#MujeresPoderosas
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De venta exclusiva en boutique Puebla / 2De venta exclusiva en boutique Puebla y Veracruz / 3De venta exclusiva en boutique Puebla y Villahermosa / 4 De venta exclusiva en boutique Puebla, Veracruz y Villahermosa
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TRASCIENDE AL TIEMPO
PATEK PHILIPPE1 / AUDEMARS PIGUET1 / BREGUET1 / CARTIER4 / HUBLOT4 / CHOPARD1 / JAEGER-LECOULTRE1 / IWC1 / PANERAI1 / ULYSSE NARDIN2 / BVLGARI3 / BELL & ROSS2 FRANCK MULLER1 / CHRONOSWISS1 / BAUME & MERCIER3 / CORUM2 / GIRARD PEREGAUX2 / ZENITH2 / TAG HEUER2 / BREITLING1 / FREDERIQUE CONSTANT2 ROMAIN JEROME2 / BOMBERG2 / TW STEEL4 / MARCO BICEGO1 / PESAVENTO4
Puebla, Pue: Centro Comercial Angelópolis, Planta baja. Tel: (222) 225.0087 / 89 www.torresjoyas.com.mx Torres Joyas
@Torres_Joyas
TorresJoyas
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EL OSCURANTISMO NO HA TERMINADO DEL TODO PESE A LOS GRANDES MOVIMIENTOS QUE HAN CONSEGUIDO RESCATAR DE LA AMNESIA DE LA HISTORIA A LAS PENSADORAS Y A LAS GUERRERAS.
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Mujer,
mujer divina
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ice Simone de Beauvoir que el problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres. Es cierto: sin los hombres, las mujeres no tendríamos con quién competir, pero tampoco con quién compartir diferencias y puntos de convergencia. La mujer ha sido perseguida históricamente, no sólo por las bestias ni por los fantasmas, sino por el hombre, sin embargo, un mundo utópico en el que sólo existieran mujeres sería insostenible. Más bien combustible. El problema real comienza con aquellos que instauraron ciertos dogmas en los que la mujer estaba estrechamente ligada al mal, a la tentación. La corriente judeocristiana agravó más el asunto en el momento que nos asoció con la serpiente. En el instante en el que excluyó de su mitología a la mujer como heroína para dejarla siempre en el papel de sierva, de comparsa, de dadora de vida. Luego a las rebeldes las llamaron brujas. El oscurantismo no ha terminado del todo pese a los grandes movimientos que han conseguido rescatar de la amnesia de la historia a las pensadoras y a las guerreras. A filósofas como Hypatia, quien fuera asesinada en medio de… ¡qué novedad!, un conflicto entre hombres. Desde que el mundo es mundo, las mujeres fueron excelentes personajes de soporte en el guion por un asunto completamente superficial: la apariencia. El hombre fue hecho a imagen y semejanza de otro hombre, dicen… seguro uno más fuerte y portentoso que los que le sobrevinieron. La mujer en cambio nació con formas más sutiles, con (aparentemente) menos fuerza en sus manos, en sus brazos, que no en las piernas: lugar en el que hombre, por cierto, ubica la máxima fuente de poder femenino. Pero no entremos al laberinto. La historia del hombre, que es la historia del mundo, es un conglomerado de injusticas y caos. Tampoco nos victimicemos de más e intentemos sacar la trufa de la tierra sin recurrir a las trompas de lo cerdos: hoy más que nunca se vive el tiempo de las mujeres. Para bien y para mal. Para bien porque hemos conseguido ocupar un lugar más digno que el que ocuparon nuestras abuelas y nuestras Alejandra Gómez Macchia
bisabuelas quienes, ojo; se sabían víctimas del macho, pero eran más astutas a la hora de negociar una rendición que no era esencialmente perder la batalla, sino hacerle creerle al otro (al hombre) que había ganado. Eso se llamaba matriarcado, y al menos en nuestra sociedad fue un tema marcadísimo. Por esa falsa rendición, que más bien era pura astucia, las familias llegaban a ser tan numerosas y se conservaban unidas. Hoy a guerra está declarada y es una herida obscenamente abierta como la rajada de una cúpula a la que un movimiento de tierra partió en dos. El quinto número de nuestra revista conmemora el mes de la mujer presentado en sus páginas algunas instantáneas
de mujeres poblanas o avecindadas en Puebla que han conseguido triunfar en sus respectivas áreas, teniendo en cuenta que el triunfo femenino no está necesariamente emparentado al dinero (esa es una de las narrativas más desgastadas y facilistas que inventaron los grandes portadores de la reserva de testosterona mundial), sino al acercamiento más profundo a lo que ningún dogma o corriente de pensamiento ha logrado monopolizar: la felicidad. ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA Fue bailarinadedanzasafricanas,perosejodiólarodilla.No sabe cómo llegó al periodismo. Autora de “Lo que Facebook se llevó” y está por publicar “Bernhard se Muere”, en la editorial española Pre-Textos
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Alejandra Gómez Macchia Directora General
Isart GarciaCano Director Gráfico Editorial
Luis Conde Editor Web
Proyecto Asociado
Producción:
Esimagen
fotografía
Pastora Durán
modelo
Zara
vestuario
Fernanda Mejía Samuel Torres Roberto Keyman
Asistente de fotografía estilista Maquillaje
{Colaboran}
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Mario Alberto Mejía
Palmira Bernard
Claudia Luna
Luis Conde
Poeta metido al periodismo. Ha publicado ocho libros y lleva veinte años escribiendo La Quinta Columna.
Una vaga que ha visto mucho. Estudió en la escuela de la vida. amante de la fotografía y poblana anticemitas
Escritora y Directora creativa en www. carlosluna.com y Diseñadora Gráfica
Ex Godín, le gusta escribir reseñas de los libros que lee. Estudió Comunicación cuando todavía no había influencers.
Alma Delia Murillo
Fredo Godínez
Escritora, autora de las novelas Las Noches Habitadas, Damas de Caza y El niño que Fuimos
Johnny Ántrax
Ex NINI. Godín sin aspiraciones, pero a la moda. Le gusta la literatura beat y el porno asiático
Eescritor, columnista y gestor cultural. Apasionado del teatro y del Puebla de La Franja.
Jovita Jáuregui
Estudió en la Escuela Comercial Dante Alighieri Publicó en Tele-Guía y en Notitas Musicales
www.revistadorsia.com Contacto Publicidad
(222) 50-65-043 / (229) 16-00-495
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Zoomin febrero 2020
número cinco
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PLUMAS INVITADAS
#MUJERES PODEROSAS
Rosario Orozco Retrato de una dama
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PLUMAS INVITADAS
En esta casa hubo dos feminicidios
{En Portada}
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#MUJERES PODEROSAS
PASTORA DURÁN EL 8 DE MARZO se conmemora el Día internacional de la mujer. ¿Qué hacemos para no olvidar que el segundo sexo ha dejado de estar en las mazmorras? Dorsia presenta un especial sobre algunas (de las muchas) mujeres poblanas que han conseguido destacar en sus respectivas áreas, pero también historias de terror que se han normalizado en nuestro país. Ellas ahora destacan en sus respectivas áreas, pero tambien hay otras que son protagonistas de historias de terror que se han normalizado. PÁGINAS 38-39
INSTAGRAM @pastoradm
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Karen Berlanga Exilio y viaje de vuelta
LAS PASIONES QUE MATAN
Los Años de Betty Müller en Puebla
22 FERNANDA MELCHOR 24 DALÍA MONROY 34 ENTREVISTA A MARIANO LUNA VIOLADOR 46 EL NO ERES TÚ 49 #CHELOGARCÍA EL DIPUTADO A PIE DE 52 CONFESIONES UNA BOOKTUBER ESPECIAL
"Cuando tenía 18 años grabé un video sexual. No sé cómo ese video, en el que se veía mi cuerpo desnudo, empezó a pasarse por WhatsApp..." TODAS COGEMOS, PÁGS 42-45
LAS VIDAS PARALELAS EXISTEN. EN ALGÚN LUGAR LEJANO HAY ALGUIEN
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PLUMAS INVITADAS
COMO NOSOTROS QUE REPRODUCE GESTOS Y CONVERSACIONES CON IDÉNTICO ÉNFASIS...
PAG.50 La verdadera historia de un matrimonio
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ESPECIALES
PLUMAS
Por Alma Delia Murillo
INVITADAS
¿Qué pasaría? Yo pertenezco a ese sexo, al que debe callarse, al que todos acallan. Y que debe tomárselo con cortesía, una vez más, jugar a mantener un perfil bajo, a riesgo de que te borren del mapa. Eso dice Virginie Despentes en su libro Teoría King Kong.
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espentes se pregunta qué pasaría si todo fuera al revés, me lo pregunto yo también. Empezamos el año con la discusión acalorada sobre un muchacho que decidió ponerse miel en el pene para cicatrizar una lesión. Pobre pendejo, cómo se atreve, por eso luego se burlan de los hombres, por ignorantes, por andar haciendo esas cosas sin ningún fundamento médico o científico. ¿Qué pensará?, ¿que si se pone miel en el pito va a tener orgamos más dulces o que va a engendrar hijos felices? Lo digo por su bien, pobres hombres, que alguien les enseñe a pensar y no arruinarse así el cuerpo, estamos en pleno 2020. O si van a hacer esas pendejadas que no las publiquen, que se lo guarden. Que se callen. O para retomar escándalos recientes, qué tal la historia del tipo casado con la directora de esa empresa gigante; o sea, sí estuvo mal que lo matara —si es que ella lo mató— pero él la eligió, ¿no? Si después de que tu esposa te pega con un bate en la cabeza y te abre la cara con un bisturí, tú vuelves con ella es porque eres un pendejo o, porque como dijo el Ministerio Público, tú también dudas de que en realidad te quiera matar. Quizá sólo quería darle una lección y por algo sería, las cosas en pareja son complicadas y siempre son de dos, algo hizo él que la provocó, no creo que el tipo fuera un duraznito en almibar. Por cierto, no se ha comprobado que ella fue la que lo mató cuando la liberaron de los cargos por la primera acusación, ¿eh? Si van a hacer
Helmut Newton
comentarios, que sean basados en lo que la ley decida. Guarden sus heridas, señoras, porque podrían molestar al torturador. Hay que ser una víctima digna. Es decir, que se sepa callar. La palabra les ha sido siempre confiscada. Peligrosa. Ya lo hemos entendido. O cuando hacen lo que siempre hacen: seducir con sus barbas bien rasuradas y sus lociones llamativas y sus pantalones ajustados y sus brazos descubiertos usando camisas de manga corta para mostrar los bíceps y los vellos y atraer a las mujeres. Pero cuando por fin las atraen, se hacen los acosados. Les encanta pasar por víctimas cuando bien que querían. Como ese que supuestamente estaba desaparecido pero
andaba de copas en un bar a altas horas de la madrugada y, para colmo, acompañado por una mujer. ¿Qué tienen que andar haciendo a esas horas los hombres en la calle?, ¿por qué van a un bar si ya saben lo que puede pasar? Me acuerdo también de aquél otro que ya hasta estaba casado o comprometido y se largó de madrugada con sus amigos y se voló la cabeza en un accidente, ¿qué tenía que andar haciendo un hombre divirtiéndose en la noche si ya estaba comprometido? A la mejor fue su castigo por andar en malos pasos. O los escritores que se quejan porque las directoras editoriales les hacen propuestas sexuales para publicarlas o los actores que se indignan porque las directoras les piden coger con ellas o los alumnos —ya con mayoría de edad, que señalan a sus profesoras. ¿No se cansan de ser unos llorones? Yo me sentiría halagada, la verdad, de que alguien con poder te elija, pero no se enteran. Luego por eso los dejan, por dramáticos. O porque se ponen panzones, echan unas panzotas horribles, se llenan de arrugas y, ¡argh!, se ponen calvos. Que en México violan diario a 50 hombres. Que en México cada día 9 hombres son asesinados por sus parejas. Que en México los hombres ganan 30% menos de salario que las mujeres realizando el mismo trabajo. Que en México el 60% de las madres abandonan a sus hijos y los padres tienen que criarlos solos. Que en el mundo sólo 10 de 193 países son gobernados por hombres, el resto lo tienen tomado las mujeres. Bueno… la cantaleta es infinita. Pues todo eso será por algo. Si los hombres quieren cambiar sus condiciones haciendo marchas o destrozos, están equivocados. Su violencia sólo generará más violencia. No digo que no tengan derecho a construirse un mundo mejor pero, por favor, que dejen de estar enojados. Somos nosotras las que debemos sentirnos responsables. De lo que nos sucede, de negarnos a morir, de querer vivir para contarlo. De abrir la boca (…) Tienes que sentirte culpable de lo que te sucede.
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ESPECIALES
PERFILES
Rosario Orozco Retrato de una dama
ES UNA MUJER DISCRETA que no busca reflectores ni intenta sobresalir en los actos. Va siempre junto. No atrás, ni adelante. De la mano (él se la toma a la menor provocación). Viste con atuendos sobrios, y a veces los adorna con algún bordado: una chalina o un rebozo de las regiones que han caminado antes, durante y después de las campañas. Camina a buen paso. Sabe cuándo y cómo aparecer, y cuándo y cómo evanescer. Pero aunque evanesce, nunca se va del todo. La vida del político mexicano es generalmente una vida egoísta, muy aparte de la esposa; y en ocasiones esa brecha la abren ellas mismas por razones indistintas. Algunas hacen bien. Otras, como ella, son esenciales para llevar a buen puerto la actividad de su hombre. Las hay también muy protagónicas, y cuando eso pasa, en lugar de abonar a la imagen pública del marido, le restan puntos por ese afán de mostrar músculo; por la necesidad intrínseca de no ser etiquetadas como “la pareja de”… Es un tema de vanidad, de orgullo, de ego. Las mujeres que viven con personajes públicos suelen padecer el cargo del cónyuge en silencio, y ese cargo llega a ser un lastre para ellas por una simple razón: porque las eclipsa. Y ellos, los políticos mexicanos, prefieren mantener a su mujer a raya; quizás les dan la opción de pertenecer a un voluntariado, o no; a veces es mejor que no figuren porque si aparecen son estridentes, y ya de por sí es duro el oficio de sortear la maledicencia de la prensa que busca siempre la nota amarilla: el hijo junior o la mujer consumista. Es un escenario catastrófico. Ejemplos sobran: retomemos el famoso “merezco abundancia”, de la mujer de Javier Duarte, que ahora vive un exilio dorado mientras el hampón de su marido purga sus delitos en la cárcel. Vivimos tiempos complicados pues los hombres están bajo la lupa; si no son incluyentes, malo. Si lo son, y la mujer exhibe sus frivolidades, peor. Total que ya no saben qué hacer. Nadie, ningún
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"Doña Rosario es abogada, así que sabe sobre “temas” que hay que tener sobre la mesa. Lo que pasa por el escritorio de su esposo, ella lo lee atentamente. Siempre." político en su sano juicio quiere tener al lado (o mejor dicho encima) a una Marthita Sahagún. O a una hermana como la de López Portillo, apodada por la prensa cultural como “La pésima musa”.
¿QUIÉN ES MARÍA DEL ROSARIO OROZCO CABALLERO?
Las actas del registro civil dicen que es la esposa de Luis Miguel Barbosa Huerta. Y lo es. Pero resulta que ser “la esposa de” en estos tiempos (y en el pasado) significaba entrar en una coreografía donde predominaban las transiciones (es decir, la parte donde las parejas bailan cada uno por su lado) por encima del acoplamiento. Ser “la esposa de” (en este caso un político) se puede ver desde
afuera como una especie de obligación con poquísimo reconocimiento. Cada quien su agenda: ella a los hijos, o en el mejor de los casos a un puesto simbólico (muy menor). Este un escenario completamente ajeno a la vida y a los días de doña Rosario Orozco. Luis Miguel Barbosa llega a aun acto de gobierno. Desde que baja de su carro, los asistentes y los hombres de seguridad lo reciben como se recibe a los políticos: con la sonrisa de anfitrión que quiere agradar al invitado, sin embargo, Barbosa no llega solo; su mujer, Rosario, va junto en una caminata casi sincronizada. El gobernador sube al estrado. Doña Rosario va junto y se coloca casi hombro a hombro. Su Esimagen
POR ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA
marido le comenta algo. Dialogan con la mirada, es una pareja que se intuye al instante. Ella no manotea cuando habla. Rosario trata de no hacerse notar demasiado, sin embargo su presencia es lo más notorio en un mundo de hombres solos, de hombres que no mezclan lo privado con lo público, o de plano, de hombres que no toleran a sus mujeres (los más). Cuando el gobernador baja, luego de atender a los presentes, él y Rosario Orozco cruzan información. Barbosa asiente. Pocas veces niega o hace movimientos de “no” con la cabeza cuando hablan. Doña Rosario es abogada, así que sabe sobre “temas” que hay que tener sobre la mesa. Lo que pasa por el escritorio de su esposo, ella lo lee atentamente. Siempre. En Casa Aguayo la pareja no sólo habla de política, operación y estrategias. Mientras esperan la hora para acordar con el gabinete, recuerdan un viaje en particular: la pareja quedó encantada con Portugal. Portugal y sus fados, sus oportos y su melodiosa lengua. Un buen día llegaron a Lisboa y rentaron un auto para adentrarse en las ciudades ignotas. Los Barbosa saben que la ciudad que no se camina, no se vive; ni se puede soñar con ella después de andarla. Rosario Orozco vivió junto a su marido los días más oscuros, los meses
más frustrantes y desesperados después de una campaña sangrienta. Si hubo o no fraude, ahora es lo de menos (o quizás no). Salieron triunfantes porque la lealtad se ceba siempre en las horas más bajas. En la pérdida del poder. Las crisis son los momentos donde se cala una relación; cuando se reafirma la solidaridad o se renuncia por default. No hubo un día durante las dos capañas que Rosario no estuviera ahí, pendiente, atenta, obsrevándolo todo desde una distancia imperceptible. Ella supo desde un inicio con quién se contaba y con quién no. Las mujeres tienen un sexto sentido que les ayuda a distnguir bien entre aliados y entre traidores. Doña Rosario olfatea de lejos el peligro. Es una mujer alfa. Los Barbosa-Orozco han sobrevivido a todas las pestes políticas posibles: campañas negras, impugnaciones, descontentos, fallos que no les favorecían en absoluto, y luego, la luz de la victoria. En todo ese peregrinar, Rosario se movió con gracia y sigilo pues sabe que los hombres en la política suelen ser más infieles que un donjuán. Más tricioneros que el honesto Yago. Volvamos la vista a un acto de gobierno. Cualquiera. En lunes o en jueves o en domingo. Luis Miguel Barbosa sentado en medio, cobijado abiertamente por las
cabezas de su partido (el partido que domina hoy el mapa político nacional). Puede que en el presídium estén sentados los mejores operadores o las autoridades que deben aparecer a cuadro para inyectarle potencia a la ceremonia, sin embargo, la persona que más influye en su toma de decisiones, la asesora estelar está junto a él; discreta, pero bien plantada. Sin buscar el spot, pero recordándole los nombres que no hay que olvidar. Y es a ella, antes que a nadie, a quien siempre le agradece su presencia y su apoyo. Doña Rosario Orozco no es sólo “la esposa de”, es la mano derecha del gobernador. Su consejera, su aliada, su compañera. Así lo hace público Barbosa sin la socarronería típica del que lleva a su mujer para cubrir una cuota de género. En la vida hay dos clases de matrimonios: el que simula y el que produce. Los Barbosa-Orozco engrosan las nada comunes filas del segundo grupo. Son una buena alianza. Doña Rosario, y no Yeidckol ni demás lideresas del partido, es el personaje más cercano. En su hogar, pero también en Casa Aguayo o en las calles. Es la mujer más fuerte del barbosismo aun sin ostentar cargo o posición alguna. Y es una estupenda madre y hermana.
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Los Años de BETTY MÜLLER en Puebla
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POR MARIO ALBERTO MEJÍA
eatriz Gutiérrez Müller era una reportera incómoda en la Puebla de los años noventa. La clase política la veía venir y hacía mutis. Un mutis disfrazado de cordialidad. “¿Cómo estás, güera?”, le decían los políticos para apagar la belicosidad de sus preguntas. Nada de eso servía. Beatriz preguntaba todo, hasta lo que nadie preguntaba. En un primer momento trabajó en La Radiante, una estación de radio de la familia Mastretta, aunque también pasó por Hechos, el noticiero de Fernando Alberto Crisanto, en SÍ-FM. Al mismo tiempo, estudiaba Comunicación en la Ibero, cantaba, en privado, a la trova cubana, y escribía versos. Quería ser poeta, periodista, historiadora. Todo tenía que ver con ella. Todo le incumbía. Devoraba libros, periódicos, se inconformaba, pero también reía. Reía mucho. Ya con Enrique Gaucher, en Página Regional, Beatriz afinó su estilo y escribió reportajes que, tras la misteriosa desaparición de ese periódico, también publicó en El Universal Puebla. Reportajes cargados de crítica e investigación. Y de buena prosa.
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eatriz estaba muy lejos de la imagen típica de la reportera: era rubia, guapa, vestía bien, fumaba y manejaba su propio auto: un Golf blanco. No era la clásica rubia tonta. Al contrario. Tenía una mirada sagaz e inteligente que clavaba en su presa. No obstante, no quería destruir: buscaba construir con su periodismo. Digamos que estaba influida por los jesuitas —con los que estudiaba en la Ibero— y por el periodismo incorruptible de Julio Scherer. Ese espíritu la llevó a cubrir las terribles lluvias que cayeron sobre Teziutlán y otros pueblos de la sierra norte en octubre de 1999. Ahí estuvo, entre el lodo y las víctimas, durante varios días. Su reportaje, brutal, fue publicado en la revista Intolerancia, que yo dirigía. Beatriz y yo éramos amigos por varias cosas: por nuestra pasión periodística, sí, pero también por nuestra pasión poética. Reporteábamos juntos por las mañanas. Por las noches, en el Vittorio’s, leíamos nuestros poemas. Ella criticaba los míos. Yo, los de ella. Otra cosa nos unía: nuestra adicción a la poesía de Octavio Paz. Pasábamos horas, entre las ruedas de prensa y nuestras idas a Huejotzingo —donde el gobernador Bartlett generó un conflicto postelectoral—, discutiendo o recordando versos. Yo estuve ahí cuando conoció a Andrés Manuel López Obrador. ¿Cómo olvidarlo? AMLO venía con los pies desechos en uno de sus Éxodos por la Democracia. A su paso por San Martín Texmelucan lo esperábamos un grupo de reporteros. Lo entrevistamos. Beatriz llevó mano en ese ejercicio. Ella misma se denominaba de izquierda. Leía a Gramsci, a Marta Harneker, a los clásicos del marxismo y hasta a los nuevos filósofos franceses, con los que no estaba de acuerdo. Discutía mucho. Le gustaba discutir de todo. Una mañana, a bordo de su Golf, mientras armábamos nuestra ruta periodística del día, discutimos tanto que terminé bajándome de su auto. “Tú no conversas. Tú entrevistas”, me reclamó varias veces. Ése fue el inicio de nuestro descontento. Más tarde, broma de por medio, nos reconciliamos. Éramos amigos. Buenos amigos. En los años de SÍ-FM me acompañó varias veces en los micrófonos de Las Intimidades Colectivas, un programa nocturno, semanal, que lindaba entre lo erótico y lo surrealista. Incluso llegó a personificar a un personaje de una Hola!
Aquella vez me escribió vía Facebook para decirme: “Mejía, alguna vez te prometí que la primera entrevista que diera sería a ti. Llegó el día”. mini radionovela escrita por mí en la que también participó el dirigente panista Francisco Fraile. Nos burlábamos de todo. Eso también nos unía. Pero había un punto en el que pintaba su raya: cuando la ironía se hermanaba con el cinismo. También en ese punto discutíamos. Yo le decía “Müller”. O “Betty Müller”. Así nomás. Ella me decía “Mejía”. Pocas veces me dijo “Mario Alberto”. Cuando surgió el conflicto en Huejotzingo —originado por un fraude orquestado por el gobernador Bartlett—, Beatriz y yo fuimos los primeros en llegar y reportear. Todos los días íbamos en su Golf blanco y regresábamos, muertos de hambre y de cansancio, por las noches. Nada se nos fue de esa trama. Algunos reporteros nos detestaban porque solíamos ganarles la nota. Gozábamos, discretamente, esos pequeños triunfos. Los años han pasado. Beatriz es hoy la esposa del presidente de México, pero también es, como siempre quiso, historiadora, novelista y poeta. De entrada, renunció a ser Primera Dama. (Hasta en eso es congruente, pensé al enterarme de sus declaraciones). Su papel no es secundario, pero tampoco busca el brillo de los reflectores. Polemiza con algún Premio Nobel de vez en cuando, lamenta la vulgaridad y
el encono que hay en las redes, y encabeza, de manera honoraria, la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural. Es mesurada en sus discursos y en la vida pública. Sigue siendo, a su manera, la Beatriz con la que reporteaba a diario y la que me dio una entrevista en la elección de 2012. Aquella vez me escribió vía Facebook para decirme: “Mejía, alguna vez te prometí que la primera entrevista que diera sería a ti. Llegó el día”. En efecto: la entrevisté durante cuarenta minutos en un café del Jardín Centenario, en Coyoacán. Fue una conversación sobre poesía, historia, política y López Obrador. Reporte Índigo movió el video en las redes y Ramón Alberto Garza, su generoso director, la publicó de ocho columnas. Con las ganas de hacer esa primera entrevista se quedaron López Dóriga, Javier Alatorre, Ciro Gómez Leyva y Carlos Loret. Beatriz, me queda claro, le hace honor a su palabra y busca, por encima de todo, la congruencia. Hoy que la veo en la televisión y los periódicos pienso que sigue siendo la misma Betty Müller que siempre tenía un comentario irónico a la mano y esa carcajada, fresca, humana, con la que lo rubricaba.
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En esta casa hubo
FEMI NICIDIOS POR ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA
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Chaozzy Lin
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Durante años he tratado de comprender el discurso de los nuevos feminismos, sin embargo, no creo que el feminismo deba tener tantas venas, no es un río. En este caso, el agua no se aclarará sola al paso de la corriente. Más bien creo que toda esta violencia, todo este horror se oxigena de una raíz: mala educación.
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engo conocimiento que en mi familia no hubo un feminicidio, más bien hubo dos: una tía murió a manos de su marido por ahí del año 1946, y otra tía, sobrina de la primera, fue horriblemente acribillada en Tehuacán hacia 1988. A la segunda la conocí perfectamente. Era sensual, desparpajada, lista. Dejó dos hijos huérfanos que tuvieron que ir a vivir con su abuela porque el papá simplemente nunca apareció, es más, el sujeto luego fue a dar a la cárcel porque al parecer mató a una mujer; él siempre fue uno de los sospechosos principales de la muerte de mi tía, pero también hubo otros dos sospechosos a los que nada se les pudo comprobar: su amante y la esposa de su amante. En ese tiempo, lo recuerdo bien, los diarios locales sacaron la nota junto con una foto despiadada de mi tía tirada en medio de un charco de sangre. No había ética ni pudor en los diarios, ni respeto por la víctima ni por su familia. Hablaban del espantoso crimen, del ruin asesinato. El término feminicidio no existía, aunque ahora embonaría a la perfección por las características del crimen; una mujer que es asesinada a manos de hombre por el hecho de ser mujer. La imagen de mi tía muerta a cuarenta puñaladas me persiguió desde entonces. Y mi padre, que era uno de sus familiares más cercanos (su protector), vivió desde ese momento completamente paranoico. Era otra época. El machismo circundaba la mayor parte de las casas mexicanas, y no es que mi familia culpara a mi tía por haber muerto de esa manera, pero sí llegaban a sugerir que le había pasado lo que había pasado “por andar de calienta braguetas”. Yo desde pequeña super qué era eso de calientabraguetas, y desde entonces me entró una especie de trauma. Una vez que tuve la edad suficiente para tener novio, los tuve, pero al principio todos eran jovencitos como yo, sin embargo con el tiempo comenzaron a lloverme propuestas de hombres casados para salir con ellos. Entonces me apeaba, no por otra cosa, sino porque recordaba las palabras que míos tíos proferían en las comilonas de los domingos: “la que se mete con casados, apesta a muerta”, así pues siempre me abstuve de meterme en líos, aunque sabía muy bien que nadie tiene derecho a matarte aunque andes de “calientabraguetas”. Esos dos crímenes marcaron mi vida, y pasó lo que sigue pasando hasta hoy, cuando la estadística crece día a día en torno al asesinato de mujeres: no pasa absolutamente nada.
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Las muertes generan indignación colectiva por un rato y luego se archivan, menos en la memoria de los deudos. Por eso entiendo y aplaudo que se hagan manifestaciones como las del pasado viernes. Creo que manifestarse es un ejercicio de importancia capital; es la manera en la que un grupo en desventaja se hace notar ante una sociedad y unas autoridades que padecen sordera y ceguera crónicas. En lo particular nunca he marchado ni me he manifestado, no sé por qué, quizás por abulia, quizás porque tengo este otro medio para alzar la voz. Escribiendo llego a quien quiero llegar, y algunas veces mis textos han obtenido la respuesta deseada.
I. CREO
Creo en la fuerza de las mujeres y en sus causas porque soy una de ellas. Creo también en las figuras valientes de las feministas que han abierto el camino hacia la libertad y el respeto. Creo (mucho) en la mujer que calla como método infalible de qué callando se obtiene del otro lo que uno quisiera decir. Creo también en las que no creen en las nuevas prácticas radicales del feminismo. Creo que una mujer tiene derecho de, si quiere, pasearse desnuda en la plaza pública, y así desnuda debe ser respetada. Creo también que las mayores incubadoras de machos son las madres de estos. Creo, y creo mucho, que no todos los hombres son iguales. Creo que los feminicidios no pararán hasta que se forme una generación de hombres que sean educados por mujeres y hombres que se amen y que no se queden juntos por sus hijos. Creo en las teóricas del feminismo, en las activistas que hacen su trabajo y no usan la violencia para exponerlo. Creo en los hombres que apoyan el movimiento. Creo que el discurso debe cambiar; pues si se combate desde la misma trinchera violenta y virulenta en la que se ha manejado el machismo a ultranza, esto va a ser una eterna cacería.
II. NO CREO
No creo en las feminazis (porque existen y son más idiotas que los machos). No creo en la censura de ninguna manifestación artística por el simple hecho que sugiera violencia de género. No creo que sólo las mujeres puedan cambiar esta realidad (es un trabajo
en conjunto). No creo en las opiniones de mujeres que a la luz de los medios defienden los derechos de la mujer y en sus casas o círculos inmediatos traicionan y meten zancadillas a sus compañeras. No creo que profanando monumentos se llame la atención de una autoridad que solo va y borra o restaura los desperfectos. No creo que la solución al problema radique en crear una escuela de odio contra los hombres. No creo en el discurso de las mujeres que acaban re victimizando a las víctimas. Durante años he tratado de comprender el discurso de los nuevos feminismos, sin embargo, no creo que el feminismo deba tener tantas venas, no es un río. En este caso, el agua no se aclarará sola al paso de la corriente. Más bien creo que toda esta violencia, todo este horror se oxigena de una raíz: mala educación. Somos un país enfermo de ignorancia gracias a años y años de corrupción gubernamental. En las escuelas nos enseñan a sumar, a restar, a aprendernos de memoria los nombres de los héroes, pero no le dan prioridad a aquello que hace sensible al ser humano: el arte. Los gobiernos no apoyan a sus deportistas. Las televisiones fueron en su momento más baratas que las enciclopedias. Steve Maisel
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as bibliotecas están vacías y los tugurios llenos. Se entroniza a cantantes que normalizan la violencia sobre el cuerpo de mujer. Los chicos no saben cómo ganar dinero y se van a la ruta fácil: el narco. Pero también las así llamadas defensoras de las mujeres, desconocen la historia de su movimiento. Hay dos tipos de feminazis; las de postín: aquellas que obtienen puestos de poder en su comunidad y abusan de su poder olvidando el origen de su devenir. Y otras, cuya ira se desborda a lo cuanperro y hacen destrozos y se comportan como bárbaros. La justificación de las segundas es: solo así nos haremos notar. Podría ser, pero sólo deben recordar que acá no es París, no es Bélgica. No somos suecos. A las autoridades no les interesa pasar por omisas porque tienen un escudo: la impunidad. En mi casa murieron dos mujeres a mano de dos hombres, y sé que en estos tiempos salvajes la estadística podría crecer. Y eso me llena de temor porque soy madre y hermana y compañera. Las imágenes en la casa paterna fueron de una brutalidad sin parangón. Uno de los periódicos cabeceó su nota como el cuadro de Frida: “unos cuantos piquetitos”. Esos sucesos cambiaron mi percepción del mundo. ¿Existe la maldad? Muchos dirán que sí, pero el mal es un juicio moral con el que no empato. Prefiero decir que existe la corrupción, la torpeza, la estupidez, pero ante todo: la ignorancia. Esta historia no se debe reducir a un asunto de buenas contra malos. Más bien es un tema más cercano a la psicología que a la moral: se llaman complejos. El feminicida, es seguro, suele ser un tipo acomplejado, resentido con la vida; con su madre, con sus hermanas. Su ira se sacia en las mujeres. Creo firmemente que las escuelas (y en los nuevos métodos de aprendizaje virtual) más que enseñar a sumar y a restar, nos han enseñado a dividir. Frente a ese escenario, se debería poner más atención en lo que se enseña. Se llaman “prioridades”.
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ESPECIALES
PERFILES
Karen Berlanga Exilio y viaje de vuelta
LOS PASILLOS DE LOS HOSPITALES son lugares fríos. No existe alguien a quien le guste ir y venir por los corredores en los que diariamente pasan personas en busca de alivio a un dolor. Muchas de esas personas pasan semanas, hasta meses, yendo y viniendo por los largos pasillos para visitar a sus enfermos. La salud es el bien más codiciado por el ser humano. Por los que tienen todo y los que no tienen nada. La oficina de la dirección está en un piso cuya vista da hacia dos cuadrantes de la ciudad. Desde la terraza se observa cómo va cambiando el mosaico social. Cerca, colonias y casas que han visto pasar el tiempo. Más allá, moles nuevas que se yerguen en la zona exclusiva de Puebla. Karen Berlanga tiene unos ojos que pueden succionar a cualquiera. Parece una mujer dura, una dama de hierro. Ella despacha en esta oficina desde septiembre del año pasado, en la dirección del ISSSTEP. Pero antes de llegar a instalarse en su escritorio, Karen pasa por esos pasillos que uno nunca quisiera caminar pues, por más que uno pueda ser hipocondríaco, a nadie le gusta sentir el frío de un hospital, sin embargo, nadie está exento de caer en cama alguna vez. Es el lugar en donde los trabajadores del estado encuentran un bálsamo, la cura, en muchos casos hasta la prolongación de una vida puesta en peligro, y Berlanga no parece, se ve feliz entrando desde urgencias: en donde los paramédicos y demás doctores de guardia la saludan, con respeto, sí, pero mejor dicho con esa calidez que sólo se le brinda a la gente que nos agrada. Con paso firme y siempre atenta, asomándose aleatoriamente en los cuartos de cualquier piso, la directora piensa que estar ahí es otra victoria. Le gusta pensar en esa palabra: “victoria”. Tanto le gusta que así bautizó a una de sus hijas: Victoria. Victoria en honor a los héroes de la revolución cubana. ¿Qué tiene que ver Cuba, Fidel y El Che, con el ISSSTEP, los enfermos, los médicos y política? En Karen tiene todo que ver porque se reconoce a ella misma, no como una experta en
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seguridad nacional o una abogada o una estupenda funcionaria, sino como una mujer revolucionaria. Es complicado asumirse así. Más en un estado como en el que vivimos; tan conservador, tan históricamente pandeado a la derecha. Tan cuidadoso de las formas. Tan arraigado a los usos y costumbres, a sus dogmas. Años atrás, esta misma mujer ocupaba un lugar dentro de un salón en Georgetown. Estudiaba algo que pocas mujeres estudian; menos las mujeres
poblanas. Una cosa “de hombres” aquí y allá. En el aula no había más de cuatro o cinco mujeres. Muchos hombres, casi todos relacionados con la milicia, hablaban sobre estrategias de seguridad de altos vuelos: armamento, aviones, códigos secretos, inteligencia. El mundo cambió un once de septiembre del 2001. También las estrategias de seguridad. Karen estaba ahí con el afán de ir un paso adelante de todos aquellos que se quedaron en Puebla. Ella creía que a su vuelta serviría a su ciudad, a su estado, Alejandra Gómez Macchia
"Karen Berlanga habla, en efecto, como si fuera comandante. Se adueña de la conversación si el interlocutor se distrae." a su país. La cosa era que esa ciudad, que los gobernantes de esa ciudad entendieran que la seguridad nacional no es lo mismo que seguridad vial o ponerse al frente de la policía. Estamos hablando de inteligencia, de aviones, de bombas, de minas, de manejo de crisis. Puebla entonces era otra y era la misma. Quien no conoce París no extraña París y quien no ha leído a Carpentier no entiende ni le interesa saber quién carajo es Carpentier. Pero la vida es una constante suerte de adaptación. Así hemos llegado a sobrevivir como especie, y siendo mujeres, a destacar como tales. Karen Berlanga habla, en efecto, como si fuera comandante. Se adueña de la conversación si el interlocutor se distrae. Eso sería chocante si no tuviera algo inteligente que decir, pero Karen sabe demasiado porque desde que perteneció al “Grupo Finanzas”, encabezado por el extinto Moreno Valle, ha visto y oído y padecido demasiado. Ese grupo, al que ella abonó con sus conocimientos y pasión, fue sufriendo una metamorfosis. Se convirtió en lo que después se conocería como el “morenovallismo”, del cual Berlanga fue, literalmente, expulsada. La lealtad, al parecer (y luego se confirmó) nunca fue el fuerte de los “Camaradas Ferragamo” que tomaron el
Estado por más de ocho años. El golpe fue brutal para la comandante Berlanga. Tanto así que se tuvo que exiliar en busca de consuelo y nuevos bríos en otro tema que la subyuga: la lucha contra la corrupción, ahora desde el escenario del gobierno federal. El huracán #Rafagobernador se volvió tormenta tropical con la llegada de Tony Gali. Berlanga se mantuvo sitiada en su posición porque el 2018 fue una temporada de incendios. Los arcanos echaron la suerte y Martha Erika Alonso llegaría al poder para prolongar la agonía de muchos que fueron defenestrados y perseguidos por su marido. Karen supo que en ese barco tampoco había sitio para ella. Sólo como polizonte, actuando con sigilo, recordando lo aprendido en las aulas de Georgetown… Estaba consciente que la vida en Puebla sería intransitable para ella, pero el 24 de diciembre todo cambió. El maestro Pacheco abrazó la causa de Karen y la puso en una posición, sino privilegiada, justa. Justa para ella, pues tendría la oportunidad de sumergirse en los lodos que amenazaron con hundirla. Desde la contraloría sentó al morenovallismo sobre sus rodillas y le generó arcadas porque en sus propias palabras “nunca se había visto tal cochinero en las cuentas de un gobierno
que desde el exterior parecía impoluto”. Karen tuvo entonces en sus manos la posibilidad de propinarle el tiro de gracia a sus victimarios, sin embargo, la victoria no se consuma en la aniquilación, más bien en la justicia. Su trabajo como contralora quedó en suspenso cuando Luis Miguel Barbosa la movió al ISSSTEP. ¿Qué tiene que ver la frialdad de los números con la calidez del bienestar social?
¿QUÉ LAS CUENTAS CON LA SALUD?
A los ojos de los neófitos no tiene nada que ver, y para quienes conocen la trayectoria de Berlanga, tampoco. Pero así como la línea recta es la unión de varios puntos, así la seguridad y las cuentas se emparentan y conversan con instituciones como la que hoy encabeza. Los pasillos de los hospitales son lugares fríos. No menos que las oficinas de la contraloría o las aulas en donde alguien se especializa en temas de seguridad nacional. En cualquiera de los tres casos lo que hace falta llevar a esos espacios “a la victoria”, es sangre caliente y una mirada que pueda tanto succionar como abrazar a los demás. Todo cobra sentido cuando converge en un solo plano: la pasión con la que te trepes al barco que te toque capitanear.
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ESPECIALES
PERFILES
Fernanda Melchor
La escritora más chingona de Puebla es Veracruzana FERNANDA MELCHOR (Veracruz, 1982) ha pintado un fresco (o quizá una sanguina) con las tonalidades más crudas de las pasiones humanas. Los retratados dan movimiento al cuadro entre la contradanza de la realidad contada en las páginas de un periódico, con la más peligrosa ambigüedad de la ficción. Quienes hayan vivido cerca del trópico, en la densidad de la maleza y la peste de la melaza, reconocerán los olores pútridos que recorren estas páginas. Quienes conozcan las emociones bajas que trae consigo un calor endemoniado y las cucarachas que vuelan y se te pegan en la piel como sabandijas, reavivarán la súbita arcada. Quienes sueñan con brujas o lloronas o con diablos de falos gigantes y han estado cerca de sus densos vahos, buscarán una salida de emergencia para huir del espanto. Quienes nacieron en lugares donde aparentemente no pasa nada; donde la vida se reduce al último chisme de la vecina o el rumor inquieto de un asesinato que queda impune, sabrán que el chisme y el letargo son catalizadores eficaces para la esquizofrenia. Quienes sospechan que lo bucólico es la ruta más segura hacia la alquilación del espíritu, confirmarán que no hay un arma más sanguinaria que las propias manos. Quienes beben cerveza caliente junto a una rocola que da música grupera todo el día, terminarán odiando su presente: que no es más que una copia fiel del día de ayer. Quienes hayan vivido todo lo anterior pueden aparecer en este libro. Sabemos que el paisaje de Temporada de Huracanes es un pueblo perdido de Veracruz. Pero ante la obviedad, el lector imagina también otros mundos: sus mundos. ¿Cuántas veces no oímos mentar a la abuela la vieja leyenda del robachicos del costal o la historia de la bruja que con sus brebajes curaba entuertos o amarraba a lo hombre ajeno? Fernanda Melchor se arriesgó a fracasar rotundamente al incluir en su delirante relato a una bruja, pues este
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"Temporada de Huracanes ha sido la mayor apuesta de la también periodista Fernanda Melchor. Una apuesta-ballena." tipo de historias funcionan muy bien en el terreno oral, pero es complicado llevarlas al papel. Se arriesgó porque, después de Rulfo, ¿quién ha podido sublimar el lenguaje de los pueblos sin caricaturizar a los personajes o caer en los típicos lugares comunes? ¿Cómo hablan la brujas de verdad? O mejor dicho, ¿qué son las brujas en estos tiempos? ¿Cuál es su modo operar?
Confieso que cuando Melchor dijo que en su novela aparecía una bruja, temí que tantos meses, tantos años de trabajo, concentración y neurosis, podrían irse a una de las fosas que existen en el mismo escenario donde transcurre la trama. La autora decidió aventarse sin red a un violento Maelstrom que va cerrándose en medio de una depurada prosa y un virtuosismo técnico que nos recuerda por momentos a Manuel Puig,
POR ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA
por momentos al mejor García Márquez. Párrafos kilométricos, ostinatos tensos y rítmicos a lo Thomas Bernhard (sobre todo en Los Comebarato). Como también muy bernhardiana es la aparente tendencia al escarnio (que no es escarnio, sino una dolorosa y puntual crítica) hacia las costumbres, vicios y abyecciones de su entorno primigenio (recordemos que Melchor es veracruzana). Todos los escritores son un saquito lleno de obsesiones, y Fernanda Melchor ha manifestado en repetidas ocasiones que le atraen los crímenes, las bajas pasiones, el trópico y las historias marginales. En su primera novela, Falsa Liebre, los personajes se van quebrando bajo el mismo sol obsceno, en sucios callejones, en la furiosa e inexorable miseria. En Falsa liebre son Zahir y Andrik, Pachi y Vinicio. En Temporada de Huracanes son el “Liusmi”, Munra, Norma y Brando. Todos jarochos, todos jóvenes, todos jodidos. Personajes oscuros quebrados por la pobreza, rotos por el abuso sexual y la droga. Todos atrapados en tierras calientes donde la oportunidad no crece simultáneamente con las cañas. Existen varias clases de novelas: las novelas que empiezan bien, tienen caídas y se recuperan. Novelas que empiezan flojas, se recuperan y se caen de nuevo al final. Novelas planas que, como dice Philip Roth: si no te atrapan, es mejor abandonarlas. Novelas que te golpean en el arranque y que no te permiten recuperarte hasta el final. Temporada de Huracanes es, como bien lo dice el título, un meteoro que lleva al lector al abismo. Pero ojo: no te deja ahí. Te sacude, te moja, te raspa, te despeina… Fernanda Melchor escribe sus textos con una frescura (y una crudeza y brutalidad) inéditas. Su historia está
contada con la intensidad, la jocosidad y la malicia de un chismorreo pueblerino, invadido por el más rico repertorio de groserías y modismos del trópico (sólo los jarochos sabemos qué es un teterete y cuántos kilos caben en tres toneladas de verga). Los nombres de los pueblos parecen inspirados en Ibargüengoitia. Son lúdicos (rayanos en lo absurdo), pero al contrario del Cuévano de “Estas ruinas que ves”, Palogacho y Matadepita sí existen. Desde la primera página, la lectura de Temporada de Huracanes implica lo que en su tiempo hizo Luis González y González con su “Pueblo en Vilo”, es decir, hace un minucioso zoom in a los pequeños acontecimientos que conforman la realidad de un país, vistos desde una óptica muy personal. En “Pueblo en Vilo”, obra con la que se inaugura el género conocido como “microhistoria”, González y González esboza la realidad de un país mediante el estudio de una pequeña población insignificante que termina siendo el “gran todo” de la realidad mexicana. A los grandes apostadores de Las Vegas se les conoce como ballenas. Ahí, en el Bellagio y en el MGM, estas ballenas ludópatas tienen sus propios salones para jugar. Digamos que no se juntan con gente que no apueste menos de 100 000 dólares. Temporada de Huracanes ha sido la mayor apuesta de la también periodista Fernanda Melchor. Una apuesta-ballena. Los lectores fieles de “la Melchor” ganamos uno de los mejores libros que ha dado la literatura mexicana en la última década, así lo dijeron los críticos del New York Times, y luego el estricto jurado alemán que le concedió el Premio Internacional de Literatura 2019, Anna Seghers, otorgado a la excelencia literaria en Berlín, Alemania.
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DALIA
MONROY visita al estudio de la artista que pinta música POR DORSIA STAFF
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ENTREVISTAS ESPECIALES
La tenemos acá, muy cerca, exactamente entre Puebla y Cholula. Una pintora en toda la extensión de la palabra: Dalia Monroy. Nacida en Huauchinango, Puebla, desde muy pequeña iba dibujando y coloreando su entorno. No hace mucho encontró en unas cajas algunos libros que eran de su padre y vio en ellos figurillas hechas por ella cuando aún no sabía que, en efecto, llevaría sus anhelos al terreno de la realidad. Es una de esas casas que se construyeron por ahí de los años noventa. Se nota por el acabado de grueso tirol en las paredes. Para ese momento, la recta a Cholula florecía como un espacio propicio para construir casas grandes. El periférico estaba en pañales. Al entrar, te recibe un doberman con sus orejas bien erguidas. El perro custodia lo que uno encontrará más adelante. Los
tesoros de Dalia. Todo artista, sea pintor, escritor, escultor o bailarín, necesita eso que Virginia Woolf nombró como “una habitación propia”. Claro que, en el caso del pintor, esa habitación requerirá ser un poco más amplia y contar con techos altos y buena iluminación. Pasando la aduana del doberman, se ve el estudio de Dalia. Carlos Meza Viveros fue quien me llevó por primera vez a conocerla cuando supo que yo era apasionada de la pintura. “A ver, joven, te voy a llevar con la mejor pintora de Puebla”, dijo con su característica voz rasposa. No preguntando, ¡ordenando como acostumbra! No tuve dudas de que Monroy sería una grata sorpresa para mí porque en el impresionante despacho de Meza tiene colgados dos de sus cuadros que saltaron
inmediatamente a mis ojos de entre las muchas obras de arte de cuelgan de los muros. Me atraparon porque había mucha negritud en ellos. África retumbaba en mis oídos aquella tarde afortunada cuando el abogado me citó en su despacho para tratar un asunto que nada tenía que ver con el derecho y sí mucho con el arte y el placer de vivir. Dalia es una mujer que refleja serenidad e inteligencia. Nos hizo pasar a su estudio en donde el aparato de música daba “Strange Fruit” interpretada por Billie Holiday. Yo soy una amante del jazz, y de inmediato me sentí en ambiente. Y esas frutas extrañas no son otra cosa más que los cuerpos de los esclavos negros colgando de los árboles. El taller es como todo buen taller de un pintor obsesionado, enamorado de su trabajo: lleno de botes de pintura, pinceles de todos tamaños, durezas y formas, dispuestos en latas. Papeles con bosquejos, telas, maderas y ese olor a óleo y solventes que hacen las delicias del que quiere ponerse a tono con el artista. Dalia estaba terminando la selección de obras que montaría el Museo Cuevas. Todo ahí tenía que ver con África, con la danza, con cueros de congas, atabaques y djembés. Visiones de Cuba y sus lágrimas negras. Formas femeninas trastocadas por cierta influencia de la tercera raíz mexicana. Al fondo, un cuadro gigantesco que de inmediato Carlos escogió y que a mí me pareció un híbrido maravilloso entre la Coatlicue y alguna diosa negra keniana. La paleta de Dalia oscila entre la perenne tierra anaranjada y un cielo magenta. Los amarillos tiran más al ocre y los azules son esos azules que, como los de Pellicer, se caen de morados. No tardaron en aparecer las cervezas. Los tres encendimos nuestros respectivos cigarros y hablamos entonces de los maestros de la maestra; sus guías o los artistas que admira. Fue inevitable comentar que en especial un cuadro que retrataba a dos mujeres tocando jazz (cuadro que por cierto hoy engalana la pared en donde vive mi piano) tenía un poco, o más bien un mucho del humor de Cuevas. Esos rostros grotescos que miran desde un pálido perfil. Cabezas ovales, casi monstruosas. Pasamos revista por el estado actual del movimiento pictórico en Puebla y llegamos a la triste conclusión que, si no está desmayado, por lo menos está muy bien escondido. Hay uno o dos artistas jóvenes que nada tienen que hacer exponiendo en el Barroco. Esa pintura, dije yo, es para adornar casas de políticos esnobs.
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ENTREVISTAS ESPECIALES
La conexión con Monroy se dio inmediatamente, pero se reforzó cuando ambas coincidimos que Vicente Rojo es un jefe de jefes. Que Avelina Lésper hace bien en echar al caño a esos pequeños artistas “condesa” que creen que defecar en una cubeta de peltre es arte contemporáneo. Que los oaxaqueños son la casta divina desde Tamayo y Rodolfo morales. Que los ácidos de Sergio Hernández son mejores que los LSD Hoffman y que a Alejandro Santiago le faltó tiempo para seguir bebiendo mezcal mientras levantaba del fango a sus imponentes migrantes. Y claro… que Felguerez nunca se vio mejor que colgado en la casa de Meza.
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La política no podía ser un tema que quedara en el guardapolvo de la puerta. Dalia Monroy embelleció los muros de Casa Puebla cuando Manuel Bartlett vivía dentro. De ahí viene la amistad entre Dalia y Carlos, quien ha sido uno de sus clientes y promotores más encendidos. Mientras el ambiente se iba llenando de humo, la música cambiaba en random: de los clásicos africanos de Putumayo al inconfundible tresillo de Eliades Ochoa. Las telas conservan cierto calor que les dota el acrílico cuando sella su trama… sentarse ante veinte o treinta cuadros de
más de dos metro o tres metros cuadrados cada uno te vulnera, te hace sentir extrañamente empequeñecido. Cada obra es un relato, un pasaje real o imaginario que transita por la mente del autor. El artista puede mentirle al hombre, no al pincel. No a la tela ni a la madera. “Sonoridad imaginaria y cadenciosa” es una colección estridente y esteparia. Dalia Monroy pinta el ritmo, el tono y el timbre de sus emociones y su memoria genética. Aquí no hay silencios. No hay blancos. Es una conversación entre la autora y sus tótems. Alejandra Gómez Macchia
Alejandra Gómez Macchia
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La verdadera historia de un MATRIMONIO POR ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA
Un día afortunado conoces a fulanito de tal, que resulta ser encantador: un artista como tú, o un médico como tú, o un administrador como tú. La conversación entre ambos fluye maravillosamente (tienen temas en los que coinciden, trabajan en lo mismo), toman una copa, cada quien muestra su mejor lado, saca las más altas suertes de seducción, quedan de verse nuevamente, salen otro par de días en los que las hormonas se maridan con la adulación y terminan acostándose.
É
l cree que eres divina; una diosa en zapatillas con algo más en el cerebro que aire y un cereal inflado. Tú crees que es adorable: un gran amante con algo más que esperma en los testículos… Comienzan una relación, comparten impresiones del trabajo, quizás acaben emprendiendo un proyecto juntos que será exitoso porque cada uno pondrá su mayor empeño en reafirmar que es un genio. La cosa sigue, los aplausos de los demás llegan a sus oídos como olas que rompen en el farallón. Los egos crecen simultáneamente, la gente empieza a considerarlos la pareja del año ¡del siglo! Todo es tan perfecto que un buen día, tú, mujer, decides que ya estás en edad de sentar cabeza. No temes a la pareja, al contrario, te parece el estado ideal porque sólo así se conoce a fondo al otro, y el otro parece ser perfecto. No han tenido grandes diputas. Él es un tipo afable y alivianado, muy de su tiempo, que no se muere por casarse pero le agradas tanto, le gusta tanto tu compañía, que accede sin mayores contratiempos… finalmente la historia se va dando conforme uno vaya queriendo, como la narre. La vida en pareja es una maquinaria que se echa a andar entre dos, cuyos engranajes funcionan mientras haya mutua voluntad, y la hay al principio, claro que sí. Petr Ovralov
El hombre que elegiste o que el destino te puso enfrente seguro será un buen padre; cada quien tendrá su espacio, eso sin duda. Él no es un machito recalcitrante, tú no eres una paranoica obsesa y ninguno de los dos ha dado verdaderas muestras de ser livianito, al contrario, son bastante maduros y sus respectivos oficios los llenan más que cualquier polvo que pudiera presentarse en el camino. Se casan. Al poco tiempo tienen un hijo. La dinámica cambia un poco, sobre todo para ti, mujer, porque el bebé requiere de tu atención, de tu pecho, etcétera. Él es un buen padre, sigue siendo un gran amante pese a que tú te sientes acomplejada porque las carnes que deja colgadas el embarazo tardan mínimo un año en ceder, sin embargo él no lo nota, o si lo nota, no le importa porque, recuerda, está contigo puesto que tienes más que aire en el cerebro y buenas tetas; y tú estás con él porque es un gran artista o buen médico o administrador, y tiene más que una reserva generosa de esperma en los testículos, ¿cierto? Tú tratas de no perder el rumbo de tus proyectos, a como puedas los sacas y divides el tiempo entre el taller o el teatro y tu casa, entre el consultorio o la oficina y el bambineto del crío. ¿Se puede seguir creciendo profesionalmente aun siendo mamá? Se puede. Cuesta el doble de chamba, pero se puede.
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REDACCIÓN
PLUMAS
Q ESPECIALES
uizás envejezcas un poco más pronto, pero no importa. Además, tienes el apoyo de él, que aparte de ser un artista o un médico exitoso que trae buena lana a la casa, se rifa con el chamaquito. Es lo que se conoce como un buen padre. No es un mandilón, pero es el papá que pensaste y a ti no te ha desatendido como mujer. Quizás ya no te coge a todas horas como cuando eran novios o amantes o cuando recién se casaron. Ya no cogen en la sala ni en la cocina ni viendo la tele ni en el baño del restaurante, no; ahora cogen como cogen el 99% de los matrimonios jóvenes: dos, tres veces a la semana, en la cama, menos aparatoso el tema porque no quieren despertar al bebé. Luego, cuando deje de ser bebé cogerán tantito menos porque el niño ya podrá irrumpir en la habitación y no quieres que se tope con la escena, sin embargo, no todo es coger, hay otras actividades que dan satisfacción, como salir a cenar o llevar al niño al cine o al parque. Los años pasan y de repente añoras la vida de soltera, como él, tu señor, la añora también. Tú regresaste al trabajo, que desgraciadamente (y acá empieza el problema) ya no te acomoda tanto porque es precisamente con él, con tu esposo, con quien trabajas puesto que al principio creyeron que serían el mejor equipo. Y lo son, de una u otra forma, pero ahora se ha asoma algo que no existía antes: el celo. El celo por la jerarquía. Él es más conocido y exitoso que tú. No por eso es más talentoso, ojo, lo que pasa es que él sólo se dedica a lo suyo y no a ser papá. Te aguantas el celo, ¡qué más da!, si todo es por el bien de la family. La familia que tú quisiste formar con ese desconocido que te gustó tanto el día que se toparon. Sin embargo, ya no se ven como antes; tú lo admiras y él a ti, pero el desgaste en casa levanta un muro de soberbia. Ahora lavas sus calzones y él te ve levantarte con un anticlimático pants por las mañanas. Los neglillés se fueron de vacaciones hace mucho, junto con las ganas de coger en la tina,
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Los neglillés se fueron de vacaciones hace mucho, junto con las ganas de coger en la tina, coger en la cocina, cogen en el carro, coger en medio de una cena familia dentro del baño, coger acostados, parados, sentados. Coger, coger, coger todo el tiempo porque se les antojaba. coger en la cocina, cogen en el carro, coger en medio de una cena familia dentro del baño, coger acostados, parados, sentados. Coger, coger, coger todo el tiempo porque se les antojaba. Ahora sólo cogen una vez a la semana y a veces uno de los inventa que le duele la cabeza, aunque no le duela la cabeza. Entonces una de las dos partes, que seguro serás tú, Dulcinea, comenzará a dudar si ese déficit de cogedera no se debe a que el señor ya anda cogiendo por otro lado, y puede ser que sí, o puede ser que no, pero el caso es que la duda se injertó en tu cerebro y esa duda comienza a pervertir todas las actividades en conjunto. El tiempo sigue su curso y él, ¡uta madre!, es premiado, aplaudido, laureado, mientras tú recibes casualmente una buena oferta de trabajo, pero eso sí, muchas flores y manualidades del niño en el 10 de mayo. Se llama vida conyugal. Se llama matrimonio. Y, ¡hey, comadre! Tú decidiste embarcarte en ese tren que ya no va hecho la mocha, ahora va lento, pesado, tanto que, ¡ufff!, ya, ya te quieres bajar. Y así lo exiges el buen día que confirmas tus sos-
El hombre que conociste hace años sigue siendo el mismo pese a que se subió en un ladrillo y la fama lo mareó.
pechas: el marido se anda recetando a la secretaria o a alguna compañera de trabajo con la que coge en el coche, coge en la cocina, coge en el cine, coge en los aviones y en los baños del restaurante mientras tú te has hecho experta en la puñeta y en los polvos furtivos con aquel que un día fue tu príncipe azul. El sueño terminó. Comienza la pesadilla. Van a terapia. No sirve porque te sientes en desventaja ya que el loquero es un macho como tu marido que te tilda de neurótica y te repite sesión tras sesión que las decisiones fueron en gran parte tuyas. Mandas a la mierda la terapia, en tanto tu hijo está pegando al iPad. El niño sabe perfectamente que sus papitos se alucinan y que están en guerra, sin embargo, los sigue amando por igual, pero los comienza a preferir por separado. Calma, no pasa nada, estamos en el siglo XXI y es la era de los divorciados y el niño no padecerá tanto como quizás lo padeciste tú si tus padres también se mandaron al demonio.
¿
Se acabó el amor, reina? ¿De verdad ya lo ves y vomitas? ¿O hay mucha nostalgia y quisieras regresar el tiempo para hacerlo de otra forma? Eso te preguntas por las noches, y lloras. Ves ahí, junto a ti, al hombre que tanto amaste; dormido, taaan vulnerable. Lloras más quedito y hasta lo abrazas, pero al día siguiente tienes una cita que habrá de cambiarlo todo. Irás con un abogado para que la cosa sea “justa”. Esperas no tener que pelear. Ruegas que el divorcio que pedirás sea tranquilo por el bien del niño, pero también por el bien de ustedes. Fueron buenos años, aunque se acabó. Quieres volver a ser tú, la independiente y no la “esposa de”. Si todo resulta como lo prevés, en unos días serás libre. ¿Ya sabes que Alejandra Gómez Macchia
harás con esa libertad? No, pero seguramente todo será mejor que tener que coger de ladito y vestidos porque hay niños en casa. Además, el cabrón se metió con una golfa y quién sabe que bichos traiga pegados en ese maravilloso pito que hace años, ¡oh carajo!, era sólo tuyo y te hacía flotar. Los abogados harán su chamba. Si tú contrataste al más perro, ganarás fácilmente y no sólo eso; él, tu abogado, es tan bueno en lo que hace que igual y podría dejar en la calle al pobre pendejo que ves ahí, dormido a tu lado. ¿Eso es lo que quieres? ¿Quieres vengarte de él porque se portó como un cretino al irse a coger con otra mientras tú te arrastrabas en el piso armando Legos con tu retoñito? Si quieres eso, el abogado lo hará. El abogado te defenderá y sacará sus mejores argumentos para demostrar que tu marido es un ojete que no merece ni que su hijo pase con él más de dos días a la semana porque puede ser una mala influencia: un pedote (aunque no beba), un drogonazo (aunque lo máximo que se auto recete sea un Pepto Bismol). Pero tú sabes que eso no es verdad; el hombre que conociste hace años sigue siendo el mismo pese a que se subió en un ladrillo y la fama lo mareó. En realidad, es bueno y lo quieres. Sigues creyendo que es un gran papá, y sabes que un día tu hijo cuestionará esa decisión; el día que el niño deje el iPad que le has puesto enfrente para que no sienta el madrazo de la realidad. El desamor. Lo demás es silencio. El proceso no fue tan rudo porque tu esposo jamás fue un malasangre y acabó aceptando lo que el abogado pidió para ti. Ahora eres libre. Ahora también él es libre. Un poco más pobre él, y un poco más rica tú, pero libres al fin. Despiertas. Ya no está el sujeto que te cuerneaba. La paz reina en la cima. Sigues sin coger en la cocina, sin coger en la alfombra ni en el auto, pero al menos te consuela saber que el que estaba junto ya no te ve la cara de paisana. Él quizás siguió cogiendo con las otras o coge con una nueva amante. Tú, que no eres fea, eres joven y no eres de palo, pronto volverás a coger. Te sentirás deseada de nuevo por un hombre al que creerás el príncipe encantado, y lo será, mientras no te distraigas y decidas que “ese es el bueno” y te vuelvas a ir al bar y la gente diga que son lo máximo, y extrañes esa vida que dejaste por aburrida, y, y… te vuelvas a juntar. Entonces las cosas serán distintas, pero igual. Vivir en pareja es una suerte de variación sobre el tema. ¿Y qué es la variación sino una mera suerte de repetición que se da hasta que uno acaba por salirse de la pauta original? Es la historia de un matrimonio. De muchos, de casi todos. *Texto inspirado al ver “Marriage Story”, no se la pierdan en Netflix
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POR ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA
ENTREVISTAS
CHARLAS Y CAFÉ
Mariano Luna:
del mundo de los seguros al paraíso del Mezcal 36
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EN ESTE NÚMERO platicamos con Mariano Luna, director regional de Seguros Quálitas, quien habló con el equipo de Dorsia sobre las dificultades y retos que enfrenta el mercado de seguros en un ambiente que cada día es más millennial. También reveló una nueva faceta en su carrera profesional: la de empresario mezcalero. Y como suele suceder en las charlas interesantes, nos prolongamos mucho con este tema, por eso aquí te dejamos un fragmento, y si quieres saber acerca de todo lo que hablamos, corre a nuestro canal de Youtube, donde estamos estrenando una sección de entrevistas a fondo con empresarios, políticos y artistas que le dan a Puebla su aire tan característico.
ENTREVISTAS
CHARLAS Y CAFÉ
ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA: El millennial, y es un estudio comprobado, quiere viajar, no quiere tener una casa propia, ya casi no quieren tener hijos... LUNA: Ni carro... ALE: Uber, claro. Se está perdiendo un poco el tema...los millennials son un nicho de mercado muy complicado, ustedes lo han de ver, pero es para todo: restauranteros... LUNA: Son mucho más exigentes. ALE: ¿Pero cuáles son las exigencias? ¿Cuáles son los topes que te encuentras con esta generación? LUNA: El millennial precisamente lo acabas de decir, lo que quiere son las cosas de fácil acceso y de rápido. ¿Qué es lo que buscan en un celular? Yo creo que ese es el símbolo de los millennials, el celular, ¿qué buscan en un celular? cuántos megas tienes, porque es la rapidez, que no tenga muchas pantallas para llegar a donde quieren, que se les faciliten las cosas. Entonces un millennial es muy exigente en cuanto a los tiempos. Si tú quieres llegar a un millennial, necesitas tener una buena plataforma que sea ágil, que searápida, que sea entendible, y más en el ambiente de seguros, para poder expresar esto para nosotros no es tan sencillo, porque nosotros manejamos un argot de seguros. ALE: Por ejemplo, yo tengo un seguro
para autos porque apenas saqué un carro, porque antes no tenía. Decía “híjole, para qué estoy pagando el seguro si no me pasó nada este año, no me pasó nada el año pasado...», sin embargo, el tema de la comunicación ahorita está perdido.
LUNA: Y ese es un problema que nosotros tenemos que ver: cómo comunicamos. Es decir, tanto compañías de seguro como el gobierno para poder concientizar a la gente de que tenga un seguro. Inclusive en autos, nada más está asegurado el 40 por ciento de la población, el 60 por ciento de los vehículos que circulan en México no tienen seguro. Es increíble. Es cultural. ALE: Recordemos que hasta hace unos 25
años, que no es tanto, el tema del cinturón de seguridad...
LUNA: ¿Y aparte por qué te lo pones? Pues porque ahora ya hay sanción. Sí vamos encaminados...hace rato platicábamos de cómo va el tema de seguros obligatorios, acá en Puebla y en Ciudad de México es Luis Conde
obligatorio, pero la autoridad no lo ejerce como obligatorio ya en la práctica, te pueden parar por no traer licencia, pero no por no tener seguro. Inclusive, a nivel federal, en todas las carreteras debes tener por lo menos un seguro de responsabilidad civil. Eso está por ley, pero no es lo mismo.
ALE: Ahora hagamos un salto cuántico. Como empresario estás a punto de iniciar yun nuevo proyecto: el tema del mezcal, que es un poco paradógico con lo que haces ahora “si tomas, no manejes”. El tema del mezcal que debería ser tomado con responsabilidad como la bebida dionisiaca...de pronto la idea de los mezcales es una convergencia de mundos. LUNA: Sí, claro. Siempre totalmente responsable. ¿Dónde nace esto? Obviamente a mí me encanta visitar todos los pueblos mágicos que tenemos en México, y uno de ellos es Oaxaca, la cultura, y aparte lo que es la comida me mata. Tuve un viaje personal a Oaxaca e hicimos un tour por los palenques y probé el mezcal. Yo no era mezcalero, pero de repente empecé a probar, vi la elaboración, la gente que
"Un millennial es muy exigente en cuanto a los tiempos. Si tú quieres llegar a un millennial, necesitas tener una buena plataforma que sea ágil, rápida, entendible, y más en el ambiente de seguros, para poder expresarte"
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lo hace, cómo lo hacen, el empeño que le ponen y que aparte pues esto es un tema de hace muchos años. Y obviamente lo que nos dicen los artesanos de Oaxaca es que el tequila es el hijo del mezcal.
ALE: Pero hasta unos años que empezó el auge, por los millennials, ellos encarecieron tres cosas: el peltre, el mezcal -porque antes el mezcal era baratísimoSiempre hay un catalizador de ese tema, de la moda, tú vas a la Condesa, a la Roma y está lleno de mezcalerías. LUNA: Obvio el tequila le lleva 20 años de diferencia al mezcal, el tequila tiene mucho auge porque comenzó en Jalisco y obviamente la diferencia en cuanto a economías también importa. Todo tiene un porqué. ALE: El mezcal lo han adoptado muchos empresarios poblanos como negocio. Luna: Sí, como bien dices, es un tema de
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"Yo me comprometí en impulsarlos y apoyarlos y de ver cómo en conjunto podemos hacer algo para proyectar el mezcal en otros estados" la parte de los millennials, donde lo han llevado a un tema inclusive de estatus. Me llamó muchísimo la atención este tema y empecé a sentir que tiene sabor...
ALE: Es como si le das una mordida a una pirámide: sabe a barro.
LUNA: A diferencia del tequila, esto tiene mucho sabor. Entonces siento que lo puedes paladear mejor, entonces cuando voy a los palenques veo a las personas que hacen mezcal. Tenemos también en la botella pensamos ponerle un distintivo, pero realizado por parte de los artesanos oaxaqueños. ALE: ¿Y va a ser nada más de Oaxaca? LUNA: Por lo pronto sí. Yo me comprometí mucho con los artesanos que lo elaboran, porque para mí son artesanos, en impulsarlos, en impulsar dos o tres palenques que pude visitar y apoyarlos y de ver cómo en conjunto podemos hacer algo de proyectar el mezcal en otros estados, en el ámbito donde nosotros estamos. Insisto, creo que no está peleado esto. Yo siempre voy a procurar en la medida de lo posible, seguir haciendo esas alianzas con gente que realmente está detrás, que son anónimas, pero que tienen productos extraordinarios. Luis Conde
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ESPECIALES
#MUJRES PODEROSAS
PASTORA
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PERFILES
Correr y volar después de los 40
EN MEDIO DE UNA CRISIS suceden dos cosas: o te hundes o te levantas. No hay más. Esto es un menú de dos sopas. Lo más fácil es lo primero: rendirse, dejarse caer hasta el fondo cuando uno siente los pies llenos de plomo. Descarrilarse es fácil. Tirarse al vicio, también. Volverse dependiente de algo o de alguien es la ruta segura hacia una vida gris, que deja de ser vida para ser simplemente sobrevivencia. Pastora Durán hoy es triatleta, una de las más importantes del país. Y no: no vive en la gran metrópoli ni tiene el apoyo de las “súper” dependencias deportivas del gobierno porque simplemente el deporte, para las entidades públicas, es un asunto de recreación, no una profesión; pero sobre todo un asunto que, literalmente, salva vidas. Si la ves por la calle, es posible que creas que es una modelo: es alta, es rubia, tiene un cuerpo magnífico y posee eso que Coco Chanel dice que es lo más importante para que una mujer tenga estilo: a Pastora la viste una sonrisa permanente. Parece modelo porque, en efecto, alguna vez posó para la casa Armani. Tiene un nombre muy español porque su raíz es de allá. Nació en España, aunque está naturalizada mexicana; acá ha hecho de sus sueños una realidad, acá se criaron sus hijas. Acá, en México –específicamente en Tehuacán , Puebla– tuvo sus más grandes caídas, pero también sus más dulces resurgimientos. El deporte fue una parte esencial en la infancia de esta mujer que hoy se alza en las alturas del triatlón. Su madre, como toda madre amorosa y preocupada por la salud fisca y mental de los hijos, la llevaba de la escuela a la academia de gimnasia. A Pastora-niña le encantaba esa actividad, sin embargo, no todo lo que se practica en la infancia se abraza en la adultez. Un buen día se casó y se dedicó a formar una familia. Se volcó en la crianza de las hijas, tres bellezas blondas como ella. Iba al gimnasio como toda señora que quiere entrenar simplemente para no perder la forma, para mantener la belleza y cierto grado de bienestar.
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"A la fecha, ha recorrido casi todo el país dando zancadas de gigante, montada en su potro de hierro y dando brazadas de levedad." Lo que vino a dar una vuelta de tuerca en su vida fue la pérdida de su ser más querido: el gran torero español que llegara a México, como muchos, en calidad de refugiado durante la Guerra Civil, don Antonio Durán Pérez. La vida y la muerte son sucesos que, si bien no paralizan al mundo, sí remueven los tejidos de los allegados que reciben o que despiden al ser querido. La muerte de don Antonio fue, pues, el paradigma para Pastora.
¿Qué es lo que se hace comúnmente cuando la pena te embarga? ¿Qué hacen las mujeres con recursos, esas que no tienen que obligarse a salir a cumplir un horario de trabajo cargando el dolor a cuestas? Lo más fácil, y lo que muchas hacen, es remitirse al diván, tirarse al sillón a comer por ansiedad o dejar de comer por tiricia. Y no es que esté mal; cada uno vive su duelo de la manera que puede, y Pastora estuvo a punto de caer Smile Photography
POR ALEJANDRA GÓMEZ MACCHIA
"Es posible creer que es una modelo: es alta, es rubia, tiene un cuerpo magnífico y posee eso que Coco Chanel dice es lo más importante para una mujer: estilo" en una espiral tóxica de medicinas que no curan, sólo disfrazan el sufrimiento. Ella lo sabía: la dependencia a un placebo hace de la realidad un espejismo, pero había por quién seguir luchando y respirando: sus hijas, obviamente, pero principalmente ella misma. Una mañana, ya con la receta de ansiolíticos en mano, decidió postergar la visita a la farmacia, guardó el papel en un buró y salió a correr. El aire le rozó la cara, entro por su tracto respiratorio y llegó a casa renovada. No lo sabía, pero esa decisión cambió el rumbo de la historia: de la suya. De nada sirve una decisión si no se
tiene constancia y disciplina. Pastora tuvo entonces que recordar aquellas jornadas en las que su madre iba por ella de la escuela, con su comida en tópers, para no faltar a la gimnasia. Así que al día siguiente volvió a levantarse, se puso los tenis y salió a correr. Cada mañana avanzaba un poco más, cada día, el sol le dio en la cara con más fuerza y le inyectó energía. Vinieron las primeras competencias. Básicas, de distancias no muy largas, junto con otros deportistas con sus respectivas historias detrás pisándoles los talones. Se dio cuenta que aquello no era un simple hobby o un distractor para
deshacerse de la tristeza; correr la llenaba, la apasionaba. Poco después vino la bicicleta, en donde se trepó como una amazona y rodó. Y en cada giro de rueda la mente fue sanando y el recuerdo de papá ya no era un lastre sino un acicate, un catalizador que la echaba hacia delante. Faltaba algo para cerrar la pinza: el agua. Todos tenemos algo de anfibios, pero no lo sabemos. Ser triatleta es una labor de peces, pero también de liebres y de águilas. Pastora tenía 40 años. No era lo que el establishment dicta como una “candidata” óptima para ser una competidora en serio. Pero ¿la edad importa cuando se tiene hambre? Tuvo que toparse con negativas y descréditos. Algunos “profesionales” se negaron a prestarle atención porque consideraban que lo suyo era un escape ocioso. Es lo que suelen decir los hombres “fuertes” cuando ven a una mujer que se inicia en una actividad. Lo importante de todo esto es que esos grandes “no” funjan como patadas que te impulsen hacia el cielo, no que te hagan besar el suelo. Pastora encontró el apoyo de sus más grandes amores: si un hijo te dice: “tú puedes”, uno se levanta y lo hace. Así se inventaron los súper héroes, ¿no? A la fecha, Pastora Durán ha recorrido casi todo el país dando zancadas de gigante, montada en su potro de hierro y dando brazadas de levedad. Y no; no necesitó salir de su pueblo para ser reconocida. Sigue viviendo y entrenando en Tehuacán y desde ahí ha saltado hasta mundiales de triatlón. El territorio no será jamás un pretexto. El lugar que uno ocupa en el plano, en el mapa, no condiciona el éxito si las cosas se hacen con ovarios. La modelo que ahora es triatleta tiene otra ocupación que le llena y le ha ayudado a conocer a las personas indicadas para transitar por el deporte sin sufrir los embates de la falta de apoyos: una o dos veces por semana viaja a Puebla o a otros estados y decora casas. Todo lo que hace tiene un sello personal: la armonía y el equilibrio.
¿QUIÉN DIJO QUE EL SUDOR ESTÁ PELEADO CON LA CREACIÓN?
Los años han pasado y la receta con los ansiolíticos que le mandaron para enmascarar una dolencia del alma, se quedó ahí, avejentándose en un buró. En cambio, otro tipo de papeles decoran sus muros: los diplomas y reconocimientos que son una cachetada con guante blanco remitidas a todos aquellos que un día le dijeron: “no se puede”.
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Todas
Cogemos
POR OLIMPIA CORAL MELO
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¿Cómo surgió la LEY OLIMPIA? Cuando tenía 18 años grabé un video sexual con un novio con el que llevaba seis años. No sé cómo ese video, en el que se veía mi cuerpo desnudo pero no se identificaba a mi novio, empezó a pasarse por WhatsApp.
L
a gente hablaba de mí. Y mi novio me dejó sola. Negó que era él porque le daba vergüenza. Así la gente empezó a especular con quien me acostaba. Un periódico local se vendió como pan caliente con una portada en la que decían que yo, una chica que tenía futuro, “estaba quemada en las redes sociales”. Lucraron con mi cuerpo. Cada día me llegaban a mis redes sociales solicitudes de hombres que me pedían sexo. Me empezaron a llamar “la gordibuena de Huauchinango”. Y después, cuando el escándalo se hizo más grande, “la gordibuena de Puebla”. Sentí que mi vida había terminado. Me encerré en mi casa durante ocho meses y no me atrevía a salir. Era muy joven y no sabía a quien acudir, cómo denunciar. Y para colmo, todo había pasado en el ámbito digital, así que parecía que nada había pasado. ¿Cómo me iba a defender si yo misma había grabado el video?
Quise suicidarme en tres ocasiones. En una de ellas estuve a punto de tirarme de un puente cuando por suerte pasó un amigo y se bajó del coche en el que iba a preguntarme cómo estaba. No sé si él se dio cuenta, pero me salvó la vida. Mi madre, que no usaba internet, no sabía del video y yo pensé que iba a tardar en descubrirlo. Le dije que existía un rumor sobre un video, pero que no era yo. Pero un domingo en el que estaba reunida toda mi familia en la casa, mi hermano, de 14 años, llegó de la calle y aventó su teléfono en medio de todos. “Ese video de mi hermana sí existe y sí es Olimpia”, dijo. Mi mamá se puso a llorar. Fue el día más triste de mi vida. Yo me abalancé a los pies de mi mamá y le pedí perdón de rodillas a ella y a toda mi familia. Me sentía culpable.
Les dije que quería morirme, que me ayudaran a morirme. Pero mi mamá, una mujer de una comunidad indígena que no había terminado ni la educación secundaria, que no sabe ni escribir, me sorprendió. Me levantó la cabeza y me dijo viéndome a los ojos: “Todas cogemos. Tu prima coge, tu hermana coge y yo también. La diferencia es que a tí te ven coger. Eso no te hace una mala persona o una delincuente”. Yo quedé en shock. Mi mamá continuó. “Tú sólo disfrutaste tu vida sexual -como lo hace cualquier persona- y hay una prueba de eso. Vergüenza sería que hubieras robado o matado. Incluso maltratado a un perro”. Ahí conocí la sororidad, que las mujeres somos muy poderosas. Aunque, soy consciente de que no todas las jóvenes tienen la ventaja de tener una madre como la mía, que me apoyó en esos momentos tan duros. La mayoría son rechazadas por sus familias, en sus centros de estudio o trabajo por el simple hecho de tener una vida sexual. Mi madre desconectó el teléfono y el internet de la casa. Me protegió del mundo exterior. Me hizo saber que ahí dentro estaba segura. Pero la gente fuera hablaba de mí.
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Venían a tocar la puerta de mi casa y a decir que se habían enterado del video. Yo sólo me escondía. La gente no tiene idea de lo que causa ese tipo de violencia. Limitan tu libertad, tu intimidad, tu movilidad, tu vida. Y tú lo aceptas porque crees que eres culpable. Por eso acceder a la justicia es casi imposible. Cada “like” a esas publicaciones es una agresión, cada “me gusta” es un golpe.Cada vez que alguien comparte contenido íntimo de una persona que no lo permitió es como una violación. A mí no me penetraron, pero me estaban violando, porque utilizaban mi cuerpo. Digitalizado, sí, pero mi cuerpo al fin. Yo pensaba que nunca más iba a volver a salir de mi casa. Solo veía el mundo por una ventana. Pero dos cosas me hicieron salir de ahí. Una, que un amigo me llamó y me pidió que viera las páginas donde se burlaban de otras mujeres. “Para que veas que no eres la única, que se burlan de otras solo porque sí. Tú sabes oratoria y tienes una voz. Tienes que hacer algo con eso”, me insistió mucho. En esas páginas me di cuenta que se burlaban de mujeres por tener cejas grandes, por ser rubias, por flacas, por
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Mi mamá, una mujer de una comunidad indígena que no había terminado ni la educación secundaria, que no sabe ni escribir, me sorprendió. Me levantó la cabeza y me dijo viéndome a los ojos: “Todas cogemos. Tu prima coge, tu hermana coge y yo también. La diferencia es que a tí te ven coger. Eso no te hace una mala persona o una delincuente”.
todo. Pero, lo que me indignó más fue que había una fotografía de una chica con síndrome de Down. Alguien comentó en esa foto que no importaba su cara, que podría ser utilizada sexualmente. Ahí fue cuando dije “no puede ser”. El otro evento que me hizo cambiar fue que en el mismo periódico que se habían burlado de mí, publicaron el caso de una mujer que se había robado 40 pares de zapatos. Y cuando estaba asomada a la ventana, vi a esa mujer pasar.
Iba con un vestido amarillo despampanante que brillaba bajo el sol radiante. Todo mundo la criticaba. La mujer de la florería guardo sus flores, como si se le fueran a marchitar. Primero pensé que no iba a salir para que no me hicieran lo mismo a mí. Pero luego me pregunté “si ella que sí robó sale a la calle, ¿por qué yo no?” Lo que hice fue contra mí misma, no dañé a nadie más. No tenía ninguna teoría feminista, pero empecé a entender que yo no tenía la culpa.
Cada like a esas publicaciones es una agresión, cada me gusta es un golpe. Cada vez que alguien comparte contenido íntimo de una persona que no lo permitió es como una violación. Ese mismo día pedí que me llevaran al Ministerio Público a poner una denuncia. Pero, ahí, intentando acceder a la justicia empezó mi segundo viacrucis. El oficial encargado de atenderme me pidió ver el video. Y empezó a reírse. Por primera vez alguien lo veía en mi cara y yo veía como me sabroseaba. “No estabas ni borracha, ni drogada, ni te violaron. De acuerdo al código penal no hay delito”, me dijo. Salí muy enojada de ahí. Me dormí pensando y me desperté pensando “¿cómo que no hay delito?”. Empecé a contactar a otras chicas que habían sido exhibidas en internet. Les expliqué que no tenía ni idea de cómo se llamaba ese delito, que no tenía ni idea de qué íbamos a hacer, pero que teníamos que hacer algo. Pero poco a poco fuimos poniendo las cosas en claro. Hicimos un proyecto de reforma para Puebla. Muchos me aconsejaban que mejor no lo hiciera. Que significaba que tendría que aceptar mi video.
Pero ya todos me conocían y conocían mi cuerpo desnudo. Yo sabía que para mí eso no iba a traer justicia, porque la justicia no es retroactiva. Pero, pensé en todas las chicas a las que les estaba pasando eso, en todas las que como yo estarían pensando suicidarse. El primer nombre que le pusimos fue Reforma para reconocer la violencia sexual cibernética y lo presentamos en un foro de propuesta ciudadana. Cuando entré al Palacio Municipal de Puebla todo mundo comenzó a cuchichear. Era marzo del 2014. Yo apenas tenía 19 años. Les dije que yo era Olimpia “la gordibuena de Huauchinango”, que era mi video sexual y que había más víctimas de este tipo de violencia. Demostré con capturas de pantalla que algunos que estaban allí habían compartido y dado “like” a mi video en redes sociales. “Ustedes son los delincuentes, no yo”, les dije. A mí ya no me da vergüenza tener
dos senos. A mi ya no me avergüenza vivir mi sexualidad. Ese momento me empoderó mucho. La página de Facebook que había compartido mi video cerró “por culpa de una loca”. Pero el camino todavía era largo. Un diputado dijo que no podía apoyar mi ley porque sería “avalar la putería”. Fue hasta 2018 que se aprobó la reforma de delitos contra la intimidad sexual en el código penal. La ley integral son tres reformas. Implica que se reconozcan los delitos contra la intimidad, o sea la difusión de contenido íntimo sin consentimiento; el ciber acoso, que es violencia sexual en internet y por último, la ley de acceso. Esta última es para que las instituciones se concienticen sobre cuales son los derechos sexuales y qué es la violencia y que lo hagan saber a los ciudadanos. Por ejemplo, muchos creen que sexting es la violencia. Pero están equivocados: elsexting es un derecho sexual. El delito es compartirlo sin consentimiento. Independientemente que lo acepten moralmente o no, las instituciones deben decirle a los jóvenes cómo tener una vida online sexual segura. Así que después de años de intentos, la ley se aprobó en Puebla, que era mi meta. Pero después se fue aprobando en otros estados de México. Hoy, los distintos puntos de la reforma han sido aprobados ya en 11 estados. Pero, no es solo una reforma, sino una causa. Queremos que se sensibilice, se prevenga y se erradique esta violencia. Queremos estar seguras en internet. Que quede claro que lo virtual es real. Con un grupo de mujeres creamos el Frente Nacional para la Sororidad, que atiende casos y tratamos de que existan las condiciones para que las mujeres dominemos las tecnologías y así prevenir la violencia digital. Queremos que las víctimas no se sientan solas. La reforma se empezó a conocer como “ley Olimpia” cuando una periodista lo puso así en una nota. Primero yo me reí, pero luego me di cuenta que para mí, lejos del reconocimiento, es una cuestión de deconstrucción. Ya no soy “la gordibuena”. Ahora mi nombre se asocia a una ley que pena los abusos en internet.
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PORTADA
A #TRENDING
finales del año pasado, un colectivo de artistas chilenas montó un performance-protesta que se replicó en casi todo el mundo. “Un violador en tu camino” se tradujo a más de 25 idiomas y fue ejecutado por miles de mujeres en las plazas públicas de sus países natales. En algunos casos, como en Siria, las autoridades reprimieron las manifestaciones. Pero las mujeres no callaron. Y es que no es exclusivo de México el problema de los feminicidios. Matar mujeres por el simple hecho de ser mujeres es una pandemia global. ¿Qué pasa por la mente de los hombres que arremeten contra sus novias, sus familiares, sus compañeras de trabajo? La línea entre la cordura y la locura es muy delgada, sin embargo, el asesino, más que ser un demente, sufre de una involución. Aquel que experimenta placer al matar (en este caso a una mujer) da un salto de regreso millones de años atrás. Se vuelve un simio. Sin embargo, aunque el tema es ya muy alarmante a todas luces, igual de alarmante es la hombre-fobia que han generado las diferentes formas de feminismo ultra radical. Existe un discurso a la par de virulento que el que sobreviene del machismo más arraigado. Nuevas narrativas e incorporaciones de palabras que son utilizadas al vapor para denostar a un genero que no somos nosotras: “El patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer” es sin duda una frase que pega, que enciende focos amarillos, que apasiona: ¡alerta, alerta, ahí viene un cabrón! Lo que perdemos de vista ante tanta impunidad, y en efecto, una violencia fuera de control es que si se continúa combatiendo el machismo desde la misma trinchera de intolerancia y segregación (ahora a la inversa) estaremos condenados a vivir en medio de una espiral tóxica de la que difícilmente podremos salir. El violador no eres tú… papá que protegió a sus hijas ante el acoso escolar, generalmente llevado a cabo por compañeritas del mismo sexo. El violador no eres tú, hermano que nos guareció de la tormenta y que se quitó la chamarra para evitarnos enfermar de frío.
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"El violador no eres tú… esposo fiel, cumplido y atento a quien, por aburrido, tu mujer acabó por dejar para irse a los brazos de un patán." El violador no eres tú… galán imperfecto que te acercaste a la chica de tus sueños sabiendo que el “no” ya lo tenías por delante y aún así seguiste intentando ser respetuoso con la muchacha que te despreció y te partió por primera vez el corazón. El violador no eres tú… esposo fiel, cumplido y atento a quien, por aburrido, tu mujer acabó por dejar para irse a los brazos de un patán. El violador no eres tú… peatón que una noche defendió a una estudiante de ser asaltada y posiblemente violada y asesinada. El violador no eres tú… maestro que sacrificaste más horas de las que se te pagan (miserablemente) para ayudar a una alumna a entender las ecuaciones de primer y segundo grado. El violador no eres tú… mesero que fuiste sumamente empático y le llevó de cortesía un postre a la señorita que lloraba en la mesa después que alguien la dejó plantada. El violador no ere tú… funcionario
público que te metiste en archivos a los cuales no tenías acceso con tal de que no se cometiera una injusticia contra la señora que llevaba tres días esperando respuesta a una demanda que se traspapeló porque tu jefe es amigo de su marido. El violador no eres tú… tío que mandó a su hijo a terapia cuando se dio cuenta que acosaba a tu hermanita menor. El violador no eres tú… activista que acompaña a las mujeres a las marchas y se siente mierda por ser hombre y tener testículos. El violador no eres tú… abogado que logró una orden de restricción al padre de unos niños que eran violentados por un verdadero hijo de puta. El violador no eres tú… doctor que aprendió a implantar piel a las víctimas hombres que queman a sus mujeres con ácido. El violador no eres tú. El violador es el que viola y también el violador es la madre que, en aras de proteger a su hijo violador caen en el terrible crimen de la omisión.
REDACCIÓN
POLITICA
Perfiles
Y ALGO MÁS
#Chelo García
El diputado que camina por las calles poblanas proporcionar el internet y resguardar este sistema de seguridad. A su vez, al descargar la APP, se selecciona a #CiudadanosResponsables para instaladar 30 códigos QR en los dispositivos móviles de los vecinos, quienes tienen el poder de accionar la Alarma Vecinal, con tan solo un click, ante cualquier suceso de emergencia. La aplicación digital tiene conexión directa al C5, al accionarla, el vecino recibe una llamada telefónica por elementos de seguridad, y en caso de requerir ayuda, se despacha una patrulla, ambulancia o bomberos de manera inmediata gracias a la herramienta de geolocalización. Al mismo tiempo, se abre un chat en la APP para que los vecinos puedan interactuar, organizarse y actuar de manera rápida en coordinación con el C5.
L
o vemos todo el tiempo caminando por las calles de Puebla. En mercados, en colonias populares, en fiestas vecinales… Marcelo no es un diputado más de los que están en el Congreso. Digamos que él sí ha captado la esencia de lo que es servir a los ciudadanos. Se le da ese trato con la gente. Chelo, como le dicen todos, no escatima energías para ir a los lugares en donde realementa hace falta que llegue la ayuda. Los políticos siempre están ocupados en sus respectivas oficinas. Los legisladores cabildean y hacen show en el pleno. A Marcelo lo que le gusta es caminar, llegar a la gente, oírla, departir con los chavillos que echan una cascarita en el barrio o con las señoras que se juntan para hacer sus tandas en pro de las mejoras del hogar.
Luego de recorrer más de 79 colonias en el corazón de la capital poblana, Chelo García instaló la Alarma Vecinal número 300 en Geovillas del Sur. Ante las demandas ciudadanas y el clima de inseguridad que se vive en el Estado y en el país, ha puesto en marcha una alternativa innovadora que consiste en empoderar al ciudadano a través del uso responsable de la tecnología y el trabajo en comunidad. Es un trabajo en conjunto: cuando la ayuda llega, los recipiendarios de esa ayuda necesitan por fuerza saber utilizar las herramientas, si no es como dar pescados sin enseñar a pescar. Las Alarmas Vecinales son aplicaciones digitales de nueva generación, fueron instaladas en algunas de las zonas más afectadas por la inseguridad y funcionan de la siguiente manera: Un líder de cada colonia es el encargado de
Chelo García ha implementado diversas jornadas digitales en las colonias, a través de capacitaciones especializadas que dotan de habilidades digitales a los ciudadanos y crean consciencia sobre el uso de las redes sociales, para terminar con la apatía e incentivar la organización y la participación activa de los vecinos. La meta: activar a los ciudadanos y asumir un rol más proactivo entorno a la seguridad de sus colonias. Entre las colonias que ha recorrido el legislador poblano, se encuentran: la Guadalupana, Adolfo López Mateos, Amalucan, Villa de Reyes, Castillotla, la Resurrección, Analco, la Rivera Anaya y Bosques de San Sebastián, en donde también se encuentra su Casa de Gestión, que apertura todos los martes y jueves para atender las peticiones ciudadanas. Marcelo García está barbechando un terreno que estaba abandonado. El tiempo de cosecha llegará. Mientras tanto, lo importante es que la acción supere al anhelo.
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REDACCIÓN
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PASIONES QUE MATAN de Rosario Robles POR MARIO ALBERTO MEJÍA
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as vidas paralelas existen. En algún lugar lejano hay alguien como nosotros que reproduce gestos y conversaciones con idéntico énfasis. A la doble de Rosario Robles hay que buscarla en el cine mexicano. Pienso, por ejemplo, en la Andrea Palma de Distinto Amanecer o en la de La Mujer del Puerto. Pienso también en la María Rojo de Danzón: una mujer apasionada que viaja a Veracruz en busca de un amor ido. O lo que cree que es un amor ido. Serafina Baladro, hermana de Arcangela, va un día de Padrones a Pajares y se encuentra con un viejo amor: Simón Corona. En lugar de hacer cada uno lo que tenía que hacer terminan en un hotel de paso. Así era la Serafina creada por Jorge Ibargüengoitia en Las Muertas: una suerte de Rosario Robles a la deriva. “¿Por qué Dios me habrá hecho tan apasionada”, se reclama Serafina en algún momento con ganas de elogiarse.
Lo mismo le pasó seguramente a Rosario Robles cuando se vio involucrada hasta el tuétano con Carlos Ahumada. La mirada le cambió. El modito de andar agarró otra textura. La voz —dicen sus cercanos— se le apaciguó. Faltaba más: dentro de ella había una Serafina Baladro queriendo salir y revolcarse en los hoteles del mundo. Si aplicamos la lógica cartesiana de Ibargüengoitia, Rosario Robles empezó a trazar su ruta a la cárcel cuando se enamoró de Ahumada. Y es que una cosa llevó a la otra como en la novela Las Muertas.
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ea el hipócrita lector: si Simón Corona no hubiera ido a Pajares — donde se fue a la cama con Serafina—, y luego a Padrones —donde se encontraron con Arcángela Baladro—, no habría sido involucrado en la trama de muerte de la hermanas, quienes, aprovechando el viaje, le pidieron que fuera a tirar el cadáver de una de las jóvenes prostitutas que regenteaban a un pueblo cercano. Ese cambio ínfimo de ruta provocó también que los crímenes de las Po-
quianchis quedaran expuestos en todo su horror. Si Rosario Robles no se hubiera enamorado de Carlos Ahumada no habría descuidado la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal y, menos aún, se habría creado la célebre trama de las ligas, en la que figuró como primer actor un distinguido operador del lopezobradorismo: René Bejarano. Durante largos años, con una paciencia digna de San Sebastián, Andrés Manuel López Obrador fue fraguando una venganza que tuvo como protagonista a la mismísima señora Robles. Muchas cosas se hubieran evitado si no hubiese actuado como Serafina Baladro. Pero los caminos del deseo son inexpugnables. El olor a sexo es a veces más fuerte que el llamado de la razón. Como San Jorge enfrentando al dragón, Rosario Robles ve pasar sus días en la cárcel. En su sueño guajiro, ella es San Jorge. No sabe que es el dragón al que odia la opinión pública. Lejos, en el baúl de los recuerdos, hay una frase que Peña Nieto le dedicó en un acto público: “No te preocupes, Rosario”. ¡Qué verde era mi valle!
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POR FREDO GODÍNEZ REDACCIÓN
LIBROS
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CONFESIONES DE UNA BOOKTUBER O CÓMO LAS PALABRAS Y ACCIONES DAÑAN AL OTRO LO HE CONTADO en algunas reseñas que he escrito aquí o en otro medio, de unos años para acá me ha invadido la necesidad de estar leyendo a las mujeres y hombres de mi generación. Quiero y necesito saber qué y cómo estamos reflejando lo que vivimos, vemos y sentimos. Me encanta palpar que esta generación está encontrando la forma de combinar la herencia literaria o cultural con lo propio para ofrecerle al lector una forma más sencilla de contar las cosas sin abandonar la profundidad y complejidad del tema. A Esther M. García le conocí por algunos contenidos que iba encontrado en el internet y posteriormente me acerqué a su poesía a través del poemario Mama es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (2017), mismo que obtuvo el Premio Internacional de Poesía Gilberto Owen; un poemario crudo, oscuro que dialoga con la estética de la artista plástica: Louise Bourgeois, y toca temas como el instinto materno, el aborto y la relación madre e hijo y el cual ni conmueve ni enamora, más bien confronta, fractura. Al poco tiempo que terminé de leer dicho poemario, me enteré de que estaba por salir su primera novela: Confesiones de una booktuber, merecedora del Premio Nacional de Literatura para Jóvenes FENAL-NORMA 2018 y la curiosidad por leerla era mucha: una contemporánea escribiendo sobre un tema muy actual y donde se corre el riesgo de hacer una novela simplona o tener el acierto de crear una trama sencilla que narre al lector -con fidelidadun episodio importante y característico de dos generaciones: Millennial y Z. A lo largo de ciento veintidós páginas; Esther M. García cuenta la historia de Venus, una joven que no encaja con los estándares contemporáneos de belleza femenina y que constantemente sufre
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SOBRE EL LBRO
Confesiones de una booktuber: Para muchos jóvenes aceptarse tal y como son es algo sencillo. Venus, la protagonista de esta historia, no encaja con los estándares de belleza femenina. Sufre el rechazo constante, enfrenta todos los días comentarios negativos y burlas tanto en la escuela como en su casa. En la búsqueda por encontrar su lugar, querer ser mirada de otra manera y sentirse querida, la lleva a incursionar como booktuber con el apoyo de Cora, su mejor y fiel amiga. Durante el proceso, toma decisiones equivocadas que se salen de control y se tornan en contra suyo. ¿Habrá forma de resolverlo?
Confesiones de una booktuber: Esther M. García. Norma: 2018. México.
FREDO GODÍNEZ Es escritor, columnista y gestor cultural. Apasionado del teatro y del Puebla de La Franja. Es experto en la literatura del Crack.
el rechazo de compañeros de escuela y familiares. En esta necesidad de encajar, de ser aceptada, Venus hace todo lo posible para hallar la forma en que la miren de otra manera y obtener el cariño y la admiración de todas las personas que la rodean ya sea en el plano personal o en el que ha establecido a través de las redes sociales. Venus, como cualquier joven y adulto, tiene gustos, inquietudes, sueños: ella es una lectora voraz (y poeta) y quiere compartirlo con el mundo, y en el fondo espera que eso la convierta en una persona reconocida, por tanto: aceptada. A lo largo del camino, Venus (como todo buen héroe de relato clásico) tendrá una fiel compañera: Cora, quien la acompañara en todas y cada de sus locuras, hasta que la vida y las decisiones les creerán un conflicto; provocando que Venus vea desde distintas perspectivas tanto su amistad con Cora como con su forma de relacionarse con la familia y un sinfín de desconocidos. A través de una narración sencilla, precisa y cero pretenciosa; Esther retrata -prácticamente- con precisión de cirujana todas las peripecias que una joven puede enfrentar al querer encontrar la respuesta a muchas de las preguntas que siempre nos invaden, pero que a esa edad generan demasiada angustia: ¿quién soy?, ¿cómo logro que me acepten?, ¿estoy que soy me gusta?, ¿qué voy a ser de grande?, ¿cómo hacerle para que otros me quieran como yo les quiero? Confesiones de una booktuber no se va por las ramas ni inventa cosas extrañas, utiliza los principios básicos que Propp plantea en la Morfología del cuento para contar una historia actual. Y sí, tanto la heroína de este relato como el lector serán otros al llegar al punto final. No tengo dudas de que este libro debe ser leído en cada colegio de este país y también por cada adulto que tenga hijos. Una novela que a todos los puede concientizar del daño que las acciones y las palabras le hacen a cualquier ser humano.
POR PALMIRA BERNARD
L
a más reciente cinta de Martin Scorsese, The Irisman, protagonizada por un trío de ganadores del Oscar integrado por Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, se estrenó en 7 del Festival de Cine de New York el 27 de septiembre con grandes críticas entre los conocedores del séptimo arte. L a c i n t a t a m b i é n go z ó d e g r a n popularidad al llegar a la plataforma Netflix, en donde los suscritores a este servicio de streaming disfrutaron de las actuaciones de estos veteranos del cine en una cinta que dividió opiniones principalmente por su trama y duración. Sin embargo, más allá de las reacciones que inundaron las redes sociales, la película de Scorsese fue bien recibida por la prensa especializada, por eso reunimos algunas de las mejores reseñas que harán que te Illustration by Kristian Hammerstad
El Irlandés
atrevas a disfrutar de esta cinta si todavía no lo haces, o bien, a verla nuevamente y pasar un buen rato. “Magníficamente actuada y con una filmación emocionante, es una historia de mafiosos sobre la violencia, la traición, la deshonestidad y la bancarrota emocional protagonizada por Robert De Niro, Joe Pesci y Al Pacino en una época en que la ‘masculinidad tóxica’ aún no había sido diagnosticada pero en la que todos tenían los síntomas”, escribió Peter Bradshaw en el periódico británico The Gardian. “La magnífica The Irishman merece tu atención completa y sin fatiga ... Esta tiene un tono diferente al de una película de gángsters promedio […]Esta es la imagen menos sentimental de Scorsese de la vida de la mafia, y por eso es la más conmovedora”, escribió The New York Times. “Esto no es Goodfellas. Esto no es Casino. Este es Scorsese en su momento más reflexivo, creando una obra maestra que
encuentra al cineasta reflexionando sobre todo lo que ha hecho”: Slashfilm. “Es la película que, creo, muchos de nosotros queríamos ver de Scorsese… ondulando con los ecos de las películas de mafia anteriores del director, pero [también] nos lleva a un lugar audaz y nuevo”: Owen Gleiberman de Variety. Libre de las limitaciones que imponen los estudios y de la mano de actores emblemáticos, Martin Scorsese hace una película que es más que la suma de anécdotas sobre su producción y la repetición de temas y actores. Se trata de un punto y aparte en la carrera del director, y un epílogo a su cine dedicado a la mafia: Fernanda Solórzano para Letras Libres.
PALMIRA BERNARD Cinéfila, melómana; adicta al café expresso americano mezcla Colombia con leche fría y una de Stevia. Poblana anticemitas.
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CHECKLIST
CONCIERTOS
17 DE MARZO
MGMT en Puebla
La banda de rock estaunidense visitará el Auditorio GNP Seguros, para deleitar a sus fans poblanos, para seguir tocando en escenarios como el Foro Sol, en Ciudad de México, donde compartirá escenario con Tame Impala. ¿Lo mejor? Obvio son los precios de los boletos, pues van de los 600 a los mil 100 pesos.
Mijares Sinfónico 15 de febrero
Auditorio de CCU Costos: desde $440 a $3,300
Richar CLayderman 19 de marzo
26 DE FEBRERO
Motorama en Puebla Tocará en el espacio Beat 803 y será su primera parada en el país, luego de consolidarse como una de las agrupaciones preferidas por la escena independiente. El precio es de 450 pesos en preventa, y pueden adquirirse a través del sitio https://www.wegow.com/es-mx/
Auditorio de la Reforma Costos: desde $600 a $1,700 28 DE FEBRERO
Se regalan dudas Hombres G 18 de marzo
Gloria Trevi 22 de febrero
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Auditorio Metropolitano
Auditorio Metropolitano
Costos: desde $385 a $4,129
Costos: desde $600 a $1,900
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Se trata de un divertido espectáculo en formato de podcast a cargo de Lety Sahagún y de Asley Framgie que alcanzó la fama mundial en menos de un año y ha sido escuchado por una audiencia superior a los 2 millones de personas en México, Colombia y Perú. ¿Dónde? en el teatro del Complejo Cultural
CARTELERA
DRAMA
El llamado Salvaje
Sonic Quizás la película más polémica tras las quejas de internautas que retrasaron el estreno debido a que exigieron ¡un cambio de imagen en el personaje! Llegará a las pantallas el 14 de febrero y se centrará en las aventuras de Sonic, el erizo de SEGA, y de Tom Wachowski (James Marsden), su nuevo mejor amigo. Entre los dos tendrán que intentar detener al malvado Dr. Robotnik (Jim Carrey), que quiere capturar a Sonic para usar sus inmensos poderes y así conquistar al mundo.
Esta cinta contará la historia de un perro, Buck, quien después de que su amo (Harrison Ford) se muda a Alaska, comienza a experimentar la vida de un perro de trineos y cambia poco a poco la vida de quienes lo rodean. Será una cinta para todas las edades y que seguramente amarán los más sensibles con los animales.
COMEDIA / THRILLER
Los Caballeros
Un hombre de negocios, que ha triunfado gracias al tráfico de drogas, decide vender su imperio a una dinastía de billonarios de Oklahoma. Sin embargo, su partida no es aceptada del todo por muchos clientes, que intentarán impedir el acuerdo a toda costa en una lucha que enfrentará al modo antiguo de traficar contra su novedoso oponente.
El Hombre invisible Después de que su esposo muere, Cecilia se entera que ha heredado una fortuna de 5 millones de dólares, sólo debe cumplir una condición para que se le entregue el dinero: debe demostrar que es mentalmente apta para recibir la herencia. Sin embargo, al poco tiempo de recibir la noticia, comienza a tener episodios confusos y asegura que su esposo nunca murió y que intenta matarla. ¿Cuál será el desenlace de esta cinta?
TERROR
Sadako, The Ring Mayu cuida a una niña con amnesia. La paciente esta bajo vigilancia policial y nadie sabe el motivo de su perdida de memoria ni por que la policia esta interesada en ella. El hermano de mayor de mayu se convierte en youtuber para intentar despertar la maldición de sadako
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Dorsia Click
ZACATLÁN
SIEMPRE, TODO EL TIEMPO, CUANDO SE TE DÉ LA GANA
ES EL DESTINO más hospitalario de México, resultado de la calidad en su oferta de hospedaje, calidez de la gente, así como lo atractivo de sus recursos naturales, así se informó durante la octava edición de los Traveller Review Awards, donde reconocieron a los socios con mejor servicio y experiencias de viaje, de acuerdo con usuarios de todo el mundo. La Agencia Informativa NOTIMEX dio cuenta del hecho y destacó que con 57 alojamientos ganadores, Zacatlán, pueblo mágico ubicado en la sierra norte de Puebla, fue calificado como el destino más hospitalario en México, seguido 58
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por Xalapa, en Veracruz, Holbox, en Quintana Roo, Bernal, en Querétaro, y Xilitla, en San Luis Potosí. La calidez de la gente, atención y calidad de los alojamientos, así como sus atractivos naturales hacen a Zacatlán el mejor lugar para visitar. Cabe hacer mención que en los Traveller Review Awards 2020 se reconoce a los ganadores, entre otros aspectos, por su hospitalidad y experiencias excepcionales que ofrecen a la comunidad viajera al momento de reservar un alojamiento, auto o taxi durante sus viajes, de acuerdo a lo detallado por la plataforma Booking. com Pepe Castañares
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