Revista Foresta nº 58

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Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales. 2013. N.o 58

Especial

6.º Congreso Forestal Español Entrevistas a

Gregorio Montero González Eduardo Rojas Briales María Gafo Gómez-Zamalloa Pablo Campos Palacín José Antonio Vega Hidalgo Manuel María Ruiz Urrestarazu


SUMARIO FORESTA n.o 58 Colaboraciones Técnicas: Entrevistas: 4

Gregorio Montero González, presidente de la Sociedad Española de Ciencias Forestales

28

Ismael Muñoz

Pablo Campos Palacín, investigador del Grupo de Economía Ambiental del Centro Superior de Investigaciones Científicas

42

16

I.M.L.

María Gafo Gómez-Zamalloa, Jefa del Sector Forestal de la Unidad "Bioenergía, Cambio Climático y Bosques" de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea

54

de sanidad forestal y biodiversidad

I.M.L.

José Antonio Vega Hidalgo, investigador del Centro de Investigación Forestal de Lourizán

74

Gestión forestal sostenible en plantaciones de chopo: criterios

Eduardo Rojas Briales, Director Forestal de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO

64

I.M.L.

I.M.L.

Jorge Martín García

38

Manuel María Ruiz Urrestarazu, Ingeniero de Montes miembro de la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia

58

Visitas de Campo

63

Mesas Temáticas

70

Vitoria, Capital Verde Europea

79

Libros

I.M.L.

Estudio de la capacidad de nado del barbo ibérico (Luciobarbo bocagei) y de la boga del Duero (Pseudochondrostoma duriense)

Nuria Ramos González

48

Control cultural de la podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi en dehesas de encina

María Socorro Serrano Moral

“Impreso en papel certificado que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y fuentes controladas”


editorial

6.º Congreso Forestal Español

E

l Congreso Forestal Español en su 6.ª edición se celebrará en Vitoria-Gasteiz los próximos 10 al 14 de Junio. Pasados veinte años desde el primer congreso en el año 1993 en Pontevedra, y con etapas en Pamplona en el año 1997, Granada en 2001, Zaragoza en 2005 y Ávila el pasado 2009, se ha consolidado como el evento científicotécnico de mayor relieve del sector forestal en España. Esta iniciativa, planteada en su inicio desde un marcado carácter científico, ha ido paulatinamente ampliando su ámbito de convocatoria hasta convertirse en el congreso de referencia no solo de la ciencia forestal sino también de la gestión en este ámbito, así como para las empresas del sector, las diferentes administraciones y los propietarios forestales; finalmente, la voz que plantea al conjunto de la sociedad española los avances, inquietudes, problemas y propuestas de todo un sector productivo. Llama la atención, por no decir que sorprende, que eventos con tal formato y tamaña dimensión, con la carga de responsabilidad que su desarrollo acarrea de principio a fin, hayan sido asumidos casi de forma exclusiva por la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF), una pequeña sociedad científica que se nutre exclusivamente de las aportaciones económicas

de sus socios, cuyo número de miembros ronda en la actualidad los 850. La respuesta hay que buscarla, en parte al menos, en la estructura y el funcionamiento de la propia SECF. Su organización en grupos de trabajo, que abarcan cuantas disciplinas entran en contacto con la ciencia y la técnica forestales, es el caldo de cultivo que hace posible el mantenimiento de foros permanentes en los que investigadores y profesionales -no exclusivamente forestales, también de campos afines o relacionados en cierta manera con el ramo: biología, economía, geología, historia, geografía...- discuten y debaten los progresos en los diferentes frentes de actuación. El mundo académico no es un colectivo ajeno en estos trabajos, y la presencia de profesionales y docentes queda patente en las publicaciones de los Cuadernos de la SECF, donde se recopilan las ponencias y comunicaciones de las diferentes reuniones que se mantienen con carácter periódico y donde se debate todo lo relacionado con una amplia panoplia de temas: Selvicultura, Gestión Sostenible y Multifuncional, Ecología Forestal, Economía Forestal, Hidrología y Restauración Forestal, Espacios Naturales Protegidos, Incendios Forestales, Genética Forestal, Biometría y Modelización Forestal, Sistemas Agrosilvopastorales, Micología Forestal, Fauna Silvestre, Botánica Forestal, Ecología, Ecofisiología y Suelos Forestales,

El Congreso Forestal Español se ha consolidado como el evento científico-técnico de mayor relieve del sector forestal en España. Ha ido paulatinamente ampliando su ámbito de convocatoria hasta convertirse en el congreso de referencia no solo de la ciencia forestal sino también de la gestión Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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Historia Forestal, etc. Por tanto, los contenidos del Congreso Forestal se nutren en buena medida de esa actividad científico-técnica permanente que representan los grupos de trabajo. En el aspecto económico, hasta el presente la organización ha sido posible gracias a las cuotas de los participantes, el apoyo de algunas de las empresas del sector y, fundamentalmente, de las instituciones. En cada una de las ediciones, la comunidad Autónoma anfitriona ha apoyado logística y financieramente la organización, y por otra parte, el Ministerio responsable en materia forestal se ha implicado facilitando en la medida de lo posible recursos y medios. La crisis económica ya se apuntaba en la 5.ª edición de Ávila. La palabra que se ha puesto de moda, "recortes", ya aparecía en el editorial que se publicó en FORESTA para presentar aquel Congreso. No obstante, a pesar de las dificultades que entrañaba su celebración, puesto que los fondos para sufragar partidas de gasto en congresos, ferias y comunicación se veían afectados, gracias al apoyo de la Junta de Castilla y León y del propio Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, la celebración fue un rotundo éxito de participación. El evento congregó a más de 1.400 congresistas, se presentaron 724 comunicaciones, se celebraron once conferencias temáticas, cinco conferencias magistrales correspondientes a diez mesas temáticas, nueve mesas redondas y numerosos seminarios. Supuso un verdadero hito entre los congresos celebrados hasta la fecha.

En el cierre de aquella edición se anunció que para el siguiente congreso se ofrecía como anfitriona la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. No pudo ser, a pesar de las reuniones mantenidas destinadas a perfilar todos los detalles, pues las dificultades económicas aducidas por la Comunidad hicieron naufragar el proyecto antes de firmarse el convenio de colaboración. Por si esto no fuera bastante, el otro apoyo fundamental, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a pesar de ostentar la máxima representación en materia ambiental a nivel nacional, declinó cualquier colaboración en el Congreso, lo que dejó a la SECF sola ante la responsabilidad de la celebración. Fueron momentos críticos, en los que incluso se llegó a plantear desconvocar el Congreso, mas la Junta Directiva decidió seguir adelante y hacer frente al reto con sus propios medios. Esta honrosa actitud, no amilanarse ante la adversidad y trabajar por cumplir con los compromisos a pesar de las circunstancias poco propicias, debería servir de ejemplo y acicate para otros estamentos, en los que la falta de confianza en las propias fuerzas está generando un ambiente de pesimismo que no favorece la salida de esta situación de crisis generalizada, tanto económica como institucional. Merced a esta valiente actitud y al loable ofrecimiento de colaboración, in extremis, de la Comunidad Autónoma del País Vasco, el Congreso va a poderse celebrar. Tal vez en una dimensión diferente a las anteriores, pero las 621 comunicaciones presentadas –más de 200

Vitoria y sus zonas ajardinadas acogen el 6.º Congreso Forestal Español

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expuestas en forma de póster, las veintinuna conferencias temáticas, cinco conferencias magistrales, sesenta y cuatro sesiones dinámicas, diez mesas temáticas y siete mesas redondas sobre temas de actualidad– ponen de manifiesto una respuesta masiva del sector forestal y su interés por participar en el Congreso. En esto no se detecta una merma significativa con respecto al conjunto de los Congresos anteriores. La enseñanza que cabe extraer de todo lo anterior es que cuando se quiere, se puede. Hay que vencer el desinterés, la apatía y el desánimo que se escudan en la situación de crisis imperante. También las diferentes

administraciones han de tomar nota. Solo trabajando se puede superar la desesperanza, mirar sin miedo el futuro. Desde Foresta nos hacemos partícipes de este mismo espíritu y nos sentimos implicados como el que más en conseguir el éxito de esta convocatoria. La presente revista, hecha con esfuerzo e ilusión y tan escasos medios como puede suponerse, es nuestra pequeña aportación, nuestro modesto pero ilusionado respaldo a la SECF, porque compartimos con la misma la confianza en nosotros mismos y en nuestras fuerzas. Nos vemos en Vitoria.

La enseñanza que cabe extraer de la organización de este congreso es que cuando se quiere, se puede. Hay que vencer el desinterés, la apatía y el desánimo que se escudan en la situación de crisis imperante. También las diferentes administraciones han de tomar nota. Solo trabajando se puede superar la desesperanza, mirar sin miedo el futuro. Desde Foresta nos hacemos partícipes de este mismo espíritu y nos sentimos implicados en conseguir el éxito de esta convocatoria.

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ACTUALIDAD

ENTREVISTA

Gregorio Montero González, presidente de la Sociedad Española de Ciencias Forestales

“A lo largo de la historia, ninguna sociedad ha podido vivir al margen de la ciencia” Ismael Muñoz Linares

Gregorio Montero se toma la entrevista casi como un examen. No opina generalidades, ni recurre al tópico fácil para explicar la situación de la ciencia y el sector forestal españoles. Aporta datos y hasta gráficos. No es una entrevista al uso por su extensión. Lo suyo son reflexiones en voz alta, después de años de análisis y sobre la base de su dilatada experiencia profesional en la gestión, en la enseñanza y, especialmente, en la investigación forestal. Sus opiniones tienen el valor de quien ha pasado por todos los trabajos del sector forestal, lo que le ha dado un conocimiento muy amplio de todas las necesidades y sensibilidades que habitan en el mismo.

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¿Cuáles son los principales objetivos de este 6.o Congreso Forestal Español? Como es natural, el principal objetivo es presentar los resultados de las investigaciones, experimentaciones y estudios llevados a cabo en los últimos años dentro del sector forestal. Por otro lado, el segundo objetivo que persigue el congreso es el de propiciar un lugar de encuentro entre representantes de la gestión y de las empresas forestales con los científicos, para fomentar los contactos y favorecer la transferencia de resultados. Se podría decir que los que trabajan en investigación muestran sus resultados y recaban información sobre las necesidades prioritarias para los gestores y técnicos de las empresas, y estos se informan sobre los principales avances que se han producido y valoran su utilidad para emprender procesos de innovación y desarrollo en su trabajo como gestores o como técnicos de empresas. El congreso permite, además, a gestores y empresas mostrar todos sus logros y resultados más importantes, lo cual repercute en un mejor conocimiento de todo por todos. ¿Cuál es la principal diferencia entre la organización de este Congreso con respecto al anterior que se celebró en Ávila? La organización es similar a la del 5.o Congreso Forestal Español que se celebró en Ávila y, seguramente, muy similar a la de los cuatro que se celebraron con anterioridad. Si nos fijamos, la estructura del Congreso en Mesas Temáticas, Mesas Redondas, Sesiones dinámicas, etc., ha cambiado poco y es la habitual de cualquier congreso científico.

Lo que quizás haya cambiado de manera importante son los niveles de las instituciones que habían venido participando directamente en la organización y financiación de los congresos anteriores. Hasta ahora, el Congreso Forestal Español se había venido celebrando de manera itinerante en las diferentes Comunidades Autónomas: Pontevedra 1993, Pamplona 1997, Granada 2001, Zaragoza 2005, Ávila 2009 y este 6.o Congreso que se celebrará en Vitoria-Gasteiz del 10 al 14 de junio de 2013. En todos ellos la organización y financiación ha corrido a cargo de la Comunidad Autónoma en la que se celebraba (en torno al 25-30 %), el Ministerio de Agricultura o de Medio Ambiente, según las denominaciones del momento, con participaciones variables que pueden haber oscilado entre el 10 y el 20 %. El resto se financia con el patrocinio de empresas e instituciones oficiales y, sobre todo, con las cuotas de los congresistas y los fondos de la Sociedad Española de Ciencias Forestales (alrededor de un 50 %). Aragón en 2005 y Castilla y León en 2009 superaron el 25-30 % indicado. Pues bien, este año el MAGRAMA ha rechazado totalmente su participación en la organización y financiación del 6.o Congreso Forestal Español, por primera vez desde 1993, y esto debe ser lo que le resulta a usted sorprendente, igual que nos ha resultado a nosotros y a la mayoría de las personas, instituciones y empresas relacionadas con el sector forestal. Otra variación puede ser el importante apoyo recibido del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz aportando el Palacio de Congresos Europa de forma gratuita

durante toda la semana, y aprovecho, para mostrarle nuestro agradecimiento, una vez más. La Diputación Foral de Álava y el Gobierno Vasco, pese a su tardía incorporación al proyecto, han colaborado de forma modesta, con apoyo financiero, y sobre todo nos han ofrecido un fuerte apoyo institucional. La Fundación Biodiversidad, Tragsa, Stihl y la Obra Social de la Caja de Ahorros de Álava han hecho un importante esfuerzo en su contribución al 6.o Congreso. En fin, para finalizar, decir que lo que ha cambiado es el origen de la financiación del Congreso, más que la organización y estructura del mismo. En estas condiciones, se celebrará un congreso con similares contenidos científico-técnicos; con una asistencia que estimamos que superará las 650-750 personas, un poco más de la mitad de la asistencia que se produjo en el Congreso de Ávila de 2009, que ha sido el más concurrido; y en el que la Sociedad de Ciencias Forestales asume una parte mucho mayor de la financiación del mismo. En este sentido, estamos satisfechos de haber logrado organizar el 6.o Congreso Forestal Español con ayuda de las instituciones y empresas mencionadas, pero sin la participación de la Administración General y de la Comunidad Autónoma en la organización del mismo. Me pregunta que por qué ha sucedido así, yo no lo sé, seguramente de esto, como de casi todo, se puede culpar a la crisis. Por otro lado, la SECF mantiene y refuerza su control en la organización del Congreso Forestal, pero ya conoce el dicho de que “la libertad tiene un precio”.

El principal objetivo es presentar los resultados de las investigaciones, experimentaciones y estudios llevados a cabo en los últimos años dentro del sector forestal. El segundo objetivo que persigue el Congreso es propiciar un lugar de encuentro entre representantes de la gestión y de las empresas forestales con los científicos, para fomentar los contactos y favorecer la transferencia de resultados Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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¿Cómo puede una Sociedad Científica con poco más de 800 socios y una cuota de 50 € al año ser la principal promotora de la comunicación científica forestal en España? No lo sé, la verdad es que la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF), desde su creación en 1991, ha desarrollado una actividad muy relevante de fomento de la ciencia y la técnica forestales y de su divulgación. Se han organizado más de 40 congresos, reuniones o seminarios temáticos, es decir, sobre aspectos concretos de la ciencia o técnica forestales, organizado por alguno de los 20 grupos de trabajo que tiene la SECF. Hemos participado en numerosas reuniones con las administraciones forestales General y Autonómicas, empresas y con otras sociedades y asociaciones de carácter forestal. Y hemos publicado más de 40 libros con los resultados de las reuniones científicas, seminarios y congresos organizados por los grupos de trabajo, son los conocidos “Cuadernos de la SECF”, el Diccionario Forestal y otros. Además, la Sociedad Española de Ciencias Forestales ha publicado 3.390 ponencias o comunicaciones presentadas a los seis Congresos Forestales. La afluencia de participantes, en este aspecto, va creciendo como lo demuestran las siguientes cifras: Pontevedra 1991: 350 comunicaciones; Pamplona 1997: 495 comunicaciones; Granada 2001: 629 comunicaciones; Zaragoza 2005: 571 comunicaciones; Ávila 2009: 724 comunicaciones y Vitoria-Gasteiz 2013: 625 comunicaciones. En la creación de esta biblioteca, o base de datos bibliográfica, han participado más de 11.500 personas, profesionales del sector forestal, o relacionadas con el mismo, la mayoría científicos y técnicos que han aportado

sus artículos en los Cuadernos de la SECF, han colaborado en la realización del Diccionario Forestal y han presentado artículos o comunicaciones a los diversos Congresos Forestales, todo ello de forma totalmente gratuita. Naturalmente, la SECF ha corrido con los gastos de organización de las reuniones y de la publicación en papel y electrónica de toda la documentación mencionada y, en ocasiones, ha recibido ayudas puntuales de Universidades y otras instituciones. Toda esta actividad se ha llevado a cabo por los socios de la SECF (coordinadores de los Grupos de Trabajo, Junta Directiva y socios) y otras personas que, sin pertenecer a ninguno de los grupos mencionados, colaboran con la SECF participando en reuniones, seminarios y congresos, aportando sus conocimientos, sus experiencias y plasmándolas en trabajos concretos que la SECF ha publicado y seguirá publicando. Gracias a ellos, que son muchos, y no solo a los socios de la SECF, ha sido posible realizar este inmenso trabajo de fomento y divulgación de la ciencia forestal a que usted se refiere en la pregunta. Para finalizar, quizás convendría resaltar que la SECF ha recibido y recibe muchos más apoyos de personas individuales que con los socios colaboran en este “voluntariado forestal” que de las instituciones y empresas forestales, de las que solamente algunas han contribuido de manera significativa a los logros de la SECF. En el hecho de que la SECF no practica seguidismo político alguno y en que seguramente es cierto aquello de “querer es poder”, puede estar basado ese calificativo que usted nos concede en la pregunta, tan importante para nosotros, de que la SECF es la principal promotora de comunicación científica forestal en España.

Estaba prevista su celebración en Castilla-La Mancha, ¿por qué se celebra en Vitoria-Gasteiz? La Comunidad de Castilla-La Mancha se ofreció para colaborar con la SECF en la organización y financiación del 6.o CFE en esa región en 2013. La oferta fue aprobada por la Asamblea General de la SECF de 24 de septiembre de 2009 celebrada en Ávila con motivo del 5.o CFE y fue comunicada por escrito al Consejero y al Director General correspondiente de dicha Comunidad. Durante los años 2010 y 2011 se produjeron varios contactos entre los responsables de la Junta de Comunidades y de la SECF; en esas reuniones se acordó la aportación financiera que la Junta haría al 6.o CFE, lo que se tradujo en un convenio de colaboración que después hubo que transformar en un Decreto de subvención y que finalmente no pudo ser aprobado por los responsables de la Consejería del Gobierno saliente. En junio de 2011 nos pusimos en contacto con el nuevo Director General de Montes y el 13 de octubre tuvimos nuestra primera entrevista con él. En esas mismas fechas nos entrevistamos de manera informal con la nueva Consejera de Agricultura y tuvimos ocasión de tratar el tema. Después de varios contactos se volvió a redactar el Decreto de Subvención en los mismos términos que el anterior pero con una participación menor de la Junta. En enero-febrero de 2012 se formó un grupo de trabajo paritario formado por el Director General de Montes y el Presidente de la SECF y tres personas más por cada parte. Se celebraron dos reuniones los días 7 y 28 de febrero, en las cuales se avanzó en los contenidos y estructura que debería tener el 6.o CFE. Se aprobó el lugar (Palacio de Congreso de Albacete) y fecha de

El inmenso trabajo de fomento y divulgación de la ciencia forestal que ha hecho la SECF ha sido posible gracias a sus socios y a otras personas que colaboran con la SECF participando en reuniones, seminarios y congresos, aportando sus conocimientos y experiencias. 6

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celebración, así como los contenidos de la primera circular que habría de comunicar la celebración del 6.o CFE a los socios y resto del sector forestal. Cuando se iba a celebrar la tercera reunión de este Comité de organización, la Junta, a través del Director General de Montes, nos comunicó que, por motivos económicos, no se podrían conceder subvenciones y, por consiguiente, habrían decidido romper las relaciones con la SECF en lo relativo a la organización y financiación del 6.o CFE. Por parte de la SECF, y en esa misma conversación, se intentó reconducir el proceso, aun a costa de recibir una financiación menor de la comprometida, siempre que se ofreciese por parte de la Junta un apoyo institucional mayor, financiación del Palacio de Congresos de Albacete, etc., pero no fue posible. Para colmo de males, unos días antes habíamos recibido una negativa, en términos aún más rotundos, por parte de la Dirección General de Desarrollo Rural del MAGRAMA, que como sabe incluye también a la Subdirección General de Silvicultura y Montes, heredera, en parte, de la antigua Dirección General del Medio Natural, con la cual teníamos un convenio y un protocolo de entendimiento para la participación del MAGRAMA en la organización y financiación parcial del 6.o CFE. Se nos dijo que no podían colaborar ni con financiación ni con apoyo institucional alguno. En fin, estábamos a finales de marzo de 2012 y nos encontramos con que no teníamos ningún apoyo financiero por parte de la Junta de Castilla-La Mancha ni por parte del MAGRAMA. Decidimos seguir adelante y comenzar a organizar el 6.o CFE en solitario.

En mayo-junio, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz nos ofreció el Palacio de Congresos Europa para la celebración del congreso, y a partir de ahí comenzamos la organización y buscamos la colaboración de la Diputación Foral de Álava y más tarde la de las Diputaciones de Vizcaya, Guipúzcoa y el Gobierno Vasco. Todos ellos han apoyado modestamente, en la medida que ha sido posible, la celebración del Congreso en VitoriaGasteiz, y las cosas hasta ahora están saliendo muy bien. Nadie puede negar que a lo largo de la historia los forestales españoles han sido capaces de “hacer mucho con muy poco”. Con presupuestos muy reducidos, y casi siempre a la baja, se han hecho obras con un valor ambiental, económico y social enorme por los beneficios que brinda a la sociedad. Algo que puede ser un valor positivo, la austeridad, ¿se ha convertido en un estigma para los forestales y su trabajo? Sí, la actividad forestal siempre ha sido austera, quizás debido a la escasa rentabilidad económica de la mayoría de las actividades del sector. En el sector forestal, salvo algunas excepciones, que están más cerca del sector químico o industrial que de la gestión forestal, las inversiones suelen tener poca rentabilidad privada, aunque tengan gran rentabilidad pública. Por este motivo, los profesionales han aprendido a trabajar con medios limitados y basados más en aprovechar lo que podríamos llamar “las fuerzas de la naturaleza”, que en utilizar grandes infraestructuras o transformaciones del medio muy sofisticadas técnicamente.

Otras ingenierías, cuando realizan obra civil parecida a la que se hace más frecuentemente en ingeniería forestal utilizan medios y materiales más costosos y no por ello logran resultados mejores. Las obras de corrección de torrentes, aludes, repoblación de cuencas hidrográficas, dunas, etc. han dado unos resultados, por lo general, muy buenos y se han hecho, sobre todo hasta los años 1985-90, con técnicas muy refinadas pero con inversiones muy pequeñas por unidad de obra. Sí, podría decirse que existe en la ingeniería forestal cierta experiencia en trabajar a bajo costo y ello se puede deber a lo que le decía al principio que los retornos del capital invertido, en términos de rentabilidad económica, cuando hay alguna, son muy bajos. El sector tiene pocos medios para invertir y si no se hace de forma muy económica no se podría hacer casi nada. Visto así, se podría decir que la austeridad (hacer lo más posible con lo mínimo necesario) puede ser una marca o estigma asociado a la profesión forestal. No creo que pueda asociarse a los forestales a título personal, que en principio no tienen por qué ser más austeros que otros profesionales. El forestal español ¿es, por definición, estoico? Yo creo que no, o al menos no más que otros gremios. Es posible que la profesión tenga un componente mayor de lo que suele llamarse “vocacional”, y eso hace que en ocasiones haya que aguantar estrecheces, críticas (no siempre fundadas) e incomprensión de la sociedad para la que casi siempre trabajamos.

La actividad forestal siempre ha sido austera, quizás debido a la escasa rentabilidad económica de la mayoría de las actividades del sector. Salvo algunas excepciones, las inversiones suelen tener poca rentabilidad privada, aunque tengan gran rentabilidad pública. Por este motivo, los profesionales han aprendido a trabajar con medios limitados y basados más en aprovechar lo que podríamos llamar “las fuerzas de la naturaleza”, que en utilizar grandes infraestructuras o transformaciones del medio muy sofisticadas técnicamente Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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Yo creo que el forestal no es más estoico que otros gremios. Es posible que la profesión tenga un componente mayor de lo que suele llamarse “vocacional”, y eso hace que en ocasiones haya que aguantar estrecheces, críticas (no siempre fundadas) e incomprensión de la sociedad para la que casi siempre trabajamos Esta profesión no solo estudia y descubre el medio natural, sino que, una vez estudiado, diagnostica e interviene para mejorarlo. Es una ciencia que pertenece al positivismo. El hecho de diagnosticar e intervenir lleva consigo la posibilidad de errar en el diagnóstico, o de no acertar con la mejor solución para mejorar lo que se considera que es susceptible de ello. Estas peculiaridades del trabajo o la técnica forestales traen consigo críticas, que no se hacen a otros naturalistas que estudian y descubren el medio, a veces diagnostican, pero pocas veces intervienen. Por otra parte, el hecho de que tradicionalmente los forestales hayan tenido la misión de cuidar el monte (hacer labores de policía y vigilancia) y a la vez la responsabilidad de gestionarlo no siempre ha sido bien entendido por la sociedad rural, que a veces siente, o sentía hace años, que podrían lesionarse sus intereses inmediatos, pastoreo, leñas, etc. Y todo esto ha ejercido, a

veces, una fuerte presión social sobre la actividad profesional, y en ocasiones sobre las personas, que ha sido necesario aguantar con cierto grado de estoicismo. En cualquier caso, no somos únicos, hay otras profesiones que se ven sometidas a presiones similares y aguantan, no sé si de manera estoica, las estrecheces del medio y las críticas de la sociedad. A título personal, yo creo que los forestales no viven una vida estoica, sino más bien de disfrute de una profesión privilegiada que nos permite trabajar en aquello que nos gusta y cobrar sueldos (casi siempre comparativamente bajos) pero que permiten vivir moderadamente bien. Todos estamos de acuerdo en que es una profesión maravillosa, pero algún inconveniente tenía que tener. ¿Cómo han afectado los recortes públicos a la ciencia forestal en España? La ciencia forestal se financia de

los programas nacionales y regionales que emanan del Programa Marco Europeo, el Plan Nacional, actualmente Plan Estatal de Ciencia y Tecnología, y los Planes Regionales, estos últimos en muy pequeña medida porque pocas comunidades autónomas financian investigación forestal. En los últimos años, los recortes del Plan Nacional han sido superiores al 40 % y los planes autonómicos de investigación prácticamente han desaparecido, lo que está suponiendo un golpe muy fuerte para la financiación de la investigación forestal. Las plantillas son pequeñas, se están restringiendo contratos en los centros de investigación forestal y en las universidades y Escuelas Técnicas Forestales han disminuido las becas y se han reducido enormemente los programas de movilidad. La reposición de plazas está prácticamente bloqueada y está cundiendo el desánimo. Cualquiera puede decir que lo mismo le pasa a

Figura 1.-Número de artículos publicados anualmente por autores españoles en revistas internacionales incluidas en el ISI

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otras actividades científicas, incluso algunas consideradas más prioritarias que la forestal, pero en nuestro caso, y debido a que la actividad científica forestal en términos comparativos con otras ciencias y medida en términos de producción científica con los baremos actuales es una actividad que está en pleno crecimiento, es joven y si se le resta financiación y apoyo puede caer muy fuertemente en muy poco tiempo. El crecimiento de las Ciencias Forestales, medido por el número de artículos publicados en revistas internacionales conocidas como “revistas de impacto”, ha sido espectacular en los últimos 15-20 años, como se demuestra en la Figura 1. Otro tanto se puede decir del número de veces que esas publicaciones han sido citadas por autores que publican en esas mismas revistas internacionales o de “impacto”. Esto indica que los trabajos de autores españoles son cada vez más leídos por científicos españoles o extranjeros. Figura 2. Si comparamos el número de artículos publicados en España con el resto de la Unión Europea, vuelve a ponerse de manifiesto el espectacular crecimiento de nuestro país en los últimos 16 años (1996-2011), y actualmente somos el cuarto país europeo en publicaciones forestales. Figura 3. Pero lo malo no es cómo los recortes han afectado hasta ahora que, según parece, el número de publicaciones sigue creciendo, sino cómo se va a notar en los próximos años. Las publicaciones aparecen después de desarrollar un proyecto de investigación, que suele durar 3-4 años. Los que se están desarrollando ahora rendirán sus resultados dentro de otros 3 o 4 años.

Figura 2.- Número de citas bibliográficas de artículos publicados por autores españoles en revistas internacionales de impacto (1994-2012)

Figura 3.- Número de artículos publicados en revistas forestales de carácter internacional e incluidas en el ISI

En los últimos años, los recortes del Plan Nacional de Ciencia han sido superiores al 40 % y los planes autonómicos de investigación prácticamente han desaparecido, lo que está suponiendo un golpe muy fuerte para la financiación de la investigación forestal. Las plantillas son pequeñas, se están restringiendo contratos en los centros de investigación forestal y en las universidades han disminuido las becas. La reposición de plazas está prácticamente bloqueada y está cundiendo el desánimo Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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¿En qué medida se tiene en cuenta la ciencia en el trabajo diario de gestión forestal? Supongo que en la medida en que se puede. La sociedad actual acepta el aprovechamiento económico y sostenido de los bosques, pero exige que los métodos y técnicas de gestión sean sostenibles, multifuncionales y que garanticen, sin ningún género de dudas, la salud y la persistencia del bosque, para que puedan seguir cumpliendo el resto de sus funciones ecológicas, paisajísticas y culturales. No es del todo cierto que las sociedades industrializadas hayan prescindido del uso y aprovechamiento de sus bosques para fines económicos, como a veces se afirma, de forma en exceso generalizada. Lo que pasa es que ese tipo de sociedades exigen la existencia de bosques multifuncionales y que estos sean gestionados como tales de forma adecuada. En este sentido muchos pensamos que la ciencia y técnica forestales en España cuenta con conocimientos, no me atrevo a decir totalmente suficientes, pero sí en muchos casos importantes para innovar y poner en marcha nuevos métodos de gestión y su aplicación en las principales especies forestales españolas. Se suele aceptar que existe más conocimiento que el que se aplica en la gestión habitual. Es decir, se sabe más de lo que se aplica y, por otra parte, es necesario reformar, innovar o generar nuevos métodos de tratamiento y gestión de las masas forestales. ¿Por qué no se hace esa innovación, o se lleva a cabo de manera más lenta de lo que cabría esperar? Si existen conocimientos y profesionales capacitados para aplicarlos, y ambas cosas son verdad,

algo debe de fallar en los sistemas de transferencia de conocimiento o en los medios necesarios para su aplicación. La innovación necesita inversión y ya comentábamos en una pregunta anterior que la inversión en el sector forestal es muy baja, seguramente porque la tasa de retorno es muy baja cuando se hace con fines económicos y porque se hace como subvención cuando se dirige a fines sociales, ambientales y de interés público. En nuestro caso, un porcentaje muy alto de la inversión pública se dedica a detección

y extinción de incendios forestales, se habla de más del 75 % de la inversión pública, y esto no deja fondos para otras actividades, como puede ser la gestión y la conservación o restauración de los sistemas forestales. Esta situación puede estar en el origen de la falta de innovación de la gestión cotidiana de nuestros bosques. Pero esto, con ser importante, no parece suficiente para justificar la falta de transferencia tecnológica, primero, y su aplicación después. Casi todo el mundo coincide en que se

Se suele aceptar que existe más conocimiento que el que se aplica en la gestión habitual. Es decir, se sabe más de lo que se aplica y, por otra parte, es necesario reformar, innovar o generar nuevos métodos de tratamiento y gestión de las masas forestales. Si existen conocimientos y profesionales capacitados para aplicarlos, algo debe de fallar en los sistemas de transferencia de conocimiento o en los medios necesarios para su aplicación 10

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transfiere muy poco conocimiento de la investigación-experimentación a la práctica profesional. A este respecto hay dos corrientes de opinión: los más cercanos a la gestión suelen defenderse diciendo que se transfiere poco porque hay poco conocimiento que se pueda considerar transferible, y esto lo relacionan con que los investigadores forestales de los últimos 15-20 años rehúsan hacer estudios aplicados, que por definición han de ser “validados” en su puesta en práctica inmediata. Otros aducen que los investigadores no conocen bien las necesidades del sector debido a que la mayoría se han formado fuera de él y con alguna frecuencia desconocen las técnicas que se aplican cotidianamente y sus necesidades de mejora. Se argumenta, en otras ocasiones, que la investigación aplicada que podría demandar el sector forestal no es atractiva para los investigadores, ya que estos desarrollan su carrera en instituciones, muchas veces ajenas a la gestión forestal y que esas instituciones y sus investigadores se rigen por otros baremos de rendimiento científico, entre los cuales la transferencia y la aplicabilidad de los resultado de un estudio suelen estar muy escasamente valorados. También se aduce, con frecuencia, que muchos de los trabajos científicos publicados se refieren a aspectos muy puntuales y difíciles de encajar en el complejo puzle de la gestión. Los más cercanos a la investigación suelen defenderse argumentando que se transfiere poco porque las empresas y gestores no demandan nuevos conocimientos ni nuevas tecnologías,

bien porque no saben que existen, bien porque no las necesitan para alcanzar sus objetivos. Algunos piensan que el objetivo de muchos gestores no es el de conseguir innovar los métodos de gestión, que bueno sería, si no el de obtener los escasos medios necesarios para lograr aplicar los métodos tradicionales, rutinarios y baratos que consideran que es mucho mejor que la no intervención o la no gestión. Otros opinan que basta con aplicar nuevas herramientas para considerar que ya se están innovando los métodos de gestión. Esta forma de proceder consiste en seguir haciendo lo mismo de siempre pero presentar resultados de forma más atractiva, dicen otros, y prosiguen diciendo que por el mero hecho de utilizar programas informáticos, sistemas de dibujo y representación geográfica, e incluso nuevas técnicas de inventariación, no se mejora la sostenibilidad o la multifuncionalidad de los viejos métodos de gestión forestal. También hay quién piensa que los centros de investigación están tan alejados, en nuestros casos, de las necesidades técnicas de la gestión que resulta difícil que los gestores confíen y se atrevan a poner en práctica los conocimientos que la investigación ofrece para resolver los problemas de aquella. También parece importante que, en ocasiones, los gestores forestales de los montes públicos, bien por vivir realidades ecológicas, económicas, paisajísticas o políticas diferentes en cada comunidad autónoma, por falta de coordinación entre ellos y por la dificultad intrínseca que supone, parece que no tienen bien definidas sus necesidades,

y por ello encuentran dificultades para formular una demanda de conocimiento aplicable a sus tareas diarias. Son muchos los que postulan que la investigación para ser más aplicable debe pasar de realizarse a escala de rodal a realizarse a escala de territorio, es decir, que la gestión de un monte tenga en cuenta, además de los conocimientos sobre la selvicultura y las producciones y servicios que presta, lo que ocurre a su alrededor, incorpore valores o aspectos que contribuyan más explícitamente al desarrollo rural, así como valores paisajísticos y ambientales más globales, como puede ser sus funciones en la regulación de cauces y la recarga de acuíferos en la cuenca hidrográfica, la fijación de carbono o el mantenimiento de los diferentes tipos de biodiversidad. Estas cuestiones no son nuevas en la gestión pero seguramente habrá que redefinir la forma de aplicarlas en los nuevos programas de gestión forestal. El asunto es complicado, porque no olvidemos que las intervenciones de cortas, restauración, mejora y conservación se hacen, y se han de seguir haciendo, casi siempre a escala microtopográfica, lo cual dificulta la puesta en práctica de la gestión a escala comarca, paisaje o cuenca hidrográfica, etc. Las dificultades aumentan, aún más, cuando se tienen en cuenta que muchas propiedades son privadas y, por consiguiente, hay que manejarlas de forma diferente a los montes públicos. En cualquier caso, en ese camino habrá que prosperar y no nos podemos rendir ante las primeras dificultades. Para terminar, me parece conve-

La innovación necesita inversión y la inversión en el sector forestal es muy baja. En nuestro caso, un porcentaje muy alto de la inversión pública se dedica a detección y extinción de incendios forestales, se habla de más del 75 % de la inversión pública, y esto no deja fondos para otras actividades, como puede ser la gestión y la conservación o restauración de los sistemas forestales. Esta situación puede estar en el origen de la falta de innovación de la gestión cotidiana de nuestros bosques. Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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La investigación forestal en España ha sido una actividad con escasa repercusión en la economía y en el desarrollo del sector y, como consecuencia, el sector sigue sin concederle la atención que a nuestro juicio merece. En demasiadas ocasiones, los técnicos y gestores de los montes (públicos y privados) están más interesados en repetir las técnicas y métodos tradicionales que en introducir innovaciones en los mismos. Hacen falta más técnicos innovadores capaces de adquirir conocimientos de la investigación y aplicarlos a la gestión, unos y otros estamos obligados a colaborar

niente resumir lo anterior en unas pocas frases que puedan ayudar a entender por qué hay poca investigación forestal y además se aplica menos de lo necesario: la investigación forestal en España ha sido una actividad con escasa repercusión en la economía y en el desarrollo del sector y, como consecuencia, el sector sigue sin concederle la atención que a nuestro juicio merece. En demasiadas ocasiones, los técnicos y gestores de los montes (públicos y privados) están más interesados en repetir las técnicas y métodos tradicionales que en introducir innovaciones en los mismos, y todo ello a pesar de que la sociedad lo demanda cada vez con mayor fuerza. Por otra parte, los técnicos no pueden continuar como meros repetidores de las técnicas aprendidas y aplicadas de generación en generación, por muy buenas que estas hayan sido. O dicho de otro modo, hacen falta más técnicos innovadores capaces de adquirir conocimientos de la investigación y aplicarlos a la gestión; unos y otros estamos obligados a colaborar para cumplir, de manera más eficaz, las misiones que tenemos encomendadas por la sociedad actual. ¿Puede una sociedad vivir de espaldas a la ciencia? Si es que sí puede, ¿debería hacerlo? Nunca a lo largo de la historia ninguna sociedad ha podido vivir al margen de la ciencia. No sé si se puede decir

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tan rotundamente, pero parece que los pueblos más primitivos tenían que indagar sobre cuestiones de supervivencia para no ser aniquilados o desplazados por otros en la carrera de la competitividad. Es decir, así de forma muy genérica, bastante parecido a lo que sucede en estos momentos. Ahora que estamos en lo que se denomina “sociedad del conocimiento”, de mejora de la competitividad y del bienestar social a través de la tecnología, es evidente que no se puede sobrevivir de espaldas a la ciencia y menos en un mundo globalizado, donde no quedan reductos o nichos que escapen a la internalización de todo, y especialmente, de la ciencia. Viene al caso comentar el famoso dicho de “tú puedes decidir pararte, pero el mundo sigue avanzando, no va a esperar por ti”. Como es bien sabido “el progreso de la Ciencia es imparable”. En el sector forestal, en ocasiones, parece que no estamos todos muy convencidos de ello y por diversos motivos no se nos ve como unos entusiastas de la innovación. Ningún sector productivo puede sobrevivir sin investigación e innovación. Fijémonos en sectores como el farmacéutico y el industrial, e incluso la agricultura se ha tecnificado a gran velocidad en los últimos años. Ya sé que el sector forestal tiene algunas peculiaridades que hemos comentado antes que hace más difícil que cualquier innovación sea rentable, pero eso no significa que no tenga la necesidad de intentarlo allí donde se pueda.

Hay ejemplos muy claros en la gestión forestal: la sociedad demanda nuevos métodos de gestión, nuevas formas de hacer las cosas, es decir, demanda innovación, y los nuevos conocimientos para formular nuevos métodos y técnicas de gestión tienen que venir necesariamente de la investigación forestal. Otro tanto pasa en las industrias forestales: parece evidente que hay que avanzar en la elaboración de nuevos productos que se adapten y permitan aprovechar mejor la madera de pequeñas dimensiones de las especies mediterráneas a través de la innovación de procesos y desarrollo de nuevas tecnologías. Se puede afirmar que en el sector forestal, como en todo, sin investigación no puede haber innovación ni desarrollo de nuevos procesos capaces de cambiar, significativamente, la situación actual y, por tanto, no puede generarse riqueza a escala competitiva. No olvidemos que los elevados costos de la gestión han propiciado que la demanda de productos forestales y la capacidad de transformarlos a bajo coste (en toda la UE) se haya trasladado a los países del Este europeo, mientras que la capacidad de producir materias primas a bajo coste se ha trasladado a África y América del Sur. En España este proceso está aún más acentuado. En el sector forestal español, el fomento de la investigación para generar nuevos conocimientos y su posterior transferencia al sector para ser aplicados es cada vez más indispensable.

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Ahora que estamos en lo que se denomina “sociedad del conocimiento”, de mejora de la competitividad y del bienestar social a través de la tecnología, es evidente que no se puede sobrevivir de espaldas a la ciencia y menos en un mundo globalizado, donde no quedan nichos que escapen a la internalización, y especialmente, de la ciencia. Ningún sector productivo puede sobrevivir sin investigación e innovación

Dígame tres aportaciones científicas al sector forestal en los últimos cuatro años, desde el último congreso de la SECF. La Ciencia Forestal en España y en todo el mundo se hace desde Instituciones muy diversas: Centros de Investigación Forestal, Centros de Investigaciones Ecológicas, Ambientales, Escuelas Forestales, Facultades de Biología, Geografía y Planificación Territorial, Centros Tecnológicos, etc., lo que da lugar a trabajos con diferentes visiones de la Ciencia Forestal, entendida en sentido más o menos amplio. La Investigación en gestión forestal, como medio para la mejora de métodos de aprovechamientos y regeneración, técnicas de producción, modelos de crecimiento, evaluación económica, ambiental y social de los bosques, métodos de gestión sostenible y multifuncionales, es cada vez menor en nuestro país, y va cediendo terreno, cada vez más deprisa, a favor de una investigación más general orientada a obtener conocimientos sobre la estructura, dinámica y funcionamiento de los sistemas forestales, y casi siempre despreocupada por la gestión forestal, aunque en general suele decirse de ella que es una investigación que mejora las “bases de la gestión forestal”, pero

pocas veces es capaz de conectar con ella a escala de aplicación. Con frecuencia la investigación forestal es una investigación que va avanzando de forma aproximativa, no suelen producirse grandes “saltos” ni aparecen grandes teorías que defiendan hipótesis o metodologías revolucionarias. Eso queda más para la Física, la Química y ahora también para la Biología molecular. En nuestro caso, se producen avances, pero de una manera más lenta y continuista, refiriéndome a esa investigación más relacionada con la gestión forestal, más aplicada. Aun así, en los últimos cuatro años se ha avanzado significativamente: 1. Valorización del monte: Desarrollo de técnicas de valoración de las rentas de capital, ambiental y social del monte. 2. Mejora de los métodos de estimación de biomasa forestal, su aplicación energética y fijación de carbono. 3. Modelos de crecimiento, producción, regeneración y gestión para las principales especies forestales. 4. Mejora de métodos y herramientas para el desarrollo de métodos de selvicultura adaptativa. 5. Nuevas tecnologías, avances meto-

dológicos de inventariación e información forestal. 6. Se han mejorado las bases científicas para la aplicación de una selvicultura multifuncional. 7. Mejora del conocimiento del impacto del cambio climático en los sistemas forestales. Naturalmente, se pueden haber producido avances en otros aspectos que yo desconozca o no haya sabido valorar en sus justos términos. ¿Cómo se las explicaría a un grupo de ciudadanos entre 25 y 65 años con niveles culturales y formativos muy distintos? Les explicaría que los montes españoles son territorios en los que ha intervenido el hombre desde hace cientos o miles de años, según los casos, con pastoreo, fuego, recogidas de frutos, leñas, etc. Les intentaría explicar que muchos bosques que hoy se presentan antes ellos como zonas asilvestradas, con aspecto de paisajes totalmente naturales, han sido, en muchos casos, aprovechados y alterados por la acción del hombre. Les diría que el bosque tiene un gran poder de recuperación y cierra, con más o menos prontitud, las alteraciones causadas por el hombre si estas no son irreversibles.

Con frecuencia la investigación forestal es una investigación que va avanzando de forma aproximativa, no suelen producirse grandes “saltos” ni aparecen grandes teorías que defiendan hipótesis o metodologías revolucionarias. Eso queda más para la Física, la Química y ahora también para la Biología molecular Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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Les contaría que existe una ciencia y una técnica forestales que permiten gestionar el monte de una manera sostenible, de tal forma que se pueden extraer productos del mismo sin perjudicar funciones ecológicas, funcionalidad biológica, paisaje, biodiversidad, refugio y hábitat de vida silvestre, purificación del aire y del agua y recarga de los acuíferos, fuentes, ríos y arroyos. Es más, les aseguraría que, en muchos casos, una gestión forestal sostenible y multifuncional puede crear y conservar estructuras de hábitat más diversos e interesantes para el fomento de la biodiversidad que las conseguidas por esos mismos ecosistemas en ausencia de gestión forestal. Les explicaría que, como ellos bien saben, los montes cumplen muchas funciones simultáneamente (producción, paisaje, recreo…) y que la selvicultura multifuncional significa que todas esas funciones han de ser tenidas en cuenta, han de ser aprovechadas y mejoradas de una u otra forma. Que para eso existen unos especialistas que saben conjugar todas esas funciones según la importancia que se quiera dar a cada una de ellas: esas personas son los técnicos forestales o gestores del monte. Y para explicarles la importancia de los avances en investigación, a que hacíamos referencia en la pregunta anterior, les haría ver cómo esos conocimientos obtenidos por la investigación ayudan mucho a conocer y valorar cada una de esas variadas funciones del monte, y por tanto, esa selvicultura multifuncional irá siendo cada vez más perfecta y más compatible con el aspecto de naturalidad del bosque, y que por todo eso los avances en la investigación que permiten mejorar las técnicas de gestión son tan importan-

tes para la buena salud y conservación de los bosques. Les diría también que la sociedad puede estar tranquila, porque existen conocimientos y especialistas que saben cómo gestionar nuestros montes y obtener productos o servicios de ellos sin riesgo para su conservación. Finalizaría aconsejándoles que en esto, como en otras actividades (Sanidad, Educación, etc.), aunque las cosas se están haciendo moderadamente bien hay que permanecer vigilantes y poner todo lo que esté de su parte (la sociedad) para que cada día se hagan mejor. ¿Qué le falta a la ciencia forestal para ser más visible socialmente? Poca gente sabe que la ciencia forestal, medida por el número de publicaciones hechas en las llamadas “revistas de impacto”, ha crecido de manera constante y muy rápidamente en los últimos 20 años, hasta convertirnos en el cuarto país europeo, solo detrás de Reino Unido, Alemania y Francia, y en el undécimo país del mundo. Somos, además, el octavo país de Europa en número de citas (número de veces que algún autor que ha publicado un trabajo en una revista forestal de impacto ha citado algún artículo cuyos autores eran españoles). Es decir, aunque de forma modesta, la investigación forestal española es conocida ya entre los investigadores forestales europeos y americanos. También hay que decir que nuestro país es uno de los que menos transferencia de resultados hace a las empresas, y por tanto, no logra trasformar en riqueza los resultados de la investigación en la medida que cabría esperar, vista su alta producción científica. Aun con todo esto, el sector forestal en España, medido en términos econó-

micos, es poco significativo, por lo tanto es lógico que salgan pocas noticias en los medios sobre avances tecnológicos significativos susceptibles de interesar a un gran segmento de la sociedad. Como consecuencia de ello, la investigación o la ciencia forestal tienen poca visibilidad en nuestra sociedad. Como usted sabe, para que una actividad salte a los medios de comunicación hace falta que esa actividad tenga un volumen suficiente para poder generar noticias de interés general, además de ser demandada por los medios de comunicación. La Sociedad Española de Ciencias Forestales está desarrollando una labor interesante en la divulgación de las ciencias forestales. En un momento de crisis económica y financiera como el que vivimos, el axioma “incuestionable” del recorte parece cebarse con todo lo que no proporciona beneficios económicos inmediatos, ¿qué puede aportar el sector forestal para salir de ella? La superficie forestal ronda el 54 % de la superficie española, y casi toda esa superficie está asociada al medio rural. Por consiguiente, y aunque el actual decreto de desarrollo rural se haya desarrollado de espaldas al sector forestal, es evidente que los bosques y otros sistemas forestales tendrán que tener un peso más importante en ese desarrollo rural, no solo como productos de riqueza ambiental, sino como generadores de producciones y servicios que son imprescindibles para el desarrollo. Se acepta también que el bosque es un componente claro del paisaje en España, y que en muchas zonas montañosas y rurales no podría haber desarrollo rural sin su presencia (turismo rural).

Alcanzar en España la media europea (UE-15) supondría la creación de 21.000 puestos de trabajo en tareas de campo. Si tienen en cuenta otras fuentes de empleo tales como: “aprovechamiento de biomasa forestal, de frutos del monte y setas, así como el incremento del ocio y del turismo forestal, se estima que podrían crearse entre 25.000 y 35.000 puestos de trabajo para personal cualificado 14

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Es indudable que el sector forestal, además, puede hacer una gran contribución a la economía, poniendo en el mercado considerables cantidades de materias primas renovables con gran capacidad de reutilización, lo que redundaría muy positivamente en el empleo rural. En España, cerca de 200.000 personas trabajan directamente en el sector forestal, lo que equivale al 1,3 % de la población activa. En términos comparativos, tenemos menos empleo forestal por hectárea de bosque que la UE-27, sobre todo en lo referente al subsector de trabajo conocido como selvicultura y explotación forestal. Pues bien, la puesta en producción de nuestros bosques, que están siendo muy débilmente gestionados, como, por ejemplo, cortar alrededor de 30 millones de m3 al año en lugar de los 15-16 millones de m3 que estamos cortando, e intensificar la limpieza de parte del matorral podría incrementar los puestos de trabajo en el sector forestal en más de un 50 %, generando el doble de riqueza que actualmente genera. Alcanzar en España la media europea (UE-15) supondría la creación de 21.000 puestos de trabajo en tareas de campo, sobre los 25.000 que se dice que hay actualmente. Alcanzar la media de la UE-27 supondría bastante más. Si se tienen en cuenta otras fuentes de empleo tales como: aprovechamiento de biomasa forestal, de piñón, de castaña y otros frutos del monte y setas, así como el incremento del ocio y del turismo forestal, monitores de senderismo y construcción de rutas, guías de la naturaleza para hoteles y centros de turismo rural y creación de empresas de turismo rural, se estima

que podrían crearse entre 25.000 y 35.000 puestos de trabajo para personal cualificado. Esto naturalmente no es fácil, pero puede ser posible. Para ello es preciso confiar en las posibilidades del sector forestal, promover el uso de productos forestales frente a otros materiales (construir con madera, pensar en verde: lo verde vende), impulsar planes decididos de gestión sostenible de los bosques y otros terrenos forestales, repoblar terrenos arbolados, apoyar iniciativas concretas de empresas de trabajos forestales, empresas de tu-

rismo rural, etc., y sobre todo, poner en marcha un marco adecuado para favorecer el desarrollo forestal. A este respecto, las leyes de desarrollo rural y de economía sostenible pueden brindar las oportunidades que el sector forestal necesita. Naturalmente, esto no es suficiente para salir de la crisis, sería demasiado fácil, pero es verdad que el sector forestal tiene que participar más en el desarrollo rural, al cual puede aportar mucho en términos de sostenibilidad, fijación de la población y generación de riqueza económica y ambiental.

Los bosques y otros sistemas forestales tendrán que tener un peso más importante en el desarrollo rural, no solo como productos de riqueza ambiental, sino como generadores de producciones y servicios que son imprescindibles para el desarrollo. Es preciso promover el uso de productos forestales frente a otros materiales, impulsar planes decididos de gestión sostenible de los bosques y otros terrenos forestales, etc., y sobre todo, poner en marcha un marco adecuado para favorecer el desarrollo forestal Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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Resúmenes de los Premios de la SECF a los mejores trabajos de fin de carrera Como parte de las actividades de fomento del estudio, divulgación y progreso de las Ciencias y Técnicas Forestales, la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF) realiza anualmente una convocatoria para premiar las Tesis Doctorales, los Proyectos y Trabajos de Fin de Carrera, las Tesinas de Licenciatura y los Trabajos de Fin de Másteres Oficiales (Premios SECF). Se refiere la convocatoria a trabajos de temática forestal que se realicen en las Facultades y Escuelas de toda España y presentados dentro de un año natural. Durante 2013 se han fallado los Premios SECF-2012, siendo esta la sexta convocatoria. Es notable la progresión de candidaturas que se ha producido en estos seis años. El Jurado de los Premios SECF-2012 manifiesta en el Acta del fallo correspondiente que los criterios que ha seguido para conceder los premios han sido: Originalidad del tema; Resultados obtenidos; Interés o aplicabilidad práctica; Planteamientos innovadores a la solución de los problemas del sector, y Aportación personal en la presentación de resultados, en la discusión y en las conclusiones. También manifiesta el Jurado que destaca la diversidad de temas, su originalidad y su calidad, lo que ha dificultado la selección de los premiados. También resalta el número de trabajos presentados, que ha sido creciente en las sucesivas convocatorias, lo que avala la labor investigadora que se realiza en diferentes Centros, Escuelas y Universidades. Los Premios SECF-2012 han recaído en: Premio Universitario de la SECF a la mejor Tesis Doctoral, dotado con 3.000 €, al Dr. D. Jorge Martín García, por la memoria titulada Sustainable Forest Management in Poplar Plantations: Forest Health and Biodiversity Criteria, dirigida por los doctores D. Julio Javier Díez Casero y D. Hervé Jactel, y presentada en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Valladolid. Accésit SECF en el apartado Tesis Doctoral, dotado con 1.500 €, a la Dra. D.a María del Perpetuo Socorro Serrano Moral, por la memoria titulada Control cultural de la podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi en dehesas de

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encina, dirigida por las doctoras D.a María Esperanza Sánchez Hernández y D.a Pilar Fernández Rebollo, y presentada en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba. Premio Universitario de la SECF a la mejor Tesina, Proyecto o Trabajo fin de carrera o fin de Máster, dotado con 1.500 €, a D.a Teresa Ágreda Cabo, por el trabajo titulado Influencia de la edad de la masa en la fructificación de hongos silvestres comestibles en un bosque de Pinus pinaster Ait. de Soria, dirigido por los doctores D.a Luz Marina Fernández Toirán y D. Juan Andrés Oria de Rueda Salgueiro, y presentada en la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Valladolid. Este trabajo se ha realizado en el Centro de Investigaciones Forestales de Valonsadero (Soria). Accésit SECF en el apartado Tesina o Proyecto o Trabajo fin de carrera o fin de Máster, dotado con 750 €, a D.a Nuria Ramos González, por el trabajo titulado Estudio de la capacidad de nado del barbo ibérico (Luciobarbus bocagei) y de la boga del Duero (Pseudochondrostoma duriense) dirigido por el Dr. D. Francisco Javier Sanz Ronda, y presentado en el Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Valladolid. La entrega de los premios se celebró el pasado 21 de marzo de 2013, Día Forestal Mundial, en Vitoria-Gasteiz, en las instalaciones de Ataria (Centro de Interpretación de los Humedales de Salburúa). Los resúmenes de algunos premios se publican en este número de Foresta.

AÑO

TOTAL

TESIS

TFC y M

2007

31

10

21

2008

24

13

11

2009

22

7

15

2010

44

14

30

2011

45

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2012

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COLABORACIÓN

TÉCNICA

Gestión forestal sostenible en plantaciones de chopo: criterios de sanidad forestal y biodiversidad

Jorge Martín García Dr. Ingeniero de Montes Instituto Universitario de Investigación y Gestión Forestal Sostenible (UVA-INIA, Palencia, España

En este artículo se presentan de forma resumida los resultados obtenidos en la tesis doctoral titulada Sustainable forest management in poplar plantations: forest health and biodiversity criteria, elaborada por Jorge Martín García bajo la supervisión del Dr. Julio Javier Díez Casero (Instituto Universitario de Investigación de Gestión Forestal Sostenible, UVA-INIA) y el Dr. Hervé Jactel (Instituto Francés de Investigaciones Agrarias, INRA). La tesis doctoral ha sido desarrollada en el laboratorio de Patología Forestal de la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de Palencia, en estrecha colaboración con el laboratorio de Entomología Forestal y Biodiversidad del INRA (Burdeos), el laboratorio de Biología Molecular y Patología Forestal del METLA (Helsinki) y el departamento de Ciencias del Suelo de la Universidad de Santiago de Compostela Esta tesis fue desarrollada en el marco del proyecto europeo Interreg-IIIB FORSEE: Gestion durable des Forêst: un reseau Européen des zones pilotes pour la mise en oeuvre opérationnelle, a través del cual en distintas regiones de Irlanda, Francia, Portugal y España se testaron los actuales indicadores de Gestión Forestal Sostenible y se buscaron otros novedosos. Algunos de los resultados de la presente tesis doctoral ya han sido parcialmente recogidos en publicaciones internacionales (MartínGarcía y Díez, 2012; Martín-García et al., 2009; 2011a; 2011b; 2012a; 2012b), pero para una consulta más detallada de la metodología, resultados, etc., un documento integro de la tesis se encuentra en el repositorio de la Universidad de Valladolid, siendo de acceso libre “http://uvadoc.uva.es/handle/10324/2025”

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INTRODUCCIÓN Gestión Forestal Sostenible El concepto de sostenibilidad forestal no es nuevo, pues data de hace varios siglos; no obstante, la consideración de la Gestión Forestal Sostenible (GFS) como un instrumento que armoniza los aspectos ecológicos y socioeconómicos es relativamente nuevo. Este cambio de perspectiva tuvo lugar a principios de la década de los noventa en respuesta a un incremento en la conciencia social ante el deterioro del medioambiente y, en particular, la pérdida alarmante de los recursos forestales. La implantación de la GFS se ha alcanzado generalmente aplicando Criterios e Indicadores (C&I). La popularidad de los C&I es evidente a tenor del esfuerzo invertido en su desarrollo en las últimas décadas. Así, un elevado número de países han desarrollado su propio conjunto de C&I en el marco de los nueve procesos internacionales o regionales existentes. Sin embargo, existe un amplio consenso entre investigadores en cuanto a la necesidad de testar y buscar nuevos indicadores adaptados a cada región y ecosistema y que sean capaces de percibir los cambios generados por el calentamiento global (Martín-García y Díez, 2012), existiendo unanimidad en que los criterios de sanidad forestal y biodiversidad deben ser piezas clave en la GFS. El actual y futuro incremento de las plantaciones de chopo como resultado de las políticas forestales, junto con las peculiaridades ecológicas y de gestión de la especie, sugieren la necesidad de un estudio más detallado.

Achilea millefolium

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Sanidad forestal El término “sanidad forestal” creció en popularidad a partir de la década de los ochenta, llegando a ser tema de actualidad entre gestores forestales, investigadores y la sociedad en general. Pero aunque incontables definiciones han sido establecidas, ningún consenso ha sido finalmente alcanzado. Kolb et al. (1994) abrió la caja de Pandora al intentar esclarecer el concepto “sanidad forestal” usando una perspectiva funcional y de ecosistema. Desde entonces, un intenso debate público ha tenido lugar (Warren, 2007), pero ninguna definición ha sido aceptada universalmente hasta la fecha. Más allá de dicha controversia, la sanidad forestal está siendo evaluada prácticamente en todo el mundo a través de programas de monitoreo de la salud de los bosques. Así, un programa de seguimiento ha sido llevado a cabo en Europa desde la década de los ochenta dentro del International Cooperative Programme, ICP Forest. No obstante, la capacidad de dicha red para establecer el estado real de la sanidad forestal en los bosques europeos ha sido cuestionada por varias razones. En primer lugar, un muestreo sistemático basado en una malla de 16 x 16 km (con más de 6.100 parcelas) no es capaz de estudiar bosques de pequeñas dimensiones y aquellos sometidos a un alto grado de fragmentación. Este es el caso de las plantaciones de chopo, las cuales, con casi un millón de hectáreas en Europa, solo cuentan con 24 parcelas dentro de la Red Europea de

nivel I. En segundo lugar, una misma intensidad de muestreo es utilizada para todos los tipos de bosques; claro que plantaciones de chopos, sauces o eucaliptos son a menudo monoclonales, pudiendo no ser relevantes los protocolos desarrollados para evaluar la sanidad forestal en otro tipo de formaciones. Finalmente, la precisión en la estimación de varias variables -como transparencia de copa y decoloración- continúa siendo cuestionada a pesar de los considerables esfuerzos destinados a mejorar su evaluación. Tradicionalmente, estas variables son visualmente estimadas por observadores, lo cual implica un grado de subjetividad que impide una adecuada comparación entre países e incluso a través del tiempo en un mismo país (Ferretti, 1997). No obstante, a pesar de tales inconvenientes, los indicadores de GFS desarrollados por el Pan-European Process MCPFE para evaluar el criterio de sanidad forestal están principalmente basados en los programas de seguimiento de la sanidad forestal, y por lo tanto deberían ser profundamente reexaminados. Biodiversidad El término “biodiversidad”, una contracción de “diversidad biológica”, ha incrementado su popularidad desde la Conferencia de Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro, celebrada en Brasil en 1992. Si bien pueden encontrarse incontables definiciones en la bibliografía, la más ampliamente aceptada es la alcanzada en la Cumbre de la

Allium oleraceum

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Tierra: La variabilidad entre organismos vivos de todas las clases, incluyendo terrestres, marinos y otro ecosistemas acuáticos y los complejos ecológicos de los que forman parte: esto incluye la diversidad dentro de especies, entre las especies y de ecosistemas. Es sobradamente conocido que la biodiversidad provee numerosos beneficios a la sociedad, tales como recursos naturales esenciales para nuestra supervivencia, origen de las materias activas de los medicamentos, regulación de los procesos ecológicos o mejora de la calidad del agua y el aire, entre otros. Sin embargo, hoy en día sigue teniendo lugar una pérdida de biodiversidad en todo el planeta, y principalmente, en los bosques tropicales (FAO, 2010). Afortunadamente, en la actualidad la importancia asignada a la biodiversidad no es únicamente de interés para los investigadores, sino para la sociedad en general. Por ello, las actuales políticas centradas en aspectos medioambientales están siendo diseñadas para preservar la biodiversidad, lo cual se pone de manifiesto en las convenciones internacionales sobre diversidad biológica, los procesos de GFS desarrollados por la mayoría de países y los procesos de certificación. No obstante, si se admite que la biodiversidad puede estar integrada por todo lo referente a organismos vivos, entonces el modo de estimar la biodiversidad se convierte en un talón de Aquiles. Como es obvio, la diversidad total de los ecosistemas forestales no puede ser medida y cuantificada

Parcela de chopos adultos gradeada

Lathyrus tuberosus

Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

Potentilla anserina

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adecuadamente, ante lo cual el uso de indicadores podría ser una opción relevante. Para ello, una selección de grupos taxonómicos que recojan un amplio rango de información ecológica, basada en su movilidad, modo de dispersión y requerimientos de hábitat, debería ser llevada a cabo para obtener información a escala local y de paisaje. A este respecto, la mayoría de estudios se han centrado en grupos taxonómicos de algunas formas de vida macroscópica bien conocidos por los científicos, tales como aves, plantas vasculares, líquenes, mariposas, carábidos, hormigas, abejas, etc. En cambio, poca atención ha sido prestada a la diversidad microbiana (Strobel, 2003), a pesar de que podrían ser incluso mejores indicadores del estado de la biodiversidad como consecuencia de su alta afinidad

OBJETIVOS os objetivos generales del presente estudio fueron evaluar algunos de los actuales indicadores y buscar otros novedosos en los criterios de sanidad forestal y biodiversidad para las plantaciones de chopo. Con tal finalidad, factores abióticos y agentes bióticos fueron estudiados para evaluar el criterio de sanidad forestal, y tres grupos taxonómicos: hongos, aves y plantas vasculares fueron utilizados para evaluar el criterio de biodiversidad. En concreto, los objetivos específicos fueron desarrollados en diferentes estudios: -- Redefinir un método de monitoreo para evaluar los indicadores de sanidad forestal más utilizados (condiciones de copa) de una forma cuantitativa y objetiva en las plantaciones de chopo. -- Identificar las limitaciones nutricionales de Populus x euramericana (clon I-214), las cuales podrían explicar los bajos crecimientos y las pobres condiciones de copa, y por lo tanto podrían ser utilizadas como indicadores de sostenibilidad. -- Evaluar el estado fitosanitario de las plantaciones de chopo utilizando la plaga Sesia apiformis y facilitar una herramienta de monitoreo basada en un sistema de muestreo con feromonas que pudiera ser aplicada en la GFS.

L

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al hospedante, tal como se ha puesto de manifiesto en los hongos endófitos. MATERIAL Y MÉTODOS Descripción del área de estudio y diseño experimental El estudio fue llevado a cabo en la cuenca del río Duero, más en concreto en los márgenes del río Carrión en la provincia de Palencia (Castilla y León, España). Se seleccionaron treinta y dos plantaciones de chopo (Populus x euramericana, clon I-214) siguiendo un diseño factorial con tres factores; edad (parcelas jóvenes de 3-7 años de edad y parcelas adultas de 8-14 años de edad), calidad de estación (óptima y pobre, es decir, Calidad I y II y Calidad III y IV respectivamente, calculadas a partir de las curvas de calidad elaboradas para Populus x euramericana en la

-- Estudiar la utilidad de las comunidades de hongos endófitos como indicadores del estado sanitario de las plantaciones de chopo. -- Investigar el efecto de la sustitución de una especie espontánea tan amenazada como el álamo negro (Populus nigra) con un chopo híbrido (Populus x euramericana, clon I-214) sobre la diversidad de hongos endófitos. -- Investigar la contribución de las plantaciones de chopos a la con-

cuenca del Duero (Bravo et al., 1995)) y manejo del sotobosque (parcelas gradeadas y no gradeadas). También fueron muestreados los únicos tres parches de bosque de ribera conservados en el área de estudio para comparar la diversidad de aves y plantas vasculares entre plantaciones de chopo y bosques naturales de ribera. Estas tres parcelas consistieron de una masa principal de alisos (Alnus glutinosa), un sotobosque compuesto de saúcos (Sambucus nigra), espino albar (Crataegus monogyna) y cornejo (Cornus sanguinea) y un estrato herbáceo. Debido al hecho que uno de los objetivos fue comparar la diversidad de endófitos de una especie nativa de chopo (P. nigra) frente a una especie híbrida (P. x euramericana, clon I-214) tuvieron que utilizarse parcelas adicio-

servación de las aves en los ecosistemas de ribera y estimar las implicaciones ecológicas de un incremento substancial en la superficie de plantaciones de chopo. -- Investigar la influencia de las plantaciones de chopo sobre la diversidad de plantas vasculares en los ecosistemas de ribera y estimar las implicaciones ecológicas de un incremento substancial en la superficie de plantaciones de chopo.

Comparación de parcelas gradeadas y no gradeadas de chopos jóvenes y adultos

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nales. Así, tres plantaciones de chopo del clon I-214 y tres fueron seleccionadas de álamo negro. Evaluación de las condiciones de copa y de las variables dendrométricas En cada parcela fueron muestreadas cuatro subparcelas circulares de radio fijo (exactamente de 15 metros); estas parcelas fueron localizadas a 25 metros de distancia de un punto central a partir de cuatro transectos perpendiculares. Dentro de cada subparcela todos los árboles (un total de 2.695) fueron marcados y muestreados. Las variables dendrométricas -tales como el diámetro normal, la altura total, la altura de poda, el diámetro de copa y el volumen de copa- también fueron medidas en todos los árboles. La transparencia de copa y decoloración se estimaron visualmente y se cuantificaron usando veinte clases con un intervalo del 5 %, todo ello conforme a la metodología propuesta por la Red Europea de nivel I para la evaluación de la sanidad de los bosques (Eichhorn et al., 2006). Simultáneamente, todos los árboles fueron fotografiados desde la misma posición usando una cámara digital. Tras ello, una selección de estos árboles fue digitalmente analizada con el programa CROCO a través de un algoritmo de sus dimensiones fractales según la metodología sugerida por Mizoue (2002). Evaluación del estado nutritivo de las parcelas En cada parcela se determinó el pH en una solución del suelo a 1:2,5. La cantidad de materia orgánica fue calculada usando el método de K2Cr2O7. El nitrógeno total fue estimado mediante digestión por el método de Kjeldahl. El fósforo asimilable del suelo fue extraído mediante el procedimiento de Olsen y determinado fotométricamente por el método del molibdeno azul. Los cationes del suelo intercambiables (K+, Na+2, Ca2+ y Mg2+) fueron extraídos con acetato amónico y medidos por espectrofotometría atómica. La textura fue establecida mediante el método de Bouyoucos, clasificación ISS. La capacidad de intercambio catiónico (CEC) fue evaluada mediante el método de Bascomb, consistente en intercambiar los cationes de cambio por bario, el cual posteriormente se intercambia por magnesio y el sobrante se valora con EDTA. El carbono total y el N de las mues-

tras foliares, una vez desecadas (60 oC) y molidas (0,25 mm), fueron analizadas por combustión en un analizador Leco (LECO, St Joseph, Michigan, EE UU). Mientras que las concentraciones totales de P, K, Ca, Mg, Fe, Mn, Zn, Cu, S, Al, Na y Pb fueron estimadas por ICP-EOS (Perkin Elmer, Wellesley, MA, EE UU). Trampeo con feromonas Las poblaciones de la oruga perforadora de chopos fueron estimadas por medio de trampas de feromonas en las 32 parcelas de estudio. Fueron usadas trampas de embudo (Uni-Trap; PHEROBANK, Wageningen, Holanda) cebadas con la feromona sexual de S. apiformis de uso comercial (PHEROBANK). Los dispensadores fueron cargados con una mezcla de (Z,Z)-3,13-octadecadienil acetato y (E,Z)-2,13-octadecadienal, con

una proporción de liberación de 0,22 lg/h a 25 oC. Las trampas fueron revisadas cada quincena durante un total de seis veces desde mayo a agosto, y las feromonas fueron renovadas una vez (a los 42 días). Métricas de paisaje El teselado de la composición del paisaje en el área de estudio fue llevado a cabo mediante un SIG (ArcGis 9.1, ESRI) usando ortofotos, con una escala de trabajo 1:1.500, mediante fotointerpretación y validación en campo. A cada parche de paisaje se le asociaron diferentes usos del terreno según la siguiente clasificación: plantaciones de chopo jóvenes (sin cierre de copas), plantaciones de chopo adultas (con cierre de copas), bosques de ribera, pinares, bosques de especies del gé-

Capturas Sesia apiformis

Trampa de feromonas

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nero Quercus, setos naturales, cultivos agrícolas y vías de comunicación. Las métricas de paisaje fueron calculadas dentro de diferentes áreas concéntricas circulares (buffers) (100, 200, 300, 400, 500 y 1000 m) para obtener un reflejo del paisaje existente a diferentes escalas. Para su cálculo, se utilizó Fragstat 3.3 en versión ráster y un tamaño de celda de 2,5 m (McGarigal et al., 2002). Dentro de cada una de estas áreas fueron calculados los siguientes parámetros para caracterizar la composición y configuración del paisaje: porcentaje de superficie de los ocho tipos de uso de suelo, distancia al río más cercano, densidad de bordes (en m ha-1) y el índice de Shannon de diversidad de hábitats. Procedimientos y métricas son descritas con más detalle en McGarigal et al. (2002).

Mosquitero

Identificación de hongos Los aislamientos de hongos fueron identificados según la región ITS de su rDNA. El DNA fue obtenido conforme a Vainio et al. (1998), y la región ITS fue amplificada usando los cebadores ITS1-F (Gardes & Bruns, 1993) y ITS4 (White et al., 1990). Todas las amplificaciones fueron llevadas a cabo según White et al. (1990) y Vainio & Hantula (2000). Los productos PCR fueron purificados por medio de un equipo comercial (Roche, Mannheim, Alemania), siguiendo las instrucciones del fabricante. Las secuencias fueron obtenidas por medio de un secuenciador (Li-Cor Global Edition IR2 system; Li-Cor Inc., Lincoln, NE, EE UU). Para ello, los fragmentos de DNA fueron secuenciados en ambas direcciones

al mismo tiempo. Finalmente, las secuencias fueron alineadas con el programa LI-COR (ALIGN IR ver. 2.0). Las secuencias fueron identificadas por comparación con aquellas depositadas en la base de datos del GenBank (NCBI), por medio del algoritmo BLAST.

Muestreo de las plantas vasculares En el centro de cada parcela, nueve cuadrantes de 2x2 m (36 metros cuadrados) se establecieron para cuantificar la vegetación del sotobosque, es decir, fueron evaluados un total de 315 cuadrantes. Cada planta vascular fue identificada (en campo o laboratorio) y recogidos su porcentaje de cobertura y características. La conversión de los datos florísticos en un valor C-S-R fue llevado a cabo automáticamente por medio del estimador desarrollado por Hunt et al. (2004). Prunella vulgaris

Pardillo

Censo de aves La diversidad de aves fue muestreada durante la primavera por medio del método del punto de conteo (Bibby et al., 2000). Un observador registró todos los individuos oídos y vistos dentro de cada parcela durante un periodo de 20 minutos, siempre en las tres primeras horas después de amanecer. Los días ventosos y lluviosos fueron excluidos del muestro.

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Análisis estadísticos Análisis univariante: Análisis de la varianza y test de comparaciones múltiples HSD de Tukey, matrices de correlación de Pearson, regresión lineal simple, regresión lineal múltiple, test Mann-Whitney U, test de Wilcoxon y modelo lineal mixto. Análisis multivariante: Análisis de correspondencias (CA), análisis de componentes principales (PCA), análisis discriminante (AD), análisis canónico de correspondencia (CCA), análisis IndVal, escalado multidimensional no métrico (NMDS) y test de permutaciones de respuestas múltiples (MRPP). RESULTADOS Y DISCUSIÓN Criterio de sanidad forestal Los investigadores se centraron inicialmente en las condiciones de copa como un buen indicador de sanidad forestal, basándose en la teoría de que perturbaciones de origen natural o antrópico se reflejarían en la copa de los árboles (Zarnoch et al., 2004). No obstante, aunque la utilidad de las condiciones de copa como indicadores de sanidad forestal está fuera de toda duda, han sido apuntadas varias limitaciones, tales como la determinación de un tamaño óptimo de muestreo, la falta de objetividad en la evaluación o la dificultad para identificar sus relaciones con los factores perturbadores. Han sido propuestas diferentes formas y tamaños de las parcelas de muestreo para el seguimiento de la sanidad forestal; por ejemplo, el ICP-Forest establece cuatro subparcelas de seis árboles localizados en un radio de 25 m a partir de un punto fijo (Eichhorn et al., 2006), el Forest Health Monitoring establece en Norteamérica cuatro subparcelas distanciadas 36,6 m con un radio fijo (Zarnoch et al., 2004), o una parcela circular con 24 árboles establecida en España (SPCAN-DGCN, 2002). A este respecto, nuestros resultados (Martín-García et al., 2009) muestran que la evaluación de una única subparcela de radio fijo (exactamente de 15 m, es decir, aproximadamente 18 árboles/parcela en plantaciones en marco de 6x6 m) podría ser suficiente para evaluar las condiciones de copa en las plantaciones monoclonales de chopo. Por otro lado, podría ser factible una evaluación objetiva de la transparencia de copa en plantaciones de chopo si fuese utilizado el programa CROCO y nuestros modelos desarrollados (Figura 1).

Figura 1. Relación entre transparencia de copa evaluada visualmente y la obtenida digitalmente a través del programa CROCO (N = 265, F264,1 = 467,0; P < 0,0001; R2 = 0,64) (Ver Martín-García et al., 2009 para más información)

Tipo de análisis

Funciones de clasificación

Propiedades del

Apto = -41,909 + 6,997 Lg(EG) + 33,093 Ln(C/N)

suelo

No apto = -56,925 + 9,672 Lg(EG) + 37,937 Ln(C/N)

Nutrientes

Apto = -47,151 – 29,129 Ln(Fe) – 10,446 Ln(B)

foliares

No apto = - 78,895 – 36,813 Ln(Fe) – 14,506 Ln(B)

Probabilidad de éxito 81,25%

96,43%

Tabla 1. Funciones de clasificación según las propiedades del suelo y las concentraciones de los nutrientes foliares (ver Martín-García et al., 2012a para más información)

Nuestros resultados ratifican la influencia de los factores abióticos sobre la sanidad forestal (Martín-García et al., 2012a). Así, el estado nutricional es un factor determinante en el crecimiento y las condiciones de copa. En concreto, un porcentaje de elementos gruesos mayor del 30 % estuvo asociado a terrenos inapropiados para el cultivo del chopo y a pobres condiciones de copa, probablemente debido al bajo volumen de suelo disponible para el desarrollo de las raíces, la menor cantidad de nutrientes disponibles por unidad de volumen de suelo o una menor capacidad de retención de agua. Del mismo modo, la relación C/N en el suelo parece ser un factor limitante solo en las plantaciones jóvenes, lo cual podría ser debido al incremento del N en el suelo con la edad de las parcelas como resultado del retorno de algunos nutrientes al suelo a través de la hojarasca (Das & Chaturvedi, 2005) o al aumento de la mineraliza-

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ción del N debido a un sistema radicular más desarrollado (Browaldh, 1997). Además, aunque varios nutrientes foliares -N, P, K, Fe y B- afectaron al crecimiento y condiciones de copa de estas plantaciones de chopo, Fe y B parecen ser los elementos más limitantes. Estas deficiencias parecen estar asociadas con los altos contenidos de elementos gruesos, los cuales implicarían menor disponibilidad de estos nutrientes, ya que una menor capacidad de retención de agua en los horizontes superficiales supone una menor asimilación de dichos nutrientes. Por otro lado, la idoneidad de tierras podría ser predicha (con un reducido coste y una aceptable probabilidad de éxito) usando las funciones de clasificación desarrolladas a partir de las propiedades del suelo (Tabla 1), de modo que los populicultores se aseguraran de que las nuevas plantaciones fueran establecidas sobre terrenos aptos para la especie.

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Nuestros resultados también demostraron que el estado sanitario de las plantaciones de chopo se encuentra influenciadas por los agentes bióticos (Martín-García et al., 2011a). Las plantaciones de chopo pueden albergar altos porcentajes de ataque de S. apiformis, pudiendo alcanzarse hasta un 71 % de los árboles infestados por parcela. Esto es consistente con otros estudios que encontraron que P. x euramericana era más susceptible a S. apiformis que otras especies de chopos como P. nigra, P. trichocarpa o P. alba (Straw et al., 2007). Nuestros resultados también mostraron que el manejo del sotobosque podría ser una herramienta útil para el control de las poblaciones de S. apiformis. El hecho de que los ataques de este lepidóptero estuvieran positivamente correlacionados con el porcentaje de cobertura de sotobosque en las plantaciones jóvenes podría ser debido a que la vegetación provee a los huevos y a las hembras durante la puesta de una mayor protección frente a condiciones climatológicas adversas (De Tillesse et al., 2007) y depredación (Coleman & Boyle, 2000), aspectos fundamentales en los árboles jóvenes, en los cuales las puestas no disponen de la protección de una gruesa corteza con profundas grietas. Sin embargo, la presencia de una plaga como indicador de sanidad forestal requiere un eficiente y preciso método de monitoreo. A este respecto, un sistema de seguimiento basado en una única trampa de feromonas podría suministrar información fiable para la estimación de los ataques de S. apiformis en plantaciones de chopo. Por otro lado, nuestros resultados apoyan la hipótesis de que el radio de acción de las trampas de feromonas, cebadas con la feromona sexual de S. apiformis, a una proporción de liberación de 0,22 µg/h, es alrededor de 100 m (Figura 2). No obstante, los gestores forestales deberían tener en cuenta que las mariposas macho de S. apiformis pueden volar alrededor de 600 m, lo que debería ser considerado al interpretar las capturas en las trampas de feromonas (Figura 3). Así, nuestro modelo podría ser desarrollado para corregir el efecto de las choperas circundantes, y entonces el trampeo con feromonas ofrecería una herramienta fiable de seguimiento de sus poblaciones de fácil aplicabilidad a una mayor escala que el tradicional mé-

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Figura 2. Coeficiente de correlación entre número de capturas mediante feromona por día respecto y el número de árboles atacados en las parcelas muestreadas dentro de las distintas áreas concéntricas (buffers) (ver Martín-García et al., 2011a para más información)

Figura 3. Coeficiente de correlación entre el residual de las capturas mediante trampa de feromona (capturas observadas–predichas) y el área de otras plantaciones de chopo circundantes dentro las distintas áreas concéntricas (ver Martín-García et al., 2011a para más información)

todo basado en el conteo de agujeros de salida (Martín-García et al., 2011a). Aunque muchos autores han reconocido la importancia de las comunidades de endófitos en la sanidad forestal, esto no ha sido aún estudiado en las plantaciones de chopo. Nuestro estudio demostró que ciertas variables relacionadas con la sanidad forestal (decoloración, altura total y concentración de varios nutrientes limitantes) determinaron la comunidad fúngica en las planta-

ciones de chopo (Martín-García et al., 2011b) (Figura 4). En concreto, la asociación de hongos varió principalmente según la calidad de estación de las parcelas, lo cual parece ser debido a un factor de estrés causado por deficiencias nutricionales en pobres calidades de estación. Así, la carencia de Fe, uno de los nutrientes más deficientes en estas plantaciones de chopo (Martín-García et al., 2012a), parece determinar directamente el grado de decoloración

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Figura 4. Ordenación especial (CCA) de las comunidades fúngicas (representadas por triángulos) y su estado nutricional, variables dendrométricas y sanitarias (flechas) (ver Martín-García et al., 2011b para más información)

y bajos crecimientos, e indirectamente, las comunidades de hongos endófitos. Además, es sobradamente conocido que algunas especies de endófitos, tales como Periconiella spp. y Cytospora spp., requieren árboles expuestos a condiciones de estrés previamente a su colonización. Por otro lado, debería ser resaltado que factores antrópicos también podrían determinar la salud forestal en las plantaciones de chopo. Así, la presencia de patógenos de debilidad, tales como Cytospora chrysosperma, solo en plantaciones híbridas (MartínGarcía et al., 2012b) podría ser explicada por el origen de los plantones de chopo. Probablemente todos los plantones de cada una de las plantaciones se produjeron desde estaquillas de un mismo ortet, el cual podría haber sido infestado por el patógeno y por lo tanto todos los plantones usados en la plantación podrían portar este hongo en su fase latente. Criterio de biodiversidad El efecto de las plantaciones forestales sobre la biodiversidad es todavía un aspecto controvertido. Aún más en los ecosistemas riparios, donde la interfaz entre un ambiente terrestre y otro acuático juega un papel esencial en la biodiversidad. Por ello resulta

fundamental investigar el papel de las plantaciones de chopo sobre la biodiversidad de las zonas de ribera y estimar las implicaciones ecológicas de un sustancial incremento de la superficie destinada a plantaciones de chopo. Nuestros resultados indican que la comunidad de hongos endófitos del álamo negro (P. nigra) difirió claramente de la observada en las plantaciones de chopo de origen híbrido (P. x euramericana, clon I-214) (Figura 5), lo cual aún es más destacable si se tiene en cuenta que el clon I-214 es un descendiente al 50 % de la especie autóctona (P. nigra). Si bien, teniendo en cuenta que P. x euramericana es una especie exótica (el otro parental es P. deltoides, originario de Norteamérica), podría conferirle factores de resistencia (genes) que serían nuevos para la micoflora de España (Martín-García et al., 2012b). De similar modo, las comunidades de aves y plantas vasculares difirieron entre los bosques de ribera y las plantaciones de chopo. Mientras las plantaciones de chopo albergaron especies de aves principalmente generalistas, los bosques de ribera se asociaron a especies de aves típicas de áreas ribereñas bien preservadas con un denso sotobosque (Martín-García, 2012). A su vez, la mayoría de las especies de plan-

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Figura 5. Ordenación especial (CCA) de las comunidades fúngicas y del tipo de chopera (ver Martín-García et al., 2011b para más información)

tas vasculares indicadoras encontradas en los bosques de ribera han sido previamente identificadas como especies con altos requerimientos de sombra y humedad edáfica, incluso inundaciones periódicas en algunos casos, las cuales son típicas de estas zonas (MartínGarcía, 2012). Cuando el estudio se centró en las plantaciones de chopo se observó que la diversidad podría estar influenciada tanto por una escala local/hábitat como a nivel de paisaje. A nivel local, aunque las plantaciones de chopo albergan principalmente especies “Ruderales”, minimizando las perturbaciones se favorecería a especies con una estrategia “Tolerantes al estrés–Competidoras”, la cual es una estrategia más cercana a los bosques nativos de ribera, en detrimento de las especies “Ruderales”. Además, la comunidad de plantas parece estar determinada por la frecuencia de las perturbaciones (número de gradeos) (Figura 6). A este respecto, Decocq et al. (2004) ya apuntaron que algunas especies de plantas vasculares eran principalmente restringidas por la frecuencia de las perturbaciones y no por su intensidad. Del mismo modo, los resultados obtenidos en el estudio de la avifauna también apuntan a que un incremento de la cobertura de sotobos-

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de los alrededores podrían ser usadas por las aves como corredores para su dispersión en una matriz de paisaje tan diversa (bosques de ribera y cultivos agrícolas), pudiendo actuar como red de comunicación (Fuller et al., 2001). De hecho, solo aquellas parcelas con una alta cobertura de plantaciones de chopo en los alrededores albergaron especies de aves típicas de áreas riparias, tales como Cettia cetti, Aegithalos caudatus, Parus major y Regulus ignicapillus (Jubete, 1997). Mientras que paisajes predominantemente agrícolas (es decir, con un menor porcentaje de choperas circundantes) mostraron especies típicas de áreas abiertas, tales como Carduelis cannabina, Carduelis carduelis y Miliaria calandra (Jubete, 1997). Figura 6. Ordenación espacial (NMDS) de la comunidad de plantas (basada en la estrategia CSR de la teoría Grime) y variables ambientales (flechas continuas). Los hipotéticos ejes en términos de la teoría de Grime son representados por flechas de líneas discontinuas (ver Martín-García, 2012 para más información).

Figura 7. Ordenación espacial (CCA) de la comunidad de aves y las variables ambientales (flechas) (ver Martín-García, 2012 para más información).

que favorecería aquellas especies de aves típicas de los bosques naturales de ribera, tales como Cettia cetti, Aegithalos caudatus, Parus major y Regulus ignicapillus (Jubete, 1997) (Figura 7). Por otro lado, nuestros resultados mostraron una prominente influencia del paisaje sobre la riqueza de especies, abundancia y asociación de especies de aves en las plantaciones de chopo. Así, la matriz más influyente en las plantaciones de chopo se encontró entre los 300-400 m, y la variable más

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importante para explicar la diversidad de aves fue el porcentaje de plantaciones de chopo circundantes (Martín-García, 2012). Esto probablemente implica un mecanismo de suplementación de paisaje (Dunning et al., 1992), ya que el pequeño tamaño de las plantaciones de chopo en el área de estudio (media de 6,37 ha, variando entre 0,97 y 19,71 ha) podría no permitir la supervivencia de un elevado número de individuos o albergar algunas comunidades de aves. Además, otras plantaciones de chopo

CONCLUSIONES a evaluación de los factores abióticos y bióticos que determinan la vitalidad de las plantaciones monoclonales de chopo parece requerir una menor intensidad de muestreo, en comparación con masas mixtas, debido a su homogeneidad. Aunque esto podría ser considerado como un aspecto positivo para la GFS por minimizar los costes de muestreo, debería también ser visto como una advertencia. Así, aunque no se han observado graves problemas fitosanitarios en las plantaciones de chopo hasta la fecha, sería deseable una diversificación de clones por su efecto sobre el paisaje y una verificación del origen de los plantones usados en la plantación y un pasaporte fitosanitario en regla para evitar problemas fitosanitarios en un futuro. Los resultados de los tres grupos taxonómicos: hongos, aves y plantas vasculares indican que las plantaciones de chopo no deberían reemplazar a los bosques de ribera desde el punto de vista de la conservación. Así, los bosques de ribera deberían ser preservados y restaurados en la medida de lo posible. Sin embargo, las plantaciones de chopo podrían contribuir a mejorar la biodiversidad, siempre y cuando fuesen establecidas sobre áreas degradadas o cultivos agrícolas y en la parcela se llevara a cabo una adecuada gestión (minimizando el número de gradeos en la medida que no afecte al crecimiento y la vitalidad de los árboles) y el paisaje (incrementando el porcentaje de plantaciones de chopo en detrimento de los cultivos agrícolas).

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AGRADECIMIENTOS l autor desea expresar su agradecimiento a sus directores de tesis, los doctores Julio Diez Casero y Hervé Jactel, así como a esa lista interminable de amigos que de una u otra forma

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contribuyeron a la realización de dicha tesis doctoral. Agradecer también a Óscar Abajo y Pablo Martínez la corrección del borrador de este artículo. El presente trabajo ha sido cofinanciado por la Universidad de Valladolid

(Beca FPI), la Unión Europea y la Junta de Castilla y León, dentro del programa INTERREG IIIB Espacio Atlántico, proyecto FORSEE (Gestion durable des Forêst: un reseau Européen des zones pilotes pour la mise en oeuvre opérationnelle).

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ACTUALIDAD

ENTREVISTA

Entrevista a Pablo Campos Palacín, investigador del Grupo de Economía Ambiental del Centro Superior de Investigaciones Científicas

“Las cosas no tienen valor por si mismas, el valor se lo dan las personas” Ismael Muñoz Linares

Los países miembros de la Unión Europea tienen la recomendación de evaluar sus ecosistemas y los servicios ambientales que prestan como muy tarde para 2014. La intención de la UE es que se integren esos valores en la contabilidad nacional antes de 2020. España podría ser uno de los países beneficiados puesto que atesora una enorme biodiversidad y paisajes, frente a los países centroeuropeos, más industrializados y con menos riqueza natural. Estamos frente a un momento que cabría catalogar de histórico, pues podría suponer un vuelco en las rentas nacionales de todos los países del mundo si siguen el ejemplo de la UE. Pero aún está casi todo por hacer. Pablo Campos nos ayuda a comprender los retos del concepto y la medición de las rentas ambiental y social del monte.

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Aunque ya decía Quevedo que solo el necio confunde valor y precio, una de las causas de la escasa visibilidad que tiene el monte en la sociedad es su poca o nula valoración por los ciudadanos por las escasas rentas que obtiene de él. Hay un gran desconocimiento sobre el enorme valor que tienen los ecosistemas y se piensa en ellos solo como productor de bienes tangibles. ¿Qué aporta la disciplina de la economía ambiental para paliar este déficit? Esta primera pregunta contiene diversos temas que merecen ser tratados singularmente por su relevancia. El desafío de nuestro incisivo poeta, cuya diana imagino tendría su contexto, opino que no viene al caso de la valoración económica ambiental. Prefiero en este tema guiarme por Kant, que nos aleccionó sobre que la dignidad no tiene precio, por no tener cosa equivalente con la que pueda intercambiarse. Los economistas convenimos que el valor de un producto económico es el número de sus unidades por su precio. Si el precio del melón en un mercado determinado es de 2 €/kg y compro una pieza que pesa 1 kg, resulta que el valor y el precio de la pieza de melón que he comprado coinciden. En otras palabras, en este caso valor y precio son la misma cosa. Como creo que no hay un melón en el mundo que reivindique ser digno, tendremos que admitir que tiene valor y precio, por haberlo decidido de esta manera las personas que en el mercado de melones de referencia aceptan pagar el precio requerido por el frutero.

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El desafío de nuestro incisivo Quevedo, "solo el necio confunde valor y precio", no viene al caso de la valoración económica ambiental. Prefiero en este tema guiarme por Kant, que nos aleccionó sobre que la dignidad no tiene precio, por no tener cosa equivalente con la que pueda intercambiarse

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Un propietario privado familiar sabe que el beneficio líquido medido por la diferencia entre ingresos y gastos de los productos con precios de mercado del monte no es hoy, ni lo ha sido en el pasado, brillante en relación al precio de mercado de la tierra. También obtienen de los montes sus propietarios familiares otros beneficios aparentemente invisibles que reconocen que aprecian, como es el caso de los servicios ambientales que disfrutan en exclusiva de su propiedad. Y todo propietario de un monte tiene en cuenta que espera seguir obteniendo plusvalías positivas a largo plazo de su tierra. La suma de estos tres beneficios del propietario ofrecen una rentabilidad que compite ventajosamente con otras alternativas de inversión, en el caso de que el propietario venda su monte e invierta su importe en otros sectores de similares riesgos y horizonte temporal de inmovilización de la inversión. Así, observamos que los propietarios que no pueden permitirse pagarse el disfrute de su monte, renunciando a una parte sustancial de su renta líquida que obtendría en una inversión alternativa, venden sus montes. Aunque es cierto que el disfrute del propietario familiar es una renta invisible en el momento de su consumo, por no producirse su transacción de mercado como flujo anual, sí es visible esta renta ambiental privada en el mercado en el momento de vender su monte. El potencial comprador puede llegar a pagar un precio al propietario actual por su monte hasta un cien por cien más elevado que el precio que pagaría en caso de que el comprador no tuviera la ilusión del disfrute de su monte. Y en relación a las plusvalías de la tierra, las estadísticas oficiales desde 1983 muestran una subida media anual de los pastizales de varios puntos porcentuales por encima de la tasa de inflación. En esta revalorización de la tierra se hace patente la interiorización por el mercado del continuo aumento de las rentas ambientales, a pesar de que las rentas comerciales están disminuyendo. No debe extrañarnos que exista en España desconocimiento sobre el valor de los productos privados y públicos del monte sin precios de mercado. Es la situación también del resto de países en la Unión Europea. Sí es sorprendente que el Gobierno de España sea incapaz de rellenar con rigor aceptable y sin omisiones las casillas de las cuentas de la selvicultura que le solicita obligatoriamente la

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No debe extrañarnos que exista en España desconocimiento sobre el valor de los productos privados y públicos del monte sin precios de mercado. Es la situación también del resto de países en la Unión Europea. Sí es sorprendente que el Gobierno de España sea incapaz de rellenar con rigor aceptable y sin omisiones las casillas de las cuentas de la selvicultura que le solicita obligatoriamente la Oficina Estadística de la Unión Europea

Oficina Estadística de la Unión Europea. La economía ambiental es una rama aplicada de la ciencia económica que se ocupa de valorar la contribución de los bienes y servicios ambientales de los ecosistemas a sus producciones totales, con y sin precios de mercado. Estas producciones están disponibles para el consumo directo de las personas, la capitalización de los ecosistemas y su utilización como materias primas y servicios en otros sectores productivos. En otras palabras, la economía ambiental, al valorar e integrar los productos del monte sin precios de mercado en la renta nacional convencional, ofrece la verdadera renta total sustentable que producen los montes de un territorio, sea este último una finca, una región, una nación o un grupo de naciones. Si la economía ambiental puede valorar las rentas ambientales privadas y públicas sin precios de mercado es por haberse producido previamente un consumo de las personas de dichos bienes y servicios (incluyendo en el consumo actual el bienestar por asegurarse los valores de opción activo y pasivo); y, en sentido contrario, si las personas

se ven afectadas negativamente en su bienestar por males causados a la naturaleza, la economía ambiental valora la cuantía de renta perdida por los daños observados y esperados en el uso del medio natural. En definitiva, la economía ambiental cuenta los intangibles que para las personas cuentan, cuando los intangibles son escasos. ¿En qué consiste la economía ambiental? En parte ya he contestado antes al contenido nuclear de la economía ambiental, como es el tema de la valoración de los bienes y servicios escasos sin precios de mercado. La economía ambiental tiene su nacimiento en la valoración de las compensaciones por daños de las actividades económicas al medio natural. La economía ambiental, como rama aplicada de la ciencia económica, tiene un notable protagonismo en el aporte de información sistemática para el diseño de incentivos y desincentivos económicos con el propósito de hacer eficientes, equitativas y conservacionistas las políticas públicas orientadas a la explotación del medio natural.

Otros temas de la economía ambiental tratan de los derechos de propiedad de los bienes y servicios ambientales globales desde la perspectiva económica a escala local, nacional e internacional. ¿Por qué es necesario conocer y valorar los servicios ambientales del medio natural? En cierto modo ya lo he justificado en la pregunta previa. Puedo añadir que sin cuentas no hay política pública que supere la prueba del tiempo. La valoración es el espejo en el que vemos reflejados nuestros éxitos y nuestros fracasos económicos. Y sin conocer de forma fiel el rostro de nuestros esfuerzos destinados a satisfacer las demandas de nuestras casas, tanto la propia como la común, no caminaremos hacia la sociedad transparente, equitativa, participativa, abierta y socialmente inclusiva. ¿Es partidario de poner precio a toda la naturaleza? ¿Por qué? Hay un malentendido en la expresión “poner precio”. Es como decir si soy partidario o no de la existencia de

La economía ambiental, al valorar e integrar los productos del monte sin precios de mercado en la renta nacional convencional, ofrece la verdadera renta total sustentable que producen los montes de un territorio, sea este último una finca, una región, una nación o un grupo de naciones. Si la economía ambiental puede valorar las rentas ambientales privadas y públicas sin precios de mercado es por haberse producido previamente un consumo de las personas de dichos bienes y servicios 30

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Sin cuentas no hay política pública que supere la prueba del tiempo. La valoración es el espejo en el que vemos reflejados nuestros éxitos y nuestros fracasos económicos. Y sin conocer de forma fiel el rostro de nuestros esfuerzos destinados satisfacer las demandas de nuestras casas, tanto la propia como la común, no caminaremos hacia la sociedad transparente, equitativa, participativa, abierta y socialmente inclusiva la ley de la gravedad. Me pregunto ¿por qué será que las cosas indispensables para la sustentación de la vida son un regalo de la naturaleza y de acceso gratuito para todos? La respuesta puede ser que son abundantes y la exclusión de su uso imposible. Existen los precios para un grupo de bienes y servicios de la naturaleza porque los humanos acuerdan derechos y obligaciones sobre ellos, adjudicando la propiedad a unos y excluyendo a otros de su uso, y el derecho de propiedad supone la exclusividad de apropiarse del valor del activo natural y a transmitir la propiedad a voluntad a terceros. El precio de los bienes y servicios escasos que nos regala la naturaleza existe siempre, ya que, de forma visible o invisible, previamente se han delimitado claramente los derechos de propiedad. Generalmente, los precios de los bienes y servicios de la naturaleza escasos no son observables, y para hacerlos visibles se ha de aplicar la metodología contable completa para obtener de las cuentas de la naturaleza sus precios ambientales. Así, el precio de un activo ambiental es el resultado de las relaciones de intercambio que establecen las personas entre sí cuando se prestan bienes y servicios en un contexto de reciprocidad en sus intercambios.

¿Tiene la ciencia de la economía ambiental resuelta la metodología a utilizar en la valoración de estos servicios ambientales? Es decir, ¿hay consenso internacional sobre cuál es el mejor y más exacto método de valoración de los servicios ambientales? La ciencia económica tiene desarrollados métodos basados en observaciones de consumos de los bienes y servicios con precios de mercado que llevan incorporados la contribución de la renta ambiental. Entre el grupo de métodos que utilizan datos observados es de uso y consenso generalizado el método de precios hedónicos. Este consiste en conocer el valor que aporta a un bien cada uno de sus elementos, siendo uno de estos últimos los bienes y servicios aportados por la naturaleza. En otras ocasiones el bien o servicio no tiene un precio observado en el mercado, como por ejemplo la visita de una persona que accede gratuitamente al disfrute de un espacio natural. En este caso también puede obtenerse el precio de su visita a partir del coste del viaje desde su lugar de residencia. En las últimas décadas se ha generalizado el uso del método de valoración contingente, basado en entrevistas a los usuarios para que, diseñada de forma hipotética una comercialización del bien o servicio consumido, el usuario declare el precio

máximo que pagaría antes de renunciar al consumo del bien o servicio que hasta ahora disfrutaba gratuitamente. No existe un acuerdo generalizado sobre los métodos de valoración ambiental, si bien las discrepancias tienden a centrarse en las aplicaciones. Las insuficiencias metodológicas se presentan en mayor medida sobre los valores del paisaje y la biodiversidad amenazada. El mejor método de valoración ambiental es aquel que se acerca más al tipo de mercado real que podría regularse e implantarse en el lugar concernido. Los precios derivados de métodos que no responden a comportamientos reales o simulados de los consumidores no pueden ser aceptados estrictamente como precios sociales. En este caso la valoración económica ambiental no es lícita, excepto si se trata de salvar de la extinción un hábitat o una especie únicos. En este caso cuenta la métrica política, con la restricción de que el coste sea tolerado por las generaciones actuales. Las aplicaciones de los métodos de valoración ambiental de bienes y servicios sin precios de mercado referidos a pagos de los usuarios por los servicios del paisaje y la biodiversidad amenazada no han alcanzado todavía resultados tan robustos como los estimados de los servicios recreativos públicos. En estos casos la controversia en la cien-

Existen los precios para un grupo de bienes y servicios de la naturaleza porque los humanos acuerdan derechos y obligaciones sobre ellos, adjudicando la propiedad a unos y excluyendo a otros de su uso, y el derecho de propiedad supone la exclusividad de apropiarse del valor del activo natural y a transmitir la propiedad a voluntad a terceros Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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No existe un acuerdo generalizado sobre los métodos de valoración ambiental. La ciencia económica tiene desarrollados métodos basados en observaciones de consumos de los bienes y servicios con precios de mercado que llevan incorporados la contribución de la renta ambiental. Entre el grupo de métodos que utilizan datos observados destaca el método de precios hedónicos. En las últimas décadas se ha generalizado el uso del método de valoración contingente, basado en entrevistas a los usuarios

cia económica es aún impetuosa y aún inconclusa en cuanto a alcanzar un consenso generalizado.

Pablo Campos junto al granado, el árbol de la ciencia, en el jardín del CSIC en Madrid

El anterior Ministerio de Medio Ambiente ya valoró los servicios ambientales de los montes españoles, aunque no aclara con qué metodología ¿qué valor científico tienen esos datos facilitados por el Ministerio? Valoro positivamente la iniciativa del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM) de abordar la valoración de los activos naturales españoles para el año 2005. Sin embargo, mi juicio es crítico con las limitaciones que presenta la publicación del MARM (2010) Valoración de Activos Naturales de España, que ofrece un cálculo de la renta ambiental de una lista de productos privados y públicos de los sistemas forestales españoles. Esta publicación del MARM adolece de no haber producido los datos primarios ad hoc que hubieran garantizado una medición agregada robusta de los resultados presentados. La renta ambiental privada del subgrupo de productos con precios de mercado se atiene a su concepto científico, excepto las insuficiencias de datos sobre las rentas ambientales de los pastos y la caza. La renta ambiental pública de los servicios recreativos sin precios de mercado no se corresponde con su concepto científico, ya que no se podría recaudar en un mercado real el máximo precio que cada visitante pagaría por su visita. Estas limitaciones representan en este momento una dificultad insuperable para poder hacer un uso científico consistente, en términos de renta ambiental compatible con el sistema de cuentas nacionales, de

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La implantación homogeneizada de la contabilidad ambiental produciría cambios importantes en el sistema de precios de mercado sobre la base de la interiorización de los daños y beneficios ambientales en las contabilidades de las empresas, las administraciones públicas y los hogares la valoración de la renta ambiental del monte ofrecida de los productos sin precios de mercado de esta valoración del MARM (2010). ¿Qué consecuencias podría tener para España, como país miembro de la UE, que la valoración de los servicios ambientales no fuese la correcta? ¿No sería más lógico que todos los países de la UE estableciesen sus valoraciones siguiendo los mismos criterios y metodología? La implantación de un sistema común de cuentas económicas ambientales de los ecosistemas naturales tendrá un marco mundial que está liderado por la División de Estadística de Naciones Unidas (UNSD). Esta guía metodológica es aún una iniciativa incipiente que se espera verá la luz del consenso oficial de las oficinas estadísticas en pocos años. La Unión Europea vive en una controversia que tiende a mi juicio a la inoperancia. Por una parte, la Dirección General de Medio Ambiente es firme partidaria de la aplicación de las cuentas ambientales que está coordinando la UNSD; y, por otra parte, la Oficina Estadística de la Unión Europea (EUROSTAT) acepta su aplicación voluntaria, pero sin integración en el cálculo del producto interior bruto (PIB) convencional. EUROSTAT aduce que se requieren elevados recursos humanos y financieros para producir la ingente can-

tidad de información requerida para la implantación de la contabilidad ambiental, además de reparos metodológicos que en cierto modo no cumple en sus propias prácticas contables actuales en la medición de la renta de los servicios públicos gratuitos producidos por la administración pública. La implantación homogeneizada de la contabilidad ambiental produciría cambios importantes en el sistema de precios de mercado sobre la base de la interiorización de los daños y beneficios ambientales en las contabilidades de las empresas, las administraciones públicas y los hogares. Un ejemplo se tiene con la aplicación de la Directiva Marco del Agua europea. Esta última, al establecer tasas ambientales fundadas en la mitigación de daños ambientales de las aguas residuales, ha implicado una diferenciación de precios del agua ofertada entre las empresas que llevan a cabo un saneamiento integral y aquellas empresas que no hacen un saneamiento integral o lo realizan parcialmente. En el caso de España, los propietarios de los montes se verían, por un lado, beneficiados con la implantación de un sistema de cuentas ambientales por hacerse visibles los servicios ambientales públicos producidos y conocerse así el lucro cesante por la realización de selviculturas y pasciculturas que favorecen la producción de rentas públicas, como sería la producción de

agua natural, el uso recreativo, el paisaje y la biodiversidad amenazada. Por otro lado, si el gobierno aplica criterios de equidad impositiva sobre la renta personal, los propietarios privados familiares de montes podrían verse afectados negativamente por un impuesto sobre la renta ambiental autoconsumida, ahora exenta de tributación, entre otras razones, por omitirse su cuantificación. Idea esta última nada novedosa, ya que en el reinado de Carlos IV, su primer ministro Godoy ya intentó implantar un impuesto especifico sobre la renta ambiental autoconsumida por los propietarios de “bosques de recreo”. La Unión Europea parece dispuesta a relanzar su propuesta de incluir un sistema experimental de cuentas ambientales en el cálculo de la renta nacional para 2020 ¿En qué consiste su propuesta exactamente? La Comisión Europea ha recomendado que “los Estados miembros, con asistencia de la Comisión, cartografiarán y evaluarán el estado de los ecosistemas y sus servicios en sus respectivos territorios no más tarde de 2014, calcularán el valor económico de dichos servicios y promoverán la integración de ese valor en los sistemas de contabilidad [nacional] e información a nivel nacional y europeo no más tarde de 2020”. Esta recomendación se inscribe en uno de los acuerdos de

No hay duda de que la implantación de la contabilidad ambiental integrada provocaría una medición de la renta ambiental europea que supondría profundos cambios en su cuantía y distribución, y ocasionaría importantes pagos a favor de los países que ahora aportan mayores rentas ambientales, es decir, la diferencia entre los beneficios y los daños ambientales. Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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Me atrevería a vaticinar que la variación en su conjunto de la interiorización de los beneficios y daños ambientales de los productos de las explotaciones de montes resultaría netamente positiva, emergiendo así unas rentas totales privadas y públicas de los montes significativamente superiores a las escuálidas cifras de rentas de la selvicultura que ofrece hoy la estadística oficial española Nagoya (2010) de la Convención sobre la Diversidad Biológica, que ha asumido la Unión Europea. Esta disposición parte del principio de que la vigente invisibilidad de la contribución de la renta ambiental de la diversidad biológica al PIB convencional perjudica el diseño de mejores políticas para la mitigación de la pérdida de biodiversidad. ¿Cómo puede afectar al sistema de cuentas nacional de España esta inclusión? En la economía española la implantación de la contabilidad nacional ambiental integrada en la Unión Europea podría suponer la constatación de un notable aumento de la renta por habitante en relación a otros países europeos industrializados más contaminantes y de menores beneficios ambientales que España. La superior superficie forestal por habitante y el mayor índice de biodiversidad global, unidos a la situación puente entre Europa y África, sitúan a España en una posición claramente acreedora en exportación de servicios de paisaje y biodiversidad a los países del centro y norte de Europa. Estos servicios son consumidos ahora gratis por estos países deudores, que hechas las cuentas ambientales habrían de pagar a España el consumo que vienen haciendo de los servicios ambientales públicos que producimos para su disfrute. En cierto sentido puede sospecharse que el retraso en la implantación de la contabilidad ambiental desde que, por primera vez, la Comisión Europea propuso su introducción en 1994 no es ajeno a la lucha de intereses entre perdedores y ganadores. No hay duda de que la implantación de la contabilidad ambiental integrada provocaría una medición de la renta ambiental europea que supondría profundos cambios en su cuantía y distribución, y ocasionaría importantes pagos a favor de los países

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que ahora aportan mayores rentas ambientales, es decir, la diferencia entre los beneficios y los daños ambientales. Si nos remitimos exclusivamente a la renta agraria, la implantación de un sistema de cuentas ambientales cabe pensar que la variación de la renta ambiental de la rama agricultura tendría un signo incierto; por un lado, aumentaría la producción de servicios ambientales autoconsumidos y otros servicios intermedios interiorizados utilizados como elementos de la producción de servicios públicos; y, por otro lado, aumentarían los costes por daños ambientales interiorizados. En las ramas del monte y la ganadería extensiva sí parece claro que aumentarían notablemente las rentas ambientales. En este último caso, vería la luz la producción de servicios manufacturados intermedios del pastoreo de la ganadería para favorecer la producción de servicios públicos recreativos, paisaje y biodiversidad amenazada. Me atrevería a vaticinar que la variación en su conjunto de la interiorización de los beneficios y daños ambientales de los productos de las explotaciones de montes resultaría netamente positiva, emergiendo así unas rentas totales privadas y públicas de los montes significativamente superiores a las escuálidas cifras de rentas de la selvicultura que ofrece hoy la estadística oficial española. ¿Por qué se decantan usted y otros economistas por el concepto de renta social total como valor más exacto de un ecosistema, frente a otros conceptos más tradicionales como el del capital natural? La renta total social es el concepto que comprende la suma del valor añadido neto más las ganancias/pérdidas de capital que generan las actividades económicas en un año. En otras palabras, la renta total social es la remuneración que reciben los trabajadores,

los propietarios que invierten capital manufacturado en el ecosistema natural y la renta ambiental producida por la naturaleza. El capital natural es solo el valor del activo ambiental que genera los flujos anuales de renta ambiental. Como he dicho antes, también se requiere conocer la renta total social para poder estimar la renta ambiental y su contrapartida en forma de activo natural o capital natural. ¿Cuáles son los valores en los que se fundamenta la renta social total?, ¿podría definirlos brevemente? La renta total social del monte se fundamenta en el concepto de valor económico total de un ecosistema natural. La diferencia entre un ecosistema industrial y un ecosistema natural es que este último contiene al medio natural dado gratis por la naturaleza. Esta última puede que incluya activos naturales únicos, no reproducibles a voluntad humana, y en este caso emerge una nueva fuente de valor que los economistas llamamos valor de existencia o uso pasivo. Este último uso se caracteriza por la disposición a pagar de algunas personas, si fuera necesario, para evitar que una variedad genética única no reproducible desaparezca para siempre y no implicando este pago otro motivo de satisfacción que el de conocer que continuará existiendo la cosa única. Las fuentes habituales de la aparición del valor económico que las personas dan al intercambio de bienes y servicios en mercados regulados o implícitos tienen al disfrute activo por consumir hoy o en el futuro los bienes y servicios escasos que satisfacen sus gustos o necesidades. ¿Cuáles son los usos que debemos medir para establecer el valor económico total de un ecosistema? La lista de bienes y males de los ecosistemas naturales depende por com-

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La consecuencia de disponer solo de mediciones fragmentarias de algunas rentas privadas del monte es que se imposibilita el conocimiento de la verdadera contribución del monte al bienestar de la sociedad en su conjunto. En esta situación es más problemático acertar en el diseño de las políticas públicas del monte que persiguen ser equitativas, eficientes y socialmente preferidas pleto del consumo de las cosas naturales que hacen las personas. A título de ejemplo no exhaustivo: se tiene en las explotaciones de montes en España, por un lado, las rentas privadas procedentes de la madera, el corcho, la leña, el piñón, la castaña, la bellota, el pasto, el ramón, el servicio de la selvicultura de conservación, otros productos forestales, los productos cinegéticos, los productos ganaderos, los productos agrícolas, los servicios recreativos comerciales, los servicios residenciales y los servicios ambientales privados; y, por otro lado, hay que tener en cuenta las renta públicas con origen en el agua natural regulada, los hongos silvestres recolectados, el servicio de la fijación neta de carbono, los servicios recreativos públicos, el servicio de paisaje y el servicio de la biodiversidad amenazada. Todas estas rentas de las explotaciones de monte son un ejemplo de la complejidad de medir simultáneamente la economía privada y la economía pública conjunta de los montes para llegar a vertebrar una gestión concertada entre la sociedad (representada por la administración pública) y los propietarios jurídicos del monte. La consecuencia de disponer solo de mediciones fragmentarias de algunas rentas privadas del monte es que se imposibilita el conocimiento de la verdadera contribución del monte al bienestar de la sociedad en su conjunto. En esta situación es más problemático acertar en el diseño de las políticas públicas del monte que persiguen ser equitativas, eficientes y socialmente preferidas. La lista de usos del monte puede ser a escala mundial casi inabarcable. Por fortuna, la Agencia de Medio Ambiente Europea, en coordinación con la UNSD y otras agencias, trabaja en la Clasificación Común Internacional de los Servicios de los Ecosistemas (CICES). Esta lista de usos económicos de los servicios de los ecosistemas facilitará que la guía metodológica de las

cuentas económicas ambientales de los ecosistemas pueda seguir su proceso de elaboración hasta su aprobación definitiva, quizás antes de 2020. ¿Cómo se puede evitar la doble contabilización de valores ambientales cuan-

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do preguntamos a los usuarios por el uso activo y pasivo de un ecosistema? En nuestro Grupo de Investigación de Economía Ambiental (GEA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) estamos interesados en llevar a cabo experimentos de elección en

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Me parece insólito que una administración pública publique estimaciones de las “rentas ambientales” (MARM, 2010: 93) de los activos naturales españoles sin que sean accesibles las cuentas y metodologías detalladas que dan lugar a las estimaciones presentadas. Mientras esto no suceda es razonable que los científicos no hagamos uso de dichos datos laboratorio y en los hogares españoles y europeos buscando avanzar en mediciones robustas de la biodiversidad y el paisaje. Los resultados obtenidos hasta hoy sobre estos servicios ambientales no son todavía concluyentes, y nuestra preocupación es continuar diseñando cuestionarios que puedan ser comprendidos de forma sencilla por las personas consumidoras de los servicios ambientales. Por ejemplo, estamos pensando ampliar la estrategia de la investigación en la dirección de medir primero el valor total de la satisfacción que ofrece a los encuestados un recurso biológico en peligro de extinción, y posteriormente, mediante la disección de los atributos del recurso ambiental en el cuestionario, separar por procedimientos matemáticos ad hoc sus valores de usos activo y pasivo. Para el desarrollo de esta línea de investigación futura esperamos merecer la valoración positiva de los evaluadores en las convocatorias públicas competitivas de financiación de la investigación para continuar nuestro trabajo. ¿Este sistema de medición del valor de un ecosistema podría aplicarse a cualquier producto que obtengamos de él, incluso a aquellos que sabemos que son contaminantes, como por ejemplo el petróleo? Si preguntamos a la gente su disponibilidad a asumir un pago para garantizarse el uso del petróleo podríamos disparar su valor por encima de cualquier otro producto o beneficio ambiental. ¿Es aplicable esta metodología de valoración a productos energéticos fósiles contaminantes? La metodología del valor económico total conceptualiza e integra tanto los beneficios como los daños. Dado que el valor económico es una característica que las personas atribuyen a los bienes y males escasos, en el primer

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caso para garantizarse su consumo y en el segundo para evitarlo, no hay dificultad adicional alguna para aplicar las metodologías de valoración ambiental a un recurso natural que su uso genera simultáneamente bienestar y malestar. Serán las circunstancias concretas las que influirán la decisión de la regulación pública sobre las condiciones de uso o, incluso, en la de eliminar su producción. Ustedes están trabajando en la valoración de los montes y servicios ambientales de Andalucía, ¿con qué metodología? Y ¿para cuándo tienen previsto hacer públicos los datos de su estudio? Adelántenos algo, ¿variarán mucho con respecto a los obtenidos por el Ministerio para esa Comunidad Autónoma? La Junta de Andalucía en el año 2008, a propuesta del entonces director general del Medio Natural José Santiago Guirado, y con la colaboración de la entonces Empresa de Gestión Medioambiental de Andalucía (EGMASA), firmó un contrato de investigación y consultoría con el CSIC para el desarrollo y aplicación del sistema de cuentas agroforestales (CAF) que estábamos desarrollando en el GEA. Esta investigación es conocida por las siglas RECAMAN (Renta y Capital de los Montes de Andalucía), y en este proyecto participan otros grupos de investigadores de centros de investigación y universidades españoles. Nosotros seguimos una metodología de valoración basada en mercados reales y otros simulados cuando no se dispone de precios de mercado e integramos de forma consistente con el concepto de renta total las rentas privadas y públicas arriba referidas. Nuestro trabajo lo sometemos a la crítica de los expertos a escala internacional, tanto en instituciones estadísticas gubernamentales, como la UNSD

y EUROSTAT; organismos económicos internacionales, como Banco Mundial y FAO, y medios académicos, como revistas científicas, congresos y libros técnicos. El juicio que merece nuestro trabajo en el ámbito científico no me corresponde a mí expresarlo, en este caso tenemos la fortuna de que el lector puede conocerlo acudiendo a nuestras publicaciones, en un gran número de ellas disponibles electrónicamente, incluidos los artículos publicados en las revistas científicas. En el VI Congreso Forestal Español presentamos resultados parciales de la caza, el carbono, el autoconsumo ambiental privado, los servicios recreativos, el paisaje y la biodiversidad amenazada en una Sesión Dinámica dedicada al proyecto RECAMAN. Esperamos haber finalizado antes de abril de 2014 el análisis completo de los resultados y poder difundirlos a la comunidad científica. Por otra parte, es responsabilidad de la Junta de Andalucía aplicar la metodología RECAMAN en las partes que considere de su interés, con el fin de extender al ámbito económico su sistema de estadísticas ambientales de Andalucía. En este momento, no puedo responder en cuánto varían nuestras mediciones de la renta ambiental de montes con las del MARM (2010). Sípuedo avanzar que nosotros no tenemos conocimiento de la metodología y datos primarios aplicados por el MARM (2010) y ello nos imposibilita hacer comparaciones. Me parece insólito que una administración pública publique estimaciones de las “rentas ambientales” (MARM, 2010: 93) de los activos naturales españoles sin que sean accesibles las cuentas y metodologías detalladas que dan lugar a las estimaciones presentadas. Mientras esto no suceda es razonable que los científicos no hagamos uso de dichos datos.

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yOrdenación y del Territorio yProtección y ambiental yGestión y de espacios naturales y especies protegidas ySeguridad y y salud yJardinería y y paisajismo yCaza y y pesca yAprovechamientos y forestales yEnergías y renovables yHidrología y

yCalidad y ambiental yEducación y ambiental yPrevención y y extinción de incendios yRestauración y de cubierta vegetal yIndustrias y forestales y papeleras ySanidad y vegetal yPeritaciones y y valoraciones yTrabajos y topográficos yConstrucciones y

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COLABORACIÓN

TÉCNICA

Estudio de la capacidad de nado del barbo Ibérico (Luciobarbus bocagei) y de la boga del Duero (Pseudochondrostoma duriense) Hoy en día, los ríos se encuentran cada vez más fragmentados por obstáculos artificiales como presas y azudes. Debido a estas estructuras, las poblaciones de peces se ven afectadas negativamente (disminución de poblaciones, pérdida de diversidad genética por fragmentación de poblaciones, retraso en la migración…). Por lo tanto, resulta necesario conocer las aptitudes natatorias de nuestros peces para determinar cuándo una estructura es realmente un obstáculo y para diseñar adecuadamente sistemas de paso para peces.

Nuria Ramos González Máster en Ingeniería de Montes U.D. de Hidráulica e Hidrología E.T.S.II.AA. de Palencia, Universidad de Valladolid

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Objetivos or ello, el interés de este estudio radica en la obtención de información relativa a la capacidad de nado del barbo Ibérico (Luciobarbus bocagei Steindachner, 1864) y la boga del Duero (Pseudochondrostoma duriense Coelho, 1985), recogiendo las velocidades máximas de nado, el tiempo de fatiga y las distancias máximas recorridas. De este modo nos acercaremos a un mayor

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conocimiento de su comportamiento, ya que estas variables son consideradas en el ámbito científico como el elemento fundamental para una mejor comprensión del comportamiento de los peces, tanto a nivel individual como específico. Dicha capacidad es uno de los factores cruciales que determinan la supervivencia de los peces en su hábitat. A su vez, este conocimiento permitirá diseñar estas obras transversales con criterios

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Esquema del canal de nado y de la disposición de diferentes elementos en el mismo

ambientales, optimizando la efectividad de las mismas, por lo que la aplicación práctica de este estudio es inmediata. Metodología seguida ara ello se realizaron una serie de seis experimentos en un canal de nado de 20 m de longitud y pendiente nula, construido en hormigón y paralelo a una escala para peces en el río Duero, a su paso por Vadocondes (Burgos). Para conseguir las velocidades y regímenes requeridos, que fueron de 1,5 m/s en régimen subcrítico y 2,5 m/s y 3 m/s en régimen supercrítico, el canal se calibró a través del uso de una cámara de carga con tres compuertas, y con el uso de dos sondas para controlar el calado. Se utilizó una muestra de 80 peces, dividida en dos lotes de 26 barbos y 14 bogas cada uno, de longitudes furcales comprendidas entre los 11 y 27 cm (exceptuando dos barbos de 36 y 54 cm), y se midió la natación voluntaria de los peces enfrentados a las distintas velocidades y regímenes de flujo durante las fechas de migración naturales de ambas especies (mayo, junio de 2012). Cada uno de los seis experimentos (tres con cada lote y velocidad) tuvo una duración de 22 h. Para el registro de los peces se utilizó un sistema de seguimiento basado en radiotransmisores electromagnéticos (PIT-Tags). Estos consisten en una pequeña etiqueta con un código individual que se coloca en los peces y que es detectado a su paso por una serie

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de antenas, registrándose un sello espacial y temporal que puede ser analizado posteriormente. La etiqueta se coloca en la cavidad intraperitoneal de los peces tras ser anestesiados, posteriormente se dejan estabulados durante al menos 24 h para su descanso y se procede al inicio de los experimentos. Se colocaron ocho antenas, dispuestas la primera a 0,5 m de la entrada del canal y las demás cada 2 m. Están conectadas mediante módulos de ajuste a dos lectores que graban los datos, compuestos por: número de etiqueta, número de antena, hora de detección, tiempo de detección y tiempo sin detección. Para completar los registros se utilizó un sistema de grabación con cinco

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videocámaras sincronizadas con el sistema PIT, lo que permite además conocer el comportamiento de los peces (si ascienden en grupos, preferencia por el fondo o laterales, etc.).

Colocación de un dispositivo PIT-Tag en un barbo.

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Arriba: cámaras de vídeo dispuestas sobre las antenas en el canal. Abajo: fotogramas del ascenso de un barbo por el canal a su paso por las distintas antenas

Más tarde se filtraron estos registros, limpiando las posibles interferencias y analizando el comportamiento de cada pez en el canal, creando así una amplia base de datos de distancias máximas recorridas, tiempos de fatiga y velocidades de nado asociadas a cada intento para cada ensayo. Estas variables se han estudiado estadísticamente mediante 1) análisis de supervivencia, que nos permite conocer el porcentaje de paso de los peces a través de una barrera de distancia o tiempo de fatiga; 2) análisis de regresión, para el conocimiento de la relación entre la velocidad de nado y el tiempo de fatiga; y

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3) análisis de la varianza (ANOVA), para determinar las diferencias existentes entre especies, longitudes, velocidades y regímenes de flujo. Por último, se ha completado el estudio con el análisis de los intentos de cada especie y su relación con las velocidades de flujo, el tiempo transcurrido entre ellos y el análisis de la actividad horaria de los peces. Resultados y conclusiones abe destacar como resultados principales que tanto la distancia máxima recorrida como el tiempo de fatiga para ambas especies depende de la velocidad de flujo a la que se enfrentan, de mane-

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ra que se alcanzan distancias mayores cuanto menor es la velocidad de flujo, independientemente de su longitud. Además, mostraron distancias y tiempos de fatiga mayores, es decir, mayor resistencia, cuando se enfrentaron a flujos subcríticos, lo cual resulta lógico puesto que el esfuerzo requerido es menor. Se ha visto también que la velocidad de nado desarrollada por ambas especies depende de la velocidad de flujo que afronten, pero no de su longitud. Cuanto mayor es la velocidad del flujo de agua, mayor es la velocidad desarrollada por el pez. Tanto barbos como bogas desarrollan velocidades de nado relativas mayores cuando se enfrentan a flujo supercrítico. Este punto revela un aspecto importante: presentan una estrategia de nado que les permite adaptar su velocidad máxima a las diferentes velocidades de flujo en las que se encuentren. La existencia de una estrategia de nado pone de manifiesto la necesidad de tener en cuenta, a la hora de definir las capacidades de nado de los peces, no solo la longitud del pez y la temperatura del agua como se ha realizado tradicionalmente, sino también la velocidad del flujo en el que se encuentran. Por otro lado, se han obtenido velocidades punta mayores para Luciobarbus bocagei que las revisadas en la bibliografía para el género Barbus. Obviamente, las condiciones y las metodologías de los ensayos realizados no son las mismas, aunque la interpretación y el uso de las velocidades máximas sí lo sean. Hay que destacar también que este es el primer estudio realizado sobre la capacidad de nado de la boga del Duero, Pseudochondrostoma duriense, por lo que no existen datos comparables a los obtenidos. Es preciso llevar a cabo un mayor número de trabajos sobre ambas especies, homogenizando las condiciones de los ensayos. Las horas del día en las que los peces mostraron una mayor actividad se corresponden con los intervalos cercanos al amanecer y anochecer, lo cual puede tener valor de cara a gestionar soluciones de paso para peces, como son las compuertas en pequeños azudes, que solo se abren para facilitar la migración de los peces en determinadas fechas y horarios. Se observó que los intentos iniciales se retrasaban como respuesta a la introducción de los peces en el estanque de estabulación del canal de ensayos y al cambio en las condiciones

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del agua. A medida que el pez se aclimata los intentos iban aumentando. Por último, consideramos que la medición de la capacidad de nado en peces usando canales de nado con diferentes velocidades y natación voluntaria es el método que ofrece resultados más fiables para analizar las barreras de velocidad y aplicar los resultados en el diseño de pasos para peces. Cabe destacar que este estudio es el primer trabajo de investigación acerca

de la capacidad de natación con nado voluntario de los peces en Europa. Constituye un punto de partida para el conocimiento del nado voluntario de los ciprínidos ibéricos, del que existe actualmente muy poca información. Por otro lado, la aplicación práctica de estos resultados, como se ha comentado anteriormente, es de vital importancia para la construcción de pasos para peces.

Frecuencia de paso en función de la distancia para una velocidad de flujo concreta para la especie barbo

Modelo de predicción del tiempo de fatiga del barbo en función de la velocidad de nado

Actividad horaria llevada a cabo por ambas especies reflejada en aproximaciones e intentos

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ACTUALIDAD

ENTREVISTA

Entrevista a María Gafo Gómez-Zamalloa, Jefa del Sector Forestal de la Unidad "Bioenergía, Cambio Climatico y Bosques" de la Dirección General de Agricultura y Desarrollo Rural de la Comisión Europea

“Los bosques son fundamentales para que la UE cumpla sus objetivos de crecimiento inteligente, sostenible e integrador”

Ismael Muñoz Linares

La Unión Europea ha jugado y juega un papel importantísimo en la inversión pública en los bosques. A través de sus diferentes fondos estructurales ha dado a España la financiación necesaria para poner en marcha planes forestales autonómicos y para favorecer la gestión forestal sostenible. La Unión Europea considera a los bosques una pieza fundamental para lograr sus objetivos de desarrollo rural. Precisamente ahora, estamos en pleno proceso de negociación de los fondos de desarrollo rural de los que saldrá el 90 % de la financiación europea para los bosques. María Gafo nos ayuda a conocer las claves de las nuevas propuestas.

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La UE no dispone de política forestal común porque el Tratado de la Unión no la considera de su competencia. Sin embargo, declara en su política de desarrollo rural que la agricultura y la selvicultura son decisivas para la utilización de las tierras y la gestión de los recursos naturales de las zonas rurales. ¿Cómo se explica esta contradicción? Parece un intento de paliar levemente un error histórico en contra de los bosques. No pienso que haya ninguna contradicción, pero es necesario hacer algunas matizaciones. Aunque es cierto que no tenemos una política forestal común, sí tenemos valores y objetivos comunes para nuestros bosques, que se reflejaron en la Estrategia Forestal Europea de 1998 y que se van a ver reforzados en la nueva Estrategia Forestal, en la que estamos trabajando. Por otro lado, un gran número de políticas europeas tienen un gran impacto en los bosques y en la gestión forestal. Por ejemplo, la política para las energías renovables, para el cambio climático, para la protección del medio ambiente, para la investigación y la innovación y, por supuesto, la política de desarrollo rural. Los bosques son fundamentales para que

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La nueva estrategia forestal, en preparación, busca mejorar la coordinación entre la Comisión, los Estados miembros y grupos de interés a través de una visión holística de la gestión forestal, abarcando los múltiples beneficios de los bosques, integrando los aspectos internos y externos de la política forestal e incluyendo también a la cadena de valor la Unión Europea cumpla sus objetivos de crecimiento inteligente, sostenible e integrador. ¿Necesita la UE una política forestal común que vaya más allá en planificación e inversiones de lo que alcanza la política de desarrollo rural? En las reuniones con los Estados miembros en el Comité Forestal Permanente para la preparación de la nueva Estrategia Forestal, hemos discutido distintas posibilidades, incluyendo una directiva sobre gestión forestal sostenible, pero no ha habido consenso para ir más allá de iniciativas voluntarias. Sí es cierto que la contribución de las políticas comunitarias al sector forestal no se limita a la política de desarrollo rural, aunque es importante reconocer que la mayoría de los recursos europeos para el sector provienen de esta (alrededor del 90 % del total). La nueva estrategia forestal, en preparación, busca mejorar la coordinación entre la Comisión, los Estados miembros y grupos de interés a través de una visión holística de la gestión forestal, abarcando los múltiples beneficios de los bosques, integrando los aspectos internos y externos de la política forestal e incluyendo también a la cadena de valor. El objetivo es establecer los principios fundamentales para fomentar la gestión forestal sostenible, mejorando la competitividad y la creación de empleo, en particular en las zonas rurales, al tiempo que se garantice la protección y la prestación, por parte de los bosques, de los servicios ambientales que nos demanda la sociedad.

María Gafo en su despacho con el dibujo ganador del concurso "Qué representa el bosque para mí"

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¿De qué manera puede el sector forestal favorecer el desarrollo rural? Los bosques y otras áreas boscosas representan un 42 % de la su-

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Si queremos que los montes mantengan y optimicen sus funciones de las que toda la sociedad se beneficia, debemos asegurar que contribuyan a crear riqueza y empleo en las zonas rurales. Una gestión sostenible que proporcione bienes y servicios de una forma equilibrada y asegure la protección de los bosques es un pilar fundamental para el desarrollo rural perficie total de la UE. Por ello, sería impensable una política de desarrollo rural que no los considerase. Como consecuencia, tanto el actual reglamento de desarrollo rural como el nuevo reglamento, actualmente en discusión en el Consejo y en el Parlamento, reconocen la importancia de la agricultura y la selvicultura en la utilización del suelo y en la gestión de los recursos naturales. Si queremos que los montes mantengan y optimicen sus funciones de las que toda la sociedad se beneficia, debemos asegurar que contribuyan a crear riqueza y empleo en las zonas rurales. Una gestión sostenible que proporcione bienes y servicios de una forma equilibrada y asegure la protección de los bosques es un pilar fundamental para el desarrollo rural. La estrategia de comunicación desarrollada por el Comité Forestal Permanente va incluso más allá y considera que los planteamientos forestales eficaces y sostenibles pueden generar más beneficios medioambientales, económicos y sociales que cualquier otro uso del suelo. A punto de terminar el último plan de política de desarrollo rural comunitaria (2007-2013), ¿cuánto ha invertido la UE en los bosques desde su política de desarrollo rural?, ¿cuáles son los subsectores que más apoyo económico han recibido? Si se suman los fondos destinados de forma específica al sector forestal (6.000 millones de euros) y las medidas relacionadas con la silvicultura (entre 1.000 y 2.000 millones de euros), los Estados miembros asignaron inicialmente alrededor de 8.000 millones de euros del presupuesto comunitario (FEADER), y hasta 16.000 millones en total, contando la cofinanciación nacional, al sector forestal. Estos importes corresponden, respectivamente, a un 9

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% de los fondos FEADER y el 7-8 % de la cantidad total de los recursos financieros destinados a los programas de desarrollo rural durante el período de programación 2007-2013. Según los últimos datos de los que disponemos, la aplicación de estas medidas por parte de los Estados miembros muestra una tendencia positiva, próxima al 100 % de los objetivos revisados. Las medidas que han obtenido mayor apoyo económico son: la forestación de tierras agrarias, seguida de la prevención y restauración de los daños causados por incendios y otras catástrofes, y por las inversiones no productivas. ¿Cuáles son los logros más importantes en materia forestal que ha conseguido este plan? Analizando los programas de desarrollo rural de los distintos países y regiones, hay más de 120.000 actividades que tienen como objetivo mejorar los beneficios sociales y medioambientales de los bosques y contribuir a fomentar la gestión sostenible. Cada una presenta sus beneficios en distintos aspectos. Por ello, es difícil decantarse por una u otra medida. En términos globales, creo que los logros de la medida de forestación de tierras agrarias deben resaltarse. Al contrario de lo que ocurre en la mayor parte del mundo, con unas tasas de deforestación alarmantes, la superficie forestal de la UE están aumentando y en la última década ha crecido en torno al 2 %. Esto no es solo consecuencia de los programas de forestación, ya que el abandono de tierras agrícolas y la sucesión natural también han contribuido, pero la forestación ha jugado un papel importante. La medida de prevención de incendios es especialmente relevante en el marco mediterráneo y las estadísticas

nos demuestran que esta medida contribuye de forma eficaz a la lucha contra los incendios. Por último, las inversiones no productivas, que contribuyen a preservar y mejorar los servicios de nuestros bosques, incluyendo la biodiversidad, tienen una importancia especial ya que presentan un impacto inmediato en la provisión de bienes y servicios para la sociedad. A su juicio, ¿cuáles son los retos de la nueva política de desarrollo rural para el periodo 2014-2020 en materia forestal? Según la FAO, se prevé un aumento del 70 % en la demanda de alimentos en 2050. El suelo es cada vez un recurso más valioso y hay una fuerte competencia por su uso, que se va a ver incrementada todavía más en el futuro, lo que puede jugar en detrimento de los bosques. Por otro lado, es importante que el aumento de la producción no responda a los patrones de crecimiento del pasado y que considere, en su gestión, aspectos medioambientales, económicos y sociales. Los vínculos entre la productividad, la sostenibilidad ambiental, la distribución de los ingresos a lo largo de la cadena de valor, la salud y toda una serie de otras variables significan que se necesitan enfoques complejos en la utilización del suelo. Para ello, la contribución de la investigación, el desarrollo y la innovación es fundamental, y por esta razón, la Comisión Europea ha propuesto que la nueva Política Agraria Común (PAC) establezca vínculos más fuertes con la investigación. Esto constituye indudablemente un reto complicado pero necesario. Creo que un desafío al que se debe prestar especial atención, sobre todo en la difícil situación económica en la que nos encontramos, es contribuir a mantener la competitividad y garantizar

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Creo que un desafío al que se debe prestar especial atención, sobre todo en la difícil situación económica en la que nos encontramos, es contribuir a mantener la competitividad y garantizar ingresos a los habitantes de las zonas rurales, incluyendo al sector forestal, cuya cadena de valor ha sufrido enormemente como consecuencia de la crisis económica y financiera ingresos a los habitantes de las zonas rurales, incluyendo al sector forestal, cuya cadena de valor ha sufrido enormemente como consecuencia de la crisis económica y financiera. El desarrollo de nuevos productos o el “renacimiento” de otros, como la resina, después de unos años complicados, puede tener impactos positivos al principio de la cadena, en el monte. Aunque estamos en pleno proceso de negociación de la nueva política de desarrollo rural, ¿en qué ejes de la misma cree que quedarán encuadrados los bosques?, ¿cómo les afectará, si es que lo hace, en la cuantía de la inversión que reciban? En aras de la simplificación y también para permitir a los beneficiarios diseñar y realizar proyectos integrados con un mayor valor añadido, la Comisión ha propuesto englobar en una sola medida todos los tipos de apoyo a las inversiones y la gestión forestal. Esta medida cubrirá la forestación de tierras agrarias, la creación de sistemas agroforestales, la restauración y la prevención de incendios y otros desastres naturales, la inversión en tecnologías, la transformación y comercialización de productos forestales destinados a mejorar el rendimiento económico y ambiental de los propietarios forestales, así como las inversiones no productivas que mejoren los ecosistemas, contribuyendo a su adaptación al cambio climático y a aumentar su valor ambiental. Con respecto a la cuantía, es difícil de prever en estos momentos, ya que es competencia de los Estados miembros y dependerá de los planes de desarrollo rural que los países y regiones desarrollen para aplicar el nuevo reglamento. En ellos, pueden elegir libremente si incluir o no las medidas forestales. Según los datos que mane-

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El proyecto de Reglamento, actualmente en discusión en el Consejo y el Parlamento, reconoce, tal y como he señalado previamente, que la selvicultura forma parte integrante del desarrollo rural y apoya la gestión forestal sostenible que contribuya a la provisión equilibrada de bienes y servicios, a la protección del medioambiente y a luchar contra el cambio climático

jamos, observamos una tendencia a la baja en la medida de forestación en beneficio de otras medidas más flexibles, como las inversiones no productivas. ¿En qué cuestiones concretas pueden los planes de desarrollo rural ayudar a la gestión sostenible de los bosques? En general, todas las medidas forestales de la política de desarrollo rural contribuyen de una y otra forma a la gestión sostenible de los bosques. Para poder utilizarlas, los beneficiarios deben presentar un plan de gestión o instrumento equivalente para todos los bosques superiores a una determinada superficie, que los países deben fijar. Los planes de desarrollo rural pueden proporcionar ayuda para la elaboración de dichos planes de gestión, que son la base de un buen manejo de los recursos y, por tanto, contribuyen a la gestión sostenible de los bosques. El bosque mediterráneo es poco productivo desde el punto de vista de maderas, aunque cumple funciones vitales para la biodiversidad, fijación de CO2 y evitar la erosión, entre otros muchos servicios ambientales. ¿Tiene por ello algún tipo de tratamiento es-

pecial en la política europea? La política de desarrollo rural ofrece un “menú” del que los países y regiones eligen los “platos” que consideran más adecuados para su situación. En este marco, existen ciertas medidas especialmente interesantes para los bosques mediterráneos, como por ejemplo para la prevención de incendios, para aumentar el valor económico de los bosques o las agroforestales. Ciertas medidas también están destinadas a ayudar en la aplicación de directivas comunitarias, como las referentes a la red Natura 2000, en la que numerosos bosques mediterráneos están incluidos. Me gustaría también señalar un nuevo elemento que puede ser atractivo para el monte mediterráneo, donde el matorral en algunos casos juega un papel fundamental, contribuyendo a luchar contra la erosión y la desertificación. En las zonas en que la forestación se vea dificultada por condiciones extremas, la Comisión ha propuesto que puedan concederse ayudas para la plantación de otras especies leñosas como matas o arbustos que se adapten a las condiciones locales.

¿Va a reconocer la nueva política de desarrollo rural europea la enorme importancia que tienen los servicios ambientales que prestan los bosques?, ¿de qué manera? El proyecto de Reglamento, actualmente en discusión en el Consejo y el Parlamento, reconoce, tal y como he señalado previamente, que la selvicultura forma parte integrante del desarrollo rural y apoya la gestión forestal sostenible que contribuya a la provisión equilibrada de bienes y servicios, a la protección del medioambiente y a luchar contra el cambio climático. Si bien la política de desarrollo rural no paga directamente por la provisión de servicios ambientales, a través de las medidas de inversiones no productivas o pérdida de ingresos se pueden financiar los costes adicionales que conlleven las mejoras que vayan más allá de lo que exige la legislación. La medida en relación con Natura 2000 proporciona también compensación por las restricciones consecuencia de la aplicación de las directivas Hábitats y Aves. La capacidad de fijación de CO2 por los bosques les convierte en un aliado fantástico para luchar contra el cam-

En febrero de este año, los jefes de Estado y de Gobierno decidieron que los objetivos fijados en materia climática representarán como mínimo el 20 % del gasto de la Unión Europea durante el periodo 2014-2020. la Comisión está analizando lo que esta cifra representará en las distintas políticas, incluyendo también la política de desarrollo rural. Evidentemente, los bosques son un elemento importante a tener en cuenta 46

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En la actualidad, la biomasa forestal es la fuente de energía renovable más importante y proporciona alrededor de la mitad del consumo total de energía renovable en la Unión Europea. El volumen es ya considerable pero, según las previsiones de los Estados miembros en los próximos años va a haber un aumento y muchos países pronostican un incremento significativo de las importaciones

bio climático. A su vez, también son sufridores de este mismo cambio. ¿De qué manera contempla la política de desarrollo rural la labor de los bosques en la lucha contra el cambio climático?, ¿prevén un incremento de los fondos europeos para este fin? Hace solo unos meses, en febrero de este año, los jefes de Estado y de Gobierno decidieron que los objetivos fijados en materia climática representarán como mínimo el 20 % del gasto de la Unión Europea durante el periodo 2014-2020. Este gasto se reflejará en los instrumentos adecuados para contribuir a reforzar la seguridad del abastecimiento energético, a construir una economía con pocas emisiones de carbono y resistente al cambio climático que aumente la competitividad de Europa y cree más empleo y puestos de trabajo más ecológicos. En la actualidad, la Comisión está analizando a nivel técnico lo que esta cifra representará en las distintas políticas, incluyendo también la política de desarrollo rural. Evidentemente, los bosques son un elemento importante a tener en cuenta. Por un lado, son vulnerables a los efectos del cambio climático, lo que requiere esfuerzos por mantener y mejorar su resistencia y capacidad de adaptación. Esto por supuesto incluye medidas para la prevención de incendios, por desgracia tan importantes en el marco mediterráneo. Por otro lado, la gestión forestal puede contribuir a mitigar el cambio climático, optimizando el papel de los bosques como sumideros y proporcionando biomateriales que pueden actuar como almacenes temporales de carbono o como sustitutos de otras materias primas y fuentes energéticas intensivas en cuanto a emisiones de gases de efecto invernadero.

La biomasa forestal con fines energéticos parece el aprovechamiento más inmediato de los recursos forestales y la forma más directa de crear puestos de trabajo en las zonas rurales ¿Tiene pensado la Comisión Europea proponer algún apoyo específico o especial para la biomasa forestal? En el marco del desarrollo rural, existen medidas que pueden beneficiar a la biomasa forestal “en general”, tanto para ser utilizada como materia prima o como fuente energética. Por ejemplo, la medida para mejorar el valor económico de los bosques puede contribuir a aumentar la movilización, pero, como he dicho antes, para todas las utilizaciones. Uno de los proyectos en los que trabaja la UE en estos momentos es en criterios de sostenibilidad para la utilización de la biomasa con fines energéticos ¿Qué fin tendrían esos criterios?, ¿en qué momento de su elaboración se encuentran?, ¿no es esta otra forma de poner más trabas a los biocombustibles en beneficio de los combustibles fósiles más contaminantes y a los que no se les exige ningún certificado ambiental? Hay un gran debate sobre los beneficios de la biomasa y su contribución a la mitigación del cambio climático. En la actualidad, la biomasa forestal es la fuente de energía renovable más importante y proporciona alrededor de la mitad del consumo total de energía renovable en la Unión Europea. El volumen es ya considerable pero, según las previsiones de los Estados miembros en el marco de los Planes de Acción Nacionales para las Energías Renovables, en los próximos años va a haber un aumento y muchos países pronostican un incremento significativo de las importaciones desde fuera de la UE.

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La biomasa forestal, como fuente de bioenergía, ofrece a las comunidades rurales la oportunidad de crear nuevos puestos de trabajo sostenibles y la diversificación de los ingresos, pero es preciso evitar los posibles impactos negativos de este aumento en su utilización, tanto en los bosques de la Unión Europea como en los de terceros países. La Comisión Europea está analizando todos estos elementos para ver si es necesario proponer algún tipo de criterios para hacer frente a posibles problemas de sostenibilidad. Es un tema muy complejo y delicado en el que se debe escuchar a todas las partes implicadas. El Comité Forestal Permanente debatió este tema en enero de este año y adoptó una opinión donde remarca la importancia de la biomasa forestal local para el desarrollo rural, aunque considera que se deben favorecer aquellos usos que proporcionen una mayor contribución al crecimiento, el empleo y el ciclo de carbono, como por ejemplo la madera como materia prima para la construcción. El comité considera que dichos criterios de sostenibilidad deben ser independientes del uso final de la biomasa, y en el caso de que se establezcan, solicita estar asociado en su elaboración. Último mensaje Muchas gracias. Para mí es un verdadero placer participar en el Sexto Congreso Forestal, donde he podido encontrarme con muchos compañeros. Animo a todos los lectores de Foresta a seguir trabajando por nuestros montes, contribuyendo a su gestión sostenible. Tenemos muchísima suerte de poder trabajar en un sector tan bonito y tan necesario para la sociedad y el futuro de la humanidad.

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COLABORACIÓN

TÉCNICA

Control cultural de la podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi en dehesas de encina María Socorro Serrano Moral Dra. en Ciencias Biológicas Departamento de Agronomía (Patología Agroforestal) de la Universidad de Córdoba

Este artículo es un resumen de la tesis titulada “Control cultural de la podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi en dehesas de encina”, realizada en los Departamentos de Ingeniería Forestal y Agronomía de la Universidad de Córdoba (2012). Está integrada por siete capítulos cuyos resultados se han publicado en las revistas que se detallan en este artículo.

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ara controlar la podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi que afecta al arbolado en las dehesas del sur de la Península Ibérica se debe recurrir a un sistema de control en el que se integren medidas culturales o biológicas aptas a este ecosistema. La aplicación de enmiendas calizas (CaCO3, CaO o CaSO4) y KOH, en general, inhibe la producción y germinación de esporangios, así como la producción de clamidosporas del patógeno, y como consecuencia disminuye la tasa de infección y la sintomatología de la enfermedad radical causada por P. cinnamomi en encinas. Además, las encinas con una buena nutrición cálcica presentan una mayor tolerancia a la infección por el

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patógeno. Por otra parte, los híbridos de encina con Quercus faginea resultan menos susceptibles a P. cinnamomi que los morfotipos de encina testados, por lo que el quejigo puede ser considerado como una fuente de resistencia al patógeno en futuras estrategias de mejora. Finalmente, a partir de muestreos realizados en campo y con la posterior cumplimentación de los postulados de Koch, se concluye que Lupinus luteus (altramuz amarillo) es susceptible a P. cinnamomi, actuando como reservorio del patógeno, manteniendo o incluso aumentando la densidad de clamidosporas viables para causar infección al arbolado en campo. Además, el altramuz estimula significativamente la producción de zoosporas infectivas

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A. García

del patógeno frente a otras herbáceas cultivadas en dehesa, como Vicia sativa (veza), que ha resultado huésped asintomático de P. cinnamomi, o Triticum aestivum (trigo) y Avena sativa (avena), que no son huéspedes del patógeno. Las explotaciones agrosilvopastorales de dehesa (montados en Portugal) constituyen uno de los ecosistemas más característicos de la Península Ibérica (Foto 1). Están constituidas por cinco componentes básicos que se integran manteniendo el equilibrio ecológico del sistema: el estrato arbóreo, principalmente especies del género Quercus, los pastos, el matorral, los cultivos forrajeros de secano y la ganadería extensiva (Foto 2) (Costa et al., 2006). La dehesa es ante todo un sistema de producción ecológico, en el que se integra la conservación del arbolado, pastos y matorral con la producción ganadera. La desestabilización de alguno de los elementos que constituyen la dehesa, y que son la base de su sistema de producción, conlleva importantes daños en el ecosistema; lo que supone, además, la no sostenibilidad del mismo y, por lo tanto, su abandono. Desde principios de los años 90 se viene observando un serio decaimiento de los Quercus mediterráneos de las dehesas del sur de España y Portugal (Brasier, 1996; Sánchez et al., 2002; 2006), originando una elevada mortali-

Principales tipos de ganado de la dehesa: a) ovino, b) porcino, c) bovino y d) caprino

dad de encinas y alcornoques (Romero et al., 2007). Entre los factores asociados a este decaimiento destaca por su gravedad la podredumbre radical causada por el patógeno de suelo Phytophthora cinnamomi (Romero et al., 2007; Sánchez et al., 2010). Este oomiceto causa la muerte del arbolado, que según las condiciones ambientales puede ser un proceso de muerte lenta (Foto 3) o de muerte súbita (en pocos

meses) (Sánchez et al., 2010). En ambos casos, los síntomas observados a nivel aéreo son amarillez o marchitez foliar, defoliación y muerte regresiva de brotes y ramas (puntisecado), y a nivel radical, necrosis de las raicillas absorbentes o ausencia de las mismas (Sánchez et al., 2002; Romero et al., 2007). Phytophthora cinnamomi es un patógeno de distribución mundial y difícil de controlar debido a su elevado número

M.E. Sánchez

Dehesa de encina con cultivo de trigo y altramuz en la provincia de Huelva

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Evolución del proceso de muerte lenta: defoliación

M. Serrano

de huéspedes, su capacidad para sobrevivir en suelos mal drenados y encharcados (Foto 4) y hacerlo hasta profundidades considerables, etc. (Erwin y Ribeiro, 1996; Sánchez et al., 2010). La naturaleza del patosistema Quercus/Phytophthora no permite la utilización de métodos de control legislativos (cuarentenas) o la aplicación masiva de fungicidas, por lo que se debe plantear un sistema de control que integre distintas medidas culturales o biológicas, de bajo coste y aptas para la producción ecológica de las dehesas españolas. El objetivo de la tesis es plantear un sistema de control que integre medidas culturales de bajo coste y compatibles con el uso silvopastoral de estos ecosistemas. El capítulo 1 (Introducción) revisa la situación actual del patosistema que se estudia (encina-P. cinnamomi), con especial atención a las distintas opciones de control que se investigan en los siguientes capítulos. El capítulo 2 está constituido por un artículo publicado (Serrano et. al., 2012a) y el trabajo Effect of potassium products in the inhibition of Phytophthora cinnamomi infections on Quercus roots, inédito. En este capítulo se ha estudiado el efecto in vitro de varios productos de Ca2+ y K+ [CaO, CaCO3, CaCl2, Ca(NO3)2, CaSO4, KOH, KNO3, KCl, KIO3 y K2SO4] sobre el crecimiento micelial, producción de esporangios y clamidosporas (esporas de resistencia) y germinación de esporangios (producción de zoosporas infectivas) de P. cinnamomi. Aunque ninguno de los productos testados a pH~6 inhibió el crecimiento micelial del patógeno, CaO, CaCO3, CaSO4, KOH y KIO3 inhibieron de forma eficaz la producción de esporangios y, por lo tanto, la producción de zoosporas de P. cinnamomi, si bien no resultan tan efectivos en la inhibición de la germinación de los esporangios ya formados. CaO, CaCO3, K2SO4 y CaCl2 inhibieron eficazmente la producción de clamidosporas. También se ha testado el efecto de los compuestos más eficaces en los ensayos in vitro (CaO, CaCO3, CaSO4, KOH y KIO3) sobre la densidad de inóculo en suelo y la infectividad de P. cinnamomi. Cada producto se añadió a las dosis habitualmente empleadas en las dehesas a suelo infestado con clamidosporas del patógeno. Dos semanas después de la adición de los productos, solo los compuestos

Zona de vaguada con el arbolado afectado por la podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi

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. J.R. Leal

Aplicación de CaCO3 al suelo en una dehesa de encina afectada por Phytophthora cinnamomi

Encinas y bellotas seleccionadas de los morfotipos expansa (a), macrocarpa (b), microcarpa (c) y rotundifolia (d) situadas del término municipal de Cardeña, Córdoba. Fotografías de M.D. Carbonero

de K+ dieron lugar a una disminución significativa de la densidad de clamidosporas viables. En ese momento, los suelos fueron transferidos a macetas donde se plantaron encinas. Las plantas que crecieron en suelo infestado y no tratado mostraron niveles altos de síntomas foliares y radicales, mientras que las plantas que crecieron en suelos infestados tratados con los fertilizantes (excepto el KIO3) mostraron una reducción significativa de la gravedad de los síntomas. Estos resultados indican que la aplicación de enmiendas calizas, CaO y CaCO3 fundamentalmente, aunque también CaSO4 y KOH, a los

suelos de dehesa infestados por el patógeno podría constituir un tratamiento efectivo contra la podredumbre radical, reduciendo la incidencia de esta grave enfermedad (Foto 5). El capítulo 3 está constituido por dos artículos, Serrano et al. (2013) y Serrano et al. (2012b). Se ha evaluado el papel de la fertilización cálcica y potásica en la tolerancia de la encina a la podredumbre radical. Para ello se ha testado la susceptibilidad a P. cinnamomi de plantones de encina sometidos a una nutrición normal, deficiente en K+ y deficiente en Ca2+. Las encinas deficientes en K+ mostraron niveles de

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Ca2+ superiores a lo normal y se mostraron tolerantes a la enfermedad. La deficiencia en Ca2+, sin embargo, no se tradujo en un mayor nivel de K+ y además indujo un pobre desarrollo radical, no apreciándose ningún efecto positivo en la resistencia al patógeno. Se concluye que una buena nutrición cálcica puede conferir a las encinas una mayor tolerancia a la enfermedad radical causada por el oomiceto. También se ha evaluado la susceptibilidad de varios morfotipos de encina (expansa, macrocarpa, microcarpa y rotundifolia) (Foto 6) y un híbrido Quercus ilex subsp. ballota × Q. faginea a la podredumbre radical causada por P. cinnamomi. No se han encontrado diferencias significativas en la gravedad de síntomas radicales entre los distintos morfotipos de encina. A nivel aéreo se diferencian tres grupos: muy susceptible (microcarpa), susceptible (expansa) y moderadamente susceptible (rotundifolia, macrocarpa). El híbrido presentó una gravedad de síntomas aéreos y radicales significativamente menor que los morfotipos de encina, por lo que la hibridación de la encina con Q. faginea puede ser considerada como una fuente de resistencia a P. cinnamomi en futuras estrategias de mejora. Por otra parte, en la dehesa se realizan cultivos forrajeros de secano para cubrir los períodos de falta de alimento para el ganado, de manera que no sea necesario aportar piensos de producción externa. En dehesas con el arbolado afectado por la enfermedad y en las que se cultivaba el altramuz amarillo se observó la aparición de rodales de altramuz con síntomas de podredumbre radical (Foto 7). Además, P. cinnamomi se ha aislado de las raíces de estas plantas de altramuz. Por ese motivo se ha evaluado la susceptibilidad de los principales cultivos de la dehesa a la podredumbre radical causada por P. cinnamomi y su influencia en la epidemiología de la enfermedad radical de la encina. Esto queda recogido en el capítulo 4, constituido por tres artículos, Serrano et al. (2010), Serrano et al. (2011) y Serrano et al. (2012c). Mediante inoculaciones artificiales de los cuatro cultivos más frecuentes en la dehesa, trigo, avena, veza y cuatro cultivares distintos de altramuz amarillo: Juno, Cardiga, Nacional y Paris, se obtuvieron aislamientos positivos de P. cinnamomi de las raíces de altramuz (sintomático,

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independientemente del cultivar) y veza (asintomática), pero nunca de las raíces de trigo y avena (asintomáticas). En altramuz y veza, P. cinnamomi colonizó el interior de las raíces, desarrollando hinchazones hifales y clamidosporas solamente en el altramuz. A partir de ensayos de infección in vitro se evaluó el efecto de los cuatro cultivos en la producción de zoosporas de P. cinnamomi. Los resultados mostraron que el altramuz es capaz de estimular significativamente la producción de zoosporas, al contrario que la veza, el trigo y la avena. Se demostró que, al contrario que el altramuz, la veza no produce incrementos significativos de la densidad y viabilidad de las clamidosporas del patógeno en suelo. La veza crecida en sustrato infestado muestra una gravedad de síntomas a nivel aéreo y radical muy leves y significativamente menores que el altramuz infectado. Además, en dehesas que mostraban distinto grado de defoliación del arbolado y en las que se cultivaba altramuz amarillo, el aislamiento y conteo de colonias de P. cinnamomi a partir de muestras de suelo ha mostrado la capacidad de esta leguminosa para mantener o incrementar la densidad de inóculo en campo y así favorecer la infección de las encinas. Podemos concluir que el cultivo del trigo, la avena e incluso de la veza puede ser una buena alternativa al altramuz en las dehesas afectadas por la podredumbre radical de los Quercus.

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M.E. Sánchez

Rodal de altramuz amarillo mostrando síntomas de marchitez en una dehesa de encina afectada por la podredumbre radical causada por Phytophthora cinnamomi

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ACTUALIDAD

ENTREVISTA

Entrevista a Eduardo Rojas Briales, director Forestal de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura FAO

“Solo una parte de los servicios ambientales pueden, hoy por hoy, transformarse en servicios con mercado” Ismael Muñoz Linares

La división forestal de la FAO trabaja en todo el mundo para hacer visibles los problemas de los bosques y las posibles soluciones, establecer mecanismos de cooperación internacional e identificar las mejores prácticas como ejemplos para el resto de países. Bosques, desarrollo rural, alimentación, servicios por pagos ambientales, productos renovables, biodiversidad y gestión forestal son palabras que van unidas, que forman parte de lo mismo. Nadie mejor que Eduardo Rojas para explicarnos cómo los bosques son básicos en el desarrollo de las comunidades rurales en todo el mundo.

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Alrededor de 1.600 millones de personas en el mundo dependen directamente de los bosques para subsistir. Es una presión enorme. ¿En qué medida la economía de subsistencia de muchas poblaciones dependientes de los bosques es la causa de su desaparición? Y a la vez ¿en qué medida la desaparición de los bosques es la causa de la pobreza de estas poblaciones? La economía de subsistencia, como conocíamos en España hasta tiempos bien recientes, ha convivido razonablemente bien con los recursos naturales siempre y cuando la tenencia fuese adecuada y la densidad demográfica baja. En caso contrario, ha sido importante causa de degradación, sobre todo por su baja eficacia en términos de productividad por unidad de superficie y de capacidad para superar la pobreza. Pero hoy, en los países en vías de desarrollo, a esta causa tradicional, muy arraigada en África, se

une la demanda de productos forestales por parte de las ciudades (leña) y, sobre todo, la transformación a gran escala de bosques para agricultura a escala industrial. Aquí, evidentemente, las poblaciones locales pueden perder sus medios de subsistencia por modestos que estos fueran. ¿Cómo se puede invertir este círculo vicioso? Mediante las políticas de ordenación territorial y de reforma de la tenencia de la tierra que otorguen el protagonismo a los agentes locales y optimicen el uso de la tierra, lo que permitirá identificar muchas áreas ociosas susceptibles de restauración forestal, a la vez que acompañando los intensos procesos de urbanización mediante políticas activas de rediseño del mundo rural para mantener una población activa razonable con condiciones de vida comparables con la población urbana.

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Es importante superar el abandono forestal por falta de rentabilidad, inversión pública, interés o medidas proteccionistas, dado que en este caso se reduce dramáticamente su aportación sin que la mejora en términos ambientales haya sido demostrada

Al hablar de los bosques en general, y con una perspectiva mundial, corremos el riesgo de perdernos los detalles que hacen que en cada país, e incluso en cada comunidad, se deban tomar unas medidas y no otras para lograr una gestión forestal sostenible. Desde un punto de vista global, ¿de qué

manera pueden los bosques ayudar al desarrollo rural? Los bosques son claves para el desarrollo rural. Pensemos que las zonas más desfavorecidas por clima, suelo, pendiente o distancia de los centros urbanos son siempre forestales (o desiertos); mientras que las zonas de

alta productividad agraria suelen ser zonas bastante bien comunicadas. Es necesario visualizar y demostrar todas las aportaciones que realizan los bosques al desarrollo rural sobre todo de las zonas más desfavorecidas. Para ello, los inventarios forestales deberían recoger esta aportación de forma cartográfica, puesto que, aunque la aportación formal de los bosques al PIB sea del 1,5 %, a escala territorial es un elemento endógeno insustituible para extensas áreas. En este sentido, es importante superar el abandono forestal por falta de rentabilidad, inversión pública, interés o medidas proteccionistas, dado que en este caso se reduce dramáticamente su aportación sin que la mejora en términos ambientales haya sido demostrada. Si tenemos en cuenta, en el caso español, que los municipios poseen más de un 30 % de la superficie forestal, ¿qué importancia podrían tener los bosques en el desarrollo de estas poblaciones? La importancia de los bosques para la economía local no tiene necesariamente que ver con la titularidad, aunque es evidente que la coincidencia de la titularidad con el ámbito local puede ser un elemento de congruencia. Esta potencialidad requiere un protagonismo activo de los ayuntamientos en la gestión de sus montes acompasando su reconocimiento como en otros ámbitos (residuos, urbanismo). ¿Cómo pueden las comunidades locales obtener dinero de los bosques sin destruirlos? Se necesita una gestión sostenible para la que la mayoría de ellos no está preparado. La opción de liquidación de un bien, al no tratarse de un uso sostenible, nunca puede ser defendida como una opción económica. El reto es conseguir que la gestión sostenible que desea la sociedad sea razonablemente rentable para los titulares sean privados, munici-

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El reto es conseguir que la gestión sostenible que desea la sociedad sea razonablemente rentable para los titulares sean privados, municipios u otras administraciones. Para ello, en muchos casos, la productividad natural en el estado actual no será suficiente siendo necesario complementar mediante el innovador mecanismo de pago por servicios ambientales

pios u otras administraciones. Para ello en muchos casos la productividad natural en el estado actual no será suficiente, siendo necesario complementar mediante el innovador mecanismo de pago por servicios ambientales que tan exitosamente aplicó Costa Rica en 1996. ¿De qué manera pueden las comunidades locales que gestionan sosteniblemente sus bosques recibir parte de los beneficios por los servicios ambientales que prestan? Solo una parte de los servicios ambientales pueden, hoy por hoy, transformarse en servicios con mercado. Hace falta investigación y creación de capacidades para aprovechar todas las oportunidades existentes (caza, estacionamientos, vedados de setas), así como reformas legales que ayuden a transformar externalidades -que no son otra cosa que fallos de mercado- en bienes y servicios comercializables. Pero en todo caso, y durante una fase transitoria, será necesario el mecanismo puente del pago por servicios ambientales. El fin no es que el propietario forestal sea retribuido por todo lo que ofrece a la sociedad sino que su gestión sostenible le ofrezca una razonable rentabilidad y sus costes se distribuyan equitativamente entre todos los beneficiarios.

El interés económico está detrás de la mayor parte de la deforestación mundial, desaparecen bosques para convertirlos en explotaciones agrícolas y ganaderas, principalmente, aunque también por cortar determinadas especies forestales o por otro tipo de intereses económicos y políticos, en menor medida. ¿Tan fácil y rentable económicamente resulta eliminar bosques? Sin un marco político de ordenación territorial y de legislación que impida el ingreso único de la deforestación, este ejemplo de actuación insostenible será lamentablemente posible. Ningún mecanismo económico puede en muchas situaciones compensar el valor opción. No obstante, un número creciente de países están realizando esfuerzos ímprobos para reducir e incluso revertir la deforestación. Asia, el continente más poblado del mundo con más del 50 % de su población ha conseguido en 20 años pasar de ser una región deforestadora como África o Iberoamérica a una que recupera sus bosques habiendo superado a Norteamérica o Europa. Incluso en las otras dos regiones hay muchos ejemplos que demuestran el camino a seguir. ¿Es posible e incluso deseable incluir todo el valor de los bosques en la con-

tabilidad del producto interior bruto de los países? Da la impresión, en demasiadas ocasiones, de que los primeros que no están interesados en valorar adecuadamente los bosques son los propios gobiernos por las obligaciones que conllevaría. No se trata de substituir el PIB sino de entenderlo en sus justos términos. El PIB no recoge los stocks, especialmente de recursos naturales, ni sus modificaciones, ni las externalidades positivas o negativas. Por ello, se hace necesario complementarlo mediante instrumentos económicos que internalicen las externalidades positivas o negativas e incluya una contabilidad de stocks, sobre todo de recursos naturales, que permita aprehender todo el valor de los bosques en el momento de las decisiones políticas. Si así fuese, si se incluyese el valor de los ecosistemas naturales en la contabilidad económica nacional, ¿cómo afectaría a la economía mundial?, ¿qué clase de economía tendríamos? Si se complementase con los instrumentos desarrollados en la pregunta anterior se reducirían substantivamente las contradicciones entre los objetivos ambientales y de sostenibilidad, por un lado, y las preferencias económicas,

Hace falta investigación y creación de capacidades para aprovechar todas las oportunidades existentes (caza, estacionamientos, vedados de setas), así como reformas legales que ayuden a transformar externalidades -que no son otra cosa que fallos de mercado en bienes y servicios comercializables. 56

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El fin no es que el propietario forestal sea retribuido por todo lo que ofrece a la sociedad sino que su gestión sostenible le ofrezca una razonable rentabilidad y sus costes se distribuyan equitativamente entre todos los beneficiarios. por otro, con lo que conseguir su alineación sería más sencillo. Para ello, el uso de la fiscalidad ambiental es crucial. La FAO ha celebrado del 13 al 15 de mayo en Roma una conferencia internacional sobre los bosques y la seguridad alimentaria y nutricional. ¿Cómo influyen los bosques en la seguridad alimentaria? Los bosques contribuyen a la seguridad alimentaria de forma directa (miel, carne, pesca, insectos, semillas, tubérculos, frutas, bayas, hojas, setas), indirecta (leña, ramón para el ganado, fertilización, material para la agricultura, ingresos) o servicios ambientales (polinización, protección directa del suelo, agua para regadío). La amplitud de estas contribuciones contribuye a que con frecuencia el conjunto de su apor-

tación quede fuertemente diluida. Se trata de una aportación de relevancia creciente, precisamente cuando más desfavorables son las condiciones naturales y económicas, contribuyendo a la resiliencia de las poblaciones rurales (ramón en períodos de sequía). La contribución de los bosques, en todo caso, requiere enfoques sistémicos que entiendan las profundas interrelaciones, como en el caso de la apicultura. La conferencia que sobre bosques y seguridad alimentaria ha organizado la FAO junto a otras entidades es la primera de su naturaleza y ha contribuido a dirigir la atención a esta altamente desconocida perspectiva de la seguridad alimentaria. Uno de los principales trabajos que realiza la FAO es “provocar la reflexión e inspirar la acción” hacia una gestión

sostenible de los recursos agroforestales. Después de ver en estos años los logros de esta labor ¿desearía tener un mayor poder ejecutivo en ocasiones? Las Naciones Unidas carecen, con muy contadas excepciones, de poderes ejecutivos. Su acción se circunscribe a compilar estadísticas a escala global, identificar las mejores prácticas y establecer estándares y apoyar mediante proyectos de cooperación a aquellos países que lo requieran. Como lugar de encuentro neutral, favorece que los países identifiquen espacios de actuación compartida donde las propias Naciones Unidas tengan su papel. En todo caso, en el ámbito forestal, la ausencia de instrumentos jurídicamente vinculantes ha supuesto una limitación relevante.

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VISITAS

de campo

Visita 1. Espacios naturales y servicios en el entorno urbano Los parque urbanos y periurbanos cumplen una gran cantidad de servicios ambientales y sociales: la conservación de la biodiversidad, la protección de los recursos hídricos, la defensa contra inundaciones, la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, la posibilidad de educación ambiental y de recreo y ocio que ofrecen son los más destacados, pero no los únicos. Vitoria apostó hace años por un urbanismo lo más sostenible posible, diseñando una ciudad de espacios libres, abierta y pensada para las personas. Fruto de este trabajo fue el reconocimiento de Vitoria como Ciudad Verde. En este proceso han jugado un gran papel los espacios naturales periurbanos que han recuperado el Ayuntamiento de la ciudad y la Diputación de Álava. Esta visita pretende comprobar los múltiples servicios proporcionados por los espacios naturales en el entorno urbano. Por la mañana se recorrerá parte del Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz, visitando los parques de Salburúa, Olárizu, Armentia y al arboreto de Los Bosques de Euopa. Por la tarde se recorrerá el perímetro del embalse de UllíbarriGamboa, con paradas en los parques provinciales de Landa y Garayo y en el Parque Ornitológico de Mendixur.

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Anillo Verde de Vitoria-Gasteiz La idea de crear un anillo o red de espacios verdes en torno a la ciudad surge a comienzos de la década de los 90, a la vista del abandono y degradación de la periferia de la ciudad. El proyecto se planteó los siguientes objetivos: - Dar una solución integradora a la peculiar problemática de los espacios de la periferia de la ciudad, derivada de su posición limítrofe entre el mundo urbano y el rural. - Promover la mejora y conservación de los valores naturales y paisajísticos que aún perduraban en estas zonas y favorecer la restauración ecológica de otros espacios recuperables mediante soluciones novedosas. - Contribuir a satisfacer, de manera controlada, la creciente demanda ciudadana de lugares de expansión y ocio al aire libre y en contacto con la naturaleza, así como potenciar estos espacios cercanos a la ciudad como áreas para el aprendizaje, la educación, la sensibilización y la investigación ambiental. Posteriormente se incorporaron nuevos objetivos a medida que la ciudad crecía y plateaba nuevas necesidades. Se trataba de crear un verdadero “Anillo Verde multifunción” en torno a la ciudad que, además de mejorar la calidad ambiental del entorno, proporcionase beneficios sociales y económicos a la ciudad y a sus ciudadanos. En la etapa inicial del proyecto se deficieron los elementos que integrarían el Anillo Verde. Se tomaron como base de partida los terrenos ya calificados como Parques Periurbanos por el Plan General de Ordenación Urbana de 1986, todos ellos de propiedad pública: las riberas del río Zadorra, que constituyen el límite norte del casco urbano, el Bosque de Armentia, al suroeste, y las Campas de Olárizu, al sureste.

A continuación, un estudio detallado del medio físico de la periferia de la ciudad permitió centrar la atención en otros dos espacios de propiedad municipal situados respectivamente al este y al oeste de Vitoria-Gasteiz: las antiguas zonas húmedas de Salburúa, en su mayor parte desecadas, y el monte de Zabalgana, afectado por una explotación de grava ya abandonada que había reducido drásticamente la primitiva superficie forestal. Una vez establecidos los cinco elementos principales del anillo, fue preciso diseñar una serie de corredores de enlace que, a modo de pasillos, pudieran conectarlos no solo entre ellos, sino también con las zonas verdes y vías peatonales urbanas y con las rutas tradicionales que permiten el acceso desde la ciudad al medio rural y a la montaña. La superficie total proyectada para el conjunto del Anillo Verde se aproxima de esta manera a las 1.000 hectáreas.

Visita 2. Espacios naturales y servicios en el entorno urbano Esta segunda ruta está centrada en aspectos de la industria forestal y del asociacionismo de la propiedad forestal de Euskadi, ambas de larga tradición. La ruta se inicia en Orozko para conocer los proyectos estratégicos del sector de la madera puestos en marcha por el Clúster de la Madera Habic. En 2011 arranca el Plan Estratégico de la Madera del País Vasco (PEMA). Uno de sus objetivos principales es el cambio de modelo en la operativa

de gestión del sector de la Madera en el que se evoluciona de una relación Administración pública-empresa a una relación empresa-empresa. El primero de sus proyectos ha sido constituir el Clúster de la Madera, que tiene como principal objetivo “desarrollar actuaciones que promuevan la competitividad y la transformación del sector del hábitat y la madera mediante acciones estratégicas basadas en la colaboración empresarial”.

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Orozko, es un modelo de explotación y de construcción de madera, especialmente en la utilización de madera local de pino radiata. Se expondrá la cadena de valor cadena forestal desde su origen en el bosque, pasando por la primera transformación (aserraderos) y segunda transformación (Termogenik y Maderas de Llodio), para acabar en las grandes obras públicas y la generación de energía con biomasa de los bosques del País Vasco.

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Visita 3. Gestión selvícola en Guipúzcoa La visita técnica tratará de abordar dos aspectos de permanente actualidad en el ambiente forestal y en la opinión pública en Guipúzcoa/Gipuzkoa: las masas de frondosas autóctonas y los tratamientos sobre las mismas, y las repoblaciones con especies alóctonas en general y las de turno medio en particular, su importancia y desarrollo, los tipos de tratamientos y, sobre todo, la compatibilidad de estas especies en general y en lugares protegidos en particular. La visita tendrá dos localizaciones físicas distintas: el monte de U.P. n.o 2.068.1 denominado “Gatzagakomendia” y per-

teneciente al ayuntamiento de Leintz Gatzaga (antes, Salinas de Léniz), y los montes de U.P. n.o 3.070.1 “La Parzonería de Guipúzcoa" y n.o 3.070.2 “La Parzonería general de Guipúzcoa y Álava”. En el monte “ Gatzagakomendia” se observarán cortas de regeneración de hayedos envejecidos, el mejor robledal de Quercus petraea de Gipúzcoa, en masa regular y destinado a rodal selecto productor de semilla; trasmochos de hayas; repoblaciones de Pinus sylvestris y P. nigra de las últimas que quedan de las realizadas en el primer cuarto del siglo XX.

En La Parzonería se visitará su gran hayedo y los grandes abetos Douglas de Otzaurte.

Ruta 4. Gestión selvícola en Vizcaya/Bizkaia Se visitará un paisaje forestal muy humanizado, fuertemente intervenido por el hombre a los largo de siglos. Así, desde los aprovechamientos de leñas y carbón en el siglo XV se fue pasando a la ganadería, la minería, la agricultura de subsistencia en la primera mitad del siglo XX, la expansión de los productos forestales en la segunda mitad de este mismo siglo y a la demanda creciente en estos últimos años de las actividades de ocio, deporte, senderismo, recogida de frutos y plantas silvestres. Por todas estas demandas sociales hay una mayor variedad de especies forestales de lo que se suele pensar, y obliga a una gestión forestal multifuncional.

La visita incluirá montes públicos y privados para conocer las diferencias de gestión que se realizan en ellos, así como la gestión selvícola que se realiza en hayedos trasmochos, en montes de pino insigne o en montes consorciados de eucaliptos. Comenzará la visita en los montes ordenados de Barazar, en el M.U.P. n.o 25 “Zubizabala” de Zeanuri y el n.o 27 “Lapur-erreka” de Dima, donde se podrá observar la gestión en especies de crecimiento medio. Continuará la visita en el M.U.P. n.o 46 “Sarratxo y Gaubietas”, perteneciente al Ayuntamiento de Bakio, donde se explotan las masas de eucalipto propiedad del grupo industrial químico Sniace (Cantabria) mediante consorcio

establecido con el Ayuntamiento. Se concluye la jornada visitando el Centro de la Biodiversidad de la Reserva de Urdaibai en Torre Madariaga.

Visita 5. Gestión de montes en áreas Natura 2000 de Álava/Araba La visita tiene por objeto mostrar la gestión que se viene desarrollando en varios montes incluidos en los Lugares de Importancia Comunitaria LIC Sierra de Entzia y Aratz–Aizkorri, con recorrido íntegro por el territorio de Álava. Por la mañana se realizará un recorrido a pie por la sierra de Entzia, más concretamente por la zona de Legaire para observar: hayedos en regeneración y sus correspondientes clareos en Itandurieta; un rodal selecto productor de semilla de haya en Bigate; y el plan de gestión pascícola, con cierres de recuperación del hayedo adehesado en Legaire.

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También por la mañana, y en los montes de Okariz y Munain (dentro del mismo LIC de Entzia), se hará la exposición del plan de ordenación de los montes de U.P. n.o 633 “Nazurka” y n.o 622 “Gavilamendi” con visita a las Reservas Forestales de los árboles centenarios “Los Arimotxes” y “Los Arimotxis” dentro de los citados montes de utilidad pública. En jornada de tarde está prevista la visita a la balsa de Langarika. Es una actuación de uso público ligada a una infraestructura de riego dentro de un monte de utilidad pública, dentro del LIC Aratz–Aizkorri.

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Visita 6. Repoblaciones consorciadas en Las Rasas y prevención de incendios en la sierra de Cantabria Poco que decir que justifique la necesidad de una visita como esta en cualquier congreso forestal. Aunque la incidencia de los incendios no es muy elevada, los trabajos de prevención cumplen una función muy importante en la gestión forestal de los bosques alaveses. En jornada de mañana se visitan las repoblaciones de coníferas de Las Rasas (Pseudotsuga menziesii, Picea abies, Pinus sylvestris, Pinus nigra…), donde se replantean cortafuegos que, actualmente, son mantenidos favoreciendo el pasto (fajas cortafuegos verdes). Se observarán tratamientos de

mejora y una zona con árboles sobresalientes de más de 40 m de altura. Se trata de un recorrido a pie de dificultad media, de unos 6 km de longitud. En el desplazamiento en autobús a la Rioja Alavesa se efectúa parada en el Balcón de La Rioja. Vista panorámica de la comarca y actuaciones sobre áreas cortafuegos. Descripción de las actuaciones desarrolladas por el Servicio de Montes en la Rioja Alavesa. Por la tarde, visita a áreas cortafuegos en la ladera sur de la sierra de Cantabria y su mantenimiento mediante ganado ovino y caprino.

Visita 7. Gestión del Parque Natural de Izki. Actuaciones selvícolas en melojares Se mostrarán las actuaciones de gestión propias de un espacio natural protegido, sobre todo las relacionadas con el uso público y la divulgación de los valores patrimoniales. Por otro lado, se quieren mostrar las acciones selvícolas que está desarrollando un proyecto de conservación forestal dentro del espacio. El Parque Natural de Izki, declarado en 1998, está situado en el sudeste del Territorio Histórico de Álava y tiene una extensión de 9.081 ha. Aunque se

ubica totalmente en la zona atlántica, los procesos ecológicos de este enclave están claramente influenciados por el ambiente mediterráneo, pudiéndose considerar como un área de transición. En este espacio, son varios los enclaves de notable interés, pero destaca la superficie ocupada por el rebollo, marojo o melojo (Quercus pyrenaica). Aunque esta especie está presente en otras zonas de Álava, no existe ningún otro lugar en el que ocupe tanta extension, ni en tan buenas condiciones. Destaca también

su peculiar flora y algunos representantes de su fauna, donde el protagonista es el pico mediano, un ave forestal cuya población en Izki representa el 30 % del conjunto ibérico.

Visita 8. Tras las huellas del forestalismo intensivo Tras el hundimiento de las ferrerías y de los aprovechamientos de carbón vegetal, los primeros propietarios transformaron sus montes desarbolados, los rasos abandonados por la ganadería y los trasmochos de roble en pinares de pino radiata. Su intención era aprovechar las últimas necesidades de carbón vegetal y suministrar fustes destinados a la construcción o a las traviesas de ferrocarril. Se cortaron los arbolados más decrépitos para financiar las nuevas repoblaciones con pino radiata. La extraordinaria rentabilidad obtenida por las primeras actuaciones fue un motivo de estímulo para los primeros forestalistas, lo que convertiría a las repoblaciones en

la solución para obtener rentabilidad de sus montes. Se inicia la ruta en el puerto de Barazar (Txabola de Campos) para conocer el uso del arbolado hasta el siglo XIX. Más tarde, en Usansolo–Galdakao, se visitará el primer pinar plantado por Adán de Yarza, donde quedan cuatro ejemplares de 1898, y se conocerán las motivaciones de los propietarios forestales para el cambio de especie de roble a pino. En Atxondo, se podrán ver nuevas y viejas repoblaciones para comprobar el estado del mercado de la madera y los trabajos selvícolas aplicados. Por la tarde, se visitará el Jardín Adán de Yarza con un representante

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de la familia y más tarde se visitará el Bosque pintado de Oma.

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Mesas temáticas Mesa temática 1. Ecología y biodiversidad. Flora y fauna protegida. Ponencias invitadas: “La predicción en sistemas complejos: ciencia y aplicación práctica” Froilán Sevilla Martínez, de La Junta de Castilla y León Lunes 10, a las 9 h en la sala Gasteiz “Resiliencia de ecosistemas forestales y gestión adaptativa” Enrique Torres Álvarez, de la Universidad de Huelva Martes 11,a las 9 h en la sala M. Portilla Mesa temática 2. Gestión de la biodiversidad y de las producciones: técnicas selvícolas, silvopascícolas y agroforestales. Ponencias invitadas: “¿Se puede generar conocimiento mediante la gestión adaptativa para fundamentar un cambio de paradigma de la selvicultura?” Bravo Oviedo , F., del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (UVa–INIA) y la Universidad de Valladolid Martes 11, a las 9 h en la sala Tomás Luis de Vitoria “Contribución de la ganadería extensiva al mantenimiento de las funciones de los ecosistemas” Pilar Fernández Rebollo, de la Universidad de Córdoba Jueves 13, a las 9 h en la sala Tomás Luis de Vitoria Mesa temática 3. Conservación y mejora de recursos genéticos, repoblación y restauración forestal Ponencias invitadas: “Lecciones aprendidas y tareas pendientes en la actividad repobladora y viverística en España” Pemán García, J. de la Universidat de Lleida Lunes 10, a las 9 h en la sala J.M. Barandiarán “Mejora genética: lo que el viento nos traerá” Sierra de Grado, R. del Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (UVa–INIA) Martes 11, a las 11:30 h en la sala Francisco de Vitoria Mesa temática 4. Gestión de la fauna cinegética y piscícola Ponencias invitadas: “Reflexiones sobre la gestión de pesca deportiva actual en España” Sáenz de Buruaga Tomillo, M. Consultora de Recursos Naturales; Torrent Bravo, F. De la Universidad Politécnica de Madrid Lunes 10, a las 15:30 h en la sala J.M. Barandiarán

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Mesa temática 5. Montes y agua, el papel de la hidrología forestal Ponencias invitadas: “La gestión forestal ¿puede optimizar el uso del agua en el bosque?” Carlos Gracia, de la Universidad de Barcelona y el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales CREAF Jueves 13, a las 15:30 h en la sala J.M. Barandiarán “El agua en el aula: ¿Cómo enseñar su nueva dimensión?” Carolina Martínez Santa-María, de la Universidad Politécnica de Madrid Vienes 14, a las 11:30 h en la sala M. Portilla Mesa temática 6. Incendios forestales Ponencias invitadas: “Prevención de Incendios Forestales: ¿Qué estudiamos? ¿Cómo transferimos el conocimiento?” Carmen Hernando Lara, de INIA-CIFOR Jueves 13, a las 11:30 h en la sala J.M. Barandiarán “¿Qué hacer después del fuego? Principales retos y algunas respuestas” Jorge de las Heras Ibáñez, de la Universidad de Castilla-La Mancha Viernes 14, a las 11:30 h en la sala Francisco de Vitoria. Mesa temática 7. Sanidad Forestal Ponencias invitadas: “Patologías Forestales y Cambio Global: Globalización, Cambio Climático y Cuestiones legales” Julio Javier Díez Casero, de la Universidad de Valladolid Jueves 13, a las 9 h en la sala M. Portilla “Resistencia de los pinos a plagas y enfermedades: nuevas oportunidades de control fitosanitario” Rafael Zas, de la Misión Biológica de Galicia–CSIC; Luis Sampedro, de la Universidad de Vigo Jueves 13, a las 15:30 h en la sala M. Portilla Mesa temática 8. Monte, paisaje y territorio: inventario, planificación y ordenación forestal; planes de gestión de espacios protegidos. Ponencias invitadas: “El reto de la ordenación de los montes privados en España” Alberto Rojo Alboreca, de la Universidad de Santiago de Compostela Martes 11, a las 9 h en la sala J.M. Barandiarán “Gestión de zonas verdes urbanas y periurbanas para la conservación de la biodiversidad: el caso de Vitoria-Gasteiz” Fernando de Juana Aranzana, del Ayuntamiento de VitoriaGasteiz Jueves 13, a las 11:30 h en la sala M. Portilla

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“Planificación forestal en espacios protegidos: herramientas integradoras en un contexto de cambio” Míriam Piqué Nicolau del Centro Tecnológico Forestal de Cataluña–CTFC Viernes 14, a las 9 h en la sala J.M. Barandiarán Mesa temática 9. Productos e industrias forestales: caracterización, transformación y nuevos usos Ponencias invitadas: “Innovación de procesos y productos en el sector de la Madera” Juan Majada Guijo del Centro Tecnológico Forestal y de la Madera de Asturias–CETEMAS Jueves 13, a las 9 h en la sala J.M. Barandiarán

Mesa temática 10. Economía, valoración y mercado de sistemas y recursos forestales Ponencias invitadas: “Innovación de procesos y productos en el sector de la Madera” Luis Díaz Balteiro de la Universidad Politécnica de Madrid Lunes 10 a las 9 h en la sala M. Portilla Industria forestal y mercado de la madera: Navegando en la tormenta Juan Picos Martín de la Universidad de Vigo Lunes 10, a las 15:30 h en la sala M. Portilla

“Las necesidades de I+D+i y de formación de la industria primaria de la madera en España” Juan I. Fernández-Golfín Seco del INIA-CIFOR Viernes 14, alas 9 h en la sala M. Portilla

Vitoria

Mesas redondas Mesa Redonda (Reto A): Gestión forestal adaptativa al cambio global. Lunes 10, 18:00 h. Sala La Florida Coordina y modera: Rafael Calama Sainz. Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria Mesa Redonda (Reto B): Aprovechamiento energético de los montes y de los cultivos forestales. Martes 11, 18:00 h. Sala Armentia. Coordina y modera: Josu Azpitarte Andrinúa. Confederación de Selvicultores de España. Mesa Redonda (Reto C): Red Natura 2000 y otras figuras de protección. Martes 11, 18:00 h. Sala La Florida Coordina y modera: Karmele Areta Cebrián. Gobierno de Navarra

Mesa Redonda (Reto E. Productos no maderables y servicios ambientales.
 Jueves 13, 18:00 h. Sala La Florida Coordina y modera: Fernando Martínez Peña. Fundación Cesefor. Mesa Redonda (Reto F): Medio forestaly desarrollo rural. Lunes 10, 18:00 h. Sala Gasteiz Coordina y modera: Jesús Casas Grande Mesa Redonda (Reto G). El sector forestal y los medios de comunicación: viejos tópicos y nuevos mensajes. Lunes 10, 18:00 h. Sala Armentia. Coordina y modera: Ismael Muñoz Linares. Altermedia Comunicación 2000.

Palacio de Congresos Europa

Mesa Redonda (Reto D): Nuevas tecnologías, avances metodológicos y transferencia. Inventario e información forestales.
 Jueves 13, 18:00 h. Sala Armentia Coordina y modera: Alejandro Cantero Amiano. Fundación Hazi

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ACTUALIDAD

ENTREVISTA

Entrevista a José Antonio Vega Hidalgo, investigador del Centro de Investigación Forestal de Lourizán

“El fuego ha actuado como un agente de la selección natural en la evolución de la vegetación en muchas partes del planeta”

Ismael Muñoz Linares

La relación entre la vegetación y los incendios forestales es evidente: en la propagación del incendio, en su extinción, en su recuperación posterior y en la evolución del paisaje tras miles de años de uso del fuego como herramienta de gestión. Es una relación de mutua influencia, de causa y efecto continuo y en ambas direcciones. Conocer las características genéticas de la vegetación parece fundamental para mejorar su gestión frente a los agentes como el fuego. Nos permite tomar decisiones antes, durante y después del incendio en función de su resistencia y capacidad de regeneración, por ejemplo. Pero el camino de investigación es amplio y en él se mueve José Antonio Vega, uno de los investigadores españoles que va abriendo brecha en esta materia.

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Los incendios forestales y su extinción son la parte más mediática del mundo forestal. A nivel social y, sobre todo, a nivel técnico, da la impresión de que tenemos un alto grado de conocimiento sobre la extinción, me temo que no tanto en cuanto a la importancia de la vegetación durante y después del incendio. ¿Qué importancia tiene la vegetación en la propagación de los incendios forestales? La vegetación juega un papel fundamental en la propagación de los incendios forestales. Junto a las condiciones meteorológicas y topográficas es uno de los elementos claves que determinan el comportamiento del fuego en el incendio una vez este se ha iniciado. Diferentes características de la vegetación que está siendo afectada, tanto a nivel local como a escala de paisaje, como la carga de combustible disponible, su humedad, su tamaño, el grado de compactación, su continuidad, la presencia de elementos volátiles, van a influir en el comportamiento del incendio. Generalmente, el combustible se hace más influyente cuando es escaso, el incendio tiene baja intensidad o las condiciones meteorológicas no son muy desfavorables, y va perdiendo importancia frente a las condiciones meteorológicas cuando es más continuo, o estas últimas se vuelven extremas.

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¿Es posible utilizar la vegetación como método preventivo contra los incendios forestales? Debido a la influencia que hemos mencionado anteriormente de la vegetación en el comportamiento del fuego, las modificaciones que se produzcan en la misma pueden utilizarse como método preventivo ante los incendios forestales. Todas las estrategias de alteración de los combustibles pueden tener un papel positivo en dificultar la propagación del fuego. Algunas de ellas, como el aislamiento por áreas cortafuegos y la alteración de estructura, continuidad y carga de los combustibles en áreas determinadas son las más usadas. La fragmentación del paisaje, con la creación de mosaicos heterogéneos, en combinación con espacios de menor combustibilidad por otros usos del territorio y la conversión de la vegetación a tipos de combustibles menos inflamables son más difíciles y costosas de acometer, pero probablemente más efectivas con los grandes incendios. Se debe subrayar que incluso los tratamientos preventivos más intensos pueden ser inefectivos ante comporta-

mientos extremos del fuego, por lo que deben diseñarse con la finalidad de minimizar preferentemente la gravedad del incendio y sus efectos sobre los bienes, recursos y servicios prestados por los ecosistemas forestales, favoreciendo la resiliencia del sistema frente al fuego, más que con la intención de excluir los incendios forestales. Ustedes han hecho recientemente un estudio de incendios de copas ¿qué elementos son necesarios para que se produzcan?, ¿qué tiene más influencia: el tipo de especie predominante en el bosque, su disposición o la selvicultura que se ha hecho en el monte? Existen diferentes factores que favorecen la transición de fuegos de superficie a fuegos de copa. Por un lado, unas condiciones meteorológicas que lo faciliten (velocidad de viento y humedad baja de los combustibles, tanto de los vivos como de los muertos). Por otro, existen variables relativas a la estructura de los combustibles forestales que lo propician, como la carga de combustible disponible en el sotobosque la continuidad vertical entre los estratos

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de superficie y de copa, y la densidad aparente de ese último estrato, esto es, la cantidad de combustible fino por unidad de volumen en el espacio del dosel arbóreo. Por ello, los tratamientos destinados a disminuir el riesgo de este tipo de fuegos van precisamente dirigidos a modificar esas características estructurales. Aunque la especie predominante en la masa tiene también influencia sobre esos parámetros, los tratamientos de combustible modifican de manera considerable la susceptibilidad de las masas a los incendios de copa. Conocer cómo se comporta una especie frente al fuego puede ayudarnos a tomar una decisión adecuada en el momento de la extinción de un incendio, pero ¿en qué medida ayuda conocer su capacidad de regeneración tras el incendio a tomar esa misma decisión?, ¿se tiene en cuenta esta circunstancia en el momento de la extinción? La extinción de incendios es una actividad de elevada complejidad, en la que hay un gran número de factores que considerar en la toma de decisio-

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Los tratamientos preventivos más intensos pueden ser inefectivos ante comportamientos extremos del fuego, por lo que deben diseñarse con la finalidad de minimizar preferentemente la severidad del incendio y sus efectos sobre los bienes, recursos y servicios prestados por los ecosistemas forestales, favoreciendo la resiliencia del sistema frente al fuego, más que con la intención de excluir los incendios forestales

nes. Cabe destacar que en cualquier incendio forestal lo prioritario es la protección de personas, viviendas e infraestructuras. Una vez salvaguardados estos elementos, la estrategia en la extinción va a depender en gran medida del comportamiento del fuego, el cual va a venir determinado por la interacción entre la vegetación, las condiciones meteorológicas y el relieve con el propio fuego, factores que van variando espacial y temporalmente. La capacidad de determinadas comunidades vegetales de regenerar con éxito ante diferentes grados de gravedad del fuego se está empezando a considerar a la hora de priorizar las actividades de extinción, pudiendo focalizar los medios en áreas más sensibles y dejando “arder” bajo control (como una quema prescrita) aquellas zonas de fácil regeneración. En caso de simultaneidad de incendios forestales, y si no podemos acudir inmediatamente a apagarlos todos por falta de medios, ¿debe ser la vegetación un elemento fundamental a la hora de decidir qué incendio apagamos y cuál dejamos arder? Como comentamos anteriormente, y teniendo el cuenta el incremento en determinados puntos del país de vivien-

das dentro de masas forestales o cercanas a ellas (interfaz urbano-forestal), existen otros factores más prioritarios que la vegetación en la lucha contra incendios forestales (personas, viviendas, edificios, infraestructuras). En caso de que no exista riesgo para ninguno de estos elementos, la vegetación debe ser uno de los criterios a considerar a la hora de elegir sobre qué incendio actuar, teniendo en cuenta su valor ecológico, su capacidad de regeneración posterior al incendio y el impacto socioeconómico creado por su pérdida. Además de ello, otros condicionantes pueden dirigir las actuaciones, como las posibles consecuencias hidrológicoerosivas que pueda tener el incendio, sus repercusiones sobre la fauna, etc. ¿De qué manera los incendios forestales han influido en la clase de vegetación que tenemos en España? Diversos estudios han mostrado una antiquísima coexistencia entre numerosas especies y el fuego en la península Ibérica desde hace muchos miles de años. Por otro lado, la presencia del fuego, durante millones de años, antes que la del Hombre, ha ejercido una fuerza selectiva de manera que muchas de las especies presentes en numero-

sas áreas de España han evolucionado en parte debido a ese factor. Podemos decir que esas plantas están adaptadas a un régimen de fuego. Sin embargo, ese régimen natural sufrió una importante modificación por el Hombre y el cambio climático en el Holoceno. La variación de ese régimen durante los últimos milenios ha contribuido a modelar nuestro paisaje forestal actual, en muchos sitios degradado por una excesiva frecuencia de fuego. Por otro lado, la situación actual, con acumulaciones de combustible muy elevadas, igniciones frecuentes y cambio climático, probablemente están produciendo alteraciones en el régimen de fuego con consecuencias ecológicas, entre otras, negativas, que pueden poner en peligro la persistencia de estas comunidades. Resulta paradójico que algunas zonas de matorral en España, protegido a través de la red Natura 2000, sea fruto de continuos incendios forestales que han quemado la vegetación arbórea que la cubría. ¿Cómo debemos gestionar ese matorral fruto de un uso indiscriminado del fuego?, ¿hay que seguir utilizando el fuego pero esta vez como herramienta de gestión? Esta es una pregunta muy interesan-

La capacidad de determinadas comunidades vegetales de regenerar con éxito ante diferentes grados de gravedad del fuego se está empezando a considerar a la hora de priorizar las actividades de extinción, pudiendo focalizar los medios en áreas más sensibles y dejando “arder” bajo control (como una quema prescrita) aquellas zonas de fácil regeneración 66

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La presencia del fuego, durante millones de años, antes que la del Hombre, ha ejercido una fuerza selectiva en la vegetación. Son plantas adaptadas a un régimen de fuego. Sin embargo, ese régimen natural sufrió una importante modificación por el Hombre y el cambio climático en el Holoceno. La variación de ese régimen durante los últimos milenios ha contribuido a modelar nuestro paisaje forestal actual, en muchos sitios degradado por una excesiva frecuencia de fuego

te y que puede verse desde varias perspectivas. El uso continuado del fuego en determinadas áreas de la península Ibérica ha estabilizado unas comunidades de matorral cuya continuidad depende de un cierto régimen de fuego, y posiblemente, de un nivel de herviboría. Esas comunidades poseen una flora y fauna que se consideran ahora de interés, por lo que parece aconsejable que persistan en su actual situación. Esto, desde luego, puede ser discutible. Pero lo que no parece coherente es que quiera excluirse el fuego del manejo de esas mismas comunidades que son fruto de un régimen de fuego claramente antrópico y de pastoreo. Por tanto, el uso de las quemas prescritas para la conservación de estas comunidades parece en principio aconsejable. El tipo de régimen de fuego más adecuado a utilizar va a depender de las características de cada comunidad y ello requiere investigación. No siempre fuegos de baja intensidad y realizados fuera de la época de máximo peligro pueden ser los más adecuados. De hecho, como es sabido, la recuperación de las prácticas muy

antiguas de uso del fuego es común en zonas de brezales del Reino Unido y otros países europeos. En el nuestro, el programa EPRIF del MAGRAMA está trabajando en esa misma línea. ¿Cuál es la mejor manera de actuar tras un incendio si queremos recuperar la vegetación anterior?, ¿debemos actuar inmediatamente o dejar pasar un tiempo? ¿Qué principio debemos seguir, el de ayudar a la naturaleza a regenerarse o el de intervenir decididamente para recuperar lo perdido cuanto antes? No hay una contestación general. Va a depender de numerosos factores. Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es que, debido al clima mediterráneo, tras los incendios de verano suele producirse un período de lluvias que favorece la erosión del suelo. Por ello, las actuaciones de rehabilitación después del incendio deben realizarse con urgencia. Lo más importante es, inmediatamente después del incendio, realizar un trabajo de campo, para establecer las áreas necesitadas

de rehabilitación, en función de los niveles de gravedad observados, en la vegetación y en el suelo, el tipo de vegetación afectada, su capacidad de regeneración, junto a las características del suelo y del relieve. La extracción del arbolado quemado tiene que planificarse de forma que tratemos de compatibilizar la obtención de un beneficio, en montes productivos, con un grado reducido de perturbación del suelo, asegurar la sanidad de la masa circundante no afectada y reducir el daño al regenerado. En muchos sitios la germinación de la semilla diseminada tras el incendio demora unos meses, con lo que impacto de la corta sobre las plántulas es pequeño. Uno de los problemas que se plantean tras un gran incendio es el ataque de escolítidos que puedan aprovecharse de la debilidad de los árboles parcialmente dañados por las llamas. ¿Cómo actuar en estos casos?, ¿es mejor cortarlo todo para evitar posibles problemas?, ¿debemos dejar una parte de la masa si queremos lograr una regene-

El uso continuado del fuego en determinadas áreas de la península Ibérica ha estabilizado unas comunidades de matorral cuya continuidad depende de un cierto régimen de fuego, y posiblemente, de un nivel de herviboría. Esas comunidades poseen una flora y fauna que se consideran ahora de interés, lo que no parece coherente es que quiera excluirse el fuego del manejo de esas mismas comunidades que son fruto de un régimen de fuego claramente antrópico y de pastoreo Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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Lo más importante es, inmediatamente después del incendio, realizar un trabajo de campo, para establecer las áreas necesitadas de rehabilitación, en función de los niveles de severidad observados, en la vegetación y en el suelo, el tipo de vegetación afectada, su capacidad de regeneración, junto a las características del suelo y del relieve

ración natural?, ¿qué árboles son los más vulnerables, cómo distinguirlos y actuar sobre ellos? Para que los escolítidos, atraídos por los árboles debilitados por el fuego, supongan un peligro de plaga para éstos y las masas circundantes que no se vieron afectadas por el fuego, es necesario que coincidan un conjunto de factores: presencia de esos coleópteros en zonas próximas, una colonización temprana, antes de que los árboles afectados por el incendio recuperen sus defensas de resina, así como que los árboles “huésped” tengan suficiente floema sin dañar para permitir la puesta de huevos y el desarrollo de las larvas. También que no existan suficientes enemigos naturales, de manera que se permita el desarrollo de escolítidos en la siguiente generación. Los árboles más sensibles al ataque son los que tienen un soflamado parcial de la copa sin que ése sea total, ni que hayan sufrido fuego de copa. Deben ser los candidatos a ser extraídos cuanto antes. Actualmente, el uso de trampas con feromonas es un buen sistema de control de estos ataques y da un mayor margen de tiempo a la corta que, inevitablemente se alarga en grandes incendios. Generalmente, la diseminación tras el incendio ocurre en pocas semanas después de aquel, en la mayoría de las coníferas, ó bien

no tiene ya después lugar, como sucede por ejemplo con el pino laricio. Como dije anteriormente, la saca puede realizarse antes de la germinación, que ocurrirá generalmente en la primavera siguiente en las zonas del interior de la península. En el Centro de Investigación Forestal de Lourizán han estudiado el comportamiento del pino pinaster tras un incendio en buena parte de España. Han comprobado que hay variaciones genéticas que permiten una regeneración natural mucho mayor tras varios incendios en pocos años. ¿A qué se debe principalmente esta cualidad? En ese trabajo que comenta lo que se evaluó fue la probabilidad de mortalidad de individuos de P. pinaster tras incendio en masas de diferentes localizaciones de España, observándose diferencias significativas en la probabilidad de mortalidad entre las distintas áreas estudiadas. Esa respuesta pudo deberse en parte a variaciones genéticas, al tratarse de masas de diferentes regiones de procedencia y poseer distintas estrategias de defensa ante los incendios forestales, pero también a las diferentes condiciones ecológicas en las que se encuentran las masas (calidad de sitio, condiciones meteorológicas tras los incendios, etc). En otros trabajos hemos analizado qué factores

afectan al éxito de la regeneración postincendio en pinares de P. pinaster. El más importante en esta especie parece ser la posesión o no de piñas cerrradas (serotinia), ya que actúan como reserva de semillas, abriéndose por el calor del fuego y diseminándolas. Aunque la saca pueda reducir la población de plántulas, no es, generalmente, un factor limitante para la regeneración después de incendio. ¿En qué momento de su evolución la planta es capaz de elaborar una estrategia de supervivencia contra el fuego? ¿Por qué sucede en el P. pinaster de sierra Bermeja y no en el de Castilla y León o en el de Galicia? Existen evidencias científicas sólidas de que el fuego ha actuado como un agente de la selección natural en la evolución de la vegetación en muchas partes del planeta, y muy especialmente en el caso de los pinos. Se sabe que este género se originó durante el Cretácico inferior y recientemente se ha podido datar en el Cretácico superior la aparición de dos estrategias alternativas de respuesta al fuego en pinos: por un lado, la conjunción de gruesa corteza aislante y poda natural, y por otro, la serotinia, junto a ausencia de poda. Ambas se suponen ligadas a un régimen de fuego de copas de mayor

Los árboles más sensibles al ataque de escolítidos son los que tienen un soflamado parcial de la copa sin que ese sea total ni hayan sufrido fuego de copa. Deben ser los candidatos a ser extraídos cuanto antes. Actualmente, el uso de trampas con feromonas es un buen sistema de control de estos ataques y da un mayor margen de tiempo a la corta que, inevitablemente se alarga en los grandes incendios 68

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Se ha podido datar en el Cretácico superior la aparición de dos estrategias alternativas de respuesta al fuego en pinos: por un lado, la conjunción de gruesa corteza aislante y poda natural, y por otro, la serotinia, junto a ausencia de poda. Desafortunadamente, no se sabe todavía por qué algunos de estos rasgos, por ejemplo la serotinia, se dan en unas regiones de procedencia de P. pinaster y no en otras intensidad que el existente peviamente entre esos dos períodos. Desafortunadamente, no se sabe todavía por qué algunos de estos rasgos, por ejemplo la serotinia, se dan en unas regiones de procedencia de P. pinaster y no en otras. Es posible que la coexistencia del fuego con la especie no haya sido similar para las diferentes regiones de procedencia, en términos de tiempo de influencia, frecuencia e intensidad de los fuegos. Distintas causas pudieran haber influido en ello. Por ejemplo, la intrusión ultrabásica que da origen a la Sierra Bermeja tiene lugar en el Cretácico inferior, asociada a una subducción debida al contacto de las placas europea y africana. Quizás el vulcanismo asociado a estos procesos podría haber favorecido frecuentes incendios intensos y actuar como una fuerza selectiva en la evolución local de la especie que pudo desarrollar la serotinia como un rasgo de adaptación a ese tipo de fuegos. Sin embargo, otras causas tendrían que invocarse en otras zonas de la península donde también existe serotinia y no parece haber existido vulcanismo en ella. En ese período del Cretácico el aumento de oxígeno se piensa que favoreció incendios más intensos, y distintas condiciones climáticas en lugares diferentes pudieron propiciar ese desarrollo de rasgos en unos lugares y

no en otros. Es sugerente también la conexión entre climas diferentes, mayor o menor abundancia de combustibles, facilidad de fuegos de copa y presencia de serotinia resaltada por algunos autores. Esto último aparentemente explicaría la ausencia de serotinia en la región de procedencia Meseta-castellana, con clima más seco y extremado, sustratos pobres y escasez de combustibles capaces de generar fuegos intensos. ¿Qué puede aportar a la gestión forestal el conocimiento de estas características especiales de las distintas variedades genéticas? El conocimiento de estas características genéticas nos puede ayudar de muchas formas a una mejor gestión forestal. Por ejemplo, para determinar, en función del grado de afectación tras incendio del arbolado, la probabilidad de supervivencia del mismo, y así establecer la conveniencia o no de su extracción. Conocer las estrategias de defensa de las diferentes variedades genéticas puede ser de gran ayuda a la hora de planificar y ejecutar quemas prescritas, prever el nivel de éxito de la regeneración tras incendio de la masa y planificar actuaciones silvícolas, como la reforestación, que garanticen una mayor resilencia de la comunidad frente al fuego.

Conocer las estrategias de defensa de las diferentes variedades genéticas puede ser de gran ayuda para planificar y ejecutar quemas prescritas, prever el nivel de éxito de la regeneración tras incendio de la masa y planificar actuaciones silvícolas, como la reforestación, que garanticen una mayor resilencia de la comunidad frente al fuego Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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VITORIA

ciudad verde europea 2012

Una oportunidad histórica para Vitoria-Gasteiz Vitoria-Gasteiz es una de las ciudades europeas con mayor superficie de espacios verdes por habitante, unos 42 metros cuadrados por persona. Ciudad tranquila y accesible, pero también activa, dinámica, vibrante y moderna, que presume de sus más de diez millones de metros cuadrados de parques y zonas verdes que invitan a pasear, montar en bicicleta u observar aves y ciervos. Así es VitoriaGasteiz, Capital Verde Europea 2012.

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M

ás de la mitad de la humanidad reside a día de hoy en ámbitos urbanos, cuatro de cada cinco en el caso de la Unión Europea, estimándose que para 2030 prácticamente un 60 % de la población mundial vivirá en ciudades. Si bien las zonas urbanas apenas suponen el 2 % de su superficie, estas por si solas vienen a representar entre el 60 y 80 % del consumo de energía y el 75 % de las emisiones totales de carbono. De ahí la importancia de que las ciudades tengan conciencia sostenible. En el caso de Vitoria-Gasteiz, el premio European Green Capital es el resultado de más de treinta años de compromiso sostenible en nuestra ciudad. Gracias a las políticas medioambientales aplicadas en estos años, y gracias al compromiso de una

ciudadanía que, con sus buenas prácticas en materia de reciclaje, movilidad o consumo de agua, se ha convertido en ejemplo para toda Europa. En Vitoria-Gasteiz el 100 % de los vitorianos reside a menos de 300 metros de espacios verdes, contamos con un Anillo Verde de más de 640 hectáreas que prevé abarcar hasta 960, un Plan de Movilidad Sostenible de éxito, una nueva red de autobuses, tranvía, más de 100 kilómetros de carriles bicicleta, una extensa red de parques y paseos urbanos, una gestión sostenible del agua y hábitos y políticas de reciclaje muy instaurados. La distinción de Capital Verde que otorga la Comisión Europea reconoce a aquellas ciudades que han dado pruebas constantes de cumplir las normas

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medioambientales, que se comprometen a plantearse nuevos objetivos para la mejora del medioambiente y el desarrollo sostenible y que pueden actuar como un modelo, inspirando a otras ciudades. Vitoria-Gasteiz fue elegida, entre otras razones, por sus planes y proyectos de lucha contra el cambio climático; su red de transporte local y su Plan de Movilidad Sostenible; el mantenimiento y mejora de la biodiversidad, donde destaca el Anillo Verde del municipio; la calidad del aire y su plan de gestión; la reducción de los niveles de ruido; el Plan integral de gestión de residuos, y el Plan integral de ahorro de agua. Este trabajo es fruto del elevado grado de consenso y de una gestión coherente, especialmente desde la creación del Centro de Estudios Ambientales (CEA) en 1995 y la aprobación unánime de la Agenda 21 en 1998, ya que muchas ideas y proyectos han avanzado en nuestra ciudad en materia de gestión de residuos, planificación hidráulica, salud ambiental, gestión de la contaminación atmosférica, movilidad o gestión sostenible del espacio público. Además de la planificación y la gestión de las relaciones campo-ciudad, simbolizadas por el reconocido Anillo Verde, un icono de referencia internacional que, con un funcionamiento íntegramente natural, respeta fielmente los ciclos biológicos y la continuidad espacial, que a su vez garantiza la conectividad entre los ecosistemas.

Salburua

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La naturaleza en el corazón de la ciudad n el año 2012 se pusieron en marcha grandes proyectos estratégicos en Vitoria-Gasteiz. La transformación de la Avenida Gasteiz, una de las principales arterias de la ciudad, es el gran reto y la gran apuesta. Queremos introducir la naturaleza en su estado más puro en el interior de la ciudad. Un proyecto revolucionario que en sus distintas fases transformará varias vías principales en nuevos corredores urbanos verdes sostenibles energéticamente. Otros proyectos estratégicos que han arrancado son el nuevo Palacio de Congresos Europa, la ampliación del tranvía, dos nuevos centros cívicos en los nuevos barrios, el Nuevo Ayuntamiento y el Parque Empresarial Urbano de Betoño, entre otros. El debate sobre el futuro de Vitoria-Gasteiz en veinte años debe respetar el ecosistema natural, consiguiendo un equilibrio entre biocapacidad y huella ecológica, para así conseguir un nuevo modelo de relación ciudadterritorio que avance según los principios del Programa MAB de UNESCO en la biorregión de Álava Central. De esta forma podremos desarrollar un modelo de Infraestructura Verde extensiva que nos lleve a conseguir un “Sistema Urbano Sostenible”.

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La Virgen Blanca

La referencia en materia medioambiental oy somos la referencia en materia ambiental, en el País Vasco, en el resto de España, en toda Europa y en el mundo. El 80 % de los europeos vive en ciudades del tamaño de Vitoria-Gasteiz. Nuestra experiencia servirá de referencia, ya que la inmensa mayoría de los municipios se ven reflejados en ciudades como la nuestra. El medioambiente, unido al reconocimiento de la Unión Europea, es, en este momento, un punto de atracción y de inquietud para el aprendizaje de muchos municipios en todo el mundo. La política de las instituciones, especialmente hoy en día, con la actual situación de crisis económica, ha de tener muy presente la referencia ambiental. El medioambiente es el futuro, es calidad de vida, es sostenibilidad, es hacer más con menos y es potenciar un nuevo estilo de urbanismo sostenible.

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Primera ciudad del sur de Europa en ser Capital Verde ntes que nosotros, Estocolmo y Hamburgo han sido Green Capital. Son ciudades grandes y muy conocidas, básicamente por una razón de dimensión, algo que no tiene Vitoria. Sin embargo, hemos ganado este premio. Somos la primera ciudad del sur de Europa y de tamaño medio en ser European Green Capital. Este logro se

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Paseo Norte

ha convertido en una oportunidad histórica para nuestra ciudad. La oportunidad de poder posicionarnos con la seña de identidad que hemos querido tener, la del medioambiente, absolutamente reconocida dentro y fuera de nuestras fronteras. En Vitoria-Gasteiz, este premio se siente como un premio de todos. Es un reconocimiento a más de tres décadas de compromiso sostenible de cada uno de los ciudadanos que componemos esta ciudad, del movimiento asociativo y vecinal y de los grupos ecologistas que, con nuestras buenas prácticas, hemos logrado aupar a nuestra ciudad hasta el que pretende ser el premio nobel del medioambiente. Un premio que conseguimos gracias al trabajo del equipo técnico del ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, que nos colocó en el lugar preciso para llegar hasta lo que hoy somos. También hay que recordar el trabajo de todos los grupos políticos que integran la actual Corporación Municipal, así como a aquellos que ya no están en el ayuntamiento pero que, en su día, también trabajaron para que esto fuera posible. Así mismo para la colaboración institucional, la que hemos tenido y la que vamos a seguir teniendo, la de los diferentes gobiernos de España y del País Vasco, de los Diputados Generales y de todo el conjunto de la Administración Europea.

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Futuro de oportunidades y proyectos on este ‘premio verde’ se abrió para nuestra ciudad un futuro lleno de oportunidades, ya que ha supuesto financiación, oportunidades para el empleo, impacto mediático internacional y orgullo para Vitoria-Gasteiz. Solo el impacto del año de reinado verde, el galardón europeo ha aportado más de cinco millones de euros de financiación, ha impulsado una Mesa Empresarial para fomentar el empleo verde y ha logrado un impacto mediático internacional que habría costado más de quince millones de euros. Además, Vitoria-Gasteiz inició dicho año la unión del Anillo Verde, ha cerrado el acuerdo para poner fin a las inundaciones, ha avanzado en proyectos medioambientales estratégicos y ha continuado su transformación vinculada al medioambiente. La Capital Verde 2012 se ha convertido en la referencia medioambiental de Europa en el mundo, ha batido récord de turistas y ha logrado un sentimiento de pertenencia y orgullo entre los vitorianos. Vitoria-Gasteiz ya tiene el Nobel de Medio Ambiente, pero nuestro mejor premio será el resultado de la gestión coherente del medio natural para el futuro. Ser Capital Verde Europea en 2012 ha sido un reto apasionante, una oportunidad histórica para VitoriaGasteiz, para potenciar y desarrollar el futuro de nuestra ciudad.

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ACTUALIDAD

ENTREVISTA

Entrevista a Manuel María Ruiz Urrestarazu, Ingeniero de Montes de la Real Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia

“El paisaje es un valor de primer orden para el desarrollo y el equilibrio humano” Ismael Muñoz Linares

El paisaje en nuestro país es un reflejo del ser humano que lo habita desde hace miles de años, de sus conocimientos, de sus necesidades económicas y sociales, de sus anhelos e incluso de su sentido de la belleza. El paisaje antropizado refleja el perfil de sus habitantes, que le dan forma y nombre. En Manuel María Ruiz de Urrestarazu conviven el forestal que ha trabajado el paisaje, como Jefe de Servicio Forestal de Álava, y el académico de la lengua Vasca, estudioso de una toponimia que refleja la íntima relación entre el paisaje y el ser humano en el País Vasco.

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Usted hablará en su conferencia sobre la relación entre lo forestal y la toponimia vasca, ¿cómo catalogaría usted esa relación? Como entrañable. La foresta en su conjunto ofrece una imagen grandiosa y al mismo tiempo envolvente, próxima al hombre. El dar nombre a los seres vivos es una de las primeras narraciones bíblicas. En cuanto el hombre, ordena su lenguaje, clasifica y nombra a las distintas especies. Los bosques, grupos de árboles o ejemplares dispersos, los espacios forestales abiertos, dejan constancia de su existencia a lo largo del tiempo en los nombres de lugar. La relación foresta-toponimia se da en todas las lenguas y es muy cercana y próxima en todos los ámbitos campestres y montaraces. En el caso de la lengua vasca en particular, y dada la longevidad de la misma, indeterminada en su inicio pero muy antigua, esa relación ha sido más larga en su concreción idiomática y con ello los hilos del tejido forestal y de la trama lingüística se entrelazan en fuerte abrazo.

Esa misma influenza del medio natural, ¿puede decirse que se da también en los nombres de personas? Como por ejemplo: Haritz (roble); Lorea (flor); Oihana (selva); Arantza (espina); Ibai (río); Harri (piedra); Harkaitz (roca, peña); Itsaso o Itxaso (mar); Ainara (golondrina); Inar (rayo de sol) o Goizalde (amanecer, alba), entre otros muchos. ¿Es esta una demostración de la importancia que ha tenido siempre el medio natural en general y lo forestal en particular en la sociedad vasca? Así parecería en principio, a tenor de lo expresado acerca de una larga y próxima relación entre el medio natural, en su faceta forestal, y la sociedad vasca. No obstante, es difícil de ponderar el grado de primacía que en la adopción de un nombre para una persona tiene el valor natural del objeto, ente, fenómeno atmosférico o ser vivo cuyo nombre se escoge para que lo lleve tal persona como apelativo propio. En la adopción de los nombres citados en la pregunta y de otros que completarían la relación han influido

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La relación foresta-toponimia se da en todas las lenguas y es muy cercana y próxima en todos los ámbitos campestres y montaraces. En el caso de la lengua vasca en particular, esa relación ha sido más larga en su concreción idiomática y con ello los hilos del tejido forestal y de la trama lingüística se entrelazan en fuerte abrazo también otras causas, de las que citaré tres, que a mi juicio son principales: a) la moda de un período determinado, b) la eufonía del nombre en muchos casos, más que el significado estricto del mismo y c) por último, muy importante en amplias capas de la sociedad, el alto grado de vasquidad o vasquía que se podría atribuir a un nombre así. Tengamos en cuenta que esos nombres de la gea, las aguas, las plantas o los fenómenos atmosféricos aplicados a personas son relativamente recientes en la sociedad vasca, fundamentalmente de los últimos cuarenta años, por poner una cifra redonda. Los nombres tradicionales de fonía vasca aplicados en siglos pasados tuvieron una difusión no general, si bien existen testimonios de nombres vascos equivalentes a las formas latinas, españolas o francesas de los mismos nombres en siglos anteriores. Debido a la general indistinción de la nomenclatura personal oficial con respecto a la de los pueblos vecinos, Sabin Arana Goiri, fundador del Partido Nacionalista Vasco, estableció un nomenclátor, en buena parte de nuevo cuño, basado en los nombres del santoral latino, que a lo largo del siglo XX se fue difundiendo con bastante buena fortuna en la sociedad vasca, sobre todo en sus nombres de sonido más atractivo. Además, los nombres femeninos correspondientes a advocaciones marianas de múltiples lugares, como ocurre en las lenguas próximas, también proporcionaron un elenco considerable de topónimos incorporados a la nomenclatura (así las Arantzazu, Begoña, Estíbaliz, Itziar, Izaskun, Olatz u otros). Finalmente, con el cambio de referencias culturales suscitado en las décadas de 1960 y 1970 se produce un acercamiento vital hacia lo natural, que coincide con la eclosión de nombres vascos provenientes del mundo vegetal y natural en su conjunto, con una

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El análisis cuidadoso de la toponimia nos descubre una historia vegetal pasada y nos aproxima a una interpretación atinada de las condiciones del medio y de la cogestión adecuada del forestal con la Naturaleza

difusión en el País Vasco mayor que en otros lugares con menor busca de particularidad identitaria. ¿Qué valor tiene ahora el sector forestal en la sociedad y en la economía vasca? La sociedad vasca considera a su sector forestal como parte de su tejido productivo y protector del medio, sien-

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do la producción más considerada en el territorio cantábrico, donde la misma es más importante y donde la propiedad está en un 78 % en manos privadas, invirtiéndose dicho porcentaje en Álava, donde ese 78 % corresponde a la propiedad pública y la producción de sus montes es menor y más espaciada en el tiempo y el espacio, predominando el aspecto contemplativo de los bosques.

¿Cuánto vale la foresta vasca? Los tratadistas forestales centroeuropeos clásicos, a la hora de obtener los valores del bosque se apoyaban en el binomio bosque-madera, siguiendo la teoría de la estela o Kielwassertheorie, de acuerdo con la cual el valor principal del bosque estribaba en el valor de su madera, yendo tras su estela el de los demás valores que el bosque atesora. La paucidad del valor de la madera en muchos bosques de producción pequeña, o incluso en bosques productivos, y la disminución del valor de la madera en pie hicieron que los forestales se preocuparan en la segunda mitad del siglo XX por procurar la cuantificación económica de todos los demás productos y servicios protectores y de uso y disfrute, así como no consuntivos, que el bosque y el monte ofrecen a la sociedad, forestales entre los que se incluye un número de profesionales españoles destacados, algunos ya fallecidos, y otros, en mayor número al ser un tema palpitante, en plena actividad. Reflejo de lo anterior es que en los Inventarios Nacionales Forestales del siglo XXI los valores forestales de los montes y de los arbolados comprenden aquellos conceptos añadidos a los de producción de madera, pastos, frutos, corcho y caza que se recogían en los inventarios anteriores. De ello fue primicia el Tercer Inventario Forestal Nacional. Basados en el criterio de dicho inventario, el valor económico y la renta de la superficie forestal serían actualmente del orden de 7.000 millones y 150 millones de euros respectivamente, de los que aproximadamente la mitad serían de producción. Las cortas anuales de madera en el País Vasco rondan los dos millones de m3, de los que 1.650.000 serían de pino radiata, 120.000 de otras coníferas, 120.000 de eucalipto y 110.000 de otras frondosas. La industria de transformación de esa madera se encuentra tanto dentro de la comunidad autónoma como fuera de ella, a la que se dirige entre un 25 y un 30 % de la producción de madera.

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El paisaje va modificándose con la actividad del hombre, en una interacción continuada, por lo que corresponde al ser humano la búsqueda del paisaje idóneo en un espacio y en un tiempo

Los nombres de muchos pueblos son una prueba de la vegetación que un día predominó en un determinado lugar o comarca. ¿Cómo ayuda la toponimia al forestal en su trabajo? Ayuda de manera notable en algunos casos. Que un pueblo como Pinedo, en Valdegovía, en el suroeste de Álava/Araba, esté citado como tal desde el año 809 revela que la presencia de los pinos en esa comarca son cosa de un ayer muy antiguo. El análisis cuidadoso de la toponimia nos descubre una historia vegetal pasada y nos aproxima a una interpretación atinada de las condiciones del medio y de la cogestión adecuada del forestal con la Naturaleza. ¿Cuánto y cómo ha cambiado el paisaje forestal vasco en los últimos cincuenta años? Hace cincuenta años más o menos alcanzaron los pinares de pino insignis, como entonces se le decía y aún se le dice a nivel popular, su punto álgido de extensión (en realidad quizá fuera antes de febrero de 1956, con la fuerte helada que quemó los pinares de la mitad oriental de Guipúzcoa/Gipuzkoa). Por relacionarse con el paisaje de la época, recordaré un episodio leído en una crónica periodística de entonces: uno de aquellos veranos, según narraba el cronista, el Jefe del Estado, al pasar por el puerto de Etxegarate camino de San Sebastián, comentó que los pinos

estaban ennegreciendo el paisaje; el periodista atribuía la observación a la “clarividencia del Caudillo”, cuando hubiera sido más simple y más elogioso hacerlo a su capacidad de observación. El “oro verde”, como también se decía del pino insignis, se incorporaba a un paisaje parcelado por la propiedad, añadiendo rectitud vertical a la horizontal de los límites de las pequeñas parcelas. El paisaje había cambiado. Un visitante alemán en los años 70 decía que las plantaciones de P. radiata le recordaban visualmente a las de Picea en Alemania, dado el porte abietíneo de este pino de verde intenso. De entonces aquí, sobre todo a partir de la década de 1980, el paisaje se va diversificando paulatinamente de nuevo, con una presencia ocasional de otras coníferas y sobre todo de frondosas, entre las que hay que incluir a los eucaliptos en los lugares más templados del país, así en Vizcaya/Bizkaia. ¿Cuáles son las causas fundamentales de esos cambios? La causa del progreso del pino radiata fue económica, y la de su relativo declive también, amén de concausas múltiples de menor relieve. La industrialización de Vizcaya/ Bizkaia y Guipúzcoa/Gipuzkoa y zonas de Álava/Araba favoreció el abandono de muchos caseríos, total a efectos de cultivo de la tierra en algunos casos, o parcial, con disminución de la superficie

cultivada, lo que propició la plantación de cultivos o prados abandonados por el pino de Monterrey, que a algunos propietarios pioneros tan buenos resultados estaba dando. Esta fue la causa principal. En menor grado, también influyó en el caso de Álava/Araba (como sucedió en buena parte de la España principalmente cerealista) la introducción de maquinaria pesada en la agricultura, con concentraciones parcelarias que excluían el arbolado, en una dicotomía espacial agricultura/bosque, que afectaba negativamente al paisaje, así como las quemas de rastrojeras de fin de cosecha, felizmente eliminadas por la condicionalidad de las ayudas comunitarias europeas. ¿Cuál ha sido el papel de los forestales en ese cambio? El papel de los forestales privados en el País Vasco, abundantes y curiosos como suelen ser los propietarios, fue el de vulgarizar el cultivo del pino insignis, hasta tal punto que la selvicultura de otras especies tendía a ser llevada a los parámetros culturales de aquel. El papel de los forestales de formación académica fue el de atender al conjunto de las especies naturales e introducidas, en sus necesidades selvícolas y en la búsqueda de una investigación forestal acorde con la envergadura del recurso, en proporción a una superficie territorial pequeña, que requería al mis-

El papel de los forestales de formación académica en los cambios de paisaje en el siglo XX en el País Vasco fue el de atender al conjunto de las especies naturales e introducidas, en sus necesidades selvícolas y en la búsqueda de una investigación forestal acorde con la envergadura del recurso, que requería al mismo tiempo una atención delicada a los aspectos de uso del monte en su faceta de disfrute y protección Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales

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El objetivo de la intervención humana en el paisaje debe ser hacer de ingenieros del paisaje, procurando su mayor naturalidad e incidiendo en el mismo con una gestión atenta a la fuerza regeneradora y productiva de la naturaleza, con intervenciones lo más baratas y espaciadas posibles

mo tiempo una atención delicada a los aspectos de uso del monte en su faceta de disfrute y protección. A este respecto y como detalle, gracias a la iniciativa del Servicio de Montes de la Diputación Foral de Álava se mantuvieron en pie, mediante una fórmula alambicada de ayudas al propietario saliente y al entrante de las parcelas objeto de concentración parcelaria, 7.800 robles pedunculados adultos en el valle de Zuia (uno de los de más valor paisajístico de Álava/Araba), que estaban destinados a la corta y el destoconado consiguiente. ¿Hacia dónde evoluciona el paisaje vasco?, ¿qué clase de paisaje vamos a tener en 20 o 30 años fruto de las actuaciones que desarrollamos ahora en el territorio? La evolución va en el sentido de una mayor diversificación del paisaje forestal. Por el contrario, hemos asistido desde mediados del siglo XX a un proceso de uniformización del paisaje urbano e industrial, con un crecimiento de sus instalaciones que han producido una banalización del paisaje de Vizcaya/ Bizkaia y Guipúzcoa/Gipuzkoa y en menor grado de Álava/Araba por su menor población y mayor extensión territorial. En ese sentido, y dada la privilegiada posición de los montes y parte del resto de los espacios forestales por su ubicación al margen de la actuación urbanizadora, el paisaje forestal va a ser cada vez más valorado por la población, y ahí tiene el colectivo forestal un reto importante. En su opinión, ¿qué valor tiene el paisaje para el ser humano? De primer orden para su desarrollo y equilibrio personal. Un gran número de paisajes pueden satisfacer a la mente humana; en principio, todos los que ofrezcan naturalidad y acogida, bienestar de la naturaleza y

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bienestar del ser humano. Por nuestro conocimiento actual del mundo podemos comparar múltiples situaciones paisajísticas y, dentro de nuestra área de actuación, adoptar las decisiones más congruentes para el logro de un paisaje satisfactorio. A menudo la sociedad en general tiene la imagen idílica del paisaje natural, sin presencia humana, como el objetivo a alcanzar. Pero ¿eso es así?, ¿un paisaje natural es preferible a uno con presencia humana? Sería así si ello fuera posible, ya que conceptualmente el paisaje lo establece y percibe el hombre, pero requeriría una población muy reducida, a lo Robinson Crusoe. Como no es así, el paisaje va modificándose con la actividad del hombre, en una interacción continuada, por lo que corresponde al ser humano la búsqueda del paisaje idóneo en un espacio y en un tiempo. ¿Cuáles deben ser los objetivos de la intervención humana en el paisaje? Hacer de ingenieros del paisaje, procurando su mayor naturalidad e incidiendo en el mismo con una gestión atenta a la fuerza regeneradora y productiva de la naturaleza, con intervenciones lo más baratas y espaciadas posibles. ¿Cómo han cambiado esos objetivos a lo largo de estos últimos 50 años? Yendo hacia una mayor adecuación a las condiciones del medio (fenómenos atmosféricos, enfermedades y plagas) y hacia la adopción consecuente de una mayor variedad y elasticidad de las alternativas selvícolas en el manejo de las masas naturales o en vías de serlo y también en el de las especies más productivas de crecimiento más rápido, en la búsqueda de una selvicultu-

ra esencialmente conservadora de los valores y la fuerza de la naturaleza. Mirando hacia el futuro ¿cuáles son los puntos fuertes del sector forestal alavés? Su punto fuerte principal, del que derivan los demás, estriba en su variedad zonal, que ofrece estaciones diversas, aptas para el desarrollo de distintas especies. Los sistemas forestales alaveses han evolucionado en función, entre otros elementos, de los cambios de clima producidos en siglos pasado, y podrían adaptarse a una evolución futura, con las modificaciones que se produjesen. Es al mismo tiempo su punto débil desde el punto de vista productivo, ya que la masa crítica de cada tipo de bosque es de cantidad más bien baja. No obstante, y dada la demanda social existente, el sector forestal alavés parte de una aceptable posición inicial ante el futuro. Y ¿en qué necesita mejorar para ser referencia social, ambiental y económica? Los mayores tenemos alguna experiencia de pasado y ninguna de futuro, que lo vemos difuso. No obstante, tanto en Álava/Araba como doquiera, cabría sugerir una flexibilidad en la gestión y planificación selvícola que garantizase la adaptabilidad de la foresta a las solicitaciones que va a plantear la naturaleza sobre todo, así como los usuarios del medio forestal, tanto los forestales propiamente dichos como el resto de usuarios, sean campesinos o urbanos. La sociedad, en su acercamiento a lo forestal, tendrá en cuenta su doble faceta ecológica y económica, siempre que así se comunique, con acierto cognitivo y amenidad de exposición, mediante los medios más adecuados de divulgación del conocimiento.

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AGENDA

LIBROS

CUADERNO N.o 34 DE LA SECF. ACTAS DE LA III REUNIÓN SOBRE modelización FORESTAL Editores científicos del volumen: Rafael Calama Sainz, Juan Gabriel Álvarez González, Celia Herrero de Aza y Ana Daría Ruiz González Edita: Sociedad Española de Ciencias Forestales. 2012. 328 páginas.

La III Reunión del Grupo de Trabajo de Modelización Forestal de la SECF, celebrada en Lugo entre los días 4 y 6 de mayo de 2011, ha tenido como principal objetivo el consolidar la actividad del grupo como principal foro para el intercambio de conocimientos (experiencias prácticas, problemas detectados, soluciones propuestas, etc.) de los diferentes investigadores y grupos de investigación que trabajan en modelización forestal en España. Asimismo, y como respuesta a una necesidad identificada en reuniones anteriores, se planteó como objetivo preferente la presentación, difusión y transferencia de los resultados obtenidos en investigación en modelización forestal a los distintos agentes del sector forestal implicados: gestores forestales, empresas de consultoría, propietarios e industrias forestales. Para ello, como complemento a la reunión, se celebró una Jornada de puertas abiertas al sector. La participación en la reunión de más de sesenta investigadores procedentes de distintos centros públicos de investigación, universidades, administraciones públicas y empresas del sector se tradujo en la presentación de más de cuarenta comunicaciones, bien en las sesiones orales, las de comunicación de casos prácticos o las de presentación de pósteres. De ellas, treinta y ocho trabajos originales se recogen en el presente volumen, abarcando temas variados que van desde aspectos estadísticos de interés para la modelización forestal a aplicaciones prácticas de los modelos en la gestión diaria de los sistemas forestales. Con respecto a reuniones anteriores, debe destacarse el esfuerzo realizado por la integración entre los modelos de procesos y los modelos empíricos, habiéndose incrementado la presentación de modelos híbridos, modelos empíricos con base ecológica y aplicaciones de modelos de procesos a la gestión forestal. Asimismo, se ha incrementado el número de trabajos centrados en el papel de los modelos como herramienta para la adaptación de los sistemas forestales al cambio climático, así como los orientados a definir la vulnerabilidad de los sistemas forestales ante un incendio, representados por modelos de distribución de combustible y propagación de fuego. Un punto de discusión de interés fue el desarrollo y la aplicación de nuevas herramientas y tecnologías para el inventario y la toma de datos (por ejemplo, los sistemas LIDAR) y la necesidad de recalibrar los modelos existentes para facilitar su uso con estos nuevos tipos de dato. En la jornada de puertas abiertas se planteó la necesi-

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dad de implicar a los distintos agentes del sector en la identificación de necesidades de investigación en modelización, así como en el diseño de las respuestas funcionales y su aplicación, como base para una transferencia eficiente de los resultados. Dentro de este contexto, se considera que los modelos deben constituir herramientas que abaraten el coste de la planificación forestal y que faciliten la gestión a distintas escalas, desde el rodal hasta el paisaje. Una nueva línea de investigación debe centrarse en la posible extensión de este tipo de herramientas más allá de la gestión del bosque, señalándose su potencialidad en el apoyo a la decisión en actividades como la restauración de terrenos degradados, la evaluación de impactos o la evaluación del daño causado por perturbaciones. Asimismo, debe trabajarse en la integración de los modelos existentes con otros modelos de interés en el ámbito forestal, como son los de dinámica de fauna o la genética de poblaciones. Por último, corresponde a los investigadores en modelización forestal realizar una reflexión acerca de la finalidad y el futuro de nuestra investigación, considerando el equilibrio entre el aumento de la complejidad matemática de los modelos –necesaria para hacer predicciones eficientes de los procesos en estudio– y la necesidad de desarrollar aplicaciones sencillas que faciliten su aplicación en la práctica de la gestión.

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AGENDA

LIBROS

CUADERNO N.o 35 DE LA SECF. ACTAS DE LA III REUNIÓN SOBRE ECOLOGÍA Y SUELOS FORESTALES: APORTACIONES A Y DESDE LA GESTIÓN FORESTAL Editores científicos del volumen: Francisco Javier Vázquez-Piqué y Luis Carlos Jovellar. Edita: Sociedad Española de Ciencias Forestales. 2012. 212 páginas.

La Universidad de Huelva acogió la III Reunión del Grupo de Trabajo de Ecología, Ecofisiología y Suelos Forestales de la SECF los días 9, 10 y 11 de noviembre de 2012. Esta reunión sucede a la primera reunión del grupo celebrada en Pontevedra en el año 2004, y a la segunda, que tuvo lugar en Salamanca en el año 2008. Ello da idea de la regularidad con la que se celebran las reuniones de este Grupo de Trabajo y la actividad científica de los miembros del mismo, sin cuya participación e interés sería imposible su realización. La reunión tuvo como título “Investigación sobre ecología y suelos forestales: aportaciones a y desde la gestión forestal” y se articuló en una jornada y media dedicada a la presentación de comunicaciones orales y pósters y una jornada de campo en la que se visitaron distintas parcelas experimentales del Departamento de Ciencias Agroforestales de la Universidad de Huelva. Tuvimos igualmente la suerte de contar con la participación como conferenciantes invitados de Phillipe Lagacherie, perteneciente al INRA (Montpellier, Francia), que impartió la conferencia titulada “Digital Soil Mapping: state of the art and ongoing projects”, y de Paula Soares, de la Universidade Técnica de Lisboa (Portugal), cuya conferencia tuvo como título “Using the 3-PG model for the Portuguese production forest”. Del total de 15 comunicaciones orales y 16 pósters presentados en el congreso, este cuaderno está compuesto de 26 trabajos. La temática es variada, destacando algunos trabajos sobre acumulación y evolución del carbono edáfico y flujos de CO2, otros, sobre balance hídrico de suelos o formaciones y la influencia de factores edáficos sobre la diversidad, distribución o crecimiento en arbolado y matorral. Las interacciones entre arbolado y condiciones climáticas que afectan al desfronde se trataron en dos comunicaciones. Los suelos forestales en especies perennifolias y caducifolias ocuparon un lugar importante, tanto por su caracterización como por la influencia que ejerce la gestión sobre ellos.

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Finalmente, los trabajos sobre parametrización ocuparon su lugar, al igual que en anteriores reuniones. Mención aparte merecen los trabajos sobre crecimiento diametral en encina y eucalipto, con la utilización de dendrómetros de precisión, que fueron mostrados durante la jornada de campo en la zona pirítica onubense.

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