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David Mendive Hoy tenemos con nosotros a DAVID, viejo amigo de la revista, piercer y dueño de TAI TATTOO PIERCING, que este año celebra su 20 aniversario como perforador profesional.
¿Cómo empezaste a dedicarte a la perforación? Bueno, fue una mezcla de tener la suerte de conocer a buenos profesionales, poder poner en práctica lo que me enseñaron, invertir mucho tiempo en buscar información y, sobre todo, tesón y trabajar mucho, muchísimo. ¿Cómo fueron tus inicios? Nunca pensé en dedicarme a esto profesionalmente, ni siquiera pensaba que uno se podía ganar la vida con esto. No empecé con esa intención ni recomiendo que se empiece pensando en eso porque podrías pegarte un gran batacazo. Por aquel entonces vivía en Barcelona y conocí a varias personas que me fueron introduciendo en el oficio. Fue una época que recuerdo con mucho cariño ya que había muy poca información y tenías que buscarte la vida para aprender. Hablábamos mucho sobre lo que leíamos y veíamos en internet, nos reuníamos un día a la semana en mi casa con la idea de sacar un fanzine sobre el mundo del piercing, teníamos contacto con piercers de otros países, customizábamos nosotros mismos la joyería… Ya hacía un tiempo que yo trabajaba en un estudio y anillaba todos los días sin parar. En esa época tuve una crisis bastante fuerte a nivel laboral. Después de estar un año perforando tuve que desaprender muchísimas cosas que yo pensaba que estaban bien hechas. Puedes anillar a miles de personas y no estar haciéndolo correctamente por no haber ido más allá, por no tener contactos con otros profesionales más experimentados, por pensar que no hay más que aprender… y este oficio es una evolución y un progreso constantes. Pensé en dejarlo o en empezar desde cero y aprender de estos compañeros de los que os he hablado. Hice lo segundo. ¿Cómo ha cambiado el panorama del piercing desde entonces? Desde mis inicios señalaría tres grandes cambios. A principios de los 2000 fue un boom, todo el mundo se quería anillar, casi todos los estudios trabajaban mucho pero, a la vez, había mucha desinformación
sobre el tema. Los clientes, por lo general, no diferencian entre un piercing bien hecho y otro mal realizado y hubo muchas personas sin conocimiento ni ética que se aprovecharon de ello. En torno a 2010-2012, por crisis varias, la escasa variedad de joyería y la poca profesionalización del sector, bajó bastante el trabajo. Gran culpa de esto la tuvieron algunas personas que gestionaban estudios y que trataban a l@s piercers como profesionales de segunda categoría o como un “sirves para todo”: haces piercing, atiendes, limpias… y además te pago poco. En esa época, por la precariedad de la profesión, muchos piercers cambiaron de oficio y bastantes de los que seguimos fue gracias a que éramos los dueños de nuestros propios estudios. Creo que ahora el piercing vive su época dorada respecto a profesionalización y calidad de joyería. Aunque esto tiene sus matices, claro. Aún sigue habiendo piercers explotad@s y personas sin escrúpulos perforando en casa, pero mejor vamos a centrarnos en lo bueno, el piercing ha dado un giro radical, es un nuevo concepto de joyería corporal. ¿Qué nos puedes contar de tu estudio? Aquí trabajamos mucha joyería de oro, cristalería de Swarovski, titanio de primera calidad y lo último que hemos traído es una mini colección de diamantes. Somos el único estudio de Pamplona que trabaja con Statim, un esterilizador rápido que se emplea en quirófanos. Lo utilizamos para esterilizar el material que vamos a manipular justo antes de la perforación. Es el método más seguro que existe,
