Revista Foresta nº 79

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Foresta Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural. N.o 79

La borrasca Filomena y sus efectos en el arbolado Félix Romero, Luis del Olmo, Mariano Sánchez, José Luis Rodríguez Gamo, Pedro Calaza, José González Granados, Enrique Carrasquer, Erica Valiente, Enrique García

Metodología Life Forest-CO2 en la integración de la gestión forestal en el mercado voluntario de carbono La teledetección en la localización de áreas forestales debilitadas La jara pringosa y sus flores anómalas

Gallipato Juniperus thurifera L. Sí, nieva y hay cambio climático La restauración forestal en el proceso de gestión de los incendios Monte Los Comunes en Riaza - Sepúlveda El sector forestal y la protección del medio natural en Dinamarca Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña Rachel Carson. El despertar de la conciencia ambiental José Antonio Sencianes. El difícil equilibrio entre precisión y emoción


Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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SUMARIO N.º 79

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APUNTES

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Gallipato. Enrique García Gómez

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Juniperus thurifera L. Gregorio Montero González , Ricardo Ruiz-Peinado

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Tejiendo redes. Ismael Muñoz Linares

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Sí, nieva y hay cambio climático. Álvaro Enríquez de Salamanca

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La restauración forestal en el proceso de gestión de los incendios. Luis Martín Fernández, Margarira FernándezNúñez

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El monte cambia. Monte Los Comunes en Riaza Sepúlveda: en buena compañía. Rafael Serrada Hierro, Valentín Gómez Sanz, Celso Coco Megía, Francisco Javier Plaza Martín, Pepa Aroca Fernández

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El sector forestal y la protección del medio natural en Dinamarca. Álvaro Enríquez de Salamanca

ACTUALIDAD 24

60

Los efectos de la borrasca Filomena en el arbolado: Féliz Romero Cañizares, Luis del Olmo, Mariano Sánchez García, José Luis Rodríguez Gamo, Pedro Calaza Martínez, José González Granados, Erica Valiente Oriol, Enrique Carrasquer Clusa. Ismael Muñoz Linares

COLABORACIONES TÉCNICAS 36

La gran nevada y su impacto en el arbolado urbano. Enrique García Gómez

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Aspectos clave para la transferencia de metodología Life Forest-CO2 en la integración de la gestión forestal en el mercado voluntario de carbono. Miguel Chamón Fernández, Rubén Martínez Ribera, Juan de Dios Cabezas Cerezo, Lourdes Vicente Valero, Ascensión Castro Batán, Tomás Sánchez Pellicer, José Luis Villabuena Hernández, Roque Pérez Palazón, Julia Cambronero Ballesta

52

La teledetección, herramienta imprescindible para la localización de áreas forestales debilitadas. María José Manzano Serrano, Ramón Folgueiras González

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REPORTAJE

La jara pringosa y sus flores anómalas Enrique García Gómez

LA PÁGINA DE 64

Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña.

LITERATURA Y MEDIO NATURAL 66

Rachel Carson. El despertar de la conciencia ambiental. Jorge Rodríguez López

PINCELADAS DE VIDA 74

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José Antonio Sencianes. El difícil equilibrio entre precisión y emoción. Ismael Muñoz Linares

Noticias forestales

AGENDA

“Impreso en papel certificado que proviene de bosques gestionados de forma sostenible y fuentes controladas”

2021. N.o 79


EDITORIAL

Ciencia, técnica y sensibilidad meteorológicos como este? Viendo los resultados, ¿ha sido un problema de selección de especies autóctonas?, tal y como apuntaron rápidamente distintos grupos sociales con importante presencia en los medios de comunicación ¿Cuáles serán las características de la jardinería del futuro? Si bien todos los expertos coinciden en el enorme valor del arbolado urbano por muy diferentes motivos, se observan matices que demuestran que no estamos frente a una ciencia exacta, sino más bien ante un ámbito multidisciplinar que, desde el conocimiento de la botánica y su gestión, requiere también conocimientos de paisajismo, urbanismo e incluso sociología y sicología social. Deben conocer los responsables públicos, y la sociedad en general, el valor que tiene el arbolado urbano para la vida en las ciudades, desde el punto de vista social y biológico. Pero también deben comprender que sobre él recaen numerosas exigencias e intereses, muchas veces contradictorios, a los que hay que dar la mejor respuesta posible. No se trata

Chulmin17000

Ismael Muñoz

E

l 8 y 9 de enero una borrasca, de nombre Filomena, dejó en la zona central y noreste de España una nevada considerada como histórica. En algunos lugares hacía más de 50 años que no se recogía otra similar y, en otros, el periodo de retorno era de casi un siglo. Esta nevada se produjo en medio de una ola de frío de catorce días de duración con temperaturas mínimas que, en función del lugar, alcanzaron desde -10 hasta -20 oC. Los efectos sobre el arbolado urbano y forestal fueron notables en algunas zonas. En este número, la sección de actualidad se ha combinado con la entrevista. Hemos querido contar con la participación de varios expertos que nos respondiesen a algunas de las preguntas que nos hacíamos los días posteriores a la nevada, cuando comprobábamos los efectos que había tenido sobre el arbolado urbano y forestal. ¿Estamos preparados ante eventos de la magnitud de la borrasca Filomena? ¿Podemos hacer una jardinería capaz de afrontar sin graves consecuencias fenómenos

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2021. N.o 79


EDITA: Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural Avda. Menéndez Pelayo n.º 75, 28007 Madrid Tfno: 91-501 35 79, Fax: 91-501 33 89. Página web: www.forestales.net DIRECTOR Álvaro Enríquez de Salamanca Sánchez-Cámara Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales DRABA Ingeniería y Consultoría Medioambiental, SL Universidad Complutense de Madrid SUBDIRECTOR Andrés Arregui Noguer Ingeniero Técnico Forestal Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico DIRECTOR TÉCNICO Ismael Muñoz Linares Licenciado en Ciencias de la Información Altermedia Comunicacion, SL @ismaelnatura CONSEJO DE REDACCIÓN Francisco Javier Cantero Desmartines Ingeniero Técnico Forestal Dirección General de Medio Ambiente. Comunidad de Madrid

sidad de prestarle la atención debida, aunque solo fuese para mantener la calidad de vida en las ciudades, creando espacios más habitables y saludables, ni más ni menos. Sería un error grave no analizar lo sucedido y establecer un diálogo científico, técnico y social que permita establecer una gestión del arbolado urbano adaptada a las exigencias ambientales y sociales que tiene por delante. El tiempo nos dirá. Cuestión aparte es la gestión de los terrenos forestales. Los daños producidos por Filomena han sido muy desiguales y no han seguido un patrón que permita establecer una norma de carácter general para su gestión. Si este tipo de fenómenos meteorológicos extremos van a ser más habituales, es obvio que la gestión forestal, entendida como la intervención humana en beneficio de los procesos naturales que permita su aprovechamiento sostenible, es el mejor camino para disfrutar de bosques sanos, resilientes y capaces de aportarnos todos sus servicios ecosistémicos y productos naturales renovables.

Llanos Gabaldón Lozano Ingeniera Técnica Forestal e Ingeniera de Montes Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha Enrique García Gómez Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Medio Ambiente Diputación de Toledo José González Granados Ingeniero Técnico Forestal Parque Regional del Sureste. Comunidad de Madrid / Ayuntamiento de Aranjuez David León Carbonero. Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico

Ismael Muñoz

de poner más o menos árboles, por ejemplo, ni de dar color a las plazas o bulevares como si fuese una cuestión meramente estética sobre la que puede decidir cualquiera con mejor o peor gusto, sino más bien de elegir adecuadamente las especies en función de numerosas variables y necesidades, y de darlas después el tratamiento que necesitan. La gestión del arbolado urbano debe hacerse desde el conocimiento científico, la experiencia técnica y la sensibilidad social. La importante inversión que realizan las ciudades en su mantenimiento y cuidado exige que se realice una gestión que tenga en cuenta todas las variables ecológicas, ambientales, sociales, económicas e incluso emocionales que intervienen. Solo desde el conocimiento y la sensibilidad se puede dar respuesta a la gran cantidad de demandas que recaen sobre el arbolado urbano. Está por ver si somos capaces de convertir a la borrasca Filomena y sus efectos en una buena oportunidad para afrontar los retos que tiene la gestión del arbolado urbano. Nadie discute que al menos ha servido para reivindicar su importancia y la nece-

AUTORES QUE HAN COLABORADO EN ESTE NÚMERO: Jesús Alcanda Vergara, Pepa Aroca Fernández, Raúl de la Calle Santillana, Manuel Calvo Temprano, Miguel Chamón Fernández, Julia Cambronero Ballesta, Ascensión Castro Batán, Celso Coco Megía, Juan de Dios Cabezas Cerezo, Álvaro Enríquez de Salamanca, Ramón Folgueiras González, Enrique García Gómez, Valentín Gómez Sanz, Andoni Jurado, María José Manzano Serrano, Luis Martín Fernández, Margarita Martínez-Núñez, Rubén Martínez Rivera, Gregorio Montero González, Ismael Muñoz Linares, María Eugenia Oliver, Francisco Javier Plaza Martín, Roque Pérez Palazón, Jorge Rodríguez López, Ricardo Ruiz-Peinado, Tomás Sánchez Pellicer, Rafael Serrada Hierro, Lourdes Vicente Valero, José Luis Villanueva Hernández. DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Altermedia Comunicación 2000, S.L. C/ Electrodo n.º 68, oficina 6, 28522 Rivas Vaciamadrid IMPRESIÓN: Grupo Impresa. C/ Herreros n.º 42, 28969 Getafe

Jorge Rodríguez López. Ingeniero Técnico Forestal y Licenciado en Ciencias Ambientales Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación @Jorgenemoralis María José Manzano Serrano Ingeniera Técnica Forestal ESMA Estudios Medioambientales, SL @esmasl_es, @mariaj_manzano

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DEPÓSITO LEGAL: M-4.268-1975, ISSN: 1575-2356 FOTOGRAFÍA PORTADA: Myriamsfoto en Pixabay Las opiniones expuestas por los autores de los artículos no son necesariamente las del C. O. I. T. F. Los artículos, fotografías y gráficos que se publican en Foresta son facilitados por las personas que los firman. Es su responsabilidad la autoría de los mismos. Foresta admite, de buena fe, que este material pertenece a quienes lo firman, o que disponen de los permisos pertinentes para su reproducción.

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Gallipato (Pleurodeles waltl) Texto: Enrique García Gómez Fotografías: Foto Ardeidas

Largo y corpulento Es el más grande de todos los urodelos nativos de España, pues puede alcanzar los 30 cm de longitud total. Cabeza aplastada y ancha; cola muy poderosa, comprimida lateralmente y con longitud semejante al resto del cuerpo. Posee dos hileras de punteaduras anaranjadas, una en cada costado, que coinciden con el extremo de las costillas y que destacan sobre el color apagado del cuerpo (grisáceo, pardo, verdoso). Vida en el agua Ocupa cualquier hábitat siempre y cuando permanezca húmedo constantemente, pues es un animal de costumbres acuáticas. Muy habitual, incluso, en albercas, pilones, abrevaderos, pozos o charcas ganaderas. Solo sale del agua en días lluviosos o noches, aunque algunas poblaciones pasan el verano en la superficie, enterrados o bajo piedras. De hábitos nocturnos, permanecen a lo largo del día ocultos bajo la hojarasca, ramas, algas o piedras sumergidas.

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Distribución meridional En la península ibérica se distribuye, en líneas generales, por los dos tercios meridionales, sobre todo por el sur y el suroeste. Escasea en áreas montañosas y no es demasiado exigente en requerimientos ecológicos, viviendo con normalidad en terrenos fangosos, turbios, algo contaminados, con cierta salinidad… Alimentación variada Capturan todo lo que se mueve por el agua, fundamentalmente larvas de invertebrados, especialmente de insectos y crustáceos, si bien no hacen ascos a

larvas de peces y otros anfibios. En ciertas situaciones se ha observado su comportamiento caníbal. 2021. N.o 79


Defensa exclusiva Su estrategia de defensa es única entre los anfibios. Cuando se siente amenazado saca por los costados al exterior las costillas punzantes e impregnadas en secreciones venenosas que inyectan en la boca del atrevido agresor. Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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APUNTES / ESPECIES FORESTALES

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l género Juniperus está formado por unas 60 especies de porte rastrero, arbustivo o arbóreo. La sabina albar es la especie ibérica que mayor facilidad tiene para formar masas arbóreas, contando con una selvicultura especifica (Alonso et al., 2008). Existen montes ordenados para producción de madera con posibilidades anuales de 1 a 2 m3/ha/año. El nombre sabina hace referencia a su abundancia en el país de los Sabinos, pueblo que habitaba las colinas próximas a Roma, y que eran especialistas en la fabricación de barcos con madera de Juniperus para la navegación por el Mediterráneo. El nombre de la especie, thurifera, en latín significa productor de incienso. En algunos pueblos segovianos se quemaba leña o resina en las iglesias durante la misa, para purificar y perfumar el aire. SUPERFICIE OCUPADA Y DISTRIBUCIÓN Ruiz de la Torre (2006) refiere para esta especie 75.203 ha y 31.000 ha en Marruecos. Alonso (2010) estima que la superficie total en España ocupa un área de unas 600.000 ha, entre masas puras y mixtas dominantes, basándose en el Mapa Forestal de España y en los datos de tercer Inventario Forestal Nacional. Esta especie coloniza terrenos que dejaron de sembrarse de cereal en las décadas de 1960 y

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1970, y de pastorearse intensivamente con ovejas y cabras pocos años después. No parece que esté aumentando su área, aunque si se está produciendo un proceso acelerado de densificación de las zonas ocupadas. Entre los rodales sobresalientes por el tamaño y edad de sus árboles se pueden destacar: Calatañazor, Molina, Torremocha, Escalera, Landete, Guardo, El Cerrato, Silos y Sala de los infantes, Pedraza, Hornuez, Moratalla y Nerpio, Iglesuela del Cid, Narboneta, Mora de Rubielos o Jabalambre. En la Dehesa de Arévalo y Narboneta existen rodales sobre suelos yesosos y encharcados por aguas freáticas salobres. PRODUCTOS MEDICINALES. Especie tóxica si se ingiere en grandes concentraciones. Parece que en la antigüedad se utilizo como abortivo y como tratamiento contra la sarna, las verrugas y los papilomas. Por destilación de la madera se obtiene un alquitrán conocido como “micra” que se ha utilizado como desinfectante. El humo desprendido por la quema de leñas y maderas, verdes o carbonizadas, se considera purificador y desinfectante del ambiente, motivo por el cual el picón de esta especie era muy apreciado para los braseros en los hogares. En la ermita de la virgen del Amparo de Orejanilla (Albacete) se quemaba leña

Sabinar joven con buena espesura (Sierra de Selas, Canales de Molina)

Gregorio Montero González Ricardo Ruiz-Peinado

Gregorio Montero

Nombres vulgares: sabina, sabina albar (en Castilla La Mancha), enebro de olor (en Castilla León), taravina, tarabina (en el Alto Maestrazgo y Levante).

Gregorio Montero

Juniperus thurifera L.

Ejemplares con ramaje de diferentes tonos de verde 2021. N.o 79


Gregorio Montero

MADERA La madera, de duramen rojizo y albura blancoamarillenta, se ha utilizado mucho en la construcción para pequeñas vigas dinteles de ventanas, cabrios y ripias para las techumbres, así como para postes de cercados; aún sigue utilizándose en carpintería y marquetería. Con su madera se han hecho pequeños objetos decorativos, por su bonito veteado blanco–

Tabla 1. Superficie cubierta por Juniperus thurifera en España

Comunidad autónoma

Superficie (ha)

Aragón

104.156

Huesca

7.617

Teruel

87.073

Zaragoza Castilla La Mancha

9.464 254.025

Albacete

36.812

C. Real

15.057

Cuenca

79.806

Guadalajara

122.350

Castilla y León

214.715

Burgos

61.010

León

1.973

Palencia

6.203

Segovia Soria

25.522 113.408

Valladolid

6.599

Cataluña

720

Lérida

720

Com. Madrid Com. Valenciana

444 6.608

Valencia

13.840

Murcia

2.769

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Sabina en un monte, con regeneración abundante a su alrededor (carretera de Corduente a Torremocha, Guadalajara).

20.448

Castellón

TOTAL

Gregorio Montero

o ramillas, exponiendo a las personas al humo para desinfectarlas contra el cólera. Como insecticida se ha usado para ahuyentar las Polillas en los armarios y arcones guardarropas; guardando trozos de madera en bolsas de tela dentro de los cajones y armarios se consigue un agradable olor al abrirlos. Incluso se fabricaban los armarios con su madera para asegurarse que la ropa no sería atacada por las polillas. Por destilación se obtenían, en épocas remotas, aceites esenciales utilizados en cosmética. Quizás por ausencia de otros árboles, o por un cierto carácter de árbol sacro, en él se apareció, según la tradición, la virgen del Enebral del santuario de Hormuez. En muchos pueblos de Castilla se ponía en Semana Santa un ramo de enebro bendecido en las ventanas de las casas para protegerlas de los maleficios, y lo mismo se hacía a veces en los campos de cultivo. Estos ramos se quemaban al año siguiente (una vez renovados) para hacer las cenizas empleadas el miércoles Santo. Esta tradición sigue vigente en algunos pueblos.

Ejemplar con ramillas colgantes, péndulas o “lloronas”

597.277

Tabla 1. Sin incluir algunos rodales dispersos por otras provincias españolas.

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Gregorio Montero Gregorio Montero

Sabinas en hileras marcando las linde entre dos propiedades contiguas (carretera de Labrancón a Escalera, Parque Natural del Alto Tajo)

Gregorio Montero

Chozones sabineros. Los sabinares se sitúan sobre parameras y laderas calizas poco aptas para el cultivo, ni siquiera de cereales de secano. Solo en las épocas de escasez los lugareños sembraban cereales en esos terrenos por necesidades alimentarias. Su utilización ha sido siempre predominantemente ganadera. Los chozones sabineros, muy abundantes en los sabinares de las serranías del Alto Tajo y en el sureste de Soria, están unidos al uso pastoril de estos montes desde la Edad Media. Son edificaciones ganaderas utilizadas como apriscos para encerrar el ganado durante la noche y en días de grandes nevadas cuando no podían salir a pastar. En ocasiones servían de vivienda para el pastor, pero casi nunca para sus familiares, que solían vivir en el pueblo o aldea más cercanos. Los chozones son edificaciones de planta circular construidos sobre un pequeño muro de piedra caliza. Tienen un poste o pie central, sacado del tronco de una vieja sabina, que acaba en una o varias horquillas y sobre el que se apoyan las vigas que parten del muro perimetral. Sobre estas vigas se apoyan los cabrios, y sobre estos la techumbre, compuesta de ramas finas de sabinas procedentes de su poda, llamadas bardas. En ocasiones, el poste central era una sabina viva cuya copa quedaba fuera de la techumbre y protegía al chozo de las inclemencias meteorológicas. Los chozones más modernos se construían con planta rectangular, para facilitar su ampliación.

Terrenos de cereal en proceso de colonización por sabinas procedentes del monte colindante

Fustal de sabina susceptible de producir 1,5-2,0 m3.ha.año-1 de madera de buena calidad para carpintería

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Gregorio Montero

rojizo, su dureza y su grano muy fino, que permite obtener piezas de gran calidad y belleza. Donde su abundancia es mayor (Soria, Guadalajara, Teruel, Cuenca) siguen existiendo carpinteros y ebanistas especializados en trabajar esta madera. Su leña se empleaba para calentar los hogares y cocinar.

Arcón guardarropa, jarrón y adornos decorativos de madera de sabina

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Andoni Jurado

Nubes de polen de sabinas movidas por el viento. El fenómeno se pudo observar en el parque natural del Alto Tajo, en Escalera (Guadalajara) el 17-2-2021

Gregorio Montero

Detalle de la estructura central de la techumbre de un chozón sabinero de planta circular. Poste central, vigas, cabríos y ripias sobre la cual se coloca la “sarda “que impide el paso del agua

Chozón sabinero (Monte de Escalera, Alto Tajo)

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REDES / FORESTALES

Tejiendo redes

Ismael Muñoz Linares Compartimos perfiles de Twitter personales, institucionales y profesionales, relacionados con el arbolado urbano.

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APUNTES / CAMBIO CLIMÁTICO Y SECTOR FORESTAL: EFECTOS, MITIGACIÓN Y ADAPTACIÓN

Sí, nieva y hay cambio climático El temporal asociado a la borrasca Filomena en enero de 2021 aparte de cubrir los campos y ciudades de nieve inundó las redes sociales de infundados comentarios negacionistas sobre el cambio climático, que lamentablemente se repiten cada vez que hace frío, nieva o llueve. Pero como dice el título, nieva y hay cambio climático. Una fuerte nevada, intensa pero excepcional, no pone en duda una tendencia científicamente demostrada. Es mucho más fácil entregarse al sensacionalismo de calles cubiertas de nieve y carreteras atascadas, que a la ciencia, que ha demostrado que 2020, junto a 2016, han sido, a nivel mundial, los años más cálidos de los que se tiene registro, al igual que todo el decenio 2011-2020 (Copernicus, 2020). Influencia de la forma de la corriente de chorro polar en el clima. Fuente: Potsdam El clima es la descripción estadística en Institute for Climate Research términos de media y variabilidad del tiempo en proceso denominado amplificación ártica, que ha ido un periodo (Matthews et al., 2018): una oscilaacompañado de una ausencia de calentamiento o un ción de parámetros meteorológicos con valores máxienfriamiento en latitudes medias del hemisferio norte mos, mínimos y promedios, que son lo habitualmente en invierno (hiato); la amplificación del ártico podría manejado. Por ejemplo, en Madrid la precipitación estar debilitando la corriente en chorro polar, desmedia anual entre 1985 y 2011 fue de 424 mm, pero plazándola hacia el Ecuador, lo que estaría causando osciló entre 252 mm en 2005 y 573 mm en 1997, y fenómenos meteorológicos extremos en latitudes el número de días de nieve fue de 3,5 con un rango medias (Estrada et al., 2021). Una corriente en choentre 0 en 2002 y 11 en 2009 (IE, 2020). rro polar más curvada provoca mayores tormentas, Recalcada la excepcionalidad de esta nevada, sequías más largas y olas de calor más fuertes. En hay que señalar la creciente irregularidad del clima, consecuencia, parece previsible un futuro con más con episodios inéditos como los 38 °C alcanzados episodios extremos de calor estival y frío invernal, en Siberia en 2020 (WMO, 2020). El Ártico se ha precisamente asociados al cambio climático. calentado más del doble que la media mundial, en un

Cambio de la temperatura media global en superficie en la era industrial según varios modelos. Fuente: Copernicus (2020) Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

Álvaro Enríquez de Salamanca Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales Draba Ingeniería y Consultoría Medioambiental, Universidad Complutense de Madrid y UNED

REFERENCIA Copernicus. 2020. Copernicus: 2020 warmest year on record for Europe; globally, 2020 ties with 2016 for warmest year recorded. Copernicus Climate Change Service, European Union. https://climate. copernicus.eu/2020-warmest-yearrecord-europe-globally-2020-ties2016-warmest-year-recorded Estrada F, Kim D, Perron P. 2021. Spatial variations in the warming trend and the transition to more severe weather in midlatitudes. Sci. Rep. 11: 145. IE. 2020. Entorno físico y Medio ambiente. Precipitaciones y estado general de la atmósfera (1985-2012). Instituto de Estadística, Comunidad de Madrid. http://www.madrid.org/iestadis/ fijas/coyuntu/otros/clpreci.htm Matthews JBR, Babiker M, Coninck H et al. 2018. Annex I: Glossary. En: Masson-Delmotte VP et al. (Eds.). Global Warming of 1.5°C. An IPCC Special Report on the impacts of global warming of 1.5°C above pre-industrial levels and related global greenhouse gas emission pathways, in the context of strengthening the global response to the threat of climate change, sustainable development, and efforts to eradicate poverty. IPCC, Ginebra. WMO. 2020. Reported new record temperature of 38°C north of Arctic Circle. World Meteorological Organization. https://public.wmo.int/en/media/ news/reported-new-record-temperature-of-38%C2%B0c-north-ofarctic-circle

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APUNTES / INCENDIOS FORESTALES #IIFF

La restauración forestal en el proceso de gestión de los incendios de perturbaciones naturales) han hecho que algunos autores replanteen las estrategias tradicionales de restauración post-incendio (Madrigal, 2020). Es posible encontrar multitud de estudios en los que se analizan las consecuencias de los incendios forestales (Robichaud et al., 2005, Diaz-Raviña et al., 2010), sin embargo, los efectos de los incendios forestales no son fácilmente generalizables y por ello, se hace más difícil la selección de medidas generales para minimizar las consecuencias negativas. Por todo ello, la restauración es un proceso lento y que requiere una evaluación científica y un seguimiento a medio y largo plazo (Pausas y Vallejo, 2008) y necesita del diseño y planificación de actuaciones de manera específica para cada caso. Por ello, la discusión científica sigue abierta, y la aplicación de criterios de restauración forestal tras un incendio forestal sigue necesitando de un estudio de cada caso en concreto para tomar decisiones, de acuerdo con metodologías como las propuestas por Vega et al. (2013) y Alloza et al. (2014).

Luis Martín Fernández1 Margarita Martínez-Núñez2 1 Ingeniero de Montes. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico 2 Dra. Ingeniera de Montes. Universidad

Politécnica de Madrid

Francisco Javier Cantero

Una vez ha finalizado la extinción de un incendio forestal es el momento en que los gestores deben plantearse las estrategias y acciones para la restauración forestal de la zona afectada.Entre los diversos impactos de los incendios forestales en el ecosistema la erosión del suelo suele ser el más irreversible, ya que la formación del suelo es un proceso natural extremadamente lento (MartínFernández et al., 2014). Por lo tanto, la mitigación de la erosión del suelo debe ser una prioridad en la gestión post incendio (Vallejo y Alloza, 1998) Tradicionalmente, las actuaciones de restauración forestal de zonas incendiadas se han apoyado en la restauración activa apoyada en la selvicultura. Los gestores forestales han venido realizando intervenciones post-incendio de las masas afectadas, tales como el apeo y extracción de la madera con fines fitosanitarios, y de apoyo a la restauración. En paralelo, las evidencias del cambio climático (calentamiento global, alteración en el régimen de las precipitaciones y aumento de la recurrencia e intensidad

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EL PAPEL DE LA RESTAURACIÓN EN LA GESTIÓN INTEGRADA DE INCENDIOS FORESTALES Las distintas administraciones públicas, Estatal, autonómicas y locales, con competencias en la gestión de los incendios forestales tienen adscritos a distintas unidades cada uno de los tres componentes básicos de la gestión integrada de incendios forestales (extinción, restauración y prevención), sin perjuicio de la toma en consideración de otros componentes adicionales. Sin embargo, este reparto y adscripción competencial no debería ser obstáculo para que existiera una estrategia de gestión integrada de los incendios forestales al nivel territorial que fuese adecuado. Existen varios documentos que establecen los objetivos, criterios y recomendaciones para una gestión estratégica de los incendios forestales (por ejemplo MAPA, Figura 2: Marco conceptual para la restauración de montes quemados con las sucesivas fases de actuación. Fuente: Alloza et al. (2014) 2019 o Rego et al., 2010) al igual que iniciatal las labores de extinción podrían orientarse a facilitar tivas como el proyecto EPyRIS (https://epyris.es/proy reducir en lo posible las posteriores actuaciones de yectoepyris/ ) que pretende establecer una estrategia restauración. De la misma forma, las actuaciones de conjunta para la protección y restauración de los ecorestauración deberían estar en coordinación con las susistemas afectados por incendios forestales en el sucesivas acciones de prevención para lograr una influendoeste europeo o el proyecto Mosaico (Pulido, 2017). cia positiva en éstas. Las actuaciones de prevención, así La restauración de las zonas afectadas por inmismo, pueden conseguir que se produzcan menos incendios forestales debe incluirse en los procesos de cendios forestales y que éstos tengan una menor intengestión de los incendios forestales dentro de un cisidad, que provoque un menor esfuerzo en la extinción. clo que, de forma ideal y conceptual, debe ser una Y así, de manera cíclica, conseguir, en sucesivas iteraespiral negativa, hacia un escenario de menor freciones de actuaciones integradas de extinción, restauracuencia e intensidad de incendios. De esta forma, la La restauración es ción y prevención que se produzcan menos incendios y restauración de incendios forestales debe ser una que tengan menor intensidad cada vez. continuación de las labores de extinción y, a la vez, la un proceso lento y restauración debe facilitar las actuaciones de prevenCRITERIOS BÁSICOS PARA LA RESTAURACIÓN ción, que tenga como consecuencia una reducción en que requiere una DE ZONAS AFECTADAS POR INCENDIOS FORESTALES la frecuencia e intensidad de los incendios (Fig. 1). evaluación científica Las actuaciones de restauración forestal de zoEn este ciclo cada uno de los pasos, además de nas incendiadas deben planificarse atendiendo al cumplir con los objetivos propios, debería orientar sus y un seguimiento a impacto ecológico originado por el incendio y a los actuaciones hacia permitir una influencia positiva en los objetivos de la gestión forestal (Vallejo et al., 2009, pasos siguientes. Una vez declarado un incendio foresmedio y largo plazo 2012; Moreira et al., 2012). y necesita del diseño En la Guía técnica para la restauración de montes quemados (Alloza et al., 2014) se propone un marco cony planificación de ceptual para la restauración de áreas forestales quemadas y se ofrece una herramienta de referencia para prioactuaciones de rizar las actividades de restauración de zonas quemadas manera específica en función de los daños, su transcendencia y urgencia. La Guía plantea un proceso de gestión adaptatipara cada caso va, estructurado en diferentes fases temporales, con el objetivo de favorecer una restauración global de la zona afectada por un incendio. En este proceso (Fig. 2) los procedimientos o técnicas a implementar constarán sucesivamente de un diagnóstico previo del ecosistema afectado, una evaluación de alternativas de actuación, un control de calidad en la ejecución, y un posterior seguimiento y evaluación de Figura 1: Esquema conceptual del ciclo de espiral enegativa de la gestión resultados. de incendios forestales Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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Áreas de especial protección

(Zonas urbanas, industriales, espacios protegidos,

Cartografía temática 1:50.000

Figura 3: Proceso para la Evaluación Preliminar de impactos. Fuente: Alloza et al. (2014)

La evaluación preliminar de impactos (Fig. 3) es una primera aproximación a la estimación del impacto ecológico de un incendio a partir de información cartográfica a escala de planificación (1 : 50.000). Pretende aportar de forma rápida y sencilla, y partiendo de la mejor base cartográfica disponible, una primera aproximación a la evaluación de la capacidad de regeneración de la vegetación forestal después de un incendio. Su aplicación permitirá identificar en las áreas potencialmente más vulnerables frente a los incendios forestales aspectos que tienen una notable aplicación en la planificación y gestión forestal. La identificación y localización espacial de estas zonas permitiría concentrar los esfuerzos de prevención y, en caso de producirse un incendio, las tareas de evaluación del riesgo de degradación. En esta fase tiene gran importancia la cartografía digital disponible del mapa forestal de España (MFE) y sobre erosión del inventario nacional de rerosión de suelos, INES (Martín-Fernández et al., 2011), ambas disponibles en el banco de datos de la Naturaleza del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Con esta información, y de acuerdo con los criterios establecidos en la Alloza et al. (2014), se identifican las áreas potencialmente vulnerables. En la fase de actuaciones de emergencia se identifican las zonas afectadas más vulnerables y se proponen las actuaciones más urgentes para estabilizarlas y prevenir riesgos ecológicos. La información cartográfica (pre-diagnóstico) contrastada con visitas de campo a las zonas quemadas permite identificar sobre el terreno los impactos del fuego. La toma de datos y evaluación posterior se realiza de forma normalizada, partiendo de un protocolo específico. En esta fase se identifican las zonas más vulnerables y se proponen, en caso necesario, las actuaciones más

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Figura 4 Esquema para la fase de Actuaciones de Emergencia. Funet: Alloza et al. (2014)

urgentes para estabilizar la zona afectada y prevenir riesgos (Fig. 4). Conjuntamente con los resultados obtenidos en la identificación de áreas potencialmente vulnerables se hace una verificación sobre el terreno de las consecuencias del incendio forestal, mediante una prospección de campo con recogida de datos en estadillos, recopilación de información del incendio y recogida información cartográfica de distintas fuentes, que permita conocer los riesgos ecológicos a los que se enfrenta la zona afecta tanto en términos de vulnerabilidad recológica real (susceptibilidad del suelo y capacidad de respuesta de la vegetación) como de severidad del incendio sobre el suelo y sobre la vegetación. A partir de este análisis se pueden proponer actuaciones para hacer frente a los riesgos ecológicos detectados. En general, y sin perjuicio de las características específicas de cada zona afectada, los objetivos generales de las actuaciones de emergencia deben ser: • Mantener el recurso suelo y reducir las pérdidas potenciales por erosión • Favorecer la regeneración natural de la vegetación

Sin perjuicio de las características específicas de cada zona afectada, los objetivos generales de las actuaciones de emergencia deben ser: - Mantener el recurso suelo y reducir las pérdidas potenciales por erosión - Favorecer la regeneración natural de la vegetación

Francisco Javier Cantero

Riesgo de erosión

IDENTIFICACIÓN ÁREAS POTENCIALMENTE VULNERABLES

SISTEMA DE INFORMACIÓN DE ZONAS QUEMADAS

Vegetación forestal

2021. N.o 79


En la Tabla 1 se muestran los tratamientos más urgentes para el control de la erosión en laderas, a partir de Vega et al., (2013): El objetivo de la fase de ayuda a la regeneración es asegurar la recuperación de la cubierta vegetal para incrementar la resistencia y resiliencia del monte frente a nuevos incendios forestales. A corto plazo, en base a muestreos de seguimiento realizados para contrastar la eficacia de las actuaciones de urgencia, se puede disponer de información para efectuar un diagnóstico sobre el grado de recuperación de la vegetación, tanto en cobertura como en composición. Dicho diagnóstico permitirá evaluar la capacidad de resiliencia y la calidad forestal del monte. Si este diagnóstico detecta que es necesario aumentar la resiliencia se procederá a diseñar actuaciones de repoblación; en otros casos, las técnicas necesarias consistirán en clareos selectivos para reducir la competencia intraespecífica (ayuda a la regeneración) y reducir la carga de combustible. La restauración forestal a medio y largo plazo pretende llevar el ecosistema hacia formaciones maduras autosostenibles, cuya composición permita la revalorización del monte. En esta fase el diagnóstico deberá reflejar el estado evolutivo en el cual se encuentra el ecosistema, y el grado de acumulación de combustible. Las actuaciones a realizar estarán encaminadas a aumentar la madurez del bosque, su valor paisajístico y económico, y a reducir el riesgo de incendios mediante el control del combustible acumulado, considerando en todo el proceso las posibles implicaciones de las proyecciones del cambio climático. CONCLUSIONES Las actuaciones de restauración forestal tras un incendio deben incluirse en el ciclo de gestión integral de los incendios forestal y actuar de manera coordinada y sinérgica con el resto de las acciones de dicho ciclo. Una adecuada planificación previa y la identificación de las áreas potencialmente vulnerables, especialmente en las zonas de incendios recurrentes, facilitaría la ejecución de los trabajos de restauración posteriores a un incendio forestal. Las actuaciones de emergencia tras un incendio forestal deben centrarse en la protección del suelo y los cauces afectados, así como en favorecer la regeneración natural de la vegetación afectada, centrándose principalmente en las zonas de mejor potencial regenerativo y/o en aquellas afectadas por una mayor severidad del incendio. En la restauración a medio y largo plazo, un apoyo temprano al regenerado, en especial de la especie de interés, así como una dosificación de la competencia intra e interespecífica favorecerá el éxito de las actuaciones aprovechando el potencial de la regeneración natural del ecosistema.

Tabla 1. Tratamientos urgentes para el control de la erosión en laderas

Tratamiento Siembra de herbáceas

Variantes Técnicas de aplicación: manual, hidrosiembra, siembra aérea Materiales: paja, restos forestales, restos agrícolas, compost/lodos

Acolchado post-incendio

Técnicas de Aplicación: manual, desde tierra o aérea Mezclado con agua: hidromulch Mezclado con aglomerantes o polímeros químicos (poliacramidas)

Fajinadas

Materiales: troncos, materiales vegetales, biorrollos Empalizadas de troncos talados Muretes de piedra en seco, mampostería hidráulica o pequeños gaviones

Albarradas

Barreras de mallazo y geotextil anclada con estacas Empalizada de balas de paja, anclada con estacas Diques mixtos de mampostería y restos selvícolas

REFERENCIAS Alloza JA, García S, Gimeno T et al. 2014. Guía técnica para la restauración de montes quemados. MAGRAMA, Madrid. Díaz-Raviña M, Benito E, Carballas T et al., eds. 2010. Investigación y gestión para la protección del suelo y restauración de los ecosistemas forestales afectados por incendios forestales. CSIC, Santiago de Compostela. Madrigal J. 2020. Recomendaciones para las acciones de gestión integrada frente a los incendios en Galicia. Int. Multidisciplinary J. CREA 1(1): 80–97. Martín-Fernández L, Martínez-Núñez M. 2011. An empirical approach to estimate soil erosion risk in Spain. Sci. Total Environ. 409(17): 3114–3123. Martín-Fernández L, Rojo L, Martinez-Núñez M et al. 2014. Actuaciones urgentes para el control de la erosión y la escorrentía en las zonas forestales quemadas. Montes 116: 14–20. MAPA. 2019. Orientaciones estratégicas para la gestión de incendios forestales en España. Comité de lucha contra incendios forestales. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. https://www.mapa.gob.es/ es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/orientestrategicasgestioniiff-2019tcm30-523469.pdf Moreira E, Arianoutsou M, Vallejo VR et al. 2012. Setting the scene for post-fire Management. En: Moreira E, Arianoutsou M, Corona P et al. (Eds). Post-fire management and restoration of Southern Europen forests. Managing Forest Ecosistems 24: 1–19. Springer. Pausas J, Vallejo R. 2008. Bases ecológicas para convivir con los incendios forestales en la región mediterránea: decálogo. Ecosistemas 17(2): 128–129 Pulido F. 2017. Primeros pasos de una nueva gestión en zonas incendiadas: el proyecto Mosaico ensaya en Extremadura un enfoque pionero en la prevención de incendios. Quercus 381: 52–53 Rego F, Rigolot E, Fernandes P et al. 2010. Towards integrated fire management. EFI Policy Brief 4. Robichaud PR, Beyers JL, Neary DG. 2005. Watershed rehabilitation. En: Neary DG, Ryan KC, DeBano LF (Eds) Wildland fire in ecosystems. Effects of fire on soil and water, 4: 179–198. Odgen, USDA. Vallejo VR, Alloza JA. 1998. The restoration of burned lands: the case of eastern Spain. Large forest fires, 91-108. Vallejo VR, Arianoutsou M, Moreira F. 2012. Fire recology and post-fire restoration approaches in Southern European forest types. In: Moreira E, Arianoutsou M, de las Heras J et al. (Eds) Post fire management and restoration of Southern European forests. Managing Forest Ecosistems 24: 93–119. Springer. Vallejo VR, Serrasolses l, Alloza JA et al. 2009. Long-term restoration strategies and techniques. In: Cerdá A, Robichaud PR (Eds) Fire effects on soils and restoration strategies, 373-398. Routledge. Vega JA, Fonturbel MT, Fernández C et al. 2013. Acciones urgentes contra la erosión en áreas forestales quemadas. Xunta de Galicia.

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APUNTES / EL MONTE CAMBIA

Monte Los Comunes en Riaza - Sepúlveda: en buena compañía ha y mejorar 545 ha de pastizales. Nos centramos en este artículo en el rodal 214, del perímetro III, que tiene una cabida de 139 ha, y cuya repoblación se inició en 1980. Dicho rodal se ubica en el ápice de uno de los numerosos conos de deyección generados por la dinámica de torrentes muy activos en el Plioceno (período Neógeno), que depositaron ingentes cantidades de materiales detríticos (rañas). Esta singular litofacies está compuesta por una mezcla heterogénea de gravas y cantos de cuarcita, envueltos en una matriz areno-arcillosa (GEODE). El intervalo altitudinal del rodal va de 1.330 a 1.480 m, máxima altitud alcanzada cerca del aparcamiento de la estación La Pinilla. La pendiente media es del orden del 5 %. Bioclimáticamente, el área de estudio muestra condiciones típicas del piso Montano de la región Eurosiberiana (Rivas Martínez, 1987). El período de helada segura se prolonga de diciembre a marzo y los meses de noviembre y de abril son de helada probable. Las pérdidas potenciales por evapotranspiración se estiman en torno a los 600 mm (Thornthwaite, 1948), lo que dota al clima de un carácter mesotérmico, con una oscilación media anual de la temperatura

1 Sociedad Española de Ciencias Forestales 2 ECOGESFOR 3 Centro Integrado de Formación

Profesional Almázcara 4 Servicio Territorial de Medio Ambiente.

Segovia. Junta de Castilla y León

Foto 1 - Un paraje similar a la zona de estudio antes de su repoblación. Las masas de rebollo en estado de degradación tienen edades superiores a 10 años y alturas estancadas en menos de 2 m. Esta imagen ilustra el estado, posiblemente mejor, de la zona estudiada en el momento de hacer la repoblación.

1

Javier Plaza

En esta ocasión El monte cambia se acerca a una repoblación forestal realizada en el monte Los Comunes, nº 79 del CUP de Segovia y situado en el común de Riaza y Sepúlveda, basándonos en fotografías aéreas realizadas entre 1956 y 2017, en fotografías desde el suelo y en datos tomados en campo. Se comprueba cómo una oportuna intervención, que pudo ser calificada en principio como intensa, ha tenido como resultado restaurar una vegetación degradada y estancada, dando lugar a un nuevo sistema forestal capaz de aumentar su capacidad de prestar diversos servicios ecosistémicos. El monte Los Comunes, propiedad de la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda, tiene 5.224 ha de superficie pública, pobladas en principio por masas formadas por pies de origen natural de rebollo (Quercus pyrenaica), la mayor parte en un notable estado de degradación y estancamiento (Foto 1). Se sitúa en la vertiente septentrional del tramo central de la sierra de Ayllón, en la cabecera del río Serrano, afluente del Duratón. En 1966, por parte del Patrimonio Forestal del Estado y previo consorcio, se redacta un proyecto de repoblación forestal para repoblar 4.202

Rafael Serrada Hierro1, Valentín Gómez Sanz2, Celso Coco Megía3, Francisco Javier Plaza Martín4, Pepa Aroca Fernández2

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2021. N.o 79


Mapa topográfico (IGN). Un paraje cercano al Rodal 214 se llama Los Bardales, indicando el estado de degradación del rebollar.

Abajo, izda. Ortofoto 1956. Se observa bastante uniformidad y la práctica inexistencia de ejemplares con porte arbóreo en la vegetación del rodal antes de la repoblación.

Abajo, dcha. Vuelo 1980-1986. Se observa que la repoblación está en ejecución.

próxima a los 30 ºC, indicadora de una moderada continentalidad. La cantidad media de lluvia anual supera los 1.100 mm (ombroclima húmedo), concentrada en invierno-primavera, y con los valores más reducidos en verano, que llevan a un período de aridez poco intenso que se extiende por algo más de un mes, expresión de una ligera mediterraneidad. Bajo estas condiciones climáticas oroborealoides subnemorales (Allué, 1990), los suelos desarrollados sobre los materiales detríticos que componen el subsuelo son de carácter ácido, condición química silícea y texturas francas, pero con una trascendente presencia de materiales finos (componente arcillosa) y una notable cantidad de elementos gruesos. El grupo de suelo de referencia dominante es el de los Umbri-

soles (IUSS Working Group WRB, 2015), que muestran un horizonte superficial con apreciable contenido en materia orgánica humificada, complejo absorbente insaturado en todo el perfil (reacción ácida), drenaje algo deficiente (tras episodios de precipitación intensos son frecuentes situaciones de encharcamiento de un rango temporal reducido) y buena capacidad de retención de agua y fertilidad mineral. Todas estas condiciones ambientales de la estación suponen la ausencia de marginalidad ecológica (Gómez-Sanz, 2020) para las especies Quercus pyrenaica y Pinus sylvestris, por lo que la hacen idónea (plenamente homologable ecológicamente) para la instalación, desarrollo y perpetuación de masas forestales de ambas especies.

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Arriba, izda. Ortofoto 2002. Se observa la repoblación establecida.

Arriba, dcha. Ortofoto 2017. Se observa la repoblación instalada con 37 años y el inicio de trabajos de clara en el extremo SO del rodal 214.

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5

Fotos 5 - Izquierda, tocón de rebollo cortado en la clara del rodal 214: diámetro medio 15 cm; altura 9 m; edad 38 años. Derecha: tocón de resalvo cortado en monte bajo degradado del cercano MUP 190: diámetro medio 11 cm; altura 4,5 m; edad 93 años. Se observa en ambos la edad y la reducción de crecimiento diametral en los últimos años. Muestras: Máximo Sánchez.

5

Pepa Aroca

Pepa Aroca

Foto 4 - Tocón de pino cortado en la clara del rodal 214. Se observa la edad y la reducción de crecimiento diametral en los últimos años.

en hacer un decapado con subsolado mediante tractor de cadenas. La anchura de la faja decapada fue del orden de 3,5 m y la entrefaja de 4 m. El resultado de la repoblación ha sido la instalación de una masa de pino silvestre regular de buen desarrollo y la inducción, a través del decapado com-

4

Foto 2 - Estado de la masa del rodal 214 al cabo de 40 años de desarrollo de la repoblación. Altura dominante del pino 15 m y del rebollo 14 m. Es evidente la necesidad de hacer claras al ser la razón de copa del orden del 30-35 %. Foto 3 - Masa del rodal 214 después de realizar una clara y resalveo.

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Javier Plaza

La realización del proyecto de repoblación se hizo de forma paulatina a lo largo del tiempo. La repoblación del rodal 214 se inició en 1980, por lo que la edad de la masa actual es del orden de 40 años. El rodal tenía una masa degradada de rebollo o barda, con pies procedentes de brotes de raíz tras posibles incendios y pastoreo intenso, con acompañamiento de estepas (Cistus laurifolius), brezos (Erica arborea y E. australis), gayuba (Arctostaphyllos uva-ursi) y enebros (Juniperus spp). Según indica el proyecto de repoblación, el objetivo era transformar el rebollar regresivo y sin productos en pinar, en lo que denominaron un trabajo de restauración arbórea. El estado de degradación y estancamiento del rebollar se comprueba porque la mayor parte de los pies de la masa permanecen con altura media inferior a 2 m siendo su edad superior a los 10 años (Ceballos-Escalera et al., 2009). En ejemplares de resalvos en zonas de rebollar degradado actual (MUP 190), con alturas entre 3 y 5 m hemos obtenido edades de 68 a 94 años (Foto 5, derecha). En el rodal 214 la repoblación se realizó con pino silvestre (Pinus sylvestris) con una densidad inicial de 1.111 pies·ha-1, en marco de 1,2 x 7,5. La preparación del suelo se hizo mediante acaballonado superficial, que consiste

Javier Plaza

Javier Plaza

2

2021. N.o 79


Tabla 1. Resumen del estado de la repoblación.

Masa inicial N (pies/ha) Pino silvestre

G

(m2/ha)

Masa extraída V

(m3/ha)

N (%)

G (%)

Masa remanente V (%)

N (pies/ha)

G (m2/ha)

V (m3/ha)

845

31,22

208,4

52

30

29,3

400

21,75

147,3

Rebollo

1.222

17,45

93,1

58

35

35,3

511

11,37

60,2

TOTAL

2.067

48,67

301,5

55

32,5

32,3

911

33,12

207,5

Datos sobre la masa inicial y la resultante, que permite deducir el peso de la clara (Datos de campo: Javier Plaza y Máximo Sánchez)

Fig. 1. Representación gráfica de los datos de la clara. Se comprueba que es una clara moderada y por lo bajo Foto 6 - La masa mixta lograda mediante repoblación tiene un favorable efecto paisajístico.

6

Rafael Alonso

binado con el subsolado, de una brotación viable del rebollo que quedó protegida por el acotado al pastoreo y la sombra lateral del pinar. Hemos comprobado en ejemplares de rebollo de este rodal que con alturas de 8 a 10 m tienen edades del orden de 40 años (Foto 5, izquierda). En la Foto 2 se puede visualizar la situación al cabo de 40 años. La espesura actual, razón de copa en pino de 35 % y en rebollo de 30 %, junto con reducción del crecimiento diametral (Fotos 4 y 5), justifica la necesidad de aplicar claras. Una vez aplicada la primera clara (Foto 3), los resultados de un inventario reciente se resumen en la Tabla 1 y Fig. 1. Los datos reflejados en la Tabla 1 y en la Fig. 1 permiten comprobar varios hechos: - La repoblación de pinar ha sido un éxito, con una mortalidad reducida después de 40 años y un crecimiento medio de 5,2 m3/ha/año; los pinos han alcanzado el estado de fustal con un diámetro medio de 22 cm y una altura dominante de 15 m (Foto 2). - La masa de rebollo, de forma natural y dinamizada por los decapados y subsolados, ha sido capaz de regenerarse mediante nuevos brotes de modo que en 40 años han aparecido 1.222 pies inventariables por hectárea, con un diámetro normal medio de 13,5 cm y 14 m de altura dominante y un crecimiento medio de 2,3 m3/ ha/año (Foto 2). - Esta nueva masa mixta, exponente de la buena compañía que para el rebollo ha supuesto la presencia del pino, además de la producción directa de madera ha realizado una importante fijación de carbono en biomasa y suelo, está permitiendo la recogida de hongos comestibles, mejora la capacidad de acogida para la fauna silvestre, ha modificado la combustibilidad del sistema y ha mejorado el paisaje (Fotos 3 y 6). - Las claras aplicadas han sido de peso moderado, por lo bajo y de naturaleza selectiva excepto en las calles abiertas por la procesadora.

-

Las maderas obtenidas en las claras, tras una adecuada clasificación para distintas aplicaciones industriales, han supuesto unos ingresos de 1.984 €/ha (sin IVA) para el pino y 80 €/ha (sin IVA) para el rebollo; una media de 54 €/ha/año desde que se hizo la repoblación. A esta renta económica se añade una mejora en la actividad pastoral y del aprovechamiento micológico. También habrá mejora en calidad y cantidad del crecimiento maderable, y un aumento de la fijación de CO2, en valores superiores a los alcanzados hasta ahora y hasta que se llegue al turno. Mantener un adecuado plan de claras reforzará la estabilidad de ambas especies.

Se comprueba que la gestión forestal bien proyectada y aplicada es sostenible, a pesar de las críticas que esta actividad repobladora recibió mientras fue ejecutada. Esperemos que, al contrario de lo ocurrido en otras muchas comarcas forestales españolas, donde por diversos motivos el tratamiento de las masas artificiales ha sido abandonado, la continuidad en la gestión no se vea interrumpida y se pueda entregar este monte tan ejemplar a las generaciones futuras, manteniendo su buen estado y mejorando su multifuncionalidad.

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REFERENCIAS Allué JL. 1990. Atlas fitoclimático de España. INIA-MAPA, Madrid. Ceballos-Escalera JM, Serrada R, Sanjuán A et al. 2009. Resultados preliminares de tratamientos de mejora, por decapado y subsolado, en montes bajos degradados de rebollo (Quercus pyrenaica Wild.) en Gascones (Madrid). Actas del 5º Congreso Forestal Español. SECF, Ávila. GEODE. Mapa geológico digital continuo [en línea]. Instituto Geológico y Minero de España. http://info.igme.es/gis/rests/ services/Cartografía_Geológica/ IGME_Geode_50/MapServer (27.12.2020). Gómez-Sanz V. 2020. Marginalidad hídrica y decaimiento vegetativo: la vida en la frontera. Montes 141: 32-35 IUSS Working Group WRB. 2015. Base de referencia mundial del recurso suelo. Informe sobre recursos mundiales de suelos 106. FAO, Roma. Rivas Martínez S. 1987. Memoria del mapa de series de vegetación de España 1: 400.000. ICONA, Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Madrid. Thornthwaite CW. 1948. An approach toward a rational classification of climate. Geogr. Rev. 38: 55–94

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APUNTES / EL SECTOR FORESTAL Y LA PROTECCIÓN DEL MEDIO NATURAL EN LA UNIÓN EUROPEA

Dinamarca rrota, frente a Prusia en 1864, perdió casi el 40 % de su territorio, lo que le llevó a adoptar desde entonces una política de neutralidad, que no impidió su invasión por Alemania en la Segunda Guerra Mundial. Es miembro de la Unión Europea desde 1973. La superficie del país es de 42.924 km² y su población de 5.822.763 habitantes. Comprende la península de Jutlandia y 407 islas, de las cuales 79 están habitadas; Selandia, Fionia y Vendsyssel-Thy son las mayores y más pobladas. Los sectores más importantes de la economía danesa son la administración pública (22,3 %), comercio, transporte y

Álvaro Enríquez de Salamanca Ingeniero Técnico Forestal y Doctor en Ciencias Ambientales

Á. Enríquez de Salamanca

Á. Enríquez de Salamanca

Á. Enríquez de Salamanca

Á. Enríquez de Salamanca

DATOS GENERALES El Reino de Dinamarca está integrado por la propia Dinamarca y por dos países autónomos situados en el océano Atlántico, las Islas Feroe y Groenlandia, que no son miembros de la Unión Europea. Esta descripción se centra en el territorio de la UE. Dinamarca, uno de los Estados más antiguos de Europa, quedó unificada en un solo reino en el siglo X. Durante algunos períodos fue una gran potencia, incorporando los territorios de Noruega y Suecia. Una larga historia de guerras y pérdidas de territorio han conformado sus actuales fronteras. En la última de-

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EL SECTOR FORESTAL Un 64 % del territorio de Dinamarca está cultivado y un 15 % cubierto por bosques. La superficie forestal en 2019 era de 633.352 ha, repartidas de forma desigual, localizada sobre todo en las montañas que cruzan Jutlandia, el norte de Selandia y en Bornholm. De esa superficie el 95 % está cubierta por bosques. En comparación con el conjunto de la UE Dinamarca es muy pobre en superficie forestal. La mayor parte del país estaba originalmente cubierta de bosques, pero tras siglos de tala y roturación para la agricultura hacia 1800 sólo quedaba un 2 a 3 % del territorio. La Ley Forestal de 1805 prohibió la tala de bosques, a lo que siguieron grandes esfuerzos de repoblación, con lo que la superficie de bosques aumentó hasta el actual 15 %, y sigue aumentando. La mayoría de bosques son privados, siendo públicos solo un 19 %. La especie que ocupa una mayor extensión es Picea abies (14 %) seguida de Fagus sylvatica (13 %). La superficie ocupada por frondosas es del 51 % y por coníferas del 49 %. Muchas especies de frondosas son nativas, mientras que las coníferas han sido importadas en los últimos 200 a 300 años, desde Suecia, Alemania y Norteamérica.

Titularidad de los bosques de Dinamarca 2% 12%

19%

4% 5%

58%

Estado Otros montes públicos Fundaciones Particulares Empresas privadas

Fuente: Johannsen et al. (2019)

Dinamarca utiliza mucha más madera de la que produce. Cada año se extraen casi cuatro millones de m³ de madera, un 68 % de coníferas y un 32 % de frondosas; aún así el volumen de madera crece en cerca de dos millones de m³ netos al año. Desde 2013 el gobierno danés solo compra madera y productos madereros verificablemente sostenibles.

Desconocido

Tiene un

15 %

de su territorio cubierto por bosques Á. Enríquez de Salamanca

hostelería (19,3 %) e industria (18,8 %). El comercio intracomunitario representa el 62 % de las exportaciones y el 71 % de las importaciones. El PIB por habitante en estándar de poder adquisitivo expresa la relación del país con la media de la UE (100); Dinamarca tiene un valor de 129, el cuarto más alto de la UE.

Especies forestales en Dinamarca Especies

Superficie (ha)

Frondosas

306 389

Haya

80 468

Roble

73 844

Fresno

12 018

Arce sicomoro

26 385

Abedul

48 519

Otras

65 156

Coníferas

295 364

Pícea común

84 536

Pícea de Sitka

39 969

Pinos

66 631

Abeto de Nordmann

34 570

Abeto noble

11 272

Otros abetos

15 497

Otras coníferas

42 889

Desconocido

2 850

Fuente: Statistics Denmark

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Espacios de la Directiva Aves (ZEPA) Espacios de la Directiva Hábitats (LIC y ZEC) Espacios de ambas directivas

Figura 2. Red Natura 2000 en Dinamarca. Fuente: Agencia Europea de Medio Ambiente.

LA PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA El país cuenta como muy pocas zonas con naturaleza virgen, debido a la intensa actividad humana. Aún así, cuenta con tres parques nacionales, Thy, Mols Bjerge y Mar de Wadden, y están propuestos otros dos Skjern Å y Kongernes Nordsjælland. En Dinamarca se han designado 350 espacios Natura 2000, 113 Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y 261 Zonas de Especial Conservación (ZEC), con algunos espacios en ambas categorías, que protegen 3.594 km² de zonas terrestres y 19.053 km² de zonas marinas (Fig. 2)

Á. Enríquez de Salamanca

Dinamarca ha apostado con fuerza por las energías renovables, destacando su producción de energía eólica, con el valor per cápita más alto de la OCDE. También está aumentando el peso de la bioenergía; aunque el origen principal es la agricultura, se ha producido un aumento de la producción de madera para combustible por la mayor demanda asociada a las políticas sobre energías renovables. En la actualidad el 49,7 % de la madera se destina a usos energéticos y el 46,4 % a madera en rollo.

FUENTES CONSULTADAS European Environment Agency. https://www.eea.europa.eu European Union. https://europa. eu/european-union/abouteu/countries_en Eurostat. https://ec.europa.eu/ eurostat Johannsen VK, Nord-Larsen T, Bentsen NS et al. 2019. Danish National Forest Accounting Plan 2021-2030. University of Copenhagen, Frederiksberg. Ministerio de Asuntos Exteriores de Dinamarca. https://spanien.um.dk Ministry of Environment of Denmark. Environmental Protection Agency. https:// eng.mst.dk/ Ministry of Environment of Denmark. Nature Agency. https://eng.naturstyrelsen.dk/ Statistics Denmark. https://www. statbank.dk/

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ACTUALIDAD / EFECTOS DE LA BORRASCA FILOMENA EN EL ARBOLADO

Los efectos de la borrasca Filomena sobre la gestión del arbolado urbano y forestal En este número, la entrevista de Foresta es múltiple. Los efectos de la tormenta Filomena fueron muy importantes en Castilla-La Mancha, Comunidad de Madrid y Aragón, tanto en el arbolado urbano, parques y jardines, como en el forestal. Durante varios días, pudimos ver, oír y leer en los medios de comunicación opiniones de todo tipo sobre las causas de la rotura de tantas ramas y árboles, así como las decisiones que deberían tomarse para que no sucediera de nuevo. Hemos consultado a distintos expertos para conocer el efecto real de la tormenta en el arbolado y si tendrá efectos en el tipo de gestión que se hace del arbolado en terrenos forestales y urbanos. Ismael Muñoz Linares

Félix Romero Cañizares, director general de Medio Natural y Biodiversidad de la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha

"Es necesaria una selvicultura preventiva que aumente la resiliencia y resistencia de las masas forestales y su capacidad de adaptación a los fenómenos climáticos extremos" ¿Cuáles han sido los efectos de la borrasca Filomena en los bosques de su comunidad? Los daños más importantes se han producido en los montes de la provincia de Toledo: estimamos que el 70 % de la superficie forestal donde se produjeron acumulaciones de nieve por encima de los 20 cm ha sufrido

24

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daños, lo que supone una superficie afectada de 118.937 ha, que en mayor o menor cuantían han sufrido daños, de las cuales 21.147 ha corresponden a montes de utilidad pública. Se ha observado más afección en la zona sur de la provincia, en el entorno de la capital regional y en las zonas forestales del norte.

En la provincia de Ciudad Real se han advertido los mismos tipos de daños de manera extendida y numerosa, pero con carácter más leve. En la provincia de Albacete estos daños, también de carácter leve, son más abundantes en la zona de La Roda, Lezuza y dentro de la demarcación territorial de Elche de la Sierra (princi2021. N.o 79


palmente en los municipios de Ayna, Molinicos y zona norte de Elche de la Sierra). Por último, en las provincias de Cuenca y Guadalajara la borrasca no ha provocado grandes daños en las masas forestales. De forma general, los daños en su mayoría han consistido en rotura de ramas y troncos y la caída de árboles. ¿Hay un patrón de especies o tipos de montes más afectados? En general se observan más daños en las masas formadas por especies más adaptadas a climas mediterráneos y por lo tanto menos habituadas a este tipo de eventos, así como en montes más debilitados por presentar altas densidades y encontrarse fuera de la calidad de estación óptima para las especies que los forman. Se han visto principalmente afectados los montes de pinar, tanto de Pinus halepensis de la zona norte de Toledo como P. pinaster en la zona sur de la provincia, pero también hay daños importantes en las formaciones de encinar. ¿Cuáles son las causas de que se hayan producido estos daños? La nevada provocada por la borrasca filomena puede considerarse como un evento meteorológico extremo del que no existen precedentes en el centro peninsular. Las acumulaciones de nieve han alcanzado en muchas zonas los 50 cm y tras la nevada sufrimos también un episodio singular de bajas temperaturas. Todo ello ha provocado que los daños más importantes se hayan producido en masas formadas por las especies señaladas que están poco adaptadas a este tipo de condiciones. Las masas situadas a mayores altitudes y donde son más frecuentes las nevadas como las existentes en las provincias de Cuenca o Guadalajara, se han visto mucho menos afectadas. ¿Es posible hacer una selvicultura en previsión de este tipo de tormentas o efectos naturales? Es necesario llevar a cabo una selvicultura preventiva que aumente la resiliencia y resistencia de las masas forestales y su capacidad de adaptación a los fenómenos climáticos

extremos producidos por el cambio climático. La gestión en las provincias de Toledo, Ciudad Real y buena parte de Albacete tiene como principal objetivo la adaptación de las masas a las condiciones de sequía y elevadas temperaturas que vienen sufriendo estas zonas en los últimos años y que es previsible que sean las que afecten en mayor medida en el futuro; esta gestión debe perseguir unas masas arbóreas formadas por especies y densidades adecuadas al medio que reduzcan su competencia y favorezcan su vitalidad y resiliencia. No obstante, podemos considerar que si las masas están más adaptadas a estas condiciones de aumento de aridez presentarán un estado de salud adecuado para poder soportar otro tipo de eventos extremos con una buena capacidad de recuperación. ¿Qué planes tienen de retirada de árboles y ramas caídas, así como de los árboles dañados? Las actuaciones a priorizar se centrarán fundamentalmente, por un lado, en tratamientos selvícolas para

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la mejora de las masas forestales, con la finalidad de evitar accidentes, problemas de plagas forestales y la disminución de combustible a fin de no aumentar la probabilidad de incendios forestales. Es necesario que estos trabajos se lleven a cabo lo antes posible para evitar riesgos de cara a la época de peligro alto de incendios. Nada más recibir la información sobre las afecciones ocasionadas por la borrasca, comenzamos a priorizar el territorio e iniciamos una primera fase de trabajos en zonas con mayor presión de uso público en las cercanías de la capital regional para evitar accidentes y actuamos llevando a cabo la apertura de caminos cuyo tránsito quedó interrumpido con la caída de ramas y arbolado. Por otro lado, contamos con la colaboración del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que nos está apoyando en la realización de actuaciones urgentes en la provincia de Toledo. La previsión es que se hayan finalizado los trabajos selvícolas a mediados del mes de mayo para evitar problemas sanitarios y prevenir el riesgo de incendios forestales.

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Luis del Olmo, director general del Biodiversidad y Recursos Naturales de la Comunidad de Madrid

“Las nevadas copiosas han puesto la naturaleza forestal en un nuevo punto de partida en la evolución, que permanentemente es innata a los ecosistemas forestales” Alcalá de Henares o Casa Gózquez y Eulogio en el Parque Regional del Sureste. La zona de la Sierra no tuvo afección alguna. ¿Hay un patrón de especies o tipos de montes más afectados? En general los pinares tanto de piñonero como de halepensis recogieron mucha nieve. A los árboles de hoja caduca apenas les afectó; sin embargo, en montes de vaguada es sorprendente la alta afección, de casi el 90 % del arbolado, cuando a escasos cientos de metros apenas se daba dicha afección.

¿Cuáles han sido los efectos de la borrasca Filomena en los bosques de su comunidad? Comparados con los sucedidos en las ciudades y municipios en arbolado urbano los efectos han sido mucho menores. No obstante, hay zonas de la Comunidad de Madrid muy afectadas, sobre todo en el sureste y suroeste, y en alguna zona del centro de la región como Valdelatas. Sorprende la caída de arbolado y ramaje en determinadas zonas de San Martín de Valdeiglesias, Cadalso,

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¿Cuáles son las causas de que se hayan producido estos daños? Está claro que las causantes de los daños han sido la intensidad y cantidad de nieve, junto con las temperaturas muy bajas durante un largo periodo. Está en elaboración un estudio a partir de imágenes vía satélite corroboradas por seguimiento sobre el terreno para poder valorar con más perspectiva las acciones a llevar a cabo. Tampoco creo que estemos ante un fenómeno tan excepcional; las nevadas copiosas han puesto la naturaleza forestal en un nuevo punto de partida en la evolución, que permanentemente es innata a los ecosistemas forestales, abriendo algunos claros, aunque es verdad que en algunos puntos el daño ha sido importante. ¿Es posible hacer una selvicultura en previsión de este tipo de tormentas o efectos naturales?

No creo que estemos ante un caso que se vaya a repetir muy a menudo; si así fuera habría que analizar todos los efectos positivos y negativos que ello conlleva. ¿Qué planes tienen de retirada de árboles y ramas caídas, así como de los árboles dañados? El trabajo de nuestros cuadros directivos, técnicos, OPLIS de las áreas de montes y cuadrillas de los parques regionales ha sido muy de agradecer y reconocer. Siendo medios escasos, desde el minuto uno se atendieron las necesidades de las poblaciones locales: Sevilla la Nueva, Miraflores, Titulcia, Morata, Soto del Real, San Lorenzo, San Martín de Valdeiglesias y Boadilla, entre otros. Además, auxiliamos a ganaderos, dimos indicaciones para la recogida de leñas en coordinación con los agentes forestales y balizamos accesos a áreas recreativas. También nos coordinamos con Emergencias desde el principio, al disponer de muchos más medios en el área de montes para poder valorar las actuaciones, y priorizamos desde la Dirección General actuar en áreas muy visitadas y zonas recreativas. En días posteriores a las nevadas, he visitado algunas cuadrillas y todos sus responsables me trasladan su satisfacción por el personal que tenemos dentro de la Comunidad de Madrid. La experiencia ha sido muy bonita y estoy orgulloso de nuestra gente que lo ha dado todo. 2021. N.o 79


Mariano Sánchez García, jefe de la Unidad Técnica de Jardín y Arbolado del Real Jardín Botánico de Madrid

“Este episodio debería hacernos replantear el tipo de jardinería que se hace con algunas pocas especies” dad y las nuevas especies de los árboles que plantemos, que nunca serán más de los que pudiéramos quitar, sirvan de cara al cambio climático y, por tanto, no plantar especies que en el año 2100 pudieran morirse por sequías o baja humedad ambiente. Hay que pensar ya en el nuevo clima para las especies de Madrid. ¿Han podido hacer ya una valoración más exacta de los daños de la borrasca Filomena sobre el Real Jardín Botánico de Madrid? ¿Cuáles son los efectos más importantes? Si, la teníamos a la semana de producirse la borrasca, ya que nos basamos en esa estimación para poder abrir el Jardín Botánico a la segunda semana tras Filomena. Los árboles afectados han sido un 2,8 % con alguna rama importante y cerca de un 2 % de arbolado con ramas pequeñas o medianas, un 0,3 % de árboles pequeños perennifolios caídos (algarrobo) y un 1,4 % de los arbustos grandes (perennifolios en este caso) que presentaron rotura de ramas en copa. ¿Qué lecciones podemos aprender de los efectos de la borrasca Filomena sobre el arbolado del RJB? Que es algo completamente episódico y que si queremos tener esas especies arbóreas de porte pequeño y arbustivas hay que pasar por una criba cada 50 años, lo cual no es en absoluto grave. En realidad, hay que tomar Filomena como una oportuni-

junio sí que los sabremos y los daremos a conocer para que se sepan esos límites por helada de algunas especies de palmera subtropicales y tropicales. Los arbustos perennifolios que se han partido brotarán y en 2-3 años formarán otra copa.

¿Cuáles son las principales causas del daño de la borrasca en el RJB: la nieve, el hielo…? Para el Jardín Botánico ha sido casi peor la helada posterior que la nevada. Algunas plantas de la colección de plantas subtropicales que tiene el Jardín presentan síntomas de helada. Hay que esperar hasta junio para saber si esas plantas heladas han sobrevivido, sobre todo las palmeras (monocotiledóneas con una única yema).

¿Modificará esta tormenta de nieve la jardinería que se hace en el RJB? ¿Cómo? (en el caso de que la respuesta sea afirmativa) ¿Por qué no? (si la respuesta es negativa). Las especies que puedan morir por la helada serán cambiadas por otras especies cuyos límites de frío queden dentro de los de esta helada pero como ya he dicho, en palmeras esos límites no son aún muy claros. Tendremos que experimentar con nuevas especies para ir reconociendo esos límites y a su vez que soporten el cambio climático.

¿Una borrasca como esta puede condicionar el tipo de vegetación que forma parte del RJB? Para los arbustos un episodio tan esporádico que es casi su edad media, se plantea como una renovación. Para el caso de los pinos y otras coníferas, es un mal menor ya que, como Jardín Botánico, tenemos que representar esa flora de la Península Ibérica y, al fin y al cabo, no han salido tan mal parados. En el caso de las palmeras más sensibles, sí que cambiaremos esas especies con síntomas. El problema con las palmeras es que no hay mucha bibliografía sobre límites térmicos, en

¿Debería obligarnos este episodio a replantearnos el tipo de jardinería que se hace en las ciudades? Creo sinceramente que en unas pocas especies, sí. No debemos cambiar lo que es Madrid con sus pinos y encinas, pero no es el caso de los aligustres en calles estrechas, donde debería replantearse su plantación, porque se ahílan por falta de luz y sus ramas crecen endebles, sin grosor y por ello con el peso de la nieve se doblaron y partieron; afortunadamente no son grandes árboles y no producen daños. Se deberían establecer unos criterios de plantación obligatorios, y

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prohibir la plantación de pinos, cedros, encinas, etcétera, sobre pradera porque, sin duda, son los pinos los que, plantados en pradera, terminan cayendo en días de tormenta tras algunos días de lluvia con la posibilidad ya conocida de producir daños a las personas. Se deben cambiar los criterios de poda, plantación y conservación. No debería repetirse que otra tormenta como Filomena nos quite otro 5 % de masa foliar de la ciudad, que filtra, descontamina y aporta beneficios.

¿Cuáles deben ser las claves que definirán la gestión del futuro del arbolado urbano y de los parques en las ciudades? Creo haberlo esbozado, contar con criterios firmes de poda (conservación); ningún árbol necesita de la poda si ha sido plantado correctamente. Se deben eliminar de los pliegos las podas sistemáticas de las calles ya que generan peligro futuro, pudriciones, ramas débiles y más podas. Las podas deben circunscribirse al ejemplar peligroso, al riesgo, etcétera, y eso es incompatible con podar

toda una calle, más que nada por probabilidad. Yo me pregunto, ¿por qué hay que mutilar las ramas de un árbol?, ¿es que en los países nórdicos no se han dado cuenta de esa necesidad? Suele gustar ver árboles sin podar, entonces, ¿por qué se poda? Se tendrán que establecer criterios de plantación muy claros con los perennifolios y ya que estamos, vigilar las nuevas especies respecto al cambio climático y que dentro de 60 años no se nos sequen los árboles que hemos plantado tras Filomena.

José Luis Rodríguez Gamo, coordinador y docente en el Máster de Servicios Ecosistémicos de la Infraestructura Verde en Universidad Politécnica de Madrid

“Es vital tener en cuenta la cuantificación y valoración de los servicios ecosistémicos antes de abordar futuros desarrollos de infraestructura verde”

¿Qué lecciones podemos aprender de los efectos de la borrasca Filomena sobre el arbolado urbano? La borrasca ha supuesto una llamada de atención de los eventos meteorológicos extremos que, con

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cada vez mayor frecuencia, vamos a observar como consecuencia, muy probablemente, del cambio climático. Son avisos que nos ayudan a reflexionar en términos de resiliencia de las ciudades y de necesidad de adaptación de estas. En buena parte, esto se logrará con una mayor calidad de la infraestructura verde, que constituye una parte fundamental del capital natural. Atenuar el efecto isla de calor, mejorar la capacidad de respuesta ante avenidas, incrementar las superficies “drenantes” de las ciu-

dades, eliminando pavimentos duros, aumentar la biodiversidad y, en definitiva, los beneficios que la naturaleza brinda a la sociedad son necesidades a las que los técnicos hemos de contribuir a dar respuesta con una mejora en la planificación global del patrimonio verde, y muy especialmente del arbolado urbano. ¿Cuáles son las especies que han sufrido más los efectos y por qué? Por una parte las especies autóctonas, bien adaptadas a las condicio2021. N.o 79


nes mediterráneas y a la continentalidad del centro peninsular, como pinos piñoneros y encinas, pero lamentablemente poco preparadas en porte y estructura para resistir grandes acumulaciones de nieve, lo que ha provocado el colapso de muchísimas ramas y, en cantidades también importantes, el abatimiento del ejemplar completo. Por otra, aquellas especies perennes con copas desarrolladas y troncos no suficientemente resistentes o preparados, frecuentes en plantaciones masivas más o menos recientes, en el arbolado de alineación, como puedan ser los aligustres. En general, las coníferas menos adaptadas a las fuertes nevadas, como otras especies de pinos mediterráneos, cedros y cipreses, también han sufrido en buena medida los efectos de esta nevada espectacular. También palmeras de gran porte y eucaliptos ejemplares, madroños y laureles, que han quedado muy dañados, más que por la nevada en sí, por las fuertes heladas de los días posteriores, y que habrá que realizar un seguimiento para ver si tienen capacidad de rebrotar en esta primavera. ¿Con especies autóctonas en las calles, parques y jardines los efectos hubiesen sido diferentes? ¿Por qué? Pues parece evidente que no. Precisamente, un evento meteorológico extremo como una nevada que arrojó 52 cm de nieve acumulados en el Retiro en poco más de 36 horas, y heladas de hasta 15 °C bajo cero los días posteriores, no entiende del origen de la especie. Más bien sobre el momento en que se produjo, pleno invierno, con una afectación principal sobre las especies perennifolias, así como sobre aquellas especies con una menor capacidad de adaptación en su madera para resistir fuertes cargas en cortos espacios temporales. Más autóctonos que los pinos piñoneros y las encinas en el centro peninsular vamos a encontrar pocas especies. También se observó un componente adicional por el origen de la tormenta, con vientos predominantes del sureste, acompañando a la propia

El debate, entiendo, no debe ser especies autóctonas o alóctonas, sino ejercer una adecuada planificación desde todos los estamentos y administraciones responsables a la hora de acometer nuevas plantaciones, contando siempre con el asesoramiento técnico, para el cual los ingenieros forestales y de montes poseen sólidos conocimientos. nevada, que propiciaron un efecto añadido a la capacidad de resistencia natural del arbolado en estas zonas frente a empujes más habituales del norte o del noroeste, lo que favoreció el colapso de muchos ejemplares de gran tamaño, aparentemente en buen estado de conservación y fitosanitario. El debate, entiendo, no debe ser especies autóctonas o alóctonas, sino ejercer una adecuada planificación desde todos los estamentos y administraciones responsables a la hora de acometer nuevas plantaciones, contando siempre con el asesoramiento técnico, para el cual los ingenieros forestales y de montes poseen sólidos conocimientos. ¿Modificará esta tormenta de nieve la jardinería en las ciudades? Creo que no, pero sí que es verdad que la convocatoria de la Mesa del Árbol en Madrid, a la que pertenecemos un nutrido grupo de expertos en representación de diferentes colectivos, se ha revitalizado, impulsando los criterios técnicos para abordar las planificaciones futuras sobre el arbolado y, por extensión la infraestructura verde urbana. Siempre tendremos especies mejor preparadas para el calor, otras pa-

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ra el frío, resistentes a sequías prolongadas, a encharcamientos, a vientos fuertes. Todos pensamos en especies adecuadas para cada evento meteorológico extremo, pero no se puede planificar sólo pensando en estos términos, porque si no, lo más adecuado sería llenar de abetos, pinos negros, alerces y abedules las ciudades para evitar el colapso de arbolado por nevadas, lo cual no se corresponde con la necesaria visión holística que debemos plantear. Esto no es incompatible con seleccionar cada vez mejor las especies que han mostrado unas mejores capacidades de adaptación a las condiciones climáticas que nos esperarán previsiblemente en los próximos 30 años. ¿Cuáles deben ser las claves que definirán la gestión del futuro del arbolado urbano y de los parques en las ciudades? Planificar adecuadamente y a largo plazo. Esto significa no pensar en el corto plazo en cuanto a soluciones, sino en abordar las políticas de desarrollo de la infraestructura verde urbana con visión de futuro. Cuáles son las condiciones climáticas más probables a las que deberán adaptarse los árboles en el entorno urbano de aquí a medio siglo. Qué especies contribuirán a minorar los efectos del cambio climático sobre la salud de los ciudadanos, requiere el estudio de las variables morfo fisiológicas para obtener las mejores respuestas. Tener en cuenta la cuantificación y valoración de los servicios ecosistémicos antes de abordar futuros desarrollos de infraestructura verde es vital. Debemos pensar en aumentar la superficie foliar, la superficie cubierta de vegetación de la máxima calidad y mejorar los suelos tanto en textura como en estructura que albergarán a los ejemplares de las ciudades de 2050, cuando pretendemos alcanzar la descarbonización de la economía. Plantar muchos árboles sin planificación, no sólo no es garantía de éxito, sino que conduce al fracaso, ya que la ineficiencia superará a los posibles beneficios.

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Pedro Calaza Martínez. Dr. ingeniero Agrónomo y Dr. arquitecto del Paisaje.

“No debemos sacrificar una buena praxis moderna, científica y técnica por una posibilidad que se ha demostrado como remota” ¿Qué lecciones podemos aprender de los efectos de la borrasca Filomena sobre el arbolado urbano? En primer lugar me gustaría subrayar la excepcionalidad de un episodio meteorológico como Filomena, una borrasca devastadora que no sufríamos desde hacía casi cincuenta años. Se trató de un episodio extremo de gran poder destructivo que actuó de forma perversa sobre algunas ciudades, especialmente Madrid. Provocó el corte de carreteras, problemas de tráfico, clases suspendidas, desabastecimiento, daños en edificios y coches, y también graves destrozos en un gran número de árboles. Recordemos que los árboles son estructuras mecánicas vivas que se adaptan a las condiciones ambientales y a las cargas o solicitaciones mediante varios teoremas entre los que destacan: el principio de la mínima palanca que se alcanza con las estrategias de flexibilidad y el fototropismo; el axioma de la carga uniforme (hoy en día objeto de discusión científica); y el teorema que rige la adaptación de la forma externa del árbol y la calidad de su madera en función del tipo y carga existentes. Estos teoremas definen tanto la forma externa como la arquitectura interna de los ejemplares. Es decir, los árboles de Madrid llevaban adaptados a la realidad de las condiciones de su entorno durante más de cincuenta años, y no estaban preparados para

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soportar cargas especiales como las que regaló Filomena. Con relación a la cuestión planteada, yo soy de los que piensa que siempre se puede aprender de todo en esta vida; no hay nada perfecto y estamos sometidos a procesos de aprendizaje a todos los niveles y ámbitos, entre los que se encuentra poder mejorar algunos aspectos para minimizar el impacto futuro de episodios meteorológicos similares. En este sentido, un adecuado análisis de las consecuencias, de las especies que más han fallado, de las partes colapsadas, de sus ubicaciones, de sus variables dendrométricas, de sus entornos, nos permitirán poder identificar patrones y variables a considerar. De hecho, es lo que se está haciendo, utilizar las ventajas del conocimiento y la aplicación de herramientas para la gestión de grandes cantidades de datos, por ejemplo, con programas estadísticos y big data. ¿Cuáles son las especies que han sufrido más los efectos y por qué? Según algunas fuentes, el mayor número de ejemplares que sufrieron los efectos son especies de los géneros Pinus y Cupressus, especialmente Pinus halepensis, Cupressus sempervirens y Cupressus arizonica, así como otras coníferas y frondosas perennes como las especies de Ligustrum o algunos ejemplares de Magnolia grandiflora. Pero habría que ver el peso que

tiene ese número de ejemplares en la representación global de cada especie en la ciudad, es decir, puede que se hayan fracturado muchos ejemplares del género Pinus, pero también es cierto que hay muchos, por lo que estadísticamente tiene sus matices. Es fácil interpretar que los ejemplares que tenían masa foliar en ese momento tenían mayor superficie expuesta a los efectos de la nieve. Más superficie de hojas, más carga a soportar, más esfuerzo y más fracturas. De hecho, la tipología de fallo que más se repitió fue la fractura de ramas o copas y no la fractura de troncos o vuelco, es decir, parece que el efecto de las cargas laterales debidas al viento fue menor en este caso. Algunos podrían pensar que la solución sería prescindir de las coníferas y de las latifolias perennes pero, desde mi punto de vista, es un error por una gran cantidad de argumentos: el uso de ejemplares perennes ofrece un paisaje urbano diferente en invierno; hay especies de coníferas muy adaptadas a la realidad de las ciudades y ofrecen hábitat para ciertas especies de fauna y microfauna. En particular, lo relacionado con la generación de servicios ecosistémicos es un argumento sólido a tener en cuenta, ya que las especies perennes trabajan durante todo el año captando contaminantes, secuestrando CO2 y regulando térmicamente las ciudades, a lo que hay que sumarle 2021. N.o 79


que algunos estudios apuntan a que la captación de partículas es mayor en algunas coníferas, debido, en parte, a una mayor eficiencia de las acículas. Además de los daños mecánicos, resulta significativo señalar los de tipo fisiológico, especialmente en palmeras y en algunas especies de origen diametralmente opuesto a España, como ejemplares de Acacia o Eucalyptus. Las consecuencias de estos daños se están analizando, dado que se trata de un proceso que podemos clasificar como lento. ¿Con especies autóctonas en las calles, parques y jardines los efectos hubiesen sido diferentes? ¿Por qué? Los efectos dependen de muchos factores, no sólo de si son o no autóctonas. Desde mi punto de vista, creo que hay que elegir la mejor especie para cada lugar, aparte de que el término autóctono es usado en muchas ocasiones de forma inapropiada. Se deben seleccionar las especies que se adapten mejor a las condiciones de suelo, clima, volumen disponible, variables estéticas, etcétera, pero también teniendo en cuenta las variables mecánicas. Por ejemplo, hay especies con densidad de madera más baja que se fracturan con más facilidad, o especies que, debido a configuraciones de codominancias o de uniones multiples, son más susceptibles a fallar. En algunos ayuntamientos de Estados Unidos se prohíbe el uso de algunas especies precisamente por este motivo, pero eso no significa que no puedan utilizarse en zonas donde no ocasionen riesgos. Si no hay blancos, no hay riesgo. A todo ello, hay que sumarle que una adecuada gestión de las masas de árboles en las ciudades debe garantizar una buena distribución de especies y de tamaños, garantizando la biodiversidad y un envejecimiento secuenciado del conjunto. ¿Cuáles han sido las causas de que un porcentaje tan elevado del arbolado urbano haya sufrido daños tan considerables? Las causas se reducen a una: Filomena, un episodio extraordinario. Las condiciones ambientales de cargas generadas han imposibilitado en muchos casos la resistencia mecáni-

Debemos cambiar la idea de que la vegetación en medio urbano es un coste, cuando en realidad es una inversión económica y ecológica (las cuentas y la lógica del oikos, casa).

ca de los ejemplares. Como indicaba antes, es obvio que se puede mejorar. Tras el análisis en curso se podrán obtener datos para utilizar en la gestión venidera, aparte de poder identificar algunas tipologías de gestión que podrían modificarse. ¿Modificará esta tormenta de nieve el tipo de jardinería que se hace en las ciudades? Entiendo que sí, porque debe incluirse la posibilidad de que ocurran estos eventos, especialmente para poder activar mecanismos paliativos y poder controlar la situación. El mundo de la jardinería está en continua evolución, por fin ya existen másteres especializados en este ámbito como el de la Universidad Politécnica de Madrid, en el que se plantean innovaciones, investigaciones y desarrollos de productos para una mejor gestión de la vegetación urbana. El conocimiento del comportamiento del árbol en la ciudad está en plena ebullición, auspiciado por los nuevos modelos de desarrollo urbano, la idoneidad para mitigar los efectos del cambio climático y el imperativo europeo en materia de infraestructura verde. Un ejemplo claro es que el Reino Unido está a punto de inaugurar en el condado de Surrey, de la mano de la Royal Horticultural Society, organización benéfica del país con más de 200 años de historia, su primer centro de investigación en jardinería. Entre otros temas, se estudiará cómo influyen las plantas en las personas, o cuáles son las más aptas para combatir el cambio climático. Estamos en un continuo proceso de aprendizaje. ¿Cuáles deben ser las claves que definirán la gestión del futuro del arbolado urbano y de los parques en las ciudades? Los árboles generan una importante cantidad de los denominados servi-

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cios ecosistémicos, de provisión (como frutos o madera), regulación (térmica, erosión, etcétera) y culturales (salud y bienestar), pero también presentan en algunos casos una parte negativa que son los diservicios, como alergias, daños por fracturas, frutos malolientes, etcétera. Una adecuada gestión debe optimizar la parte positiva, los servicios ecosistémicos, y minimizar su parte negativa, los diservicios. Cuando se selecciona y se gestiona material vegetal se debe tener esto claro; resulta obvio que la balanza debe inclinarse hacia los servicios. Tenemos la gran fortuna, tal y como explican y desarrollan teorías como la biofilia, de que estamos preconfigurados psicológicamente para que nos gusten otros seres vivos como los árboles, pero debemos ser conscientes de la realidad del medio urbano y debemos impulsar campañas de concienciación y divulgación para alcanzar mejores resultados, alineados con esa hibridación de elementos antrópicos y naturales. Simplemente, desde un prisma egoísta, el ser humano inteligente debería ser consciente de las ventajas que ofrece una buena planificación y gestión del árbol en la ciudad. Debemos cambiar la idea de que la vegetación en medio urbano es un coste, cuando en realidad es una inversión económica y ecológica (las cuentas y la lógica del oikos, casa). En definitiva, se puede mejorar la selección, la implantación y la gestión de los bosques urbanos con el firme objetivo de crear entornos más amables, estéticos y ecológicamente funcionales, mejorando así el bienestar y la salud de la población. Sin embargo, las posibles borrascas excepcionales no deben ser el condicionante más importante; hay que tenerlas en cuenta, por supuesto, pero no debemos sacrificar una buena praxis moderna, científica y técnica por una posibilidad que se ha demostrado como remota.

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José González Granados, tercer teniente de alcalde delegado de Medio Ambiente, Parques y Jardines y Agricultura. Ayuntamiento del Real Sitio y Villa de Aranjuez

“Es necesaria una visión integral de todo y por todos, que se traduce en: gestión, planificación, conocimiento, ingeniería y ciencia” ¿Qué lecciones podemos aprender de los efectos de la borrasca Filomena sobre el arbolado urbano? Que todo en la vida es efímero y que, en general, el arbolado plantado en nuestras ciudades está mal elegido y peor conservado. Cabe destacar que buena parte de los problemas que se observan en el arbolado tienen su origen en una mala elección de especie. Para todo gestor que se precie Filomena supone otra interpretación fuera de lo cotidiano que nos dará muchas pistas para prever las contingencias climáticas y acertar en la toma de decisiones que deberemos tomar para afrontar el futuro de nuestros árboles de barrio, en definitiva, del patrimonio vegetal más preciado que tienen los vecinos de cualquier municipio. Todos sabemos que el calentamiento global tiene como consecuencia fenómenos meteorológicos cada vez más intensos y frecuentes (se cortan los periodos de retorno), no sólo sequías y olas de calor (2020 ha sido el año más cálido que se conoce) sino también borrascas extremas por frío y nieve como ha sucedido con Filomena. La catástrofe en sí, tiene y debe suponer una oportunidad para que todas las administraciones públicas que gestionan el arbolado urbano aprovechen la ocasión para acometer una renovación ordenada del arbolado mirando al futuro y a los posibles efectos y consecuencias que trae consigo el cambio climático, que puede poner en serias dificultades a numerosas especies arbóreas de aquí a menos de 50 años.

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¿Cuáles son las especies que han sufrido más los efectos y por qué? Principalmente las coníferas, palmeras y especies de frondosas de clima mediterráneo o templado. En primer lugar el mayor daño ocasionado se centra en las coníferas: pinos (piñonero y carrasco), cipreses, cedros, arizónicas y tuyas; sobre todo ejemplares de gran porte y amplias copas que han sido los árboles que más nieve han acumulado y, por tanto, más peso han tiendo que soportar y mayor riesgo de fractura. También han sido dañados otros ejemplares finos pero muy flexibles, que han quebrado sus troncos o fracturado sus ramas. Una vez que la nieve retenida se convirtió en hielo y tras muchos días de temperaturas por debajo de los -15 °C la catástrofe estaba servida; si el viento hubiese soplado con fuerza sencillamente nos hubiésemos quedado sin arbolado. En segundo lugar las frondosas perennifolias como los olivos, tarajes, aligustres, madroños, bojes y algunas quercíneas como las encinas. También árboles como los cerezos (Prunus cerasifera) y olmos (Ulmus pumila). En tercer lugar nos encontramos con las especies de palmáceas, que aunque muchas de ellas resisten puntualmente temperaturas por debajo de 10 °C bajo cero, como es el caso de Chamaerops humilis o Phoenix canariensis, existen otros géneros como Brahea, Butia, Trithrinax y Washingtonia, que no suelen tener problemas de adaptación, pero que en esta ocasión han estado al límite de su tolerancia o valencia ecológica. La única palmera que sus hojas no se han helado es Trachycarpus fortunei.

Por último, en las especies provenientes de zonas australianas con un clima templado similar al mediterráneo se encuentran las mimosas, limpiatubos (Callistemom sp. pl.) y eucaliptos entre otras, que han resultado muy dañadas e incluso han sucumbido por Filomena. ¿Con especies autóctonas en las calles, parques y jardines los efectos hubiesen sido diferentes? ¿Por qué? No. En el centro de España contundentemente no. Filomena ha sido capaz de poner en jaque a comunidades forestales tan autóctonas como lo son nuestros encinares, quejigares, tarayales, coscojares, pinares, retamares y otras formaciones arbustivas. Nada hubiese sido diferente en este caso. Si a esto le añadimos que muchas especies autóctonas no se adaptan bien al ambiente global y condicionantes específicos que condicionan la vida vegetal en una zona urbana, debemos pensar que nada hubiese cambiado. Creo que nunca debemos prescindir de la gran biodiversidad de plantas que puebla nuestro planeta para utilizarlas en jardinería. Tenemos a nuestro alcance más de 250.000 especies; tan solo debemos conocer, probar y acertar. Por ello, más que nunca la gestión de lo que últimamente se denomina, bajo mi punto de vista erróneamente “infraestructura verde”, debe recaer siempre en profesionales como son los ingenieros forestales. ¿Cuáles han sido las causas de que un porcentaje tan elevado del arbolado urbano haya sufrido daños tan considerables? La nevada que ha caído se puede 2021. N.o 79


La nevada que ha caído se puede considerar como un evento meteorológico extremo y catastrófico, del que no existen precedentes, al menos durante los últimos 80 años.

considerar como un evento meteorológico extremo y catastrófico, del que no existen precedentes, al menos durante los últimos 80 años. Las acumulaciones de nieve, durante más de 30 horas de precipitación continuada, han excedido todas las previsiones y modelos matemáticos, con valore muy superiores a los 50 cm en buena parte del centro de España; sirva de ejemplo el término municipal de Aranjuez, el segundo más extenso de la Comunidad de Madrid después de la capital con 18.902 hectáreas. En Aranjuez cayeron casi 100 millones de metros cúbicos de nieve (94.512.350 m3), lo que significa más de 11 millones de toneladas que se convirtieron al cabo de unas horas en 19 millones de toneladas (18.902.470 t) de nieve, lo que ha supuesto una catástrofe para todo su patrimonio arbóreo. El grado de afección se sitúa entre un 35 % del arbolado urbano hasta el 85 % en el arbolado periurbano gestionado por el ayuntamiento de Aranjuez, zonas de repoblación forestal y masas forestales, sin tener en cuenta los jardines históricos gestionados por Patrimonio Nacional. En Aranjuez casi un 35 % del arbolado (alineaciones, parques y jardines) presenta distintos grados de afección, como rotura de ramas o abatimiento completo de ejempla-

res. En los parques periurbanos esta afección sube al 80 % por tratarse de pinares de pino carrasco (Pinus halepensis y P. pinea) muy susceptibles al meteoro caído durante tres días. Al impacto provocado por el peso pronto se añadió una importante nueva variable como fue las bajas temperaturas (cerca de los 20 °C bajo cero) prolongadas en el tiempo, lo que provoco que las células vegetales se volvieran tan frágiles como el cristal; las ramas, ramillas y otros orgánulos vegetales quebraban al más mínimo roce. Afortunadamente no apareció el temido viento, que hubiese puesto el golpe de ariete a los tejidos vegetales de todo el arbolado afectado por Filomena, y hubiese significado la perdida de prácticamente todo el arbolado. ¿Modificará esta tormenta de nieve el tipo de jardinería que se hace en las ciudades? El actual escenario de cambio climático trae consigo no solo un aumento de las temperaturas medias y absolutas, lluvias más infrecuentes e irregulares (llueve cada vez menos y peor), sino que los episodios climáticos excepcionales son cada vez más habituales, intensos y reiterativos. Los periodos de retorno se han acortado

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hasta el punto de comprobar que las sequias extremas nos asolan varias veces en una misma década, o evidenciar que las olas de calor se repiten todos los años. Todo ello, por supuesto, va a condicionar nuestras ciudades y la gestión de las zonas verdes, parques, jardines y todo nuestro arbolado urbano. Los ingenieros forestales y resto de profesionales ya trabajan en una estrategia común con el objeto de tener previstas nuevas plantaciones prefijando en el horizonte nuevos escenarios a los que ya nos venimos enfrentando, como es sin duda el cambio climático. Una cuestión importante es que el número de árboles a plantar deberá ser al menos la suma de árboles perdidos en cualquier acontecimiento que reduzca significativamente el número de árboles de nuestras ciudades. Por todo ello, más que nunca, es necesaria una visión integral de todo y por todos, que al final se traduce en: gestión, planificación, conocimiento, ingeniería y ciencia. ¿Cuáles deben ser las claves que definirán la gestión del futuro del arbolado urbano y de los parques en las ciudades? Filomena debe suponer una oportunidad para que todas las administraciones públicas que gestionan tanto el arbolado urbano como las masas forestales y bosques en las zonas más afectadas aprovechen la ocasión para acometer una renovación ordenada del arbolado mirando al futuro, y a los posibles efectos y consecuencias que trae consigo el cambio climático, perturbación que puede poner en serias dificultades a numerosas especies arbóreas de aquí a menos de 50 años.

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Erica Valiente Oriol, directora de operaciones Servicio de Jardinería de Rivamadrid (Rivas Vaciamadrid)

“La clave está en desarrollar planes estratégicos de infraestructuras verdes saludables y resilientes” ¿Qué lecciones podemos aprender de los efectos de la borrasca Filomena sobre el arbolado urbano? Por un lado, lamentablemente se ha evidenciado que especies que considerábamos completamente adaptadas a nuestro medio son vulnerables al cambio climático. Por otro lado, previendo que estos fenómenos meteorológicos extremos van a ser cada vez más frecuentes, es imprescindible evitar abusar de determinadas especies, muchas veces predominantes en nuestros jardines. Introduciendo variedad de especies, los daños provocados no solo por fenómenos climáticos adversos, sino también por afección de plagas, son menos graves en términos cuantitativos. ¿Cuáles son las especies que han sufrido más los efectos y por qué? Habría que diferenciar entre daños mecánicos y por heladas. En el municipio donde trabajo, las especies más afectadas han sido pino, olivo, ciprés y aligustre por daños mecánicos, a consecuencia del peso de la nieve. Los daños por heladas más relevantes se han producido en olivos, laureles, palmáceas y Callistemon. En general las especies más afectadas tienen unas características comunes: son perennes, con un porte que favoreció la retención de nieve, y son especies mediterráneas, que no soportaron las heladas que acompañaron a la nevada. ¿Con especies autóctonas en las calles, parques y jardines los efectos hubiesen sido diferentes? Independientemente de que el uso de especies autóctonas debe prevalecer siempre en la jardinería para

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garantizar la sostenibilidad medioambiental de las infraestructuras verdes, en el caso de Filomena no encuentro sentido a este debate. Precisamente las especies autóctonas son las que no están preparadas para sufrir unas condiciones climatológicas extremas, inusuales en nuestra geografía, y para las que no están preparadas. Es como cuestionar que en el centro de España (zona especialmente afectada por la borrasca) se continúe cultivando el olivar por los daños de Filomena. ¿Cuáles han sido las causas de que un porcentaje tan elevado del arbolado urbano haya sufrido daños tan considerables? Respondiendo siempre desde la perspectiva de lo que hemos detectado en el municipio en el que trabajo, en términos porcentuales el daño no ha sido mayor en la zona urbana que en la zona forestal periurbana, en la que la actividad de la jardinería es mínima. Evidentemente si un árbol estaba debilitado por podas agresivas, o mal hechas, estaba más expuesto a sufrir caída de ramas, pero los daños más severos se han debido a la incapacidad de las especies mencionadas anteriormente para soportar el peso de la nieve en unas condiciones climatológicas extraordinarias. ¿Modificará esta tormenta de nieve el tipo de jardinería que se hace en las ciudades? El paso de Filomena nos debe hacer reflexionar sobre el hecho de que el cambio climático es una realidad, y cada vez van a ser más frecuentes situaciones extremas impropias en nuestra geografía, bien por temperaturas altas y sequías prolongadas,

bien por borrascas como Filomena con nevadas copiosas, duraderas y periodos de heladas históricas, o vientos huracanados que dejan siempre daños importantes en nuestro arbolado. Creo que la clave está en desarrollar planes estratégicos de infraestructuras verdes saludables y resilientes, a través del uso de especies adaptadas a nuestro medio (clima, suelo, etc), consumo responsable de agua, implantación progresiva de métodos de lucha biológica en materia de sanidad vegetal y una continua formación a los equipos profesionales que cuidan de nuestros parques, dirigida a desarrollar técnicas en las que prevalezca el desarrollo natural de la vegetación, por ejemplo evitando podas innecesarias. También refuerza la importancia de la fase inicial de diseño de los jardines, favoreciendo unas condiciones adecuadas de desarrollo de nuestro arbolado. 2021. N.o 79


En este sentido soy optimista, y tengo la sensación de que, poco a poco, se está consiguiendo implantar este modelo de gestión. Es la mejor contribución que podemos hacer desde nuestro sector para combatir el cambio climático.

¿Cuáles deben ser las claves que definirán la gestión del futuro del arbolado urbano y de los parques en las ciudades? Necesitamos que el arbolado pase de ser un mero elemento decorativo urbano más a protagonizar el desarrollo urbanístico explotando sus

beneficios sociales, sanitarios e incluso económicos. La clave está en que se entienda que el arbolado urbano debe vertebrar la gestión de las infraestructuras verdes, con criterios técnicos profesionales y una clara apuesta política que avale este modelo de gestión.

Enrique Carrasquer Clusa, Servicio de Parques y Jardines e Infraestructuras Verdes de Zaragoza

“No podemos planificar la gestión del arbolado urbano en función de algo que ocurre cada 100 años” ¿Cuáles son los efectos más importantes de la borrasca Filomena sobre los parques, jardines y arbolado urbano de Zaragoza? Se registraron un total de 2.074 intervenciones: 1.916 fueron actuaciones de poda y retirada de material vegetal y 158 fueron de árboles que se habían caído o tuvimos que talarlos. Las afecciones se han localizado principalmente en el arbolado viario y en los parques públicos. En su mayor parte están relacionadas con la roturacaída de ramas y en menor medida con la caída de árboles. Además de los daños sufridos en el arbolado se han producido daños materiales en mobiliario urbano y en vehículos, principalmente.

ta casi el 10 % del arbolado viario y Ligustrum japonicum casi el 6 %.

¿Cuáles son las especies que han sufrido más los efectos y por qué? Las especies arbóreas más afectadas han sido Pinus halepensis y Ligustrum japonicum, que por su condición de especies perennes acumularon mayor cantidad de nieve en su follaje, provocando la rotura de ramas, o el vuelco de los ejemplares en los casos más extremos. Se trata de dos de las especies con más presencia en la ciudad: Pinus halepensis represen-

¿Qué lecciones podemos aprender de los efectos de la borrasca Filomena sobre el arbolado urbano? Que debemos establecer protocolos preventivos de seguridad ante los avisos de este tipo de eventos meteorológicos. Por otro lado, ningún servicio urbano está dimensionado para este tipo de fenómenos extremos y muy infrecuentes. No podemos planificar la gestión del arbolado urbano en función de algo que ocurre cada 100

¿Con especies autóctonas en las calles, parques y jardines los efectos hubiesen sido diferentes? No lo creo; especies que podemos considerar autóctonas como el olivo también han sufrido muchos daños. Si el número de afecciones ha sido menor se debe a que tan solo representa un 1,5 % del total del arbolado urbano de Zaragoza. Los daños no tienen una relación directa con el origen de las especies si no con sus características vegetativas, formación, estado sanitario o ubicación, por citar algunos factores.

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años. Lo cual no quiere decir que no se pueda mejorar. ¿Modificará esta tormenta de nieve la jardinería en las ciudades? No creo que un evento meteorológico tan infrecuente deba suponer un cambio drástico en la jardinería de las ciudades, aunque el conjunto de efectos provocados por el cambio climático nos condiciona, día a día, en la toma de decisiones. ¿Cuáles deben ser las claves que definirán la gestión del futuro del arbolado urbano y de los parques en las ciudades? Creo que las claves están en conseguir disminuir la presión que, sobre el arbolado y los parques, ejerce la configuración actual de las calles, edificios, infraestructuras y el modelo de movilidad. Deberemos conseguir la conectividad con un entorno periférico natural a través de corredores de biodiversidad. Es decir, deberemos pensar en la creación de infraestructuras verdes.

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COLABORACIÓN / TÉCNICA

La Gran Nevada y su impacto en el arbolado urbano Enrique García Gómez (texto y fotografías) Ingeniero técnico Forestal. Doctor en Medio Ambiente Diputación Provincial de Toledo

La primera quincena de 2021 vino acompañada de un episodio meteorológico de fuertes nevadas y ola de frío, algo inusual por sus valores, que prácticamente no tiene equivalentes desde que existen registros fiables. Estos eventos provocaron un daño terrible sobre el arbolado urbano. El análisis de sus consecuencias debe servir para reflexionar acerca de la elección de especies y variedades y la gestión que se ha realizado hasta ahora.

INTRODUCCIÓN os árboles que plantamos en las ciudades son nuestros vecinos vegetales, callados pero vigilantes. En la mayor parte de los casos los condicionantes ecológicos bajo los que vegetan distan mucho de parecerse a los que reinan en sus hábitats naturales. La isla de calor de las ciudades, la pavimentación de la mayor parte de las superficies, la compactación de los suelos, la mala calidad de estos, las innumerables infraestructuras y canalizaciones tanto aéreas como subterráneas, la contaminación provocada por coches, calefacciones, industrias… modifican y alteran negativamente las condiciones del hábitat original. Si bien no siempre esas modificaciones son negativas para los árboles, pues algunos de ellos pueden desarrollarse mejor en el interior de las ciudades que en el entorno inmediato, a merced de las inclemencias atmosféricas, sobre todo por el agua segura que, a menudo, obtienen en las urbes –tanto por riegos directos como por

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fugas de conducciones subterráneas de aguas–. El arbolado urbano se convierte, cada vez más, en el único que observa una buena parte de las personas, pues paulatinamente la población mundial es más urbana y, por lo tanto, se encuentra alejada del medio natural. Se estima que hoy la mitad de la población mundial es urbana y la otra mitad rural, pero, según las previsiones, para 2050 el 70 % de la población vivirá en las ciudades. Los árboles son magníficos filtros para los contaminantes urbanos y las pequeñas partículas en suspensión. Por sí solos y por la fauna y flora asociada aumentan la biodiversidad urbana. Bajo ellos en verano puede bajar la temperatura ambiente entre 2 y 10 ºC. Pasar tiempo cerca de los árboles mejora la salud física y mental, incrementando los niveles de energía, a la vez que desciende la presión arterial y el estrés. Los árboles colocados de manera adecuada en torno a los edificios pueden llegar a reducir las necesidades de aire acondicionado hasta en un 30 % y ahorrar un 2021. N.o 79


20 % de calefacción. Pueden absorber hasta 150 kg de CO2 al año, secuestrar carbono y, por lo tanto, mitigar el cambio climático. La presencia de árboles destacados o de grupos de árboles puede, incluso, aumentar el valor de un inmueble hasta un 20 %. Se sabe que la presencia de bosques o árboles numerosos en cualquier sitio mitiga las oscilaciones térmicas del entorno. En las zonas que sufren pérdida de masa forestal se produce una ampliación entre las temperaturas máximas y mínimas diarias, así como un aumento de la temperatura media y máxima del aire. Esto mismo sucede en las ciudades. En verano las zonas urbanas arboladas presentan una temperatura superficial menor que las desprovistas de cubierta vegetal, no solo en parques y jardines, sino también en calles o paseos arbolados y en patios ajardinados. Por el contrario, las temperaturas más altas se suelen dar en las áreas industriales y comerciales, normalmente con escasa presencia de árboles. La existencia de abundante flora leñosa en las aglomeraciones urbanas altera el balance energético del clima a escala local, provocando variaciones en la radiación solar que llega a la superficie, en la velocidad y dirección del viento, en la temperatura ambiente y

en la humedad del aire. Estos efectos ayudan a amortiguar el impacto de los elementos climáticos sobre los edificios y las personas, pero la masa verde en el interior de pueblos y ciudades tiene, también, otros resultados no climáticos, como la sensación de confort y bienestar en los espacios exteriores, la minimización del ruido, la retención del polvo y materias sólidas en suspensión, la purificación del ambiente o la dotación de hábitats para una amplia diversidad de animales. El beneficio directo del dosel arbóreo sobre los seres humanos lo conocemos por las evidencias científicas que demuestran que la proximidad de zonas verdes a los lugares de residencia disminuye la mortalidad por todas las causas, por lo que la cercanía de la población urbana a los espacios verdes se debe considerar como una intervención estratégica de salud pública. No existe, por lo tanto, ninguna disculpa para no plantar el mayor número de árboles en nuestras ciudades, pues los más beneficiados seremos nosotros mismos. LA ARCHIFAMOSA FILOMENA asta los primeros días de 2021 el nombre de Filomena nos remitía a una joven romana que fue

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Imagen de la península ibérica, con toda la zona desde el centro al noreste cubierta de nieve. Fuente: Agencia Espacial Europea, a partir de las imágenes proporcionadas por Sentinel-3.

martirizada en el año 202, y nombrada patrona del Rosario Viviente y patrona de los Hijos de María durante el siglo XIX. Aunque, en verdad, a la mayor parte de las personas les sonaba como un nombre de abuela que se dejó de usar hace muchos decenios. Mira por dónde este nombre tan arcaico se pone de moda tras la festividad de los Reyes Magos de 2021. La borrasca así denominada era la sexta, dentro de aquellas que se consideran de gran impacto o riesgo, que llegaba a España en los últimos meses –la temporada de borrascas se inicia en octubre–, por lo que había que bautizarla con un nombre que se iniciase con la sexta letra de nuestro abecedario. Es ahí donde la AEMET, en el marco del Grupo Suroeste Europeo, participa para dar un apelativo que no se olvidará durante años. La nevada que cayó en el interior peninsular sucedió, fundamentalmente, durante los días 8 y 9 de enero. Se considera como histórica y excepcional, con un periodo de retorno en muchos lugares de más de medio siglo. Además, desde el punto de vista climatológico, se produjo una ola de frío de 14 días de duración (del 5 al 18), que alcanzó valores mínimos históricos generalizados, especialmente el 12 de enero.

NOMBRE

ALT.

PROVINCIA

PP (mm)

NIEVE (EST.) (cm)

IZAÑA

2371

STA. CRUZ DE TENERIFE

92,6

69

LA POBLA DE CÉRVOLES

673

LLEIDA

63

63

CABACÉS

363

TARRAGONA

58,2

57,4

ROQUE DE LOS MUCHACHOS

2223

STA. CRUZ DE TENERIFE

174,4

56

MADRID, RETIRO

667

MADRID

52,9

52,9

TOLEDO

515

TOLEDO

55,4

51

VILLAFRANCA

1131

CASTELLÓN

49,6

49,6

TALARN

807

LLEIDA

46,8

46

MORELLA-PASEO ALAMEDA

990

CASTELLÓN

45

45

FRAGA

170

HUESCA

45,2

44,4

LAGUARRES

600

HUESCA

44,6

43,2

HUESCA/PIRINEOS

546

HUESCA

43,6

43,2

BENABARRE

765

HUESCA

43,2

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ALCAÑIZ

334

TERUEL

41,4

41,4

Precipitación recogida entre el 7 y el 12 de enero y la estimación correspondiente a espesor de nieve, ordenados de manera descendente según la cantidad de nieve. Fuente: AEMET

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Pinos piñoneros desgarrados y tumbados por el peso de la nieve acumulada.

LA REPERCUSIÓN EN EL ARBOLADO URBANO n evento excepcional ha traído consigo, como era de prever, unas consecuencias extraordinarias. Colapsó gran parte del país, especialmente del interior peninsular. El viento, la nieve y las heladas bloquearon vías de comunicación, derrumbaron multitud de construcciones, privaron de numerosos servicios a localidades enteras y, lo que nos ocupa, afectó sobremanera a las plantas leñosas. Los árboles se adaptan mecánicamente a las fuerzas a las que se encuentran sometidos, de manera que tratan de equilibrar su estructura con los factores del entorno y su propia masa, todo ello con el menor consumo energético posible. No obstante, hay situaciones imprevistas y sucesos inhabituales para los que no están preparados, al igual que sucede con las construcciones humanas. Filomena fue uno de esos hechos sobresalientes. Trajo consigo una columna de nieve y unas heladas intensas para las que ni los árboles autóctonos ni los foráneos estaban preparados. La masa de nieve que se acumuló produjo que una parte de ellos cayeran o se doblaran de manera irreversible, en otros casos que se resquebrajasen y en la mayoría que fracturasen parte o la totalidad de las ramas. Esas inusuales cargas mecánicas afectaron indiscriminadamente

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al conjunto del arbolado urbano, pero el daño generado fue desigual. Aunque se produjeron casi tantas situaciones diferentes como ejemplares existían, en general han obedecido a unos patrones comunes: Ejemplares con troncos inclinados. El desplazamiento del centro de gravedad, el peso acumulado sobre la copa y el tronco en forma de nieve y, en muchos casos, la humedad del terreno, provocó el abatimiento de muchos pies, especialmente perennifolios. Ejemplares con patologías previas. Buena parte del arbolado urbano está dañado en su estructura, bien por enfermedades o plagas, bien por podas abusivas, bien por crecimientos anómalos y descompensados, lo que provocó que la acumulación de nieve fracturase toda o parte de la copa. En este ámbito sucedió que los árboles drásticamente podados en las temporadas inmediatamente anteriores (podas recientes) sufrieron poco los efectos del peso sobre sus ramas, pues ese exceso en la eliminación de gran parte de la estructura aérea produjo una minimización de la copa, lo que impidió un gran acúmulo de nieve sobre ella. A superficie exigua acumulación exigua. Sin embargo, buena parte de los ejemplares drásticamente

podados años atrás (podas pasadas), incluso decenios atrás, sufrieron importantes daños, pues su inserción y estabilidad estructural estaba dañada desde el momento en que se llevó a cabo una mala gestión. Todo esto no quiere decir que haya que podar bruscamente los árboles cada pocos años, todo lo contrario. Plantamos árboles para que estén sanos y se desarrollen con la mayor plenitud que puedan, de manera que nos ofrezcan los mayores servicios estéticos y ecosistémicos posibles. No se puede actuar impunemente, como ya se están planteando en algunas poblaciones, ante un suceso extraordinario que puede suceder cada 50 o 100 años. Muchos de los árboles volcados han mostrado, tras su análisis posterior, defectos radiculares asociados a un mal manejo de la planta en el pasado (espiralizaciones, cepellones escayolados, sistema radicular sin extender debido a la compactación del terreno próximo…) Ejemplares de hoja perenne. Las copas totalmente vestidas presentan una capacidad de retención de nieve muy superior a las copas desnudas. Las cargas mecánicas sobre las ramas excedieron sobremanera a las habituales, por lo que gran parte del arbolado siempreverde colapsó, perdiendo todo o parte de su estructura, o sufrió malformaciones 2021. N.o 79


Olivo ornamental destrozado por la nieve.

irreversibles. Pinos piñoneros, pinos carrascos, cipreses o eucaliptos son algunas de las especies que más sufrieron. Ejemplares de copa globosa. Las especies o variedades globosas en general no pudieron soportar la acumulación de una gran capa de nieve durante días. La gran superficie proporcional en la que la nieve se acumuló supuso la rotura de ramas o el desgarro total de la copa. Sucedió de forma especial con los pinos piñoneros, aunque también se cebó con aligustres de bola y olivos, todos ellos de hoja perenne. Sin embargo, también afectó en gran medida a variedades globosas o esféricas de hoja caduca, tales como olmos de bola, acacias de bola, catalpas de bola, entre otros. En estos últimos casos la densidad del ramaje es tan elevada que actuó como como un paraguas retenedor de nieve, acusado por un punto crítico de inserción, pues prácticamente todo el ramaje parte del punto de injerto situado en la parte superior del tronco.

acumulación de nieve, lo que se traduce en un gran peso que, en muchos casos, ha sido suficiente para partir las ramas más largas, dejándolos muy maltrechos. Además, en muchas especies o individuos concretos se sumaron varias de las características anteriores, como por ejemplo en muchos pinos piñoneros: hojas perennes, forma globosa, ejemplares antiguos… La unión de varios de los factores citados fue el acúmulo perfecto para la catástrofe arbórea. Es verdad que, aunque los factores descritos han sido los más determinantes, las dimensiones de la nevada

Alineación de olmos de bola el día después de dejar de nevar.

fueron tan extraordinarias, con capas de 40-60 centímetros en buena parte de los lugares afectados, que ni siquiera se libraron ejemplares jóvenes, de hoja caduca, sanos, vigorosos y sin podas ni alteraciones previas, como sucedió, por ejemplo, en numerosos ejemplares de almeces, sóforas, robinias o melias. Tampoco las encinas se libraron de la debacle, pues numerosos pies de esta especie considerada la más representativa de la flora arbórea española –tanto adultos como jóvenes–, sucumbieron ante el peso de la nieve, desgarrando ramas, desgajando troncos o descopando ejemplares.

Almez sano, joven y bien formado, desgajado por la mitad.

Ejemplares de gran porte. Se ha comprobado que los ejemplares de mayor tamaño se han visto más afectados en términos relativos. Ello se explica porque dichos ejemplares poseen ramas de mayor longitud, y que por tanto poseen más puntos de Asociación y Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural

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Joven sófora curvada por la nieve.

Aspecto de un pino piñonero extraordinario tras la eliminación de las ramas dañadas.

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Además, hubo especies en conjunto más afectadas que otras. De entre ellas –con lo difícil que es extraer generalidades de esta hecatombe arbórea– se pueden destacar algunas. Los pinos piñoneros quizás han sido los más afectados, posiblemente amplificados por su abundancia generalizada en parques periurbanos, urbanos, jardines, alineaciones, amén de los ejemplares aislados y de los pinares naturales o repoblados distribuidos por todo el centro peninsular. En buena parte de los piñoneros adultos el mayor daño aconteció en las ramas centrales, las más largas; de hecho, en numerosos pies permanecieron las ramas superiores y las inferiores, desgarrándose las intermedias, de manera que tras las cortas de seguridad y saneamiento las copas de los pinos han adoptado una forma anómala, tendiendo más a un cilindro que a una esfera. Los olmos pumilas, muy comunes en todas las localidades, aun siendo caducifolios, se han mostrado especialmente sensibles, pues casi todos ellos han sufrido daños en mayor o menor medida. Hay una especie que ha pasado prácticamente desapercibida, pero que ha sufrido lo indecible, aunque en apariencia no tiene las características morfológicas que se podrían considerar propicias para acusar nevadas extremas. Nos referimos al ciprés común, especialmente la variedad pyramidalis. En ciudades como Toledo, donde es uno de los árboles urbanos más común, tanto en el casco histórico como en el entorno de la ciudad antigua, especialmente en la zona de los famosos cigarrales, prácticamente no ha quedado uno sano: unos tronchados en su totalidad; otros con las ramas desgarradas a lo largo de todo el fuste; en muchos casos con un radical cambio de imagen, pues han pasado de ser estilizados, compactos y con ramas erguidas y paralelas al tronco, a tener todas las ramas “despeluchadas”, semejando a los ejemplares de la variedad horizontalis; y otros tantos que se doblaron por el peso de la nieve, de manera que han quedado con forma arqueada, especialmente en los más jóvenes, pues los más altos no aguantaron esa flexión y acabaron tronchándose. 2021. N.o 79


Diferentes aspectos de cipreses tras el paso de Filomena tras ellos. La imagen de los cipreses arqueados está tomada tres meses después del temporal.

Los aligustres de bola, tan comunes y extendidos como pequeños árboles de alineación en numerosas calles que no permiten la plantación de especies de gran tamaño y copa ancha, fueron masacrados sin piedad por Filomena. En un gran porcentaje de ellos o bien se tronchó el tronco, o bien se desgarró la copa en su totalidad, dejando el fuste limpio como un poste. Todo lo anterior sin olvidar que el peso de la nieve generó daños irreparables en setos históricos –centenarios– de boj, aligustre o mirto, aunque en el caso de este último el mayor daño, por encima de la nieve, se debió a las intensas heladas posteriores.

extremas y continuas de los días posteriores a la Gran Nevada. Sus efectos fueron, en un principio, mucho menos visibles y nada o poco espectaculares, ya que no estaban ni abatidos sobre infraestructuras, bienes o mobiliario

urbano, ni desgarrados, ni necesitaron de actuaciones de urgencia. Muchos ejemplares de especies clásicas y habituales del verde urbano, cuya presencia no causaba extrañeza a los entendidos, han caído

Setos maduros de boj formando una espiral (bajo la nieve).

NO TODO FUE NIEVE ay que destacar que una parte importante de la flora leñosa ornamental de nuestros pueblos y ciudades, en el área afectada por Filomena, ha sufrido graves e irreparables daños, no por la nieve sino las heladas

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Arriba, Laureles recortados, durante y tres meses después.

Palmeras canarias, durante y tres meses después.

fulminados. Laureles, olivos, mimosas o eucaliptos han desaparecido de un golpe de muchos núcleos de población. Y no solo estos, pues naranjos, limoneros, limpiatubos, árboles botella, algarrobos, entre otros muchos, han dejado hueco para las nuevas plantaciones que les han de sustituir. Otros grupos que han sufrido lo indecible han sido las cicadáceas y las palmeras. Entre estas últimas los días continuados de heladas han hecho una selección natural que han actualizado los rangos de temperaturas que se citaban en los libros y guías de plantas. En general la especie que mejor ha aguantado, aunque ha sufrido mucho y han muerto bastantes ejemplares, es la Trachycarpus fortunei. La palmera canaria, aparentemente adaptada y con ejemplares centenarios en muchas localidades, ha muerto en los sitios de heladas más extremas, si bien parte de ellos han mantenido viva la yema apical, lo que les dota de capacidad de brotar y de nueva esperanza de vida. Las wasingtonias, incluso la W. filifera, que es la más resistente, también se han helado por completo. Otras

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especies más sensibles han desaparecido en su totalidad. Un caso especial, y aparentemente curioso, ha sucedido con individuos de aligustre de bola. En general muy perjudicados por el peso de la nieve, pero aquellos que mantuvieron su estructura o parte de ella no han tenido problema alguno en vivir y en brotar vigorosamente con los inicios de la primavera. Sin embargo, en los mismos sitios y situaciones, los ejemplares variegados se helaron por completo, manteniendo su estructura intacta y cadavérica. CONCLUSIONES ras el paso de una borrasca extraordinariamente atípica y extrema se puede afirmar que los efectos sobre árboles y palmeras han sido graves y excepcionales para ejemplares de muy diferentes especies y condiciones. Su furia ha sido indiscriminada, perturbando a especies autóctonas y foráneas, en el medio natural y en el medio urbano, caducifolias y perennifolias, a ejemplares jóvenes y adultos, a los previamente podados y a los no

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tocados. No se puede demonizar a ninguna especie por lo sucedido con Filomena, pues casi todas se han visto afectadas en mayor o menor medida. A pesar de la pérdida y deterioro de patrimonio arbóreo hay que conservar lo máximo posible, siempre que evitemos riesgo para personas y bienes materiales. Hemos perdido parte del patrimonio natural urbano, pero no debemos perder la cabeza con actuaciones drásticas y poco pensadas, no hay que apresurarse en la toma de decisiones. Ante un hecho aislado y con un periodo de recurrencia de medio siglo, un siglo… no puede haber un cambio drástico en la gestión y composición del bosque urbano. No debemos dejar de usar determinadas especies de palmeras, por ejemplo, que aportan una estética imposible de conseguir sin su participación, ni dejar de apostar por especies que dotan de belleza a calles y zonas verdes, aun sabiendo que están en el límite. En la diversidad está la riqueza de las áreas urbanas. En muchos casos la diversidad botánica representa 2021. N.o 79


Es conveniente diversificar al máximo las especies y variedades plantadas en los espacios urbanos (parques, jardines, alineaciones)

Eucalyptus camaldulensis, previo y tres meses después de Filomena.

Algarrobo, durante y tres meses después.

Acopio de restos vegetales procedentes de la retirada de parques, jardines y alineaciones. Tras su triturado parte se han utilizado para biomasa y parte para compostaje. En parques periurbanos se astillaron una parte de ellos y se incorporaron directamente al suelo.

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la herencia histórica y cultural de las sociedades y la evolución de estas. En cualquier caso, sí se pueden sacar conclusiones y algunas pautas a seguir. Es conveniente diversificar al máximo las especies y variedades plantadas en los espacios urbanos (parques, jardines, alineaciones), pues de esta manera ante cualquier daño no previsto por diferentes futuros problemas (nieve, contaminación, enfermedades, plagas, alergias polínicas…) hay más seguridad de que la posible afectación repercutirá sobre un pequeño porcentaje de ejemplares, manteniéndose el dosel arbóreo urbano en buenas condiciones y con buena salud. Ahora más que nunca se demuestra que hay que podar lo mínimo necesario para preservar la salud de los árboles, la seguridad de las personas y conservar la estructura lo más inalterada posible. En relación a determinadas especies sí se puede aprovechar para reflexionar. Quizás es el momento de minimizar la importancia de los olmos pumilas en el dosel arbóreo urbano, una vez que sabemos que no han conseguido sustituir las propiedades del casi desaparecido olmo común y que es frágil ante pudriciones, plagas o roturas de ramas, sin olvidar que su sistema radicular tiene un comportamiento agresivo con las edificaciones y servicios aledaños y que seca buena parte del follaje cuando carece de humedad edáfica permanente. También se debería considerar la sustitución de alineaciones de aligustres de bola: durante muchos años se usaron y abusaron de ellos como si fuesen los únicos arbolillos capaces de vegetar en espacios reducidos, pero hoy día disponemos de un elenco suficiente de especies, que además suelen tener menos costes de mantenimiento y suelen generar menos suciedad en pavimentos y mobiliario urbano situado bajo su copa.

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COLABORACIÓN / TÉCNICA

Miguel Chamón Fernández 1 Rubén Martínez Rivera 2 Juan de Dios Cabezas Cerezo 3 Lourdes Vicente Valero 4 Ascensión Castro Batán 5 Tomás Sánchez Pellicer 6 José Luis Villanueva Hernández 7 Roque Pérez Palazón 8 Julia Cambronero Ballesta 9

1, 3, 8 Dirección General del Medio Natural. Comunidad

Autónoma de la Región de Murcia 5 Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático.

Xunta de Galicia 6 Agresta S. Coop 7 Fundación Cesefor 2, 4, 9 Área de Cambio Climático de Ingeniería del Entorno

Natural SL

Aspectos clave para la transferencia de la metodología Life Forest CO2 en la integración de la gestión forestal en los mercados voluntarios de carbono Masa de Pinus halepensis extremadamente vulnerable a los efectos del cambio climático por su carácter desestructurado, debido principalmente a la ausencia de selvicutura

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Entorno de la Sierra del Gigante, en Lorca (Región de Murcia), donde se ha desarrollado parte del trabajo de muestreo por la presencia de áreas gestionadas (izquierda) y no gestionadas (derecha)

GESTIÓN FORESTAL Y SUMIDEROS DE CARBONO n simple análisis sobre el estado de los sumideros de carbono en la Unión Europea (UE) nos permite comprobar que el sumidero por excelencia es el Sector del Uso de la Tierra, Cambios en el Uso de la Tierra y la Selvicultura (UTCUTS o más comúnmente conocido como LULUCF por sus siglas en inglés). En el marco de este sector, las tierras forestales son el principal almacén de carbono en el territorio europeo, lo que plantea la necesidad imperiosa de una estrategia que permita aprovechar, mediante un eficiente manejo, el potencial de sumidero al máximo, apostando simultáneamente por la optimización del sumidero, así como por su conservación y mantenimiento a largo plazo. Por ello, desde octubre de 2020, la UE cuenta con una serie de Niveles de Referencia Forestal (NRF), definidos para su aplicación en el periodo 2021–2025, que engloban tierras forestales gestionadas que abarcan los bosques existentes con sus ciclos de crecimiento, aprovechamiento y regeneración, y bosques bajo diversos esquemas de protección (EC, 2020). Estos NFR suponen un importante hito para calcular el efecto sumidero de los bosques existentes en cada

U

Estado Miembro (EM) de la UE, y se definen como una estimación de las emisiones o absorciones netas anuales que se producen como resultado de la gestión forestal dentro del territorio de un EM durante los años que forman parte del período contable, es decir, la base sobre la que se estima el cambio en las emisiones/ absorciones. La definición de estos NRF resulta imprescindible para actualizar la contabilidad en el sector LULUCF, pues la gestión forestal depende de una serie de circunstancias naturales, de la estructura de clases por edad y de prácticas de gestión pasadas y presentes, constituyendo así un conjunto de factores que complican el cálculo de una variación interanual. De este modo, las emisiones y absorciones contabilizables se calculan como diferencia entre los datos reales de cada período y el resultado de multiplicar el número de años de ese período por su correspondiente nivel de referencia. En España, los NRF para este periodo se cifran en un total de -32.833.000 toneladas de CO2 equivalente al año, y, por tanto, podrán considerarse absorciones derivadas de la gestión forestal cuando se supere esa cifra anual, hasta un máximo, establecido en el Reglamento 2018/841 (EC, 2018), de un 3,5 % de

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las emisiones registradas en el país en su año de referencia o período especificado (para el caso de España es 1990), excluyendo las emisiones y absorciones que proceden de las actividades incluidas en LULUCF, para así garantizar que en este sector se obtiene una “deuda cero” para el periodo 2021-2030. Desde el proyecto LIFE FOREST CO2, puesto en marcha en el año 2016 por la Dirección General de Medio Natural de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, en colaboración con Ingeniería del Entorno Natural (IDEN), la Universidad de Córdoba (UCO), Agresta S. Coop. CESEFOR, la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio de la Xunta de Galicia y el Centre National de la Propriété Forestière (CNPF), se busca aportar contribuciones que ayuden, en este marco normativo, a fomentar la inclusión de las absorciones generadas en sumideros de carbono del sector LULUCF mediante trabajos de gestión forestal, así como la toma de decisiones al respecto. Para ello, y como parte del carácter demostrativo del proyecto, se ha desarrollado una metodología para conocer de forma precisa la absorción neta de CO2 resultado de realizar

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trabajos de gestión forestal sostenible en masas de Pinus hapensis y Pinus pinaster en el ámbito geográfico del proyecto (España y Francia). Este conocimiento ha permitido generar unos modelos sintéticos y simplificados a partir de cálculos detallados obtenidos mediante procedimientos estandarizados por criterios internacionales. CARACTERÍSTICAS DEL CÁLCULO DE LA METODOLOGÍA LIFE FOREST CO2 ara que estos cálculos y modelos generados puedan ser considerados a la hora de contabilizar absorciones en el sector LULUCF, deben coincidir en las bases y elementos imprescindibles en los que se estructura la estimación de las emisiones/absorciones en la EU, para que de este modo exista así una coherencia y robustez metodológica en las estimaciones, integrando al mismo tiempo garantías en cuanto a la trazabilidad de la contabilidad de absorciones, que en España queda reflejada en el Registro Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero.

P

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Figura 1. Depósitos de carbono considerados por el protocolo de Kioto

Para ello, el cálculo de las absorciones de CO2 en sumideros a través de la metodología LIFE FOREST CO2 (2021) está vertebrado sobre las siguientes características:

Aplicación al uso de suelo forestal La metodología de cálculo se ha desarrollado considerando en todo momento que las superficies para las 2021. N.o 79


que es aplicable, son superficies de tierra forestal arbolada. Para ello se ha considerado el criterio para la definición de bosque que ofrece el protocolo de Kioto, es decir, que tenga una superficie superior a una hectárea, que tenga más del 20 % de fracción de cabida y los árboles maduros de más de tres metros de altura. Adicionalmente, para su encuadre en la contabilidad de absorciones, se ha considerado bosques con una edad superior a los 20 años, de modo que las absorciones pertenezcan a la categoría tierras forestales (forest lands) 4A, que permanecen como forestales, descartando así las tierras en transición en las que se encuentran las superficies de suelo que han cambiado de suelo, y en cuyo caso, se mantienen en transición durante 20 años. Basado en la premisa de adicionalidad Las tierras forestales ya suponen por sí mismas un sumidero de carbono, por lo que para que las intervenciones de gestión forestal puedan contribuir a generar absorciones, debe demostrarse que dicha actuación supone un incremento neto del sumidero de carbono con respecto a la situación de no intervención. Esto es lo que se conoce como adicionalidad, y se trata de un criterio que permite diferenciar aquellas absorciones que la masa forestal genera de forma natural de aquellas generadas como consecuencia de la intervención antrópica. Por este motivo, la base metodológica LIFE FOREST CO2 se ha fundamentado en la comparación del sumidero de carbono en masas no gestionadas y masas forestales gestionadas en un mismo entorno geográfico, de modo que la variable que pudiera explicar las diferencias entre ambos casos fuese la intervención selvícola. Consideración de todos los depósitos de carbono forestal La metodología de cálculo de absorciones de CO2 desarrollada a través del proyecto LIFE FOREST CO2 ha considerado la variación en la totalidad de depósitos de carbono

Figura 2. Variables para el cálculo simplificado de créditos de CO2 generados mediante intervención forestal

considerados como almacenes de gases de efecto invernadero que se consideran en el protocolo de Kioto, siendo estos: Robustez en la toma de datos y la generación de modelos La aproximación para el planteamiento de la metodología ha sido la del nivel o tier 3, incluyendo en los modelos datos obtenidos mediante métodos de cálculo más complejos y adaptados, junto a datos recogidos a menor escala. Para una idea aproximada, en masas forestales de pino carrasco (Pinus halepensis) y pino pinaster (Pinus pinaster), de la península ibérica se han tomado datos en: — 243 parcelas del IFN4 localizadas en masas pertenecientes a la Región de Murcia, recolocadas con precisión submétrica para P. halepensis y 149 parcelas de campo en masas pertenecientes a Castilla y León para P. pinaster para el cálculo de la biomasa aérea y radicular. — 34 parcelas (8 en Andalucía, 12 en Murcia, 10 en Soria), que incluyen más de 1.500 muestras analizadas de suelo, segregadas por profundidad de muestreo, para calcular la

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cantidad de carbono orgánico del suelo (COS). — 37 parcelas (8 en Andalucía, 19 en Murcia, 10 en Soria), con más de 500 muestras analizadas sobre el almacén de materia muerta y hojarasca del suelo, para analizar el contenido de carbono en la interfaz suelo-atmósfera. Todos estos datos se han modelizado mediante CO2-FIX, integrando en los itinerarios selvícolas más comunes en cada entorno todos los depósitos, así como el destino de productos, de modo que se han obtenido valores comparativos en entornos idénticos, en los que la única diferencia entre áreas era la ausencia/presencia de gestión forestal. Cumplimiento del criterio de evitar doble contabilidad Para garantizar que las absorciones generadas por las intervenciones de gestión forestal no se contabilizan doblemente, resulta imprescindible que aquellos entornos en los que se aplica la metodología LIFE FOREST CO2 sean territorios cuya superficie se considera como forestal arbolada desde hace más de 20 años, para garantizar que se trata de una superficie forestal y no como una tierra en transición, y

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por tanto las absorciones de CO2 se puedan considerar como generadas en esta categoría. Adicionalmente, dicha superficie no debe tener contemplada previamente actuaciones de gestión forestal, tanto por motivos económicos de aprovechamientos como por condicionantes económicas, políticas y/o regulatorias. Estos criterios, junto con el mantenimiento y gestión de un sistema de control que garantice la trazabilidad de esas absorciones será clave para garantizar que se cumple con este criterio. Cálculo a largo plazo La metodología de cálculo aplicada está basada en una estimación a futuro de las absorciones generadas desde el momento de la intervención selvícola, y abarca hasta 2 turnos completos de gestión, de los cuales, el periodo de permanencia mínimo será 1 turno completo. Por este motivo, en el cálculo se plantean dos tipologías de cálculo: — Cálculo ex ante: previsión inicial, previo al desarrollo del proyecto de gestión, y, por tanto, a que se produzcan las futuras absorciones de CO2 reales. — Cálculo ex post: cálculo en base a datos reales en un momento determinado del itinerario selvícola tras la ejecución del proyecto. Simplificación para su aplicación El cálculo ex ante de las absorciones de CO2 se ha desarrollado utilizando como base la hectárea de gestión forestal. Los balances de carbono se han evaluado en un periodo de 150 años, teniendo en cuenta al menos 2 turnos enteros de gestión, y es dependiente de una serie de variables forestales, ambientales y económicas que el propietario/gestor deberá conocer de forma previa. Dichas variables son: EL POTENCIAL DE SUMIDERO DE CARBONO, EN CIFRAS omo resultado de la síntesis de este procedimiento metodológico, se han obtenido tablas parametrizadas que reflejan tanto las absorciones generadas por hectárea de gestión forestal en aquellos casos en los que se conocen todas las variables,

C

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Tabla 1. Resumen de créditos generados a través de proyectos de gestión forestal en masas de Pinus halepensis en función de las variables Pinus halepensis Precipitación (mm)

Calidad estación 20

17 200 14

11

20

17 350 14

11

20

17 550 14

11

como los valores medios, aplicables a los casos en los que existan posibles incertidumbres en el destino final de los productos debida a la variabilidad del mercado. En estas tablas también se consideran aquellos supuestos en los que la gestión forestal supondría una pérdida parcial

Productos

Créditos CO2/ha

Bioenergía

227,77

Suelo

181,76

Tablero

62,19

Bioenergía

128,70

Suelo

88,73

Tablero

6,23

Bioenergía

91,23

Suelo

65,16

Tablero

12,14

Bioenergía

-29,66

Suelo

-43,38

Tablero

-75,90

Bioenergía

227,19

Suelo

146,73

Tablero

45,37

Bioenergía

131,76

Suelo

72,84

Tablero

2,15

Bioenergía

92,52

Suelo

54,68

Tablero

9,01

Bioenergía

-19,26

Suelo

-36,78

Tablero

-66,19

Bioenergía

226,42

Suelo

100,03

Tablero

22,95

Bioenergía

135,85

Suelo

51,66

Tablero

-3,30

Bioenergía

94,23

Suelo

40,70

Tablero

4,84

Bioenergía

-5,39

Suelo

-27,98

Tablero

-53,24

Media

157,24

74,56

56,17

-49,65

139,76

68,91

52,06

-40,74

116,47

61,40

46,59

-28,87

del sumidero de carbono, las cuales quedan remarcadas APLICABILIDAD METODOLÓGICA as metodologías y prácticas descritas en las presentes guías técnicas son de aplicación a aquellas masas

L

2021. N.o 79


Tabla 2. Resumen de créditos generados a través de proyectos de gestión forestal en masas de Pinus pinaster en función de las variables Pinus pinaster Calidad estación

Contabiliza bioenergía

No 12 50 % de tronco y 50 % ramas

No 15 50 % de tronco y 50 % ramas

No 18 50 % de tronco y 50 % ramas

No 21 50 % de tronco y 50 % ramas

No

24 50 % de tronco y 50 % ramas

Productos

Créditos CO2/ha

100 % tablero 25 años

164,93

50 % tablero 50 % sierra

173,43

100 % sierra

181,94

100 % tablero 25 años

223,30

50 % tablero 50 % sierra

227,55

100 % sierra

231,81

100 % tablero 25 años

93,39

50 % tablero 50 % sierra

104,87

100 % sierra

116,31

100 % tablero 25 años

87,96

50 % tablero 50 % sierra

93,68

100 % sierra

99,44

100 % tablero 25 años

58,59

50 % tablero 50 % sierra

74,47

100 % sierra

90,35

100 % tablero 25 años

46,13

50 % tablero 50 % sierra

54,08

100 % sierra

62,00

100 % tablero 25 años

-6,07

50 % tablero 50 % sierra

29,41

100 % sierra

50,34

100 % tablero 25 años

-10,92

50 % tablero 50 % sierra

6,83

100 % sierra

17,27

100 % tablero 25 años

-44,04

50 % tablero 50 % sierra

-17,82

100 % sierra

8,36

100 % tablero 25 años

60,24

50 % tablero 50 % sierra

73,33

100 % sierra

86,46

Medias

Medias

173,43 200,49 227,55

104,85 99,28 93,70

64,27 54,07

24,56 14,48 4,39

-17,83

27,76

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GARANTÍAS METODOLÓGICAS ara aportar garantías en el cálculo de créditos de CO2 resultantes de actuaciones de gestión forestal, dado el escenario temporal al que las absorciones están proyectadas, se hace imprescindible contar con elementos que doten de contingencia ante posibles desviaciones en los escenarios de absorción previstos. Los elementos que aporta en este sentido la metodología LIFE FOREST CO2 son; — Inclusión de un plan de carbono en los planes técnicos de gestión, que deberá incluir tanto las actuaciones a acometer en la masa forestal que permitirán absorber CO2 atmosférico, como un claro cronograma de puesta en marcha adjunto, que incluya también las fechas clave para ejecutar los trabajos de monitorización, y medidas correctoras en caso de desviación. — Integración de un sistema de monitorización y certificación a largo plazo; será necesario el desarrollo de un programa de monitorización tras la ejecución del proyecto, que abarque una totalidad de 30 años, con un

P

74,47

73,35

forestales que cumplan los siguientes criterios. — Masas de Pinus halepensis y/o P. pinaster, en toda su área de distribución geográfica — Tierras forestales que cumplan con: • Fracción de cabida cubierta arbórea (FCC) ≥ 20 % • Superficie mínima de una hectárea • Altura mínima de los árboles maduros de tres metros • Uso forestal desde hace más de 20 años con ausencia de gestión, en las que los créditos se calculen para las primeras cortas de mejora • En caso de considerarse como tierras forestadas o reforestadas con cambio en el uso del suelo, que la nueva ocupación forestal esté asentada desde hace 20 años — Masas de titularidad pública y/o privada — Masas productivas y/o masas protectoras

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"Demostradas las bondades de la gestión forestal en cuanto a su contribución para aumentar el potencial de sumidero en el sector LULUCF, se hace imprescindible desde el sector forestal contribuir a este desarrollo metodológico mediante la ampliación de conocimiento en masas forestales de un mayor número de especies, que permitan ampliar el impacto de las lecciones aprendidas a un mayor contexto geográfico”

intervalo de monitorización de 10 años. Se lograrán en total cuatro datos que permitirán revisar los cálculos iniciales, y corregir posibles desviaciones, así como certificar nuevas absorciones generadas con la segunda intervención selvícola. — Inclusión de una bolsa de garantía: se propone una bolsa de garantía de absorciones, con la intención de poner en marcha un sistema que permita “reponer” las absorciones ante posibles desviaciones sobre las estimaciones previstas. La bolsa de garantía estará conformada por el 25% de las absorciones ex ante calculadas, un 10% por la probabilidad de eventos externos como plagas o sequías, y un 15 % correspondiente a posibles desviaciones del cálculo inicial. El propietario quedará con el 75 % de los créditos generados a lo largo de los dos turnos. — Liberación gradual de créditos: del total de créditos estimados a generarse en el primer cálculo a largo plazo, que engloba los dos turnos completos, se podrán ceder hasta un máximo del 75 %, de los cuales, el 50% se podrán certificar en las primeras actuaciones, y el 25 % restante, a los 30 años, con una segunda intervención, una vez se ha completado el programa de monitorización y se han revisado los cálculos.

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Figura 3. Requisitos para la aplicabilidad de la metodología LIFE FOREST CO2

Figura 4. Procedimiento para la liberación de créditos al Mercado Voluntario de Carbono en la Metodología LIFE FOREST CO2

INTEGRACIÓN EN LOS MERCADOS VOLUNTARIOS DE CARBONO ada la imperiosa necesidad de contemplar todas las herramientas disponibles para cumplir con los

D

objetivos con el clima, se hace imprescindible reconocer aquellas metodologías que cumplan con los estándares internacionales, de modo que todos los esfuerzos, tanto del sector forestal como del sector empresarial 2021. N.o 79


de conocimiento en masas forestales de un mayor número de especies, que permitan ampliar el impacto de las lecciones aprendidas a un mayor contexto geográfico. La selección de las especies escogidas para la metodología LIFE FOREST CO2 se justifica por estar ampliamente distribuidas por la península ibérica, lo que permitirá abarcar una gran superficie en la que poder aplicar las metodologías propuestas, así como por su ubicación en entornos en los que los escenarios de cambio climático proyectan las peores consecuencias. No obstante, existen numerosas formaciones, con gran superficie a nivel nacional, sobre las que es necesario ampliar y reforzar conocimientos, que serán un gran apoyo en la lucha frente al cambio climático. AGRADECIMIENTOS El proyecto Assessment of forest-carbon sinks and promotion of compensation systems as tolos for climate change mitigation (LIFE14 CCM/ES/001271 – FORESTCO2), dispone del apoyo del instrumento financiero LIFE de la UE.

Figura 5. Protocolo para la certificación de créditos procedentes de actuaciones de gestión forestal y su posterior monitorización para garantizar la trazabilidad de las absorciones

no sometido al Comercio de Derechos de Emisión, sumen para lograr alcanzar los compromisos de los estados a nivel internacional. A falta de un reconocimiento por las administraciones de carácter nacional, se ha puesto en marcha una plataforma para la administración y el control de los créditos y absorciones generadas, conformada por miembros de los beneficiarios del proyecto LIFE FOREST CO2, de modo que se garantice, una vez finalizado el proyecto, que se mantienen los resultados obtenidos a largo plazo. El funcionamiento de esta plataforma consistirá en el siguiente protocolo, que, de momento, ha logrado

que los créditos generados en proyectos de gestión forestal que se han desarrollado bajo la metodología LIFE FOREST CO2 en la Región de Murcia, hayan sido certificados por los responsables de política forestal a nivel autonómico. NECESIDAD DE REPLICAR METODOLOGÍAS EN OTROS CONTEXTOS emostradas las bondades de la gestión forestal en cuanto a su contribución para aumentar el potencial de sumidero en el sector LULUCF, se hace imprescindible desde el sector forestal contribuir a este desarrollo metodológico mediante la ampliación

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REFERENCIAS EC. 2018. Reglamento (UE) 2018/841 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 30 de mayo de 2018, sobre la inclusión de las emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero resultantes del uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura en el marco de actuación en materia de clima y energía hasta 2030, y por el que se modifican el Reglamento (UE) n.o 525/2013 y la Decisión n.o 529/2013/ UE. Diario Oficial de la Unión Europea, 19 de junio de 2018., L 156/1–25. EC. 2020. Forest Reference Levels proposed by EU Member States. https://ec.europa.eu/clima/ sites/clima/files/forests/lulucf/docs/frl_proposed_by_ms_en.pdf LIFE FOREST CO2. 2021. Guías técnicas para la cuantificación y la contabilidad de la absorción de carbono de las técnicas de gestión forestal sobre Pinus halepensis y Pinus pinaster. http://lifeforestco2.eu/wp-content/ uploads/2021/01/LIFE_FOREST_CO2_ GUIAS_TECNICAS_web.pdf

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COLABORACIÓN / TÉCNICA

La teledetección, herramienta imprescindible para la localización de áreas forestales debilitadas María José Manzano Serrano Ramón Folgueiras González Estudios Medioambientales S.L. (ESMA)

Figura 1. Daños en encina por estrés hídrico.

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El episodio de extrema sequía sufrido en el sur y suroeste de la península ibérica en el verano de 2019 quedó reflejado en los montes por el deterioro del estado de vitalidad de la vegetación allí asentada que, en algunos casos, incluso llegó a provocar la muerte (Figura 1) de especies arbóreas típicas del monte mediterráneo (AIEF, 2019). Este debilitamiento de las masas forestales fue muy patente en el extremo suroeste de la Comunidad de Madrid, lugar elegido para realizar un análisis de las imágenes multiespectrales obtenidas por satélite con el objetivo de identificar las áreas forestales afectadas e investigar su evolución desde 2018 hasta 2020.La teledetección es la técnica de adquisición de datos de la superficie terrestre desde sensores instalados en plataformas espaciales. La interacción electromagnética entre el terreno y el sensor genera una serie de datos que son procesados posteriormente para obtener información interpretable de la Tierra (IGN, 2018).

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ANTECEDENTES n general, el año hidrológico 2018-2019 se caracterizó por resultar muy cálido y muy seco en gran parte del país. Las temperaturas máximas diarias se situaron en promedio 1,2 ºC por encima del valor normal, resultando 2019 el tercer año con la temperatura media de las máximas más alta desde el comienzo de la serie (1965). Con respecto a las precipitaciones, el invierno de 2018-2019 fue muy seco en la mayor parte de la Comunidad de Madrid, con registros que apenas alcanzaron el 25 % de los valores normales para la estación. La primavera de 2019, por su parte, resultó muy seca en el tercio oeste de la Comunidad y seca en el resto, y durante el verano apenas se registraron un 50% de las precipitaciones normales para la estación en la Comunidad (AEMET, 2020). Esta situación provocó un estrés fisiológico en la vegetación que se manifestó en forma de pérdida de biomasa foliar, llegando incluso a ocasionar la muerte del estrato arbóreo y de matorral en aquellos suelos con peores condiciones para la retención de agua. El año hidrológico 2019-2020, por el contrario, tuvo un carácter húmedo en gran parte del país. En la Comunidad de Madrid, el otoño de 2019 y el invierno 2019-2020 presentaron valores normales de precipitación. La primavera tuvo un carácter entre húmedo y muy húmedo según zonas, llegándose a registrar valores superiores al 50 % respecto a los normales. El verano resultó algo seco en el oeste de la Comunidad, recogiéndose un 25 % menos de precipitación que la normal para esta estación.

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METODOLOGÍA l estrés fisiológico detectado en las masas forestales del oeste de la comunidad, como consecuencia de las condiciones climatológicas que caracterizaron al año hidrológico 20182019, fue motivo de preocupación por la pérdida de vitalidad que supuso en el arbolado. Zonificar las masas afectadas en función del grado de daño es una labor previa indispensable para priorizar las áreas en las que actuar o estudiar su evolución frente

E

Figura 2. Localización de la zona de estudio.

a organismos oportunistas que deterioren aún más su estado fitosanitario. Sin embargo, la gran extensión afectada y el difícil acceso a muchas masas para evaluar su estado complican sobremanera la opción de llevar a cabo este estudio sobre el terreno. Afortunadamente, mediante el oportuno procesamiento y análisis de imágenes multiespectrales proporcionadas por satélites, es posible obtener índices de vegetación, los cuales, a partir del comportamiento espectral de la vegetación, aportan información sobre su actividad fotosintética. Trabajando con imágenes tomadas en diferentes momentos se logra determinar la evolución que presenta un índice de vegetación concreto en una zona determinada. Esto permite establecer qué masas forestales han experimentado un decaimiento con respecto al momento en el que se tomó la imagen más antigua y el grado de decaimiento padecido. De tal manera, sin necesidad de realizar un inventario de daños sobre el terreno, se puede priorizar las masas sobre las que interesa centrar la atención, por ser en las que en mayor medida ha disminuido la actividad fotosintética.

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La zona de estudio (Figura 2) se circunscribe al tercio oeste de la Comunidad de Madrid, quedando limitada por el norte por la cota de 1500 m, ya que los principales daños se han localizado por debajo de dicha altitud. Por el oeste y por el sur el contorno lo marca el propio límite de la Comunidad de Madrid y por el este el río Guadarrama. La superficie total de la zona contemplada en este estudio es de 164.523 ha. Se trata de una extensión elevada para prospectar exclusivamente mediante trabajos de campo la totalidad de las masas que muestran un acusado estrés fisiológico. La teledetección se convierte, por lo tanto, en la mejor herramienta a utilizar para los objetivos de este trabajo. El estudio de la variación interanual que el estrés hídrico produce en un índice de vegetación se debe realizar para el mismo momento del año, que se corresponde con aquel en el que la sequía fisiológica adquiere mayor entidad. Se hace necesario, por tanto, determinar cuál es ese momento dentro del año, lo que obliga a llevar a cabo un estudio previo del clima. La zona de análisis se encuadra dentro de los subtipos fitoclimáticos

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% Reflectamce

nemoromediterráneos genuinos VI(IV)1, VI(IV)2 y mediterráneos genuinos IV3 y IV4 según la clasificación desarrollada por Allué-Andrade (1990). Estas regiones se caracterizan por presentar un clima mediterráneo continentalizado, de veranos bastante cálidos, acusada sequía estival e inviernos fríos. En estos subtipos fitoclimáticos la vegetación tiende a padecer el momento de mayor de estrés hídrico al final del verano, antes de que bajen lo suficiente las temperaturas, comiencen las lluvias otoñales y las especies caducifolias empiecen a perder superficie foliar por la proximidad del periodo frío. Es este momento en el que se alcanza el mínimo de actividad fotosintética por parte de la vegetación dentro del periodo vegetativo, que será tanto menor cuanto mayor sea el estrés que sufra la planta. Se trata, por lo tanto, del mejor momento para evaluar la variación de la actividad fotosintética entre dos años distintos. Para este estudio se ha trabajado con imágenes Landsat 8 OLI/TIRS. El programa Landsat, gestionado de forma conjunta por la NASA y el Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), se encuentra actualmente en su octava fase, llamada Landsat Data Continuity Mission (LDCM), conociéndose el equipo compuesto por satélite y sensores como Landsat 8 OLI/ TIRS (USGS, 2019). El equipo de detección remota instalado en la LDCM incluye un radiómetro de barrido multicanal OLI (Operational Land Imager) y un radiómetro infrarrojo de dos canales TIRS (Thermal Infrared Sensor). El instrumento OLI opera en nueve longitudes de onda en el rango de 0.433-2.300 μm y proporciona imágenes con una resolución máxima de 30 m para las bandas multiespectrales utilizando avanzadas tecnologías de imágenes espaciales (EOS, 2013). Las imágenes utilizadas fueron tomadas en el mes de septiembre de los años 2018, 2019 y 2020, eligiéndose aquellas que eran lo más próximas entre sí dentro del mes y que menor porcentaje de suelo y escena presentaban cubierto por nubes. Las imágenes se han sometido a una fase de pre-procesamiento para obtener la reflectividad en superficie,

Figura 3. Firma espectral de hojas de encina con buen estado sanitario (Fuente: Ecostress Spectral Library, NASA)

corrigiendo así los efectos de la dispersión atmosférica (WULDER, 2009). Para ello se utiliza el método DOS1 (Dark Object Subtraction), el cual asume que el pixel más oscuro de cada banda no debe reflejar luz, por lo que cualquier valor mayor que cero de ese pixel es consecuencia de la dispersión atmosférica. Dicha dispersión se elimina restando este valor a cada pixel de la banda (Chavez, 1988). La imagen obtenida tras llevar a cabo la corrección atmosférica puede ser mejorada realizando a su vez una corrección topográfica. Para ello se utiliza un modelo digital de elevaciones con una malla de 5 m y los datos de la elevación del sol y su azimut en el momento en el que el satélite capturó la imagen. Esta corrección topográfica permite compensar las diferencias de iluminación solar debidas a la variación altitudinal del terreno, de forma que homogeniza la variabilidad espectral, reduciendo el porcentaje de sombras. Tras la corrección atmosférica y topográfica se obtiene el índice de vegetación. Un Índice de Vegetación puede ser definido como un parámetro calculado a partir de los valores de la reflectividad a distintas longitudes de onda, y que es particularmente sensible a la cubierta vegetal. En efecto, la vegetación sana tiende a presentar una elevada reflectancia

a partir de una longitud de onda próxima a los 0,7 µm y hasta 1,3 µm (Sacha, 2010). Esto se puede observar en la llamada firma espectral de Quercus ilex (Figura 3). Este rango de longitud de onda coincide con el del infrarrojo cercano (NIR), mostrado por la banda 5 de las imágenes Landsat 8 OLI/TIRS. En el resultado de estos índices se encuentra perfeccionada la discriminación entre el suelo y la vegetación reduciendo el efecto del relieve en la caracterización espectral de las diferentes cubiertas. Los valores bajos de los índices de vegetación se refieren a vegetación poco vigorosa, mientras que los valores altos indican vegetación muy vigorosa. Al hablar de índices nos estamos refiriendo a un conjunto de operaciones algebraicas efectuadas sobre los valores numéricos de los píxeles, usando dos o más bandas pertenecientes a la misma escena. En la actualidad, existen múltiples índices de vegetación para determinar la cantidad, calidad y desarrollo de la vegetación. La elección del más adecuado para un estudio concreto es una cuestión sensible en la que influyen varios de factores. En nuestro caso, el estudio se centra en masas forestales arboladas, las cuales tienen como característica común presentar un alto contenido en 2021. N.o 79


biomasa. Un índice que responde muy bien en estas condiciones es el conocido como EVI (Enhanced Vegetation Index). Este índice es similar al NDVI (Normalized Difference Vegetation Index) pero con ciertas mejoras: reducción de los efectos adversos por factores ambientales como son las condiciones atmosféricas y el suelo, sin tener en cuenta el efecto topográfico y optimizando la señal de la vegetación con sensibilidad para altas densidades de biomasa, lográndose con esto separar la señal proveniente de la vegetación y de la influencia atmosférica (USGS, 2020). El índice EVI viene definido por la siguiente expresión algebraica:

Gi

Figura 4. Variación del índice EVI entre 2018-2019, 2019-2020 y 2018-2020

NIR – RED NIR + C1 i RED – C2 i BLUE + L

Donde: • G: Factor de ganancia, que toma como valor 2,5 (EOS, 2020). • NIR: Banda 5. • RED: Banda 4. • C1 y C2: Coeficientes dependientes de condiciones atmosféricas que toma como valor 6 y 7,5 respectivamente (EOS, 2020). • BLUE: Banda 2. • L: Corrector del efecto suelo que toma como valor 1 (EOS, 2020). La expresión final queda por tanto así: 2 ,5 i

NIR – RED NIR + 6 i RED – 7 ,5 i BLUE +1

Obtenidos los índices EVI de cada uno de los tres años de estudio, para cuantificar la variación experimentada por este índice, se procede a realizar la diferencia entre el índice EVI más actual y el más antiguo. Se generan así, como resultado (Figura 4), tres nuevos rásteres (evolución EVI 2018-2019, evolución EVI 2019-2020 y evolución EVI 2018-2020) que se reclasifica para valores negativos y positivos, correspondiendo los valores negativos a zonas donde el índice EVI ha disminuido y los positivos donde ha aumentado. Se realiza entonces una zonificación de los montes que en su mayor superficie presentan una reducción

Figura 5. Zonificación según variación EVI 2018-2019

del índice EVI superior o igual al 25% entre los años 2018 y 2019. De cada zona, se obtiene su superficie, la reducción media del índice EVI y las masas forestales que lo componen cruzándolo con el Mapa Vegetal Continuo de la Comunidad de Madrid. Un ejemplo de esa zonificación se presenta en la figura 5. Posteriormente se estudia su evolución entre 2019 y 2020 para comprobar si existe recuperación. Además, se comparan los valores del índice EVI entre 2018 y 2020 con el fin de determinar si la recuperación del último año llega a compensar la pérdida de vitalidad sufrida en 2019. RESULTADOS l índice de vegetación EVI para la zona de estudio revela una pérdida del vigor de la vegetación en 2019 con respecto a 2018. Así pues, el valor medio obtenido para este valor en 2018 es de 0,2868, mientras que para 2019 es de 0,2313. Si reducimos el ámbito

E

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de estudio a las masas forestales arboladas de la zona, gracias a aplicar la máscara del Mapa vegetal Continuo de la comunidad, la diferencia se incrementa, obteniéndose un valor medio del índice EVI para 2018 de 0,3079 y para 2019 de 0,2482. En 2020, tanto para la zona de estudio como reduciéndolo a las zonas arboladas, se observa un mayor valor de este índice con respecto a 2019, pero sin llegar a las cifras alcanzadas en 2018. Los polígonos obtenidos de la vectorización de zonas correspondientes a masas forestales que tuvieron una reducción del índice EVI igual o superior al 25% entre 2018 y 2019 muestran de forma general una mejoría de este índice en 2020. No obstante, los valores alcanzados en el último año son inferiores a los de 2018, lo que se interpreta como un empeoramiento del estado de vitalidad de estas masas con respecto al primer año de referencia.

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EVI 2018

EVI 2019

EVI 2020

DIFERENCIA (2019-2018)

DIFERENCIA (2020-2019)

DIFERENCIA (2020-2018)

Zona de estudio

0,2868

0.2313

0.2527

-0,0555

0.0214

-0.0341

Masas forestales arboladas de la zona de estudio

0,3079

0,2482

0,2716

-0,0597

0.0234

-0.0363

Figura 7. Variación del EVI 2019-2020 en Zona 1

Figura 6. Variación del EVI 2018-2019 en Zona 1

Un ejemplo de ello es el área observada en el polígono digitalizado (zona 1) entre los términos municipales de San Martín de Valdeiglesias, Pelayos de la Presa y Villa del Prado. Incluye gran parte del monte conocido como “Navapozas, Fuenfría, Valdeyerno y Valcaliente”, así como la totalidad del conocido como “Cuartel del Norte” (Figuras 6, 7 y 8). La zona afectada cuenta con 3.664,85 ha de superficie, pobladas en su mayoría con encinares y pinares de pino piñonero, en algunas zonas formando masas mixtas de ambas especies junto con pino resinero.

CONCLUSIONES racias a la teledetección, se demuestra que la zona de estudio ha experimentado una significativa reducción de la actividad fotosintética entre los años 2018 y 2019 para recuperarse parcialmente en 2020, aunque sin llegar a alcanzar los niveles de actividad iniciales. Por lo tanto, la masa forestal allí instalada ha perdido vitalidad en ese periodo de tiempo y hasta la fecha de estudio. El tratamiento y posterior análisis de imágenes de satélite multiespectrales se revela como una herramienta

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El índice de vegetación EVI para la zona de estudio revela una pérdida del vigor de la vegetación en 2019 con respecto a 2018 Figura 8. Variación del EVI 2018-2020 en Zona 1 ZONA 1: Navapozas, Fuenfría, Valdeyerno y Valcaliente, Cuartel del Norte Superficie (ha)

EVI medio 2018

EVI medio 2019

EVI medio 2020

3.664,85

0,3412

0,2432

0,2811

muy eficaz para identificar procesos de estrés o de disminución de la actividad fotosintética en las masas forestales. Esta tecnología permite llevar a cabo estudios de pérdida de vigor de la vegetación a gran escala (Cheng, 2016), con un evidente ahorro de recursos, pues no requiere el desplazamiento de técnicos expertos por toda la zona afectada para describir de visu el estado de salud de dichas áreas. De igual manera, permite identificar el debilitamiento de aquellas masas que se encuentran en zonas de difícil

acceso que, de otro modo, tendrían altas probabilidades de ser excluidas del estudio. Gracias a la visión y posterior tratamiento que ofrecen las imágenes multiespectrales se puede priorizar sobre aquellas áreas que requieren una mayor atención y seguimiento por presentar una pérdida de actividad fotosintética más acusada; es decir: centrar los esfuerzos en las áreas más afectadas o establecer prioridades de actuación según los grados identificados. Además, la respuesta de la vegetación 2021. N.o 79


a una perturbación también puede ser captada por las imágenes multiespectrales antes incluso de que la vegetación empiecen a mostrar síntomas visibles (Stone, 2017), lo que permite datar en el tiempo el comienzo del decaimiento con mayor precisión. La frecuencia de pasada (con captura de información) de una misma

zona por parte de los satélites facilita la descarga de imágenes del área de estudio con una regularidad tal que se pueden llevar a cabo análisis multitemporales con 16 días de diferencia (Landsat 8), y de hasta 5 días con los datos proporcionados por Sentinel 2. Esto es de gran utilidad para estudiar la evolución de masas con distinto

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intervalo temporal, siendo de especial interés para estudios fenológicos o para analizar cómo evolucionan dichas superficies arboladas tras perturbaciones producidas por eventos tales como incendios, inundaciones, vendavales, nieve o explosiones poblacionales de insectos defoliadores y otras plagas o enfermedades. Por otro lado, mediante el empleo conjunto de software de sistemas de información geográfica con imágenes multiespectrales, es posible llevar a cabo la digitalización y planimetría de las áreas con menor actividad fotosintética. El cruce de este resultado con otras capas geográficas, como pueden ser las de orientación, pendiente, suelos o de temperatura en superficie, usando en este caso la banda 10 térmica de Landsat 8 (USGS, 2019), permite la realización de análisis multivariantes de gran interés, que aportan mucha más información acerca de la caracterización de las superficies afectadas, ayudando al conocimiento de patrones de comportamiento en el caso, por ejemplo, de afecciones por enfermedades y plagas forestales. No obstante, el empleo de imágenes multiespectrales para estudios avanzados de debilitamiento causado por la acción de agentes

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patógenos presenta ciertas limitaciones. Los índices de vegetación obtenidos a partir de imágenes multiespectrales no aportan información sobre el agente nocivo causante del decaimiento, por lo que, si bien reduce sensiblemente el trabajo de campo, no exime de visitas al monte para determinar la causa del deterioro observado, en caso de no tener la certeza del origen. A pesar de ello, el uso de la teledetección para analizar el estado de vitalidad de las masas forestales aporta evidentes ventajas, siendo una herramienta que cuenta cada vez con mayor implementación en estudios de sanidad vegetal, tanto en entornos agrícolas como forestales. AGRADECIMIENTOS Francisco Javier Blasco Fernández. Responsable de la Sección de Defensa Fitosanitaria de la Subdirección General de Recursos Naturales. Dirección General de Recursos Naturales y Sostenibilidad. Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad.

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BIBLIOGRAFÍA AEMET. 2020. Resúmenes estacionales climatológicos. Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. http://www.aemet. es/es/serviciosclimaticos/vigilancia_clima/ resumenes?w=0&datos=1 (1.). AIEF. 2019. Informe de resultados sobre la vitalidad del arbolado a nivel nacional. Tomo II. Red Integrada de Seguimiento del Estado de los Montes. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Allué JL. 1990. Atlas fitoclimático de España. INIAMAPA, Madrid. Chavez PS. 1988. An improved dark-object subtraction technique for atmospheric scattering correction for multispectral data. Remote Sens. Environ. 24: 459–479. Cheng G, Meentemeyer R. 2016. Remote sensing of forest damage by diseases and insects. En: Weng, Q. (Ed.) Remote sensing for sustainability. CRC Press. EOS. 2013. Land Viewer. Satellites. Landsat 8. En: Earth Observing Systems. https://eos.com/es/landsat-8/ (1.2021). EOS. 2020. 6 índices (no NDVI) para un mejor análisis del campo. Earth Observing Systems https://eos.com/es/blog/indices-de-vegetacion/ (1.2021).

IGN. 2018. Teledetección. Centro Nacional de Información Geográfica. https://www.ign.es/web/ resources/docs/IGNCnig/OBS-Teledeteccion.pdf (11.2020).Sancha EF. 2010. El estudio de los índices de vegetación como base para conocer las relaciones entre la vegetación y el clima. En: Ojeda J, Pita MF, Vallejo I. (Eds.) Tecnologías de la información geográfica: la información geográfica al servicio de los ciudadanos, pp. 1095-1108. Universidad de Sevilla. Stone C, Mohammed C. 2017. Application of remote sensing technologies for assessing planted forest damaged by insect pest and fungal pathogens: A review. Curr. For. Rep. 3(2): 75–92. USGS. 2019. Landsat 8 (L8). Data users handbook. Version 5.0. USGS. 2020. Landsat surface reflectance-derived spectral indices. Landsat enhanced vegetation index. https://www.usgs.gov/core-sciencesystems/nli/landsat/landsat-enhanced-vegetation-index?qt-science_support_page_related_ con=0#qt-science_support_page_related_con (1.2021). Wulder MA, White NC, Coops S et al. 2009. Remote sensing for studies of vegetation condition: theory and application. En: Warner TA, Nellis MD, Foody GM (Eds.) The SAGE handbook of remote sensing, pp. 357-367. SAGE Publications, London.

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REPORTAJE / FOTOGRÁFICO

4 pétalos. Cistus ladanifer maculatus. Monfragüe (Cáceres)

El autor observando grullas en el pantano de Navalcán (Toledo)

La jara pringosa

4 pétalos. Cistus ladanifer inmaculatus. Madridejos (Toledo).

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4 y 5 pétalos. Cistus ladanifer inmaculatus. Sierra de Valdehierro (Madridejos. Toledo)

5 pétalos. Cistus ladanifer maculatus. Menasalbas (Toledo)

y sus flores anómalas Enrique García Gómez

Ingeniero técnico Forestal. Doctor en Medio Ambiente

Uno de los espectáculos visuales más atractivos de la primavera ibérica son los jarales en floración. De la docena de especies que reconoce la obra Flora iberica (1) quizás la jara más conocida y destacada sea la jara pringosa (Cistus ladanifer), arbusto cuya talla habitual oscila entre uno y dos metros, si bien en zonas densas puede alcanzar los cuatro metros de altura. Por cierto, su nombre específico se debe al ládano, sustancia pringosa y aromática que hace inconfundible a esta especie. La subespecie ladanifer es típica de regiones de clima mediterráneo, veranos secos y calurosos, con suelos silíceos. Habitual en la mitad occidental de la península ibérica, escaseando en el Norte, en donde las precipitaciones suelen ser más abundantes. Estas jaras poseen flores vistosas y grandes, entre 5 y 9 cm de diámetro, solitarias y terminales, con

cinco pétalos. Son de las flores más grandes de la flora ibérica. Los pétalos pueden ser blancos completos o blancos con una mancha púrpura en el centro de la base. Este último detalle depende de las dos formas que existen: la inmaculatus (inmaculada), con su blanco impoluto, y la maculatus (maculada) con su mancha distintiva. Ambas formas conviven dentro de las mismas poblaciones. En cualquier caso, las flores dan lugar a un fruto en forma de cápsula globosa, de 1-1,5 cm, que se suelen abrir en diez valvas que contienen infinidad de semillas minúsculas de color negro. Tanto la distribución latitudinal como la altitudinal es muy amplia –llega a los 1.500 metros de altitud– por lo que su periodo de floración puede variar bastante de unas poblaciones a otras. Las flores pueden aparecer desde marzo hasta junio, aunque abril y mayo son los meses más floríferos.

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A MUERTE CON SUS COMPETIDORAS as plantas, aparentemente tan inofensivas –excepto plantas espinosas y pinchudas– en muchas ocasiones poseen métodos agresivos para luchar contra especies competidoras. Uno de estos métodos se basa en liberar al medio ambiente ciertos compuestos químicos, toxinas al fin y al cabo, intentando evitar el establecimiento de estas últimas en el entorno de las primeras, eliminándolas totalmente. Esto es a lo que lo que se denomina alelopatía. En la región mediterránea, dominada por zonas áridas o semiáridas, existe una gran proporción de plantas aromáticas, auténticas fábricas de terpenos. Y esto no es casualidad: los terpenos se volatilizan rápidamente en una atmósfera seca y caliente, por lo que se convierten en los compuestos orgánicos aromáticos y volátiles

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que utilizan muchas especies vegetales para su lucha química. Los compuestos alelopáticos – terpenos y fenoles– lo que producen son, en definitiva, la inhibición del crecimiento de otras especies distintas de las productoras de los mismos. Son estrategias de ciertas plantas para asegurarse su espacio, su nicho ecológico, para evitar ser desplazadas por otras que pueden competir por su territorio. Se da la circunstancia de que la aparición de un déficit nutricional o hídrico incrementa la producción de compuestos alelopáticos inhibidores del crecimiento o germinación de las especies competidoras, cosa que también sucede cuando las plantas tienen infecciones, parasitismo y predación (2). Quiere esto decir que las plantas, cuanto más débiles están por cualquier circunstancia más necesita desplegar sus armas químicas e incrementar su producción de toxinas para defenderse mejor contra agresiones y evitar que sus competidoras aprovechen su debilidad para desplazarlas. La liberación de las toxinas se produce por muy diferentes vías: exudación de compuestos por la raíz, lixiviación de partes aéreas, descomposición de restos vegetales,

liberación de sustancias a través de hojas, frutos y semillas… Todo ello, claro está, ligado a factores internos de las plantas, como la edad de los diferentes órganos, características de las hojas o estado nutricional; y a factores externos, tales como la temperatura, la humedad ambiental, la existencia de microorganismos, la radiación solar o la intensidad de las lluvias. Una de las especies peninsulares con actividad alelopática más reconocida es la jara pringosa, que en nuestro país forma densos jarales monoespecíficos, pues la presencia de esta especie provoca una disminución o desaparición de otros posibles vegetales a su alrededor. El exudado de las hojas inhibe la germinación y desarrollo de plántulas que podrían competir con esta especie por el mismo espacio. Estos aceites, acumulados sobre todo en hojarasca y suelo, no solo impiden la germinación de buena parte de sus posibles competidoras, ya que también provocan la inviabilidad de las jóvenes plantas y dificulta el crecimiento normal de las posibles contendientes. Por estas circunstancias es por lo que, en general, suele existe una baja diversidad vegetal en los jarales.

UNA ESPECIE MUY APROVECHADA na planta tan extendida geográficamente y tan arraigada en la cultura popular ha sido aprovechada históricamente allí en donde habita. Lo más común era utilizar sus tallos como combustible, especialmente demandado para alimentar los hornos de pan, gracias a su elevado poder calorífico. Pero la leña también se empleaba para hornos de cerámica o caleros, sin olvidar su uso para cocinar o para calentar el hogar, o bien para ahumar jamones y quesos. Además, se hacía un picón muy demandado para los braseros domésticos. Con los tallos, a modo de ripias, se construyeron durante siglos los techos de muchas viviendas y dependencias rurales, formando el soporte, entre viga y viga, sobre el que se montaban el barro y las tejas. De sus ramas secas igualmente se obtenían los viros, especie de clavos de madera que se utilizaban para unir piezas de corcho para asientos, colmenas, contenedores… Aunque parezca increíble hubo momentos en los que las necesidades eran tan perentorias que se utilizó en la alimentación humana, pues se llegaron a comer los pétalos, las diminutas semillas y los frutos inmaduros, inmediatamente después de la caída de los pétalos de las flores. El aprovechamiento alimenticio por parte del ganado ha sido mucho más habitual, especialmente

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7 pétalos. Cistus ladanifer maculatus. Los Navalucillos (Toledo) 6 pétalos. Cistus ladanifer maculatus. Hontanar (Toledo)

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9 pétalos. Cistus ladanifer maculatus. La Nava de Ricomalillo (Toledo)

por las cabras, que ramonean brotes, capullos, flores o frutos. Otros aprovechamientos clásicos de esta especie han sido los medicinales. Viendo las distintas aplicaciones y usos que se han dado a lo largo del tiempo en las diferentes partes de España da la sensación de encontrarnos ante una planta curalotodo. Se ha empleado para combatir las hemorroides, el dolor de muelas, la diarrea, los dolores y úlceras estomacales, el asma, los resfriados, el reuma, como alivio de golpes y torceduras, fortalecimiento del cabello, contra el nerviosismo, la ansiedad e insomnio y para minimizar afecciones de la piel o curar las quemaduras, entre otros (3).

8 pétalos. Cistus ladanifer maculatus. Fuencaliente (Ciudad Real)

Su uso veterinario también ha sido frecuente. Fundamentalmente se empleaba para desinfectar heridas e infecciones diversas de la piel, para lo que se hacía una cocción de las diferentes partes de la planta (ramas, hojas, cogollos…), de manera que con el caldo resultante se lavaban las heridas durante días hasta su completo cierre y cicatrización. Además, sus varetas se empleaban a modo de escayolado vegetal, ya que los pastores las utilizaban para entablillar patas rotas de ovejas y cabras (3). Otra utilización común, y exportada fuera de sus lugares de origen, ha sido y es su empleo en perfumería y cosmética. El ládano obtenido tras destilar o cocer brotes tiernos se utiliza normalmente como fijador de esencias. Todo ello sin olvidar que su abundante polen y néctar es un manjar exquisito, no solo para las abejas melíferas sino para una abundante pléyade de otras especies de abejas, abejorros, avispas, hormigas, moscas o escarabajos. UN NÚMERO DE PÉTALOS ANÓMALO i algo caracteriza a la jara pringosa, y a todas las especies del género Cistus, es que sus flores siempre tienen cinco pétalos, carácter que se utiliza para distinguirlas de otras plantas con aspecto parecido. Aunque en verdad no siempre es así, por lo que mejor sería decir que casi siempre tienen cinco pétalos.

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10 pétalos. Cistus ladanifer maculatus. Almorox (Toledo)

Estas floraciones anómalas no son tan raras. De hecho, si paseamos por un jaral en plena floración y observamos con detenimiento es fácil que encontremos flores atípicas. Desde luego es mucho más fácil apreciarlo en las maculadas, pues las manchas resaltan y facilitan el conteo. También es fácil comprobar cómo hay ejemplares propensos a salirse de los cánones establecidos. En plena floración, en un mismo individuo se pueden ver varias flores anómalas, numéricamente hablando, mientras que en su entorno todas las demás obedecen al patrón clásico de la especie. En las imágenes adjuntas se pueden apreciar flores que oscilan desde los cuatro hasta los diez pétalos, es decir, al menos podemos encontrar siete flores diferentes de la misma especie, una auténtica maravilla que nos regala la naturaleza.

REFERENCIAS Demoly JPD, Monstserrat P. 2005. Cistus L. En: Flora iberica 3: 319-337. Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid. Rice EL. 1984. Allelopathy. Academic Press. Orlando. González JA, Vallejo JR, Amich F. 2018. Cistus ladanifer L. En: Pardo M, Morales R, Tardío J et al. (Eds.). Inventario español de los conocimientos tradicionales relativos a la biodiversidad. Segunda fase, 2: 47-54 . Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Madrid.

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EL SECTOR FORESTAL/ LA PÁGINA DE...

El Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña CTFC

El Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) es un centro público de investigación y transferencia tecnológica con 25 años de experiencia, que trabaja para mejorar el conocimiento sobre los bosques y la conservación del medio natural, y para reforzar la conexión territorio-sector industria, promoviendo cadenas de valor innovadoras basadas en bioproductos. Su misión es contribuir a la modernización y competitividad del sector forestal, el desarrollo rural y la conservación y gestión sostenible del medio natural. La institución es un consorcio de entidades públicas, ubicado en Solsona (Lleida) y adscrito a la Generalitat de Catalunya, con quien se relaciona a través del departamento competente en materia de bosques. Somos centro del sistema CERCA (centros de investigación catalanes), cuenta con la acreditación TECNIO como agente público desarrollador de tecnología propia y es oficina de transferencia de resultados a la investigación (OTRI), reconocida desde 2009. Para desarrollar su actividad ha establecido unidades mixtas de investigación y convenios de colaboración con otros centros y universidades nacionales e internacionales (Agrotecnio, CREAF, IRTA, INIA, CSIC, entre otros).

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A nivel nacional es miembro de la Sociedad Española de Ciencias Forestales (SECF), PEFC y la Plataforma Tecnológica Forestal Española (PTFOR), y es agencia nacional EFESC (European Forestry and Environmental Skills Council), entre otros. A nivel internacional es miembro del European Forest Institute (EFI) y del European Mycological Institute (EMI), entre otros, y miembro fundador de la agrupación de interés económico franco-española-andorrana GEIEFORESPIR, para la valorización de los recursos naturales del Pirineo. Tiene concedida también la mención Human Resources Excellence in Research (HRS4S) de la Comisión Europea, que reconoce a las instituciones de investigación que implementan la carta europea del investigador y del código de conducta para la

contratación de investigadores en sus políticas y prácticas; esta mención reconoce al CTFC como institución que promueve un ambiente de trabajo favorable y motivador. El CTFC cuenta con una plantilla de 100 profesionales (40 % de ellos doctores/as), con adscripción de profesorado de diversas universidades y centros de investigación, y un presupuesto anual en torno a los seis millones de euros. Actualmente gestiona más de 80 proyectos nacionales e internacionales, financiados a través de fondos competitivos para proyectos de investigación. También desarolla proyectos demostrativos y grupos operativos, nacionales y autonómicos; en estos momentos, participa en nueve proyectos H2020 (como socio o liderando el consorcio), cinco proyectos Life, diez Interregs y cinco 2021. N.o 79


Erasmus, además de más de 1.200 convenios y proyectos de colaboración con entidades públicas y privadas desarrollados a lo largo de estos 25 años de actividad. Cuenta con alrededor de 800 publicaciones referenciadas en el Science Citation Index (más de 100 anuales, en temas de gestión forestal, biodiversidad, bioeconomía, ecología, etc.) así como con publicaciones divulgativas, manuales de gestión, etc. El CTFC adopta la estrategia general de investigación propuesta por el EFI, especializándose principalmente en el Mediterráneo y sur de Europa. Entre sus objetivos estratégicos destacan: la investigación de excelencia y puntera; la innovación forestal; el apoyo a las políticas públicas basadas en la generación de conocimiento para atender las demandas, las oportunidades y los retos ambientales, sociales y económicos basados en un modelo de transformación territorial y en la promoción de materias primeras de base biológica; la sensibilización a la sociedad sobre la importancia de los bosques, con una visión integrada de provisión de bienes y servicios tangibles junto con los valores ecosistémicos asociados; y la transferencia tecnológica y de conocimiento como motor y palanca de cambio, conectando ciencia y mercado, para una mejor competitividad del sector público y privado. ÁMBITOS DE ACTUACIÓN El CTFC se centra en tres grandes programas de trabajo: • Gestión forestal multifuncional • Dinámica del paisaje y biodiversidad • Bioeconomía y gobernanza. Los proyectos de investigación y transferencia se centran en aspectos como el equilibrio de las funciones del medio natural, la adaptación al cambio climático y la competitividad a lo largo de las cadenas de valor, des-

tacando estas temáticas: incendios forestales y otras perturbaciones; biodiversidad, bosques y agua; bioproductos; socioeconomía, medio ambiente y salud humana; y escenarios forestales y servicios ecosistémicos. Parte de la actividad realizada en el CTFC, se transfiere a través de la sociedad mercantil FBS (Forest Bioengineering Solutions), una spin off cuya misión es valorizar el conocimiento generado y orientar los resultados al mercado (registrando y transfiriendo productos desarrollados por los investigadores y tecnólogos o realizando investigación aplicada para dar soluciones a problemas y retos empresariales). El Instituto Catalán de la Madera, integrado en la estructura del CTFC, trabaja en la promoción, desarrollo y reconocimiento de la madera como material eficiente, y en mejorar la competitividad, innovación y productividad del sector. Esta institución trabaja activamente para promover la transferencia de conocimiento, convirtiéndola en productos tangibles (manuales y guías de buenas prácticas selvícolas, producción en sistemas agroforestales, tecnificación del cultivo de la trufa, orientaciones de gestión forestal, caracterización de maderas para

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su uso, etc.), conectando cadenas de valor y procesos productivos (cultivotransformación-mercado). El CTFC trabaja de manera coordinada con administraciones públicas, entidades privadas, asociaciones, gremios, plataformas, escuelas de capacitación forestal, universidades, centros tecnológicos y empresas, cubriendo todo el abanico de agentes clave. En el actual contexto de cambio global se procura impulsar, conectar y dar herramientas al sector para mejorar su competitividad y para gestionar el territorio de forma sostenible, multifuncional e integradora. El papel de la investigación, la planificación y la innovación es más importante que nunca. La síntesis y la contextualización del conocimiento científico son claves para apoyar políticas y decisiones basadas en la ciencia que se ocupen de los retos y las oportunidades actuales y futuras. El CTFC trabaja para lograr el desarrollo de la investigación innovadora y avanzada, la planificación, la transferencia de conocimiento y de tecnología al sector y el refuerzo del trabajo en red, como referente en investigación del Mediterráneo y del sur de Europa. Para más información: www.ctfc. cat, www.fbs.cat

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LITERATURA Y MEDIO NATURAL

Rachel Carson

El despertar de la conciencia ambiental Jorge Rodríguez López Fotografías de la autora cortesía de Rachel Carson Council

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La relación que los humanos hemos tenido con las poblaciones de los distintos organismos que genéricamente se han denominado como plagas, ha sido un historia de lucha constante. La adaptación de estos organismos a distintos medios y situaciones, en las que sus dinámicas poblacionales chocan con nuestros intereses, es una historia de constantes interacciones sobre cultivos, ganado, montes y hogares; así como de continuados esfuerzos por eliminar a todos estos seres considerados perjudiciales. Hubo un tiempo en que esta guerra de los humanos contra la naturaleza pareció definitivamente liquidada, cuando la ciencia empezó a desplegar un abanico de sustancias químicas que prome-

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tían liberarnos para siempre de las molestas plagas. Desde mediados de la década de los cuarenta del pasado siglo, y en menos de veinte años, más de doscientas sustancias químicas básicas fueron creadas para eliminar insectos, roedores, malas hierbas y otros organismos considerados plagas. La liberación masiva de estas sustancias, prácticamente desde el laboratorio al medioambiente, sin un adecuado conocimiento previo de sus efectos en el ecosistema, es algo que hoy nos parecería impensable, pero no era así en los años cincuenta, cuando el entusiasmo por el progreso, interesadamente impulsado por la industria química, deslumbraba a todos. En medio de este inquietante escenario, una mujer, bióloga por formación y escritora por naturaleza, se planteó serias dudas sobre la forma en que se empleaban numerosos productos químicos, y comenzó a reunir evidencias científicas y testimonios de primera mano sobre sus efectos en el ambiente. Su trabajo cambió la percepción social sobre pesticidas, herbicidas y demás sustancias que se usaban despreocupadamente, incluso en el ámbito doméstico, y supuso un punto de inflexión en la conciencia ambiental de la población de los países más desarrollados. Y todo esto se debió no sólo a su formación científica y su rigor en la investigación, sino especialmente gracias a su talento literario y su capacidad para comunicar. Lo que podría haber sido una exhaustiva recopilación de casos y un detallado informe cargado de fríos datos, se convirtió en el libro que despertó la conciencia ambiental de la sociedad norteamericana, y es hoy considerado como uno de los textos fundadores del ecologismo: Primavera silenciosa. La sensibilidad y la capacidad poética de su autora, Rachel Carson, son el principal valor de un libro que cambió la historia. Rachel Louise Carson (1907 Springdale, Pensilvania 1964 Silver Spring, Maryland), pasó buena parte de su in2021. N.o 79


fancia en la finca de su familia, lo que le permitió mantener durante su niñez un estrecho contacto con la naturaleza. Esta experiencia despertaría en ella una fina sensibilidad ante la naturaleza y marcaría su trayectoria vital. De niña Rachel fue una gran lectora, y desde muy joven mostró talento para la literatura. Con sólo once años vio un relato suyo premiado y publicado por una revista infantil. Inició su formación universitaria como filóloga, pero durante ese tiempo descubrió su vocación por la biología al asistir en la universidad a un curso sobre esta materia. Una vez finalizados sus estudios en literatura inglesa con distinción cum laude, comenzó a estudiar biología -siendo una de las únicas tres mujeres que se contaban entre sus compañeros-, licenciándose en zoología por la Universidad Johns Hopkins en 1929. Se inicia como profesora y trata de conseguir un doctorado especializándose en biología marina, pero las dificultades económicas en casa, y la muerte de su padre en 1935, hacen que deba convertirse en el soporte económico de la familia. Obtuvo un empleo como bióloga acuática en la administración estadounidense, en el US Bureau of Fisheries, que más tarde se convertiría en el actual US Fish and Wildlife Service, siendo uno de sus cometidos, además de otras tareas como investigadora, escribir textos divulgativos y guiones para programas radiofónicos. Al mismo tiempo, consigue algunos ingresos por sus artículos en diversas publicaciones. La muerte de su hermana en 1937 hace que deba hacerse cargo de sus dos sobrinas. En el mismo año publica el artículo Undersea en la revista Atlantic Monthly. Este artículo, así como varios guiones radiofónicos de esta época, darían lugar al libro Bajo el viento oceánico (Under the sea wind), que se publicaría en 1941. El libro, que se definía en el subtitulo de portada como “el retrato de una naturalista de la vida en el océano”, describe el comportamiento de distintos organismos marinos y costeros, a los que pone voz en distintos personajes (como un chorlito, una anguila...) y presenta sus puntos de vista. La obra tuvo una buena acogida en el ámbito científico, pero el inicio de la Segunda Guerra Mundial hizo que no consiguiera captar el interés de los lectores, de manera que las ventas fueron escasas y pasó desapercibida en su momento. El progreso de Rachel en su carrera administrativa le llevó a mudarse con su madre a Washington DC en 1943, mientras continuaba escribiendo artículos en revistas populares de diversa temática. En 1944, tras conocer los resultados de una investigación sobre los efectos del DDT en la vida silvestre, envió un artículo sobre el tema a la popular revista Reader’s Digest, que por entonces superaba el millón de copias mensuales vendidas en los Estados Unidos. El DDT había comenzado a ser utilizado como insecticida sólo unos pocos años antes y su empleo estaba en plena expansión. La revista consideró el artículo de Carson como “demasiado desagradable” y rechazó su publicación. Este hecho, que en principio podría parecer algo anecdótico en su biografía, puede ser sin embargo considerado un punto crucial en la trayectoria de Carson. Por un lado es muy revelador sobre la actitud de la sociedad americana de la época frente a los plaguicidas y su percepción del riesgo. Y por otra parte, podemos detectar el despertar en Rachel

Algunos autores califican Primavera silenciosa como un texto científico, moral y literario, ya que en él confluyen el trabajo de recopilación y revisión de numerosos estudios de toxicología ambiental y la crítica a la forma de relacionarse con la naturaleza que tenía la sociedad americana del momento de una inquietud que no la abandonaría en los siguientes años y marcaría su obra. UN LIBRO QUE PUDO CAMBIAR SU VIDA Gracias a su puesto en la administración, durante la segunda mitad de los años cuarenta Rachel recorrió diferentes espacios protegidos de los Estados Unidos, llegando incluso a experimentar la inmersión y la exploración del mundo subacuático en los humedales de los Everglades de Florida, algo realmente excepcional en aquellos años. Estas experiencias directas de admiración de las maravillas de la naturaleza, se verían reflejadas en sus textos. En 1951 publica El mar que nos rodea (The sea around us), que gana el premio National Book Award en la categoría de no ficción y se convierte en un éxito de ventas, estrenándose incluso en cines una versión documental tres años después. En un principio Rachel pensó en escribir una continuación de Under the sea wind, su primer libro de 1941 que tan escasa acogida de público obtuvo, aunque finalmente el libro fue el fruto de sus viven-

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cias como investigadora, incluido un período a bordo del buque oceanográfico Albatross III, así como intercambios de ideas y discusiones con numerosos oceanógrafos que enriquecieron su experiencia personal. Desde 1948 Rachel escribió varios de los capítulos de manera independiente, que fueron publicados en diferentes revistas. La aparición a modo de serial de varios capítulos en la revista The New Yorker contribuyó a crear expectación, y a una favorable respuesta popular cuando finalmente se publicó el libro. En él se describe un mundo fascinante de montañas y cañones submarinos, el proceso de “nacimiento” de una isla y su colonización por la vegetación, y toda una serie de maravillas naturales con las que la autora despierta la imaginación del lector, pero siempre apoyada en hechos y el conocimiento científico. Según alguno de sus biógrafos este libro marca la transición de la Carson poeta a la Carson crítica. El éxito del libro permitió a Rachel plantearse un cambio en su vida, de modo que en 1951 renunció a su puesto en la administración para dedicarse de pleno a observar y experimentar la naturaleza y expresar esto a través de sus escritos. Tras quince años de servicio abandona el US Fish and Wildlife Service, habiendo alcanzado el puesto de Jefa Editora de Publicaciones, y gracias a una beca de la Fundación Simon Guggenheim puede permitirse la dedicación plena a la investigación de los ecosistemas costeros para la preparación de un nuevo libro. En esa época se le diagnostica cáncer de mama, siendo operada del tumor en 1950, sin recibir ningún tratamiento posterior. En 1953 compra una finca en una isla

PRIMAVERA SILENCIOSA, LA OBRA CON LA QUE PASARÁ A LA HISTORIA A finales de la década de 1950 empiezan a hacerse cada vez más comunes en los Estados Unidos las fumigaciones aéreas masivas con insecticidas, utilizándose con múltiples propósitos, desde combatir plagas como los escolítidos transmisores de la grafiosis del olmo a simplemente, los mosquitos. El Departamento de Agricultura lleva a cabo una campaña de fumigaciones masivas en el sur de los Estados Unidos con el objeto de erradicar la plaga de la exótica hormiga de fuego (género Solenopsis). Cuan-

Una mujer, bióloga por formación y escritora por naturaleza, se planteó serias dudas sobre la forma en que se empleaban numerosos productos químicos, y comenzó a reunir evidencias científicas y testimonios de primera mano sobre sus efectos en el ambiente. Su trabajo cambió la percepción social sobre pesticidas, herbicidas y demás sustancias que se usaban despreocupadamente, incluso en el ámbito doméstico, y supuso un punto de inflexión en la conciencia ambiental de la población de los países más desarrollados

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de la costa del estado de Maine, donde construye una casa a la que se muda. En el mismo año se publica su único trabajo académico, The edge of the sea, fruto de sus investigaciones sobre los ecosistemas de marea en la costa de Maine. El fallecimiento de una de sus sobrinas dejó huérfano al pequeño Roger, que sería adoptado por Rachel. La figura de Roger influirá en la obra de Carson, ya que durante sus paseos juntos por la costa y el bosque Rachel introduce al niño en el proceso de descubrimiento de pequeñas maravillas de la naturaleza, lo que daría pie a una breve obra llena de encanto: El sentido del asombro (The sense of wonder). Inicialmente Rachel publicó en 1956 en la revista femenina Woman’s Home Companion, un artículo con el título de Help your child to wonder (ayuda a tu hijo a asombrarse). Aunque posteriormente trataría de ampliar este artículo en un libro, su estado de salud no se lo permitió, publicándose finalmente el libro de manera póstuma en 1965.

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do Carson conoce esto, preocupada ante los indeseados efectos nocivos de los productos químicos que para ella eran evidentes, lo califica de una bomba atómica para la agricultura. Es una época difícil en la vida de Rachel, con dos duros golpes consecutivos. En 1958 muere su madre, y en 1959 el cáncer reaparece, debiendo ser operada de nuevo, esta vez con una mastectomía completa. En estos años los efectos perniciosos del empleo indiscriminado de sustancias químicas empiezan a hacerse patentes, y a ser revelados por diversas investigaciones. A pesar de ello, no se establece ninguna limitación aunque algunas alarmas son cada vez más preocupantes. En las Navidades de 1959 las autoridades obligan a retirar del mercado arándanos fumigados con un compuesto químico (aminotriazol) empleado como herbicida, cuando se revelan los resultados de una investigación que lo vincula con ciertas formas de cáncer. Sin embargo, la fuerza de las industrias productoras y sus lobbies que presionan a la administración, hacen que el empleo masivo de productos químicos en el medioambiente, se mantenga como una práctica habitual. No hay voces claras en contra, pero las evidencias empiezan a aflorar. Carson, cada vez más concienciada del riesgo que suponen estas sustancias para los ecosistemas y la salud pública, inicia una labor de recopilación de pruebas, documentado múltiples casos e investigaciones que darían lugar a su obra crucial, Primavera silenciosa (Silent spring). Su primera intención fue escribir un artículo, como se había propuesto desde años atrás, pero a medida que crecía el volumen de informes recopilados su propósito inicial se vio desbordado. La labor de documentación

para el libro fue enorme, teniendo que contactar a través del correo postal con numerosos médicos y científicos que pusieron a su disposición las pruebas de un amplio espectro de casos, en los que se revelaban efectos nocivos del empleo de pesticidas. Dedicado a la memoria del pacifista y precursor del pensamiento ecologista Albert Schweitzer, el libro se abre con una apocalíptica cita del mismo: “El hombre ha perdido la capacidad de prever y prevenir. Terminará destruyendo la tierra”. Comenzando como una fábula, describe el bucólico paisaje de un pueblecito del corazón de los Estados Unidos, en el que sin embargo, a pesar de la llegada de la primavera, no hay cantos de pájaros ni abejas en las flores. Una situación ficticia pero que fácilmente podría ser el futuro de muchos lugares en cualquier parte del mundo, según la autora advierte. Luego, capítulo a capítulo se desgranan los efectos de insecticidas, herbicidas y distintas sustancias químicas empleadas masivamente, sobre suelos, aguas, fauna y, como no, los seres humanos, que creían ser ajenos a unos efectos nocivos sobre los que en muchos casos nadie tenía control. Cuidadosamente apoyada en los datos de los casos reales que cita, Carson describe con maestría un sombrío paisaje, atrapando al lector en una terrorífica trama de la que él mismo puede ser víctima. Las extensas referencias al final de la obra y el detallado índice analítico bien podrían ser los de una tesis doctoral u otro texto de investigación científica. Pero la capacidad divulgadora de Carson hace el libro accesible a cualquiera, provocando un shock en la conciencia de los lectores que se descubren indefensos frente a los peligros de la química liberada indiscriminadamente en el ambiente.

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Al año siguiente de la publicación de Primavera silenciosa, el comité científico asesor del presidente de los Estados Unidos elaboró un informe sobre el uso de los pesticidas, acorde con el estado de preocupación que ya corría por todo el país. En la conferencia de prensa que presentó el informe, el presidente Kennedy mencionó el trabajo de Rachel Carson como el antecedente que dio lugar a la investigación

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En 1961 Carson envió un manuscrito de Primavera silenciosa a un editor, que tras leerlo no tuvo ninguna duda en publicarlo. Rápidamente el libro se convirtió en un éxito de público y crítica, alertando a toda la sociedad de los peligros que suponía el empleo masivo de pesticidas. Al año siguiente de la publicación del libro, el comité científico asesor del presidente de los Estados Unidos elaboró un informe sobre el uso de los pesticidas, acorde con el estado de preocupación que ya corría por todo el país. En la conferencia de prensa que presentó el informe, el presidente Kennedy mencionó el trabajo de Rachel Carson como el antecedente que dio lugar a la investigación. Ante el creciente impacto del libro, los lobbies químicos decidieron contraatacar. Algunas compañías amenazaron con demandar a Rachel, otras publicaron una parodia de su libro, en el que presentaban los efectos de un mundo sin pesticidas, y otras varias incrementaron sus gastos en publicidad y contrataron especialistas para buscar incoherencias o errores en sus argumentos. Sin embargo el riguroso trabajo de Rachel, sólidamente documentado, no sufrió ningún descrédito a pesar de los muchos ataques que recibió. A falta de argumentos, sectores de la industria trataron de desautorizarla asociando su condición de mujer soltera a estereotipos sexistas como el de “monja de la naturaleza” o histérica catastrofista. Sin embargo, las descalificaciones tampoco surtieron efecto cuando Rachel tuvo la oportunidad de explicar en persona a los ciudadanos norteamericanos el peligro al que se enfrentaban. En abril de 1963, la CBS, cadena televisiva de cobertura

nacional, dedicó en la franja de máxima audiencia un programa a la Primavera silenciosa, que incluía una entrevista con Rachel. Millones de estadounidenses pudieron ver a una mujer sin afán de protagonismo, pero con una gran capacidad comunicativa, que de manera convincente y argumentada exponía los peligros del uso de pesticidas tal y como se llevaba a cabo hasta entonces. La aparición de Carson en televisión supuso un triunfo frente a sus críticos, y la alarma social por el uso indiscriminado de pesticidas en el medio ambiente fue ya imparable. Un par de meses después, Rachel es llamada a declarar ante dos comisiones distintas del Senado que trataban la cuestión de los pesticidas, pidiendo ante ellas que se limitara su uso. En noviembre del mismo año, la mortandad de millones de peces en el río Misisipi se reveló como efecto del empleo de un pesticida (Endrin), de modo que administraciones y opinión pública pudieron comprobar como las advertencias de Carson se confirmaban de manera inquietante. Sin embargo, el éxito, el reconocimiento y la popularidad no acompañarían a Rachel por mucho tiempo, como parecían vaticinar las varias fatalidades que planeaban sobre su vida desde joven. En abril de 1964 Rachel Carson fallece a los 58 años a causa del cáncer que padecía. Su lucha por hacer oír la voz de la ciencia por encima de los intereses económicos de las industrias químicas tuvo como resultado un cambio en la sensibilidad de la sociedad frente a los problemas ambientales. Desde la dominante visión naturalista de la primera mitad del siglo XX, que limitaba las cuestiones ambientales prácticamente a los espacios

La revista Time, incluyó a Rachel Carson en su lista de las 100 personalidades más influyentes del siglo XX. Precursora del ecologismo como movimiento social, gracias a su talento literario y a la sensibilidad de su escritura consiguió mostrar lo que casi nadie podía ver o quería ver, aunque estuviese frente a ellos. Sin duda contribuyó al despertar de la conciencia ambiental en los ciudadanos y la clase política

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naturales protegidos y poco más, se pasó al inicio de una nueva conciencia ecológica en la sociedad, que cristalizaría en movimientos sociales y cambios en el enfoque de los nuevos textos legales, que incorporarían como principio rector la protección del medio ambiente y la salud de los ciudadanos frente a las actividades económicas. Algunos autores califican Primavera silenciosa como un texto científico, moral y literario, ya que en él confluyen el trabajo de recopilación y revisión de numerosos estudios de toxicología ambiental y la crítica a la forma de relacionarse con la naturaleza que tenía la sociedad americana del momento; siendo todo ello envuelto por un magistral dominio del lenguaje, que en algunos pasajes resulta incluso poético, realzando la seria advertencia que pretende transmitir. La revista Time, incluyó a Rachel Carson en su lista de las 100 personalidades más influyentes del siglo XX.

Precursora del ecologismo como movimiento social, gracias a su talento literario y a la sensibilidad de su escritura consiguió mostrar lo que casi nadie podía ver o quería ver, aunque estuviese frente a ellos. Sin duda contribuyó al despertar de la conciencia ambiental en los ciudadanos y la clase política, imprescindible en nuestro mundo actual en el que las actividades económicas sin control pueden convertirse en serias amenazas para todo el planeta. Obras destacadas de Rachel Carson - Bajo el viento oceánico (Under the sea wind), 1941. - El mar que nos rodea (The sea around us), 1951. - The edge of the sea, 1955. - Primavera silenciosa (Silent spring), 1962. - El sentido del asombro (The sense of wonder), 1965.

Almas de la Tierra Jesús Alcanda Vergara Ingeniero Forestal A comienzos de la última década del siglo pasado, estábamos mi amigo Luis Carlos y yo perdidos entre las laderas calcinadas de la Sierra de Francia, realizando unas calicatas que pretendían ser la base de una repoblación para restaurar los miles de hectáreas recién asolados por el fuego. Llevábamos todo el día entrando y saliendo de las calicatas, tomando muestras de cada horizonte, etiquetando, apuntando…, asistidos por la inestimable ayuda de don Juan Porras, por aquel entonces magnífico guarda forestal de aquellos parajes, castellano recio, hombre de campo, maduro, atento, experimentado, que hablaba del monte como si fuera su propia carne. Caía la tarde entre dos luces que desvanecían los rebollares otoñales de la umbría frente a nosotros, cuando terminábamos la faena y yo acercaba las últimas muestras al Land Rover donde Juan acomodaba el resto de las muestras en la parte trasera del viejo todoterreno. Según cerraba Juan el portón trasero del Land Rover, a mí se me ocurrió gimotear: - Hoy me he puesto perdido de barro y me he manchado enterito: tengo tierra hasta en las orejas…

unos segundos, se repasó las comisuras de los labios con los dedos índice y pulgar y, con esa sinceridad que solo puede fraguarse en la honestidad y limpieza de un corazón de campo, me espetó: - Nunca diga usted eso…: la tierra no mancha. La luz cegadora de esa sencilla frase me arrojó del caballo de la soberbia mezquina, urbanita y miserable, típica del mastuerzo de universidad… Dicha allí, y en presencia testimonial de brezos y jaguarzos, sirvió para cambiar para siempre mi forma de mirar y entender el monte; sobre todo gané la dosis de humildad suficiente para discernir al paisano que ama la tierra y, andando los años, para descubrir esa sagrada comunión entre la tierra y el amo que la ama, una unión que existe desde siem-

pre para todo aquel que quiera alcanzar a descubrir la inescindible conexión entre lo natural y lo sobrenatural. En cualquier época y en cualquier lugar, cuando el ser humano dedica gran parte de su vida a cuidar la tierra, aunque sea en una maceta, surge esa sagrada comunión donde lo natural y lo sobrenatural conectan, y tan solo el hecho de alcanzar a intuir ese sacramento es un privilegio que se nos ofrece en más de una ocasión a lo largo de nuestra vida. Por eso, cuando tres meses después de que muriera mi tía, que rondó los noventa años, caí en la cuenta, acudí a su piso madrileño para intentar salvar las plantas que ella había mimado durante más de un cuarto de siglo. Cuando llegué, me llevé la sorpresa de que sus plantas no solo estaban vivas, sino que gozaban de un lustre solemne. Cuando abandonaba la casa, pregunté al portero si él o alguien había regado las plantas, porque me extrañaba que no se hubieran echado a perder; y él me replicó que nadie le había encargado tal cosa y que nadie había pasado por allí, pero que no me extrañara tanto, porque el alma de mi tía -me dijo el portero- había custodiado sus plantas durante ese tiempo, y el alma del amo custodia siempre sus plantas. Y tenía razón, porque el portero es uno de esos privilegiados que, con toda la naturalidad del mundo, detecta esa conexión sagrada sempiterna, y piensa lo mismo que G.K. Chesterton que afirmaba que, si de nuestras vidas eliminamos lo sobrenatural, lo que nos queda no es lo natural sino lo “antinatural”.

Juan se quedó callado durante

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PINCELADAS DE VIDA

José Antonio Sencianes

, El dificil equilibrio , ,

entre precision y emocion Ismael Muñoz Linares

José Antonio Sencianes comenzó como ilustrador en 1997 en una empresa de serigrafía de camisetas especializada en naturaleza, “aunque mi recién estrenada titulación era de diseñador gráfico y no de ilustrador”. Su interés por la ilustración naturalista fue progresivo, desde que, siendo adolescente, salía al campo a realizar excursiones naturalistas con los amigos, “principalmente a observar aves. Al principio llevas una cámara de fotos, luego pasas a un pequeño cuaderno y al cabo de los años acabas cargando con un estudio portátil”. ¿Por qué dibujar y pintar? “para representar lo que ves en el campo. Para mí, la pintura de la naturaleza es como meterte dentro de la escena que quieres pintar. La observación de la naturaleza tiene mucho de eso también”.

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¿El ilustrador de naturaleza debe ser divulgador fiel y exacto de la realidad natural o provocador de emociones? Es una buena definición. Pero es importante diferenciar entre ilustración y pintura naturalista. Normalmente la ilustración sirve para acompañar un texto, ya sea en un panel expositivo, un póster o un libro. Y, efectivamente, debe ser fiel a la realidad, por lo que el detalle se acentúa y cobra una importancia que en la pintura no es tan necesario. En la pintura naturalista esa exactitud se puede dejar de lado, y cobran más importancia aspectos como la luz, la composición, la armonía cromática, el contraste y el color. En la ilustración naturalista no se busca provocar emociones, en la pintura en cambio sí. El primer valor de la ilustración naturalista, cuando no había cámaras fotográficas, fue reflejar con exactitud las especies que se encontraban en

las expediciones de campo. ¿Este aspecto de la ilustración se ha visto superado por la tecnología? ¿Qué aporta la ilustración que no aporte la fotografía? No creo que la pintura se haya visto superada en este campo. Sólo hay que fijarse que las guías de referencia de identificación de animales y plantas están ilustradas con dibujos y no con fotografías. La ilustración aporta exactitud en lo que se muestra. Una fotografía incluye variables, como la luz, que pueden cambiar el aspecto de una especie muchísimo. También la especie mostrada puede tener un plumaje (o pelaje) levemente dañado, o con algún rasgo inusual que puede dar lugar a equivocaciones a la hora de identificarlo si se pone como ejemplo en una guía. Eso con una buena ilustración no ocurre. La fotografía no es un enemigo, es un aliado. Todos los que pintamos usamos fotografías como referencias. Son de una gran ayuda cuando trabajo en el estudio, porque en el campo 2021. N.o 79


hay detalles que se te escapan, ya que no puedes estar atento absolutamente a todo. Para transmitir emociones ¿es preciso emocionarse antes? Sin lugar a dudas, es en lo que baso al 100 % mi trabajo. Usted comenta en su blog que se detiene más tiempo a estudiar los paisajes, en este caso de Doñana, para sacarlos todo el jugo que llevan ¿Es la observación serena la puerta de la emoción o de la sensibilidad? ¿Se puede pintar sin antes emplear el debido tiempo en mirar? Desde el punto de vista de la pintura, el paisaje es una disciplina muy difícil. Y en Doñana el paisaje es especialmente complejo, donde la línea del horizonte siempre está presente de una manera muy rotunda. Efectivamente, hay que estudiarlo muy bien para sacarle la esencia y sintetizar al máximo. Para trabajar sobre el terreno, del natural, hay que mirar mucho, pero sobre todo saber mirar. A veces tienes que ser como una herramienta de photoshop, que seas capaz de interpretar zonas complejas como si aplicaras un filtro, o de saber ver qué color concreto tiene la sombra en una duna. Es difícil el equilibrio entre tener que ser tan preciso y a la vez dejar salir toda tu verdad para provocar esa emoción de la que hablas. ¿Cuáles son las cualidades que debe tener un ilustrador de naturaleza? Sobre todo, la constancia. Los resultados no son inmediatos, la calidad tarda en llegar. También es muy fácil perder la mano, como se suele decir en el argot, durante un periodo largo de inactividad. Recuperarla no es tan fácil como volver a montar en bicicleta. Después, es necesario ser buen naturalista, ser observador de todo lo que te rodea. Conocer el motivo con el que vas a trabajar es fundamental, saber cómo se comporta y cómo se mueve en el caso de un ave o mamífero. Conocer sus colores y cómo se

transforman con diferentes tipos de iluminación. Ser metódico en el trabajo y la limpieza creo que son también muy importantes en el trabajo del ilustrador de naturaleza. ¿Cómo es su proceso creativo?, ¿Cómo y cuándo comienza a dibujar y cuándo decide que está terminado? Al basar mi trabajo al completo en la observación directa, mi proceso creativo empieza en el campo. Normalmente, salgo a pintar con una idea concreta, a por una especie que ya he localizado antes, aunque a ve-

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ces salgo simplemente a mirar y al final acabo pintando. El modus operandi es sencillo. Una vez localizada la especie empiezo con una observación minuciosa, tomando muchos apuntes a lápiz. Cuando veo algo que me llama poderosamente la atención intento trasladarlo al papel de acuarela. Ese “algo” puede ser una sombra, una postura, un comportamiento, la luz del momento... Aquí la rapidez y la memoria fotográfica juegan un papel fundamental, ya que hablo de trabajar con aves silvestres en libertad que, en cualquier momento, desaparecen volando. Valorar cuándo terminar una obra no es difícil. Yo la doy por ter-

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minada cuando lo que voy a añadir no aporta nada al resultado final. Por poner un ejemplo, mis sesiones en verano pueden durar hasta seis horas, de las cuales dedico las dos primeras a tomar apuntes y el resto a pintar. Lo normal es acabar un par de acuarelas en una sesión de trabajo. ¿Cuáles son sus técnicas y materiales preferidos para trabajar y por qué? Mi técnica preferida es la acuarela, sin duda. Es la ideal para trabajar del natural en el campo, por la rapidez de secado, su limpieza y porque necesitas llevar pocos materiales encima. En cuanto a materiales, soy bastante exigente con ellos, pero al campo llevo un número bastante limitado. Nunca faltan en mi equipo un lápiz HB, Godets de acuarela grandes y pinceles sintéticos. Todos los materiales son importantes, pero quizás el papel mucho más. Un papel 100 % algodón y de 300 gramos es mi preferido. Para trabajar en la naturaleza se hace imprescindible un telescopio. ¿Qué diferencias existen, desde el punto de vista creativo, entre la pintura y la ilustración? ¿Se enfrenta el artista de la misma forma a la cuartilla que al lienzo en blanco? Desde el punto de vista creativo, la ilustración es más metódica en

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cuanto a las composiciones y el estilo. La pintura tiene más libertad a la hora de componer y sobre todo al interpretar. El miedo al soporte en blanco es el mismo uses un lienzo o un papel. Enfrentarte a la superficie plana y blanca es uno de los retos clásicos, ya seas pintor o ilustrador. Aunque, objetivamente, lo más que vas a perder es una hoja en blanco, es el miedo al fracaso lo que puede llegar a condicionar un trabajo. Yo no tengo ninguna receta para superar esto. Simplemente aceptar el reto y, si no sale como quieres, empezar de nuevo una y otra vez, hasta que salga como quieres. De todos modos, durante el proceso creativo de una pintura te surgen tantos y tan complejos problemas que tienes que resolver, que el enfrentarte a un lienzo en blanco al final acaba pareciéndote una broma. ¿Qué le motiva para dibujar? ¿Qué motivos o momentos son los que encienden la chispa de la creatividad? La motivación principal es la de salir al campo. Una vez allí no necesito grandes observaciones o escenas espectaculares para ponerme a pintar. Reconozco que siento debilidad por algunos grupos de aves. Limícolas, anátidas, ardeidas, gaviotas y charranes copan la mayoría de mis composiciones. También es porque son los grupos más habituales en la zona donde desarrollo mi trabajo, las

marismas de Huelva. Suelo fijarme especialmente en los efectos de luz. Es quizás el interruptor que activa todo mi proceso de trabajo. También me fijo mucho en el comportamiento entre individuos de la misma especie y la interacción con otras, incluido el ser humano. ¿Tiene la ilustración de naturaleza el reconocimiento profesional y social que merece? O, por el contrario, ¿se considera a la ilustración como un arte menor si lo comparamos con la pintura de gran formato con más oportunidad de mercado? Entre los artistas lo que tiene reconocimiento es el buen arte. Ya sea una ilustración, una pintura, una escultura o una pieza de cerámica. Socialmente puede que sí exista esa diferente valoración, entre otras cosas porque los mercados de la ilustración y de la pintura son totalmente diferentes. De todos modos, en España la sensibilidad por la ilustración y la pintura de la naturaleza ha ido siempre atrasada con respecto al resto de Europa y a Estados Unidos. Aquí esa sensibilidad ha ido aumentando a la par que el respeto por la naturaleza, y todos estaremos de acuerdo que en España ese respeto va a un ritmo realmente lento, por decirlo de una manera suave. ¿La valoración social de la ilustración de naturaleza corre en paralelo

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a la sensibilidad por la conservación de la naturaleza? Ha sido un camino paralelo. La primera noticia que tuve que había gente que se dedicaba a pintar naturaleza fue con un reportaje de la revista Natura que se titulaba “pintar para conservar”. Artistas de la categoría de Robert Bateman, John Seerey-Lester o Lars Jonsson siempre han tenido una sensibilidad especial para colaborar en proyectos conservacionistas, o simplemente lanzar mensajes a la sociedad a través de sus pinturas. Si el mensaje te llega con la emoción de una pintura, sin duda el calado es mucho mayor. ¿Por qué el ser humano y su actividad en el medio natural no suele ser motivo en las ilustraciones de la naturaleza? Su influencia en el medio es enorme y, sin embargo, no aparece casi nunca, los ilustradores se fijan casi siempre en fauna o vegetación Estos motivos o recursos son más habituales en la pintura que en la ilustración. Si te encargan ilustrar una guía de plantas, por ejemplo, te tienes que ceñir en representar las especies de la mejor manera para su identificación, prescindiendo de lo accesorio. En cambio, en la pintura sí que puedes incluir ese tipo de motivos, en algunos casos para ganar dramatismo y en otros simplemente para captar la atención del motivo principal. En realidad, hay artistas que son auténticos maestros representando la relación del hombre con la naturaleza. Por ejemplo, Denis Clavreul, Bruce Pearson y Fernando Fueyo son artistas que prestan mucha atención a esta relación e incluyen muchos elementos humanos en sus obras. Yo mismo tengo muchas composiciones donde el motivo principal es un paisaje transformado por el hombre, como los arrozales del Guadalquivir. ¿Tiene mercado la ilustración de naturaleza? Sin duda. Mercado amplio y variado. Recuerdo mis inicios en el mundo de la publicidad en 2001, cuando todas las piezas que se publicaban se apoyaban en una fotografía. El mercado se saturó y los anunciantes para destacar

de la competencia empezaron a tirar de ilustraciones. Se me viene a la cabeza una campaña de promoción de la provincia de Huelva realizada con unas maravillosas ilustraciones del estudio de Oscar Mariné. De repente, el panorama cambió y la ilustración ocupó un lugar muy destacado en la comunicación visual de este país. Con la ilustración de naturaleza el cambio no ha sido tan significativo, porque siempre se ha usado en libros. Pero ahora, la demanda es muy amplia por el interés de la sociedad en temas relacionados con la ciencia, el medio ambiente y su conservación. Usted ha sacado un libro de ilustraciones, Donyanae Lumen ¿Qué clase de público compra estos libros y cuáles son sus objetivos principales? Ha funcionado realmente bien, ya que agoté la primera tirada en apenas dos semanas. Fue una tirada corta, sólo de 400 ejemplares, pero no esperaba una acogida tan buena y de hecho ya estoy preparando una segunda edición. El único objetivo que tiene el libro es la satisfacción personal de ver reunidos en un mismo cuaderno lo mejor de mis últimos trece años de trabajo en Doñana. Debo decir que ha sido un arduo trabajo de recopilación y, sobre todo, de maquetación, ya que, excepto la impresión, todo el proceso lo he llevado a cabo yo mismo. Creo que cualquier persona sen-

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sible con la naturaleza y la pintura disfrutaría del libro. ¿Qué consejos le daría a un joven ilustrador que quiera dedicarse profesionalmente a esto? Le daría muchos. Que busque su hueco en el mercado y que intente ser el mejor en ese campo. Como dije anteriormente eso sólo se consigue con mucho trabajo y mucha constancia. Que estudie a los grandes maestros, que aprenda de ellos, que sea una esponja y que la influencia de estos le haga crecer en su propio estilo. Y, por último, y no menos importante, que aprenda a vender su producto.

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NOTICIAS FORESTALES

In memoriam

Hermógenes Foyo Pantaleón (Cuba, 13 de agosto de 1920–San Juan de Beleño, 30 de noviembre de 2020) Manuel Calvo Temprano Ingeniero Técnico Forestal Director General de Administración Local Principado de Asturias Si difícil es escribir de forma muy abreviada y en tan solo unas pocas líneas la vida y la dilatada trayectoria profesional de un compañero, más lo es si se trata de un amigo muy apreciado y entrañable como lo fue Hermógenes para mí. Intentaré plasmar los datos más relevantes, gracias a la información facilitada por sus hijos y a la que él mismo me transmitió en las numerosas conversaciones que mantuvimos, siendo yo aún un joven profesional llegado a Asturias en 1991 y él un profesional ya jubilado pero todavía activo y muy interesado en los temas forestales. Hermógenes Foyo Pantaleón, hijo de Magdalena, maestra cubana descendiente de emigrantes canarios, y de Hermógenes, emigrante asturiano que se dedicó con fortuna al negocio del tabaco en La Habana, nace en Cuba el 13 de agosto de 1920, pero no se realiza su inscripción en el Registro Civil de San Juan de Beleño en Ponga (Asturias) hasta el 30 de diciembre de 1921. Al regreso de sus padres, estudia inicialmente bajo la tutela de su madre y posteriormente interno en el Colegio San Viator de Infiesto, teniendo que desplazarse periódicamente a Oviedo para realizar exámenes oficiales de convalidación. En 1934, por tener que examinarse en Oviedo en octubre, vive con 14 años la Revolución del 34 en una pensión de la calle Jovellanos, en pleno foco de actividad revolucionaria. Las calificaciones de ese examen se pierden con la

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voladura del Instituto, donde se había instalado un polvorín, sito en el mismo lugar en que se encuentra el actual I. E. S. Alfonso II. Hermógenes, que de pequeño acompañaba a su padre a cazar por los alrededores de San Juan de Beleño, conocía y disfrutaba caminando por los montes de Ponga, lo que lo llevó a determinar su vocación como ingeniero forestal. Tal y como decía Hermógenes, el ingreso en la Escuela de Ayudantes de Montes de Madrid le llevó más de un curso, porque nadie lo aprobaba en un año. Luego en la carrera, de dos años, faltó a clase durante 20 días porque le cogió una nevada en Oviedo y no había tren. Esta falta de asistencia no se la perdonaron y pasó a ser del número 9 al 22, y acabó al final de la promoción siendo el 18. En aquellos tiempos había prisa en terminar la carrera porque Franco quería ordenar los montes de España y no había profesionales disponibles. Al estudiar Montes evitó realizar parte del servicio militar. Estudia la carrera en la Escuela de Ayudantes de Montes de Madrid, perteneciendo a la promoción de 1946, junto al pintor y escultor Gustavo Torner (Grupo de Cuenca), con quién entabla una gran amistad. Su primer trabajo lo realiza en la Casa de Campo de Madrid, y posteriormente pasa a Valladolid a la Confederación Hidrográfica del Duero, donde realiza trabajos en la zona del embalse de La Cuerda del Pozo y Almazán (Soria). Su primer destino como funcionario es el Distrito Forestal de Badajoz, en la zona de Jerez de Los Caballeros, donde conoce a la que luego sería su esposa, D.ª Flora Marcos. Posteriormente se traslada al Distrito

Forestal de Lugo, donde permanece tres años, para finalmente retornar a Asturias al D. F. de Oviedo, donde permanece hasta diciembre de 1963. Durante la primera parte de esta etapa realiza el Deslinde y Ordenación del Monte de Peloño en Ponga, en busca de la rentabilidad que se le podía sacar al hayedo. Por otro lado, desarrolla su labor profesional en la 3.ª Sección en el occidente asturiano (Cangas del Narcea, Tineo, Ibias, Degaña), donde interviene parcialmente en la compra de Muniellos por el Estado. Como bien explicaba Hermógenes, los montes del suroccidente asturiano eran del conde de Toreno o del “señoritu” de Figueras, y los abogados estaban encantados porque tenían pleitos. Estos montes eran de utilidad pública desde 1862, pero ni se respetaban ni estaban bien delimitados. Durante los años 1952 a 1963 inscribió nueve montes de utilidad pública a nombre de paisanos en Cangas del Narcea y fastidió a los abogados. Los vecinos de Leitariegos quedaron encantados porque los defendió, y los abogados de Cangas del Narcea se quedaron sin chollo. En diciembre de 1963 solicita destino al Distrito Forestal de Sevilla, donde trabaja hasta junio de 1968, regresando de nuevo a Asturias hasta su jubilación en 1986. En esta etapa desempeña varias funciones, siendo transferido al 2021. N.o 79


reconocía la pertenencia a los pueblos interesados y eran los Ayuntamientos los que deberían entregar a las Juntas Administrativas en cada parroquia los beneficios obtenidos con sus aprovechamientos, tanto de maderas como de caza de los montes comunales declarados de utilidad pública que pertenecían a cada una. Y por otro lado, la invitación al latrocinio que suponía la aplicación hábil del artículo 34 de la Ley Hipotecaria, que permitió que extensiones considerables de montes comunales hayan pasado a propiedad privada con las bendiciones del “tercero hipotecario” ayudado de la descripción vaga de sus límites en el Registro de la Propiedad con las normas de aquella época. Hermógenes, además de ser un impulsor de la Ley de Parroquias Rurales del Principado de Asturias (Ley 11/1986, de 20 de noviembre, por la que se reconoce la personalidad jurídica de la parroquia rural), fue un gran visionario al aseverar que en aquellos tiempos se estaba ante el peligro de que una hábil utilización de la Ley Hipotecaria de por entonces y la aplicación de la Ley de Montes Vecinales en Mano Común harían perder a las masas forestales más importantes su condición de utilidad pública con el consiguiente peligro de su desaparición, afirmando que ambas leyes debían ser corregidas con un sentido realista y eficaz, encaminándolas a la protección de nuestros montes, sobre los que debemos proyectar después el desarrollo de las técnicas forestales, sin que tengamos que invertir tiempo y tra-

bajo en evitar que estos desaparezcan de nuestras manos, haciendo buena la exclamación de Valle Inclán cuando decía: “Se puede robar un monte y no se puede robar un pan, ¡qué país!”. Sirvan pues estas líneas para recordar y homenajear a un gran ingeniero forestal, muy riguroso en su trabajo en todos sus destinos y un defensor a ultranza de la propiedad pública forestal durante toda su existencia, algo más de un siglo. Descansa en paz ahora, muy cerca de tu querido monte de Peloño y concejo de Ponga, y en nombre de todos mis compañeros queda agradecerte el haber inculcado entre los forestales que te conocimos el buen hacer de la gestión forestal ante la sociedad española y asturiana.

Monte de Peloño

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Javier Cantero

ICONA y posteriormente a la Consejería de Agricultura, siendo un estrecho colaborador de D. Jesús Arango, Consejero de Agricultura y Pesca por esa época (1982-1987) como jefe de la Sección de extinción de incendios forestales. Viudo desde el año 2000, con cuatro hijos, vivió en San Juan de Beleño desde su jubilación, donde encontró la tranquilidad y sosiego en estos últimos lustros. Gran defensor de la propiedad forestal pública, lo refleja como ponente de la charla “La propiedad comunal y su defensa” de las I Jornadas sobre montes comunales organizadas por la Consejería de Agricultura y Pesca del Principado de Asturias en 1983. En las reflexiones y consideraciones que realiza en dicha charla refleja su gran preocupación por la desaparición de importantes masas forestales de robles y hayas en los montes de propiedad particular como Monasterio de Coto, Vega de Hórreo, Combo, Sarzol y otras, todas ellas en el concejo de Cangas del Narcea, al afirmar que tuvieron lugar porque sus propietarios confundían la explotación de la renta en especie de dichos montes con la realización total de su capital-vuelo, valor este que unas generaciones deben transmitir a las siguientes, si no se quiere que la economía nacional sufra hondamente por circunstancias pasajeras. Por otro lado, en zonas muy próximas a los montes privados que en su día fueron robledales y hayedos, destacaba la conservación aún hoy en día de los montes arbolados de estas especies de Cengadera, Navariegos y, más alejados, los de Valgrande, Peloño, Pedroso, Arcenorio, La Faeda, Redes, Pozo Sapero y tantos otros distribuidos por toda la cordillera, que solo se diferenciaban de los destruidos en su carácter de comunales, además de haber sido clasificados como de utilidad pública. Asimismo explicaba con una gran certeza los dos grandes peligros que acechaban por entonces a la conservación de los montes comunales en Asturias. Por un lado, la exclusión de los mismos del Catálogo de montes de utilidad pública, al ser estos reconocidos como particulares por la Ley de Montes Vecinales en Mano Común, cambiando la naturaleza de su propiedad, cuando precisamente en dicho Catálogo se les

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Nuevas caras en la Junta de Gobierno del Colegio y en las delegaciones territoriales de Extremadura y Castilla-La Mancha Repiten cargo los decanos territoriales de la Región de Murcia, La Rioja y la Comunidad Valenciana Una vez finalizado el proceso electoral a diferentes cargos del Colegio, tomaron posesión los candidatos electos el pasado día 27 de febrero. La Junta de Gobierno del Colegio ha sido reelegida por cuatro años más, con algunas caras nuevas. Ana Belén Noriega Bravo, vocal, Enrique Martín Bernal, vocal y Manuela Rodríguez Romero, vocal suplente, se unen a la Junta de Gobierno ya existente, quedando de la siguiente forma: • D. José González Granados (decano-presidente) • D. Enrique García Gómez (vicedecano) • D. Andrés Arregui Noguer (tesorero) • Dª Loreto González Laborda (vocal) • D. Francisco de Paula Villaespesa Sánchez (vocal) • D. Luis Ocaña Bueno (vocal) • D. José Ramón González Pan (vocal) • Dª Ana Belén Noriega Bravo (vocal) • D. Enrique Martín Bernal(vocal) • Dª Manuela Rodríguez Romero (suplente 1) • D. Guillermo López Santiago (suplente 2)

del Colegio en el que se presentará la citada Junta de Gobierno. En la Región de Murcia ha sido reelegido por tercera vez Esteban Jordán González como decano territorial. Esteban es ingeniero técnico Forestal por la Universidad CastillaLa Mancha (UCLM) e ingeniero de Montes por la Universitat de Lleida. Ha desarrollado su actividad profesional durante los últimos 20 años prestando servicios técnicos de redacción de proyectos en el ámbito de la red viaria forestal, la hidrología forestal, la conservación de suelos y las infraestructuras de edificaciones forestales. Desde hace 10 años se ha especializado en proyectos LIFE para la introducción de modelos innovadores de gestión de infraestructuras verdes del ámbito forestal. Estos últimos cinco años ha participado en la consecución de importantes avances en la gestión del carbono forestal, en su cuantificaEsteban Jordán González

ción a través de modelos y en la puesta en el mercado voluntario de las emisiones secuestradas. Ilusionado con la introducción de nuevas tecnologías como drones, imágenes de satélite e inteligencia artificial en la toma de decisiones del ámbito forestal. Juan Manuel Batiste Marzal revalida el cargo de decano territorial de la Comunidad Valenciana por tercera legislatura consecutiva. Es ingeniero técnico Forestal por la UCLM. Tras desarrollar esta profesión en la empresa pública Tragsa, y en otras privadas de índole internacional, desde 1996 ejerce como profesional autónomo dedicado a la consultoría y redacción de proyectos y estudios relacionados con la ingeniería rural y del medio natural principalmente. Desde su sede laboral en Benicarló (Castellón) desarrolla su actividad profesional habitual en el norte de la Comunidad Valenciana, sureste araJuan Manuel Batiste Marzal

Nuestro agradecimiento a los Vocales que dejan la Junta de Gobierno anterior, Álvaro Enríquez de Salamanca Sánchez-Cámara, Eduardo García Márquez y Ana Olmos García (que ya había sido sustituida con anterioridad a la finalización de la legislatura). El próximo día 20 de mayo se llevará a cabo en Madrid un acto de toma de posesión que será retransmitido por vía digital por los canales

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Jorge Matey Valderrama

gonés y sur de Cataluña. En La Rioja también repite como decano territorial, Jorge Matey Valderrama. Nacido en Ezcaray (La Rioja), es ingeniero técnico Forestal por la Universidad de Huelva y experto universitario en Sistemas de Información Geográfica por la Universidad Internacional de Andalucía. Cuenta con más de 19 años de experiencia laboral en el sector forestal y medio ambiental, la mayor parte de ellos como propietario y director técnico de Forêtezk, Ingeniería y Proyectos Medioambientales, una empresa dedicada a la asistencia técnica para administraciones públicas, empresas y particulares, y a la redacción de proyectos y dirección facultativa de obras. Iván Muñoz Martín es el nue-

Iván Martín Muñoz

vo decano territorial de Extremadura. Nacido en Plasencia (Cáceres), es ingeniero técnico Forestal y graduado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural por la Universidad de Extremadura y máster oficial en Tecnologías de la Información Geográfica: SIG y Teledetección. Cuenta con más de 15 años de experiencia en diferentes ámbitos ligados al sector forestal y medioambiental extremeño, destacando 12 años en la empresa EXVER (Extremadura Verde, S.L.), dos años en GPEX (Gestión Pública Extremeña, S.A.U.), y desde finales del año 2020 como bombero forestal coordinador para el Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de la Junta de Extremadura. Felipe Cifuentes Moreno vuelve

Felipe Cifuentes Moreno

a ocupar el cargo de decano territorial de Castilla-La Mancha, cargo que ya ocupó de 1995 a 2015. Nieto, sobrino e hijo de guardas forestales, nació hace 56 años en la casa forestal de Cañadillas, en Molinicos (Albacete). Ingeniero técnico Forestal por la UCLM y licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Murcia, realizó los estudios avanzados de doctorado también en la UCLM. Empezó su vida profesional como topógrafo, en el control de obra pública, para una consultoría que abandonó para entrar a trabajar en la Administración General del Estado en el año 1992, hasta la actualidad en el MITECO. Entre tanto ha desarrollado el libre ejercicio de la profesión durante más de 30 años.

José González Granados: miembro del Consejo Asesor del Arbolado del Ayuntamiento de Madrid El pasado día 16 de abril se creó el Consejo Asesor del Arbolado del Ayuntamiento de Madrid con el objetivo de proteger, conservar, mejorar y restaurar los espacios que figuran en la relación de zonas verdes y espacios ajardinados municipales, así como el arbolado de alineación, el viario, la jardinería y las plantaciones de las redes supramunicipales que hayan sido cedidas al Ayuntamiento. La creación de este consejo viene tras los estragos que el temporal Filomena causó en enero en las zonas verdes de la ciudad, llegando a afectar en diferente grado de magnitud a 800.000 árboles, cerca de la mitad de los ejemplares que tiene el Ayuntamiento de Madrid en conservación (1,7 millones). El Consejo Asesor del Arbolado es un órgano de asesoramiento técnico-científico formado por siete expertos de amplia trayectoria profesional, cuyo objetivo es establecer estrategias a corto y largo plazo en todos los parques de Madrid frente a las inclemencias meteorológicas.

Entre ellos se encuentra el decano-presidente del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales, José González Granados. El trabajo y conclusiones de dicho Consejo se trasladarán a los distintos sectores interesados representados en la Mesa del Árbol mediante un punto informativo dentro de los órdenes del día que se desarrollen. Esta labor requiere un conocimiento profundo e inmediato en materia de arboricultura y una evaluación constante de las medidas de seguimiento de la evolución del arbolado, que se deben diseñar de forma rigurosa a partir de la evidencia teórica y empírica disponible de los expertos. Esta necesidad de conocimiento del entorno se intensifica por los retos a medio plazo que se deben abordar, entre otros, para evitar los riesgos en la gestión del arbolado frente a las adversidades naturales.

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El Colegio y la Asociación prestan asesoramiento técnico para la restauración de áreas forestales afectadas por el incendio de Almonaster La Real (Huelva) to la Delegación Territorial de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible de Huelva encomendó al Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, y a la Asociación de Ingenieros Técnicos Forestales, un servicio de asesoramiento a los afectados por este incendio. Mediante este servicio se ha dado una atención personalizada a los afectados que así lo han solicitado, visitándose sus fincas y elaborando propuestas de actuaciones para la restauración forestal y el control de la erosión que han sido plasmadas en memorias de restauración forestal particularizadas, las cuales servirán de base para la elaboración de los pertinentes planes de restauración que exige la normativa. Para atender este servicio, se formó un equipo liderado por el decano territorial del Colegio en Andalucía, Juan Carlos Gómez, y conformado por el técnico responsable de la Delegación, Pedro Moreno, y dos ingenieros forestales colegiados, Myriam Taillefer y Luis Cejudo, contratados ex profeso, todos ellos con experiencia previa en actuaciones de

restauración de montes afectados por incendios forestales. El servicio se ha prestado entre el 1 de diciembre de 2020 y el 28 de febrero de 2021; se ha asesorado a treinta y seis titulares de fincas forestales afectadas por este incendio, cubriendo una superficie de más de 2.200 ha con propuestas de restauración. Es importante destacar que la situación crítica en la que encuentra una finca después de ser afectada por un incendio forestal, por el declive de su equilibrio biológico, el riesgo de erosión y pérdida de suelo y la merma o desaparición de su productividad biológica y económica, ponen en juego el futuro de la misma y su contribución a los ciclos biológicos del territorio. Por ello es fundamental, que el estudio de daños y las propuestas de restauración forestal que logren llevar a un nuevo estado de equilibrio y sostenibilidad, sean realizadas por ingenieros con competencias y atribuciones en esta materia, como lo son los ingenieros forestales representados por este colegio profesional, y así sea exigido por las administraciones públicas competentes en la materia.

Pedro Moreno Limón

El 27 de agosto de 2020 se inició en el paraje conocido como Olivargas, en el término municipal de Almonaster la Real (Huelva) uno de los incendios forestales más extensos de los últimos años en España. El incendio ha afectado a seis municipios de la parte central de la provincia de Huelva, a una extensión de 15.812 ha, afectando sobre todo a pinares, eucaliptares y formaciones adehesadas. El 72 % de la superficie afectada es de titularidad privada entre la cual abundan los pequeños propietarios. Según la legislación vigente los titulares afectados tienen la obligación de presentar ante la administración competente un plan de restauración forestal, y acometer las acciones prescritas en su resolución aprobatoria. Este hecho es desconocido para la mayor parte de pequeños titulares, que carecen de los conocimientos técnicos necesarios para la elaboración del plan de restauración, y de los recursos económicos para acometer las acciones restauradoras. Para paliar este desconocimien-

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Normas de publicación INSTRUCCIONES A LOS AUTORES La revista abarca todo tipo de temas relacionados con la ciencia, gestión e industria forestal, tanto bienes como servicios generados por los terrenos forestales, su gestión, protección, defensa, restauración y mejora. Acepta trabajos originales que no hayan sido previamente publicados ni enviados simultáneamente a otras revistas. De forma excepcional, el consejo de redacción podrá aceptar la publicación de trabajos no originales de especial interés, siempre que no existan conflictos con la propiedad intelectual. Se podrán enviar artículos de opinión o colaboraciones técnicas, debiendo indicar los autores donde desean que se incluya su trabajo. Las colaboraciones técnicas tratarán sobre cualquier aspecto que entre dentro del ámbito de la revista, aceptándose revisiones, nuevas técnicas o propuestas, análisis históricos o casos prácticos. Los artículos de opinión se deben centrar en temas de actualidad o interés para los lectores, aportando una postura razonada, que justifique su publicación. Los artículos se remitirán por correo electrónico a la dirección forestales@forestales.net. La revista confirmará la recepción del artículo, y el Director asignará los miembros del consejo de redacción que se ocuparán de su revisión, así como revisores externos adicionales cuando sea preciso. La publicación de un artículo en la revista supone la cesión de los derechos de propiedad intelectual a la editora, el Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales y Graduados en Ingeniería Forestal y del Medio Natural, a efectos de su publicación y distribución. Los autores son los responsables de obtener los permisos necesarios para reproducir materiales con copyright procedentes de otras fuentes. Los artículos se someterán a las siguientes normas: - Título. Será breve y reflejará el contenido del artículo. Se debe evitar el empleo de abreviaturas o fórmulas. - Autores. Se indicará el nombre y apellidos, pro-

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fesión y centro de trabajo de todos los autores, y al menos para el autor principal su dirección postal o correo electrónico. Es recomendable incluir una fotografía de los autores. Resumen. Se incluirá un resumen del artículo, que no supere las 150 palabras, excepto en artículos de opinión. Palabras clave. Se incluirán 2-4 palabras clave para clasificar el artículo, excepto en artículos de opinión. Extensión. Los artículos de opinión no superarán las 2.000 palabras y las colaboraciones técnicas 3.500-5.000 palabras en función de la cantidad de tablas e ilustraciones; cuanto mayor sea el material gráfico, menor deberá ser el número de palabras. Trabajos más extensos deberán ser aceptados expresamente por el consejo de redacción. Formato. El texto se remitirá en un archivo en formato Word o compatible, no existiendo requerimientos específicos en cuanto a formato o tipo de letra. Las páginas deben ir numeradas. Estructura. No existen normas concretas en cuanto a la estructura del artículo, pero deberá contener apartados adecuadamente organizados y numerados. Se recomienda incluir al menos un primer apartado de introducción, donde se detallen los objetivos del artículo, unas conclusiones finales, y un apartado de referencias. Idioma. Los textos se redactarán en castellano. Se evitará el empleo de palabras en otros idiomas cuando tengan traducción al castellano; en caso contrario, se escribirán en cursiva. Es aceptable el empleo de términos en otros idiomas, aún teniendo traducción al castellano, cuando formen parte de nombres oficiales de organismos o de empresas o marcas comerciales. Imágenes. Se incluirán los gráficos, esquemas o fotografías necesarios para facilitar la compren-

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sión del artículo. Todo el material gráfico deberá se remitirá en archivos independientes en formato JPG o TIFF con una resolución mínima de 300 ppp. En el texto se identificará la ubicación de las imágenes, incluyendo un pie explicativo. Referencias. Se incluirán únicamente las referencias citadas en el texto. Los artículos de opinión no incluirán referencias, por lo que si existe alguna se detallará en el propio texto. En el texto las referencias se recogerán de las siguientes maneras: Pérez (2015), (Pérez, 2015), Pérez y Gómez (2015), (Pérez y Gómez, 2015), Pérez et al. (2015), (Pérez et al., 2015). En el apartado de referencias se seguirán las siguientes normas: * Libros: García Gómez E. 2014. La naturaleza en Toledo. Ciencias naturales en la ciudad. DB Comunicación, Toledo. * Capítulos de libros: Cantero Desmartines FJ. 2005. Los árboles singulares de Madrid. En: Sánchez M, Muñoz M, Moya B (Eds.) El arbolado monumental y singular en España: gestión, conservación y legislación. Ponencias del II encuentro de árboles monumentales y singulares. Pp. 311–338. Asociación Española de Arboricultura, Madrid. * Revistas: González Doncel I, Collada C, Domínguez J et al. 2015. Life + Olmos vivos. Un nuevo impulso a los olmos... o cuando las amistades se vuelven peligrosas: la grafiosis del olmo. Foresta 63: 26-31. * Recursos digitales: Enríquez de Salamanca A, Carrasco MJ. 2013. Evolución de las medidas compensatorias en los procedimientos de evaluación de impacto ambiental. VII Congreso Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental: Gestión, Seguimiento, Innovación. Libro de Actas. 211-224. http://www.eia.es/ nueva/memorias_programas_coneias/VII_libro_Actas.pdf (9.12.2015).

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