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Un godo bueno Vs. un godo malo Germán Navas Talero
UN GODO BUENO VS. UN GODO MALO
Germán Navas Talero Representante a la Cámara por Bogotá Polo Democrático Alternativo
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Dentro de las cosas curiosas que se ven en este país de opereta, fuimos testigos de un capítulo que nos permite pensar en que hay un godo bueno y un godo malo. En el debate sobre la reforma a la Policía Nacional que tomó lugar en el Senado, las cosas iban bien hasta que el señor presidente del Senado y conocido de autos, Juan Diego Gó mez, comenzó a disparar verborrea contra unos fantasmas que se le aparecieron en su mente –pues nadie había hablado de esto– y dijo que la reforma a la Policía sería la que quisiera el gobierno y no la que quería la oposición “de izquierda”. En su criterio, el Congreso solo puede hacer aquello que le interese a Duque o a Uribe y en los términos que estos autoricen.
El comportamiento imprudente del presidente heredero de Macías hizo que se elevaran protestas contra él y dando un ejemplo de caballerosidad, el doctor Germán Alcides Blanco, miembro de su mismo partido, le reconvino y reparó en la independencia que tiene la Cámara de Representantes del Senado, la cual parecía desconocer el señor Gómez, quien en esta sesión se creía un senador romano. Para Gómez y para todos aquellos que creen en que la Cámara es menos importante que el Senado, es preciso recordarles que la única diferencia que hay entre un senador y un representante es la circunscripción por la cual se eligen.
Con esta intervención, el doctor Blanco reafirmó su talante y demostró –al igual que lo hizo mientras lideró la
corporación– un perfecto dominio del poder democrático. Su paso por la presidencia de la Cámara fue un ejemplo de cómo debe ejercerse la función legislativa y garantizarse los derechos de todas las bancadas. Durante su periodo nunca les quitó la palabra a los representantes declarados en oposición, permitió todas las réplicas y se ciñó fielmente a lo dispuesto en el Estatuto de la Oposición. La caballerosidad de Germán Blanco la exaltamos antes y hoy reafirmamos nuestra apreciación.
En este rifirrafe también intervino otro expresidente de la Cámara, Alejandro Carlos Chacón, distinguido por ser defensor de la autonomía de la corporación. En esta ocasión puso en su lugar a Gómez Jiménez, quien dio a entender que los representantes eran subalternos del Senado. Alguien decía que sería bueno que Gómez, en vez de menospreciar a la oposición, aclarara los cargos que se le han hecho y que van desde el impago de sus deudas hasta la asociación con personas poco recomendables, y dudosos comportamientos comerciales, como lo reportó Cuestión Pública. Hay que señalar que estos cargos son de amplio y público conocimiento y que incluso en las semanas previas a la elección de la mesa directiva del Senado fueron mencionados como razones para no elegir al señor Gómez Jiménez como presidente.
Por fortuna el periodo de estos dignatarios solo llega a un año, o si no, ¿quién se los aguantaría? Contrario a lo que uno se imagina, Ernesto Macías tiene muchos admiradores y copistas en el Congreso de la República, como es el caso del actual presidente del Senado. Del debate rescatamos que gracias a Gómez conocimos la postura de las mayorías oficialistas sobre el tema: la reforma será en la forma, en el tiempo y con los actores que el gobierno disponga. Sería beneficioso para efectos del debate que el señor Gómez convocara a una audiencia para escuchar a las víctimas de abuso policial, pero todo parece indicar que no está dentro de sus planes. Sin escuchar a estas personas, ¿cómo espera que la deliberación sea suficiente? ¿Quiere que la Cámara vote un proyecto de ley que no ha sido consultado con las víctimas de los mismos desmanes que esta reforma busca prevenir? Queda para elogiar que no fue solo la oposición la que reprochó a Gómez, sino también uno de sus copartidarios. En conclusión: no todo godo es malo, pero tampoco todos son buenos.
Un titular de prensa nos produjo sensación de risa, porque formulaba una pregunta que es de lo más tonto que hemos leído. En la edición de este domingo de El Tiempo se leía “Moción de censura: ¿por qué sigue sin prosperar?”. La respuesta es muy sencilla, mientras el pote de la mermelada exista y lo tenga en sus manos el ministro de Hacienda, nunca prosperará una moción. Los gobiernistas saben que si llegaren a sancionar políticamente a un ministro del gabinete les cortarían los “apoyos para sus regiones” con los que se aseguran los votos en elecciones. El día en que se entienda que el Congreso no es un apéndice del ejecutivo –situación en que lo han puesto congresistas inescrupulosos– sino una instancia de control político al gobierno, las cosas cambiarán.
Nosotros quisiéramos que quienes dieron su apoyo tácito a Karen Abudinen en la votación de la moción de censura justificaran públicamente su decisión, ya que fue poco valiente la forma en la cual decenas de representantes se escondieron tras sus pantallas para no votar. Por lo pronto, los congresistas amigos del gobierno seguirán sufriendo de apendicitis y se mantendrán de rodillas ante el ministro de Hacienda, quien les llena sus potes cada vez que llegan a su despacho bajo el pretexto de buscar
“apoyos” para sus “comunidades”. Si la destinación de esos recursos que entrega el Ministerio de Hacienda y otras dependencias del Estado fuera pública y se determinara en audiencias con la ciudadanía, bajo constante observación de los órganos de control, puede que los congresistas por fin sean capaces de cumplir con su deber de hacerle control político al ejecutivo. Cambiando de tema, estamos aterrados de la fantochería y el esnobismo de algunos periodistas y políticos en el empleo del lenguaje. Resulta que ahora una persona no monta un negocio, sino que abre un “emprendimiento”. La tienda, la cafetería, la sastrería, todos son emprendimientos y hasta el presidente de la República utiliza sin ningún cuidado esta expresión, que borra la identidad particular de cada empresa y consigo de las personas que están detrás de estas. ¿Qué opinan de ”El comportamiento imprudente del presidente heredero de “gobernanza”? Macías hizo que se elevaran protestas contra él y dando un ejemplo de caballerosidad, el doctor Germán Alcides Blanco, Germán se la escuchó por primera vez a un periodismiembro de su mismo partido, le reconvino y reparó en la ta y creyó que se independencia que tiene la Cámara del Senado” trataba del go bierno de Sancho Panza en la Ínsula Barataria. En días recientes varios congresistas han hecho uso del término “juntanza”, que a Germán le pareció “lobísimo”. Los antiguos, cuando se referían a que una pareja se iba a convivir, decían “arrejuntarse”, pero este término de reciente creación –juntanza– no tiene sentido. Como estamos reformando todo, ahora no abrimos una cuenta corriente, ahora “aperturamos” una cuenta corriente. Esto no es creatividad, esto es rebusque. Por último, en la época de Germán se decía que algunos pensaban algo, Gaitán decía “mi pueblo cree algo”, pero ahora los fantoches hablan de “imaginario colectivo”, que en lenguaje sencillo se traduce a lo que la gente piensa. Ya que estamos hablando de palabrejas rebuscadas, nos pusimos a investigar los nombres de los ministerios y confirmamos lo que ya anticipába-
mos: algunos periodistas se inventaron una nueva cartera llamada “cancillería”, quizá para emular a Otto von Bismarck. El canciller es el cargo de jefe de gobierno –empleado en algunos países europeos– pero nunca se refiere a la connotación que acá algunos le han querido dar. Ojalá nos dijeran de dónde sacaron esa designación. En Colombia esa tal figura no existe. Acá hay ministro de relaciones exteriores.
Y así como para copiar tenemos canciller, los franceses tenían ‘Luises de oro’ y nosotros monedas autografiadas por el “doctor” Iván Duque. Por andar con una moneda de esas en el bolsillo, a Luis XVI lo identificaron mientras huía de Francia, fue debido a esa moneda que supieron que era un capeto y por ello le llevaron a la peluquería o guillotina. Las monedas entendidas como tal son las que sirven para pagar, para redimir una obligación o adquirir bienes, eso que algunos en este gobierno llaman ‘moneda’ es una vulgar medallita, hecha en metal barato con un bañito de oro. Dudamos que en el futuro se encuentre una moneda de Iván en una colección numismática. ¿Cuándo será que nuestros presidentes y ministros dejan tanta farolería y se dedican a resolver los asuntos propios de su cargo?
Adenda: genial nos pareció esta caricatura de Antonio Caballero, que circuló en redes sociales la semana pasada con ocasión del debate de reforma a la Policía. Titulado “Señor Policía”, retrata las impresiones de un oficial antidisturbios al recibir un nuevo equipamiento. Caballero dibujó en 1977 el problema que todos los gobernantes han pasado por alto y que hoy le corresponde atender al Congreso: los constantes abusos de miembros de la fuerza pública a manifestantes, particularmente a jóvenes estudiantes… *Remate: Claudia López, cumpliendo su promesa hecha a su exjefe Enrique Peñalosa, comenzó la destrucción de Bogotá para su tal metro elevado. Obediente, ¿no?
UNA MIRADA A LO QUE NACIÓ COMO UN SUEÑO EN 1990 Y ES UNA REALIDAD 30 AÑOS DESPUÉS
Guillermo Francisco Reyes González es abogado de la Universidad del Rosario, con Doctorado Cum Laudem de la Universidad Complutense de Madrid, escritor y académico. Fue Magistrado y Presidente del Consejo Electoral Colombiano y Fundador del Consejo Electoral de la Comunidad Andina de Naciones, Magistrado Auxiliar de la Corte Constitucional entre 1992 y 2000, Diplomático ante las Naciones Unidas con sede en Nueva York, Vicepresidente de la Comisión de Organizaciones No Gubernamentales del sistema de Naciones Unidas, Rector y Decano de Derecho de la Universidad Católica de Colombia, Viceministro de Justicia entre los años 2006 y 2008 y Ministro encargado del Interior y de Justicia. Además, hizo parte del selecto grupo de personas que participó en el proceso de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991 y en la Comisión Especial Legislativa. Lideró, junto con otros jóvenes universitarios del Externado, Rosario y Javeriana la marcha del Silencio que se convocó con ocasión del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, suceso que dio inicio al proceso de la Séptima Papeleta, iniciativa que surgió a partir de un movimiento estudiantil que consideraba que el país necesitaba un cambio estructural de su Constitución, para hacerla más real y representativa del modelo de sociedad y de Estado que vivíamos y de las necesidades que el país tenía en materia de derechos humanos, justicia, derechos políticos, ordenamiento territorial, organización del Estado, Hacienda Pública y muy en especial, del tránsito a una soberanía popular y a una democracia participativa, donde imperen los mecanismos de participación ciudadana.
Por: Guillermo Francisco Reyes González Phd. Profesor en Derecho e Historia Constitucional y Política Colombiana
Para valorar el resultado de la Asamblea Nacional Constituyente 30 años después de entrada en vigencia la Constitución que se promulgó el 5 de Julio de 1991, es preciso entender el contexto histórico que rodeó su expedición.
En primer lugar, es preciso comenzar por mencionar los tres fallidos intentos de reformas integrales a la Constitución (1977 y 1979) que si bien fueron exitosos en el Congreso, la Corte Suprema de Justicia las declaró inexequibles por vicios de formación, y la de 1989 que lideró el Presidente Virgilio Barco, que debió ser retirada en el séptimo debate por el Gobierno a través del Ministro del Interior Carlos Lemos Simmonds a raíz de la inclusión en el proyecto de acto legislativo del “mico” de la extradición; en segundo lugar, la gravísima situación de orden público que vivía el país en las últimas décadas, pero en especial a partir del año 1985, generada por las acciones de los grupos armados al margen de la ley, liderados por el M-19, las FARC y el ELN, en alianza con los narcotraficantes, que tuvo como hecho de triste recordación, la toma del Palacio de Justicia y el asesinato de gran parte de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado; en tercer lugar, los acontecimientos dolorosísimos de 1989 que comenzaron con el asesinato del Coman-
Con la Constitución de 1991 se avanzó hacia una democracia más participativa.
dante de la Policía de Antioquia y del Procurador General de la Nación, y continuaron con numerosas masacres, la destrucción de la sede del DAS, los atentados contra los candidatos presidenciales Ernesto Samper y José Antequera, el asesinato de cientos de Policías, líderes políticos y de izquierda, y que concluyeron con el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, el que detonó la reacción de los jóvenes, de los sectores políticos, sociales y empresariales en contra de todo lo que estaba sucediendo, y que llevó a la conformación del movimiento de la Séptima Papeleta (del cual el ex Procurador Fernando Carrillo recientemente hizo un muy completo y detallado relato en su publicación sobre ese movimiento estudiantil), recordando el Profesor Reyes González con inmenso dolor pero con mucha rabia, cómo cuando comenzó sus estudios de derecho en la sede de la Bordadita en pleno centro de Bogotá, padeció durante su primer año de estudios de jurisprudencia, en plenas lecciones de derecho constitucional, las detonaciones, explosiones y disparos producidos durante la toma del Palacio de Justicia, en la que fueron asesinados -en ese inolvidable y abominable acontecimiento para nuestro historia-, muchos de sus profesores de la Facultad, en aquel entonces integrantes de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de Estado, producto de la alianza guerrilla del M-19 y narcotraficantes. Y finalmente, no dejaron de tener una gran influencia en ese reclamo estudiantil que apoyó mayoritariamente el pueblo colombiano en las elecciones de Congreso de Marzo y las Presidenciales de Mayo del año 1990, la gravísima situación de corrupción, el deterioro de las instituciones públicas, los auxilios y el turismo parlamentario y el muy desgastado esquema del bipartidismo y el abuso de la figura del Estado de Sitio.
Lo que vino después
Todos estos fenómenos, sumados a la crisis económica, social y política que padecía el país desde décadas atrás, producto de gobiernos impopulares que favorecieron la corrupción y el crecimiento de la miseria, de aquellos que sólo buscaron defender el statu quo y los caudales políticos y electorales de sus líderes, y de los que buscaron justificar sus fracasos en el resultado de la lucha social de las guerrillas nacidas como respuesta a la corrupción que había incrementado desmedidamente bajo la dictadura militar de Gustavo Rojas Pinilla (como ya había ocurrido durante el denominado Olimpo Radical), a la que se sumaba la violencia política que generaron los “pájaros” y los chulavitas, y el perverso esquema del Frente Nacional, todos los cuales no fueron más que detonantes perfectos para encontrar en la Constitución, como ha sido la costumbre en nuestros doscientos años de historia constitucional, al culpable de los problemas que nos aquejaban. Se culpaba entonces de todos los males que aquejaba a nuestra Nación, aunque lo era sí de algunos de ellos, a la Constitución de 1886 y sus reformas más significativas de 1910, 1936, 1945, 1957 y 1968, por cuanto se había quedado rezagada en el tiempo, y que no obstante lo extensa que por aquel entonces era (218 artículos), ya no respondía en su estructura, contenido e instituciones a la Colombia de finales del siglo XX que reclamaba el tránsito del Estado de Derecho a uno Social de Derecho, basada en la soberanía popular, en la democracia participativa, en la defensa y garantía de los derechos humanos, entre tantos aspectos que fueron reconocidos y materializados por los integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.
Séptima Papeleta
Surgió el movimiento “estudiantil” de la Séptima Papeleta como reacción al vil asesinato de la esperanza de una Nación llamado Luis Carlos Galán, que por fin parecía despertar al país del letargo, de la crisis institucional, política y de liderazgo que vivíamos. Galán como el inmolado líder y caudillo del pueblo Jorge Eliecer Gaitán en 1948, debió retirarse del Partido Liberal donde los caciques de aquel entonces no le permitieron presentar su candidatura al pueblo, y fundar su propio movimiento político – el Nuevo Liberalismo -, sin renunciar a sus ideales y banderas para aspirar a la Presidencia de la República sin tener que soslayar a sus principios para poder hacerse a la nominación de su partido; y nacía ese anhelo estudiantil luego de la frustración padecida por la muerte de Luis Carlos Galán, quien ya había regresado a la institucionalidad partidista liberal, como una voz de esperanza frente a ese gravísimo estado de cosas y a la crisis que vivía nuestra Patria que demandaba del pueblo acciones radicales en ejercicio del poder que le era natural como constituyente primario, el que logró superar escollos históricos como el control constitucional por parte de la Sala Plena de la Corte Suprema de justicia sobre los decretos de estado de sitio que avalaban, el primero el 927 de 1990 sobre la convocatoria al pueblo para pronunciarse sobre la convocatoria a una Asamblea Constitucional para reformar la Constitución, y el segundo (el 1926 de 1990) sobre el texto, la elección y las competencias de esa Asamblea. Siendo el mayor de los escollos, la posición unánime de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que pretendió se declarara la inconstitucionalidad de los dos Decretos por desconocer el mandato superior que impedía reformar la Constitución por mecanismo diferente al acto legislativo, la que fue derrotada por el Pleno de la Corte Suprema alegando que cuando el pueblo había votado en las elecciones de marzo de 1990 por la séptima papeleta, el constituyente primario había impuesto un mandato, el que no se podía desconocer por un poder constituído. Fue un mandato imperativo el que reconoció la Corte en cabeza del pueblo, para que fuese esa Asamblea la que definiera el presente y el futuro de una nación consumida por el odio, las pasiones, la violencia, la corrupción y el narcotráfico, anhelo que se hizo realidad con la masiva votación registrada en las elecciones presidenciales del 27 de mayo de 1990 por la convocatoria a una Asamblea Constituyente, y luego materializada con la firma del Acuerdo de la Casa de Nariño que dio vía libre, fruto del consenso de los gobiernos saliente del Presidente Barco y el entrante de Cesar Gaviria, proclamado por el hijo del inmolado líder Galán Sarmiento, Juan Manuel, del que nació luego de la sentencia de la Corte Suprema y de las elecciones para integrar la Asamblea en Diciembre de ese mismo año, la Asamblea Nacional Constituyente, en la que la audacia e inteligencia del Presidente Gaviria, llevó a darles un espacio democrático fruto de su desmovilización para que los grupos guerrilleros del M-19 (así como del Quintin Lame, del PRT y del Ejército Popular de Liberación) pudiesen hacer parte de la misma, con una votación arrolladora que reflejaba el sentir de un pueblo saciado de la violencia y ansioso por reconstruir el tejido social donde predominara la justicia social, la igualdad y la equidad.
Mesa principal de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991.
El sueño se hizo realidad
Y fue ese sentimiento de los jóvenes que reflejaba el deseo de todos los colombia-
Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de 1991, Álvaro Gómez Hurtado.
nos, sumado a la sabiduría de los Magistrados de la Corte Suprema liderados por Fabio Morón Díaz (su Presidente) que avalaron la exequibilidad de los Decretos de Estado de Sitio que permitieron la convocatoria de la ANC, y la voluntad y el compromiso de los jefes de los partidos políticos, el que permitió que un sueño que comenzó a materializarse el 5 de Febrero de 1991, se hiciera realidad el 5 de Julio de ese mismo año cuando se proclamó en todos los rincones de la Patria y en el mundo entero, que moría la Constitución de 1886 y nacía una nueva Carta Magna fruto de un sueño construido entre estudiantes, partidos políticos, las guerrillas desmovilizadas del M-19, del Ejército Popular de Liberación, del movimiento armado Quintín Lame y del Partido Revolucionario de los Trabajadores, líderes evangélicos y católicos, voceros de la exterminada Unión Patriótica, ex Presidentes de la República como Misael Pastrana, ex cancilleres, líderes sociales y comunitarios, quienes tuvieron un papel protagónico en la redacción de la Constitución que hoy sigue vigente, y que sin duda, plasmaron en la Carta Política de 1991, un conjunto de principios, derechos, garantías, al amparo de un Estado social de derecho que reconoció como el eje del mismo a la persona humana, con una estructura del poder público basada en la democracia, la libertad y la justicia.
Aportes de la Constitución de 1991
Como parte de las grandes conquistas alcanzadas por la Constitución, incorporadas en los 380 artículos que la conforman (además de los 60 transitorios), deben mencionarse: el modelo de Estado social de derecho, el reconocimiento de la soberanía popular, la democracia participativa, la Carta de Derechos y los mecanismos de protección de éstos incluyendo la más valiosa de todas las reformas introducidas en este texto, la acción de tutela, además de la acción de cumplimiento y las acciones populares y de grupo, el habeas corpus, los derechos a la participación y los derechos políticos; el nuevo modelo democrático basado en los partidos y movimientos políticos y los grupos significativos de ciudadanos; el estatuto de oposición y los mecanismos de participación ciudadana; la reforma a la cuestionada figura del Estado de Sitio para dar paso a los Estados de Excepción; el cambio de la figura del Designado por el del Vicepresidente de la República; la creación de la Corte Constitucional, de la Fiscalía General y la Junta Directiva del Banco de la República, y el nuevo modelo de ordenamiento territorial que consagró al Municipio como el eje del Estado, el que puso fin al desueto modelo de las intendencias y comisarías, a las que elevó al rango de departamento, además de la incorporación de las nuevas formas asociativas de entidades territoriales como lo son las Regiones, las Provincias y las áreas metropolitanas; y no podría dejar de mencionar, los cambios fundamentales en el modelo de la Hacienda Pública, basada en la libre competencia, la libertad de empresa y el reconocimiento y garantía de acceso a los servicios públicos esenciales, además de la ampliación de los mecanismos para la reforma de la Constitución, que incluyó el Referendum y la Asamblea Nacional Constituyente, por citar algunas de tantas reformas trascendentales a nuestro modelo de Estado, donde no podemos dejar de mencionar el reconocimiento a los derechos colectivos y del ambiente, el derecho ciudadano a fiscalizar y controlar las actividades de los servidores públicos, como del manejo de los recursos estatales.
Firma de la Constitución Política de 1991.
Lo que ha pasado 30 años después de promulgada la nueva Constitución
En estos 30 años de vigencia de la Constitución de 1991, se han alcanzado valiosísimas conquistas ciudadanas, comenzando por el rediseño del control constitucional, donde la Corte Constitucional ha demostrado su rol trascendental en la defensa de los ejes y principios estructurales de ese modelo de Estado que diseñaron los integrantes de la Asamblea; las millones de acciones de tutela interpuestas por personas de todas las esferas y condiciones en procura de la defensa y garantía de sus derechos fundamentales, que han permitido no sólo superar y/o prevenir las amenazas y violaciones a los derechos fundamentales, sino en especial, reconocer y superar los denominados estados de cosas inconstitucionales y darle al juez un nuevo rol de garante y defensor de esos derechos; los límites fijados por vía jurisprudencial a los Estados de Excepción, garantizando no sólo su uso excepcional con ocasión de verdaderos estados de grave alteración del orden público interno, el económico, o el de calamidad pública o emergencia, sino la garantía durante su vigencia de los derechos humanos y las libertades individuales; el desarrollo y puesta en práctica de los mecanismos de participación ciudadana que le dieron un nuevo rol al ciudadano no sólo en su relación con el Estado, sino en hacer efectivos sus derechos al ejercicio, el control y la conformación del poder político. También el derecho a la participación, que han impulsado el rol de de las organizaciones sociales y comunitarias, y de los grupos significativos de ciudadanos, promoviendo revocatorias del mandato, consultas populares, cabildos abiertos, iniciativas normativas, referendos y plebiscitos, con resultados inesperados y absolutamente fundamentales para alcanzar un desarrollo democrático digno de la admiración de Alexis de Tocqueville.
A modo de conclusión
La solución a los problemas sociales, económicos y de violencia que vive un país como el nuestro, no está en el cambio de la Constitución, sino en la educación, la formación en principios y valores y el acuerdo entre todos los actores sociales para superar las diferencias, las injusticias y las inequidades, que reitera el profesor Reyes González, no están en las normas sino que nacen y se cultivan en las mentes y los corazones de las personas y en especial de sus líderes. Se requiere la fijación de políticas más inclusivas, de hacer efectivos los derechos y las libertades públicas, y de que nuestros gobernantes, legisladores y jueces construyan una sociedad más equitativa y justa, basada en los principios y valores que quedaron materializados en el Preámbulo y a lo largo del texto constitucional.
Antes que pensar en que los problemas sociales, económicos y políticos que vive nuestro país, con ocasión de la pandemia del Covid-19 como de la crisis fiscal que padecemos, provienen de nuestra Constitución, o aún más absurdamente que las inequidades e injusticias que vivimos provienen de nuestros conquistadores y libertadores, debemos reconocer la necesidad de continuar desarrollando la Carta Política de 1991, con una convicción de defensa del interés general, de procurar la justicia social, de garantizar y promover los derechos y las libertades, de procurar la dignidad humana y de hacer realidad los mecanismos de participación democrática.
COLOMBIA A LA VANGUARDIA EN OPERACIONES MARÍTIMAS
El comandante de la Armada Nacional de Colombia, Almirante Gabriel Alfonso Pérez Garcés, es ingeniero naval con énfasis en Electrónica de la Escuela Naval Almirante Padilla y posee una especialización en Comando y Estado Mayor de la Escuela Superior de Guerra. En su formación se destaca un curso de Altos Estudios Militares, también el Programa de Alta Dirección Empresarial en el Instituto INALDE de la Universidad de la Sabana en Bogotá y una Maestría en Seguridad y Defensa Nacional. Se desempeñó también como Oficial de Enlace de la Armada Nacional de Colombia en la Fuerza de Tarea Interagencial Conjunta del Sur (Jokin Interagency Task Force South.- JIATFS), en Key West, Florida, Estados Unidos.
Colombia es un referente en operaciones marítimas y fluviales, no solo por su efectividad en la lucha contra el narcotráfico y demás organizaciones al margen de la ley, sino por su infraestructura, preparación del personal y capacidad operacional para proteger las fronteras, conservar el ecosistema marítimo local y dinamizar la economía regional.
El comandante de la Armada Nacional de Colombia, Almirante Gabriel Alfonso Pérez.
En diálogo con la Revista El Congreso Siglo XXI, el comandante de la Armada Nacional, Almirante Gabriel Alfonso Pérez Garcés, habló sobre el proceso de modernización de la institución, las operaciones que se realizan en las zonas fronterizas, los controles para enfrentar la pandemia y las alianzas para combatir el narcotráfico en altamar, entre otros temas.
¿Cómo va el proceso de modernización de la Armada?
El proceso de actualización de Armada Nacional es una preocupación constante y permanente teniendo en cuenta que una Marina no se construye en corto tiempo, sino que requiere planeamiento y visión de futuro. De allí, que el Plan de Desarrollo de la institución está proyectado para el 2042, eso quiere decir que, todo lo que se construye tiene que estar incluido allí para la continuidad de los procesos y la disciplina que obliga al planeamiento. Este año se están fortaleciendo las capacidades del buque de desembarco Anfibio que tiene capacidades de apoyo logístico y de ayuda humanitaria.
El próximo año se fortalecerán las capacidades de aviación naval para transporte de personas, para patrulla marítima, recupera-
Foro Futuros Oficiales en la Escuela Naval de Cadetes Almirante Padilla.
ción de unidades de guardacostas (las que más se consumen) y la reposición de equipos, que es constante. Otros elementos exigen planeamiento permanente: Capacidades de Infantería de Marina (armamento, dotación, equipos y material de consumo). De esta manera, el plan de modernización no es solamente pensar en los buques del futuro y estratégicos (fragatas, submarinos) que aportan significativamente a la defensa y seguridad nacional que también es un proceso constante del día a día que debemos ir pensando en mediano plazo, hasta cinco años.
¿Cómo garantizan la seguridad marítima y fluvial en zonas fronterizas?
Como parte de la misión fundamental de la Armada en el marco del cumplimiento de la Constitución y la Ley se debe hacer presencia y garantizar la soberanía nacional en todos los espacios, marítimos, costeros y fluviales. Hay un caso particular, la frontera con Venezuela, con un despliegue permanente en los departamentos de Arauca, Vichada, Guainía, Vaupés; y en el sur, con Perú, Ecuador y Brasil, donde también hay responsabilidades fluviales con la fuerza Naval de Oriente y la del Sur, ambas fuerzas con una capacidad importante y despliegue personal en la zona que atienden retos como la migración, contrabando y tráfico de drogas.
Así mismo, se atienden las necesidades de la población en zonas aisladas, selváticas en su mayoría, con muchas necesidades. En Arauca, una zona muy compleja con una frontera permeable, hay problemas de seguridad particulares, por lo que se articulan acciones con el Ejército Nacional, la Fuerza Aérea Colombiana, incluso, con la Fiscalía General de la Nación y Migración Colombia.
¿Qué alianzas existen para el intercambio de operaciones marítimas?
Es importante resaltar la articulación que hay con las autoridades de Ecuador, Perú y Brasil, es estrecha y constante, de hecho, se desarrolla la Operación Naval Internacional Bracolper, que tiene como objetivo el entrenamiento tripartito en el área del Río Amazonas, esta operación permite compartir experiencias y generar capacidades de operación conjunta. La cooperación es continua y permanente con el intercambio de información en seguridad y operatividad.
En los espacios marítimos se tiene una cooperación con la Armada de Ecuador en temas operativos de búsqueda y rescate. Además, se tiene cooperación con 34 países que hacen parte de la campaña naval Orión, que tiene como objetivo fundamental la lucha contra el narcotráfico a nivel regional donde Colombia lidera y coordina dicha campaña. Hay más de 88 entidades haciendo aporte de manera unificada en la lucha contra el tráfico de drogas.
¿Cuál es el balance de las operaciones realizadas durante la pandemia?
Al comienzo había mucha expectativa en el sentido de que se debía mantener a la gente segura enfrentando los desafíos de seguridad y defensa en la región; Pese a que hubo contagio y afectación, a partir de los protocolos que se implementaron con acompañamiento de sanidad naval se logró mitigar el impacto. En la operación de la lucha contra todos los agentes generadores de violencia se tuvo una participación estrecha en el marco de la operación San Roque para llevar ayuda humanitaria, apoyo sanitario y acompañamiento a las comunidades en las regiones donde se hace presencia. Fue así como a partir de enero de 2021 toda esa dinámica operacional alrededor del apoyo humanitario se volcó en el apoyo al programa nacional de vacunación, Fuerza Pública junto a entidades y secretarías de Salud, se apoyaron en la Armada para llegar a las regiones del país. Hoy se puede decir que el personal activo de la Armada está en un 98 % con la primera dosis. Y en la segunda en 94 %.
¿Qué políticas de protección de la riqueza marítima están en marcha?
La Armada tiene la responsabilidad de garantizar la conservación del medio ambiente y los recursos donde se tiene jurisdicción, ya sean marítimos, costeros y fluviales, de esta manera, se participa activamente con todas las entidades de gobierno que tienen esa misión. También, en los espacios fluviales donde se deben atender minería ilegal, explotación ilícita de recursos naturales y fauna silvestre protegida. Además, la lucha contra la pesca ilegal en aguas abiertas (como el Santuario de Malpelo y los Cayos de San Andrés) que son sujetos a explotación ilícita.
CON ÉXITO AVANZA CONVENIO ENTRE MINDEFENSA Y UNIVERSIDAD EAN PARA LA FORMACIÓN PROFESIONAL DE MIEMBROS DE LA FUERZA PÚBLICA
La alianza interinstitucional entre la Universidad EAN y el Ministerio de Defensa ha tenido un éxito rotundo desde que se puso en funcionamiento hace más de dos décadas. Este convenio de cooperación permite al personal del sector Defensa, así como a sus núcleos familiares, adelantar programas académicos en educación formal en la institución, al brindarles beneficios exclusivos.
Con la Policía Nacional, la Universidad EAN ha forja do una estrecha relación de cooperación académica, donde ha contribuido a la formación integral de oficiales y suboficiales. Más de 700 uniformados de esta institución han cursado diferentes programas de pregrado y posgrado en la Uni versidad. Uno de estos beneficiados es el coronel de la reserva profe sional de la Policía Nacional, Juan Carlos Nieto, quien realizó el doctorado en Gestión en la Universidad EAN, y para quien la experiencia en el alma mater fue muy provechosa.
“Fue muy interesante porque pude conocer a muchas personas y hacer una red de amigos, fue muy enri quecedor desde el punto de vista intelectual”, afirma.
Esto se ve reflejado en los más de 17.000 suboficiales de la Policía Nacional que realizaron parte de su curso de ascenso en las aulas de la institución educativa y que califi caron el programa con un 94 % de satisfacción, lo que habla del im pacto positivo y de la calidad de la formación de la Universidad EAN.
En relación con las Fuerzas Militares, la alianza se ha fortalecido en los últimos 10 años, instruyendo a personal de la Armada Nacional, la Fuerza Aérea y el Ejército Nacional, en temas clave como gerencia de proyectos, gestión estratégica y prospectiva, innovación y sistemas de gestión de calidad, donde se han capacitado a más de 800 uniformados.
La alianza trasciende lo académico
La importancia de esta alianza trasciende lo académico y se convierte en una oportunidad para que los uniformados amplíen sus opciones durante su ejercicio profesional, pero también para el futuro des pués de su servicio. “Creo que nos da una perspectiva diferente desde el emprendimiento y de ver otros puntos de vista de la vida y de la misma sociedad. Si llegan acá, van a conocer emprendedores, personas que tienen iniciativa, que tienen negocios, que están viviendo un rango diferente de la vida que vive un usuario de la fuerza pública cotidianamente”, subraya el coronel Nieto sobre las ventajas de hacer parte de este convenio de formación.
En lo corrido del 2021, el programa al que han accedido más beneficiados es el de Lenguas Modernas, con 92 inscritos en modalidad presencial y 107 en modalidad virtual. La Universidad además ofrece programas como Gerencia de Proyectos, Gestión humana, Gobierno y Gerencia pública, MBA e Innovación, entre muchos otros, que pueden ser de interés para los miembros de la fuerza pública que quieran llevar su carrera a otro nivel de la mano de la formación académica en la Universidad EAN.
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