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DISCALCULIA por HELEN ÁGREDA WILES
Mi vida es un caos, me soltó ayer mi sobrina de solo diez años. Con esa misma edad yo solo entendía esa palabra, caos, inmediatamente después de “bolly” o de “cola”, o puede que después de “mante”, si estaba en casa de mis abuelos y me mataba el hambre. Cacaos dicen en Valencia a los cacahuetes que te ponen sí o sí -no como aquí- en una bandejita al lado de la cerveza. Y no sé yo si cuando pronuncian cacao la gente de Valencia salivará en dulce o en salado. A mi sobrina ayer le dije que qué casualidad que tuviera yo ahora que escribir acerca del caos, que a ver si se le ocurría algo, y me remitió a su habitación, y yo le dije pues anda que la mía, y entonces acordamos que aquello no debía de ser un caos si a las dos nos parecía de lo más normal. ¿Pero entonces qué es el caos? “Búscalo en internet”, me dijo, como diciéndome ya te vale, se acabó el ir de tía guay que intenta que desarrolle el pensamiento crítico y reflexione sobre cosas que me la pelan. “Vale tía”, le respondí yo, como diciéndole pues anda que menuda mierda es Harry Potter. Así que me puse a buscar en internet sin que ella me viera, no fuera a ser que la cría se pensara que lo estaba haciendo porque me lo había dicho ella, me explico, así es como se educa, y bueno, encontré numerosas alusiones a oscuros abismos y masas de materia sin forma… todo
lo que a mí más pereza me da por el esfuerzo que requiere solo pensarlo. Bueno, pues para mí requiere esfuerzo, si para ti no, enhorabuena. Así que seguí mirando. Caos la peli con Jason Statham, Caos el disco de Malú, o quizá era una canción, no pienso ir a verificar, Entropía de Thomas Pynchon, que recuerdo que me hizo sentir que no entendía inglés cuando lo leí en inglés y castellano cuando lo leí en castellano. Y ya me estaba dando el caos una pereza demasiado gorda, y mira que siempre le digo a Helena que la pereza no existe, que cuando lea esto va a ser como decirle te jodes, la pereza existe pero solo si es mía, cuando di por fin con un inesperadísimo hallazgo. Voy y leo que el término griego χάος (khaos para ti que te has quedado igual) se asocia con una raíz indoeuropea cuyo significado es, entre otros, bostezo. Y la cosa es que llevo un rato bostezando sin parar, así que me vuelve el interés. Bostezo y caos, ¿tendrán algo que ver? Pero oy, qué pereza otra vez, si así es como me pregunta las cosas mi psicólogo. Me dice “tal y cual, Helen, ¿podrían tener algo que ver?” Y yo miro para arriba, a la pared, donde los tragaluces. “No estoy segura”, le digo, como diciéndole búscalo en internet.