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Conmemoración de los 30 años de la Constitución de Colombia Iván Marulanda
CONMEMORACIÓN DE LOS 30 AÑOS DE LA CONSTITUCIÓN DE COLOMBIA
Iván Marulanda Senador de la República Alianza Verde
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Llevamos las razones que nos habían encomendado entregarles a los demás delegatarios las gentes con las que compartíamos nuestros sueños de vida, nuestras preocupaciones, nuestras experiencias y visiones del mundo que nos rodeaba, historias acumuladas por generaciones en los lugares y en los corrillos desde donde veníamos con nuestros mandatos. Cada delegatario llevaba su cartapacio de relatos y recados a manera de encomendero. Juntos, unos con otros, éramos el compendio de lo que pudiéramos llamar el trasiego y el trasunto de la nación. Digamos, sin traicionar la modestia, porque como les dije éramos personas sencillas y sin pretensiones, que llevamos puestos encima pasados que reunidos y entreverados en el seno de la Asamblea bien podían representar buena parte de la historia de Colombia. Nos escuchamos en esas reuniones de trabajo los reclamos, transmitimos con serenidad y en lenguaje coloquial, sin acentos ni dramas, las ideas de cómo reconocernos y cómo sobrellevar las vidas los múltiples grupos que compartimos esta nación, sin tantos sufrimientos ni desacoples, sin tantas humillaciones, sin tantos peligros y sin chocarnos a muerte como ocurría desde hacía decenios, doscientos años quizás, o tal vez desde siempre. Entonces, lo que escribimos en esa Constitución fueron palabras mayores que no se borran así nada más, ni se pierden en detalles. Son gritos desde el dolor de la historia, sin filigranas ni los tecnicismos de la hermenéutica.
Permítanme decirles con respeto, si Ustedes me preguntan cómo entiendo su oficio, Magistradas y Magistrados de la Corte Constitucional, diría que su misión no pareciera que fuera la de seguir el hilo de las palabras por los recovecos de los textos jurídicos recorridos al pie de la letra, tanto como cuidar que ese grito no se apague, se oiga por siempre. Hablo del grito de este pueblo nuestro que antes del 91 había tratado con todas sus fuerzas y desde hacía siglos, entre tierreros y violencias, que se le tuviera en cuenta en sus nociones y opciones de cómo entender la vida y cómo vivirla.
Hasta que pudimos decirnos por fin cara a cara las verdades con calma, de igual a igual, interlocutores que nos hablamos y escuchamos con respeto en la Constituyente, incluso después que muchos se habían odiado quién sabe cuánto y por cuánto tiempo. Y las escribimos en la Carta para que la posta pase de generación en generación. Hablo, Honorables Magistrados y Magistradas, de la Constitución que guardan, que como dije, es por so bre todo grito del que Ustedes son oidores y memoria.
El “fin del mundo” fue ficción durante milenios de la historia de la humanidad hasta nuestros tiempos. Había sido clave del imaginario y la emoción de los artistas, de las recreaciones de los escritores, de las mitologías populares, pieza maestra de los dominios de las religiones, de las amenazas y los poderes de sus dioses.
Las juventudes de nuestro tiempo son las primeras generaciones en la historia de la humanidad que tienen al alcance de sus ojos los confines de la vida en el planeta. El “fin del mundo”, en sentido literal.
No es melodrama, es verdad comprobada, revelada por científicos de distintos continentes que miden el comportamiento del clima y del planeta en la sucesión de cada instante y correlacionan y observan los detalles de los fenómenos de cualquier relevancia y hacen cálculos que indican resultados precisos y coincidentes desde distintos confines de la tierra y desde la estratosfera.
Esas inteligencias están de acuerdo en conclusiones fundamentales que para este diálogo que sostenemos aquí, pueden sintetizarse con solo decir que si no se detienen las emisiones de gases de efecto invernadero en el planeta y se logra que la temperatura no cruce la raya de 2º C de aumento de aquí al año 2050, la tierra entraría en deriva incontenible al punto del calentamiento global en el que las temperaturas serían insoportables para la vida de las especies.
Este mensaje llega hasta nosotros, pero claro está, va dirigido antes que nada a los descendientes que trajimos a la vida y que tenemos con nosotros y a los que aún no conocemos y a otros que no vamos a conocer. Entender lo que esto significa permite imaginar las presiones que pesan sobre los cerebros y las psiques de las juventudes que salen indignadas y casi desesperadas a protestar en las calles de países gobernados desde la indolencia de otras generaciones que juegan como si nada con su pellejo.
De la historia de terror del cambio climático tuvo conciencia la humanidad solo el año siguiente a la Asamblea Constituyente, cuando las Naciones Unidas reunieron a mediados del mes de junio de1992 en Río de Janeiro a los primeros mandatarios de los países del planeta en la “Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo”, conocida como la “Cumbre de la Tierra”.
Allí nació el orden mundial para el medio ambiente, empezaron a ponerse en línea las comunicaciones, la información, los centros de investigación científica, las agencias internacionales y se pusieron en marcha agendas mundiales sobre cambio climático.
Esta gigantesca y compleja evolución del ordenamiento planetario aún está en ciernes, ha tenido momentos notables en la suscripción del “Protocolo de Kioto” en 1997, en la Cumbre de Copenhage de 2009, en el Acuerdo de París de 2015, así como en más de veinte reuniones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. De todos estos escenarios ha hecho parte Colombia. Las dificultades son enormes para llegar a que este aparatoso proceso empiece a mostrar resultados prometedores, pero es lo que hay. Sin embargo, no es para que nos preocupemos más de la cuenta en esta Sala, distinguida audiencia. No podemos hacer nada, la amenaza de la “emisión de gases de efecto invernadero” que origina el calentamiento global y el cambio climático, corre por cuenta de grandes ligas de países contaminantes, China 21%, Estados Unidos 20%, Unión Europea 15%, Rusia 9%, Brasil 6%, India 5.3%, Japón 4.6%. Estamos en manos de estas potencias, que en su lógica de sostener el ritmo de desarrollo y sus sistemas de vida, no hallan cómo sacrificar el frenesí de los negocios a cambio de que sus poblaciones y todas las demás sobre la tierra, a la larga, puedan seguir vivas. De donde están ranchadas no tenemos cómo mover -
“Lo que escribimos en esa Constitución fueron las, por más bulla palabras mayores que no se borran así nada más. y escándalo que
Son gritos desde el dolor de la historia” hagamos. E s a cruda realidad debiera conocerse mejor en Colombia para evitarnos la teatralidad y la demagogia de políticos dedicados a empanicar a las gentes y a soliviantarlas con heroísmos impostados y discursos dramáticos y huecos, que no dejan títere con cabeza y no sirven de nada útil. Lo que sí debiéramos tener claro, es el grito de la Constituyente que como decía, no se originó en las evidencias científicas que hoy se tienen, sino en las voces indígenas que nos llevaron la palabra de la “Pachamama” y en la intuición de todos y el conocimiento que teníamos sobre la materia en la época. Los mandatos que tiene la Carta para la conservación de nuestros ecosistemas que son fuente de vida y que se agotarán si persistimos en su destrucción, son precisos y suficientes para el guion que nos toca representar en el concierto de las naciones y para el cuidado de nuestra propia supervivencia. De la manera más sencilla digamos que las instituciones, las comunidades, las personas
y las empresas en esta nación tenemos el mandato de guardar y potenciar las riquezas naturales y la vida en nuestro territorio, para que no sigan amenazadas, sean sostenibles y más que eso, cada vez estén más protegidas y de esa manera nuestra existencia y la de los nuestros no solo sea posible, sino amable.
La pobreza de centenares de miles de personas que devoran la invaluable riqueza de nuestros bosques tropicales húmedos, únicos sobre la tierra, que envenena y seca fuentes de agua, que erosiona y esteriliza suelos, es enemiga poderosa de nuestros ecosistemas y por lo mismo es cuestión central del oficio público que nos ocupa aquí. Si no eliminamos la pobreza en poco tiempo, no tendremos más la exuberancia de la naturaleza que hemos conocido, sino desiertos.
Igual o más peligrosos en el horizonte de vida de nuestro pueblo son los gobiernos capaces de hacer cualquier cosa con tal de recaudar tributos fáciles para despilfarrar con fines electorales y aparentar éxitos con cifras engañosas de exportaciones de materias primas extraídas de la explotación desaforada e indiscriminada del subsuelo.
Ni hablar de sus amigotes que les hablan al oído mientras por debajo empujan trámites y cobran comisiones a cambio de conseguir venias permisivas y licencias que crean derechos adquiridos y viabilizan inversiones que vistas a la luz del bien común, resultan inmorales por su impacto demoledor y el daño irreparable al equilibrio ambiental, cuando no son otra cosa que negocios chuecos para el país. Como miembro que soy de minorías en el Congreso, veo con angustia e impotencia desfilar a diario esa ordalía que denunciamos sin eco alguno en los centros de poder. Nada más pobre que los controles y los compromisos ambientales en el ejercicio público y la actividad privada de este país. La biodiversidad de Colombia, de las más ricas del planeta, está en absoluta indefensión y bajo saqueo, no la cuidan ni el Estado, ni los colombianos de a pie, mucho menos los inversionistas extranjeros cuando pisan nuestro suelo con pie de conquistadores.
Los presupuestos públicos para estos destinos son miserables y las instituciones menesterosas que los administran dan grima por indolentes o despistadas. Cuando resultan soportadas en cuerpos técnicos solventes, comprometidos con el país y bien encaminados, los asfixian las presiones políticas y las amenazas desatadas desde poderes políticos y monetarios arrogantes y apabullantes. Cada vez pienso con más convicción que nuestra Constitución está virgen. Ninguna de estas tropelías debiera tener lugar si al Estado y a la sociedad los gobernaran conciencias leales a las instituciones ambientales que nos dimos en el 91. Es cuando los ciudadanos volteamos la mirada hacia el poder de Ustedes, Magistradas y Magistrados de la Corte Constitucional, en su majestad de Jueces de última instancia, no solo jurídica sino de salvación de las instituciones democráticas que nos dimos para civilizarnos como sociedad y para subirnos a la ruta del progreso sostenible. Dejo de remate una última cuestión que es trascendente, porque pertenece a la quinta esencia de la Constitución. A las comunidades se les quiere arrebatar el derecho del uso de la palabra y de que sean tenidas en cuenta cuando se decide lo que se quiere hacer y se hace con su destino y con el destino de su entorno, con sus paisajes, sus recursos naturales, sus economías y sus formas de vida, sus culturas y hasta con sus propias vidas, no obstante que la Constitución no puede ser más clara al respecto de las consultas populares en la materia del derecho al medio ambiente sano y en otros derechos humanos.
Poblaciones colombianas están expuestas al atropello impune de compañías multinacionales a las que les importa un bledo arrasar con culturas autóctonas y paisajes, con ecosistemas y formas de trabajo y producción de nuestras comunidades, con tal de sacar sus tesoros de nuestro subsuelo y llevárselos a sus arcas en el exterior.
Honorable Corte Constitucional, no permita que se birlen más las consultas populares que ordena la Constitución, ni que se burlen con artificios tecnológicos ni se les quite transparencia con la promoción de promesas falsas y el derrame de regalos y dádivas con las que engañan en los territorios a gentes incautas y desinformadas y se les lavan sus cerebros y se les compran las conciencias. A ese paso, esta nación terminará despojada.
¿Qué se debe hacer para mejorar la seguridad ciudadana en el país?
SIN RODEOS
Nora García Burgos
Senadora de la República Partido Conservador Lo que se debe hacer es que cada ciudadano tenga la voluntad de ser una persona correcta, respetuosa y que defienda la integridad de nuestro país. Es lo primordial para que tengamos tranquilidad, así como confiar en nuestras instituciones y las Fuerzas Armadas, que son las que nos cuidan.
Aída Avella Esquivel
Senadora de la República Lista de la Decencia Se debe promover el empleo, al país no hay que llenarlo de tropas. Por ejemplo, en el campo, debe hacerse una reforma agraria, los campesinos no pueden seguir vendiendo “chucherías”, tienen que estar trabajando y hay que devolver los trabajos que han quitado los Tratados de Libre Comercio, porque se están importando productos que se hacen en Colombia. Eso es una vergüenza.
Guillermo García Realpe
Senador de la República Partido Liberal Debe haber mayor cumplimiento del deber por parte de los funcionarios y servidores públicos y que no haya tanta corrupción. Con eso se arreglan muchos problemas y que también los gobernantes, además de la Fuerza Pública, dicten buenas políticas (en materia de seguridad),
Germán Navas Talero
Representante a la Cámara Polo Democrático Alternativo Se debe educar a la Policía Nacional porque la ciudadanía no cree en la Fuerza Pública, lamentablemente se ha convertido en un enemigo de la sociedad. La forma como maltratan al ciudadano hace que la población no confíe en ellos y cuando no se confía en la autoridad, no le ayudo y no voy a la misma.
Luis Fernando Velasco Chaves
Senador de la República Partido Liberal Un elemento es la pérdida de confianza en las instituciones. Meter a la Policía en el conflicto colombiano y luego a las ciudades, les generó a ellos la tesis del “enemigo” que lo pueden encontrar entre los mismos ciudadanos, la Policía es efectiva en la medida en que la población la acompañe. Hoy la Policía ve con desconfianza al ciudadano y viceversa: eso es gravísimo. Entonces se necesita una reforma de la institución policial seria. La inseguridad crece cuando la ciudadanía siente que no tiene la institucionalidad que los represente.
Julián Gallo Cubillos
Senador de la República Partido Comunes Se deben generar medidas que permitan avanzar en lo que parece una lucha estéril en los tres años que van no solo del actual Gobierno sino de décadas atrás. Cuando nosotros pactamos el Acuerdo de Paz hicimos la dejación de armas y fue cabalmente cumplido. El Estado, por su parte, debía brindar plenas garantías para quienes nos desmovilizamos, así como mayor seguridad para esos territorios, pero no se está cumpliendo. Es necesaria la implementación de una reforma rural integral y de una reforma política que vayan dirigidas a desmontar esas mafias que ocupan el poder regional. También buscar una política seria de sustitución voluntaria y concertada para eliminar el oxígeno que produce el fenómeno de los cultivos ilícitos.
Juan Carlos Losada
Representante a la Cámara Partido Liberal El Ministerio de Defensa debe entender que vivimos en un país que está teniendo una transición gigantesca de lo rural a lo urbano y que, por supuesto, hay que tener un énfasis en la seguridad urbana que no es una estrategia de guerra y de criminalización como hasta ahora se ha hecho, sino una estrategia capaz de acercar a la Fuerza Pública a los ciudadanos y de crear una relación armónica y de confianza para que vuelvan a creer en la autoridad de la Policía Nacional y en los demás entes de seguridad.
Rodrigo Lara Restrepo
Senador de la República Nuevo Liberalismo Con el proyecto de Ley que busca el control del porte de armas se quiere mitigar la inseguridad en el país, teniendo en cuenta que la mayoría de los crímenes se están cometiendo con estos aparatos. Se debe ir a la raíz del problema, buscar, controlar y detectar esas armas ilegales y sacarlas de circulación, destruirlas y hacer cada día más difícil el acceso de los delincuentes a ese mercado, que nunca se ha regulado en Colombia. Si, las armas se importan y entran por el mercado ilegal y los bandidos circulan con un salvoconducto falso, pero las municiones se fabrican en Colombia y luego terminan en manos de delincuentes, a eso, se le pondrá control.
José David Name Cardozo
Senador de la República Partido de la U Hacemos un llamado a las autoridades a atender este clamor ciudadano. Para combatir la criminalidad, proteger la seguridad ciudadana y devolverle la tranquilidad a los colombianos es necesario que el Gobierno Nacional junto a los entes territoriales y la Policía Nacional trabajen en una estrategia conjunta contra el crimen, que vaya de la mano de la implementación de nuevas políticas de transformación social.
Antonio Sanguino
Senador de la República Alianza Verde Hay que identificar cuáles son los principales factores que afectan la seguridad nacional y la seguridad ciudadana, para poder mejorarla. El Gobierno Nacional se propuso destruir los acuerdos de paz, lo cual produjo que se consolidaran en el país 33 enclaves criminales que están asociados a los delitos urbanos. La política de seguridad ciudadana debe ser el resultado de la implementación de los acuerdos de paz y el reconocimiento de estas estructuras y mercados criminales que son los que la están afectando.
María José Pizarro
Representante a la Cámara Coalición Lista de la Decencia En un país tan desigual como Colombia, en donde los niveles de pobreza aumentan y aumentan es absolutamente necesario brindarle oportunidades laborales y de educación, así como condiciones para una vida digna a la gente. Si eso no se hace, inevitablemente muchas personas terminan tomando el camino de la violencia, entonces lo que se requiere es un paquete social que nos ayude a equilibrar la balanza y a sacar por lo menos a millones de personas de una situación dramática después de una pandemia como la que estamos viviendo. En segundo lugar, se requiere una reforma a la policía que retorne la confianza del ciudadano en las fuerzas de seguridad y que definitivamente nos ayude a construir un país con garantías.
Jaime Rodríguez
Representante a la Cámara Cambio Radical Se debe generar confianza en la ciudadanía por medio de mecanismos que operen por parte del Gobierno y de la Fuerza Pública para mejorar la percepción de seguridad de los colombianos.
FERNANDO MURCIA
ENTRE OBSERVADORES Y OBSERVADOS
Cuando entramos a definir la pintura en el arte, es obligatorio guiarnos por el carácter mismo de la técnica; siendo un lenguaje artístico que posee el misterio del silencio, el cual se establece en la comunicación entre quien observa la obra y la obra en su representación que en cierta manera nos devuelve la mirada. Esto es palpable en las obras de Fernando Murcia. Sus representaciones figurativas de animales nos interrogan y cuestionan sobre nuestro ser y nuestra relación con ellos, existe también en su obra una especie de figuración que tiende a transformarse en formas reconocibles pero qué tienden hacía la abstracción de color, gestualidad y dinamismo, creando unas atmosferas maravillosas donde apenas podemos intuir hacía donde nos remite el pensamiento, en estos estallidos de colores se establece una escritura pictórica muy particular, cada una de las imágenes de sus obras posee una carga simbólica y especial para el artista mismo, las atmosferas creadas en sus representaciones figurativas armonizan con lo representado, por ello cuando nos volvemos observadores al mismo tiempo nos sentimos observados, estableciendo esa comunicación esencial entre espectador y obra. Nos lanza una invitación a realizar algo esencial en el arte el observar, cómo lo decía Hipólito de Taine “la obra de arte no se produce aisladamente”, es a través del conjunto de su obra que podemos entender el pensamiento y el accionar del artista.
José Orlando Salgado Moreno
Artista y curador independiente
ACERCA DEL DIBUJO
El dibujo esconde en su interior la más poderosa de las fuerzas en el arte, pues es la idea primera, es la partida, es el fuseki que desencadena la vida en el plano. Al principio es la nada, el plano es infinito, el caos subyace en el trazo gestual, en la línea; el lápiz se mueve y entonces, como por arte de magia, un universo hijo de otros comienza a moverse, comienza el alumbramiento, se desliza en la superficie, se convierte en forma, la forma se llena de elementos y se entiende, y nos cuenta de mundos donde ir y explorar. Las ideas-formas saltan del plano. La selva provee los elementos que son seres para crear nuevos seres, las sombras guardan las voces, las líneas nos dicen de las presencias furtivas que nos miran, que nos tocan sin hacerlo, que son escurridizas para que no puedan ser atrapadas.
Fernando Murcia
LAS CANTORAS INGRÁVIDAS
Un dibujo, mil dibujos, cientos de miles de dibujos, todos ellos contando historias, diciendo secretos, relatando vidas, tragedias, romances; relatando, emisarios del tiempo, los segundos de las vidas de quienes encontramos en el camino; los dibujos se esparcen en el espacio, doblan a su acomodo el tiempo, suman piel, huesos, sueños, tierra, aire; se hacen corpóreos, se convierten en seres de papel, o seres de madera, o de hierro, o quizás solo se convierten en formas biológicas o en pensamientos.
De la fragua del dibujo salen gigantes sonoros, seres que cantan en la inmensidad de la ingravidez; sus cuerpos emergen dibujados en el espacio; toda su vida es un testimonio de la falacia del desarrollo y de cómo violentar la vida, de cómo condenar al indefenso en su entorno; una existencia preciosa llevada al borde de la nada, puesta en el camino de los recuerdos.
Fernando Murcia.
CUANDO DEJAMOS DE ESCUCHAR EL SILENCIO
Los árboles lanzan gritos silenciosos; no los escuchamos, estamos sordos, también hemos dejado de escuchar los sollozos de las selvas, ya no percibimos la tristeza de las criaturas que nos acompañan en este viaje por el tiempo; sus voces se han perdido en un desierto de arenas de ignorancia, de indiferencia, de desamor y de arrogancia; la vida se nos escapa entre los dedos como gotas de agua que ruedan por las hojas de un guayacán, o una ceiba, o un nogal; asistimos callados y lejanos a la muerte metálica, a la desaparición de la noche; la cigarra no entona más su canto, ya no hay vuelos silentes, se han ido para siempre los rugidos profundos, la reina de la selva viaja a encontrase con sus antepasados que ya antes dejaron sus nidos víctima del acero asesino. Nuestro ser ya no se escucha a sí mismo, se ha olvidado del sonido de la tierra; de la tierra que llora, de la tierra inerme ante el final, de la tierra madre, de la tierra primera y última.
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MARIO AYERBE
EL DIBUJO, PROTAGONISTA DE MI NUEVA OBRA
Cuando hablamos de dibujo, nos llega a la mente papel y un lápiz, que con trazos expresamos una idea basada en motivos cercanos a nuestro alrededor o algún tema que nace de nuestro pensamiento. Remontándome a mi época de infancia, recuerdo que en mi maletín lo más importante que cargaba era un lápiz; siempre fue mi mejor aliado manteniendo su punta lista pues los bocetos salían de imprevisto. Los cuadernos hubieran sido ahora los mejores testigos de esos valiosos recuerdos con los que trabajaba la figura humana, hacia retratos a mis compañeros y plasmaba un sinnúmero de objetos cotidianos, claves para la práctica fundamental academicista en la vida de cualquier artista.
En mi nueva obra, el lienzo es el soporte del dibujo. La línea la protagoniza el trazo húmedo del acrílico en el pincel. Lo evoco estructuralmente tejiendo imágenes en movimientos ondulantes, casi danzantes, en donde el ojo del espectador tenga muchos recursos en su análisis. Revisaba conscientemente en estos tiempos de pandemia, épocas de mi obra donde descartaba visualmente lo que podría seguir conmigo y aunque el color ha sido siempre preponderan-
te, sentía que el dibujo jamás había que dejarlo por fuera; era como un mensaje suplicante. Por eso el espacio participativo del color es más lejano ahora, pero un gran cómplice de esta faceta actual.
Siempre he creído que jugar con la línea es abrir muchos caminos y volverse amigo de ella es encontrar paraísos. Un trazo lineal, igual que el fragmento de una melodía sorprende, entristece o exalta. Hay también hechizo, en los momentos que uno dibuja, el tiempo parece que no existiera; es como estar dentro de una burbuja en éxtasis hasta cuando paras, entrando de nuevo al mundo de la cotidianidad.
He realizado también algunos ejercicios en arcilla, para sentir el encanto maleable en mis manos y su plasticidad, afirmando esa permanencia que se tiene entre la línea el color y la forma, fundamentales recursos que en las artes visuales son ideales medios de expresión, precisando con mayor certeza esta nueva incitación que hoy presento con mucha expectativa para ustedes.
Mario Ayerbe
Mario Ayerbe
Pitalito 1956 Gestión Cultural
Jaime Ruiz Montes
Telefono: 311 471 2393 Facebook: Jaime Ruiz Arte
El universo no es limitado, no es dualista, vemos orden en lo macro, pero más allá hay un furor frenético subatómico. Vemos un hermoso paisaje, pero más allá hay escenarios dantescos ... Y, aun así, el universo es perfecto en su conjunto. Así es esta nueva etapa de la obra de Mario donde todos los escenarios se unen como en el principio de los tiempos, como ese instante de realidad previo a la ilusión del ensueño. Es la armonía, llevada al color, es la Simbiosis del hombre y la naturaleza de la que solo puede surgir un nuevo despertar en un eterno ciclo... hasta el fin de los tiempos.
MALABET
La evolución de la obra pictórica de Mario Malabet Fernández es la misma búsqueda de un sentido, de una verdad más allá de las palabras y las apariencias, que lo ha llevado por senderos de luz y sombras que aparecen y se desvanecen. Otrora reflejando una silueta, el agua o un túnel entre una miríada de matices; hoy, reflejando un mar de sensaciones indescriptibles que le transmiten al espectador un sentimiento casi olvidado, una sensación de asombro y de descubrimiento que es el milagro de recuperar esa tarde en que nos sentimos hipnotizados por un rayo de sol entre los arboles.
MARIO MALABET FERNÁNDEZ
Arquitecto restaurador inclinado hacia las artes plásticas hace 35 años, inquieto experimentador, su obra oscila entre su realidad bizarra y orgías de colores que están siempre en completa ebullición, estamos ante un artista complejo, que ha pasado por diferentes estados, desde sus inicios figurativos hasta la abstracción, además de ser un gran acuarelista y músico compositor, su reciente propuesta plástica es un homenaje al arte de la música.
Con más de treinta años exponiendo en diferentes salas de su país y el exterior ha logrado menciones y premios, es un artista en plena ebullición. Sus obras están colmadas de explosiones de color que expresan los sentimientos de su realidad oculta. Sus experiencias y logros las comparte en sus talleres y sus muestras de galerías y centros especializados de arte.