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VENEZUELA: LEY DE SEMILLAS ANTITRANSGÉNICA
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Agradecimiento a la colaboración espontánea del Sr. Juan Carlos López Tato, Supervisor de Políticas Ambientales de FUNDA L y a la Embajada de la República Bolivariana de Venezuela por enviar sus archivos.
Esta Ley busca incrementar la producción nacional, garantizar la soberanía alimentaria e impedir el uso de transgénicos en el país, con la finalidad de preservar la diversidad biológica venezolana. Consta de 71 artículos y fue sancionada por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela el 28 de diciembre de 2015. El diputado del PSUV Ing. José Alfredo Ureña la ha definido como antitransgénica. “Estudios alertan sobre la incidencia en la salud de animales y seres humanos cuando se consumen alimentos con organismos modificados genéticamente”, enfatizó el parlamentario, miembro además de la Comisión Permanente de Finanzas y Desarrollo Económico. El diputado Ureña resaltó que la ley es el resultado de un consenso entre todos los actores, como son: productores agrícolas, comercializadores, movimientos sociales agroecológicos y movimientos contra el uso de transgénicos. Venezuela trabaja contra los transgénicos y está participando con otros países para preservar la vida en el planeta, promover la soberanía sobre el uso de los recursos naturales y prohibir, además, el patentamiento de los seres vivos.
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ElIng. José Alf redo Ureña dice que: “no es cierto que para resolver el tema del hambre sea necesario utilizar semillas transgénicas”.
“MILLONES CONTRA MONSANTO ” El presidente de la Subcomisión de Desarrollo Agroalimentario de la Asamblea Nacional de Venezuela, diputado José Alfredo Ureña, expresó que el mercado de semillas transgénicas (modificadas biotecnológicamente) se encuentra bajo un monopolio de trasnacionales como Monsanto, lamentando que en el Sur, el modelo Monsanto continúe avanzando a pasos agigantados. “Los transgénicos son organismos que han sido modificados genéticamente, intercambiando genes con otras especies y la mayor parte son plantas destinadas a la alimentación”. Durante una entrevista en el programa Toda Venezuela, que transmite Venezolana de Televisión, Ureña sostuvo que existe una gran cantidad de producción agrícola con transgénicos, que acaba con el medio ambiente, afecta al microorganismo y contamina los cultivos locales. “La Ley de Semillas Antitransgénica plantea con toda la claridad el no uso de transgénicos, porque no es solamente Venezuela sino el mundo que está diciendo que no podemos aceptar los transgénicos, no sólo para el uso del alimento y el consumo, como tal, sino el de los paquetes tecnológicos que están manejando (fertilizantes agroquímicos)”. Asimismo, se proyecta la fundación de un Instituto Nacional de Semillas, que fiscalice y certifique, de manera autónoma, la producción agrícola en el país.
“Argentina es el país que consume más glif osato en el mundo” Así lo expresa uno de los referentes del Congreso de Médicos de Pueblos Fumigados, Medardo Ávila Vázquez, luego del hallazgo del herbicida en productos estériles a base de algodón por parte de investigadores de la Universidad de La Plata. El descubrimiento de restos de glifosato y sus derivados en gasas, algodones y artículos de higiene personal, que fue publicado en el marco del Tercer Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados, alertó a los especialistas a indagar en una variable todavía no deslindada en materia de salud pero que, en base a los estudios realizados en diferentes pueblos del interior, resultaba previsible. “No es una sorpresa, en Argentina el algodón se está cultivando usando técnicas de agricultura tóxica, con semillas transgénicas de Monsanto, y se le aplican cantidades enormes de sus agrotóxicos”, disparó el Dr. Medardo Ávila Váz
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MEDARDO ÁVILA VÁZQUE Z: (Presidente del Congreso de Médicos de Pueblos Fumigados) “Todos los alimentos están contaminados, (también los yogures, la leche, etc.) tienen cargas de pesticidas y ahora comenzaron las fumigaciones con glifosato en mayor cantidad”.
quez, presidente del Congreso y uno de los principales promotores de la lucha contra el uso de agroquímicos, en diálogo con Agencia CTyS. El objetivo inicial de los investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de la Plata (UNLP) seguía otra dirección. En una primera instancia, el equipo del Espacio Multidisciplinario de Interacción Socioambiental (EMISA), buscaba llevar a la práctica un procedimiento para determinar cuál es el alcance de la sustancia contraproducente para la salud luego de la fumigación. Para ello, siguieron las instrucciones de un paper internacional en el que se precisaba el uso de gasas estériles para contrastar lo obtenido en el laboratorio. Sin embargo, al analizarlas, encontraron restos de ese mismo agroquímico en su composición. Ese descubrimiento, al que llegaron tan solo unas semanas atrás, los llevó a repetir la prueba y a afirmar que el alarmante hallazgo se replica en hisopos, tampones, toallas femeninas y pañales. Estos artículos presentaron residuos de glifosato en el 85 por ciento de sus muestras y un 62 por ciento de AMPA, metabolito ambiental del mismo agrotóxico. En el caso de algodones y gasas, la presencia de dicha sustancia fue de un cien por ciento. La hipótesis del trabajo, que fue formulada en el Tercer Encuentro de Médicos de Pueblos Fumigados, en la Facultad de Medicina de la UBA, sugiere que, cuanto mayor es el grado de procesamiento de los productos, menor es el vestigio de herbicidas que contienen. Si bien la mayoría de los estudios se ÁVILA VÁZQUEZ criticó a los científicos y universitarios que apoyan las fumigaciones y avalan a las empresas que contaminan. Agregó que en 4 años podemos desarrollar células cancerígenas.
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concentraron en los efectos de la fumigación en la salud y en los productos alimenticios, estos nuevos datos incorporan una variable que dispara una tarea sistematizada de todas las disciplinas abocadas al tema. Medardo Vázquez afirma que “Argentina es el país que consume más glifosato en el mundo” y que, actualmente, por habitante, se consumen 5 kilogramos del herbicida por año. Esas cantidades, a través de los alimentos y el algodón, afectan también a las personas que viven en las ciudades y no solamente a aquellos que habitan en pueblos del Interior. Los investigadores se encuentran a la espera de que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) explique qué medida se tomará con todos estos productos y qué plazo le van a dar a los fabricantes para garantizar la ausencia de contaminación.
(Agencia CTyS).