orlando Restrepo Jaramillo Rita Gardellini Temotlzin Padilla
Fotografías Pág 6 - Unplash /Jay Wennington. Pág 9 - Declan Paton. Pág 18 - Sofía Segovia Pág 20 - Me gusta leer. Pág 21 - Sofía Segovia Pág 22 - Alejandro Alvarez Gardiol Pág 24 - Jennifer Studios Photographies. Pág 26 - Unplash / Benjamin Faust Pág 32 - Unplash / Paul Garaizar Pág 34 - Unplash / GOR DAVTYAN. Pág 36 - PrJens Mayer. Pág 37 - Peter John Maridable. Pág 39 - Louis Moncouyoux. Pág 41 - HQ Lightroom Presets. Pág 42 - Pablo GarciaSaldaña
Dirección y edición
Daniela Cadavid Libreros
06 Art Brut Un rincón donde el sabio titiritero hace danzar una por una las palabras. En esta edición: Fransesc Barrio Julio.
10 El cuerdo loco Rabia y miedo, Erosión. Lee el tercer capitulo de esta historia. En esta edición: Daniela Thann.
18 El Telón de la Luna Cuando la locura sedujo las artes. Entrevista a Myriam Millán, ganadora del premio Indie 2015 por Daniela Cadavid Libreros.
Corrección de estilo Amelia Nyan.
Diseño y diagramación Daniela Cadavid Libreros
Portada: Fotografía por Daniela Cadavid. http://www.eltelondelaluna.com/
30 El juego lúgubre Para los curiosos que andan en busca de nuevo material, o para los despiados criticos de la ciudad. En esta edición: Temoltzin Santillan.
32 La caja oblonga Un mundo donde los cuentos pueden cambiar la realidad que los rodea. En esta edición Luigi Ortiz.
22 En el ínterin
36 La Inmaculada
Un lugar donde todo puede suceder. En esta edición: Rita Gardellini.
Letras que suenan como la música de las esferas. En esta edición: José Luis Acosta Fernández.
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38 El jardín del poeta
Nature Morte Aux Cerises
Naturaleza muerta con cerezas, un espacio para opinar sobre el mundo real e imaginario. En esta edición: Jenny Fernández.
26 Kaleidoscopic Cats
¿Hasta donde puede llevarnos nuestra imaginación? En esta edición Marian Cañibano ~3~
Nuevos poetas que abren de a poco su lienzo hacia el mundo. En esta edición Carlos Rasero Rodriguez y Orlando Restrepo Jaramillo.
42 Correo Mensajeros Dementes que viajan entre las olas. En esta edición: Isaac Oré.
Colaboradores Carlos Rasero Rodriguez. Sevilla (España) 1983 Su nacimiento poético es un poco nubloso, es parte de esa música infartada que la ciudad desprende, de esos intentos de mejorar sus pasos de baile en esta danza que es la poesía. Escribe porque decidió escribir y contar historias le hace libre. Daniela Cadavid Libreros. Santander de Quilichao (Colombia) Diseñadora gráfica, editora en jefe de revista Demencia, Telonera de la Luna, poeta y soñadora de tiempo completo. En los ratos libres imagina monstruos en las aceras e inventa imposibilidades. Número de la suerte: 21. Daniela Thann. Desde los confines de Internet. Líder suprema de una secta, vaga profesional y crítica literaria en La pluma insolente. Entre sus habilidades está escribir chorradas, invocar peña extradimensional la hostia de loca y autodenominarse cosas sin tener ni puta idea de lo que son, como por ejemplo artista conceptual. Francesc Barrio Julio. Estudiaba Física en la U.A.B., pero pasaba más tiempo en el bar que en las clases. Ha sido editor de juegos de rol y redactor de revistas de juegos pero, finalmente, ha descubierto su vocación de escritor. Actualmente, trabaja de redactor de contenidos para un estudio de diseño”. Isaac Oré Nació un año nuevo del 89, escribe poesía y cuentos. No ha publicado ningún libro. Viajó por toda Europa durante medio año. Sus cuentos han sido publicados en El Comercio de Lima y diversas revistas extranjeras.
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Jenny Fernández Serramito. Escritora imparable, no porque no haya fracasado nunca, sino porque siempre sigue adelante. A sus 19 años todavía cree en el amor y aunque no crea en las historias de amor, vive en una cada día. Tiene la misma memoria que Dori en “Buscando a Nemo” por eso escribe y fotografía cada momento. Muchos afirman que está loca.” José Luis Acosta Fernández (España) 42 años Electrónico e informático. Trabajó cinco años como periodista gastronómico para la revista La Sidra y ha publicado multitud de microrrelatos y poesías en diversas editoriales españolas. Actualmente está inmerso en un proyecto de novela que aúna el realismo sucio, el terror, y la ciencia ficción. Luigi Steven Ortiz Gómez (Bogotá, Colombia) Estudiante de ingeniería. Amante de matemática, física, filosofía y psicología. La literatura ha sido su escape, pasión y sueño. Piensa en la infinidad del universo expresada en términos matemáticos. Está seguro que “no hay lado oscuro en la luna, de hecho todo es oscuro” (Pink Floyd). Marian Cañibano. Natural de Portugalete, Bizkaia (España) Apasionada de la lectura desde que tiene uso de razón, compagina su trabajo por cuenta propia con el placer de escribir. Rita Gardellini. (Argentina) Escritora Argentina, docente investigadora y directora de escuela primaria estatal. Autora de las novelas “Después de comer perdices o por qué las mujeres son boludas e insisten en enamorarse” (2011), y “No dejes que muera (2009).” Temoltzin Santillan Padilla. (México) 35 años Estudio Letras Modernas ( Italianas) en la facultad de filosofía y letras de la UNAM, influencias principales Fernando Pessoa, Leopoldo María Panero, Xavier Villaurrutia, Luis Cernuda entre otros; la literatura y poesía son algo fundamental en su vida, cree en la libre creación, importa más el contenido que la forma. ~5~
Art Brut
Francesc Barrio Julio
Series
Fotografía por Jay Wennington.
E
l Asesino se encuentra en su apartamento, ha bajado todas las persianas y la sala tan solo queda iluminada por la pantalla del ordenador. Ha preparado una presentación de diapositivas con las imágenes de su víctima. Las ha estado mirando durante horas, intentando memorizar cualquier detalle de su rostro, de su cuerpo, absorbiendo ese conocimiento, haciéndolas suyas, fusionándolas con sus recuerdos. Hasta componer una marca sólida en su mente, una recreación imborrable de a quién debe matar.
Está sentado ante el ordenador, en una confortable butaca. Se ha puesto ropas cómodas, oscuras y en una mesita a su costado, espera el cuchillo que piensa usar. Es un cuchillo de caza, uno de los de su colección, con una hoja larga y afilada. El Asesino no quiere imprevistos. Reposa con los ojos cerrados, saboreando un malta sin hielo, enfrascado en una rutina maniática de golpecitos con los pies —derechoizquierdo-izquierdo-derecho, izquierdo-derecho-derecho-izquierdo, izquierdo-derecho-derecho-izquierdo, ~6~
derecho-izquierdo-izquierdoderecho—, y escuchando su lista de reproducción de música en el PC. En estos momentos suenan los primeros acordes metálicos del Who I Am de los holandeses After Forever. You hypnotize me I do not dare to look You mesmerize me Don’t even dare to feel Y deja vagar su mente. Piensa, recuerda. Otros días, otras épocas. Recuerda cómo empezó todo, por qué empezó todo. Su ansia, su necesidad. Sus recuerdos le llevan a rememorar lo que considera su punto de inflexión, la noche en que comprendió su condición. Ya hace mucho tiempo. Era otro lugar, otra época. Él era joven, vivía en un pequeño pueblo y su vida aún era un proyecto. En aquel entonces convivía con sus padres y su casa estaba alejada del centro. Tras una monótona jornada de trabajo, cada día regresaba en tren. Después, ya de noche, recorría a pie las calles hasta la descuidada urbanización y el hogar. Era un paseo tranquilo, siguiendo una solitaria carretera local que atravesaba la población adentrándose, sinuosa, en las montañas. No recuerda el día concreto ni las circunstancias que lo rodeaban. Recuerda que era de noche y que debía ser invierno, hacía frío y todo el mundo
iba abrigado, cada uno a la suyo, corriendo a sus casas. Él iba paseando, fumando un cigarrillo, tabaco negro seguramente. No recuerda cómo iba vestido. Sí recuerda que llevaba su vieja mochila verde del ejército. Él caminaba a su paso, bastante rápido. Es alto y de piernas largas y enseguida coge un ritmo apresurado al andar, aunque no tenga prisa. Y no, seguro que no tenía ninguna prisa especial por llegar a casa. Pero así iba, a su paso, dejando ya atrás las últimas casas del pueblo. Delante de él paseaba una pareja. Un chico y una chica. Parecían jóvenes, veintipocos. Y algo se disparó en su mente. Podría hacerlo. Y se lo imaginó. A su ritmo, los adelantaría y aprovecharía para echar una buena ojeada a la situación. Una valoración. Forzaría un poco más el paso y así llegaría al bar que se encuentra en el último edificio del pueblo. Después, casi un kilómetro de campos vacíos hasta un pequeño polígono industrial. Haría como si entrara en el bar, algo rápido, comprar un paquete de tabaco en la máquina quizás. Así los dejaría pasar de nuevo y los volvería a tener delante. Lo justo para poder seguirlos de nuevo, de manera natural, hasta alcanzar la zona del polígono. Allí la carretera hacía un poco de bajada, de manera que nadie los vería ya desde el pueblo. Tan solo quedaría la primera nave industrial iluminada. Ellos, los tres, caminaban por el lado izquierdo de la carretera. A su ~7~
Fotografía por Declan Paton.
derecha quedaba la carretera y, al cruzarla, las naves. A su izquierda, campos, vacíos, solitarios y oscuros. Sin farolas ya. Tan solo la luz de esa primera nave industrial. Quizás aún hubiera gente trabajando. Pero había un camión aparcado justo enfrente. Era un camión grande, un tráiler, que ocupaba toda la entrada y bloqueaba la vista de cualquiera que estuviera dentro de la instalación. Puso su plan en marcha. Acabó por adelantarlos con calma, fijándose bien en los detalles importantes. Eran jóvenes, vestidos con ropas gruesas. Sería necesario un cuchillo de hoja larga y resistente para atravesar bien las ropas e infligir las heridas necesarias. Él parecía deportista, un poco robusto, seguro que estaba en forma.
Arriesgado para un enfrentamiento directo. Aunque ella parecía la más peligrosa. Seguro que sería una histérica y enseguida se pondría a chillar. Debería ser la primera. El Asesino entró en el bar y, mientras los jóvenes lo sobrepasaron, compró su paquete de tabaco en la máquina tal como había planeado. Dejó que se avanzasen un rato, para darles el tiempo suficiente y poder alcanzarlos de nuevo justo cuando estuviesen a la altura del camión, ese sería el momento. Volvió a la carretera para seguir estudiándolos. Evidentemente eran una parejita. Su lenguaje corporal. Era bueno que hubiera un rollo afectivo, eso haría que se descontrolasen más fácilmente. Cuando llegase por detrás ~8~
y le cortase el cuello a la chica, el joven no se lo esperaría y le daría el tiempo necesario para asestarle unas cuantas cuchilladas en el cuerpo y debilitarlo. Ella ya estaría claudicando, aún sin saber qué les había sucedido, y el Asesino podría rematar al tipo tranquilamente.
oscuro y el sombrero mientras Floor Jansen ataca el estribillo final. I want to have it just to prove I can take control I want to have it just to show them I won’t be fooled
Los siguió hasta el punto de encuentro, acabando de estudiarlos y relamiéndose de su acto. Llegó el momento, en la nave no se veía a nadie, el camión ofrecía la cobertura que esperaba y el Asesino actuó. Finalizó dejando los cuerpos inertes en la zanja que separaba la carretera de los campos. Ya estaba, y siguió con su paseo, a su ritmo, como siempre, adentrándose más en la oscuridad. En pocos minutos llegaría a su casa.
I take it I break it I’ll force you Just to let them know who I am
Así podría haber sido. Fácil y limpio. El cuchillo largo habría atravesado fácilmente las gruesas ropas llegando al cuerpo indefenso. Las mismas ropas le habrían protegido de no mancharse con la sangre. Tan solo el primer corte sería peligroso. Pero realizado desde atrás en el cuello inocente, proyectaría toda la sangre hacia adelante, aumentando el shock de su segunda víctima. Así podría haber sido. Así descubrió su vocación, así entendió qué era. Una epifanía, un despertar, un descubrimiento y, sobretodo, una catarsis. El Asesino deja el vaso en la mesita y recoge el cuchillo que se coloca en la funda de la cintura. Y se pone el abrigo ~9~
El cuerdo Loco Rabia y Miedo: La reunión Por Daniela Thann
E
n una de las terrazas del ala oeste del palacio un niño, de aproximadamente seis años, pelirrojo y plagado de pecas, miraba curioso la paloma que se había posado en la barandilla, no muy lejos de él.
– Me gustan mucho los pájaros como tú. Voutanio había dejado atrás recientemente su fase de fascinación por los dragones. Ahora su nueva obsesión eran las aves, gracias a un libro que había encontrado en la biblioteca de su padre y que estaba plagado de dibujos un tanto fantasiosos para cualquier mente adulta y mínimamente crítica. El niño sacó unas migas de sus bolsillos e intentó atraer al pájaro, pero este no parecía demasiado interesado en la oferta. Desilusionado, tiró las migas al suelo. – Bueno, ya imaginaba que tú tampoco querrías ser mi amigo... No lejos de allí, a unas cuantas habitaciones de distancia, una mente mucho más vieja y curtida por las decepciones, se esforzaba por mantenerse atento a la discusión que se estaba llevando a cabo delante de él. – No creo que tarden mucho en tomar represalias. Propongo empezar a movilizar nuestras tropas y encargar una buena remesa de armamento nuevo. – Creo que es un poco precipitado. Ni siquiera tenemos noticias suyas, y ya han pasado siete días. ~10~
– Ocho, si contamos el día en que fue talado. - Exacto. Además, pese a que no creo que esto llegue a más, antes de plantearse movilizar al ejército, convendría tratar el tema por la vía diplomática. Sarlatanos miró al que acababa de hablar: un noble de mediana edad, gordo y con bigotón llamado Ble Chrysos, que solo estaba allí porque las tierras que colindaban con el bosque eran las suyas. ¿Podría ser el culpable? Cumplía perfectamente el perfil, pero en realidad cualquiera de los allí presentes lo hacía: pudientes, buena posición social y mucho mayores que Anya. Pero no podía evitar sospechar de él más que de ningún otro en aquel momento. Ble era un cobarde. Un cobarde que prefería decirse a sí mismo que no pasaba nada antes que enfrentarse a la posibilidad de un conflicto en sus tierras. A ojos de Sarlatanos eso lo hacía despreciable, igual que lo era el bastardo al que estaba buscando. Pero sabía que no estaba siendo objetivo. Si pudiera hacerla hablar... ¿Porque carajos no quería decirle la identidad de aquel desecho? – No creo que seáis conscientes de lo que uno de esos árboles significa para ellos, tampoco creo que tengáis en cuenta que el hecho de que hayamos sido nosotros los causantes lo hace aún más sangrante. Y pese a que, personalmente, creo que los temores de nuestro camarada Sarlatanos son algo exagerados, pienso que deberíamos adelantarnos a ofrecer como mínimo una disculpa, tal vez en forma de ofrenda. – Dijo uno de los magos más veteranos. – ¡Ja! Si al final todo se soluciona de la misma manera: dinero, dinero, dinero. Pues démosles dinero a esos orejas picudas, o algo de valor ¿Que les gusta? – Mi señor... – Empezó Sarlatanos. – Creo que un buen cargamento de sedas y otras telas de buena calidad les encantaría. Sinceramente las necesitan, nadie va por ahí con esas pieles de animal apestosas si no tiene otra cosa que ponerse. ~11~
– Esta discusión es absurda. Incluso el rey calló al oír aquella voz. Lynkas tenía esa capacidad. – Olvidáis todos el estado lamentable de su “ejército”, si es que se le puede llamar así. Tal y como están es completamente improbable que se atrevan, si quiera, a plantearse empezar otro conflicto con nosotros. La solidaridad gremial entre magos era algo fuertemente arraigado en su profesión, por motivos evidentes, y en otras circunstancias a Sarlatanos ni se le habría pasado por la cabeza sospechar de una traición así por parte de sus compañeros. Pero, pensándolo bien ¿por qué no? ¿Quién decía que aquello se extendía más allá de su relación profesional? Miro a aquel hombre, Lynkas, tan joven y con esa capacidad para proyectar autoridad sin necesidad de alzar la voz lo más mínimo o parecer
agresivo. Uno de los hombres más inteligentes que había conocido ¿Podía haberle engañado a él? Miró al resto: dos magos igual de jóvenes que Lynkas pero mucho menos avispados, que lo apoyaban y se dejaban llevar con entusiasmo por él... no les veía con la iniciativa necesaria. En su bando, había tres magos más. Barbudos, viejos y supervivientes de aquella guerra absurda. Dos de ellos, por no poder levantar, no se podían ni levantar a sí mismos, y el tercero, de su quinta más o menos, simplemente era maricón. Pero Lynkas... Si había sido él, más le valía no esperar clemencia por muy compañeros de profesión que fueran. A parte de su paranoia, Sarlatanos tampoco podía evitar estremecerse al recordar las últimas palabras que le había dicho su hija: “Sé que mis palabras no borran el daño que te he causado. He sido débil, pero soy humana. Espero que ~12~
puedas perdonarme”. Le hervía la sangre recordando el llanto que había acompañado aquella inexplicable disculpa. No era ella quien tenía que hacerlo. ¿Y porque aquella frase tan extraña? No era el estilo de Anya, ella era mucho más directa y nunca la había escuchado llamarse a sí misma débil... La puerta se abrió violentamente. La señora Fos completamente histérica trataba de entrar, arrastrando tras de sí a un par de soldados con cara de circunstancias. – ¡Dejadme pasar! ¡Y tú, Deja de tocarme, sucia rata! ¡Majestad, dígales a estos insolentes que me dejen entrar! ¡Tengo derecho a estar aquí! ¡Es mi hijo! El escándalo, amplificado por la espectacular acústica de las inmensas habitaciones, se escuchaba por toda el ala oeste, incluidos los exteriores. Voutanio se encogió en un rincón y se tapó las orejas, no soportaba los gritos. Intentó pensar en algo
para distraerse. Recordó una historia que había escuchado no hacía mucho, y que era su favorita. En ella había un pájaro que se prendía fuego a si mismo cuando algo le hería gravemente y era capaz de resucitar de sus propias cenizas. ¿Existiría de verdad aquella ave? Mientras, en la sala en la que se llevaba a cabo la reunión, el revuelo continuaba. – ¡Por favor, por favor! Déjeme tomar parte en esto, majestad. Mi familia tiene algo que decir. – Dijo la señora Fos sin poder contener el llanto.Daremos lo que sea, lo que haga falta, pero por favor, mi hijo... – Cálmese señora Fos, ya les dije que... Pero la señora Fos no escuchaba, simplemente repetía “por favor” una y otra vez, mientras a duras penas se resistía a los dos apurados soldados, que por otra parte tampoco se atrevían realmente a echarla. Finalmente le permitieron sentarse.
Ordenaron traer un vaso de agua y después de que el rey le explicara amablemente varias veces que no debía temer nada, este ordenó a Ble Chrysos acompañarla fuera a tomar el aire. A Sarlatanos, la señora Fos, le caía espantosamente mal, pero no podía evitar empatizar con ella en aquel momento. Era la muestra perfecta de cómo se sentía él: cabreado, asustado y tremendamente impotente. Solo que él no se podía permitir el lujo de exteriorizarlo... ya llegaría el momento. – Bien, prosigamos. Y esta vez, vosotros dos.dijo el rey dirigiéndose a los guardias. – Haced el favor de hacer bien vuestro trabajo. No más interrupciones ¿Está claro? Quiero terminar con esto cuanto antes. No puedo perderme la fiesta de esta tarde, y aun tengo que arreglarme. Durante la siguiente media hora el Conde Filárgyros, propietario de la mayor parte de ~13~
las minas y forjas de la región, los deleitó con un apasionado y dramático discurso sobre la conveniencia de realizar cuanto antes un ataque preventivo en el bosque. Las intervenciones de Lynkas, lejos de amilanarlo, le animaron a sugerir que si era verdad que estaban tan débiles lo mejor era acabar de una vez con aquel quiste purulento y zanjar el asunto enviando un ejército a arrasar lo que quedaba de ellos. No se le daba nada bien disimular lo mucho que le entusiasmaba la idea... y las ganancias. La siguiente media hora derivó en una intensa discusión entre el jefe del ejército, seriamente preocupado por la situación y un, ya algo mosqueado, Lynkas, que seguía insistiendo en que estaban sacando las cosas de quicio. Y exactamente una hora, es lo que llevaba esperando el mensajero elfo, que vestido de blanco para dejar bien claras sus intenciones,
Y es que, justo en aquel preciso instante, los – ¡Espera! allí reunidos estaban gritándose unos a otros Un relámpago marrón ante la divertida mirada pasó ante los ojos del del rey y del asustado chico, llevándose consigo al desdichado pájaro para mago anciano que había empezar a comérselo unos abierto la puerta, tal vez para pedir ayuda, o más pocos metros más allá. probablemente para – ¡Nooo! ¡Largo! escapar ahora que no le prestaban atención. De una pedrada ahuyentó a la rapaz. La paloma aún – ¿Que pasa ahí? – Gritó vivía, pero estaba herida. Ble intentando hacerse oír Voutanio la examinó con por encima del jaleo. La situación se complicó cuidado. cuando aparecieron Ble – Ahora mismo no estoy Chrysos y la señora Fos, – No te preocupes, se muy seguro, creo que cuya primera reacción al cómo curarte. alguien ha insinuado algo ver al mensajero elfo fue sobre un traidor, y han agarrarlo por el cuello En el interior, la disputa se empezado a cruzarse y sacudirle mientras había elevado al grado de acusaciones. ¡Ah! y algo gritaba algo sobre poner tumulto. Alertados por el sobre una conspiración su cabeza en la sala de ruido, habían empezado contra el rey... en fin, yo trofeos de su marido si no a aparecer sirvientes y que sé, abridme paso ¡Por atendía a sus peticiones. nobles, que tratando sin el amor de Vlax! éxito de poner orden, Y como no, en la terraza habían acabado de Pero el que se abrió el chiquillo pelirrojo empeorar la situación. Y paso fue el indignado seguía intentando en justo en el punto álgido, mensajero elfo, que por vano distraerse del cuando un anciano clérigo fin se había soltado del molesto griterío que, se disponía a romperle agarre de la matriarca de manera inexplicable, su bastón en la cabeza a de los Fos. Con la ropa parecía oír todo el uno de los guardias de blanca hecha jirones, un palacio menos los de la puerta, ésta se abrió, par de arañazos en la cara que estaban dentro de la dando explicación, por fin, y la resolución de hacer habitación de la discordia. a como narices era posible llegar el maldito mensaje que allí dentro nadie se lo más dignamente Alertada por el ruido hubiera percatado del posible, avanzó hacia de un jarrón roto en follón, hasta el momento. la mesa de reuniones, medio de la disputa, discutía acaloradamente con los dos guardias que guardaban la puerta. No estaba solo, el senescal y un par de sirvientes de alto rango con más sentido común que ellos, trataban, usando buenas palabras e insultos a partes iguales, convencerles de que las ordenes no se pueden tomar siempre al pie de la letra.
la paloma alzó el vuelo.
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se subió encima y pegó un monstruoso alarido que hizo retumbar los cristales de esa planta, los del piso de arriba y los del de abajo. Una vez comprobó que había sido efectivo, carraspeó y leyó el mensaje en voz alta. Todos los allí presentes escucharon atentos sin atreverse a interrumpirle. El mensaje vino a confirmar lo que Sarlatanos ya había advertido. – ¿Y eso es todo? – Preguntó el rey – ¡Uy, Perdón! Me olvidaba deciros que durante el tiempo que tardéis en tomar la decisión me quedaré por aquí. Debo informarles también, que por mi seguridad, mi gente ha apostado quince arqueros en las lindes del bosque que no dudarán en pegar fuego a los enormes campos de trigo del señor Chrysos. – ¡¡Mis campos!! – Exclamó el aludido. – Si, exacto, esos que
son la única garantía que tenéis de que no haya una hambruna este año, porque de las grandes extensiones, es la única que no ha visto afectada su producción. ¿Qué casualidad verdad? – Añadió con malicia.
ahora sí, alterado rey. – ¡Sarlatanos, lánzale una maldición a este bujarra! – Mi señor, ya le he dicho que para eso hace falta un complejo ritual que...
– ¡Callad todos! – chilló el elfo. – ¿No lo oléis? Algo – ¡Seréis cabrones! ¿Habéis se está quemando. estado boicoteando las Todos empezaron a cosechas de la zona sur? olfatear y a murmurar ¡Eso viola el acuerdo de entre ellos. paz! – Gritó uno de los – Es verdad, huele a magos ancianos. quemado... ¡Gran Fuerza El elfo chasqueó la Divina! ¿Qué es eso? lengua. En la antesala había – ¡Eh! No empecemos a un tapiz enorme tirarnos cosas en cara, no completamente en vaya a ser que nosotros llamas y una especie de nos tomemos a mal los bola de fuego, que daba incendios “accidentales” saltitos y aleteaba, había de los últimos meses. empezado a quemar las cortinas. En el centro de Filárgyros miró a otro la habitación un niño lado. pelirrojo lloraba asustado y a moco tendido, – ¡Ah, casi se me olvida! gritando algo sobre Hemos previsto que renacer de las cenizas y igual a su majestad lo de que el solo quería ayudar que su pueblo se muera a su amiga. de hambre no le quita demasiado el sueño. En cuestión de segundos Así que también hemos cundió el pánico. Los secuestrado al semental nobles se daban codazos blanco del rey. por salir al exterior, los sirvientes corrían de un – ¡Mi pobre Coliflor! lado para otro buscando ¡Monstruos!. – Gritó el, ~15~
algo con lo que apagar el incendio y uno de los guardias, en un torpe intento de cumplir con su trabajo, se lanzó sobre el rey tratando de protegerle de las llamas, en lugar de hacerlo de su propio trastornando sentido del deber. Un cuarto de hora después, conseguían apagar las últimas llamas. En la habitación solo quedaban los agotados sirvientes, los integrantes iniciales de la reunión, los guardias, el mensajero elfo, cuyo gesto delataba lo divertido que encontraba aquella situación, y un chamuscado cadáver de paloma. – Yo creo que por hoy ya hemos discutido suficiente. – Sentenció el monarca. – Además, aún tenemos tiempo de tomar la decisión. ¿Cuál decías que era el plazo, mensajero?
hora, pero en la sala de reuniones del pasillo norte de esta misma ala, que esta ha quedado hecha una mier... – Majestad... – Un hombre que rondaría los cincuenta largos acababa de entrar. Iba acompañado por Voutanio, que a juzgar por sus lágrimas, ya había recibido más de un correctivo por lo ocurrido. – Mi hijo viene a pedirle disculpas, en su nombre y en el de toda mi familia. Aquel hombre, también conocido como el Marqués de Karioli, lanzó una mirada tan severa y llena de desprecio al chico que hasta Filárgyros, cuyo nulo sentido de la empatía no tenía nada que envidiarle al de cualquier torturador, sintió lástima por él. El chico avanzó hacia el rey, se arrodilló y agachó la cabeza.
– Siete días, Majestad, somos un pueblo paciente.
– Lo siento mucho, Majestad. – Dijo con vocecilla casi inaudible.
– Pues, eso. Nos vemos mañana a la misma
– Lo siento ¿Y qué más? – Tronó la voz del Marqués. ~16~
El niño miró a su padre y tragó saliva antes de volver a agachar la cabeza y pronunciar la disculpa que le habían ordenado repetir: – Sé que mis palabras no borran el daño que le he causado. He sido débil, pero soy humano. Espero que podáis perdonarme. Sarlatanos casi se atragantó con su propia saliva. Lo tenía ahí, delante suyo. Era él.
Continuará… Esta obra está sujeta a la licencia ReconocimientoNoComercialSinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons. org/licenses/by-nc-nd/4.0/.
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el telon de la luna Daniela Cadavid Libreros
Entrevista a SofĂa Segovia
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ace un par de semanas tuve el placer de conversar con la autora mexicana Sofía Segovia quién nos permitió entrar a su casa y conocerla a ella y a su pequeña mascota. Allí no solo redescubrimos a la nana Reja y a Simonopio sino a un millar de mexicanos ocultos entre las sombras de la historia, los cuales viven, sienten y persisten en una sociedad de dudosa memoria. Estábamos ansiosos de traerles un video con la entrevista detallada, pero debido a daños tecnológicos en los sistemas de cómputo perdimos toda la información que teníamos hasta ese momento. Lastimosamente esos cuarenta y cinco minutos quedaran solo en nuestra memoria, pero esperamos ansiosos que sus letras se queden en las suyas. En su página web Sofía Segovia nos cuenta que estudió Comunicación en la Universidad de Monterrey, ha escrito tres guiones de comedia o comedia musical -y colaborado en otros- para el teatro local amateur. Su primera novela, Noche de huracán, fue publicada por CONARTE en el 2010. Su novela “el murmullo de las abejas” fue publicada en marzo de 2015 y desde entonces ha recorrido algunas partes del mundo, llevando sentimientos con ella. Actualmente vive en Monterrey, México con su marido, sus hijos y tres mascotas (una de las cuales pudimos conocer). Sabíamos de antemano que la novela no se regía de forma precisa por los hechos históricos acontecidos en esa
época y que tenía más esa connotación de humanidad que de libro de historia, pero nos quedaba la duda de cuáles eran los hechos más transcendentales que la habían impulsado a escribir esta historia, y con su voz enérgica y su mirada observadora nos contó sobre su abuelo y algunas de las anécdotas que ayudaron a entretejer poco a poco “el murmullo de las abejas.” Y es así como con total destreza la autora sumerge al lector en medio de la tierra, las naranjas, el zumbido de las abejas y el olor a lavanda para finalmente embarcarlo en un recorrido de remembranza y reencuentro con el pasado mexicano. Entonces empezamos a naufragar por una serie de diferentes personajes llenos de humanidad los cuales nos recrean la guerra que todos llevamos dentro. Uno de ellos y quizás el más encantador y entrañable es Simonopio, el niño abandonado y su relación con un enjambre de abejas que parece no abandonarlo ni un segundo. Le preguntamos a Sofía cuál era su personaje favorito y ella con total franqueza nos dijo que no podía preferir a uno más que a otro porque todos habían nacido del corazón, pero que sin embargo Simonopio se había llevado el cariño de más de un lector. Además se justifica diciendo que para crear cada uno de sus personajes debió adentrarse en la mente y en el entorno que los mismos poseían para lograr que tuvieran una vida más allá del ~19~
libro. Sonriente dice “todos tienen algo de mí y hasta al más malvado como Aspiricueta he intentado comprenderle, meterme en su pellejo y hasta quererle” Después de un par de minutos hablando sobre la novela nos arriesgamos a preguntarle a la autora un poco más sobre su vida personal y ella encantada nos comentó sobre su paso de asesora y ghostwriter en campañas políticas a novelista. Con la mirada en el pasado nos comentó su pasión por escribir discursos y sus ansias juveniles de intentar cambiar la situación de un país entero desde las palabras, desde las sombras. Además pudimos conocer sobre su pasión por otras ramas artísticas como el teatro, la música y el baile. Sofía es una apasionada del teatro y dice que estaría encantada de que alguien se animara a llevar su novela a los escenarios, claro está que aunque no actuará en ella le gustaría estar detrás armando todo para que salga a la perfección. Teniendo en cuenta que hoy en día vivimos en un mundo consumido por la violencia, donde se presentan atentados como los de París, guerras internas como las de México o Colombia, el calentamiento global, entre otros factores que han llevado a que el hombre se destruya así mismo de diferentes formas le preguntamos a Sofía sobre cómo creía que su novela ayudaba a la sociedad actual a lo cual nos respondió que siempre es
importante recordar, sobretodo en esta sociedad que parece moverse a la velocidad de la luz dejando un rastro de recuerdos perdidos. Su novela no solo nos recuerda lo que es la humanidad sino también la naturaleza, su belleza, su dolor y su olvido. Después de varios meses del lanzamiento de “El murmullo de las abejas”, todos sus lectores estamos ansiosos de saber que más veremos de Sofía Segovia ¿Habrá una tercer novela? ¿Qué encontraremos de nuevo? Por ahora es un misterio, ella nos deja con el murmullo de que vendrán nuevas letras, diferentes, pero cargadas de sentimientos. ~20~
y unas ganas infinitas de volver a hablar con ella y a leerla de nuevo. Les dejamos a continuación la descripción del libro. ¡Feliz 2016 a todos! En Linares, al norte del país, con la Revolución mexicana como telón de fondo, la vieja nana de la familia abandona sorpresivamente un reposo que parecía eterno para perderse en el monte. Cuando la encuentran, sostiene dos pequeños bultos, uno en cada brazo: de un lado un bebé deforme y del otro un panal de abejas. Ante la insistencia de la nana por conservar y cuidar al pequeño, la familia Morales decide adoptarlo.
¿Dónde podemos conseguir su novela? En Colombia pueden conseguirla en físico en la librería nacional y si se encuentran muy lejos o prefieren los medios electrónicos pueden buscarla en la casa del libro, en Amazon, entre otras… Puedo decirles que al finalizar la entrevista no solo quedé renovada de esperanza sino también con ansias de buscar aquellos rostros que dejamos ir entre la multitud todos los días, desde que nos subimos al transporte público hasta que regresamos de nuevo a casa cansados y ojerosos por el ajetreo de un día más en la economía del mundo. Nos quedamos con un grato saludo navideño de Sofía y su pequeño perro,
Cubierto por el manto vivo de abejas que lo acompañarán y guiarán para siempre, Simonopio llega a cambiar la historia de la familia que lo acoge y la de toda una región. Para lograrlo, deberá enfrentar sus miedos, el enemigo que los acecha y las grandes amenazas de la guerra: la influenza española y los enfrentamientos entre los que desean la tierra ajena y los que protegerán su propiedad a toda costa. El murmullo de las abejas huele a lavanda, a ropa hervida con jabón blanco, a naranjas y miel: una historia impredecible de amor y de entrega por una familia, por la vida, por la tierra y por un hermano al que se ha esperado siempre, pero también, la de una traición que puede acabarlo todo. Booktrailer: https://youtu.be/ EJp3O86p5zo
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En el interin
Rita Gardellini
2016, lindo nĂşmero.
Pintura de Alejandro Alvarez Gardiol ~22~
S
iempre he demorado en ubicarme en los nuevos años, en esa fecha que debo escribir, y es placentero el gusto a nuevo de escribirlo, e inclusive equivocarse y tener que modificarlo; suelo prestar atención a las primeras veces en que lo utilizo, lo usual es que resulte en aburridos administrativos. Tal vez por eso el origen de este escrito, 2016 iniciará en una revista, Demencia, de la osada Daniela Cadavid, ¿muy significativo, verdad? En un año, les cuento.
lenguaje, las estadísticas, y como solemos ser más nosotras además de que la humanidad se gesta como embrión hembra y recién a la octava semana de gestación, si “aparece” la famosa “y” se reorientará el diseño, habilitaré el uso del femenino para generalizar; había también pensado en el simpático tod@s pero tengo dudas, no tanto de su lectura -asumo que ellas leerán “todas” y ellos “todos”- sino de su oralidad, ahí no resulta.
Realizada la salvedad, Antes de las salutaciones, queridas lectoras[1], quiero permitirme un sigo. Aletear al ritmo devaneo que en cada necesario, torpe o con escrito ha comenzado a maestría, en solitario o importunarme, los todas en bandada humana, en y todos; y ellas y ellos; y pereza de glotonerías o queridas y queridos… y en dietas impuestas –por como cierta comezón me propia necedad o por irrita el ignorar el camino necios impropios- pero del que yo disfruto siempre aprestando como humana pero deseos, y, ¿cuáles serían? asimismo me embolan las Los clásicos conllevan al reiteraciones y las modas irrefutable “amor, dinero que deforman, y de hecho y salud”; y en ese orden tampoco se puede abusar parecen acompañar los de los neutros: gente, intereses de la vida, un persona… para todo, promisorio y acertado he decidido equilibrar: amor en la juventud, sumar a la economía del luego el práctico dinero ~23~
en la madurez hasta llegar a la imprescindible: salud… cuando comienzan a diluirse los años. Claro, que para los poetas, el amor no es una cuestión de edades y tiempos sino de esencia y hasta de efecto, enamorarse y el resto aparece o en defecto, su escasez se dibuja menos. En concreto, se necesita más amor, compliquen, estorben o digan lo que quieran, pero el día que el bicho humano acepte su condición de vital animal amado y arme un entorno que lo haga posible, tendremos un mundo feliz, con una de esas felicidades cotidianas: la de alguien que te espere cuando regresás del trabajo, o se levante para cubrirte de noche, o te pregunte cómo te fue en el examen o camine veinte cuadras para comprarte cerezas… 2016, lindo número. Que así sea. [1] Si en toda mi vida jamás sentí invadida mi femineidad por ser incluida en un “queridos lectores”, acierto al creer que ningún hombre verá amenazada su hombría por estar en un “queridas”.
Nature Morte Aux Cerises
Jenny Fernández
“Año nuevo, ¿vida nueva?”
Foto por Jennifer Studios Photographies. ~24~
E
forse partiró per dimenticare, per dimenticarti.” (Quizás me iré para olvidar, para olvidarte.) Que canción tan bonita a la par que cruel. Pero claro, en Italiano hasta un “vete a la mierda” suena precioso. Y sí, es cierto que me iré, pero no para olvidar ni para olvidarte, sino para conocerme por fin, para conocer mi vida, mi camino, y mis decisiones. Para ver con mis ojos y hablar con mi boca, incluso cuando no toca. Porque, ¿quién eres tú para atarme a ti? Eso, cielo, no es amor. Amar es dejar que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío. Lo contrario es querer, y querer es tomar posesión de algo, de alguien. Hoy, un rayo de sol algo cara dura se atrevió a sostenerme la mirada en un pulso que duró apenas escasos segundos. Lo que tardó el autobús en arrancar de nuevo. Esa luz cegadora me clareó los
ojos, lo sé porque frente a mi tenía un cristal donde durante todo el trayecto pude verme reflejada en él, y hablar conmigo. Pensaréis que estoy loca y la verdad es que no os quito razón; soy una demente. ¿Pero y qué tiene de malo? No cabía ni un dichoso alfiler en el dichoso autobús, me estorbaba hasta yo, y eso que iba sentada junto a la ventana así que con los cascos ya puestos en su sitio sonando para nadie, me hablé entonces. —Hazlo.
—No puedo decírtelo. Tú solo tírate, y volarás sin darte cuenta. Serás como un vencejo, volando siempre sin parar, volando incluso al dormir. Por eso te los tatuaste, ¿no? El miedo come por dentro todas tus ilusiones, no vale para nada. Hazlo. Ese reflejo tan nítido tenía tanta razón que me dio hasta rabia. ¿Cómo se atrevía, como me atrevía, a reprocharme que llevo tatuados esos increíbles pajarillos? No es problema suyo. Mío. Suyo. Mierda. Pero es así, tenía razón, el miedo no vale para nada.
—¿Qué? —Que lo hagas, cónchale. —me dijo mi reflejo. —No te entiendo. — miento. —No sigas haciéndote la tonta. Vuela antes de que se oxiden tus alas.
Una vez alguien muy sabio me dio un consejo, creo, afirmo, que el mejor consejo que me darán jamás; “déjate llevar”
Si en aquel momento no me falló... ¿por qué debería hacerlo ahora? A fin de cuentas, pase lo —Tengo miedo. que pase, lo peor que me —¿A estas alturas tienes puede pasar, todavía no miedo? ¿Precisamente TÚ? me habrá pasado. ¡Venga ya! Año nuevo, vida nueva, —Pues también es pero esta vez de verdad. verdad. ¿Y cómo se vuela? ~25~
Kaleidoscopic Cats Donde la realidad y la imaginaci贸n se vuelven arte
Foto por Benjamin Faust. ~26~
Su piel. Por Marian Cañibano
E
ntre el entablillado de los huesos y los morados de su oscuro e idéntico envoltorio, su imagen era casi la de la muerte en la estampa de otro desgraciado sin identidad. Su cuerpo se había dejado de autocompadecerse hacía tiempo a pesar de las secuelas, dando paso a una especie de incredulidad diaria al enfrentarse a las noticias, más cargada de vividas razones que de odio a quienes, junto con él, decían compartir especie. Eran humanos, eran seres humanos, y parecía que, una vez más, a nadie le importaba esa realidad. Cada fin de año el mismo sueño, los mismos recuerdos, la misma recurrente pesadilla. Al llegar al campamento, procuró andarse con cuidado. A pesar de ser de los últimos en llegar, supo integrarse en aquel grupo con la rapidez necesitada de los que comparten infierno. Incluso decidió no permitir dormir a ni uno sólo de sus sentidos aquella noche. Los rumores llevaban sobrevolándoles desde hacía un par de semanas. Uno sabía bien cuando entraba, pero salir vivo, simplemente era cuestión de suerte. Durante las últimas horas, la insistencia del peligro y su cercanía le cogió aún más apego al cuchicheo nervioso entre tiendas y montones desesperados de delgados cuerpos, deseosos de ser personas al otro lado de las concertinas. Y eso, no era bueno. Las historias del duro camino le advirtieron de aquellos momentos, de los estragos que arrastraban sus embistes sin aviso, de sus inexistentes explicaciones, pero sobretodo, de las consecuencias de su saña. Las bajas entre los infelices que pensaron algún día que, llegar hasta allí, era para ellos una salida, jamás dejaban de ir en aumento. Infelices como él, así lo ~27~
había pensado al tomar su decisión. Así se lo hizo saber a su padre, lo lloró su madre y lo comprendió la miseria en su aldea. No era el primero, tampoco sería el último. Tenía que intentarlo, por él, por su familia. Era rara la estación que no llegase con noticias de alguno que lo hubiera conseguido, pudiendo mantener con ello la dignidad de los suyos. Otros, incluso, habían llevado a sus lugares el agua corriente ahorrándoles el trabajo de más kilómetros sudados a los más pequeños. Héroes se les llamaba. Se sabía, también, de quienes volvían aprendidos para enseñar, con nuevas amistades y organizaciones dibujadas en la ropa. Y él, en aquel decisivo momento, a sus catorce años, ya se había convertido en una sombra sin futuro, en carne fresca para engrosar el reclutamiento forzoso de algún uniforme sin ley, de una guerrilla cualquiera obedeciendo al poder del egoísmo humano. A pesar de todo, le cogieron por sorpresa, junto al cansancio y las carreras de hermanos de no suerte, abalanzándose contra su piel con la dirección de sus porras. Quisieron chillar sus recién cumplidos dieciséis al sentirlas desconocidas, rompiéndole el alma, pero el ensordecedor, por rotura de tímpano, y doloroso, por arranque de varios dientes, golpe que le arrastró por la tierra, le robó la posibilidad de hacerlo manteniendo el sentido y la coherencia de las palabras. Después, vino otra lluvia, de ardiente frialdad, a
base de patadas y exceso de insultos precediendo la traca final de los nuevos e incontrolables porrazos. Sin defensa, invisible, aterido, entre los gruñidos de su cuerpo y el miedo paralizante ante aquellos que como él caminaban sobre dos piernas, la imagen espontánea en el recuerdo de su madre y la inconsciencia le llenaron de paz. Mientras tanto, su carne continuó con el martirio, hasta que aquellos hombres engrandecidos, orgullosos de estar ensangrentados, decidieron dejar de odiarle y rematar al resto. Le dieron por muerto. Entre carcajadas de animal satisfecho quemaron sus pocas pertenencias en una gran hoguera junto con otras pocas de los cientos que allí se hacinaban y volvieron a sus vidas exaltados por las felicitaciones ante el buen trabajo realizado. Al conseguir despertar, tan solo fue capaz de escuchar la debilidad del lamento colectivo de los supervivientes. Intentó ayudar en lo que pudo. El olor a sangre muerta penetró en ese instante en su futuro, uniéndose a su despertar para el resto de la vida. Hacía ya diez años de aquel fatídico día y la sensación quedaba lejos de desvanecerse, retornando cada treinta y uno de diciembre con más fuerza. Odió durante tiempo la claridad de las pieles al otro lado de la verja, al mismo lado de su actual camino. Él tuvo suerte, lo consiguió al tercer intento después de meses, a pesar de sus heridas. Su ~28~
particular carrera se vio reflejada en la imagen de algún reportero, de los que no tienen miedo de mostrar. En tiempo real. En millones de esas televisiones del primer mundo que se suman a la verdad de una noticia. Gigante entre sus sombras, levantando los brazos de venas abiertas, lanzando con su sangre movimientos de victoria al nuevo aire que se introducía en sus pulmones, al otro lado del terror. Su historia recorrió el mundo, inyectando la necesidad en las conciencias. Sin poder dar un paso más, entre tendones desgarrados y dolor acumulado en las piernas, en los brazos, en el corazón, en el interior de lo que le quedaba de su maltrecho cuerpo adolescente. A través de aquella cámara y la casualidad de quedar grabada su lucha por un pedazo de futuro en su triste imagen, él, se convirtió en el protagonista de su propio escaparate. Caminó sin miedo a convertirse en polvo, observando de igual a igual las cristaleras de transparencia desconocida y las decenas de alimentos disponibles tras ellas, mientras aquellas personas, presentes, le observaban avergonzadas. Deseó entonces en silencio, haber dejado atrás lo inhóspito de la tierra. Resguardarse del calor, huir del frío, de las imposiciones de la muerte, del hambre, poder ayudar a los suyos. Y sonrió con inocencia, por primera vez en años, a esas conciencias despiertas que se ofrecieron como solución ante su
fidedigna realidad. Y dijo si a lo que el mundo le ofrecía de la mano de algún cooperante, de algún vecino presuroso de ofrecerle su ayuda, una manta, agua, poder desinfectar sus heridas con humana dignidad. Sonrió a ese nuevo mundo, que por ley y por justicia, le concedió a él y a los suyos una nueva oportunidad. Y sintió entonces, como sus tripas se desanudaban solas, como daba comienzo su nuevo año, obsequiándole una verdadera nueva vida. Hoy, su pesadilla se mantiene al despertar, pero el resto de sus horas las siente como uno más entre humanos y respeto. Su familia sonríe ya, desde su ventana impoluta, al atardecer de otro día, de ese viejo deseo acompañando a su silueta entre los trabajadores del puerto y las voces compartidas en el compañerismo. Observa, cómo va regresando a los hogares, el verdadero sentido de las pieles curtidas, el verdadero sentido del privilegio de poder sentirse, realmente vivos.
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El juego lugubre Temoltzin Santillan Padilla
Llévate mi dolor
E
s una fría noche, no tengo sueños,
vigilare los de otros. La ciudad se percibe mejor sin los estruendos, luce tan tranquila sin el vaivén de los cuerpos, sin las estelas de la hipocresía y ambición yo, me veo tan bien sin la cruz, Quisiera que siempre fuera como hoy, así la gente siempre fingiría paz y bondad. tendrían esperanza y expectativa. harían un recuento para
ser mejores. En la pared un cuadro de Andy Warhol. En la radio una canción de Iggy Pop. En la mesa una botella de Johnny Walker. En mi boca un Malboro, en mi corazón tu ausencia. Sé que estaría mejor, si pudieras llevarte mi dolor, borrar mis infames y punzocortantes palabras, silenciar mi lamento. Sé que estaría mejor si pudieras llevarme a tu lecho y secar mi húmedo rostro. ~30~
Es una noche en la que todos planean algo que no son y nunca serán. La ciudad me hace vibrar con esta deserción de todo mal, no encuentro la dicha y plenitud. En el cielo una gran manzana plateada esperando por algunos bellos labios, para ser devorada.
Sé que estaría mejor si pudieras llevarme al clímax, fundir tu miedo con mi rencor. Llévate mi dolor y ahógalo o guárdalo donde no lo pueda hallar. Llévate mi dolor y conviértelo en lo que desees, algo que no lastime;
En las calles flotan las promesas no cumplidas,
si no puedes desaparecer mi dolor,
cobijadas por fulgurantes colores,
abrázame y entreguémonos juntos a él.
En la jeringa mi sangre mezclada con la marrón ponzoña que me lleva al efímero éxtasis . Sé que estaría mejor si pudieras llevarte mi dolor, desaparécelo como lo hiciste con nuestro amor.
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La caja Oblonga Donde los cuentos cambian la realidad que nos rodea
El año que viene Luigi Ortiz
L
Fotografía de Paul Garaizar.
a salud me ha fallado, el dinero se me ha ido y el amor aún no sé sí lo conozco bien. Ese es el balance de este año que paso, a muy grandes rasgos. No puedo decir que fue un buen año, tampoco que lo recuerdo con una sonrisa en el rostro. No, nada de eso. »A decir verdad, esta época que paso pintaba muy bien. Tenía pareja y era feliz justo cuando inició; el dinero estaba ahí, no a montones pero estaba ahí. Así inicié el año que hoy se acaba.
Quién sabe por qué capricho del destino las cosas no siguieron así. Todo empeoró apenas el segundo mes del año. Ya ven, la vida no deja más de un mes de entera felicidad a un buen hombre; pero a lo mejor no era entera felicidad ni yo un buen hombre. »Empezaba febrero y yo me levantaba de mi cama. Era temprano y hacía un muy buen día. Creo recordar que ese fue el día cuando supe que este año sería lo que fue: un desperdicio. Me alisté y fui al trabajo. Trabajaba como ~32~
docente en una escuela primaria. Es molesto manejar chiquillos fastidiosos, pero me daba para vivir y prefería eso a ser un obrero. El trabajo transcurrió como de costumbre. El verdadero problema llegó a la tarde, cuando me vi con Paola, mi novia. Llevaba con ella ya un par de años. Peleas ocasionales y felicidad la mayor parte del tiempo, o al menos eso era lo que yo podía observar. Nos vimos aquella tarde de febrero y me dejó a mi suerte: me dijo que ya no era el mismo de antes y que ya estaba decidida a llevar una vida sin mí. A pesar del duro golpe en el corazón, estaba en la cordura necesaria para ver en su rostro la dulce expresión de una pequeña niña que hace una travesura; no me pareció ni dulce ni una travesura a pesar de todo, ella lo decía todo de verdad. Ahora yo estaba solo y la única persona que de verdad quería caminaba lejos de mí; esa fue la última vez que la vi el año que acabó. Aquella noche fue la peor que pude tener; no podía dormir, daba vueltas en mi cama tratando de evadir mis pensamientos y miraba al techo tratando de buscar algo que me despejara la mente. Lo que sentía era indescriptible, no era soledad, no era desesperación, no era nada de lo que se podría predecir. Parecía un cuerpo sin alma. »A partir de ese día todo empeoró. Pasaba mis días solo en casa luego de trabajar. No salía para nada y, en resumen, me convertí en un tipo sin sentido. »Perdí mi trabajo debido a constantes reclamos de los padres
que aseguraban que sus niños daban constantes quejas de mí: que si yo no revisaba los trabajos, que si a veces no hacía clase, que si delegaba mis responsabilidades a los estudiantes. La verdad ya no tenía ganas de nada. Eso es precisamente lo que se siente al perder algo que era importante; Paola era importante para mí y la perdí. Ya no tenía ganas siquiera de levantarme de la cama en esos días. »Sin trabajo, sin familia y sin nada. Sólo me quedaba el pequeño apartamento donde vivía (por el cual empezaba desde octubre a tener deudas). Todo era una verdadera tragedia, de hecho, sigue siéndolo. Todo esto es lo que me llevo hasta el lugar donde ahora estoy: al más profundo abismo. »En este preciso momento estoy en el apartamento que comenté. Son, exactamente, las 12:53 a.m. y estoy mirando por la ventana que da a unas cuantas casas. Veo que todos están bailando, haciendo asados, tomado cerveza y siendo felices. Cualquiera diría que quisiera estar como ellos; bailando, comiendo, riendo y disfrutando. La verdad es que no, no sé pero perdí ese deseo. Es como perder las ganas de disfrutar; las ganas de ser feliz. Si es cierto que el humano vive para ser feliz, se podría decir que yo perdí las ganas de vivir. »Estoy tomando algo de ron. Lo hago principalmente para idiotizarme un poco. Tenía algo de este licor en casa y aproveché. Estaba pensando en un ~33~
»Ya las personas están acabando los festejos del año nuevo, sólo se ven unos pocos borrachos en las calles. Yo encontré unas cuantas medicinas y pastillas en un cajón viejo; son varios antibióticos, pastas para el dolor y otras no sé qué. Creo que esto es un nuevo comienzo. Sé que el año que viene será mejor para el mundo, más sin mí». La policía encontró el anterior texto el en apartamento de Julián Castillo. El hombre se suicidó el primero de Enero, en la madrugada.
Fotografía por GOR DAVTYAN.
mensaje que me envió hace poco Paola, este decía: “Espero que tengas un próspero año nuevo. Encuentres a alguien que te pueda dar lo que no te pude dar yo y seas enteramente feliz. Mis mejores deseos”. Pienso en esto palabra a palabra. Al parecer lo único que ella quiere para mí es que sea enteramente feliz. Sé perfectamente que sólo por esto su mensaje pierde toda sinceridad; ella no quiere que yo sea enteramente feliz, si eso quisiera de verdad, aún estaría a mi lado. A pesar de eso, igual ya no tendría sentido darle importancia al mensaje. Yo ya no quiero ser feliz, ni mucho menos enteramente feliz. Tampoco quiero vivir. ¿Tiene ahora sentido querer seguir en este mundo? ~34~
Âż ? leerĂĄs
e-mail: eltelolondelaluna@gmail.com https://www.facebook.com/revistademencia https://twitter.com/revistademencia revistademencia.wordpress.com
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La inmaculada José Luis Acosta Fernández
Que se cumplan todos vuestros deseos (2016) TODOS
Fotografía por Jens Mayer.
S
ólo un genio maligno podría desear semejante cosa. ¿Nunca os ha adelantado un energúmeno al volante? Poneos en situación: un adelantamiento indebido que casi os echa de la carretera. Respiráis con fuerza. Puede que el rostro adquiera un tono colorado… Apretáis el volante con mucha fuerza… No es el volante lo que estáis apretando… Es su cuello. En vuestro inconsciente anida una bestia de impulsos primarios. Es
vuestro yo el que tiene un deseo de muerte. ¿Thanatos de Freud? Ante tal disquisición, corrijo el título: Que se cumplan vuestros buenos deseos Freud y el deseo. Ahora está de moda poner en entredicho a Freud. Y a Darwin. Y a Newton. Y a Renoir… y… ¿Pero qué les pasa a los revisionistas? Soy amigo de un historiador que dice que no está documentado que Freud haya curado a nadie con terapia… ¿Se estaba quedando conmigo o realmente ~36~
creía lo que decía? Por si acaso miré varios artículos de psicología. Efectivamente estaba equivocado. Freud está considerado como el tercer mejor terapeuta de la historia, solo por detrás de Alfred Ellis y Carl Rogers, dos gurús de la psicología contemporánea. Poned a un revisionista en vuestras vidas. No os aburriréis. Seguimos con Freud y el deseo de vida (Eros) y muerte (Thanatos). El ejemplo del conductor desaprensivo y vuestra reacción –natural– a su peligroso adelantamiento es un claro ejemplo de esta pulsión destructiva. Con este concepto Freud trataba de ilustrar cosas como esta que antes del “descubrimiento” del inconsciente era imposibles de explicar. Nuestros seres queridos podrían darnos muestras de afecto o proyectar en nosotros ese impulso oscuro. Es el ying y el yang. O la fuerza y su reverso tenebroso, aprovechando el estreno de la última película de la saga.
El otro matiz que quería comentar es el de la regeneración, el empezar de cero a partir de un nuevo año. ¿Necesitamos una excusa para renacer de nuestras cenizas cual ave Fénix? Empiezo al gimnasio, me pongo a dieta, dejo de fumar… El día uno de enero ¿Por qué? Vivimos en la ilusión de lograr una metamorfosis instantánea si algo no funciona. Los cambios en nuestra conducta y en nuestros actos deben de ser graduales, pero si queréis utilizar una fecha de arranque, adelante. Pero como dijo el maestro Yoda no lo intentéis. Hacedlo o no lo hagáis. Nada más. No sé si he hecho trampa. Me han encargado un artículo para año nuevo y he acabado divagando sobre Freud, los revisionistas y el universo Star Wars. Que se cumplan vuestros buenos deseos y que la fuerza os acompañe.
Fotografía por Peter John Maridable. ~37~
El jardin del poeta Poesía que se esparce sobre el lienzo
Resbala, resbala… Carlos Rasero Rodríguez
E
Espero sentado en uno de los bancos de la estación, esperando que todo pase,
tan rápido como el tren de las 12, y que parte de otras partes se arreglen ellas solas. Ya nada es nuevo, todo se hace en serie, no sabes bien si un tren viene o va, su cara es la misma en los dos extremos. Exentos de patria intelectual los edificios son flores sin olor, la cúspide de un emblema de sudor sostenido. Las casas subvencionadas, los políticos, los amantes, los tendidos eléctricos, las leyes, los gobiernos,
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todo es el reflejo de un patrón que antes era nuevo. Resbala, resbala… Nada es original, no vivimos en la era de la ideas, creemos estar bien y eso nos frena. Alargo el brazo, tanto que toco con los ojos el punto más lejano, y allí donde la estela de luz es más clara mi consciencia crea ciudades diferentes. La eternidad es solo una propaganda electoralista con romántica pulcritud. Frente a mí, una chica asiática cruza sus piernas de papel,
Fotografía por Louis Moncouyoux.
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agarra con fragilidad su bolso, aprieta los labios con fuerza. Ha creado una idea en su cabeza y ha muerto al instante. Resbala, resbala… Pasa el tren, al igual que un enjambre yo he alimentado a las abejas de mi propio reino ilusorio. Observo los frentes desde lejana cercanía, no hay imperfecciones y eso siempre me dio miedo. No sé si va o viene, no sé si lo imposible es una buena terapia o un poema a destiempo. Resbala, resbala…
~40~
Nadie me sepulta Orlando Restrepo Jaramillo
M
atan y matan, a la sombra, a la luz del día, en despoblado, en las esquinas, a la orilla del río, al lado de la cera, por tantas muertes me considero muerto, todas las muertes las creo mías. Como zombi camino. Mi rostro no se refleja en los espejos. Hablando conmigo en silencio. En espiral de manos al viento. Boca me pronuncia y aves picotean mi piel. Ojos me ven y ramillete de hongos cubiertos de alquitrán me salpican. Esta corriente de vida, no alcanza el mar de tumba esperándome. Al pie del mandarino las hormigas caminan mi carne y la suben a la copa de las ramas, las aves en sus picos me llevan. Desde la raíz me voy levantando en algarabía de vientos nombrándome a los míos, quienes me repelen. Vuelto aire, me asumo. Hiedo a humo de hojarasca, atravieso el parque donde los árboles me señalan con sus ramas. Los ancianos me regalan sonrisa de miedo y las muchachas con sus minifaldas remolinan miradas en sus caderas para apaciguar las torcazas alzando desde sus pechos el vuelo. ¿Habrá quien me sepulté?
Fotografía por HQ Lightroom Presets.
~41~
Correo
Isaac Oré
Despierta es 2016
Fotografía de Pablo GarciaSaldaña.
E
scribe como un demente, como una fiera salvaje que no tiene límites.
Lárgate de nuevo a Chile y ríndele homenaje a Pedro Lemebel, esa yegua apocalíptica, Ese rockstar deambulando con tacoalto por las esquinas de Santiago. Despierta un día en Ámsterdam para que vayas corriendo al Coffee Shop más cercano,
Para que abraces el cielo transfigurado de la belleza, Quédate quieto, no respires, no mires, no intentes hacer nada cuando estés de nuevo en Budapest. Amanécete en Praga para olvidar las cosas difíciles de la vida, Canta, Perdona, Olvida. ~42~
Nunca retrocedas, y por favor pierde esa amistad maldita, Y ese amor maldito también
tanto cuando quieras 1 pm 2 pm o 4 pm
Invéntate un poco y escribe más, por el amor de dios –Si existe.
Apuesta, y vuelve a jugar Blackjack,
Es cri be MÁS
Sácate la cruz, la llama azul en el pecho.
Reza en los aviones y también en las iglesias vacías.
Abraza a tu mamá cuantas veces puedas,
Domina tus demonios y tus locuras,
Acaba la novela que te piden constantemente tus demonios, tus ángeles Gabriel, tu Adán y tu Eva.
Modula, Intérnate en Alemania, exactamente en Koln, donde fuiste feliz algún día, oh algún día.
Que tu cruz sea también tu gloria,
Besa a las mujeres que te lo piden, no importa si son cinco en una misma noche.
Buscas pasión, recuerda, pasión en cualquier lugar del mundo para escribir.
Haz el amor, complácete como el animal nocturno que eres,
Aunque no buscas eso,
No lo olvides, eres un ángel desnudo a la media noche No quiero que tus alas dejen de volar.
Cancela las citas aburridas y ya nunca más vayas, por el amor de dios, a ninguna firma de autógrafos, a menos que sea JM Coetzee. Viaja a la india o al Tíbet Deambula por las calles de Barranco y piérdete en el malecón. Corre de nuevo por las orillas del Danubio, Persígnate en Tailandia y canta en español en los trenes de New York Madruga cuando puedas y duerme ~43~