Revista Demencia Número 2

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Revista literaria · N° 02 · Noviembre 14 · 2015

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Revista literaria Demencia Año 1, N°2, Noviembre de 2015, es una publicación quincenal editada por el equipo editorial de Demencia. Santander de Quilichao, Cauca, Colombia. www.revistademencia.wordpress.com Directora y editora responsable: Daniela Cadavid Libreros. Todos los textos e imágenes usados en esta revista se han usado bajo licencia de los creadores, bajo licencia Creative Commons zero o Creative Commons with attribution. Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la editora de la publicación. Queda estrictamente prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de Revista Demencia o de los respectivos autores.


SUMARIO

Demencia N° 02 · Noviembre 2015

Contenido textual Amelia Nyan Antonio Rivas Carreño Carlos Fernando Imbachi Gamba Daniela Cadavid Libreros Daniela Thann Dioni Dominguez Medina Jinora Marian Cañibano Michelle Alucard Rafael García

Fotografías Pág 6 - Daniela Cadavid Libreros Pág 8 - Yesid Flauterus Pág 10 - GRATISOGRAPHY/ Ryan McGuire. Pág 11 - Flip Schulke Pág 14 - Shane Adams Pág 16 -Daisuke Murase Pág 18 - Unplash / Bảo-Quân Nguyễn Pág 21 - Unplash / Dustin Lee Pág 22 - GRATISOGRAPHY/ Ryan McGuire. Pág 24 - Unplash / Hatim Belyamani Pág 25 - Unplash / Gabor Monori Pág 26 - New old stock / National Library of Irland. Pág 30 - Tom Hubbard - 1931 Pág 32 - Sedad Hakkı Eldem Archive Pág 33 - Tom Hubbard - 1931 Pág 35 - Tom Hubbard - 1931 Pág 36 - GRATISOGRAPHY/ Ryan McGuire. Pág 39 - Dioni Dominguez Medina

05 El Telón de la luna Cuando la locura sedujo las artes. Columna por Daniela Cadavid Libreros.

07 El cuerdo loco Rabia y miedo, una historia de otro mundo que te atrapará de principio a fin. Lee el primer capitulo. En esta edición: Daniela Thann.

13 En el ínterin

23 La caja oblonga

5 cosas que tienes que saber antes de escribir sobre locura. En esta edición: Michelle Alucard.

15 Art Brut Un rincón donde el sabio titiritero hace danzar una por una las palabras. Por: Amelia Nyan

Dirección y edición

Daniela Cadavid Libreros

Corrección de estilo Amelia Nyan.

Diseño y diagramación Daniela Cadavid Libreros

Portada: Daniela Cadavid Libreros. www.eltelondelaluna.com

11 Kaleidoscopic Cats

¿Hasta donde puede llevarnos nuestra imaginación? En esta edición La princesa de los condenados, por Rafael García.

Un mundo donde los cuentos pueden cambiar la realidad que los rodea. En esta edición Marian Cañibano.

27 La Inmaculada Letras que suenan como la música de las esferas. Por: Carlos Fernando Imbachi Gamba

31 El jardín del poeta Nuevos poetas que abren de a poco su lienzo hacia el mundo. En esta edición Dioni Dominguez Medina.

19 El juego lúgubre

35 Nature Morte Aux Cerises

Para los curiosos que andan en busca de nuevo material, o para los despiados criticos de la ciudad. En esta edición: Antonio Rivas Carreño.

Naturaleza muerta con cerezas, un espacio para opinar sobre el mundo real e imaginario. En esta edición: Jinora.

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Colaboradores Amelia Nyan. Santander de Quilichao, Cauca (Colombia) Estudiante de mercadeo, correctora de estilo de revista Demencia, bailarina, roleadora, aficionada a la música. Canta en la ducha de domingo a lunes y toca el piano. Tienen un gato cuyo nombre no se le es permitido revelar. Antonio Rivas Carreño, Batres, Madrid (España) 71 años, Derecho UNED, publica en Facebook, en torno al “Realismo Mágico”. Experto en Literatura, como hobby ayuda a escritores noveles en poesía y narrativa y es un experto en Análisis y Crítica Literaria. Carlos Fernando Imbachi Gamba. Santander de Quilichao (Colombia) Escritor de versos y cuentos químicamente alterados. En su tiempo libre dibuja sonrisas, crea sueños, toca el cello y la guitarra y usa bata blanca de científico loco. Tiene un blog propio llamado Tobogán de ideas y escribe para cartas en un sombrero. Daniela Cadavid Libreros. Santander de Quilichao (Colombia) Diseñadora gráfica, editora en jefe de revista Demencia, Telonera de la Luna, poeta y soñadora de tiempo completo. En los ratos libres imagina monstruos en las aceras e inventa imposibilidades. Número de la suerte: 21. Daniela Thann. Desde los confines de Internet. Líder suprema de una secta, vaga profesional y crítica literaria en La pluma insolente. Entre sus habilidades está escribir chorradas, invocar peña extradimensional la hostia de loca y autodenominarse cosas sin tener ni puta idea de lo que son, como por ejemplo artista conceptual.

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Dioni Dominguez Medina. Valencia (España) Administrador de Paris Poesía y de Aromas de Versos, programa radial. Es profesor de karate y publica en más de 50 páginas sus poemas.

Marian Cañibano. Natural de Portugalete, Bizkaia (España) Apasionada de la lectura desde que tiene uso de razón, compagina su trabajo por cuenta propia con el placer de escribir. Michelle Alucard. (Argentina) Escritora de fantasía y futura bibliotecaria. Ama el té, los libros, el rol y las tardes de lluvia en la cama. Autora del blog literario http://pergaminodehistorias.blogspot.com

Rafael García. Sevilla (España) 22 años Estudiante de producción audiovisual y próximamente estudiando guión. Amante de las letras y las artes marciales, adicto a los videojuegos y a la cultura japonesa. No tiene pelos en la lengua.

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el telon de la luna Daniela Cadavid Libreros

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El día en que la locura sedujo las artes

esde tiempos inmemorables la locura ha seducido las artes y ha atrapado en sus redes a genios de toda índole, ¿Siempre estuvieron locos o entre todos nos inventamos su locura?

tener una tuerca menos para que esa vena artística se funda con nuestra sangre?

Si adoptamos la razonable idea de leer un par de revistas científicas podemos encontrarnos posiciones como la de Julio Romero en el texto Creatividad, arte, Solo hace falta escribir artista, locura: una red de un par de nombres en el conceptos limítrofes, un buscador de google y en ensayo que me lleva a un abrir y cerrar de ojos pensar que la relación se tendrá la oportunidad entre locura y artista está de leer una centena de dada por los interpretes biografías de artistas de las obras más que por con algún desequilibrio los creadores, debido mental. Y no es para más que muchos psicólogos se a la superposición de conceptos y de hayan tomado el trabajo de buscar símbolos, como criterios usados para evaluar temas como si de un rompecabezas la creatividad o la se tratase: dentro de pinturas, novelas, cuentos, psicopatología. Si le sumamos a todo poemas, música y obras lo anterior las ideas teatrales. Pero, ¿Será subjetivas que tenga cierto? ¿Será necesario ~6~

el intérprete y los acercamientos históricos que haya realizado antes de enfrentarse a la obra, el individuo estará predispuesto a relacionar las ideas que escapen a su razón con eventos paranormales o trastornos psicológicos. Para apoyar esta idea podemos remitirnos a Grecia y pensar en la forma en como escultores, pintores, dramaturgos y escritores obtenían la inspiración para crear sus obras. La respuesta: Nueve musas; cada una especializada en un arte en particular, llevando a donde fuesen el poder de la creación por medio de sus poderes divinos. Durante siglos, y me atrevería a decir que hasta el día de hoy, las musas han sido


Cementerio central de Bogotá, por Daniela Cadavid Libreros.

aclamadas por artistas para atraer la inspiración divina ¿No es aquello una especie de locura? parece irracional creer en que el poder de crear recae en nueve diosas que existieron hace siglos. O quien sabe, quizás solo sea un truco para estimular la inspiración. Por otro lado si nos fijamos detenidamente en lo que cuentan las biografías podemos preguntarnos ¿Por qué no estar de acuerdo en que la locura y el arte son uno? si Van Gogh, Edgar Allan Poe y Newton estaban locos. Para responder a lo anterior he de acudir a

la medicina y apoyarme en la teoría de que cada ser humano posee uno o varios trastornos mentales en estado recesivo, los cuales pueden activarse en cualquier momento de nuestras vidas y si efectivamente esto es cierto ¿Todos seríamos artistas o es únicamente un juego de palabras? Desde mi punto de vista de lectora habitual y escritora indisciplinada puedo decir que la locura puede ayudar a crear o matar un potencial creador (si hablamos llanamente de seres humanos con trastornos mentales), pero si abordamos la ~7~

locura como una forma de romper paradigmas quizás estén en lo cierto. Siguiendo este orden de ideas, todos podemos convertirnos en artista. En cuanto a la pregunta “¿Todos estamos locos?” Es probable. La diferencia radica en la cuestión de atreverse a quebrantar, transformar o reinterpretar el orden actual. Nuestro status quo. Es en ese lugar donde para mí habita el artista genuino.


Š Yesid Flauterus

El cuerdo Loco

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Rabia y Miedo

Déjame, vieja, que te cuente una historia Por Daniela Thann

A

Así que esto es una especie de limbo... – dijo, lanzando una mirada de desdén al lugar.

Era cálido, sin límites en ninguna de sus dimensiones y de un tenue color rojizo. Pisaban encima de la nada. Era absurdo. La anciana le respondió con una enigmática sonrisa, de esas que tanto odiaba Trella. Siempre igual, los putos ancianos misteriosos que se aparecen en los lugares raros siempre eran así de crípticos con sus respuestas, incluso con su lenguaje corporal. Apaciblemente quietos, los cabrones, con ese pestañeo lánguido y las manos escondidas entre esa maraña de ropas que los cubrían. – Genial, me muero y me toca compartir camerino con la típica vieja de pueblo que se muere de un resfriado. – Se levantó y empezó a rondar buscando alguien más a quien insultar – ¡¿A quién se lo tengo que chupar para que me lleven de una vez al puto infierno?! La anciana la seguía con la mirada, sentada aun en su silla, sin decir nada y con una bondad en sus ojos que daba ganas de vomitar. Trella se acercó, se inclinó sobre ella y la miró directamente a la cara un buen rato. Se incorporó y empezó a gritar a la nada de nuevo: – ¡Me cago en la madre que os parió! ¿De verdad me vais a dejar aquí eternamente con una anciana con demencia senil? ¿Ese es mi castigo, malditos bastardos? Pues que sepáis que es una mierda. ~9~


por culpa de Rabia y Miedo. – ¿De miedo tú? Qué absurdo, se te nota que no tienes miedo a nada. ¿Y de rabia? Pero si eres puro candor primaveral. – No, pequeña vieja estúpida, Rabia y Miedo son dos dragones, y antes de que me vuelvas a interrumpir con tus tontas preguntas, te diré que me dejes explicar mi historia y te calles de una maldita vez.

One way - Ryan McGuire

Volvió a su silla farfullando algo sobre que a ella no la jodían ni los dioses, que se iban a enterar y que era la mayor experta del mundo en sacar partido a situaciones de mierda. – Mira vieja, ya veo que no hablas, pero no me voy a pasar los milenios o lo que mierda dure esto de la existencia, aguantando tu cara de tortuga con paperas y sin poder hablar con nadie. Así que voy a hacer algo, te voy a poner voz yo, y me contestaré a mí misma, porque esto de morirse es una putada de las gordas y a alguien se lo tengo que contar. – ¿Ah, sí? Vaya lo siento, lamento ser solo una

triste anciana que se caga encima en lugar del pito a sueldo en el que te dejas la mitad de tu fortuna y al – … que le cuentas todas tus penas– dijo, poniendo voz – Bien. Rabia y Miedo de falsete. eran dos dragones que yo misma crie, desde – Oh, eres muy pequeñitos. Eran una considerada y te expresas monada, ya con un año muy bien para ser un saco tenían el instinto asesino de huesos decadente. digno de su especie. Pero deja que ilumine Rabia por ejemplo, era por unos momentos tu el terror de los animales patética existencia con la domésticos, cada poco tristísima historia de mi tiempo me dejaba sobre muerte. la cama una cabeza – Cuenta, cuenta ¿De qué casi entera de oveja, de moriste, querida? ¿Pillaste cabra e incluso de vacas y caballos, un verdadero una venérea por ser tan portento. zorrón? – Ja, ja, ja ¡pero qué graciosa eres, vieja hija de puta! No, me he muerto ~10~

– Mírate, hablas como una madre orgullosa. – ¡Cállate! ... Aunque


me encantaban sus regalos no podía permitir ese comportamiento. Estaba harta de que el gobernante de la zona viniera a mi casa con quejas de los gilipollas de los vecinos, así que tuve que tomar medidas correctivas. – Una mueca de sadismo desfiguró su blanco rostro. – Como buenos dragones, no fueron fáciles de domar. Miedo, mi precioso Miedo, tan grande que era ya de cría; con unos rasgos de pura maldad que harían que el mismísimo dios de los infiernos se cagara encima, se convirtió en un animal huraño y asustadizo. Su nombre pasó a parecer una burla. En cambio Rabia se volvió aún más agresivo, me quemó la casa tres veces ¡Con todos mis sirvientes no remunerados dentro! Menuda ruina, me costaron un pastizal.

refinado...

divertido. – Suspiró. – Pero no podía ser. Así - ¡Silencio, he dicho! Al que los abandoné en una final tuve que deshacerme garganta muy profunda de ellos. No solo por sus situada en lo más hondo problemas de conducta. de un bosque que hay a La verdad es que vi miles de kilómetros de que a la larga iba a ser mi ciudad. Pensé que con imposible alimentarlos, un poco de suerte, Miedo incluso con mi inmensa moriría rápido a manos fortuna. Y requerían de algún bicho más demasiada atención. No grande que no tuviera podía dejarlos solos cada tanta piedad como yo. vez que me fuera unos Y que Rabia crecería, se días a hacer mis cosas, haría fuerte en el bosque ni llevármelos. Aunque y me haría el gran favor tengo que confesar que de comerse uno a uno a imaginarme montada todos los putos elfos de la en una cuadriga tirada zona, esos que no paran por ellos dos mientras de dar la brasa con que devastan todo a su paso, por ahí no se pasa y que me resultaba la mar de el bosque es suyo y todas

– ¿Sirvientes no remunerados? Nunca pensé que fueras la clase de persona que usa eufemismos. – ¡Silencio! – Tu lenguaje es taaan

Forest Fire in the Everglades - Flip Schulke ~11~


esas paridas de marica trasnochado. – Paró un momento y miró al suelo en silencio. – No pude matarlos. Seguía mirando al suelo. Hizo un rápido movimiento para limpiarse algo en el ojo y volvió a alzar la vista. – Así que entenderás lo mucho que me jodió cuando 10 años después me llega una carta con sello real donde me informan de que bajo amenaza de embargo de todos mis valiosos bienes e inmuebles, debo acompañar a la expedición encargada de exterminar a mis dos pequeños. Si, como lo oyes, sobrevivieron los dos, y no veas la que estaban liando. Creo que la carta venía a decir que el número de poblaciones pequeñas arrasadas por ellos ascendía a 20, que habían atacado ya dos grandes ciudades y que se habían merendado a la hija pequeña del gobernador de una de ellas y a uno de los líderes elfos más importantes del cenagal donde los

dejé... Confieso que me sentí un poco orgullosa de ellos en ese momento. Pero tenía que acceder. Era necesaria, porque aparte de ser la mejor mercenaria del reino, yo era el único cebo efectivo para atraerlos a donde queríamos. Así que cogí los trastos, uno de mis caballos y me fui hacia la capital a esperar al resto de idiotas… – En ese momento sonó un fuerte chasquido y un número tres, gigantesco, se dibujó en el aire, justo encima de sus cabezas. - Qué raro... ¿Tú sabes qué es, vieja? – No, querida, si yo ya no sé ni controlar mi esfínter como para saber que está pasando a mí alrededor. – Seguía imitándola con esa voz aflautada. Ahora que se fijaba, la anciana tenía mucho peor aspecto. Sus ojos se habían hundido un poco, su cara se había puesto pálida y la flacidez de su rostro era aún más pronunciada, como si hubiera envejecido 20 años de golpe. Aun así, ~12~

seguía teniendo aquella mirada luminosa y esa misteriosa sonrisa en su cara.

Continuará… Esta obra está sujeta a la licencia ReconocimientoNoComercialSinObraDerivada 4.0 Internacional de Creative Commons. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons. org/licenses/by-nc-nd/4.0/.


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En el interin

Michelle Alucard

5 cosas que tienes que saber antes de escribir sobre locura

Crazy Morning - Alli por Shane Adams

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¿

Quieres escribir una apasionante historia sobre un personaje que sufre un trastorno psicológico o está loco de remate? Perfecto. Sin embargo, deberías considerar unas cuantas cosas antes de empezar.

1) Infórmate bien acerca de lo que quieres escribir. Me explico: investiga a fondo sobre la esquizofrenia si eso será lo que tenga tu personaje. Una amiga psicóloga me dijo que el mayor error que notaba en las novelas con personajes que padecen de personalidad múltiple es que esto suele estar acompañado de otros trastornos psicológicos que no son mencionados. Si tú no tienes una amiga psicóloga para ayudarte con tus dudas (eterno agradecimiento a ti, Ale), tendrás que buscar información por tu cuenta. Lo que me lleva a… 2) Busca información en lugares adecuados. Nada de escribir “esquizofrenia” en Google y leer los primeros cuatro artículos que salgan. Si donde vives hay una Universidad en la cual enseñen Psicología, ve a su biblioteca, la cual debería estar abierta para el público en general, sobre todo si es estatal (esto es debido a que si está financiada con fondos públicos, debería ser accesible para el público que paga sus impuestos con los que se financia la universidad y biblioteca). Allí encontrarás textos específicos y certeros sobre la cuestión. Otra opción es Google Académico (scholar.google. com). Este buscador recupera únicamente contenido de tesis, revistas científicas y otras publicaciones especializadas. Es un contenido mucho más fiable que el artículo que recupera el buscador tradicional, que quizás ni siquiera es escrito por un especialista en el tema. Y por lo tanto, te ayuda a evitar errores groseros. 3) Haz que el escrito se lea verosímil y verdadero. No son sinónimos: si alguna vez te comió la tarea el perro y se lo dijiste a tu maestra, ya sabes que no te ~15~


Crazy hair salon in Kamakura por Daisuke Murase.

creyó aunque fuera verdad. Y es por esto que errores como el mencionado anteriormente de la personalidad múltiple pasan desapercibidos para los lectores que no saben nada de psicología: porque se escribe de forma verosímil, lo crees aunque sea mentira. Pero lo ideal es combinar ambas cosas. Haz un texto con trastornos verdaderos y síntomas verdaderos, y escríbelos de forma verosímil. Esa es una fórmula infalible. 4) Sácale el jugo a tu personaje. Exprímelo al máximo (no literalmente. A menos que estés escribiendo terror-psicológico-gore). Tiene ese problema por una razón. Ha tenido una vida totalmente condicionada por él. Aprovéchalo. El lector ama leer tragedias, conflictos y sucesos extraños a su vida cotidiana. O también puedes irte hacia el otro lado: la historia contada desde el punto de vista de tu personaje, que está totalmente loco. Relatarla de manera tal que se lea

como un completo absurdo, cómico e impactante. O contarla con un realismo crudo que deje al lector con los cabellos erizados. 5) Lee novelas que hablen del tema que quieres escribir. No para buscar información, eso está claro. Pero sí para ver si te atrapa la historia y fijarte los recursos que utiliza el autor para lograrlo. “Perseguida por toda la ciudad” de Mary Higgins Clark es una buena opción para el caso de personalidad múltiple, tanto si te termina gustando (para entender por qué y aplicarlo) o si no (para evitar completamente lo que detestaste). Mira películas y cortos sobre el tema, documentales y si tienes acceso a algún especialista que acceda a hablar del tema, aprovéchalo. E invítale a comer, que te está haciendo el favor gratis. Ahora ve, siéntate y ponte a escribir. Que ya quiero saber qué idea te ronda por la cabeza, mi querido lector. ~16~


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Art Brut

Amelia Nyan

Foto por Bảo-Quân Nguyễn

E

s por eso que he dicho que es etimológico – me crucé de brazos y la miré por encima del hombro. Esta vez no podría refutarme, ¡no había manera de rebatir mi argumento! Observé satisfecho su cara de sorpresa y sentí como se me hinchaba el pecho de orgullo eso, eso, mantente en silencio le dejé sin palabras. Caramba, me sentía como el maldito amo de toda

realidad me encantó el hecho de que lo reconociera abiertamente –Has aprendido una nueva palabra. Wow – hizo una breve pausa y mi sonrisa se ensanchó –Pero me temo que no la has usado correctamente. Has Parpadeó un par de veces, de referirte a que era un incrédula y yo estuve a concepto epistemológico. punto de echarme a reír, ¿De dónde has sacado pero sus comisuras se la definición, si quiera elevaron en ése momento la leíste completa? – y medio metro habló – entonces se me cayó la Pues vaya que me has boca hasta los pies (en sorprendido – sí, eso ya el sentido figurativo) lo sé pensé aunque en la secundaria, le había ganado a la cerebrito en un argumento. ¡Sí! Era como no tener clase el viernes y contar con la buena suerte de que el próximo lunes cayera festivo.

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y ella comenzó a reír. Demonios, sabía que esa frikipedia no era confiable –D-de un diccionario– me apresuré a decir y volví mi cara hacia el frente, quedándome completamente de espaldas a ella. Ahora no tenía ni idea de qué decirle y es que mi mente me había traicionado. Recordé, muy tarde a mi pesar, que eso de etimológico era de dónde provenía la palabra o algo así. Era culpa de los griegos y el que usaran palabras tan complejas y parecidas para hacer de mi vida algo aún más complicado. Había querido impresionarla, pero había terminado por tirar todo a la basura. Me es inevitable ser de naturaleza no-ligón. Ni siquiera me atrevo a ser condescendiente, parece que me vuelvo un tipo de troll o compañero del bullying para cortejar a cualquier doncella que me interesa. Quizás por eso sea más virgen que María, aunque a mis escasos dieciséis años no lo consideraba como un problema.

Era el momento más incómodo de la existencia y a lo mejor fingir un ataque repentino de alergia hubiese dado mejor resultado que mi tosco “Bueno, nos vemos por ahí”; me faltó haberle dicho algo como “socia” para terminar cavando cualquier oportunidad, pero yo iba a salir casual, como si no importara, como si siguiera siendo uno de los tipos más cool de la secundaria. La realidad era que era un bocón y que decirle medio metro a Juana no me ayudaba en absoluto. Seguía viéndola bonita, con los ojos brillantes cuando se perdía hablando de algo que la apasionaba. Recuerdo la primera vez que habló y pensé que estaba loca, que se le había zafado un tornillo y que no había forma de recomponerla. Ahora era yo quien se encontraba en ése estado, pensando en cómo rayos había terminado gustándome una chica menudita que no hacía más que comer lechuga como si fuera un conejo, leer a un tipo ~19~

de apellido de Malzieu y bailar descalza por los corredores del colegio. Digo yo que si algún día me la encontrara de noche en el colegio pensaría que es un espanto, uno al que le dejaría hacerme todo lo que quisiera, pero ¿Qué? Mejor me voy a clase. Me senté en la parte de atrás, sin saludar a ninguno de los presentes –Oye viejo, qué te pasa– me preguntó algún compañero X, pero me daba que no era capaz de afrontar la trivialidad de la conversación trivialidad. Mira Juana que al menos te he aprendido una palabra y sé utilizarla en el contexto fruncí el ceño y dejé caer el maletín al suelo, al tiempo que movía mi cabeza para que se entendiera que los veía, pero que no me había molestado en saludar. Junté las manos en el pupitre Qué hacer… ¿desaparecer a Juana? ¿O desaparecer yo? Era mi primer encuentro con la vergüenza y no quiero decir que yo sea un desvergonzado, pero tengo cara dura


para diferentes tipos de situaciones. Ya había pasado por varias cosas, pero jamás por una Juana. Una Juana a la que le gusta bailar tango sin tacones, que se declara vegetariana y que tiene la sonrisa más pícara e inocente que he conocido alguna vez. Seguramente estaba perdiendo yo el juicio, no sé si a causa de las hormonas o de un factor externo, como el clima o la constante presión de la profesora de literatura para que entregáramos un proyecto relativo a alguna enfermedad mental. Más encima quería que relacionáramos eso con el romanticismo, aunque yo no era un romántico y lo más tierno que había dicho alguna vez a una mujer era que tenía el bollito bien recogido (el peinado, claro está). Además, ¿Qué tenía lo uno que ver con el otro? La profesora debería replantear su idea, porque así como va, es como combinar un ocelote con un cuervo ¿Por qué terminé pensando en eso? No me cuadraban las

cosas se me habrá pegado su rareza de tanto que me la paso ahora con ella pensé con una sonrisa, mientras miraba todo y a la vez nada en particular.

impaciente. Sentía su mirada clavada en la nuca y no quería que viera cuánto quería saber qué ponía la nota, así que traté de parecer impasible y no moví ni un músculo Al principio no había sido de la cara. Me da igual a propósito, sino como si claro campeón pero una obligación escolar me desconcertó leer un “mostrar a los nuevos simple “no olvides que alumnos el sitio” (cosa tenemos que reunirnos que hasta el momento a terminar el informe de pensé que solo sucedía filosofía” qué pereza esa en las películas) y luego, gente tan rayada. Volteé Juana terminó siendo mi y asentí con la cabeza y compañera de trabajo. volví mi vista al pupitre, Fue bueno porque era más específicamente muy inteligente, pero al trozo de papel que nunca quiso hacer todo el sostenían mis manos trabajo. Y yo sentía ganas filósofos… giré el papel de ayudarla. Y luego de mientras pensaba en que hacer más y más. al menos no creía que era Entonces, en medio de mi un idiota por lo que había pasado hace un rato en profunda reflexión sobre el pasillo. Fue entonces la maternidad de los que lo vi: pero esta vez, patos, algo me golpeó la cabeza –Demonios Felipe, haremos algo diferente. ¿A qué se refería? juro que… – entonces la vi señalando el papel que Quise preguntarle, pero había caído en el suelo y cuando volteé, Juana ya asentí. A regañadientes, no estaba. Un segundo que yo tampoco soy tan después, sonó el timbre. fácil. Levanté la nota, ¿Era acaso un juego? expectante, con las Tal vez quería que la manos frías Juana nunca buscara, tal vez ése… me había enviado una de “haremos algo diferente” estas lo abrí despacio, era la indirecta (no tan a pesar de que estaba indirecta) que necesitaba ~20~


para decirle cuánto me gustaban los hoyuelos que se le formaban cuando sonreía. Así que como buen caballero, empecé a buscarla. No tardé mucho y hubiese deseado no haberla encontrado. Ahí parada, hablando tan coquetamente con un tipo mucho mayor que ella. Jugueteaba con su cabello y giraba en las puntas de los pies. Tuve ganas de salir corriendo, pero en vez de eso me quedé ahí, mirándola con la boca abierta, bastante enojado. Fue la primera vez que lo sentí. Ese brote violento que me revolvía las entrañas. << – Se acabó el descanso, ¡a sus celdas! – Levanté la vista de la mesa y sonreí no por mucho más tiempo pensar que había matado tanta gente por ella y la muy ingrata nunca me lo había agradecido. Claro, no podía, porque la maldita solo estaba en mi imaginación, jaja. Qué divertido hubiese sido, si Juana realmente existiera.

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Kaleidoscopic Cats Donde la realidad y la imaginaci贸n se vuelven arte

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La princesa de los condenados Por Rafael García

U

na vez más, camino mirando el asfalto. Las nubes encapotadas y oscuras acompañan mi rostro, un rostro perdido y decaído el cual llevo ya un tiempo sin ver reflejado en un cristal. He olvidado mi nombre y simplemente camino siguiendo el aroma que me causa dolor. Noto mi pecho destrozado y vuelvo a arrojar la misma colilla una y otra vez, el olor del tabaco impregnado en mis duras manos me recuerdan que dejé de ser una buena persona, que me converí en un vástago de la locura. Camino por un sendero perdido buscando aquello que hace latir mi pecho, unos buscan el miedo por curiosidad otros por adrenalina pero yo soy presa de este, un miedo digno de poetas del renacimiento, un miedo que muchos intentan obviar, un miedo que algunos llaman amor. Continuo caminando por las calles siendo observado por la luz de la luna como si me arropase entre sus brazos, un luna roja que solo atráe a mi cabeza la catástrofe, el echo de pensar que en algún lugar “ella” estará observándola hace que sea consumido por la ira, una ira bella y acogedora, culpable de que mi luna se encuentre rota. Sigo caminando una vez más y un aroma me comienza a llevar a un lúgubre bar, un aroma suave como la canela ~23~


Fotografía por Hatim Belyamani

que sobresale entre todo este olor a cloaca y vicio, ciego me encuentro y temo ser llevado una vez más, trece han sido los nombres de las mujeres que han atacado mi corazón, como una víctima que va al matadero una vez más sigo ese aroma que sin lugar a dudas no es el de “ella” y eso me molesta, por que lo anhelo. Un bar repleto de gente hace que avance lento hacia ese nuevo aroma que ataca mi pecho haciéndome pensar que tal vez olvidaré la sombra de ese rostro que ya ni siquiera recuerdo, mi corazón palpita con cada paso que doy, por que aunque se que no se trata de “ella” tal vez podré liberar mi corazón de este sentimiento que me proporciona tanta agonía, entro en el cuarto de baño siguiendo mi olfato y puedo sentir como los vellos comienzan

a ergirse de la emoción, como será ese nuevo rostro que me espera. Mientras avanzo por ese cuarto de baño, por primera vez después de tanto tiempo veo mi rostro reflejado, mis ojos cada vez más cercanos al azabache y mi rostro descuidado me dejan perplejo, me doy cuenta de que el dolor de mi pecho poco a poco me estaba convirtiendo en una bestia domada por el miedo, mientras observo mi rostro con tristeza escucho desde el baño el sonido del urinario que me despierta como si de una alarma se tratase, sin pensarlo más saqué mis guantes negros, me los coloqué esta vez con mucho cuidado, pensando si esta vez por fin sería liberado de esos grilletes que atan mi corazón, me dirigí hacia donde estaba ese dulce aroma ~24~


una vez más atraían la catástrofe, sus piernas que no podían tocar ya el suelo comenzaban a dejar de moverse mientras de mis ojos caían lágrimas de desesperación, su cuerpo dejó de tener vida, aunque su belleza seguía permanente tarde o temprano se iría, la coloqué con delicadeza en el suelo y observé el cuerpo desprotegido, con resignación me marché del lugar como si de un espectro me tratáse.

Fotografía por Gabor Monori

cuando del baño salió una chica con el pelo rubio y rizado, ojos verdes y una piel cristalina, tanta belleza me abrumaba pero no era “ella”, sin mediar palabra me dirigía hacia ella y la besé introduciéndola hacia dentro del baño, comenzó a moverse violentamente y eso me disgustaba, sabía que no podía amarla, su belleza no podría borrar la silueta de ese rostro que no recuerdo, así que le solté agarrándola del cuello y antes de que pudiese gritar introducí dos dedos en su boca, siempre mordían pero ya era incapaz de sentir dolor o quizá era eclipsado por el que atacaba mi pecho, comencé a elevarla del cuello, mientras dejaba levemente de apretar sus dientes contra mis dedos, sus bellos ojos comenzaban a inundarse en un rojo carmesí que

Y una vez más continúo caminando buscando el aroma que recuerda mi pecho, y eso me hace sentir verdadero miedo, no dejo de preguntarme mientras camino que ocurrirá cuando la encuentre, soy esclavo de un sentimiento que me causa pavor, y es que temo el momento que dejé de sentir, de sentir este miedo que llamo amor, por que esclavo cargo una cruz que atraviesa mi pecho caminando buscando a mi musa, catorce han sido las mujeres que han atacado mi corazón el cual se encuentra encadenado por este terror, olvide su rostro y su nombre pero para mi siempre será Lady Vengance.

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El juego lugubre Antonio Rivas Carreño

Como construir un verso libre con un costillar de cerdo

Mmmmortimer’s, archivo de fotos Librería nacional de Irlanda.

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Instrucciones:

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ais a la carnicería, eso es obvio, porque en la farmacia quizás no lo haya, y os compráis un costillar, mejor dos, de cerdo, a ser posible ibérico. En la encimera de la cocina o en la mesa camilla, a mí qué más me da, ponéis la cosa esa redonda de madera y si es chica, descolgáis una de las puerta de un dormitorio que sea maciza y le ponéis tres o cuatro periódicos por encima para no joder la puerta, bien centrada en la mesa camilla, o mejor en el suelo si no tenéis lumbalgia. Bien, extendéis los costillares encima de los periódicos (no hojas de periódico, sino periódicos enteros) y en el cajón de la encimera a la izquierda del fregadero está el cuchillo ese grande en forma de media luna que pesa lo suyo y os acercáis con mucho tiento a los costillares. Si no tenéis guantes de malla de acero, sujetad

un costillar con la mano izquierda por el extremo opuesto a donde vayáis a dar el tajo. Fijaos bien o hacerle una foto al costillar: ahora mismo todas las costillas están juntas y prietas, es UNA NARRATIVA o una prosa, como más os guste. Bien, como así entera no es posible que entre en la olla (LOS LECTORES), tenemos que cortar el costillar primero en trozos a lo largo de la pieza. Para ello cogéis el machete y cortáis a ojo de buen cubero todo el costillar por la mitad, sin que os preocupe para nada que todas las costillas tenga el mismo largo, es decir, mejor aún, que todas las costillas tengan un largo desigual. Bueno, luego con el otro costillar igual. Y ahora se ponen los trozos largos de costillar, que son cuatro, según mis cuentas, y hala a cortar costilla por costilla. Se hace un montón con ellas en un lado de la puerta y vamos alineando muy bien en el otro lado las ~27~

costillas de tal forma que acaben todas a ras del borde y desde ahí hacia el interior de la puerta todas las costillas tienen un largo diferente entre sí. Muy bien, pues cada costilla es una LÍNEA del VERSO LIBRE, es decir, cada costilla es un verso. ¿Lo habéis cogido? Estupendo. Ahora hay que fijarse bien: las costillas son de medidas de largo desiguales ¿no? Pues esa es la FALTA DE MÉTRICA del Verso Libre. Es decir, todas las costillas y todos los versos tienen distinta medida. Las costillas por el lado opuesto tienen una punta que casi ninguna coincide, ni en la forma, ni en el grosor, ni en el tocino que tienen alrededor, ni en nada de nada ¿Es cierto? Bien pues esa es la FALTA DE RIMA en el Verso Libre. Las costillas huelen muy bien y mejor sabrán ¿no? Equilicuá, pues eso es el CONTENIDO, la esencia, el mensaje, lo que nos transmiten las costillas. Nos quieren decir


¡Cómanme! Pues ya casi está. Ahora hay que fijarse en todas las costillas alineadas a un borde de la mesa. ¿No da la impresión de que parecen unas vías de un tren o una pianola de juguete a la que sólo le falta el palillo con la bola para pasarlas cobre ellas y que empiecen a cantar? Eso es, pues ahí tenemos el RITMO del verso libre, la musicalidad en definitiva.

junto a la costilla a la hora de comer. Así que una costilla jamón, dos no, otra jamón sí, otras dos no, y así sucesivamente. ¿Qué es esto? Sencillo: las REPETICIONES SINTÁCTICAS, otra característica del Verso Libre. Y finalmente vamos a darle presencia al costillar, vamos a adornarlo: le ponemos perejil, laurel, ajo, sal, aceitunas, pimiento ¿Qué nos falta? A ver, morrón, unas cuantas antes de echarlas a la olla, alcaparras, un poquito de hay que condimentarlas, vino de Módena y, hala, darles brillo, color, que complementamos con se vean bien, vamos. Y todo ello el apartado de cuando están casi listas las FIGURAS LITERARIAS las observamos y decimos que van a acompañar a la para nosotros ¡Leche, vaya Metáfora. pianola que nos vamos a comer! Eso es una Por ejemplo, en un primer METÁFORA (Llamar a las vistazo observamos costillas con un nombre la pinta que tiene el ajeno al suyo propio en costillar (IMÁGENES), base a una relación de luego vemos que las semejanza… Pianola = que no llevan jamón se a costillas) Vamos bien, a repiten más que las que ver si acabo. Luego, cada sí lo llevan (ANÁFORAtres costillas por ejemplo, repeticiones simples), se coge una y se la luego alguno de nosotros envuelve con una tirita de piensa que esperar a jamón del bueno larga y que estén cocinadas va para que no se escape se a resultar un Calvario atan al final con un trocito (ANTONOMASIA- Forma de cuerda fina de cocinar especial de METONIMIA para que el jamón siga del nombre propio – sin ~28~

ti mis pensamientos son un calvario…calvario sirve a toda situación de sufrimiento). Otro de nosotros designa de manera unívoca al costillar diciendo: este es un costillar de cerdo ibérico procedente de las Alpujarras granadinas (DEFINICIÓN), el cocinero manifiesta ¿Y con éstas va a haber para todos? (ELÍPSIS… la forma más sencilla de supresión = con éstas <costillas> va a haber para todos) y así podríamos meter hasta 100 o 120 Figuras Literarias si nos apetece porque las costillas tienen muchos aliños. Los aliños son las figuras literarias. Bien, pues cuando salgan de la olla LAS COSTILLAS Y EL VERSO LIBRE ESTARÁN PARA CHPARSE LOS DEDOS Y PARA QUE LE HAGAN A UNO LOS OJOS CRIIRIBITAS. Y a modo de ejemplo, os paso un costillar, perdón, una narrativa que en su día publiqué para mi amiga Airam Oscisén, alias Historias Inéditas de Airam, en forma de comentario a un poema que le dediqué, y que me ha parecido


como hacemos a menudo,

oportuno trocearlo y disponerlo a la izquierda de la página, igual que las costillas de cerdo.

pero por dentro llevamos

A veces haz de saber

A veces nos cansamos

que el amor virtual

de nosotros mismos

y espacio para que podamos volar,

ayuda a reforzar bien

y no tenemos valor

A veces, probablemente,

la confianza, a disfrutar

para buscarnos de nuevo.

hayamos pasado quizás

de largas conversaciones

A veces nuestros suspiros

media hora con el amor

y a incrementar el ingenio.

son versos que se pierden

de nuestra vida pero llevamos

A veces debes saber que ese amor representa todo el afecto, la bondad y la compasión del ser humano, productores de actitudes, emociones y renovadas experiencias. A veces no te das cuenta que con el amor, a menudo, nos pasan algunas cosas

sentimientos que quizás entristezcan nuestra vida.

porque quizás amamos

ese amor nos debe dar aire

a quien no es adecuado

toda una vida pensando en él,

y a aquel que nos ama

es como una cicatriz

nosotros no podemos amarlo.

que nunca desaparece.

A veces olvidamos

A veces, para poder vivir,

que el amor y el desamor

necesitamos matar ese amor

son como las dos caras

que nos está quemando

de una misma moneda,

y achicharrando por dentro.

siempre suelen ir juntos. A veces, para que podamos vivir

muy curiosas y dispares,

en armonía con nosotros mismos

antagónicas, enfrentadas.

nuestro amor no debe

A veces nos sentimos fuertes

etiquetarse ni constreñirse,

Por último, no a veces sino siempre, la música y la literatura, que a ti tanto te gusta, es para tu alma como la gimnasia para el cuerpo, ¡atrápalas!

~29~


La caja Oblonga Donde los cuentos cambian la realidad que nos rodea

La locura de María Marian Cañibano

The flower vendor of Cincinatti por Tom Hubbard - 1931

D

eambulaban sus cuerpos por la casa, sin apenas mirarse, cada una en su espacio. Compañeras de piso y amigas del alma en otros tiempos, habían terminado compartiendo solo gastos ante la imposibilidad de separar su economía, dejando a un lado la idea de seguir unidas por las emociones. La cuestión se convirtió en vital con el paso de los días y la calma llegó a

encontrarse demasiado tensa entre las dos mujeres. Decidieron entonces, con acciones separadas, repartir el espacio y dividir las costumbres, no permitiéndose el más mínimo roce de mutuo afecto en sus respectivas vidas. Pesaba bastante ya tener que verse a todas horas y en prácticamente todos los sitios como para encima intentar explicarse lo que ellas consideraban ilógico. Trabajaban juntas, vivían juntas, las mismas amistades, la misma familia. Siempre enfadadas, distanciadas, cada vez más debilitadas. Llegó un momento en el que hasta respirar el mismo aire se les antojó insoportable, asqueroso. Era el único sentido con el que compartían las mismas sensaciones y estaban cargadas de rencor. Se negaban a reconocerse en otros. María decidió habitar parte del salón ~30~


y la biblioteca, más concretamente la parte derecha, junto con una particular habitación conjunta, de romántico aspecto, que se le antojaba emparedada entre falta de ilusión y tensiones crecidas, insostenibles. Contaba con la misma proporción en los demás huecos, en su antiguo hogar, en sus recuerdos. La otra María habitaba la parte contraria, la izquierda, incluyendo coche, oficina y también cierta lógica aprendida en lo que decía. Aun así, continuaban teniendo que pasar la mayor parte del día juntas. La casa no era grande, la oficina tampoco. Era asfixiante. Habían llegado sus diferencias a rozar el odio mutuo. La una, por su parte, le echaba la culpa a la otra de haberle dejado marchar, mientras que la otra, por la suya, le reprochaba a la una, no haberle dejado ir antes. Ambas se enamoraron del mismo hombre, el mismo día, a la misma hora. Ambas, le acabaron viendo de forma distinta. Cada una interpretó la realidad a su manera. María consideraba que fue su otra la culpable de haberle perdido con su locura racional, con sus persecuciones para imponer consejos, con sus actos de desprecio sin atender a sus razones al pedirles perdón. A ella tampoco le agradaba cuando se ponía así, pero era todo lo que tenía. Lo que creía haber tenido. Todo lo que ella la hizo perder… Todavía le quería, no había dejado

de hacerlo. Era incapaz y sabía que la otra María le odiaba por ello. Se sentía agotada en lo físico y harta en lo mental. Ya había conseguido terminar. La culpa, sin duda, fue suya. Los últimos meses la convivencia se hizo insoportable entre los tres. Con sus lamentos y sus quejidos, con las malas formas y el poco aguante. ¿Qué más quería robarle con su juicio? ¿No le era suficiente tener que compartir futuro? Había momentos en los que la única salida que acertaba a reconocer María era acabar con su propia vida para romper el vínculo. Por su parte, María también estaba cansada de aguantar el peso de las decisiones. Hasta el momento, no había supuesto para su compañera ningún problema. Ella actuaba, su amiga soñaba. Pero aquella vez, la otra, había traspasado todos los límites de lo razonable. Ella era humana, le dolía de igual forma haberse perdido en el amor. Tuvo que echarle, no tuvo más remedio, no podían permitirse más amenazas, más gritos, ninguna de las dos. Le pudo más su amistad con María, su amor propio. Ella sí fue capaz de abrir los ojos. No se lo podían permitir. Ambas debían continuar juntas, pasara lo que pasara. Las primeras semanas, pensó que no era lógico permanecer enfrentadas. Intentó hacérselo entender, siempre había cuidado de ella, lo hacía con gusto. La consideraba su mejor y más preciada amiga. La cabeza de María, fue consciente de todo, procuró ~31~


Rıza Derviş House, Sedad Hakkı Eldem Archive.

explicárselo de mil formas, pero el corazón de su otra, traicionaba cualquier posible avance. Al tiempo que le obligó a salir por la puerta, su paz quedó dividida. Poco a poco comenzó también María a no poder perdonar tanta irracionalidad, a negarse a intentarlo, a sentir temor de volver a romper su mitad más fuerte con otro intento. Se amplió pues, el abismo entre ambas mujeres, comenzando a bordearse la locura. El aguante de su amistad se tambaleaba empujado por los reproches, avivado por innecesarias y recíprocas culpas. El orgullo de María le impedía seguir enamorada. En ~32~

cambio la dejada María, no soportaba la idea de no poder volver a quererle. Desde sus opiniones contrarias, lograron llegar a un punto en común: la imposibilidad de separar los destinos. Ambas mujeres decidieron acudir a algún tipo de mediador, obligadas por su círculo cercano. Tenían que avanzar, mantener unas mínimas reglas de convivencia para el bien de la pareja, para el disfrute mutuo. Dadas sus circunstancias, quizás se vieran obligadas a ello de por vida. Un amigo, también común, se ofreció a explicarle el caso a un especialista de su confianza mientras tomaban café. Si no eran capaces de ponerse de


acuerdo, todos los que de verdad las querían se temían lo peor. A ninguna de las dos mujeres le hacía gracia la idea de morir. Ambas decidieron aceptar, conscientes de lo necesario que era mantener su equilibrio. El momento había llegado, entraron sin rozarse en la consulta. Una en su lado izquierdo y la otra en el derecho, se fueron sentando frente a aquel desconocido sin saber qué decir, qué decirse, ni qué decirle. En las primeras citas, las dos se mantuvieron en silencio. Quizás algún pellizco de reproche, por no atreverse a comenzar, amorataba los brazos, o alguna mirada extraviada, incriminatoria, culpabilizaba a la otra. Pero las mujeres se mostraban cada vez más tranquilas compartiendo sillón, sin dirigirse la palabra, convencidas de que en el fondo la tercera parte debiera de ser la más importante de su terapia y las guiaría con su experiencia. Sin embargo, las sesiones fueron pasando y no hubo ni una palabra del tercero en cuestión. Silencio absoluto, compartido entre todos. Los cincuenta y cinco minutos con setenta euros se les hacían eternos y aquel hombre parecía disfrutar con la situación. Impasible ante los reproches silenciosos que le lanzaban ambas Marías, incapaces de hacer quedar mal a su amigo pero cansadas de la falta de profesionalidad. Hasta que, por fin, una mañana faltando tan solo diez para la hora, la espontaneidad en la voz de su odiado mediador las pilló de sorpresa,

neutralizando sus posibles y opuestas reacciones. – Son ustedes conscientes – les dijo tranquilo – de que por lo menos al venir hasta aquí y no tener posibilidad de huir la una de la responsabilidad de la otra, fijan su mirada en mí, preguntándose “¿Qué papel tengo en su historia?” Bien, yo se los aclaro, pero han de pensarlo. >> No pinto nada. No aporto nada. Lo único que hago es sacarles el dinero, sin beneficio alguno porque ni les hablo y encima, les sonrío al marchar, justo cuando se sienten imbéciles, enfadadas. Ustedes no se atreven a preguntar por qué. Yo soy compañero de su amistad común. En su interior, les pasa algo parecido. La diferencia ~33~


es que a mí no les une ningún lazo afectivo. Ambas unen sus fuerzas y toman las decisiones. Por eso, está viendo usted claro, María, que les engaño. – dijo el hombre señalando la parte derecha de su coleta despeinada. – Y Aun así no me lo dicen por ser quien soy, por educación, ahí coinciden – continuó – Pero si alguna de las dos lo hiciera, sería usted, María, la encargada de hacérmelo saber, con el beneplácito de su otra parte. Esta vez no tendrían problema en ponerse de acuerdo – parecía haber terminado el hombre, dirigiéndose a María. Ambas cruzaron miradas, buscando un centro, mostrando su perplejidad ante el comentario de la tercera voz. – Háganse la pregunta esta semana. “¿Por qué nos negamos a escucharnos?”. Pregúntenselo. No quiero que vuelvan hasta el martes y estoy seguro de que sabrán darme alguna respuesta. Esta sesión, no se la cobraré. No paren ustedes al salir. Le debo varias a su amigo, denle recuerdos, aunque le veré en casa. Las dos Marías, se levantaron al tiempo, deseando abandonarse la una a la otra en su mutua huida, sin zancadillas, pero con ánimo de alejarse aprisa, en sus dos partes, pero más cercanas que al entrar. Se cerró con golpe seco la puerta de la consulta. Escuchó como

se desplazaban sus sombras, escandalizadas, cruzando la colorida cristalera del pasillo con paso ligero, sin parar, cada vez más unidas. Sonrió satisfecho. A veces era sencillo, solo hacía falta que aprendiesen a estar en silencio para aprender a escuchar y perdonarse. Encontrar otros culpables, los verdaderos. Incluso a él, se le hacía necesario el ejercicio de vez en cuando. Aprovechó para tomar un respiro antes de su siguiente visita. Su agenda rebosaba reputación. No había muchos profesionales de su especialidad. A las cuatro: dos padres enfrentados en lo mejor para sus hijos, seguidos de dos compañeras de trabajo despedidas el mismo día con un problema por el juego. Concretaría también la fecha de la próxima visita de su María. – Carmen, cita el próximo martes para María – se le escuchó desde recepción. – Ok. Martes día 4, a las cinco y media, le reservo a sus Marías. – No Carmen, la próxima semana ya lo habrán entendido. Estoy por apostarte que ambas, deciden venir en solo una. Cambiamos de tarifa, pasamos a modo amigo – volvió a sonreír satisfecho mientras archivaba las últimas notas en su expediente. Aquella mujer acababa de decidir no volverse loca. Su mirada comenzaba a centrarse. Reconocía perfectamente los síntomas. Él mismo los había experimentado. La llamaría al salir del trabajo, pasaría a tomar otro café. ~34~


~35~


La inmaculada Carlos Fernando Imbachi Gamba

GRATISOGRAPHY - Ryan McGuire

N

o hace falta tener en mente las preguntas de siempre “quién, cómo, dónde o por qué” para entender que me encuentro inmerso en un mundo controlado por mi demencia, una especial y ligeramente racional. No hace falta tener que presenciar otros entes o formas para creer que mi mundo está distorsionado y se aleja de a pocos de la realidad. Creo que a la final todos estamos locos, todos tenemos “demonios” o “fantasmas” que nos torturan de a poco, que enredan y destruyen partes de la lucidez que cada vez es más intermitente. Debe ser esa la razón por la que nos acostumbramos

a un grupo de personas y se nos hace cada vez más difícil entender a las nuevas que van llegando, porque ellos, también van enloqueciendo a la par que nosotros. ¿Y es que quién dijo que hay una sola locura? Están aquellos que pierden su cordura por un amor, una pasión y los que simplemente nunca pudieron alcanzar los estándares que nos han inculcado desde pequeños respecto a la susodicha lucidez. Ni siquiera existe una graduación o una escala, cada uno es loco a su manera, cada uno crea y destruye en su ritmo, en sus creencias y hasta en su afán de ~36~


cambiar u omitir algo que no están dispuestos a aceptar. Tenemos nuestro desorden y solo nosotros lo conocemos, tan sencillo como el ser capaces de encontrar cualquier cosa en nuestra habitación que está vuelta un caos, porque entendemos nuestro mundo o por lo menos lo logramos hasta cierto grado. Si alguien viene e intenta cambiar eso, como nuestras madres al ver el cuarto, solo traerá un caos que no comprendemos y será difícil adaptarnos a él o mejor retornar al mundo que conocemos. Somos seres queriendo siempre clasificar a los demás y a nosotros mismos en cajones que con el paso del tiempo van siendo más y más en esta sociedad, ahí es donde empieza nuestra demencia, en el creer que podemos dominar todo, entender todo y querer hacer en la mente de otros lo que vemos en la nuestra. A medida que crecemos se van formando diferentes prioridades, costumbres, hábitos e ideas que nos acompañarán el resto de nuestra vida, eso es lo que nos hace particulares, nos hace un discreto en este mundo continuo y la razón principal de que no podamos congeniar al cien por ciento de nuestra capacidad en sociedad, ni tampoco esa ridícula idea de hacernos encajar en un grupo de creencias, o cualquier otro que se venga a la mente. En dicha diversidad está el logro más grande, el ser únicos e irrepetibles, así mismo está el mostrar que simplemente no hay una afinidad completa entre los seres humanos.

Quizá existan tendencias en sociedad, comportamientos que por poder vivir juntos concebimos en nuestro ser, pero no significa que siempre estemos de acuerdo completamente con ellos. Existen locuras que merecen más atención y cierto grado de control, pero de resto nadie puede negar que antes de acostarse a dormir puede tener ideas claras y normales rondando por la mente, más fácil veremos nuestras propias concepciones del mundo ideal, sobre personas con las que compartimos momentos y razonamientos filosóficos que para una persona supuestamente normal rozaría la irracionalidad. De lo único que yo puedo estar seguro es que acepto mi demencia, acepto mi enfermiza pasión por la música, por diferentes sonidos, quizá un poco el perfeccionismo, las ideas que es mejor nunca mencionar, y cada parte de mí mente y mi ser que alguna vez alguien llamó rara. Es mi mundo, mi locura, mi mente y he decidido día a día vivir este reto de ser así, de confiar en ello y aceptar cualquier cosa roce o no la realidad. Al final, tantos años conviviendo conmigo mismo me han dejado esa lección y no temo ser tachado de no ser “normal”. Y bueno… ¿Hasta dónde crees tú que llega tu cordura?

~37~


El jardin del poeta Poesía que se esparce sobre el lienzo

Bajo tu piel de cordero Dioni Dominguez Medina

B

rillan como dos luceros... Tus ojos en la mañana, La luz que de ellos mana... Atraen cuál hechiceros.

Tus mejillas encendidas... Son fuego y llamaradas, Iluminan tus miradas... Sonrosadas y lúcidas. Atrayendo a guerreros... Hidalgos y caballeros, Sirvientes y escuderos... Atrevidos y pendencieros. Eres esa flor que desean... Hasta los dioses del cielo, Levantas pasión anhelos... Por ti sus fuerzas flaquean. ~38~


Con el sol y sobre hielo...

Jugaste con mi ilusión...

Cabalgan los caballeros,

Con tu maldad retorcida.

Dioses y hechiceros... Por ti se baten en duelo.

Algún día tu belleza... El tiempo la marchitará,

Por ti su vida entregan...

Y entonces aprenderás...

Por amor en este juego,

Que significa nobleza.

A ti te sube el ego... Y muriendo te anhelan.

Esa que no conociste...

A mí ya no me engañas...

Con la que por ti lucharon,

Que antes fui yo primero, Bajo tu piel de cordero... Hay maldad y artimañas. Yo te entregué mi vida...

Aquellos que por ti lloraron... Con la sangre que vertiste.

El alma y mi corazón, ~39~


Nature Morte Aux Cerises

Jinora

Dijiste que no ibamos a enamorarnos

D

ijiste que no íbamos a

Para hablar sobre el amor.

enamorarnos, Que no

Todo se convirtió en una rutina,

pretendiéramos ser felices

Algo fastidioso y comprometedor,

Pero ahora sé, que no te escuché.

Porque la palabra “nosotros” se volvió confusa

Ahora te veo caminar de la mano

El día que ya no éramos solo los dos.

con otra A pesar de que tu mente piensa en mí,

Quieres que sea feliz sin ti,

Y tus labios dicen mi nombre,

No me pidas algo imposible,

Solo finges no quererme,

No creo que nuestro error haya sido

Para no lastimarme.

enamorarnos, Nuestro error, fue conocernos.

Dijiste que no íbamos a enamorarnos, Pero fuiste el primero en decir

No entiendo de quien fue la culpa.

“Te amo”

Porque fuiste tú el que dijo

Ahora guardo todo nuestro amor

“No vamos a enamorarnos”.

Como si fuera algo que nunca desaparecerá. Sé que debimos tratarnos mejor, Pero nada fue planeado, Éramos muy jóvenes ~40~


Âż ? leerĂĄs

e-mail: eltelolondelaluna@gmail.com https://www.facebook.com/revistademencia https://twitter.com/revistademencia revistademencia.wordpress.com

~41~



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