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Artículo: IAZ-MC Hermilo Suárez. Cultura Empresarial en los productores Ganaderos

IAZ-MC HERMILO SUÁREZ DOMÍNGUEZ Investigador del Departamento de Zootecnia - Universidad Autónoma Chapingo hermilosuarez@hotmail.com

Primera Parte: Cambiar el rumbo del pensamiento

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¿Cómo le hago? Esta es una expresión que nos resulta familiar cuando nos enfrentamos a una situación que demanda nuestra intervención. Por lo general esa situación corresponde a un escenario que no conocemos pero que tenemos que abordar, así, como vagón inevitable en el tren. Entonces la manera en que nos apoyemos para mirar la situación es la que nos plantará delante de la pregunta que enseguida nos llevará ante la segunda parte de la intervención.

Involucrarse en la primera parte de la intervención es sumamente fácil porque la situación por sí misma se presenta delante de nosotros, y ahí se detiene, por un tiempo, como viendo qué haremos con ella. A partir de entonces empieza a crearse un desafío que no puede evitarse y en el cual nos detenemos más o menos tiempo dependiendo del interés que pongamos en la situación y la experiencia que tengamos. Y de la manera como ese desafío se resuelva se derivará el beneficio o el daño.

Lo que no podríamos decir es que no nos dimos cuenta de que la situación estaba delante de nosotros. Sí: en los ranchos ganaderos siempre se presentan situaciones que demandan atención, que no pueden evitarse y que son como sonido de campana que advierte respecto a lo que acaba de presentarse. Por tanto, al iniciar esta nueva serie quiero expresar mi agradecimiento a la Revista Ganadero por darme la oportunidad de escribir en esta columna acerca de herramientas administrativas que se emplean en el medio ganadero para optimizar el uso de todos los recursos que están disponibles en los ranchos. Así que a partir de este número abordaremos una serie de artículos acerca de los elementos básicos que integran la producción pecuaria y la manera de entenderlos para valorarlos y entonces diseñar (o rediseñar) estrategias que permitan mejorar los números actuales. Como en las ocasiones anteriores se advierte que con estas aportaciones no se intenta contradecir las enseñanzas de los especialistas en la materia, ni menospreciar la experiencia de los señores productores de ganado, ni tampoco etiquetar a ninguno porque todavía no resuelve la baja productividad del rancho; sino que se pretende exponer ideas para enfocar la atención hacia la adopción de herramientas que elevan la productividad. Desde luego, es deseo de este columnista despertar en los productores ganaderos la intención de evaluar las herramientas administrativas actuales para saber qué tan efectivas son y de orientarlos para que se animen a adoptar las herramientas que se necesitan para volverse aún más eficientes.

El punto de partida

Los ranchos ganaderos ya están. La gente ya está y ya trabaja en ellos. El capital monetario apalanca el esfuerzo de todos como ha sido desde que se realizaron las primeras inversiones. Los números de la producción están a la vista de ellos. El nivel de éxito no es desconocido para quienes están involucrados con las actividades del rancho. La relación con el mercado de ganado y de proveedores permanece en la inercia de siempre, pues los precios en ocasiones suben, de manera inevitable. Y la esperanza de mejorar los resultados actuales sigue viva. Pero hay situaciones que siguen atoradas. Las actividades de producción se realizan en el formato de rutinas. Lo que cambia es la temporada del año, es decir, el entorno, pues hacia el interior del rancho ganadero las actividades son básicamente las mismas, año tras años. Así que la gente se acostumbra a la rutina de lo mismo. Por eso hay quienes quieren resolver todas las situaciones de atraso alimentario con la administración de equis fórmula nutricional concentrada en lugar de suministrar más alimento a sus animales, o resolver todas las enfermedades bacterianas con el antibiótico de siempre en lugar de seguir prácticas para la prevención de la salud. Es por todo esto que aquella expresión inicial surge cuando la situación desconocida se presenta. ¡Sí, cómo le hago! Y esa es la ruta que muchos productores ganaderos siguen para animarse a decir que requieren apoyo (porque les interesa resolver la situación). Sin embargo, debe distinguirse entre enfrentar la situación y resolverla. Estas son las dos caras de la intervención que no puede evitarse.

Cómo se aplica

El éxito de la solución depende de la manera como se decida enfrentar la situación. Por tanto, para enfrentarse a la solución se necesita conocerla primero. Y para conocer la situación se necesita estudiarla.

Por tanto, debiera entenderse que:

1. Las situaciones que demandan intervención se presentan en los ranchos ganaderos; por tanto, ese es el campo donde deben estudiarse para entenderlas y saber de qué manera resolverlas. Las soluciones pueden estar disponibles en el entorno, pero el punto de partida para encontrar las soluciones adecuadas siempre está en el interior de los ranchos. Sin embargo, se advierte: esto que se dice aquí no significa que el botiquín siempre resguarda el medicamento que resolverá todas las situaciones, así que la mirada no deberá voltearse hacia ese medicamento como tabla de salvación.

2. El estudio de la situación corresponde al personal del rancho como deber inicial. Así que el personal debe realizar un diagnóstico preciso de la situación antes de querer encontrar la solución. Por eso se advierte: el diagnóstico es primero y la solución es segunda. Y si acaso el personal no tiene capacidades para realizar el diagnóstico que se necesita entonces no habrá vuelta de hoja pues tendrá que buscarse apoyo con personal externo. Esta es la primera parte de la intervención.

3. La corrección de la situación es resultado directo del diagnóstico. Y consiste en aplicar la solución que promete resolver la situación. Esta es la segunda parte de la intervención.

Así que la vida en los ranchos está hecha de situaciones que se presentan para intervenir en ellas, formar capacidades, adquirir experiencia y mejorar los resultados. Por tanto, en lugar de seguir rutinas se recomienda seguir procedimientos (métodos o protocolos). De esa manera podrán incorporarse elementos novedosos que enriquecerán el saber-hacer. ¿Y dónde está el cambio de rumbo para el pensamiento? Está en reconocer que siempre se tiene la posibilidad de resolver las situaciones de una manera diferente, tal que la experiencia sea motor para atreverse a realizar los cambios que se necesitan para evitar que los ranchos ganaderos se estanquen en las mismas situaciones y los mismos resultados.

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